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“Detrás de la pizarra”

Detrás de la pizarra, es una película basada en la historia real de la maestra Stacey


Bess, quien desde muy joven tuvo la ilusión de convertirse en profesora. Ya recién
graduada, la profesora Stacey consiguió su primer trabajo en una escuela y muy ilusionada
se preparó, sin embargo, al llegar al lugar, se dio cuenta que nada sería como se lo imaginó
y que se enfrentaría a más retos de los que hubiera pensado, ya que en primera instancia, el
edificio en el que impartiría sus clases, se encontraba en muy mal estado, sin los recursos
necesarios y además, no se trataba de una escuela formal, sino de un refugio en donde
habitaban familias de escasos recursos y con diversos problemas familiares, sociales,
educativos, etc.

Aparte de las condiciones físicas que complicaban la enseñanza y aprendizaje de los


alumnos, ellos mismos presentaban signos de rebeldía, tristezas, desánimo, baja autoestima,
y rezago escolar y finalmente, sus propios padres tenían actitudes de resistencia ante la
maestra, lo cual también influía en la conducta de los estudiantes.

A pesar de lo complejo de la situación, la maestra Stacey, no se dio por vencido, ya


que su pasión, compromiso, tenacidad y vocación, fueron las cualidades que la impulsaron
a no claudicar ante las adversidades y de los diferentes problemas que tenía, buscó ayuda,
estrategias y motivación para lograr enseñar a los alumnos. Una de las principales acciones
que realizó fue decorar su aula, lo cual enseguida cambió el ánimo de los alumnos,
permitiendo que se sintieron más a gusto y motivados; además buscó el apoyo de las
personas y familias que vivían en el refugio y habló con el superintendente quien le facilitó
material y recursos para el aula. Sin embargo, uno de los actos que me parecieron más
importantes fue cuando la profesora habló con sus alumnos, disculpándose por sus
reacciones anteriores e intentando dialogar con ellos, esa escena me gustó en particular,
porque creo que es muy importante tratar a los jóvenes con el valor que se merecen, cuidar
su dignidad y respetar sus opiniones; además la maestra les enseñó a nombrar diferentes
emociones, lo cual es muy importante para la educación emocional.

Esta película me conmovió y me generó admiración por la maestra Stacey, además,


me hizo recordar vivencias que tuve en mis inicios como profesora, debido a que, en mi
labor docente, también he experimentado situaciones complejas, en las que los alumnos se
conducen con rebeldía ante la clase. Ocurrió en mi primer año como maestra, en el que
trabajé con un grupo que ya había iniciado el curso con otro profesor, y el adaptarnos fue
complejo, porque preferían a su maestro anterior. Debido a mi falta de experiencia, tuve
comienzos tropezados en los que no pude integrarme con el grupo, sin embargo, poco a
poco los fui conociendo y entendiendo el tipo de aprendizajes que ellos requerían y querían
tener, entonces fui realizando actividades que les fueron gustando y motivando, como salir
a pintar, bailar, clases de dibujo y concurso de carteles. Antes de terminar el ciclo escolar,
tuve un cambio de escuela, y el último día que fui al colegio, el grupo me despidió con
pastel, botanas y refrescos y agradeciendo las clases que tuvimos.

No hay duda de que ser maestro es un trabajo muy complejo, porque nos
enfrentamos a todo tipo de dificultades, muchas de ellas, que están fuera de nuestro
alcance, como el sistema educativo y el ambiente familiar en el que viven los alumnos, sin
embargo, desde nuestras trincheras podemos encontrar el camino y las estrategias para que
la educación avive la felicidad en nuestros educandos.

Para concluir, considero que, como maestros, es importante tener presente la gran
influencia y que podemos ser para nuestros alumnos, por ello, creo que vale la pena
recordar que “nosotros podemos ser el cambio que queremos ver en el mundo”.

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