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Jurista26

Derecho Romano

1º Grado en Derecho

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Toledo


Universidad de Castilla-La Mancha

Reservados todos los derechos.


No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
TEMA 8
GUIÓN DEL TEMA (COMO REGLA GENERAL SE ESTUDIARÁ SOLO LO

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
EXPLICADO EN CLASE)
1.- Concepto y orígenes de la obligatio SÍ
La obligativo es una relación jurídica en virtud de la cual una persona (acreedor)
tiene la facultad de exigir de otra (deudor) un determinado comportamiento positivo o
negativo (prestación) de cuyo cumplimiento responderá en última instancia el
patrimonio del deudor.

A diferencia de los derechos reales, que desde este punto de vista son derechos
absolutos, cuya observancia se predica frente a todos los ciudadanos, los derechos de
obligación sólo vinculan a dos perdonas: acreedor y deudor. Las obligaciones sólo
vinculan a los constituyentes de la obligación en base de una relación que existe entre
esos sujetos u sólo ellos; el acreedor sólo puede exigirle pago de la deuda a su

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deudor, y a nadie más. Desde el punto de vista procesal, las diferencias entre los
derechos reales y los derechos de obligación en que la actio in rem puede dirigirse
contra cualquiera que perturbe la utilización de la cosa o niegue a su titular el derecho
sobre la misma, mientras que la actio in personam no es absoluta y ergo omnes, sino
que solo puede intentarse contra una persona determinada en base a una relación
anterior (precisamente la obligación) con el demandante.

Concepto.
En las propias fuentes romanas encontramos un concepto de obligación, concepto
tardío pues aparece en las Instituciones de Justinianeo: La obligación es un vinculo
jurídico por el que estamos constreñidos necesariamente a realizar una determinada
prestación según el ordenamiento jurídico de nuestra ciudad. Esta definición pone en
claro que en la época clásica la obligación eres un concepto técnico abstracto que
relaciona acreedor y deudor, y que tuvo que ser el punto de llegada de una larga
evolución en el pensamiento jurídico romano. Porque por lo que sabemos de la época
primitiva, la obligación consistía originariamente en la sujeción material, efectiva, del
deudor por el acreedor. La ultima parte de la definición, secundum nostrae civitatis
iura, nos sitúa en un momento muy posterior pues en Derecho clásico el vínculo
obligatio solo se reconocía a determinadas figuras reconocidas por el ius civile.

Es muy diferente la situación en Derecho actual en relación con el Derecho romano,


situación descrita límpidamente por Volterra: en nuestros días la noción de obligación
es aplicable a un numero indefinido de relaciones, en el sentido que nuestros
ordenamientos atribuyen eficacia jurídica vinculante a cualquier convención o a
cualquier acto unilateral dirigido en la voluntad de las partes a hacer surgir una
obligación, siempre que no estén basados sobre una causa ilícita o tengan por objeto
una prestación imposible; también es obligación o mejor dicho, productor de
obligación, cualquier acto ilícito que cause daño a otro; pero en Roma, en el sistema
del ius civil por el contrario, existía la ocio de singulares obligationes, es decir de
figuras ciertas y determinadas que surgían de determinadas convenciones, o de

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determinados actos unilaterales, o de determinados actos ilícitos; solamente de
aquellas figuras reconocidas por el sistema civilístico.

Orígenes. Dadas estas premisas, es fácil decir que los orígenes de la obligatio en
Roma presenta unos perfiles más bien oscuros, las fuentes no permiten asegurar nada
incontrovertible para la época primitiva. De lo que sabemos, puede decirse que las
figuras más antiguas serían la sponsio, rito que se basaba en la fuerza religiosa de un
juramento ante los dios; sería por tanto en principio una vinculación religiosa, luego
sustituida a partir de las XII Tablas por un deber laico, fundamentándose el oportere

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en un deber civil reconocido por el ordenamiento, y que permitía una persecución de
la ejecución civil a través de la legis actio per iudicis arbitrive postulationem

