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Lenka Zajícová
El bilingüismo paraguayo
Vol. 22
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Lenka Zajícová
El bilingüismo paraguayo
Usos y actitudes hacia el guaraní y el castellano
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INTRODUCCIÓN
1 Según el Censo Nacional de Población y Viviendas de 2002, en Paraguay viven 89.169 per-
sonas que se consideran indígenas, lo que constituye un 1,7% de la población total (DGEEC
2004a: 59.77; cf. DGEEC 2002c).
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ÍNDICE
Agradecimientos ....................................................................................... 11
Introducción .............................................................................................. 13
1. La época colonial
Entre los historiadores y sociolingüistas hay un consenso sobre las causas históri-
cas de la situación lingüística de Paraguay; las diferencias se dan solo en el peso
que se concede a los diferentes aspectos. Entre los factores principales y prima-
rios se encuentra la forma de la colonización de las regiones del Río de la Plata.
En este caso es, efectivamente, más exacto hablar sobre la colonización que sobre
la conquista, a pesar de que aquí también hubo sucesos violentos, como, por
ejemplo, la suerte de Juan Díaz de Solís, muerto por los charrúas en 1516 duran-
te la primera expedición al Río de la Plata. La segunda expedición de Pedro de
Mendoza en 1535 ya tuvo más suerte y resultó en la primera y efímera fundación
de Buenos Aires y, sobre todo, en la fundación de Asunción en 1537. La constela-
ción favorable de las circunstancias históricas causó que este primer grupo de
unas 300 personas que se establecieron en aquella región trabara relaciones de
cooperación mutua y lazos familiares con los guaraníes carios, que terminaron en
un rápido mestizaje y en una muchedumbre cada vez más numerosa de “mance-
bos de la tierra”, hijos de los españoles y las indígenas, que aspiraban al mismo
estatus social que tenían sus padres, sin renunciar a lo que habían heredado de sus
madres –la lengua guaraní, por ejemplo–. Dado que la fama sobre la riqueza de la
región no se había comprobado, siendo la única riqueza la fértil tierra, a lo largo
de la segunda mitad del siglo XVI no llegó ningún nuevo contingente migratorio
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de importancia (Mora Mérida 1973: 10). Velázquez (1986: 170; cf. Konetzke
1952) estima que de las 3087 personas llegadas al Río de la Plata en las ocho
expediciones entre 1535 y 1600, se quedaron en el territorio paraguayo unas
1000-1200 personas. Mora Mérida (1973: 32.49) encuentra, a principios del siglo
XVII, solo unos 350 “vecinos” españoles o criollos en Paraguay, lo que supone
que el número de pobladores blancos quedó durante todo el siglo XVI práctica-
mente invariable. Este pequeño grupo estaba rodeado por una inmensa cantidad
de indígenas que les fueron “entregados en encomienda” en 1556 por Domingo
Martínez de Irala, el primer gobernador de Asunción, y que eran unos veintiséis
mil (Mora Mérida 1973: 9; cf. Service 1954: 53). Los españoles llegados después
solo reemplazaban en número a los que habían perecido o huido de la paupérrima
Asunción, sea para fundar otras ciudades de la región (Buenos Aires, Santa Fe,
Corrientes, etc.), sea para emigrar a Perú, como el grupo de Ñuflo de Chávez,
fundador de Santa Cruz de la Sierra (Mora Mérida 1973: 22-23). La división de
la “Provincia Gigante de Indias” en 1617, vigente desde 1621, aumentó aún más
el aislamiento, y los pocos colonos que llegaron después se asimilaron rápida-
mente. Desde entonces la provincia siempre estuvo en la periferia del Imperio,
fuera de las principales vías de comunicación y de las grandes rutas comerciales.
En lo político y social reinaba el aislamiento, en lo económico la necesidad de
autoabastecimiento y las industrias caseras, en el comercio el principio de true-
que, no habiendo moneda metálica (Velázquez 1966: 9.11). Todo esto facilitaba
la asimilación lingüística –y no solo lingüística– de los pocos españoles por la
rápidamente creciente población mestiza guaranihablante. La inconstante política
lingüística de la metrópoli tampoco ofrecía un marco firme para una castellaniza-
ción efectiva (Solano 1991; MiÓtinová 2004).
El segundo factor importante para la permanencia del guaraní fueron las famosas
reducciones jesuíticas, que en el siglo XVII y XVIII ocupaban vastas regiones de
los actuales Paraguay, Brasil, Uruguay y Argentina. Se trataba de un inmenso
espacio de aproximadamente 490.000 km2, aislado hasta cierto punto del resto de
la sociedad colonial. En los pueblos exclusivamente indígenas –si descontamos
el puñado de misioneros– vivían en la época del mayor auge alrededor de 140.000
habitantes –por lo menos el doble de la población de la provincia “civil” de Para-
guay– y la única lengua “oficial” en este territorio era el guaraní, pues esta era la
lengua de la mayoría de las etnias que allí se encontraban, la lengua que los jesui-
tas adoptaron y adaptaron para los fines evangelizadores (Melià 1969, 2003b,
Thun 2008). El castellano prácticamente se desconocía en este territorio, salvo
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los casos aislados de escribas indígenas, cuyo conocimiento era más bien o solo
pasivo.
Los misioneros también compusieron las primeras gramáticas y diccionarios del
guaraní y las primeras traducciones de textos religiosos, sobre todo oraciones y
catecismos.1 El mayor precursor de esta labor en Paraguay es el franciscano Luis
de Bolaños, llegado en 1575, que en los años ochenta del siglo XVI creó el primer
“vocabulario”, la primera gramática y las primeras traducciones del catecismo,
confesionario y sermones (Melià 2003b: 41-42).2 Los jesuitas aprovecharon su
trabajo, y también las obras de sus compañeros de Brasil –probablemente aún
desconocidas por Bolaños (Melià 2003b: 83)–, que vivían con los indígenas tupí,
cuya lengua poco se diferenciaba de las variedades guaraníes de Paraguay. Se tra-
taba, sobre todo, de la gramática de José de Anchieta, impresa en Lisboa en 1595,
cuya versión manuscrita apareció ya en 1556, y de los precursores del primer
catecismo impreso en tupí de Antonio de Araujo (1618) (Melià 2003b: 78-79). En
los años veinte surgen las primeras obras lingüísticas sobre el guaraní de mano de
los jesuitas en Paracuaria: Alonso de Aragona escribe su Breve introducción
para aprender la lengua guaraní, que es de hecho la primera gramática del gua-
raní conservada hasta nuestros días, compuesta antes de 1629, el año de su muer-
te.3 Por otro lado, como afirma Melià (Aragona a. de 1629/1979: 26), en 1625
existía ya la versión manuscrita del “arte y vocabulario” de Antonio Ruiz de
Montoya, la máxima figura de esta primera etapa de la lingüística guaraní (cf.
Grannier Rodrigues 1997). Entre 1639 y 1640, durante su estancia en Madrid,
esta obra se convertirá, junto con el Tesoro de la lengua guaraní y el Catecismo,
1 No así de los textos bíblicos: la primera traducción conocida del Nuevo Testamento al gua-
raní –del original griego, como afirma el colofón–, Tûpâ Ñandeyára ñêê…, se publicó en
1913 en Londres.
2 No se conoce la extensión real de su obra lingüística y traductora, puesto que se han con-
servado solo un catecismo breve y algunas oraciones, impresos posteriormente en varias
ocasiones (Melià 2003b: 342.344.346-347.350-351.369).
3 En algunos trabajos sobre el guaraní aparece mencionado, bajo títulos y autores diferentes,
un misterioso diccionario guaraní, supuestamente impreso en Madrid en 1624: Alfred Du
Graty en su République du Paraguay (1862, cit. en Medina 1930: 18-19) menciona un Dic-
cionario guaraní para el uso de las Misiones del P. Velázquez, Erwin Penkert (1966: 173) un
Vocabulario guaraní de Alonso de Aragón, Antonio Ortiz Mayans (1973: 989) un Vocabula-
rio de la lengua guaraní que domina ambos mares del autor anónimo. No parece que esta
obra hubiera sido impresa alguna vez; su existencia fue rechazada ya por Medina (1930: 19),
y Melià (2003b) tampoco la menciona. Según Melià (comunicación personal, 29 junio 2008)
se trata de atribuciones equivocadas o bien de la obra de Montoya, relacionada de modo
impreciso, o, en el caso de Alonso de Aragona, de una obra nunca editada, atribuida a él, con
el título de Vocabularium ingens duabus partibus comprehensum, por Philippus Alegambe
en su Bibliotheca Scriptorum Societatis Iesu, publicada en Amberes en 1643.
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en las primeras obras impresas sobre el guaraní (1639b, 1640a, 1640b). Son fruto
de su trabajo de casi treinta años en las misiones paraguayas, del que escribe en
su Conquista espiritual, publicada simultáneamente (Montoya 1639a).4
La labor de estos primeros lingüistas fue continuada por otros jesuitas (v. Melià
2003b), y después de la creación de la imprenta en las reducciones en 1700, se
imprimió un número considerable de traducciones e incluso obras originales en
guaraní. En los años veinte del siglo XVIII, Pablo Restivo publicó allí una impor-
tante edición actualizada y ampliada de las obras de Montoya (Montoya/Restivo
1722, 1724). De la época de las reducciones se conserva también un número ele-
vado de documentos manuscritos de diversa índole, muchos de ellos aún inédi-
tos, dispersos por diferentes archivos: cartas, actas, un diario de guerra, etc. (cf.
Melià 2004a). También debía de existir el teatro religioso en guaraní, igual que
en otras regiones americanas; sin embargo, si alguna vez se hubiera llegado a
escribir o incluso imprimir, está perdido en su totalidad.5
Esta época terminó con la expulsión de los jesuitas, ejecutada en los años 1767 y
1768, lo que supuso el fin de la variedad del guaraní “clásico”, “jesuítico”, pero
no significó el fin de la lengua guaraní en el Río de la Plata, puesto que la admi-
nistración colonial heredó una vasta región con población monolingüe en guaraní
que se resistía a cualquier intento de ser castellanizada. Este hecho significó más
bien un refuerzo para la comunidad lingüística guaraní en las regiones no misio-
neras, presente en “toda la gobernación del Paraguay y en la jurisdicción de las
Corrientes”, como afirma el jesuita José Cardiel: “En una y en otra ciudad [Asun-
ción y Corrientes], los más saben castellano, pero en las villas y en todas las
poblaciones del campo, chacras y estancias no se habla ni se sabe por lo común,
especialmente entre las mujeres, más que esta lengua tan corrupta”, o sea el gua-
raní mezclado con el castellano (1758/1900: 392-393).
El guaraní “jesuítico” desaparece definitivamente después de que culminara el
proceso de la disolución de estos pueblos y su integración en la sociedad colonial
y más tarde nacional (Maeder 1992).
4 La traducción al guaraní fue preparada probablemente por Paulo Restivo e impresa en 1733
en el pueblo de San Nicolás (Melià 2003b: 288). V. n. 10, pág. 19.
5 Parece que la única pieza teatral de esta época que se ha conservado en la tradición oral
hasta el siglo XX es el Drama de Adán, con parlamentos en latín, castellano y guaraní (Melià
2003b: 362; texto en Dreidemie 1937: 70-73 y Rela 1990: 172-175). Sobre algunas repre-
sentaciones en guaraní nos quedan noticias dispersas en los escritos jesuíticos de la época
(Rela 1959: 8-20).
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Este esfuerzo chocó, sin embargo, con obstáculos insuperables: la falta de buenos
maestros “españoles” –entiéndase criollos y mestizos–, dispuestos a vivir en
estos pueblos, que si bien a veces se encontraban, desconocían la lengua materna
de sus alumnos guaranihablantes y tenían que valerse de los indígenas, que termi-
naban siendo los verdaderos maestros (Maeder 1992: 176); o la poca preparación
de la mayoría de los indígenas que se elegían luego –porque resultaba más eco-
nómico que los maestros criollos–, etc. Los documentos de los gobernadores de
finales del siglo XVIII reflejan la suma decepción de este fracaso educacional; así
el del virrey Avilés constata: “nuestra lengua [la] ignoran generalmente, pues los
que debían procurarlo nada han adelantado, ni los maestros de escuela, que no
han sido más que unos zánganos” (Zuretti 1954: 154); o el gobernador Lázaro de
Ribera informa al Rey el 18 de mayo de 1796:
Al tiempo de la expatriación de los jesuitas se establecieron en estos pueblos con arre-
glo a las leyes, escuelas de primeras letras con el importante fin de que los naturales
aprendiesen la doctrina cristiana en lengua castellana, a leer y escribir y contar. Pero,
¿qué es lo que hemos adelantado en 28 años de fatiga? … Los indios se mantienen en
una ignorancia absoluta de nuestra lengua… Por una fatal desgracia y por varias cau-
sas que no precisa referir aquí, hemos llegado al extremo de que la lengua del pueblo
6 Archivo General de Indias (Sevilla), Indiferente 540, libro 17, fol. 131 (en: Solano 1991:
261, n.º 111).
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conquistado sea la que domine y dé la ley al conquistador, que los indios se mantengan
intratables y separados de nosotros…7
De ese modo, incluso después de 1800, cuando el pueblo de San Javier buscaba
un maestro indígena que enseñara el castellano, “apenas encontró a unos cuatro
que ‘hablaban medianamente el español’” (Melià 1999b: 401-402). También
Félix de Azara, que viajó a las antiguas misiones durante su estancia en la región
del Río de la Plata entre 1781 y 1801, afirma: “Según he podido juzgar visitando
todos los pueblos, ninguno entendía el español, ni leían ni escribían, sino en gua-
raní los pocos precisos para llevar cuenta de las entradas y salidas de almacenes”
(1847: I,285 = 19433: 186).
Los escritos de Azara, que llegó a Asunción en marzo de 1784 (1790/1990: 168),
son probablemente el mejor testimonio sobre Paraguay a finales de los tiempos
coloniales.8 Al describir a los “españoles” de Paraguay –es decir, los criollos y
mestizos e incluso indígenas, pues, como escribe en otro lugar, “muchos indios
han pasado a ser españoles” (1790/1990: 103)–, afirma: “Aunque casi todos
hablan castellano por lo común usan guaraní, algo distinto del de los guaraní y
tapé” (1790/1990: 161). Esta nota es interesante, pues podría tratarse de uno de
los primeros testimonios sobre un bilingüismo extendido en Paraguay y sobre la
preferencia por el uso del guaraní. Sin embargo, las siguientes observaciones
suyas sugieren más bien un monolingüismo guaraní y un conocimiento del caste-
llano en casos excepcionales, reservados a la élite:
…los españoles del Paraguay y sus vecinos los habitantes del distrito de la ciudad de
Corrientes proceden principalmente de la mezcla de sus antepasados con las indias,
como hemos dicho. Por esto hablan guaraní, y sólo las personas instruidas y los hom-
bres de la villa de Curuguaty entienden el español… (Azara 1969: 280).
7 Archivo Nacional (Asunción), vol. 165, N.º S.H. (cit. en Massare de Kostianovsky 19752:
384). Sobre la situación lingüística en el territorio misionero después de la expulsión v.
Zajícová (2002).
8 Los comentarios lingüísticos de Azara fueron analizados por Buesa Oliver (1987).
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Paraguay hablan siempre el guaraní y solo los muy educados hablan español.” Y
continúa señalando de nuevo el estatus prestigioso del castellano:
Los españoles, fundadores de la ciudad de que acabo de hablar [Curuguaty], tomaron
mujeres indias. Sus hijos aprendieron el lenguaje de las madres, como era natural, y
probablemente conservaron el español; mas como cuestión de honor, para probar que
su raza era más noble. Pero los españoles del resto de esta provincia no pensaron así,
sino que olvidaron su lengua, sustituyéndola por la de los guaraníes (Azara 1969: 220).
Las observaciones de Azara son interesantes por sí mismas, pero el hecho de que
varios aspectos a los que se refiere no hayan cambiado desde entonces, es decir,
la relación del castellano con el nivel social alto, con la educación, con el ambien-
te urbano –como hemos visto ya arriba en el comentario de José Cardiel
(1758/1900: 392), que reduce el conocimiento del castellano a las ciudades de
Asunción y Corrientes–, sugiere la idea de estabilidad de la situación lingüística
postulada por varios autores, a la que vamos a volver más adelante.
2. La Independencia
Otra serie de testimonios sobre la importancia del guaraní data de la época de las
luchas por la independencia y se refiere tanto al territorio de las antiguas misio-
nes como al futuro Paraguay. El guaraní está presente en las conocidas cartas y
proclamas del general Manuel Belgrano, representante de la Junta de las Provin-
cias del Río de la Plata, dirigidas a la población de las antiguas misiones antes de
empezar su campaña paraguaya en 1810 (Morínigo 1969: 49-72).9 Es interesante
que Belgrano se dirige en guaraní no solo a los naturales de los pueblos misione-
ros, a su ejército formado mayormente por los misioneros y correntinos, o cuan-
do escribe a los comandantes de los diferentes pueblos misioneros, como Itapúa
(Encarnación) y Candelaria; también escribe en guaraní al gobernador de Para-
guay Bernardo de Velasco, al Cabildo de Asunción, al obispo de Paraguay o al
comandante de Misiones Thompson, es decir, a las autoridades civiles, militares
y eclesiásticas que hablaban español, pues en su mayoría eran españoles o crio-
llos. La intención de Belgrano parece ser, por tanto, la de escribir unas cartas
abiertas a todo el pueblo, que a su vez dan un testimonio cierto de la presencia del
guaraní como vehículo de comunicación popular en toda aquella región (Moríni-
go 1969: 52-53). No es la única evidencia de esa época, por ejemplo, John Parish
Robertson, un viajero y comerciante inglés, escribe en una carta en 1811 sobre
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D’Orbigny también lamenta el poco nivel de estudios de las personas que no han
salido para estudiar fuera de la provincia y añade una nota más sobre su conoci-
miento de la escritura: “Estos apenas saben escribir su idioma de manera legible
y no asombrará saber que la lengua indígena se conserva, hasta hoy, en el seno de
las familias y que muchas personas de la ciudad hablan con dificultad el español”
(20022: I,363).
En el Paraguay francista, después de la salida de los extranjeros tuvieron que
cerrarse los colegios secundarios por falta de profesores, y las escuelas primarias
tampoco florecían: hacia 1834 el Estado mantenía a 150 maestros que enseñaban
a unos 5000 alumnos, una mínima parte de la población en edad escolar (White
19892: 138, cit. en Melià 1992: 165). El guaraní se convirtió en un aliado ideal de
la doctrina aislacionista de Francia y su época resulta prácticamente en una victo-
ria del monolingüismo guaraní,10 como ilustra la observación sobre el Paraguay
de 1838 de John Parish Robertson, a finales de la época francista:
10 Zarratea (2007: 6) data en esta época los comienzos de la poesía en guaraní. Como la pri-
mera obra conocida menciona la canción Tetãpurahéi [El canto de la patria], aparecida por
la década de 1820 y atribuida a Anastasio Rolón, poeta y guitarrista de Caraguatay, la cual
fue adoptada por el dictador “como canción patriótica de uso obligatorio en los cuarteles”.
Su sucesor Carlos Antonio López la mandó traducir al castellano y obligó a cantarla en esta
lengua, lo que simboliza el cambio entre las dos épocas.
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Aquí, lo mismo que en Corrientes, los hombres hablan poco y con cierta resistencia el
español. Las mujeres lo hablan muy escasamente. El español ha sido sustituido casi
completamente por el guaraní. La mayoría de las mujeres se avergonzaban de mostrar
su deficiencia en el español, en tanto que los hombres tenían gran aversión a expresar
inadecuadamente y con dificultad en español lo que podían decir con tanta fluidez y
hasta retóricamente en su propio lenguaje (cit. en Melià 1992: 160).
El castellano en esta época no es visto aún como algo imprescindible para per-
tenecer a la élite, ni el guaraní como signo automático de poca cultura. Por
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11 En este periodo aparecen los primeros trabajos lingüísticos sobre el guaraní después de la
época jesuítica: el diccionario inédito del jesuita Bernardo Parés, preparado entre 1844 y
1846, y Recherches philologiques sur la langue guaranie de Alfred Demersay en París en
1859 (cf. Melià 1992: 163).
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En esta época surgieron algunas canciones en guaraní famosas hasta hoy, como la
canción de gesta anónima Campamento Cerro León, o probablemente la primera
canción lírica en guaraní, Che luséro Aguai’y [Mi lucero de Aguai’y], de Juan
Manuel Ávalos (Encina Ramos/Tatajyva 19972: 17-19).
Es decir, a pesar de un breve periodo de castellanización, el guaraní seguía siendo
la auténtica lengua de la nación, hablada por todos sin excepción. Como afirma
Granda, el conocimiento y el uso del castellano en esta época “está limitado a una
minoría caracterizada por las siguientes notas: localización preferentemente urba-
na, sexo masculino, edad adulta y posición social elevada, nivel cultural alto,
aunque incluso en estos casos, el guaraní es la lengua de uso primario” (1982b:
139 = 1988: 541).
baré cambia la j por la i para representar el fonema /j/ a partir del n.º 4, adhiriéndose expre-
samente a la grafía aprobada por dicha reunión (Cacique Lambaré 4 [5-9-1867]: 4 [cit. en
Lustig 2006: 251]), lo que contradice la afirmación anterior.
20 Cacique Lambaré 3 (22-8-1967): 4 (cit. y trad. por Lustig 2006: 242). En la nota correspon-
diente aparece como fuente, erróneamente, “El Centinela, n.º 18 (22-8-1967): 4”.
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el guaraní, que se ve como problema para el desarrollo moderno del país, “el gran
enemigo del progreso cultural del Paraguay” en palabras de Manuel Domínguez
en 1894 (cit. en Cardozo 1959: 82). Acorde con la ideología de la Argentina de
entonces, que, como vencedora de la guerra, impuso a Paraguay sus ideales, se
declara la guerra simbólica de la civilización del castellano contra la barbarie del
guaraní (Melià 1992: 170). Por supuesto, hay motivos “ocultos” e intereses polí-
ticos por medio, como señalan las palabras del presidente argentino Bartolomé
Mitre: “Mientras los paraguayos hablasen el idioma salvaje, el Paraguay nunca
podrá ser anexado a la Argentina” (Genes Hermosilla 2002: 417).
El sistema de la instrucción pública, que había colapsado durante la guerra, se
reforma, fundándose una cantidad importante de escuelas básicas y colegios. Por
ejemplo, en 1874 ya existían dos Colegios Nacionales en la capital, uno para
varones, otro para señoritas, y ochenta escuelas rurales para niños y veinticinco
para niñas (Monte de López Moreira 2005: 41). Todas con un programa de estu-
dios castellanizante, por supuesto. Cirilo Antonio Rivarola, el presidente proviso-
rio (1870-71), decreta que “se prohibe también á los maestros, que no permitan
hablarse en las escuelas el idioma guaraní, sino únicamente español”. A falta de
maestros paraguayos, son contratados extranjeros, sobre todo argentinos, que
promueven el uso del castellano. También en otros niveles del sistema educativo
el uso del guaraní está prohibido y castigado, como en el Colegio Nacional de
Enseñanza Superior en Asunción, fundado en 1877 (Monte de López Moreira
2005: 41). La Convención Nacional Constituyente en 1870 rechaza el uso del
guaraní en sus sesiones (Decoud 1934: 179). En esta época se acuña la ideología
de que “hablar en guaraní es bajo, vil y salvaje; hablar en castellano es culto, aris-
tocrático y elevado” (Genes Hermosilla 2002: 417). Es algo que sigue presente
en las mentes de muchos hablantes actuales:
[¿Qué representa para vos la lengua castellana?] Más civilizada (C-GIbMU).
…algunos que es un poco más educado ya, que son más civilizado le exigen a su hijo
para que hable castellano (C-GIIIaMS).
21 Parece que guarango es denominación acuñada por Domingo Faustino Sarmiento, que pasó
el último año de su vida en Paraguay (1887-1888) y tuvo un impacto notable sobre la edu-
cación paraguaya (Melià 1992: 170).
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Con los que son guarangos tienes que hablar guaraní (C-GIIIaMS).
[Guaraní,] porque son todos guarangos [los curanderos] (E-GIIbMU).
Cuando nos comunicamos con un guarango o que solamente domina el guarani…
(V 214).
Cuando este término aparece en boca de las personas del estrato social alto para
dirigirse a los del estrato social bajo, suele tener un marcado matiz peyorativo:
[¿Ha sentido alguna vez vergüenza de hablar en guaraní?] …antes cuando era chica sí,
porque te decían nde guaranga y todo esas cosas los de alto nivel, desprecian el guara-
ní, eso digo por experiencia, algunos que otros hablan, pero muy pocos, más se habla
lo que son de la campaña, los humildes, yo fui de la campaña y no lo negaré, ahora nos
mudamos aquí en Villarrica, pero en mi casa más se usa el guaraní (V 482).
Si, cuando era aun niña no nos permitían y me daba vergüenza porq’ me decían gua-
ranga (E 315).
Sí depende del grupo de personas, porque hay personas que no la hablan y te tratan de
guarango y desprecian el idioma (E 395).
Al principio cuando en el Paraguay todavia no estaba vigente la reforma, porque cuan-
do hablaba esta lengua nos concideraban “guarangos” (E 130).
22 Este científico de origen suizo, es autor –entre numerosas obras botánicas, medicinales y
etnográficas (1920, 1922, 1927, 1940a, 1956, 19822)– de varios escritos relacionados con
el guaraní, que a menudo establecieron temas que seguirían desarrollando los autores poste-
riores (1914 [19273], 1916, 1920, 1921, 1940a, 1940b).
23 La versión castellana, hecha por el mismo autor, es de 1937. Entre otras obras suyas están:
Ocara poty: Flores silvestres (1917, 19212), Mil refranes guaraníes: Ñe’engá (1929), Ñe’en-
gá Rorî: Refranes picarescos (1945), Kamba nambi, obra teatral. A esta época pertenecen
también, por ejemplo, Silvano Mosqueira, José Manuel Caballero, Ignacio Alberto Pane.
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24 En 1942, esta sociedad se convertirá en Academia con planes (nunca cumplidos) de crear
cinco institutos, de Lingüística, de Artes, de Folklore, de Ciencias y de Letras, y en 1949
adoptará el nombre de Academia de la Lengua y Cultura Guaraní, presidida por Guillermo
Tell Bertoni. En esos años se fusionará también con la Academia de la Lengua Guaraní,
dirigida por Hugo Bareiro Velázquez, y después de su muerte por José Valentín Ayala
(Ayala [1993]a: IV).
25 Otro cultor prolífico, entre cuyas obras están: La lengua guaraní: Su importancia histórica
y actual (Asunción 1936), Análisis glotológico de la lengua guaraní (Asunción 1941), y las
inéditas Gramática de la lengua guaraní, Diccionario guaraní-español, Diccionario espa-
ñol-guaraní (Soler 1969: 12.30).
26 Juan Francisco Recalde: Nuevo método de ortografía guaraní (São Paulo 1924); Guiller-
mo Tell Bertoni: Fonología, Prosodia y Ortografía de la Lengua Guaraní (Asunción
1926).
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El caudal de las obras lingüísticas sobre el guaraní es cada vez más grande e inte-
resante, como prueban en los años veinte las obras de Justo Bottignoli ([1925?],
[1927?]),28 Francisco Monreale (19253), Benjamin T. Solari (1928), etc. El traba-
jo lingüístico de esta etapa culmina en 1931 con lo que consideramos el primer
27 1890: Abañēē´me: Guia práctica para aprender el idioma Guaraní de Pablo Handel, publi-
cada en Stuttgart y destinada a los colonos europeos (Handel 1890: III; cf. Lustig 2008:
184-189); 1891: Pequeño ensayo de la gramática del idioma guaraní de los Padres del
Seminario de Asunción; 1901: Abá-Ñeé: Vocabulario del idioma guaraní-español de Luis
Domingo Cabral, publicado en Buenos Aires; 1903: Diccionario gramatical guaraní-espa-
ñol de Florencio Vera, publicado en Asunción; 1904: Phrases e vocabulos do Abá-ñeênga:
Guarany de João Cezimbra Jacques, publicado en Porto Alegre (no hemos podido consultar
personalmente esta obra); 1907: la segunda edición del Método práctico para aprender la
lengua guaraní de Francisco Monreale, publicado en Asunción (no hemos ubicado la
1.ª ed.; 3.ª ed.: 1925); 1910?: Vocabulario guaraní de Raimundo D. Obelar, publicado en
Asunción (2.ª ed. 1914); 1915: Disquisiciones filológicas sobre la Lengua Guaraní de J. W.
Gez, publicado en Corrientes; 1916: Orígenes y leyes del lenguaje aplicadas al idioma gua-
raní de T. Alfredo Martínez, publicado en Buenos Aires.
28 La Gramática y el Diccionario de Bottignoli aparecen sin año de publicación, pero los
autores posteriores se refieren a ellos como publicados en 1925, en 1926 (WorldCat,
http://www.worldcat.org/ [30 junio 2008]) o en 1927 (así, en cuanto al diccionario, Cardozo
1959: 80, y el catálogo de la biblioteca de Florencia). Las probablemente segundas edicio-
nes, publicadas por entregas entre 1938 y 1939 y entre 1940 y 1943 (incompleta), respecti-
vamente, en Boletín de Filología en Montevideo, no dan ninguna información sobre las
ediciones anteriores. La 3.ª edición de la Gramática apareció en Montevideo en 1940.
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42 Lenka Zajícová
29 No es un caso aislado en la época moderna de una lengua amerindia utilizada como lengua
código: el chiquitano tenía la misma función para los bolivianos, y se hizo notorio el uso
del navajo por los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.
30 Julio Correa escribió por lo menos dieciséis dramas en guaraní (Fogelquist 1950: 25); tra-
tan de la Guerra del Chaco: Sandía yvyguy [Los escondidos], Guerra aja [Durante la gue-
rra], Tereho jevy fréntepe [Vuelve al frente], Pleito rire [Después del conflicto], Ñane
mba’erã’ỹ [Lo que nunca será nuestro]; de temas sociales: Karu pokã [Los muertos de
hambre], Yvy jára [Los terratenientes], Karai Ulogio [El señor Eulogio] (Suárez 2001:
179-180).
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novela que no presentase al campesino hablando en guaraní, no podía ser una expre-
sión auténtica de ambiente (Plá 19763: 33).31
31 Entre los años 1932 y 1934, la misma Josefina Plá trabajó con Otakar Platil, compositor y
violonchelista checo-paraguayo, sobre la primera ópera en guaraní, Porãsy (Szarán 1999:
390). Esta obra quedó inconclusa y su manuscrito parece haberse perdido en un incendio en
Montevideo, a cuyo teatro operístico fue enviada (comunicación personal de Luis Szarán,
23 abril 2006).
32 Tenemos noticia de por lo menos 13 ediciones diferentes, siendo la última de 1997, v. la
bibliografía final.
33 Para la relación de las ediciones v. la bibliografía final. La última edición de la gramática es
la 7.ª del año 1996 y del diccionario la 13.ª de 1998, cada una con reimpresiones posteriores.
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44 Lenka Zajícová
nio se cierra con la publicación del diccionario de Tomás Osuna a cargo de Ansel-
mo Jover Peralta en 1950.
En 1956, Antonio Guasch incluyó en la 3.ª edición de su gramática una antología
de textos en guaraní, la primera antología de la literatura guaraní, que da una ima-
gen bastante completa sobre la poesía y la prosa en guaraní de la primera mitad del
siglo XX al recoger 43 poemas y 18 fragmentos de prosa de 30 autores diferentes.
Guasch incluye aquí autores de diferentes generaciones, desde Manuel Ortiz Gue-
rrero, Emiliano R. Fernández, Félix Fernández, Darío Gómez Serrato, pasando
por la generación de Pedro Encina Ramos, Emilio Bobadilla Cáceres, hasta los
jóvenes como Lino Trinidad Sanabria, para mencionar algunos. Los poetas de la
nueva generación son representantes tanto de la poesía popular como de la culta,
como, por ejemplo, Herib Campos Cervera. A partir de 1942 la poesía guaraní
aparece también en la nueva revista bilingüe Ysyry. El ya mencionado I Congreso
de la Lengua Guaraní-Tupí de Montevideo, en 1950, fue una consecuencia natural
y, a la vez, un impulso importante de esta actividad en la época de un verdadero
resurgimiento del guaraní, percibido como tal ya por sus protagonistas, como
anotó Guasch en el prólogo a la tercera edición de su gramática en 1956 (19967: 9).
34 La revista concluyó con el n.º 44 en 2002 (director Feliciano Acosta Alcaraz, colaboradores
Tadeo Zarratea y Natalia Krivoshein de Canese).
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46 Lenka Zajícová
los clásicos del género se encuentran las recopilaciones de Juan Bautista Rivaro-
la Matto (Karai Réi oha’ãramo guare tuka’ẽ kañy/De cuando Karai Rey jugó a
las escondidas, 1980) y de Feliciano Acosta Alcaraz y Tadeo Zarratea (Ka’i reko-
vekue/La vida de Ca’i, publicado por primera vez en 1981 en Ñemitỹ, y Ka’i rem-
biasakue/Las aventuras de Ca’i) con Ka’i, el mono, protagonista popular de los
cuentos paraguayos. Otros recopiladores importantes serían Miguelángel Meza
(Perurima rapykuere/Los increíbles casos de Perurimá, 1984), Natalia Krivos-
hein de Canese, Félix de Guarania, etc.
Es el campo de la poesía el más cultivado por todos, con más tradición, más con-
cursos populares, más publicaciones en revistas literarias, etc. En 1981 se publica
una antología importante de Pedro Encina Ramos y Tatayyvá (Tatajyva), Las cien
mejores poesías en guaraní, pero esta época significa una verdadera renovación
de la poesía en guaraní, sobre todo gracias a la publicación de poemas y coleccio-
nes de autores como Carlos Martínez Gamba, Susy Delgado, Miguelángel Meza,
Feliciano Acosta, Rudi Torga, Mario Rubén Álvarez, Félix de Guarania, Ramón R.
