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RELIGION Y MORALIDAD

Neiber Gustavo Barrios Avila, Santiago Cantillo Jimenez , Loraine Isabel Castro
Altamiranda, Luis Angel De Leon De La Cruz,
Universidad del atlántico
Facultad de ciencias básicas - ciencia y sociedad grupo 1
Óscar David Caicedo
Churchland, P. El cerebro moral

la moralidad es el fenómeno natural limitado por las fuerzas de la selección natural, arraigado en
la neurobiología, moldeado por la ecología local y modificado por los avances culturales. Tanto la
moral como la religión aparecen siempre juntas en la historia humana, pero nunca sin conflictos.
La unión tiende a convertirse en confusión en las épocas más pacíficas y en el dominio de una
sobre otra en los tiempos de crisis. Esta relación da lugar a contenidos éticos, convergentes en la
mayor parte de las tradiciones religiosas. Existen sin embargo, tensiones entre la moral y la
religión. estas aparecen como distintas formas de relación con lo absoluto, llamadas a dialogar,
desde la base de la ética de las sociedades , para buscar soluciones a los problemas de la humanidad
actual.

Conciencia y moralidad

El enfoque de este apartado se centra en esta idea: “la conciencia nos guiará por el buen camino si
sabemos escuchar lo que nos dice en realidad”, como si la conciencia fuera un ente externo al
cerebro físico, que predeterminadamente contiene la moral que nos guía por el buen camino,
independientemente del individuo. Esta es una idea en la que se relaciona la conciencia y la
moralidad por medio de la religión. Por lo general los seres humanos no tenemos problemas en
diferenciar un comportamiento honesto de uno meramente avaro. Sin embargo, a veces el hecho
de delimitar una categoría ya sea moral o de otro tipo, se puede tornar algo confuso, llevándonos
a preguntas como “¿será que esto que acabo de hacer es una muestra de debilidad o de cortesía?”
o “¿a esa persona le di mucho más de lo que merecía?”, eso es básicamente la moral: lograr un
equilibrio entre lo que doy y lo que me quedo para mí mismo, mientras que las otras personas
hacen lo mismo.

A la idea de que la conciencia guía nuestras decisiones morales, es posible agregársele que la
moralidad nace en la conciencia humana, y que esta conciencia al ser un regalo de Dios, contiene
la ley natural que Dios quiere que sigamos, es decir, es la consciencia la que nos aconsejaría que
camino debemos tomar en las distintas situaciones, si deberíamos esforzarnos más para recoger
los frutos de un camino emprendido o si deberíamos sucumbir ante la oposición de los obstáculos
o de los placeres. Los argumentos con que se auto refuerza la idea de que la conciencia nos guiará
por el buen camino si sabemos escuchar lo que nos dice en realidad, explican que esto es un hecho,

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ya que a todos se nos otorga la misma conciencia moral como derecho de nacimiento. (1 arg.) y
que esto se ve evidencia en las respuestas o las posiciones que asumimos a la hora de juzgar algo
como bueno o malo ya que generalmente tendemos a tener sentimientos bien definidos respecto a
lo que es correcto y a lo incorrecto, por ejemplo, al ver una persona regalando algo comida a otras
que viven en la calle y no tienen como conseguir el alimento, casi al instante nos invade un
sentimiento que nos dice que es un buen acto, digno ser imitado. Mientras que al ver que una
persona le está haciendo daño a otra, podemos enseguida notar en nosotros mismos un sentimiento
de compasión hacia la víctima y juzgar ese acto como incorrecto, sin tener una verdadera claridad
del contexto. (2 arg.) Expone que tenemos esta entidad metafísica llamada conciencia a la que
podemos recurrir cuando nos encontremos en dilemas que nos estancan. Y a la hora de abordar
estos argumentos, se obtiene que:

• La primera parte de este argumento se relaciona en gran medida con el aprendizaje social de los
seres humanos normales, es decir, nuestra conciencia empieza a forjarse desde que empezamos a
conocer la forma en que las personas que nos rodean juzgan moralmente los actos. Explicado desde
una visión neurobiológica, se manifiesta que, si se tiene una red neuronal normal, se siente dolor
por el rechazo, se siente el placer del sentimiento de pertenencia, sumándole la imitación de las
personas que admiramos puede dificultar el análisis absoluto de algo como correcto o
incorrecto…Este conjunto de respuestas del nuevo individuo, es la realidad neurobiológica que se
oculta detrás de tod0 el parloteo sobre la conciencia. Sin embargo, si se desvincula esta forma de
estimar los actos de la neurobiología de la sociabilidad y del aprendizaje social, el concepto de
conciencia como entidad que conduce la moral pierde fuerza debido a que ya no hay un motivo
valido que la respalde.

