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Control operacional, táctico, ejecutivo, administrativo, de influencia y la

responsabilidad de mando en los casos Blaškić, Delalić et. al (Caso Čelebići) y


Halilović del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia
Documento de trabajo ICTJ. Favor no difundir o citar.

BLASKIC:
Primera instancia:

En la sentencia de la Sala de Juicios contra Tihomir Blaskic se especifica que le fueron imputados
los crímenes de persecución; ataques ilícitos contra personas y bienes civiles; homicidio
intencional y graves lesiones corporales; Destrucción y saqueo de propiedad; Destrucción de
instituciones dedicadas a la religión o la educación y tratos inhumanos, toma de rehenes y uso
de escudos humanos1.

La forma de responsabilidad que se le imputó a Blaskic corresponde al numeral 1º del artículo


7º del Estatuto del TPIY, relativo a “[q]uien quiera haya planificado, incitado a cometer,
ordenado, cometido, o ayudado y alentado de cualquier forma a planificar, preparar o ejecutar
uno de los crímenes contemplados en los artículos 2 a 5 del presente Estatuto, es
individualmente responsable de dicho crimen.” Es decir, una forma de responsabilidad que
contempla tanto a los perpetradores directos como a los ‘determinadores’ de los crímenes2 y
que en el marco del derecho penal internacional ha sido conocida como responsabilidad de
mando o del superior jerárquico. En efecto el apartado que hace referencia a la imputación de
cargos señala que “Tihomir Blaskic fue nombrado comandante del cuartel general de las fuerzas
armadas HVO en Bosnia central el 27 de junio de 1992 y desempeñó dicha posición durante el
período cubierto por la imputación. En esa posición y de conformidad con el artículo 7(1) del
Estatuto, fue acusado de haber planeado, preparado y ejecutado cada uno de los crímenes
alegado, en concierto con miembros del HVO. Adicionalmente, Tihomir Blaskic fue acusado de
haber sabido o haber tenido razones para saber que sus subordinados estaban preparándose
para cometer esos crímenes o que los habían cometido y que él no tomó las medidas necesarias
y razonables para prevenir la comisión de los crímenes señalados o para castigar a los
perpetradores”3.

En concreto, sobre la responsabilidad de mando, la Sala de Juicios indicó que “(…) el acusado no
es judicializado por haber cometido personalmente ninguno de los presuntos crímenes, esto es,
por ser el perpetrador directo de los actus reus de cualquiera de los crímenes. Sin embargo, fue
hallado penalmente responsable por los crímenes cometidos por otros, sobre la base que él

1
Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia (TPIY). Sentencia de la Sala de Juicios contra Tihomir BLASKIC
del 3 de marzo de 200. Caso No. IT-95-14-T. Párrafos 11 a 16.
2
El numeral 3º del artículo 7º (denominado, “Responsabilidad penal individual”) del Estatuto del TPIY
señala que: “El hecho de que cualquiera de los actos contemplados en los artículos 2 a 5 del presente
Estatuto haya sido cometido por un subordinado, no libera su superior de su responsabilidad penal si
sabía o tenía razones para saber que el subordinado se aprestaba a cometer ese acto o ya lo hizo, y que
el superior no tomó las medidas necesarias y razonables para impedir que dicho acto no fuera cometido,
o para castigar a los autores”(Subrayado fuera de texto)
3
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 9.
‘ordenó, planeó, instigó o de otra manera ayudó y apoyó en la planeación, preparación o
ejecución de esos crímenes’”4.

Adicionalmente, la Sala de Juicios (bajo la luz del caso Celebici) afirma que la responsabilidad de
mando strictu sensu hace parte del derecho internacional consuetudinario5. Y señaló como
“elementos esenciales de la responsabilidad de mando bajo el Artículo 7(3) del Estatuto (…) (1)
existió una relación de superior-subordinado entre el comandante (el acusado) y el perpetrador
del crimen; (2) el acusado sabía o tenía razones para saber que el crimen estaba por ser o había
sido cometido; y (3) el acusado falló en tomar las medidas necesarias y razonables para prevenir
el crimen o castigar al perpetrador del mismo”6.

