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ESTRUCTURA DE LA OBRA:
En el primer capítulo el narrador nos muestra el último día de Juvenal Urbino, terminando
con la aparición sorprendente de Florentino en el velatorio.
Los siguientes cuatro capítulos son una retrospección (analepsis) que nos hará entender el
contenido de las últimas páginas del primer capítulo.
En cuanto a su estructura podemos decir que es circular en la forma ya que el primer capítulo se
continúa en el sexto, cerrando así la novela. Los grandes pilares de esta estructura son: el tiempo,
espacio y el narrador.
El espacio recibirá un tratamiento similar al del tiempo. No podemos ponerle un nombre concreto a
la ciudad donde se desarrolla la novela, pero si saber la Región (Colombia), pues nos dan datos
de los puertos del río Magdalena, y de pueblos de sierra Nevada durante el viaje de Fermina. Los
viajes en barco adquieren también una dimensión simbólica, pues supondrán para Fermina una
liberación que contrasta con la idea de cotidianeidad rutinaria y convencional que significaría la
tierra firme.
Como conclusión podemos decir que todas las características hacen que esta novela una de las
más representativas del boom hispanoamericano
METAFORAS:
1. “Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores
contrariados”.
2. “No va a faltarle aquí algún loco de amor que le dé la oportunidad un día de estos”
3. “Ni el uno ni el otro tenían vida para nada distinto de pensar en el otro, para soñar con el otro,
para esperar las cartas con tanta ansiedad como las contestaban”.
4. “Ambos se iban dejando traicionar por los recuerdos, hablándose sin quererlo, queriéndose sin
decirlo, y terminaban muriéndose de amor por el suelo, embadurnados de espumas fragantes”.
5. “Lo más absurdo de la situación de ambos era que nunca parecieron tan felices en público
como en aquellos años de infortunio. Pues en realidad fueron los años de sus victorias mayores
sobre la hostilidad soterrada de un medio que no se resignaba a admitirlos como eran: distintos y
novedosos, y por tanto transgresores del orden tradicional”.
La novela se sitúa en la transición entre en siglo XIX y el sigo XX, si bien el relato
comienza en una época cercana a 1930.
PERSONAJES:
I. PROTAGONISTAS:
Florentino Ariza. -Era hijo no reconocido de Pío Quinto, empresario y dueño junto a sus
hermanos de la Compañía Fluvial del Caribe. Florentino Ariza vestía de manera sombría,
lo cual le hacía parecer más viejo de lo que era. Le gustaba leer y escribir poemas de
amor. Estaba locamente enamorado de Fermina Daza, al punto de jurarle amor eterno
durante más de 50 años. Además, prometió mantenerse virgen para ella, cosa que no
pudo cumplir debido a un incidente con una desconocida en un barco. A partir de ese
momento se acuesta con centenares de mujeres, cuyos nombres anota en la que termina
haciendo una inmensa colección de cuadernos. Después de un tiempo, comienza a
trabajar en la Compañía Fluvial del Caribe, en donde inicia su carrera empresarial para
ganar fortuna y hacerse visible en la clase alta a la que pertenecía Fermina.
Fermina Daza. -Es una mujer orgullosa y altiva, como deja ver en sus disputas con
Juvenal por el jabón o las disculpas que su padre obligó a pedirle al doctor. Aunque existen
momentos de debilidad, como cuando acepta el matrimonio con Juvenal. Sus dudas se
disipan porque la relación con Juvenal le permitirá ascender socialmente, aunque lucha
toda su vida por preservar su libertad. Siempre mantiene un asomo de rebeldía. Se
caracteriza por su inseguridad e incapacidad de soportar el sentimiento de culpa (necesita
dejar clara siempre su inocencia). Es impulsiva, como cuando deja a Florentino o cuando
acepta casarse con Juvenal sin amarlo. Siempre interpone la rabia para que no se le note
el miedo.
Juvenal Urbino. -Médico esposo de Fermina Daza, se dedicó a acabar con el cólera en su
pueblo. De mayor usaba bastón y vestía chaleco largo, resaltando su apariencia y su
personalidad. En su juventud era el soltero más codiciado por su forma de tratar a las
personas y su gran sensibilidad humanitaria. No le gustaban los animales, y cabe destacar
que su muerte fue producida cuando se escapó su mascota, un loro al cual, en un intento
de cogerlo, resbala de una escalera y cae al suelo. Aunque todos pensaban que era un
gran ser, le fue infiel a Fermina Daza con una mujer llamada Bárbara Lynch, una paciente
que conoce en una visita médica a su hogar, con quien mantiene una relación amorosa
clandestina por 4 meses.
