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INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE

N°19. MAR DEL PLATA- PCIA DE BUENOS AIRES.

ESPACIO CURRICULAR: CAMPO DE FORMACIÓN EN LA PRÁCTICA


PROFESIONAL.

DOCENTES: YAMILA LUCIFORA y MARÍA CLAUDIA RIDAO

CURSO: 1ER AÑO

ESTUDIANTES: DIAZ, NATACHA; FANJUL, DINA; ORTIZ KAREN.

FECHA DE ENTREGA: 10/11/2022


LOS PRIMEROS PARAJES DE NUESTRO VIAJE HACIA LA DOCENCIA.

En este ensayo pretendemos dejar plasmado nuestra postura pedagógica y nuestras


convicciones. Creemos fervientemente en la responsabilidad que engloba el acto de “ser
Docente''. Estamos convencidas de que es urgente escuchar todas las voces de nuestros
estudiantes y que en ellas se encuentra la riqueza más grande. Desde el lugar que
decidimos ocupar estamos dispuestas a crecer, a aprender, a seguir superándonos cada día
de esta profesión tan enriquecedora que nos permite conectarnos con otros, con otras
realidades distintas, con otros mundos, pero que, sin duda implica una difícil tarea.
Asumimos, como docentes en formación, la gran responsabilidad, seriamente. Queremos
hacer escuela, entendiendo los desafíos y aprendizajes que nos esperan. Y, como dice
Freire, abrazamos nuestra formación eterna, con humildad: “La escuela democrática no
debe tan sólo estar abierta permanentemente a la realidad contextual de sus alumnos
para comprenderlos mejor, para ejercer mejor su actividad docente, sino también
estar dispuesta a aprender de sus relaciones con el contexto concreto. De ahí viene la
necesidad de, profesándose democrática, ser realmente humilde, para poder
reconocerse aprendiendo muchas veces con quien ni siquiera se ha escolarizado. La
escuela democrática que precisamos no es aquella en la que sólo el maestro enseña,
en la que el alumno sólo aprende y el director es el mandante todopoderoso”. (Paulo
Freire, cartas a quien pretende enseñar. 1993).
Abrimos nuestra mente y el pecho, estirando nuestros brazos para abrazar todo aquello que
nos permita florecer y elevar la enseñanza, aportando sin ninguna mezquindad, al
educando, en el fortalecimiento de sus alas.
Todos recordamos a algún docente que nos marcó en nuestra vida porque de él o ella
aprendimos mucho más que de una materia escolar. Esto se debe a que los docentes
tienen un papel clave en el desarrollo integral de las niñxs y adolescentes, porque más allá
de enseñarles a sumar, leer o escribir, hay un trasfondo más profundo de lo que imparte un
diseño curricular.
Como docentes en formación creemos firmemente en la libertad, en los principios de
igualdad, en el papel fundamental que desarrollamos todos los días en la formación
ciudadana. Es primordial para nosotras ser conscientes de la gran responsabilidad que
conlleva y subyace a la docencia.
La figura del docente es importantísima en todas las sociedades, porque a ellas y a ellos les
confiamos una parte fundamental de la educación de nuestra infancias y adolescencias. A
través de ellos, los niños y niñas aprenden a relacionarse consigo mismos y en sociedad.
Los profesores no sólo comparten su conocimiento sino, su forma de ser, de habitar el
mundo y con ello transmiten valores, aspiraciones e inspiraciones. De este modo, sus
alumnos pueden construirse como personas y construir también una buena relación con el
resto de la sociedad.
Al tener un papel clave en la vida de las personas, tenemos que tener el hábito de deliberar
y elegir lo que vamos a enseñar, porque nuestra responsabilidad tiene que ver con enseñar
bien y, en este sentido, entendemos y decidimos que “Educar” no implica sólo tener un título
que nos llame docentes. Por eso, es que sostenemos nuestra posición pedagógica en este
concepto: “El aprendizaje del educador al educar se verifica en la medida en que éste,
humilde y abierto, se encuentre permanentemente disponible para repensar lo
pensado, para revisar susposiciones; se percibe en cómo busca involucrarse con la
curiosidad del alumno y los diferentes caminos y senderos que ésta lo hace recorrer.
”(Paulo Freire, cartas a quien pretende enseñar. 1993)

