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Ramón Antonio Duarte SD-19-202-38 29/11/2022

Derecho Administrativo

Tema 3: Las Secretarias de Estado

Las Secretarias de Estado

La Secretaría de Estado de la Presidencia fue constitucionalizada al ser


instaurada en el artículo 53 de la Constitución Política de fecha 9 de junio de
1934, al establecerse que a falta definitiva del Presidente y del
Vicepresidente, el Secretario de esta cartera sería el cuarto en la línea de
sucesión a ocupar la Presidencia, si se produjere la falta definitiva del
Secretario de Estado de Interior y Policía, quien sería el tercero en asumir.
No obstante, a pesar de su consagración la misma constitución ordenaba que
estas instituciones debieran tener una Ley que las instituyeran.
Luego, con la evolución y el paso de los años, con la promulgación de la Ley
núm. 129, del 26 de noviembre de 1942, se le otorgó facultades para el
despacho de todas las disposiciones del Presidente de la República en lo
relativo a la Dirección General de Obras Públicas (actual Ministerio de Obras
Públicas y Comunicaciones), Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo,
Dirección de Presupuesto, el servicio de Estadística Nacional, la Comisión
Nacional de Servicio Civil y la Comisión para el Desarrollo y el
Embellecimiento de “Ciudad Trujillo” (denominación que le fue asignada a la
ciudad de Santo Domingo de Guzmán mediante la Ley núm. 1067, de fecha
11 de enero de 1936).

Más adelante, la Ley núm. 4378, Orgánica de Secretarías de Estado, de


fecha 10 de febrero de 1956, así como el Decreto núm. 1489, del 18 de
febrero del mismo año, nuevamente se dispone la creación de la Secretaría
de Estado de la Presidencia, así como los deberes y atribuciones generales
del Secretario de Estado de la Presidencia, circunscribiéndola al cumplimento
de su articulado.

En el año 1963, mediante la reforma constitucional de ese mismo año, fue


suprimida la disposición sobre la Secretaría de Estado de la Presidencia, la
cual luego de haber sido reconocida desde la constitución del 1934 e
instaurada expresamente como una Secretaría desde la constitución de 1955,
quedaba fuera de la constitución conjuntamente las demás Secretarías que
históricamente habían sido reconocidas constitucionalmente.

El 8 de septiembre de 1965, mediante la promulgación de la Ley núm. 10, la


Secretaría de Estado de la Presidencia es suprimida, debido a una
reorganización del despacho administrativo de la Presidencia de la
República. En sustitución de la misma, se crearon el Secretariado Técnico y
el Secretariado Administrativo de la Presidencia, cuyas funciones estarían
dispuestas en un Reglamento a ser dictado por el Poder Ejecutivo, el cual no
llegó a ser emitido.

El 22 de noviembre de 1965, con el objetivo de ejercer las funciones de


orientación y coordinación de la política económica y social del sector
público, se promulga la Ley núm. 55, la cual instituye un sistema de
planificación del desarrollo en la República Dominicana conformado por el
Consejo Nacional de Desarrollo, el Secretario Técnico de la Presidencia y
oficinas institucionales de programación. Además, asigna funciones
preponderantes al Secretariado Técnico de la Presidencia, define cómo
estará conformado y le faculta a establecer consejos consultivos con el sector
privado.

Luego de 7 años de haber sido suprimida, la Secretaría de Estado de la


Presidencia, es creada nuevamente con la promulgación de la Ley núm. 450,
de fecha 29 de diciembre de 1972 (por la cual se encuentra regida en la
actualidad) como órgano auxiliar del Presidente de la República en el
despacho de todos los asuntos de cualquier carácter que éste le confíe,
integrada por el Secretario de Estado de la Presidencia, el Secretario
Administrativo de la Presidencia y el Secretario Técnico de la Presidencia
(actual Ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, por disposición de la
Ley núm. 496-06, de fecha 28 de diciembre de 2006), a los que les serían
asignadas funciones diversas mediante leyes o decretos posteriores.
Asimismo, esta ley facultó al Secretario Administrativo y al Secretario Técnico
de la Presidencia a continuar ejerciendo las atribuciones y funciones
establecidas en las citadas leyes núm. 10, de fecha 8 de septiembre de 1965,
y núm. 55, de fecha 22 de noviembre de 1965.

