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SUMARIO: “El Abencerraje” (cuarta parte)

 Rasgos del estilo renacentista en la obra


 Autoría e intención
 “El Abencerraje” y la novela moderna
 Lectura y análisis de la obra:
o Carta de Rodrigo para el Rey de Granada, pp. 47-48
o El alcalde de Coín acepta la unión de su hija Jarifa y su yerno Abindarráez, pp. 49-51
o Carta de Abindarráez a Rodrigo, pp. 51-52
o Carta de Rodrigo a Jarifa, pp. 52-54

9- ESTILO RENACENTISTA
El estilo narrativo de El Abencerraje se amolda perfectamente al ideal renacentista de sencillez,
naturalidad y elegancia, cuyo máximo exponente es la lírica de Garcilaso de la Vega. La opinión de la
crítica sobre El Abencerraje ha sido unánime: estamos ante una obra escrita con exquisita sencillez. En
palabras de Menéndez Pelayo, la novela es «un dechado de afectuosa naturalidad, de delicadeza, de buen
gusto, de nobles y tiernos afectos, en tal grado que apenas hay en nuestra lengua novela corta que la
supere».

La prosa de El Abencerraje responde a este ideal estilístico. Estos rasgos se perciben en el uso de una
adjetivación mesurada y rica que refleja el esplendor de los palacios musulmanes; en el empleo de un
vocabulario elegante lleno de arabismos y en el uso de una sintaxis transparente y clara.

Otro rasgo de la prosa renacentista se observa en las descripciones. El autor tiene una noción muy
pictórica del relato, y usa elegantes descripciones con el propósito de dibujar con palabras los escenarios
y los personajes.

Obsérvese en el siguiente fragmento el uso que hace el autor de la descripción, y la finura y elegancia que
muestra en la selección del léxico y en la adjetivación:

«Y metiéndose entre una arboleda que junto al camino se hacía, oyeron ruido. Y mirando con más
atención, vieron venir por donde ellos iban un moro en un caballo ruano; él era grande de cuerpo y
hermoso de rostro y parescía muy bien a caballo. Traía vestida una marlota de carmesí, y un albornoz de
damasco del mismo color, todo bordado de oro y plata. Traía el brazo derecho rezagado y labrada en él
una hermosa dama y en la mano una gruesa y hermosa lanza de dos hierros. Traía una darga y
cimitarra, y en la cabeza una toca tunecí, que dándole muchas vueltas por ella, le servía de hermosura y
defensa de su persona. En este hábito vestía el moro mostrando y cantando un cantar que él compuso en
la dulce membrana de sus amores».

La novela, como se ve en el fragmento, emplea gran cantidad de vocablos árabes: albornoz, carmesí,
cimitarra... Este recurso sirve para evocar los idealizados ambientes musulmanes y ambientar
lingüísticamente la obra.

Otro ejemplo de sencillez y elegancia narrativa, lo tenemos en la descripción que hace Abindarráez de su
primer encuentro con Jarifa:
«Miréla vencido de su hermosura, y parecióme a Sálmacis y dije entre mí: ¡Oh, quién fuera Troco para
parescer ante esta hermosa diosa! No sé cómo me pesó de que fuese mi hermana; y no aguardando más,
fuime a ella, y cuando me vio con los brazos abiertos me salió a rescebir y, sentándose junto a sí, me
dijo: «Hermano, ¿cómo me dejastes tanto tiempo sola?».Yo la respondí: «Señora mía, porque ha gran
rato que os busco, y nunca hallé quien me dijese dó estábades, hasta que mi corazón me lo dijo».

En este fragmento, además de la belleza en la expresión de los sentimientos, se observa otro rasgo de la
literatura renacentista: las alusiones mitológicas. En este párrafo el moro evoca el mito de Sálmacis y
Hermafrodito al contemplar la belleza de su amada.

Las referencias a la cultura clásica están presentes en toda la novela. El mito de Narciso, el juicio de
Paris con Juno, Minerva y Venus, las sentencias de Séneca, etc., se insertan en el hilo del relato para
ilustrar los sentimientos o las acciones de los personajes. También son abundantes las referencias a las
novelas de caballerías o los cancioneros, fuente de la que se nutre la novela idealista.

