Está en la página 1de 323

EL COLEGIO DE MICHOACAN, A.C.

Centro de Estudios Arqueológicos

Recursos Vegetales Culturalmente Útiles en la región


de La Piedad Michoacán 1860 - 1950

Tesis que para optar por el grado de Maestría en Arqueología

Lic. Daniel Alberto Godínez Salazar

Comité de Tesis:
Dra. Blanca Maldonado (Asesora)
Dra. Paulina Machuca Chávez (Asesora)
Dra. Magdalena Amalia García Sánchez (Directora).

La Piedad, Michoacán, 2017


2
Tke passÍ0n can take away your sleep
A dream can make it true if you werk on it
Never give up for notking "
Youju st íiave t0 kuiící y0ur 0wn keaven
A geod one

3
AGRADECIMIENTOS

Quiero agradecer en primer lugar a CONACYT por la beca que me brindaron


para la realización de este trabajo que sirve como tesis para el programa de maestría
en Arqueología del Colegio de Michoacán al que también agradezco.

A mi directora de tesis la doctora Magdalena García Sánchez, quien desde mi


llegada a la institución, siempre estuvo a mi lado guiándome, apoyándome y
ayudándome en lo necesario.

De la misma forma quiero agradecer a todos los profesores de la institución por


sus enselñanzas y consejos. Asimismo a todos los trabajadores del Colmich por su
hospitalidad.

El año pasado tuve la oportunidad de trabajar la parte de los análisis de


laboratorio de este mismo trabajo en el Instituto de Investigaciones Antrópologicas
(IIA-UNAM) en el laboratorio de Paleoetnobotánica. Quiero agradecer a la doctora
Emily McClung y a los maestros Diana Martínez, Emilio Ibarra y Christina Adriano por
su hospitalidad, su tiempo y sus enseñanzas.

Quiero agradecer especialmente a todas las personas que me abrieron su casa,


y me compartieron de su tiempo sus vivencias y sus memorias. A todos mis
informantes les agradezco pues sin ellos este trabajo no hubiera sido posible:

Dr. Alberto Carrillo Cázares


Don José Arroyo
Don Beto Bravo Sepúlveda y vecinos.
Gabriel Ayala y familia.
Don Pablo Cruz
Sra. Marta Elva Hernández Galván
Sr. David Rodríguez y su hijo Luis David Rodríguez
El pequeño Daniel (quien literalmente me regalo un pedazo de su casa)
Ricardo Villanueva
Martín Barajas Rodríguez
Sra. Josefina Barbosa
Prof. Javier Ortíz
Don Joaquín Mares
Don Alvaro Fernandez
Don Arturo Ramírez y familia
Don Enrique Cazares Ayala
Don Alfónso Valadéz Torres
Don Juan González
Don Roberto Delgado

A cualquier otra persona que haya intervenido de una u otra forma en la


realización de este trabajo.

Y por último quiero agradecer a mi familia. Gracias por su apoyo.

4
ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN

CAPITULO I: PERSPECTIVAS TEÓRICAS Y METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

1.1 Marco Teórico y Conceptual


1.1.1 Historia Ambiental
1.1.2 La Unidad Doméstica
1.1.3 El actor Social
1.1.4 Organización de la Unidad Doméstica
1.2 Metodología de la Investigación
1.2.1 Recolección de Información
1.2.2 Métodología para el análisis del Códice De La Cruz-Badiano
1.2.3 Metodología para el análisis etnográfico
1.2.4 Metodología para la elaboración de la base de datos etnobotánicos
1.2.5 Metodología para el análisis arqueobotánico

CAPITULO II: EL ÁREA DE ESTUDIO. LA REGIÓN DE LA PIEDAD MICHOACÁN

2.1 Descripción del Espacio Ambiental y Geográfico


2.1.1 El Bajío
2.1.2 La Cuenca Lerma Chapala
2.1.3 Distritos de riego
2.1.4 Región porcícola de La Piedad
2.1.5 El Área bajo estudio
2.2 Actividades productivas y contexto productivo del área de estudio

CAPÍTULO III: SOCIEDAD Y NATURALEZA, UN POCO DE HISTORIA

3.1 Los Recursos vegetales en Mesoamérica


3.1.1 El Maíz y la importancia de la Milpa en México
3.1.2 El Copal. Puente entre lo mundano y lo divino
3.2 Estudios Académicos
3.3 Antecedentes Históricos de la región de La Piedad.
3.4 Transformación de la comunidad rural en México

CAPÍTULO IV: RECURSOS VEGETALES CULTURALMENTE ÚTILES

4.1 Panorama de los recursos vegetales en la región de La Piedad


4.2 Los recursos vegetales en el contexto arqueológico. Análisis arqueobotánicos
4.2.1 Recuperación y análisis de macrorestos
4.2.2Recuperación y análisis de microrestos (Palinología)
4.3 Los recursos vegetales en la construcción
4.3.1 Materiales para la construcción
4.4 Los recursos vegetales Alimenticios
4.5 Los recursos vegetales como medicina tradicional
4.6 Los recursos vegetales y sus "otros" usos

5
CONSIDERACIONES FINALES

ANEXO 1. Usos culturales de las especies registradas para la región


ANEXO 2. Estudio Pictográfico del Códice De La Cruz - Badiano
ANEXO 3. Fichas técnicas de las casas muestreadas
ANEXO 4. Fotografías de Laboratorio. Análisis de Macrorestos y microrestos

Índice de Mapas
Índice de tablas
Índice de Imágenes

BIBLIOGRAFÍA

6
7
INTRODUCCIÓN

Corría el año de 1687, dos hombres mulatos de la Estancia de la Huerta,


perteneciente a la comunidad de Yurécuaro, Juan de Aparicio y Juan de la Cruz,
salieron a buscar la leña que mantendría el fuego que alumbraría esa misma noche,
durante la celebración de la Nochebuena. En la noche de ese 24 de diciembre, se
arrojaron a la hoguera cantidad de maderos de tepame, todos fueron consumidos por
el fuego, todos salvo uno. Al ver que no ardía Juan de Aparicio tomó su hacha para
intentar partirlo, al golpearlo se llevó una sorpresa.

Esta ha sido la historia que a muchos de nosotros los habitantes de la ciudad de


La Piedad (Michoacán) nos han contado desde pequeños, detalles más, detalles menos,
ya sea en la escuela, o durante los sábados de catecismo. La sorpresa que aquel indio
se llevó esa Nochebuena fue el hallazgo de un Cristo, el ahora llamado El Señor de La
Piedad, patrono de nuestra ciudad.

Incluyo aquí esta narración porque ilustra la esencial relación que existe entre
el hombre y la naturaleza, entre la sociedad y el ambiente que la rodea, que permea
tanto en las actividades productivas como en las simbólicas, de acuerdo siempre con
los recursos de que se disponen y que terminan desarrollando un rol importante en
todos los aspectos y en distintas escalas.

La República Mexicana es lo que se conoce como una región megadiversa no


solo en cuanto a especies biológicas, sino también en cuanto a cultura, ello se ve
reflejado cuando ambos aspectos se unen en la antiquísima y extensa tradición
etnobotánica. Ya en el siglo XXI, estudios sobre las relaciones planta-sociedad cobran
relevancia no solo por ser tan variables como complejas y ricas a través del territorio
nacional, sino también debido a programas de conservación y consideración de estos
como patrimonio.

Con base a lo anterior y tomando en consideración que el ámbito doméstico es


representativo del entorno cultural de una sociedad y dado que las especies vegetales
utilizadas por una sociedad se encuentran delimitadas por su disponibilidad dentro de
una región, inicialmente me planteé la pregunta ¿Cuáles han sido las especies
vegetales que han sido utilizadas en el ámbito doméstico de la sociedad en la región de
la Piedad, Michoacán durante los siglos XIX y XX? Esto al mismo tiempo, es posible que

8
sirva como punto de partida para poder entender a la sociedad y cómo ésta se
relaciona con el uso de las plantas.

Cabe destacar tres cosas, la primera el área de estudio elegida, la razón para
elegir La Piedad Michoacán como sede de este estudio es simple, es el lugar donde nací
y donde fui educado. Al llegar al Centro de Estudios Arqueológicos (CEQ-Colmich), se
me propuso trabajar en el marco del proyecto "Hacia la recuperación del patrimonio
cultural piedadense". Dada mi formación como Biólogo se me encargo la parte de la
investigación enfocada los recursos vegetales presentes en la región y los
conocimientos asociados a dichos recursos. De ello se derivaron varias actividades
destacando el análisis del estado de la cuestión de la etnobotánica en México; la
conformación de la base de datos etnobotánicos que se presenta y el estudio del códice
"De la Cruz - Badiano" como parte del estado de la cuestión, y que más tarde se
convertiría en un análisis más minucioso, estos dos últimos presentándose en esta
tesis (Anexos 1 y 2 respectivamente). Basado en el trabajo antes mencionado se
propuso el primer anteproyecto para el programa de maestría, el cual se modifico
hasta lo que se presenta en este documento, pero siempre teniendo en cuenta que
debía ser una investigación que representara una contribución para mi ciudad natal.

La segunda, el período de estudio elegido, que al final quedó delimitado entre


los años 1860 y 1950. Es relevante para esta investigación ya que por un lado más
general abarca un período de transición entre el México colonial hasta la creciente
entrada de la modernidad en el siglo XIX. Y particularmente porque a partir del curato
del padre José María Cavadas (en la década de 1830), la construcción del puente que
lleva su nombre, fue un parte aguas en cuanto a la comunicación territorial, lo cual
tuvo como consecuencia que la región fuera un punto de confluencia, aumentando la
comunicación y las relaciones comerciales entre las regiones de occidente, el Bajío y el
centro de México. Está comunicación permitió que para la década de los cincuenta del
siglo XX prosperara la actividad productiva por la que se le conoció principalmente a la
región, la crianza del cerdo.

La tercera cuestión a tomarse en cuenta es el indicador arqueológico que se


decidió usar para obtener los datos de la época bajo estudio y poder contrastarlos con
la información histórica y etnográfica; me refiero al adobe, material para la
construcción cuya materia prima son la tierra y los restos de algunos vegetales que se
agregaron intencionalmente como desgrasante. También es posible encontrar una gran

9
variedad de restos macro y microscópicos, que nos hablan de las condiciones
ambientales y de los recursos de la región al mismo momento en que se llevó a cabo la
construcción con el uso de esos adobes. Analizarlos nos fue bastante útil. Aunado a
esto, decidimos tomar como objeto de estudio la unidad doméstica (la cual definiremos
más adelante). Es importante mencionar que lo que nos interesa es el uso de las
plantas dentro de misma o relacionados con dicha unidad, por lo que datos como las
especies acuáticas (tules por dar un ejemplo) asociadas con el río Lerma y que poseen
una gran cantidad de usos para la sociedad, no formaron parte de la investigación. En
otras palabras las especies obtenidas del río Lerma constituyen un universo en sí
mismo al que no podíamos acceder al mismo tiempo que a todos los que provee la
unidad doméstica por falta del tiempo para terminar esta investigación.

Entonces, el objetivo principal de la investigación se plantea como identificar el


uso de los recursos vegetales así como los saberes asociados con éstos desde el
amplio espectro que implica el marco de la vida cotidiana, en la región de La Piedad,
de ahí que la unidad doméstica sea la escala de análisis; esto es, conocer los saberes
relacionados con tal uso que permitan revelar el vínculo entre la sociedad y su entorno
ambiental que existió hasta hace algunas décadas en la región bajo estudio. Derivado
de este objetivo, se pretende conformar un acervo en donde se plasmen dichos
conocimientos y constituirlo como parte del patrimonio histórico de La Piedad.

Los objetivos secundarios que se desprenden a partir de la investigación


principal son:

• La conformación de una base de datos que integre los datos botánicos, en la


cual se pueda indagar a partir de la investigación, así como los restos botánicos
encontrados (macro y micro).
• Identificar la posible utilización del recurso copalífero dentro de la región bajo
estudio. Debido a que esta familia de plantas (Burseraceae) es encontrada
frecuentemente en zonas de selva baja caducifolia.
• Por último y ya que este trabajo se desarrolla en el marco del proyecto "Hacia
la Recuperación del patrimonio cultural piedadense. Ciencia básica y
comunicación educativa del patrimonio" (García Sánchez y Aguirre 2008), se
retoma uno de los objetivos de ese proyecto: La identificación de bienes
patrimoniales de La Piedad, Michoacán, para su conocimiento y puesta en valor
para la sociedad.

10
Cabe señalar que se espera que esta investigación pueda tener varias
consecuencias positivas, ya que, a nivel sociedad podría ser un parteaguas en lo que
respecta a recuperación y registro del conocimiento y el entendimiento del entorno
ambiental, así como de las especies y los recursos vegetales, pues a través del
conocimiento del pasado podemos destacarlo y proyectarlo hacia el futuro, y convertir
estos saberes (etnobotánicos) como parte del patrimonio cultural y natural de nuestra
sociedad.

A nivel académico, se espera contribuir al conocimiento científico con una


propuesta para entender procesos sociales vinculados con la producción, de recursos
vegetales dentro de la unidad doméstica: ésta podría funcionar como una
reconstrucción que permita a los arqueólogos observar una parte de la sociedad que
no se conserva (total o parcialmente) dentro del registro arqueológico, refiriéndonos
específicamente al uso de dichos recursos. Por otro lado, la conformación de una base
de datos con la información obtenida sobre las especies vegetales podría ser de
utilidad en un futuro para otros estudios etnobotánicos.

Este tipo de investigación es algo que nunca se había trabajado en esta ciudad,
así que a nivel personal, espero que sea la contribución de un conocimiento científico,
que pueda ser de utilidad para la academia, para la sociedad piedadense y para la
sociedad en general.

La tesis se encuentra dividida en 5 capítulos. En el primero planteo las


perspectivas teóricas que fueron la base de la investigación y las cuales me sirvieron
para dar una explicación a los datos obtenidos durante en la investigación; en el
mismo capítulo doy una explicación de la metodología que se siguió para obtener los
datos en los cuales se sustentan las propuestas de saberes de esta tesis.

En el segundo capítulo se describe el contexto ambiental y geográfico y se


utiliza el mismo para definir nuestra área de estudio, tomando para este propósito no
solo las características físicas, sino también las características políticas del territorio y
las características sociales, así como las actividades productivas.

11
En el tercer capítulo se hace referencia al contexto histórico, nos referimos
tanto al contexto histórico del uso de las plantas (o recursos vegetales) desde lo
general (en el mundo) hasta lo particular, en México y Mesoamérica. Más adelante nos
referimos al contexto histórico-social del área y el periodo bajo estudio.

En el cuarto capítulo se exponen las metodologías seguidas para el análisis, así


como los resultados de nuestra investigación a partir primeramente de los hallazgos
hechos en el Laboratorio de Etnobotánica del Instituto de Investigaciones
Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, y a continuación
colocando dichos resultados en distintos contextos. Primero en la construcción de la
unidad doméstica; en segundo en la dieta de lo habitantes de la misma; finalmente en
el tercero me refiero al manejo de la salud de sus habitantes. Los tres contextos
analizados como parte de la subsistencia familiar. Y por último repasamos algunos de
los usos secundarios de los recursos vegetales. No sobra decir que este capítulo
constituye mi aportación al conocimiento en el uso de los recursos vegetales de la
región de La Piedad.

Se concluye la investigación hablando un poco sobre los cambios y las


pervivencias que se dieron en la región durante el período de estudio, y como es en la
actualidad, de la misma forma se abordan los conocimientos etnobotánicos y como
éstos pueden (o deberían) ser parte del patrimonio cultural de una sociedad.

Por último se incluyen cuatro anexos con información complementaria resultado


de esta investigación. Se trata en primer lugar de una base de datos de las especies
vegetales presentes en la región bajo estudio actualmente, en la cual se incluyen en la
medida de lo posible sus datos botánicos (sinonimia, descripción botánica, hábitat y
distribución), así como sinonimia de nombre vulgares o folklóricos y los usos posibles
de dichas especies. En el segundo anexo, se hace un estudio pictográfico del códice
"De La Cruz - Badiano" en el que se incluyen algunas de las especies que se
encuentran presentes en la región, dicho estudio sirve como complemento tanto del
contexto histórico del uso de las plantas en México, como de la tesis de investigación
enfocada en los usos de dichos recursos (en tal caso con uso terapéutico). Se incluyen
las fichas técnicas de las unidades domésticas muestreadas, y por último las
fotografías de algunos de los materiales botánicos encontrados durante los análisis de
laboratorio.

12
CAPÍTULO I

PERSPECTIVAS TEÓRICAS Y METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

Este capítulo se divide en dos partes. En la primera se presentan los conceptos


teóricos que estructuran esta investigación, desarrollados en el marco de la
perspectivas teóricas de la Historia Ambiental. De ésta, se presentan su definición y
algunos de sus aportes en el estudio de la interrelación entre el hombre y la
naturaleza. En la segunda parte, se plantea la metodología de la investigación, tanto la
dedicada a la obtención de información a partir de los análisis como la obtenida de
otras fuentes.

1.1 Marco Teórico y Conceptual

De acuerdo con Felipe Bate (1998:44) es objetivo de la investigación


arqueológica: a) conocer los procesos sociales, donde se considera la transformación
material de la naturaleza; b) inferir las relaciones sociales que componen las
actividades humanas, a partir de la evidencia material; c) entender el sistema de
contenidos de las formaciones socioeconómica.

Y ya que se espera que la presente investigación contribuya a la disciplina


arqueológica, para la cual la principal fuente de información es la cultura material,
debemos entender a que nos referimos con dicho término. De acuerdo con Marx
(1996) cultura material es "toda apropiación de la naturaleza por parte del individuo
en el seno y por intermedio de una forma de sociedad determinada". Entonces, por
cultura material podemos entender, todos aquellos materiales resultantes de la
intervención y modificación humana en el medio ambiente. Por lo tanto, ya que en
esta investigación serán tomadas como centro de nuestro estudio todas aquellas
especies vegetales que han sido objeto de apropiación, modificación y utilización por
parte del ser humano, todas estas son consideradas como un producto antropogénico
y por lo tanto como parte de la cultura material.

Como seres humanos somos generadores de cultura, pero al mismo tiempo


somos parte del medio ambiente, por lo cual la cultura que nosotros mismos

13
generamos estará afectada y de manera recíproca afectará al medio ambiente. Es
partiendo de una idea similar desarrollada por los antropólogos de principios del siglo
XX, que hacía los años cincuentas, Julian Steward plantea e introduce a la Antropología
la perspectiva teórica de la Ecología Cultural. Para Steward la cultura y el medio
ambiente interactúan y son afectados el uno al otro todo el tiempo y así como por sí
sola la Ecología es el estudio de las interacciones entre los seres vivos y su medio
ambiente, el planteamiento principal de la Ecología Cultural se centra en el estudio de
la interacción entre el ser humano dentro de un medio ambiente en un tiempo
determinado (Steward 1979).

Sin embargo Steward remarca el cuidado que debe tener el investigador al


hacer sus interpretaciones ya que, la relevancia que el medio ambiente tenga como
modificador de la cultura material, será modificada por el concepto de cultura que
tenga cada investigador (Steward 1958).

El marco contextual en el que Steward introdujo este concepto estaba


dominado por ideas deterministas y con la inclusión de conceptos que se tomaron de la
Biología como el caso de la evolución biológica, la cual fue aplicada en la antropología
para intentar explicar cómo se desarrollaban las sociedades.

Tal es el caso de las ideas de evolucionismo unilineal de Tylor y Morgan, las


cuales concebían que todas las sociedades pasaban por ciertas etapas de desarrollo
similares y que si no lograba adaptarse estas desaparecían o eran absorbidas por otras
que lograban un progreso mayor (Trigger 1992).

A partir de estas ideas, se desarrolló la corriente neoevolucionista cuyos


principales representantes fueron Leslie White y Julian Steward; White planteaba que
las sociedades evolucionaban en una relación directamente proporcional al uso
energético, por tanto mientras una sociedad crece el monto de energía que ésta utilice
crecerá también con ella (Trigger 1992; Sutton y Anderson 2010); Steward tenía un
enfoque empírico y más cargado hacia la ecología, llevando el nombre de
evolucionismo multilineal (Trigger 1992). Para Steward (1979) "ciertos tipos básicos de
cultura podían desarrollarse de manera similar bajo condiciones similares" lo que
derivaba en niveles de integración sociocultural. Estos principios dictaban dos niveles
de integración sociocultural, uno diacrónico y otro sincrónico, en el primero sistemas
socioculturales se suceden la una a la otra consecutivamente, mientras que en el

14
segundo, sistemas culturales similares se deben a condiciones similares (Boehm
2005).

Así, para Steward la realidad que intentaba explicar a partir de los principios de
la ecología cultural eran los procesos de adaptación que cada cultura mostraba en
respuesta a su medio ambiente. Estas respuestas adaptativas incluyen tanto cultura
material como la tecnología desarrollada, como comportamientos, organización,
estructura económica política y sistemas sociales (Sutton y Anderson 2010).

El mismo Steward (1979:6) describe los fenómenos adaptacionales que se dan


entre las culturas como un proceso creativo en respuesta a su medio ambiente, a estos
procesos los llamo núcleo cultura (cultural core) y los definió como

"La constelación de características que están más estrechamente


relacionadas a las actividades de subsistencia y arreglos económicos. El
núcleo incluye tanto patrones sociales, políticos y religiosos, tanto como
estén empíricamente determinados a estar mejor conectados con dichos
arreglos."

Así para el entendimiento de la organización social, a partir de la utilización de


ciertos aspectos del medio ambiente que enmarca a una sociedad, como en el caso
que aquí se trata, es de fundamental importancia acceder no solo a su núcleo cultural,
enténdido como las tecnologías, modos de vida y los recursos (vegetales) que
utilizaban y cómo los utilizaban para llevar a cabo diversas actividades; sin olvidar
cómo reconocían el espacio en el que se desarrollaban (esto es, el paisaje y los
recursos con los que contaban).

Con base en las ideas propuestas por Steward fueron muchas las vertientes que
se sucedieron intentando explicar la misma problemática, la relación del hombre con
su medio ambiente, pero con diferentes metodologías o diferentes objetivos
secundarios. Una de estas vertientes y en la cual nos apoyaremos para buscar una
interpretación para este trabajo es la Historia ambiental.

15
1.1.1 Historia Ambiental

El contexto en el que fue introducida la perspectiva de historia ambiental, se


encontraba dominado principalmente por la idea de que la Historia estaba en un
periodo de decadencia. Esta idea fue difundida a partir de la publicación "El fin de la
historia" de Francis Fukuyama en el año de 1992. Sin embargo en los trabajos
realizados en la materia no se observaban decadentes, sino que se mostraban faltos de
conexión entre el historiador y la sociedad, ausentes de problemática y reflexión.
Como consecuencia, la solución a este problema fue enfocar la materia hacia nuevos
objetivos, surgiendo así la historia política, historia cultural, la historia medioambiental,
entre otras (Tortolero 2006).

La definición más simplista que puede dársele a esta perspectiva analítica, es el


estudio de la historia de las relaciones que se establecen entre el ser humano y el
medio ambiente (McNeill 2005). Sin embargo, aparentemente es muy simple, y resulta
demasiado limitada. La manera en que debemos entender la historia ambiental es
como la relación que tiene una sociedad con el medio ambiente en el que ésta decidió
establecerse, y cómo dicha sociedad se ha modificado para adaptarse a tal medio
físico. Asimismo, las transformaciones que el medio ambiente nos muestra, tanto
naturales como antropogénicas en esa constante y recíproca interacción entre ambos
factores (ser humano-naturaleza), siempre definiéndose a través de parámetros
temporales, territoriales y culturales, propios de las distintas sociedades y definidos
por cada estudio particular.

La historia ambiental aborda la manera en que las estructuras sociales creadas


por el ser humano para su organización (económicas, tecnológicas o políticas) afectan
al medio natural y el uso de los recursos ambientales. Su abordaje puede ocuparse
desde problemas ecológicos como la contaminación y la pérdida de recursos forestales,
así como de otros problemas más sociales como la expansión de territorio agrario y la
transformación de las actividades económicas a través del tiempo (Chávez Ortíz 2009).
Es así como la humanidad al ser parte de la naturaleza, transforma y humaniza a la
misma, por lo que para entender parte de las transformaciones, y problemas que vive
el ser humano es necesario el estudio de su contraparte (el medio ambiente) y los
cambios que ambos sufren, consecuencia de su mutua interacción (Hughes 2000).

16
Es a partir de este planteamiento, que los estudiosos de la historia ambiental
buscan unificar a las ciencias sociales con las ciencias naturales, ya que el medio
ambiente es un punto en el que no solo confluyen varias disciplinas, sino que en el
medio ambiente natural se encuentran imbuidos todos los aspectos de una sociedad,
desde donde vivimos o dónde llevamos a cabo nuestras actividades. Ahora, tal vez
esta transición o mejor dicho la confluencia entre el ser humano y la naturaleza sea
más evidente en sociedades rurales (como es el caso del este estudio), o más
tradicionales; sin embargo el binomio, sociedad-naturaleza es imposible de separar,
pues incluso las grandes ciudades afectan y son afectadas por el ambiente, por las
inclemencias climáticas, las afecciones en la atmósfera y hasta en un nivel económico,
el uso de los recursos naturales que son necesarios para la subsistencia de una
sociedad.

Así es como el cambio en el uso de las tecnologías aplicadas durante un periodo


en una cierta ciudad, puede afectar tanto a comunidades rurales como a otras
ciudades ya sea inmediatamente o con el paso de los años. Por poner un ejemplo, nos
encontramos con el caso del río Lerma, que en la antigüedad era (hablando incluso de
principios del siglo pasado) una fuente de recursos para los pobladores de la región
bajo estudio; me refiero a la pesca y el uso de sus aguas, por mencionar solo lo más
evidente. Hoy en día, a su paso por La Piedad (Michoacán) se reduce a un mínimo de
su aforo durante la mayor parte del año, y el poco recurso hídrico con el que cuenta se
encuentra contaminado como consecuencia de las grandes empresas que van
desechando sus residuos desde ciudades tan lejanas como el Valle de Toluca (de donde
nace el río Lerma); incluso más cercanas como la ciudad de Salamanca (con sus
refinerías). Con el paso del tiempo, a lo largo de 100 años, ha podido constatarse el
cambio y aunque aún se utilizan sus aguas para el riego, puede observarse un cambio
en las actividades productivas, suprimiéndose casi por completo la pesca. Así es como
cambios en una ciudad, gracias al medio ambiente natural pueden, como si fuera un
efecto mariposa, afectar con el tiempo a otras ciudades, comunidades o sociedades
completamente, con el paso del tiempo. Esto al mismo tiempo puede afectar en
cambios de pensamiento, aplicación de políticas públicas, aplicación de leyes y
movimientos que afecten a la sociedad.

En la historia ambiental se pueden reconocer tres enfoques principales: el


enfoque político, que trata de la leyes y las políticas elaboradas por el Estado y que se
relacionan con el uso jurídico y legal del medio ambiente; el enfoque cultural-

17
intelectual que trata de los aspectos simbólicos de la relación ser humano naturaleza. Y
el enfoque materialista, en el que se centrará el estudio, mismo que tiene que ver
como ya se ha mencionado con los cambios físicos y biológicos así como las
transformaciones que afectan tanto al medio ambiente como a las sociedades
humanas, a la vez que se acentúan aspectos económicos y tecnológicos (McNeill
2005).

