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I

Capitulo III Comunidades


Terapéuticas

La descentralización de los grandes hospitales estatales en


pequeñas unidades semi autónomas que sirven zonas geográficas
reducidas, puede ser muy beneficiosa tanto para el contacto con
los pacientes como para su tratamiento. Las mejores relaciones,
tanto internas como externas, manifestadas en vínculos más
estrechos entre los pacientes, el equipo y los familiares, y con las
oficinas externas, pueden ser consideradas ventajosas. Las pe-
queñas unidades de tratamiento permiten también que sean
reestructuradas, así como la modificación de las funciones, las
relaciones de trabajo y la orientación integral de la unidad, lo
cual puede efectuarse mucho más fácilmente.
Este proceso puede desarrollarse más aún y entonces, cuando
los lineamientos mencionados se desarrollan y el proceso socio-
cultural se convierte en parte integral del tratamiento, emerge
un cuadro muy diferente. El cuadro resultante suele denominarse
comunidad terapéutica y describirse el proceso como terapia
.}1 del medio. En otra parte (21) he descripto a la comunidad tera-
péutica como algo distintivo de otros centros de tratamiento,
en cuanto los recursos totales de la institución, tanto el equipo
como los pacientes, están conscientemente mancomunados para
llevar adelante el tratamiento. Esto implica, sobre todo, un cam-
bio en el status habitual del paciente. Ellos se convierten, en
94 I Maxwell ./O'II,(IN Psiquiatría social I 95

colaboración con el equipo, en participantes activos de su proutn relación con ellas. La finalidad es lograr suficiente flexibilidad
terapia y de la de otros pacientes, e intervienen en otros aspoclon operativa de modo que en cualquier momento, el papel refleje
del trabajo de todo el hospital (en contraste con el papel relatívn- los gustos colectivos de comportamiento del equipo y los pa-
mente más pasivo de los regímenes de tratamiento convenció- cientes.
nales) . El examen y la clarificación de las funciones agudizan ine-
vitablemente las reglas del trabajo, pero pueden al mismo tiempo
llevar a cierta indefinición de él. Esto, no es contradictorio. Por
eso puede ser apropiado que las enfermeras tanto como los asis-
ESTRUCTURA SOCIAL tentes sociales visiten los hogares de los pacientes. Pueden acom-
pañar a los pacientes cuando visitan sus hogares para ayudar en
el proceso de rehabilitación frente al mundo externo y para fo-
La estructura social de una comunidad terapéutica es carac- mentar que los miembros de la familia asistan a las reuniones de
terísticamente diferente de la del pabellón hospitalario y de la grupo del pabellón. El asistente social puede visitar el hogar con
unidad descentralizada más tradicional. La expresión implica que la aprobación del paciente, pero no en su presencia. La visita
la comunidad entera de personal y pacientes interviene, por lo será, principalmente, para tratar de comprometer en el trata-
menos parcialmente, en el tratamiento y la administración. El miento a los miembros de la familia, lo que complementará el
grado en que esto sea practicable o deseable dependerá de mu- trtamiento del paciente en el hospital.
chas variables, incluyendo la actitud del jefe y del equipo, del La estructura total de un pabellón o unidad psiquiátrica re-
tipo de pacientes tratados y de las reglamentaciones que per- presenta la acumulación a través del tiempo de las actitudes,
mitan las autoridades superiores. El énfasis puesto sobre la libre creencias y esquemas de comportamiento comunes a una gran
comunicación, tanto del equipo como de los grupos de pacientes, parte de la unidad. A esto se llega como resultado de considera-
y sobre las actitudes permisivas que fomentan la libre expresión bles averiguaciones sobre la naturaleza de estas actitudes y se
de sentimientos, implican una organización social e igualitaria hace un intento de modificarlas para que sirvan a las necesidades
en vez de la jerárquica y tradicional (68). del tratamiento de los pacientes. En este contexto, la expresión
Los papeles y la relación funcional entre personal y pacien- "cultura terapéutica" es utilizada, a veces, con un poco de opti-
tes son motivo de frecuentes análisis y discusiones. Esto se hace mismo. La tendencia es que estos esquemas estructurales sean
para aumentar la efectividad de los papeles y aguzar la percep- establecidos lo más claramente posible entre los miembros más
ción de ellos por la comunidad. Así, puede sentirse que el papel estables y permanentes de la comunidad, es decir, los miembros
de una enfermera se hace más claro y más efectivo si deja de del equipo.
usar uniforme. Puede llevar varios meses de estudio y discusión Ejemplos de estas actitudes que contribuyen a una cultura
decidir que, por ejemplo, una enfermera necesita, término medio, terapéutica o a una ideología del tratamiento serían: énfasis en
estar cuatro meses en un pabellón antes de sentirse lo bastante la rehabilitación activa, por contraste con la "vigilancia" y la
segura como para descartar el uniforme. Compartir esta discu- segregación; "democratización", en contraste con las viejas
sión con los pacientes es aumentar su conciencia de las dificulta- jerarquías y formalidades de la diferenciación según status;
des del papel de la enfermera y puede llegar a modificar su "permisibilidad", en contraste con los esquemas estereotípados
96 Maxwell Jones I)/l'lquiatr'ía social \ 97