Silva, Lino Trinidad Sanabria,35 etc. Zarratea (2007: 6) reconoce como inspirado-
ra de varios autores de esta generación poética a Ida Talavera, fundadora, en la
década de los 60, del estilo poético moderno. Es también el género que más se
cultiva en otras regiones guaraníticas, como señala, por ejemplo, la reciente anto-
logía de 20 poetas, casi todos argentinos (Rosa 2005).
A pesar de que Guasch ya en 1956 lanzó el llamamiento de “menos verso y más
prosa” (19967: 9), los textos de la narrativa en guaraní se pueden contar con los
dedos de la mano. Los primeros cuentos que no sean recolección o reelaboración
de cuentos populares, aparecen en la década de los 70 de mano de Carlos Martí-
nez Gamba (Zarratea 2007: 7). La primera novela escrita en guaraní es Kalaíto
Pombéro (Calixto el Pombero, 1981) de Tadeo Zarratea, pero sigue siendo un
intento solitario. Tampoco el teatro en guaraní encontró un sucesor digno de Julio
Correa.
También aparece una cantidad cada vez mayor de traducciones al guaraní. Al
principio se traducía solo del castellano: entre las primeras traducciones había
poemas sueltos de Gustavo Adolfo Bécquer –traducidos ya en 1900 por Silvano
Mosqueira (Cardozo 1959: 85)–, de Lope de Vega, los cuentos de hadas “Caperu-
cita roja” y “Hansel y Gretel”, traducidos por Erguisa (incluidos en Saguier
35 Uno de los cultivadores del guaraní más productivos y polifacéticos, que se ha dedicado no
solo a la poesía, a la traducción y a la edición de textos en guaraní (p. ej., 1991, 1995, 1996,
2005), sino también ha publicado varios diccionarios (p. ej., 1998c, 2002 [20042], 2005) y
ensayos lingüísticos (1998a, 1998b).
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36 Desde entonces han aparecido por lo menos dos traducciones más de esta obra, de Máximo
Ricardo Dacunda Díaz (1996) y de Félix de Guarania (2001) (Quevedo 2001: 354-356).
37 En el manual de Félix de Guarania (1992: 83-86) se presenta un interesante ejercicio en el que
se pide a los estudiantes comparar tres traducciones del episodio “El canario que vuela” de
Platero y yo, de Lino Trinidad Sanabria, de Tavaré Moreno y del mismo Félix de Guarania.
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48 Lenka Zajícová
El texto era fruto del trabajo de la Comisión de Expertos en Idioma Guaraní, ins-
tituida por la Convención Nacional Constituyente. La argumentación a favor de
estos dos artículos por parte del convencial Rubén Bareiro Saguier, grabada en
las actas de la Convención, parte de la idea del bilingüismo como un rasgo funda-
mental de Paraguay:
Cuando se dice que “el Paraguay es un país pluricultural y bilingüe” se está afirmando
una característica esencial de nuestro pueblo.
…desde el punto de vista etnolingüístico hay dos códigos generales de la población
total del país, que abarca todo el país. Eso no quiere decir que individualmente todos
los paraguayos seamos bilingües. No es eso lo que se da, sino desde el punto de vista
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38 “Diario de Sesiones no. 25, pág. 44. Convencional Rubén Bareiro Saguier” (Constitución
1992: 141).
39 “Diario de Sesiones no. 16, pág. 36. Convencional Rubén Bareiro Saguier” (Constitución
1992: 92).
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50 Lenka Zajícová
40 Agradezco a María Eva Mansfeld de Agüero la información proporcionada sobre este pro-
yecto.
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52 Lenka Zajícová
énfasis mucho mayor en las dos lenguas oficiales. En febrero de 2007 se llegó a
una propuesta consensuada entre estos dos organismos y el MEC, con la intención
de no poner en peligro la ley presentando al Congreso dos propuestas diferentes,
y de agilizar el proceso legislativo, pero esta propuesta final no se presentó al
Senado hasta septiembre de 2007. A pesar de un optimismo inicial sobre la posi-
bilidad de su adopción en el transcurso del año 2007, en abril de 2008 seguía
inerte en las diferentes comisiones del Congreso, y además se hizo público que la
primera propuesta de la CNB nunca fue retirada, como en principio se daba por
entendido (cf. Zajícová 2007). Así que la ley lingüística queda como un asunto
pendiente para la nueva administración, salida de las elecciones presidenciales de
abril de 2008.
La urgencia de una ley de políticas lingüísticas es obvia si se quieren solucionar
innumerables dificultades que encuentra la educación bilingüe y el proceso de la
estandarización del guaraní y de la normalización de su uso quince años después
del memorable artículo constitucional.
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1 Para el año 1793 Azara estima la población total de Paraguay en 97.480 personas, pero la
proporción de los “españoles” no cambia (1847: I,329-330 = 19433: 216-217).
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54 Lenka Zajícová
El bilingüismo paraguayo 55
2 Es posible encontrar excepciones: “La lengua guaraní es la lengua nacional por excelencia.
Es la que se habla por el solo hecho de haber nacido dentro de la geografía paraguaya. Es el
instrumento de comunicación de la gente culta o inculta, alfabeta o analfabeta” (Valdovinos
1945: 8, cit. en Rubin 1968: 21).
3 Sin querer entrar en un examen de la realidad del bilingüismo de los ejemplos citados, nos
permitimos dos notas aparte: la primera sobre los “checoeslovacos”, en cuyo caso más bien
se trata de un bilingüismo pasivo, facilitado por un estrecho parentesco entre estas dos len-
guas eslavas; la segunda se refiere a la gran diferencia entre los ejemplos citados y la situa-
ción paraguaya. En todos los casos mencionados hay una relación clara entre la etnia y la
lengua. Estos grupos hablan lenguas diferentes, porque se sienten también étnicamente
diferentes. En Paraguay no es así: el que habla guaraní no se siente étnicamente diferente
del que habla el castellano (quizá salvo en el caso de los descendientes de los inmigrantes
que todavía no han aprendido la lengua del país), sino más bien socialmente o culturalmen-
te diferente.
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56 Lenka Zajícová
nalists, school teachers, lawyers, doctors, professors, and cabinet ministers all
speak Guaraní just as fluently as Spanish.” Fogelquist, aparte de basarse en los
escritos de Moisés S. Bertoni y Juan de Bianchetti, tuvo la experiencia personal
de su estadía en Paraguay en 1946, donde presenció la bulliciosa actividad de los
intelectuales guaranófilos. En su apasionado artículo para Hispania, uno de los
primeros sobre el bilingüismo paraguayo en una publicación internacional, reco-
ge los lugares comunes sobre la dulzura y expresividad de la lengua guaraní y
hasta llega a afirmar: “Another explanation of its persistence may be found in the
structure and quality of the language itself”, lo que más tarde parece contradecir
con: “Like most primitive languages Guaraní is simple in its structure” (1950:
23-24). El mismo año en que se publica su artículo, en Paraguay se hace el pri-
mer censo nacional, cuyos resultados publicados más tarde señalan el bilingüis-
mo –en su sentido amplio– de la aproximadamente mitad de la población.
El primero que se lanza a discutir la idea de un bilingüismo generalizado en Para-
guay es José Pedro Rona. Rona (1966: 280) ve el origen de esta opinión, predo-
minante entre los paraguayos educados –y equivocada, según él–, en la larga tra-
dición de su desprecio hacia el guaraní como una lengua de “indios”. Rona (1966:
279) afirma que incluso en una ciudad como Encarnación, que se encuentra en la
frontera misma con Argentina, donde la influencia del castellano es mucha, tam-
bién por causa de una importante inmigración europea en la primera mitad del
siglo XX, encontró en su viaje en 1958 muchos monolingües en guaraní que tení-
an una actitud de desprecio y burla hacia el castellano.
Rona, que desde la Universidad de Montevideo tenía una visión mucho más cer-
cana de la situación lingüística de Paraguay que otros, niega en 1964 la existencia
de un bilingüismo nacional y habla sobre los paraguayos como una nación que
habla el guaraní. Sin embargo, a la vez reconoce que la mitad de la población,
como máximo, usa el castellano, lo que es, en cualquier caso, un bilingüismo
bastante extendido, si bien el uso de ambas lenguas es diferenciado funcional-
mente: “…there is no true or general bilingualism in Paraguay, but Spanish is
used, mostly for administrative and educational purposes, by no more than half
of this Guaraní-speaking nation” (Rona 1966: 293). En la discusión que seguía su
ponencia durante la famosa conferencia en Los Ángeles, Ferguson, no obstante,
afirmaba:
This situation in Paraguay seems to be a unique pattern of bilingualism on a national
scale in the world… [I]t has been a stable bilingualism for some centuries now and
doesn’t seem to be moving in either of the directions… (Ferguson 1966: 294).
El bilingüismo paraguayo 57
güismo con diglosia a nivel nacional (tb. en su manual de 1972 [Fishman 19954:
121]). El trabajo trascendental de Joan Rubin, National Bilingualism in Para-
guay, publicado en 1968, acuña el mito del bilingüismo nacional, aunque más
bien por su título que por su contenido, en el que ofrece una visión mucho más
diferenciadora del bilingüismo paraguayo.
Habiendo recibido este reconocimiento internacional, el bilingüismo vuelve a
Paraguay como un concepto cada vez más importante en la sociedad paraguaya:
“El Paraguay es país bilingue [sic], porque en serlo está su Historia y su destino
como auténtica familia de familias que poseen una tierra y un alma común”
(Rivas 1984: 29). No obstante, este hecho no aparece constatado solo en este tipo
de artículos, escritos a menudo con intenciones apologéticas contra la opinión de
aquella minoría paraguaya que sigue dando valor solo al castellano. Es observado
también por las investigaciones sociolingüísticas:
La creciente conciencia lingüística del valor cultural de poseer dos lenguas, uso más
extensivo del guaraní en dominios lingüísticos extrafamiliares y la peculiaridad del
fenómeno bilingüe nacional han contribuido al creciente orgullo e identidad de los
paraguayos con respecto a la lengua nativa… (Corvalán 1992: 22).
58 Lenka Zajícová
[¿Qué lengua usa o usaría con una señora vieja descalza?] Bueno, si se nota que es
bien paraguaya, se le habla en guaraní… (C-GIIaHS).
[¿Qué lengua usa o usaría haciendo el amor?] Depende si es con una española o una
paraguaya (E 324).
[¿Hay algún área del Paraguay donde no se conoce el guaraní?] …casi todas las partes
del Paraguay tiene que conocer, a no ser que sean personas extranjeras que habite
Paraguay, como los menonitas que di… le llaman. Sí, partes del Chaco así, pero son…
que son gente que no son paraguayos (C-GIaMS).
4 “Diario de Sesiones no. 25, pág. 44. Convencional Rubén Bareiro Saguier” (Constitución
1992: 141).
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El bilingüismo paraguayo 59
capaz de adquirir un estatus alto, y solo se justifica por la noción del bilingüismo,
como afirma Zuccolillo (2002: 207). Y viceversa, los sentimientos de inferiori-
dad y de desprecio hacia el guaraní se articulan en la relación con el bilingüismo:
“nuestro bilingüismo debe ser un orgullo para nosotros y no una deshonra”, inter-
viene el convencional Mario Morel Pintos en la Asamblea Constituyente (cit. en
Zuccolillo 2002: 129). Es el bilingüismo “lo que diferenciaría al pueblo paragua-
yo de sujetos de otras nacionalidades, y no solamente el guaraní”, concluye Zuc-
colillo (2002: 210). Las respuestas de nuestros informantes confirman que se
trata de una opinión arraigada:
En muy pocos paises existen que habla el bilingue (V 707).
…el Paraguay es el único país bilingüe en Suramérica (V 114).
…somos el único pais que tiene dos idiomas (V 712).
Por otra parte, también podemos encontrarnos con la opinión, ya menos frecuen-
te, que usa la argumentación contraria: como hay tantos países donde existen dos
o más lenguas oficiales, entonces es normal que también Paraguay sea bilingüe:
[La educación bilingüe] es muy importante porque la mayor parte de los países son
bilingue (C 726).
60 Lenka Zajícová
Algunas respuestas sugieren que ciertos hablantes quizá ven la mejor expresión
del carácter nacional “bilingüe” en la mezcla de las dos lenguas, no en el conoci-
miento de ambas; justamente esta mezcla es lo que se pretende erradicar con la
reforma educacional:
[¿Qué opina sobre la enseñanza bilingüe?] Creo que la enseñanza bilingue es muy
importante porque asi los niños y jóvenes van a ir conociendo lo q’ es la lengua bilin-
gue (E 665).
Es una lengua muy importante para nosotros y para nuestro país por que atraves de
eso podemos comunicarnos mejor con los demas (V 675).
Opino que el idioma bilingüe es muy importante para el Paraguay porque es el único
país sudamericano que tiene dos idiomas (V 182).
Yo opino que la enseñanza bilingue es de mucha importancia porque mediante este
idioma aprendemos a hablar y a escribir (V 644).
Opino que es importante conocer el bilingue para la riqueza del vocabulario (C 637).
La enseñanz[a] bilingue es muy lindo y es lo correcto hablar en bilingue como buenos
paraguayos (E 725).
Es imporante es la única forma que los niños empiecen a hablarlo el bilingüismo
(C 365).
Yo personalmente opino que es muy importante porque todos estamos acostumbrado
de utilizar el bilinguismo en mayor partes (E 455).
El bilingüismo paraguayo 61
Es decir, la ideología del bilingüismo nacional es una ideología de doble filo. Por
una parte, ayudó a promover el guaraní y a conseguirle el estatus oficial que pro-
bablemente no habría podido conseguir si esa promoción se hubiera hecho bajo
la bandera del guaraní solo, puesto que se habría encontrado con un rechazo
rotundo en algunos sectores de la población –probablemente las capas más
pudientes del país–, pero en la actualidad esa ideología puede ser más bien perju-
dicial para el guaraní, puesto que puede ser una forma oculta de expandir el cas-
tellano. En este contexto tampoco hay que olvidar el simple principio de la eco-
nomía lingüística, que también vale en las situaciones de bilingüismo: “A
self-sufficient bilingual community has no reason to remain bilingual, since a
closed community in which every-one is fluent in two languages could get along
just as well with one language” (Mackey 1968: 555).
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62 Lenka Zajícová
Nos parece oportuno terminar este apartado adelantando un resultado que hemos
obtenido en una parte de la muestra de la encuesta escrita, a la que vamos a dedi-
carnos en los capítulos respectivos. Con la pregunta “¿Le gustaría que el guaraní
fuera la única lengua en el Paraguay?” hemos querido averiguar qué aceptación
tiene la idea del Paraguay-país monolingüe guaraní entre nuestros informantes,
es decir, si la opinión de “emocionalmente nos gustaría a todos los paraguayos
ser monolingües guaraníticos” (Rivas 1984: 29) tiene alguna resonancia. Es inte-
resante que un alto 30% aprobó la idea del Paraguay monolingüe, aunque la
mayoría estaba, por supuesto, en contra.
GRÁFICO 1
¿Guaraní-lengua única?, encuesta escrita. Guairá
El bilingüismo paraguayo 63
“¿en qué lengua suelen comunicarse las personas de este hogar?”– no siempre
fue igual, pero, como una aproximación, estos datos ciertamente sirven. En cuan-
to a la discusión metodológica, remitimos a numerosos estudios anteriores (v.
esp. Russinovich Solé [2001] para los censos 1950-1982 y Gynan [20032] para el
de 1992), mientras nosotros vamos a dedicarnos solo a la descripción más deta-
llada del último Censo 2002, que todavía no ha sido tratado con tanta frecuencia.
Como se puede apreciar en la Tabla 1, hasta el año 1992 inclusive estos datos,
efectivamente, parecen comprobar la situación de un bilingüismo estable. Apare-
ce, sobre todo, esa mitad de la población que confiesa utilizar ambas lenguas para
la comunicación diaria. Igualmente no hay mucho cambio en los porcentajes res-
pectivos de cada una de las lenguas.
Sin embargo, a la hora de querer comparar estos resultados con los más actua-
les, nos encontramos ante un problema metodológico. El Censo 2002 investigó
la parte lingüística con dos preguntas: “¿Para hablar entre sí las personas de este
hogar utilizan habitualmente el…” (Capítulo C. Datos del Hogar, q. 22) y “¿Qué
idiomas o lenguas habla?” (Capítulo F. Para personas de 5 años y más de edad,
Datos de la Población, q. 16) ( DGEEC 2002b: 30). A diferencia de cualquier
censo anterior, en la primera pregunta no se admitió la posibilidad de responder
“guaraní y castellano”, sino que el cabeza de familia tuvo que elegir solo una
alternativa. En la segunda pregunta las personas ya podían responder con más
alternativas.
Pese a la conveniencia de evitar la categoría algo confusa del uso “bilingüe” en el
hogar (a pesar de ser probablemente la más conforme a la realidad lingüística), el
nuevo método hace los datos del último censo prácticamente incomparables a los
de los censos anteriores. Sin embargo, aunque es difícil interpretar datos tan dis-
pares, el hecho de que aquel 49,6% del uso bilingüe del censo anterior, más el
0,9% que bajó el uso de otras lenguas, no se repartieron igualmente entre el cas-
tellano y guaraní, indica que es el castellano el que está ganando el terreno, pues-
to que la mayor parte de este grupo afirmó el uso mayor del castellano, que sube
un 27,6%, mientras que el guaraní lo hace solo un 22,9%.
Para el tema del bilingüismo son, sin embargo, más interesantes los resultados de
la segunda pregunta, cuya parte principal viene recogida en la Tabla 2.
Según estos datos 3.946.904 personas de 5 años y más de edad, un 86,6 % de la
población, hablan guaraní, y 3.170.812 personas, un 69,6 %, hablan castellano.
Este número llama la atención, puesto que si comparamos los porcentajes de los
“usuarios habituales” del castellano a lo largo de los censos –como se puede apre-
ciar en la Tabla 3–, mientras que entre 1962 y 1992 se mantiene más o menos
igual, alrededor de un 55%, en el último censo sube un 13,5%. Eso podría inter-
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 64
64 Lenka Zajícová
TABLA 1
Hablantes según la lengua hablada habitualmente en el hogar
en los Censos de Población y Vivienda
19506 37,3 414.012 4,3 48.474 57,0 633.151 1,4 15.155 1.110.792
19627 43,1 648.884 4,1 61.570 50,6 761.137 2,2 33.165 1.504.756
19828 40,1 1.029.786 6,5 166.441 48,6 1.247.742 4,8 121.881 2.565.850
19929 38,4 1.345.513 6,5 227.204 49,6 1.736.342 5,5 194.591 3.503.650
200212 27,8 1.268.095 11,0 503.120 58,2 2.650.059 3,0 134.623 4.555.897
El bilingüismo paraguayo 65
TABLA 2
Población de 5 años y más de edad según idioma/s que hablan, Censo 200213
pretarse como otro indicio de la expansión del conocimiento del castellano, aun-
que otra vez tenemos que advertir sobre la disparidad de las preguntas.
TABLA 3
Comparación de los porcentajes de los hablantes de 5 años y más
según los censos nacionales14
car el número de hogares por el promedio de personas por hogar en cada categoría (guaraní
4,8, castellano 4,4, otro 4,7). Las diferencias del número total de la población fueron causa-
das por el inevitable redondeo y difieren en un 0,9%.
11 Ibid. Los números en esta línea se refieren al número de hogares, no hablantes.
12 La categoría “guaraní+castellano” en esta fila incluye a las personas que a la pregunta
“¿Qué idiomas o lenguas habla?” indicaron el guaraní y el castellano como las primeras dos
respuestas. En la categoría “guaraní” están todos los que indicaron el guaraní como la pri-
mera respuesta, menos los de la categoría “guaraní+castellano”, y viceversa en la categoría
“castellano” (DGEEC 2007).
13 “Cuadro P09: Paraguay: Población de 5 años y más de edad por área urbana-rural y sexo,
según idioma/s que hablan las personas, 2002” (DGEEC 2004a: 123).
14 Como en los censos anteriores al de 2002 no se preguntaba por la competencia lingüística,
los porcentajes fueron obtenidos sumando los hablantes “habituales” de cada una de las
lenguas más los del uso bilingüe.
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Por otra parte, se puede observar una tendencia contraria en el conocimiento del
guaraní, que está bajando muy lenta, pero sostenidamente. Sin embargo, hay que
señalar que el aumento del castellano no significa la disminución del mismo por-
centaje del guaraní, lo que indicaría más bien el crecimiento del bilingüismo que
la simple sustitución del guaraní por el castellano. Eso, efectivamente, viene con-
firmado por el número de personas que declaran hablar ambas lenguas oficiales:
2.655.423 personas, un 58,3%. Otra vez se trata de un aumento considerable des-
pués de 40 años de estabilidad en cuanto al porcentaje de los “usuarios” bilin-
gües: alrededor de un 50% en los censos anteriores.
Sin embargo, hay que advertir que las cifras de la Tabla 2, que reproducen los
datos publicados por la DGEEC (2004a: 123), se refieren también a los hablantes
que indicaron el conocimiento de diferentes lenguas como tercera, cuarta o quin-
ta respuesta. Para tener una idea más precisa sobre sus conocimientos lingüísti-
cos, tenemos que centrarnos en los datos sobre las lenguas que fueron indicadas
como primera opción, que aparecen en la siguiente tabla:
TABLA 4
Población de 5 años y más de edad según idioma/s que hablan:
Respuesta 1 (DGEEC 2007)
Los datos confirman la posición predominante del guaraní, que es la lengua indi-
cada como primera respuesta por un 85,9% de la población de 5 años y más,
mientras que el castellano lo es solo por un 11,1%.
Para hacernos una idea sobre el bilingüismo paraguayo son igualmente importan-
tes los datos sobre la segunda respuesta, en especial en los grupos con guaraní o
castellano como primera opción, como se puede apreciar en las Tablas 5 y 6.
Los datos, por una parte, confirman el alto porcentaje de guaranihablantes con el
castellano como segunda opción, un 58,1% de la población de 5 años y más, y
también un elevado porcentaje de los que no indicaron ninguna otra lengua, un
27,6%, o sea, de monolingües en guaraní. Aún más llamativos son, en nuestra
opinión, los resultados en el segundo grupo, el de castellanohablantes. Allí el
guaraní aparece como segunda opción en el cuarto lugar, solo después del portu-
gués, inglés y alemán, con un ínfimo número de personas que ni siquiera llega al
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El bilingüismo paraguayo 67
TABLA 5
Personas con Guaraní como Respuesta 1 según idioma que hablan como
Respuesta 2 (DGEEC 2007)
TABLA 6
Personas con Castellano como Respuesta 1 según idioma que hablan como
Respuesta 2 (DGEEC 2007)
uno por mil (de hecho un 0,67 ‰). Los que no indicaron ninguna otra lengua, o
sea los monolingües en castellano, alcanzan un 8,2%.
Las tablas merecen todavía un comentario: la gran diferencia entre el número
relativamente alto del conocimiento del portugués en la Tabla 2 (el 7,2% de la
población de 5 años y más) y los números relativamente bajos en las Tablas 4-6
se debe a que el portugués es sobre todo lengua de tercera opción, como efectiva-
mente respondieron 188.269 personas, un 4,1% de la población de 5 años y más
(DGEEC 2007). Algo parecido ocurre, por supuesto, con el inglés (allí incluso con
un número considerable en la cuarta opción).
A pesar de poder obtener solo conclusiones aproximativas, parece que todos estos
datos señalan un mayor conocimiento activo del castellano, una subida de un
13,5% en comparación con el año 1992, y una mínima bajada del conocimiento
activo del guaraní, de un 1,4%. La diferencia se debe, en su mayor parte, al
aumento de la cantidad de personas que se declaran bilingües. Es decir, estos por-
centajes no indican un simple desplazamiento del guaraní por el castellano, sino
un crecimiento del bilingüismo gracias al crecimiento del conocimiento del cas-
tellano por parte de la población anteriormente monolingüe en guaraní –lo que,
por otra parte, puede ser solo la fase intermedia del desplazamiento–. Y vicever-
sa, estos porcentajes parecen insinuar que la población castellanohablante no
aprende nada más guaraní que antes, como señala el porcentaje ínfimo de los que
dieron el guaraní como segunda respuesta.
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Hay todavía una diferencia entre los porcentajes presentados que llama la aten-
ción: el porcentaje total de los que hablan guaraní, 86,6%, y el porcentaje de los
que utilizan el guaraní para la comunicación habitual en el hogar, el 61,3% (o el
59,0% de los hogares). Esta diferencia de más de un cuarto de la población es
considerable, pero como no tenemos datos comparables de los censos anteriores,
es imposible saber si hay algún cambio en esta proporción. Esta diferencia puede
tener básicamente dos motivos: o bien el porcentaje de los que aprenden el guara-
ní como segunda lengua en vez de lengua materna es más alto de lo que parecen
indicar los datos que acabamos de comentar, o bien hay un sector considerable de
bilingües con guaraní como primera lengua que ahora prefieren comunicarse en
su hogar en castellano.
Ya para concluir este apartado dedicado a los resultados del último censo quere-
mos, no obstante, resaltar lo que consideramos lo más importante: la cantidad de
hogares donde se prefiere la comunicación en guaraní es casi doble a la del caste-
llano y alcanza casi un 60%, o sea, el guaraní sigue siendo la lengua mayoritaria-
mente preferida para la comunicación familiar, y por eso la lengua materna de la
mayoría de la población.
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diferencia entre un guaraní puro y un habla mezclada: por una parte, habían estu-
diado el guaraní recogido en las obras de Montoya (1639, 1640a, 1640b), sea en
su versión original, sea en la edición renovada de Paulo Restivo (1722, 1724);
por otra parte, habían conocido el guaraní de los indígenas de las misiones. Como
señala Melià (1974a: 58-59), ya José Cardiel (1758/1900: 392-393) habla sobre
“jerigonza”, “lengua corrupta”, “lengua adulterada”, “lenguaje desconcertado”,
“algarabía”, “un agregado de solecismos y barbarismos de la lengua guaraní y
guaraní con castellano” al referirse a la forma de hablar de los habitantes de la
provincia de Paraguay. Otro misionero de la época, Martín Dobrizhoffer, anota
en 1783 sobre los habitantes de Asunción: “Todo el vulgo, aún las mujeres de
rango, niños y niñas, hablan el guaraní como su lengua natal, aunque los más
también hablan bastante bien el español. A decir la verdad, mezclan ambas len-
guas y no entienden bien ninguna” (1967: I,149). Dobrizhoffer denomina su
forma de hablar la “tercera lengua” (1967: I,150). En el ejemplo que aduce Car-
diel (1758/1900: 393), quizá exagerando un poco –como piensa Thun (2006:
384)–, se pueden ver algunos rasgos frecuentes en el guaraní coloquial hasta hoy,
como, por ejemplo, los afijos guaraníes con las raíces verbales castellanas:
“Neipe cumplí que los mandamientos de la ley de Dios, porque pecumplí ei ramo,
peñe condenane a los infiernos.”
En 1827, Alcide d’Orbigny, al describir el guaraní de Corrientes, también obser-
va: “La lengua guaraní ha sido modificada por la introducción de muchas pala-
bras corrompidas y se parece poco al guaraní puro, que nos han transmitido los
diccionarios” (20022: I,381), y, además, menciona un detalle de su visita al pue-
blo de Itatí, antigua misión franciscana y jesuítica, sobre el uso alternante de
ambas lenguas, al presenciar durante la fiesta de San Francisco que un indio
“apostrofaba a los invitados con bromas, dichas casi siempre en una mezcla de
guaraní y castellano, o en uno solo de estos dos idiomas” (Orbigny 20022: I,210).
También Félix de Azara, aunque no se fija en la mezcla, afirma el carácter un
tanto diferente del guaraní hablado por los “españoles” de Paraguay –es decir, los
criollos y mestizos e incluso indígenas que se habían integrado en la sociedad
colonial–: “Aunque casi todos hablan castellano por lo común usan guaraní, algo
distinto del de los guaraní y tapé” (1790/1900: 161).
Todos estos comentarios indican que el guaraní hablado por los habitantes de la
provincia “civil”, el futuro guaraní paraguayo, ya en la época colonial tenía un
carácter propio en comparación con el guaraní “misionero”, y que era lo sufi-
cientemente diferente para que fuera notado y considerado como tal, e incluso
no entendido en su totalidad. En este sentido los habitantes de la provincia
“civil” realmente hablaban una lengua nueva, una tercera lengua, diferente del
guaraní indígena, con una cantidad de elementos castellanos mucho mayor, sea
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2. ¿Qué es el yopará?
En la literatura especializada y menos especializada se discute mucho el carácter
del fenómeno yopará, desde si se trata de “hablar con dos lenguas al mismo tiem-
po” (Dietrich 2009: v),2 es decir, si es un fenómeno a nivel de habla, “un uso
indistinto del guaraní y español, al que se ha denominado lengua” en palabras de
1 “He utilizado como herramienta el ‘Jopara’, lenguaje éste que cuestiona contínuamente su
propia gramática. Está implícita la intención, en primer término, de denunciar el drama de
una realidad social y contribuir a elevar el ‘Jopara’ a nivel literario, y es al mismo tiempo
un tímido aporte para la comprensión del bilingüismo paraguayo” (Ayala de Michelagnoli
1989: [VI]). Cf. tb. Lustig 1996b: 20; Lustig 2004.
2 Esto supondría la coexistencia de dos sistemas lingüísticos en el hablante cuyo conocimien-
to es, sin embargo, a menudo incompleto, así que se ve obligado a estar supliendo continua-
mente lo que le falta en una lengua con los medios de la otra. Esto vale tanto a nivel del
léxico como a nivel gramatical.
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74 Lenka Zajícová
Hay una contradicción en estas dos definiciones del yopará: ¿es el resultado de
una adquisición imperfecta de la segunda lengua, o el resultado del conocimiento
más bien perfecto de ambas, de la “extrema familiarización”? El segundo caso
apuntaría más bien hacia la alternancia de lenguas,4 que, efectivamente, se da
sobre todo en los hablantes equilibradamente bilingües, como han comprobado
los clásicos estudios de Shana Poplack (1980) sobre el habla de los puertorrique-
ños en Nueva York.
También la descripción de Fasoli-Wörmann de hecho encierra dos perspectivas.
Desde la primera, como el resultado de la adquisición imperfecta, el yopará sería
una especie de interlengua. Tal como se suele definir, como un “estado interme-
dio entre el código de la lengua materna y el de una segunda lengua que se carac-
teriza por su inestabilidad” (Moreno Fernández 1998: 350), parece que, efectiva-
mente, capta bien el yopará en su carácter de inestable; sin embargo, este
concepto en este contexto crea ciertos problemas. Por una parte, interlengua es
más bien un “estado” de habla y “hay dificultades para considerarlo como un
auténtico sistema lingüístico” (Moreno Fernández 1998: 327); sin embargo, al
considerarlo a la vez una variedad diastrática baja, Fasoli-Wörmann justamente
le concede cierta sistematicidad. Por otra parte, si se define como el resultado de
la adquisición imperfecta del castellano, ¿no debería tratarse más bien de un cas-
tellano con innumerables interferencias del guaraní? No obstante, Fasoli-Wör-
mann (2002: 64; trad. nuestra) más adelante reconoce que “jopara es … una
forma mixta, que se basa en la estructura morfosintáctica del guaraní, pero no es
una lengua, sino una variedad diastrática”. Es decir, se trataría más bien de un
sociolecto del guaraní que de una interlengua resultante del aprendizaje incom-
pleto del castellano.
Por otra parte, si ya quisiéramos manejar la interpretación del yopará como el
resultado de la adquisición imperfecta de una lengua, cabe preguntarnos si no
4 Utilizamos los términos alternancia de lenguas (o códigos) y cambio de código como sinó-
nimos, a pesar de que algunos autores (p. ej. Thomason 2001: 131-139) los distinguen: en
ese caso, el cambio de código (code-switching) sería el uso del material de dos (o más) len-
guas diferentes por un hablante (bilingüe) en la misma conversación, mientras que la alter-
nancia de códigos (code alternation) sería el uso de lenguas diferentes por un hablante
(bilingüe) en situaciones diferentes. También entendemos como un tipo de cambio de códi-
go el cambio intraoracional, para el que algunos autores utilizan el término mezcla de códi-
gos (code-mixing), restringiendo el cambio de código sólo a casos en que se alternan estruc-
turas oracionales enteras –así lo utiliza en el contexto del análisis del guaraní p. ej. Thun
(2006: 361; cf. tb. 2005)–.
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sería posible explicarlo también como el resultado del aprendizaje imperfecto del
guaraní por parte de los castellanohablantes. El hecho de que sea un fenómeno
tan frecuentemente observado en Asunción, el lugar mayoritariamente castella-
nohablante,5 posibilita también esta interpretación. Estas circunstancias cierta-
mente se dan en el caso de la siguiente informante nuestra:
No hablo tanto [guaraní] porq’ los primeros me prohibieron pero me encanta todo lo q’
guarani ahora hablo el yopara en cualquier lugar (E 717).
5 El ambiente lingüístico de la capital será tratado con más detalle en el apdo. “4. Variable
social: residencia” del cap. VI.
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tienen como resultado que hablar mezclando es la forma más común de expre-
sarse.
Y ya para concluir esta parte de reflexión sobre el yopará como resultado de la
adquisición imperfecta del castellano, creemos interesante mencionar que, según
Thomason (2001: 74-76), el aprendizaje imperfecto es el factor decisivo para el
tipo del resultado del contacto lingüístico, y, como tal, tiene el papel primordial
en la formación de las lenguas pidgin y criollas, lo que también fue, como hemos
visto, una de las interpretaciones propuestas para el yopará: una naciente lengua
criolla. La pidginización, o sea, la simplificación lingüística y funcional, sería
una fase natural en el aprendizaje de una segunda lengua, que persiste si prevale-
ce el distanciamiento social y psicológico (Schumann 1978: 114-115), es decir, si
falta la oportunidad y la motivación para aprender completa la segunda lengua
(Thomason/Kaufman 1988: 152). En este sentido, los pidgin y los criollos serían
“manifestaciones del aprendizaje imperfecto de segundas lenguas o de las fosili-
zaciones y simplificaciones habituales en un proceso de adquisición” (Moreno
Fernández 1998: 281). Es decir, aquí vuelve por otro camino la noción del yopa-
rá como una posible lengua criolla, la idea que, por cierto, Fasoli-Wörmann
rechaza (2002: 67). Vamos a volver a este tema más adelante.
