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Santiago,
Chile 2021
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTOS
TABLA DE CONTENIDOS
ÍNDICE DE TABLAS Y FIGURAS
RESUMEN
I. INTRODUCCIÓN
El negocio del seguro desde la década de los 90 a la fecha en Chile ha tenido un aumento
sustancial, y es que en la medida que ha “mejorado” la capacidad adquisitiva del chileno,
con esto nace la necesidad de poder asegurar desde bienes materiales, hasta su vida en
el peor de los escenarios.
Comprar un bien y que éste, por algún motivo sufra daños, tener un accidente cuyos gastos
hospitalarios sean elevados, padecer una enfermedad catastrófica con un alto precio de
tratamiento, entre otras casuísticas, son hechos fortuitos que ocurren más comúnmente de
lo que se piensa. Debido a esto, es que los seguros han tomado el protagonismo en el
mercado actual, posibilitando pagar periódicamente un monto de dinero, con la finalidad de
obtener un beneficio mayor en caso de la ocurrencia de algún evento por el cual se
encuentre cubierto, es la tónica al no poder hacer frente al gasto que un siniestro puede
generar.
Para estar cubierto, se debe adquirir una póliza de seguros, la cual consiste en un contrato
entre un asegurado y una compañía de seguros, donde se establecen derechos y deberes
para ambas partes en relación al producto de seguro contratado. De manera más detallada,
según diferentes factores que afectan al asegurado, se fija una prima a pagar durante un
periodo definido; en respuesta, la compañía se hará responsable de cubrir ciertos eventos
que podrían acontecer a su contraparte bajo ciertas condiciones indicadas en el
contrato/póliza de seguro.
Cuando este negocio arribó a Chile, era sencilla la digitación manual de las pólizas dado el
bajo volumen de éstas. A medida que el negocio crece en su complejidad y alternativas
ofrecidas, se tornó una necesidad la existencia de un sistema capaz de almacenar las
pólizas y que permita una rápida suscripción, dado que los digitadores no lo están logrando.
Un grupo de compañías internacionales del área de las tecnologías de información hallaron
esta necesidad, y apostaron por construir su propio sistema “corazón” de seguros que
permitiera llevar a cabo el ciclo de vida completo del negocio.
Con la aparición de sistemas Core de seguros, al igual que todo software, necesitan de
mantenciones y un equipo de continuidad de operación para las incidencias que puedan
ocurrir mientras opera el cliente. Al inicio, los errores existentes eran mínimos, dado que los
productos se configuraron de manera sencilla, al igual que su funcionamiento, pero a
medida que el mercado comenzó a crecer y diversificarse, estos también fueron sufriendo
complejizaciones en su fondo y forma, así también aumentando la cantidad de ellos, por lo
que la continuidad de operación pasó a conformarse un equipo de relevancia significativa
dentro del servicio que las compañías de software de seguros entregan. Este equipo es
responsable de mantener operativo a los clientes, es decir, que la suscripción de nuevas
pólizas y los procesos internos del negocio continúen funcionando mientras los sistemas se
estabilizan en configuración y funcionamiento. Además, reciben diariamente incidencias
correspondientes a soporte por consultas, errores de ingreso por parte de los usuarios,
mejoras funcionales acordes a las particularidades del cliente, hasta errores funcionales no
detectados en etapas de pruebas previas a la instalación del software de seguros.
Precisamente, PUPS, es una plataforma que busca ser la base como prototipo de
unificación de procedimientos del negocio del seguro, para acabar con la dependencia de
recursos específicos en los clientes, y así, atender la continuidad de operación de manera
centralizada desde las dependencias de las propias compañías, que éstas reciban las
incidencias en las mesas centrales y ser solucionadas por cualquiera de los profesionales
del área. En el prototipo de PUPS, se encontrarán las definiciones de procesos,
procedimientos del negocio del seguro, errores recurrentes y las correcciones asociadas.
PUPS, será un proyecto que se trabaja con un modelo híbrido entre 2 metodologías desde
la gestión del proyecto, las cuales corresponden a PRINCE2 y PMI; PRINCE2, en su
lineamiento base (principios, temáticas y procesos), mientras que de PMI, se aplicarán
herramientas y salidas de procesos de las áreas de conocimientos que irán en apoyo y
complemento de la gestión del proyecto.
II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
……………………..
……………………..
C. Objetivo General.
……………………..
D. Objetivos Específicos.
……………………..
E. Alcance.
1. Entregables:
……………………..
