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Absceso mamario

Un absceso mamario es definido como una masa inflamatoria la cual drena material
purulento espontáneamente o secundario a una incisión.
Se puede formar un absceso
cuando los gérmenes entran en el
seno por el pezón. Entonces se
produce una infección
bacteriana. El tipo más común de
bacterias implicadas en un
absceso mamario suelen ser las
Staphylococcus aureus. Estas
bacterias entran a través de un
rasguño en la piel o una perforación en el pezón. La infección resultante, llamada
mastitis, invade el tejido adiposo de la mama y conduce a la hinchazón y la presión
sobre los conductos de la leche. Esto puede suceder si está amamantando y se le
agrietan los pezones o si ha tenido una infección en el seno. También se puede formar
un absceso como resultado de otros problemas no relacionados con la lactancia
Suele ocurrir como resultado de una mastitis mal curada (aunque es poco frecuente, 3 –
11 % de las mujeres que tienen mastitis) o de una obstrucción mamaria que no se ha
tratado. También puede ocurrir debido a una infección que entra en la mama a través de
una grieta en un pezón. Mientras el sistema inmunitario del cuerpo trata de luchar contra
la infección, parte del tejido en el área se moldea y forma pus, rodeada por un tejido
endurecido e inflamado que se puede sentir como un bulto.
La bacteria entra por una pequeña laceración en la piel y prolifera al estancarse en los
ductos lactíferos.
Características típicas de un absceso de mama:
 Una historia reciente de mastitis.
 Una protuberancia dolorosa e inflamada en el pecho
con enrojecimiento, calor e hinchazón de la piel que
lo recubre.
 Fiebre.
 Malestar.
 Secreción del pezón (puede contener pus)
 Picazón
 En la exploración, el tumor puede ser fluctuante, con decoloración de la piel.
Clasificación:
Por relevancia clínica y por tipo de manejo.
 Abscesos puerperales: vistos en mujeres primíparas.
 Abscesos no puerperales centrales: no relacionados con la lactancia, en mujeres
jóvenes fumadoras.
 Abscesos no puerperales periféricos: pocamente vistos, mujeres adultas con
patologías asociadas como la artritis (toma de esteroides).
Pruebas y exámenes
Es necesario hacer un examen para realizar el diagnóstico y descartar complicaciones,
como un bulto inflado lleno de pus (absceso). En ocasiones es necesaria una ecografía
para revisar en busca de abscesos.
Para las infecciones que se siguen presentando, se puede hacer un cultivo de leche del
pezón. En las mujeres que no están lactando, los exámenes pueden incluir:
 Biopsia de mama
 Resonancia magnética de mama
 Ecografía de mama
 Mamografía
Características ultrasonográficas:
 El ultrasonido es considerado el método más usado de imagen cuando un
absceso mamario es sospechado.
 Así como el más usado para evaluar la evolución y respuesta a terapia.
 Para propósitos de seguimiento debe siempre medirse n absceso en sus tres
dimensiones y obtener un volumen.
 Colección hipoecoica mayormente multilobulada.
 No vascularizada dentro de la colección.
 Realce acústico debido al contenido líquido.
 Anillo vascular periférico.
Monográficamente:
 Raramente indicada y útil.
 Utilizada solo para descartar malignidad en abscesos no puerperales.
 Mujeres alrededor de los 30 años y en mujeres con abscesos puerperal de curso
clínico prolongado.
 Monográficamente las apariencias no son específicas.
 Engrosamiento de la piel.
 Densidad asimétrica, masa o distorsión arquitectural. (hallazgos no específicos
para absceso o malignidad)
Tratamiento antibiótico: Siempre debe ser ofrecido en adición al drenaje percutáneo.
Buena opción de primera línea incluye 500mg de cloxacilina administrada vía oral, cada
seis horas por 7 a 10 días.
Alternativas: Clindamicina 300mg cada seis horas 7 a 10 días. Eritromicina 500mg cada
ocho horas o cefazolina 500mg cada seis horas vía oral por 7 a 10 días. Alguno autores
sugieren agregar 500mg de metronidazol cada ocho horas (mujer no puérpera).
En los últimos 15 años la intervención guiada por US ha sido el abordaje preferido.
Debiendo ser ejecutado rápidamente, con anestesia local, en pacientes ambulatorios, con
mínimo daño, sin la necesidad de interrumpir la lactancia y con un rango de
complicación más bajo o similar que el drenaje quirúrgico.
