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El aprendizaje cooperativo

como herramienta
pedagógica

MÓDULO 3
Equipo cooperativo:
unidad básica de intersubjetividad
entre alumnos

1 Los equipos en el aprendizaje cooperativo


2 Condiciones para la organización
de equipos cooperativos

CURSOS HOMOLOGADOS 3 Rasgos de los equipos cooperativos


ONLINE
DE FORMACIÓN
PERMANENTE
1
Vamos a reflexionar sobre las siguientes
Los equipos en el interrogantes:
aprendizaje cooperativo • La siguiente pregunta: ¿Qué es lo que hace que un
equipo funcione mucho mejor que el más capacitado
de sus integrantes?, ¿se puede aplicar sobre el
proceso de aprendizaje en equipo?
• ¿Qué entiende por unidad de intersubjetividad
¿Bajo qué condiciones se debe de organizar en el aula? BUSCANDO AJUSTAR
la interacción entre alumnos (iguales) en el • Al momento de aprender, ¿da lo mismo actuar
marco de la actividad cooperativa en el aula? en grupo que en equipo? RESPUESTAS...
Es una pregunta que nos exige una aclaración • ¿Toda interacción en el aprendizaje es cooperativa?
ya que, como vimos, aprender cooperativa- • Cuando se trabaja en equipos cooperativos
mente supone la conformación de un tipo de de alumnos, ¿es posible hablar de un cociente
intelectual de equipo?
interdependencia ventajosa entre los alum-
nos para el aprendizaje. A esta precisión se • ¿En qué aspectos cree usted que podría contribuir la
experiencia de un alumno en el aprendizaje de otros,
puede llegar si enfocamos conceptualmente y a su vez, de éstos con aquél?
la relación como interacción y no solo como
• ¿La reciprocidad entre alumnos que trabajan
agrupación de personas. en equipos es una condición o es un resultado
de aprendizaje?
• ¿En qué aspectos cree que la heterogeneidad
de experiencias o de conocimientos previos de
los alumnos beneficia el trabajo en equipos
de aprendizaje cooperativo?

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Este aspecto es importante y pertinente aquí, pues tiene sus consecuencias en la percepción de la calidad de la inte-
racción que buscamos explicar. Por eso le invitamos a que responda a las siguientes interrogantes:
„„ ¿Qué tipo de opción relacional cree que subyace en la forma de organización cooperativa al momento de
aprender?
„„ ¿Cómo cree que son las relaciones entre los miembros cuando estas funcionan cooperativamente?
En principio, saltan a nuestra mente dos opciones de organización entre alumnos: una como grupo y otra como
equipo. Pero, ¿qué supone organizar la actividad cooperativa bajo la percepción de grupo?

Organización en grupo
Bajo esta última forma de organización de la interacción, que podemos entenderla como una simple reunión de su-
jetos, los integrantes pueden coincidir en un mismo lugar como en el aula, o también coincidir en el tiempo como en
una clase, no obstante y a pesar ello, puede no darse
interdependencia entre sus miembros sino existir todo
lo contrario: una relación competitiva, por ejemplo.
Enfocar la organización como grupo es entender que
cada uno de sus miembros está orientado en una
determinada acción concreta, no comprometida y
aislada con los resultados comunes a todos, es decir,
nada o poco cohesionada a nivel interpersonal ya que
no identifican el trabajo y, por ello, la responsabilidad
de aprender con una meta común.

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Organización en equipos
Por otro lado, en una conformación distinta de relación en el aula como
equipo podemos incidir en una comprensión de la relación entre alumnos
planteada como interdependencia para el aprendizaje, aspecto conceptual
que nos acercaría más al modelo de acción cooperativa como el que esta-
mos describiendo hasta el momento.
¿Qué es lo que añade percibir la relación cooperativa como equipo? Pues
nos ayuda a entender y enfocar conceptualmente la actividad de cada inte-
grante no solo como simple presencia física o como una actividad aislada
y desligada de los otros al momento de aprender, sino como una presencia
interdependiente, en la que cada miembro es importante y necesario a su
vez para el aprendizaje de todos y cada uno de sus miembros.
En suma, asumir la organización entre alumnos como equipo, es entender
la relación como una interacción recíproca para alcanzar un objetivo co-
mún a todos, situación que compromete de manera absoluta a cada miem-
bro con cada uno de ellos.

