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TEMA 2: FILOSOFIA MEDIEVAL

El pensamiento filosófico de esta época intenta responder a los graves problemas


de un largo período histórico muy conflictivo, muy denso. Se trata de un período
histórico muy complejo. Las relaciones entre Fe y Razón hacen difícil la tarea del puro
pensar filosófico; son relaciones muy problemáticas, más aún, conflictivas. La Filosofía
medieval pertenece a una época histórica en la que no estaban definidos los límites entre
Religión y Política; el Trono y el Altar se encontraban indisolublemente unidos. No hay
delimitación entre problemas de ámbito político, por un lado, y las doctrinas y autoridad
religiosa, por otro; no se sabe dónde termina lo político, y dónde empieza lo religioso.
Prevalece un platonismo cristiano, una subordinación de casi todo a la Teología.
Destacan grandes filósofos, casi todos ellos clérigos, que pretenden entender y justificar
racionalmente las creencias de su Fe; la Filosofía es esclava de la Teología. Se fundan
Escuelas y Universidades, y existe un enorme florecimiento intelectual.

I. Introducción:

Es difícil precisar los límites de la Edad Media por los muchos criterios que
existen sobre el inicio y el final. En general se puede decir que la Edad Media suele
abarcar un período de unos mil años que comprende en líneas generales desde la
caída del Imperio Romano de Occidente, hasta el Renacimiento. Como hitos
importantes de su inicio se suelen poner los siguientes hechos históricos: Edicto de
Milán (313); entrada de Alarico en Roma (410); fin del Imperio Romano (476). Del
final se suele decir que ocurre con la caída de Constantinopla (1453).
a) Imperio Romano:
Por el interés para nuestro tema, en el periodo comprendido entre
el nacimiento y muerte de San Agustín (354 - 430), ocurrieron los siguientes hechos:
- En el 313 se produjo el Edicto de Milán, que supone el decreto
de libertad religiosa para los cristianos; recordemos que la primera persecución fue la de
Decio el 249 y le siguió la sangrienta de Diocleciano el 285.
- Constantino que subió al poder el 305, convierte en el 330 a
Constantinopla en capital cristiana del Imperio.
- El 391 el cristianismo es religión oficial
- El 395 al morir Teodosio, se divide el Imperio entre sus hijos
Arcadio y Honorio. La parte oriental es el Imperio Bizantino. El emperador es un
monarca absoluto y su autoridad se extiende incluso a la Iglesia: sucede la misma unión
entre el trono y el altar que en Occidente: un Estado, una Ley, una Iglesia... así
gobernaba Justiniano, el constructor de la basílica de Santa Sofía.
- El 410 Alarico, saquea Roma: el 418 los Francos conquistan las
Galias y el 429 los vándalos entran en Africa (muere San Agustín). El 451 Atila invade
Italia. El 476 Odoacro depone a Rómulo Augústulo: fin del Imperio Romano en
Occidente.
b) El Renacimiento carolingio:
El renacimiento carolingio va a permitir el desarrollo de la
cultura y de la filosofía. Carlomagno se proclama emperador de Occidente el año 800.
Con él vuelve la idea de un imperio único; el aglutinante será la religión cristiana. Por
eso consigue que el 24 de diciembre del año 800 en la misa de Navidad le corone
emperador el Papa León III. Así queda constituido el Sacro Romano Imperio. Se unen
los dos poderes (espiritual y temporal), el Emperador y el Papa, y el Emperador se hace
protector de la Iglesia. De esa manera se consolida la fe del Estado, se favorece la
creación de nuevos monasterios y se difunde la cultura: Carlomagno llama al monje
Alcuino para fomentar la cultura creando bibliotecas.
c) El Sacro Romano Imperio Germánico:
Durante el siglo X, el Estado carolingio se dispersa en multitud
de estados. Los papas se consideran depositarios de la corona Imperial pero no tienen
ninguna autoridad y son depuestos por los mismos emperadores. Otón I (962) se hace
coronar emperador en Roma y se convierte en gran protector de la Iglesia al estilo de
Constantino, instituyéndose el cesaropapismo. Juan XII es depuesto por Otón en un
sínodo convocado por el Emperador. Así se inician las luchas entre el Imperio y el
Papado. La elección de Papas enérgicos (Nicolás II, Gregorio VII) libró a la Iglesia del
dominio imperial y debilitó al Imperio. En el siglo XIII se consumaría la ruptura entre el
Papado y el Imperio.
d) La cultura en los siglos XI al XIII:
El siglo XI está marcado por el feudalismo y después resurgen las
ciudades (burgos) con la burguesía. Es la época del arte románico y los trovadores. En el