En los apartados anteriores –y vamos a dedicarnos a este tema con más detalle
aún en el apartado siguiente–, al aducir la diversidad de formas y significados
que se le dan al yopará, hemos querido señalar que, en el caso del yopará, es jus-
tamente difícil hablar de homogeneidad alguna. Tampoco hay un consenso de la
comunidad de que se trate de una variedad diastrática baja. La forma de hablar
mezclando, por más que sea rechazada a nivel de creencias, a nivel de uso es una
forma de comunicación corriente, en algunas situaciones hasta preferida, y eso
por todos los estratos sociales. El habla mezclada se puede escuchar en los
medios de comunicación utilizada por locutores que ciertamente no pertenecen al
estrato bajo, o incluso en boca del presidente de la República. La valoración des-
pectiva que a menudo se puede escuchar sobre el yopará no se basa en factores de
índole social y en la falta de prestigio definido diastráticamente, sino que se debe
al exaltado sentido de purismo causado por la situación de contacto lingüístico,
algo muy natural y observado frecuentemente. Está motivado por el mero hecho
de que el simple conocimiento de ambas lenguas otorga a los hablantes una
mayor capacidad de identificar los elementos de la otra lengua. Lo mismo comen-
taba ya Jakobson al referirse al purismo checo en la situación del contacto con el
alemán:
La intelectualidad checa del siglo XIX era bilingüe, escribía en alemán con casi igual
facilidad que en checo, mientras que en la generación joven actual no queda ningún
rastro de esa situación. … Tal disminución del conocimiento del alemán en la intelec-
tualidad checa es un vehemente impulso para que los germanismos que se hayan con-
servado en el uso culto tomen carta de naturaleza auténtica. Bien dijo Fr. Vymazal:
“cuanto menos aprendamos el alemán, tanto más germanismos habrá”, puesto que ya
no se van a sentir como germanismos y se quedarán como germanismos solo desde el
punto de vista histórico (Jakobson 1932: 96-97, trad. nuestra).
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ma, una realidad psicológica, y norma, una instancia de conducta verbal”, como
señala Gynan (20032: 133).
Consideramos pertinente añadir, sin embargo, que la mayoría de los hablantes
identifican estos enunciados –aquellos construidos a partir del guaraní– como
yopará solo cuando se les pide una opinión reflexionada sobre ellos y tienen que
emitir este tipo de juicios metalingüísticos. Sin tener que valorar su forma de
hablar, suelen identificarse a sí mismos espontáneamente como hablantes de gua-
raní, no de yopará, a pesar de hablar en enunciados que después mayoritariamen-
te clasificarían como yopará.
82 Lenka Zajícová
nos ayudan a distinguir unívocamente los casos cercanos a los extremos, como,
por ejemplo, la presencia del elemento ajeno en el habla de los monolingües, su
adaptación estructural, su alta frecuencia, su carácter de morfema ligado –todos
estos rasgos apuntan hacia la interferencia– (Thomason 2001: 133-135), siempre
nos quedará una cantidad de ejemplos del área fronteriza, abiertos a interpreta-
ciones diferentes. Además, la separación de los dos tipos se complica con el
hecho de que en la misma conversación suelen convivir fenómenos de ambos
extremos, tanto el cambio de código como interferencias permanentes. Auer
(1998: 16-21) ofrece un análisis sugestivo del paso del cambio de código al códi-
go mixto según la perspectiva de los participantes de la conversación: en el pri-
mer caso, la alternancia misma como elección lingüística es, para los participan-
tes de la conversación, portadora de significado, es decir, es funcional, y los
elementos que alternan son sustituibles. En el segundo caso ya no se puede hablar
de la alternancia como portadora de significado y se ha producido la especializa-
ción de las funciones y del significado de elementos originalmente equivalentes,
y el hablante ya no dispone libremente de los equivalentes. El paso del cambio de
código al código mixto significaría, entonces, el estrechamiento y agotamiento
de opciones (Maschler 1998: 137).
Dadas estas posibilidades conceptuales, vamos a examinar las diferentes posibili-
dades que engloba el vocablo yopará. El yopará fue caracterizado a veces como
un continuum lingüístico, pensando sobre todo en la proporción de ambas len-
guas, determinada tanto por la competencia lingüística de los hablantes como por
los factores surgidos de la situación comunicativa. Como ya hemos mencionado,
para un hablante el yopará puede ser un discurso en guaraní muy puro con unos
cuantos hispanismos plenamente integrados; para otro un discurso básicamente
en castellano con algunos elementos guaraníes. Algunos, queriendo hacer una
distinción más precisa, utilizan denominaciones guaraní yopará y castellano
yopará, atendiendo a la proporción de cada una de las lenguas y al sistema a par-
tir del que se construye. Sin embargo, creemos que hay que considerar también el
hecho de que la palabra yopará puede designar un continuum en cuanto al tipo de
fenómenos causados por el contacto.
cosas nuevas y que han sido incorporados con su forma y significado, como prés-
tamos que han pasado por un cambio semántico sustancial, igual que préstamos
que en el uso han sustituido palabras autóctonas, incluso del vocabulario básico
(cf. Zajícová 2005a). En este guaraní hay también todo tipo de calcos (v. esp.
Morínigo 1990: 89-99; cf. Thun 2008), hay cambios fonéticos y fonológicos, y a
nivel gramatical se ha producido toda una serie de interferencias, como la pérdida
de parte de la morfología verbal, las transferencias de las estructuras castellanas,
etc. (v. esp. Morínigo 1990: 100-119; Gregores/Suárez 1967; Dietrich 2001,
2004; Kallfell 2006; Gómez Rendón 2007).
Como varios de estos cambios se podrían considerar sistémicos, siendo el resul-
tado de la convergencia de ambos sistemas, estamos, efectivamente, ante un sis-
tema que es diferente de la estructura del guaraní precolombino, un sistema que
está hasta cierto punto mezclado, o sea, “yopará”. La cuestión es si es posible
considerar este guaraní actualmente hablado un sistema lingüístico nuevo, o sea,
una lengua nueva. Para responderla, podemos aplicar o bien el criterio dialectoló-
gico, o bien el sociolingüístico.
La regla de oro de la dialectología es el principio de la comprensibilidad mutua.
En el eje diacrónico esto es a veces complicado de averiguar, al no contar con
muchos testimonios de cómo eran los estados anteriores en la evolución de una
lengua. Este es también el caso del guaraní: carecemos de vestigios de cómo era
el guaraní antes de la colonia, y sobre todo el guaraní que probablemente formó
la base del guaraní actual, el guaraní de los carios. El guaraní moderno cierta-
mente es bastante diferente del llamado guaraní “clásico”, “jesuítico”, que era
más cercano al guaraní indígena original y del que sí tenemos muchos monumen-
tos, que para los hablantes actuales no son del todo comprensibles, pero en la for-
mación de este guaraní probablemente tuvieron más influencia lenguas (o dialec-
tos) de otros grupos guaraníes, y la relación entre el guaraní clásico y el guaraní
actual tampoco es directa. Es interesante que la incomprensibilidad del guaraní
misionero para los hablantes de la provincia “civil” viene atestiguada ya para
mediados del siglo XVIII, y que, según Cardiel, se debe justamente al hecho de
que su guaraní está mezclado con el castellano –ya hemos visto a Dobrizhoffer
comentar lo mismo–:
Después de dos años que hace que el Ejército trata con los indios, ya muchos de los
que entendían tan mal el lenguaje, lo entienden mejor.
El lenguaje ó gerigonza que á los principios sabían no es otra cosa que un agregado de
solecismos y barbarismos de la lengua guaraní y guaraní con castellano, como se usa
en toda la gobernación del Paraguay y en la jurisdicción de las Corrientes. … Yo he
estado tres años en el Paraguay, haciendo misión en la ciudad (que no hay más que
una); en dos villas que tiene, llamadas Curuguatí y Villarrica; y en las poblaciones
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campenses, y algún tiempo en las Corrientes; y me fué necesario aprender esta tan
adulterada lengua para darme á entender, porque la propia guaraní no la entendían, y
menos el castellano; y así les predicaba en su desconcertado lenguaje (Cardiel
1758/1900: 392-393).
La otra cuestión crucial es si a partir de este guaraní paraguayo, que sigue siendo
guaraní a pesar de las innumerables influencias del castellano, se construye toda-
vía otra realidad lingüística, otro sistema diferente, el yopará propiamente dicho,
que no podría considerarse ni la variedad del guaraní, ni del castellano, sino que
sería o bien una nueva lengua “criolla”, o bien una nueva lengua “mixta”, surgida
de la mezcla extrema entre el guaraní y el castellano. Vamos a empezar con el
examen de la primera posibilidad.
Se han identificado dos posibles mecanismos del surgimiento de las lenguas crio-
llas: el proceso de nativización de una lengua pidgin –o sea, cuando un pidgin
adquiere hablantes nativos–, y la aparición de una lengua criolla sin el paso por el
estado pidgin, lo que Thomason y Kaufman (1988: 147-166) llamaron “criolliza-
ción abrupta”. Es decir, para examinar los orígenes de una lengua criolla, es útil
conocer primero las condiciones que deben darse para que surja un pidgin.
Mühlhäusler (1996: 642) enumera las siguientes: el deseo de la distancia socio-
cultural, muchas lenguas en contacto –la lengua dominante simplificada se utiliza
como lengua franca, sin la posibilidad de aprenderla bien–, falta de similitudes
tipológicas, y una área extensa de uso. Romaine (1996: 199) advierte de la rela-
ción con el comercio de esclavos en el caso de los criollos atlánticos, y con las
plantaciones con trabajadores reclutados en el caso del Pacífico, es decir, con las
situaciones típicamente coloniales. Como ya hemos visto, Thomason (2001: 158)
enfatiza el papel del aprendizaje imperfecto en la formación de estas lenguas,
causado principalmente por falta de oportunidad y motivación (Thomason/Kauf-
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man 1988: 152). Resumiendo, en su conjunto las lenguas criollas son un concep-
to definido más histórica, social y culturalmente que lingüísticamente, porque
desde el punto de vista puramente lingüístico los rasgos que se dan en una lengua
criolla se pueden hallar también en la evolución de cualquier otra lengua en con-
tacto. “No hay ni un solo rasgo gramatical de estas lenguas que no aparezca tam-
bién en los idiomas que no se consideran criollos”, afirma Moreno Cabrera
(2000: 249). Por eso también es posible encontrar lenguas, entre las que no son
consideradas criollas, “que exhiben un mayor grado de simplicidad y mezcolanza
que muchos auténticos criollos” (Moreno Fernández 1998: 279).
La mayor diferencia es, pues, sociohistórica: las lenguas criollas no habrían sur-
gido si en un determinado momento histórico no se hubiera dado la expansión
colonial de algunas naciones europeas, y si sus respectivas lenguas no hubieran
entrado en contacto con lenguas de otra manera insalvablemente distantes en el
espacio, bajo unas circunstancias sociales muy específicas, en un contexto de
“comunicación forzada en una situación lingüística de emergencia sin preocupar-
se de la exigencia del purismo de decidirse entre el hablar una u otra lengua y no
dos a la vez” (Zimmermann 2006: 130).
No obstante, no sería correcto descartar por completo en la descripción de los
criollos las características lingüísticas. Ciertamente en todos los criollos es posi-
ble observar tal grado de mezcolanza que es imposible ver estas lenguas como
descendientes directos de una de las lenguas madres –como formas cambiadas de
estas lenguas–, es decir, es imposible trazar una línea clara de parentesco genéti-
co, resaltan Thomason y Kaufman (1988: 152). La ruptura en su transmisión a
menudo causa diferencias sustanciales y una discontinuidad en lo que sería la
evolución normal de su gramática. Los criollos, a pesar de sus numerosas dife-
rencias e inevitables excepciones, suelen coincidir también en que su léxico en
mayor parte procede de la lengua prestigiosa, lexificadora –Romaine (1996: 215)
propone al menos un 80%– y su gramática es un compromiso entre las gramáti-
cas de ambas lenguas, habitualmente conservando rasgos no marcados y fáciles
de aprender y eliminando los difíciles y marcados (Thomason 2001: 159-160).
En el guaraní hablado ciertamente se pueden detectar algunos rasgos comunes
con las lenguas criollas: la simplificación de la gramática, su convergencia hacia
la gramática castellana, el alto porcentaje de lexemas castellanos, un alto grado
de mezcla en general, etc. Pero las diferencias son mucho mayores. Seguramente
en su formación no se dio ninguna de las condiciones sociohistóricas propias del
surgimiento de los criollos, como el deseo del distanciamiento sociocultural –en
realidad, sucedió todo lo contrario–; no hubo restricciones de comunicación ni
impedimentos sociales para el aprendizaje de la otra lengua; en el contacto entra-
ron solo dos lenguas; tempranamente se formó un grupo de bilingües, suficiente-
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 86
86 Lenka Zajícová
verbales algonquinas (cree) en el michif, las desinencias verbales rusas sobre los
verbos aleutas en el aleuta de la Isla de Cobre (mednyj), etc. Volvemos a lo que
ya hemos dicho en el apartado anterior: considerar el guaraní coloquial como el
resultado de una evolución natural, aun con numerosos cambios inducidos por el
prolongado y asiduo contacto con la lengua prestigiosa, nos parece una solución
más acertada que considerarlo como el resultado de una mezcla extrema, no des-
cendiendo directamente de ninguna lengua madre.
De nuevo tenemos que preguntarnos si, aparte del guaraní coloquial, no existe
otra variedad lingüística que pueda considerarse lengua mixta. Thomason (2001:
198) señala que las lenguas mixtas suelen cumplir una de las siguientes funcio-
nes: símbolo de identidad de un grupo étnico o subétnico –que de esta manera
puede acentuar su origen “mestizo”– en una comunidad de hablantes más amplia;
o código que sirve para mantener la conversación de los miembros del grupo en
secreto frente a otros grupos. En el Paraguay moderno, no vemos ningún grupo,
ni étnico, ni social, con el deseo o la necesidad de crear una lengua identificadora
o secreta del grupo. Quizá el único grupo que pueda considerarse en este contex-
to sean aquellos migrantes recientes de las áreas rurales –que justamente fueron
señalados como principales usuarios del yopará por Corvalán (1992: 20) y Faso-
li-Wörmann (2002: 60)–, pero en su caso no vemos la cohesión necesaria ni el
deseo manifiesto de autoidentificación y diferenciación lingüística frente a otros
pobladores de Asunción, hablantes del castellano o del guaraní o de ambos, más
bien todo lo contrario.10 Pero sobre todo no vemos que usen una variedad lingüís-
tica lo suficientemente establecida y cristalizada como para que se pueda consi-
derar una variedad diferente del guaraní coloquial.
Para que surja una lengua pidgin, una lengua criolla o una lengua mixta, tiene
que cumplirse una condición más: tiene que haberse perdido la conciencia de la
norma de las dos lenguas y aceptarse la nueva norma “mezclada”. En eso ayuda,
por ejemplo, la separación física de las comunidades lingüísticas de origen, cuyo
papel para la estabilización del pidgin señaló Mühlhäusler (1996: 643). Desde
aumento del porcentaje de las raíces verbales castellanas conforme baja la edad del hablan-
te: mientras que su informante de 96 años utilizó un 17% de las raíces verbales de origen
castellano, los informantes de 40 y 35 años, un 32% y un 35%, respectivamente. Sería inte-
resante investigar sobre una muestra representativa de hablantes si se trata de una tendencia
general.
10 Es posible que el deseo de diferenciarse pudiera haber tenido alguna influencia en la época
colonial en la formación del guaraní paraguayo, donde la sociedad mestiza podía querer
distinguirse de los indígenas por la introducción deliberada de elementos castellanos en su
habla, como hemos visto en los comentarios de Cardiel, pero repetimos, el guaraní paragua-
yo no se puede considerar una lengua mixta en el sentido estricto.
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 88
88 Lenka Zajícová
4.1.3. Conclusión
Un pequeño número de nuestros informantes en la encuesta escrita, aproximada-
mente un 0,6%, respondieron a la pregunta “¿Cuál es su lengua materna?”: “Jopa-
ra.” ¿Acaso el yopará ya cuenta con hablantes nativos? Creemos que no, pues
como hemos visto, estas respuestas plantean dificultades a la hora de interpretar-
las. ¿A qué exactamente se referían los informantes con la palabra jopara? ¿Se
referían a un guaraní coloquial, influido por el castellano? ¿A una auténtica mez-
cla que no puede considerarse ni guaraní, ni castellano? ¿O al hecho de que
aprendían ambas lenguas a la vez, como, quizá, parecen indicar las siguientes
respuestas?: “Jopara (en guaraní la mitad y mitad en castellano)” (V 742); “(Cho-
pará) bilingüe” (V 747).
Resumiendo: parece que no se da ninguna de las condiciones que permitirían
considerar el yopará como un nuevo sistema lingüístico, diferente del guaraní
hablado. Yopará es un término general que simplemente designa la forma de
hablar influida por la otra lengua, y puede adquirir significados muy diferentes.
De ninguna manera se trata de la denominación de una variedad lingüística esta-
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 89
Si los hablantes ya quieren darle a yopará algún significado más específico que
la simple mezcla del guaraní con el castellano, suelen utilizarlo sobre todo para
referirse a un fenómeno que sucede a nivel de habla, la alternancia de lenguas (o
sea el cambio de código), que tan frecuentemente se da en los hablantes bilin-
gües, y que, como señala Thomason (2001: 136), también es el mecanismo más
importante por el que entran los préstamos en una lengua en contacto. Desde esta
perspectiva, el yopará sería una creación muy individual que dependería, sobre
todo, de la relación de los dos sistemas lingüísticos en la mente de cada uno de
los hablantes bilingües y de la situación comunicativa. Esta relación es dada por
diferentes grados de bilingüismo: el conocimiento activo de cada uno de los sis-
temas puede ser hasta cierto punto deficiente e incompleto, los sistemas se pue-
den compenetrar en diferentes grados, y en la creación de los enunciados concre-
tos cada uno puede revelarse con diferente intensidad según las habilidades del
hablante, su estado mental momentáneo y la situación comunicativa concreta.
Para comprender este proceso en su totalidad habría que conocer a fondo el fun-
cionamiento de una mente bilingüe, que es un campo sumamente amplio y com-
plejo, y aún no del todo entendido, a pesar de la larga tradición de su estudio sis-
temático, por lo menos desde la obra clásica de Uriel Weinreich (1953/19748), y
de las significativas contribuciones recientes del constructivismo neurobiológico
y de la lingüística cognitiva (cf. Zimmermann 2006).
90 Lenka Zajícová
ESQUEMA 1
Funciones de la lengua en relación con los elementos del proceso comunicativo
(según Jakobson)
función función
referencial conativa
contexto (representativa, (apelativa,
(referente) denotativa, directiva,
función
emotiva función cognitiva, imperativa,
(expresiva) metalingüística cognoscitiva) conminativa)
c función poética
ó mensaje
emisor receptor
d
(locutor, contacto (canal) (destinatario,
i
hablante) g oyente)
función fática
o
92 Lenka Zajícová
con hablantes que declaraban su aprecio hacia este modo de comunicarse: “Me
gusta más hablar mesclado” (V 669); “Me gusta hablar más el guaraní-castellano
(jopara-mesclado)” (V 147). Varios informantes, a la pregunta de en qué lengua
se sentían más cómodos expresándose respondieron “en jopara” (aproximada-
mente un 1,5% de la muestra escrita); sin embargo, otra vez estamos ante la difi-
cultad de saber si se referían al cambio de código o al guaraní coloquial en oposi-
ción al guaraní culto de la escuela.
¿A qué se debe esta relación ambigua, por un lado el rechazo teórico, por el otro
el frecuente uso? Los hablantes comentan la dificultad de hablar en solo una de
las dos lenguas:
El guaraní, guaraní literalmente me cuesta pero me acostumbro más con el jopara
mezcla del Guaraní y castellano (C 603).
[¿Se ha sentido alguna vez incómodo de hablar en castellano?] Si, porque el guarani y
el castellano es muy complicado, el guarani, jopará, o jehe’a (V 873).
Según Luykx (1998: 200), la existencia de variedades intermedias es, además, indi-
cadora de que “los dominios de las dos lenguas no están rígidamente separados”.
Se produce entonces el cruce de funciones entre esas dos lenguas. Pero no solo eso,
“a menudo estos códigos logran establecerse y mantener contextos de uso propios y
exclusivos, coexistiendo de manera más o menos estable con las variantes no mez-
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 93
cladas de las dos lenguas originales” (1998: 201). A pesar de que en el caso del
yopará no es posible hablar de una variedad intermedia estable, como aquellas a las
que se refiere Luykx, sí es posible aplicar lo afirmado al caso paraguayo: allí el
contexto más idóneo para la mezcla de ambos idiomas es probablemente la comu-
nicación con las amistades –“Más bien el yopara lo que suelo hablar con mis ami-
gos” (V 822)–, como vamos a ver en el capítulo sobre el uso lingüístico.
5. Conclusión
En este capítulo hemos reflexionado sobre el significado de la palabra yopará,
que tan a menudo se utiliza en el contexto del contacto lingüístico guaraní-caste-
llano y que sigue preocupando a los hablantes, igual que a los especialistas.11
Creemos que la pregunta de si se trata de un nuevo sistema lingüístico o si es
“solo” una forma de hablar es una aporía, puesto que en el contexto lingüístico
paraguayo se da todo tipo de mecanismos y consecuencias del contacto, que no
se excluyen unos a los otros y a los que los hablantes aplican comúnmente el
nombre englobador de yopará.
El término yopará es ambiguo y está abierto a interpretaciones individuales de los
hablantes. Por una parte se solapa con el concepto del guaraní coloquial, por otra
parte con el “uso bilingüe”, o sea, la alternancia de lenguas, incluyendo muchos
estados intermedios. También por eso no creemos pertinente considerar el yopará
como una entidad distinta, opuesta al guaraní o al uso bilingüe. Para la gran mayoría
de los hablantes el yopará no tiene su existencia independiente del guaraní y del cas-
tellano, ni reglas propias que rijan su uso, ni se identifica con algún sociolecto, sino
que es, básicamente, el uso mezclado de ambos idiomas por parte de cada individuo.
Así pues, nosotros preferimos hablar del guaraní hablado o coloquial cuando se
trata del sistema lingüístico con interferencias del castellano, y utilizar la palabra
yopará para designar el uso de los hablantes bilingües, para el “hablar mezclan-
do”, sin concederle, no obstante, el valor de un término unívoco, preciso y bien
definido. Lo entendemos más bien en su sentido amplio, no terminológico, como
denominación de cualquier tipo de mezcla entre el guaraní y el castellano, tal
como lo suele usar la mayoría de los hablantes paraguayos.
11 Una de las aportaciones recientes que aborda el tema primariamente desde el punto de vista
antropológico, es la tesis doctoral no publicada de Capucine Boidin (2004), que dedica a la
exploración del concepto del yopará la extensa 1.ª parte “Jopara ou les métissages linguisti-
ques” (págs. 87-199) con sus tres capítulos, “Le Jopara: Un parler interstitiel?” (págs. 96-134),
“Le Jopara: Un parler métis” (págs. 135-162), “Jopara: Une métaphore guaraní du métissage”
(págs. 163-196).
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 94
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 95
Para obtener los datos sobre el uso de las lenguas y sobre las actitudes lingüísti-
cas hemos realizado dos tipos de encuestas. El primer tipo han sido entrevistas
conducidas mediante un cuestionario, en las que participaron 108 personas esco-
gidas según cuatro variables sociales que vienen descritas a continuación; el
segundo tipo fueron encuestas por escrito, en las que intervinieron 2.490 perso-
nas, estudiantes de diferentes instituciones de educación superior más una de
nivel secundario.
MAPA 1
Los departamentos en los que se han realizado las encuestas (en negrita)
Brasil
Boquerón
Amambay
Concepción
Presidente Hayes
San
Pedro Canindeyú
96 Lenka Zajícová
1. Encuestas orales
Los informantes entrevistados en las encuestas orales (= EO) procedían de los
siguientes lugares:
TABLA 7
Puntos de la encuesta oral y número de informantes
Residencia Dpto. de Itapúa N.º Dpto. de Concepción N.º Dpto. de Guairá N.º
Encuestas: metodología 97
1 La población total de Paraguay según este censo, ordenado por Carlos Antonio López en
1845 y llevado a cabo por curas párrocos el año siguiente, fue calculada por Williams
(1976: 425) en 238.862 personas.
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 98
98 Lenka Zajícová
retá, fundada en 1911, tenía unos 450 habitantes de origen alemán antes de 1937,
con una escuela propia (Fretz 1962: 76-77), o Alborada, fundada en 1924, donde
en los años treinta vivían 175 alemanes y 125 paraguayos (Fretz 1962: 80-81).
Otro contingente importante de migrantes, perteneciente a diferentes naciones
eslavas, como ucranianos, polacos, checos y otros (v. Zub Kurylowicz 2002;
Kázecký 2001-2003), se asentó sobre todo en la zona de Carmen del Paraná y
Coronel Bogado. A partir de 1955 llegan a Itapúa los colonos japoneses y se esta-
blecen en la zona de Fram, la antigua colonia checa (Kasamatsu 1997: 160-187).
Varios de estos grupos conservaron por mucho tiempo, y algunos siguen conser-
vando hasta el presente, costumbres de sus países de origen, incluidas las len-
guas. Por supuesto, el ambiente centroeuropeo se percibe también en Encarna-
ción, adonde se mudaron muchos colonos originalmente establecidos en las zonas
rurales.
Las huellas de las misiones jesuíticas se encuentran también en los lugares inves-
tigados del departamento de Concepción, especialmente en Belén, que en el año
1760 resultó ser una de las últimas fundaciones de los jesuitas, creada para los
mbayá-guaicurú (cf. Ojeda Bobadilla 1999). Azara, sin embargo, afirma que los
mbayá no aceptaron la reducción y que en Belén al final quedaron viviendo solo
los guaraníes llevados allí del Paraná por José Sánchez Labrador como base de la
nueva reducción (Azara 1847: I,273-274 = 19433: 180). La capital misma, la
Villa Real de Concepción, fue fundada en 1773, no lejos de la reducción de
Belén, por el gobernador Agustín Fernando de Pinedo (Velázquez 1966: 23-24).
Azara anota que en 1785 Concepción tenía 670 habitantes, casi exclusivamente
criollos, Belén 323 habitantes, solo indios mitayos (Azara 1790/1990: 174-175).
Para el año 1846 el partido de Concepción ascendió a 2.758 habitantes (Williams
1976: 427). Horqueta, por su parte, fue fundada en 1793 por Juan Manuel Gama-
rra y el P. Andrés Salinas. En 1919 se estableció allí una pequeña colonia de ale-
manes llamada Teutonia, reforzada en 1932 por un grupo menonita, pero la colo-
nización al final fracasó y antes de 1948 todas las familias menonitas y la mayoría
de las familias alemanas habían salido de Horqueta a otras partes (Fretz 1962:
39-40).
De los lugares investigados, la capital del departamento de Guairá, Villarrica del
Espíritu Santo, es la ciudad con la historia más larga y más enredada, habiendo
sido fundada por Ruy Díaz de Melgarejo en 1570 en la antigua región de Guairá,
actualmente en territorio brasileño, y habiéndose mudado, principalmente por
motivos de defensa, siete veces. En su ubicación actual está desde 1701. En 1785
tenía 7.492 habitantes, lo que la convertía en la ciudad más grande de Paraguay,
pues Asunción en aquel entonces contaba con solo 4.982 habitantes (Azara
1790/1990: 174-175). Para 1846 el número de habitantes ya se había invertido:
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 99
Encuestas: metodología 99
2 “CUADRO P01: PARAGUAY: Población total por área urbana-rural y sexo, según departamen-
to, distrito y edad, 2002” (DGEEC 2004b: 23.55.96).
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 100
Como se puede observar, hay ciertas diferencias entre los tres departamentos,
aunque no muy marcadas: por una parte, el departamento con el mayor porcenta-
je de población rural es Itapúa, casi un 70%; el que menos población rural tiene
es Concepción, con un poco más de un 60%. Por su parte, Concepción es el
departamento más “centralizado”, viviendo la cuarta parte de su población en la
capital, mientras que en Itapúa el porcentaje de la población capitalina y la de las
cabeceras distritales es casi igual, un 15% en cada una de las áreas. Guairá tiene
una posición intermedia. En comparación con todo el país, el índice de la pobla-
ción rural en estos tres departamentos es más alto, siendo el promedio para el país
total un 43,3%, lo que está, por supuesto, causado por el porcentaje elevadísimo
de la población concentrada en la zona más urbanizada del país, Asunción y el
departamento Central.
Los tres departamentos conservan bastante similitud en cuanto a los sectores eco-
nómicos en los que se ocupa la población económicamente activa (Tabla 9): en
los tres departamentos cerca de un 45% de la población trabaja en el sector pri-
TABLA 9
Sector económico de la población activa en los departamentos investigados
según el Censo 20023
Área\
Urbana Rural Urbana Rural Urbana Rural
Sector económico
3 “CUADRO P06: PARAGUAY: Población de 10 años y más de edad económicamente activa por
sector económico, según departamento, distrito, área urbana-rural y sexo, 2002” (DGEEC
2004b: 361-432).
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 101
TABLA 10
Rango de años de edad y media de edad de los informantes
4 “CUADRO P01: PARAGUAY: Población total por área urbana-rural y sexo, según edad, 2002”
(DGEEC 2004a: 77-78).
5 “CUADRO P05: PARAGUAY: Población de 5 años y más por grupos de edad, según área urba-
na-rural, sexo y último grado/curso aprobado, 2002” (DGEEC 2004a: 91).
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TABLA 11
Número de habitantes en las ciudades y los pueblos investigados
(DGEEC 2004b: 24-25.48.54.73-76)
2. Encuestas escritas
Las encuestas por escrito (= EE) fueron realizadas en los mismos periodos y en
los mismos departamentos que las encuestas orales. A diferencia de las entrevis-
tas, los informantes para las encuestas escritas no fueron seleccionados con nin-
gún criterio sociolingüístico, sino que eran alumnos de diferentes instituciones
educativas –cuya lista aparece a continuación en la Tabla 12–, en total 2.490 per-
sonas. En su mayoría se trataba de estudiantes del nivel superior no universitario,
de diferentes institutos de formación docente.
6 En 1992 ese promedio fue 6,4 años (DGEEC 2004a: 35-36). En el apartado anterior hemos
visto que para la población de 5 años y más el promedio de años de estudios aprobados fue
5,8 años en 2002 (DGEEC 2004a: 91).
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TABLA 12
Instituciones donde se realizó la encuesta escrita y número de informantes
Centro Regional de Educación “Natalicio Talavera”, Villarrica 257 259-276, 280, 288, 291,
304-539
Centro Educativo Integral “Carlos Rubén Cáceres Buscio”, Vill. 168 540-707
7 Los números sirven para una identificación de las citas de la encuesta escrita y ubicación bási-
ca de los informantes. Por ejemplo, E 499 significa que se trata de un informante del departa-
mento de Itapúa (E viene por la capital, Encarnación), en concreto un/una estudiante del Insti-
tuto de Formación Docente en Coronel Bogado. Dada la cantidad de informantes de la encuesta
escrita, no creemos ni útil, ni posible dar una identificación más precisa de cada uno de ellos.
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 107
GRÁFICO 2
Distribución de la variable sexo en la muestra de la encuesta escrita
700
608
600
502
500 465
400
291
300 262
185
200
100 50 67 60
0
Encarnación Concepción Villarrica
femenino masculino ns/nr
A continuación se ofrece una descripción básica de los tres conjuntos por depar-
tamentos:
GRÁFICO 3
Distribución de la variable edad en la muestra de la encuesta escrita,
Dpto. de Itapúa
120
107
Nº informantes
100 92
80 69
60
47
40
25 25
20 19 15
10 9
1
8 5 12 2 2 3 3 2 1 1 2 1 1 0 1
0
16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 ns/nr
Años
GRÁFICO 4
Distribución de la variable edad en la muestra de la encuesta escrita,
Dpto. de Concepción
180
166
160 151
140 131
Nº informantes
120
100 90
80
60
40 34 36 31
15 20 18 24 15 17
20 7 6 5 3 8 2 5 3 1 1 1 0 0 0
3 1
0
15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 ns/nr
Años
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GRÁFICO 5
Distribución de la variable edad en la muestra de la encuesta escrita,
Dpto. de Guairá
200 190
166
150
Nº informantes
134 130
100
69
48
50 33 28 24 30
21
13 12 10
1 0 5 5 4 7 3 7 4 4 3 3 1 1 1 2
0
15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 ns/nr
Años
3. Cuestionarios
Tanto los cuestionarios de la encuesta escrita como los que servían de base para
las entrevistas combinaban preguntas de selección múltiple (estructura cerrada)
con preguntas de estructura abierta: por una parte, para no predeterminar siempre
las opiniones de los informantes, por la otra, para poder comparar los resultados
de ambos tipos, y así poder llegar a conclusiones más objetivas en cuanto a las
actitudes de los hablantes. En la elaboración de los cuestionarios nos hemos basa-
do en diferentes cuestionarios anteriormente utilizados para la investigación
sociolingüística en Paraguay, sobre todo en la parte sociolingüística del cuestio-
nario utilizado para el ALGR (2002),8 y en los cuestionarios de Rubin (1968), Rona
8 Quiero expresar mi gratitud a los directores del ALGR, Wolf Dietrich y Harald Thun, por
facilitarme la utilización de dicho cuestionario.
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 110
1 En la selección de los contextos nos hemos basado en los cuestionarios de Rubin (1968) y
del ALGR (2002), para facilitar la comparación de los resultados.