En México el estudio de la historia ambiental cobró fuerza, como era de


esperarse en un país en el que la biodiversidad es uno de los principales atractivos y
fuentes de recursos, pero al mismo tiempo porque el medio ambiente se encuentra en
estado de contaminación y deterioro creciente. Para Mesoamérica, encontramos entre
los precursores de esta perspectiva, a Angel Palerm y Eric Wolf quienes en sus estudios
en los años setentas del siglo pasado, expresan el cambio social asociado al manejo de
los recursos naturales enfatizando el acceso a los recursos hidráulicos. A lo que más
tarde se sumarían trabajos como los de Teresa Rojas (1983; 1988; 1991), también
enfocados en la agricultura y el aprovechamiento de los recursos tanto hídricos como
bióticos.

Para indagar en estos cambios sociales, relacionados directamente como se vio


con el medio ambiente, debemos comenzar desde una perspectiva inductiva para a
partir de ahí ampliar el panorama y poder ver por completo a la sociedad de la que
queremos hablar; en el caso del presente estudio habrá que comenzar desde la unidad
doméstica, pues ésta es la forma más pequeña, la unidad mínima de organización
social.

1.1.2 La Unidad Doméstica

"The longhouse itself replicates and models the structure of the cosmos; its
floor its the earth and its posts are mountains which support the roof or sky above"
(Hugh-Jones 1995:233-234).

En esta simple cita que refiere a la comunidad indígena del amazonas podemos
ver reflejada la visión y significado que el hombre ha dado a su vivienda desde épocas
inmemorables; la casa como representación de un universo personal, una visión

18
romántica de un castillo en el cual eres el rey (o súbdito), un lugar privado en el cual
(relativamente) crear tus propias reglas y cumplirlas o romperlas a tu antojo; simple y
llanamente, un lugar "propio".

El término "unidad doméstica" engloba en sí una gran cantidad de fenómenos


sociales, culturales, y físicos. Podemos comenzar por mencionar un lugar donde se
expresan los individuos por edad, roles de género, donde la cultura es transformada y
puesta en acción (Neeting, et al. 1984). Un espacio arquitectónico donde un grupo
social emparentado lleva a cabo actividades de producción (uso y consumo) tanto de
espacio como de recursos (Morelos, 1986:196), da seguridad, descanso, y se
encuentra limitado a la presencia de solo ciertos individuos, fomenta la convivencia y
da un cierto prestigio social, ya que se encuentra inmerso en particularidades
proporcionadas por sus habitantes (bienes simbólicos, intereses políticos y deberes),
esto se resignifica como un proceso social (Ramírez 1993:23 y Lea 1995:210).

Es la construcción material e inmaterial tanto de los recursos económicos y


tecnológicos, como de las propias creencias de los individuos, forma parte de su
existencia y de su identidad, aún el espacio que rodea la casa es una extensión de
ellos, una parte integral de la cultura humana (Waterson 1995:51 y Carsten y Huge-
Jones 1995:2-7).

De manera más precisa, podemos encontrar la definición de Blanton (1994)


considera la unidad doméstica como "Un grupo de personas que co-residen en una
vivienda o complejo residencial y que en cierta medida comparten actividades y toma
de decisiones"; por su parte, Robichaux (2005) la define como "la unidad fundamental
en la cual se llevan a cabo funciones económicas, sociales y rituales".

Podemos observar que estas definiciones se centran en algunos aspectos


fundamentales, el uso del espacio (físico), las interacciones entre los miembros
familiares (social) y el aspecto ontológico que a través de la casa es creado por los
individuos que la habitan (cultural). La diferencia entre estos puede ser difusa, sobre
todo por que generalmente los tres términos suelen utilizarse indistintamente para
referirse a la unidad doméstica; como mencionó Blanton (1994), "la casa como si
fuera una persona", pero tienen que entenderse de manera integral como un solo
concepto.

19
Comencemos por la parte física, la estructura. Referirse a la vivienda, considera
el espacio donde los actores sociales desarrollan sus ciclos biológicos y en ocasiones
incluso después de terminar estos (ciclos) son depositados como parte de la propia
estructura (McAnany 1998). La casa está conformada por el espacio construido y de
manera simbólica por el espacio que la rodea (Carsten y Hugh Jones 1995:3). El
espacio que conforma la vivienda de un individuo o grupo social, es también un
proceso en constante desarrollo, dependiente de las actividades que se llevan a cabo
tanto en su anterior como en su periferia, por lo que es reflejo del modo de vida y del
comportamiento social de los individuos que la habitan (Ettinger 2010:71). De la
misma manera el tamaño de la estructura cambia en función de los individuos que la
habitan (Lea 1995:208).

En la unidad doméstica habitan familias. Al hablar de la familia, nos referimos al


grupo de individuos, que conforman la parte "viva" de la casa, lo que se ha nombrado
como la institución fundamental o básica de la sociedad. Wilk y Neeting (1984:1, 3) la
refieren como un constructo cultural, compuesta morfológicamente por relaciones de
parentesco. La familia siempre estará conformada por un grupo de individuos
vinculados en cierta medida, biológica, jurídica o simbólicamente, por lo que la familia
podrían en ocasiones no compartir la misma vivienda (Tuiran 1993). Carrasco
(1993:108) por su parte, reconoce tres tipos de familias: consanguínea, la nuclear y la
conjunta o extensa.

La asociación de familias e individuos, bajo un mismo techo en donde


comparten recursos y son parte constitutiva del sistema económico y productivo
común, nos lleva al concepto de hogar, una acepción más cercana a unidad doméstica.
Ésta generalmente se describe como un grupo de individuos, con una afinidad fundada
por el parentesco y que comparten no solo un mismo techo, sino las actividades, la
continua socialización, participan del sistema económico (producción, distribución y
consumo de recursos) y de la identidad; los miembros cooperan para sustentar el
espacio residencial en el cual habitan (Carrasco 1993:108; Tuiran 1993; Villena 1996;
Wilk y Neeting 1984:3).

Levi-Strauss (1987:152) se refiere al hogar como una "persona moral", en


donde los individuos son dueños tanto de lo material como de lo inmaterial que ésta
representa, y de acuerdo con Robichaux (2005) se encuentra siempre dirigida por un
"jefe" o cabeza de familia, quién generalmente es el fundador de la unidad doméstica.

20
Resumiendo, la unidad doméstica u hogar tiene implicaciones físicas y
simbólicas, las físicas están representadas tanto por la materialidad de la estructura y
el medio ambiente en el cual se asienta, como por la comunicación y las relaciones que
se dan entre sus habitantes, lo cual incluye a sus actividades productivas y
económicas, mientras que la parte simbólica es lo que la casa expresa sobre dicha
familia como parte de su identidad (Blanton 1994:10).

El estudio de las unidades domésticas puede arrojar información sobre una


sociedad; Del estudio de la unidad doméstica, tanto por su materialidad como por su
simbolismo, es posible acercarse a la base de todas las actividades culturales y la
transferencia de conocimientos generación tras generación, lo que nos puede dar una
idea de las pervivencias culturales.

Como parte del registro arqueológico, sus materiales de construcción son


utilizados para dar un significado al espacio, a los procesos y a las actividades
constructivas así como a los aspectos funcionales (Manzanilla 1986:162 y Ettinger
2010). Y en tanto constructo cultural en el funcionamiento de una sociedad dada,
simbólicamente es tomada como partícipe de la vida social; es a través de su
apariencia, misma que es el resultado de las actividades humanas llevadas a cabo
tanto dentro como fuera de ella, es un reflejo de los valores fundamentales del ser
humano (Ettinger 2010).

Es posible abordar el estudio de la unidad doméstica, desde distintas


perspectivas. A pesar de que su estudio se centra en general en los aspectos físicos,
estos tratan de ir más allá de la materialidad de los espacios estudiados, y trascender
la investigación hacia la inferencia sobre la ontología de los individuos que la habitan o
habitaron. De acuerdo con Johnston y Gonlin (1998) se reconocen principalmente 3
enfoques para abordar dicho estudio: el cultural o estructuralista, el funcional y el
social.

Estas tres maneras de acercarse a nuestra unidad de análisis, la unidad


doméstica, no pueden ser excluyentes en si mismas y de ninguna manera contrarias
entre sí, ya que por su naturaleza cada una puede mostrarnos distintos niveles
ontológicos y el contraste entre ellas nos lleva a una mejor comprensión de esta
unidad de análisis. Para propósitos de nuestra investigación que se centra sobre todo

21
en aspectos de la organización social con base en elementos y transformaciones del
medio ambiente, dicha unidad se aborda desde un enfoque social. De esta manera se
espera proponer una interpretación del uso de los recursos vegetales en el marco de la
unidad doméstica, considera entonces como respresentativa del universo social del que
forma parte.

1.1.3 El actor Social

"Every living creature on this earth dies alone"


(Donnie Darko, 2001 film by Richard Kelly)

De alguna manera nos encontramos solos, somos agentes de nuestras propias


decisiones y de las consecuencias de las mismas, pero en el caso de la unidad
doméstica, los individuos nacen, crecen, se reproducen, pero en este intermedio, antes
de morir, participan en la toma de decisiones, decisiones que no solo los afectan
individualmente sino a todo el grupo, que convive e interactúa bajo ese mismo
espacio.

La unidad doméstica incluye a cada una de las personas que individualmente


toman decisiones tanto para ellos mismos como para la colectividad con la que
comparten la habitación, ya que forman parte del funcionamiento de un sistema de
subsistencia, en el cual cada miembro tiene responsabilidades, obligaciones y deberes,
tanto individuales como para el grupo (Ramírez 1993). Para que cada miembro lleve a
cabo tanto sus objetivos individuales como colectivos es necesario atender a una
organización socialmente establecida.

1.1.4 Organización de la Unidad doméstica

Como unidad básica de la sociedad, la familia necesita de la cooperación entre


sus miembros para así poder asegurar su sustento y la supervivencia. La organización
de un grupo se ve afectada por distintos factores como el número de individuos o el
números de generaciones distintas que conviven en el grupo así como las relaciones
interpersonales entre sus miembros; también por aspectos socioculturales y

22
ambientales (Kunstadter 1984:395 y Pérez Ramírez 2013:35); estos últimos
dependientes del lugar y el tiempo en el que se ubique el grupo estudiado.

En la literatura especializada, es posible identificar distintas estrategias de


organización de la unidad doméstica, las cuales se pueden dividir en tres categorías.
La primera, aborda las estrategias de reproducción y de supervivencia, las cuales
aseguran estos objetivos (precisamente la reproducción y la supervivencia tanto
biológica como social) de los individuos y del grupo. La segunda, trata de las
estrategias de trabajo, refiriéndose estas a las labores domésticas o al trabajo
económico (trabajo cotidiano y obtención de recursos). Finalmente, están las
estrategias sociales que se refieren a las relaciones sociales entre los miembros del
grupo doméstico y entre el grupo y la sociedad.

Las estrategias desarrolladas por una unidad doméstica en su conjunto articulan


algo que podría identificarse como un sistema económico básico. Es decir, existe una
relación directa entre el hogar y la estructura económica mayor, ya que son las
estrategias de organización que comienzan en la familia las que se reflejan y derivan
en la economía de una sociedad. De acuerdo con Arnold (1978:330) la estrategia
productiva desarrollada por una sociedad dada, vendría a definirse por el medio
ambiente. De esta manera para una sociedad (o a pequeña escala una unidad
doméstica) asentada por ejemplo en un lugar en donde el terreno para la agricultura
no es óptimo para su desarrollo, es escaso o hay una densidad de población creciente,
la producción artesanal pasará a convertirse en una actividad secundaria. Por otro lado
cuando los suelos son ideales para la agricultura y la población es moderada, ésta
última se convertirá en una actividad únicamente de subsistencia. Tal razonamiento
aplicaría también para el acceso a recursos o materias primas necesarios para la
producción artesanal.

Estos fenómenos del ámbito económico, son retomados por Hirth (2009a,
2009b), para proponer una explicación sobre los procesos de comercio y desarrollo del
mercado, pues considera que la organización de la familia y la economía doméstica son
sus principios. Esto solo es un ejemplo de cómo la organización que se articula dentro
de la unidad doméstica puede derivar en procesos de organización social a una escala
mayor, trascendiendo los limites del hogar.

23
Ahora bien, las estrategias de la economía doméstica de un grupo se
encontrarán afectadas por los principios de comportamiento que establece una cultura
determinada, de esta manera cualquier modificación que afecte la economía de un
grupo obligará a su vez a la modificación de la organización de la familia en cuanto a la
estrategia de trabajo. Ejemplo de esto podría ser un cambio de rol en las estrategias
productivas. Como bien apunta Villena (1996) la responsabilidad económica de una
familia generalmente recae en el "jefe" o líder del grupo, pero un cambio de estrategia
de trabajo podría influir en la participación de los actores secundarios en las labores de
reproducción familiar.

Es necesaria la observación del contexto cultural, social y temporal, de la


unidad de análisis ya que, como en el caso de la familia, la unidad doméstica podría
verse afectada por los mencionados aspectos, en los que cada sociedad podría
identificarse de manera distinta con su grupo domestico o con el uso de su espacio;
distinto contexto (medio ambiente natural o cultural) podría ser causa o consecuencia
de diferentes comportamientos.

Con respecto a las estrategias familiares, de cualquier categoría (reproducción,


trabajo o social), pueden verse afectadas por los intereses personales e individuales y
llega así a entrar en conflicto y altera el comportamiento grupal, ello puede reflejarse
en la materialidad de las construcciones, o lo que es lo mismo, del lugar que se habita,
otro de los motivos para mantener un ojo critico durante la investigación.

1.2 Metodología de la Investigación

La investigación que aquí se presenta comparte los ámbitos tanto de las


ciencias biológicas como de las ciencias sociales; básicamente se trata de un tema de
carácter etnohistórico en el que ambas perspectivas se articulan; ello si tomamos en
cuenta que en la Etnohistoria convergen cuestionamientos antropológicos y
metodologías históricas (Tavarez 2001). También puede decirse que la investigación
puede ubicarse en el área de la Etnobotánica por ser una disciplina que se encuentra
entre la Botánica y la Arqueología. La Etnobotánica tiene como objetivo estudiar y
comprender las interacciones de los seres humanos con el mundo vegetal, la creación
de condiciones culturales-vegetales para la selección artificial y sistemas de producción
a lo largo de la Historia (Pagán 2009).

24
Por lo tanto, al tener como objeto de estudio la transformación material de la
naturaleza (en este caso las especies vegetales) la investigación que aquí se lleva a
cabo comparte el ámbito de la Etnobotánica y el de la Etnohistoria y se espera que
contribuir por ello a la disciplina Arqueológica.

Se pretende elaborar una reconstrucción hipotética del contexto doméstico en la


región bajo estudio durante el período comprendido entre el final del siglo XIX y el
inicio del XX. En dicha reconstrucción se utiliza la unidad doméstica como unidad de
análisis, lo que permite un acercamiento metodológico al estudio de las plantas
culturalmente útiles en tanto se considera una representación del universo que
constituye una sociedad en su totalidad.

Por otro lado, y como ya se mencionó, hay que tener en cuenta todo el contexto
tanto natural como histórico y social; para esto la investigación histórica ha sido
fundamental.

Se pretende que esta investigación nos permita entender el uso del entorno
ambiental en el periodo previo al que ahora se vive en la región bajo estudio, en el que
se destacan el entendimiento y el cuidado del paisaje, así como el reconocimiento de
las especies botánicas que podemos encontrar en la región de La Piedad, Michoacán.
En el mismo sentido, se espera contribuir al conocimiento científico con una propuesta
para entender los criterios socioculturales que definen uso del entorno ambiental, en
donde intervienen procesos conscientes de producción pero también de
mantenimiento, selección, omisión y desperdicio, entre otros.

Para llevar a cabo lo anterior, es necesario identificar las principales especies


vegetales y entender su uso. Ejemplos de esto son: comestible (raíces, frutos, semillas
y las utilizadas en la fabricación de bebidas por mencionar algunas), medicinal,
ornamental, artesanal y juguetes, construcción (maderas, agaves, vigas y zacates para
el adobe), combustible (leña), forrajero (zacates, y prácticamente todo el deshecho de
otras hierbas mientras no fueran dañinas vestido), transporte (maderas y especies de
gramíneas utilizadas para balsas y chinampas), ritual (las hierbas utilizadas durante las
limpias), para la fabricación de utensilios y de herramientas.

25
1.2.1 Recolección de Información

La investigación que aquí se desarrolla estuvo enmarcada por tres perspectivas


en la recabación y el análisis de la información para construir los datos. El punto de
partida fue precisamente el objetivo que guía esta investigación: identificar los usos de
los recursos vegetales en la región de estudio, así como los saberes asociados con
estos, en el marco de la vida cotidiana. En este tenor, fue necesario considerar a la
Etnobotánica para entender el vínculo entre el ambiente y la sociedad; a la
Etnohistoria para construir el contexto histórico y a la Etnografía para complementar la
información con testimonios de actores sociales. En esta sección se describen estas
perspectivas que se articulan con la propuesta teórica de la Historia ambiental.

Se entiende por etnobotánica, la disciplina que se encarga del estudio de las


relaciones más directas entre las plantas, las sociedades y su cultura. Se distinguen
dos tipos, la cognitiva que analiza cómo los humanos perciben a la naturaleza y a los
recursos que de ella pueden derivar, y la utilitaria que se refiere a cómo los seres
humanos utilizan los recursos de su entorno (Berlín 1992).

La etnobotánica generalmentes se utiliza para la explicación y comprensión de


las culturas que se encuentran más estrechamente relacionadas con los recursos
vegetales, tal es el caso de la comunidades indígenas y/o rurales. Al mismo tiempo
utiliza una perspectiva multidisciplinar en la que intervienen disciplinas tales como la
antropología, la etnografía, la botánica, la farmacologíapor mencionar algunas, así
como sus correspondientes metodologías y técnicas (Pardo de Santayana y Gómez
Pellón 2003).

Los conocimientos que se intentan abordar a partir de la etnobotánica pueden


ser tan antiguos como aquellos ligados a la recolección de alimentos o la práctica
agricola, hasta los utilizados más recientemente como base para las práctica de la
herbolaria.

Dependiendo de las tipo de proyecto que se planeé realizar la etnobotánica


utiliza 4 tipos de aproximaciones al tema de estudio, la primera es la documentación
básica del conocimiento botánico tradicional; la segunda es la evaluación cuantitativa
del uso y manejo de los recursos botánicos; la tercera es la evaluación experimental de

26
los beneficios derivados de las plantas, tanto para subsistencia como para comercio;
por último el cuarto enfoque busca revalorizar los conocimientos de los recursos
locales ante la población (Martin 1995). Todos estos enfoques se interrelacionan y
pueden ser combinados y utilizados en mayor o menor medida dentro de una
invstigación, como es el caso de la presente.

En el caso de la arqueología, la etnobotánica toma otras connotaciones, ya que


hablamos del estudio del pasado. A partir del resgistro y análisis de las evidencias
vegetales en el contexto arqueológico, estas evidencias son utilizadas para la
reconstrucción de los tipo de vegetación en un sitio y un período determinado,
reconstrucción de patrones de subsistencia o para dar una interpretación sobre los
usos económicos y las implicaciones sociales de los recursos vegetales y la
manipulación del medio ambiente (McClung 1977); en este caso toma el nombre de
paleoetnobotánica (la cual abordaremos más adelante).

Asimismo, la etnohistoria puede definirse como la explicación diacrónica de la


cultura del hombre y de las sociedades (Martínez Marín 1987:50). En la etnohistoria
convergen metodologías de la Historia, las cuales son aplicadas a cuestionamientos
antropológicos; en este caso la disciplina etnohistórica nos abre el camino, y proveé de
la información para construir parcialmente los datos etnobotánicos necesarios para
esta investigación, y es por ello siendo una de las fuentes información.

Al respecto, hay que mencionar que en el México prehispánico la historia de los


pueblos no era registrada de la misma manera en que se hace hoy en día; entre la
enorme y diversa gama de fuentes históricas en las que los antiguos mesoamericanos
registraron la información que les interesaba transmitir podemos encontrar por
ejemplo, los acontecimientos de importancia, los mitos, la religión, el conocimiento y
otro tipo de tradiciones que eran registradas en representaciones pictográficas, de la
misma forma podemos encontrar representaciones de flora, fauna y figuras
antropomorfas y diseños de difícil interpretación, que sin embargo para los habitantes
prehispánicos cumplían con la función de comunicación básica (Roskamp 2003).

Por otro lado es posible que en el ámbito doméstico la información se manejara


como otras tradiciones orales, transmitidas de generación en generación, como lo era
en el caso de la tradición etnobotánica; en otras palabras, el saber profundo vinculado
con el uso de plantas destinadas a distintos usos.

27
Los códices representan una fuente de información muy valiosa, que no puede,
ni debería ser descartada. En el caso la tradición etnobotánica junto con algunas otras
tuvieron la suerte de haber sido además registradas por los cronistas, después de la
conquista. Éstas son la base para diversos estudios actuales, varios de los cuales son
de corte arqueológico y etnohistórico, cuyos contenidos retoman la perspectiva
simbólica, las ideas y los conceptos atrapados en estos documentos (Vega 1994).

Durante la época virreinal, como menciona Roskamp (2009) para el caso de los
indígenas michoacanos frecuentemente se recurrió a la elaboración y presentación de
manuscritos pictográficos, sobre todo en el caso de convenios o para la resolución de
conflictos, así como para resolver problemas jurídicos. Para ello les fueron agregadas
glosas en español y/o en náhuatl, acompañando los pictogramas para una mayor
comprensión de los documentos por parte de los hispanos.

La escasez de documentos en Michoacán es un factor de importancia en el


análisis e investigación sobre la época prehispánica, ya que la mayoría de los
documentos de la preconquista fueron destruidos (por hacer referencia a los dioses
prehispánicos) o desaparecieron por ser redactados en materiales perecederos. Así que
los manuscritos que pueden ser encontrados hoy en día son del siglo XVI o en
ocasiones se encuentran con una combinación de lenguas indígenas como el otomí o el
nahua; otros documentos, en cambio se encuentran alterados, debido a los procesos
de copiado y de traducción (Vega 1994).

El proceso de recolección de la información inició con un análisis bibliográfico


sobre la etnobotánica mesoamericana y con una revisión de fuentes históricas, desde
los cronistas del periodo colonial hasta la consulta de documentos especializados, como
el Códice De la Cruz - Badiano de Martín de la Cruz y Juan Badiano, La historia general
de las cosas de la Nueva España de Fran Bernardino de Sahagún o La Relación de
Michoacán por dar algunos ejemplos.

1.2.2 Metodología para el análisis del Códice De La Cruz - Badiano

El "Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis", conocido frecuentemente como


Manuscrito o Códice De la Cruz - Badiano, se trata de uno de los primeros manuscritos

28
que recolecto únicamente los conocimientos etnobotánicos sobre plantas medicinales.
Los autores de dicho manuscrito fueron los índigenas Martín de la Cruz y Juan Badiano,
el primero de estos era un anciano de experiencia en plantas medicianles y hablante
únicamente de la lengua nahuatl; el segundo era un indio educado en lenguas latinas
por parte del colegio de la Santa Cruz en Tlatelolco, mismo que fungió como traductor.
El manuscrito fue elaborado bajo encargo de Francisco Mendoza hijo del virrey en
Antonio de Mendoza en 1548, por esta razón, se aprecia en dicho códice la influencia
española en la descripción y el énfasis en enfermedades que afectaban a los españoles
(Lozoya 1990).

Esta obra muestra de manera gráfica los árboles, hierbas y flores utilizadas de
manera terapéutica por los mexicas al mismo tiempo que expone cómo y para qué
debían ser utilizadas. Desde su redescubrimiento ha sido base para diversos estudios
para la identificación de las especies botánicas presentadas en el mismo; entre estos
estudios destacan el de Emily Walcott Emmart (1940) y los de Blas P. Reko (1947)

La justificación para el estudio y análisis de este documento, fue que no se trata


solamente de un documento que registró la etnobotánica, es decir, las especies
medicinales del centro de México, sino que a partir de este análisis es posible
encontrar, por una lado, una parte del contexto histórico de nuestra investigación final
y por otro un punto de partida para la elaboración de materiales de divulgación para el
público no especializado de nuestra región bajo estudio.

Para llevar a cabo dicho análisis me centré en la identificación botánica a partir


de las figuras e información del "Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis".
Primeramente fue necesario familiarizarse con el documento así como conocer su
contexto y fondo. Enseguida fue posible hacer un cruce de fuentes como textos
históricos, bases de datos, diccionarios, así como estudios y bibliografía especializada,
así como fotografías de las especies ahí referidas. Las fuentes utilizadas para este
análisis fueron los siguientes:

Textos históricos:

- "Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis", Joaquín Badiano y Martin de la


Cruz.

29
- "La historia general de las cosas de la nueva España", Fray Bernardino de
Sahagún.
- "Historia Natural de la nueva España", Francisco Hernández.
- "Crónica de la Nueva España", Francisco Cervántes de Salazar.
- "Historia de la Conquista de la Nueva Galicia", Mota Padilla.

Diccionarios

- De Lengua Náhuatl en línea [http://www.gdn.unam.mx/diccionario] consultado


entre enero y septiembre del 2016.

Bases de Datos

- Herbolaria Tlahui (Mario Rojas Alba)


- Biblioteca de Medicina Tradicional Mexicana (UNAM)
- Malezas de México (Conabio)

Bibliografía especializada

- "The Badianus Manuscript", Emilly Walcott Emmart.


- "Nombres Botánicos del manuscrito Badiano", Blas P. Reko.
- "Comentarios Botánicos", Faustino Miranda y Javier Valdés.
- "La Botánica en el Códice de la Cruz", Javier Valdés, Hilda Flores, Helga
Ocheterena-Booth.
- "Las Plantas más útiles que existen en la república mexicana", Maximino
Martínez

De entre las especies representadas en el manuscrito De La Cruz - Badiano


(más de 300), fueron seleccionadas poco más de 100 grabados para llevar a cabo el
análisis. A partir de la revisión del documento, el criterio de selección fue tomar las
especies (o supuestas especies) relevantes para la región bajo estudio, es decir, las
especies que se encuentran físicamente representadas o bien porque son familias
cercanas a las registradas en el área de estudio.

Para cada grabado analizado en el análisis se describen

30
a) las características observables en el grabado ¿a qué te refieres? Explicar
b) los usos atribuidos en el códice
c) las interpretaciones anteriores que se han dado para dicha especie
d) En caso de no existir una interpretación previa, en algunos casos se
sugieren familias o especies posibles ¿elaboradas con base en qué?
e) Una breve discusión sobre el grabado contrastando con las diferentes
fuentes.