siglo XII se producen las Cruzadas (hasta 1270), proliferan las Escuelas de Traductores
como la de Toledo. Se producen las herejías de los cátaros, albigenses y valdenses.
Hacia el final del siglo XII nace el arte Gótico y la épica cortesana como el Mío Cid.
En el siglo XIII se fundan las órdenes mendicantes
(Dominicos) y las Universidades. Es la época de Santo Tomás
de Aquino.
e) El problema de la relación de la Razón con la Fe:
Este es quizá una de las problemáticas más importantes que se produce en la
filosofía medieval. El problema de la relación entre la razón y la fe, es el problema de la
relación entre la filosofía y la teología, esto es, cuál de las dos respecto a la
comprensión del mundo, la orientación moral y la salvación del hombre, la ordenación
de la sociedad. Consiguientemente, posibilidad de asimilar el pensamiento de los
filósofos paganos (Platón, Aristóteles y neoplatonismo) junto con la tradición bíblica y
patrística (San Agustín, sobre todo). Este problema estará presente en la discusión de los
otros problemas: relación de Dios con el mundo (problema de la existencia de Dios y de
su conocimiento esencial); relación entre orden natural (naturaleza) y orden sobrenatural
(gracia); relación entre Iglesia y Estado; el problema de la realidad de los conceptos
universales; el problema del conocimiento (¿primacía de la experiencia interna
(iluminación divina) o de la experiencia externa (empirismo aristotélico)?. Vamos a ver
tres soluciones diferentes que se dieron a este problema:
- San Agustín: su máxima en este terreno es "crede ut intellegas, intellige ut
credas", esto es, cree para entender, entiende para creer. No hay límites entre la razón y
la fe, sino colaboración mutua para alcanzar la única verdad que existe que es Dios, la
verdad misma y fuente de toda verdad. Tanto razón como fe, tienen que colaborar
solidariamente para encontrar la única verdad, es decir, Dios mismo. San Agustín no se
preocupó jamas de trazar fronteras entre fe y razón; su objetivo era la comprensión de la
verdad cristiana y para ello se apoyaba tanto en la razón como en la fe.
Hay que tener en cuenta que San Agustín no es un filósofo en sentido
estricto, si entendemos por filósofo un pensador que se limita al ámbito de lo que puede
ser conocido por medios exclusivamente racionales, sin apelar a la fe en el curso de su
argumentación racional. Esta actitud filosófica sólo es posible cuando previamente se
han trazado fronteras precisas entre la razón y la fe, asignando a cada una de ella su
propio ámbito de competencias, cosa que sí hará Sto. Tomás.
- Averroes plantea el problema en toda su crudeza con su tesis de la doble
verdad, que consiste en que podemos obtener dos verdades -una por la razón y otra por
la fe- distintas y contradictorias. Así, por ejemplo, por la fe creemos que el mundo es
creado y el alma es inmortal, pero por la razón podemos sostener que el mundo es
eterno y el alma mortal. Averroes quiso buscar la autonomía de la razón, que veía estaba
demasiado sometida a la corriente dogmatizante de la fe. Sus tesis y la de sus seguidores
-averroísmo latino- fueron muy perseguidas, ya que suponían, en definitiva, defender el
poder de la razón humana frente a la fe.
- Sto. Tomás, buscó una solución bastante satisfactoria y avanzada para su
época al articular la teología como una ciencia mixta. Separa la razón de la fe, la
filosofía de la teología, y dice que cada una tiene su propio ámbito de competencias.
Así, por ejemplo, la razón se ocupa de las verdades matemáticas y sobre esto no tiene
nada que decir la fe; de la misma manera sobre el dogma de la Trinidad, que es algo de
fe, no tiene nada que decir la razón. De esta manera no puede haber confusión de
ámbitos (como sostenía San Agustín), pero tampoco contradicción porque la verdad es
una (contrariamente a los averroístas). Ahora bien, Sto. Tomás dice que hay una zona
de confluencia de la que se ocupan tanto la razón como la fe, se trata del tema de la
existencia de Dios, que creemos por fe (Teología Revelada), pero que también puede
demostrarse su existencia por la razón (Teología Natural o Teodicea). El creyente cree
por su fe que Dios existe, pero, al mismo tiempo, puede apoyar o justificar tal creencia
por la razón, de manera que la filosofía1 se ponga al servicio de la teología, ya que si se
obtiene algún tipo de conocimiento por la razón que vaya en contra de la revelación (fe),
tal conocimiento es errado. Es el famoso tema medieval de las demostraciones de la
existencia de Dios, tema que veremos más despacio posteriormente.