• Y la otra dificultad ligada a esta idea es que la conciencia no siempre nos aconseja de la misma
manera, o sea la voz interna que aconseja a una persona no es la misma que aconseja a otra e
incluso la misma voz guía que nos aconseja a todos nosotros cambia con el paso del tiempo ya que
es susceptible una gran cantidad de estímulos provenientes de nuestro entorno.

Moralidad y religión.

En relación con lo dicho anteriormente se podría decir de manera general que la religión es el
origen de los principios morales es decir que lo bueno y lo malo solo existe porque existe un ser
divino.

Según las doctrinas de algunas religiones, la moralidad es impuesta por un dios a aquellos humanos
malos bajo la amenaza de recibir un castigo si no cumplen las normas, también se podría decir que
en muchas de estas religiones es irrelevante la felicidad humana, siempre y cuando ellos cumplan
las normas proporcionadas por la deidad, ya que esto les asegura una mejor vida en el más allá (o
lo que eso signifique).

En consecuencia, las diferencias culturales entre religiones tienen a verse expuestas como errores,
por ejemplo por haber establecido una relación con una deidad incorrecta o con un dios que no era
el auténtico, incluso por haber interpretado "erróneamente" las intenciones de Dios.

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En algunos tipos de religiones es tan intensa y está tan conectada la relación entre dios y los
principios morales que es considerada como axiomática.

En otras donde las divinidades no están tan ligadas a lo místico y espiritual, la moralidad y su
origen es humana, es decir, admiran a personas sabias y aplican los consejos y conocimientos que
estos han adquirido a lo largo de los años, no como dioses a los que se debe recurrir para pedir
consejos o normas que delimiten el comportamiento para llevar una vida “virtuosa”.

El libro hace una referencia a un diálogo recogido por Platón llamado El Eutifrón; en este Sócrates
hace una pregunta aparentemente sencilla “Dinos, Eutifrón, ¿qué es el bien?”, este le responde que
“El bien es lo que los dioses estipulan que es el bien”, Sócrates halla un problema en esa respuesta
religiosa y es que, algo es bueno porque los dioses dicen que es bueno? (decirlo es la clave), o los
dioses dicen que algo es bueno porque es bueno? (es decir, actúan como mensajeros de peso sobre
un hecho independiente).

La primera opción no es viable dado que cualquier pronunciamiento de los dioses sería
considerado como verdadero por muy horrible que parezca desde la perspectiva humana, por
ejemplo, si Zeus dice: «Hierve a tu primogénito y dáselo como alimento a los perros» solo por el
hecho de ser un dios, su pronunciamiento debe ser aceptado.

En la segunda opción de dioses como comunicadores el origen de la bondad no es de su dominio,


el problema aquí es que se sigue sin aclarar que convierte a una acción en buena o mala, y si estos
dioses sólo comunican ¿por qué debemos tenerlos presentes en nuestras decisiones?

Otro de los problemas es el llamado “problema de manos fuera”; Si queremos recibir consejo
moral de algo sobrenatural, ¿Cómo se consigue esa información?

Aunque la mayoría de las personas está negada a creer que pueden tener un vínculo directo con
una divinidad, hay otras que aseguran ser “los elegidos”, se autoproclaman como canales divinos
de algún dios y como ejemplo tenemos a el evangelista Jim Jones, quien convenció a sus
seguidores para construir una comuna en Guyana y luego persuadió a novecientos de ellos,
niños incluidos, para consumir un zumo de frutas con alto contenido de cianuro, Jones decía
que "la muerte solo es el tránsito a otro nivel" y "esto no es un suicidio, sino un acto
revolucionario". Murieron 918, unos 200 niños se "suicidaron" ese día.

De este modo ¿cómo nos aseguramos de quien tiene un contacto real y qué tan creíble son las
afirmaciones que predican?