Varios años después, mediante el Decreto Núm. 153, de fecha 26 de agosto


de 1982, se aprobó el Reglamento sobre el funcionamiento de la Secretaría
de Estado de la Presidencia, colocando bajo su dependencia y vigilancia
varios organismos estatales. Estableció las funciones a cargo del Secretario
de Estado de la Presidencia, las cuales incluyen, entre otras, la coordinación
de labores de la Secretaría Técnica Presidencia (hoy Ministerio de Economía,
Planificación y Desarrollo) y de la Secretaría Administrativa de la Presidencia
(al día de hoy conocida como Ministerio Administrativo de la Presidencia), y
la de informar al Presidente todo cuanto juzgue necesario o conveniente para
el buen ejercicio de las funciones de la Administración Pública, las
instituciones autónomas y las demás entidades descentralizadas del Estado.

El 28 de diciembre de 2006, la Ley Núm. 496-06 crea la Secretaría de Estado


de Economía, Planificación y Desarrollo, la cual reemplazó al Secretariado
Técnico de la Presidencia conjuntamente con las responsabilidades y
atribuciones que las leyes y decretos le asignaban, y deroga la Ley núm. 10 y
la Ley núm. 55.

Con la promulgación de la Constitución de la República del 26 de enero del


año 2010 y del Decreto núm. 56-10, de fecha 8 de febrero del año 2010, se
sustituye la denominación de las Secretarías de Estado por Ministerios y el
cargo de los titulares de Secretarios(as) de Estado por el de Ministros(as),
por ello la institución pasa a ser el Ministerio de la Presidencia, denominación
que lleva hoy día.

Disposiciones Constitucionales
De conformidad con lo dispuesto en el Art. 4 de la Constitución Nacional “el
Gobierno de la Nación es civil, republicano, democrático y representativo” y sus
tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, son independientes en el ejercicio de
sus respectivas funciones. Con respecto a los Organismos encargados de dirigir
los procesos electorales, el texto constitucional dispone que lo son la Junta Central
Electoral y las juntas dependientes de ésta.7 En el título correspondiente a
derechos políticos, estipula que el voto es obligatorio, personal, libre y secreto y
que tienen derecho a ello los dominicanos que hayan cumplido 18 años y los
menores de edad que sean o hubieren sido casados. Por el contrario, no están
habilitados para ejercer el derecho al sufragio, los miembros de las fuerzas
armadas y cuerpo de policía así como aquellos que hubieren perdido o tuvieren
suspendidos los derechos de ciudadanía.

Sin embargo, como las elecciones se celebran en Colegios Electorales cerrados,


solo se consideran habilitados para votar aquellos electores que al llegar a la
mesa se identifican y son incluidos en una lista de concurrentes que, a una
determinada hora, se cierra para dar inicio a la votación.9 La Constitución
establece que el Poder Ejecutivo es ejercido por el Presidente de la República,
elegido cada cuatro años por voto directo, no pudiendo ser reelecto para el
período constitucional subsiguiente.10 Dispone además que, cuando ninguna de
las candidaturas para elegir Presidente y Vicepresidente obtenga la mayoría de los
votos válidos emitidos, se convocará a una segunda vuelta dentro de los
siguientes 45 días. En ella participarán únicamente las dos que hayan obtenido
mayor número de votos en la primera elección.

Atribuciones Administrativas Secretarias de Estado

En fecha 9 de agosto de 2012, la Ley núm. 247-12, Orgánica de


Administración Pública atribuye otras funciones al Ministerio de la
Presidencia, tales como: ejercer la Secretaría Técnica del Consejo de
Ministros e informar periódicamente al o a la Presidente de la República
sobre el estado general de su ejecución y resultados; coordinar los procesos
de evaluación integral de la gestión pública y de resultados de las políticas
públicas adoptadas por el Ejecutivo e informar de ello al Presidente de la
República; estar a cargo de los consejos consultivos de carácter transversal,
intersectorial o inter-territorial, mediante adscripción; tener bajo su
adscripción administrativa, todas las comisiones presidenciales e
interministeriales, así como los comisionados y ofrecer apoyo administrativo
al o a la Presidente de la República, a cargo del Viceministerio Administrativo
del Ministerio de la Presidencia.

Estatuto Jurídico Secretarias de Estado


El ejercicio de la función pública estará regido por un conjunto ordenado y
sistemático de principios fundamentales que constituyen la esencia de su estatuto
jurídico, a saber:

La Ley 41-08 de Función Pública tiene como objetivo regular las relaciones de
trabajo de las personas designadas por la autoridad competente, para
desempeñar cargos presupuestados para la realización de funciones públicas en
el Estado, los municipios y las entidades autónomas, en un ambiente de
profesionalización y designación laboral de sus servidores.

algunos de los derechos generales de los servidores públicos como recibir


remuneraciones, compensaciones, formación, capacitación, beneficiarse de
programas de bienestar establecidos, sueldo 13, licencias, permisos, tratamiento
justo, ambiente de trabajo sano, jubilaciones y pensiones.

