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FITOTERAPIA

El uso de plantas medicinales en salud humana es conocido con el nombre de


Fitoterapia. Este término fue acuñado por el médico francés Henri Leclerc a
principios de siglo XX, siendo un neologismo formado a partir de dos vocablos
griegos: phytón (planta) y therapeía (tratamiento). Actualmente la Fitoterapia se
define como la ciencia que estudia la utilización de los productos de origen
vegetal con finalidad terapéutica, ya sea para prevenir, para atenuar o para
curar un estado patológico.

Gran parte de la Fitoterapia se ha basado a lo largo de centurias en el


conocimiento empírico proveniente del conocimiento popular y saberes
ancestrales de diferentes etnias o civilizaciones antiguas. Más allá que este
conocimiento ancestral es el que permitió a la industria farmacéutica desarrollar
gran cantidad de drogas o fármacos, algunos le achacan que como ciencia no
puede basarse únicamente en un saber ancestral.

Es por eso que la Fitoterapia tuvo que aggionarse a esta situación, para dar
validez científica a  sus postulados. De ahí que inició un largo derrotero para
validar científicamente cada uso empírico que se le atribuía. Fue así que
comenzaron a hacerse rigurosos estudios en animales, ensayos  clínicos,
estudios toxicológicos, cuantificación de principios activos y demás, que dieron
origen así a otro término: la Fitomedicina.

De este modo la Fitomedicina establece un paso superior en términos de


jerarquía a la Fitoterapia convencional, permitiendo validar con lenguaje
científico cada uno de los atributos de las plantas medicinales, que otrora se
sustentaban únicamente en su uso tradicional. Es así que la Fitomedicina
proporciona remedios para la población con todos los rigores de la medicina
basada en la evidencia, brindando al paciente Seguridad, Eficacia y Calidad,
tres conceptos que rigen la actual terapéutica del siglo XXI inherente a
cualquier remedio convencional.

Su uso además, deja al descubierto un proceso mágico, folklórico y científico,


que solamente alguien conocedor de esta tríada, puede relacionar para poder
llegar a un buen diagnóstico en caso de ingestión accidental, o de suministro
inadecuado de brebajes elaborados con plantas para alguna afección en el
niño y/o en el adulto.

Para poder entender los beneficios y riesgos del uso de las plantas como
medicamentos, es necesario aprender a reconocerlas, aislar sus principios
tóxicos, comprender sus mecanismos de acción e intentar contrarrestrarlos, lo
cual es una tarea delicada que apenas está comenzando.

La variedad de estos agentes, su ubicación en la planta (hoja, semilla, tallo,


etc.), su biodisponibilidad estacional y las características intrínsecas del
huésped humano, dificultan a la persona desinformada correlacionar la variada
sintomatología con el contacto o la ingestión de plantas.

¿La Fitomedicina se aplica únicamente en dolencias de menor calibre, o


enfermedades de poca relevancia?

La Fitomedicina da cobertura tanto a enfermedades triviales o suaves, así


como a patologías de extrema importancia, como el cáncer. En este sentido, de
las diez drogas más importantes para el tratamiento de cáncer, cinco provienen
del reino vegetal. En un apretado resumen podría decirse que la Fitomedicina
brinda mejor cobertura a las enfermedades crónicas, en cambio los productos
químicos pueden ser más útiles en procesos agudos.
Entre las enfermedades que cuenta con muy buena respuesta a la
Fitomedicina cuentan: artrosis, artritis reumatoidea, cáncer, depresión,
infecciones urinarias, psoriasis, acné, colon irritable, fibromialgia, obesidad,
várices, enfermedades del hígado, bronquitis, asma, trastornos prostáticos,
hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia, etc.
Al provenir de plantas, ¿la Fitomedicina no genera efectos adversos?

En líneas generales, la Fitomedicina tiene muchísimo menor impacto


indeseable que los productos de síntesis. Su margen terapéutico es mucho
mayor a los mismos. Sin embargo, los medicamentos fitoterápicos deben
manejarse siempre bajo la prescripción de un profesional de la salud.

¿Qué forma medicamentosa presentan para su consumo?