F. Proceso Metodológico.
……………………..
III. MARCO TEÓRICO
Para comenzar, se debe comprender que es un seguro, y según la Comisión del Mercado
Financiero (CMF Chile), los seguros corresponden a instrumentos financieros que ayudan
a la disminución de la incertidumbre económica futura. La definición anterior funciona como
una generalización, si se detalla más, el seguro corresponde a un contrato entre una
persona natural o jurídica, y una compañía de seguros, en el cual el cliente compromete el
pago periódico de un monto indicado según las particularidades de la póliza adquirida,
mientras que, la compañía de seguro me garantizará un pago futuro definido en las
condiciones de la póliza ante la ocurrencia de alguno de los eventos indicados en ésta
(Manuel Llorca-Jaña, 2011).
Los seguros aparecieron inicialmente de manera masiva en el siglo XVII en Europa, esto
frente a los riesgos inminentes de quemas de puertos o almacenes portuarios, y a la
piratería de la época. Dados estos motivos, compañías formadas por grupos adinerados,
percibían dinero con la promesa de responder con réditos a quien realizó el pago, si ocurrían
ciertos eventos que afectasen directamente a inmuebles, navíos o mercaderías, según lo
que indicado en un contrato entre ambas partes (Manuel Llorca-Jaña, 2011).
Los eventos delictuales de quemas de puertos y almacenes en el siglo XVII en Europa eran
recurrentes, así también las emboscadas a embarcaciones en los tramos a América o en
las rutas a la India. Frente a esta situación, las recién formadas compañías de seguros
prestaban el servicio de guardia o escolta, que complementaba el asegurar los bienes. La
lógica aplicada en estos casos era disminuir el riesgo al mínimo que pudiesen, y con esto
captar las ganancias que dejaba el pago de una póliza. Tras observar que la posibilidad de
ocurrencia de un siniestro era muy menor a que no ocurriera concluyeron que el negocio
podría ser fructífero (Manuel Llorca-Jaña, 2011).
B. El seguro en Chile.
La historia del seguro en Chile data desde antes de la independencia en el año 1810,
aunque todo lo conocido al respecto, es que el área del negocio que se explotaba eran los
seguros marítimos contratados por los dueños de navíos que viajaban entre Europa y
América. Si bien se conoce información de seguros desde ese tiempo, ninguno de estos
correspondía a compañías de seguros chilenas, todas las pólizas eran contratadas en
países europeos. Inglaterra, España, Alemania y Holanda figuraban como los más grandes
exponentes del negocio. En esa fecha ya se manejaban los seguros contra incendios,
estaba recién iniciando el negocio de seguros de vida, y el ramo del seguro que más prima
les permitía recaudar era de seguros marítimos. Muchas veces, dado que el negocio aún
no manejaba los capitales que tienen hoy, las compañías europeas firmaban contratos de
coaseguro, donde más de una se hacían participes en la cobertura de un asegurado, debido
a que no poseían las “espaldas” financieras para pagar por la ocurrencia de algún siniestro
(Manuel Llorca-Jaña, 2011).
La primera compañía de seguros nacional fue fundada en el año 1853 bajo el nombre
Compañía Chilena de Seguros, hoy conocida como Chilena Consolidada. En 1854 se
promulgó la primera ley de sociedades anónimas del país lo cual abrió un abanico de
posibilidades para la entrada de nuevas compañías nacionales que quisieran explotar el
rubro del seguro. Al finalizar los años 1880, Chile ya tenía 10 compañías de seguros
nacionales, aunque se debe considerar que la gran mayoría tenían inversores extranjeros
en sus directorios (Manuel Llorca-Jaña, 2011).
En los años 1970, Chile a través de un decreto liberalizó el mercado del seguro, revirtiendo
el proteccionismo al que se había inducido en los años 1930, donde se había eliminado la
inversión extranjera de las compañías de seguro nacionales. Bajo este nuevo decreto, las
aseguradoras pudieron fijar las tarifas, comisiones, recargos y descuentos con libertar,
fomentando la libre competencia. La apertura a la inversión extranjera también permitió que
las aseguradoras cambiaran su ente reasegurador, ya que antes el estado solo se permitía
a sí mismo como uno, pudiendo asociarse con organizaciones extranjeras con mayor capital
y menores tasas de interés, lo que se ve traducido en una disminución del monto de prima
que pagará el cliente, por el menor riesgo que asume la compañía de seguros. Una prueba
más que denota el crecimiento del negocio en Chile debido a la promulgación del decreto,
es que, en los años 1980 se registraron más de 100 nuevas empresas asociadas al rubro
del seguro y reaseguro. (Manuel Llorca-Jaña, 2011).
