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LOS CUATRO EVANGELIOS

Santiago Guijarro Oporto es catedrático de Nuevo Testamento en la Facultad de Teología de la


Universidad Pontificia de Salamanca y autor de numerosos estudios bíblicos. Fue director de la
Casa de la biblia de 1982 a 1997, etapa en la que promovió la divulgación de la Biblia y dirigió
una nueva traducción que vio la luz en 1992. Pertenece a la Hermandad de Sacerdotes
Operarios Diocesanos.

EL DOCUMENTO Q

La hipótesis de la fuente Q surgió al ver que, los evangelios Mateo y Lucas, que son más
extensos que el de Marcos, tienen en común más de doscientos versículos que no se
encuentran en Marcos. Si Marcos era el evangelio más antiguo, ¿de dónde habían tomado
Mateo y Lucas estos versículos? Una de las soluciones a esta pregunta afirma que los
versículos que Mateo y Lucas tiene en común proceden de otra fuente, distinta de Marcos, a la
que los investigadores acabaron dando el nombre de Q.

El término Q deriva de la palabra «Quelle» (fuente, en alemán). El primero en formular esta


hipótesis fue Ch. Weisse, en 1838 postuló la existencia de una colección de dichos de Jesús
que, junto con el Evangelio de Marcos, habría sido utilizada como fuente en la composición de
Mateo y Lucas.

¿Cuándo y dónde se escribió el Documento Q?

El Documento Q, dado que Q es anterior a Marcos, tiende a fecharse este documento en algún
momento entre el 50 y el 70 d. de C, aunque existen muchas probabilidades de que sea incluso
anterior. Dado que Q recoge bastante material relacionado con el norte de Galilea, mientras
que Jerusalén sólo es mencionada en tres ocasiones, (Q 4,9 y 13, 34; y la región cerca del
Jordán, una en Q 3, 3), parece lógico pensar que su origen geográfico debe ligarse a Galilea.

Q 4,9: el diablo lo llevo a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: si eres el Hijo de
Dios, tírate abajo.

Q 13, 34 Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados,
cuantas veces he querido reunir a tus hijos, lo mismo que la gallina reúne a sus polluelos bajo
sus alas, y no habéis querido.

Q 3,3 Juan vino a toda la región del jordán.

La composición de Q suele situarse en Galilea. Tiene como centro y punto de referencia las
aldeas de la Baja Galilea mencionadas en él (Cafarnaúm, Corazain, Betsaida, ect). De hecho, lo
que sabemos acerca de esta región en el periodo romano encaja bien con lo que se presupone
en los dichos de Q: la situación económica y social, la relación con el templo de Jerusalén, o la
presencia de grupos fariseos.

LA GALILEA DEL TIEMPO DE JESÚS. LAS EXCAVACIONES DE MAGDALA Y EL “DOCUMENTO Q”

¿En qué medida el ambiente galileo que revelan los hallazgos arqueológicos coincide con la
situación vital que presupone esta colección de dichos y anécdotas de Jesús (documento Q)?
se analizan tres aspectos:
1. La localización social. El lugar social de los transmisores y destinatarios de Q pueden
identificarse observando las referencias a las casas y a las relaciones familiares. En la
Galilea del siglo I encontramos diversos tipos de familia que corresponden a los
diversos niveles sociales.
- Familias extensas: la parte mas alta de la pirámide social, formadas por el padre, la
madre, los hijos solteros y casados, los siervos y esclavos, constituían el 2% de la
población total, con viviendas bien construidas.
Q 7,1-10: el centurión, mi hijo está enfermo… no soy digno que entres bajo mi techo
(Cafarnaúm)
Q 11,17: toda casa dividida internamente no podrá subsistir
Q 19, 12-26: el hombre que sale de viaje y les da 10 minas a cada uno de sus siervos.
(un hombre que prepara un banquete)
- Familias múltiples: formadas por dos o más familias, vivían en casas de patio común.
Representaban el 10% de la población, tenían un moderado acceso a los recursos
(pesca, comercio, recaudación de impuestos)
- Familias nucleadas: formada por los padres y los hijos, eran el 70% de la población.
Q 6,47-49: el que escucha la palabra de Dios y la pone en práctica se parece a un
hombre que edifico su casa sobre roca…
Q 15, 8-9: la dracma perdida.
- Los que no tenían casa ni familia : mendigos, enfermos, desplazados sociales, eran el
15-20% de la población.

De este punto podemos concluir que los transmisores y destinatarios de Q pertenecían al


estrato social de las familias múltiples, porque las grandes mansiones de las familias extensas
se observan desde fuera. Se habla de los palacios de los reyes y de las casas de los potentados,
pero solo se mencionan sus partes exteriores; asimismo, las relaciones entre sus miembros
apenas se conocen. Estos datos revelan que los transmisores y destinatarios de Q no
pertenecían al nivel social superior. En cambio, en las familias múltiples se encuentran en
exhortaciones directas y transparentan un conocimiento preciso de las casas en que vivían
estas familias (el piso de tierra, el candelabro, la azotea, etc.) y de las relaciones entre sus
miembros. Estas observaciones permiten lanzar la hipótesis que el grupo Q pertenecían a los
estratos intermedios de aquella sociedad.