Entender la interacción desde una noción de equipo nos otorga la ventaja conceptual de identificar
la interacción entre iguales como interdependencia para el aprendizaje, y no solo como concurrencia
física.

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En el grupo (como es la forma normal de trabaja en una clase convencional), se realizan tareas o se puede trabajar
de manera contigua, pero no existe una representación compartida de la acción ni del fin como instancia recíproca;
mientras que bajo una comprensión del trabajo en equipo la dinámica y la concreción de la tarea nos exige entender
la acción como un esfuerzo integrado de compromisos mutuos y, por ello, de responsabilidades conjuntas.
La diferencia está en la concepción de cohesión y responsabilidad compartida entre los miembros con que se piensa
interactuar respecto a la finalidad.
Sin embargo, para conformar y trabajar en equipo no basta solo con introducir cambios organizacionales en la dis-
posición del aula, como puede ser el mobiliario educativo, ni basta con reformular algunas operaciones didácticas, ni
basta distribuir equitativamente los materiales con que se busca aprender, ni a veces alcanza con establecer un con-
junto de normas de relación.
Para formar un equipo hace falta, además y fundamental-
mente, motivar a los alumnos a que se vean involucrados
con la tarea, y por ello, dispuestos a participar en su desa-
rrollo y en su concreción compartida.
Proceder como equipo no es una tarea sencilla, requiere de
un aprendizaje complejo que consiste, entre muchos otros
aspectos, en quebrar numerosas actitudes individualistas
arraigadas en la misma escuela y en la sociedad que iden-
tifican el trabajo en equipo como un signo de debilidad o
insuficiencia personal.

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Actuar en equipo, al mismo tiempo, implica la superación de ciertas ideas de intolerancia frente a las diferencias que
evitan valorar positivamente la diversidad cultural e individual de las personas, pero también supone desarmar la ac-
titud de indolencia o apatía por la reciprocidad con los demás, que evade aceptar al otro con confianza o respeto.
Es por ello que en este trabajo de comprensión de la cooperación como una actividad propia de equipos es importan-
te identificar, además y sobre todo, que se pueden formular objetivos beneficiosos para cada uno de sus miembros
como para todos simultáneamente. Esto es, identificar una meta clara que ponga de relieve que un equipo no es solo
la suma de sus miembros sino una forma de relacionarnos todos como suma de intenciones y responsabilidades co-
munes.
Es por ello que consideramos al equipo como la unidad básica de intersubjetividad, concepto desde donde se
puede representar, comprender y proponer la interacción cooperativa como mecanismo de desarrollo del aprendiza-
je de los alumnos.

La acción cooperativa en equipos de aprendizaje se inscribe en el plano del compromiso interperso-


nal entre los miembros del equipo hacia el logro de una meta global de aprendizaje; no es solo una
acción de apoyo o auxilio circunstancial, es compromiso.

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Condiciones para la organización de equipos cooperativos

Cómo describíamos, un equipo cooperativo no es una relación fácil de lograr, por ello los docentes debemos de tener
en cuenta ciertas consideraciones que pueden facilitar su conformación para así alejar un conjunto de obstáculos que
impidan su impulso.
Una relación cooperativa no germina azarosamente, hay que suscitarla y pretenderla, es decir, se debe de organizar
desde la actividad docente pudiendo atenderse, entre otros, los siguientes aspectos:
„„ Esclarecimiento de los objetivos cooperativos.
„„ Asegurar la heterogeneidad del equipo.
„„ Distribución de recursos.
„„ El desarrollo de habilidades cooperativas.
„„ Distribución de roles y funciones intraequipos.
„„ Evaluación del proceso y producto de la
interdependencia.

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Esclarecimiento de los objetivos cooperativos
Es el elemento primordial que debe mantenerse en evidencia y que alude directamente a los logros comunes de
aprendizaje, de modo que, puedan ser percibidos como un producto de la interacción recíproca y la actividad com-
partida entre los miembros del equipo.
Un objetivo cooperativo consiste en que cada miembro alcanza sus objetivos en el proceso de aprendizaje si, y solo si
todos sus integrantes logran los propios. Esto es, los objetivos personales están implicados en los del equipo, donde
cada miembro de equipo se debe preocupar no solo por su propio rendimiento, sino que además comprender que su
rendimiento está subordinado al de cada miembro del equipo por dos motivos:
1. Como aspiración formal planteada como equipo cooperativo.
2. Porque es en la interacción entre los alumnos donde se puede desarrollar el aprendizaje, de tal forma que descui-
dar el rendimiento de uno de ellos es a su vez descuidar el rendimiento del propio equipo.

