NÚMERO 4.

SEPTIEMBRE 2016

caso clínico

Queratoma
en el casco
de un caballo
PEDRO CHIMENO
Veterinario.
Servicio Veterinario Extremeño. Grandes Animales
FERNANDO GÓMEZ
Maestro herrador

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pequeños y grandes animales
Las alteraciones patológicas
del casco son una de las
principales causas de cojera
en el caballo. Sus orígenes
pueden deberse a múltiples
factores, entre ellos,
y posiblemente la menos
frecuente esté en la etiología
de naturaleza tumoral.
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L os queratomas se describen
como procesos neoplásicos
benignos, de origen epitelial que
se desarrollan a partir de células
productoras de queratina locali-
zadas en la pared del casco (Ha-
mir 1992, Lloyd 1988).
El caso que nos ocupa se trata de
un caballo macho, entero de Pura
Raza Española y 7 años de edad,
con un historial de cojeras recidi-
vantes durante algo más de tres
meses. Según la información re-
copilada durante la anamnesis,
dicha cojera fue tratada en repe-
tidas ocasiones, con protocolo an-
tibiótico y antiinflamatorio, con-
siguiendo una notable mejoría,
BADAJOZVETERINARIA
pero nunca una curación defini-
tiva y siempre fue asociado a un
diagnostico inicial de absceso po-
dal comúnmente conocido como
escarza.
Cuando fueron requeridos mis
servicios el caballo presentaba
una cojera severa de grado 4/5,
con mucho dolor a la exploración
con la tenaza de cascos y una evi-
dente deformación de la mural-
la cornea que discurría longitu-
dinalmente a lo largo de la pa-
red del casco. Además presentaba
una inflamación justo por enci-
ma de esta deformidad en el bor-
de coronario. La limpieza exhau-
stiva de la suela del casco nos
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presenta un orificio de drenaje de
una fístula figura 1; al sondar di-
cha fístula observamos como la
sonda penetra con facilidad unos
6 centímetros.
Realizamos radiografías figura 2
y observamos además de la aguja
hipodérmica utilizada como im-
provisada sonda; una zona de oste-
olisis en la tercera falange, además
de unas oquedades formadas en el
seno del estuche corneo. Todo ello
unido al historial, nos hace pensar
en la existencia de un queratoma.
Con este diagnostico presuntivo
solicito los servicios del maestro
herrador, profesional indispen-
sable para la resolución de estos 4
casos.
El día de la intervención quirúrg-
ica el borde coronario presentaba
dos orificios figura 3 por los que
la noche anterior había destilado
material purulento y esto hacia
que la inflamación del borde co-
ronario fuese menor. Justo estos
dos orificios nos estaban deli-
mitando los bordes laterales del
queratoma.
Después de limpiar exhaustiva-
mente la extremidad el caballo y
desinfectar la el área de trabajo,
procedí bajo sedación profunda
a realizar los bloqueos nerviosos
necesarios para insensibilizar la
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pequeños y grandes animales
región distal de la extremidad.
Para conseguir hemostasia uti-
licé un simple torniquete que no
aplique hasta segundos antes del
comienzo para no malgastar mi-
nutos.
El herrador fue retirando la por-
ción de tapa que se encontraba
justo encima del tumor y delimi-
tada a su vez por los orificios del
borde coronario figura 4, 5 y 6. A
medida que iba descubriendo se
observaban las cavidades que an-
teriormente habrían alojado ma-
terial purulento. Una vez retira-
da la tapa y localizado el querato-
ma, este se retira en su totalidad
asegurándonos de no dejar resto
alguno que pudiera reproducirse
en un futuro.
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BADAJOZVETERINARIA
Además la superficie del hueso 8
tejuelo en contacto con el quera-
toma es churreteada en su tota-
lidad. Justo el borde coronario es
respetado para facilitar el creci-
miento normal del casco.
El pie es herrado con una her-
radura que da soporte en la zo-
na posterior del casco figura 7. A
continuaciones rellena el defecto
con gasas impregnadas de anti-
sépticos y se venda con cierta pre-
sión para favorecer la hemostasia
una vez retirado el torniquete y
además se protege el pie con un
zapato con presión regulable figu-
ra 8. En la figura 9 se observa un
fragmento de gran tamaño del
queratoma extirpado. Tejido for-
mado a partir de células epitelia-
les productoras de queratina.
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Los días sucesivos se realizan curas cada 24-

48 horas y se instaura protocolo antibiótico y
antiinflamatorio. 48 horas después de la ci-
rugía, sorprendentemente, el caballo apoya
y carga sobre la extremidad y pocos días de-
spués camina casi con absoluta normalidad.
En las figuras 10, 11 y 12 se observa la extre-
midad tras la intervención pasadas una, tres
y cuatro semanas respectivamente.

Al día de hoy, dos meses después, el gra-

do de cojera es prácticamente inexistente y
estamos a la espera de que el defecto se cu-
bra totalmente. En caso contrario recurrire-
mos a la utilización de acrílicos para recon-
struir la pared retirada.

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