de la comunicación del comportamiento; y "comunalismo", en


oposición a los papeles terapéuticos altamente especializados, a IJA REUNIÓN DE LA COMUNIDAD
menudo limitados al médico (69).
Un aspecto básico de la organización social de una comu- En un pabellón o unidad de tratamiento de, digamos,
nidad terapéutica es el establecimiento de reuniones comunita- ochenta o noventa pacientes, ellos deben vivir juntos, y aunque,
rias diarias. Por reunión de la comunidad entendemos una por supuesto, se separan en pequeños subgrupos o hasta se retí-
reunión de toda la población de pacientes y equipo que están ran a lugares relativamente aislados, los pacientes inevitable-
trabajando juntos en una determinada zona geográfica. Mis cole- mente ínteractúan unos sobre otros en diversos grados. En una
gas y yo hemos visto que es practicable mantener reuniones de reunión de comunidad el equipo está expuesto a algunas de las
este tipo con ochenta pacientes y veinte o,treinta personas del fuerzas sociales que normalmente operan en el pabellón. Harry
equipo. Opinamos que el límite máximo parae stablecer una comu- Wílmer (70) ha descripto detalladamente las reuniones de pabe-
nidad terapéutica, en el sentido que damos acá 'a la expresión, es llón de este tipo, de las que participaban pacientes esquizofréni-
de alrededor de 100 pacientes 1. La expresión terapia de grupo, cos muy perturbados.
en oposición a terapia de comunidad, se' usa en un sentido más El primer problema a considerar es la actitud del equipo.
convencional. Un conjunto relativamente pequeño de pacien- En general, ellos encaran este tipo de reunión con sentimientos
tes, tratados por su propio médico o terapeuta dentro de un muy diversos. La enfermera caba, ° el ayudante a cargo, pueden
grupo, representarán frecuentemente un subgrupo de la comu- considerar la reunión como algo que los priva de esa entrevista
nidad) total, seleccionado sobre bases clínicas, de edad, intelí- diaria, exclusiva y tan apreciada, con el médico que, en el pasa-
gencía, moivación, etc. Según mi experiencia, es conveniente do, les ha servido mucho para aliviarlos de sus propias ansieda-
que las reuniones de comunidad sean seguidas por reuniones des. Antes, la enfermera se convertía a menudo en la "terapeuta"
de grupo. En las reuniones de comunidad se ventilarán las del pabellón, describiéndole al médico las actividades perturba-
tensiones del pabellón o la unidad en un momento determinado,_ doras y recomendando el "tratamiento" que, con bastante fre-
lo que activará gran cantidad de material dentro del paciente cuencia, el médico estaba dispuesto a aceptar, sin darse cuenta de
individual. Muchas de las tensiones no pueden ser fácilmente que 10 que estaba ordenando sólo servía para aliviar la ansiedad
tratadas en una reunión de la comunidad, pero si ésta es se- de la enfermera y no la de los pacientes. Así por ejemplo, el
guida por una reunión de grupo, actuará como un estímulo útil uso del choque o de los sedantes, o la transferencia de pacientes a
para la comunicación en la reunión más reducida. otro pabellón, se centralizaba frecuentemente en el papel de la
enfermera. Las actitudes de otros miembros del equipo, aunque
evidentemente importantes, pueden no haber sido examinadas
nunca y especialmente los ayudantes más jóvenes pueden haber
sentido que estaban excluidos de la parte más interesante del tra-
bajo y que su propio status estaba desvalorizado. Sin embargo,
1 Esto significa que muchas unidades descentralizadas se-
las reuniones dlarias de comunidad sirven muy poco para mejo-
rían demasiado grandes para establecer una comunidad tera-
péutica en el sentido actual de la expresión, a menos que fueran rar la situación si todo el equipo, excluido el médico, siente que es
divididas en sub unidades. . una pérdida de tiempo y que puede crear más, y no menos, per-
98 Maxwell Jones

turbaciones entre los pacientes. La enfermera o el ayudante a


I 1111111111'111111111 Int'ln 8 algo de lo que pueden, desde el comienzo,
cargo pueden descubrir que dudan de expresar al resto de la co-
1" 1111 111 '1 n d algunas de sus dificultades y/o una
\1)111
munidad lo que sienten sobre el comportamiento de los pacientes, 111111"1111 I 1111 d Hl1 pr pío comportamiento. Las reuniones comu-
temiendo, consciente o inconscientemente, que algunos de sus pre-
11 , 11 11 d I l' I H nd rán a producir, tanto en los pacientes corno
juicios o tendencias a tener favoritos resulten evidentes para to-
11 II 11111 po, una r ciente conciencia de la naturaleza y de los
dos. Por añadidura, su autoridad puede ser cuestionada por algu-
I 1111111 I \l1l pr di ponen a un comportamiento perturbado. Esto
no de sus ayudantes que podría señalar la irracionalidad o la
11 11 i '" 1,(lid a provocar cambios en la estructura social de un
inconsistencia de algunas de sus decisiones. Por otra parte, los
1'11111 111111, ti modo que las ulteriores perturbaciones pueden en
ayudantes pueden también sentirse incapaces de comunicarse en
1"111, I11'( v nir e y manejarse mejor cuando ocurren. Puede
público por temor al ridículo o a posibles reprimiendas de sus
'1"111/11' 1 ilnrado que los pacientes dejen enteramente el manejo
superiores.
ti, 1111\ 11 id ntes" en manos del equipo de enfermeras. Al mismo
11

Quizás lo más importante sea que este tipo de situación de- I IlIlpO, 1 quipo de enfermeras puede ser criticado por su actua-
manda un papel más responsable por parte del equipo asistenciaI. I 1011 ()I stos disturbios, si algunos pacientes opinan que han
Dentro de este contexto, la ayudante puede hablar frecuente- I d" d masiado autoritarias o demasiado severas, o que han ím-
mente de su deseo de recibir más enseñanza y mencionar con 11111 1,0 r tricciones cuando no eran necesarias, etc.
cierto resentimiento la baja calidad de la que se le suministra,
l'; '1 tales discusiones, es probable que varios de los pacientes
pero la otra cara de la moneda es que con frecuencia teme el 11IIol'L n datos sobre el incidente que cambien su significado para
cambio. En realidad, suele preferir el papel pasivo y dependiente IndoH los que estuvieron relacionados con él. A menudo ven en
que le da una cierta falta de responsabilidad y también la 1111 ha sido mal entendido por el equipo el comportamiento de
oportunidad de rezongar legítimamente sobre su desvalorizada 1111 paciente y la tendencia es que los pacientes, lentamente, co-
posición. Lo importante es que ninguna reunión de la comunidad ,,11 n n a ser más responsables en relación con el trato y aún
será eficaz hasta que el personal de la unidad crea realmente eon las restricciones de sus compañeros. De este modo, la actitud
que la reunión es valiosa, no sólo para los pacientes sino para pusiva y dependiente que a menudo se atribuye a la condición de
ellos mismos.
paciente, comienza a modificarse en procura de una participación
Evidentemente, la naturaleza de la población de pacientes 1 ás activa en la elaboración del comportamiento y de otros inci-
es extremadamente importante. En una unidad donde se reciben d ntes y se identifica mucho más íntimamente con el papel del
muchos pacientes y se los traslada rápidamente, es difícil lograr quipo. Otro ejemplo de esto es la manera en que pacientes y
cualquier continuidad de estructura. Algunos pacientes pueden quipos responden ante el paciente que abandona la reunión de
empezar a apreciar las reuniones diarias justamente cuando de- la comunidad. En muchos casos, el incidente pasa aparetemente
ben abandonar el pabellón. Muchos de ellos no le verán ninguna
inadvertido, pero si el médico u otro miembro del equipo co-
ventaja hasta que deban dejar el pabellón para volver a su hogar mienzan a prestar atención al hecho de que la gente se vaya y
o sean transferidos a los pabellones de estadía prolongada. Nues- sugieren que las partida tiene algo que ver con la ansiedad del
. tra propia experiencia nos indica que se necesita por lo menos
paciente, el personal de la unidad tiende a ponerse más sen-
un núcleo de pacientes con una estadía moderadamente prolon-
sible con el significado de este comportamiento. Con el tiempo,
gada para ayudar a los pacientes más recientes a percibir que la es probable que los pacientes propongan hacer algo para devolver
100 Maxwell Jones I /'1" 1111' ti iW(/O,Z I 101