Relegar a un miembro del aprendizaje es postergar la oportunidad de desarrollo de todo el equipo.


Por ello el docente debe organizar la actividad cooperativa buscando que los alumnos comprendan que si bien es
cierto que el aporte de cada miembro es importante para el desarrollo de todos y cada uno de sus miembros, cual-
quier retraso en uno de ellos también afecta el logro de todos. Este aspecto es lo que distingue al aprendizaje coope-
rativo de los planteamientos individualista o competitivo en el aprendizaje.

Toda situación cooperativa de aprendizaje supone que cada miembro del equipo asegure su propio
rendimiento, pero además desarrolle el de sus compañeros de trabajo.

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Asegurar la heterogeneidad del equipo
¿Cuál es valor pedagógico de la heterogeneidad del aula, es decir, de esa diversidad de formas de ser, pensar, sentir
y actuar que singulariza a cada alumno? Es una pregunta que de hecho se la ha planteado a lo largo de su actividad
docente. Pero, ¿cómo se puede canalizar ese potencial en el marco del aprendizaje cooperativo?
Como decíamos anteriormente, para desarrollar el aprendizaje cooperativo no basta con ubicar a los alumnos juntos
en torno a una mesa de trabajo para realizar actividades en conjunto, la interacción puede ser no cooperativa y, sin
embargo, seguir existiendo relación, pero no una relación positiva para el aprendizaje.
Con esto queremos afirmar que la dinámica del trabajo cooperativo no surge de la sola agrupación, de constituir un
equipo y que se desenvuelvan espontáneamente. La cooperación debe ser orientada de tal forma que la interacción
pueda beneficiar el aprendizaje a nivel de la relación intraequipo.
¿Cómo se puede orientar esto? Una de las ideas más difundidas sobre la forma en que se puede aprovechar educati-
vamente la heterogeneidad y, por ello estimular la interacción entre los alumnos es teniendo en cuenta el concepto
de conflicto sociocognitivo. Gracias al conflicto sociocognitivo se puede canalizar positivamente las diferencias de
orden cultural, de género, social, de conocimientos previos, etc.
El conflicto sociocognitivo es un proceso que sigue la siguiente forma general (Bacaicoa, 1998):
„„ Los sujetos se forman una opinión y, atendiendo a razones personales, adoptan una determinada postura.
„„ La discusión en equipo conduce a revisar opiniones y, posiblemente, a modificar o, al menos, poner en crisis su
actitud ante el problema.
„„ El conflicto hace necesario llegar a un acuerdo que tendrá elementos innovadores para todos, en el caso de
que la nueva representación del problema haya surgido de la interacción, o para casi todos en el caso de que la
novedad refleje el punto de vista de alguno de los componentes que, por lo que sea, se haya impuesto ante los
demás.

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Ahora, como vimos en el módulo anterior, no solo hay que asegurar que la interacción cooperativa contribuya a ge-
nerar conflictos, sino también se debe proporcionar el soporte o apoyo para resolverlos. Esto es fundamental, ya que
no basta con suscitar el encuentro de diferencias, sino que fundamentalmente se debe buscar que éstas lleguen a una
integración reconciliadora de los contrastes, es decir, se consoliden nuevas representaciones.
Por ello, en una acción compartida en equipos cooperativos no solo se plantean mejores interrogantes, sino que
además se puede y debe llegar a divisar mejores respuestas o, por lo menos, replantear mejor viejas posturas. La he-
terogeneidad es un recurso pedagógico que puede ser potenciado en la actividad cooperativa gracias al conflicto
sociocognitivo, es por ello que siempre se recomendará una conformación heterogénea de alumnos como un rasgo
esencial de equipo en esta modalidad de interacción educativa.

La heterogeneidad puede ser orientada pedagógicamente gracias al trabajo cooperativo entre alum-
nos a través de la generación del conflicto sociocognitivo, ya sea como inicio y soporte de nuevas
reconstrucciones.

