… pensadas para ser contadas ante un auditorio que las escucha embobado…
La corta extensión que generalmente ofrecen estos relatos explica las referencias a su carácter oral. Desde el siglo
XVI, los tratados cortesanos habían procurado una formación del caballero que se basara no solo en el manejo de las
armas, sino también en su agudeza en el decir y en su ingenio a la hora de enamorar con requiebros y razones bien
compuestas. El nuevo cortesano se presentaba como un individuo capaz de componer unos versos, contar chistes o
cuentos, debatir sobre un tema de interés o narrar una historia con la que aliviar la pesadez del camino o entretener una
velada entre amigos.
Las Novelas Cortesanas presentan sucesos que son narrados de manera oral, no leídos, sino recreados ante un
auditorio que no duda en aplaudir con agrado al termino de los mismos. Jóvenes enamorados, damas desengañadas,
vecinos aburridos, familias entretenidas, estudiantes ingeniosos… se reúnen para contar al calor de la lumbre o al fresco
de las noches de verano breves casos de amor que ponen a prueba su buen gusto en el arte de narrar. De hecho, el interés
del relato, no estaba solamente en la novedad de la historia narrada, en su contenido, sino también en la manera de
contarla, en su forma.