Es importante señalar que por desgracia no existen fuentes de información


escritas alternativas para dar cuenta del objeto de estudio de esta investigación, ello
porque se trata de objetos inmersos en la vida cotidiana y, por desgracia, estos pocas
veces quedan registrados en documentos históricos (y por tanto publicados). De esta
manera, es fundamental complementar la información y construir datos desde otras
fuentes; es el caso del conocimiento que aún queda desperdigado entre los
pobladores, de ahí la necesidad de realizar etnografía.

1.2.3 Metodología del Análisis Etnográfico

Precisamente, fue necesario recurrir al trabajo etnográfico. La definición de


etnografía es, de acuerdo con Barfield (2000:516) "la investigación antropológica
intensa, a largo plazo, que se realiza en el seno de una comunidad de personas". En
cierto modo se refiere al trabajo de campo llevado a cabo en la investigación
antropológica. Esta metodología tuvo como uno de sus más conocidos representantes
a Bronislaw Malinowski, mismo que estableció sus principios metodológicos.

El trabajo etnográfico representa la parte antropológica de esta investigación;


ha sido una fuente de información que al mismo tiempo constituye un dato directo e
indirecto. Directo porque en algunos casos, la información obtenida a través de esta
metodología viene de conocimientos o experiencias de personas que vivieron aun
durante nuestro periodo de estudio, e indirecto porque aquellos que no vivieron en ese
tiempo, aprendieron directamente de personas que estuvieron presentes y vivieron ese
periodo. Actualmente estos saberes son pobre o nulamente transmitidos, por lo que no
solamente representan una fuente de información para la presente investigación, sino
también la recuperación de dichos saberes.

31
Para el desarrollo del trabajo etnográfico de esta investigación, se pensó en
preguntas claves enfocadas en las plantas y su uso, las cuales fueron aplicadas a los
informantes, mediante una entrevista dirigida. El registro etnográfico me permitió
establecer un marco contextual de la vida cotidiana que me indicó elementos que no
podría encontrar en fuentes históricas mismo que me permitan un análisis comparativo
entre el uso de plantas entre las sociedades, más añejas y durante el período de
estudio.

El registro etnográfico se llevó a cabo en las localidades de La Piedad, Zaragoza,


Los Ayala, Santa Ana, Numarán y Degollado definidas como parte de la región bajo
estudio. Durante el proceso de investigación fue necesario recurrir a esta actividad
para acercarse a la información que, a pesar de todo, es posible hallar entre algunos
pobladores de la región. Para ello se plantearon preguntas clave enfocadas en las
plantas y sus usos; se trató de las siguientes:

1. ¿Cómo era la casa donde vivía en su juventud?


2. ¿Cómo recuerda la ciudad en su juventud?
3. ¿Qué plantas eran utilizadas para propósitos como fabricación de adobe,
alimento, medicinal, ornato?
4. ¿Que tanto se consumían?
5. ¿De donde se obtenían las plantas?

Algunas preguntas en el caso específico de los comerciantes de plantas


medicinales:

1. ¿Qué plantas buscan con más frecuencia los compradores?


2. ¿De donde obtienen ustedes las plantas para su venta?
3. ¿Como inicio con el negocio?

El registro etnográfico se desarrolló con esas preguntas como guía pero también
con conversaciones libres y a la vez dirigidas hacia la recuperación de la información
de interés. De esa manera, fue posible entrevistar a 15 personas de las localidades de
La Piedad, Zaragoza, Los Ayala, Santa Ana, Numarán y Degollado, cuya edad estaba
comprendida entre los 50 y los 93 años, como se muestra en el cuadro siguiente.

32
Tabla 1. Informantes entrevistados

Informante Localidad Edad Fecha de


Entrevista
Familia Ayala Los Ayala >70 Mayo 2015
P. Cruz La Piedad (comerciante) 75 Mayo 2015
M. Hernández Galván La Piedad (comerciante) 51 Mayo 2015
D. Rodríguez La Piedad (comerciante) >50 Mayo 2015
R. Bravo Sepúlveda y Zaragoza >50 Mayo 2016
vecinos
J. Arroyo Numarán 84 Febrero 2016
A. Carrillo Cázares La Piedad 93 Septimbre 2016
J. Ortíz La Piedad (Cronista) >60 Septiembre 2016
J. Mares La Piedad 72 Septiembre 2016
A. Fernandez Santa Ana 58 Septiembre 2016
A. Ramírez La Piedad 63 Septiembre 2016
E. Cazares Ayala La Piedad (comerciante) >70 Octubre 2016
A. Valadéz Torres Degollado >75 Octubre 2016
J. González Degollado >75 Octubre 2016
R. Delgado La Piedad >65 Octubre 2016

Durante el proceso de entrevista, además de la información de interés, fue


posible percatarse de que las personas consultadas tenían una buena disposición para
hablar del tema, sobre todo las personas de una edad más avanzada, las cuales se
mostraban interesadas. En estos casos no solo pudimos obtener la información que se
necesitaba, sino que las personas por el simple hecho de hablarnos sobre el tema, nos
proporcionaron experiencias propias las cuales nos mostraron como fue cambiando la
sociedad, el espacio urbano y el entorno natural.

1.2.4 Metodología para la elaboración de la base de datos etnobotánicos

Para finalizar se llevó a cabo el trabajo botánico en el que se llevó a cabo 1) la


recolección, 2) la identificación y 3) el registro de las especies vegetales nativas de la
región de La Piedad, Michoacán, esto me permitió cotejar las especies registradas en el
trabajo de campo con las especies encontradas durante la investigación bibliográfica y
al mismo tiempo con el trabajo etnográfico, para de esta manera identificar qué
especies han tenido una pervivencia cultural en el contexto doméstico. La información
recabada constituye el material principal para la elaboración de la base de datos
etnobotánicos, uno de los objetivos de esta investigación.

Se elaboró una base de datos, a partir de los datos botánicos recolectados para
la zona de estudio. Dicha base cuenta con unas 300 especies de más de 60 familias
identificadas para la región. Esto fue ordenado en formato Access especial para bases

33
de datos, y en formato de documento. Además para cada especie individual se cuenta
con los siguientes datos:

a) Nombre Científico.
b) Nombres Vulgares (por región de México, o nombres en lengua en caso de
contar con ellos).
c) Descripción de las características botánicas generales de cada especie.
d) Habitat
e) Distribución en México (en algunos casos en E.U. y Centroamérica).
f) Usos
g) Fuentes consultadas para cada especie en específico.

La base de datos puede consultarse en el Anexo 1 de la presente investigación.


Hay que mencionar que parte de la recolección de datos botánicos para la región ya
había sido realizada con anterioridad por el equipo del M. en C. Ignacio García Ruiz del
CIIDIR IPN Jiquilpan (Michoacán); quién tuvo la amabilidad de facilitarnos sus informes
para la presente investigación.

1.2.5 Metodología del Análisis Arqueobotánico

Cabe mencionar que, en virtud de que la unidad de análisis es la unidad


doméstica, se tomó la decisión de utilizar justamente su demarcación espacial, es
decir, con las partes constitutivas de las casas habitación; tal decisión llevó asimismo a
la delimitación temporal de este estudio. Así, se muestrearon muros de adobe,
dinteles, puertas y ventanas de madera, de casas habitación de Nuramarán, La Piedad,
Yurécuaro, Ticuitaco y Pénjamo, cuya fecha de construcción se pudo proyectar
aproxiadamente hacia 1860 para las más antiguas y hasta 1950, las más recientes.

Las del siglo XIX aún se hallan en pie en calidad de vestigios arqueológicos; es
común ver los restos de muros, a veces con puertas y sus marcos, diseminados entre
las casas recientes que contrastan "lo moderno" con "lo antiguo". No obstante, para
algunas casas de adobe de finales del siglo pasado ha sido posible establecer una
pervivencia cultural. En palabras de García Sánchez (2008), el concepto de pervivencia
cultural puede definirse como:

34
"La práctica de hábitos culturales, típicamente inmersos en la vida
cotidiana, de determinado modo de vida, que subsiste aun cuando las
condiciones ambientales, económicas, políticas e incluso sociales, sea
transformadas. Estas prácticas lejos de permanecer inmutables o
permanentes en su forma original, se transforman y refuncionalizan a lo
largo del tiempo, de tal modo que su presencia se garantiza mediante las
actividades de los actores sociales que la llevan a cabo en el transcurso del
tiempo."

Para los estudios arqueológicos en los que se involucran recursos biológicos


vegetales se han utilizado los términos paleoetnobotánica y arqueobotánica de manera
indistinta; cabe aclarar que el primero se refiere al estudi de los usos de recursos
botánicos y a su relación con el hombre y la sociedad, mientras que el segundo se
refiere a una metodología técnica aplicada a la investigación.

El análisis arqueobotánico resultó necesario para esta investigación, pues era


imprescindible acercarse al contexto que ofreciera información sobre el uso de los
recursos vegetales en la unidades domésticas. En la región de estudio se procedió a
analizar bloques de adobe, material de construcción elaborado esencialmente con
tierra en la cual se incorporaban varias especies vegetales para su fabricación. Este
material nos ofreció lo que podría considerarse una cápsula de tiempo, ya que
encerrados en el núcleo del bloque, es posible encontrar restos vegetales conservados
en buenas condiciones desde el momento de su fabricación como aglutinantes, no solo
las especies vegetales agregadas de manera consciente, en muchos casos también las
que fueron incluidas de manera involuntaria. Por ello, en el análisis de los adobes
muestreados la antigüedad de estos restos podría ir en algunos casos cerca de los 150
años.

En el estudios arqueobotánicos y paleoetnobotánicos es posible aplicar varios


tipos de acercamientos especializados relacionados con la identificación y análisis de
recursos vegetales a partir del contexto arqueológico. Por ejemplo, la antracología para
el análisis de carbón o madera, la palinología para el estudio del polen, la carpología
que analiza los frutos y las semillas. A partir de éstos se pueden lograr una
reconstrucción no solo de los usos de los recursos, también de la reconstrucción del
medio ambiente en el que se encontraron así como los patrones de subsistencia
relacionados con la actividad humana (Buxó 1997). Por otro lado, también nos
encontramos con estudios aún más especializados como es el estudio de los coprolitos,
los fitolitos, o bien el análisis de almidones y otras trazas químicas.

35
De esta manera, el objetivo más amplio de su estudio es la interpretación y el
análisis que nos remitan al aspecto económico y a la ecología de las comunidades en
un determinado espacio, principalmente (Buxó 1997). Para lograr este objetivo es
necesario tener presente el contexto ambiental general de la región bajo estudio, así
como el contexto histórico y el modo de vida, al que pueden relacionarse. El mismo
Buxó (1997), también toma en cuenta la frecuencia y la cantidad de los restos
botánicos encontrados, los que se pueden clasificar de la siguiente manera.

Un tipo de resto encontrado con regularidad implicaría 1) la relación de


producción, 2) la explotación regular del recurso, 3) la amplia biodiversidad en la
región o 4) el uso frecuente por dicha sociedad; por el contrario, una baja frecuencia
significaría 1) que es una especie rara, 2) que no existe en un medio ambiente cercano
(esto nos hablaría de interrelaciones con otras sociedades, por ejemplo), o 3) mala
conservación.

Por tanto, el material biológico incorporado en los adobes constituye un


producto humano dentro de su medio ambiente; a través de su estudio será posible
ver patrones de conducta de los individuos que los produjeron, utilizaron (contexto
sistémico) y desecharon (contexto arqueológico), como lo propone Schiffer (1991). Por
la misma razón, al mismo tiempo se verán afectados por distintos procesos pre y post
deposicionales, tanto culturales como naturales.

J. Hill (1966), encontró mediante el muestreo de pisos en comunidades del este


de Arizona, un promedio de 20 granos de polen "económico" en muestras de
habitaciones; de éste, un máximo de 40% pertenecía a polen de pino. Para una prueba
de este tipo es muy importante el criterio de muestreo, sin embargo, puede ayudar a
probar ciertas hipótesis referentes al impacto y la ocupación humana. De acuerdo con
Pearsall (2010: 274) mediante el análisis de polen pueden ser abordadas prácticas
rituales y medicinales, sobre todo a partir del muestreo de cámaras de enterramiento o
tumbas. Por otro lado, el análisis de adobe puede proporcionar información de la
vegetación presente en el lugar al momento de la construcción en la que fue utilizado,
y con suerte dar cuenta de las actividades practicadas en las distintas áreas aledañas a
las estructuras muestreadas, por ejemplo, actividades de subsistencia.

36
Para esta investigación el análisis arqueobotánico se divididió en tres etapas, la
primera consistió en el análisis de macrorestos, los restos botánicos mayores a los 0.5
mm); la segunda, el análisis de microrestos, aquellos restos menores a 0.5 mm y la
tercera etapa consistió en un análisis a gran escala que involucra el cambio y las
modificaciones antropomórficas en el paisaje.

El trabajo de análisis correspondiente, fue llevado a cabo en el laboratorio de


Paleoetnobotánica y Paleoambiente en las instalaciones del Instituto de Investigaciones
Antropológicas (IAA) de la UNAM. Dicho trabajo estuvo bajo la tutela y supervisión de
la M. en A. Diana Martínez para el análisis en el área de macrorestos botánicos y M. en
C. Emilio Ibarra en el área de Palinología, y el apoyo de la M. en C. Cristina Adriano.

Tras llevar a cabo la identificación y para llevar una organización que nos
permitiera comparar los resultados de una manera más objetiva, se decidió dividir las
muestras analizadas por municipios: La Piedad, Numarán, Yurécuaro, Degollado y
Pénjamo. Al ser el municipio de La Piedad en el que pusimos una mayor atención este
fue dividido en 3 zonas; La Piedad 1, que comprende la zona urbana; La Piedad 2, que
toma localidades rurales que muestran una mayor concentración demográfica y está
más cercana a la zona urbana, y La Piedad 3, con una menor concentración
demográfica y más alejada de la zona urbana.

La toma de muestras

Para la recolección de muestras para los análisis de macro y microrestos se


tomaron muestras de paredes de adobe de diferentes sitios. Siendo el más antiguo
aproximadamente de la década de 1860, lo cual marca uno de los límites temporales
de esta investigación.

Se utilizó como base la metodología descrita por Bryant y Holloway (1983:199)


para tomar muestras de suelo, dicha metodología es utilizada para evitar cualquier tipo
de contaminación, y generalmente para sitios arqueológicos. Debido a la naturaleza de
la investigación se siguió una directriz apegada a esta guía, sin embargo resulta difícil
evitar la contaminación en este tipo de muestras ya que varios de los lugares se
encuentran muy deteriorados y en malas condiciones. La guía se describe a
continuación y se detallan los cambios que se tuvieron que hacer.

37
1. Limpiar la superficie de excavación o perfil inmediatamente próximo al lugar de
la toma de muestra.

2. Utilizar instrumentos (pico, pala o cualquier material de excavación) limpios.

3. Recolectar entre / y 1 kilo de material. Esto asegura suficiente muestra para


análisis por duplicado.

4. Limpiar las herramientas antes de cada muestra.

5. Usar contenedores estériles, no contaminados y sellados para cada muestra. Si


la muestra esta húmeda se agregan unas gotas de fungicida o alcohol para
prevenir actividad microbiana.

6. Etiquetar cada muestra con marcador permanente.

7. Si se recolecta muestra a partir de un perfil edafológico es recomendable tomar


una muestra por estrato y no mezclarlos en una sola muestra.

8. Si se recolecta muestra a partir de un perfil, iniciar el muestreo a partir de los


estratos más profundos esto evitará en lo posible la contaminación de los
niveles superiores (recientes) a los inferiores (más antiguos).

9. El movimiento de la pala se hace de forma lateral para prevenir la


contaminación entre estratos.

Los cambios que se hicieron a la metodología, considerando las condiciones de


los sitios de muestreo y tomando en cuenta que se hicieron para paredes de adobe se
describen a continuación.

1 y 2. Estos pasos permaneciron igual; en el paso 1 en algunas ocasiones se expuso


un poco el adobe que tenia algún recubrimiento como parte de una fase constructiva
más reciente (ya fuera recubrimiento de cal, pintura o incluso tabique y/o cemento).

38
3. Se recolectaron entre 300 gr y un kilo de muestra. De acuerdo con D'Antoni
(1979:74) para el análisis de muestras de suelo y adobe en busca de especies
económicas es suficiente a partir de 200gr.

4, 5 y 6. Permanecieron sin cambios.

7, 8 y 9. Se tomaron dos muestras por sitio siempre a partir de una pared, la primera
muestra fue superficial y la segunda de la parte interna (no expuesta del adobe). En
algunos casos se extrajo un bloque o la mitad de este y a partir de eso se obtuvieron
ambas muestras. Se registró a detalle las condiciones en las que se encontraba cada
sitio (físicas, localización, deterioro, exposición, edad aproximada y cualquier detalle de
la misma proporcionada por los dueños o vecinos de las propiedades). En algunos
casos (y en caso de ser posible) se específicó el área de actividad a la que pertenecía
la muestra.

* En caso de ser posible se tomaron muestras de madera para su identificación, ya


fuera de dinteles, ventanas o puertas.

De acuerdo con el área de estudio, la toma de muestras se llevó a cabo en los


lugares con una mayor densidad de poblaciones rurales, así como el área urbana de La
Piedad la cual toma un papel de primera importancia en la presente investigación. De
todas se tomó un mínimo de 3 muestras siempre que fue posible) por localidad.

Las muestras recolectadas fueron organizadas de la siguiente forma:

Municipio: Sitio: No. de Muestras (Para cada locación se cuenta con una descripción de
las condiciones actuales del contexto y de ser posible, datos de sus condiciones
pretéritas, lo cual incluye dueños y/o ocupantes y uso de la locación esta información
se incluye en el Anexo 3).

39
Tabla 2. Toma de muestras para el anñalisis arqueobotñanico

Michoacán
Municipio de La Piedad_________________________________________________
Lugar_________Cantidad_______ Observaciones___________________________________
La Purísima 1 2 muestras____________________________________________________
La Purísima 2 2 muestras____________________________________________________
Banquetes 1 2 muestras____________________________________________________
Banquetes 2 2 muestras____________________________________________________
Banquetes 3 2 muestras____________________________________________________
Zaragoza 1_____ 1 muestra_____________________________________________________
Zaragoza 2____ 2 muestras_____ 2 unidades x 1 muestra por unidad___________________
Zaragoza 3____ 2 muestras_____ 1 muestra por etapa constructiva x 2 etapas constructivas
Los Ayala______ 5 muestras_____ De tres áreas de actividad bien definidas______________
Los Melgóza 1 2 muestras____________________________________________________
Los Melgóza 2 2 muestras____________________________________________________
Los Melgóza 3 2 muestras____________________________________________________
Ticuítaco 1_____ 2 muestras____________________________________________________
Ticuítaco 2_____ 2 muestras____________________________________________________
Ticuítaco 3_____ 1 muestra_____________________________________________________
Municipio de Numarán

Lugar________ Cantidad_______ Observaciones


Numarán 1____ 2 muestras_________________
Numarán 2____ 2 muestras_________________
Numarán 3____ 2 muestras_________________
Numarán 4____ 3 muestras_________________
Numarán 5____ 2 muestras_________________
Numarán 6____ 2 muestras_________________
Municipio de Yurécuaro

Lugar________ Cantidad_______ Observaciones


Yurécuaro 1 2 muestras__________________
Yurécuaro 2 2 muestras__________________
Yurécuaro 3 2 muestras
Jalisco

Municipio de Degollado

Lugar________Cantidad________Observaciones______
Degollado 1 2 muestras________________________
Degollado 2 4 muestras______2 x etapa constructiva
Degollado 3 1 muestra_________________________
Guanajuato
Municipio de Pénjamo

Lugar________ Cantidad_______ Observaciones


Santa Ana____ 2 Muestras__________________
El Guayabo___ 2 muestras__________________
Laguna Larga 2 muestras__________________
La Estrella 1 2 muestras__________________
La Estrella 2 2 muestras

40
Mapa 1. Localidades muestreadas en los municipios de La Piedad y Numarán

En total se recolectaron 58 muestras de los diferentes sitios, de las cuales fueron


seleccionadas 34 para análisis de macrorestos y 32 para análisis palinológico; por otro
lado se tomaron 4 muestras antracológicas (madera) procedentes de dinteles y
puertas de algunas de las localidades

41
Localidades Muestreadas en Yurécuaro y Degollado

D e g o lla d o

Legend
| Limite Municipal
Localidades urbanas

1. D e g o lla d o , Jalisco
2. Y urécuaro, M ic h o a c á n

La P ie d a d
1:60,000
Y uré cu aro

Por: Daniel Godínez

Mapa 2. Localidades muestreadas en los municipios de Yurécuaro y Degollado

42
Análisis de Macrorestos

La técnica más ampliamente utilizada en paleoetnobotánica, es sin duda el


análisis de macrorestos, los cuales son todos aquellos restos vegetales que pueden ser
observados a simple vista (Pearsall 2010:11). Generalmente este rango admite a los
restos de una talla <0.5mm. Este análisis al igual que otras técnicas está pensado en
un proceso de tres fases que consisten en recolección, identificación e interpretación
de los datos. La fase de recolección puede ser llevada a cabo in situ, identificando
directamente las plantas e interpretando su relación con los artefactos o utensilios en
el contexto arqueológico, también se puede llevar a cabo mediante el tamizado para
rescatar restos que pudieron perderse a la vista, o bien usando la técnica de flotación
en la cual se utilizan las diferentes densidades de la materia orgánica e inorgánica para
separarlas (Pearsall 2010:11-14). Sin embargo para una interpretación completa de la
información que esta técnica puede ofrecernos es necesario llevar a cabo las tres como
si fuera un proceso único.

Los macro restos más comunes que es posible encontrar en contexto


arqueológico son los antracológicos (maderas y carbón) y los carpológicos (semillas y
frutos) y en algunos casos, raíces o tubérculos. La conservación de este tipo de
materiales dependerá de las condiciones del sitio estudiado. En general en lugares
secos o demasiado húmedos (inundados), anegados o a muy bajas temperaturas (a
punto de congelación) son ideales para la conservación de materia orgánica, ya que
evitan la acción microbiana; o bien en lugares anegados y anaeróbicos que evitan la
oxidación de la materia orgánica (Banning 2000:214).

Análisis de Microrestos (Palinología)

El término palinología fue acuñado por Hyde y Williams (1945) para nombrar al
estudio de los granos, o mejor dicho las partículas de polen y esporas. Esta disciplina
se divide en palinología básica y palinología aplicada; esta última se centra en las
aplicaciones del estudio de polen a con otras disciplinas y ciencias, entre las cuales se
ubica la Arqueología, en conjunto con la cual ayuda en la resolución de problemas
etnobotánicos, por ejemplo, para lograr una imagen completa en cuanto al aspecto

43
sistémico en el que interviene la relación entre el hombre (su cultura e historia) y su
medio ambiente natural (D' Antoni 1979).

El polen nos da una relación directa de la vegetación producida en un sitio, e


incluso en un tiempo determinado, pues a través del polen conservado en la
estratigrafía de un sitio puede recrearse la vegetación del pasado, los cambios
climáticos y el impacto humano en dichos ecosistemas. Así también el uso directo de
recursos vegetales, como la dieta (Pearsall 2010:249).

Los granos o partículas de polen son los gametofitos (gametos) masculinos


producidos por las plantas y a través de los cuales se transmite el materia genético.
Los muros de los granos de polen o exina se componen de una proteína de alta
resistencia llamada esporopolenina, la cual es uno de los compuestos naturales de más
alta resistencia, aunque es susceptible a la degradación por oxidación o por agentes
mecánicos (Pearsall 2010:251 y Banning 2000:218).

La identificación taxonómica con base en estas partículas se fundamenta en la


morfología de las corazas de exina que componen estas partículas ya que cada especie
posee una morfología diferente y específica (Pearsall 2010:258 y Banning 2000:219).

La forma que adoptan las exinas de cada especie depende también del tipo de
transporte que dicho gameto necesite para llegar a fecundar a su contraparte
femenina; puede transportarse por aire, por agua, o mediante agentes externos como
en el caso de los animales polinizadores. Esto también constituye un indicador de la
abundancia relativa de polen depositado en el paisaje (Pearsall 2010:258 y Banning
2000:220).

Por otro lado un factor importante para la conservación de este tipo de resto
vegetal son las condiciones ambientales en las que se ve depositado. En general el
polen puede encontrarse en cualquier tipo de ambiente, pero se preserva mejor en
suelos ácidos o ambientes anaeróbicos (Pearsall 2010:260-261).

44
CAPÍTULO II

EL ÁREA DE ESTUDIO. LA REGIÓN DE LA PIEDAD MICHOACÁN

El proceso de selección y delimitación de un área de estudio es un proceso


complejo, ya que el área elegida debe tener la capacidad de expresar distintas ideas
representativas del estudio, según la perspectiva en que se el mismo se enfoque, así
como tomar en cuenta una amplia serie de variables que van desde las características
geográficas y territoriales, así como los recursos naturales y sociales. Todas estas
variables deberán de alguna manera mostrar entre sí un denominador común que nos
indique la lógica que las une como un área de estudio determinada.

En primer lugar ya que la presente investigación se encuentra adjunto al


proyecto "Hacia la recuperación del patrimonio cultural piedadense", se toma como eje
central de investigación al municipio de La Piedad, pero también a sus áreas
circunvecinas: los municipios de Pénjamo (particularmente Santa Anta Pacueco), la
ciudad de Degollado (municipio del mismo nombre, en Jalisco) y la ciudad y municipio
de Numarán (en Michoacán). Dichos tiene características ambientales, geográficas y
fisiogragficas comunes.

La observación del espacio geográfico, el conocimiento de estas características


del medio ambiente y los límites establecidos socialmente, tales como al división
división política nos permiten observar patrones o determinar limites, mismos que nos
ayudaran en el proceso de delimitación del área de estudio, primero desde un
panorama amplio y luego de manera deductiva (desde lo más general a lo más
particular) hasta lograr la delimitación que se ajuste a nuestro objeto de interés.

2.1 Descripción del Espacio Ambiental y Geográfico

El espacio geográfico que abarca nuestro estudio está conformado por el


municipio de La Piedad, Michoacán, cuya cabecera municipal, denominada
formalmente como La Piedad de Cavadas se encuentra en a 20°21' norte y 102°02'
oeste y a una altura de 1680 m.s.n.m., ocupando una superficie de 271.59 km2.

45
Situada en la punta noroeste del estado, está enmarcada entre las fronteras de los
estados de Michoacán, Jalisco y Guanajuato, por ello constituye el límite del Bajío
michoacano (Martínez y Téllez 2003) así como algunos de los municipios colindantes.

Comenzando por el relieve, esta región está definida principalmente por la


Sierra Madre del Sur y el cinturón Volcánico Transversal (Garduño 2005). El suelo,
formado como resultado del vulcanismo, está conformado por basaltos, tobas
volcánicas, andesitas, riolitas y sedimentos aluviales; la humedad del ambiente es
propicia para la formación de arcillas (Cabrera, et al, 2005). Cabe destacar que los
sedimentos aluviales sobre los que está cimentada la cabecera municipal, hace posible
la presencia de bancos de cantera y de cal. Además, cuenta con la presencia del río
Lerma proveniente desde la Sierra Madre oriental (Israde 2005). Las corrientes
hídricas más importantes que se abren camino a través del municipio son cuatro, los
arroyos de Zináparo, la Providencia, el Jagüey y los Paredones, los cuales desembocan
en el mismo río Lerma, el cual es el principal cuerpo hídrico del municipio y de la
cuenca de la cual forma parte (Cuenca Lerma-Chapala). A decir del aspecto fisiográfico
destacan el cerro de Cujuarato (Cerro Grande) que alcanza los 2510 m.s.n.m. y Mesa
de Acuitzio a 1820 m.s.n.m. (Martínez y Téllez 2003).