Tratamiento quirúrgico: El drenaje quirúrgico del absceso puede ser necesaria
además de la terapia antibiótica. Durante el drenaje quirúrgico de un absceso mamario,
una pequeña incisión se hará en la masa. El pus del absceso se rompe y se lava. Su
proveedor de atención médica puede dejar un pequeño drenaje en la incisión para liberar
el pus adicional. La incisión se puede proteger con un vendaje para mantener el área
limpia y seca. La incisión no puede ser suturada con el fin de dejar que se cure desde el
interior hacia el exterior. También últimamente se utiliza el drenaje del absceso guiado
por ecografía. En este método, la ecografía se utiliza para determinar la ubicación y
profundidad del absceso. Luego se inserta una aguja en el absceso y el pus se drena, o
aspira, a través de la aguja. Aspiración guiada por ultrasonido se considera menos
invasivo que el drenaje quirúrgico. Continuar amamantando si la incisión y/o drenaje
está suficientemente lejos de la areola.

Enfermedades de la madre.
Contraindicaciones absolutas y relativas de la lactancia materna.
Hepatitis
En madres con diagnóstico de hepatitis B (HBsAg + y HBeAg), sin exposición in utero
a antivirales y / o con serología desconocida; se recomienda regularmente, en sala de
parto o en las primeras 12 horas, al recién nacido Inmunoglobulina anti VHB (IGHB)
intramuscular y en zona contralateral.
Estableciendo la primera dosis de vacuna contra VHB y posteriormente completando su
esquema de vacunación, por lo que no se suprime la lactancia materna.
En el caso de los recién nacidos de madres que recibieron tratamiento para Hepatitis B
con Tenofovir; Las Evidencias Científicas Actuales muestran Que SUS concentrations
en leche materna hijo muy Inferiores a las alcanzadas en el útero, por Lo Que La
Mayoría de los Trabajos no contraindican la lactancia Durante el Tratamiento.
Con respecto a la hepatitis C: no se ha documentado ningún caso de transmisión a
través de la lactancia materna, por lo que no está excluido y se considera que puede
ayudar, ayudar a prevenir la transmisión del virus de la madre al bebé; al proporcionarle
anticuerpos que recibe a través de la leche materna. (Para el virus de la hepatitis C no
existe vacuna).
Para aquellos casos de madres con hepatitis A; aunque se han detectado anticuerpos
IgM e IgG y, ocasionalmente, ARN del virus de la hepatitis A, no hay registros de casos
de transmisión vertical madre-lactante a través de la leche materna.
Es importante tomar las medidas higiénicas adecuadas para disminuir el riesgo de
transmisión fecal-oral al bebé: lavando las manos con frecuencia, en especial durante las
primeras 4 semanas, donde hay eliminación del virus de la hepatitis A.
Grabar que la hepatitis se transmite principalmente por vía fecal-oral, es decir, cuando
un individuo no infectado, ingiere alimentos o agua contaminados con heces de una
persona enferma.
Los adultos presentan signos y síntomas con mayor frecuencia que los niños y la
gravedad / mortalidad de la enfermedad aumentan con la edad.
Es por esto por lo que las mujeres que amamantan pueden y deben ser protegidas con
las vacunas recomendadas como los demás adultos.
Rubeola
Infección viral contagiosa que se puede prevenir con una vacuna y es conocida por su
característico sarpullido rojo.
La enfermedad puede contagiarse mediante el contacto directo con la saliva o la mucosa
de una persona infectada, o a través del aire por las pequeñas gotas de saliva al toser o
estornudar.
Los síntomas suelen aparecer entre dos y tres semanas después de la exposición, y
también incluyen fiebre moderada y dolor de cabeza. Si bien no hay ningún tratamiento
para eliminar una infección establecida, los medicamentos pueden contrarrestar los
síntomas. La vacunación puede ayudar a prevenir la enfermedad.
Tanto el virus de la rubeola como el de la vacuna de la rubeola se han aislado en la
leche materna.
Sin embargo, la presencia del virus de la rubéola en la leche materna no se ha asociado
con una enfermedad significativa en los lactantes y es más probable que la transmisión
se produzca por otras vías.
Las mujeres con rubéola o las mujeres que han sido inmunizadas recientemente con una
vacuna que contiene virus de rubéola atenuado vivo pueden continuar amamantando
• Aislamiento del niño para evitar contagio durante el periodo agudo
•Extracción de la leche
Tuberculosis
Las madres con tuberculosis (TB), pueden amamantar si se encuentran bajo el
tratamiento adecuado. Madres con TB no tratada al momento del parto no deben
amamantar o estar en contacto directo con su recién nacido hasta que hayan iniciado el
tratamiento con los medicamentos adecuados y ya no presenten infección. Una manera
de establecer la lactancia a pesar de esta enfermedad es comenzar a extraerse leche poco
después del parto, y alimentar a su bebé con esa leche hasta que pueda amamantarlo
directamente
• Adquirida antes o durante el embarazo Continuar tratamiento y amamantar BCG al
niño
Diagnosticada posterior al parto: Suspensión temporal para evitar contagio, tratamiento
Extracción manual de la leche.
