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Derecho Procesal Introducción
Derecho Procesal Introducción
Eulogio Peña, joven estudiante de obstetricia en una nueva universidad de la ciudad, tenía
vicios. En efecto, Eulogio tenía una creciente (además de preocupante) adicción a las
metanfetaminas, la cual le era cada vez más difícil de controlar.
Era tan difícil de controlar que comenzó a consumir la citada droga en la Universidad,
específicamente, escondido en los baños. Para su mala suerte, un miembro del Tribunal de
Honor lo encontró. Y dicho miembro del Tribunal, no dudó en que lo que correspondía era
expulsarlo.
Ante ello, se le comunicó a Eulogio que tenía un plazo de 10 días para presentar sus
descargos, teniendo que explicar las razones por las cuales consideraba que no debía ser
expulsado.
En efecto, el reglamento de la universidad establecía puntualmente que “los alumnos que sean
captados consumiendo estupefacientes, serán juzgados por el Tribunal de Honor, para que
determine, en instancia única, su continuidad en el centro de estudios”.
Pero antes de que se emita el fallo, el abogado de Eulogio, el Dr. Diego García, le indicó que el
Tribunal no tenía jurisdicción y que, en rigor, era el Poder Judicial el único capaz de fallar en
este caso. Por eso, le aconsejó que inicie un proceso judicial y considere como irrelevante el
procedimiento disciplinario iniciado en su Universidad.
Pero, ante ello, apareció el Dr. Raphael Aspitia que le aconsejó a Eulogio algo diferente: que no
iniciará el proceso judicial pues la demanda sería rechazada porque el suyo no era un caso
justiciable.
Así las cosas, finalmente Eulogio interpone la demanda correspondiente, ante el Juzgado
competente. Al recibir la demanda, sin embargo, el Juzgado advierte que ésta ha sido
interpuesta sin acompañar la resolución final del procedimiento disciplinario al que fue sometido
Eulogio. Esta omisión es considerada gravísima pues, precisamente, el proceso instaurado
serviría para discutir sobre la legalidad de dicha resolución, por lo que el Juez determinó que la
demanda es improcedente, mediante Resolución No. 1.
Eulogio, sin que sea notificado con la resolución antes anotada, ingresa un recurso de
apelación aduciendo que el vicio advertido únicamente podría suponer la inadmisibilidad de
demanda y no su improcedencia. El Juzgado, al analizar el recurso de Eulogio lo declara
liminarmente infundado, pues consideró que la Resolución No. 1 es un decreto y, por dicha
razón, corresponde ser cuestionado vía casación.
Eulogio, aconsejado por su ex buen amigo, doctor Diego García, plantea un recurso de queja
ante la Sala Superior, para que la demanda sea admitida oportunamente, al ser indebido el
rechazo de su recurso de apelación.
Cuando la Sala Superior recibió el recurso de queja planteado, con una resolución que disponía
lo siguiente: “VISTOS: Por recibido el recurso de queja ingresado por el recurrente, Eulogio
Peña y CONSIDERANDO: Que el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva garantiza el acceso
a la justicia, por lo que se debe admitir la demanda del señor Eulogio Peña, quien además es
hijo de uno de los magistrados que conforma la presente sala; en consecuencia, se
RESUELVE: FUNDADO el recurso de queja, y por lo tanto, admítase el recurso de apelación
interpuesto contra la Resolución No. 1 que declaró improcedente la demanda”.
Ante esta situación, la Sala conoció el recurso de apelación originalmente planteado y le corrió
traslado a la Universidad donde estudió Eulogio, a fin de que exprese lo concerniente a su
derecho antes de resolverlo. Así, se ingresó un escrito por el que la Universidad pedía la
nulidad de todo lo actuado y en consecuencia, la conclusión del proceso; debido a que Eulogio
no había interpuesto su recurso de apelación dentro del plazo de ley, sino que se adelantó a
que ello ocurra, por lo que no se ha verificado el plazo de 3 días necesarios entre el acto
procesal emitido y el acto procesal que corresponde interponerse.
Finalmente, la Sala Superior declaró fundado el recurso de apelación de Eulogio y dispuso que
se admita a trámite la demanda. Ahora bien, Eulogio demandó tanto a la Universidad como a la
Asamblea Nacional de Rectores, y a los miembros del Tribunal de Honor que firmaron su
resolución.