2.- Fuentes de las obligaciones SÍ


Se llaman fuentes de las obligaciones aquellos hechos a los que el ordenamiento
jurídico romano atribuía a la eficacia de hacer surgir un vínculo obligatorio entre dos
o más personas. Fuentes de obligatio en Derecho clásico, sólo podían ser aquellos
hechos específicamente determinados por el ius civile. El mundo de las obligaciones
está unido al mundo del creditum, y al desarrollo de la economía romana. Por eso, si
en la primera época republicana era todavía muy restringido el número de hechos

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reconocidos como generadores de obligaciones, el creciente desarrollo económico y
comercial de Roma, va ampliando el número de aquellos.

En época histórica, la obligación se nos presenta como un vínculo de derecho. La


obligación, dice Justiniano es un vínculo jurídico. Un concepto técnico-jurídico, no
vinculación material. Es un vínculo de derecho en que se da una situación en la que
una persona se obliga a lo que se llama una prestación frente a otra, prestación
condensada en un dare, facere, o prestare. Pero esta relación solo podía nacer de
hechos reconocidos por el sistema civilístico. Los romancistas discutieron cual era la
primitiva fuente de la obligación. Gayo cita en primer lugar el contractus, en
definitiva, las manifestaciones de voluntad bilaterales dirigidas a poner en vida una
obligación entre las partes, contractus que en la sistemática gayana solo puede aludir
a aquellasfiguras reconocidas y basadas en una causa del ius civile. En segundo lugar,
Gayo cita los delitos, los actos ilícitos que engendran una responsabilidad generando
un vínculo obligatorio entre las partes. La gran bipartidición de las fuentes de las
obligaciones en época clásica: contrato y delito.

Finalmente, en época justinianea la antigua bipartidición clásica se sustituye por una


cuatripartición pues las Instituciones de Gayo recogen como fuentes de las
obligaciones los contratos, cuasicontratos, delitos y cuasidelitos.
3.- Sujeto y objeto de las obligaciones. Si

El sujeto de la obligación por el lado activo, es el acreedor y por el pasivo el deudor.


Con el tiempo se admitió que pudiese haber una pluralidad de acreedores o de
deudores.

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Aparte de los sujetos, la obligación tiene un objeto que se llama jurídicamente en
términos modernos
3.1 Acreedor y deudor SÍ
3.2 Prestación SÍ
Aparte de los sujetos, la obligación tiene un objeto que se llama jurídicamente en
términos modernos, prestación. Se ha venido a identificar la prestación con una de
estas posibilidades: dare, facere, praestare. Ha habido algunos intentos de configurar
el objeto de la obligación, buscando un paralelismo entre las prestaciones, que son el
objeto de las obligaciones y las cosas, que son objetos de los derechos reales.

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3.2.1. Dare SÍ
Dare en sentido técnico significa la entrega de la propiedad o constitución de un
derecho real; el deudor debe llevar a cabo los actos jurídicos necesarios para que se
efectúe esta transmisión. En sentido técnico, dare rem supone transferir la propiedad;
que esa propiedad sea plena, no bajo condición; procurar la posesión.

3.2.2. Facere SÍ
Facere es un hacer, comportamiento al que está obligado el deudor (hacer positivo),
comprendiendo también una abstención non facere. Es un término más genérico que
en las fuentes romanas se presenta como antitético con dare, en cuanto este último se

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caracteriza por un resultado jurídico.
3.2.3. Praestare SÍ
Tiene mayores dificultades tiene precisar praestare porque en definitiva cualquier
objeto de obligación puede concretarse en un dare o en un facere, y desde este punto
de vista facere sería tan genérico que abrazaría ambos términos pero desde luego que
hay textos en que praestare es diverso del dare y del facere. Se identificó el praestare
con la asunción de cualquier tipo de garantía o responsabilidad. Podemos concluir
que el dare apunta al resultado, el facere al comportamiento y el praestare a la
garantía.