Enfermedades sin contraindicación
• Citomegalovirus: Anticuerpos maternos en la leche
• Malaria y Toxoplasmosis: Sin transmisión por la leche
Herpes simple
El virus del Herpes Simple (VHS) causa lesiones orales (VHS tipo I) y genitales (VHS
tipos II y I). Se considera un virus de transmisión sexual.
El contagio neonatal es más frecuente en caso de infección primaria de la madre más
que en caso de lesiones herpéticas recurrentes (50% frente a 5%). La mayor parte de
contagios ocurren durante el momento del parto por contacto con lesiones genitales.
Durante el periodo neonatal la enfermedad puede ser gravísima; fuera de este periodo
no suele tener consecuencias graves.
Aunque el ADN del VHS 1 y 2 se encuentra con frecuencia en leche materna, sólo hay
un caso pretendidamente documentado de transmisión del VHS-1 a través de la leche
materna en ausencia de lesiones cutáneas, orales o genitales en la mujer.
En otros casos la transmisión se debió a lesiones herpéticas en la mama Se han
publicado también casos de infección inversa: de las lesiones orales de un lactante con
gingivoestomatitis herpética al pezón de la madre.
La lactancia sólo estará contraindicada si hay lesiones en las mamas, pudiendo incluso
amamantar del pecho que no tenga lesiones.
En el resto de las localizaciones hay que tomar precauciones estándar: lavado minucioso
de manos, cubrir las lesiones para que el lactante no entre en contacto con ellas; llevar
mascarillas y evitar contacto labial (besos) si la madre tiene herpes labial o estomatitis.
Contraindicación temporal.
 Extracción manual de la leche
 Medidas de higiene
 Tratamiento de las lesiones
Diabetes
La diabetes es una alteración que se caracteriza porque el nivel de glucosa en sangre
(glucemia) es bastante elevado. La diabetes se produce cuando el páncreas no segrega
suficiente insulina para metabolizar la glucosa.
Durante el embarazo el nivel de glucosa en la sangre de la madre aumenta para
satisfacer las necesidades nutricionales del feto. Así pues, en el embarazo, el páncreas
tiene que producir mayores niveles de insulina. Si el páncreas no puede dar respuesta a
este incremento de glucosa, y por tanto no segrega más insulina, se produce la conocida
diabetes gestacional.
La lactancia materna es positiva tanto para las mujeres diabéticas como para las madres
que padecieron diabetes gestacional. En ambos casos, dar el pecho mejora la salud de
las madres. Para las mujeres diabéticas, amamantar a sus bebés mejora sus niveles de
glucemia. A las madres que padecieron diabetes en el embarazo, la lactancia materna les
protege frente al desarrollo de diabetes crónica en el futuro.
 Sin contraindicación
 Medidas generales y tratamiento
 Vigilancia de hipoglicemia
 Dieta para diabéticos Insulina
VIH
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es una afección crónica que puede
poner en riesgo la vida, provocada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Al dañar tu sistema inmunitario, el VIH interfiere con la capacidad de tu cuerpo para
luchar contra la infección y la enfermedad.
El VIH es una infección de transmisión sexual. También puede transmitirse por el
contacto con sangre infectada o de madre a hijo durante el embarazo, el nacimiento o la
lactancia materna. Sin medicamentos, pueden pasar años hasta que el VIH debilite el
sistema inmunitario al punto de evolucionar hasta el SIDA.
Debido a que se cree que el riesgo de transmisión del VIH al bebé supera los beneficios
de la lactancia, las directrices dentro de la mayoría de los países ricos en recursos
recomiendan que no se debe amamantar si la madre está viviendo con el VIH.
Conviene destacar que la transmisión del VIH de la madre al hijo puede ocurrir durante
el segundo y el tercer trimestre del embarazo, durante el parto o en cualquier momento
durante la lactancia materna; el riesgo de transmisión durante la lactancia materna es
acumulado cuanto más tiempo da el pecho una mujer infectada por el VIH, más
aumenta el riesgo de transmisión a través de la lactancia. Por otra parte, el riesgo de
transmisión por una madre infectada que ocurre antes del parto o durante el mismo sin
intervenciones para reducir la transmisión es del 15 al 25% el riesgo aumenta en 5 a
20% cuando una madre infectada da el pecho elevando el riesgo total de transmisión a
120 a 45% este riesgo puede ser reducido a menos del 2% con una combinación de
profilaxis antirretroviral (durante el embarazo, el parto y al neonato), cesárea electiva y
ausencia de lactancia materna.
-Contraindicación absoluta
 Alternativas Bancos de leche materna
 Fórmulas infantiles: aceptable, factible, asequible, sostenible y segura.
Las enfermedades maternas pueden ser causa de suspensión temporal de la lactancia. Se
debe conocer cómo actuar en cada caso para evitar la suspensión definitiva por fallas en
el manejo de esta situación especial. VIH es considerado contraindicación absoluta

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