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GRÁFICO 6
Uso lingüístico en las relaciones familiares en la muestra total de la encuesta oral2
100 95
90
80
80 74
70
61
60 52 52
48 47
50 45 44 44 44
40 38 37
31 31 29 27 31
30 25
20 18 16 18
13 14 14 14 14
10 7
4
0 2 0 1 0 0 1 0 1 0 0 1 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 2 0 0 3 1 0 0
0
Abuelos Padres Hermanos Hijos Esposo Esposo- Esposo- Esposo- Esposo- Cosa
niños calle enojo amor íntima
GRÁFICO 7
Uso lingüístico en las relaciones familiares en el Dpto. de Itapúa
30 29
26
25 23
20
20 18
17
16
15
15 14 14 14 14
11 11 11 11
10 10 10
10 8
7
6 6 6 6
5 4 4 4
3
2 2
1 1 1 1 1 1 1 1
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0
Abuelos Padres Hermanos Hijos Esposo Esposo- Esposo- Esposo- Esposo- Cosa
niños calle enojo amor íntima
GRÁFICO 8
Uso lingüístico en las relaciones familiares en el Dpto. de Concepción
35
32
30 28
25
25 24
20 19 19
18
17 17
15
15 13 13
12 12 12
11 11
10 9
7
6 6 6
5 5 5
5 4
3
2 2
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 00 1 0 0 1 0 0 0
0
Abuelos Padres Hermanos Hijos Esposo Esposo- Esposo- Esposo- Esposo- Cosa
niños calle enojo amor íntima
GRÁFICO 9
Uso lingüístico en las relaciones familiares en el Dpto. de Guairá
35 34
30 29
25 23
20 19 19 19 19
18
16
15
15 14
13
12 11 11
10 9 9 8 9
8 8
6 6
5 5 5 5
5
2
1 1
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0
0
Abuelos Padres Hermanos Hijos Esposo Esposo- Esposo- Esposo- Esposo- Cosa
niños calle enojo amor íntima
decir, al someterlos a la prueba de χ2, las diferencias entre el uso lingüístico con
los abuelos, padres y hermanos no se pueden considerar estadísticamente signifi-
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 114
cativas.2 Sin embargo, si aplicamos la misma prueba a la muestra total (108 per-
sonas), las diferencias ya se convierten en estadísticamente significativas al nivel
de significación 0,01. Aun así, es sobre todo la diferencia entre el uso con los
abuelos y con los padres la más importante, mientras que las diferencias entre el
uso con los padres y con los hermanos son estadísticamente insignificantes.
Algo parecido ocurre si comparamos el uso con los hermanos y con los esposos:
en el total de la muestra esta diferencia se puede considerar estadísticamente sig-
nificativa al nivel de significación 0,05, lo que ciertamente es interesante tratán-
dose de la misma generación. Sin embargo, en la comunicación con el/la espo-
so/a o el/la novio/a influyen más factores que en la que se establece con los
hermanos: se puede tratar de una persona de diferente procedencia tanto geográ-
fica como social, pueden influir los propósitos en cuanto a la educación de los
hijos, etc. De hecho, el uso lingüístico con los esposos se acerca al uso con los
hijos, aunque ese sigue estadísticamente diferente a nivel de significación 0,05 en
la muestra total.
Es decir, la única diferencia marcada que se muestra como significativa en cada
uno de los departamentos por separado, y aún más en la muestra total, es el cam-
bio de uso lingüístico entre la generación de los hermanos y los hijos, donde la
disminución del guaraní y el aumento del castellano es sustancial –el aumento
del uso bilingüe3 no es estadísticamente significativo–. Esta caída se confirma
también en la comunicación con el/la esposo/a en presencia de los hijos. Parece
que los padres siguen considerando el castellano como una lengua “mejor” para
sus hijos, lo que sería, a la vez, confirmación de su prestigio persistente. También
la escuela sigue ejerciendo una influencia decisiva sobre el uso lingüístico: los
padres hablan con sus hijos más el castellano para facilitarles el aprendizaje. En
este sentido su actitud no ha cambiado mucho desde los tiempos de la investiga-
ción de Rubin (1968: 108) en los años sesenta, que afirmaba que la escuela ejer-
cía la presión más fuerte sobre el uso del castellano.
2 Véase la información sobre el método utilizado para el análisis estadístico en el capítulo VI.
3 La categoría del uso “bilingüe”, o sea, “castellano y guaraní”, es algo confusa, pero no
nos ha sido posible delimitarla con más precisión. En ella se encuentran todos los casos
en los que los informantes declararon el uso de ambas lenguas en un determinado contex-
to. Este, sin embargo, puede tener diferentes formas: o bien los informantes en dicho con-
texto eligen entre ambas lenguas prácticamente libremente, o bien para elegir la lengua
en dicho contexto necesitarían alguna información más, por ejemplo, sobre las caracterís-
ticas sociales del interlocutor, etc., pero como esta información no les fue proporcionada,
no podían decidirse, o bien se referían a la posibilidad del cambio de código en dicho
contexto.
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 115
GRÁFICO 10
Uso lingüístico en la muestra de la encuesta escrita del Dpto. de Itapúa
600
533
511
500 462
418
400
327
310
300
228 245
218
200 180
139 153
133
93
100 75 67 81 64
42
19
11 8 14 1 14 8 2 18 4 4 6 4 20 1 0 9
0
Abuelos Padres Hermanos Amor Cosa íntima Compañeros
GRÁFICO 11
Uso lingüístico en la muestra de la encuesta escrita del Dpto. de Concepción
700 668
630
600 577
546
500
401
400
336
308 314
300
218 202
194 194
200
131 139
113 106
82
100 60 46 66 64 65
34
0 1 19 0 0 4 1 0 4 0 0 9 4 6 1 10 2 0 3
0
Abuelos Padres Hermanos Hijos Amor Cosa íntima Compañeros
GRÁFICO 12
Uso lingüístico en la muestra de la encuesta escrita del Dpto. de Guairá
900
827
800
689
700 647 661
600
500 462
389 385
400 334
300 248 227 259 262
En los gráficos se puede apreciar que las mismas tendencias que vimos en la
encuesta oral se dan en esta muestra, e incluso más marcadas. También aquí se da
una disminución más bien paulatina y relativamente regular del uso del guaraní y
un aumento del castellano en la línea abuelos-padres-hermanos, y una caída brus-
ca en el uso con los hijos (este contexto no se preguntó en la primera encuesta en
Itapúa).4 Después de haber hecho el análisis estadístico podemos afirmar que las
diferencias en el uso con las tres (cuatro) generaciones de interlocutores son sig-
nificativas tanto en los departamentos individuales como en la muestra total, y
también son significativas si comparamos cada una de las combinaciones de los
contextos por separado. Los valores difieren significativamente en cada una de
las lenguas –salvo el uso del castellano con los padres y con los hermanos en
Concepción, que desde el punto de vista estadístico se puede considerar igual– y
en la mayoría de las comparaciones –salvo entre el uso con los padres y con los
hermanos en Encarnación– es también significativa la diferencia del uso bilin-
güe, que crece conforme baja la edad del interlocutor. En Encarnación y en Con-
cepción la diferencia entre el uso con los abuelos y con los padres es más impor-
4 Al principio no quisimos incluir esta pregunta al sospechar que nos iban a devolver muchos
cuestionarios “sin respuesta”, lo que distorsionaría los resultados, puesto que se trataba de
la generación joven, que en su mayor parte todavía no había tenido hijos. Cuando, a pesar
de todo, incluimos al final la pregunta en el cuestionario para Concepción y Guairá, nuestra
sospecha se confirmó.
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 117
tante que entre el uso con los padres y con los hermanos, que se presenta más
marcada en Villarrica.
Todos estos datos parecen indicar que estamos ante un proceso de una cada vez
mayor disminución del uso del guaraní, y que en la generación más joven ya está
amenazada la transmisión intergeneracional del guaraní, y por ende su misma
existencia. Pensamos que la radical disminución del uso del guaraní con los hijos
declarada por nuestros informantes es un fenómeno que merece una reflexión
más profunda. ¿Realmente se produce aquí un cambio tan brusco que contraste
tan marcadamente con las diferencias más bien pequeñas en el uso del guaraní
con las generaciones anteriores? ¿De verdad estamos ante un cambio tan radical
que hasta insinúa el desplazamiento del guaraní por el castellano?
Esta hipótesis parece confirmada por ejemplo también por los datos de Gynan
(20032: 73), que compara el uso lingüístico con el esposo y con el hijo mayor y el
hijo menor. Su muestra de 526 informantes procedía mayoritariamente de Asun-
ción y del departamento Central y los porcentajes que obtuvo podrían considerar-
se “alarmantes”:
TABLA 13
Uso con el/la esposo/a y con el hijo menor/mayor según Gynan (20032: 73)5
5 El promedio de las categorías “hijo mayor” e “hijo menor”, cuya diferencia no es, por cier-
to, estadísticamente significativa (T = 2,10876566, χ23(0,95) = 7,814724703, χ23(0,99) =
11,34488212), sería el siguiente: guaraní 2,1%, castellano 34,0%, bilingüe 21,0%, no con-
testó 42,9%. Gynan no especifica si su categoría “bilingüe” se refiere al uso de cualquiera
de las dos lenguas en dicho contexto, al cambio de código o a la mezcla de ambas lenguas.
Esta categoría parece englobar todas estas posibilidades, igual que en nuestra investigación.
Advertimos que, igual que en nuestra investigación, el porcentaje de los que no contestaron
es muy alto.
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 118
GRÁFICO 13
Comunicación entre padres e hijos según la variable edad en la muestra total
35
30 ns/nr
25
c+otra
20
15 c+g
10
castellano
5
0 guaraní
GI- GI- GII- GII- GIII- GIII-
hijos padres hijos padres hijos padres
GRÁFICO 14
Comunicación entre padres e hijos según la variable edad en el Dpto. de Itapúa
12
10 ns/nr
8 c+otra
6
c+g
4
2 castellano
0 guaraní
GI- GI- GII- GII- GIII- GIII-
hijos padres hijos padres hijos padres
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 119
GRÁFICO 15
Comunicación entre padres e hijos según la variable edad en el Dpto. de Concepción
12
10
8
c+g
6
castellano
4
guaraní
2
0
GI- GI- GII- GII- GIII- GIII-
hijos padres hijos padres hijos padres
GRÁFICO 16
Comunicación entre padres e hijos según la variable edad en el Dpto. de Guairá
12
10
8
c+g
6
castellano
4
guaraní
2
0
GI- GI- GII- GII- GIII- GIII-
hijos padres hijos padres hijos padres
Yo le enseñaría los dos, porque en este momento nuestra reforma educativa nos exige
los dos (C-GIaMS).
[¿Qué lengua hablaba con sus padres?] Con mi padre, las veces que me encontraba, no
hablaba yo en guaraní. [¿Y en qué hablaba?] En castellano, porque él entendía caste-
llano, entonces en castellano nos manejábamos. [¿Y con su mamá?] ¿Con mi mamá?
No, en guaraní nomás con ella hablaba. Es decir, después de grande, porque cuando
era chica, no. Ella no me dejaba hablar en guaraní, entonces le hablaba en castellano y
ella me respondía en guaraní. Así nos manejábamos. Ella no quería que yo hable en
guaraní (V-GIIIbMS).
Además, los porcentajes más altos del castellano, que aparecen en el uso con los
hijos, reflejan, en nuestra opinión, más bien los deseos de los padres –que siem-
pre consideran el castellano una lengua más útil para sus hijos– que el uso real:
en realidad se comunican con sus hijos en guaraní más de lo que piensan, como
vamos a ver en el siguiente apartado.
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 121
Tampoco hay que olvidar que en la mayor parte de los lugares investigados el guara-
ní es todavía lengua predominante, es decir, incluso en aquellos casos en los que los
padres cumplen su propósito y, efectivamente, se comunican con sus hijos en caste-
llano, hay muchas otras posibilidades de adquirir el guaraní informalmente a una
edad temprana: con los amigos en la calle, con los primos, tíos, abuelos, etc. Allí
donde la posición del guaraní ya no es tan preeminente en el uso social, como es el
caso de Itapúa, el porcentaje de su adquisición temprana es mucho menor y la ten-
dencia a la castellanización más sostenida, como vamos a ver a continuación.
TABLA 14
Aprendizaje del guaraní y castellano antes de la edad de 6 años
según departamento y tipo de encuesta
Estos porcentajes superan por mucho el uso declarado del guaraní con los hijos,
que para la muestra de la encuesta oral alcanza el promedio de 57,4±4,8% y para
la muestra de la encuesta escrita el promedio de 36,9±1,2%, si sumamos el uso de
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 122
GRÁFICO 17
Adquisición del guaraní, encuesta oral. Itapúa
colegio básico
(12-14 años) nunca
2,8% 5,6%
primaria 2º ciclo
(9-11 años)
2,8%
primaria 1er ciclo
(6-8 años)
5,6%
infancia
(< 6 años)
83,3%
GRÁFICO 18
Adquisición del castellano, encuesta oral. Itapúa
colegio básico
(12-14 años)
8,3%
GRÁFICO 19
Adquisición del guaraní, encuesta oral. Concepción
superior
(> 18 años)
primaria 1er ciclo 2,8%
(6-8 años)
2,8%
infancia
(< 6 años)
94,4%
GRÁFICO 20
Adquisición del castellano, encuesta oral. Concepción
nunca
5,6%
superior
(> 18 años)
secundaria infancia
5,6%
(15-17 años) (< 6 años)
11,1% 33,3%
colegio básico
(12-14 años)
2,8%
primaria 2º ciclo
(9-11 años)
11,1% primaria 1er ciclo
(6-8 años)
30,6%
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 124
GRÁFICO 21
Adquisición del guaraní, encuesta oral. Guairá
colegio básico
primaria 2º ciclo (12-14 años)
(9-11 años) 5,6%
2,8%
infancia
(< 6 años)
88,9%
GRÁFICO 22
Adquisición del castellano, encuesta oral. Guairá
superior
(> 18 años)
2,8%
primaria 2º ciclo
(9-11 años)
8,3%
infancia
(< 6 años)
44,4%
GRÁFICO 23
Adquisición del guaraní, encuesta escrita. Itapúa
GRÁFICO 24
Adquisición del castellano, encuesta escrita. Itapúa
secundaria superior
(15-17 años) (> 18 años)
0,9% 0,1%
colegio básico
ns/nr; 6%
(12-14 años)
1,2%
primaria 2º ciclo
(9-11 años)
1,1%
infancia
(< 6 años)
75,8%
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 126
GRÁFICO 25
Adquisición del guaraní, encuesta escrita. Concepción
infancia
(< 6 años)
80,6%
GRÁFICO 26
Adquisición del castellano, encuesta escrita. Concepción
secundaria
(15-17 años)
5,3%
ns/nr; 4,8%
colegio básico
(12-14 años)
6,4%
primaria 2º ciclo
(9-11 años)
5,3%
infancia
(< 6 años)
52,3%
GRÁFICO 27
Adquisición del guaraní, encuesta escrita. Guairá
superior
secundaria; (15-17 años) nunca; 0,3%
(> 18 años); 1%
0,4%
colegio básico ns/nr; 2,2%
(12-14 años)
1,8%
primaria 2º ciclo
(9-11 años)
3,1%
primaria 1er ciclo
(6-8 años)
9,2%
infancia
(< 6 años)
82%
GRÁFICO 28
Adquisición del castellano, encuesta escrita. Guairá
infancia
(< 6 años)
primaria 1er ciclo 53,1%
(6-8 años)
29,4%
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 128
guaraní exclusivo con el uso bilingüe. Esta diferencia es causada por las razones
ya mencionadas: el cambio de uso lingüístico cuando los hijos están a punto de
entrar en la escuela y, sobre todo, muchas otras fuentes de las que el niño aprende
el guaraní a edad muy temprana. Y no nos parece que las generaciones actuales,
las de nuestros informantes, hayan tenido o vayan a tener hábitos lingüísticos tan
diferentes de los de la generación de sus padres.
Si miramos los porcentajes del aprendizaje del castellano, allí los datos varían un
poco más. Se confirma, tanto en el conjunto de la encuesta oral como en el de la
escrita, la posición de Itapúa como el departamento más “castellanizado”, puesto
que allí el porcentaje de los que aprendieron el castellano antes de entrar en la
escuela alcanza el 50% en la encuesta oral e incluso el 75,8% en la encuesta escri-
ta, con lo que supera incluso el porcentaje del aprendizaje del guaraní. Al compa-
rar las dos encuestas entre sí, el porcentaje del aprendizaje temprano del guaraní
es más bajo y del castellano más alto en la encuesta escrita, lo que era de esperar
al tratarse en el segundo caso de informantes del nivel sociocultural alto.
las escuelas “oficialmente” hispanohablantes. Solo a partir del 4.º grado el hablar
castellano se convierte en una exigencia sine qua non para los alumnos.
Otro periodo sería la edad entre 12 y 14 años, la llamada Etapa Básica, en el sis-
tema educativo antiguo ya el comienzo de la educación secundaria, en el actual
se trata del tercer ciclo de la primaria. En algunos conjuntos (Itapúa escrito, por
ejemplo) aparece un porcentaje un poco más alto en esta categoría para la lengua
guaraní. Se trata sobre todo de aquellas personas castellanohablantes que relacio-
nan sus conocimientos del guaraní con su enseñanza formal, que en el sistema
educativo anterior se daba en esta etapa educativa.
Otras etapas son la actual secundaria, entre 15 y 17 años, y el nivel superior, a par-
tir de 18 años, donde los motivos ya no suelen ser la escolarización, sino más bien
las nuevas exigencias lingüísticas causadas por el tipo de trabajo o mudanza por
motivos laborales a un lugar lingüísticamente diferente (por ejemplo, una infor-
mante empezó a hablar el castellano a esa edad, porque se trasladó como empleada
doméstica a Asunción; otra informante empezó a hablar el guaraní a los 19 años,
porque consiguió un puesto de trabajo como profesora en una escuela rural, etc.).
Con estos datos se confirma el patrón general sobre la adquisición de la segunda
lengua (cf. Baker 1997: 108-120). Se puede notar que un alto porcentaje afirma
haber aprendido las dos lenguas ya en su infancia, antes de entrar en la escuela;
para la muestra total de la encuesta oral es 42,6±4,8%, para la muestra total de la
encuesta escrita incluso 59,6±1,0%. Con estos porcentajes tan altos se ofrece la
pregunta de si la reforma educativa bilingüe, que estableció dos currículos esco-
lares, uno para los guaranihablantes y otro para los hispanohablantes, contó con
un porcentaje tan alto de personas que declaran haber empezado a hablar ambas
lenguas antes de entrar en la escuela y si algunas de las dificultades que ha encon-
trado la reforma bilingüe a la hora de su implementación no habrán sido causadas
por estos motivos. Aun considerando que algunos informantes pudieron dar una
respuesta imprecisa y que no investigamos el grado de su bilingüismo, etc., estos
datos, en nuestra opinión, hay que tenerlos en cuenta.
Gracias a los datos conseguidos podemos, por lo menos, intentar identificar los
tipos de bilingüismo que se dan entre nuestros informantes, a partir de la edad
declarada del aprendizaje de cada una de las lenguas. Una de las clasificaciones
posibles distingue entre el bilingüismo infantil simultáneo y secuencial (Baker
1997: 108). En el primer caso la persona aprende las dos lenguas al mismo tiem-
po a una edad muy temprana –los especialistas han sugerido como límite la edad
de tres años–, en la que se ponen las bases de ambos idiomas. Si una de las len-
guas se aprende después de esta edad, se supone que se trata de un bilingüismo
infantil secuencial.
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 130
TABLA 15
Tipos de bilingüismo según la edad de aprendizaje
declarada en la encuesta oral y escrita
Habla guaraní < 12 años 91,7±4,6% 75,4±1,6% 97,2±2,7% 91,4±1,0% 94,4±3,8% 94,3±0,7%
Habla castellano < 12 años 80,6±6,6% 91,7±1,0% 75,0±7,2% 83,5±1,3% 97,2±2,7% 87,2±1,1%
Los resultados de la tabla muestran que los que se podrían considerar bilingües
desde la infancia, partiendo de la edad declarada en la que empezaron a hablar
cada una de las dos lenguas, alcanzan unos porcentajes altos, un 72,2±7,5% para
Itapúa y Concepción y un 91,7±4,6% para Guairá en la muestra de la encuesta
oral –el error muestral tan alto es causado por la reducida cantidad de informan-
tes, 36 en cada departamento–. La cantidad de informantes en la encuesta escrita
nos permite llegar a unos porcentajes estadísticamente más exactos, 67,2±1,7%
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 131
para Itapúa, 74,9±1,5% para Concepción y 81,4±1,3% para Guairá, pero a la hora
de generalizarlos tenemos que limitarnos solamente a la generación joven de
nivel sociocultural alto. Es interesante que en ambos tipos de encuesta fue Guairá
el departamento con el porcentaje más alto de bilingüismo. Su porcentaje menor
en Itapúa es causado sobre todo por un mayor número de monolingües o casi
monolingües en castellano, y en Concepción, al contrario, por un mayor número
de monolingües o casi monolingües en guaraní.
Aun teniendo en cuenta las limitaciones de ambas muestras para representar la
población total, consideramos notable que en todos sus subgrupos los porcentajes
del bilingüismo superan el porcentaje del bilingüismo según el Censo 2002
(58,3%), y eso incluso si nos limitamos solo al bilingüismo infantil. A pesar de
que siempre hay que tener en cuenta una posible sobreestimación de las propias
competencias lingüísticas por parte de los informantes, que, a lo mejor, declara-
ron que habían empezado a hablar tanto el guaraní como el castellano “desde su
niñez”, pero no consideraron que una de las lenguas era claramente dominante,
creemos posible afirmar que en el Paraguay actual se da, efectivamente, un exten-
so bilingüismo –en el significado amplio de la palabra–, y oponerse a la tesis de
Fasoli-Wörmann, que afirma: “La población rural es guaranihablante, la pobla-
ción urbana hispanohablante. … La porción de los realmente bilingües en el país
es ínfima. De ello se desprende que los hablantes son mayormente monolingües”
(2002: 171; trad. nuestra).
A pesar de que se había hablado sobre Paraguay como un país bilingüe ejemplar
mucho antes de que la proporción de hablantes bilingües hubiera podido conside-
rarse significativa, como hemos visto en el capítulo sobre el bilingüismo para-
guayo, parece que actualmente el porcentaje de paraguayos que se pueden consi-
derar bilingües es, efectivamente, alto. Por supuesto, lo podemos afirmar solo
con un concepto de bilingüismo no estricto, que no considera como bilingües
solo a aquellas personas con un bilingüismo equilibrado, que ciertamente son
muchos menos. Sin embargo, dadas las limitaciones de nuestras muestras, no nos
atrevemos a llegar a unas conclusiones de mayor envergadura.
Para lo que sí pueden servir los datos es para comparar los tres departamentos
entre sí. El menor índice del bilingüismo en Itapúa, en los resultados de la encues-
ta escrita, en comparación con los otros dos, nos podría llevar a pensar que un
mayor porcentaje del guaraní como lengua materna en la generación joven favo-
rece la adquisición de ambas lenguas a la edad infantil, mientras que en el caso de
un mayor porcentaje del castellano como primera lengua la necesidad y/o posibi-
lidad de aprender el guaraní como segunda lengua durante la infancia no es tan
general. Con eso algunos focos del uso mayoritario del castellano, como por
ejemplo la capital de Asunción junto con el departamento Central, rápidamente
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 132
escrita, entre los jóvenes del nivel sociocultural alto, el guaraní incluso desapare-
ce casi por completo de las respuestas a la segunda pregunta, como se puede
apreciar en los Gráficos 10-12. Como se trata de una pregunta demasiado “atrevi-
da”, hemos obtenido una cantidad considerable de cuestionarios sin respuesta (un
14,1% de la muestra total). Aun así, los porcentajes del uso lingüístico se mues-
tran convincentes: solo un 4,9% del uso del guaraní, un alto 69,7% del uso del
castellano, un 10,4% del uso bilingüe, un 0,9% del castellano con otra lengua u
otra lengua sola (los porcentajes son para la muestra total). Algo parecido ocurre
con la primera pregunta sobre qué lengua se usa para decir una cosa íntima, aun-
que aquí el uso del guaraní es significativamente mayor, y también, como la pre-
gunta probablemente ya no resultó tan chocante, recibimos una mayor cantidad
de respuestas: 13,5% guaraní, 73,3% castellano, 10,2% bilingüe, 0,7% castellano
con otra lengua u otra lengua, 2,4% sin respuesta para la muestra total.
Como este fenómeno a veces fue comentado espontáneamente por los informan-
tes en las respuestas a otras preguntas, sobre todo a la pregunta “¿Ha sentido
alguna vez vergüenza de hablar en guaraní?”, parece que no se trata de una dis-
torsión de la información sobre el uso real causada por la situación anormal de la
encuesta y las preguntas algo atrevidas, sino más bien se trata de uso común:
Suelo hablar de cualquier tema, menos en ocaciones íntimas (C 184, q. ¿De qué suele
hablar en guaraní?).
Sí, alguna veces me da vergüenza hablar en guaraní. ¿Cuándo? Son temas muy perso-
nales (V 634, q. Vergüenza).
¿Cuáles podrían ser las causas de este uso sorprendente? La primera sería segura-
mente la perpetuación del estatus prestigioso del castellano, cuyo dominio infor-
ma sobre el nivel supuestamente más alto del hablante. A pesar de tratarse de una
situación íntima, muchos consideran el guaraní como algo que podría bajar a uno
ante los ojos de la pareja. Son sobre todo los varones los que confiesan este senti-
miento, pero no solo ellos:
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 134
Tengo verguenza para hablar en guarani cuando estoy con mi novia (C 788, q. Ver-
güenza).
Sí, cuándo me presentaron una hermosa mujer y que no me salia algunas palabras en
castellano (C 474, q. Vergüenza).
[¿Qué lengua suele hablar en un baile?] Y con las chicas español (V-GIIIaHS).
[¿Con quién suele hablar en guaraní?] Con mi compañeros o sea con los muchachos
(V 788).
Y eso a pesar de que los hablantes a menudo declaran que el guaraní es “más
dulce” y que también es más dulce rohayhu ‘te quiero’ en guaraní, con lo que
contrasta lo siguiente:
No, no tengo vergüenza de hablar mi lengua, aunque la mayoría no se expresa en gua-
raní en las declaraciones de amor (C 118, q. Vergüenza).
Cuando hablas con las mujeres y queres expresar tus sentimientos (C 181, q. Ver-
güenza).
Es notable la prevalencia del uso del guaraní o del uso bilingüe, y los porcentajes
bajos del castellano. Este está más presente solamente en la comunicación con la
madrina, un hecho explicable, porque a menudo se eligen para padrinos personas
de un mayor nivel social, y luego también el porcentaje del castellano es más alto
en la comunicación con los amigos en la ciudad, en lo que influye el factor “urba-
no”. Es de destacar también el mayor porcentaje del uso bilingüe en todas las
variantes de la comunicación con los amigos. Aquí los informantes a menudo
aludían al cambio de código, que es una forma de comunicación muy frecuente
en estos contextos, caracterizados por el alto grado de informalidad. El alto uso
del guaraní para contar chistes viene dado por una tradición especial que tienen
los chistes en guaraní.
Es interesante que en una fiesta, en un baile, el uso del castellano aumenta consi-
derablemente. Ya mencionamos una de las razones, “con las chicas se habla espa-
ñol”, la otra es que es una ocasión en la que se reúne gente de diferente nivel
sociocultural, de diferente procedencia:
Depende con quién. [¿Y de qué depende?] Y si estamos así con amigos, hablamos gua-
raní, pero si uno se encuentra con personas desconocidas, allí sí. Siempre se comienza
con el castellano por lo que no se sabe su… digamos su procedencia digamos
(C-GIIaHS).
El ALGR establece, a partir del uso del guaraní, una jerarquía de los siete contextos
de relaciones de proximidad en él investigados, cuyo orden cambia en función de
las variables sociales por él contempladas, y se plantea la pregunta de si se man-
tendrá este orden en las investigaciones futuras (ALGR-S I,366). Al preguntar por
los mismos contextos, podemos aportar a esta cuestión los resultados de nuestra
muestra (v. Tabla 16). Los porcentajes en la segunda línea los hemos obtenido al
sumar las respuestas del uso del guaraní exclusivo y de su uso conjuntamente con
el castellano, tal como fue también contemplado por el ALGR-S (I,365). Para una
idea más precisa sobre los usos lingüísticos incluimos también, en la tercera línea,
los porcentajes de uso exclusivo del guaraní. Con nuestros porcentajes proporcio-
namos también el error muestral.
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 136
GRÁFICO 29
Uso lingüístico en las relaciones de proximidad en la muestra total
de la encuesta oral
90 84
80 75 77
70
70 66
60
60 54 54
50 43
40 38
31 30 30
30 28 26 27
25
21 21
17 18 19
20 13
12 11 9
10 5
0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 1 0 2 0 0 1 2
0
Suegra Madrina Vecinos Amigos Amigos- Amigos- Compa- Chistes Baile
calle ciudad ñeros
GRÁFICO 30
Uso lingüístico en las relaciones de proximidad en el Dpto. de Itapúa
30 28
27
25
25 23
21
20 18 18
15 15
15
12
11 11 11
10
10 9
8
9 9
7
6 6 6
5
5 3
2 2 2 2
1 1 1
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0
Suegra Madrina Vecinos Amigos Amigos- Amigos- Compa- Chistes Baile
calle ciudad ñeros
GRÁFICO 31
Uso lingüístico en las relaciones de proximidad en el Dpto. de Concepción
35
32
30 28
27
25
25 23 24
21
20
16
15 14
11 11 11
10 8 8 8 8 9
7
5 6
5 3 3 3
4 3
2 2
1
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0
0
Suegra Madrina Vecinos Amigos Amigos- Amigos- Compa- Chistes Baile
calle ciudad ñeros
GRÁFICO 32
Uso lingüístico en las relaciones de proximidad en el Dpto. de Guairá
30
26
25 23
24
22 22
20 18 18 18
15
15
12 12
11
10
10 8
9 9 9 9
8
7 7
6 6
5 5
5 3
2
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0
Suegra Madrina Vecinos Amigos Amigos- Amigos- Compa- Chistes Baile
calle ciudad ñeros
TABLA 16
Jerarquía del uso de guaraní en las relaciones de proximidad
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
Como se puede ver, se confirman las posiciones límites de los abuelos como el
contexto del uso máximo del guaraní, y de los hijos como el del uso mínimo y la
movilidad entre estos extremos, tal como aparece contemplado por el ALGR. La
segunda posición para los amigos se debe a un porcentaje alto del uso bilingüe; si
descontamos este uso “posible” del guaraní, este contexto pasa al cuarto lugar,
porque en la comunicación con los padres y con los vecinos el uso bilingüe tiene
menor frecuencia. Sin embargo, en los tres casos se trata de unos porcentajes
muy próximos entre sí y si consideramos el error muestral, son posiciones fácil-
mente intercambiables, igual que los compañeros con el/la cónyuge, que presen-
tan unos porcentajes más bajos del uso del guaraní. Merece atención el alto por-
centaje del uso bilingüe también en estos dos contextos, igual que con los hijos,
un 25% o más.
TABLA 17
Jerarquía del uso de guaraní en las relaciones de proximidad
según la encuesta escrita
1. 2. 3. 4.
En los Gráficos 37-40 se ponen en contraste los contextos en los que destaca la
influencia de los factores del ambiente rural/ambiente urbano y del nivel socio-
cultural alto/bajo.
6 Las cantidades que se refieren al uso de la lengua en el ejército, con los camaradas y con los
oficiales, se basan, por supuesto, sólo en las respuestas de los informantes masculinos que
habían hecho el servicio militar.
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 140
GRÁFICO 33
Uso lingüístico en las relaciones “laborales” en la muestra total de la encuesta oral
68 67 69
70
60 54
53
50
39
40 34
31 31 28 28
30
23 21
19 19 19
20 17
12 10 12
10 5 6 6
0 0 2 0 0 0 1 1 0 3 0 0 1 0 0 0 0
0
Patrón Personal Empleada Empleada- Enojado/a Ejército Camaradas Oficiales
enojo
GRÁFICO 34
Uso lingüístico en las relaciones “laborales” en el Dpto. de Itapúa
25
21 21
20
20 19
15
15 13 13
11
10 9
10 9
8
7 7 7
6
5 5
5 4
3 3
2
1 1 1 1
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0
Patrón Personal Empleada Empleada- Enojado/a Ejército Camaradas Oficiales
enojo
GRÁFICO 35
Uso lingüístico en las relaciones “laborales” en el Dpto. de Concepción
30
26
25
25 24
23
20 18
17
15 15
15 14
10
7 7
6 6 6
5 5 5
5 3
2
1 1 1
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0
Patrón Personal Empleada Empleada- Enojado/a Ejército Camaradas Oficiales
enojo
GRÁFICO 36
Uso lingüístico en las relaciones “laborales” en el Dpto. de Guairá
25 24
23
22
20 19
15
15 13
12
10 8
9
8
9
7
6 6 6 6 6
5 5 5
5 4
3 3
1
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0
Patrón Personal Empleada Empleada- Enojado/a Ejército Camaradas Oficiales
enojo
GRÁFICO 37
Uso lingüístico según la oposición campo/ciudad y nivel alto/bajo
en la muestra total
120
101
100 92
84
78 80 78
80
63
57 58
60
45 43
39
40 35 34 33
26 25 24 21 20 20
20 15 15 16
12 14
11
17
5 8 9
0 0 0 2 0 0 2 0 0 5 1 0 0
0
Desconocido Descon. en Extraños Sª vieja Ciudad/ Gente- Médico Curandero Comercio Mercado Guarda-
traje bien vestidos descalza pueblo campo descon. ómnibus
GRÁFICO 38
Uso lingüístico según la oposición campo/ciudad y nivel alto/bajo
en el Dpto. de Itapúa
35
31 31
30 29 29
27 27
25
21 21
20 18
15 14 14 14
12 12
10 10 10
10 8
6 6
5 5 5 5 5 5
5 4
3 2 2 2
2
1
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0
Desconocido Descon. en Extraños Sª vieja Ciudad/ Gente- Médico Curandero Comercio Mercado Guarda-
traje bien vestidos descalza pueblo campo descon. ómnibus
GRÁFICO 39
Uso lingüístico según la oposición campo/ciudad y nivel alto/bajo
en el Dpto. de Concepción
35
35
30
30 28
25 26
25 24 23
20
17
16 16
15
15 14
13
11 11
10 9 9
8 8
7 7 7 7
6 6
5 4
3 3
1 1 1 2 1
2
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0
Desconocido Descon. en Extraños Sª vieja Ciudad/ Gente- Médico Curandero Comercio Mercado Guarda-
traje bien vestidos descalza pueblo campo descon. ómnibus
GRÁFICO 40
Uso lingüístico según la oposición campo/ciudad y nivel alto/bajo
en el Dpto. de Guairá
35
35 33
30
27 27
26 26 26
25
20
20 19
18
16
15
11 11 11
10
10 9
7 7 7
6 6 6
5 5
5 3 3 3
4 4 4
1
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0
Desconocido Descon. en Extraños Sª vieja Ciudad/ Gente- Médico Curandero Comercio Mercado Guarda-
traje bien vestidos descalza pueblo campo descon. ómnibus
GRÁFICO 41
Uso lingüístico con las autoridades en la muestra total de la encuesta oral
80 74 75 75
70
70 65
58 58
60 55
50
50
41
40 36 35 34
30 23 23 23
21 22 22
17 19
20 15 16
11 12 11
8
10
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 1 1
0
Autoridades Abogado Juez Comisario Policía Cura Confesar Maestro/a Escuela-
recreo
GRÁFICO 42
Uso lingüístico con las autoridades en el Dpto. de Itapúa
30 28
25
25 23 23
24
21 21
20 19
16
15
10 10
10 8 8 8
9
7 7 7 7
6 6 6 6
5
5 4 4
3
1 1 1
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0
Autoridades Abogado Juez Comisario Policía Cura Confesar Maestro/a Escuela-
recreo
GRÁFICO 43
Uso lingüístico con las autoridades en el Dpto. de Concepción
30
26
25 24 24
22
20
20 18
17 17
16
15 15
15 14
13
11 11
10
10 9
7
6
5 5 5
5 3 3 3 3
2
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0
Autoridades Abogado Juez Comisario Policía Cura Confesar Maestro/a Escuela-
recreo
GRÁFICO 44
Uso lingüístico con las autoridades en el Dpto. de Guairá
30 28
26 26
25
25
21
20
20 19
17 17
15
15 14
12
11
10 8
9
7 7
6 6
5 5 5
5 4 4
3
2 2
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0
Autoridades Abogado Juez Comisario Policía Cura Confesar Maestro/a Escuela-
recreo
¿Un desconocido? ¿Con… con qué… con qué vestimenta, no sé, con trajes, sin trajes?