Con esto queremos confirmar que los docentes debemos ser eternos aprendices del arte de
enseñar. Esto implica: Poder estar abiertos y libres de prejuicios, aprender a enseñar y
aprender de nuestros alumnos todos los días, en lo cotidiano, reconociendo sus saberes de
lo heredado y adquirido. Valorando y respetando la herencia cultural que traen , porque en
ellas habita la riqueza de las diferentes culturas. Permitiendo y brindando el espacio para
que en sus posibilidades podamos garantizar que todos participen en una producción
común, para que cada uno desde su individualidad produzca, teniendo el reconocimiento de
lo elaborado y, de esta manera, que el producto sea de todos.
Enseñar, aprender y conocer no tiene nada que ver con una práctica mecanicista.
Debemos comprender y conocer el universo de cada uno de nuestros educandos, su
lenguaje, con qué herramientas se defienden y conviven con el mundo. En efecto, educar
implica el gran esfuerzo de no perder la humanidad.
Es urgente que entendamos que la educación evoluciona, cambia, transmuta. Avanza y se
actualiza debido a los cambios sociales, que atraviesan no solo las escuelas, sino, la
sociedad en su conjunto. Los vínculos, la ciencia y la tecnología van a impartir el camino de
la educación, de las condiciones en la que la misma se desarrollará.
“Para enseñar hoy necesitamos de saberes que nos den la apertura necesaria para
asumir el desafío de la creación de la innovación, superando aquellos otros que la
obstruyan, funcionando como sus inhibidores. Porque enseñar implica intervenir con
otro y sobre otro en un sentido formador, transformador, emancipador. La liberación
de los sujetos es su consecuencia, no el punto de partida, y una vez más esta
pretensión nos conduce hacia la transmisión”. (Los Artesanos de la Enseñanza,
Andrea Alliaud. Paidos año 2017)
Debido a esto, estamos convencidas de que es por acá donde se encuentra el cartel que
nos señala el camino, nuestro camino elegido, con el diseño que lo estamos construyendo y
el modelo de paisaje que, a partir de nuestro aprendizaje, decidimos ir pintando.

En cuanto a lo desarrollado en experiencias narrativas:

Deberíamos educarnos para que, cada día de nuestra vida docente, antes de entrar al aula,
seamos capaces de dejar en la puerta de entrada de la escuela, la mochila enorme que
cargamos, de prejuicios, estigmas, ideologías, miradas negativas, imposiciones, y todo lo
que podría generarle al estudiante una percepción y experiencia negativa en su proceso de
aprendizaje, para luego, libres y livianos de todo aquello que de alguna manera es limitante,
crucemos esa línea de entrada al aula, con una gigante y preciosa sonrisa, para
sumergirnos al hermoso acto generoso y amoroso de entregar nuestros conocimientos a
toda persona que esté en ese espacio esperando por un aprendizaje significativo, aunque
en algunos casos, solo están allí para cumplir con un horario, monotonía que también nos
puede suceder a nosotros en algún momento de nuestra práctica docente, empujandonos a
la rutina trágica de limitarnos solo a cumplir o a correr para llegar con lo que se nos pide.
Esto como consecuencia hace que cada estudiante sea un número o apellido mas en
nuestra planilla de asistencia, o peor aún que el estudiante puede sentipensarse en la
escuela de forma desdibujada, como un desconocido sin identidad, ya que el vínculo
profesor-estudiante se retroalimenta de manera positiva, construyéndose, fortaleciéndose o,
de manera negativa, destruyéndolo, matándolo hasta llevarlo a ser una relación distante e
impersonal. Sin embargo, esto no debería ocurrir si nuestra meta es la de procurar que ese
encuentro sea un verdadero intercambio, entre ese estudiante con su bagaje valioso de
otros conocimientos y el que nosotros tenemos para proponerle. Hay muchas estrategias
que pueden resultar aliadas para lograr que el estudiante se identifique con nuestro
intercambio, y pueden encontrarse en los detalles como, interesarse de manera personal
por cómo va transitando el espacio académico, saber su nombre y hasta su apodo (como lo
llaman sus amigos y familiares), conocer y reconocer sus experiencias haciéndole sentir
que es importante e interesante lo que comparte y que nos interesa su persona
sinceramente. Agradecerle su participación, aplaudir sus saberes, y no derrotarlos con un
¡NO! en sus falencias y equivocaciones (porque equivocarse es parte del proceso de
aprendizaje).