Dare fue por tanto, la primera posibilidad de prestación usada por los romanos. Luego
se admitió el facere, actividad del deudor que se obligaba no a dar una cantidad, sino
a un hacer. Más adelante aparece el praestare, que en realidad no se sabe exactamente
lo que comprendió, porque con las dos anteriores estaban comprendía, porque con las
dos anteriores estaba comprendidas la mayoría de posibilidades obligacionales; por
eso parece un término omnicomprensivo, que parece centrar mejor la idea de
responsabilidad.

5.2. Concepto de solutio SÍ SÓLO EXPLICADO


Como término general que indica la extinción de las obligaciones, en Derecho
romano se acuño el término solutio, con el que se indica en términos muy amplios el
pago entendido como cumplimiento de la obligación. Solutio significa la realización
de la prestación con ella consiguiente extinción de la obligación. Todavía, más
genéricamente, el término solito vino a significar el cumplimiento de la obligación a
través de la “satisfacción” del acreedor. Por supuesto que solutio no tiene que ser

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necesariamente dar una cantidad de dinero, sino que cualquiera que sea la obligación
y el carácter de la prestación solutio implica el pago.

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1. ¿Quién?
En principio el pago tiene que hacerlo el obligatus, el deudor pero no siempre
necesariamente, pues si se trata de entregar una cosa la puede dar o b bien el deudor o
una tercera persona. Si la prestación consiste en una actividad personal del deudor
(pintar un cuadro) únicamente podrá cumplir la prestación el deudor, en cuanto se
trata de una prestación infungible de facere. En los casos en que podía pagar un
tercero, éste debía tener la voluntad precisa de extinguir la deuda ajena y el pago
efectuado por éste extinguiría la obligación, aun desconociéndolo e incluso contra la
voluntad del deudor
2. ¿A quién?
Obviamente al acreedor que es el sujeto activo de la población También era válido el
pago efectuado al adstipulator, persona a la que el deudor prometía la misma

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prestación debida al acreedor como consecuencia de una estipulación previa.
También era válido el pago efectuado a personas designadas por la le, como el tutor.

Una figura especial es el adiectus solutionis causa, persona legitimada por el acreedor
para recibir el pago. Por tanto puede pagarse al creedor, al representante legal de éste,
al tutor o a la persona que represente los intereses del acreedor
3. ¿Cuándo?
El tiempo del pago está fijado en la obligación pero el deudor puede pagar antes del
tiempo convenido y exigible. El momento del pago es al vencimiento de la
obligación; cuando se trata de una obligación a término, hay que pagar el día en que
vence el término, y si no paga ese día, se incurre en mora.
4. ¿Dónde?
El pago debe realizarse en el lugar convenido ente las partes. Si no se ha acordado
nada se paga en el domicilio del deudor.
5. ¿Cómo?
Ha de cumplirse con la misma prestación debida y no otra. La obligación se cumple
cuando se presta exactamente su objeto, tanto respecto al tiempo de vencimiento de la
obligación, como respecto al contenido de la prestación. En algunos casos, se admitió
que el deudor en pago de la deuda diese una cosa en vez de la verdadera prestación a
la que se había comprometido y esta cosa que se entrega hacía el papel de solutio.
6. Imputación de pagos
Este problema se presenta cuando el deudor tiene varias deudas con un mismo
acreedor. El deudor tenía la facultad de imputar el pago a la deuda que quisiera
extinguir, y la falta de imputación por parte del deudor, corresponde esta facultad al
acreedor. El pago se imputa antes a los enteres que al capital.
9.- La mora SÍ

Así como el deudor está obligado a cumplir la prestación en el lugar y tiempo


oportunos, del mismo el acreedor tiene que aceptar la prestación debida cuando le sea
ofrecida en el tiempo y lugar previstos en la obligación; de ahí las dos variantes de
mora debitoris y mora creditoris.

