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El horror del incesto se muestra en estas consideraciones:
La violación de algunas de las leyes es vengada por todos los de la
tribu, incluso castigándolo con la muerte.
El tótem se transmite hereditariamente por línea materna de modo que
se le impide así entablar relaciones incestuosas con su madre, hermana
ya que permanecería dentro del mismo clan.
Prohíbe al hombre la unión sexual con cualquier mujer de su mismo
grupo ya que son consideradas como consanguíneas suyas.
El sistema totémico es la base de todas las otras obligaciones sociales y
limitaciones éticas de la tribu.
Freud conceptualiza al Tabú como algo sagrado, pero sobretodo algo
prohibido, y no por algún dios, sino que es la norma misma quien prohíbe. Es una
prohibición antiquísima impuesta desde afuera por alguna autoridad, y dirigida hacia
las más intensas apetencias del hombre.
En estos pueblos los padres no permanecen solos con su hija, ni la madre con
su hijo. Consideran que una conversación a solas han de llevarlos a una ilícita
intimidad.
Las prohibiciones tabú carecen de fundamento. Su origen es desconocido,
parecen naturales para aquellos que viven bajo su imperio.
Los fines del tabú son diversos:
Proteger a personajes importantes (jefes) y preservar los objetos
valiosos de todo daño.
Proteger a los débiles (niños, mujeres, hombres vulnerables)
Proteger a los seres humanos contra el poder o la cólera de los dioses o
demonios.
Proteger la propiedad de los sujetos (herramientas, campos) contra los
ladrones.
El tabú son una serie de limitaciones a la que se somete los pueblos primitivos,
ignorando sus razones pero considerándolas ,de ser transgredidas, como una causa
de castigo.
Freud explica que en el inconciente de los pueblos desean violar el tabú, pero
al mismo tiempo sienten temor de él. Le temen precisamente por que lo desean y el
temor es más fuerte que el deseo.
Es una prohibición impuesta desde el exterior y dirigida hacia los deseos más
intensos del hombre. La transgresión de una determinada prohibición tabú, trae
consigo un peligro social y constituye un crimen que debe ser castigado.
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Animismo, magia y omnipotencia de los pensamientos
En el sentido estricto de la palabra el animismo es la teoría de las
representaciones del alma; en el sentido amplio, la teoría de los seres espirituales en
general. Para el animismo, el universo está poblado de seres espirituales y demonios
que animan y generan animales, plantas y cosas inertes. Los primitivos creen además
que los hombres poseen almas que moran en ellos mismos, y que en cierta forma son
independientes de sus cuerpos. El sistema animista gira en torno a estos seres
autónomos: es una forma de explicar el universo, reemplazada luego por los sistemas
religiosos y más tarde por las teorías científicas.
Pero además de ser una forma de explicar el universo, es también una forma
de dominarlo, mediante las técnicas del ensalmo (brujería) y la magia. Son técnicas
que movilizan a los espíritus para que estos cumplan la voluntad del hombre: proteger,
dañar.
¿Cuáles son las razones que impulsan al hombre primitivo a reemplazar las
leyes naturales por la magia? El hombre primitivo intenta obtener por medios mágicos
lo que el quiere, de este modo nos tropezamos con el principio de placer.
La omnipotencia de los pensamientos se aprecia en el animismo, donde el
hombre mismo se atribuye omnipotencia. En la magia se utiliza la omnipotencia de las
ideas, el animismo cede una parte de esta omnipotencia a los espíritus, abriendo así el
camino de la religión.
En las cosmovisiones religiosas el poder es atribuido a los dioses, el hombre se
reserva la posibilidad de influir de alguna forma sobre ellos.
En cambio en las cosmovisiones científicas el hombre acepta su pequeñez,
pero confía en que dominando las leyes naturales podrá ser omnipotente.
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4. Cuando se impone la necesidad de matar a un animal
habitualmente respetado, se excusa la tribu cerca de él y se intenta
atenuar, por medio de toda clase de artificios y expedientes, la
violencia del tabú; esto es, el asesinato.
11. El animal tótem predice el porvenir a sus fieles y les sirve de guía.
12. Los miembros de una tribu totemista creen con frecuencia hallarse
enlazados al animal tótem por un origen común
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En cuanto a las teorías psicológicas, hay varias, como las de Wilken, Boas,
Wundt y Frazer. Este último, en un primer momento sostuvo como teoría que el tótem
es sentido como un refugio seguro del alma del primitivo para protegerla de los
peligros.