En este punto podemos recordar un fragmento del texto Documentación narrativa de experiencias
y viajes pedagógicos sobre lo que comentó la docente Mariana Alaniz, ya que la enseñanza a
la que apuntamos no se trata de enseñar los contenidos básicos, ¡Todo lo contrario! El
contenido es importante, pero, no todas las maneras de transmitirlo construyen e inspiran:

“...no es obsoleta nuestra función, ni está demoré escribir correctamente sólo porque
la mayoría se maneja de otra manera. Porque el dominio de la palabra da poder, y el
dominio de la palabra escrita más aún. Nos permite organizar el pensamiento, nos
ordena las ideas, las reinventa, y las inmortaliza. Por eso, no claudiquemos entonces
en la tarea. Sigamos intentando armar a nuestros alumnos con las armas más sanas y
más temibles, para que no sea tan sólo una cuestión de rápida comunicación, sino de
buena comunicación, con sentido, con contenido, con posibilidades de crecimiento y
posibilidades de desarrollo. Considero que para que esto sea factible debe arraigarse
en cada docente la convicción de los objetivos que pretende alcanzar y avanzar con
paso seguro” .(¿Kien se ha robado mi “Q”? Una experiencia “5ncluir” Mariana Alaniz
de Documentación narrativa de experiencias y viajes pedagógicos)

Pensamos en una forma de educar que empodere, brindándoles las herramientas para que
conozcan el mundo, abrazando sus aprendizajes previos. Generando un espacio ameno,
cálido y amable en donde naturalmente se disponga a recibir lo nuevo.

La educación que pensamos no puede ir de la mano de acciones como rotular, estigmatizar


o etiquetar a un educando, por ejemplo, recortando los contenidos porque “no le da”, o creer
que es un caso perdido porque no es lo que en nuestros ideales aceptamos como
estudiante, etc. Esas formas pedagógicas que se sostienen en ideologías parciales y
limitantes son las que les quitan a las personas el derecho a la educación. En efecto,
despojarse de la mochila personal antes de entrar al aula ayuda a mirar desnudamente,
libres de prejuicios. En el texto de Documentación narrativa de experiencias y viajes pedagógicos
encontramos la experiencia de Jorge pedraza que sufrió en carne propia lo que significa no
quitarse esa mochila:

“Este chico me enseñó algo que ni los mejores profesores, ni los mejores libros o
manuales sobre pedagogías te enseñan jamás, y es que detrás de todo alumno hay
un ser humano que piensa y siente igual que vos, al que también le pasan cosas, que
no tiene prejuicios como yo, o como la mayoría de nosotros, que si no sirve para uno
o dos profesores de los llamados “buenos o experimentados”, es suficiente para que
no sirva para los demás, para que lo rotulemos de mal alumno, para hacerlo cargar
con un estigma que nosotros mismos le ponemos y que año tras año se hace más
grande. Esta vez me equivoqué; hoy puedo decir que el aprendizaje “significativo” lo
tuve YO. Creo que si no hubiera sido por Carlos, jamás me hubiese dado cuenta de
que la clase no empieza y termina sólo en el aula, con el toque de timbre de entrada y
salida. Que si uno busca, puede encontrar otras formas de dar clases distintas de las
que aprendimos en la escuela. Espero que el “negro” (perdón, Carlos) alguna vez me
perdone. Yo voy a tratar de hacer lo mismo”. (La apariencia, un prejuicio que
condena. Jorge Pedraza de Documentación narrativa de experiencias y viajes
pedagógicos)

Esta experiencia demuestra que un docente también se equivoca y es normal que suceda
porque somos humanos y no porque sepa un contenido específico, significa que va a poder
resolver todas las situaciones de manera brillante ya que en el camino hay algunas piedras
que tienen que ver con nuestra actitud limitante, nuestras ideas preconcebidas o el contexto
en el que estemos.