Es un deber de los servidores públicos ser considerados, solidarios con el público,


con sus compañeros, guardar la confidencialidad que requieren los asuntos
relacionados al trabajo, aún después de haber cesado en su cargo, salvaguardar
los intereses, valores, equipos y materiales del Estado.

Limitaciones a la Potestad Reglamentaria de los Secretarios de


Estado

Definición e importancia del reglamento en el ordenamiento jurídico. Si nos


atenemos a la definición del reglamento que lo conceptúa como la norma escrita,
de categoría inferior a la ley, dictada por la Administración en ejercicio de
competencias atribuidas por la Constitución y las leyes, parecería que el
reglamento ocupa un lugar modesto en el sistema de fuentes del Derecho. Pero si
nos detenemos a analizar el significado profundo del reconocimiento al Poder
Ejecutivo de la facultad de crear Derecho y si observamos que, del conjunto de
normas que componen el ordenamiento jurídico-administrativo, los reglamentos
ocupan un elevadísimo porcentaje, sale a relucir la importancia cualitativa y
cuantitativa del reglamento como fuente del Derecho.
El descomunal volumen de normas reglamentarias no sólo provoca impotencia en
los operadores jurídicos a quienes les es imposible conocer todas y cada una de
estas normas, sino que llama la atención del doctrinario que tiene que explicar
cómo es posible un poder normativo de tal trascendencia en manos del ejecutivo
precisamente en un Estado democrático y representativo como el dominicano en
donde el Congreso Nacional tiene, en principio, el monopolio de la función
legislativa. Esto explica porqué lo fundamental en relación a la potestad
reglamentaria de la Administración es garantizar la efectiva sumisión del
reglamento a la ley, entendida como norma superior y manifestación directa de la
voluntad popular expresada en el Congreso. Esta preeminencia de la ley explica
una serie de exigencias que tratan de encuadrar jurídicamente el legítimo ejercicio
de la potestad reglamentaria, como lo es la titularidad de dicha potestad, las
materias que pueden ser abordadas por la misma, el procedimiento de elaboración
de los reglamentos y los límites que debe observar el reglamento en relación a la
ley.

Lo que resulta claro es que, para ocupar el importantísimo lugar que tiene en el
sistema de fuentes del Derecho, el reglamento ha tenido que rebasar una serie de
objeciones como las que resultan del principio de la separación de poderes y del
monopolio de la función normativa por el legislador.

Y es que los ordenamientos constitucionales contemporáneos han sido


profundamente impactados por los ideales de los revolucionarios franceses que
quisieron concentrar el poder legislativo con carácter exclusivo en la Asamblea
Nacional y descartar las interferencias normativas del ejecutivo. No obstante la
influencia de las ideas de la Revolución francesa, lo cierto es que el reglamento
emerge como una norma que, aunque inferior a la ley, podía ser dictada para
desarrollar y ejecutar leyes pero que, en ausencia del legislador, podía ocupar los
dominios del legislador e, incluso, en casos de urgencia y necesidad, podía
excepcional la aplicación de la ley. Pasaría un tiempo antes que se afincaran los
rasgos definitivos del reglamento como norma inferior a la ley, que no puede
invadir los terrenos confiados por la Constitución al legislador y cuya misión
fundamental es completar y desarrollar las leyes.

Y no podía ser de otro modo si tomamos en cuenta las funciones actuales de la


Administración. En la actualidad, ésta asume decisivas funciones de conformación
social en la medida en que el Estado, a la luz del artículo 8 de la Constitución, no
sólo es un Estado democrático de Derecho sino también un Estado social cuya
finalidad principal es la protección efectiva de los derechos de la persona y el
mantenimiento de los medios que permitan el perfeccionamiento progresivo de la
misma en un orden no solo de la libertad garantizada por los derechos individuales
sino de la justicia social que procuran los derechos sociales.
Excepciones en Materia de Salud Pública

Excepción procesal es la alegación contenida en el escrito de contestación a la


demanda y referida a defectos procesales que impiden continuar el proceso hasta
resolver sobre el fondo del asunto.

La excepción procesal es una herramienta jurídica a disposición de la persona


demandada para resistirse a la acción que ha interpuesto el demandante. El
objetivo de la excepción procesal es impedir que el procedimiento siga su curso
normal y que el juez entre a valorar el fondo del asunto por el que se demanda a
una persona. Al presentar alguna de las excepciones procesales, el demandado
logra detener el curso normal del procedimiento judicial solicitando al juez que
evalúe y resuelva antes esa petición que plantea.