La madurez de la industria del seguro en Chile es de las mejores con respecto al resto de
industrias nacionales, considerando que solo su prima directa del mercado corresponde a
4,52% del PIB del país, y el total de activos corresponde a 23,7% del PIB (CMF, 2020).
La historia del seguro en Chile ha mostrado como varió el aporte económico de las líneas
del negocio a las compañías aseguradoras, donde hasta los años 1990 los seguros
generales eran los que aportaban casi el 50% de las primas, mientras que, una medición
realizada en el año 2010 demuestra que los seguros de vida triplicaron su aporte y llegarona
un 66% de aporte de prima (Manuel Llorca-Jaña, 2011).
15000
Prima directa seguros generales/vida
Millones de US$
10000
5000
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
1993
Año
Figura Nº1. Prima directa seguros generales/vida. Comisión para el mercado financiero
(CMF), 2019.
En la Figura Nº1, se puede remarcar la evolución del mercado del seguro chileno, donde
en los años 1980 las primas directas obtenidas por las áreas del seguro estaban en
equilibrio y bordeaban el 50% de participación tanto para generales, como para vida. Sin
embargo, posterior al año 1995, la oferta de seguros del área de vida diversifico tanto su
negocio que comenzó a desplazar a los seguros generales. Si se observa el año 2019, la
prima directa obtenida por productos de vida, esta duplica a la obtenida por productos
generales. Además, esta figura al mostrar esta tendencia del mercado del seguro nacional
implícitamente denota el área del seguro que demanda mayor continuidad de operación en
las compañías aseguradoras, debido a su principal característica, su diversidad. Los
productos de vida presentan tantas particularidades en su configuración y operación, que
son estos los que llenan las mesas de atención a clientes de las empresas que ofertan
softwares de seguros.
Como fue mencionado en párrafos anteriores, el negocio del seguro es muy complejo, y
esto no afecta solamente a las compañías aseguradoras, las complejidades que aparecen
tras la creación de nuevos productos la heredan directamente las compañías que entregan
los softwares Core. Una vez la compañía de seguro presenta el documento formal de
parametrización de un nuevo producto, este no solo debe ser ingresado al sistema, se debe
configurar su funcionamiento y desarrollar lógicas aplicadas tras sus características. Las
características de un nuevo producto pueden variar desde quienes son los asegurados
permitidos en una póliza (padre, madre, hijos, conyugues, etc.), hasta condiciones sobre a
quienes se les asignará un cobro y cuando se realizarán esos cobros.
No solo los productos nuevos presentan complejidad, aquellos existentes y operativos, pero
con un backlog de errores habituales también demandan tiempo. El reversar procesos
realizados por el sistema para ajustar información a solicitud del usuario, aplicar
correcciones a errores conocidos aún no resueltos, depurar procesos para encontrar
indicadores que generen descuadres en cobranzas o información errónea en transacciones,
es otra de las grandes complejidades a las cuales los equipos de continuidad de operación
asociados a softwares de seguros se ven afectados.
Los proyectos de instalación de un software Core de seguros suelen ser de larga duración,
normalmente más de un año. Llevar a producción, o sacar a la venta a un cliente a través
de un software de seguros es un camino extremadamente dificultoso. Homologar la versión
base del sistema al uso que le dará el cliente, parametrizar los productos existentes en el
nuevo sistema, migrar la cartera de clientes y pólizas, realizar pruebas de cada una de las
transacciones del ciclo de vida de una póliza de seguro, configurar la reportería necesaria
para el usuario, son a grandes rasgos los pasos previos a la aparición de la continuidad de
operación.
Siempre se espera que las salidas a la venta a través del sistema ocurran una vez que se
han realizado todas las pruebas y chequeos necesarios, con la finalidad de disminuir la
cantidad de posibles incidentes. Lamentablemente, las necesidades del negocio no pueden
esperar, lo que conlleva a que generalmente se dé el visto bueno a salir a la venta con
muchas funcionalidades no probadas a cabalidad, o con la idea de reparar en la marcha.