al miembro ansioso a la reunión de la comunidad, en la que puede 11 d H l. sas reuniones del Consejo deberían ser. trans-
11 ()lle
analizarse su ansiedad. r, I dll , r uniones de comunidad, Creemos que es muy bene-
11 H
Compartir la responsabilidad del comportamiento del pa- 11, 111 " I 1 el san 110de la responsabilidad del paciente inteligen-
ciente es particularmente importante en relación con el equipo It '"' 1111Hllp rvisado. Sin embargo, sería tonto pen~ar que este
nocturno. Desgraciadamente, ellos son los que con frecuencia no 111111d, clt H irr 110se produce sin considerables conflictos.
están presentes en las reuniones de comunidad ni en las discusio- H' p rrnite al Consejo de Pacientes desarrollar re~pon-
nes que, en nuestra opinón, deben seguir siempre a una reunión /lit 1dI (1 ~ sin que cuente con el equipo al cual recurrrr en
comunitaria. Las comunicaciones con ellos deben hacerse a través ,,"11111 lit de necesidad y sin un adecuado jeed back de sus
de las guardias matutinas o vespertinas, con cierto detenimíento. ',"l1¡fOIl A, lo más probable es que se encuentr~ aislado y mal
Las guardias vespertinas también suelen estar aisladas de los 1,11 p r sus compañeros. Puede llegar a asumir todas las ea-
programas de enseñanza matutinos. El interés' por ellos puede ser 1/11'I.II'1Hticasde las figuras de autoridad, Y muc~a. ~e la hos-
eficazmente despertado si el médico a cargo les explica el signi- 111(hul que antes iba dirigida al equipo, le s.erá dir-igida ahora
ficado- de las reuniones de comunidad y les dice que cualquier 1\ 1. por estas razones pensamos que el equipo debe estar pr~-
comunícacíin escrita o verbal que quieran aportar será muy /, lit n las reuniones del Consejo y siempre que sea .necesano
apreciada, SLl embargo, las inquietudes que ellos sienten por el /\(l.lIlar lo que esté ocurriendo. Un miembr~ :del equipo puede
equipo diurno y su falta de familiaridad con la organización del ( utir la necesidad de señalar que ciertas decisíones deben pasar
tratamiento, pueden hacer difícil esto. También el hecho de estar I~Ii r consideradas por toda la comunidad antes de ser yrom?l-
solos en el pabellón, con pacientes sobre los que saben muy poco J.(ndas por el Consejo. Si el Consejo no t~aspasa sus dehbera.clO-
y que pueden provocarles considerable ansiedad, les hace sentir n s y dificultades a la reunión de comumdad, se corre ,el p.ehgro
a menudo que su punto de vista puede ser distorsionado o 'mal d que su función sea mal interpretada Y que los demas SIentan
entendido si es analizado por otra gente que no sean ellos mismos. que el Consejo no está compuesto ya por miembros de! grup de ?
En muy raros casos, el equipo nocturno o la guardia de la tarde 1acientes sino por gente que se ha "aliado" con el equ~po Y tiene
pueden estar lo bastante interesados como para quedarse o llegar una especie de extraña autoridad sobre lo.s otros pa~lentes,
más temprano para participar en la reunión de la comunidad del Según nuestra experiencia, el Consejo, y especIal~e.nte su
pabellón, en cuyo caso pueden expresar directamente sus difi- presidente, pueden enfrentarse tan realmente con es~~ ?Iflc,ul~ad
cultades a los pacientes y al equipo. roducir un empeoramiento de su condición clíníca.
que se p uede P bTd d
Los Consejos de Pacientes están de moda y se encuentran En general, puede decirse que con el tiempo las res~~nsa I I ~ es
en muchas organizaciones hospitalarias. La función de estos del equipo pueden transferirse en parte a la población de pa.cIen-
consejos de los pabellones varía considerablemente, pero según tes y especialmente al Consejo de Pacientes, con la ventaja de
nuestra experiencia se limita principalmente a manejar detalles crear para los pacientes un papel más variado y responsable. Al
prácticos tales como privilegios, disposiciones para la limpieza mismo tiempo, puede formularse el principio general de ~ue el
de los pabellones, registros, etc. Sin embargo, tienden con el grado de responsabilidad que los pacientes pueden asu~lr ~~n
tiempo a asumir crecientes responsabilidades. Creemos que no utilidad está en relación inversa al grado de ~es~:gamza~lOn
deberían asumir demasiada responsabilidad sin estar ayudados, dentro del pabellón. Así, en momentos de orgamzaclOn relativa-
que deberían ser supervisados por el equipo y que el contenido de mente satisfactoria, con líderes apropiados dentro de la pobla-
102 M axw ell J onc /1 1'.11111 (11;' n 110 ial I 103

ción de pacientes y con comunicaciones libres, la cantidad de I 11111 \ Y pf juicios, que han sido expuestas a la misma escena
responsabilidad que puede ser transferida a los pacientes COIl .lonal en la reunión de comunidad. Hemos visto que, a los
1111/ 1',11'
toda seguridad es máxima; en tanto que en momentos de desor- 1 I1I H d la enseñanza, la reunión de equipo o post mortem de
ganización, cuando el ego del grupo, si queremos usar el término 11 11 ti I ,deben durar aproximadamente una hora. En estas con-
e~ ?ébil, es el equipo el que debe asumir cada vez más responsa- 11 l' 011 8, es posible discutir retrospectivamente las percepciones
bilídad para tomar decisiones y encarar la dirección general do 10M H ntimíentos del equipo en relación con la reunión de comu-
la administración de los pacientes (71). 11 dnd, y examinar también las interacciones sufridas.
upongamos que todo. el equipo que está en contacto con el
IIn'l nte en un papel terapéutico esté presente en ambas reunio-
III M. En el post mortem podrán, en distintos grados, expresar
LA REUNIÓN DE EQUIPO o POST MORTEM luuto su análisis de ciertos aspectos de la reunión de comunidad
eo o sus sentimientos subjetivos. Si tomamos un problema que
aparece con frecuencia, como el de la autoridad, los ayudantes lo
Con el creciente interés por el medio social del enfermo el n rcibirán en términos de su propio deseo de conformarse a un
papel del psiquiatra del pabellón se hace más complejo. No basta Histema de estricta autoridad, en el que es de primordial impor-
con ser un diagnosticador competente y un buen terapeuta; tancia el cumplimiento de las indicaciones de las autoridades
ahora se debe saber cómo estudiar y modificar la organización superiores. La limpieza del pabellón, la observancia de las nor-
social y la estructura del pabellón, lo mismo que conocer las com- mas para fumar y el evitar incidentes son necesarios si quieren
plejidades del tratamiento del grupo. Idealmente esto reclamaría evitarse indebidas tiranteces. Dentro de este contexto, tenderán
la preparación de psiquiatras y científicos sociales experimen- a expresar directa o indirectamente los puntos de vista que sos-
tados. Es raro que el practicante reciba lecciones de ciencia social tengan el mantenimiento de la disciplina de los pacientes. Por su
fuera de la clínica o el hospital de la Universidad. Sin embargo, parte, los médicos, si han tenido bastante práctica y expe-
el creciente interés por la dimensión social de la psiquiatría hos- riencia en el análisis de la interacción social en un pabellón,
pitalaria se manifiesta en libros sobre la organización social de percibirán el desorden o la suciedad de éste como síntomas
los hospitales mentales, y los psiquiatras se están refiriendo cada de desorganización entre los pacientes, y querrán examinar esto
vez más a tales estudios (64, 63, 62). Me parece, sin embargo como una forma de comunicación. Para hacerlo eficazmente
que cualesquiera que sean las experiencias habidas, la forma deberán considerarse primero las ansiedades de los ayudantes
más efectiva de estudiar este aspecto de la psiquiatría es compar- y deberá encararse francamente la realidad de su posición.
tiendo la situación vital en el pabellón. En la discusión puede aparecer la evidencia de que los ayu-
La mejor manera de lograrlo es por medio de una reunión dantes están incómodos en las reuniones de la comunidad y
?i~ria de la comunidad, como ya la hemos des cripta, que dure sienten que les toman mucho tiempo y que son responsables, en
mas o menos una hora, seguida inmediatamente por un post parte, por el desorden del pabellón. Ellos pueden señalar que
mortem. que incluya a todos los miembros del equipo. Esto .una continua desaprobación de sus superiores tendrá por resul-
ofrece una oportunidad de examinar las reacciones de las dis- tado una posible pérdida del empleo. La realidad de este temor
tintas personas del equipo que tienen diferentes cargos, ambi- puede verse reforzada por el hecho de que los supervisores no
104 I Maxwell Jonc« rll/Jllf?'-!a social 1 105