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Distribución de recursos
Los materiales de estudio son siempre una fuente necesaria para el inicio de nuevas
reconstrucciones, por tanto, deben ser dosificadas por el docente de tal manera
que contribuyan al desenvolvimiento compartido dentro del equipo de aprendizaje
cooperativo. ¿Cómo puede lograrse esto?
En principio los materiales con que se puede aprender en la experiencia
cooperativa en equipo son los mismos con los que se podría trabajar en una sesión
de aprendizaje competitiva o individual, lo que cambia es la forma de distribución
para incentivar y mantener la interdependencia entre los miembros.
Por ejemplo, el docente puede optar por entregar un conjunto de materiales
completos al equipo, como también y, preferiblemente en este caso, se puede
distribuir el material de tal forma que ninguno de los miembros lo posea de manera
completa para así incentivar u obligar la comunicación entre las partes para integrar
la idea o tarea. De la misma forma se puede trabajar con un solo microscopio,
un único texto, un único cuestionario, etc. y crear la necesidad de acercamiento.
También se puede entregar materiales individuales y de equipo por cada sesión
de aprendizaje en un caso o en cada momento de trabajo. Pero, la idea debe ser
siempre incitar y sostener la interdependencia entre los miembros del equipo.

El criterio para la distribución del material de trabajo en un equipo


cooperativo estará siempre en función de la capacidad para
incentivar y mantener la interdependencia entre sus miembros.

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El desarrollo de habilidades cooperativas
Sin rebajar la importancia de otros aspectos necesarios para comprender y orientar las tareas cooperativas en equi-
pos, podemos llegar a la especificación de un conjunto de habilidades cooperativas que creemos son necesarias para
el desarrollo de una acción cooperativa efectiva en el aprendizaje en equipos de alumnos en el aula. Dentro del mar
de posibilidades podemos identificar dos tipos de habilidades para la cooperación:
1. Habilidades orientadas a la realización de las tareas propuestas.
2. Habilidades orientadas al desarrollo de las relaciones entre los miembros de un equipo.

Ambas concretarían una clara orientación hacia la mejora de la interdependencia entre los miembros del equipo que
la dinámica cooperativa exige. Estos rasgos, según Lobato (1998), son:

Habilidades de tarea Habilidades de relación


HABILIDADES PARA LA COOPERACIÓN

„„ Plantear cuestiones „„ Reconocer las aportaciones


„„ Pedir aclaraciones „„ Verificar la existencia de consenso
„„ Verificar la comprensión „„ Expresar correctamente el desacuerdo
„„ Centrar al grupo en el trabajo „„ Animar a los demás
„„ Elaborar a partir de ideas de otros „„ Expresar apoyo
„„ Dar información o ideas „„ Invitar a expresarse
„„ Seguir las consignas „„ Reducir tensiones
„„ Regular el tiempo de trabajo „„ Mediar en los conflictos
„„ Practicar la escucha activa „„ Expresar sentimientos
„„ Ceñirse a la tarea „„ Demostrar aprecio
„„ Resumir

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El docente debe orientar el aprendizaje de estas habilidades cooperativas en todo momento, ya sea a través de la co-
rrección de ciertas pautas de relación dentro de las propias actividades cooperativas, pero sustancialmente, a través
de acciones concretas de aprendizaje de estas habilidades como programas de formación previos a la interacción
cooperativa.
Este trabajo no es sencillo e implica un aprendizaje largo que debe ser incesante si se quiere realmente introducir el
aprendizaje cooperativo en el aula. Para ello es preciso que el docente introduzca una serie de normas que los familia-
ricen con las pautas cooperativas como también echar mano de las diversas técnicas de grupo que afiancen la sociabi-
lidad, la tolerancia, la identificación de roles, etc. Tanto normas como técnicas o dinámicas de grupos contribuyen a ge-
nerar las condiciones actitudinales para el desarrollo provechoso a través de los métodos de aprendizaje cooperativo.
Por otro lado, dentro de esta tendencia a valorar las for-
mas positivas de interactuar con otras personas y, que
a juicio de Goleman, son tanto o más importantes que
el coeficiente intelectual en el éxito de las personas, es
necesario considerar el concepto de inteligencia emo-
cional dentro de la relación cooperativa en equipo como
«el lubricante que necesita la mente del grupo para pen-
sar y actuar con eficacia ya que, por sí solos, el intelecto
y las habilidades técnicas no convierten a las personas
en miembros relevantes de un equipo» (1999). Esto des-
tacaría el valor de la inteligencia interpersonal como ne-
cesaria para crear un estado de armonía que estimule al
máximo los talentos distribuidos.