LO IMPORTANTE NO ES NO EQUIVOCARSE, SINO, SABER QUE ESTAMOS


CONSTRUYENDO NUESTRO CAMINO DOCENTE Y ERRAR ES PARTE DEL PROCESO,
PERO, TENER PRESENTE QUE ESTAMOS A TIEMPO DE REGRESAR PARA
REINVENTARLO Y REPARARLO, TRANSFORMÁNDOLO CADA DÍA, CAPACITÁNDOSE
Y APRENDIENDO NUEVAS FORMAS, ES LA GRAN RESPONSABILIDAD DE UN
DOCENTE.

Del texto de Artesanos de la Enseñanza de Andrea Alliaud:

“Llegar a convertirnos en artesanos de nuestro propio trabajo, comprometidos con


lo que hacemos, nos acerca a aquellos con quienes trabajamos y, a la vez, nos
proyecta hacia la humanidad que contribuimos a eternizar, porque elegimos hacerlo”
(Los Artesanos de la Enseñanza, Andrea Alliaud. Paidos año 2017)

Entre las ideas destacadas por Alliaud, aparece la de artesanía que refiere a la habilidad
para hacer las cosas bien, la de producción artesanal, donde la mano y la cabeza no se
separan en la acción en estas la autora refiere teoría y práctica, pensamiento y acción y una
tercera, que se asocia con las anteriores pero que incorpora la posibilidad de pensar de
sentir y de querer mejorar el hacer categorías. Esto lleva a la autora a pensar en que los
docentes nos convertimos en artesanos de la enseñanza, de nuestro propio trabajo, en el
oficio mismo. Así lo explica:
“Concebir el oficio de enseñar como producción, como intervención, como
transformación de algo que en nuestro caso son personas que, como consecuencia
de nuestro accionar, tienen la posibilidad de formarse, de transformarse en algo
distinto a lo que eran nos coloca como adultos educadores, y convoca nuestra
potencialidad de poder y saber hacerlo” (Los Artesanos de la Enseñanza, Andrea
Alliaud. Paidos año 2017)
Estos planteos conciben al docente como un obrador, transformador y emancipador de
otros, aunque advierte los límites de la transformación en la enseñanza. La autora, entiende
que el docente contribuye, obra y pone toda su energía en comunicar a los estudiantes los
saberes y el saber hacer más elaborado, equipándolos para encarar el mundo y que puedan
asumir sus decisiones como sujetos sociales. No obstante, aclara que “el aprendizaje es
una decisión que podemos y debemos favorecer, pero existe la posibilidad de que el otro
renuncie a entrar en el intercambio” . Al mismo tiempo, encontramos reflexiones sobre la
enseñanza a partir de otros recorridos de lecturas de la autora. Destaca que los resultados
de su investigación sostienen que los docentes toman a la participación y el entusiasmo de
los estudiantes como indicadores de la eficacia de la tarea (de su artesanía, en palabras de
Alliaud). También, recupera del acto pedagógico, entendido por aquel que permite la
transmisión, que no puede estar programado por nadie, aunque sí se puede hacer todo para
que acontezca, reconociendo una dimensión oculta en el oficio de enseñar.
La autora asegura que “los docentes en formación tienen que ejercitar paulatinamente su
oficio: probando, ensayando, experimentando y poniéndose a prueba”
Cierra , volviendo sobre sus planteos, enunciando brevemente cuestiones necesarias para
asegurar la formación de maestros con oficio y refiriéndose a dispositivos como estrategias
que podrían orientar a los artesanos de la enseñanza.
Las reflexiones, las experiencias y el conocimiento construido sobre la formación de
maestros que nos comparte la autora, tanto como formadora e investigadora, promueven un
diálogo permanente con el lector, y estimulan a nuevas búsquedas. Tanto en la introducción
como en la sección de cierre Alliaud nos invita a enriquecer su obra ya que la misma
representa “aperturas inconclusas”. Consideramos que resulta una mediación provechosa
para quienes se encuentran comprometidos con la enseñanza y la formación de docentes
pues promueve diálogos necesarios que aporten a pensar los procesos de formación de
hoy.