Sobre el control de carácter “operacional y administrativo” la sentencia de la Sala de Juicios


contra Blaskic cita la sentencia del ‘Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente’
(comúnmente conocido como Juicios de Tokyo por crímenes cometidos durante la Segunda
Guerra Mundial) contra el almirante Soemu Toyoda, en los siguientes términos: “Su culpa no
puede ser determinada por si tuvo o no mando operacional, mando administrativo, o ambos. Si
él sabía, o debía haber sabido, por el uso de la diligencia razonable de la comisión de atrocidades
por parte de sus tropas y si no hizo todo lo que estaba en su poder y capacidad durante las
circunstancias existentes, para prevenir su ocurrencia y castigar a los infractores, él fue
negligente en sus deberes”7. En lo administrativo es destacable la referencia que la sentencia
hace respecto al caso Roechling (sobre la responsabilidad penal de unos directivos de la firma
Roechling, incluido Hermann Roechling, por ordenar o consentir tratos inhumanos sobre
trabajadores forzados). En dicho caso el ‘Tribunal General del Gobierno Militar de la Zona de
Ocupación Francesa en Alemania’, el 30 de junio de 19488 ante el alegato de la defensa en el
sentido que Roechling no sabía de las condiciones de trabajo en la planta Voelklingen, señaló
que “era su deber como jefe investigar sobre el tratamiento dado a los trabajadores extranjeros
y a los prisioneros de guerra cuyo empleo en estas plantas de guerra era, además, prohibido por
las reglas de la guerra, hecho sobre el cual debía ser consciente (…)”9.

Respecto al control de carácter táctico, es visto por la Sala de Juicios en este caso, como
‘información’ que fundamenta el ‘conocimiento’ o las ‘razones para conocer’ sobre la comisión
del crimen, requisito respecto del comandante para ser encontrado penalmente responsable.
En ese sentido, y de conformidad con el Comentario al artículo 86 del Protocolo I, que “(…) la
situación táctica en general y el nivel de entrenamiento de las tropas subordinadas”10.

En lo relativo al control “de” o “por influencia”, la Sala de Juicios considera que “[u]na persona
puede ser ‘superior’ a propósito del Artículo 7 (3) sobre la case de una influencia efectiva que la
persona ejerce que asciende a formas de control, dándole la capacidad para intervenir en la
prevención del crimen. El hecho que el mando tenga la autoridad de iure para tomar todas las

4
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 265.
5
Ibídem. Párrafo 290.
6
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 294.
7
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 316.
8
BISHOP, William W. Jr. “The Case Against Hermann Roechling and Others”. The American Journal of
International Law. Vol. 43 Nº 1 (Enero de 1949). Página 191.
9
Tribunal General del Gobierno Militar de la Zona de Ocupación Francesa en Alemania. Sentencia del 30
de junio de 1948 en el caso versus Hermann ROECHLING y otros. Acusado por crímenes contra la paz,
crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. Vol. XIV, Apéndice B. p.1088.
10
Traducción informal. Ob cit. TPIY. Sentencia de la Sala de Juicios contra Tihomir BLASKIC. Párrafo 545.
medidas necesarias para castigar los subordinados en cuestión no es un prerrequisito que
supone la responsabilidad del comandante. Es suficiente que pueda tomar algunas medidas.”11

Finalmente, respecto al control ‘ejecutivo’, en este caso la Fiscalía consideró que el acusado era
superior, no solamente de las tropas de la HVO sino de “algunas unidades independietnes como
la Vitezovi, la D’okeri y el Cuarto Batallón de Polícia Militar HVO”, frente a ese asunto la Sala
determinó que “[p]ara que la responsabilidad de un comandante aplique no sólo a sus
subordinados directos sino también sobre la población civil local, la Fiscalía debe probar que el
comandante ejerció poder soberano o ejecutivo en su área de mando, y que había un estado de
ocupación total por parte de sus fuerzas”12(Subrayado fuera de texto).

Apelación:

Frente a la responsabilidad de mando, el apelante (la defensa del acusado, es decir, del Sr.
Blaskic) considera que13:

1. No existe conocimiento real por parte del superior sobre la conducta de sus
subordinados;
2. No se cumple el estándar de “tenía razones para saber”;
3. Considera que la Sala de Juicios no estableció ningún estándar para determinar lo que
se entiende por “medidas necesarias y razonables”;
4. Alega que no se dejó claro el nexo entre la falla del superior para tomar medidas y los
crímenes de los subordinados.