El clima está determinado por la altura, a alturas bajas climas tropicales y en


alturas altas climas templados (Antaramian 2005), con lluvias durante la estación
caliente del año (Rzedowski 1983:36). La vegetación se encuentra compuesta por
matorral subtropical o bosque tropical caducifolio a pastizal, destacan árboles perennes
de 5 a 10m de altura; sobresalen especies como Bursera spp. (Copal), Ipomoea spp.
(Cazahuate), Acacia spp. (Huizache), Cedrela dugesii, Ceiba aesculifolia (Ceiba o
pochote), y algunas especies de gramíneas (Carranza 2005 y Rzedowski 1983:189-
192) entre las más destacables.

En esta región, se cuenta con la identificación de más de 300 especies


vegetales, pertenecientes a unas 65 familias botánicas, de ellas al menos a un 70% se
le reconoce algún uso tradicional, como maderable para la construcción (casas,
cercas), o bien para artesanías (muebles, juguetes, utensilios), e incluso como
ornamento, forrajeo, como combustible, ritual, comestible y medicinal.

El municipio de La Piedad cuenta con una posición geográfica privilegiada, ya


que se encuentra en el eje de conexión entre la Ciudad de México, los estados del

46
occidente de México y los estados del norte, esto le confiere una posición estratégica,
como pieza clave en el sistema de intercambio con ciudades de mayor envergadura. En
este sentido destacan las relaciones con Querétaro, Guadalajara, León e Irapuato. De
esta forma, los sistemas económicos que se desarrollan a su alrededor entre áreas
productivas mayores y más notables, tienen un efecto económico, al ser un punto de
conexión sobre todo en la región Bajío, lo que da pie a la expansión en los mercados
participantes (Téllez 2009:217 y Macías 2009), y al mismo tiempo, tienen un efecto
sobre la modificación y el enriquecimiento de las costumbres locales.

2.1.1 El Bajío

Acerca de la región Bajío es posible encontrar varias definiciones y


delimitaciones diferentes, dependientes de las condiciones físico-geográficas,
económicas y/o culturales.

En general la región del Bajío se puede definir como la región que abarca el
centro-occidente de la Republica Mexicana, e incluye la mayor parte del Estado de
Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, la parte norte de Michoacán y parte de los
Altos de Jalisco. Esta vasta extensión formaba parte de un mar interior hace millones
de años, dejando tras su desaparición, una llanura conformada principalmente por
suelos ricos en depósitos aluviales y material volcánico (tobas y basaltos
principalmente), lo cual hace del Bajío un espacio ideal para las actividades agrícolas
(Martínez y Téllez 2003). Esta fue la razón principal por la que en épocas anteriores el
Bajío era reconocido como el "granero de México” (Sánchez 2005).

De la misma forma, y para dar el máximo aprovechamiento a sus capacidades


productivas, esta región se ha caracterizado por las tecnologías tanto de control como
de aprovechamiento de las aguas superficiales, lo anterior mediante obras de
infraestructura para la irrigación de los cultivos y la práctica del entarquinamiento
(cajas de agua) (González 2009).

47
2.1.2 La cuenca Lerma Chapala

Las cuencas hidrográficas se encuentran geográficamente definidas como un


área cóncava en la cual se acumulan las escorrentías de distintos afluentes que
desembocan en un cuerpo de agua común; sus límites son los accidentes del relieve
tales como los filos de las montañas o cerros. Son una unidad territorial definida
naturalmente, y desde el punto de vista ecológico, un espacio independiente. En una
cuenca hidrográfica es posible identificar una interrelación entre los sistemas físicos y
bióticos de los cuales se conforma, de esta forma cualquier agente externo puede ser
identificado.

En México, y para propósito de administración y gestión de las aguas, la


CONAGUA dividió el territorio nacional en Regiones hidrológicas, 37 en total, cada una
divididas en cuencas de menor superficie (CONAGUA 2014). Al mismo tiempo la Ley
de Aguas Nacionales establece que los Consejos de cuenca son órganos colegiados de
integración mixta, para la planeación, realización y administración de las acciones de
gestión de los recursos hídricos por cuenca hidrológica o por región hidrológica. De
acuerdo con la ley, constituyen instancias de apoyo, concertación, consulta y asesoría
entre la CONAGUA y los diferentes usuarios del agua a nivel nacional. Al 31 de
diciembre de 2011 había 26 Consejos de cuenca (Mapa 1) (CONAGUA 2014).

48
División de la red Hidrológica Nacional
Mapa 4 División de la red Hidrológica Nacional (CONAGUA), se destaca la cuenca Lerma-Chapala

^
4
2.1.3 Distritos de Riego

Los distritos de riego son proyectos de irrigación desarrollados por el Gobierno


Federal desde 1926, año de creación de la Comisión Nacional de Irrigación, e incluyen
diversas obras, tales como vasos de almacenamiento, derivaciones directas, plantas de
bombeo, pozos, canales y caminos, entre otros. A la fecha CONAGUA a hecho dentro
de las cuencas hidrográficas, la división de estos cuerpos de almacenamiento,
registrando para 2014, un total de 112 distritos (CONAGUA 2014). Estos distritos de
riego representan el suministro de agua con la que cuenta dicho territorio para
utilizarse en la irrigación de cultivos. Por lo que varias localidades o municipios
compartirán el suministro de su distrito correspondiente.

Aunque la productividad y la cantidad de agua utilizada por cada distrito se


encuentra en función de las condiciones meteorológicas, la división hecha a través de
los distritos de riego, sirve para monitorear y evaluar la eficiencia con que el recurso
hídrico es gestionado, así como evaluar la producción del recurso agrícola, registrando
para 2014 una producción de arriba de 47 toneladas con un valor 106 millones de
pesos para todo el país (CONAGUA 2014).

Dentro de la cuenca Lerma-Chapala podemos encontrarnos con la presencia de


8 distritos, de los 112 mencionados; "Estado de Jalisco" en el estado homónimo, el de
"Alto Río Lerma" y "La Begoña" en Guanajuato, "Morelia-Queréndaro", "Ciénega de
Chapala", "Tuxpan", "Zamora" y "Rosario-Mezquite" en Michoacán (Mapa 2), este
último siendo compartido por los municipios que conforman el área bajo estudio para
la irrigación de sus cultivos; mismo que tiene una superficie total de 62 217 ha. y un
volumen de 331.6 hm3. Y abarcando los municipios de La Piedad, Numarán, Yurécuaro,
Degollado y Pénjamo, entre otros (Mapa 3). Cabe mencionar que los mismo municipios
que gozan de las aguas de riego del distrito 087, pertenecen también a una misma
subcuenca hidrográfica (Mapa 4).

50
Mapa 5 Detalle de la Cuenca de Lerma-Chapala y los distritos de riego correspondientes a dicha cuenca

Detalle de la Cuenca Lerma-Chapala

s
Se muestra el detalle de la Cuenca Lerma-
Chapala. La divsión política (por estado) deja
ver el territorio que esta ocupa. Se muestran
también los distritos de riego clasificados
por CONAGUA.

Legend
Dtos. de R iego

C u enca L erm a-C hapa la

Div. Pol. Estatal

Div. Pol. M unicipal

1 cm = 13 km

Por: Daniel Godínez

IN E G I2015, CONAGUA 2015


Mapa 6 Distrito de riego numero 87 (Rosario-Mezquite) se observa la división municipal

Distrito de riego 87 (Rosario-Mezquite)

Se marca el Dto. de riego 87


(Rosario-Mezquite) de acuerdo a la
clasificación de CONAGUA. Al centro
se hace evidente la posición del Mpio.
de La Piedad Cavadas, así como los
mpios. colindantes correspondientes
al mismo dto. de riego.

Legend
□ Div. Pol. Estatal

Dto. 87 (R o sa rio -M e zq u ite )

Dtos. de Riego

M pio. La P iedad

M pios. C o lin dantes

C u enca Lerm a-C hapa la

Div. Pol. M unicipal

1 cm = 3 km
0 5 10 20 30
■Km

Por: Daniel Godínez

INEGI 2015, CONAGUA 2015

Ü "l
Mpio. La Piedad Cavadas y colindantes,
Mapa 7 Los municipios muestreados, contrastados con la red hidrológica nacional

en el marco de la Red Hidrológica


N

Se evidencia la posición del mpo.


La Piedad Cavadas y sus municipios
colindantes dentro del marco de la red
hidrológica y como parte de una
misma miscrocuenca

Legend
Div. Pol. Estatal

Corriente de Agua

Cuerpos de Agua

Mpio. La Piedad

Cuenca Lerma-Chapala

Mpios. Colindantes

Div. Pol. Estatal

1 cm = 3 km
0 5 10 20 30

Por: Daniel Godínez

INEGI2015,

Ü"l
00
2.1.4 Región porcícola de La Piedad

La región porcícola se encuentra al noroeste del estado de Michoacán, integrada


por los municipios de Degollado en Jalisco, Puruándiro y Pénjamo en Guanajuato y el
de La Piedad en Michoacán, los que además comparten rasgos como la fisiografía, el
clima y por tanto ciclos pluviales. Para los años setenta del siglo XX la producción
agrícola de La Piedad era baja, por lo que la cercanía con la ex hacienda de Santa Ana
Pacueco (en el municipio de Pénjamo), le fue favorable, integrándose así lo que podría
llamársele un binomio productivo que se conservaría hasta la actualidad (Macías
2009).

La porcicultura en esta región modífico las localidades participantes de manera


tanto espacial como social. En el aspecto espacial modificaron los espacios domésticos,
a tal grado que estos eran pensados arquitectónicamente para adapatarse a la crianza
de traspatio, las evidencias de esto aun son visibles en varios inmuebles, de las
localidades de la rgión pórcicola. En el caso de La Piedad al alcanzar un punto de auge
en los años setenta comenzó a movilizarse esta industria, eliminando por completo la
crianza de traspatio por motivos de salubridad. Con lo que las zahúrdas se localizaron
a lo que en aquel entonces eran las afueras de la ciudad, una vez más modificando la
distribución espacial de la ciudad (Macías 2009).

La industrialización porcicultora, implico todo tipo de cambios en las


infarestructuras de las localidades de la región, ligadas a las relaciones de convivencia
y trabajo y organización en la unidad doméstica, en la que destacaba la diferenciación
en las tareas y la especialización de las actividades de los actores sociales participantes
en la actividad productiva.

Con dicha industrialización el mercado creció impulsando la creación de


productos asociados y/o derivados y sus correspondientes industrias, tales como las
carnes frías en el caso de Delta, Salvi y Parma esta última iniciando operaciones en
1962. Empresas de alimentos para el ganado como Nu3 o Albapesa. Así como para el
desarrollo de medicina y salud veterinaria en el caso de Lapisa.

A partir de los cultivos producidos en esta región (especialmentetrigo, maíz,


alfalfa, camote y garbanzo), se lograron enlaces comerciales tanto con el áreas
circundantes como con otras más lejanas como el centro de México, para lo cual fue de

54
importancia el uso de ferrocarril (Uzeta 1997). Éste junto con otras redes de
comunicación, le permitieron a la cabecera municipal de La Piedad su condición de
punto de conexión e intermediario entre comerciantes y compradores entre estados
tanto del centro como de occidente, de modo que la satisfacción de las necesidades de
los estados sobre todo del centro del país ayudaron a la movilización y al desarrollo de
la región porcícola y por tanto a La Piedad (Macías 2009).

La porcicultura en general trajo muchos beneficios económicos así como para el


desarrollo social de la región, transformo la región de una manera estructural,
generando infraestructura, diseñando y adapatando herramientas y espacios. Pero al
mismo tiempo fue adoptada como uno de los principales elementos identitarios de la
región (Maciás 2009).

2.1.5 El área bajo estudio

Tomando en cuenta cada uno de los aspectos arriba mencionados, daremos pie
a definir y describir el área de estudio de la presente investigación; cabe recalcar que
las divisiones políticas municipales fueron de gran ayuda para esta tarea sirviendo
como punto de referencia.

El punto de partida es el municipio de La Piedad, protagonista de este estudio,


tomando como punto de partida la suncuenca a la cual pertenece y tomando en cuenta
el distrito de riego Rosario-Mezquite; de esta manera quedaron incluidos los municipios
colindantes Pénjamo (Guanajuato), Degollado (en Jalisco), Yurécuaro y Numarán, (en
Michoacán. Se utilizaron dos aspectos clave uno antrópico y uno geográfico. El
antrópico considero la densidad y distribución de comunidades rurales y el geográfico
el relieve natural del terreno. Ambos nos permiten delimitar el área de dos fomas
distintas, sirviendo de guía para ubicarnos en la localidades de las cuales se obtuvieron
las evidencias arqueológicas para la investigación.

Como es posible apreciar a partir las curvas de nivel (mapa 5), el terreno
muestra un valle formado entre los 5 municipios mencionados, el cual concuerda con la
densidad de las localidades rurales; comparando con los otros mapas se observa que
coincide con la delegación del distrito de riego Rosario-Mezquite. Así pues, la extensión

55
de este valle constituye la delimitación de la región natural y social para llevar a cabo
el presente estudio.

2.2 Actividades Productivas y contexto productivo del área de estudio

Como quedó dicho, la región del Bajío se ha caracterizado por su actividad


agricola, por lo que en el municipio de La Piedad y las localidades colindantes no son la
excepción. La predominancia de La Piedad sobre sus vecinos es evidente, en cuanto a
las actividades económicas se refiere, mismas que en muchos sentidos se ven ligadas
a la presencia de las aguas superficiales (sobre todo del Río Lerma) y su gestión para
la actividad agrícola, ganadera y a finales del siglo XIX y principios del XX, también con
la producción de energía eléctrica (González 2009:421).

Cercano a la ciudad es posible observar el ya mencionado río Lerma, el cual


junto con sus arroyos afluentes proporciona agua en abundancia e influye en la calidad
de los suelos. Esto le da al área la calidad para las actividades productivas agrícolas.

Para el siglo XIX, La Piedad, Michoacán, se encontraba enmarcada por varias


haciendas, entre las que se pueden mencionar la Hacienda del Carmen, la de La
Estancia del Refugio, y la de La Cal Grande, en la parte de Michoacán; cruzando el río,
ya en el estado de Guanajuato, se encontraba la hacienda de Santa Ana Pacueco, la
que a partir de 1834, quedó comunicada directamente con La Piedad tras la
construcción del puente Cavadas (aún presente) (Aguirre 2014a).

Desde principios del siglo XX los arroyos ya se encontraban canalizados para el


riego o bien almacenados. Con el propósito de irrigar los cultivos eran utilizadas las
bombas de agua, mismas que funcionaban con gas, obtenido a través de la
combustión de leña obtenida en los alrededores (Aguirre 2014a).

Asimismo, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, empresarios de la
región construyeron diversas maquinarias y edificios arqutectónicos que utilizaban la
fuerza del agua para la producción de energía mecánica y eléctrica. Tal es el caso de la
presencia de una presa ligada a un molino, el cual aprovechaba la energía cinética del
agua, cuyo mecanismo se basa en una rueda de canjilones, misma que movía las

56
piedras de molienda; dicho molino estuvo localizado en la localidad de Ticuitaco al
oriente de La Piedad (Aguirre 2014a).

De la misma forma hay vestigios de un molino junto a la cascada de El Salto,


unos 10 kilómetros al occidente de la ciudad, el cual aprovechaba la fuerza del agua,
como energía para el uso del mencionado molino, mismo que servía para la
elaboración de harina de trigo (Aguirre 2014a y 2014b).

Alrededor de 1903 se comenzaría con la construcción de una hidroeléctrica más,


la de la Quinta Guadalupe, la cual justificaría su presencia dentro de la ciudad, pues la
misma (la hidroeléctrica) constituiría uno de los medios para la provisión y distribución
de agua potable para toda la ciudad de aquel entonces. Para el mimo propósito se
instalaron bombas de extracción de agua y una red de tuberías, esto ya para 1907
(Aguirre 2014a).

57
Mapa 8 Área de estudio final, se encuentra delimitada por la fisiografía (representada por las

Á rea de Estudio final


curvas de nivel). Se observa la densidad de poblaciones rurales

Se muestra la densidad de comunidades


rurales correspondientes a los municipios de
La Piedad, Numaran, Yurecuaro, Degollado
y Pénjamo. Al mismo tiempo se evidencia, por
medio de las curvas de nievel, el valle que se
forma entre los municipios, mismo que servirá di
limite para nuestra área de estudio.

Legend
□ Limite Municipal
| Localidades urbanas

Densidad de comunidades rurales


0 - 0.162328896

0.162328896 - 0.389219698

0. 389219698 - 0.780127949

| 0. 780127949 - 1.909114714

■ 1.909114715 - 7.566976547

1 cm = 1 km

Por: Daniel Godínez

INEGI 2015,

Ü"l
00
En 1904 se comenzaría, con las preparaciones para una hidroeléctrica más, la
de San Francisco, por parte del Ing. Luis Ugarte; dicha planta comenzó sus funciones
en el año de 1908. La presencia de estas plantas hidroeléctricas permitieron además,
la presencia de negocios, que podían ligarse a este tipo de energía (eléctrica), tal fue
el caso de una serie de tres molinos, dos de nixtamal y uno más de harina de trigo
(Aguirre 2014a).

Tras el surgimiento de la CFE, el suministro de energía eléctrica de todo el país,


dejo de proporcionarse sólo por las empresas privadas. Para ese entonces, en La
Piedad comenzaba la industria porcícola, la cual tomó arraigo dentro de toda la
población (Aguirre 2014a), de la misma uno de los aspectos que impulsó su desarrollo
fue la cercanía a Guadalajara, la cual se volvió uno de los principales mercados para la
venta del cerdo producido en La Piedad (Macías 2009:38).

En el contexto de las actividades productivas llevadas a cabo en de la región


otro aspecto relevante es el de la industria artesanal. Una de las más importantes fue
la industria rebocera, la cual pervive hasta la fecha. Uribe (1989) menciona al
respecto:

"En los distritos de La Piedad y Puruándiro adelantaban la


producción, aunque continuaban trabajando en telares de madera [...] la
actividad textil estaba muy extendida entre los habitantes [...] se producían
abundantes artículos como driles, rebozos y frazadas".

Con más de un siglo de existencia en la región es uno de los oficios más


afamados del municipio (La Piedad), mismo que en su momento constó de una gran
organización familiar y que se desenvolvió en gran medida en la década de los 30's,
decayendo tras el despunte económico de algunos países tras la segunda guerra
mundial. Para finales de la década de 1950 caerían la mayor parte de las empresas
reboceras, por lo que la industria sufrió una reestructuración que para mediados de los
años sesenta del siglo XX, lograría la fundación de una cooperativa textil artesanal
(Móntes 2009:389).

Por otro lado, la ubicación natural en la que fue fundada la cabecera municipal
de La Piedad, le permitió la obtención y desarrollo de la industria artesanal de la
cantera, de la cual aún en las primeras décadas del siglo pasado contaba con un gran
número de artesanos, en su mayoría establecidos cerca de los bancos de cantera

59
cercanos a la margen del río Lerma. El uso de estos materiales decreció en las últimas
décadas con la llegada de nuevos y más resistentes materiales para la construcción. En
la actualidad la industria de la cantera persiste más que nada para la producción de
elementos artísticos, y el material es utilizado para los terminados decorativos de las
casas, sobre todo dentro de los municipios de La Piedad y Degollado.

Al respecto, en Degollado la industria de labrado de cantera fue adoptada como


una de sus principales actividades productivas, el municipio cuenta actualmente con
unos 68 talleres cantereros en funcionamiento (Kennedy 2008:48). Este oficio fue
introducido en 1958, tras la construcción del centro de dicha ciudad, para lo cual se
llamaron a maestros canteros de La Piedad. Debido a que cercanos a la localidad se
encuentran varios bancos de cantera el ofició se afianzó al lugar. El labrado de cantera
alcanzó un auge a mediados de los años noventa del siglo pasado, incluso con obras
artísticas y elementos de exportación. En mayor o menor medida las familias de la
localidad depende de manera directa o indirectamente de este oficio, mismo que es
enseñado de manera hereditaria hasta la fecha1.

La localidad de Numarán a unos 12 kilometros de la cabecera de La Piedad fue


de importancia para el desarrollo de la porcicultura, ya que se encargaba de proveer
lechones para engorda (Macías 2009). Por otro lado Numarán es reconocido por la
elaboración del tradicional "Pan de Numarán", con una tradición de más de 100 años
ha sido elaborado por las mismas familias y su existencia pervive a pesar de las
grandes panaderías y tiendas de autoservicios (Móntes 2009:205).

En general todas las localidades presentes en la región se caracterizan por las


actividades agrícolas, siendo los cultivos principales el maíz, el garbanzo y más
recientemente el sorgo. Y por la cría de ganado porcino. Por su parte la localidad de
Santa Ana perteneciente al municipio de Pénjamo se destaca en la producción de sorgo
y garbanzo mientras que en el resto del municipio se destaca en la producción de
maíz. Por otro lado en el municipio de Yurécuaro destaca la producción de hortalizas,
entre ellos el jitomate y la cebolla.

CAPÍTULO III

1 "El Labrado de Cantera donde las piedras hablan". Documental

60
SOCIEDAD Y NATURALEZA, UN POCO DE HISTORIA

La historia de la humanidad está vinculada al uso y consumo de los recursos


vegetales. Como seres vivos, el alimento y el refugio fueron condiciones necesarias
para la subsistencia humana, así que entre ambos se comparte una historia que ya
cuenta miles de años.

Se dice que en todo el mundo son utilizadas aproximadamente 10, 000 especies
botánicas (incluyendo algas) y que el 90% de las necesidades de la humanidad podrían
ser cubierta con solo 20 de estas especies (Martínez 2007). Desde la prehistoria, las
especies del reino vegetal han sido importantes en muchos sentidos. Con certeza fue la
necesidad de alimento la que llevó en primera instancia a observar que algunas
especies podían ser comestibles, mientras que otras podrían ser de utilidad para
construir su viviendas, fabricar vestidos o herramientas. Otras les producían efectos
diversos en el cuerpo, benignos o tóxicos; ejemplo de esto es una tumba datada del
período Paleolítico en donde se encontraron los restos de algunos neandertales
acompañados por flores medicinales (Barquero 2007). Por su parte, el primer
documento escrito que registra plantas benignas para el hombre viene de una tablilla
Sumeria del 2800 a.C. (Barquero 2007).

Las civilizaciones que se conocen como prístinas (o cunas de la civilización)


alrededor del mundo, a saber: Egipto, Mesopotamia, China, India, Mesoamérica y Perú
comparten entre ellas en diferentes características, por ejemplo, todas son áreas
donde se registra la agricultura. Aunque cada una de estas civilizaciones floreció en
ecosistemas muy diferentes, cada una desarrolló respuestas parecidas para el
funcionamiento de sistemas de producción de alimento, modificando y adaptándose a
su medio ambiente.

En el registro arqueológico, las evidencias materiales más antiguas, pueden


pertenecer a dos tipos de organización social: cazadores-recolectores o cultivadores.
Ambos tipos de organización están directamente relacionados con el conocimiento de
los recursos vegetales, ya sea para su aprovechamiento o para su producción. Como
menciona Boehm (1991:12), los requerimientos de trabajo relacionados a la
agricultura y desarrollo de los recursos vegetales derivaron en la creación y

61
programación de calendarios para la "apropiación y reproducción de la subsistencia".
Elementos como el tipo de organización social y el desarrollo de calendarios, son
tomados en cuenta cuando se intenta explicar la "evolución" de ciertas sociedades
tempranas.

En este capítulo se presenta un panorama general sobre el uso de los recursos


vegetales, que sirve para enmarcar la relación ambiente y sociedad en la región bajo
estudio

3.1 Los recursos vegetales En Mesoamérica

En Mesoamérica los primeros asentamientos fueron registrados alrededor del


11500 a. C., se trata de grupos de cazadores-recolectores, quienes contaron con
conocimientos de los rangos en el uso de los recursos vegetales, sobre todo de selva
baja caducifolia, ya que la mayoría de las plantas domesticadas de las que se tiene
algún registro son originarias de este ecosistema (Zizumbo-Villareal et al. 2008; 2010;
2012).

Desde la llegada de los estos primeros pobladores hasta las primeras muestras
de una agricultura desarrollada pasaron aproximadamente unos cinco mil años (entre
el 7500 y 5000 a. C.); a este período se le conoce como protoagrícola o de agricultura
incipiente (Rojas 1991; Flannery 1973). Los principales recursos alimenticios antes de
la agricultura, fueron diferentes especies asilvestradas (cerca de 68 especies
diferentes), entre ellas el maguey (Agave spp.) como especie principal, la cual era
aprovechada casi por completo no solo como alimento; el maíz (Zea spp.), el frijol
(Phaseolus spp.), la calabaza (Cucúrbita spp.), la chia (Hyptis spp.), el chile (Capsicum
spp.), la guayaba (Psidium guayaba), el tomate (Solanum spp.), el aguacate (Persea
americana), y varias especies de leguminosas como el mezquite (Prosopis laevigata),
el guamúchil (Phytocellobium dulce), los nopales (opuntia spp.) y tubérculos
(Dioscorea spp y Pachyrizus sp.) (Zizumbo-Villareal et al 2012).

Entre el 3000 y el 2400 a. C., la agricultura se practicaba como actividad


regular y se había dado un proceso de domesticación, fue entonces que comenzaron
los primeros cambios sociales. Hacia 1500 a. C. durante el período Formativo la

62
agricultura ya era la actividad de producción principal, en este periodo se identifica una
estabilización de las sociedades sedentarias, así como la construcción de viviendas
montículos, producción cerámica y algunos entierros (Boehm 1991; Flannery 1973;
MacNeish 1961).

Durante el Formativo, aunque se preferían los productos domesticados, aun se


consumían los silvestres (o asilvestrados); en este contexto el desarrollo de la
agricultura trajo consigo primero "inconscientemente" la selección artificial, la cual se
desarrolló a partir de elegir las mejores semillas, cambiando favorablemente las
especies más indispensables para la población (mejora genética) (Rojas y Sanders
1985; Flannery 1973).

En varias regiones del centro de México hay evidencias de cómo se practicaron


diferentes tipos, métodos y técnicas de cultivo en función de las características
ecológicas y del terreno, para el óptimo aprovechamiento de las condiciones de
humedad y del suelo. Entre dicha diversidad en las maneras de cultivar, una de las
más importantes fue la denominada tumba, roza y quema. En la Cuenca de México,
en donde el agua era abundante, fueron utilizadas las chinampas. El producto era para
consumo o como pago de tributo (Rojas 1983; Rojas y Sanders 1985).