De La ética en el trabajo docente:

“La dimensión ética en el trabajo docente tiene que ver con una manera de entender
la educación como una mediación normativa”
(Carlos Cullen. “La ética en el trabajo docente” 2009)
Es la ética uno de los términos más debatidos, y cuestionados a lo largo de la historia, más
aún cuando se trata de la ética docente. Privilegiadamente hoy , de la mano de Carlos
Cullen a través de su conferencia, tenemos la posibilidad de analizar todos los componentes
que fueron dándole la impronta con la que la conocemos hoy y plantear nuestra visión de lo
importante, como docentes en formación .
La ética es una cuestión de valores, de normas que conforman nuestra moral. Cada uno de
nosotros tiene una o más morales propias, que heredamos y forjamos en el camino que
recorrimos, pero es de suma importancia plantearnos qué tan flexibles podemos ser a la
hora de debatir o discutir nuestras morales, si podemos hacer de nuestra postura una
reflexión argumentativa y racional donde divisamos con que sostenemos lo que
defendemos, sin caer en el absolutismo moral y ser conscientes a la vez, de que existen
en “los otros” razones y argumentos que merecen ser escuchados, que además al ponerlos
en contraste, pueden arrasar con los nuestros, debemos en estos casos, tener la capacidad
de poder cambiarlo. Como nos dice en el texto, la ética tiene mucho que ver con el bien y el
mal, lo justo y lo injusto; lo que es seguro es que siempre apunta a que nos paremos en la
vereda del bien, claro que para hacer esto no podemos ser arbitrarios ni quedarnos con una
única postura, tal como los tiempos y las sociedades cambian, “el bien” también lo hace, es
por esto que debemos estar en constante revisión de lo que hacemos y cómo lo hacemos,
ya que generalmente no alcanza solo con la buena intención, podemos faltar el respeto,
incluso amedrentar derechos creyendo que estamos siendo éticos. Nuestro desafío está en
que los dos principios básicos que hoy reconocemos como fundamentales en la ética
moderna son el respeto por la igualdad y el respeto por la libertad y aunque suena como
algo ideal, son principios muy generales, que nosotras como docentes tenemos que ir
dosificando en las medidas necesarias, ya que cada escuela, cada aula, cada educando,
necesita una receta específica, receta que está en nuestras manos y que para ser llevada a
cabo, necesita de amor y dedicación. Escuchar, valorar, poner en discusión, aceptar, son
algunos de los ingredientes que nos pueden ayudar a ser equitativos a la hora de ejercer
nuestra ética docente. Lejos de pararse en una postura inflexible, este texto nos da el
trabajo de estar en constante cuestionamiento y (de)construirnos éticamente con cada
argumento que encontremos.
Comenzamos a hablar de encontrar y no solo de pensar, porque la reflexión sobre la ética
se realiza con acciones, poco podemos entender cuánto sabemos si no lo plasmamos en
algún lado, la clave para mantenernos en esta reflexión continua, es la de hacer, y saber de
lo que estamos haciendo, estas acciones, deben estar cargadas de información nueva,
constante actualización, como ya dijimos, ser docentes implica ser eternos aprendices,
constantes filósofos, no perder lo que Cullen llama “EL DESEO DE CONOCER”, porque
sobre todo a esto está ligada nuestra responsabilidad, la de “enseñar bien”, si no somos
deseosos de conocimiento y no incentivamos ese deseo en nuestros educandos,
probablemente no lleguemos a ser tan buenos docentes como queremos.
“El conocimiento es deseable y por eso es un bien , cuando enseñamos estamos
poniendo en juego este bien”(Carlos Cullen 2009)
Pero, ¿a qué nos referimos con enseñar bien?, más allá de los contenidos predeterminados,
enseñar bien es un hábito, que como tal implica trabajo, deliberar con raciocinio, valga la
redundancia, implica aprender, preguntarnos continuamente como vamos a enfrentar ese
espacio en blanco para poder compartir lo que sabemos, ya que enseñar es, en efecto,
“publicitar el saber”, es elegir desde el principio de justicia qué y cómo enseñar lo que
debemos enseñar, afrontar desigualdades y nadar en un mar de casos puntuales que nos
llaman a deliberar con razones desde distintos ángulos, porque ser docentes es una
responsabilidad pública.
Llegado hasta este punto y posicionados como estamos, debemos enfrentar, lo que quizás,
a muchos docentes les cuesta más, reconocer que el conocimiento es poder, y debemos
ver el poder como algo a lo que no hay que tenerle miedo, pero nunca dejar de ser
meticulosos a la hora de pensar que ese poder puede volverse dominación, puede volverse
violento. Está en nuestras manos no olvidarnos de la posición que tenemos al estar frente
de la formación de sujetos, que están ocupando un rol ciudadano. Debemos, aumentar en
ellos el deseo de aprender, incentivar ese derecho, olvidar la hostilidad y reivindicar el poder
de enseñar. “Nuestra responsabilidad pasa por dar, pero al mismo tiempo, en ese dar
se transmite cultura, saberes. Tenemos que trabajar por eso permanentemente para
repensar y mantener lo que algunos llaman “el currículum en acción.”(pág 10. “la
ética en el trabajo docente)
En síntesis, y parafraseando al filósofo que nos presentó el desafío de reconocer nuestra
ética, vamos a concluir esta parte reconociendo que:
El trabajo docente se trata de RESISTIR, con inteligencia y responsabilidad el disfraz
violento que es el pensamiento único, para que esta deje de ser la sociedad de los poetas
muertos y de los ciudadanos tristes, para que podamos decir “Se pueden hacer muchas
cosas para cambiar”.
“Es muy cierto que la educación no es la palanca de transformación social, pero sin
ella esa transformación no se produce. Ninguna nación se afirma fuera de esa loca
pasión por el conocimiento sin aventurarse, plena de emoción, en la constante
reinvención de sí misma, sin que se arriesgue creativamente. Ninguna sociedad se
afirma sin el perfeccionamiento de su cultura, de la ciencia, de la investigación, de la
tecnología, de la enseñanza. Y todo esto comienza con la preescuela.” Cartas a quien
pretende enseñar” Paulo Freire, Brasil. 1993)