Frente a esos temas, la Sala de Apelaciones señaló que:

1. “La Sala observa que el apelante no contradice los requisitos establecidos por la Sala de
Juicios con respecto a la evidencia circunstancial para ser usada como soporte del
hallazgo del conocimiento real del superior. Sino que desafía la afirmación de la Sala de
Juicios en el párrafo 308 de la Sentencia que dice: ‘[e]ste indicio debe ser considerado a
la luz de la posición de mando del acusado, si es establecida. En efecto, como se sostuvo
en la Sala de Juicios contra Alekvoski, la posición de mando de un individuo, per se es
un indicio significativo de que tuvo conocimiento sobre los crímenes cometidos por sus
subordinados’. El apelante afirma que esta afirmación aplica el estándar de estricta
responsabilidad al fundamentar su conocimiento real sobre la base de su posición de
mando” no obstante la Sala de Apelaciones encontró que la Sala de Juicios estableció la
posición de mando del acusado además de la evidencia circunstancial anteriormente
referida en indicios y factores señalados en el párrafo 30714 de la sentencia de primera
instancia.

11
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 296.
12
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 298.
13
TPIY. Sentencia de la Sala de Apelaciones contra Tihomir BLASKIC del 29 de julio de 2004. Case No.: IT-
95-14-A. Párrafos 53 a 77.
14
Además de la evidencia circunstancial y al tener en cuenta que el ‘conocimiento’ del superior no puede
ser presumido, se tienen los siguientes factores como indicios de conocimiento: “el número, tipo y
dimensión de los actos ilegales; el tiempo durante el cual los actos ilegales ocurrieron; el número y tipo
de tropas involucradas; la logística involucrada, si hubo; la ubicación geográfica de los actos; la ocurrencia
generalizada de los actos; la velocidad de las operaciones; el modus operandi de actos ilegales similares;
los oficiales y personal involucrado; y la ubicación del comandante en ese momento.” Ob cit. TPIY.
Sentencia de la Sala de Juicios contra Tihomir BLASKIC del 3 de marzo del 2000. Párrafo 307.
De esa forma la Sala de Apelaciones ratificó que la responsabilidad no es de carácter
estricto o riguroso en este punto (conocimiento real por parte del superior) y que a
pesar de no ser presumible, puede ser determinada a través de evidencia circunstancial
e indicios.

2. La Sala de Apelaciones sobre el estándar de “tenía razones para saber”, “considera que
la sentencia de la Sala de Apelaciones en el caso Celebici ha resuelto el asunto de la
interpretación del estándar de ‘tenía razones para saber’. En esa sentencia, la Sala de
Apelaciones afirmó que ‘un superior será penalmente responsable a través de los
principios de la responsabilidad del superior sólo si le fue disponible información que lo
habría notificado de los crímenes cometidos por sus subordinados’15. Aún más, la Sala
de Apelaciones afirmó que ‘[l]a negligencia del deber de adquirir dicho conocimiento,
sin embargo, no se presenta en la disposición [Artículo 7(3)] como un crimen diferente,
y el superior consiguientemente no es responsable bajo la disposición por dichas fallas
sino solamente por fallar en tomar las medidas necesarias y razonables para prevenir o
castigar’16. No hay razón para que la Sala de Apelaciones se aparte de esta posición”17.

3. Sobre el estándar que según el apelante, la Sala de Juicios debió fijar sobre las ‘medidas
razonables y necesarias’, la Sala de Apelaciones señaló que las “(…) medidas necesarias
y razonables son aquellas que pueden ser tomadas dentro de la competencia del
comandante demostrada por el grado de control efectivo que ejercía sobre sus
subordinados. La medida de enviar reportes es un ejemplo aplicable ‘bajo algunas
circunstancias’. La Sala de Apelaciones considera que era posible para la Sala de Juicios
no enlistar las medidas que pueden variar de caso a caso, desde que se deje claro que
dichas medidas deben ser necesarias y razonables para prevenir los crímenes de los
subordinados o castigar a los subordinados que los cometieron. Lo que constituyen
dichas medidas no es un asunto de derecho sustancial sino de evidencia”18

4. Respecto a la falla del superior en tomar medidas necesarias y razonables para prevenir
los crímenes o castigar a los responsables y su nexo con los crímenes, la Sala de
Apelaciones considera que dicho “nexo de causalidad” que según el apelante se
requiere para establecer la responsabilidad penal del superior no es un elemento
esencial en la figura de la ‘responsabilidad de mando’ que requiere pruebas de forma
indispensable, sino que en una lógica caso a caso ello debe ser determinado19. Para
fundamentar la anterior afirmación la Sala de Apelaciones cita una vez más la sentencia
en el caso Celebici (Juicio), donde se señaló que “[a] pesar del lugar central asumido por
el principio de causación en el derecho penal, la causación no ha sido tradicionalmente
postulada como conditio sine qua non para la imposición de responsabilidad penal sobre
los superiores por su fallo en prevenir o castigar un crimen cometido por sus