[En general.] Yo más bien… después te voy a especificar por qué tanto uso el guaraní.
Con un desconocido siempre comenzando con el saludo: Mba’eteko pio? Según la res-
puesta, seguís con el guaraní o cambiás. Según la respuesta del… del desconocido.
Porque yo te diría, por ejemplo… eh… por ejemplo vos, al mirarte se te nota que no
sós paraguaya, que no… por varios motivos digamos… Y al comenzar no te voy a
decir mba’éichapa. ¿Por qué? Por lo que más o menos teniendo en cuenta que no me
vas a responder bien, o que vas a desconocer ese saludo. Generalmente, el castellano
es digamos más… más amplio. Primeramente te voy a decir hola, ¿qué tal?, algo por
el estilo. Si por allí me respondés: mba’éichapa, iporãnte, ha nde? Allí sí te voy a res-
ponder en guaraní (C-GIIaHS).
6. Síntesis y conclusión
En la Tabla 18 se ofrecen los 47 contextos ordenados según la frecuencia del uso en
cada una de las tres categorías, es decir, el guaraní, el castellano y el uso bilingüe,
para ver, de una manera sinóptica, qué contextos favorecen el uso de qué lengua.
Los porcentajes se refieren al uso en la muestra total, sin contar los que dejaron el
contexto respectivo sin respuesta. En la columna que sigue a los porcentajes se da
la información de qué categoría fue la más frecuente en dicho contexto.
TABLA 18
Contextos ordenados según la frecuencia del uso de las diferentes lenguas
(muestra total)
1 Gente del campo 93,5 g Extraños bien vestidos 74,1 c Desconocido 31,5 c
TABLA 18 (Cont.)
46 Extraños bien vestidos 14,8 c Señora vieja descalza 1,9 g Abuelos 6,5 g
47 Desconocido en traje 13,9 c Gente del campo 1,9 g Gente del campo 4,6 g
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 150
En este capítulo queremos hacer una comparación de todas las respuestas a las 47
preguntas de cada uno de los 108 informantes (5.076 datos en total) según las
cuatro variables sociales consideradas aprovechando métodos del análisis esta-
dístico.1 Advertimos que los porcentajes proporcionados en este capítulo son
solamente relativos, en el sentido de que sirven para relacionar y comparar el uso
declarado por los informantes en diferentes contextos en función de las variables
sociales, y no se pueden generalizar, es decir, no informan ni sobre el porcentaje
del conocimiento de ambas lenguas en los tres departamentos investigados, ni
sobre la frecuencia objetiva del uso de cada una de las lenguas en dichos lugares,
puesto que ya los mismos contextos preguntados no fueron equivalentes en su
frecuencia: mientras que con su esposo/esposa uno normalmente habla a diario,
con un abogado a lo mejor una vez en la vida, o ni siquiera eso.
1 El método estadístico para el análisis de los datos del presente trabajo fue preparado por
Lubomír Kubáček y Jana Vrbková (Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Palacký
de Olomouc), basándose en Anděl (1985: 191ss.) para los cálculos del error muestral; 79ss.
(los cálculos de la estadística del test según el lema de Pearson, la prueba del ji-cuadrado);
146 (teorema 12). Les agradezco profundamente su ayuda.
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 152
[¿Qué lengua usaba con sus abuelos?] No puedo decir, porque se murieron todos antes
que yo. Yo digo que en guaraní, antes todo luego era en guaraní (C-GIIIbMS).
GRÁFICO 45 GRÁFICO 46
Uso según edad, enc. oral. Total Uso según edad, enc. oral. Itapúa
GRÁFICO 47 GRÁFICO 48
Uso según edad, enc. oral. Concepción Uso según edad, enc. oral. Guairá
3
2
TABLA 19
Variable social: edad (encuesta oral) (%)
3/11/09
Mayores Adultos Jóvenes Mayores Adultos Jóvenes Mayores Adultos Jóvenes Mayores Adultos Jóvenes
01:29
g 51,4±1,2 ª44,0±1,2 42,0±1,2 45,2±2,1 42,4±2,1 34,2±2,0 58,3±2,1 50,0±2,1 51,4±2,1 50,7±2,1 ª39,5±2,1 40,2±2,1
c 28,0±1,1 33,9±1,2 38,5±1,2 31,9±2,0 34,6±2,0 41,0±2,1 23,2±1,8 28,5±1,9 ª33,0±2,0 28,7±1,9 38,5±2,0 41,7±2,1
Análisis de las variables sociales
c+g 16,4±0,9 17,9±0,9 14,8±0,9 17,4±1,6 18,2±1,6 18,8±1,6 14,5±1,5 17,2±1,6 11,7±1,4 17,2±1,6 18,3±1,6 13,8±1,5
Página 153
c+o 0,5±0,2 0,0±0,0 0,0±0,0 1,4±0,5 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0
otra 0,1±0,1 0,0±0,0 0,0±0,0 0,4±0,3 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0
ns/nr 3,7±0,5 4,3±0,5 4,7±0,5 3,7±0,8 4,8±0,9 6,0±1,0 3,9±0,8 4,3±0,9 3,9±0,8 3,4±0,8 3,7±0,8 4,3±0,9
ª signif. 0,05).3
gua o su combinación (siempre se comparan sólo dos vectores seleccionados), luego hay
Los valores de diferentes lenguas y sus combinaciones en los grupos según edad (p1 mayo-
ción α = 0,05 y también al nivel de significación α = 0,01. Entre mayores, adultos y jóvenes
α = 0,05 como para α = 0,01, rechazamos la hipótesis nula p1 = p2 = p3 al nivel de significa-
Como la estadística del test T es mayor que el (1–α)-cuantil ji-cuadrado respectivo, tanto para
hay una diferencia estadísticamente significativa entre los grupos según edad en alguna len-
sarse a nivel de las lenguas individuales (por ejemplo, el caso de Itapúa). Al contrario, si
res, p2 adultos, p3 jóvenes) se examinan como un vector de valores, así que entre ambos
una diferencia estadísticamente significativa entre los grupos según edad (al comparar los
grupos puede existir una diferencia estadísticamente significativa, que no tiene que expre-
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 154
GRÁFICO 49 GRÁFICO 50
Uso según edad, enc. escrita. Total Uso según edad, enc. escrita. Itapúa
GRÁFICO 51 GRÁFICO 52
Uso según edad, enc. escrita. Concepción Uso según edad, enc. escrita. Guairá
1984
2000 2500
1800 1650 2064 2077
1600 2000
1400
1200 1500
1000 849 1076
800 1000
600
400 206 178 122 310 348 303 402
500
200 1 0 18 16 7 167 54
0 3 5 4
0 0
adultos (GII) jóvenes (GI) adultos (GII) jóvenes (GI)
g c c+g c+otra otra ns/nr g c c+g c+otra otra ns/nr
LENSO-24
TABLA 20
156
Variable social: edad (encuesta escrita) (%)
3/11/09
Los valores individuales cuya diferencia es estadísticamente significativa están en negrita (ª signif. 0,05).
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 157
También los datos del último Censo 2002 parecen atestiguar un crecimiento del
bilingüismo. Las respuestas de los informantes que integraban nuestra muestra,
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 158
GRÁFICO 53
Comparación del uso del guaraní según edad (%)
GRÁFICO 54
Comparación del uso del castellano según edad (%)
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 159
Para hacer esta proyección hemos considerado tanto la disminución del porcenta-
je del uso “mínimo” y “máximo” del guaraní como el aumento del porcentaje del
uso “mínimo” y “máximo” del castellano, la diferencia entre la media de edad de
la GIII y la GI (42,4 años), y también los valores límites de los porcentajes del
uso de las lenguas debidos al error muestral. Si con este razonamiento proyectá-
ramos las tendencias que aparecen en nuestra muestra hacia el futuro –y si abstra-
jéramos de la posibilidad del cambio por la influencia de otros factores, tanto a
favor como en contra de cada una de las lenguas–, podríamos hacer una estima-
ción de que el eventual desplazamiento del guaraní por el castellano se produciría
dentro de entre 150 y 350 años.
Los datos de los últimos censos –que ya hemos presentado en el capítulo sobre el
bilingüismo– también parecen insinuar una lenta, pero sostenida disminución del
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 160
uso y/o conocimiento del guaraní y un aumento del uso y/o conocimiento del cas-
tellano:
TABLA 21
Comparación de los porcentajes de los hablantes de cinco años y más
según los censos nacionales
1.3. CONCLUSIÓN
La situación del guaraní, en comparación con los años sesenta, cuando Rubin
concluía “Guarani continues to be acquired without perceptible decline” (1968:
114), parece haber cambiado algo. Nuestros datos comprueban que hoy en día la
variable edad ejerce una influencia estadísticamente significativa en el uso lin-
güístico. El disminuyente uso social del guaraní en las generaciones más jóvenes
puede ser el primer paso hacia un disminuyente conocimiento de esta lengua y
GRÁFICO 55
Lengua materna según edad, muestra total de la encuesta oral
30 27 28
25 23
20
15
10 9
5 5
5 3 4 3
1 0 0
0
mayores (GIII) adultos (GII) jóvenes (GI)
GRÁFICO 56 GRÁFICO 57
Uso según sexo, enc. oral. Total Uso según sexo, enc. oral. Itapúa
GRÁFICO 58 GRÁFICO 59
Uso según sexo, enc. oral. Concepción Uso según sexo, enc. oral. Guairá
TABLA 22
Variable social: sexo (encuesta oral) (%)
3/11/09
Los valores individuales cuya diferencia es estadísticamente significativa están en negrita (signif. 0,01).
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 164
GRÁFICO 60 GRÁFICO 61
Uso según sexo, enc. escrita. Total Uso según sexo, enc. escrita. Itapúa
1583
5000 4666 1600
1400
4000 1200
3034
3000 1000
2098 1995 800 658
2000 1700 542
600 429 409
930 752
1000 400 217
12 11 230 53 23 176
200 45 39
0 5 5 14
hombres mujeres 0
hombres mujeres
GRÁFICO 62 GRÁFICO 63
Uso según sexo, enc. escrita. Concepción Uso según sexo, enc. escrita. Guairá
TABLA 23
Variable social: sexo (encuesta escrita) (%)
3/11/09
χ25(0,99) = 15,08631744
Los valores individuales cuya diferencia es estadísticamente significativa están en negrita (signif. 0,01, ª signif. 0,05).
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 166
para la totalidad de la muestra como para cada uno de los departamentos. En esta
encuesta las diferencias entre los tres departamentos son mínimas: en todos se
presenta la importante diferencia entre el mayor uso masculino del guaraní y
mayor uso femenino del castellano. Solamente en Concepción la diferencia del
uso del castellano por ambos sexos es algo menos importante que en los otros dos
departamentos. Es decir, la comparación con los resultados de la encuesta escrita
no ha comprobado una mayor importancia de la variable sexo en uno de los
departamentos (Concepción) en comparación con los otros dos, pero sí ha com-
probado la influencia de la variable sexo en el uso lingüístico. Dadas las caracte-
rísticas de esta muestra, esta variable parece ejercer una influencia más importan-
te en la generación joven de nivel sociocultural alto.
Russinovich Solé afirma que “desde un punto de vista lingüístico, tanto en la pre-
sente generación como en la que precede inmediatamente, han sido los hombres,
quienes por necesidad y oportunidad, han manejado más comúnmente el guaraní
en el medio asunceno que las mujeres”, concluyendo que “el guaraní se asocia
con el mundo masculino y con la masculinidad” (2001: 81; cf. 1996: 100). Y más
tarde repite: “Por razones ocupacionales y las esferas de interacción masculinas,
el hombre paraguayo usa más comúnmente el guaraní que la mujer” (2001: 122).
Es cierto que tanto en las zonas rurales como urbanas los hombres guaraniha-
blantes suelen ejercer profesiones en los que interactúan más bien con otros gua-
ranihablantes, sea en las zonas rurales en el sector agropecuario, sea en las ciuda-
des como obreros no cualificados y vendedores ambulantes, mientras que es muy
común que las jóvenes guaranihablantes trabajen de empleadas en hogares que
son mayoritariamente castellanohablantes y entren así en un contacto mucho más
intenso con el castellano. También Gynan, después de examinar minuciosamente
los resultados del Censo 1992, concluye:
el monolingüismo en guaraní se correlaciona negativamente con el uso de otros idio-
mas, residencia urbana, y empleo femenino. El bilingüismo se correlaciona positiva-
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 167
mente con lugar de residencia, años de instrucción, y empleo femenino, pero se corre-
laciona negativamente con empleo masculino. El monolingüismo en guaraní le es,
pues, una ventaja al hombre rural…(Gynan 20032: 32-33).4
4 Joan Rubin (1966: 73-74), al estudiar la correlación entre las variables sociales y el grado
de bilingüismo, todavía llegaba a conclusiones contrarias. Mientras que en el ámbito urba-
no (Luque) el sexo no se mostró como una variable significativa para el bilingüismo indivi-
dual, en el ámbito rural (Itapuami) había un porcentaje considerablemente mayor de hom-
bres bilingües, coordinados y subordinados, que mujeres, siendo la diferencia de más de un
20%. Rubin lo atribuye a “the greater amount of education for men, and the increased
opportunities for exposure through travel, army service, and work experience”. Si había
alguna diferencia importante en el nivel de estudios de hombres y mujeres en el ámbito
rural en los años cincuenta y los sesenta –por desgracia, nos faltan los datos al respecto de
los censos de 1950 y 1962–, hoy en día esa diferencia es mínima. En 2002, el promedio de
años de estudio para la población masculina de 15 años y más de todo el país era 7,2, para
la femenina 7,1 años (DGEEC 2004a: 36). En el área rural el promedio de años de estudios
aprobados para la población de 5 años y más era 4,5 para hombres y 4,2 para mujeres
(DGEEC 2004a: 98-99).
5 En el uso con la gente del campo parece haber un error en la pág. 367 en el porcentaje del
uso promedio del guaraní por las mujeres, ya que aparece una cifra mucho más alta de lo
que podría ser, y que, además, difiere del valor respectivo en la tabla sinóptica n.º 12, pág.
384. Hay también una discrepancia entre los porcentajes promedios en cuanto al uso lin-
güístico con el curandero: en la pág. 390 parece afirmarse que también en este contexto las
mujeres utilizan el guaraní más que los hombres, a diferencia de la tabla sinóptica n.º 13, en
la pág. 418. Comparándolo con los porcentajes proporcionados por los grupos estándar
parece que lo primero es un error.
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 168
Resumiendo, tanto los resultados del ALGR como los nuestros, como los de otros
estudios recientes contradicen la creencia popular de que son las mujeres las que
más hablan y transmiten el guaraní, lo que también comenta el ALGR, al referirse
al uso mayor del guaraní por los hombres en la comunicación con sus padres: “Es
uno de los resultados que podrían llevarnos a pensar que el guaraní ya no es len-
gua de la mujer sino lengua del varón” (ALGR-S I,335). Esa convicción popular se
basa en por lo menos dos tópicos: el primero sería la transposición a la actualidad
del modelo del mestizaje guaraní-español de la primera época colonial, es decir,
la unión entre los conquistadores y colonizadores –varones– españoles con las
mujeres guaraníes. De este esquema se sirvió ya Félix de Azara para explicar la
diferencia entre la situación lingüística de Paraguay y Buenos Aires:
Los que habitan el gobierno de Buenos Aires provienen más de reclutas continuas de
inmigrantes procedentes de Europa que de la mezcla con los indios, que en este país
han sido siempre en número escaso, y por esto es por lo que hablan español. Por el
contrario, los españoles del Paraguay y sus vecinos los habitantes del distrito de la ciu-
dad de Corrientes proceden principalmente de la mezcla de sus antepasados con las
indias, como hemos dicho. Por esto hablan guaraní… (Azara 1969: 280).
Más arriba hemos visto un testimonio parecido de José Cardiel (1758/1900: 392-
393), de un cuarto de siglo antes: “en las villas y en todas las poblaciones del
campo, chacras y estancias no se habla ni se sabe por lo común, especialmente
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 169
entre las mujeres, más que esta lengua tan corrupta”; no obstante, también otros
autores atestiguan esta desigualdad del uso o conocimiento lingüístico, como el
ya mencionado John Parish Robertson en Corrientes en 1811:
…exceptuando a los hombres de la mejor clase, pocos se expresan en castellano con
fluidez y corrección. Las mujeres casi invariablemente lo hablan con dificultad y a
disgusto, prefiriendo en mucho el idioma guaraní, en que son muy elocuentes (cit. en
Melià 1992: 158).
El tópico del mestizaje ciertamente tuvo su validez para explicar la variación dia-
sexual del conocimiento y uso lingüístico en la primera generación colonial, pero
más allá la causa fue más bien la falta de oportunidades educacionales y sociales
para las mujeres de aprender el castellano, que se perpetuó hasta la primera mitad
del siglo XX.
El segundo tópico consiste en que el hombre sale más de su entorno por motivos
laborales y tiene contactos más diversificados socialmente y así también la posi-
bilidad y/o necesidad de utilizar mayor variedad de códigos, mientras que la
mujer se queda en casa y entra en situaciones comunicativas menos diversifica-
das. Si esto fue válido alguna vez en el pasado, hoy en día ya no lo es, como
hemos mencionado arriba: hoy en día son más bien las mujeres, que salen de
zonas rurales a centros urbanos a trabajar como empleadas domésticas o merca-
deras, etc., y están expuestas al castellano mucho más que los hombres, que se
quedan a trabajar en el campo en un ambiente netamente guaraní. Y esto sin men-
cionar a las generaciones más jóvenes, donde la situación ya es, por supuesto,
completamente diferente.
Los resultados más bien parecen confirmar que en Paraguay también funcionan
aquellos principios sociolingüísticos generales de que las mujeres tienden a usar
más las formas prestigiosas, es decir, el castellano, y los hombres se dirigen más
a menudo por el principio del prestigio encubierto, que favorece el uso del guara-
ní. El otro motivo son las mencionadas razones de tipo de empleo.
En cuanto a la diferencia entre los departamentos en la influencia de esta varia-
ble, el ALGR-S (II,160-269) no atestigua ninguna disimilitud sustancial entre los
resultados en los tres departamentos investigados por nosotros. La diferencia tan
marcada que obtuvimos para el departamento de Concepción es causada, en nues-
tra opinión, por el carácter de la zona en la que hemos llevado a cabo la investi-
gación. De las tres áreas rurales investigadas, fue en esta donde más se producía
la correlación entre el uso lingüístico y la diferenciación ocupacional entre hom-
bres y mujeres. De nuestros informantes en esta región varios varones eran mono-
lingües o casi monolingües en guaraní, mientras que todas las mujeres entrevista-
das del mismo lugar, con el mismo grado de educación, del mismo nivel
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 170
sociocultural, eran más o menos bilingües. Sin embargo, para poder llegar a unas
conclusiones más precisas, habría que trabajar con una muestra más amplia en
cada uno de los lugares.
TABLA 24
Idioma/s que hablan las personas por sexo, según el Censo 2002 (DGEEC 2004a: 123)
GRÁFICO 64
Lengua materna según sexo, muestra total de la encuesta oral
50
41
40 37
30
20
10
10 6 7 6
0 1
0
hombres mujeres
2.2. CONCLUSIÓN
Las diferencias entre el uso lingüístico de los hombres y de las mujeres en ambas
muestras son estadísticamente significativas, aunque en la muestra de la encuesta
oral en Itapúa y Guairá se trata de una influencia más bien débil y, sobre todo, en
el departamento de Concepción es donde estos resultados son marcadamente
diferentes. Como la comparación con los resultados de la encuesta escrita no ha
constatado ninguna diferencia importante entre los tres departamentos en este
aspecto, se necesitaría otra investigación para comprobar si se trata de una carac-
terística general, o una coincidencia que se dio en nuestro grupo de informantes.
Los resultados de la encuesta escrita parecen indicar que la variable sexo tiene
más influencia en la generación joven de nivel sociocultural alto.
GRÁFICO 65 GRÁFICO 66
Uso según nivel, enc. oral. Total Uso según nivel, enc. oral. Itapúa
GRÁFICO 67 GRÁFICO 68
Uso según nivel, enc. oral. Concepción Uso según nivel, enc. oral. Guairá
600 496
500
502 450
500 401
399 400
400 350
287 300 240
300 250 213
191 200 171
200 129
116 150 107
100 37 31 100
0 0 0 0 50 30 34
0 0 0 0 0
0
estrato bajo estrato alto estrato bajo estrato alto
g c c+g c+otra otra ns/nr g c c+g c+otra otra ns/nr
LENSO-24
TABLA 25
Variable social: nivel sociocultural (%)
3/11/09
Estr. bajo Estr. alto Estr. bajo Estr. alto Estr. bajo Estr. alto Estr. bajo Estr. alto
01:29
Los valores individuales cuya diferencia es estadísticamente significativa están en negrita (signif. 0,01).
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 174
TABLA 26
Porcentaje de la Población (de 5 y más años de edad), según Idioma Hablado
con más Frecuencia en el Hogar, según nivel de ingresos en el hogar
(EIH 2000/01)6
[¿Qué lengua hablaba con su suegra?] …Guaraní. Todos, todos analfabetos antes
(C-GIIIbMS).
[¿Qué lengua suele hablar con sus hijos?] Todos hablan en guaraní, pero saliendo por
allí ya todito en castellano, porque toditos son estudiados, py. Hay alguien que estu-
dia… mi hija es profesora, otro es policía, así es, de diferente (V-GIIIbMS).
El nivel del analfabetismo según las cifras oficiales ha bajado en los últimos 20 años
de una manera espectacular: en el año 2002 fue tres veces más bajo que en 1982:
TABLA 27
Analfabetismo de la población de 15 años y más por área, 1972-20027
Por área 11,4% 26,0% 11,5% 29,9% 5,8% 14,3% 4,9% 10,3%
6 “Porcentaje de la población (de 5 y más años de edad), según idioma hablado con más fre-
cuencia en el hogar” (DGEEC 2002a: 21). La encuesta se hizo en 8.960 viviendas, lo que
supone un 8 por mil de la totalidad de las viviendas según el Censo 2002.
7 “Cuadro Nº P-7: PARAGUAY: Población de 15 años y más de edad analfabeta según sexo y
área urbana-rural. Periodo: 1972-2002” (DGEEC 2004a: 37). La estimación basada en la
Encuesta Integrada de Hogares 2000/01 suponía un 8,4% de los analfabetos en la pobla-
ción de 15 años y más (“Cuadro 16. Tasa de analfabetismo de la población de 15 años y
más de edad por sexo, según grupos de edad” [DGEEC 2003a: 42]).
LENSO-24 3/11/09 01:29 Página 176
A pesar de que los últimos números suscitan interrogantes, dada la definición del
analfabeto según el Censo 2002, que es “toda persona de 15 años y más que en el
momento del Censo no tiene el segundo grado aprobado de la educación escolar
básica o de la educación de adultos” (DGEEC 2004a: 276) –o sea, no se dice nada
sobre el analfabetismo real de la persona–, no hay duda de que el nivel de la edu-
cación está realmente creciendo y que el porcentaje de los analfabetos está bajan-
do, aunque a lo mejor no tan espectacularmente. De ser ciertos estos números,
son testimonio de que es posible pasar dos grados de la EEB y quedar monolingüe
guaraní, puesto que, como hemos visto, según el último censo aproximadamente
un cuarto de la población es monolingüe guaraní (un 23,8%), así que hay aquí
una diferencia marcada, en relación con aquel 7,1%, de otra manera imposible de
explicar –salvo que se trate de datos completamente inventados–.
3.2. CONCLUSIÓN
Nuestros resultados comprueban que la variable nivel sociocultural es un factor
decisivo en el uso lingüístico, mucho más importante que las variables edad y
sexo. El estrato social alto tiene una clara preferencia por el castellano como len-
gua más prestigiosa, lo que a la vez contribuye a la confirmación de su estatus.
Este círculo vicioso causa-efecto es aún más patente en relación con el nivel de
estudios en el que principalmente nos hemos basado nosotros para definir los dos
niveles socioculturales en nuestra encuesta oral. Los guaranihablantes tienen un
peor acceso a los niveles más altos de la educación, aprenden menos castellano,
usan más guaraní, y se quedan en los niveles más bajos de la escala social. Los
castellanohablantes tienen mejor acceso a la educación, usan más el castellano y
se identifican con el nivel más alto de la sociedad.
El aumento del nivel de educación, de años de estudio aprobados, y la disminu-
ción del analfabetismo tienen, por supuesto, sus consecuencias a nivel lingüísti-
co, que pueden no ser beneficiosas para el guaraní. A pesar de la reforma bilingüe
de “mantenimiento”, la cada vez mayor escolarización en la generación joven
sigue siendo un factor castellanizante, al dar un acceso cada vez mejor al castella-
no, la lengua de mayor estatus social. En las grandes ciudades es un fenómeno
muy frecuente que el guaraní se estudia, pero los alumnos en realidad ya no lo
hablan.
tiene sus profundas raíces en los comienzos mismos de la colonia, fue observado
ya en tiempos muy antiguos, como hemos visto en los comentarios de Azara y
Cardiel, y ha sido confirmado por cualquier estudio sobre la situación bilingüe
paraguaya, desde el memorial trabajo de Rubin (1968) hasta el Censo 2002. A
diferencia de la mayoría de los estudios, que consideran exclusivamente la dico-
tomía entre el área rural y el área urbana, hemos considerado tres las áreas, para
poder ver con más precisión la situación lingüística en aquellos lugares donde
estas dos áreas suelen encontrarse: en las cabeceras distritales que nosotros
hemos denominado área semiurbana.
GRÁFICO 69 GRÁFICO 70
Uso según residencia, enc. oral. Total Uso según residencia, enc. oral. Itapúa
GRÁFICO 71 GRÁFICO 72
Uso según residencia, enc. oral. Concepc. Uso según residencia, enc. oral. Guairá
TABLA 28
178
Variable social: residencia (%)
3/11/09
Rural Semiurb. Urbana Rural Semiurb. Urbana Rural Semiurb. Urbana Rural Semiurb. Urbana
01:30
g 63,5±1,2 42,3±1,2 31,6±1,1 53,9±2,1 31,6±2,0 36,3±2,0 77,3±1,8 51,4±2,1 31,0±1,9 59,2±2,1 43,8±2,1 27,5±1,9
c 19,3±1,0 35,9±1,2 45,2±1,2 23,1±1,8 43,3±2,1 41,1±2,1 10,3±1,3 31,6±2,0 42,9±2,1 24,5±1,8 32,8±2,0 51,6±2,1
c+g 13,2±0,8 17,7±0,9 18,2±0,9 17,9±1,6 19,5±1,7 17,0±1,6 9,0±1,2 ª13,5±1,4 20,9±1,7 12,6±1,4 20,0±1,7 16,7±1,6
Página 178
c+o 0,0±0,0 0,4±0,2 0,1±0,1 0,0±0,0 1,1±0,4 0,4±0,3 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0
otra 0,0±0,0 0,1±0,1 0,1±0,1 0,0±0,0 0,2±0,2 0,2±0,2 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0 0,0±0,0
ns/nr 4,1±0,5 3,8±0,5 4,8±0,5 5,1±0,9 4,4±0,9 5,0±0,9 3,4±0,8 3,5±0,8 5,1±0,9 3,7±0,8 3,4±0,8 4,2±0,9
8 Con esto queremos corregir las conclusiones basadas en los datos de la primera parte de la
muestra (24 personas) de este departamento, tal como aparecen comentados en Zajícová
(2004 y 2005b). Para el presente trabajo la muestra fue ampliada a 36 personas y los infor-
mantes seleccionados con una precisión mayor en cuanto a la variable residencia.
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 180
Si. Porque yo vivo en la campaña y ahí más se habla en guaraní. Y acá en la ciudad, la
primera véz que vine al colegio, no en este nivel, para seguir mi secundaria, porque
todos hablaban en castellano (E 59).
En nuestra ciudad la gente es muy vulgar en ese aspecto trata de menos al q’ habla
nuestro ava ñe’ẽ (E 314).
Es decir, mientras haya diferencias sociales que puedan crear conflictos sociales,
estos se van a proyectar en las lenguas. Es cierto que –volviendo al tema del
carácter del bilingüismo paraguayo– con esto llegamos al extremo de que llamar
diglósico a un bilingüismo social es no decir nada, un bilingüismo siempre es
diglósico, puesto que siempre existe la diferenciación funcional que conlleva la
diferencia de prestigio. Así que más bien estamos ante el problema del grado de
esta diferencia de prestigio que se deriva de las diferencias sociales. Por supues-
to, en una sociedad donde las diferencias sociales sean tan grandes que seriamen-
te perjudiquen la vida de un considerable sector de la sociedad, allí el conflicto
percibido a nivel lingüístico será mucho más hondo que en una sociedad donde
reina la relativa paz social y la medida de las diferencias sociales es aceptable
para la gran mayoría de sus miembros.
En conclusión, este tipo de experiencias es simplemente otra prueba de la identi-
ficación del castellano como lengua de mayor prestigio, y de que la situación lin-
güística paraguaya encierra en sí ciertos conflictos, en lo que estamos de acuerdo
con, por ejemplo, Fasoli-Wörmann (2002), y en contra de los que niegan que la
situación lingüística paraguaya sea conflictiva.9 La coexistencia de dos lenguas
suele parecer complementaria y pacífica solo hasta el momento en que una len-
gua empieza a invadir el dominio de la otra, lo que es válido tanto para la varie-
dad alta como para la variedad baja, como ya se ha visto en los conflictos relacio-
nados con los casos ejemplares de las situaciones diglósicas a los que aludía
Ferguson en su clásico artículo (1959).
9 Por ejemplo, Granda (1995: 212 = 1999: 240) afirma que las singulares circunstancias his-
tóricas que se dieron en Paraguay resultaron en “producción de una situación de diglosia no
conflictiva, con el español como lengua alta (H) y el guaraní como baja (L), determinadora
de la asignación, comunitariamente compartida, de funciones y ámbitos complementarios
de uso a cada una de las dos lenguas; caracterización aditiva, no sustractiva, de la modali-
dad de diglosia generada en el área” [subrayado original].
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 183
TABLA 29
Hogares y hablantes según área urbana-rural e idioma del hogar, Censo 2002
(DGEEC 2004a: 263)
Los datos de esta tabla precisan de un comentario. El Censo preguntaba por la lengua
habitualmente hablada en el hogar y los porcentajes de los hogares aparecen en las
primeras líneas de cada categoría. Sin embargo, como el promedio de personas por
hogar es ligeramente diferente en zonas rurales y urbanas, igual que hay diferencia
entre hogares guaranihablantes (4,8 personas para el país total, 4,5 para la zona urba-
na, 5,0 para la rural) y castellanohablantes (4,4 para las tres categorías), hemos consi-
derado interesante comparar también los hablantes, cuyo número hemos obtenido al
multiplicar el promedio en cada categoría. La diferencia entre el número total de
hablantes en la última columna de esta tabla y la población total del país (5.163.198
personas) (DGEEC 2004a: 77) fue causada por el inevitable redondeo presente ya en
los datos proporcionados por la DGEEC. Los porcentajes que se refieren al número de
hablantes (en negrita) dan, en nuestra opinión, una información más exacta, pero
repetimos que se trata del uso habitual en casa, no del conocimiento lingüístico, que
fue investigado por otra pregunta y cuyos resultados hemos recogido más arriba.
Esta diferencia fundamental entre el área rural y la urbana a lo largo de todo el
país se expresa de una manera muy variada a nivel departamental, donde hay
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 184
GRÁFICO 73
Idioma del hogar según distrito y área urbana-rural en lugares investigados.
Itapúa, Censo 2002
otro
10
TABLA 30/I
Idioma del hogar según distrito y área urbana-rural en lugares investigados.
