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(Redifusión)
A estas alturas del invierno, todavía se hacían algunas (las últimas) matanzas domiciliarias.
Del complejo ritual de la matanza, llamo la atención sobre las bromas recurrentes a los niños.
Enviarles a casa de un vecino, familiar o amigo a pedir el cesto para los sesos, la máquina de
aguzar las cuchillas o el encalcador de los farinatos (entre otros encargos surrealistas) eran
algunas de las más comunes por tierras de Salamanca. Luego, al regresar ufanos con el
“mandao” hecho, se descubría el pastel y el niño se sentía ridiculizado y humillado entre las
risas crueles de los adultos. De esta manera, y otras, al niño se le desvestía de su ingenuidad y
se le despertaba la desconfianza que le iría haciéndose resistente frente a las aristas de la vida
y del género humano.
Las bromas eran comunes para alcanzar el cambio de estatus (de niño a adulto) entre los
quintos, asociándolas a la iniciación masculina (¿quién no piensa en las novatadas?).
También eran aplicadas a los aprendices en ciertos oficios. Por ejemplo al de albañil le
mandaban a por el “nivel de bolas”.
el ciego mandóme que llegase cerca del animal, y allí puesto, me dijo: “Lázaro, llega el oído a
este toro, y oirás gran ruido dentro de él.”
Isaac Sanchez
Maria Plaza
También,nos mandaban a buscar ,la máquina de "enfusar"las morcillas...y pesaba un
montón,porque la acompañaban de piedras.🤣
También era frecuente mandar a los críos a la fragua y pedirle al herrero delante de todos los
gañanes: "que dice mi padre que me de el MANGO DE LAS ALFORJAS QUE LE ENCARGÓ". Las
risas aun se oyen...
Federico Chico
Yo si. Me pasó a mí. Fui a llamar por teléfono a la casa de la Señora Otilia, que por aquella
época era la telefónica. Habían dos señoras más con ella y tan panchas me dicen. Dile a tu
suegra que si necesita la sartén de cabañuelas. Y Piqué como una pardilla
En la matanza íbamos a echar la fumaza, consistía en coger una teja se le echaba pelos
pimentón sal, se le prendía fuego y se metía por dentro de la puerta, al oler a chamuscado
salía el dueño y a correr por la calle. Jaja jaja, lo pasábamos muy bien.
Qué interesante. Es triste que la burla sea una base en la formación del adulto. Pero es cierto
que ya lo veíamos en El Lazarillo.
Lo de la fuma a era muy tradicional como todo lo que habéis comentado eran otros tiempos yo
recuerdo que cuando era la matanza en una casa el niño o los niños los dos días de matanza no
se iba a la escuela