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Mora debitoris propiamente es el retraso en el cumplimiento por parte del deudor; era
el retraso imputable al deudor en el cumplimiento de la obligación. Tratamos la mora
en tema de responsabilidad pues el incumplimiento es imputable al deudor que no se
libera, sino que la obligación se perpetúa si llegado el día del vencimiento, no paga.

Obviamente, para que el deudor se colocara en estado de morosidad era necesario que
se tratara de una obligación válida y exigible y se requería que el acreedor avisase al
deudor de que se encontraba en situación de mora en las obligaciones puras.

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La mora tiene un gran importancia a efectos de responsabilidad. El retraso en el pago
tiene como efecto general la responsabilidad por daños. El deudor morosos no sólo
sigue obligado a restituir la prestación debida, sino que desde la mora debe ademas
los intereses moratorios. Desde este punto de vista, la responsabilidad por mora se
mide teniendo en cuanta el damnum emergens, responsabilidad por no haber
ingresado a tiempo la prestación debida en el patrimonio del acreedor y el lucrum
cessans, responsabilidad por el lucro que ha impedido obtener al acreedor.

La situación de morosidad se exit guía por la purgatio morae que se producía cuando

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el deudor ofrecía al acreedor el cumplimiento de la prestación debida con las
eventuales usura moratoriae.

Lea mora creditoris se producía cuando el acreedor se negaba a recibir la prestación


debida. Ciertamente el acreedor no tiene una obligación específica de cooperar al
cumplimiento de la obligación pero tampoco puede poner obstáculos a este
cumplimiento por lo que no recibiendo la prestación ciertamente el deudor no se
libera de su obligación

La Mora se refiere a una situación de retraso en el cumplimiento de la


obligación. Igual que el deudor tiene que cumplir la prestación en el lugar y
tiempo adecuados, el acreedor debe aceptarla en ese lugar y momento. Si no es
así surge en el primer caso MORA CREDITORIS y en el segundo la MORA
DEBITORIS.

MORA CREDITORIS - se da cuando el acreedor se niega a recibir la


prestación debida. La mora CREDITORIS no libera al deudor; ahora bien, una
vez ofrecida por el deudor la prestación, el deudor no incurre en mora, la
situación de mora corre por cuenta del acreedor y de esto se deriva la cuestión
importante de qué ocurre si la cosa perece desde que el deudor la ha ofrecido y
el acreedor no la ha recibido. En este caso de perecimiento en situación de mora
CREDITORIS, el riesgo de la perdida recae sobre el acreedor.

Del mismo modo, en caso de mora CREDITORIS, el deudor tiene derecho a


exigir al acreedor el reembolso de los gastos por custodia de la cosa que se
computan desde que el acreedor incurre en mora.

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MORA DEBITORIS - retraso en el cumplimiento por parte del deudor. Si
llegado el momento de cumplir el deudor no cumple la obligación, no por ello se
extingue, sino que la obligación se perpetúa y el deudor entra en mora.

La Mora DEBITORIS tiene como efecto principal la responsabilidad por daños, si
estamos diciendo que en el caso de mora la obligación se perpetúa, si la cosa
perece, se destruye en manos del deudor, el primer efecto de la mora es hacerle
responder al deudor, aunque la cosa haya perecido por caso fortuito el deudor
responde por daños.

Si además estamos ante un contrato de buena fe, se entiende que desde el

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momento en que se produce la mora, debe también los intereses moratorios por
no haber pagado en su tiempo.

Evaluación de la Responsabilidad por Mora – Se tienen en cuenta dos criterios:

Daño emergente o DAMMUN EMERGENS - daño que se causa al acreedor


por no pagar en el momento oportuno, por incurrir en una situación de mora.

Lucro cesante o KRUCUM CESSANS - por el lucro cesante, es decir,


aquella ganancia que hubiera obtenido el acreedor si la obligación se hubiera
cumplido en el momento pactado

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La situación de mora se extingue cuando el deudor ofrece al acreedor el
cumplimiento de la prestación más el cumplimiento de los intereses de demora o
cuando se ve claramente que ya no va a cumplir y estamos ya en una situación
de incumplimiento.

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