II. PERSONAJES SECUNDARIOS:
Lorenzo Daza. -El padre de Fermina. Este en un momento fue acusado de tener malos
negocios tales como traficar mulas, era demasiado estricto con su hija Fermina.
Lotario Thugut. -Es el telegrafista de origen alemán que le da ánimos a Florentino para
que aprenda la telegrafía, también es el dueño del hotel en donde Florentino pasó varios
momentos con damas.
Tránsito Ariza. -La madre de Florentino, llegada a cierta edad se volvió loca y comienza a
pensar que es la Cucarachita Martínez. Siempre fue una madre preocupada y protectora
de Florentino.
Hildebranda Sánchez. -Es la prima de Fermina con quien se cuenta todos sus secretos,
parecen hermanas. Ella le enseñó a Fermina a fumar y también coqueteaba con Juvenal
antes de que se casaran. También te puede gustar la obra diles que no me maten de Juan
Rulfo.
Marco Aurelio Urbino Daza y Ofelia Urbino Daza. -Los hijos del matrimonio de
Florentino y Fermina. Del hijo se dice que fue médico como su padre, aunque no llegó a
hacer nada notable en su vida, pues a los cincuenta años no había capaz de hacer ni
siquiera un hijo. Por su parte, Ofelia, casada con un buen empleado de banco en Nueva
Orleans, tuvo tres hijas y ningún varón. De ahí que el doctor Juvenal Urbano se muriera
con la frustración de no haber tenido un nieto varón que perpetuase su apellido. Tras la
muerte del padre, el hijo se llevó la biblioteca de su padre, para que en esa habitación
pudiera poner Fermina su costurero. La hija, por su parte, se llevó algunos muebles y
muchos objetos que le pudieran servir para las subastas de antigüedades de Nueva
Orleans.
Lotario Thugut. -El telegrafista, jefe de Florentino, que además tocaba el órgano en las
ceremonias mayores de la catedral y daba clases de música a domicilio. Se ocupó de
enseñar a Florentino el código Mórese, el manejo del telégrafo y a tocar el violín. También
quiso iniciar a Florentino en las artes amatorias con las pájaras de la noche; pero éste le
dijo que había decidido perder su virginidad sólo por amor. Lotario tenía fama de gran
fornicador lo que, unido a su gracia personal, le proporciona gran éxito con las prostitutas.
NAZARET. -A la que él conoció cuando ella tenía 28 años y había parido tres veces. La
primera noche que tuvo sexo con Florentino se quitó el luto y se convirtió en una fiel y
alegre amante de Florentino y de otros muchos, pues había conocido el placer de la
perversión.
Ausencia Santander. -Otra viuda que había tenido un matrimonio convencional durante
veinte años, y que tenía un instinto especial para el amor. A pesar de tener otro amante,
siempre estaba dispuesta a recibir a Florentino, al que dejaba completamente exhausto y
al que le hacía sentirse como un mero instrumento de placer para ella
Sara Noriega. -Maestra de Urbanidad e Instrucción Cívica, había tenido varios amantes
ocasionales, conoció a Florentino cuando éste iba a cumplir los 30 años y ella ya estaba en
la plenitud de su edad. Lo que más le gustaba a Florentino era que, mientras hacía el
amor, tenía la costumbre de succionar un chupete de niño para alcanzar la gloria plena.
Además de entregarse hasta el agotamiento, era una gran amante de la poesía. A ella se
debe la célebre frase de que todo lo que se hiciera desnudo era amor.
Olimpia Zuleta. -Una muchacha a la que Florentino conoció cuando, durante un día de
lluvia, la recogió y la llevó en su coche hasta la casa de ella. Se había casado hacía menos
de un año con un cacharrero del mercado y era gran aficionada a criar palomas.
Precisamente, una de esas palomas les sirvió para mandarse mensajes de amor, hasta
que, seis meses después del primer encuentro, tuvieron su primer encuentro amoroso en
el camarote del buque fluvial, durante el cual Florentino le escribió un letrero en su vientre.
Esa noche su marido lo descubrió y la degolló con una navaja barbera.
América Vicuña. -Una niña de catorce años, que estaba estudiando para maestra superior
con una beca del gobierno, y a la que Florentino “se la fue llevando de la mano con una
suave astucia de abuelo bondadoso hacia su matadero clandestino”. Ella era una niña
dispuesta a descubrir la vida y él se comportó con ella como lo que nunca hasta entonces
había querido ser: un novio senil. Con ella pasaba los fines de semana, cuando la niña no
estaba en el internado. Y, cuando él le dijo que pensaba casarse con Fermina, ella
experimentó un gran dolor y se sumió en una profunda depresión, que fue la que la
condujo al suicidio. Aunque no llegó a ser amante de Florentino.