están entrenados en psiquiatría social y pueden aplicar en el 11~11"IHlII que hace el equipo de la forma en que ella maneja los
campo de sus responsabilidades un sistema de valores que no jli'III,lomus de los pacientes. En el post mortem. puede descu-
esté de acuerdo con la estructura que se pretende crear en la uni- hl'lí'~j()que cuando la caba se siente amenazada por los pacientes
dad. Puede ser que un plan a largo plazo, que incluya seminarios "II('U"/"Oa fórmulas tales como recomendar tratamientos de cho-
de enseñanza con los supervisores, sea necesario para el eficaz lino eléctrico, transferir al enfermo a otro pabellón o "hacer una
funcionamiento de la unidad si es que se quiere lograr una situa- "Ilj.!'J'osi6n" a un papel disciplinario autoritario. Como el ay u-
ción terapéutica. Al mismo tiempo puede aparecer que la ansie- dllllLo, también ella tiene el problema de una estructura auto-
dad de los ayudantes derive en parte de sus dificultades persona- 1'll,lIrÍa. Se espera de ella que satisfaga las necesidades del per-
les, atribuibles a su preparación un poco inadecuada y a su t\oual que no tiene contacto directo con el pabellón y que ve las
falta de adaptación, que los limita en su relación de funciones !'OliftS desde su propia y particular perspectiva de enfermera.
frente al personal mejor preparado. Puede que ellos traten este A menos que los supervisores de enfermeras y las más altas
asunto negándolo y racionalizándolo y culpando del insatisfacto- posiciones de la enfermería puedan identificarse con los pro-
rio estado de cosas a la frecuencia de la reuniones de comunidad U"ramas de tratamiento comunitario, la confusión de funciones
y a la falta de disciplina. Son frecuentes las situaciones de este será casi inevitable. El pabellón ve los problemas como ma-
tipo, y la mera toma de conciencia por parte de un ayudante terial para tratamiento, en cambio la jerarquía de enfermeras
puede no ser suficiente en sí misma. Puede ser necesario un largo tiende a considerados problemas administrativos que reclaman
período de educación y apoyo, si no de terapia, para hacerles pa- acción inmediata. Un recurso frecuentemente usado en la pro-
sar por la transición de su imagen previa de un papel estructu- fesión es transferir a la enfermera a otro pabellón cuando se
rado y simplificado, al del papel terapéutico. producen repetidos problemas. Al hacer esto, por supuesto, no
Lo que hemos dicho sobre el papel del ayudante en los pro- se aprende nada sobre los disturbios en el pabellón, pero desde el
blemas del pabellón, relativos a la autoridad, podría aplicarse de punto de vista de la administración el problema se acaba con
distintas maneras a todos los papeles y relaciones laborales de la el traslado.
unidad. He visto que es posible, aun en los grandes hospitales
La caba enfermera puede tener especiales dificultades por- estatales, usar situaciones de este tipo como experiencias de
que, en contraste con el ayudante, tiene un status' relativamente aprendizaje para todo el personal. El director de enfermeras y
más alto y una imagen profesional que implica un conocimiento sus colegas han aceptado de muy buen grado participar en semi-
que frecuentemente no posee. En los EE.UU. es probable que no narios referidos a los problemas del pabellón de modo que, aun
haya recibido una enseñanza formal sobre psiquiatría, fuera de cuando una enfermera haya sido trasladada, sigue siendo posible
un breve cursillo como estudiante de enfermería. La mayoría de recrear retrospectivamente la situación y considerar qué solu-
ellas han -sido educadas dentro de una organización estricta y ciones diferentes podrían haberse hallado para el problema. Si
autoritaria, y tienen muy poca experiencia para estudiar las esto debe hacerse invitando al personal superior de enfermeras
.funciones y las vinculaciones laborales, para compartir respon- al post moriem, o si es necesaria una reunión administrativa
sabilidades y acerca del concepto de decisiones grupales o trata- especial, es una pregunta que queda planteada y que dependerá
miento, de grupo. La caba puede resentirse tanto por la pérdida mucho de las circunstancias. El punto esencial es que debe inter-
de su relación relativamente exclusiva con el médico como por el venir el médico a cargo de la unidad para. estar en posición de
,~.'
106 I MaxweU Jone« I'lfltmiatría social I 107