15
Traducción informal. TPIY. Sentencia de la Sala de Apelaciones contra Zejnil DELALIC Zdravko MUCIC,
Hazim DELIC y Esad LANDZO (Caso Celebici) del 20 de febrero de 2001. Case No.: IT-96-21-A. Párrafo
241.
16
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 226.
17
Traducción informal. Ob cit. Sentencia de la Sala de Apelaciones contra Tihomir BLASKIC del 29 de julio
de 2004. Párrafo 62.
18
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 72.
19
Ibídem. Párrafo 77.
subordinados. En consonancia, la Sala de Juicios no encontró soporte de la existencia de
un requerimiento probatorio de causación como un elemento diferente de la
responsabilidad del superior, o bien en el cuerpo jurisprudencial existente, la formación
del principio en el derecho convencional existente, o, con una excepción, en la
abundante literatura sobre este asunto”20.

Sobre el control de carácter operacional, táctico, ejecutivo, administrativo o de influencia,


la sentencia de la Sala de Apelaciones no hace referencia.

DELALIC et al:
Primera Instancia:

Conforme al Artículo 7(3) del Estatuto del TPIY, la Sala de Juicios en este caso considera que los
3 de los 4 acusados (Zejnil Delalic, Zdravko Mucic también conocido como “Pavo” y Hazim Delic
son penalmente responsables como comandantes, por la denominada ‘responsabilidad de
mando’ que “[a] pesar de que no se haga referencia explícita a este concepto en el Estatuto del
Tribunal Internacional, sus principios rectores han sido incorporados en el Artículo 7(3)”21. La
Sala estima que la ‘responsabilidad de mando’ es una costumbre internacional (o hace parte del
derecho internacional consuetudinario) y que por lo tanto se presenta en el derecho
internacional como una doctrina tan existente como vinculante. Para demostrar el uso
recurrente de esta costumbre y su consciencia de obligatoriedad22, la Sala menciona diferentes
decisiones de los Tribunales Penales Militares de Lejano Oriente23 y de Nuremberg24 además de
diferentes instrumentos internacionales como las Convenciones de la Haya de 1907, el artículo
87 del Protocolo I adicional y su respectivo comentario (1977), el Borrador de Código de
Crímenes contra la Paz y la Seguridad de la Humanidad de la Comisión de Derecho Internacional
de las Naciones Unidas (1996) y el propio Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional
(1998). En todas las anteriores instancias, instituciones e instrumentos se consideró la
‘responsabilidad de mando’ o al menos alguno de sus elementos esenciales25.

Con base en lo anterior, la Sala consideró que la ‘responsabilidad de mando’ tiene tres
elementos esenciales: “(i) la existencia de una relación de superior-subordinado; (ii) el superior
sabía o tenía razones para saber que el acto criminal estaba a punto o había sido cometido; y
(iii) el superior falló en tomar las medidas necesarias y razonables para prevenir el acto criminal
o castigar al responsable del mismo”26.

Dice la sentencia de la Sala de Juicios que “(…) es sostenido que el mando y control sobre los
subordinados puede ser ejercido en varias formas: operacionalmente, tácticamente,
administrativamente, ejecutivamente en territorios bajo el control de los superiores, e incluso a
través de influencia. Se afirma que la responsabilidad penal del superior dependerá del nivel y
forma del control que ejercerá y los medios a disposición para control a sus subordinados”. Es

20
Traducción informal. Ob cit. Sentencia de la Sala de Juicios contra Zejnil DELALIC. ‘Caso Celebici’ del 16
de noviembre de 1998. Case No.: IT-96-21-T. Párrafo 398.
21
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 331.
22
Elementos de la costumbre internacional como fuente de derecho.
23
Ver, Estados Unidos vs. Soemu TOYODA. Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente. 1940.
24
Ver, Estados Unidos vs. Wilhelm LIST et al. (“Hostage Case”) y Estados Unidos vs. Karl BRANDT y otros
(“Medical Case”). Tribunal Militar de los Estados Unidos de América en Núremberg, Alemania.
25
Ob cit. TPIY. Sentencia de la Sala de Juicios contra Zejnil DELALIC et al. Párrafos 334 a 342.
26
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 346.
decir, el ejercicio del mando o control puede ser de facto, es decir que puede verse expresado
operacional, ejecutiva, administrativa o tácticamente. La defensa rechazó esa posibilidad, no
obstante la Sala encontró la posibilidad de que comandantes no-militares puedan ejercer un
control de facto sobre quienes perpetran directamente los crímenes.