Los Fitomedicamentos pueden suministrarse en forma de comprimidos,


cápsulas, jarabes, cremas, tinturas, etc. También pueden usarse en forma de
tisanas, pero aquí los resultados no son tan potentes dado que el agua solo
extrae algunos de los componentes activos

¿Tienen sustento legal estos productos?

Así es. Los fitomedicamentos están avalados por las normativas de los
principales países del mundo. En Argentina están contemplados en el decreto
144/98 que regula a todos los medicamentos, y en las resoluciones de ANMAT
2671, 2672 y 2673. La Organización Mundial de la salud también los avala, así
como las principales farmacopeas de todo el mundo.

PLANTAS PARA LA SALUD MENTAL:

1. Pasionaria

Nombre común: Pasionaria


Nombre científico: Passiflora incarnata
Partes usadas: Hojas y tallos
Principales componentes: Flavonoides
(incluido rutina y apigenina), glucósidos
clanogénicos, alcaloides y saponarina. 
Acciones: Analgésica,
antiespasmódica, amarga, refrescante,
hipotensora, sedante, tónico cardíaco y
relajante del sistema nervioso.

¿Cómo prepararla?

En infusión, toma una taza de infusión elaborada con las mismas cantidades
de hojas de pasionaria y de frambueso, 3 veces al día para los períodos
dolorosos. Para el insomnio toma media o una cucharadita de flor de la
pasionaria seca en una taza de agua infundida durante 15 minutos, por las
noches. Para las menstruaciones dolorosas o las jaquecas tensionales, toma la
infusión de pasionaria 3 veces al día. Se pueden utilizar dosis reducidas para
calmar la hiperactividad en los niños.
En tintura toma 2-4 ml (40-80 gotas) en agua 3 veces al día para la tensión
nerviosa, la tensión arterial elevada asociada al estrés nervioso o para reducir
la intensidad de los ataques de hiperactividad en los niños.
En extracto de fluido toma hasta 2 ml (40 gotas) En agua dos veces al día
para reducir el dolor por herpes y jaquecas de tipo nervioso.

En tabletas o cápsulas toma 1-2 tabletas de 200 mg mañana y noche para la


ansiedad, la tensión y las jaquecas de tipo nervioso.

* Advertencia: Puede producir somnolencia.

2. Valeriana

Extracto de Valeriana se presenta en


la forma de gotas orales, en envases de
50 ml y pertenece al grupo de
medicamentos denominados Hipnóticos
y Sedantes.

Extracto de Valeriana está indicado en


el tratamiento sintomático de los
estados temporales y leves de
nerviosismo y de la dificultad ocasional
para conciliar el sueño.

Es uno de los grandes fármacos para


equilibrar el sistema nervioso. Se usa mucho como sedante, ansiolítico,
y calmante en el histerismo,
manifestaciones neurasténicas (insomnio, neurosis, calambres
abdominales (cólicos), hiperexcitabilidad, etc.), en las alteraciones
menopáusicas y como antiespasmódico en sentido lato. Se emplea
en trastornos convulsivos con buenos resultados, sola o asociada a
anticonvulsivantes. En algunas personas su uso como sedante suave
puede tener el efecto opuesto.

3. Manzanilla

El tallo tierno y las sumidades


floridas se usan secos o frescos
en infusión, aromática y ligeramente
amarga. Se la confunde muchas
veces con la manzanilla
alemana, Matricaria recutita. Los
efectos terapéuticos asociados a la manzanilla
son digestiva, carminativa, sedante, tónica, vasodilatadora y antiespasm
ódica.

Como infusión se usa para alivios de estómagos. Otro de los usos de la


manzanilla es para lavar los ojos en caso de alergias.

No se recomienda el uso de la manzanilla común durante el embarazo


ya que puede causar contracciones uterinas y aborto.

La manzanilla o camomila también es muy útil para el cabello. Aporta


luminosidad y brillo a los cabellos castaños muy claros y rubios. No tiñe
el cabello, ni funciona en cabellos oscuros, solo potencia su color y si es
reforzado por los rayos solares al secarlo sobre todo en época de
verano, se observará en el cabello claro, hermosos reflejos dorados.

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