ganar experiencia en el trato de los problemas referidos al per- .11 les que los problemas del tratamiento, manejo del pabellón,
sonal externo y a las diferentes percepciones de funciones. LaH 1'(11t iones interpersonales (trayendo las relaciones del equipo),
enfermeras del Departamento de Educación pueden ser también I HL tu en constante estudio y supervisión.
incluidas, con ventaja, en esta especie de experiencia didáctica. Lo que he dicho acerca de las funciones del personal en con-
Cuando hay estudiantes de enfermería en un pabellón, se tiende 1.11'LO directo con el paciente se aplica igualmente a las menos di-
a enseñarles en una situación que está distanciada de la presente "( tas, incluyendo el asistente social y el psicólogo. Me parece
interacción del pabellón. Sin embargo, si el personal de la carrera que es igualmente importante que sus relaciones con los pacien-
de enfermería llega a ser incluido en las reuniones de comuni- L ,ya sea como trabajadores de casos sociales, como terapeutas
dad y encuentra un papel funcional en el pabellón, estará en con- trabajadores de grupo, sean tratadas libremente con la totali-
diciones de discutir las interacciones con los estudiantes, en sus dad del personal del equipo. Esto implica que los papeles están
reuniones de equipo y en sus propios seminarios de enseñanza. De siendo constantemente modificados y que un psicólogo o un asis-
esta manera, sus propias percepciones de lo ocurrido y de lo que tente social de la unidad A no necesita tener necesariamente un
normalmente enseñarían a sus alumnos, pueden ser analizados papel similar en la unidad B. En realidad, es una lástima que el
por el personal entrenado, y la carrera de enfermería se coloca personal profesional se identifique con su propio subgrupo pro-
en posición de tener una continua experiencia educacional, en fesional más que con la unidad en la que está trabajando. Todo
vez de tender a convertirse en algo estereotipado. ello implica un grado considerable de habilidad y sofisticación
Por añadiduda, las reuniones de equipo son el marco ideal por parte del líder de la unidad que, en el presente, es general-
para elaborar algunos de los problemas inherentes a las rela- mente, o quizás invariablemente, el psiquiatra. A mí me parece
ciones funcionales entre el personal médico, de enfermeras y los que no existe una razón valedera para que esta responsabilidad
profesores de enfermería. Los tres tienen una significativa rela- siga descansando en el psiquiatra, a menos que él tenga el tipo
ción con la estudiante de enfermera y, a menos que se haga un de experiencia y conocimientos que estamos tratando. Este papel
serio intento de mejorar esta relación, la estudiante puede sen- de líderes podría asumirlo razonablemente otro de los miem-
tirse confundida y, en ocasiones, una víctima. Lo que ella desea bros del equipo siempre que, por supuesto, los asuntos puramente
por encima de todo es contar con alguien a quien dirigirse médicos se dejasen en manos del médico, como debe ser.
cuando se halla en dificultades emocionales con sus pacientes. Para poder llegar a ser competente en el manejo de las
Tengo la sensación de que en el tipo de programa que estamos diversas relaciones funcionales y en los problemas de manejo que
analizando, ella podría dirigirse a la caba enfermera, al super- hemos estado analizando, el psiquiatra está obligado a tratar
visor de la escuela de enfermería o al personal del pabellón, de examinar los problemas de los distintos miembros y a ver los
incluyendo al médico, el asistente social, el psicólogo, etc., todos no sólo desde su propio punto de vista sino también desde el
los cuales deben estar en condiciones de comprender ciertos punto de vista de los demás. Queda planteada la cuestión de si el
aspectos de las relaciones enfermera-paciente dentro del pabellón. consenso del grupo puede ser considerado como manera satisfac-
.Esto implica un cierto grado de indefinición funcional que es quí- toria de resolver los problemas, si es que ello se logra alguna
zas inhabitual. Al mismo tiempo, implica un grado de inercia vez; pero el intento de examinar los problemas en varias dimen-
alcanzado con el tiempo por todo el personal del pabellón, siones es una buena experiencia de aprendizaje. Obviamente, es
que va evolucionando a través de las reuniones diarias de equipo, mucho mejor si todo el procedimiento es supervisado por un
108 I Maxwell Jon :; I'Hiquiatría social I 109

científico social con experiencia en psiquiatría o por un psiquia- t Inhibe seriamente su capacidad de aprender por medio de la
tra que tenga bastante experiencia en el trabajo de grupo y en 4 p riencia. Con cada nuevo paciente esto se traduce en una
el campo de la ciencia social. Esta experiencia le ayudará a hacer t'orma de participación de su problema a la comunidad, de modo
uso óptimo de su equipo y del medio social y, en cuanto concierne qu lo más tempranamente posible en su tratamiento sea acep-
a los psiquiatras, constituirá una valiosa lección para un posible tndo por lo que es; más que por lo que quisiera ser, o por lo que
futuro papel de director de algún hospital mental. t me ser. De esta manera, se espera que la culpa, profundamente
usentada, disminuya un poco y que las fuerzas del ego del pa-
.iente aumenten y pueda disponer mejor de ellas.
"En segundo lugar, todo paciente tiene la doble función de
TRATAMIENTO COMUNITARIO tratar de aceptar y de dar tratamiento. Por lo tanto, a través de
la segunda parte de su función, se fortifica su autoconsideración,
permitiéndole sentirse menos fracasado, ya que se espera que
Si se estima que la población de pacientes es apta potencial- ayude y comprenda a los otros. Así, a la larga, se puede sentir
mente para, en cierta forma, recibir un tratamiento que puede menos amenazado al poder admitir una parte de su propia deses-
desarrolla~se bajo la constante supervisión médica y profesional, peración sobre sí mismo.
es necesario entonces fundar una estructura en la que la contri- "En tercer lugar, y continuando a partir de estas actitudes
bución del paciente pueda ser llevada al máximo. La objeción más comunitarias iniciales, la desesperación se limita a mejorar la
inmediata que puede hacerse, es que los pacientes están enfermos comunicación dentro del individuo y entre los individuos de dis-
y que es injusto y nada realista esperar que ayuden en el trata- tintos grupos. La comunidad tiene una estructura en la que los
miento y tomen decisiones que suponen mucha responsabilidad' sentimientos se comparten muy abiertamente y las razones de
por lo demás, al equipo se le paga justamente para que haga esos sentimientos son analizadas muy detalladamente. Para con-
esto. Por otra parte, puede argüirse que quizás la característica seguir esto, el día debe ser planeado de modo que toda la activi-
más notable de los pacientes recién admitidos es su sensación de dad de la comunidad se perciba como un largo período en que se
depresión y desesperación y que, si es posible, se les debe ayudar la discute. Además, los distintos grupos de actividad están tan
D, superarla. Un ex-colega, Gil Elles, psicoanalista que traba- interrelacionados que se proporciona a cada paciente de la comu-
jaba en la comunidad terapéutica del Henderson Hospital de nidad el máximo de contacto, en tantas misiones sociales como
Londres (antes Unidad de Rehabilitación Social del Belmont sea posible. En efecto, esta experiencia intenta construir en cada
Hospital), describió el enfoque de este problema como sigue (72) : individuo una imagen más integrada de sí mismo, primeramente
"La comunidad ha creado técnicas para tratar este problema tal como lo ven los otros y finalmente tal como es aceptado por
a nivel consciente y al mismo tiempo se ha dado cuenta de los sí mismo como parte de su propia autoevaluación.
mecanismos inconscientes que operan continuamente para evitar "Lo que ha ocurrido en tales situaciones que siguen a la
que el individuo, el grupo o la comunidad sean anonadados por admisión, es que ha tenido lugar una reducción de la violencia
la desesperación. En primer lugar se enfatiza la necesidad de y una fragmentación de los procesos de disociación del individuo.
tratar de disminuir la fuerza de la culpa inconsciente que lleva Esto significa que la desesperada y urgente necesidad del pa-
compulsivamente al psicópata, una y otra vez, a las dificultades ciente de proyectar totalmente las partes inaceptables de sí
110 I M aonoelt J ones l'siquiatria. social I 111