II. SAN AGUSTÍN:

Ya hemos dicho anteriormente que no es un filósofo en sentido estricto, ya que


es difícil separar en él al creyente convencido de su fe y al filósofo que usa de la razón.
Su itinerario vital e intelectual corren paralelos. El gran objetivo de su vida es alcanzar
la verdad. Hasta su conversión al cristianismo -sobre los 33 años- llevó una vida algo
disoluta y disipada, y constató que no podía alcanzar la verdad volcado hacia la vida de
los sentidos; posteriormente se hizo maniqueo2. Luego vendrá su conversión al
cristianismo y en Cristo encuentra esa verdad que ha buscado obsesivamente en su vida.
Para encontrar la verdad se vuelve dentro de sí, porque el alma es la huella de Dios
-"vestigium dei"- por excelencia; este será el primer apartado: el principio de la
interioridad y el primer texto. En esta vuelta del hombre hacia sí mismo, Dios le

1    
Sto. Tomás verá a la filosofía como "ancillae
theologia", es decir, como esclava o sierva de la teología.
De esta manera le ha dado a la filosofía un ámbito propio -
al admitir que tiene unos contenidos independientes a la
teología-, pero también la deja todavía con menor dignidad
que a la teología.
2    
El maniqueísmo es una doctrina que sostiene que hay dos
principios, uno para el bien y otro para el mal, de manera
que los males que se producen hay que achacarlos a la
actuación de ese principio. Esta doctrina rompe la realidad
en dos mitades, una buena y otra mala.
concede una iluminación al alma; con esto hablaremos del segundo punto: la teoría del
conocimiento (la iluminación), y será el segundo texto. Finalmente veremos el
argumento de las verdades eternas para justificar la existencia de Dios, que será nuestro
tercer texto.
La filosofía de Agustín de Hipona es una continua búsqueda hacia lo más
interior de sí mismo y hacia lo más elevado de la realidad: "Deus et animan scire cupio"
(A Dios y al alma deseo conocer). Al proceder así, responde a sus propios impulsos y
preocupaciones, y coincide con la dirección del pensamiento neoplatónico. Su doctrina
será una síntesis de cristianismo y neoplatonismo. Según dirá más tarde Tomás de
Aquino, Agustín representa el esfuerzo por "seguir a los platónicos lo más lejos que le
permitía la fe católica".

a) Superación agustiniana de Platón:


Ahora bien, nos podemos preguntar, ¿cómo es posible que el hombre vaya más
allá de sí mismo, trascendiéndose? El primer paso consiste en que el hombre constate
que su propia naturaleza es mutable y que, a pesar de ello, encuentra verdades
inmutables en su interior. Así, las Ideas las encuentra el hombre en él mismo y, sin
embargo, son superiores a él. Esto nos recuerda a Platón, sólo que San Agustín lo
corrige, al situar el fundamento de las ideas, no en un mundo aparte de Ideas, sino en la
mente divina, en donde existen como arquetipos o modelos de las realidades creadas.
Posteriormente Dios hará participar al hombre de las Ideas en el alma humana, pero las
Ideas no tienen su fundamento en el alma. San Agustín, por tanto, al introducir el
concepto del Dios cristiano creador del mundo, no necesita para nada los elementos
platónicos del Demiurgo y materia eterna, y situará las Ideas en la mente de Dios y no
en un mundo aparte de Dios; por otra parte, como veremos después, también negará la
teoría de la reminiscencia y de la transmigración de las almas.

b) La Teoría del Conocimiento: La Iluminación:


Básicamente, aunque ahora lo desarrollaremos con más profundidad, la
teoría del conocimiento de San Agustín consiste en que cuando el hombre se vuelve a su
interioridad, recibe una iluminación divina para poder conocer la verdad de la realidad.
A San Agustín le preocupa el problema del conocimiento, principalmente la
justificación de la verdad. Parte de una concepción general del conocimiento como
"visión", en la que Dios asume el papel de "Sol de las inteligencias". Y así como para
que un objeto se haga visible es necesaria la luz del sol, igualmente para que una verdad
llegue a ser inteligible es necesaria la iluminación divina. No es fácil comprender cómo
concibe Agustín esa iluminación divina en el alma. Se inspira, sin duda, en Platón (la
Idea del Bien como "sol" del mundo inteligible), en las imágenes neoplatónicas de la
luz, y en la afirmación del evangelio de San Juan: "El Logos es la luz verdadera que
ilumina a todo hombre que viene a este mundo" (Juan 1,9). Agustín presupone, pues, el
concepto platónico de participación. Pero, vayamos por partes.
San Agustín iba contra las doctrinas escépticas que mantenían que era
imposible alcanzar la verdad, ya que decía que el escéptico se contradecía porque al
menos estaba seguro de que era verdad no alcanzar la verdad. Por otra parte puso
ejemplos de verdades que se podían obtener con facilidad, como la verdad de la
existencia del sujeto, de la autoconciencia, ya que "si me engaño existo".
Asimismo también podemos estar ciertos de otras verdades como la de los
principios lógicos como el de identidad (A = A); también de principios éticos ("haz el
bien y evita el mal") e igualmente de la realidad del mundo exterior.
Tipos de conocimiento:
Distinguirá tres tipos de conocimiento: el sensible, el racional
inferior y el racional superior.
- Conocimiento sensible: es el conocimiento por los sentidos. La
sensación es algo realizado por el alma, siendo los estímulos externos ocasión para que
el alma sienta (influencia platónica). Este conocimiento sensible no origina Ciencia
(episteme), sino Opinión mudable (doxa), sin valor.
- Conocimiento racional inferior: es el conocimiento que la
razón extrae de sí misma. por él conocemos lo "universal y necesario", pero relativo a
este mundo. Es el conocimiento que llamamos Ciencia (episteme).
- Conocimiento racional superior: lo llama "Sabiduría", y es
el conocimiento que versa sobre las verdades universales y necesarias de orden ético y
religioso; son verdades eternas e inmutables; por él conocemos racionalmente los
principios éticos, la inmortalidad del alma, la existencia de Dios. Este conocimiento no
puede ser obtenido a partir de la sensación, pero tampoco puede el alma o la razón
extraerla de sí misma. Para explicarlo tiene que recurrir a una iluminación que Dios
concede al alma, a la razón, luz que le permite al hombre captar tales conocimientos. La
iluminación es, por tanto, la luz que Dios concede al hombre para obtener la verdad.
Para San Agustín el hombre es imperfecto y no tiene capacidad para captar las Ideas,
que son perfectas. Entonces San Agustín sitúa el fundamento y el lugar de las Ideas en
la mente de Dios. ¿Y cómo conoce la razón humana superior tales Ideas?: por la
iluminación de Dios. De esta forma, San Agustín corrige el "mundo platónico de las
Ideas" al darle a las Ideas un lugar y un fundamento más consistente, como es la Mente
Divina.
La iluminación consiste en que Dios concede a la razón un poder, una
fuerza especial -pero de orden natural, no sobrenatural o mística- que faculta a
dicha razón para que por ella misma alcance las Verdades Eternas. Por medio de
esta iluminación, nuestro entendimiento "participa" -en cierto modo-de las Ideas
Divinas que existen en Dios como Ideas3 modelos o arquetipos de los seres creados, ya
que sería inconcebible un Artífice sin que tuviera en su mente las ideas de lo que va a
realizar. De esta manera, Dios, teniendo en sí la esencia de todas las cosas, posee las
Ideas y las participa a la mente humana mediante la iluminación.
c) Antropología: La visión que Agustín tiene del hombre como un ser
imperfecto, pero perfectible. El hombre alcanza su perfección
encaminándose a Dios, que es Sumo Bien, Felicidad y Sabiduría. El hombre
es un ser implantado en la inmanencia, pero con vocación a la trascendencia.

III. El discurso medieval sobre Dios: San Anselmo y Sto. Tomás:

III.1. El argumento ontológico de San Anselmo:

3    
Las Ideas inmutables que la inteligencia encuentra en
el alma, no son innatas, o debido a una reminiscencia. Son
efecto de la Verdad (que es Dios) que interviene en el
alma. Y si la inteligencia juzga las demás cosas se debe a
esta Verdad que ilumina nuestra alma.
Es una prueba para demostrar la existencia de Dios a partir de la idea de
Dios. Se llama "argumento a priori" porque parte del pensamiento, no de la realidad o
experiencia. Se encuentra en un libro de San Anselmo que se llama Proslogium.

a) Pasos de la argumentación:
1.- Todos los hombres, incluso el "necio"que en su corazón
afirma que Dios no existe4, tiene una idea o noción de Dios, esto es, que "Dios es el ser
mayor que puede pensarse", de tal manera que es imposible pensar que hay un ser
mayor que él.
2.- Un ser tal ha de existir no sólo en nuestro pensamiento sino
también en la realidad, ya que de lo contrario cabría pensar un ser mayor: el ser que
además de existir en el pensamiento existiera también en la realidad, y caeríamos en
contradicción.
3.- Conclusión: luego Dios existe, no sólo en el pensamiento sino
también en la realidad.
b) Fallo del argumento:
El fallo es que se produce un paso ilegítimo del pensamiento a
la realidad, del orden del pensar al orden del ser.
Ya el monje Gaunilón, denunció el argumento por ese paso ilegítimo y decía que
yo puedo pensar en la existencia de una isla en el océano y no por ello tiene que existir
necesariamente. Sto. Tomás lo criticará diciendo que "si partimos de la esencia pensada
de Dios, lo más que podemos concluir es su existencia pensada pero no real de Dios".