3/11/09
Itapúa.Censo 200210
% Total Urbana Rural Total Urbana Rural Total Urbana Rural Total Urbana Rural
Guar. 64,1 42,3 75,5 37,6 29,1 62,0 42,3 26,2 42,7 51,0 28,8 57,8
Cast. 31,6 55,8 18,9 61,3 69,7 37,3 57,1 67,2 56,8 45,7 68,8 38,6
Análisis de las variables sociales
Página 185
Otro 4,3 1,9 5,6 1,1 1,2 0,7 0,6 6,6 0,5 3,3 2,4 3,6
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
TABLA 30/II
Idioma del hogar según distrito y área urbana-rural en lugares investigados.
Itapúa, Censo 2002
Guar. 75,2 14,7 78,5 54,8 51,0 62,5 67,0 48,8 91,7
Cast. 23,4 75,0 20,6 43,7 48,0 35,0 32,8 50,9 8,2
Otro 1,4 10,3 0,9 1,5 1,0 2,5 0,2 0,3 0,1
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
185
“CUADRO V09: PARAGUAY: Hogares particulares por idioma del hogar, según departamento,
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 186
medio del departamento y también del país–. Las diferencias se invierten en el uso
del castellano, desde el 56,8% hasta el 8,2%, respectivamente. Nuestros informan-
tes del área rural procedían de los distritos Nueva Alborada y Coronel Bogado,
ambos con un uso del guaraní algo mayor que el promedio departamental.
En el área urbana hay unas diferencias igualmente marcadas: desde el 14,7% del
guaraní en Nueva Alborada hasta el 51,0% en Carmen del Paraná, y, al revés,
desde el 75,0% hasta el 48,0% del castellano, respectivamente. Los informantes
de nuestra categoría de residencia semiurbana procedían de las áreas urbanas de
Cambyretá, Capitán Miranda, Carmen del Paraná y Coronel Bogado.
Quizás merezca mención que de los tres departamentos investigados es este el
que más se ajusta, según el Censo 2002, al promedio de todo el país en el uso lin-
güístico promedio: aproximadamente dos terceras partes del guaraní y una terce-
ra del castellano.
GRÁFICO 74
Idioma del hogar según distrito y área urbana-rural en lugares investigados.
Concepción, Censo 2002
otro
TABLA 31
Idioma del hogar según dto. y área urbana-rural. Concepción, Censo 2002 (DGEEC 2004b: 675)
3/11/09
% Total Urbana Rural Total Urbana Rural Total Urbana Rural Total Urbana Rural
01:30
Guar. 83,0 65,8 94,6 73,0 58,6 96,0 96,7 88,7 98,6 92,4 76,4 96,7
Cast. 15,0 33,7 2,4 26,5 40,9 3,4 3,1 11,0 1,2 6,1 23,3 1,5
Análisis de las variables sociales
Otro 2,0 0,5 3,0 0,5 0,5 0,6 0,2 0,3 0,2 1,5 0,3 1,8
Página 187
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
TABLA 32
Idioma del hogar según dto. y área urbana-rural. Guairá, Censo 2002 (DGEEC 2004b: 677-678)
% Total Urbana Rural Total Urbana Rural Total Urbana Rural Total Urbana Rural
Guar. 82,3 62,5 94,3 63,3 51,3 94,0 97,4 79,5 98,2 92,6 78,2 97,4
Cast. 16,3 37,1 3,7 36,2 48,1 5,9 2,6 20,5 1,7 7,2 21,8 2,4
Otro 1,4 0,4 2,0 0,5 0,6 0,1 0,0 0,0 0,1 0,2 0,0 0,2
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
187
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 188
Nuestros informantes del área rural procedían todos del distrito de Belén, que se
aproxima casi al cien por ciento del uso de guaraní. Las áreas urbanas difieren un
poco entre sí: es en la capital donde menos se usa el guaraní, el 58,6%, sigue Hor-
queta con el 76,4% y Belén con el 88,7%, que supera incluso el promedio del uso
de guaraní en el área rural para todo el país. Las dos últimas son para nosotros
áreas semiurbanas.
GRÁFICO 75
Idioma del hogar según distrito y área urbana-rural en lugares investigados.
Guairá, Censo 2002
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
á-T
á-U
Vi a-T
Vi a-U
-R
-T
-U
n S ja-R
n S or-T
-U
R
á-R
or-
rja
ca
Sa ador
rja
air
c
air
air
ad
ad
rri
rri
rri
Bo
Bo
Bo
Gu
Gu
Gu
alv
alv
lla
alv
lla
lla
Vi
to.
nS
to.
to.
Dp
Dp
Dp
Sa
Sa
GRÁFICO 76
Lengua materna según dpto., encuesta oral
35
31
30 28
25
19
20
15
11
10
5 5 4
5 3
1 0 1 0
0
Itapúa Concepción Guairá
GRÁFICO 77
Lengua materna según dpto., encuesta escrita
500 478
390
400
301 288
300
243
184 203 175
200 160
100
29 17 17
4 0 1
0
Itapúa Concepción Guairá
TABLA 33
Lengua materna de los informantes de las encuestas orales y escritas
Oral Escrita
Encuesta
Itapúa Concepción Guairá Itapúa Concepción Guairá
Como en nuestra encuesta fue posible considerar ambos idiomas como lengua
materna, la comparación con el censo puede ser solamente aproximativa y más
bien sirve para comparar los tres departamentos entre sí y para ver si están pre-
sentes las mismas tendencias que las que se pueden ver en los datos del Censo
2002. En este sentido es posible dar una respuesta afirmativa. La lengua materna
de nuestros informantes de la encuesta oral se corresponde con el promedio de la
lengua hablada en el hogar en cada uno de los departamentos. En cuanto a nues-
tros informantes en la encuesta escrita, hay que tomar como referencia el prome-
dio de la lengua hablada en el hogar en el área urbana de dichos departamentos,
puesto que en esta muestra prevalecían los de procedencia urbana y semiurbana,
y otra vez es posible constatar que su lengua hablada se corresponde con la len-
gua en el hogar de una manera muy similar. Al igual que en el Censo 2002, donde
el uso del castellano en el área urbana de Itapúa supera el del guaraní, a diferen-
cia de Concepción y Guairá, también en nuestra muestra el castellano como len-
gua materna en Itapúa supera el guaraní, a diferencia de Concepción y Guairá.
población rural, de modo que la proporción entre la población urbana y rural fue
cambiando lentamente, hasta invertirse por primera vez en el año 1992, lo que se
confirmó ya con una diferencia marcada de más de 10% en el año 2002, como se
puede apreciar en el siguiente gráfico y las Tablas 34 y 35.
GRÁFICO 78
Población por área urbana/rural según los censos 1950-2002
Mientras que en 1950 la población rural era dos veces mayor que la urbana, pro-
porción que cambió muy poco hasta 1972, en 1982 los porcentajes ya se acerca-
ron mucho más y en 1992 las diferencias se nivelaron casi perfectamente. El año
2002 presenta casi los mismos porcentajes, pero invertidos en comparación con
el 1982: el 56,7% de la población vive ahora en el área urbana y el 43,3% en el
área rural (DGEEC 2004a: 77).
Las causas de la creciente urbanización de la población paraguaya son por lo
menos dos. La más importante es, por supuesto, la migración. Los datos del
Censo 2002 sobre la migración interna reciente (quienes cinco años antes, es
decir, en 1997, vivían en otro departamento) no nos sirven para poder obtener los
datos exactos del tipo de migración según área urbana y rural, puesto que consi-
dera solo la migración interdepartamental, y no la migración entre las áreas den-
tro de un departamento. Además, en un alto 20,8% de los emigrantes interdepar-
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 192
2.928.437
2.234.761
No informado
Población por área urbana/rural según los censos 1950-2002 en porcentajes y números absolutos11
1992-2002
162.165
28,3%
2002
2,2
3,4
0,8
42,8 1.295.345 50,3 2.089.688 56,7
Rural-rural
51.780
9,0%
1992
1982-1992
3,2
4,9
1,7
Rural-urbana
89.991
15,7%
1982
1972-1982
2,5
3,9
1,6
Urbana-urbana Urbana-rural
TABLA 34
TABLA 35
TABLA 36
31.290
882.345
5,5%
1972
37,4
1962-1972
238.400
2,6
3,1
2,4
41,6%
651.869
1962
35,8
% migrante/Total
12,5% (= 100%)
1950-1962
459.726
868.726
573.626
2,7
3,0
2,5
1950
34,6
65,4
Urbana
Urbana
Núm.
Rural
Total
Rural
11 “PARAGUAY: Población total por área urbana-rural y sexo, según grupos de edad, 1950”,
“PARAGUAY: Población total por área urbana-rural y sexo, según grupos de edad, 1962”,
“PARAGUAY: Población total por área urbana-rural y sexo, según grupos de edad, 1972”,
“PARAGUAY: Población total por área urbana-rural y sexo, según grupos de edad, 1982”,
“PARAGUAY: Población total por área urbana-rural y sexo, según grupos de edad, 1992”,
“PARAGUAY: Población total por área urbana-rural y sexo, según grupos de edad, 2002”
(DGEEC 2004b: 287-292).
12 “Cuadro No. P-11. Paraguay: Población migrante en el último quinquenio por corrientes
migratorias según sexo y área. Período 1982-2002” (DGEEC 2003b: 55).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 193
13 “CUADRO P23: PARAGUAY: Población de 5 años y más de edad por condición migratoria
interna de acuerdo al lugar de residencia 5 años antes y saldo migratorio neto, según área
urbana-rural, sexo y grupos de edad, 2002” (DGEEC 2004a: 175).
14 “CUADRO P29: PARAGUAY: Población mujeres de 12 años y más de edad por número de
orden del último hijo nacido vivo y total de hijos nacidos vivos, según área urbana-rural y
edad de la mujer, 2002” (DGEEC 2004a: 205).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 194
de vista censal todavía no significa que con un mero acto administrativo cambien
los hábitos lingüísticos. Pero esto se puede afirmar solo desde una perspectiva
inmediata, puesto que desde la perspectiva de medio y largo plazo este hecho
puede tener, efectivamente, su influencia a nivel lingüístico: la función de una
cabecera distrital está relacionada con el aumento de dominios lingüísticos que
son propios del castellano (la administración, las instituciones educativas de
niveles más altos, etc.).
Para el uso lingüístico es mucho más importante, más que un cambio administra-
tivo, el cambio a nivel social y cultural, el proceso de la urbanización de las zonas
tradicionalmente rurales que se está produciendo actualmente gracias a la cons-
trucción de nuevas carreteras asfaltadas y, como consecuencia, mejores posibili-
dades de comunicación con centros urbanos, gracias a la llegada de tecnologías
modernas, gracias a la introducción de luz eléctrica (que en más de la mitad de
los hogares en zonas rurales no se produjo hasta bien entrados los años noventa
–y todavía hay casi una cuarta parte de los hogares sin ella–), lo que supone la
llegada inmediata de la televisión, “an incalculably lethal new weapon … ‘cultu-
ral nerve gas’”, según Krauss (1992: 6). Para darnos cuenta de qué influencia
puede ejercer en lo lingüístico basta ver, por ejemplo, cuántos paraguayos decla-
ran saber portugués solo por mirar la televisión brasileña: “[Conozco] el portu-
guez por la parabólica” (C 600).
Ahora hay casi once veces más viviendas provistas de televisión que en el año
1972 y casi el doble que en el año 1982. En el área rural el número de hogares
con televisión se duplicó solamente en los últimos diez años, como se puede ver
en la Tabla 37.
Con todo esto está desapareciendo rápidamente el aislamiento que tan propicio le
era al guaraní:
[¿Todos los paraguayos conocen el castellano?] No sé eso, no sé eso, parece que no
hay… [HIJA: Porque hay lugares…] Heẽ… no hay ni luz por allí. No saben hablar cas-
tellano (E-GIIIbMR).
TABLA 37
Luz eléctrica y televisión en las viviendas, 1950-200215
Total Total Urbana Rural Urbana Rural Urbana Rural Urbana Rural
Por área – – 41,7% 1,2% 75,2% 8,0% 92,2% 23,0% 97,2% 77,8%
donde el uso lingüístico no está relacionado con una etnia, como en la mayoría
del resto de situaciones de bilingüismo y multilingüismo en el mundo, sino que
en este caso cada lengua es el vehículo de expresión de una cultura diferente, no
definida étnicamente, sino por la diferencia entre la cultura urbana y rural. El
guaraní va íntimamente unido a la cultura rural, el castellano a la industrializada
y técnica vida urbana.
Es de suponer que las diferencias de modo de vida entre el área urbana y rural
sean cada vez menores y la complejidad de la vida urbana estará cada vez más
presente incluso en las áreas tradicionalmente rurales, igual que sucedió en los
países desarrollados. La complejidad de la vida se refleja en la complejidad de
los fines y contextos para los que tiene que servir una lengua en su carácter de
instrumento de comunicación. Aquí podemos volver a mencionar el artículo de
Garvin y Mathiot (1960): hace falta “urbanizar” el guaraní para que la creciente
urbanización no acabe con él. Por supuesto que en este sentido el castellano lleva
mucha ventaja sobre el guaraní.
En este contexto tiene singular importancia el ejemplo de Asunción y del depar-
tamento Central, la zona más urbanizada de Paraguay, que con su densidad pobla-
cional de 4377,0 y 552,9 hab/km2, respectivamente, supera por mucho el prome-
dio tanto de todo el país (12,7) como de la Región Oriental (31,5). Hay que
reconocer que el ambiente lingüístico de la capital y de este departamento, desde
el punto de vista del guaraní, no da lugar a mucho optimismo. Asunción y el
15 DGEEC 2004a: 69-70; “Cuadro No. V-5. Paraguay: Tecnologías de la información y comuni-
cación en la vivienda, 1972-2002” (DGEEC 2003b: 23); “CUADRO V05: PARAGUAY: Vivien-
das particulares ocupadas con personas presentes por acceso a la Tecnología de Informa-
ción y Comunicación, según departamento, distrito y área urbana-rural, 2002” (DGEEC
2004b: 622).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 196
departamento Central son los dos únicos departamentos en los que el uso prome-
dio del castellano en los hogares sobrepasa el uso del guaraní, algo hasta hace
poco impensable:
TABLA 38
Idioma del hogar en Asunción y Dpto. Central, Censo 2002 (DGEEC 2004b: 675.683)
Si, cuando estoy en la capital, pues la gente te mira de otra forma si hablas en el gua-
rani (V 874).
Si. Normalmente cuando estan presentes personas que vienen de la capital, ya que
ellos suelen tener un punto de vista muy diferente al nuestro, porque tildan al guaraní
como un idioma vulgar (V 70).
Si en Asunción por ejemplo xq’ allí la mayoría hablan el castellano y a las personas q’
hablan en guarani le dicen campesino (V 103).
Cuándo estoy con otra persona extraña especialmente por los chapín de Asunción
(Capital) (V 953).
Sí. Cuando viajé al exterior (Asunción) porque en ese punto del pais casi no se habla
el guaraní (C 628).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 197
5. Conclusión
El análisis estadístico de los datos obtenidos ha comprobado que las cuatro varia-
bles sociales consideradas por nosotros tienen una influencia estadísticamente
significativa en el uso lingüístico, aunque el grado de esta influencia es diferente,
lo que podemos comparar gracias al mismo análisis. A nivel de la muestra total,
la residencia es el factor que más influencia tiene en el uso lingüístico, seguido de
cerca por el nivel sociocultural. El sexo y la edad ejercen una influencia mucho
menor, la variable edad es incluso la menos importante. Por supuesto que entre
los tres departamentos hay luego diferencias: mientras que el nivel sociocultural
es el más importante en Itapúa y Guairá, la residencia lo es en Concepción. Por
su parte, en Concepción es la variable edad la menos significativa (con lo que
podríamos decir que en este departamento la lengua se transmite más natural-
mente), mientras que en Itapúa y Guairá es la menos importante la variable sexo.
Nuestros datos muestran que la transmisión intergeneracional, el factor decisivo
en la vitalidad de una lengua, ocurre hasta la actualidad con pocas pérdidas. De
ninguna manera se puede observar que haya un sector importante de la población
guaranihablante o bilingüe que haya decidido no transmitir más la lengua guara-
ní. Y si hay padres que potencian la comunicación en castellano con sus hijos,
todavía quedan otros ámbitos donde los niños adquieren la lengua de forma natu-
ral: la familia más extensa, los vecinos, los amigos, los compañeros de la escuela,
etc. La disminución del uso del guaraní que se puede observar a través de las
generaciones es causada por las lentamente cambiantes condiciones sociales, la
1. El guaraní en la educación
Hemos visto cómo en muchos momentos de la historia paraguaya el uso del gua-
raní en la escuela se prohibía, se perseguía o se castigaba. Por otra parte, tantas
prohibiciones oficiales, tantos testimonios de persecución son a su vez prueba de
que el guaraní, aunque no oficialmente, siempre estaba presente en la escuela,
por lo menos en los recreos, y que era prácticamente imposible expulsarlo de allí.
Muchos de nuestros informantes en sus comentarios se referían a las prohibicio-
nes, y eran informantes de muy diferentes edades, lo que comprueba esa larga
tradición de persecución escolar del guaraní. Presentamos aquí algunos de los
comentarios, ordenados cronológicamente según la época aproximada a la que se
referían sus autores:
– los años treinta: “Se prohibió guaraní, se prohibió todo, por eso enten-
demos nosotros ya castellano, porque se crió en castellano, se estudia en
castellano, antes prohibido en la escuela” (C-GIIIbHU, 81 años).
– los años cuarenta: “Nada, en esta época nada. Era lo prohibido de hablar en
guaraní en nuestra época, en guaraní en la escuela” (V-GIIIbMS, 70 años).
– primera mitad de los años cincuenta: “…en nuestra época estaba hasta
incluso prohibido hablar en guaraní, cuando estábamos… cuando la esco-
lar, ¿verdad?” (V-GIIIaMU, 60 años).
– segunda mitad de los años cincuenta: “Anteriormente nosotros cuando
estábamos en la escuela es verdad que nos decían que el guaraní no se
podría luego hablar, ahora nomás que ya se acepta, ¿verdad?” (C-GIIbHU,
55 años).
– segunda mitad de los años sesenta: “…me criaron mis abuelos que serían
mis padres. En mi casa paternal entonces yo hablaba el guaraní, manejaba
netamente el guaraní. Después cuando me fui a hacer mi primer grado en
la escuela, anteriormente cuando yo empecé la escuela primaria, nos exigí-
an las profesoras, netamente teníamos que hablar el español en la escuela,
no el guaraní, por cuando eso no estaba oficializado el guaraní y nos exi-
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 200
gían que solamente teníamos que usar el español, a partir del primer grado.
Y empecé a usar el español, porque era una exigencia. Nosotros no podía-
mos hablar con los profesores en guaraní. Yo hice todo mi escuela primaria
en Paraguarí. Y secundaria conociendo siempre también. Y nos exigían.
Nadie teníamos que hablar en guaraní, ni en el recreo. Entonces, obligato-
riamente teníamos que aprender ese idioma. Pero en la casa siempre usába-
mos el guaraní” (V-GIIaMR, 44 años).
Según Rubin (1968: 29), es a partir del año 1960 cuando el Ministerio de Educa-
ción deja de aconsejar a los maestros que castiguen el uso del guaraní, y permite
su uso para explicar los textos en castellano, para facilitar así la transición del
guaraní al castellano. Sin embargo, hasta finales de los años sesenta –o por lo
menos hasta la adopción de la nueva Constitución en 1967– el ambiente de perse-
cución del guaraní en la escuela no parece cambiar realmente. No obstante, la
incorporación del guaraní en la enseñanza formal empieza incluso mucho antes:
primero en el nivel superior, más tarde en la educación secundaria y por último se
incluye en la enseñanza primaria.
El comienzo de la enseñanza del guaraní a nivel superior data de 1946, cuando se
incorporó como materia en el 3.er curso de la sección Letras en el programa de la
entonces Escuela Superior de Humanidades.1 Esta institución fue creada en 1944
por el Ministerio de Educación para la formación del profesorado de Enseñanza
Media y en 1948 se incorporó a la Universidad Nacional de Asunción como
Facultad de Filosofía (Genes Hermosilla 1978: 9). En 1956 se introdujo el guara-
ní como materia en los programas del Ciclo Básico del Colegio Nacional de la
capital (Genes Hermosilla 2002: 423). El mismo año se celebra en Asunción el
II Congreso Internacional de la Lengua y Cultura Guaraní-Tupí, que recomienda
la incorporación del guaraní en todos los niveles del sistema educacional:
a) Que los programas de alfabetización sean elaborados de modo que ésta se inicie por
el estudio de lectura y ortografía guaraní, pasando concomitante al castellano.
b) Que sean creados [sic] en los cursos de formación de profesores, y en especial los
que se destinan a la enseñanza en poblaciones rurales, cátedras de estudio del gua-
raní.
c) Que sean instituídas o ampliadas cátedras de enseñanza del guaraní en grado uni-
versitario, como asignatura obligatoria, en las secciones de Letras, de Historia y de
Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras, y en las Facultades de Medicina y
Derecho y Ciencias Sociales (II Congreso 1953 [1956]: 681).
1 Como hemos visto, en los países vecinos se impartían los cursos del guaraní a nivel de estu-
dios superiores ya desde hacía varios años: en São Paulo desde 1935 (Berro García 1942:
479), en Montevideo desde 1939 (Bottignoli 1938: 65).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 201
2 Entre otras cosas, es también el autor de la traducción del Nuevo Testamento (Jopare
Pyahu, Asunción: Instituto de Estudios Bíblicos, 1963), y de la traducción del Himno
Nacional.
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 202
ESQUEMA 2
Sistema Educativo Nacional paraguayo después de 1973.
Educación Primaria y Secundaria
16 4.º curso
13 1.er curso
11 5.º grado
10 4.º grado
9 3.er grado
8 2.º grado
7 1.er grado
blemas fueron, sin duda, causados también por el hecho de que la alfabetización
no se hacía partiendo de la lengua materna de la mayoría, el guaraní, aunque en
las zonas rurales era inevitable su uso informal en la clase. Los motivos de los
impulsores de la educación bilingüe también eran diversos. Por supuesto, el obje-
tivo primario era la inclusión de las grandes masas de la población monolingüe
guaraní en el sistema educativo. La conservación y promoción del guaraní se
revela más bien como fin secundario, no perseguido por todos. La reforma signi-
ficó una remodelación total del sistema educativo:
ESQUEMA 3
Sistema Educativo Nacional paraguayo después de la Reforma de 1994
20 Educación
Profesional
19
18 Propedéutico
13 b 8.º grado
12 l 7.º grado
i
11 6.º grado 2.º ciclo
g
10 5.º grado
a
9 4.º grado
t
8 3.º grado 1.er ciclo
o
7 r 2.º grado
6 i 1.er grado
Sin embargo, lo que se pretende alcanzar parece ser, más bien, el bilingüismo
equilibrado, es decir, la misma competencia en guaraní que en castellano, puesto
que el bilingüismo coordinado, el término clásico de Weinreich, no atiende a la
competencia lingüística –la cual debería ser la preocupación de la escuela–, sino
al funcionamiento de la mente bilingüe.6
La primera versión de la educación bilingüe cuya propuesta fue formulada en el
año 1991 se regía por el espíritu de igualdad de ambos idiomas y de ambas moda-
lidades curriculares. El primer grado empezaba con un 85% del tiempo lectivo en
la respectiva lengua materna y un 15% en la segunda lengua. Estos porcentajes se
iban igualando hasta llegar a la proporción de un 50% de cada una en el 9.º grado,
el último de la EEB.
Este diseño general de dos currículos escolares, dos modalidades, uno para hispa-
nohablantes, otro para guaranihablantes, luego se proyectaba en los diseños de
las asignaturas concretas, de las que a la enseñanza lingüística está dedicada la
asignatura llamada Comunicación. Un ejemplo de tal diseño para hispanohablan-
tes sigue a continuación:
ESQUEMA 4
Modelo de Educación Bilingüe Ecléctico: Diseño para Hispano-hablantes 1993
(MEC 1993: 49)
Castellano Guaraní
1.er ciclo 1.er grado 85% (escuchar, hablar, leer, 15% (escuchar,
escribir) hablar)
ESQUEMA 5
Diseño Único de Enseñanza Bilingüe de Mantenimiento:
Modalidad Hispanohablante y Modalidad Guaranihablante (anterior a 1996)
(MEC 1996: 507; cit. en Palacios 2004: 217)
ESQUEMA 6
Diseño Diferenciado (Segundo Ciclo) (a partir de 1996)
(MEC 1996: 507; cit. en Palacios 2004: 217)
que los monolingües en guaraní se hagan cada vez más bilingües, pero que los
monolingües en castellano queden prácticamente monolingües o con un conoci-
miento del guaraní más bien pasivo. Es un paso que en el contexto del debate
constitucional de 1992, presentado anteriormente, no sorprende mucho: en las
intervenciones de los convencionales se veía claramente que muchos aceptaban
la educación en lengua materna (o sea, el guaraní) sólo porque en ella veían la
posibilidad de que los sectores monolingües aprendieran mejor el castellano,
pero no al revés. La meta de la educación bilingüe para muchos era que todos
manejaran el castellano, y no que todos manejaran el castellano y el guaraní. El
problema de que hay un sector considerable monolingüe guaraní, excluido del
sistema, se piensa solucionar no con una real oficialización del guaraní, sino con
una educación que convierta el sector monolingüe en bilingüe (cf. Zuccolillo
2002: 136).
número de escuelas MGH quedó muy por debajo de la petición inicial. En 1998 se
trataba de 472 escuelas con 40.639 alumnos (MEC 2001c: 9), el máximo en su his-
toria, y en 2000 de 235 escuelas de las 5.671 existentes (MEC 2000: 76, cit. en
Mello-Wolter 2004: 261). En esa época la situación de la MGH aún daba lugar a
un moderado optimismo:
La situación está equilibrada (en cuanto al número de instituciones que entran y salen)
con una tendencia más bien decreciente: no hay un abandono colectivo de las escuelas
pero la entrada de instituciones a la modalidad es inferior a la salida (Muñoz Cruz
2002: 167).
7 En el año 2006, el MEC anuncia que quedan 55 escuelas dentro de la Modalidad Guaraniha-
blante, y para el año 2008 se estiman unas decenas restantes como máximo.
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 210
hace poco nomás que se enseña el guaraní científico, ¿verdad? Entonces los profeso-
res mismos no tenían formación. Entonces más bien entorpecían al chico que le ayu-
daban al chico… (V-GIIaMS).
Por otra parte, un cambio hacia la MHH todavía no tiene que significar un cambio
real en cuanto a la lengua de enseñanza, porque en la mayoría de los casos el
maestro sigue con la vieja práctica de explicar en guaraní el contenido de los
libros en castellano. Unos ejemplos muy ilustrativos de qué es lo que realmente
pasa en las clases los constituyen las descripciones minuciosas de las clases
observadas que fueron publicadas a partir de una investigación encargada por el
MEC en 2000 (MEC 2001c: 55-90). Se trataba de 16 clases en total, dos en cada
escuela, una en el 1.er grado y la otra en el 6.º, en 8 escuelas diferentes, 4 de MGH,
4 de MHH, emparejadas y cercanas entre sí en 4 departamentos diferentes –Cen-
tral, Paraguarí, Caaguazú y Concepción–. En el primer departamento se trataba
de una zona urbanizada, en los tres restantes de la zona rural. En las descripcio-
nes se puede ver que muchas veces la lengua de enseñanza “oficial” no se corres-
ponde con la lengua utilizada mayoritariamente en la clase, al verse los maestros
obligados a cambiar la lengua por necesidades comunicativas.
En un caso concreto y, por su parte, muy ilustrativo, se trata de la observación de
dos clases en una escuela rural de MHH en el distrito de Loreto del Dpto. de Con-
cepción. Una clase es de Comunicación Lengua 1, lo que para esta modalidad
debería ser el castellano, pero se trata de un distrito en cuya área rural –donde se
encuentra la escuela observada– la tasa del guaraní como lengua hablada en el
hogar alcanza el 99,5% (DGEEC 2004b: 675), otra de Matemáticas. La lengua de
enseñanza debía ser el castellano, sin embargo, la docente recurría constantemen-
te al guaraní para explicar los contenidos de la clase y asegurarse así tanto la
comprensión por parte de los alumnos como su respuesta (MEC 2001c: 85).
8 Muñoz Cruz (2002: 153) afirma que en un 36% de las escuelas el programa no se ajustaba
al perfil de su comunidad. Parece que las escuelas se seleccionaron desde el centro en con-
sulta con supervisiones, pero con poca participación de las escuelas mismas y de sus comu-
nidades (MEC 2001c: 35).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 211
Parece que ya es una tradición hacer cada diez años una –por lo menos pequeña–
reforma de educación. Lo que, por una parte, no tiene que ser negativo, puesto
que puede significar un continuo esfuerzo hacia el mejoramiento, puede crear por
otra parte una situación de demasiada inestabilidad.
El programa de la Modalidad Guaranihablante ha quedado prácticamente aban-
donado y en 2003 el MEC lanza un nuevo programa llamado Escuela Viva Heko-
katúva,9 que en cuanto al guaraní enseñado parece significar un cambio del puris-
11 Eso fue causado ya por el carácter demasiado general de la pregunta, que ni siquiera distin-
guía entre dos tipos de situaciones en las que los alumnos se encuentran con el guaraní en la
escuela: la enseñanza de guaraní y la enseñanza en guaraní. En nuestra encuesta no hemos
preguntado por la opinión diferenciada sobre estas dos formas, lo que ciertamente hubiera
sido interesante, aunque, en nuestra opinión, para un número considerable de informantes
difícil de separar. La pregunta en el contexto de la encuesta se refería a la educación bilingüe
tal como la conocen los informantes, es decir, tanto la enseñanza en guaraní como de guaraní.
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 214
ESQUEMA 7
Síntesis de las opiniones sobre la EB: comentarios, razonamientos, sugerencias,
críticas
un privilegio.
ESQUEMA 7 (Cont.)
Más igualdad.
Más guaraní.
ESQUEMA 7 (Cont.)
No me gusta, es un fracaso.
Difícil, complicada.
en G.
GRÁFICO 79
Opinión sobre la EB, encuesta oral
35 33
30
30
25 24
20
15
10
6
5 2 3 3 3 3
1 0 0
0
Itapúa Concepción Guairá
GRÁFICO 80
Opinión sobre la EB, encuesta escrita
791
800
700 623 639
600
500
400
300
200
77 107
100 38 27 49 41 37 29 32
0
Itapúa Concepción Guairá
12 Las preguntas eran “¿Te gusta dar guaraní en la escuela?” y “¿Le gustaría estudiar guara-
ní?” (MEC 2001b: 147-148).
LENSO-24
218
3/11/09
01:30
TABLA 39
Opinión sobre la Educación Bilingüe, encuesta oral y escrita (%)
Página 218
TABLA 40
¿Qué opina sobre la educación bilingüe?, encuesta escrita
podría resumir como “hasta los extranjeros se interesan por el guaraní”, lo que
ciertamente puede servir como argumento para querer elevar su estatus:
Es muy importante para aprende esta palabra13 por que los extranjeros tambien la
estan estudiando (C 41).
Yo opino que es una buena idea enzeñar bilingue porq’ hoy en dia hay muchos turista
acá en Py. y ellos quiere hablar en guaraní (V 755).
En mi caso aprovechar para estudiar mi idioma porq’ lugares fuera de nuestro país
estan interesados en nuestro idioma (C 370).
Yo opino que la enseñanza bilingue es muy importante porque usted que viene de otro
pais; se nota que quiere al nuestro (C 206).
13 Se trata de una interferencia del guaraní, donde ñe’ẽ significa tanto ‘palabra’ como ‘len-
gua’.
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 222
Es muy linda, hermosa a través de ella podemos leer, hablar, escribir y comprender las
dos lenguas de nuestro país (V 143).
Qué es una enseñanza muy buena porque através de ella aprendemos a hablar y a
escribir en castellano y guaraní (C 351).
Creo que esta bien, que sepamos hablar y escribir a la vez dos idiomas (C 133).
Estoy muy contenta porque nos da la oportunidad de conocer, poder leer, escribir y
hablar correctamente (E 262).
Es muy importante para el manejo y el uso correcto de los dos idiomas (C 171).
Es importante para poder comunicarse con todas las personas de éste país (C 422).
Es más util para el aprendizaje ya la mayor parte de la población pya. usa el castellano
y el guarani a la vez (V 652).
Nos preguntamos, sin embargo, si para este grupo la educación bilingüe tendrá
sentido también cuando desaparezca el sector monolingüe o casi monolingüe en
guaraní, lo cual es la meta de la educación bilingüe.
El otro grupo enfatizaba el enriquecimiento personal que supone el conocimiento
de dos idiomas, lo que por una parte aumenta la cultura de una persona, por otra
parte más lenguas significan más conocimiento:
Es de cultos conocer varias lenguas (V 545).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 223
Es muy bueno porq’ conocemos mas, y nos enseña como persona y a ser mas culto
(E 372).
Creo que es muy importante por que enrriquece más el conocimiento (C 655)
Es buena, de esa manera da más oportunidad que los niños tenga un concepto más
claro de lo que estudia (V 232).
Pienso que es lo más acertado ya que de esa manera los niños nos entienden mejor
(E 598).
A los paraguayos es lo que más nos identifica. Debemos saber sobre nuestro constum-
bre (C 253).
Me parece una implementación acertada porque necesitamos hablar en las dos idiomas
para el desarrollo cultural de nuestro país (C 235).
Es algo único que no todos los paises cuentan con este sistema por lo tanto eleva el
nivel cultural del pais (V 903).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 224
Es algo explendido ser de un país q’ te ofrece 2 idioma para poder expresarte y decir lo
q’ piensas (C 425).
Creo que es importante y más aún, necesaria, porque es la unica manera de de nuestro
país sea realmente un país bilingüe (V 335).
Como paraguayo me siento orgulloso porque los dos son idiomas oficiales del Para-
guay (C 624).
Que es muy bueno para todo los paraguayos y personas que desea hablar en dos idio-
mas, porque el Paraguay es el único país con dos idiomas oficiales (V 189).
Esta bien porque por ahora en muchas partes del nuestro país parece que se quiere
dejar de lado nuestro idioma guaraní (C 96).