Hacia el tiempo de la conquista española, varios historiadores y cronistas


documentaron tradiciones y costumbres de las sociedades conquistadas en los
altiplanos centrales mexicanos principalmente; así también, la religión y las
"supersticiones", la filosofía y la organización social. Algunos incluso documentaron los
usos y las propiedades de las especies tanto animales como vegetales, utilizadas por
los habitantes de las nuevas tierras. El caso más ilustrativo de los cronistas que
pusieron énfasis en el registro de dichas características de los conquistados fue Fray
Bernardino de Sahagún. López Austin (2011) comenta acerca del método etnográfico
con el que Sahagún obtuvo la información para sus obras, propósito para el cual
inicialmente tenía preparada una minuta con las cuestiones que habría de responder
por medio de sus informantes.

Los informantes de Sahagún al parecer fueron doce ancianos cultos y


dispuestos a responder sus preguntas, acompañados por cuatro jóvenes crecidos
criados con ambas culturas que le servirían de transductores de la información

63
brindada por los ancianos; asimismo códices pictográficos con los que habrían de
ilustrarle en el tema (López Austin 2011:359).

En su obra "Historia General de La Nueva España" Fray Bernardino de Sahagún


(1975 [1569]), nos relata muchos de los aspectos de la vida de la sociedad mexica. En
el libro Undécimo de su obra se describen las propiedades de las especies animales y
vegetales que compartían el entorno natural con los habitantes, e incluso las que se les
adjudicaban a los metales y piedras. Entre sus descripciones destacan las de las
especies vegetales, esto por la gran importancia que recibían debido a la cantidad de
usos que se les adjudicaban, ya fuera en casa, a manera de ritual o como para su
sustento.

En el mencionado libro undécimo, Sahagún preguntó a sus informantes por las


características y el aspecto de cada individuo, fuera vegetal o animal, haciendo incapie
en su aspecto físico, en el caso de los vegetales: forma, color, olor o si era un árbol,
una hierba, si tenía flores y las características de las mismas. Si era un recurso
comestible, se preguntaba por el origen de su nombre y el lugar donde se obtenía, su
aspecto y su sabor. En el caso de los pastos, su uso y el lugar donde crecían. En el
caso de los árboles se preguntaba que parte del árbol era utilizable. Por otra parte
para las plantas con propiedades medicinales, se preguntaba que planta era, que parte
de la planta era medicinal, que enfermedad curaba, como se preparaba medicina con
la mencionada planta, como se administraba y donde se podía obtener (López Austin
2011:386-388).

Entre las especies botánicas registradas están mencionados en primera


instancia los árbolesiz , así como los productos que de éstos se podían obtener; de la
misma manera para las hierbas y flores, distingue las comestibles (crudas o
cocinadas), las medicinales, las venenosas y las que poseen propiedades narcóticas.
Esto sumado a las nuevas especies y la medicina traídas por los europeos, las cuales,
aunque en ocasiones desplazaron a las ya utilizadas, en su mayoría aumentaron la
cantidad de especies aprovechables y no solo para los locales sino también entre los
mestizos y criollos, perviviendo hasta nuestros días.

Otra obra ejemplar en el registro de recursos vegetales es el "Libellus de


medicinalibus indorum herbis" también conocido como "Códice de La Cruz - Badiano",
el cual analizaremos más adelante (Veáse Anexo 2). Se trata manuscrito de mediados

64
del siglo XVI, escrito en náhuatl por Martín de la Cruz 1552 (1996) y traducido al latín
por Juan Badiano, de quien toma su nombre. Esta obra muestra de manera gráfica los
árboles, hierbas y flores utilizadas para la práctica terapéutica por la sociedad mexica
al mismo tiempo que expone cómo y para qué debían ser utilizadas.

3.1.1 El maíz y la Importancia de la milpa en Mesoamérica

Una de las especies vegetales que se domesticó en Mesoamérica y quizás la de


más importancia por sus características, propiedades y sobre todo por su repercusión
social es el Maíz (Zea Mays). Se trata de una especie rica en carbohidratos, y una
importante fuente de energía; su nixtamalización propicia la fijación de calcio y por ello
es fuente de este elemento cuando se consume (Rodríguez 2006:103). Esta especie
representa una de las grandes adaptaciones transmitidas por generaciones a las
especies seleccionadas artificialmente (domesticadas), características que les permiten
"enfrentar presiones culturales y ambientales" (Terán y Rasmussen 2009:65). El maíz
fue asimismo la base de la dieta indígena prehispánica; la importancia de esta especie
se refleja en la mitología y en los fenómenos sociales y religiosos (Fournier 1998:13).

Sobre su origen se han propuesto distintas teorías a lo largo de los años. Entre
ellas, se ha dicho que proviene de una rama genética del género Tripsacum, que hubo
un maíz primitivo hoy desaparecido; sin embargo, la teoría más aceptada es que se
trata de una domesticación y más tarde de mejora genética del Teosintle (Zea
mexicana). En términos genéticos el Teosintle posee el mismo número de cromosomas
que el maíz actual. Lo que si es un hecho es que el maíz fue la base de la dieta del
México prehispánico, conjuntamente con el frijol (Phaseolus spp.), la calabaza
(Cucúrbita spp.), el chile (Capsicum spp.) y una gran diversidad de quelites; aun así de
acuerdo con Sanders (1981), el maíz constituía cerca del 65% de los requerimientos
calóricos de la dieta.

Sobre su importancia, distintos viajeros y cronistas dejaron relatos sobre este


vegetal, así como de sus distintas variedades y presentaciones al consumirlo, por
ejemplo el fraile Motolinia (1971:372) menciona:

"En esta lengua, cuando el pan se coge y todo el tiempo que esta
en mazorca [el maíz] que así se conserva mejor y más tiempo, llámenle

65
centli; después de desgranado llámenle tlaulli, cuando lo siembran,
desde nacido hasta que esta en la braza, llamese tloctli; una espiguilla
que hecha antes de la mazorca en alto llamanla miyahuatl; esta comen
los pobres y en año falto todos. Cuando la mazorca esta pequeñita en
leche muy tierna llámenla xilotl; cocidas las dan como fruta a los
señores. Cuando ya esta formada la mazorca con sus granos tiernos y es
de comer, a hora sea cruda, ahora asada (que es mejor), ahora cocida,
llamese elotl. Cuando esta dura bien madura llámenla centl, y este es el
nombre más general del pan de esta tierra. Los españoles tomaron el
nombre de las islas y llamenle maíz".

Fray Bernardino de Sahagún en "La Historia General de las cosas de la


Nueva España" (2009 [1569]) hace referencia al maíz en múltiples ocasiones:

"El que vende maíz suele ser labrador o lo compra de los labradores
para tornallo a vender [...], el maíz que vende es limpio, gordo, sin alguna
falla, recio y macizo y duro. Y cada género de maíz véndelo por sí el blanco,
el prieto, o el envuelto uno con otro, el blando, el amarillo" (pp. 166); "y los
tamales que son muy blancos del maíz cocido y bien lavado, y los tamales
pintados, blancos y colorados, y los que tienen dentro huevos. Vende
también los tamales hechos de mazorquillas nuevas y de los granos de las
mazorcas verdes, y los tamales hechos de los redruejos, y los que están
mezclados con calabaza molida" (pp. 168); "El que vende atul, [...] caliente
o frío. El caliente se hace de masa del maíz molido o tostado" (pp. 182);
Sobre los otomíes "Su comida y mantenimiento era el maíz y frijoles y ají,
sal y tomates" (pp. 222)

De la misma forma Kolonitz (1984:106-107) describe la predilección de la


tortilla entre los pobladores:

"Tanto el pobre como el rico tienen predilección por las tortillas y los
frijoles [...] el pobre la come en lugar de pan [refiriéndose a las tortillas] a
manera de cuchara para comer los frijoles"

Aguirre Beltrán (1970:68) hace mención al maíz, el cual era tan importante
como alimento de subsistencia que todos los indios lo producían en sus milpas, por lo
que no era un artículo que se incluyera en transacciones comerciales en los tianguis.

Robelo (1904) en su diccionario de aztequismos define la milpa simplemente


como sinónimo de "sementera" (sembradío). A esto Santamaría (2000:725) solo
agrega que se trata de una "plantación de maíz". En términos actuales podemos
describir a la milpa como un agroecosistema que fue reproducido de la naturaleza, está

66
esencialmente conformado por la asociación de diversas especies principalmente el
maíz (Zea mays), el frijol (Phaseolus spp) y la calabaza (Cucúrbita spp.). Este llamado
policultivo permite la optimización de las necesidades particulares de cada planta,
favorece a la conservación de los nutrientes del suelo, aumenta la producción y ahorra
espacio.

La asociación principalmente de estas especies supone una ventaja adaptativa


natural que fue observada y utilizada en un cultivo intencional, puesto que el maíz
funciona como soporte para el frijol, éste suministra de nitrógeno al suelo, que es
aprovechado tanto por el maíz como por la calabaza. En tanto, esta última protege el
cultivo de la erosión y de los insectos pues secreta una sustancia venenosa para ellos.
Pero lo importante aquí es resaltar que esta asociación, en sí misma tiene un impacto
nutricional positivo, ya que el maíz provee carbohidratos, el frijol de minerales,
proteínas y vitaminas y la calabaza proporciona lípidos (Zizumbo-Villarreal et al.
2012:331).

De acuerdo con la región en donde se cultivaba la milpa era posible que se


sembraran otras especies, con el objetivo de obtener un excedente en la producción y
tal vez también la adaptación de especies. Entre ellas se encuentra el amaranto
(Amaranthus spp) (Weigand 2011:331), el camote (Ipomea batatas), la yuca (Manihot
sculenta), la jícama (Pachirrhizus erosusi), el guaje (Lagenaria spp) (Terán y
Rasmussen 2009:92 y West 2013:103), el chile (Capsicum spp), la chía (Hyptis
suaveolens), el tomate (Solanum spp), además de algunas especies de agaváceas
como soporte (Zizumbo-Villarreal et al. 2012:331).

En otro aspecto Varguez (1981:76), se refiere a la milpa no solo como un


"fenómeno biológico" sino como un medio de relación entre el individuo y la naturaleza
y como un proceso tanto cultural y social como económico, ya que, a partir de la
producción milpera, los involucrados en la producción milpera o cualquiera de los
derivados de esta producción, desarrollan una relaciones económicas, y "formas
específicas de organización social", así como el desarrollo de patrones de subsistencia
similares. Al respecto, Aguirre Beltran (1970:60) menciona que la relación hombre-
tierra era sagrada en cuanto al cultivo de maíz y la milpa en general, caso contrario
cuando se trataba del cultivo de productos producidos con fines de lucro como lo era el
ajonjolí (introducido por los europeos). Por otro lado hace referencia a la tierra en la
que se trabajaba la milpa, que para los indios era motivo de cohesión entre la

67
comunidad y entre la familia nuclear (Aguirre Beltrán 1970:55). Asimismo la tierra
para cultivo era considerada como una propiedad que debía ser trabajada y que debía
mantenerse dentro del grupo familiar y que podía ser trabajada libremente siempre y
cuando fuera por miembros del mismo grupo (Aguirre Beltrán 1970:53)

Aunque la milpa no fue el único método de cultivo utilizado en la Mesoamérica


prehispánica, si fue el principal, esto como respuesta al gran marco de variables que
presentaba el medio ambiente local, y de esta manera asegurar la producción
alimenticia. De la misma forma, el área mesoamericana engloba en sí misma una
diversidad ecológica y biológica, como ninguna otra región americana, este aspecto
pudo haber sido favorable para el desarrollo de estrategias productivas como lo es el
sistema ilpa.

Una de las ventajas de la milpa son los procesos adaptacionales que genera no
solo entre las especies principales que integra, sino también entre las especies
secundarias; como es el caso del maguey, cultivado generalmente fuera de la milpa y
que funciona como soporte del terreno al mismo tiempo que ayuda a su drenaje

En la dieta de los habitantes mesoamericanos, los cultivos de la milpa formaron


parte crucial y aún en fechas modernas. Podemos mencionar el ejemplo de la unidad
doméstica tarasca (West 2013) la cría de animales toma importancia ya que, las
abejas (apicultura) sirven como polinizadores, mientras que el ganado limpia y fertiliza
los campos. Este agroecosistema fue también de importancia durante los procesos de
domesticación; esto se evidencio después del trabajo de McNeish, en el Valle de
Tehuacán en los años 60's, este investigador pudo encontrar varios estadios de
"evolución" del maíz (Zea mays) mismos que fueron evidencia suficiente para
argumentar que justamente el teocinte (Zea mexicana) (el cual en su forma actual es
híbrido entre un maíz ya domesticado y su forma primigenia) era "antepasado" del
maíz que todos conocemos; esto fue confirmado mediante estudios cromosomáticos
mostrando que ambas especies comparten el mismo número de cromosomas (Flannery
1973:290).

Además de las numerosas cualidades del maíz, el frijol por otro lado es rico en
hierro y proteínas, por ello era de acuerdo con Rojas (1988) aprovechado para las
épocas de hambruna debido a su rápido crecimiento aún en climas difíciles y su
sencillo almacenaje. La calabaza fue tal vez la primera especie domesticada en

68
Mesoamérica, las evidencias arqueológicas más antiguas fueron ubicadas en Guilá
Naquitz con una antigüedad de entre 7400 y 6700 a. C. (Flannery 1973), la calabza es
rica en lípidos y fibra y con la capacidad de servir como instrumento de almacenaje,
puede adaptarse a una gran cantidad de ambientes lo que tal vez ayudó también al
proceso de adaptación de otras especies. Cabe mencionar algunas de las especies
secundarias como el chile o el tomate que aún hoy son imprescindibles para el
mexicano, o el amaranto, que dentro de su semilla contiene una proporción proteínica,
de fibra y vitaminas mayor a la del maíz mientras que su hoja posee altos contenidos
de vitaminas A y C, hierro y ácido fólico (Rodale Research Center 1980 citado en
Weigand, 2011:332-333).

Como estrategia productiva, la milpa fue de fundamental, para la subistencia y


economía doméstica; en efecto en las unidades domésticas en particular las ubicadas
en la súper área mesoamericana, cuentan con un huerto familiar con su milpa, aún
cuando se lleven a cabo otras actividades productivas, incluidas otras milpas más
grandes o cualquier tipo de actividad artesanal.

Puede observarse que el sistema de cultivo es elegido por el agricultor, de esta


manera un sistema de cultivo como el policultivo en este caso la milpa será elegido ya
que por su naturaleza contribuye a un aumento de producción y de esta manera una
mayor generación de beneficios para el productor.

Un aspecto que es importante destacar es la cosmovisión que rodea al cultivo


de la milpa, ejemplo de esto se puede observar en la zona maya, en donde la milpa
esta ligada a toda una ceremonia que es indispensable para la agricultura (Terán y
Rasmussen 2009:104) o las fiestas después de las primeras cosechas que son llevadas
a cabo dentro de los pueblos Tarascos (West 2013:96). Esto nos habla de todo un
fenómeno social-ritual ligado tanto a la milpa, a la agricultura y sobre todo el maíz, el
cual tuvo toda una connotación simbólica y cosmológica en Mesoamérica.

3.1.2 El Copal. Puente entre lo mundano y lo divino

De entre los diversos productos no alimentarios obtenidos de especies vegetales


culturalmente útiles en lo que respecta a la súper área cultural mesoamericana, uno de

69
los más importantes es, sin lugar a dudas, el copal. El copal es una resina solidificada,
la cual se extrae de diferentes especies arbóreas, pero principalmente de las de la
familia Burseraceae (siendo Bursera bippinata la más común en Mesoamérica); aunque
claro, existen otras familias que también producen resinas. La extraída de estas
especies, al quemarse producen un humo de aroma agradable, por ello el copal ha sido
utilizado desde épocas prehispánicas fundamentalmente con motivos rituales.

En la Historia General de las cosas de la Nueva España, Sahagún menciona que


esta familia de árboles son productoras de una "resina blanca" la cual era utilizada
como incienso mismo que era "ofrecido a sus dioses" y que entre otras cosas era
considerado medicinal (Sahagún 1975 [1569]:662).

De acuerdo a la Real Academia de la lengua el "incienso" es una:

"Gomorresina en forma de lágrimas, de color amarillo blanquecino o


rojizo, fractura lustrosa, sabor acre y olor aromático al arder, que
proviene de árboles de la familia de las burseráceas, originarios de
Arabia, de la India y de África, y se quema en las ceremonias religiosas".

Por su parte el diccionario de autoridades agrega:

"Hai dos especies macho y hembra: El macho es el que


naturalmente destila el árbol, [...] la hembra es el que por incisión o con
otro artificio se le hace destilar, y es menos puro"

Santamaría (2000:293) lo describe como:

"[...] diversas resinas de que se usaban mucho particularmente


para hacer saumerios a sus ídolos en lugar de incienso [...] Aztequismo
con el cual se designa a la resina producida por varios árboles de la
familia de las burseráceas que los antiguos mexicanos usaban
principalmente como incienso en sus templos [...] La voz a llegado a valer
resina en general y aun como nombre de diversas sustancias resinosas
que proceden de América, de las Indias orientales y del África.".

Por lo cual podemos decir que en principio el incienso del viejo mundo y el
copal son ambos términos utilizados para describir a las resinas aromáticas
principalmente de la familia Burseraceae.

70
Como mencionaba Sahagún este recurso era de gran importancia en aspectos
rituales, ya que era asociado a los procesos de creación del mundo (Cruz, et al,
2006:101) a dioses como Tlaloc y Chalchiuhtlique y considerado un sistema de
purificación (Linares y Bye 2008:8) por lo que era empleado en temascales (Cruz, et al
2006:103), como pegamento y para la elaboración de tintes para mascaras rituales
(Purata y León 2008:15) y en prácticamente cualquier ceremonia importante (Lona
2012:205). Siendo que tanto en Europa como en la América precolombina se utilizaron
especies de la familia Burseraceae de la misma manera y para propósitos similares, su
uso dentro del contexto ceremonial a pervivido hasta nuestros días, a través de un
proceso de sincretismo religioso hispano/mesoamericano (Cruz, et al 2006:113).

Por su parte, Orozco y Berra apunta que el copalli es una clase de incienso,
"licor" que sacan de un árbol (Copalcuahuitl entre otros) punzándolo, que éste crecía
en tierras calientes, como Cuernavaca, Copalla y Michoacán (Orozco y Berra
1978:124). Dicho producto era refinado, envuelto en hojas de palma y exportado a
distintas regiones. El de mayor calidad usado para culto y lo demás utilizado en
cuestiones '"domésticas o sociales" (Orozco y Berra 1978:279-280).

Charles de Bourbourg (1988:185-186), durante su paso por las grutas de Santo


Domingo a mediados del siglo XIX, lo menciona como elemento importante de
ceremonias ancestrales:

"[...] los indios venían a adorar de tarde en tarde a las divinidades de


un pasado que ya no comprendían: le habían ahuecado el extremo y allí
encontré algunos restos de carbón y de copal, un ramo de flores
marchitas hacia poco tiempo. Alrededor restos de cerámica rota,
mostraban que se ofrecía algo más que incienso [...]"

Ruíz de Alarcón (1988:47) hace referencia tanto al copal como al Amaranto en


algunos rituales:

"[...] desta semilla hacen [...] unos bollo que en la lengua llaman
tzoalli, y estos comen cocidos a modo de tortillas [...] hacen unos ídolos
de figura humana [...] y cocidos los ponen en sus oratorios [...]
poniéndoles candela e incienso".

Además de la extracción de la resina copalífera, la familia Burseraceae tiene


varios usos. La corteza, las hojas y el fruto de este árbol, de acuerdo con Aguilar

71
(2004) y Rzedowski (1992:9) son utilizados con fines medicinales en la preparación de
tés útiles para curar la tos y el catarro; mientras que la resina sirve para preparar
ungüentos (Martínez 1928). Cabe destacar las figuras antropomorfas encontradas en el
recinto sagrado de Tenochtitlan realizadas en resina de copal (Montufar 2012:113)

Otro de los usos de la resina es la fabricación de barnices y lacas utilizadas para


carpintería (Martínez 1928). El árbol en su totalidad suele ser aprovechado como poste
en cercados (Aguilar 2004 y Cruz, et al 2006:104) y en algunos casos como leña
(Rzedowski 1992:9-30).

Cabe mencionar que la extracción del recurso copalifero, en su variante


tradicional involucra todo un proceso, mismo que es muy sistemático, y en el cual
intervienen incluso otras especies vegetales, lo que hace de la extracción tradicional
toda una práctica que merece la atención y el saber, ocupar, un lugar dentro del
patrimonio nacional.

3.2 Panorama de los recursos vegetales en los estudios académicos

En virtud de la enorme importancia que los recursos vegetales han tenido en la


historia de las sociedades, los estudios sobre la relación entre ambos son
innumerables; sin embargo, en esta sección quisiera presentar algunos de los más
sobresalientes.
En el estudio de los recursos vegetales desde el ámbito histórico
mesoamericano, es imprescindible mencionar las contribuciones de Teresa Rojas
Rabiela. Esta autora ha publicado durante décadas múltiples y diversos estudios sobre
la producción, uso, consumo, técnicas de producción, pervivencias e innovaciones, en
relación con los recursos vegetales.

Se pueden destacar los estudios reunidos por Teresa Rojas en La Agricultura


Chinampera (1983), en él se destacan varios estudios donde se describe este método
de cultivo, sus principales productos y su comercio, e incluso sobre el control de plagas
(como los mosquitos) y modo de fertilización entre otros. Igualmente Teresa Rojas
junto con William Sanders presentan en los volúmenes de Historia de la Agricultura.
Época prehispánica del Siglo XVI (1985) donde se menciona el impacto que tenía la
agricultura sobre la economía, la política y la sociedad indígena de la época. La

72
tecnología que utilizaron en su agricultura y sus principales cultivos y por último cómo
fueron los sistemas de cultivo utilizados en las distintas regiones de Mesoamérica. En
La Cosecha del Agua (1985) estudia el modo de vida lacustre en el centro de México
haciendo un repaso por las técnicas y tecnologías empleadas así como los recursos
animales y vegetales que se explotan en este modo de vida en su área de estudio. En
Las Siembras del Ayer. La Agricultura indígena del siglo XVI (1988), analiza varios
tipos, técnicas y sistemas agrícolas utilizados para el siglo XVI. En La Tecnología
Agrícola (2001) analiza y compara las tecnologías agrícolas que se utilizaron en el viejo
mundo con las utilizadas en Mesomaérica. En el artículo Entre la arqueología y la
Etnohistoria: La Historia Ambiental (2011) revisa el papel de la historia ambiental
dentro del estudio de la antiguas sociedades y discute su importancia y sus usos para
la arqueología. Y recientemente en Cien Ventanas a los paisajes del Pasado (2013)
hace un análisis al contexto rural de inicios del siglo XX por medio de fotografías de la
época, examina el paisaje, las tecnologías y los recursos a partir de dichas fotografías.

Jeffrey Parsons en The Last Pescadores of Chimalhuacán, México (2006) nos


habla de las similitudes entre las sociedades lacustres mesoamericanas y las asentadas
en norte y Sudamérica, África y medio oriente. Compara fuentes de alimento y
especies vegetales utilizadas para el trabajo, el alimento, la vivienda, la alimentación y
el transporte. Este estudio permite observar que la mayoría de las sociedades que
practicaron el modo de vida lacustre eran muy parecidas.

Magdalena García Sánchez (2008) en su libro Petates, peces y patos.


Pervivencia cultural y comercio entre México y Toluca, expone cómo los recursos
lacustres han sido aprovechados para el sustento de las familias. Entre esos recursos
se encuentran especies de Cyperaceas y Typhas conocidas como tule en aquella
región, un recurso de gran importancia económica y doméstica, pues era utilizado en
la fabricación de muebles y petates, estos últimos podían ser utilizados como tapetes,
puertas, cubre ventanas, cama, también para transportar cosas e incluso como
mortaja, entre otros productos.

También de los altiplanos centrales, se halla el estudio de Monroy-Ortíz y


Monroy (2004) Análisis preliminar de la dominancia cultural de las plantas útiles en el
Estado de Morelos, donde se encontraron 608 especies útiles.

73
Entre las regiones próximas a nuestra área de estudio, son muy escasas las
investigaciones que podemos encontrar sobre el tema, precisamente por ello destacan
algunas. Está por ejemplo la investigación de García de Alba, et al. (2012),
Conocimiento y uso de la plantas medicinales en la zona metropolitana de
Guadaiajara, en el que evidencia el conocimiento de herbolarios y yerberos de los
mercados en su zona de estudio.

En el artículo Notas sobre plantas medicinales del Estado de Querétaro, México


Fernández Nava (2001) , presenta una lista de 300 especies de plantas recolectadas
en ese estado y de los conocimientos terapéuticos relacionados con su uso. Por su
parte, en Plantas medicinales de la Comunidad Indígena Nuevo San Juan
Parangaricutiro, Michoacán, México Bello González (2007) registra 118 especies
botánicas en su área de estudio, al observar un decremento en el uso de las plantas
medicinales en la zona concluye que hay muy poca probabilidad de que este
conocimiento sea heredado a futuras generaciones. No sobra anotar aquí que este
argumento es también parte del interés de llevar a cabo la investigación que aquí se
presenta.