Lo anterior, según el Tribunal, igualmente tiene fundamento jurídico en el derecho internacional


consuetudinario, un ejemplo que cita la sentencia es el relativo al Ministro de Relaciones
Exteriores japonés, Koki Hirota en el caso de la “Masacre de Nanking” donde se demostró que
“él recibió reportes de estas atrocidades inmediatamente después de la entrada de las fuerzas
japonesas a Nanking (…) Conforme a la evidencia de la defensa se le dio credibilidad a estos
reportes y el asunto fue llevado ante el Ministro de Guerra. Se aceptaron las promesas del
Ministro de Guerra que las atrocidades pararían. Después de estas promesas se dieron reportes
sobre atrocidades que continuaron por al menos un mes. El Tribunal es de la opinión que HIROTA
fue negligente en su deber al no insistir ante el Gabinete sobre acciones inmediatas para poner
fin a las atrocidades, fracasando en cualquier otra acción disponible para provocar el mismo
resultado”27.

Sobre el control operacional y administrativo, la Sala reseña una supuesta división ‘teórica’ que
fue presentada en el caso Toyoda por el Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente,
“donde el tribunal rechazó la presunta importancia de lo que llamó la división ‘teórica’ entre
autoridad operacional y administrativa, que puede ser vista como soporte de la visión que los
comandantes están bajo la obligación de tomar acción para prevenir la comisión de crímenes de
guerra por tropas bajo su control a pesar de la falta de autoridad formal para hacerlo. Un oficial
con autoridad con sólo autoridad operacional y no administrativa no tiene la autoridad formal
para tomar acción administrativa para mantener la disciplina, aún en la visión del tribunal en el
caso Toyoda; ‘[l]a responsabilidad por disciplina en la situación del comandante que afronta la
batalla no puede, en la visión de hombres militares prácticos, ser puesta en otras manos”.

Es decir, que el control administrativo, según la Sala de Juicios puede verse expresado en las
medidas necesarias y razonables, lo que implica que dichas medidas pueden ser de carácter
administrativo, por ejemplo acciones disciplinarias al interior de las instituciones o aparatos de
poder frente a los cuales los superiores (de facto o de jure) ejercen control efectivo.

En lo relativo al control por o de influencia, la Sala de Juicios “acepta como correcta la afirmación
jurídica que señala que ayudar o apoyar incluye todos los actos de asistencia que fomentaron o
asistieron la perpetración del crimen y que están acompañados del requisito del mens rea. Con
la salvedad que se encuentre que contribuyó, o que tuvo un efecto, en la comisión del crimen,
el acto relevante de asistencia puede ser removido tanto en el tiempo como en el lugar de la
comisión efectiva del crimen. Aún más, “dicha asistencia puede consistir no solamente de actos
físicos, sino también puede manifestarse en la forma de apoyo psicológico dado para la comisión
de un acto ilegal a través de palabras o también por la presencia física en la esencia donde se
perpetró el crimen”28.

Además, también en el caso de la “Masacre de Nanking” el Jefe de Gabinete del General Iwane
Matsui (comandante del ejército japonés en Nanking), el General Muto fue hallado responsable
por su influencia en la tropa que cometió las atrocidades en la masacre: “Él estaba en una
posición de influenciar la política. Durante su mandato como Jefe de Gabinete una campaña de

27
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 357.
28
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 327.
masacre, tortura y otras atrocidades fue librada por las tropas japoneses sobre la población civil,
y prisioneros de guerra y civiles retenidos murieron de hambre, fueron torturados y asesinados.
MUTO comparte responsabilidad por estas flagrantes violaciones a las Reglas de la Guerra”.29

Y en el caso específico presente, la Sala encontró que el “Sr. Delalić estaba (…) en una posición
de autoridad, con poderes de control e influencia sobre el campo-prisión Čelebići y su
comandante. Es afirmado que consiguió esta posición como resultado de formas de mando y
control tanto formales como de facto”30. Sobre este asunto del control por influencia es
importante señalar que la mera influencia no es suficiente para hacer penalmente responsable
a un superior por responsabilidad de mando, sino que –como lo señaló la Sala de Juicios-, “el
factor que determina la culpabilidad por este tipo de responsabilidad penal es la posesión
efectiva, o no posesión, de poderes de control sobre las acciones de los subordinados”31