La excepción es un medio de defensa, de fondo y de forma, por el cual el


demandado opone resistencia a la demanda del actor, resistencia que tienen la
intención. De destruir la marcha de la acción o la acción misma.

La diferencia entre la defensa y la excepción radica en que ésta última va


encaminada a los presupuestos procesales, deteniendo o terminando el proceso.
En cambio las defensas, desvirtúan y atacan la base sobre la que descansan las
pretensiones, ya que implican la discusión relativa al derecho subjetivo –
pretensión de fondo-. Desde esta perspectiva, las defensas corresponden a las
excepciones sustanciales y las excepciones a las llamadas excepciones
procesales.

Apelación al Presidente de la República

En todos los casos de urgencia, el presidente podrá ordenar en referimiento, en el


curso de la instancia de apelación, todas las medidas que no colidan con ninguna
contestación seria o que justifique la existencia de un diferendo.
El presidente podrá igualmente, en el curso de la instancia de apelación,
suspender la ejecución de las sentencias impropiamente calificadas en última
instancia, o ejercer los poderes que le son conferidos en materia de ejecución
provisional.

La Interpelación Parlamentaria a los Secretarios de Estado


La interpelación es el acto de interrogar a un miembro del Consejo de Ministros o
Gabinete por parte de los miembros del poder legislativo (Asambleas o
Congresos) de cada país o región acerca de un tema específico con el fin de -
eventualmente- hacer valer su responsabilidad política en un tema determinado.
Esta institución nace en el Parlamento del Reino Unido, en el cual los miembros
de la Cámara de los Comunes interrogan a uno de los ministros del gabinete de la
Reina, estando estos últimos obligados a contestar.

En los países con régimen parlamentario, los miembros del gobierno suelen


formar parte al mismo tiempo del respectivo Congreso o Asamblea. En estas
naciones, es tradicional que exista un "Gabinete en la sombra", con miembros
encargados de evaluar y contrarrestar el trabajo de un ministro es su cartera. Esto
suele generar debates intensos y muy interesantes, acerca de la marcha política
en un país determinado. Un caso ejemplar es el Reino Unido, donde nace la
institución. Casos como estos se dan en Canadá, España, Francia y Bolivia, entre
otros, y dichas interpelaciones pueden ir acompañadas de un voto de censura o
de un juicio político (proceso de destitución) en contra de la administración.

Los Sub Secretarios de Estado

Una subsecretaría o viceministerio es el nivel administrativo y político


inmediatamente inferior de un ministerio o secretaría de Estado. Tiene a su cargo
las labores administrativas, técnicas y la coordinación o vinculación del ministerio
con los servicios públicos u otros organismos estatales.

Es dirigida por un subsecretario o viceministro, cargo que, por regla general, es de


confianza política y cuyo nombramiento o remoción depende del jefe de gobierno.
Dentro de la jerarquía administrativa, suele ser un puesto inmediatamente inferior
al de ministro o secretario de Estado, y en determinadas circunstancias asume las
funciones de este. Puede decirse que su relación con respecto al ministro es
equivalente a la que existe entre el vicepresidente y el presidente.

Los nombramientos de los secretarios de Estado deberán recaer preferentemente


entre las personas que hayan servido con eficiencia, capacidad y probidad en el
servicio público o que se hayan distinguido por su honorabilidad, competencia y
eficiencia en el ejercicio de su profesión.

Recursos Contra los Actos de los Secretarios de Estado


El recurso de reconsideración es el escrito que el contribuyente presenta para
solicitar a la Dian que reconsidere un acto administrativo liquidatario o
sancionatorio, para que lo revoque o lo modifique.
El recurso de reconsideración es un escrito que se presenta ante una autoridad
administrativa para que reconsidere una decisión administrativa que ha tomado.

En el recurso de reconsideración el administrado debe sustentar o argumentar por


qué considera que la autoridad administrativa debe reconsiderar su decisión.

Por lo general, el recurso de reconsideración debe ser resuelto por un funcionario


distinto al que emitió la decisión administrativa que se solicita sea reconsiderada.

Si el contribuyente no presenta el recurso de reconsideración el acto


administrativo queda en firme, pues se interpreta como una aceptación del
contribuyente.

Adicionalmente la vía gubernativa no se agota lo que impide al contribuyente


demandar ese acto administrativo ante la justicia administrativa.

Los actos administrativos pueden ser objeto de control por parte de un juez
administrativo, pero se exige que previamente el contribuyente haya surtido toda la
etapa procesal administrativa, que haya agotado todos los mecanismos de
defensa que son posibles frente a la entidad administrativa, objetivo que no se
cumple si no se presenta el recurso de reconsideración.

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