mismo -tanto las buenas como las malas- ha disminuido, en dados de alta y se los reemplaza en un estado de considerable
primer lugar por la actitud de comprensión y aceptación de la desorganización.
comunidad. Esto permite al paciente sentir una nueva fuerza La pérdida de la dirección de los pacientes dentro del pabe-
en tanto siga siendo miembro de la comunidad. Al establecer llón y el efecto de las nuevas incorporaciones puede ser tal que
firmes lazos a través de la interacción paciente-equipo y paciente- se altere materialmente el funcionamiento de aquél y que el
paciente, que mientras tanto es observada y estudiada, se cons- quipo deba asumir un papel mucho más activo y de más control
truye secundariamente una base lo bastante fuerte como para que el que ejercía previamente (71). Esto no es fundamental-
sostener el peso de una depresión personal de orden más maduro. mente diferente de lo que ocurre en una sesión de tratamiento
Así, algunos pacientes experimentan por primera vez, al mismo individual o de grupo, cuando la falta de fuerza del yo o el nivel
tiempo, una seguridad externa y una desesperación interna que de ansiedad es tal que el terapeuta siente la necesidad de apoyar
les permite sentir y comprender los sentimientos de remordi- grandemente por un tiempo. Estoy hablando de la responsabi-
miento y pena seguidos de una nostalgia y una creencia en su lidad del paciente .en un orden mucho más elevado de lo que gene-
propia habilidad para reparar y restaurar la materia de las rela~ ralmente se entiende por "gobierno de los pacientes", Éste,
cíones perjudicadas. Para tal paciente esto significa que las figu- generalmente, está limitado a decisiones sobre asuntos relativa-
ras de autoridad se van percibiendo gradualmente como menos mente menores de la organización y las actividades del pabellón.
amenazadoras y, las otras relaciones, como más duraderas. De Estoy refiriéndome a las decisiones compartidas por los pacien-
este modo el paciente, al internalizar una conciencia ahora menos tes con el equipo y que implican asuntos tales como la baja de
punitiva, puede aceptar al mismo tiempo más responsabilidad y pacientes o el traslado a otros pabellones, o qué medidas disci-
más éxito."
plinarias deben tomarse en casos de mal comportamiento. El
La cuestión de establecer la función del paciente para con- hecho de compartir graves responsabilidades con el equipo es,
vertirla en un papel terapéutico es, creo, una de las bases funda- creo, uno de los modos más importantes de superar la falta de
mentales del procedimiento de tratamiento comunitario. A me- confianza, la baja autoestima y la superdependencia, que muy
nudo este concepto es equivocadamente entendido como si se frecuentemente son todas características del paciente psiquiá-
delegara la responsabilidad última en el paciente. Esto, en mi trico del pabellón hospitalario. Esta responsabilidad puede tam-
opinión, no es posible, y lo que uno desea hacer es dar a los pa- bién transferirse a las funciones laborales de los pacientes (22).
cientes la mayor responsabilidad compatible con su capacidad, Es ideal cuando puede hacerse una producción de trabajo
en cualquier momento, y esto en ningún sentido significa que el para la comunidad y tener pacientes que actúen como capataces,
equipo o el médico a cargo deleguen su autoridad última, que encargados de horarios, etc. Si se tiene la suficiente suerte de
simplemente queda latente para ser requerida cuando sea nece- contar con la libertad necesaria para crear una comunidad tera-
sario. En la, aplicación de este principio es donde se requiere con- péutica desde el punto de vista de las necesidades sociales y de
sidérable experiencia y habilidad. Por ejemplo: una comunidad tratamiento de los pacientes, creo que inevitablemente deberá
puede estar funcionando a un nivel considerablemente alto de efi- llegarse a una estructura que se desvíe marcadamente del es-
ciencia, con pacientes que despliegan un grado apreciable de quema más habitual en el que la organización está esencial-
responsabilidad; luego, un día cualquiera, cuatro o cinco de los mente centrada en el equipo y a menudo determinada por tradi-
miembros más responsables y más exitosamente tratados, son ciones del pasado que poca relevancia tienen en los métodos
112 Maxwell Jones
l'siquiatria social I 113
y prácticas actuales de tratamiento. Como ejemplo encontramos
que, en un pabellón donde los pacientes están muy identificados Los conceptos de contenido manifiesto y latente, el incons-
con los papeles responsables y con el tratamiento, acudirán en lente y las defensas del yo llegan a comprenderse de manera
ayuda de la enfermera nocturna en caso de alterarse la conducta bastante parecida a la que se produce en un grupo pequeño. Suele
de cualquier paciente, en vez de dejar que el personal se ocupe ser necesario llevar a cabo seminarios adicionales para los ayu-
por su cuenta de esto. Dentro del mismo contexto también los dantes que están menos preparados que los otros miembros del
pacientes se sienten mucho más capaces de soportar comporta- equipo y para quienes el cambio de función que implica esta dis-
mientos altamente perturbados de sus compañeros, porque las cusión es mayor que el que se le requiere a otro miembro cual-
reuniones comunitarias les ayudan a comprender el significado quiera del equipo. En las reuniones de equipo puede ser muy útil
de los comportamientos perturbados y les dan una idea mejor de comunicar al grupo conceptos como el de feedback de los grupos
cómo acercarse de manera inteligente para socorrer al miembro informales entre pacientes y equipos, y las dificultades que se pro-
enfermo. ducen durante la noche entre los pacientes y el equipo nocturno.
El examen diario del comportamiento y de los problemas Por supuesto, lo ideal sería que rotara el personal de enfermeras,
corrientes hace que los pacientes tomen conciencia de los factores de modo que el equipo nocturno tuviera la oportunidad de parti-
que determinan un comportamiento y que aprendan mucho sobre cipar en la experiencia educativa que se proporcionó al equipo
los problemas de los demás. En cualquier tipo de hospital están diurno y más especialmente a la guardia matutina.
obli~ados a relacionarse con los otros pacientes y con el equipo, Está claro que las reuniones que estoy describiendo son espe-
al nivel del pabellón, les guste o no, y parece razonable tratar de cíficamente menos terapéuticas y más dedicadas al comporta-
ayudarlas a desempeñar un papel positivo y una mejor compren- miento diario y a la administración del pabellón que lo que sería
sión sobre lo que ocurre dentro de ellos mismos y de quienes los un típico grupo terapéutico de seis u ocho pacientes seleccio-
rodean. Según mi experiencia, es posible lograr que los pacientes nados. Creo, sin embargo, que las reuniones de comunidad, del
y el equipo, en todos sus niveles, aprecien algunos de los fenó- equipo con hasta ochenta pacientes, tienen un lugar especial
menos que suceden en el pabellón y en las reuniones diarias de la en la terapia institucional, particularmente porque establecen
comunidad. La progresión que se produce a través del tiempo en lo que podría llamarse una cultura terapéutica. Con esto quiero
estas reuniones tiene muchos puntos en común con el tratamiento decir que el examen efectuado, día tras día, de los problemas que
de grupo ordinario. En primer lugar, los pacientes de la comu- existen en un pabellón, y la consideración de los papeles de todos
nidad tienden a buscar el liderazgo en el equipo y les gusta los miembros del equipo y de los pacientes, lleva, con el tiempo,
cuando surge algún tema general que no tiene significación per- a una notable modificación de la estructura del pabellón. Y no
sonal. A medida que pasa el tiempo, comienzan a hablar de algu- sólo eso, sino que las actitudes y creencias tradicionales pueden
nos de sus sentimientos más profundos y a probar las reacciones ser analizadas y estamos en posición de preguntarnos a nosotros
del equipo en este sentido. Considerando la preparación especial mismos por U hacemos lo que hacemos cuando lo hacemos. Una
por parte del equipo, lo utilizan como figura de transferencia experiencia d aprendizaje del tipo de la que estoy describiendo
.
con ventaja para el proceso de tratamiento. Lo mismo se aplica
' está muy 1 j S d s r fácil y es evidente que causa en el equipo
a la transferencia en distintos miembros de la población de una notable an i dad (20).
pacientes. A menudo s n los mismos médicos los que han tenido menos
práctica que 1 s aístentes sociales o los psicólogos, y en todo
114 Msucurei; ./0'111'/1 j j I