Creemos necesario agradecer el enfrentamiento que nos propusieron con estos excelentes
materiales, tanto texto, como audiovisual, los cuales nos patean el tablero y nos obligan a
reflexionar y crecer en nuestros ideales de ser docente, nos llenan de esperanza y nos
brindan ese gusto, esa chispa por la docencia. Sin lugar a dudas, son todos ellos un lugar
donde volver cuando el enfrentamiento con la cotidianeidad y la burocracia nos apabulle,
cada una de estas teorías brinda “un abrigo” de la hostilidad y nos permite recordar por qué
elegimos esta carrera que elegimos y hacia donde queremos apuntar. Hoy, finalizando el
año, estamos más seguras que al principio que elegimos el camino correcto, pero además,
encontramos con la ayuda de nuestros docentes, que existen un montón de “otros” que
brindan con cariño y vocación sus escalones para apoyarnos en este ascenso. Darío lo diría
de la siguiente manera:
“Cuando a uno le pasa que está demasiado sumergido en el barro de la cotidianeidad
escolar.¡Levantá la cabeza! Andá a pensar desde un lugar más conceptual para tener
una distancia crítica que permita salirse de la urgencia. Uno tiene que preguntarse
¿Para qué educamos?” (Educación 2022 Darío Sztajnszrajber).
Algunas de las frases que nos impartieron abrigo en estos momentos de evaluación, que es
donde uno empieza a replantearse todo, fueron:

“Los docentes nunca vamos a estar satisfechos porque el saber es eso, es deseo y el
deseo es inagotable. Es siempre la necesidad de ir por más, de que pase algo”
(Educación 2022 Darío Sztajnszrajber)

“Propongo extirpar del sistema escolar la palabra FORMACIÓN. Decir que venimos a
formar a los alumnos, significa que no tienen forma. Pero el alumno tiene una historia
previa, con sus conflictos, con un género, con su clase social y su ideología. En el
acto de enseñar hay un encuentro con la singularidad del otro”(Educación 2022 Darío
Sztajnszrajber)

“Un docente más que un formador (que sería hacer del otro lo que uno quiere que el
otro sea) es un inspirador porque se muestra en su vulnerabilidad, en sus
convicciones y el otro toma de eso y se transforma”(Educación 2022 Darío
Sztajnszrajber)

“En la escuela se hacen cosas aburridas, cosas pesadas y si esto es verdad, es difícil
que la escuela consiga los resultados que presume: formar personas. Allí se pasan
muchas horas y muchos años y vivir todo ese tiempo bajo presión no
produce”(Francesco Tonucci: La asamblea de los niños)

“¿Se puede desarrollar, crecer, sentados? Los alumnos viven sentados, muchas
horas cada día y lo hacen todo sentados. Cambian los profesores, cambian los
maestros,cambian los libros. Este es el movimiento que se hace en la escuela.
(Francesco Tonucci: La asamblea de los niños)

“Generar espacios en donde los alumnos puedan dedicar más tiempo a lo que
prefieren, para desarrollar sus pasiones, sus talentos naturales y vocación. La
escuela debería dedicarse a ayudarlos a descubrir “lo que es su juguete preferido”
que no implica no aprender los otros contenidos, solo se trata de buscar su potencial
en un clima relajado, simpático, divertido”.(Francesco Tonucci: La asamblea de los
niños)

“Los maestros deberían ser personas de confianza, confiables. Con prestigio pero
amables. Los grandes maestros siempre han tenido alumnas y alumnos que los
querían”. (Francesco Tonucci: La asamblea de los niños)
“¿Qué es lo que significa la palabra EDUCAR? Es una palabra latina que está formada
de dos partes ex: (fuera de) y ducere (traer) Educar significa traer fuera de cada uno
el motivo por lo cual nacimos. Los docentes tienen ese papel importante”. (Francesco
Tonucci: La asamblea de los niños)

PALABRAS CLAVES:
INSPIRAR,VOCACIÓN,FLEXIBILIDAD,OTREDAD,PREJUICIOS,ARTESANOS,
INNOVAR,CAPACITARSE,TRANSFORMARNOS,REINVENTARSE, RENOVARSE,SOLTAR,
RESISTIR, COMPARTIR, ENFRENTAR.

BIBLIOGRAFÍA:

Documentación Narrativa de Experiencias Pedagógicas, CAIE. Ministerio de Educación,


Ciencia y Tecnología ( cuadernillo).
“Cartas a quien pretende enseñar” (Paulo Freire, Brasil. 1993)
Compilado sobre educación con la disertación del filósofo, ensayista y docente Prof. Lic.
Darío, Sztajnszrajber .( año 2020 video)
Prof. Francesco Tonucci (videoconferencia, la asamblea de los niños 2018)
Los Artesanos de la Enseñanza, Andrea Alliaud. Paidós año 2017. “Las escuelas ya no son
lo que eran”.
“La ética en el trabajo docente” – Conferencia de Carlos Cullen Ciclo “200 Conferencias
para 200 años” – Dirección Provincial de Educación Inicial

SITIOS WEB:
Versión Completa. Francesco Tonucci: La asamblea de los niños

Educación 2022 Darío Sztajnszrajber


https://www.youtube.com/watch?v=hWn2ZzCiYk8

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