De igual modo, en la novela abundan todo tipo de figuras retóricas: anáforas, apóstrofe, hipérboles,
enumeraciones, etc., pero los recursos están supeditados a la claridad del estilo.

ANÁFORA:
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
Miguel Hernández, "Elegía"

APÓSTROFE:
Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre sábanas de espuma,
¡llevadme con vosotras!
Gustavo Adolfo Bécquer, "Rima LII"

HIPÉRBOLE:
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Francisco de Quevedo, "A una nariz"

ENUMERACIÓN:
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo...
De Lope de Vega, "Desmayarse"

La novela, en suma, es modelo de sencillez, naturalidad y elegancia. Las dificultades de comprensión que
la obra entraña para un lector moderno no radican tanto en la complejidad del estilo, como en los rasgos
históricos de un texto con cuatro siglos y medio de antigüedad.
10- AUTORÍA E INTENCIÓN DE LA OBRA
La autoría de la obra es un escollo de muy difícil esclarecimiento. El Abencerraje es una obra
voluntariamente anónima, como El Lazarillo de Tormes. Aunque la paternidad de esta novela picaresca
ha sido desvelada recientemente, en el caso de El Abencerraje los críticos carecen de datos para especular
sobre su autoría.

El anonimato era parte de los hábitos literarios de la Edad Media, pero esta no parece ser una razón
suficiente. La anonimia de El Abencerraje parece estar relacionada con la intención de la obra. La novela
tiene como escenario las guerras entre cristianos y musulmanes. Las tensiones políticas y religiosas que
caracterizan la España del siglo XV, época en que se sitúa la acción, se resuelven de modo traumático con
la expulsión de los moros en 1609 con el decreto de Felipe III. En un contexto bélico y de persecución al
infiel, la novela ofrece una visión idealizada de los contendientes. Como el relato no niega las virtudes del
adversario, sino que las ensalza, la obra sugiere veladamente un escenario de reconciliación que contrasta
con la ideología dominante, que ve en el moro y en el judío un enemigo a erradicar. No es de extrañar, en
este contexto hostil, que el autor optara por protegerse bajo el anonimato.

El autor de El Abencerraje fue probablemente un converso que utilizó los moldes de la literatura para
plantear, a través de una historia de amor, una crítica a la política de represión de los reyes cristianos, y
una propuesta de reconciliación. Esta intención moralizante, en definitiva, explicaría el anonimato de una
obra que atentaba contra la ideología dominante de persecución al converso y al infiel.

Actividades:
1. ¿Crees que esta novela beneficia o perjudica a los moriscos españoles del siglo XVI? ¿Cuál crees
que fue la intención del autor al escribir la obra? Argumenta tus respuestas.

11- “EL ABENCERRAJE” Y LA NOVELA MODERNA


El Lazarillo de Tormes refunda el género novelesco y supone un cambio radical en la forma de concebir
la ficción narrativa. Desde la publicación de esta obra, la novela ya no describe mundos idealizados, sino
que refleja la realidad y la experiencia humana; los personajes dejan de ser arquetipos ideales y
evolucionan a lo largo del relato; el autor ofrece distintos puntos de vista y sitúa la obra en un escenario
de verosimilitud, lejos de la desarbolada fantasía medieval.

Pero en El Lazarillo de Tormes se refunde el género aunando el vigor de la novela realista con la
elegancia y refinamiento de la novela idealista, es decir, sintetizando la tradición y la modernidad, y
tomando lo mejor de cada tendencia. Desde este punto de vista, puede decirse que El Abencerraje
contribuye decisivamente a la aparición de la novela moderna.

Esta novela morisca, escrita en los albores del Renacimiento, mezcla la realidad histórica con la ficción
novelesca, y sitúa la historia en un escenario de verosimilitud, alejado de los excesos fantasiosos de la
novela medieval. De igual modo, su estilo sencillo y elegante es un ejemplo de prosa renacentista que
alabaron los autores de la época.

La vigencia de El Abencerraje queda patente en las numerosas ediciones y reimpresiones que ha tenido a
lo largo de los siglos. Cuatro siglos y medio después, sigue siendo una novela deliciosa, de amena y
enriquecedora lectura.

Actividades:
2. ¿En qué contribuye El Abencerraje a la aparición de la novela moderna?

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