Freud arma una teoría de tipo histórico-conjetural, es decir que supondrá que
hace mucho tiempo se produjo un cierto acontecimiento primordial, a partir del cual
puede luego deducirse el horror al incesto.
A través de la hipótesis desarrollada con el mito de la horda primitiva, Freud
introduce el banquete totémico. En centro de él, aparece bajo la dominación absoluta y
tiránica de un proto padre violento y celoso, que tiene la reserva de todas las mujeres
y expulsa a los varones cuando crecen. Esta descripción corresponde a la horda
primitiva, quedando el destino de los hijos en el poder absoluto del proto padre:
castración, expulsión o feminización como acompañantes de la madre.
La celebración de un banquete totémico, a raíz de la alianza que establecen los
hijos expulsados condujo al asesinato y devoración del padre, poniendo fin a la horda
paterna, uniéndose los hijos pudieron realizar algo que sólo cada uno de ellos no
podía realizar.
El proto padre muerto se volvió más fuerte que cuando estaba vivo, la ley cobra
rigor con el asesinato mancomunado a partir de allí rige la prohibición. Los hijos
revocaron la hazaña del asesinato, declarando prohibida la muerte del sustituto
paterno: el tótem. Freud encuentra que la devoración del padre señalaba la
identificación con él en tanto cada uno de los hijos incorporaba un fragmento de la ley.
La identificación pasó por ese acto de devoramiento, una forma concreta de
incorporación de ese otro en uno. De esta manera nace el sentimiento de culpa,
desplazándose la figura devorada hacia su idealización, adquiriendo un dominio
mayor: el tótem. El resultado, de esta manera, fue la obediencia a la “ley” antes
externa, ahora interiorizada: prohibición de la muerte del tótem.
Con el substituto del proto padre se puede hacer un intento de calmar el
sentimiento de culpa por el asesinato, consiguiendo así una posible reconciliación con
él. Es justamente por esa identificación a través de la incorporación oral, que Freud
explica la surgimiento de la culpa, y el comienzo en esa interiorización, de la
organización social, la moral y la religión.
Freud considera que el asesinato del padre se ha ido reproduciendo
históricamente: el pueblo judío asesinó a Moisés -hipótesis formulada en Moisés y el
monoteísmo- y, posteriormente, asesinó Jesús.
El asesinato del padre patriarcal condujo, según Freud, al establecimiento de la
sociedad sobre la base de un contrato social peculiar; los hijos, todos hermanastros,
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comprendieron que el destino del padre sería inevitablemente el de ellos a menos que
establecieran un pacto mutuo prohibiendo el asesinato y el casamiento dentro del clan.
Así, se fundó la organización social sobre dos restricciones morales consecuencia del
acto de parricidio. La moral y la sociedad fueron contempladas como el resultado de
un parricidio y del incesto. Se empieza a visualizar cómo de la familia primitiva se
pasa a la alianza fraternal, donde las restricciones mutuas (tabú) permitieron la
instauración del nuevo orden social, más poderoso que el individuo aislado.
Las más antiguas e importantes prohibiciones-tabú son las dos leyes
fundamentales del totemismo: no matar al animal totémico, y evitar el comercio sexual
con los miembros del sexo opuesto del mismo clan totémico. Por lo que se podría
decir que el origen del sentimiento de culpabilidad es el miedo a la autoridad. Pero
entonces, ¿de dónde viene el remordimiento por haber matado al proto padre de la
horda primitiva? Según Freud deriva de la ambivalencia de los sentimientos, el odio y
el amor hacia al proto padre. Satisfecho el odio surge el amor y el arrepentimiento, y la
culpa compartida hace posible la identificación a la palabra del padre, esto permite su
restitución desde un orden simbólico. Para Freud la culpa reside en una intención
inconciente, no en un acto real cometido, y puede entenderse como una angustia
provocada por el conflicto de ambivalencia amor-odio, e implica poder tolerar esta
ambivalencia. La culpa surge así del choque del amor y el odio, que es inevitable si el
amor incluye el elemento instintivo propio de él.
El parricidio, pecado nominado “de sangre”, y el incesto, funcionan a modo de
leyes primordiales regulando nuestra sociedad constituyendo su base y
manifestándose en las instituciones y en los códigos que norman el accionar del
sujeto. La construcción ética representada por el tabú "No matarás” y “Tabu al incesto”
cavan los cimientos de la formación social y constituye para Freud uno de los pilares
de la cultura.
Bibliografía:
*Freud, S. Tótem y tabú, Obras completas, Tomo XIII, Amorrortu, Buenos Aires 1980.
*Laplanche J. Pontalis J, Diccionario de psicoanálisis, Paidos, 2005.