En México y Latinoamérica, se hallan diversos libros, estudios y artículos, con


una amplísima gama de temas sobre recursos vegetales y su utilidad, los más abordan
su uso terapéutico. Entre éstos se pueden mencionar los de Aguilar en Catálogo de
Plantas reportadas como parte de la dieta de la guacamaya verde (Ara militaris) en la
región de la Cañada Oaxaqueña (2004) se describen 17 especies que conforman la
dieta de la guacamaya verde en su área de estudio, se mencionan además los usos
económicos de cada especie. Arnason en Phytochemistry of Medicinal Plants (1993)
describe y analiza las propiedades químicas de una variedad de especies vegetales.
Fernández en Nombres Comunes, usos y distribución geográfica del genero Karwinskia
(Rhamnaceae) en México (1992) y en Nombres comunes, etnobotánica y distribución
geográfica del género Colubrina (Rhamnaceae) en México (2010) se hace una revisión
bibliográfica y se revisan ejemplares de cada familia, mientras que se discuten sus
usos económicos. García García en Propiedades Físicas y Mecánicas de la Madera de
Conzattia multiflora (2001), evalúa las propiedades mecánicas de dicha especie y con
base en dichas propiedades discute los usos de los productos que se obtienen de la
misma. González en Plantas medicinales del estado de Durango y zonas aledañas
(2004), hace un registro de las especies vegetales presentes en el área de estudio,
describiéndolas y haciendo énfasis en sus usos económicos. Grijalva en su libro Flora

74
Útil Etnobotánica de Nicaragua (2006), intenta brindar conocimiento técnicos y
científicos a los interesados en la biodiversidad de plantas de interés económico para la
sociedad, así como la difusión de las propiedades que poseen plantas registradas;
Lozoya y Lozoya en Flora Medicinal de México (1982) dan un repaso por la historia de
los conocimientos etnobotanicos en México enfocándose en los usos medicinales de las
especies vegetales más importantes de nuestro país. Mejía en Manual de Medicina
Tradicional (2011), describe las propiedades y los usos de las plantas más
comúnmente utilizadas en los ramos de limpia. En Navarro Flora útil del municipio de
Astacinga, Veracruz, México (2002), se registró la información acerca de los usos que
lo pobladores dan a su flora local, se registraron 154 especies de las cuales más del
50% son medicinales, siendo los usos terapéutico, el ornamental y el comestible los
más registrados; Rojas Alba es el encargado del Tratado de Medicina Tradicional
Mexicana (2009) en su trabajo describe ampliamente cientos de plantas con usos
medicianles, el mismo es el encargado de Tlahui.com donde se encuentran toda la
información que ha recolectado sobre el tema de forma gratuita. Royo en Listado
Florístico del campo experimental La Campana y usos de su flora en Chihuahua,
México (2001), enlista 433 especies de las cuales un 77.1% tienen alguna utilidad
económica; Saénz en Medicamentos, Plantas Medicinales y Productos Naturales
(2003), hace un ensayo en el que compara los remedios naturales y los
medicamentos, reflexionando sobre la seguridad y la extensión del conocimiento de las
propiedades medicinales de las plantas y los remedios fabricados con ellas. Shultes en
Hallucinogenic Plants (1976), estudia las propiedades de varias plantas conocidas
generalmente por sus propiedades alucinógenas y embriagantes, discutiendo sobre sus
propiedades químicas, así como sus otros usos. Yesid En Pautas para el conocimiento,
conservación y uso sostenible de las plantas medicinales nativas en Colombia (2011),
discute acerca de la amplia diversidad de especies vegetales en Colombia, y su
importancia para la población. Y por último Zamora en Flora Útil y su Manejo en el
cono sur del estado de Yucatán, México (2009), documenta los conocimientos de uso y
manejo de las plantas de su área de estudio, enlistando 132 especies útiles
concluyendo que los habitantes de su área de estudio poseen un apmlió conocimiento
de la flora local.

75
3.3 Antecedentes Históricos de la región de La Piedad

En este apartado se presenta el contexto sociohistórico de la región bajo


estudio con el fin de ofrecer un panorama de los hechos más relevantes desde los
ámbitos económico y social, que permiten construir un marco para la mejor
comprensión del uso de los recursos vegetales.

La región involucra, como quedó dicho antes, a los municipios de Degollado en


Jalisco, Pénjamo en Guanajuato, Yurécuaro, Numarán y La Piedad, en Michoacán, se
hace énfasis en este último; asimismo, centramos el interés en las comunidades
rurales, pues en muchos casos perviven las unidades domésticas y sus evidencias
materiales.

En el municipio de La Piedad, el asentamiento más antiguo del que se tiene


registro es el de un caserío disperso conocido como Aramutaro a los márgenes del río
Lerma; tras la peste de 1600, de acuerdo con el registro de Fray Francisco Ribera
dicho caserío se encontraba completamente despoblado quedando solo seis pubelos del
obispado de Tlazazalca. Poco a poco el caserío se repobló para 1636 y comenzó a
llamarse Aramutarillo, de acuerdo al registro del archivo de Tlazazalca. Para 1637 este
caserío aparece registrado como San Andrés de Aramutarillo en el mencionado archivo.
La advocación a San Sebastián como patrono de Aramutarillo es mencionada hasta
1685 por el cura Juan Martínez de Araujo (Carrillo 2010).

Dos años más tarde en 1687 se dá el hallazgo del Cristo que mas tarde sería
llamado El Señor de La Piedad en La Estancia de la Huerta, perteneciente a la localidad
de Yurécuaro. Y hasta 1692 cuando tras traer dicha imagen religiosa que Don Juan
López de Aguirre bautiza el pueblo como La Piedad, convirtiéndose en un pequeño
centro religioso regional; en ese mismo año se da inicio a la construcción de una nueva
iglesia, la obra terminó su construcción en 1699, y sería la base para el que fue el
primer cuadro de la ciudad. En 1707 tras el motín de Tlazazalca, el pueblo fue utilizado
para el refugio de las autoridades seculares (Carrillo 2010).

Para 1741, Don Pedro Pérez de Tagle dueño de la hacienda de Santa Ana
proporciona los medios económicos necesarios para comenzar la construcción de la
actual parroquia del Señor de La Piedad y con ella del barrio nuevo y actual centro
histórico (Carrillo 2010).

76
<ñ3l A □

Figura 1. Mapa del municipio de Penjamo para el s. XVI.

Cuando el movimiento independiente llegó a estas tierras, el primer


acontecimiento importante fue cuando López Rayón llegó para descansar sus tropas
tras la caída de Hidalgo y Allende en Acatita de Baján en 1811 (Martínez y Téllez
2003). Para 1815 La Piedad quedó reducida a cenizas tras una intensa batalla. Aún en
1825 el viajero W.H. Hardy (en Margo Glantz 1982) hace referencia al pueblo diciendo
que se encontraba en ruinas contando con apenas 5000 habitantes.

Para entonces el producto de todos los cultivos se destinaba únicamente a la


población humana, dejando la actividad pecuaria en segundo plano. Fue en 1830 que
Don José María Cavadas y Dávalos es ascendido a cura local, cuando el mismo
comienza a realizar obras públicas como el atrio de la iglesia, los portales adyacentes a
la misma en el centro histórico y su obra de mayor trascendencia el puente que
conecta La Piedad, con la entonces hacienda de Santa Ana (Martínez y Téllez 2003), el
cual hoy lleva su nombre. La construcción de esta obra de alguna manera no establece
sino que evidencía y facilita la simbiosis económico-productiva de estás dos localidades
(La Piedad y Santa Ana). Como se puede verificar en la actas de cabildo (1820-1828)

77
recopiladas por Aceves (2002), antes de la construcción del puente Cavadas el
comercio de la leña que se utilizaba como combustible así como de maíz y frijol en el
caso de los alimentos, era llevado a cabo por medio de canoas.

Para 1877 Porfirio Díaz asume el poder como presidente constitucional de los
Estados Unidos Mexicanos, presidencia que duraría casi 30 años y cuyo período es
conocido como el Porfiriato. En el municipio de La Piedad, durante este período se
inauguró el primer hospital así como el primer periódico entre los años de 1882 y
1886. Y para el año siguiente ocurrió un evento de vital importancia para la economía
tanto de la región como para el Bajío en general, la instalación de vías y puesta en
marcha del ferrocarril (Martínez y Téllez 2003).

Para principios del siglo XX la Piedad estaba conformada por cuatro cuarteles,
distinguidos por las cuatro iglesias que había en la ciudad para el momento, El
Santuario del Señor de La Piedad en el primer cuartel, La Purísima en el Segundo, San
Francisco en el tercero y El Santuario de Guadalupe en el cuarto.

En mayo de 1901 se estrena en La Piedad el alumbrado público de gas de


acetileno, mismo que seria reemplazado posteriormente tras la construcción de la
hidroeléctrica de la "Quinta Guadalupe" dos años después en 1903. Asimismo en ese
mismo año se conectaría La Piedad y Numarán a través de la primera línea telefónica y
en 1907, la primera red te tuberías de drenaje (Aguirre 2014a; Martínez y Tellez
2003).

Hacia 1910, cuando comenzó el movimiento de Revolucionario, La Piedad


contaba aproximadamente con 15000 habitantes establecidos en todo el municipio.
Más tarde con la caída de Pancho Villa, muchas de las filas que tenía a su cargo, se
convirtieron en forajidos que aterrarían a los pobladores del occidente de México y La
Piedad como sus alrededores no fueron la excepción, siendo la banda más temible la
liderada por José Inés Chávez García. Sumado a esto tras el ascenso de Plutarco Elías
Calles al poder, las luchas por los territorios continuaron en el llamado movimiento
Cristero (Martínez y Téllez 2003).

78
3.4 Transformación de la comunidad rural en México

Después de la guerra de Independencia, el aumento en el número de


poblaciones, tuvo un aumento exponencial sobre todo en el occidente y noroeste de
México, comenzando en esos momento la desintegración de las grandes haciendas y
fomentando la creación de pequeñas comunidades independientes (ranchos); aunque
estas no se consagraría cabalmente hasta poco después de la segunda mitad del
mismo siglo con las leyes de Reforma (Chevalier 1982).

Las haciendas tuvieron un gran arraigo en la sociedad rural de la república


mexicana. Originalmente estableciéndose como encomiendas españolas, se convitieron
en un sistema de explotación de indígenas, sirvendo como instrumento de autoridad
para los colonizadores; la característica primaria de la encomienda era la consignación
de grupos indígenas e españoles privilegiados, mismos que tenían derecho a recibir
tributo y trabajo de los grupos indígenas delegados que no eran considerados esclavos.
La encomienda no era propiedad del encomendero por lo que no podía traspasarse o
heredarse (Gibson 1980).

Gradualmente las ganancias de las encomiendas eran en su mayoría dirigidas a


la corona, quedándose los encomenderos con pocas ganancias, esto provocó que los
encomenderos asumieran como una institución privada independizándose de la
dirección real, lo que a largo plazo llevo al surgimiento de las haciendas (Gibson
1980).

Para finales del siglo XVI por imposición legal los indios fueron congregados en
pueblos de traza Europea, por lo que criollos y mestizos se apoderaron de los pueblos
abandonados y los convirtieron en haciendas. Lo mismo pasó con los pueblos que se
habían formado en las cercanías de las minas que al no tener peronas que los
administraran fueron dejados en manos de arrendatarios; a estos pueblos arribaron
muchos conquistadores viejos que se dedicaron al cultivo de la tierra y la cría de
animales. Para la primera mitad del siglo XVII la Nueva España se habian llenado de
villas pequeñas y pueblos de indios hispanizados separados por varios kilómetros unos
de otros (Barragán 1997:63). Para ese tiempo los cargos públicos y los oficios eran la
principal fuente de capital para la Nueva España, mientras que la encomienda
representaba pocas ganancias, sin embargo esta última había sentado las bases para
las primeras haciendas (Chevalier 1976).

79
La palabra hacienda paso de dar significado a cualquier bien que se mantenía
en el campo fuera mueble o inmueble (cultivos, rebaños o pequeñas casas de los
indios en el campo), a emplearse para definir a cualquier propiedad rural, en la que se
conjuntaban caballerías, cultivos y estancias ganaderas en grandes extensiones
territoriales (Chevalier 1976:324); con el descenso de la producción de plata y con ello
de la economía minera, la agricultura y la ganadería se incrementaron, de este modo
la hacienda se convirtió en pequeñas unidades econmómicas casi autosuficientes
(Chevalier 1976:355).

Los primeros hacendados en vista de generar ganacias, estaban necesitados de


mano de obra, en este período la Corona trataba de reducir los servicios impuestos a
las comunidades indígenas y por otro lado los esclavos negros eran demasiado caros,
por lo que los hacendados utilizaban trabajadores libres que se las ingeniaban para
manetener a toda costa, sobre todo en regiones como la de occidente donde había
poca población indígena (Chevalier 1976:339).

En estos casos los hacendados creativamente ofrecían dinero a los indios que lo
gastaban rápidamente y al no poder devolverlo quedaban en deuda con los
propietarios de las haciendas que los hacían trabajar para saldarla, en ocasiones para
evitar que los trabajadores saldaran dichas deudas el hacendado les proporcinaba
diversos servicios, dándoles vestido, servicios de salud o prestándoles dinero, de igual
manera dentro de la hacienda se les vendían productos de primera necesidad en las
llamadas "tiendas de raya" (Chevalier 1976:344,358); o simplemente hacían trabajar o
alquilaban a los indios las tierras que previamente les habían sido arrebatadas
(Chevalier 1976:348).

La relación entre los hacendados y los grupos indígenas no era muy diferente a
la dinámica que se daba en las encomiendas siendo los indígenas explotados y
viviendo en pequeños pueblos de extensiones limitadas (Gibson 1980). Los
hacendados tenían el papel de administradores de justicia entre la población indígena
de la hacienda; en el caso de tener esclavos trataban de que estos se juntaran con
mujeres esclavas para de esta manera mantener la propiedad de su descendencia, la
cual perdían en caso de que se casaran con mujeres indígenas que vivían en condición
de libertad (Chevalier 1976:358).

80
En el caso del occidente y el bajío donde no había suficiente población indígena
para trabajar las descomunales haciendas, los hacendados rentaban parte de su tierra
a distintos agricultores de esta manera trabajaban sus tierras y recibían una comisión
por el trabajo realizado acrecentando sus ingresos y nunca les faltaba mano de obra. O
invertían en construcciones arquitectónicas e hidráulicas de está manera aseguraban
un sumisnistro de agua tanto para el ganado como para el cultivo de trigo que era
mejor pagado que el maíz (Brading 1972).

Para finales del siglo XVII las haciendas ya no eran propiedad de ciertos
individuos, sino que ya se habían formado familias y linajes que poseían grandes
extensiones de terreno que se dividían entre ellos formando mayorazgos vinculados a
un nombre e incluso tenían títulos noviliarios (Chevalier 1976:362-363).

El movimiento de Independencia trajo consecuencias para los hacendados,


mientras que en algunos casos descuidaron y hasta abandonaron sus tierras y en otros
continuaron con el "arrinconamiento" de unos descontentos rancheros (Barrgán
1997:80), lo que se acrecentaría en los años subsecuentes y concluiría con la
desintegración de las haciendas.

Chevalier (1982) le atribuye dicha desintegración en el occidente de la republica


mexicana a tres situaciones distintas, en primer lugar las zonas rurales con una
importante población de criollos o mestizos y donde son mayoría frente a comunidades
indígenas lo que implicaba la falta de mano de obra; en segundo lugar la creación de
pueblos o ranchos dentro de las haciendas, lo cual daba como resultado la división de
la misma.

Y una tercera explicación es la desintegración a causa de formación de pueblos


independientes los cuales se multiplicaron después de la independencia, motivados por
la presión de población y las ideas liberales, esto tuvo más impacto en algunas
regiones que otras, en Zacatecas por ejemplo este proceso se dío a inicios de la
década de 1830; por otro lado en el caso de Jalisco y Michoacán la desintegración de
algunas haciendas fue unos 20 años más tarde, posterior a las leyes de Reforma, un
caso ejemplar es el de la hacienda de Santa Ana Pacueco (Chevalier 1982).

Durante los años posteriores a la Reforma los hacendados vivieron etapas


díficiles y una vida intranquila ya que eran acosados por los Juaristas, menciona que

81
algunos propietarios por el miedo dejaban de vivir en las haciendas, viviendo con un
perfil bajo y ausente de grandes lujos, si visitaban las haciendas era con sigilo,
mientras que en su ausencia dejaban un administrador, así lo relata William Bullock
(en Boehm et al 1995:249) a su paso por las haciendas del occidente de Michoacán:

"Como la mayoría de las casas rurales en Mexico, la de Guaracha está


construida en forma de un cuadrángulo y consiste solamente de un piso con
varios cuartos que dan a un pórtico que se encuentra alrededor de un patio.
El edificio parece estar en excelentes condiciones, pero los cuartos estaban
escasamente amueblados, dando al lugar una apariencia fría y triste. Mis
acompañantes me explicaron que durante un período de dos meses [...]
solamente los habían dejado tranquilos once días, mientras el resto del
tiempo lo habían dedicado a un ir y venir de los juaristas".

En el caso de las haciendas de los Altos de Jalisco y de Santa Ana Pacueco en el


año de 1856 los propietarios, temiendo a las leyes de Reforma, vendieron la hacienda
a los arrendatarios radicados en las haciendas reunidos en sociedad, más tarde para
1865 disolvieron la sociedad y se repartieron las tierras (Barragán 1997:91).

Para el período del Porfiriato la economía de la ganadería no lograba cuajar del


todo en las comunidades rurales, las cuales seguían desintegrándose de las grandes
haciendas para ser comunidades "independientes". Por otro lado había un auge
económico en los Estados Unidos, y es durante este período en los primeros años del
siglo XX que se comienzan a registrar los primeros indicios de migración a dicho país
por motivo de trabajo. Este fenómeno se caracteriza por ser predominantemente
masculino, esto sobre todo alteró las características organizativas del trabajo en las
comunidades rurales, lo que permitió a las mujeres encargarse de labores que en ese
momento eran consideradas para los varones (Arias 2005:26-27).

Ya en la época de la revolución los hecendados que se aferraban a sus tierras,


vendieron sus propiedades a los norteamericanos como una manera de proteger las
tierras que les "pertenecían", quedándose con la tierra mientras producían para el
extranjero. Ya en 1915 con el triunfo carrancista se comenzó un proceso de devolución
de tierras que habían sido expropiadas durante la revolución, con la condición de que
los hacendados no reclamen los daños causados a las propiedades durante ese período
(Katz 1982).

82
Cabe mencionar que con la Reforma Agraria en el sexenio presidido por el Gral.
Lázaro Cárdenas (1934-1940), se borró por completo la huella del latifundismo. La
reforma agraria trajo consigo una serie de modificaciones en el funcionamiento de la
explotación de la tierra y sus recursos. La gestión y explotación de las tierras y las
riquezas producto de esta explotación son distribuidas en beneficio de quienes la
trabajan como el derecho agrario. Por lo que las grandes propiedades quedaron
divididas oficialmente (Sánchez González 1981:234).

Los ranchos sobrevivieron de las grandes haciendas. Esos pueblos que


originalmente que se formaron en las inmediaciones de la hacienda, que tras la
disolución de las mismas a mediados del siglo XIX y luego con la revolución y las
reformas agrarias, se lograrían asentar y permanecerían en dichos territorios mientras
que sus habitantes se hacían de tierras propias (Pérez Martínez 1994:47; Arias
2005:25).

Al hablar de ranchos nos referimos a poblados o comunidades pequeñas rurales


conformadas generalmente por descendientes de españoles, muchas veces no
planeadas, ya que no presentan una traza urbana. Las casas se construían con adobe
(algo que a cambiado en épocas modernas) y se aprovechan los recursos naturales
para la construcción no solo de la casa sino de corrales para la actividad pecuaria;
asimismo los arbustos o árboles de diferentes especies (como huamúchil o huizache)
para levantar cercas o delimitar el territorio ocupado por la casa (Pérez Martínez
1994:47). Su tamaño varía entre una o dos estancias de ganado, algo así como unas
1700 ha. según Chavalier (1982:3) y 800 ha. en promedio de acuerdo con Barragán
(1997:89).

Las casas, en el caso de las localidades rancheras de Jalisco y Michoacán, están


compuestas por un conjunto de construcciones con techos de dos aguas, circundadas
por una cerca de piedra o cercas vivas, las cuales en épocas modernas son sustítuidas
por cercas de alambre, esto deja espacio para jardínes o solares asociados a la casa, la
cas se conforma principalmente por cuatro tipos de construcciones, la cocina, que es la
parte pública de la casa, los cuartos (o ranchos), un cuartillo que se usa como almacén
y el baño o letrina (Barragán y Chávez 1993:123).

"La dispersión de las casas alejadas unas de otras, distintas y


parecidas entre sí, protegidas casi todas por un árbol guardián [...] El

83
rancho arrimado a la depresión del arroyo, por una y otra orilla partido
en dos: cuatro casas desparramadas a un lado y cinco al otro [...] No se
ven huellas de caminos; pero se adivinan algunos en la línea de las
cercas paralelas, muy juntas y largas" (Yáñez 1962:35).

En estas localidades muchas veces cada casa estaba conformada por una
familia nuclear pero dado los lazos de parentesco funcionaban como si fuera una
familia extensa (Barragán y Chávez 1993:119), ejemplo de esto podemos verlo en las
localidades rurales del área de estudio las cuales en un inicio fueron habitadas solo por
miembros de las mismas familias tal es el caso de Los Melgoza o Los Ayala. Esto a su
vez funciona dentro de la organización del trabajo productivo ya que que al
desarrollarse en esta familia extensa, se comporta como una unidad que comparte la
subsistencia de los individuos como objetivo común (Chávez 2010). De acuerdo con
Barragan (1997:151-152), los lazos de parentesco, los modos de vida y el hecho de
que la mayor parte de la gente se conozca entre sí y se sientan miembros de la misma
comunidad, mantiene a los miembros de la misma como una sociedad homogénea.

La organización de estas comunidades rurales esta basada en las actividades


agropecuarias, principalmente en el binomio maíz-bovino. Económicamente la
organización se da de manera privada en las distintas unidades domésticas familiares,
mientras que la organización espacial del territorio que ocupa la localidad se encuentra
definido por dos grandes factores. El primero la localización de las edificaciones
religiosas (muchas veces pequeñas capillas) y el segundo el cultivo de maíz (Barragán
y Linck 1994:71-74 y Chávez 1994:110). El sustento de la población en general
depende del cultivo del maíz mientras que el desmonte después de la cosecha
proporciona los recursos forrajeros necesraios para la ganadería (Barragán 1997:147-
148).

Respecto a esto muchas veces potencial de aprovechamiento del rancho


depende en gran medida del conocimiento del entorno natural, ya sea sus condiciones
fisiográficas, climáticas o de los recursos que se tienen a la mano en las inmediaciones
(Barragán y Chávez 1993:121), así por ejemplo el ranchero aprovechará estos
conocimientos para cultivar distintos productos en cada temporada aumentando el
rendimiento de su producción.

84
La asociación entre el cultivo de maíz y la cría de ganado constituye un rasgo
característico de la comunidad ranchera, ya que se crea una asociación entre el
propietario de las tierras que generalmente es el criador de ganado y el mediero
generalmente productor del maíz, mismos que representan los dos extremos de su
estructura social (Barragán 1997).

Para el caso de los ranchos de Michoacán y Jalisco se podía encontrar la crianza


de ganado porcino en la mayoría de las rancherías, así como la crianza de aves de
corral de las que se obtenían carne y huevos, esto sumado al cultivo de los ecuaros
asociados a las casas que aseguraba el abasto de hortalizas, además de los productos
obtenidos de la casa y la recolección (Barragán y Linck 1994:73-74).

En este tipo de comunidades la distribución de las tareas (estrategias de trabajo


doméstico) denotan una marcada división por género. Desde pequeños a los miembros
de la familia les son asignadas tareas específicas, mientras que a las mujeres se les
encomienda el cuidado de la casa y de los hermanos menores, así como la elaboración
de tortillas y acarreo de agua, a los varones se les asigna el desmonte y cosas
referentes a la siembra y el ganado (Chávez 1994:114).

Por otro lado al alcanzar la adolescencia, las niñas comienzan a ser cortejada, y
la mayoría contraen matrimonio antes de los 18 años, mientras que los varones
buscan nuevas oportunidades de trabajo, muchas veces fuera de la comunidad,
migrando a ciudades más grandes o incluso saliendo del país en busca de anhelado
sueño americano, lo que también tiene repercusiones en cuanto a la organización del
trabajo dentro de la comunidad (Chávez 1994:113-119).

En palabras de Chávez (1994:111) el rancho "constituye una unidad de


producción agropecuaria, propiedad privada, patrimonio y fuente de trabajo familiar".
Por otro lado las comunidades rurales en la actualidad desempeñan la función de "la
conquista y la colonización de vastos espacios" o la producción de territorio lo que
lleva a la integración territorial y la expansión de las ciudades. (Barragán et al
1994:14).

85
CAPÍTULO IV

RECURSOS VEGETALES CULTURALMENTE ÚTILES EN LA REGIÓN DE LA


PIEDAD, MICHOACÁN

A lo largo de este trabajo hemos hecho énfasis en la importancia de los


recursos naturales bióticos en la sociedad, pero sobre todo nos hemos enfocado en los
recursos vegetales, nuestro objetivo principal.

Como ha sido posible observar, los recursos vegetales constituyen una parte
imprescindible de la sociedad ya que no solo sirven como alimento o para la fabricación
de herramientas y utensilios, sino que se encuentran en gran parte de las actividades
que lleva a cabo el ser humano a lo largo de su vida, desde las cosas más básicas para
su subsistencia como el vestido y la vivienda, hasta darles significados más allá de lo
terrenal, como el ejemplo del Señor de La Piedad, obtenido de una madera de tepame.

En este capítulo presentaré los resultados relativos al uso culturalmente útil de


los recursos vegetales en la región bajo estudio; es decir, la que abarca a los
municipios de La Piedad y Numarán (Michoacán), así como a Santa Ana Pacueco
(Pénjamo, Guanajuato) y Degollado (Jalisco).

A manera de contexto histórico, se incluye primero un breve estado de la


cuestión construido a partir de fuentes históricas para la región; adelante se presenta
el proceso de construcción de los datos que sustentan esta investigación.

86
4.1 Panorama de los recursos vegetales en la región de La Piedad

Al momeno de la llegada de los españoles al nuevo mundo, el territorio al que


corresponde el área de estudio, estaba habitada por grupos chichimecas, del grupo de
los Guamares, este grupo ocupaba los actuales estados de Zacatecas, Guanajuato y
Jalisco, ocupando las serranías de Guanajuato hasta el río Lerma y una parte de
Michoacán, con límite fronterizo con pueblos sedentarios de Tarascos y Otomíes
(Cisneros 1998:60-61).

De las poblaciones chichimecas Rodriguez-Loubet (2016:154-156) menciona el


mezquite y sus derivados como parte importante de la dieta de dichos grupos, de
acuerdo con el autor las vainas del mezquite se molían en morteros excavados en
piedras y luego se mezclaban con agua haciendo una bebida que era llamada "pechita"
en el estado de Sonora, esta mezcla también era preparada en forma de tamales. Esto
tambiñen es mencionado por Robelo en el diccionario de aztequismos (1904:236):

"Los frutos de mezquite se consumen en gran cantidad por la gente


del puebl, que los mastica con gusto, para saborear la pulpa dulce que
envuelve los granos [...] Según el P. Ximénez, los indios chichimecas
tomaban en lugar de pan unos tamales como piloncillos de azúcar, hechos
con el fruto del mezquite [...] El Atole de mezquite se hace hirviendo las
vainas, que se muelen en seguida con agua fresca para hacer la pulpa;
después de colarla se obtiene una agradable y sana bebida que contiene en
suspensión y solución la porción nutritiva del fruto"

También se menciona el uso de la raíz del mismo mezquite para la fabricación


de arcos (Rodríguez-Loubet 2016:152), salvo el consumo de la pulpa de los frutos del
mezquite, ninguno de estos usos fueron registrados durante la investigación.

Por otro lado, tenemos que tomar como referencia La Relación de Michoacán,
que si bien no nos proporciona información directamente de la zona de estudios (ya
que esta nos habla de hechos ocurridos en la región purépecha de Michoacán), sienta
un precedente, ya que es uno de los primeros documentos históricos con los que se
cuenta para el estado de Michoacán.

En cuanto a especies vegetales se refiere, se habla muy poco de manera


explicita, sin embargo se menciona en variadas ocasiones la importancia de esas 4
especies principales en la milpa prehispánica: el maíz, el frijol, la calabaza y el chile

87
(nombrado como ají), así como productos derivados de éstos, por dar un ejemplo se
menciona el cacalote (roseta de maíz tostado con almíbar) (Alcalá 2008:11).