La respuesta a esta pregunta también tiene sus dificultades como todas las anteriores dado que
incluso dentro de la misma religión puede haber disconformidad en cuanto a los mandamientos
enviados por dios, por ejemplo, Los protestantes no creen que Dios prohíba la anticoncepción; a
nivel doctrinal, los católicos romanos sí la prohíben, aunque en realidad la mayoría de los católicos
utilicen métodos anticonceptivos.

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Los católicos romanos creen que el Papa es infalible cuando habla ex cátedra, expresando así las
opiniones de Dios debido a su especial relación con él; los protestantes, los judíos y los
musulmanes consideran que ese posicionamiento es incorrecto. Los testigos de Jehová creen que
Dios prohíbe las transfusiones de sangre, y los episcopalianos están razonablemente seguros de
que Dios no las prohíbe. El Levítico 25, 44- 46 nos tranquiliza diciendo que la esclavitud es
correcta, pero pocos cristianos, sea cual sea su confesión, se tomarían esas palabras en serio. En
Efesios 5, 24 encontramos una afirmación tajante: «Así como la Iglesia está sometida a Cristo,
de la misma manera las mujeres deben respetar en todo a su marido», y eso es algo que no
todos los cristianos ni los judíos toman en serio. O en Lucas 14, 26: «Cualquiera que venga a
mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y
hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo». Estas afirmaciones parecen
ser un poco radical.

Aunque las religiones se pusieran de acuerdo con los mandamientos estipulados por dios, los
seguidores de esta rara vez las cumplen. Los Diez Mandamientos, por ejemplo, incluyen el
mandamiento de no matar, pero en la práctica los cristianos y los judíos, muy razonablemente,
consideran que matar en tiempos de guerra, y matar como medida de autodefensa, son actos
aceptables. Sea cual sea la condición de los mandamientos, no pueden quedar exentos de
excepciones.

Hay otras cuestiones a destacar y es que no todas las religiones entienden la moralidad como un
factor que dependa de un dios, algunas ni siquiera cuentan con deidades, en estas religiones como
el budismo, el taoísmo, el confucianismo se venera a los ancestros y su amplia sabiduría adquirida
a lo largo de los años, se puede venerar al sol y la luna, a la naturaleza como lo hacen los panteístas
ya que ellos consideran que solo por el hecho de vivir cerca de la naturaleza somos sometidos a un
desarrollo moral y que la naturaleza es merecedora de veneración.

¿Esto significa que la moralidad es una ilusión?


Es una pregunta interesante, pero si la sometemos a un fuerte escrutinio nos vamos a dar cuenta
de que la respuesta no es tan difícil de hallar. En primer lugar, al cuestionarnos de que, si la
moralidad es una ilusión, o no es una ilusión, nos vemos obligados a buscar diferentes tipos de
argumentos sólidos que no solo se basen en nuestro raciocinio, más bien en una parte algo
significativa. Según el genetista Francis Collins (genetista estadounidense conocido por sus
grandes descubrimientos de genes causantes de enfermedades y por haber dirigido el ambicioso
proyecto genoma humano durante un periodo de 9 años) se preguntaba así mismo esta pregunta
de que si ¨ Dios dio a la humanidad el conocimiento sobre lo que es bueno y sobre lo que es malo¨ ,
lo que podemos decir que es la llamada ley moral, y de que si esta supuesta ley es solo un efecto
secundario de la evolución, entonces se dice que el bien y el mal no existen. Este tipo de
afirmaciones nos llevan a decir que, si Dios estuviera muerto, entonces todo se permitiría, no habría
esa base (por así decirlo) fundadora de la ley moral que nos proporcionara el conocimiento o las
supuestas decisiones correctas que deberíamos tomar en la vida. Es una pregunta o afirmación algo
ambigua y básica, si lo queremos ver así, pero revela unas supuestas consecuencias de lo que
sucedería y de el detonante el cual estamos hablando. Cabe recalcar que Francis Collins se basó

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para mencionar todo esto en el Dios de concepción cristiana, no estamos incluyendo a dioses
egipcios o griegos, ni tampoco a ningún Dios hindú. Francis Collins afirma algo interesante y que
a mi parecer estoy de acuerdo con lo que el menciona o hace atribución, de que toda la base moral,
la moralidad es tan real como puede serlo, es tan real como la conducta social, económica, etc. No
pensar en que si Dios estuviera muerto ya no habría moralidad, es el hecho de tratarse de un falso
dilema por que la moralidad esta, y esta afirmación podemos argumentarla con respecto a la
evolución que hemos presentado los seres humanos, Nuestra compasión, capacidad de aprender,
imaginar y juicio racional que presentamos.

