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Premisas diferentes originan sistemas éticos diferentes. Por
tanto, es esencial reconocer nuestra premisa enunciada para
entender y aceptar el sistema ético basado en ella. Técnicamente,
la ética es la ciencia de la conducta y produce un resultado
definido. La palabra “ética” significa “ciencia de la moral”.
“Ética” viene del griego ethika, que a su vez se deriva de
ethos y significa “costumbre o hábito”. La palabra “moral”
viene del latín moralis. La meta de un código ético es ayudar a
la gente a vivir virtuosa, moral y rectamente—para así manifestar
la vida sobreabundante.
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hombre cómo debe comportarse. No es una ciencia natural o
descriptiva. En todas las demás ciencias, con excepción de la
ética, los valores se imponen en forma arbitraria, conforme al
deseo y a la conveniencia del hombre. Es así como los
científicos parten de premisas diferentes con entendimientos
diferentes ya que su educación, sus hábitos, sus gustos personales
y sus experiencias no son iguales. Rara vez se utiliza la lógica
para determinar una premisa sino que, simplemente, la gente
elige una premisa determinada. En nuestro caso, elegimos la
premisa de que la Biblia es nuestra única y suprema autoridad.
Lo “correcto” es lo que la Palabra de Dios dice que es correcto.
Lo “incorrecto” es lo que la Palabra de Dios dice que es
incorrecto. Igual cosa ocurre con los términos “bueno” y “malo”.
La definición de los términos que tratan con la ética debe estar
en concordancia con la Palabra de Dios. Debemos siempre
definir nuestros términos, pensar con claridad y lógica y usar un
lenguaje claro y sencillo.
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hombre. Por consiguiente, cuanto más conozcamos la Palabra,
más completa, satisfactoria y detallada será nuestra ciencia del
comportamiento ético.
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que en la ética cristiana, los mandatos, las leyes y las reglas son
categóricas, tal como se lee en Isaías 30:21: “... Este es el
camino, andad por él...”
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ramitas y el fruto están orgánicamente conectados a un árbol. El
hombre elabora su pensar a la luz de sus propios intereses.
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deseos. En otras palabras, no se puede persuadir o forzar al
hombre para que esté de acuerdo con respecto a una opinión o
virtud.
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Hay cinco categorías de deber para un creyente cristiano:
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LA ÉTICA Y EL INDIVIDUO
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otro. Todo hombre vale por uno y ningún hombre, por más de
uno.
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complacerse. El hombre debe sublimar su deseo de posesiones
personales hasta que ese deseo llegue a ser un deseo de servir en
amor y de desarrollar al máximo este servicio para otros antes
que para sí mismo.
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propósito, el objetivo y la razón de la conducta. La decisión
voluntaria de un hombre hacia el deber determina su virtud.
Virtud es la actitud fija de un hombre hacia su ideal. Hay
circunstancias donde entran en conflicto deberes claros y
simples y a veces, tenemos que elegir entre cuál deber
ejecutaremos y cuál no. Éticamente es incorrecto preocuparse
por cosas que estén fuera de nuestro control. La ética afirma
determinar lo que es correcto. Sin embargo, no profesa
demostrar que bajo todas las circunstancias lo que es correcto o
lo que es mejor sea siempre posible. Cada caso tiene que ser
juzgado según sus propias características y, sobre todo, se debe
considerar la motivación del corazón.
Antes de juzgar un acto con severidad, debemos juzgar lo que
motivó la acción. Ejemplo: cortar la pierna de un hombre. La
pregunta importante es: ¿cuál es la motivación? Un hombre
bueno es aquel cuyo corazón anhela la virtud. Un hombre malo
es aquel cuyo corazón anhela precisamente lo opuesto.
Gálatas 5:19-21:
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia,
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idolatría, hechicerías, enemistadas, pleitos, celos, iras,
contiendas, disensiones, herejías,
Isaías 11:2:
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Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de
sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder,
espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.
Virtudes de Cristo:
Mateo 5:1-16.
Virtudes de Pablo:
Filipenses 4:8;
Gálatas 5:22 y 23;
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1 Corintios 13;
Colosenses 3:12-15.
Virtudes de Pedro:
2 Pedro 1:5-8.
Obras de la carne:
Romanos 1:29-31;
Gálatas 5:19-21.
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insensiblemente indiferente como uno que tiene una “conciencia
cauterizada” o que se niega a “aborrecer lo que es malo”. El
placer no siempre es bueno. Por ejemplo, cuando una persona
tiene la mente cauterizada en lo relativo a asuntos sexuales, se
llega a los últimos estados del vicio, es decir, a la
homosexualidad. Ésta es la forma más baja del vicio sexual.
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siempre en elegir la mejor de dos o más alternativas y edificar un
mundo mejor en el cual vivir. Aunque no seamos perfectos en
este mundo, debemos esforzarnos por ser tan perfectos como sea
posible.