caso su práctica en un hospital general les ha dado un S 'ni '111I 1" 1\ 111I IH 1110lvncíón de ayudar al paciente a toda
miento de autoridad considerable y hasta de omnipotencia, Qu Mil " 1'111I 1IIIIjllIi, 11 una situación de rivalidad entre dos
cuestione su actuación en estas reuniones diarias, y que la cu t1 1111 1 11111'1 1111jlllt'i nto, erá deseable descubrir o aclarar
tionen sus colegas y sus subordinados, puede ser extremada- "" 11\111111dI 1111'01l10<1 1 paciente sin duda sufrirá las con-
mente penoso para ellos, pero es, indudablemente, una vali AIl 11 tll \ i (':1). I 11 l mbargo, será mejor ignorar los indi-
experiencia si la personalidad del individuo permite que se pro- 1I di 1111IIllIbllllll } mos xual encubierto en algún miembro
duzca. No obstante, hay mucha gente que no es adecuada para \ I 111111'", /1 1111
IIIHIqn produzca dificultades obvias en las rela-
este tipo de práctica comunitaria y creo que, desde el principio, I 11111 11111 1" I Plt(' I lit 8. En ese caso deberá indicarse una tera-
esto debe quedar claro. Tengo la sensación de que a todo médic 1111,1111II I¡tU di /J H r realizada por un psiquiatra de afuera.
residente debe ofrecérsele la oportunidad de practicar una tera- 1./1 I "IIIII'IL n t ral del pabellón puede modificar enorme-
pia de este tipo, pero que muchos de ellos no se sentirán CÓTI?-0dos 111Itll 1\ "11111'1 nto d 1 tratamiento. Tomemos el problema de los
en esta clase de situación comunitaria y preferirán actuar con un I dlllll, ,MIIl'1I01i icientes llegan al hospital cargados de sedan-
papel autoritario más tradicional. No veo nada de malo en ello 1I "pllld J11, H t 'unquilizantes recetadas por su médico local. Si
porque creo que, en cualquier caso, un pabellón tenderá a funcio- 1 11111111'11 di I pabellón está contra los sedantes, excepto bajo
nar en las líneas prescriptas por el miembro superior, que es, por 11111111,' 11111 I claramente especificadas, esto podrá modificar las
ahora, el médico. Me gustaría creer que los médicos ejercitados I \"11Iill~/I I d 1 nuevo paciente en un tiempo sorprendentemente
de esta manera, que sean capaces de asimilar este tipo de orienta- 11111" 11]\IlliHmo argumento se aplica a la adopción de mu-
ción, estarán bien preparados para futuras funciones como jefes 11111 i!1\('IHlon potencialmente terapéuticas (v. g. la conve-
de hospital, y en cierto grado creo que esto puede ser considerado 1111 111'li tll lograr la participación activa del paciente en el trata-
como un aprendizaje muy valioso para la psiquiatría comuni- 11111It!o, IIIÚI:lque la de fomentar una actitud pasiva y dependiente
taria. Mi propia experiencia me dice que el médico que puede 11111' 11 1 \ h spital).
relacionarse con el personal y los pacientes de manera fácil y ( !OI ya lo hemos señalado, el desarrollo de una cultura
espontánea y que puede escuchar sus comunicaciones, es muy fre- 111'1111 ti Li a hace necesaria la reunión frecuente, de preferencia
cuentemente el médico que, en los departamentos de pacientes ti IiI'J,~,d toda la población de pacientes y equipo. De esta manera
externos o en la psiquiatría de comunidad, se siente automáti- 1" ('onlunidad se enfrenta, día a día, con los problemas vitales de
camente cómodo de encontrar al paciente en su medio social, 11111 PIi 1 ntes. Esto refleja los problemas que afectaron afuera
junto a su propio grupo familiar. 11 JOHpacientes y que dieron por resultado su hospitalización.
De lo que hemos dicho ya se deduce claramente que la prác- \ 11M nrtíéndolos colectivamente, el equipo se ve integrado, en
tica y el tratamiento se superponen. En el caso de las reunio- /lIHuna medida, con la vida de los pacientes en el pabellón y
nes de' equipo, ya sean reuniones de todo el equipo o semina- 1Htfl, por lo menos, en mejor posición para modificar la rutina
rios para los miembros menos experimentados, inevitablemente o I s procedimientos administrativos del pabellón y de este modo,
surgen muchas dificultades dentro del primero. En general, Indirectamente, mejorar el tratamiento. La necesidad de lograr
probablemente sea mejor limitar el examen de estas dificul- una íntima comunicación con la población de pacientes fue ílus-
tades a las situaciones que se relacionan con el tratamiento de trada por Caudill (74), antropólogo social que fue admitido
los pacientes. Esto hace que la discusión sea relativamente obje- mo paciente en una clínica privada de Nueva Inglaterra y
116 I Maxwell Jone»
t 1111 1I , n d, 01.1'0ip , cuando son verbalizadas y expuestas
estudió la vida del pabellón desde el punto de vista de los pacien- II I 111' II dI I rupo, pueden llegar a ser más egosintónicas.
tes, en tanto que un colaborador psiquiátrico registraba la suce- I IIh 111 I ("11' )1\ 'Olt 1 grupo podrá desarrollarse lentamente
sión de acontecimientos desde el punto de vista oficial del equipo. 1111 1 I 11 Itll IIdo tI una integración del yo. Asociada con la iden-