El hecho de que algunas personas se muestren en desacuerdo sobre varios asuntos no implica que
sin Dios todo sea cuestión de simple opinión. El hecho de que un individuo (en temas de ciencia)
no esté de acuerdo que la tierra es plana, no implica que estas sea una simple cuestión de opinión.
Entonces volviendo a la pregunta a resolver, podemos atribuir de que Collins se refiere a una ley
moral específica, los diez mandamientos son una base para comenzar con esta cuestión, de que el
hecho de la religión propia es la única y legitima religión y de que las instituciones y
organizaciones morales las inculca en la conciencia de un Dios propio. Es decir, pasar de
intolerancia a virtud, el hecho de decir quienes no están de acuerdo conmigo en cuestiones morales
tienen que estar equivocados. Promover la arrogancia moral, el pensar que tener una relación
especial con dios, me da toda la virtud de que yo y solo yo tengo la razón y de que todos los demás
están equivocados, solo decir que me acobijo a las leyes de Dios y hablo con el me da para decir
que todos están equivocados menos yo porque cuento con la bendición de Dios, pero no es así
como nos sentimos todos realmente cuando hablamos con Dios.

No tuvimos en cuenta cuando nos hicimos esta pregunta con respecto a dioses egipcios y griegos,
pero no de las consecuencias que trae dicha pregunta. Sin un Dios la moralidad es una ilusión,
muchas personas que son de otra religión, o son ateos, poniendo como ejemplos lo anterior, estas
personas tienen conducta moral sin tener en cuenta un Dios legislador, el no tener los diez
mandamientos no significa que estas personas no tengan reglas o moralidad, sin importar su
religión, teniendo en cuenta que muchas culturas que habitan la tierra tienen costumbres diferentes
y religión distinta estamos afirmando que la moralidad no es una ilusión, no depende de la religión,
no depende de Dios, no depende de la cultura, la moralidad si existe, la moralidad nosotros la
generamos en la manera en que actuamos y pensamos, solo debemos alejarnos un poco de la
religión en general, el cual si imparte moralidad pero si deja de existir no deja de impartir
moralidad, tenemos un sentido común, juicio racional y hábitos que nos permiten tener una
concepción clara y explícita de nuestra forma de actuar.
Aunque la religión imparte moralidad, si esa no existe la moralidad no se ve afectada, es una
discusión algo frecuente, pero todo este escrutinio a veces es confuso y desorientador sin embargo
todo está dicho, os seres humanos somos partidarios de la moralidad, hay diferentes culturas que
la definen, pero sigue siendo la moralidad misma y pura, aunque esta se derive de las normas de
cada sociedad son la moralidad la respuesta. Toda la evolución que ha tenido el hombre