Finalmente sobre el control táctico, la Sala cita constantemente la decisión del Tribunal de
Núremberg en el Hostage Case (Estados Unidos vs. Wilhem List), que señala: “El asunto de la
subordinación de unidades como base para determinar la responsabilidad penal resulta
importante en el caso de un comandante militar que solamente tenga mando táctico. Pero
frente a un comandante general de un territorio ocupado que es imputado por el
mantenimiento de la paz y el orden, castigar el crimen y proteger la vida y propiedades, la
subordinación es relativamente poco importante. Su responsabilidad es general y no se limita al
control de unidades directamente bajo su mando”32. Es decir, que no basta el mando táctico
sino la relación de subordinación y el mando efectivo sobre la tropa. De hecho el General
Divjak, testigo en el caso, afirmó que “[e]l comandante del grupo táctico no puede ordenar al
personal municipal dar formaciones a sus grupos tácticos a menos que se le haya dado la
autorización específicamente por el Comando Supremo en Sarajevo”33. En todo caso si el control
táctico permite o implica control efectivo y capacidad para tomar medidas, puede configurarse
responsabilidad penal de mando si no las tomó.

Apelación:

La Sala de Apelaciones en este caso resolvió un cargo del apelante (Mucic) contra la sentencia
de la Sala de Juicios por la responsabilidad penal del superior. En ese sentido, la Sala de
Apelaciones consideró que debía, en primer lugar, aclarar la posibilidad de que un superior sea
hallado penalmente responsable por actos cometidos por subordinados y señaló que
“[m]ientras un superior tenga control efectivo sobre sus subordinados, al punto que pueda
prevenir que cometan los crímenes o castigarlos después de haberlos cometido, puede ser
considerado responsable por la comisión de los crímenes si falló en ejercer dichas capacidades
de control”34

29
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 368.
30
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 610.
31
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 370.
32
Traducción informal. Tribunal Militar Internacional de Núremberg. Estados Unidos vs. Wilhelm LIST et
al., Vol. XI, TWC, 1230, 1260. 1947.
33
Traducción informal. Ob cit. Sentencia de la Sala de Juicios contra Zejnil DELALIC et al. Párrafo 689.
34
Traducción informal. TPIY. Sentencia de la Sala de Apelaciones contra Zejnil DELALIC, Zdravko MUCIC,
Hazim DELIC y Esad LANDZO (Caso Celebici) del 20 de febrero de 2001. Case No.: IT-96-21-A. Párrafo
198.
Posteriormente la Sala de Apelaciones confirma con base en los hallazgos fácticos de la Sala de
Juicios, que Mucic fue comandante de facto del campo Celebici durante el período de tiempo
relevante35.

En lo relativo al control operacional, administrativo, ejecutivo o táctico, la sentencia de la Sala


de Apelaciones en este caso no realiza ninguna consideración relevante. No obstante uno de los
cargos apelados por el Fiscal en este caso (por la absolución de Delalic como superior en el
campo-prisión de Celebici) es que la Sala de Juicios sostuvo erróneamente “que la doctrina de
la responsabilidad del superior requiere que el perpetrador sea parte de una unidad
subordinada en una cadena de mando directa bajo el superior”36. Como argumento en contra
de dicha afirmación, el Fiscal sostiene que incluso “formas de influencia, podrían ser suficiente
para atribuir responsabilidad bajo esta doctrina”37.

En efecto, para la Sala de Apelaciones la Fiscalía “no alega que por cualquier influencia pueda
ser considerado responsable en el contexto de la responsabilidad del superior, pero que superior
comprende quien ‘pueda ejercer un grado sustancial de influencia sobre el perpetrador o sobre
la entidad al que el perpetrador pertenece’”38. De cualquier forma considera que cuando la Sala
de Juicios se refirió a los conceptos de subordinado, superior, jerarquía y cadena de mando lo
hizo en términos amplios. Sobre todo, bajo la consideración del contexto de Yugoslavia durante
el período de tiempo relevante, donde las estructuras formales se construían y rompían con
facilidad, y eran ambiguas pero existentes39. Así, conforme a la Sala de Apelaciones la Sala de
Juicios no impuso la necesidad de establecer previamente la existencia de una estructura
organizacional formal para el ejercicio de control efectivo y que, definitivamente, “el derecho
consuetudinario ha especificado el estándar del control efectivo, a pesar que no define
precisamente los medios en que este control debe ser ejercido. No obstante, es claro que la
influencia sustancial como medio de control en cualquier sentido que sea corto en la posesión
efectiva de control sobre los subordinados, que requiere la posesión material de capacidades
para prevenir los crímenes de los subordinados o castigarlos, carece de suficiente soporte en
la práctica estatal y en las decisiones judiciales. Nada (…) indica que hay suficiente evidencia de
práctica estatal o autoridad judicial que soporte de que la teoría de la influencia sustancial como
medio de ejercer responsabilidad de mando tenga vigencia como regla de derecho
consuetudinario, particularmente una regla respecto de la cual se imponga responsabilidad
penal”40.