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Distribución de roles y funciones intraequipos
Como buscamos que la interacción cooperativa entre alumnos potencie el aprendizaje de todos y cada uno de los
miembros de un equipo, debemos atender, conjuntamente a los otros condicionantes que venimos señalando, una
serie de responsabilidades intraquipo.
Esta necesidad debe ajustarse a la naturaleza de la tarea como a la necesidad de orden y armonía que debe exhibir
una organización en equipo para un desarrollo adecuado del aprendizaje. Entender esta idea es de gran importancia
para la eficiencia del equipo cooperativo ya que el orden como la constancia son dos factores que contribuyen en el
éxito de la actividad.
En este proceso de asignación y división de roles, como de funciones, se debe mantener la idea clara que éstas no
pueden ser exclusivas de unos pocos integrantes, aunque sean muy competentes para ello, sino que se debe apostar
por un efecto formativo en la distribución de responsabilidades, cuidando desde la actividad docente que las res-
ponsabilidades roten constantemente para así afianzar también la interdependencia ya que todos de alguna forma
podrán asumir las mismas obligaciones y, por tanto, hacerse conscientes de sus compromisos para con el equipo.

Evaluación del proceso y producto de la interdependencia


La interdependencia positiva, que como vimos se encuentra involucrada en todas las condiciones de formación del
equipo, es un criterio fundamental al momento de valorar el desenvolvimiento del equipo como también los frutos
de su interacción.
La premisa fundamental es que los juicios valorativos deben siempre contener la idea de que nada se podrá lograr
con eficacia (dentro del planteamiento cooperativo) si es que no se reconoce que el éxito de todos depende de la ac-
tividad de cada uno de sus miembros, como el éxito de cada uno de sus miembros depende de la actividad de todos.
Este es el parámetro de evaluación general.

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Por tanto, una evaluación personal es en el fondo una evaluación del funcionamiento del equipo y una evaluación del
funcionamiento del equipo nos puede dar una idea de cómo se desarrolla el aprendizaje individual. Tanto instrumentos
como procedimientos de acopio de información deben atender este criterio necesario al momento de evaluar la activi-
dad y el aprendizaje, es decir, al momento de evaluar el proceso como los productos de la interacción cooperativa.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, podemos decir que el tema de las condiciones generales como el de la confor-
mación de los equipos, merecen un espacio y un debate más amplio, que no agotaremos aquí, sino que lo considera-
mos como aspiración y modelo a seguir para el aprendizaje cooperativo.
Pero sí debemos asumir que bajo la categoría o precisión conceptual de equipo se puede comprender y orientar
acciones más provechosas para el aprendizaje que aquellas planteadas como grupo, que delinean en el fondo una
forma velada de competencia e individualismo, situación que no creemos ventajosa para el aprendizaje personal y
menos para el enriquecimiento de nuestro hábitos sociales.
Sobre esto, y desde el mundo empresarial, Fischman (2000) identifica también esta diferencia entre grupo y equipo
señalando que «cuando se trabaja en grupo las personas son responsables solo de sus áreas. Su compromiso es solo
con sus metas... En equipo, en cambio, la responsabilidad y el compromiso es por todas las áreas y metas». De donde
podemos señalar que trabajar en equipo no es otra cosa que cooperar.

Participar cooperativamente en equipos es asignarse todos los deberes y derechos ante una misma
situación de aprendizaje, es decir, integrarse totalmente en las tareas de principio a fin con el mismo
grado de compromiso.

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En general, el rasgo que se debe atender en la acción cooperativa en equipo en el aula debe estar asociado a la inter-
dependencia que debe existir entre los objetivos personales y de equipo, que pueden equilibrase de tal forma que el
logro de un objetivo personal es posible si todos alcanzan los objetivos del conjunto, la finalidad del equipo. Es por
ello que «la idea que subyace tras esta forma de aprendizaje cooperativo es que, si los alumnos quieren triunfar como
equipo, animarán a sus compañeros de equipo a hacerlo bien y les ayudarán a que así sea» (Slavin, 1992).

MATERIAL DE APOYO
La editorial SM muestra en esta interesante guía, perteneciente a su proyecto
Savia para la Educación Primaria, un estudio sobre el aprendizaje cooperativo
y describe cómo formar los equipos y proponiendo algunas estructuras
cooperativas. Leyendo esta guía podrás ampliar los contenidos estudiados.