2, Identidad hebrea y cultura helenística. En el documento Q se observa un interés especial


por el pasado, el pasado remoto que configuraba la identidad del pueblo hebreo. Se menciona
a los patriarcas (Abraham, Q 3,8: tenemos por padre a Abraham, Dios puede sacar de estas
piedras hijos de Abraham. Q 13, 28: Abraham, Isaac, Jacob), a los profetas, a la reina del sur,
los habitantes de Nínive, los habitantes de Tiro y Sidón.

Vemos que, las figuras que representan como modelos para el grupo no son los reyes y
sacerdotes, (los fariseos juntaban a la realeza con el sumo sacerdote) que estaban vinculados a
Jerusalén, sino los patriarcas y los profetas; esto revela una perspectiva galilea, que se
caracteriza por el distanciamiento con respecto a Jerusalén y la apertura a los gentiles. El
grupo Q parece tener una actitud crítica hacia Jerusalén y su templo que contrasta con la
actitud positiva hacia el templo reflejada en la piedra encontrada en la sinagoga de Magdala.
Esta observación sugiere que en Galilea existía diversas formas de vivir la identidad hebrea,
había una pluralidad del judaísmo galileo. También se usaba la anécdota y el apotegma que
son helenistas.
En conclusión, las excavaciones en Magdala marcan una clara definición de la
identidad hebrea de sus habitantes. Así pues, los transmisores y destinatarios del
documento Q estaba arraigada en la tradición hebrea, mientras que la forma de
evocarlas e interpretarlas podría revelar un influjo de la cultura helenística porque
usaban la anécdota y el apotegma.

3, La economía y el comercio. La parábola de las diez minas (Q 19,12-26) evoca una situación
que muy bien podría relacionarse con el comercio internacional y, sobre todo, con el comercio
de tránsito, pues era en él donde más rentabilidad se podía obtener. Otros dichos sugieren que
existía enormes desigualdades sociales. Las bienaventuranzas se dirigen a los pobres, a los que
pasan hambre y a los afligidos (Q 6, 20-21). También habla de las familias aristocráticas que
tienen grandes mansiones y una nutrida servidumbre (Q 12, 42-46), de quienes viven en los
palacios reales y visten lujosamente (Q 7,25). Los dichos de Jesús toman postura tratando de
cambiar la dinámica que gobernaba aquella sociedad basada en el poder y el privilegio. En las
enseñanzas de Jesús a sus discípulos se exhorta a prestar a quien tal vez no podrá devolver lo
prestado (Q6,34), a no exigir el pago de las deudas (Q 6,30; 11,4), a no acumular riquezas (Q12,
33-31) y a liberarse de la preocupación por la comida y el vestido (Q 12,22-31). Estos dichos no
solo revelan un conocimiento de cómo funcionaba el sistema económico, sino implican una
reflexión sobre ellos y contienen una propuesta para crear un modo de vida alternativo.

La galilea del tiempo de Jesús.

Tanto las excavaciones de Magdala como el documento Q muestran que la identidad social de
los habitantes de Galilea tenía un sólido sustrato hebreo. El descubrimiento de la sinagoga y de
algunos baños rituales lo mismo que las abundantes referencias a la memoria cultural de Israel
en el Documento Q revelan claramente que la galilea del siglo I era judía. La identidad judía
estaba presente como resultado de la política asmonea. Se caracterizaba por un conocimiento
detallado de la memoria cultural de Israel, una actitud reverente hacia la Tora, una
preocupación por la pureza ritual y una estrecha vinculación con el Templo de Jerusalén. Sin
embargo, en el Documento Q, cuyos transmisores tenían la conciencia de vivir un judaísmo
renovado, se percibe una actitud polémica y en cierto modo adversa hacia el templo. (Existía
en la región una tensión entre los gobernantes herodianos, que estaban vinculados a Roma, y
la aristocracia tradicional de Galilea, que conservaba el ideal asmoneo de la independencia
nacional).

Apreciación personal: el estudio del documento Q nos ayuda a conseguir el objetivo del curso:
de situar la actividad de Jesús en Galilea. Se constata que el documento Q tiene una
vinculación muy estrecha con las excavaciones que se han realizado en Magdala. Ambas
testimonian la situación social, económica, cultural y religiosa de Galilea en el siglo I donde se
desarrolla la actividad de Jesús. Los restos arqueológicos de Magdala describen los edificios o
instalaciones públicas y de grandes mansiones, donde vivían las familias que controlaban la
industria pesquera y el comercio. Los escritores del documento Q conocen la situación de estas
clases acomodadas y su estilo de vida, pero ubican a Jesús donde propone un estilo de vida
alternativo.

La situación social de galilea encaja con el documento Q. la referencia a los patriarcas y a los
profetas, pero también usa los apotegmas, que los vincula con los helenistas.

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