Leona Cassiani. -Fue “la verdadera mujer de su vida, aunque ni él ni ella lo supieron
nunca, ni nunca hicieron el amor”. Era una negra, joven y bonita, a la que conoció en el
tranvía de mulas. Al pensar en ella como lo que era, una puta, decidió no hacerla amante
suya, pues él tenía la firme convicción de no pagar nunca por hacer el amor. A pesar de
haber estudiado sólo en la Escuela de Sombrerería, era una mujer con especial habilidad
para aprender, para manejar los secretos y para estar en el sitio oportuno en el momento
justo, además de poseer un gran sentido común para los negocios. Por eso el tío León XX
la hizo asistente personal suya y la llamaba “tocaya Leona”. Y con ella hubiera deseado el
tío León XII que se casara su sobrino Florentino, pues estaba seguro de que le hubiera
hecho feliz.
De ella se dice que, a pesar de vivir en el otro extremo de la ciudad, estaba dispuesta a
cualquier hora del día y de la noche para cualquier actuación compasiva que necesitara
Florentino.
El ambiente en que se desarrolla la obra: El entorno principal, una ciudad en las orillas
del Río Magdalena en la costa del Caribe, se parece mucho a Cartagena, Colombia
EL MENSAJE
El mensaje de la obra es simplemente la perseverancia, ante todo, el luchar por lo que uno
verdaderamente desee, y más cuando se trata de un amor que se ve inalcanzable pero
que en realidad no lo es. Que no importa cuanto sea el tiempo tarde la organización exacta
de las cosas, siempre va a pasar lo que tiene que pasar, siempre va a pasar lo que Dios
quiera.
El tema
Fermina Daza y Florentino Ariza se aman desesperadamente, pero les impiden casarse
porque tienen 20 años y son muy jóvenes. Al ser separados, cada uno toma su camino.
Por cosas de la vida se reencuentran luego de 51 años, 7 meses y 11 días, y ahora resulta
que tampoco está bien que se casen porque son muy viejos.
A pesar de que me costó un poco conectar con la lectura por sus 6 extensos capítulos sin
numeración ni títulos, ha sido un relato que me hizo reflexionar acerca de la vida, el amor,
la vejez y la muerte.
Fragmento de la obra
“Y la miró por última vez para siempre jamás con los ojos más luminosos, más tristes y más
agradecidos que ella no le vio nunca en medio siglo de vida en común, y alcanzó a decirle con el
último aliento: —Sólo Dios sabe cuánto te quise”.
(pag.29)
“A esa edad ya uno está medio podrido en vida”. Antes que cerraran el ataúd, Fermina Daza
se quitó el anillo matrimonial y se lo puso al marido muerto, y luego le cubrió la mano con la
suya, como siempre lo hizo cuando lo sorprendía divagando en público.
— Nos veremos muy pronto — le dijo.
(pag.32)
La misma noche de la renuncia, mientras se desvestía para dormir, le repitió a Fermina Daza
la amarga letanía de sus insomnios matinales, las punzadas súbitas, las ganas de llorar al
atardecer, los síntomas cifrados del amor escondido que él le contaba entonces como si fueran
las miserias de la vejez. Tenía que hacerlo con alguien para no morirse, para no tener que
contar la verdad, y al fin y al cabo aquellos desahogos estaban consagrados en los ritos
domésticos del amor. Ella lo oyó con atención, pero sin mirarlo, sin decir nada, mientras iba
recibiendo la ropa que él se quitaba. Olía cada pieza sin ningún gesto que delatara su rabia, la
enrollaba de cualquier modo, y la tiraba en el canasto de mimbre de la ropa sucia. No
encontró el olor, pero daba lo mismo: mañana será otro día. Antes de arrodillarse a rezar
frente al altarcito del dormitorio, él concluyó el recuento de sus penurias con un suspiro triste,
y sincero, además: “Creo que me voy a morir”. Ella no parpadeó siquiera para replicarle.
— Sería lo mejor — dijo—. Así estaremos los dos más tranquilos.
(pag.156)
COMETARIO PERSONAL
Un libro que todo el mundo debería de leer. A pesar de ser un poco denso, la reflexión del
matrimonio, el paso del tiempo y, sobre todo, el amor en aquellos tiempos hace de la narrativa de
Márquez un verdadero disfrute. Simplemente una historia fascinante sobre cómo la vida, como
bien dice el autor, no tiene límites. La perfecta historia de amor hecha novela. El autor con basta
descripción (sin caer en la pesadez) sitúa al lector en tiempo y espacio donde se desarrolla la
historia, te adentra en los sentimientos de cada uno de los personajes. Lectura imperdible de los
amantes de la novela romántica.