HALILOVIC
Primera Instancia:

La Sala de Juicios en este caso, frente al texto del artículo 7(3) del Estatuto del TPIY, manifestó
que: “Es claro que la forma de responsabilidad establecida en el Artículo 7(3) del Estatuto se
basa sobre el deber de los superior de actuar, que consiste en el deber de prevenir y en el deber
de castigar actos criminales de sus subordinados. De este modo la ‘falla de actuar cuando se está

35
Ibídem. Párrafo 214.
36
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 242.
37
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 243.
38
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 253.
39
Ob cit. Sentencia de la Sala de Juicios contra Zejnil DELALIC et al. Párrafo 354.
40
Traducción informal. Ob cit. Sentencia de la Sala de Apelaciones contra Zejnil DELALIC et al. Párrafo
266.
bajo el deber de hacerlo’ es la esencia de esta forma de responsabilidad (…) este deber de actuar
surge por virtud de la posesión de un superior de control efectivo sobre sus subordinados”41.

Posteriormente, la Sala establece la naturaleza jurídica de la responsabilidad de mando en el


derecho internacional42 y los elementos de la responsabilidad de mando que retoma de la
jurisprudencia del TPIY: “La jurisprudencia del Tribunal ha establecido que tres elementos deben
ser satisfechos: i. La existencia de una relación superior-subordinado; ii. El superior sabía o tenía
razones para saber que el acto criminal estaba por cometerse o se había cometido; y iii. El
superior falló en tomar las medidas razonables y necesarias para prevenir el acto criminal o
castigar a los que lo perpetraron”43.

En cuanto al control táctico, la Sentencia cita el caso Hostage (Estados Unidos vs. Wilhelm LIST
del Tribunal Militar Internacional de Núremberg) que hace referencia a “una obligación positiva
para mantener la protección de todas las personas dentro de su jurisdicción territorial bien haya
tenido mando táctico o no, sobre todas las fuerzas dentro de esa área geográfica”44. Ello implica
que el control táctico no es suficiente para declarar la responsabilidad penal por mando, sino
que se requiere un control efectivo que implique la posesión material de medidas para prevenir
o castigar los crímenes.

El control de carácter ejecutivo es mencionado también en el ámbito del caso Hostage, así: “Una
de las funciones de un comandante ocupacional revestido de poder ejecutivo era mantener el
orden y proteger a la población civil contra actos ilegales. En la ausencia de cualquier directiva
oficial que limite sus poderes ejecutivos como esos actos ilegales dentro de su área, él tuvo el
derecho y deber de tomar acciones para su supresión”45, es decir que del control ejecutivo ya
se puede inferir un mando sobre las fuerzas (generalmente, en casos de ocupación) y,
obviamente, dicho mando conlleva la responsabilidad de tomar las medidas necesarias y
razonables para prevenir y castigar.

Finalmente sobre el control por influencia, la Sala de Juicios subraya que “[u]n nivel de control
que se queda corto en el umbral del control efectivo es insuficiente para la responsabilidad
adherida al Artículo 7(3). La ‘influencia sustancial’ sobre los subordinados que no cumple el
umbral de control efectivo no es suficiente a la luz del derecho consuetudinario como medio de
ejercer responsabilidad de mando y, consiguientemente, imponer responsabilidad penal”46. De
hecho, la Sala de Juicios encontró “que Sefer Halilović poseyó un grado de influencia como
miembro de alto rango en el ABiH (Ejército de la República de Bosnia y Herzegovina) y como uno