Esta muy bien. Porqué tenemos que conocer nuestra lengua aunque no no guste (C 376).
Es buena, para que los niños puedan aprender desde pequeño el guarani porque
muchas familias les prohiben a sus hijos hablar en guaraní (C 47).
La enseñanza bilingüe es una de las mejores cosas que se ha hecho los ultimos tiempos
porque se le da importancia a las dos lenguas iguales (E 329).
Es una forma de expresarnos cada quien en su lengua materna, sin temer a nada, y que
cada día se está mejorando más (V 338).
Para resumir: nos parece importante que la proporción de los argumentos en las
tres muestras sea muy parecida. Los tres grupos más o menos coinciden en lo que
consideran importante en relación con la educación bilingüe, lo que nos hace
pensar en que la distribución de las opiniones en toda la población joven y de este
nivel social será muy parecida.
GRÁFICO 81
EB: sugerencias, encuesta escrita. Itapúa
fomentar; 5,3%
otras
13,2% profundizar
21,1%
ampliar; 7,9%
metodología
31,6%
restringir
7,9%
igualdad
más guaraní
5,3%
7,9%
GRÁFICO 82
EB: sugerencias, encuesta escrita. Concep.
más guaraní
6,5%
GRÁFICO 83
EB: sugerencias, encuesta escrita. Guairá
otras; 1,9%
metodología
17,8% fomentar
16,8%
más guaraní
5,6%
igualdad
11,2%
profundizar
separar 30,8%
4,7%
restringir ampliar
0,9% 10,3%
Creo que se enseña lo básico, por que se piensa que sería muy complicado para noso-
tros; pero creo que debería de enseñarse más, para que cuando un experimentado hable
en guaraní se le entienda mucho más (C 149).
Hay respuestas más concretas que piden que se respete la igualdad de los dos
idiomas:
Debería de ser 50% y 50% pero en el Paraguay se hace casi el 85% en español y 15%
en guaraní (V 171).
Que tiene su lado positivo y negativo. Negativo porque nos cuesta muchas aveces
entender o expresar nuestras ideas sobre todo en castellano (C 719).
Me parece muy importante porque es importante conocer idiomas pero pienso que
deberíamos hablar mas en nuestro idioma el guaraní (C 349).
Otros piden mejor separación de idiomas en la clase para evitar la mezcla de idio-
mas –lo que consideramos una sugerencia sumamente importante y justificada–,
y hay frecuentes comentarios que se refieren a la forma y a los métodos didácti-
cos con los que la educación bilingüe se está llevando a cabo. Algunos de estos
problemas se salvarían con mayores posibilidades de mejor preparación de los
profesores, sugieren algunos. Además, se requiere que se identifique mejor y res-
pete más la lengua materna del alumno, también se siente la necesidad de mayor
unificación del guaraní enseñado y varios sugieren un mayor enfoque comunica-
tivo y menos enseñanza de ortografía y reglas gramaticales. Algunos de estos
problemas son generales en el contexto de la enseñanza de lenguas.
Que debería enfatizarse la manera de hablar bien el guarani y no la forma de escribirse
precisamente (C 164).
Muy interesante para mantener nuestro idioma, pero preferiría que se enfoque más en
habla que la gramática actual (tiene el mismo esquema que el castellano, se complica
mucho) (C 355).
Que son muy interesantes y facilitan mucho la enseñanza. Que no se debería enseñar
así como se enseña ahora, o sea, que se debería enseñar cosas que nos van a servir para
comunicarnos con los demás (C 351).
Muy escaso, sólo se enseña lo básico, lo importante sería que se practique el guarani
oralmente, dejando un poco de lado la gramática (C 382).
Se enseña más bien vocablos, partes de una oración, clasificaciones etc. (C 240).
En algunos casos alejados de la realidad, ya que se encierra en la gramática y no tanto
en el uso (C 341).
Algunos se alejan de la realidad y enseñan más la gramática (C 340).
Entre los motivos del rechazo se repite que resulta difícil, complicada, que el
guaraní enseñado es demasiado diferente del que se habla y por eso a los castella-
nohablantes el aprendizaje del guaraní culto no les servirá para la mejor comuni-
cación con los guaranihablantes, con lo que se pierde el sentido de la enseñanza.
“No me gusta, porque el guaraní que se enseña, es diferente al que habla la gente coti-
dianamente” (C 423).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 230
GRÁFICO 84
EB: críticas, encuesta escrita. Itapúa
monolingüismo
2,7%
inútil; 10,8% no me gusta
8,1%
entorpece
13,5%
difícil; 32,4%
diferente
32,4%
GRÁFICO 85
EB: críticas, encuesta escrita. Concepción
no elimina
yopará
4,9% no me gusta
monolingüismo 19,5%
7,3%
inútil; 14,6%
difícil; 4,9%
diferente
4,9%
entorpece
43,9%
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 231
GRÁFICO 86
EB: críticas, encuesta escrita. Guairá
no elimina
yopará
no me gusta
monolingüismo 6,1%
27,3%
15,2%
inútil; 6,1%
difícil; 9,1%
entorpece diferente
24,2% 12,1%
Sin embargo, hay algunos que opinan que precisamente la no enseñanza del guaraní
fue la causa del atraso general, como es la siguiente afirmación de la encuesta oral:
Tenemos que valorar lo nuestro… Antes en mi época no se enseñaba el guaraní, y por
eso nos atrasamos mucho nosotros. Ahora recién lo que se está difundiendo … otra
vez nuestro idioma en todo el Paraguay (E-GIIaMU).
Tengo un concepto de que el guaraní le perjudica al… Ahora recién se está enseñando
el guaraní científico, ¿verdad? Pero ayuda muy poco al… al chico. Yo tengo ese con-
cepto. Más le entorpece que le esté ayudando en esos dos idiomas. No sabemos hablar
castellano y no sabemos hablar el guaraní. Y eso crea problemas de personalidad del
chico. [Es decir, ¿no saben hablar?] No saben hablar los dos idiomas, ese es, ese es el
tema. No habla bien el castellano, no hablamos bien el guaraní, entonces nos entorpe-
ce. Yo me ten… tengo ese concepto. Además de eso, el concepto que tengo que hay
muy pocos libros en guaraní. Entonces, ¿de qué sirve conocer mucho guaraní? Porque,
generalmente, los libros más buenos que vienen, vienen del extranjero, en inglés o
castellano. Entonces no es de mucha ayuda. Si vamos a hacer un Paraguay único y
grande, y qué sé yo, científico, va a ser muy diferente, nuestro guaraní, pero eso no…
es muy difícil. Entonces para mí que va a hacer mucho más fácil hablar bien el caste-
llano, que vamos a recibir mucho más información del extranjero, que nosotros mis-
mos vamos a crear acá. Si estoy equivocada, pero yo tengo ese concepto (V-GIIaMS).
Algunos aceptan el guaraní sólo como una materia y no como lengua de ense-
ñanza:
Es muy interesante como paraguayo enseñar guaraní como materia, pero no me gusta
que se enseñe en idioma guaraní las demás materias (V 289).
Me gustaría que se hable todo en una lengua (en una nación), que facilita las cosas, y
creo que no está de mal saber varias lenguas (C 729).
Sobre la enseñanza bilingüe opino que en alguna manera estaria bién pero me gustaría
q. se hablen en un solo idioma (V 598).
Sí, me parece bien. O mejor sería enseñarle a que hablen una sola lengua, porque dicen
que como hay tantos idiomas ya, ya viene el yopará. [¿Y si se enseñara en una sola
lengua, cuál sería?] El guaraní (V-GIbMS).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 233
creencias
= actitud
hechos
Es decir, la actitud es una correlación entre las creencias y los hechos de una per-
sona. Este esquema es una forma simplificada del modelo mentalista de la actitud,
el modelo preferido por la mayoría, del que partimos también nosotros. Este
modelo interpreta la actitud como “un estado mental del individuo” que sería “una
categoría intermedia entre un estímulo y el comportamiento o la acción indivi-
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 234
dual” (Moreno Fernández 1998: 182). La actitud así concebida es una realidad
sumamente compleja y se suele distinguir entre sus varios componentes. A pesar
de varios puntos de vista, la mayoría coincide en distinguir entre tres tipos de inte-
grantes: una valoración (componente afectivo), una creencia o saber (componente
cognoscitivo) y una conducta (componente conativo), cuya estructura interna es
otra vez objeto de diferentes interpretaciones (Moreno Fernández 1998: 183).
El problema consiste en que un estado mental no se puede observar directamente,
a diferencia de la conducta, y si queremos investigar las actitudes concebidas de
esta forma tenemos que deducirlas a partir de la conducta o de otro tipo de datos
que aporte el individuo (Moreno Fernández 1998: 186). Así siempre obtenemos
solo resultados inseguros o discutibles, aproximaciones más o menos lejanas, lo
que es dado ya por el carácter mismo de la actitud. A continuación proponemos
un esquema de la actitud y de las posibilidades de su investigación:
ESQUEMA 8
Actitud social y las posibilidades de su investigación
Conducta
Estímulo comp. Comportamiento
conativo
Comp. cognoscitivo
Hechos
Conocimiento
(aproximativo)
ACTITUD de la actitud
por supuesto, en una estrecha relación con las actitudes lingüísticas hacia ambas
lenguas.
En nuestro cuestionario de la encuesta escrita había varias preguntas que se refe-
rían al tema de la educación bilingüe menos directamente que la pregunta tratada
anteriormente. Creemos que en algunas hemos conseguido una eliminación par-
cial de la parte emocional relacionada con el guaraní. Por otra parte, en este tema
no nos era posible la aplicación sistemática del método de la observación directa
para poder comparar los resultados, puesto que una conducta real no se puede ver
hasta el momento en que, por ejemplo, estos informantes como maestros o direc-
tores de escuelas opten por una determinada modalidad de la educación bilingüe
para sus alumnos o cuando inscriban a sus hijos en la escuela de un determinado
currículum bilingüe, es decir, estamos hablando de un plazo demasiado largo
para poder ser observado dentro del marco de nuestra investigación.
TABLA 41
Tipo de escuela preferida para hijos, encuesta escrita
GRÁFICO 87
Tipo de escuela preferida para los hijos, encuesta escrita
500 470
428
400 371 363
300
237 241
200
100 51 59
29 30 19 38 35 35 45
22 6 11
0
Itapúa Concepción Guairá
bilingüe-mod. G bilingüe cualquiera bilingüe mod. C
guaranihablante. El porcentaje tan bajo para el guaraní se debe, por una parte, a la
subestimación del uso del guaraní con los hijos por razones que hemos tratado de
exponer en el apartado 1.2 del capítulo V, y, por otra parte, a que el alto porcentaje
de los que dejaron esta pregunta sin respuesta distorsiona los resultados.
GRÁFICO 88
Lengua hablada con hijos, encuesta escrita. Concepción
ns/nr
25,4±1,5%; 202
castellano
38,8±1,7%; 308
ambos
27,5±1,6%; 18
GRÁFICO 89
Lengua hablada con hijos, encuesta escrita. Guairá
guaraní
10,8 ±1%; 103
ns/nr
27,3±1,4%; 262
castellano
ambos 34,9±1,5%; 334
27±1,4%; 259
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 240
TABLA 42
Opinión sobre el aprendizaje de la lectoescritura del guaraní
GRÁFICO 90
Opinión sobre la enseñanza de la lectoescritura guaraní, encuesta escrita
700
622
600 535
500
400 343
300 274
240
200 172
120
75 94
100
0 12 3
0
Itapúa Concepción Guairá
alto que en las preguntas sobre la educación bilingüe en general. Todos estos fac-
tores causaron una disminución significativa en el porcentaje de la opinión po-
sitiva.
Una de las posibles interpretaciones de estos datos es que hay un porcentaje bas-
tante alto, que puede ser, en el caso extremo, hasta una tercera parte de los infor-
mantes, que todavía no le han descubierto el sentido a aprender a leer y escribir
en guaraní y, a lo mejor, incluso preferirían el modelo anterior, que para el guara-
ní se conformaba con su uso puramente oral.
Como se puede ver en la Tabla 43, en los razonamientos se repiten muchos argu-
mentos de las opiniones sobre la educación bilingüe, sin que tengan relación
directa alguna con la literacidad como tal. Por eso no vamos a comentar este tipo
de respuestas y nos vamos a centrar solo en aquellas que se referían claramente al
aprendizaje de la lectoescritura y que nos parecen interesantes o importantes.
Si porque al saber leer y escribir podemos comunicarnos con personas que solo hablan
y entienden este idioma. No [es inútil,] porque al saber escribir podemos comunicar-
nos con personas que esteen lejos (C 148).
Las razones culturalmente más valiosas son aquellas que se refieren expresamen-
te a la creación literaria, tanto en el papel de autores como de lectores:
Sí. Porque si uno quiere escribir un poema en guaraní correctamente es muy importan-
te en este caso (C 54).
Sí, porque muchos quieren escribir poesías o cuentos en guarani y gracias a esto se
puede (V 395).
Tambien se tiene que crear usando la lengua guarani, ej. texto, novela, poesia (V 418).
En el caso que se pueda tener hombres que puedan escribir poesias o que existiese más
posibilidades de apoyar a los que quieran escribir en guaraní porque se tendría más
materiales como libros y otros (C 759).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 243
TABLA 43
Opinión positiva sobre la enseñanza de la lectoescritura guaraní:
comentarios, encuesta escrita
Sí, porque este idioma no debe desaparecer, debe quedar vestigios escritos de nuestra
lengua (C 401)
Es un hecho positivo porque los paraguayos tienen que comunicarse en forma oral y
escrita en guaraní ahora que la lengua oral solamente, no tiene tanto valor como en
épocas pasadas (C 341).
Porque ayudará a nuestro país a reconocerlo como un pais con lengua materna (V 699)
Es un hecho positivo porque nos ayuda a mantener nuestra cultura, ante todo el impe-
rialismo ¡yanqui! (C 516)
Algunos ya ven una utilidad mucho más inmediata: como el guaraní escrito está
actualmente presente en muchas partes y hay que saber leerlo, y es útil en la
escuela misma, le da a la persona cierta ventaja sobre los demás o uno se siente
simplemente más cómodo al saber leerlo y escribirlo:
Si por que el guaraní arraza con todo en las noticias, revistas, radio etc. (C 671).
Es muy interesantes más para nosotros/as que vamos a hacer futuro Docente de EEB y
yo al mismo tiempo de profesora de Guaraní (C 663).
Porque hoy en dia hay muyas competencia, ya sea en lenguaje; y hay q’ prepararse
(V 577).
Porque uno siente mas comodo en todo lugar si sabe hablar y escribir el guaraní (C 96).
En esta pregunta también obtuvimos una respuesta que incluimos al final de este
apartado más bien como una curiosidad sin comentario: la escuela debe enseñar a
los niños la lectoescritura guaraní para que puedan comunicarse con sus padres:
Porque en las zonas rurales, se habla más el guaraní y es muy importante para
enseñar a los niños para la comunicación con los padres de familia (C 285).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 245
GRÁFICO 91
Preferencia del estudio de otra lengua en vez del guaraní, encuesta escrita
700
604
600
500
400
301
300 273 271 258
240 228
187
200
100 37 37 33 21
0
Itapúa Concepción Guairá
no sí (con G) sí ns/nr
TABLA 44
Preferencia del estudio de otra lengua en vez del guaraní
En los tres departamentos el porcentaje de los que quisieran estudiar otra lengua
es, efectivamente, bastante alto: aproximadamente un cuarto en Encarnación y
más de un 30% en Concepción y Villarrica. Hay una gran diferencia entre Con-
cepción y Encarnación, por un lado, y Villarrica, por el otro, en el porcentaje de
los que quisieran estudiar otra lengua sin dejar el guaraní: en Concepción y
Encarnación esto concierne a más que una tercera parte. La causa podría ser que,
a diferencia de Villarrica, se trata de departamentos fronterizos, donde hay más
contacto con el extranjero, hay más comercio internacional; además, en el caso
de Itapúa, hay una tradición de inmigración lingüísticamente muy diversificada,
así que las personas se dan mayor cuenta de la utilidad del estudio de lenguas
extranjeras.
En nuestra opinión, a los que preferirían estudiar otra lengua en vez de guaraní no
podemos considerarlos partidarios de la educación bilingüe castellano-guaraní tal
como se está llevando a cabo actualmente. Creemos que aquí otra vez aparece esa
aproximadamente tercera parte, que ya se vislumbraba en la pregunta sobre la
lectoescritura, cuya relación con la enseñanza del guaraní es más bien emocional,
derivada de su relación emocional positiva con el guaraní, y que sin embargo, a la
hora de actuar se van a regir por otros criterios “pragmáticos”.
La comparación de las cuatro preguntas relacionadas con la educación bilingüe
se visualiza en los Gráficos 92-94. Allí se puede ver lo que hemos comentado a lo
largo de este capítulo y lo que también es nuestra conclusión: en las preguntas
GRÁFICO 92
Opiniones sobre la educación bilingüe: comparación. Itapúa (%)
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 247
GRÁFICO 93
Opiniones sobre la educación bilingüe: comparación. Concepción (%)
GRÁFICO 94
Opiniones sobre la educación bilingüe: comparación. Guairá (%)
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 248
Por que aprendemos en nuestra casa y por que el saber ocupa el lugar (V 197).
No es q’ no quiera estudiar el guarani, pero ya tengo una base del mismo, y seria
importante q’ yo conosca otros idiomas como el ingles q’ se esta utilizando (E 534).
Verdaderamente curiosa es la respuesta de una persona que aprendió las dos len-
guas a la vez desde pequeño y rechaza rotundamente la enseñanza bilingüe, que
“no sirve para nada”, y en vez de estudiar el guaraní quiere estudiar “el latín, por-
que es el más antiguo” (C 71). Otro informante en vez de guaraní quiere estudiar
alemán, griego y latín, “por que conocemos las raíces de cada idioma” (V 669).
Con estas preferencias, el guaraní también podría pronto convertirse en una len-
gua “clásica” sin hablantes.
También en esta pregunta reaparece a veces el tema de lo difícil que es el guaraní
como la razón por la que se quieren estudiar otras lenguas:
Porq’ es muy dificil las oraciones en Guaraní (V 76).
Me gustaria estudiar otra lengua porq’ creo q’ me seria mas fasil (C 539).
La Tabla 45 presenta las lenguas que aparecieron en las respuestas. Los porcenta-
jes señalan el número de ocurrencias, no de personas, puesto que algunas perso-
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 249
TABLA 45
Lenguas que se prefieren estudiar en vez del guaraní, encuesta escrita
Chino – – – – 0,3 1
Griego – – – – 0,5 2
Mongol – – 0,2 1 – –
Ucraniano 1,1 6 – – – –
Por supuesto, los motivos para la elección de determinadas lenguas son muy dife-
rentes. Con el inglés el argumento más frecuente es que se trata de una lengua
“universal, mundial, la lengua más usada, manejada, estudiada en el mundo, len-
gua que se habla en todas partes”; además, es una lengua útil para viajar al extran-
jero y para comunicarse con los extranjeros en general, una lengua que abre puer-
tas en el mercado laboral, una lengua de los avances tecnológicos. En cuanto al
portugués el argumento más frecuente es que “me gusta, me interesa, me encan-
ta”, pero también es una lengua de comunicación con los brasileños, una lengua
del país vecino, del Mercosur, frecuente en la zona fronteriza; la misma justifica-
ción de “me gusta” aparece como más frecuente también en las siguientes tres len-
guas más deseadas, francés, alemán e italiano. Es sobre todo con el francés donde
el criterio “estético” tiene su expresión más concreta: “me gusta su acento, me
gusta cómo hablan, es muy dulce, sensual, melodioso, elegante, lindo, muy rico”.
5. Aunque pueda sorprender, parece que empieza a haber zonas urbanas donde
es cada vez más probable que un niño crezca sin tener mayor contacto con el gua-
raní y sin tener la posibilidad de adquirirlo de una manera informal, mientras que
hay cada vez menos áreas donde un niño pueda crecer sin el contacto con el cas-
tellano; para los primeros hay que crear un programa de aprendizaje eficiente del
guaraní que cuente con la posibilidad de un conocimiento casi nulo:
Opino que esta bién, porque lo q’ están más hacia el centro o ciudad mas grande le es
dificil hablar, pero en la escuela si ya podemos aprender lo poco para la base (E 447).
Creo, que ahora está dando resultado porque al principio nos costo mucho adecuarnos
(C 213).
Hasta ahora nos hemos dedicado principalmente a los aspectos relacionados con
la planificación del estatus del guaraní. En este capítulo queremos tratar los
temas concernientes a la planificación del corpus, la otra parte de las políticas
lingüísticas.
bilingüe, pero su autoridad lingüística fue aceptada solo en parte y las discusio-
nes sobre algunos aspectos no cesaron y, lo que era más perjudicial, fueron lleva-
das hacia las aulas. Se seguían (y se siguen) publicando diccionarios, gramáticas,
libros, materiales supuestamente didácticos que se regían (y se rigen) por sus pro-
pias leyes y a veces reflejan una capacidad creativa sin límites de sus autores
(uno de los ejemplos podría ser Montesino [1999], pero hay muchos más). Esto,
además, se agudizó con los cambios del personal responsable en el MEC y con los
diferentes puntos de vista de sus sucesores, que se reflejaban también en lo que
debía ser el guaraní estándar (cf. Pereira Jacquet 2008, MEC [2003?]: 40-47).
La inexistencia de una planificación de corpus sistemática y el problema de la
falta de una institución normativa que frenara algunas propuestas más originales,
y, a veces, la falta de respeto hacia el trabajo de los predecesores y hacia la len-
gua misma, creó una inseguridad acerca de la norma lingüística que había de
enseñarse, tanto en los maestros como en los alumnos. Por consiguiente, mucha
gente perdió las ganas de estudiarlo, lo que, según algunos, tendría sentido solo
“en el caso de que haya o se tenga una real academia como tienen los otros idio-
mas porque tenemos varias corrientes que nunca se ponen de acuerdo” (C 646).
Por otra parte, hay que decir que todos estos problemas son comprensibles: había
que hacer demasiadas cosas en demasiado poco tiempo. Y la cantidad de trabajo
hecha por algunos exponentes de este proceso es simplemente digna de admi-
ración.
La otra parte del problema era un purismo bastante estricto seguido por la mayo-
ría de los que participaban en esta etapa de la estandarización del guaraní. Así el
guaraní que se enseñaba en la escuela y que aspiraba a ser el guaraní estándar fue
causa de muchas controversias, y algunos emitieron palabras muy duras contra
él, como por ejemplo repetidas veces Melià: “El bilingüismo mal conocido y mal
echado a luz hace morir el guaraní, sustituido por un hijo bastardo, esmirriado y
desagradable, cual es el dialecto de carácter escolar” (2003a: 44); o Félix de Gua-
rania denunciando “el reemplazo de su vocabulario natural por ‘neologismos’ de
absurda factura, de tal suerte que los textos de que se dispone resultan incom-
prensibles y sobre todo desagradables”, y así el guaraní escolar se convierte en el
“terror de los niños” (en Ayala [s. a.]: 3 [Pról.]).1
Pero no era tanto el problema de la variedad misma y de su supuesto purismo,
como más bien una serie compleja de problemas de índole didáctica y pedagógi-
ca, y todo además complicado por el hecho de que la otra parte de las políticas
Es cierto que varios de nuestros informantes han afirmado que sienten vergüenza
de hablar mal el guaraní. En la encuesta escrita, se trataba de 85 informantes de la
muestra total. En el conjunto de los casos de vergüenza sentida hablando guara-
ní, el hablarlo mal fue mencionado como causa en un 7,7% en Concepción, en un
12,8% en Villarrica y en un alto 38,4% en Encarnación, donde fue la causa más
frecuente. Sin embargo, solo algunos de estos hablantes podían haberse referido a
la vergüenza causada por un modelo del guaraní culto demasiado diferente del
guaraní hablado. Estimamos que se trataba de un 10% aproximadamente de los
informantes que tenían el guaraní como lengua materna y lo usaban en comuni-
cación diaria. En el resto de los casos se trataba de personas con el castellano
como lengua materna y con poco o imperfecto conocimiento del guaraní, tanto
hablado como culto. Es difícil decir si esto puede ser causa de su inhibición,
hasta tal punto de que vayan a preferir hablar el castellano. Van a preferir hablar-
lo, porque es su lengua materna y la dominan mejor, pero no porque sientan ver-
güenza por la existencia de una norma del guaraní inaccesible para ellos.
Zimmermann duda sobre si la diglosia entre el lenguaje formal y el hablado es un
peligro real, advirtiendo de que es “una evolución funcional inevitable” existente
“en todas las sociedades desarrolladas” (2002: 194). Basta con pensar en el caso
de Suiza, con dos variedades muy diferenciadas entre sí del alemán estándar y el
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alemán suizo. También es cierto que hay regiones o estratos dentro de una comu-
nidad lingüística donde esa diferencia interna es más grande que en otros, lo
mismo que hay diferencias en este aspecto entre las distintas lenguas. Habrá len-
guas con una gran diferencia, como son los ejemplos clásicos e históricos del
árabe o griego, hay otras donde las diferencias entre la lengua hablada y la lengua
estándar son más bien pocas, como por ejemplo el castellano hablado en Castilla
en relación con el español estándar general. Además, con la difusión de la educa-
ción y de los medios de comunicación que utilizan la lengua estándar se produce
una cierta convergencia entre el lenguaje escrito, representante del estándar, y el
hablado, al acercarse el hablado cada vez más a la norma culta: así han desapare-
cido muchos dialectos a favor de una norma culta moldeada según la lengua
estándar.
Por supuesto, cuanto más grandes sean las diferencias, más difícil y exigente será
la enseñanza de la lengua estándar. Una diferencia considerable entre el lenguaje
coloquial y la lengua estándar puede crear la inseguridad en los hablantes y por
parte de los alumnos el aprender correctamente la lengua estándar requerirá
mucho más esfuerzo. Así la asignatura de la lengua materna se puede convertir en
una de las menos preferidas, hasta odiadas por los alumnos, puesto que mientras
en las demás materias aprenden cosas nuevas, en la lengua aprenden sobre todo
los aspectos formales: una ortografía correcta, una conjugación correcta, etc.
Solucionar estos problemas, a veces graves, es la tarea de la Didáctica de Len-
guas, pero nadie por eso discute la utilidad de la enseñanza de la lengua estándar
como tal. Sin embargo, dados los problemas de todo tipo que tiene que afrontar la
educación paraguaya, justamente por esos mismos motivos sería aconsejable que
la lengua estándar se acerque en la mayor medida posible al lenguaje hablado.
Es difícil decidir hasta qué punto la diferencia entre las dos variedades es todavía
una situación normal de diferencia de registro, y cuándo ya debería considerarse
un caso extremo de diglosia con los eventuales problemas a los que esta situación
puede dar lugar en una sociedad muy estratificada. Un criterio del sentido común
sería la inteligibilidad –formulada como el postulado de comprensibilidad (acce-
sibilidad general) por el Círculo de Praga (Havránek 1932: 35-41)–, pero ni
siquiera eso se cumple siempre. Es cierto que para un guaranihablante que no ha
pasado por la educación formal del guaraní, el guaraní culto es hasta cierto punto
incomprensible: algunos docentes afirman que tienen que “traducir” los conteni-
dos de los libros del guaraní culto al guaraní hablado. Estas dificultades de com-
prensión tienen, sin embargo, varias causas, no solo la diferencia motivada por la
diferencia general entre el lenguaje hablado y el escrito; otra causa reside, por
ejemplo, en que una lengua estándar simplemente trabaja con conceptos que no
son accesibles sin estudios, con significados que son ajenos a un hombre de la
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 257
[¿Hay alguna diferencia entre el guaraní hablado y el guaraní culto?] ¿El guaraní
popular? [Sí.] Sí, hay diferencia. Eh… Uno es en el manejo de… de algunas palabras.
Porque así cómo te decía los paraguayos más hablamos el guaraní yopará, a que se le
llama guaraní popular. Porque un estudiante, por ejemplo, vos le das una poesía culta,
bien culta y no no no te captan en seguida, tiene que ser a través de algunos dicciona-
rios, haciendo aclaraciones de palabras con el profesor. Pero, sin embargo, vos le das
un cuento así bien hilado con el guaraní popular, una sola vez te lee y te capta en
seguida. Y una poesía culta le das y no te capta en seguida. Por eso lo que te digo que
hay diferencia en cuanto a interpretación. [¿Y no es por causa del género literario?]
Y sí, eso es… por figuras literarias lo que es un poco complicado de entender las poe-
sías. Pero cuando no se trata de… cuando no tiene figuras literarias se maneja bien
(C-GIIaHS).
1. Neologismos puristas
MEC [2003?]: 41-44), no es tan simple. A diferencia de otras lenguas que normal-
mente adaptan los internacionalismos a su sistema fonológico –lo que es mucho
más fácil, claro está, en las lenguas indoeuropeas, estructuralmente más cercanas
a las fuentes de este léxico, también lenguas indoeuropeas, sea el griego, el latín
o actualmente el inglés–, la situación de contacto causa que en el guaraní aparez-
can con fonética y fonología castellanas, y su adopción general en realidad signi-
ficaría la incorporación de varios fonemas castellanos, como /tß̧/, /d/, /f/, /x/, /l/,
/ʎ/, /r̄/, al guaraní estándar, igual que de varios patrones silábicos, como CCV,
VC, CVC, CCVC, originalmente ajenos al guaraní. Todos estos fonemas y estruc-
turas silábicas de hecho aparecen en los hispanismos en el guaraní hablado, y con
bastante frecuencia. Desde el punto de vista de la creación de una lengua estándar
es, no obstante, difícilmente aceptable una cantidad tan grande de fonemas y
patrones silábicos “periféricos”, que de hecho supondrían una reestructuración
profunda del sistema fonológico guaraní.
2 Cabe preguntarnos si en este, y casos parecidos, no sería mejor recuperar, para el guaraní
estándar, antiguos términos, aun resemantizados, como es el caso de pelota para jugar
‘mângá’ de Montoya (1639-1640/1876a: II, s. v.), cuyo significado original es ‘pelota de
caucho’ de “mangaí ‘árbol que dá las pelotas que llaman de nervio’” y “mangaá ‘fruto de
este árbol’” (Montoya 1639-1640/1876a: III, s. v.).
3 Algunos lingüistas han señalado que varios neologismos, supuestamente representativos de
un guaraní “puro”, no son naturales para un hablante del guaraní, tienen una cadencia silá-
bica extraña, y manifiestan una “distorsión estructural” (Granda 1980-1981: 803, citando
una ponencia sin especificar de Aryon Dall’Igna Rodrigues).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 261
se da también a nivel sintáctico, no solo léxico, así que “sólo sabiendo castellano
se entiende ese guaraní”, concluye Melià (2004b: 277).
GRÁFICO 95
Opinión sobre el guaraní enseñado, encuesta escrita. Itapúa
ns/nr positiva
10,6% 24,6%
negativa
enseñanza 11,7%
53,2%
GRÁFICO 96
Opinión sobre el guaraní enseñado, encuesta escrita. Concepción
ns/nr
15,1%
positiva
28,7%
enseñanza
39,0%
negativa
17,1%
6 La pregunta era “¿A usted le gusta el guaraní de los textos que se usan en la escuela?” (MEC
2001b: 144-145).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 264
GRÁFICO 97
Opinión sobre el guaraní enseñado, encuesta escrita. Guairá
ns/nr
10,6% positiva
34,7%
enseñanza
40,7%
negativa
14,0%
GRÁFICO 98
Guaraní enseñado: sugerencias y críticas, encuesta escrita. Itapúa
menos yopará
8,1% no me gusta
18,6%
no unificado
5,8%
diferente
14,0% términos
5,8%
GRÁFICO 99
Guaraní enseñado: sugerencias y críticas, encuesta escrita. Concepción
diferente
20,6% no unificado
12,5%
términos
7,4%
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 266
GRÁFICO 100
Guaraní enseñado: sugerencias y críticas, encuesta escrita. Guairá
menos yopará
más yopará
1,5% no me gusta
1,5%
16,4%
hay que mejorar
23,9%
difícil
diferente
23,9%
10,4%
términos no unificado
7,5% 14,9%
Las respuestas de nuestros informantes reflejan que algunos todavía no han asi-
milado el “derecho” del guaraní a un alfabeto autónomo, diferente del castellano:
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 267
Antes no se les da tan importancia en la enseñanza del guaraní, hoy en día el guarani
es una de las materias más dificiles porque se escribe de una forma y se le de otra
forma (C 217).
Algunos son muy ambigüos, o traen palabras que significan una cosa y en otro manual
significa otra (C 50).
Hay manuales que se contradicen, osea una sola palabra en guaraní tiene otro nombre
(C 602).
En relación con este tema viene el llamamiento por la unificación, que según
algunos debería venir respaldado por un diccionario normativo:
Opino son muy buenos los manuales escolares, pero falta los vocabularios falta unifi-
car un diccionario en guaraní como lo que es el diccionario castellano (V 511).
Pero aún más frecuente es el llamamiento por una institución normativa, por una
academia de la lengua según el modelo español (en algunos casos incluso con el
atributo “Real”):
Sería mejor que el guaraní tenga una institución que esté sujeto a la unificación y
reglamentación de la lengua (V 809).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 268
Esto sí me preocupa, ya que los materiales suelen hacer otras personas ajenas al país,
debería haber una Academia de lengua guaraní (V 835).
Tiene que mejorar mucho más. Tiene que haber una Academia p/ estar todo de acuer-
do (C 182).
Opino que así como en el castellano debe haber como una Real Academia para que las
reglas sean mejor estudiadas, y para que el idioma sea mejor enseñado (C 270).
Opino que debe haber una real academia en la que solo sea válido su forma de ense-
ñanza. Y que no haya contradiciones, confusiones con las distintas reglas del Guaraní
(C 273).
Es muy factible ya que algunos materiales presenta objetivos bien claros y precisos; lo
que hace falta es una Real Academia del guaraní para que todas las reglas se unifiquen
(C 279).
Son muy interesante, en el aparecen novedades, y con ilustraciones, y que tengan una
real academia, que no varien (C 288).
Es otro fracaso de la educación porque todavia no se crea una Real academia que uni-
fique las reglas sobre el idioma (C 646).