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EL SERVICIO
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“llamado de Dios” con mayor claridad estarán más dispuestos a
justificar fácilmente el sacrificio que hacen al seguir ese
llamado. El hombre que oye el llamado con suficiente
claridad y que a pesar de ello decide no sacrificarse a sí mismo—
su propia comodidad y bienestar—está legítimamente
condenado.
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que todos los hombres deban necesariamente hacer el mismo
trabajo, recibir la misma educación o devengar los mismos
sueldos. Pero sí indica que todo buen trabajo en toda profesión o
esfera es honorable.
EL INDIVIDUO Y LA SOCIEDAD
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por una situación determinada como para hacer los sacrificios
necesarios para producir el cambio. El primer paso en todo
cambio social es una opinión pública fuerte, la educación de la
mente pública.
Cada vez que una sociedad elige usar a los hombres, no debe
sorprendernos que tenga problemas morales para los cuales no
hay soluciones. No hay entonces una dirección correcta
disponible sino apenas una elección de males menores.
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individuo tiene el derecho moral y legal a la propiedad y al
ejercicio de todos los derechos que la misma conlleva. Sin
embargo, la propiedad debe también producir el máximo bien
para la comunidad como un todo. Éticamente, la propiedad es un
encargo.
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La verdadera unidad dentro de la sociedad es la familia, no el
individuo. El matrimonio es una sociedad en la que cada parte se
da por completo a la otra. El matrimonio es manifiestamente
desigual si un hombre exige el todo de una mujer—cuerpo, alma
y espíritu—a cambio de nada más que una parte de sí mismo.
Igual cosa sucede con la mujer.
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divergencia debería ser tarea primordial. El hombre de baja
mentalidad, siempre y el criminal astuto, generalmente, son
empeorados por nuestros sistemas actuales.
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enriquezca la vida de una sola forma al costo de empobrecerla en
otra, debe ser condenado.
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aumento de riqueza. Todo lo que una parte gana es ganado a
expensas de la otra. Una apuesta es un intento de ganar algo sin
dar nada a cambio. Apostar es un pecado contra Dios, contra uno
mismo, contra el prójimo y contra la sociedad, y aumenta
espantosamente el monto de las pérdidas, de la miseria y del
crimen. El Estado nunca debería involucrarse en ello.
Hay tres cosas que justifican que un hombre reciba dinero de otra
persona:
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2. La ley del servicio: cuando una persona rinde un servicio a
otra a cambio de dinero.
3. La ley del amor: cuando una persona, por amor y
libremente, da dinero a otra que le ha dado a ella libremente y de
buena voluntad.
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en contra de la ética. Nunca es deber del Estado hacerle el
camino fácil y seguro a los transgresores. La acción de todo
Estado cuando actúa debe ser reprimir y castigar el vicio y el
crimen, nunca organizarlos o permitirlos y menos aún obtener
ganancias de ello basándose en lo que llaman “razón de
conveniencia”. Se debe hacer que el castigo siga prontamente
después del crimen. En la justicia, el juicio prolongado
generalmente está cargado de error.
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Para la producción en toda industria se necesitan dos cosas, a
saber: mano de obra (trabajadores) y capital (dinero invertido).
En consecuencia, por lógica, tanto los que trabajan como los que
aportan el capital deberían compartir los frutos de la
producción.
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arbitrario. Los hombres deberían preferir arruinar completamente
sus propios asuntos antes que tener sus vidas controladas por el
más benevolente y bien intencionado dictador. Ninguna
riqueza material, ningún poder o prosperidad nacional
pueden compensar la pérdida del derecho a elegir por uno
mismo. De todos los sistemas de gobierno, una república es la
que sostiene y preserva mejor ese derecho para el hombre. Sin
embargo, si gran parte del pueblo de una república muestra una
codicia por disfrutar sin respetar los derechos y la felicidad de
otros y muestra una falta de autodisciplina y de sentido del deber,
la república llega a ser impracticable.
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CONCLUSIÓN
La ética cristiana es la ciencia de la conducta, la cual es acción
consciente e intencionalmente dirigida hacia un resultado
deseado conforme a los principios de la Palabra de Dios. El
intento de este prolegómeno es traer a la luz un sistema coherente
de guías bíblicas aplicables a todos los hombres que sean
creyentes y que quieran seguir la exactitud de la Palabra. Ésta es
la esencia de la Ética Bíblica.
El arte de la ética trata el “cómo” de la aplicación de las leyes,
reglas y guías morales de Dios a categorías específicas y cómo
ellas deben ser modificadas a veces debido a condiciones y
circunstancias especiales. No existe ninguna esfera de actividad
humana donde la ética no esté involucrada. Por tanto,
necesitamos considerar cuidadosamente la ética y su aplicación
en cada esfera de nuestra vida: en relación con Dios, en relación
con uno mismo, en relación con la sociedad y en relación con el
gobierno.
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LECTURAS SUPLEMENTARIAS
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