En esta etapa es donde se designa el equipo de continuidad de operación que atenderá las
incidencias diarias. Dentro de los errores que se pueden presentar, existirán aquellos que
existiendo permiten de igual manera a los usuarios continuar con su trabajo, aunque
también existen aquellos que invalidan la operación y detienen la labor realizada por él. El
equipo de continuidad debe ser capaz de abordar ambos tipos de errores, entendiendo que
el negocio no puede esperar, y que como representantes in situ de la compañía de software,
poseer un plan que permita adaptarse para funcionar tanto en crisis, como en acción
normal, es clave para mantener una excelencia en la atención (Gneist, 2009).
La experiencia en la atención hará que los equipos logren una madurez, esto le agrega un
valor intrínseco a la compañía, lo que permite que en equipos futuros se puedan resolver
situaciones de forma eficiente, que generen documentación formal como base de la
atención y de los equipos de continuidad, y que se puedan capacitar nuevos recursos
humanos que ingresen a esta área, ampliando así la oferta de personal competente para la
atención (Egúsquiza Cáceres & Kong Ramos, 2017).
Esta dependencia nace debido a problemas en la “gestión del talento”, la cual, al consultar
últimos estudios, es notorio el poco avance que se ha realizado sobre esta temática. La
principal problemática es que no existe una única definición consensuada, referencias
teóricas, o un manual de buenas prácticas que apunten a esta gestión. Por otra parte, lo si
considerado para disminuir esta dependencia, o no fomentarla, es que se gestione a los
recursos de manera estratégica, buscando que el conocimiento no quede concentrado en
recursos clave (Rojo, 2014).
“Un poco de conocimiento que se utiliza y actúa es más valioso que un gran conocimiento
que permanece sin uso” (Gibran Kahlil, 1926).
Para el enfoque de este proyecto, la definición que mejor calza con la gestión del
conocimiento corresponde a la reutilización de procesos y soluciones que han sido
adquiridos a través de la operación, que consta de información, experiencias, habilidades,
intelecto de los participantes de la organización o mediante búsquedas externas a ella
(Aguilá, 1999).
La CMF es un servicio del gobierno chileno, de carácter técnico, creado como una entidad
jurídica y que posee su patrimonio propio, el cual mantiene un nexo con la presidencia del
país a través del ministerio de hacienda (CMF).
El primer registro de un ente fiscalizador del comercio en Chile data del año 1865, donde el
presidente de la República designaba a una persona para dar cuentas sobre el no
cumplimiento de los estatutos legales. Dos décadas después, se crea el cargo de
“Comisario Bancario”, el que inicia formalmente la supervisión de la banca nacional. A
inicios del siglo XX, se reglamenta a las compañías aseguradoras bajo normativa chilena.
Entre los años 1924 y 1930 se promulga la ley general de bancos, se crean la
Superintendencia de Bancos y la Superintendencia de Compañías de Seguros. En 1931,
bajo el decreto de ley Nº251, se fusionan ambos organismos con el nombre de
Superintendencia de Sociedades Anónimas, Compañías de Seguro y Bolsa de Comercio.
En 1980, se establece la creación definitiva de la Superintendencia de Valores y Seguros,
la cual es la continuadora de la creada en 1931. En el 2017, tras la promulgación de la ley
Nº21.000, formalmente se declara la Comisión para el Mercado Financiero, y en el 2019
con la ley Nº21.130, se anexa a la CMF la Superintendencia de Bancos y Entidades
Financieras, convirtiéndose en un órgano integro en el manejo del comercio (CMF).
Para el negocio del seguro en particular, la comisión tiene la potestad para la fijación de
tasas de interés, fijación de precios para seguros obligatorios, regulación de los tiempos de
las reparaciones de vehículos ingresados a taller por siniestros declarados, ajustes en las
tablas de mortalidad, entre muchas más (CMF).
Dadas las diferentes facultades sobre los seguros que tiene la CMF, es que, las compañías
oferentes de software Core de seguros deben estar al tanto de la normativa legal vigente,
de los cambios en leyes o decretos, y la permisión de ingreso a nuevos productos, ya que
estas modificaciones impactan directamente al funcionamiento de los sistemas. Dentro de
los contratos entre compañías aseguradoras y oferentes de softwares de seguros se indica
explícitamente que las regulaciones aplicadas por la CMF deben ser fijadas a manera de
soporte o continuidad operacional en los respectivos sistemas Core a la brevedad.
Generalmente, las compañías que ofrecen los softwares de seguros, tienen personal
encargado de estar al tanto de la normativa nacional y comunicar las actualizaciones
proporcionadas por la CMF a los equipos de continuidad para su reconfiguración en los
sistemas de los clientes.