Y opino que … que es necesario así como una organización… O sea, así como la len-
gua española, donde está la Real Academia Española que cuando aparece un término
nuevo, la Real Academia Española establece así, todo el mundo lo utiliza así. Lo que
ocurre con el guaraní es diferente. No hay una organización como la Real Academia
Española, por culpa de eso cada uno inventa o dice las palabras así como le parece
mejor. Eso es el gran problema y por culpa de eso es que abunda el yopará y todo, por-
que no hay un acuerdo en esto finalizado. No es sistematizado, pero es el guaraní para-
guayo. El guaraní culto es sistematizado, pero muy pocos lo conocen (V-GIaHU).
Aun con tal institución, cuya idea es por supuesto muy occidental y propia solo
de una parte de la tradición lingüística, la románica sobre todo, el guaraní están-
dar no se salva a sí mismo. Por otro lado, hay lenguas en las que, a pesar de no
tener tales instituciones, la norma estándar no se ve perjudicada de ninguna
manera, como es el caso del inglés, pero la situación del inglés, con su gran tradi-
ción lexicográfica y su prestigio en el mundo actual, es por supuesto incompara-
ble y parece que para el guaraní una institución normalizadora eficiente, con la
autoridad suficiente en la sociedad, con una representación bastante amplia, que
sirva de plataforma para discutir y llegar a un consenso, realmente podría signifi-
car la solución de varios problemas en la enseñanza del guaraní estándar. Con eso
no se quiere decir que no deba existir una iniciativa personal en el enriquecimien-
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 269
2.1.3. Neologismos
No estoy tan de acuerdo por que hablamos el guaraní jopara y se enseña el guaraní
absoluto digamos y además los supuestos licenciados en guaraní sólo crean las pala-
bras (C 241).
Que hay muchas palabras q’ se inventan; que no es necesario traducir del español al
guaraní como por ej. computadora, monitor, etc.… (C 420).
Es una materia demás el guarani en la escuela por que casi no se usa las palabras estu-
diadas (E 602).
El guaraní que se enseña en las escuelas está bien pero lo que más utilizamos es el
chopara, digamos entreverados por eso no es tan conveniente hablar en guaraní puro
por qué muchas cosas no vamos a entender (E 678).
El guarani de los manuales muchas veces trae terminos muy complejos pero los profe-
sores los adecua a los alumnos (V 332).
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 270
Otro problema que complica la valoración del guaraní enseñado es que la varie-
dad que en la mayoría de los casos suena en las aulas es, al fin y al cabo, el gua-
raní coloquial, puesto que pocos maestros son capaces de enseñar completamente
en un guaraní culto. En este contexto, las opiniones se ramifican extremadamen-
te: hay personas que afirman que se enseña el guaraní puro –“purete” (C 420),
“está bien, purete”7 (V 181)–, hay otras que lo designan una mezcla; hay perso-
nas que quisieran que se enseñe más mezcla –“Me gusta si es el guaraní del pue-
blo, el ‘jopará’” (C 224)–, hay otras que quisieran que se enseñe más culto
–“Generalmente los manuales trae los manuales en jopara, pero me gustaría que
se enseñe el culto” (C 635)–. Hay algunos a los que les parecen útiles los manua-
les bilingües, hay otros que lo denuncian como una mezcla de idiomas, y hay aún
otros que al contrario afirman que en los manuales hay un guaraní puro, pero no
se enseña como debe ser. Hay también los que se fijan en la diferencia con el gua-
raní hablado, y por eso no les parece auténtico:
Que no es el guarani natural, autentico (C 405).
Se basa ya en un guaraní muy distinto a los que nos legaron nuestros antepasados: hoy
día está el guaraní jopara y otros tipos (C 397).
7 Esta expresión en este contexto es la destilación de la esencia de toda la situación del contac-
to guaraní-castellano y del yopará, que tan largamente intentamos explicar en el capítulo III.
Se está resaltando el carácter puro del guaraní enseñado con una palabra típicamente yopa-
rá: -ete es el sufijo elativo de guaraní, purete equivale entonces a ‘muy puro’, ‘purísimo’,
‘verdaderamente puro’.
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 271
Me parece esos manuales debe venir todo en guaraní no un jopara mal escrito (V 803).
Que muchas veces se enseña o se quiere enseñar el guaraní puro (que por cierto no
existe y los manuales traen el jopará (C 212).
3c. Los manuales están en un guaraní puro, pero en el aula se utiliza el yopará, lo
que no se debería, piensan unos, o al contrario, es la única posibilidad de explicar
los difíciles términos nuevos:
El guarani de los manuales son muy puros, pero algunos enseñan el guaraní jopara, la
mezcla del guarani y el castellano, el estudio de ambos tiene sus ventajas y desventa-
jas (C 291)
El guaraní que ofrece los manuales es muy bueno, pero el guaraní que se enseña no
está a ese nivel (V 320).
No creo que haya una persona que utilice correctamente uno de los dos idiomas, pero
es bueno e interesante manejar ambos idiomas (C 237, subrayado original).
En cierto modo atrofia ya que se mezclan los idiomas y no se habla bien (C 359).
Es super importante por que las dos idioma se usa uno si no sabe que quiere decir en
castellano puede saber en guaraní (C 448).
Estas opiniones, muchas veces contradictorias, son otra vez un reflejo de las
muy diversas expectativas que tienen los hablantes de la educación bilingüe y de
la variedad enseñada. Por supuesto, los que ven como el motivo principal de la
educación bilingüe la posibilidad de comunicarse con todos sus compatriotas,
van a promover la enseñanza de la variedad coloquial, y que el guaraní enseña-
do en la escuela sea diferente del que se habla será para ellos un obstáculo, una
falta, porque así la lengua no cumplirá perfectamente su función de instrumento
de comunicación. Los que consideran importantes otros motivos para la educa-
ción bilingüe, como son la alfabetización en la lengua materna, su revaloriza-
ción, rescate, enriquecimiento, purificación, van a apoyar la enseñanza del gua-
raní culto.
Quisiéramos terminar este apartado con la transcripción de un diálogo bastante
largo con uno de nuestros informantes que, en nuestra opinión, resume muy bien
los puntos problemáticos del guaraní enseñado que hemos mencionado a lo largo
de este capítulo, pero a la vez está completamente a favor de la enseñanza del
guaraní. Sería una de las pocas opiniones reflexionadas de uno de los partidarios
de la actitud menos purista en cuanto al guaraní estándar:
[¿Qué opinas sobre la enseñanza del guaraní?] Yo creo que está bien, pero se debería
enseñar más, o sea, darle más importancia.
[¿En qué concretamente?] Más horas de clase, que los alumnos en horas de guaraní
hablen en guaraní, que se expresen en guaraní, que piensen en guaraní.
[¿Se sigue mezclando?] Mucho se habla mezclado, sí, si yo me pongo a pensar, anali-
zar algún texto que está en guaraní, yo lo pienso otra vez en castellano, ¿entendés? O
sea, nosotros lo…, generalmente, lo que hacen los alumnos cuando están estudiando
guaraní, lee el texto en guaraní, intenta traducirse en castellano, y luego puede resol-
verlo, o complicarlo, o lo que sea. No es que pensamos directamente en guaraní. Si yo
leo una frase en guaraní, pienso lo que significa en castellano, y allí recién respondo.
No sé si me entendés.
pelota por ejemplo, no, no resulta cómodo, y además es muy raro también. O sea, yo
preferiría aceptar palabras que crear nuevas. Sería más cómodo y más fácil (C-GIaHS).
Que debe ser entendido por las prof. que lo enseñan (E 257).
Creo q’ es una forma de aprender el guaraní y sobre el guaraní q’ se enseña falta más
experiencia de parte de los profesores (C 305).
Que es muy buena pero q’ los propios profesores deben profundizarlo más para poder
enseñarnos con más seguridad (C 403).
Se enseña bién, pero falta que los docente se especialisen más (C 529).
GRÁFICO 101
Guaraní enseñado: opiniones positivas, encuesta escrita. Itapúa
útil
interesante 3,3%
3,9% importante
1,7%
lindo
5,5% bueno
fácil 45,9%
2,2%
difícil/entendible
2,8%
correcto
15,5%
enriquecimiento
19,3%
GRÁFICO 102
Guaraní enseñado: opiniones positivas, encuesta escrita. Concepción
útil manual+/ensen.–
importante 2,6% 2,6%
9,6%
bueno
32,0%
interesante
14,0%
lindo
3,9%
fácil
1,3%
difícil/entendible
3,1% correcto enriquecimiento
9,6% 21,1%
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 277
GRÁFICO 103
Guaraní enseñado: opiniones positivas, encuesta escrita. Guairá
manual+/ensen.–
2,7%
útil
importante 4,5%
6,3%
interesante
7,5% bueno
lindo 43,2%
4,8%
fácil
1,5%
difícil/entendible
2,1%
correcto
7,5%
enriquecimiento
19,8%
Sí, está bien, está bien, porque eso tiene que ser guaraní. Porque en donde nosotros
ahora hablamos, es todo mezcla ya, guaraní castellano (V-GIIIaHR).
Me parece muy bien, porque el guaraní que se habla ya es una mezcla con castellano,
ya no tiene nada que ver con el guaraní nuestro. Y está muy bien (V-GIaMS).
Y que es bueno conocer, porque en realidad esa la que deberíamos de practicar, ¿ver-
dad? Pero nosotros nos quedamos más con el yopará. Y que es muy interesante ir des-
cubriendo (V-GIIIaMS).
Y yo creo que el guaraní que nosotros estudiamos y que estamos enseñando en las ins-
tituciones sería bueno utilizar este mismo guaraní ya que estamos estudiando, ya sea
con las reglas ortográficas, así únicamente vamos a manejar bien. No podemos utilizar
en cuanto a la escritura otro, y en cuanto al hablar utilizar… eso yo creo que no con-
viene (V-GIIaMR).
Está bien. Es muy bueno, porque así únicamente se va a hablar como se debe. Y se
escribe también (V-GIIIaMR).
Con la profesora, en el 1.º, 2.º y 3.º curso en nuestro colegio, suelo hablar de todos mis
proyectos (V 101, g con abuelos, g lengua materna).
Solemos hablar en guaraní en las horas de la misma, en los días que tenemos guaraní en
compañía de la Prof. Lili (V 104, g con padres, abuelos, hermanos, g lengua materna).
Con la prof. Lidia Oviedo en el colegio Tuyuti-mi, sobre la histórias y las épocas del
guaraní (V 124, g con padres, abuelos, g lengua materna).
Con la prof. de guaraní en sus horas sobre los diferentes contenidos (V 213, g con
padres, abuelos, hermanos, g lengua materna).
Sobre las vocales, los avecedarios, en formar oraciones y suelo hacerlo en el colegio
(V 214, g con abuelos, g aprendió con 2 años, lo considera lengua materna junto con c).
En formación docente (V 230, g con sus padres, abuelos, hermanos, g lengua materna).
Esta opinión apareció a veces también en las respuestas a otras preguntas, por
ejemplo:
[¿Quiénes hablan el guaraní acá?] Los profesores (V-GIIbMU).
[¿Quiénes hablan el castellano acá?] Los maestros. [¿Y el guaraní?] También los maes-
tros (V-GIIbMR).
[¿Quiénes hablan el castellano acá?] Los estudiantes, los profesores, los niños de
repente. [¿Y el guaraní?] Casi las mismas personas (V-GIaMS).
[¿Quiénes hablan el castellano acá?] ¿En Belén? La profesora [¿Y el guaraní?] Profe-
sor (C-GIIbMS).
[¿Qué porcentaje de los paraguayos habla guaraní?] Pero más hablan castellano. Por-
que por ahora recién enseña guaraní. Antes no enseñaba guaraní. Pero por ahora se
enseña guaraní a las criaturas. [¿Qué porcentaje de los paraguayos habla castellano?]
Según mi opinión… Conocen más castellano que guaraní. Guaraní es difícil, castella-
no es más fácil. (C-GIIIbMU).
[¿Cuándo comenzó a hablar el guaraní?] 2002 (habla g con sus abuelos, en 2002 entró
en el IDELGUAP).
[¿Desde cuándo se habla guaraní en Paraguay?] Y hace como dos años, por allí nomás,
py. Después de la reforma nomás luego se conoce el guaraní. Porque acá se habla el
guaraní no es…, como nosotros hablamos, no es guaraní. Ahora la reforma nomás lo
que se cambian y se habla en guaraní, en guaraniete. Dos años, por allí (C-GIIbMS).
Estas respuestas serían, según nuestra opinión, otra prueba de la aceptación del
guaraní “escolar” como el auténtico guaraní, el guaraniete.
Antes de resumir, a base de las opiniones proporcionadas por los informantes y
nuestras observaciones, los puntos problemáticos y sus posibles soluciones, tanto
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 280
3. Lengua estándar
Para que la lengua pueda cumplir de una manera eficiente todas las funciones que
se requieren de una lengua estándar, es indispensable que en el proceso de su crea-
ción, estabilización y desarrollo participen todos los hablantes, tanto las capas
intelectuales como los hablantes comunes. Además, es un proceso que requiere
un espacio de tiempo prolongado y muchos esfuerzos, como ya advertía Rona:
The effectiveness of a language is, however, not God’s gift, but the result of a long
process of hard work and technical knowledge. Nothing could be more dangerous for
this process than a priori belief that a language has been ‘perfect’ since remote times.
Such is the danger, however, which lies in the attitude of Paraguayan speakers of Gua-
raní. (Rona 1966: 288)
La reflexión sobre la forma de una lengua “estándar” es por lo menos tan antigua
como la escritura misma, puesto que su creación conlleva una abstracción, fija-
ción y normativización, propios del proceso de la estandarización lingüística. Así
también las primeras obras con pretensiones normativas son conocidas desde la
antigüedad. Con eso no queremos decir nada más que es un tema muy antiguo y
que muchas cuestiones se repiten y ya han tenido que solucionarse en algún tiem-
po, en algún lugar y de alguna manera. Para nosotros, no estará de más volver a
ver cómo estos temas fueron tratados por la Escuela de Praga, pues a menudo se
referían a una problemática muy parecida, es decir, a la codificación y el cultivo
de una lengua estándar, en concreto el checo, después de una época muy larga de
contacto con el alemán, la lengua oficial del Imperio Austro-Húngaro, con un
estatus más alto. En esa época, el checo, igual que el guaraní, fue casi completa-
mente expulsado de los dominios de la lengua escrita, de la administración, edu-
cación, ciencia, etc., y quedó casi exclusivamente al nivel de lengua popular,
hablada sobre todo en las zonas rurales del país, o por las capas bajas en las ciu-
dades, y por una parte de la clase alta solo en contextos informales. Se pueden
ver, entonces, muchas analogías en el proceso de la estandarización del checo y
su emancipación del alemán y en la estandarización y emancipación del guaraní
en relación con el castellano, a pesar de que desde el punto de vista histórico y
social hay, por supuesto, muchas diferencias importantes.
El checo, igual que el guaraní, no puede enorgullecerse de una creación natural de
la norma de la lengua estándar, basada en una larga e ininterrumpida tradición de
LENSO-24 3/11/09 01:30 Página 281
la literatura escrita que había podido desarrollarse libremente y con todo el apoyo
de la sociedad, como es el caso de las grandes lenguas europeas, español, francés,
alemán, inglés, por ejemplo. La creación de la norma fue algo artificial, pero esa
artificialidad residía sobre todo en la aceleración deliberada de este proceso por
parte de los cultores de la lengua, no en la creación de una lengua artificial.
En esta etapa del enriquecimiento planeado del checo, que tenía como objetivo
disponer de recursos suficientes para todas las funciones de una lengua estándar,
a diferencia de una lengua popular, tuvieron influencia diferentes corrientes, de
modo que al final en la lengua normativa se dieron tanto resultados puristas como
calcos, tanto préstamos de lenguas genéticamente emparentadas, introducidos a
menudo “artificialmente”, como préstamos “naturales” del alemán. La norma de
una lengua estándar, entonces, se creó equilibrando diferentes tendencias, en
parte contrarias, y con ayuda de intervenciones deliberadas, basadas tanto en lo
lingüístico como en lo extralingüístico. Dos postulados son fundamentales en
este proceso: el de la estabilidad y el de la comprensibilidad (accesibilidad gene-
ral) (Havránek 1932: 35-41).
El postulado de la estabilidad como una característica imprescindible de cada
lengua estándar fue precisado por Mathesius (1932: 17) como la estabilidad fle-
xible, que por una parte afirma el imperativo categórico de unas normas estables
en una lengua estándar, y por la otra demanda, sin embargo, que una lengua quede
lo suficientemente flexible para responder a las necesidades de una sociedad en
un cambio continuo. Por eso una rigidez y un purismo lingüístico extremos, sobre
todo en el caso de una lengua que empieza a buscar su forma estándar después de
una larga tradición casi exclusivamente oral, pueden ser contraproducentes y blo-
queantes.
Otra condición imprescindible en el proceso de la estandarización es la intelec-
tualización –lo que sería un concepto similar, aunque más amplio, a la moderni-
zación de Ferguson (1968: 32)–:
Bajo la intelectualización de la lengua estándar, que también podríamos llamar racio-
nalización, entendemos la acomodación de la lengua para que sus expresiones lingüís-
ticas puedan ser ciertas y exactas, si es preciso abstractas y capaces de expresar la
coherencia y complejidad del pensamiento; es decir, el refuerzo del aspecto intelectual
de la lengua. Esta intelectualización culmina en el lenguaje científico (teórico), deter-
minado con el esfuerzo por la más exacta expresión posible, con el esfuerzo para que
sus expresiones lingüísticas capten la exactitud del pensamiento objetivo (científico),
para que las palabras-términos se acerquen a los conceptos, y las oraciones a los jui-
cios (Havránek 1932: 45, trad. nuestra).
Son todos paraguayos [los sacerdotes], manejan mucho guaraní. Y las homilías me
resultan un poco difíciles a veces entender, porque el guaraní es fuerte… [¿Fuerte?]
Sí, para expresar. [¿Y por qué le parece eso?] Y yo pienso que por… es una herencia,
digamos, una transmisión de los… que nos viene de los indígenas, muy autoritarios. Y
8 Exceptuando a los jesuitas, defensores del uso del guaraní en los contextos religiosos, hay una
tradición de actitudes ambiguas del clero hacia el uso del guaraní durante las ceremonias reli-
giosas. Azara anotó al respecto: “aunque el idioma Guaraní sea el más fácil y el más abundan-
te de todos los lenguajes indios y sea casi el único que hablan los españoles del Paraguay, yo
sólo he conocido a cuatro eclesiásticos que se atrevieran a predicar y dar sus enseñanzas en
Guaraní, y ellos mismos decían que era casi imposible, aun adoptando muchos términos espa-
ñoles” (1969: 256); sin embargo, los mismos jesuitas encontraban dificultosa esta tarea, como
Azara comenta en otro lugar: “y no es extraño cuando dicen los mismos indios que tuvieron
pocos curas jesuitas capaces de predicar el Evangelio en guaraní. Aun en el Paraguay donde
casi no se habla sino el guaraní, solo he hallado dos eclesiásticos que se atreviesen a predicar
en dicha lengua, confesando el mucho trabajo que les costaba” (1847: I,285 = 19433: 187). Lo
contradice uno de los jesuitas expulsos, Peramás, en su De vita et moribus tredecim virorum
paraguaycorum, publicado en 1793 (1946: 74, cit. en Rubin 1968: 24), que observaba en
Asunción que los misterios de la religión católica se explicaban desde el púlpito por preferen-
cia popular en guaraní, a pesar de que la audiencia era ampliamente bilingüe. Hoy en día exis-
ten ya por lo menos cuatro traducciones diferentes del Nuevo Testamento (Tûpâ Ñandeyára
ñêê de 1913, traducido por John W. Lyndsay; Jopare Pyahu de 1963, traducido por Reinaldo J.
Decoud Larrosa; Marandu ijojaha’ỹva de la Sociedad Bíblica Paraguaya de 1996; Jesucristo
Marandu Porã de 1996, traducido por un equipo de traductoras para la editorial San Pablo) y
una traducción ecuménica reciente de la Biblia completa (Ñandejára ñe’ẽ, Asunción: Socie-
dad Bíblica Paraguaya, 1996). La Iglesia Católica, por ejemplo, tiene traducidos los libros
litúrgicos para la misa (la última versión de 1995), el bautismo de niños, la confirmación, la
reconciliación, la unción de los enfermos y el matrimonio (la última versión de 2003), que se
suelen utilizar sobre todo en las zonas rurales.
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el guaraní es más corto, es breve. Una palabra corta equivale a una frase larga en espa-
ñol. Y además porque nunca tuvo una mezcla con otro idioma, a excepción del yopará
que hablamos nosotros, que no es el guaraní (V-GIIIaMU).
9 Cursiva nuestra. “Diario de Sesiones no. 25, pág. 44. Convencional Rubén Bareiro Saguier”
(Constitución 1992: 141).
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Mucha palabra yo no entiendo cuando ellos [los guaireños] hablan en guaraní. Mucha
cosa, mucho objeto, ellos tienen otro nombre. En cambio acá… Nosotros cuando deci-
mos una botella, una botella, allá tienen liméta, nosotros decimos un banco, ellos no
dicen banco, son apyka’i. Nosotros acá hablamos… en esta zona hablamos entrevera-
do, casi el treinta por ciento le metemos castellano al guaraní. Allá en centro se habla
bien, completamente. (E-GIaHR).
Hay algunos, hay algunas… cómo se dice… algunas palabras que se usan más en una
región verdad que de repente… Hacia el sur por ejemplo se usa un guaraní digamos
palabras de…, o sea, que tiene una manera de decir algo típicamente argentino verdad,
y hacia este lado del norte del Paraguay por ejemplo hay de repente otra manera dis-
tinta que tiene… cómo le llaman a algo típicamente brasilero que digamos. En cuanto
a eso lo que hay. Por eso por ejemplo gente del norte a veces se va hacia el sur verdad
y dice no… Yo tuve una experiencia de eso en Asunción verdad en mi época de estu-
diante me encontré con gente, yo soy del norte y ellos son del sur verdad y de una
manera le dicen a una cosa verdad y que supuestamente es en guaraní ellos están
diciendo. Y cosas que nosotros acá le conocemos de otra manera verdad. Pero así
hablando de repente, no, esa tal cosa se llama, no, todavía nosotros le decimos, no…
(C-GIIaHU).
Cambiando de tono, sí, el tono. Por ejemplo, los que son de Guairá, hacia Villarrica.
Eh, por decirte, yo te pregunto: Moõgui reju? Esa es una pregunta ¿De dónde venís?,
una pregunta del norteño, por ejemplo. Y ellos por ejemplo te preguntan, eh, más usan
el signo de interrogación. Moõitepa reju? [con una entonación diferente] Esa es… el
tono lo que cambia. Y nosotros por ejemplo cuando preguntamos parece que es más
directo. Moõgui reju? Y el otro te pregunta Moõitepa reju? (C-GIIaHS).
Claro, sí, diferente. El guaraní gua’i, por ejemplo, el de Villarrica, es tan distinto que
el guaraní que usamos otra vez (E-GIIbHR).
Para algunos, el dialecto guaireño incluso tiene rasgos de mayor prestigio por ser
la variedad más pura, y hay algunos autores, procedentes de esa región, que pre-
sumen de este hecho:
…siendo guaireño, mi guaraní es de lo más castizo en razón de que Villarrica está en
el corazón de la región oriental del Paraguay alejada de las fronteras donde la presión
distorsionadora de las lenguas extranjeras es más fuerte (Ayala 1993a: I).
Por otra parte, algunas respuestas parecen insinuar la identificación del guaraní
estándar con la variedad asuncena:
Hay muchas cosas que hay que modificar, verdad, por ejemplo, correcciones que se
están… [¿Y por qué?] Porque se centralizan mucho en Asunción, verdad, o sea, que es
el guaraní que muchas veces asuncenos utilizan y que no conocen que es interior del
país, verdad, que se utiliza mucho más, hay mucho más enriquecimiento del vocabula-
rio que en asunceno, verdad que es, se centran mucho (E-GIaHU).
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Sin embargo, parece que la variación diatópica del guaraní paraguayo no es muy
marcada, por lo menos no dificulta la comprensión y no se necesita una variedad
interdialectal para una buena comunicación. Tampoco parece que haya otras razo-
nes que exijan una variedad no marcada diatópicamente. Por eso la función del
guaraní estándar como instrumento de comunicación interdialectal dentro de
Paraguay no parece ser importante.
Sin embargo, solo cuando se complete la publicación del ALGR, estas suposiciones
sobre la variación diatópica del guaraní se podrán corroborar o refutar mediante
datos empíricos. El ALGR también solucionará la cuestión de si esas diferencias
regionales se deben solo a un diferente grado de mezcla, a la mayor o menor
aceptación de hispanismos y conservación de palabras autóctonas, o si hay dife-
rencias también en el léxico guaraní usado en determinada área. También ayuda-
rá a solucionar la cuestión de si es posible hablar sobre dialectos establecidos y
diferenciados, o si son simplemente hablas regionales o locales.
Sin embargo, la tarea más urgente es que se “normalice” el uso del guaraní como
lengua oficial, puesto que así se van a crear espacios en la sociedad para el uso
del guaraní culto –para que el aprendizaje escolar no se limite a “estudiar por
estudiar”–. Solamente los lingüistas (u otros aficionados) se pueden permitir el
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lujo de aprender un idioma por aprender; para un hablante, la lengua tiene que ser
funcional, es decir, no solamente tiene que ser capaz de desempeñar diferentes
funciones, sino que también necesita un espacio donde pueda utilizarse. En una
situación de monolingüismo una lengua se desarrolla y crece de una manera natu-
ral para llenar espacios que se van creando en la sociedad, mientras que en una
situación de bilingüismo esos espacios suelen estar ocupados por otra lengua
“mejor preparada” –por razones históricas, políticas, sociales, etc.–, y la lengua
dominante no va a cederlos voluntariamente. Por eso se necesita una reglamenta-
ción muy concreta y detallada del uso de ambas lenguas, imprescindible para la
emancipación de la lengua minoritaria.
Yo creo que el peligro que tiene guaraní yo diría que dos cosas, ¿verdad? El primero
de ellos sería la… la globalización, ¿verdad? Y el segundo de ellos sería, creo que es
más importante, la pérdida de interés que puedan tener los propios paraguayos en
aprender el guaraní, así digamos el guaraní escrito, bien escrito, hablado y… Que no
sea una mera exigencia digamos el hecho de estudiar guaraní. Porque… que no ocurra
como lo que ocurrió después con el latín lo que digamos, verdad, eso de estudiar estu-
diar en el colegio ¿y después?… Porque de repente la gente que… la gente normal
aprende hablando guaraní en la casa, en la cancha, en el mercado, cuando chico, ¿ver-
dad? Después se van en colegio y seguramente aprende a escribir al menos guaraní…
Pero y después, ¿qué trascendencia más tiene después? Una vez que vos hablás, te
comunicás, ¿verdad? Porque en la universidade, muchas veces en tu propio trabajo,
verdad, tenés que escribir informes, tenés que escribir… cualquier cosa tenés que
escribir en castellano.
[¿Y te parece que esos informes deberían escribirse en guaraní?] Y partiendo de lo que
yo te estaba explicando, verdad, pienso que sería interesante, porque muchas veces
después la gente puede perder ya el interés, ¿verdad? De repente el guaraní puede que-
dar…, o sea, nosotros… nosotros que nunca estudiamos guaraní anteriormente, ver-
dad, nos gustaría aprender ahora, verdad, pero tampoco la necesidade urgente digamos
de aprender. Muchas veces la gente, nosotros en nuestro trabajo decimos qué bárbaro
tenemos que estudiar inglés, dice la gente. Y de repente parece que es una exigencia
luego. Algunos requisitos luego te dicen: idioma… otro idioma inglés, verdad, te dice.
Porque… porque la gente lo necesita para acceder a internet, para leer manuales, para
tratar con otra gente y es como una exigencia ahora. Pero nadie te dice: no, vos no
sabés escribir guaraní, entonces vos no vas a acceder a tal cosa o no vas a actualizar
por eso, no. A no sea que seas profesor y tu intención sea enseñar eso, verdad, en ese
caso sí, pero el común, normal de la gente no le ve como una necesidad digamos
defi… para definirte algo. Porque como te digo el que más que menos sabe guaraní,
sabe guaraní yopará que aprendió por allí y se defiende con eso.
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[El Estado podría exigir, por ejemplo, a todos los empleados del Estado, los funciona-
rios que sepan guaraní…] Podría ser, podría ser, incluso puede hacer eso y qué sé yo,
tomar como una especie de prueba que alguna… algún… traducir un texto así como
que hacen con el inglés, ¿verdad? Vos tenés que traducir un texto escrito en guaraní,
traducir al castellano y viceversa. Traducir el español al guaraní. O de repente que
haya algún, algo del Estado, alguna sección especial en donde vienen todos los archi-
vos, todos los informes vamos a hacer en guaraní. Y eso lo tiene que aceptar y leer y
entender y cosa así. Pienso, no sé (C-GIIaHU).
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Por varias razones que hemos tratado de presentar en este trabajo, entre todas las
lenguas amerindias es seguramente el guaraní paraguayo el que goza de mejor
salud. Tiene un número importante de hablantes cuya mayoría vive en un único
país –unos cinco millones, sin contar aquellos que están fuera de las fronteras
paraguayas, una cantidad que ni siquiera varias lenguas europeas bien estableci-
das alcanzan–. Sus hablantes representan más de un 85% de toda la población
paraguaya y se habla prácticamente en todo el territorio del país, es decir, es una
auténtica lengua nacional. En las últimas décadas ha conseguido varias victorias
simbólicas y reales, de las que las más importantes son ciertamente su oficializa-
ción, lo que da el necesario respaldo legislativo para el proceso de su normativi-
zación y normalización de su uso, y la implementación de la educación bilingüe a
nivel nacional, aceptada y apoyada por la gran mayoría de la comunidad.
Por otra parte, en las últimas décadas se han producido varios cambios y se han
acelerado varios procesos en la sociedad paraguaya que pueden ser no muy favo-
rables al guaraní. Desapareció el cierto aislamiento internacional, el país se está
urbanizando, la vida se vuelve cada vez más técnica, con lo que se ensanchan aún
más los dominios que hasta ahora eran exclusivos del castellano. En una situa-
ción donde el prestigio social y la utilidad económica de la lengua dominante son
generalmente aceptados y no hay una decisión firme de promover la lengua
menos prestigiada –y con ella a sus hablantes monolingües–, de emanciparla y
desarrollarla, la educación bilingüe –aunque sea concebida como “de manteni-
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También nuestros datos han comprobado que las tendencias que se dan apuntan
hacia una disminución paulatina del uso del guaraní correlacionada con la cre-
ciente urbanización, el nivel de educación y la generación joven. Parece que,
sobre todo en la población urbana, la bilingüización es solo una fase en la progre-
siva castellanización. Por otra parte, hay que subrayar que los mismos datos con-
firman que no se produjo una decisión generalizada entre los padres de no trans-
mitir el guaraní a sus hijos. Esta decisión es claramente minoritaria y depende de
otros factores, sobre todo del ámbito urbano y el nivel sociocultural alto.
A cada paso nos hemos encontrado con actitudes altamente positivas de la mayo-
ría de los hablantes tanto hacia el guaraní como hacia la educación bilingüe y el
guaraní culto. Pero también es cierto que hemos conocido personas bilingües que
tenían un discurso apasionado a favor del guaraní pero a sus hijos los educaban
exclusivamente en castellano, como un informante nuestro que a la vez procla-
maba que el guaraní era “un idioma que viene de mis raíces, un idioma dulce, un
idioma expresivo, un idioma que quiero mucho y que quiero que se preserve
(V-GIIaHU).
Pensar en el guaraní como una lengua en peligro puede parecer exagerado. Sin
embargo, creemos que hemos comprobado que Paraguay es un espacio donde las
dos lenguas luchan cada vez más por conseguir hablantes. Solamente las lenguas
que estén respaldadas al menos por alguna autonomía política, económica y cul-
tural, que tengan desarrollados todos los registros y estén presentes en la admi-
nistración, en medios de comunicación, en todas las profesiones y en la Universi-
dad, pueden considerarse a salvo (Fishman 1991: 107-109). Nada de eso tiene
asegurado el guaraní. A pesar de que pasó a ser la lengua co-oficial del Estado, su
presencia “oficial” es ínfima. La vida política se da exclusivamente en castellano,
salvo las notorias arengas de los políticos antes de las elecciones. Todas las leyes,
todos los documentos, toda la administración se da exclusivamente en castellano.
La única ley traducida oficialmente al guaraní es la Constitución Nacional. El
Estado debería ser el primero en promover el uso del guaraní, la auténtica lengua
nacional, que sin embargo la sociedad paraguaya nunca ha tenido la valentía de
aceptar plenamente como tal.
Nuestros resultados señalan que el proceso de la disminución del uso del guaraní
es paulatino y todavía va a haber muchas generaciones que van a tener el guaraní
como lengua materna y muchos lo tendrán aún como lengua única. Para no
seguirlos marginalizando, discriminándolos en el acceso a la educación y a sus
derechos como ciudadanos, hay que convertir el guaraní en un auténtico instru-
mento de la comunicación nacional en todos los dominios. Sería una lástima que-
darse, después de lo conseguido, a medio camino, o incluso volver atrás. Al pro-
yecto del “bilingüismo nacional” hay que añadirle un proyecto para la verdadera
igualdad del guaraní en todos los ámbitos de la vida política, social y cultural. Sin
embargo, no será un proceso fácil, va a requerir mucho esfuerzo intelectual y bas-
tantes recursos económicos. Siempre es más fácil copiar que inventar, lo que es
una tentación permanente que la sociedad paraguaya tendrá que resistir para no ir
pasando cada vez más a la otra lengua oficial, el castellano.
SIGLAS Y ABREVIACIONES
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* En las primeras dos partes de la bibliografía incluimos también obras, con sus diferentes
ediciones y reimpresiones, no citadas directamente en el texto, porque las consideramos
una importante información complementaria sobre el interés intelectual por el guaraní y
sobre el proceso de su estandarización.
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