Aprendizaje cooperativo

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Rasgos de los equipos cooperativos

Para el desarrollo de la práctica cooperativa en el aula es necesario identificar un conjunto de rasgos que puedan ca-
racterizar al equipo cooperativo, es decir, se debe esclarecer ¿cuándo un conjunto de alumnos es cooperativo? Para
ello identificaremos una serie de aspectos que debe tener en cuenta el docente y que mantienen una profunda rela-
ción con los principios para organizar la clase cooperativa.
El equipo de aprendizaje cooperativo actúa como unidad básica de intersubjetividad, si:
1. Los alumnos identifican que su rendimiento depende del esfuerzo de todos los miembros del equipo, ya que me-
jorar el rendimiento de cada uno de los miembros es cuidar el aprendizaje de todos en su conjunto. Esto sucede al
enfocar como objetivo claro que si uno fracasa, entonces fracasan todos.
2. Cada miembro del equipo asume su responsabilidad, pero a su vez hace responsables a los demás de realizar un
buen trabajo para cumplir los objetivos comunes a todos. En este caso el sentido de responsabilidad con la tarea
personal como con la tarea de conjunto es el factor que contribuye a no descuidar la parte y el todo.
3. Los miembros del equipo estimulan el rendimiento óptimo de los demás integrantes a través de un conjunto de
actitudes que benefician la motivación personal como la de conjunto. La ayuda, los incentivos, el reconocimiento,
el aliento, etc., contribuyen a crear este clima de confraternidad en torno al objetivo común.
4. Los miembros del equipo coordinan sus actividades y tareas de manera organizada y eficiente a través de planes
y rutinas, como también, a través de la división de roles y funciones.
5. El equipo analiza constantemente el nivel de logro de la actividad cooperativa así como el nivel de funcionamien-
to interno; es decir, evalúan en qué medida se están logrando los objetivos y cómo se está trabajando juntos.

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Por otro lado, debemos advertir que no basta con conformar, identificar y orientar equipos de aprendizaje cooperati-
vo, sino que es necesario constituirlos de tal forma que busquemos su perfección. Para ello es necesario que una vez
que hayamos ajustado las condiciones para conformar un equipo, seleccionado el método cooperativo de aprendiza-
je, el material necesario, etc. podamos reconocer que existen grados o niveles de funcionalidad en los equipos que es
necesario distinguir a fin de orientar la práctica hacia umbrales educativos más profundos.

DIMENSIONES
DEL APRENDIZAJE
Interacción
COOPERATIVO estimuladora Responsabilidad
individual y de equipo

Gestión interna
del equipo Interdependencia
positiva

Evaluación interna
del equipo

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Preguntas para la reflexión
XX ¿Cuál es el papel de los objetivos cooperativos dentro de la dinámica de trabajo coopera-
tivo?
XX ¿Existe una relación entre la interdependecia positiva de los miembros del equipo y su
rendimiento? señale en qué aspectos.
XX ¿Señale cuál es el valor pedagógico de la heterogeneidad en el trabajo en equipo?
XX ¿Se pueden marcar límites entre la responsabilidad individual y la responsabilidad de
equipo?
XX ¿Cuál es el papel de los incentivos, el reconocimiento o el aliento en la dinámica coopera-
tiva en equipos de aprendizaje?
XX ¿La coordinación intraequipo es una forma de asegurar la división del trabajo en equipo?,
¿por qué?
XX ¿De qué forma contribuye la evaluación intraequipo en el rendimiento de los alumnos?
XX ¿Qué aspectos pedagógicos se deben de tener en cuenta al momento de proponer la co-
operación en el aula?
XX Cuando se trabaja dentro de un equipo, ¿cree que se activa una forma conjunta de inteli-
gencia, o mejor, surge una inteligencia de equipo? ¿Que opina al respecto?
XX Identifique qué tipos de roles pueden favorecer la interacción cooperativa en equipos de
aprendizaje y, por oposición, que tipo de roles dificultan una interacción provechosa.

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Ampliación de
contenidos
„„ La escuela inclusiva y el aprendizaje cooperativo
http://www.cepalcala.org

„„ GIAC: Grupo de Interés en Aprendizaje Cooperativo


http://giac.upc.es/pag/giac_cas/giac_que_es.htm

„„ En el siguiente video se muestran de forma divertida algunos caracteres


que pueden presentar los integrantes en los grupos
https://www.youtube.com/watch?v=I5suRZX9IVU

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