Dice que: 1I Il'il 1 11 ell I } I'U y la incorporación a las costumbres del


11111"1 1'111111 llt' ducirse una disminución de la severidad. del
" ... si bien el equipo ejercía control sobre los pacien-
111''' \,11. ,'"111,0 son estos procesos, la comunidad, tanto pacten-
tes, no reconocía, en cambio, el mundo de los pa-
cientes como un grupo social, sino que, más bien, ti 11111111 I quip , adquiere un grado de sofisticación que pe~-
interpretaba el comportamiento de los pacientes 11111. 11"' !'o(lu la experiencia vital del pabellón se hag~ ~as
casi exclusivamente en términos dinámico-históricos '"111111' IJ 11>\ Y por lo tanto más potencialmente terapeutIca.
individuales. El grupo de pacientes, al faItarle un 11111 I ~ LL d cripción del tratamiento de comunidad, la impli-
adecuado canal de comunicación con el equipo, se pro-
1 11' 11 11 L ral es que las reuniones mismas pueden llegar a ser
tegía a sí mismo volviéndose hacia adentro y desarro-
llando una estructura social que se aislaba lo más 111111 l'OI'lIl1t d terapia. Esto puede o no ser verdad, pues queda por
posible de cualquier fricción con la rutina del hos- \ 11"\ v,nl' mucho trabajo antes de que pueda lograr se una meto-
pital, No obstante, esta fricción se producía y la sub- 1111111 I J)I' bada y articulada, Por lo menos, estamos intentando
siguiente frustración llevaba a un comportamiento 1111 III1lI1 j de los pacientes, cuidadosamente planeado, que r~for-
por parte de los pacientes que, aunque parecía un
comportamiento neurótico originado en conflictos 111' lu fícacia de cualquiera de los métodos de tratamiento
emocionales personales, era debido, en realidad y en ¡pIe' rtco. Por otra parte, pudiera ser que al movilizar las
gran medida, a los factores de la situación inme- l'IIIII'1.ns ociales del medio ambiente emerja una nueva dimen-
diata." 11 n el tratamiento; estas fuerzas ya se manifestaron durante
Se ha descubierto que las reuniones diarias de la comunidad lit u rra en las unidades que tenían un alto espíritu o en la
completa de pacientes y equipo tienden, con el tiempo, a producir \lohluci6n' de Londres durante los bombardeos, Y en un sentido
una creciente comunicación libre de los problemas emocionales lit gativo se encontraban en la Alemania nazi.
de los pacientes. En éste y en otros aspectos, la reunión de comu- El enfoque de la comunidad terapéutica ha sido criticado en
nidad de la que participan alrededor de 100 pacientes tiene mu- rnzón de su vaguedad, de su pretensión de ser una metodología
chas de las características de los más familiares grupos tera- HP cíñca, de su entusiasmo acritico que explota en definitiva la
péuticos más pequeños, compuestos por seis a diez pacientes. 'r dulidad del paciente y etc. El hecho es, por supuesto, que no
En realidad, parece deseable que una reunión de comunidad sea iste, todavía, un modelo de comunidad terapéutica Y que sólo
seguida, cuando es posible, por pequeños grupos terapéuticos. H' intenta que movilice el interés, los conocimientos y el entu-

Las reuniones de comunidad tienden a ventilar los proble- slasmo del equipo y los pacientes, y les otorgue la suficiente liber-
mas corrientes del pabellón, incluyendo las tensiones entre tad de acción como para crear sus mejores condiciones de vida
pacientes y equipo y haciéndolas fáciles de tratar. y su óptimo tratamiento. Bajo tales circunstancias, lo que emer-
Las distorsiones de percepción de un paciente o de un grupo gerá será característico para un grupo en particular y tendrá
de pacientes pueden ser compulsadas con la realidad. En el caso pocos puntos en común con otras comunidades terapéuticas. Yo
de los esquizofrénicos esto es realizado mucho más eficazmente pienso que los médicos no deben copiar servilmente un modelo
por los compañeros del paciente que por el equipo. Las fantasías
118 Maxwell Jone«

particular, sino sencillamente trabajar de la manera más com- La psiquiatría Social


patible con todo el equipo. Por otra parte, muchos médicos no en las Prisiones
tienen una personalidad adecuada al trabajo del grupo y mucho
menos al trabajo de la terapia comunitaria. Este factor será
tan importante para decidir el medio terapéutico óptimo como
lo serán las consideraciones de selección de los pacientes para
esta forma de tratamiento. Lo ideal es que cada unidad de tra-
tamiento pueda operar de la manera que le sea más adecuada
y en lo posible pueda seleccionar su propio equipo, de modo que
los pabellones de tratamiento físico tengan personal que crea en
este enfoque. Muchas enfermeras de cierta edad, por ejemplo,
no pueden adecuarse a una comunidad terapéutica que está en
oposición con sus más profundas creencias; forzarlas a intentar 111 abogado Y el psiquiatra consideran al p:reso desde pun~
un cambio semejante es injusto para la enfermera y para los J • te diferentes. El primero se ocup
pacientes. IIII~ ~l vista completamen . ocencia del acusado, según
ll1
En un nivel más teórico, se arguye que un sistema especial \I"lm rdialmente de la cl~lpa o la d •. J alguna satisfacción de
h presumIble que errve ,
basado en conceptos tales como "democratización", "permisibi- ,.\ \) rec o, y es . d d El juez que sentencia esta, o
lidad", y "comunitarismo", etc., representa un sistema supersim- 1111 1 i ión de prot.~ger a la SOCl~a . 1 rehabilitación del delin-
plificado que desconoce los esquemas altamente diversificados dI IJ star. también preoc;:sa t~e:: ~ngún conocimiento de la
del comportamiento humano y sus necesidades de tratamiento cu nte. Nmguno de los . .' 'nconscientes que son las
. 1" de las motlVaclOnes 1 .
igualmente diversificadas. Los científicos sociales (69) argüi- IIfjJ pato ogia 111 • • si uiatra En la corte, el PSl-
1)1' ocupaciones principales del p q . . te- muy
rán que no puede desarrollarse una sociedad tal como para que .. frecuentemente se SIen ,
personalidades variadas se adapten beneficiosamente, y mucho quiatra puede sentl! se -y opere de acuerdo a criterios
. 6 d porque se espera que .
menos sobrevivan. Creo que este argumento no hace justicia a Inc :n0 o, P d vista no tienen ninguna ímpor-
la sensibilidad de una comunidad terapéutica donde el miembro ráctlcos que, desde su punto e ,. mas McN aghten son
silencioso sigue siendo un participante y donde el miembro tancia o tienen relativamente poca. La.s.Nor n la importancia de
. 1 1 ario de esto, ya que Ignora .
ausente del grupo sigue comunicando algo. El interjuego de la un ejemp o pa m . 1 de la personalidad como determman-
personalidad socio-cultural es en realidad complejo, y queda aún los factores emOClOnaes Y
tes del comportamiento humano. . - r
mucho por hacer antes de que las diversas necesidades individua- ista discrepantes han SIdo expuestos po
Estos pun os t de V . d . h na-
les puedan satisfacerse adecuadamente en una comunidad tera-
péutica. Pero el mero intento de estudiar y organizar la comuni- Zilboorg (75), q~ier: sugiere ~ue los e:~:I:~~;: ~~s ~~~n~ug:Utes
dad no puede menos que mejorarla. rían una experienCIa de primera m . . a-
presos'u:i ro:r!~~~~::~~~e~ee~!~~c~ea c:;~~~:e:ea l~o~~~:a a~os
~:~:r~os en las guardias de su carrera. El valor de esta expe-

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