III.2. El argumento de las cinco vías de Sto. Tomás:


Una vez que Sto. Tomás ha descalificado el camino "a priori" de San
Anselmo, sólo le queda el otro camino para llegar a Dios, esto es, el camino "a
posteriori" a partir de la experiencia. De clara inspiración aristotélica (además de otras
influencias), pretende llegar a Dios a partir de las cosas del mundo. Pretende llegar a lo
infinito (Dios) a partir de lo finito (el mundo). Todas las vías tienen idéntica estructura.
a) Estructura de las vías:
A.- Punto de partida: hecho de experiencia.
1ª vía: Movimiento: parte de la constatación de que los
seres del mundo se mueven, cambian: "existen seres que se mueven y que son movidos
por otros, seres que cambian y pasan de la potencia al acto".
2ª vía: Causalidad: existe la causalidad en los seres. Los
seres o realidades son causados por otro.
3ª vía: Contingencia: los seres del mundo son
contingentes, esto es, existen pero pueden no existir. Es decir, no tienen en sí mismos la
causa de su existencia.
4ª vía: Grados de Perfección: hay seres más perfectos
que otros, hay grados jerárquicos de perfección.
5ª vía: Orden y Finalidad: Sto. Tomás observa un cierto
orden y finalidad del universo. Los seres tienen como un fin, un orden interno que les
lleva a desarrollarse.

B.- Aplicación de un doble principio metafísico:


4    
No se trata de un insulto al ateo, sino que San Anselmo
recoge la expresión de un Salmo bíblico que llama así al no
creyente.
B.1.- Principio de causalidad: cualquier ser o hecho del
mundo se considera efecto de otro ser que es su causa; es decir, que cada hecho de
experiencia debe tener una causa proporcionada que lo explique y lo fundamente.
B.2.- Axioma corrector del principio de causalidad:
imposibilidad de una serie infinita de causas: la aplicación del principio de
causalidad no puede llevarnos al infinito, hay que introducir pues el axioma corrector de
la imposibilidad de una serie infinita de causas, para poder explicar cualquier hecho de
experiencia. Si vamos hasta el infinito buscando explicación, nos encontramos que
nunca obtenemos explicación. Es como la experiencia del niño preguntón, que ante toda
respuesta de su sufrido padre o educador, le responde con un infinito: "¿y por qué?".

C.- Conclusión:
1ª vía: existe Dios como primer motor inmóvil que
mueve sin moverse y es acto puro. (Inspirada en Aristóteles).
2ª vía: existe Dios como causa primera incausada. Dios
es la causa de todo, la explicación de todo. Es la primera causa que no la ha causado
nadie. (Inspirada en Aristóteles).
3ª vía: existe Dios como ser necesario, que no puede no
existir, que tiene en sí la causa de su existencia y que ha causado a los seres
contingentes. (Inspirada en Maimónides).
4ª vía: existe Dios como el ser sumamente perfecto, que
contiene el grado sumo de perfección de la que los demás participan. (Inspirada en San
Agustín y San Anselmo).
5ª vía: existe Dios como suprema inteligencia
ordenadora, ya que el orden del universo (leyes cósmicas, físicas) jamás puede venir
del azar. (Inspirada en Aristóteles y San Agustín).

b) Fallo de las vías:


La gran dificultad es la de explicar lo infinito (Dios) a partir de lo
finito (los seres del mundo). Hay por tanto una dificultad en el paso de lo finito a lo
infinito. Los efectos (las criaturas) son finitos y la causa (Dios) es infinita; de algo
limitado no se puede concluir lo ilimitado, ya que incurrimos en contradicción. En
definitiva, el paso de lo finito a lo infinito es imposible por vía exclusivamente
racional.

CONCLUSION:
Hemos llegado al final del trayecto y resulta que nos hemos cargado las dos
argumentaciones para llegar a demostrar la existencia de Dios. Ahora la pregunta queda
abierta: ¿es posible para un creyente poder dar razones de su fe?; ¿le queda al creyente
religioso alguna argumentación para que no le tachen de irracional?; ¿es posible ser
cristiano hoy? Piensa un poco estas cuestiones, ya las hablaremos en clase.

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