En la descripción geográfica del Obispado de Michoacán, registrada hacia la


segunda mitad del siglo XVIII, Juan José Moreno (Paredes 2005), describe lo siguiente
para el curato de Puruándiro, ciudad ubicada a unos 60 km de la región bajo estudio:

"Este pueblo de Puruándiro cabecera del curato, dista de la ciudad


de Valladolid, capital del obispado, veinte leguas castellanas, el que se
halla al oriente [...] Por el norte seis leguas lindante con los curatos de
Pénjamo y Santa Rosa, cuya división es un río conocido por el Grande, el
que tiene su nacimiento en la ciudad de Lerma en el arzobispado de
México [...]"

Sobre esa región, el mismo autor describe las condiciones naturales, así como
los recursos naturales útiles (animales, plantas y minerales) de la misma; y continua:

"Los árboles que hay en dichos montes y en los llanos de la


jurisdicción son pinos, sabinos a las márgenes de los ríos, palodulce, y
mezquite, de los primeros se hacen tablas, cajas, puertas y otras piezas;
de los segundos carretas y yunques de herrerías y picaderas de carnes.
Para ser estas maderas fuertes como el tepehucage, encino, roble, nogal,
tepemesquite, y copales de la que hacen tarzes, yugos y bateas".

De los árboles aquí mencionados, en la región bajo estudio aún son


aprovechadas las maderas para la fabricación de diferentes instrumentos, puesto que
la mayor parte todavía se encuentran y asimismo se conserva un poco el saber
asociado a su uso, tal es el caso del mezquite para las picaderas de carnes, las cuales
son grandes trozos de tronco utilizados como soporte para "picar" la carne en las
taquerías. También hace referencia a árboles frutales y a cereales de importancia
productiva y comestible.

"Las frutas que se dan en la jurisdicción son duraznos, higos,


morales, granados, zapotes blancos, nopales, manzana escasamente y lo
que más abunda son unas vainillas de largo, una cuarta [...] su dulce
molesto por hediondas que deja la boca [...] El regular tiempo en que
acostumbran estos moradores sembrar sus trigos es de octubre a
noviembre y de sus ciegas mayo y junio. El de maíz, frijol y cebada desde
junio a julio, la cosecha de maíz se hace por diciembre y enero, las de
frijol y cebada por noviembre y diciembre".

88
El mismo autor hace mención de los usos medicinales entre otros de diferentes

especies:

"De los árboles silvestres que hay, se ha notado en uno que llaman
palo bofo la flor que da es blanca. Comiendo la bestia dicha hoja la
enloquece y la mata, la leche que sus vástagos da, la usan muchas
personas también para facilitar el vientre en las cámaras. Los espinos
chinos y guisaches dan también unas vainillas de las cuales hacen tinta
para escribir. Las yerbas medicinales [...] son las del toluache para apagar
las almorranas, las de chicalote para aclarar la vista y quitar nubes de los
ojos, la del zapo, para los fríos o tecianola del tobardillo para las fiebres,
cosida y tomada por agua del tiempo, la de la casa y la amargosilla para
lavar llagas, las de verdolaga y teaguispepetla y las malvas"

En las actas de Cabildo de La Piedad Michoacán de la década de 1820,


recopiladas por Bertha Aceves (2002), se mencionan algunos recursos vegetales.
Ejemplo de esto son las referencias al transporte en canoa para cruzar el río para
llevar comida o leña, lo cual nos habla de que era necesaria la madera para la
fabricación de las canoas; asimismo se menciona el maíz y el frijol y los maderos
utilizados como combustible (Aceves 2002:174). Por otro lado, nos da indicios de
cómo era utilizado el maíz, ya que se señalo que era tanto para consumo
humano como para los animales.

En la perspectiva diacrónica, es importante anotar cuáles de aquellos vegetales


que quedaron mencionados en las fuentes históricas lograron pervivir hasta la
actualidad. Como parte fundamental de esta investigación, resulta esencial enlistar
cuáles son las que pudieron encontrarse en los estudios previos. Antes de esta
investigación, se llevaron a cabo dos estudios florísticos por parte del CIIDIR (Centro
Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional) (IPN) de
Jiquilpan, Michoacán, para dos proyectos de El Colegio de Michoacán; ambos estudios
bajo la dirección de M. en C. Ignacio García Ruiz,

El primero de ellos se llevó a cabo en 1997, con el propósito de elaborar una


"Propuesta para el establecimiento de un parque en el cerro de Taquiscuareo, mpio.
de La Piedad" (Bañuelos y García Ruiz et al. 1997), al sur de la región bajo estudio; En
éste se registraron un total de 168 especies de 127 géneros, correspondientes a 47
familias botánicas. El segundo estudio se realizó a principios de la década del año
2000 bajo el nombre "Establecimiento de un parque Arqueológico-Botánico del Cerro

89
de los Chichimecas, Mpio. de La Piedad, Michoacán" (García Ruíz 2000), en el cual se
identificaron un total de 201 especies, correspondientes a 62 familia botánicas

En ambos estudios destacan por su abundancia especies como Ipomoea


murucoides (Palo bobo), Bursera spp. (Copales), Eysenhardtia polystachya (palo
dulce), Mimosa spp., Lysiloma Acapulcensis (tepeguaje), Stenocereus queretaroencis
(pitayo), Opuntia spp. (Nopales).

En la siguiente tabla se específican las especies presentes en la región bajo


estudio, de acuerdo con los estudios ya mencionados.

Tabla 3. Especies botánicas presentes en la región bajo estudio. Elaborado en base a los informes del
CIDIIR

Genero/Especie Nombre Vulgar


Abutilón ellipticum 1
Abutilón simulans Corona de reina
Acacia farnesiana Huizache, vinorama
Acacia macilenta Huichole
Acacia pennatula Tepame, Huizache de tepame, algarrobo, upar,
Ch'imay (Yucatán)
Acalypha hypoqaea Escobilla
Acalypha indica Escobilla
Acourtia fructicosa 1
Aeschynomene sp. •
Agonandra racemosa Hormiguillo , Chilillo
1 Allionia viscosa 1
Allowissadula sessei •
Amaranthus Hybrydus L. Bledo, quintonil, quelite
Ambrosia psilostachya Amargosa, Altamisa, Hierba del Caballo, Hierba de
la cortina
Aneilema geniculata
Anoda crenatiflora
1 Anoda cristata Violeta de campo, amapolita morada, Alache I
Anoda maculata
Anredera scandens (Boussingaultia ramosa)
Argemone ochroleuca Chicalote
Aristida adscensionis Tres Barbas anual
Aristida appressa
Aristida schiedeana
Artemisia ludoviciana Ajenjo del país, estafiate, iztauhyatl, Istafieta
(Puebla), Rosabari
Asclepias linaria Pinillo, Romerillo, Venenillo
Asclepias oenotheroides Leche de Perro (Nicaragua), Hierba de Zizotes
Asclepias ovata
Asclepias sp.
1 Aster moranensis Flor de María I
1 Asterohyptis stellulata 1
Baccharis pteronoides Escobilla, Hierba del Carbonero, Jara china, Yerba de
Pasmo
Bacopa procumbens
Bernardia albida

90
Bidens pilosa Aceitilla
Boerhavia coccinea (Boeharvia diffusa L.) Flor Pegajosa
Boerhavia viscosa (Boeharvia diffusa L.)
Bommeria pedata
Bonplandia geminiflora
Borreria verticillata Manzanita de Campo, Flor de botón
Bouchea prismatica
Bouteloua curtipendula Banderita
Bouteloua repens
Bouteloua sp. •
Bouvardia laevis
Bouvardia multiflora
Bouvardia ternifolia Mirto, Trompetilla, Hierba de la vibora
Brickellia sp. (posible Peistón y/o prodigiosa)
Brongniartia lupinoides
Buddleia sessiliflora Salvia de bolita, Lengua de vaca, mispastle, tepusa
Bunchosia palmeri Zapotilla
Bursera bipinnata Copal
Bursera fagaroides Papelillo, Pirulillo, Cuaiiote
Bursera palmeri Copal
Canavalia hirsutissima
Cardiospermum halicacabum Farolitos
Carex sp.
Casimiroa edulis Zapote Blanco, Chapote, Matasano
Castilleja tenuiflora Cola de borrego, hierba del cancer, saca miel
Cathestecum brevifolium
Cedrella dugessi Nogal Cimarrón
Ceiba aesculifolia Pochote, lantá de cerro, len-o-ma, piim
Celtis pallida Biscolote, Hoja de Parra
Celtis reticulata
Cestrum Ianatum Candelilla
Chaetium bromoides
Cheilantes sp. Helecho
Chenopodium album Quelite cenizo, Quelite de cerdo
Chenopodium foetidum Epazote de perro
Chloris gayana Pata de Gallo, Zacate Rhodes
Chloris rufescens
Chloris virgata Barba de Chivo, Paragüitas, Zacate cola de Zorra,
Zacate motilla
Cissus sicyodes Tripa de vaca, Tripa de Judas, Molonqui,
Tumbavaqueros
Clematis dioica Barbas de viejo, barbas de chivo
Cnidosculus spinulosus Mala mujer
Columbrina triflora
Commelina erecta Hierba del pollo, Espuelitas
Commelina pallida
Commelina standleyi
Conyza sophiifolia
Conzattia multiflora
Coryphanta bumamma Bisnaga
Cosmos bipinnatus Girasol morado, mirasol
Crotalaria pumila Zonajilla, Tronadora
Croton ciliato - glandulosus Dominguila (posible Hierba de la trucha), Soleman,
Sán Nicolas
Crusea sp. (posible hierba del soldado)
Cucurbita radicans Calabacilla Amarga
Cuphea aequipetala Cigarrillo, Hierba del cancer
Cuphea procumbens Hierba de cancer
Cuphea wrightii Calaver-tsitsiki
Cuscuta sp. Injerto, Zacatlaxcale

91
Cynodon dactylon Grama, qramilla, zacate aqrarista, Zacate Bermuda
Cyperus esculentus Coquillo, Zacate, Peonia, tule
Cyperus odorantus
Cyperus sp.
Dactyloctenium aegyptium Zacate de Estrella (Nicaragua) Esmecha, Pata de
Gallo, pata de pollo
Daembertia populifobia
Datura stramonium Toloache, Chamico, Quiebraplato, Tapate, Flor del
Muerto, Belladona, Tlapa, Floripon (Nicaragua)
Delila biflora
Desmanthus interior •
Desmanthus pumilus
Desmodium molliculum •
Dichondra argentea Oreja de ratón
Digitaria ciliaris Pangola (Nicaragua)
Dioscorea remotiflora Camote de Cerro
Dioscorea spasiflora
Dorstenia drakeana Contrahierba
Dyschoriste decumbens Hierba de la Vibora
Dyssodia porophyllum
Echeandia mexicana
Ehretia latifolia Capulincillo blanco, Tepoyan
Eleusine indica
Elytraria imbricata Pata de pollo, cordoncillo, Talcacao (Nicaragua),
Tallo escamoso
Equinochloa jaliscana
Eragrostis mexicana Bayal, Zacate de Agua
Eragrostis sp.
Eriochloa acuminata
Eryngium beecheyanum Hierba del sapo
Erysinum capitatum
Erythrina coralloides Colorín
Eupatorium pycnocephalum Flor del mosquito
Euphorbia fulva Palo amarillo, papelillo
Euphorbia heterophylla Contrahierba
Euphorbia prostrata Hierba de la golondrina
Euphorbia sp.
Evolvulus alsiniodes Ojo de Víbora
Evolvulus nummularius
Eysenhardtya polystachya Palo dulce, Varadulce, varaduz
Ficus cotinifolia Ceibo, Amate, Higuerón
Ficus petiolaris Higuera, Texcalame, Chalate, Amate, Higerón
Galeana pratensis
Gaudichaudia albida Hierba de zorro
Gnaphalium inornatum Gordolobo
Gomphrena decumbens (Gomphren serrata) Amor seco, Cabezona, Tianguis, Bretónica,
Gobernadora
Gonolobus uniflorus
Gronovia scandens Pegarropa
Guilleminea densa Rosa de Castilla cimarrona, Tapete
Halimolobos palmeri
Haplopappus spinolosus
Heliocarpus terebinthinaceus Cicuito
Heliopsis annua
Heliotriopium curassavicum Cola de Mico
Heliotropium pringlei
Herissantia crispa
Hilaria cenchroides Grama Negra, Zacate Mezquite
Hilaria ciliata
Hypoxis decumbens

92
Hyptis albida Hierba del aito
Hyptis suaveolens Chia qorda
Ipomea albidiflora Matuda
Ipomea bracteata
Ipomea murucoides Casahuate, Palobobo
Ipomea purpurea Quiebraplatos, Corregüela, campanitas, manto de la
virgen
Ipomea sp. Trepadora de fl. Blanca
Iresine cassiniformis Pie de paloma, tepozán
Iresine diffusa Corazón de Jesús, Pata de Chompipé (Nicaragua)
Iresine Hartmannii
Ixoporus uniseus
Jacobinia mexicana Hierba del Toro, Diatica
Jacobinia sp.
Jatropha curcas Sangregado (Sinaloa), Zicilté (Yucatán), Piñoncillo
(Chiapas, Veracruz y Oaxaca), Piñon de Indias
(Veracruz), Chipuy (Chiapas), Piñon purgante
(Tabasco y Oaxaca), Tempacte (Guatemala),
Tártago (Puerto Rico), Coquillo (Panamá). Tempate
en Nicaragua
Jatropha dioica Sangregrado, Sangre de grado, sangre de drago,
Telondilla
Juncus sp.
Justicia furcata (Justicia caudata)
Justicia mexicana (Justicia candicans) Muitle
Karwinskia humboldtiana Tullidora, Coyotillo, Capulincillo, Caracochila,
margarta del cerro, zarabullo, Guaybito
Leptochloa filiformis Cola de Zorra, Zacate gigante, zacate salado
Lobelia fenestralis
Loeselia glandulosa Pegarropa
Loeselia mexicana Espinosilla, Huachichile, Chuparrosa
Lopezia racemosa Alfileritos, Guayabilla, Aretillo, Perita
Lysiloma acapulcense Tepeguaje
Lysiloma michrophyllum Tepaguaje, Guaje
Macroptilium gibbosifolium
Malvastrum coromandelianum Hierba del Cancer, Malvón, Chichichbe
Mammilaria Jaliscana Bisnaga
Mandevilla foliosa Hierba de la cucaracha
Manihot angustiloba Trompillo
Matelea crenata
Melampodium dicoelocarpum
Melampodium gracile
Melampodium perfoliatum Andan chico
Melampodium sericeum
Mentzelia hispida Pegarropa
Microchloa kunthii Zacate Gancho
Milla biflora Estrellita, Azucena de campo, mayito
Mimosa aculeaticarpa Cacirpe, uña de gato
Mimosa albida Sierrilla, Uña de pajaro
Mimosa benthamii
Mimosa dysocarpa
Mimosa monancistra Uña de Gato, Cacirpe
Mimosa pudica Vergonzosa, Dormilona (Yucatán)
Mirabilis jalapa Maravilla
Mollugo verticillata
Montanoa leucantha
Nicandra physaloides Belladona de país
Nissolia microptera
Nissolia wislizeni
Nyctocereus serpentinus Junco, Tasajillo
Oenothera rosea Agua de Azhar, yerba del Golpe.

93
Ophioqlossum sp
Oplismenus burmanii
Opuntia Fuliginosa Nopal blanco
Opuntia joconostle Xoconostle, tuna agria
Opuntia Pumila Mancacoyote
Opuntia Robusta Nopal blanco
Opuntia streptacantha Nopal de Cardón, Nopal de tuna colorada, Tuna
cardona, tuna mansa, Cenizo, Chaveño
Oxalis latifolia
Oxalis sp.
Panicum hirticaule
Panicum obtusum Zacate Guía
Parthemium hysterophorus Altamisa (Yucatán), Hierba del pajaro. Guayule
Paspalum convexum
Paspalum crinitum
Paspalum notatum Grama (Nicaragua)
Paspalum sp.
Passiflora byioniodes
Passiflora foetida var. Gossypiifolia Pasiflora, Catapanza (Nicaragua)
Pavonia oxyphylla var. Melanomata
Pectis postrata
Peperomia campylotropa Ombligo de tierra
Pereskiopsis diguetti Aceituno
Perezia reticulata
Phaseolus sp.
Physalis lagascea
Physalis philadelphica Tomate de cáscara
Pinaropappus roseus Clavelillo, Pincelillo, Chipuli(e)
Piqueria trinervia Tabardillo, Hierba de San nicolas, Yoloxiltic
Pisoniella arborecens Jazmincillo
Pithecellobium dulce Guamuchil, Huamuchil
Plumbago scandens Hierba lumbre, Ciricua, hierba del alacrán, Hierba
infernal (Nicaragua)
Poa annua
Porophyllum punctatum Hierba de Venado, Pápalo quelite
Porophyllum viridiflorum
Portulacca mexicana
Portulacca oleraceae Verdolaga
Portulacca pilosa Díez de la Mañana (Nicaragua)
Prionosciadum diversifolium Jalocote
Proboscidea fragans Uña de Diablo, Cuernito, Toritos, Garambullo
Prosopis laevigata Mezquite
Psittacantus calyculatus Injerto
Quamoclit glacilis
Randia sp.
Randia watsonii Crucillo
Ruellia lactea
Rumex obtusifolius Lengua de vaca
Rynchelythrum repens
Salvia polystachya Ulcema, Chia
Salvia riparia
Sarcostema elegans (Funastrum elegans)
Schizocarpum filiforme
Schkuria pinnata var. Virgata Escobilla, Hierba de Tifo
Sedum jaliscanum
Senecio crassirameum
Senecio praecox Palo loco
Senecio saliginus Jara amarilla, Jarilla, Asomiate (Puebla)
Senna hirsuta
Senna polyantha

94
Setaria qeniculata Pajita Cardosa
Sida abutifolia Hierba de la viejita, buen día, Axocatzin
Sida elliottii
Sida qlabra
Sida monticola
Sida rhombifolia Quesitos, huinare, malvita, babosilla, escobilla,
Escoba lisa (Nicaragua)
Sida spinosa Quesillo, malvarisco
Solanum demissum Papa cimarrona, papita
Solanum niqrescens Hierba mora, tomatillo, capulin, Chichiquelitl
Solanum stoloniferum Papa
Sorghum halepense Zacate Johnson
Spiranthes cinnabarina
Stenocereus dumortieri Organo, Candelabro
Stenocereus queretaroensis Pitayo
Stevia serrata Borreguitos, Cabezona, chileburro, Cola de borrego,
tlalsivaca
Tagetes lucida Yerbanís, Hierba anís, Pericón (San Luis Potosi), Flor
o Hierba de Santa María, Curucumín (Michoacán),
Periquillo, Anisillo (Valle de México)
Tagetes lunulata Cempasuchitl, Flor del Muerto, Cinco Llagas,
Campoalillo
Tagetes stenophylla
Talinum paniculatum Quelite de Monte
Taraxacum officinale Diente de león, borraja
Tecoma stans Tronadora, Hierba de San Pedro, Campanilla
Amarilla, Sardinillo/Amarguito (Nicaragua)
Tetramerium hispidum Olotillo
Thevetia ovata Huevo de Toro, Chanchule (Oaxaca), Yoyote
(Puebla)
Thyrsanthemum floribundum
Tillandsia recurvata Heno pequeño, Pastle, Paxtle
Tillandsia sp. Gallitos
Tradescantia crassifolia Hierba del Pollo
Tridax coronopifolia
Trifolium sp.
Tripsacum dactyloides Zacate maicero
Trixis Mexicana
Urocarpidum jacens
Urochloa meziana
Urochloa panicoides
Urochloa plantaginea
Verbena bipinnatifida Moradilla
Verbena carolina San Antonio, Santa María, Verbena
Verbesina pietatis
Verbesina serrata
Verbesina sphaerocephala Capitaneja
Vigueia quinquerradiata
Wedelia fertilis
Wissadula amplissima
Zanthoxylum affine Ruda
Zapoteca formosa
Zephyrantes fosteri Tempranilla
Zephyranthes carinata
Zinnia microglosa
Zinnia peruviana Hierba del Gallo, Mal de Ojo, Virginia, Jacalate
(Nicaragua), Gallo (Puebla)
Zornia Thymifolia Hierba de la Vibora, Raíz de Vibora

95
4.2 Los recursos vegetales en el contexto arqueológico. Análisis
Araueobotánicos

4.2.1 Recuperación y análisis de macrorestos

Para el análisis de macrorestos fueron utilizadas todas las muestras


recolectadas con excepción de los trozos de madera; éstas fueron expuestas al proceso
estándar de flotación, que se describe a continuación.

1. Las muestras fueron registradas como parte del protocolo normal del
laboratorio de Paleoetnobotánica.

2. La muestra fue pesada para calcular la cantidad de agua necesaria para la


flotación. Muestras inferiores a 500gr. fueron flotadas en 5L. de agua. Muestras
superiores a los 500 gr. fueron flotadas en 10L. de agua.

3. Antes de agregar la muestra, al agua le es agregada 50ml de Silicato de Sodio


al 40% lo que cambia la densidad del agua, ayudando a flotar la materia
orgánica.

4. Se mueve la muestra con movimientos circulares para ayudar a diluirla. Y luego


se deja reposar unos momentos.

5. Utilizando rejillas (coladores) se toman los restos orgánicos que flotan en la


superficie. Este proceso se repite hasta tomar la mayor cantidad posible de
restos orgánicos contenidos en la muestra.

6. El sedimento restante se pone en una plancha junto con las rejillas con material
orgánico y se dejan secar.

7. Una vez seco, el sedimento se pasa a través de tamices de distintos calibres y


se recolectan los restos botánicos que no se lograron con la flotación, estos
juntos con los colectados previamente en las rejillas se guardan en sobres de
aluminio etiquetados.

8. Los materiales orgánicos recuperados y empaquetados tras este proceso de


selección, se separan y se alistan para su observación (en un microscopio
estereoscópico) e identificación.

96
97
En el análisis de macrorestos fueron identificados un total de 66 géneros,
correspondientes a 26 familias botánicas, entre las que destacaron por su frecuencia
las familias Poaceae, Amaranthaceae, Chenopodiaceae, Asteraceae y Portulacaceae. Se
presenta a continuación una tabla en la que se muestran las familias y las especies
identificadas, cabe aclarar que se omitieron los individuos que no fue posible
identificar.

Tabla 4. Especies identificadas durante el análisis de macrorestos. Se resaltan las especies que no se
encuentran registradas en la región hasta el último inventario.______________________________________________
Familia Gen/Esp Identificada Gen/Esp probables

Amaranthaceae Amaranthus A. Hybridus


Gomphrena G. decumbens
Iresine I. hartmanii, I. cassiniformis; I. diffusa
Asteraceae -
Aster A. moranensis
Bidens B. Pilosa
Brickelia
Dyssodia D. porophyllum
Eragrostis mexicana

Eupatorium E. pycnocephalum
Florestina F. pedata

98
Galinsoga
Grindelia
Jaegaria
Madia
Montanoa M. leucantha
Parthenium P. hysterophorus
Pinaropappus P. roseus
Rudbeckia
Schkuria S. pinnata var. virgata
Senecio S. saliginus
Simsia
Tagetes T. lucida; T. lunulata
Taraxacum T. officinale
Bromeliaceae Tillandsia T. recurvata
Cactaceae -
Echinocactus
Chenopodiaceae Chenopodium C. album
Chenopodium C. foetidum
Covolvulaceae Ipomoea I. purpurea
Crassulaceae Echeveria
Cyperaceae -
Cyperus C. Esculentus; C. Odoratus
Eleocharis
Fimbristilis
Scirpus
Euphorbiaceae -
Acalypha A. indica
Euphorbia E. postrata
Fabaceae -
Crotalaria C. Pumila
Mimosa aculeaticarpa
Phaseolus
Geraniaceae Geranium
Labiatae -
Salvia S. Polystachia
Stachys
Malvaceae -
Malva Malva coromandeliana
Sida S. Rhombifolia
Molluginaceae Mollugo verticillata
Onagraceae Oenothera O. Rosea
Oxalidaceae Oxalis O. Latifolia
Papaveraceae -
Argemone mexicana
Piperaceae -
Piper
Poaceae -
Avena
Bouteloa B. curtipendula
Cynodon C. dactylon
Digitada D. ciliaris
Panicum P. Obtusum
Paspalum P. Notatum, P. Crinitum, P. Convexum

Triticum
Zea Mays
Polygonaceae -

99
Poligonum
Rumex R. Obtusifolius
Portulacaceae Portulaca P. Pilosa; P. Oleracea
Rubiaceae -
Galium
Solanaceae -
Jaltomata
Physalis P. Philadelphica
Solanum S. Demissum
Solanum nigrecens
Umbeliferae - Eryngium beecheyanum; Prionosciadum
diversifolium
Urticaceae - Urera caracasana
Verbenaceae -
Verbena V. Bipinnatifida

La identificación para el análisis de macrorestos se hace a través de claves


dicotómicas con base en las características morfológicas de las semillas encontradas;
sin embargo debido a que especies del mismo género o incluso dentro de la misma
familia poseen características muy similares, en ocasiones es complicado saber la
especie exacta a la que pertenece cada individuo, más aún en el caso de especímenes
procedentes de un contexto arqueológico. Las muestras en esta circunstancia se
encuentran degradadas por el paso del tiempo, ello modifica poco a poco sus
características e incluso en muchas ocasiones lo que se logra rescatar solo son partes
de dichos especímenes.

Sin embargo, se hizo un esfuerzo por identificar los restos, a nivel de género en
la medida de lo posible. Por otro lado, al contar con los registros botánicos para la
región tenemos la oportunidad de cruzar referencias y obtener la especie o especies
posibles, lo cual aumenta la posibilidad de identificación.

A partir de las frecuencia de las familias botánicas identificadas en la región


bajo estudio, podemos observar que solo 7 de estas familias botánicas se registraron
en todos los municipios; lo que se aprecia en la siguiente tabla.

Tabla 5. Presencia de las familias en los diferetnes sitios muestreados

Familia La Piedac La Piedad La Piedad Pénjamo Numarán Degollado Yurécuarc


1 2 3
Amaranthaceae x x x x x x x

100
Asteraceae x x x x x x x
Bromeliaceae x
Cactaceae x x
Chenopodiaceae x x x x x x x
Covolvulaceae x
Crassulaceae x
Cyperaceae x x x x x x
Euphorbiaceae x x x x x x
Fabaceae x x x x x
Geraniaceae x
Labiatae x x x x x x
Malvaceae x x x x x x
Molluginaceae x x x x
Onagraceae x
Oxalidaceae x x x x
Papaveraceae x x x x x x x
Piperaceae x x x
Poaceae x x x x x x x
Polygonaceae x x x
Portulacaceae x x x x x x x
Rubiaceae x x
Solanaceae x x x x x x x
Umbeliferae x
Urticaceae x x x x
Verbenaceae x x x x x

De esta manera, con base en los resultados del análisis de macrorestos, es


posible aseverar los siguientes puntos:

1. Se encuentran siete familias representadas de manera importante:


Amaranthaceae, Asteraceae, Chenopodiaceae, Papaveraceae, Portulacaceae,
Poaceae y Solanaceae (marcadas en la tabla); ello da cuenta de los vegetales
que fueron agregados de forma intencional a la mezcla durante la elaboración
del adobe.