41
TPIY. Sentencia de la Sala de Juicios I, Sección A en contra de Sefer HALILOVIC del 16 de noviembre de
2005. Case No. IT-01-48-T. Párrafo 38.
42
Tras un análisis a la jurisprudencia de los Tribunales Militares Internacionales para el Lejano Oriente y
de Nuremberg, del Tribunal Penal Internacional para Ruanda y del propio Tribunal Penal Internacional
para la antigua Yugoslavia, además del Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra y sus comentarios,
legislación nacional y los comentarios de la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas a
los Protocolos Adicionales; la Sala de Juicios llega a la conclusión que la “responsabilidad por mando es
responsabilidad por omisión. El comandante es responsable por la falla de llevar a cabo un acto requerido
por el derecho internacional. Esta omisión es culpable porque el derecho internacional impone un deber
afirmativo sobre los superiores para prevenir y castigar los crímenes cometidos por sus subordinados”.
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 54.
43
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 56.
44
Traducción informal. Ibídem. Nota al pie 188.
45
Traducción informal. Ibídem.
46
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 59.
de sus fundadores. No obstante, la Sala de Juicios considera que la influencia de Sefer Halilovic
se queda corta en el estándar requerido para establecer control efectivo”47.

Sobre control operacional y control administrativo, la Sentencia no hace referencia.

Apelación:

La responsabilidad de mando es uno de los asuntos que fundamentan la apelación de la


sentencia de la Sala de Juicios. Frente a este tema, la Sala de Apelaciones confirma la decisión
de la Sala de Juicios y considera que “esa responsabilidad penal (responsabilidad por mando) no
concierne a un oficial militar meramente sobre la base de su ‘comando general’, la Sala de
Apelaciones encuentra que, incluso asumiendo que Halilović era el superior de facto de los
perpetradores de los homicidios en Grabovica, la Fiscalía no pudo demostrar que la Sala de
Juicios erró al encontrar que el mandato al Equipo de Inspección no incluyó deberes y
obligaciones relaciones con la prevención efectiva y el castigo de los crímenes (que formarían la
base requerida para el control efectivo por parte de Halilovic sobre los perpetradores)”48. Lo
anterior porque la Sala no encontró que la orden de creación del Equipo de Inspección emitida
por Halilovic implique un control efectivo subsecuente o incluso algún tipo de relación superior-
subordinado, jerarquía o cadena de mando49.

Sobre el control de tipo operacional y ejecutivo, la sentencia señala que el Fiscal consideró que
Halilovic era un comandante general de tipo operativo de todo el ABiH, lo que sería un indicador
de control efectivo que puede soportar un hallazgo positivo respecto a un superior de facto50,
sin embargo la Sala de Apelaciones citó el caso de Estados Unidos vs. Wilhelm von Leeb (Tribunal
Militar Internacional de Núremberg) donde se afirmó que Von Leeb “como comandante en jefe
de un ejército, ‘los deberes impuestos sobre [von Leeb] eran exclusivamente operacionales y su
cuartel general y personal eran estrictamente operacionales en sus funciones’. Por lo tanto, ‘su
autoridad en el campo [del poder ejecutivo] era más de la naturaleza de un derecho a intervenir
que una responsabilidad directa’. El Tribunal Militar encontró que, bajo las circunstancias del
caso, ‘no fue considerado (…) que la responsabilidad penal no le cabía meramente sobre la teoría
de la subordinación y el comando-general’. En el caso presente, la Sala de Apelaciones considera
que la Fiscalía fracasó (…)” en demostrar la relación de superior-subordinado, jerarquía o cadena
de mando entre Halilovic y el Equipo de Inspección, incluso en la medida que ‘Halilovic tuvo
deberes y responsabilidades ‘exclusivamente operacionales’’”51.

Sobre el control de influencia, la Sala de Apelaciones reitera la posición de la Sala de Juicios así:
“Al tomar referencia del ‘mando’ de la Sala de Juicios en el Párrafo 752 de la sentencia de la Sala
de Juicios fuera de contexto, la Fiscalía ignora la consideración explícita de la Sala de Juicios de
que la influencia de Halilovic se queda corta en el estándar requerido al control efectivo
establecido. Contrario al alegato de la Fiscalía, ese párrafo no se concentra en el término
‘mando’ como un requisito para establecer la responsabilidad del superior”52.

47
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 752.
48
Traducción informal. TPIY. Sentencia de la Sala de Apelaciones contra Sefer HALILOVIC del 16 de
octubre de 2007. Case No. IT-01-48-A. Párrafo 214.
49
Ibídem. Párrafo 213.
50
Ibídem. Párrafo 149.
51
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 212.
52
Traducción informal. Ibídem. Párrafo 67.
Sobre el control administrativo y táctico, la Sala de Apelaciones no hace referencia.

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