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proporciona no solo el avance científico sino más bien el moral, adiós a la esclavitud, comunismo,
dictaduras (en gran parte del mundo), lo necesario es tener en cuenta que para que la moralidad se
vea reflejada en una sociedad esta depende de la forma de actuar de los individuos que conforman
dicha sociedad, para eso deben existir instituciones que regulen normas que sean equitativas e
iguales para todos, todos somos iguales y al final aunque nos basamos en la ley moral de Dios está
más allá de la religión, es la moralidad que creamos en nuestra mente y depende del sentido común
y de un raciocinio juicioso que presentamos todos al pensar en nuestro bienestar y el de la
población en general.
MORALIDAD CONFIANZA Y CONFIANZA Y CONTRUCION DE UN
NICHO CULTURAL
Los seres humanos son en parte egoísta y en parte empática con los demás miembros de su
especie e incluso con otras y que es capaz de crear instituciones que refuerzan su seguridad,
felicidad, conveniencia y placer. Esto va acorde con la descripción de David hume acerca la
naturaleza humana.
La confianza tiene un gran peso en las relaciones humanas ya sea con personas cercanas o
desconocidos . La confianza entre padres e hijos, entre parejas, entre compañeros es importante
en la sociabilidad humana, está relacionada la oxitocina y la vasopresina, la distribución de sus
receptores. Así mismo tenemos creencias y expectativas que existen debido a nuestra cultura, y
ello implica creencias sobre la confianza que nos inspiran ciertas instituciones y las personas que
trabajan en ellas. Como por ejemplo los doctores dejamos que ello revise nuestro cuerpo y se
encarguen de algo tan delicado como nuestra salud sin ni siquiera conocer su nombre o sus notas
o si de verdad es doctor ya que tenemos cierto grado de confianza en las instituciones como el
hospital en el que trabaja o que creemos en la instrucción encargada de la licencia medicas que
certifican que ese medico está en condiciones de ejercer. los humanos se expanden más allá de
sus pequeños clanes y pueblos, la creación de instituciones estables que nos permitan fiarnos,
porque está refrendada por leyes que permiten confiar en ella y en la aplicación de las leyes,
entonces todo el mundo sale ganando. Hay que tener en cuenta no es posible una relación de
confianza a menos que exista cierto tipo de aplicación forzosa de las reglas del juego, puesto que
incluso una persona concienzuda se dará cuenta de que, si los demás infringen las normas, entonces
seguir las normas le perjudicaría mientras que los demás prosperarían
En la construcción de nichos culturales, uno o más rasgos culturales pueden influir en la evolución
de otros rasgos culturales o biológicos al afectar el entorno social en el que estos últimos pueden
evolucionar. Los seres humanos nos hemos involucrado colectivamente durante años en la
construcción de nichos a una gran escala , a menudo cambiando nuestro entorno natural más allá
del reconocimiento o la exploración y, como resultado, alterando el curso de su propia evolución.
Los humanos también son únicos en la extensión y complejidad de su aprendizaje cultural, y el
trabajo teórico y empírico se construcción de estos, donde un conjunto de prácticas culturales
humanas contribuye a las fuerzas evolutivas que actúan sobre los rasgos genéticos o un segundo
conjunto cultural.

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Se fundamenta en que la hipótesis del nicho cognitivo sobreestima el papel innato dirigido por la
selección natural de las habilidades cognitivas humanas como responsables del éxito de la especie,
y subestima el papel que en ese éxito ha jugado la cultura. La hipótesis del nicho cultural da mucha
mayor importancia a la capacidad del aprendizaje , ya que nos ha permitido acumular información
generacional y desarrollar herramientas, creencias y prácticas que ningún individuo podría
desarrollar o inventar por sí mismo.

En conclusión Todos estos enfoques nos dan a entender que sin duda alguna existe una conexión
entre religión y moralidad, pero por lo visto es un vínculo principalmente sociológico, y no
metafísico.
Las leyes y las instituciones pueden cambiar, pero incluso con la mejor de las intenciones, una ley
puede tener malas consecuencias no intencionadas. A veces no existe una única respuesta correcta,
un solo desenlace favorable, sino sólo formas más o menos decentes de evitar un horror aún peor.

Bibliografías
1. Churchland, P. S. (2012). El cerebro moral: Lo que la neurociencia nos cuenta sobre la
moralidad. Paidós.
2. Velasco, J. M. (1994). Religión y Moral. Dialnet.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=149381

3. Capella, F. (2022, 2 diciembre). Libertad y moral religiosa. Instituto Juan de Mariana.


https://juandemariana.org/ijm-actualidad/analisis-diario/libertad-y-moral-religiosa/

4. Carabante, J. (2020, 7 julio). Henri Bergson: Las dos fuentes de la moral y la religión.
Nueva Revista. https://www.nuevarevista.net/las-dos-fuentes-de-la-moral-y-la-religion/

5. Arivera (A.) El concepto de nicho en las sociedades humanas.


http://arqueologiacognitiva.blogspot.com/2017/04/el-concepto-de-nicho-en-las-
sociedades.html

6. Gázquez, J. M. M. (2019, 15 diciembre). Nichos culturales (1). La evolución cultural


acumulativa humana. Der Golem. https://dergolem.blog/2019/01/09/nichos-culturales-
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