2. Las familias que se encuentran mucho menos representadas, nos indican las
especies que fueron incluidas de manera no intencional, pero que se
encontraban en el lugar al momento de la elaboración del adobe.

3. La totalidad de las especies encontradas brindan un panorama de las especies


halladas en los lugares, por ello mismo pueden mostrarse diferencias entre las
especies, obtenidas en los diferentes sitios.

4. La mayoría de las especies identificadas tienen usos específicos, por ello al


encontrarse en su entorno pudieron o no haber sido utilizadas. El uso o no uso

101
de las especies que se encuentran en el entorno ambiental de la región bajo
estudio, puede deberse a una diversidad de factores, por ejemplo si se cuenta
con el conocimiento o saber de determinadas especies. Tal es el caso de las
familias Asteraceae y Verbenaceae que aparecen presentes en el análisis,
muchos de cuyos miembros son conocidos por tener propiedades medicinales.

5. Hay que tener muy en cuenta que la frecuencia de los restos de una especie,
encontrados en un sitio, no necesariamente significa que había muchas
plantas de esa especie; algunas producen una gran cantidad de semillas, por
lo que una sola planta podría dejar todas las semillas encontradas de la misma
para un sitio. Un ejemplo de lo anterior es Portulaca olerácea, semillas de la
cual se encontraron en gran cantidad en la mayoría de los sitios. Por esto, lo
que importa es la presencia de la especie y no necesariamente su frecuencia
por sitio.

Sin embargo esta es la información que nos proporciona solamente el análisis


de macrorestos; para contar con una perspectiva más completa es necesario el análisis
de microrestos. En este caso, dicho análisis se hizo a través del polen, recuperado de
las mismas muestras.

Hay que mencionar que fueron analizados cuatro restos de madera que se
obtuvieron de los sitios La Purisima 1, Ticuitaco 1, Numarán 3, y Zaragoza 1, tomadas
de dinteles y ventanas. Los restos antracológicos forman parte del análisis de
macrorestos, pero en este caso, fueron analizadas por la M. en C. Cristina Adriano,
quién me apoyo en este análisis. Dichos restos fueron identificados como
pertenecientes a individuos de la familia Pinus.

4.2.3 Recuperación y Análisis de microrestos (Palinología)

A continuación se describe la metodología usada en el proceso del análisis


palinológico, tanto la extracción como el análisis.

1. Se separaron las muestras internas del adobe para el análisis palinológico


mismas que fueron registradas, como parte del protocolo normal del laboratorio
de Palinología.

102
2. Se peso un total de 5 gramos. De cada muestra para su posterior análisis.

3. Los 5 gramos fueron colocados en un vaso de precipitado, con 50ml. De agua


destilada para diluir la muestra, en este paso se le agrega una pastilla de
esporas de lychopodium como marcador.

4. Se agregan un poco de HCl (ácido clorhídrico) al 10%, para ayudar a diluir


tanto la muestra como la pastilla de chenopodium. Este compuesto se agregará
a medida del tipo de compuestos de la muestra, si tiene más carbonatos,
deberá agregarse más HCl.

5. Una vez que se complete la dilución, la muestra es tamizada con una malla de
250 micras de apertura.

6. El resultante se deja reposar unos minutos y luego se decanta para eliminar el


sobrenadante.

* El procedimiento descrito en los siguientes pasos (desde el 7 al 12) son llevados a


cabo bajo la protección de una campana de extracción, así como con uso de bata y en
algunos casos (paso 10) el uso de guantes de protección, ya que algunos de los
reactivos utilizados son peligrosos

7. Al sedimento se le agregan unos 50ml. Aprox. de KOH (Hidróxido de Potasio) al


10%. Esta mezcla se pone a baño María por al menos 15 min. para acelerar la
reacción causada por el KOH (neutralizar ácidos y reconstituir materia
orgánica).

8. Pasados 15 min. se saca de baño maría y se deja reposar, una vez que se
conforme el sedimento el compuesto se decanta.

9. El sedimento se lava agregando un poco de agua destilada, con la cual se deja


reposar, y se decanta de nuevo.

10. Al sedimento resultante se le agregan unos 50ml. de HF (Ácido Fluorhídrico) y


se deja en reposo durante toda la noche cubiertos con vidrios de reloj (el uso
de este ácido es para eliminar cristales y sílice).

11. El siguiente paso es decantar el HF.

12. Para neutralizar el ácido remanente en el sedimento se agregan un poco de


KOH (Hidróxido de Potasio) al 10%. Mismo que se deja en reposo por unos
minutos para al final decantarlo.

13. El remanente se pasa a tubos de ensayo y se combina con un poco de agua


destilada.

14. Una vez en los tubos de ensayo el compuesto se centrifuga a entre 2500 y 4000
rpm durante 4 minutos. Una vez centrifugado se elimina el sobrenadante.

103
15. A continuación se lava la muestra utilizando agua destilada y centrifugando
nuevamente (2500 a 4000 rpm 4 min).

16. Se repite el paso anterior

17. Se repite el paso 15, pero en lugar de lavar con agua destilada se usa alcohol
absoluto.

* Entre cada centrifugación (pasos 14 a 17) se remueve el sobrenadante con una


varilla plástica para que se integre bien con el compuesto agregado.

18. El remanente se conserva con alcohol en recipientes de cristal hasta el


momento del montaje.

19. Para el montaje de la muestra se utiliza una mezcla de grenetina, la cual se


pone en un portaobjetos y sobre de esta mezcla se coloca un poco de la
muestra.

20. Para ayudar a la visualización de la materia orgánica se agrega un poco de


Fucsina. Se cubre con un cubreobjetos y se pone en una plancha para sellar y
eliminar burbujas en la preparación.

21. Una vez montada la muestra puede guardarse indefinidamente para su


posterior visualización de identificación al microscopio.

104
105
En el análisis de microrestos (Palinología) fueron registradas un total de 14
familias botánicas, entre las que destacan por su frecuencia Poaceae, Fabaceae y
Asteraceae; las familias registradas se listan a continuación:

Tabla 6. Frecuencia absoluta de familias en análisis palinológico.

Familia Individuos Registrados


______________ Polen Arbóreo________
Pinus_______________________175
Alnus 13
Polen No Arbóreo
Cheno-am2_____________________ 62
Asteraceae____________________ 220
Poaceae_____________________ 1707
Malvaceae_____________________ 49
Fabaceae_____________________ 236
Cucurbitaceae____________________ 3
Euphorbiaceae___________________ 17
Lamiaceae_____________________ 3
Cyperaceae_____________________ 6
Verbenaceae____________________ 4
Onagraceae_____________________ 3
Equisetaceae____________________ 2
Typhaceae_____________________ 3
Zea Mays3________________________23

Como en el caso del análisis de macrorestos, la identificación en el análisis de


microrestos o palinológico es realizado a partir de claves dicotómicas con base en las
características morfológicas de la exina de los granos de polen; de igual manera es
difícil acercarse a una identificación a nivel de especie, aun cuando se lleven a cabo los
análisis con el equipo más especializado, como un microscopio electrónico de barrido
(MEB), pues las características entre miembros del mismo género son demasiado
similares (aunque siempre hay excepciones).

En el caso de esta investigación se utilizó un microscopio óptico con un aumento


máximo de 100x, la aproximación máxima que se logró en algunas ocasiones fue la
identificación a nivel de género. Con la excepción del la especie Zea Mays (maíz), una
especie resultado de una modificación producida por selección artificial, h a provocado

2 La familia Cheno-Am, es referida así de una forma metodológica para los análisis palinológicos, esto es a
causa de que el polen de ambas familias Chenopodiaceae y Amaranthaceae son tan parecidos
morfológicamente que son casi indistinguibles. Esto solo puede ser logrado a través de microscopia
electrónica de barrido.

3 La especie Zea Mays por ser de gran importancia paleoetnobotánica se lleva de forma separada al resto de
la familia Poaceae

106
que el polen sea anormalmente grande en talla (70-100 micrómetros) comparado con
otras especies de la familia poaceae (de hasta 20 o 30 micrómetros como máximo), lo
que hace que sea relativamente fácil identificarlo.

Otro dato que vale la pena mencionar es que existe una forma de identificar
restos palinológicos arqueológicos diferenciándolos de los actuales; esto es de mucha
importancia al llevar a cabo un análisis de este tipo, ya que, al ser partículas muy
pequeñas (a partir de los 2.5 micrómetros) y al encontrarse en todo tipo de ambiente,
las probabilidades de contaminación de la muestra son muy altas al momento de
trabajarla son muy altas, sobre todo en el caso de las partículas de polen de dispersión
anemófila (a través del viento).

En el microsopio óptico, esta diferenciación se hace a partir de la observación


de las características del polen en virtud de que en el polen actual puede observarse
una membrana, ésta contiene el material genético no degradado de la célula como en
el caso del polen de datación arqueológica. Un segundo parámetro de discriminación
en nuestro caso, fue la toma de muestra tomada del núcleo del bloque de adobe
siempre que fue posible, de esta manera tratamos de asegurarnos de que el polen
obtenido del procedimiento fuera arqueológico. Obviamente como en cualquier
procedimiento y por la alta cantidad de polen presente en el ambiente por más
cuidados que se tomen al momento de procesar la muestra, nos encontraremos con un
cierto número (mínimo) de polen actual.

*
Figura 8. Partícula de polen de la familia Pinus (muestra actual)

107
El análisis de polen por municipio proporcionó los siguientes resultados:

Tabla 7. Frecuencia absoluta de polen por municipio

Familias La Piedad La Piedad La Piedad Numarán Pénjamo Yurécuaro Degollado


1 2 3
Pinus 38 56 20 31 18 8 4
Alnus 2 3 - 1 4 1 2
Cheno-am 8 20 12 6 6 8 2
Asteraceae 31 98 22 44 16 8 1
Poaceae 307 503 197 236 243 166 55
Malvaceae 35 4 1 7 1 - -
Fabaceae 44 56 34 47 22 30 3
Cucurbitaceae - 2 1 - - - -
Euphorbiaceae - 8 4 1 2 2 -
Lamiaceae - 2 - 1 - - -
Cyperaceae 1 1 2 - - 2 -
Verbenaceae 1 2 - - 1 - -
Onagraceae - 2 - 1 - - -
Equisetaceae - - - - - 2 -
Typhaceae - - 2 1 - - -
Zea Mays - 6 4 2 3 6 2

Con base en los datos de macrorestos como de microsrestos es posible


proponer lo siguiente:

1. Como es posible observar, nuevamente la familia más representativa es la


familia Poaceae, por ello se puede asegurar que los miembros de esta familia
son los que se agregaron de manera intencional a la mezcla del adobe, o en
otras palabras, estas especies fueron utilizadas para este propósito en
particular.

2. El segundo dato relevante a esta investigación es la notable frecuencia de la


familia Fabaceae en el análisis de microrestos. Su aparición escasa en el análisis
de macrorestos y frecuente en microrestos, deja pensar en un punto que puede
deberse a varias razones. Este caso será tratado un poco más adelante.

3. En el caso de la familia Cheno-Am (Chenopodiaceae y Amaranthaceae) es


contrario al anterior, puesto que fueron encontradas de manera abundante en
el análisis de macrorestos y en menor medida en el de microrestos; esto podría
significar que se trata simplemente de especies que se encuentran como parte

108
de un medio alterado por el ser humano y no que fueron agregadas de manera
intencional.

4. El caso del polen de Pinus encontrado, se propone que se trata de una especie
casual. El polen de Pinus es de dispersión anemófila y grandes cantidades del
mismo son generadas por dicha especie y dispersas por el viento a grandes
distancias (casi siempre de decenas o cientos de kilómetros), por lo que se
considera contaminación polínica.

5. En el caso de las familias Cyperaceae, Equisetaceae y Typhaceae, típicamente


asociadas con cuerpos de agua, ocurre algo interesante. Equisetaceae y
Typhaceae se encuentran representadas de manera escasa en el análisis
palinológico y completamente ausentes en macrorestos. Esto quiere decir que
los pocos individuos de estas especies pudieron haber sido agregados a la
mezcla de adobe por medio del agua que se utilizó para hacer la mezcla, al
momento de construir. El caso de Cyperaceae es más especial ya que
dependiendo del sitio pudo haber sido integrada de la misma forma que las dos
familias anteriormente mencionadas, o en algunas ocasiones pudo haber sido
integrada de manera intencional.

6. Y no menos importante es la presencia de maíz que aunque no fue encontrado


en la totalidad de las muestras, si se encuentra presente en muchas de ellas,
por lo que es un dato a tomar en cuenta.

Cabe mencionar que en ambos estudios se encuentran muy escasa la presencia


de restos vegetales en el municipio de Degollado, esto puede deberse al tipo de suelo
presente en dicho municipio que resulta más arcilloso, lo cual logra una mayor
compactación en el adobe y la destrucción de algunos tipos de restos como algunas
semillas o el polen.

A partir de los datos obtenidos de los análisis de laboratorio, fue posible llegar a
las conclusiones arriba expuestas; en las secciones siguientes veremos una perspectiva
más singular cuyo enfoque se dirige más a los usos dados a ciertas especies,
asociando la información procedente de fuentes históricas, lo cual nos permite
mantener un panorama más amplio de nuestro resultados.

109
110
4.3 Los Recursos Vegetales en la construcción

A lo largo de esta investigación se tomó al adobe como el portador de los


indicadores arqueológicos necesarios para completar nuestro objetivo. Al contener en
su núcleo el material arqueológico, el adobe es la máquina del tiempo que hemos
utilizado para transportarnos a un pasado que no ya no existe, pero que puede
reconstruirse a partir de esas evidencias.

Se le llama adobe a bloques fabricados en barro de manera artesanal, utilizando


moldes de diferentes tipos y tamaños que se rellenan con el barro y secándolos al sol.
A esta técnica constructiva se le llama modulación; la tierra es obviamente un material
que se encuentra en abundancia, por lo cual es imposible pensar que no se utilizaría a
manera de material para construcción, su uso de esta manera ha sido registrado por
todo el mundo utilizando diferentes técnicas. El adobe ha sido utilizado durante miles
de años entre los pueblos indígenas desde los pueblos de América del norte hasta
Mesoamérica y el Perú (Gatti 2012).

Esta técnica apareció por primera vez en el Neolítico en construcciones que


utilizaban bolas de arcilla agrupadas y amontonadas en montículos; ya en la
civilización Mesopotámica aparecen los adobes moldeados en cajones abiertos muy
parecidos a los conocemos ahora, esta civilización experimentó con varios tipos y
formas de esta técnica constructiva utilizándola ampliamente y con regularidad.
Incluso en la Biblia podemos encontrar referencias al uso del material dentro del libros
del Éxodo en el que se hace referencia a la palabra ladrillos, palabra que en esos
tiempo refería al ladrillo de tierra secado al sol (De la Peña 1997).

Por otro lado en el México prehispánico se han utilizado varias técnicas de


arquitectura con tierra cruda (además del adobe) como materia prima de construcción,
a lo largo de todo el territorio. La amplia gama de técnicas permitió la adaptación de
las diferentes sociedades en condiciones ambientales con amplia diversidad. Tras la
llegada y conquista por parte de los españoles, las técnicas constructivas europeas se
alternaron con las nativas, lo cual generó nuevas propuestas arquitectónicas, que se
utilizaron para diferentes tipos de edificios ya fuera en templos, haciendas y la mayor
parte de la arquitectura doméstica (Guerrero Baca 2006).

111
Al adobe se hace referencia en La Historia General de la Conquista de la Nueva
España, compilada por fray Bernardino de Sahagún, del cual se menciona la técnica
que utilizaban para la fabricación del adobe; dice así: " h a y una m ad era de hen o m u y
blando. Es b u en o p ara m e z c la r con e l b arro p a ra h a c e r edificios [...] M ezcla se el barro

p ara h a c e r los ad o b es y tam bién h in ch en con el las x a lm a s ." (2009 [1569]:360-361).

De la misma manera Sahagún hace referencia a las tierras que se utilizaban


para la fabricación de los adobes con la aclaración de que se trata de tierras especiales
para ese propósito (2009 [1569]:385-386).

"Hay una tierra pegajosa que es buena para hacer barro o adobes.
Llamanla tlaltzauctli, que quiere decir 'tierra pegajosa' como tzauctli
[...] Hay una tierra que llaman tlaltenextli que quiere decir como 'tierra
de cal', no porque es blanca ni por tener nada que ver con la cal, más ella
cocida y molida y envuelta con la cal, hacela muy fuerte y auméntala. Es
tierra negra como de adobes [...] Hay una tierra que se llama atizatl que
es blanca o blanquecina, que tiene greda mezclada. Por tiempo se vuelve
greda. Hacen de ella adobes. No es buena para otra cosa."

De acuerdo con Santamaría (2000:31) en su D iccion ario de m e jic a n is m o s , el


adobe es como un equivalente a la casa o el terreno en el que se construirá la casa con
este material. Siguiendo al mismo autor, en lengua mexicana se refiere a la
construcción en adobe como X am itl (en nahuatl), términos que en ocasiones se siguen
utilizando en su forma castellanizada a la fecha. Tal es el caso del Jacal (x a c a lli ) que
refiere a una casa construida con tierra (Peñafiel 1895; Santamaría 2000), pero
también puede referirse a una casa humilde fabricada con adobe y zacate (Robelo
1904; Santamaría 2000). También tenemos casos como la palabra Cuezcomate
(cuezcomatl) que refiere a un lugar habitado (Peñafiel 1895).

Hasta hace algunas décadas era normal que las familias conservaran las casas
construidas en adobe por generaciones anteriores, a las cuales se les daba el
mantenimiento necesario, lo que las mantenía en pie y estables a pesar del paso del
tiempo.

Actualmente la construcción en adobe ha ido en desuso, la demanda por nuevos


materiales aumenta y la construcción en tierra es tachada de insalubre y peligrosa.

112
Esto al mismo tiempo ha provocado que el conocimiento de esta milenaria técnica
constructiva caiga en el olvido y que no se pueda dar el mantenimiento adecuado a las
construcciones que aún permanecen y que se quieren o necesitan conservar (Guerrero
Baca 2006).

En la región bajo estudio, en La Piedad (Michoacán), las casas construidas en


adobe más antíguas datan del siglo XIX y se encuentran ubicadas en el barrio de la
Purísima, donde se ubicó el primer cuadro de la ciudad tras la construcción de la
primera iglesia de la ciudad. Para los años cincuenta del siglo pasado aún se construían
casas con este tipo de construcción pero ya eran menos frecuentes siendo
reemplazadas por la construcción en tabique con techo de colado, de acuerdo con Don
Arturo Ramírez todavía para principios de 1970 se vió la construcción de una casa de
adobe en la colonia Las Colonias.

Para la fabricación del adobe se necesita un conjunto de conocimientos del


contexto ambiental, desde para poder elegir la tierra adecuada; dicho conocimiento en
México viene desde tiempos antíguos. La diferenciación entre los materiales adecuados
para la construcción permitió que los adobes fueran aprovechados al cambiar sus
propiedades físicas, y al mismo tiempo utilizarlos en la construcción de sus viviendas
(Gamma Castro, et al. 2012).

El cambio de las propiedades de los materiales era logrado con la adición de


distintos materiales, como distintos tipos de suelo, o agregando componenetes
orgánicos como desgrasantes. Esto les permitía controlar las caracteristicas de su
materia prima para utilizarla con distintos propósitos. Las propiedaes plasticas,
adhesivas, de compactción y porosidad se controlaban al añadir en la mezcla distintas
especies de pastos principalmente, lo que favorecía la aglutinación de la mezcla, cuya
compactación ofrecía resistencia al medio ambiente y evitaba las grietas (Gamma
Castro, et al. 2012).

Al mismo tiempo el bajo costo de producción, la amplia disponibilidad de la


materia prima, la propiedades mecánicas maleables de la misma, la fácil integración al
ecosistema así como el posible reciclamiento de los materiales, hicieron de este
material uno de los más utilizados durante mucho tiempo (Gamma Castro, et al.
2012). Con la llegada de los españoles al nuevo continente ocurre una transformación,
ya que la convergencia de las técnicas de ambos mundos formaron una amalgama y

113
una nuevo tipo de arquitectura, la que puede verse en las iglesias, los conventos, las
haciendas y de igual manera en las unidades domésticas, base de esta investigación.

De acuerdo con Carrasco (1982:104) la unidad social básica de un grupo


doméstico son las casas (calli) y la gente que la habita (cencaltin), las casas
pertenecientes a un grupo generalmente están ubicadas alrededor de un patio central
(ithualli). Cabe destacar que esta distribución espacial se ve repetida en distintos
lugares y temporalidades. García Sánchez (2011:179) argumenta que una de las
posibles razones del uso de este patrón pudo haber sido que la organización de esta
manera "resultaba altamente eficiente en términos de la coordinación de trabajo de
sus integrantes", además que este patrón organizativo facilitaba la convivencia y la
transmisión de conocimientos de generación en generación.

Dicho patrón puede observarse, por ejemplo, entre los grupos purépechas de
Michoacán, como menciona Ettinger (2010:38), cuando hace una clasificación de las
unidades domésticas de las regiones purépechas en la actualidad. En su trabajo "La
transformación de la vivienda vernácula en Michoacán" menciona que en la región
poniente de tierra caliente, las construcciones se hacían en adobe y con techumbres de
madera y distribuidas espacialmente en esquema de "zagüan", éste muestra un
corredor, un patio central, habitaciones acomodadas en hilera, o bien alrededor de un
patio; contaban además con la presencia de un solar. En ocasiones tenían una especie
de portal con columnas de mampostería. Esta distribución era normal en muchos
poblados michoacanos.

En La Piedad Michoacán, hacía finales del siglo XIX y principios del XX, se
podían apreciar 4 zonas o cuarteles en los cuales se encontraba dividida la ciudad,
cada uno con diferente temporalidad. El barrio viejo de la Purisima era el más antíguo.
Para esa época, la crianza de animales sobre todo el ganado porcino era de vital
importancia para la población, la cual derivó en una notable importancia económica. La
mayoría de la casas fueron construidas bajo los mismos o similares parámetros arriba
mencionados. Actualmente es posible observar que la mayoría de las casas del centro
de la ciudad construidas en las primeras decadas del siglo XX, aun con modificaciones
y cambios de materiales de construcción, cuentan con proporciones y estructuras muy
similares.

114
De acuerdo con el Dr. Alberto Carrillo Cázares, la mayor parte de las casas
contaban con una fachada que se alzaba varios metros lo cual daba lugar a una
techumbre que bajaba hacia lo que era el patio; dicha techumbre estaba fabricada con
maderos de mezquite generalmente ya que su madera es bastante resistente. Muestra
de dicha resistencia se puede observar en la escalinata de la torre del reloj de la
Parroquía del Señor de La Piedad, construida con madera de mezquite, es parte de la
estructura original del templo y cuenta con unos 300 años de antigüedad. Otra madera
utilizada para este propósito era el pino per era raro que se utilizara ya que es menos
resistente, a menos que se tratara de un árbol bastante viejo. Esta techumbre dejaba
debajo un portal que era lo primero que se apreciaba al entrar en la casa. La fachada
podía contar con una puerta fabricada en sabino, ya que su madera al ser suave era
resistente al frio y al agua de la lluvia, lo que permitía que esta se absorbiera sin que
se cuarteara después; el mezquite y el pino eran utilizadas en contadas ocasiones para
este proposito (Carillo, comunicación personal 2016).

Al respecto Javier Ortíz (comunicación personal 2016) nos menciona que las
maderas duras en ocasiones se utilizaban en portones cuando tenían en su estructura
hierro forjado. Además de una ventana o cuando se contaba con el espacio una puerta
central y dos ventanas a los lados, las ventanas siempre correspondian a cuartos los
cuales ya dependiendo de cada familia, podía ser un recibidor o una habitación.

Cruzando ese portal se llegaba a un patio en el que se podian encontrar


distintos tipos de plantas de ornato, las que generalmente se utiliazaban también para
otros propósitos como aprovechar sus propiedades medicinales, tema del que nos
ocuparemos más adelante. El patio se encontraba enmarcado en uno de sus laterales
por una banqueta de piedra o cantera que conformaba el umbral para las habitaciones
de la casa y la cocina; más allá podía encontrase un almacén o troje en la que se
guardaban desde herramientas hasta semillas y comida para los animales. En la parte
posterior de la casa se ubicaba el corral de los animales, el que se dividía en caso de
contar con varios tipos de animales, como los cerdos y las aves, siempre con el
cuidado de dejarles una pequeña techumbre para protejerlos, sobre todo de la lluvia
en el caso de las aves. En esta parte posterior de la casa solía dejarse un espacio para
una pequeña letrina (Carrillo comunicación personal 2016)

115
Dependiendo del espacio con el que se contaba en la casa era posible encontrar
una huerta en la que se podía plantar una pequeña milpa. Nos menciona el Dr.
Carrillo:

"Cuando estábamos chiquillos jugando con nuestros amiguitos,


solíamos meternos a todas las casas a jugar, y me acuerdo que todas pues
que todas las casa por aquí estaban igual, nos metíamos y estaba el portal,
los cuartos y el corral con puerquitos en la parte de atrás... por aquí por el
centro casi todas tenían el mismo tamaño, ya solo las que estaban por allá
en las orillas [apuntaba en ese momento hacia el lado del santuario de
Guadalupe, para donde se terminaban las casas en ese tiempo], entonces
sí algunas estaban más grandecitas con sus cercas de piedra y algunas
tenían sus milpitas".

Esta distribución aún puede verse representada en algunas de las casas


cercanas al centro de la ciudad, pero también en las del Barrio de la Purísima
Concepción (que son más antiguas), en las del Barrio de perros bravos (circundantes a
templo de San Francisco) y en el Barrio de las colonias. En lo personal y haciendo
memoria, puedo recordar que la casa de mi abuela tenía una distribución muy similar,
y pesar de muchas modificaciones (venta de terreno de la misma para otras
construcciones), aún conservaba rasgos característicos como los mencionados.

De la misma manera en algunas de las casas habitacionales de las que se


tomaron las muestras de adobe para nuestra investigación, particularmente en la casa
de Gabriel Ayala en la comunidad de los Ayala y en la casa familiar de los Sepúlveda
en la comunidad de Zaragoza. En ambas unidades fue posible observar un patio
central asociado a un solar en el que se cultivaban árboles frutales o bien el cultivo de
una milpa, rodeados por las casas de los miembros de la familia. Además, en ambos
casos se contaban con espacios para la cría de animales asociados a la casa, chiqueros
para la cría de cerdos (aunque ya en desuso) en la casa de Gabriel y un espacio para
jaulas de aves de corral en el caso de la casa de los Sepúlveda.

Para ejemplificar los tipos de estructura de unidad doméstica, que era posible
encontrar en la época en adelante se presentan planos, y reproducciones hipotéticas
elaborados con base en las descripciones de la bibliografía especializada, así como en
las descripciones de los entrevistados y observaciones llevadas a cabo durante el
proceso de la investigación.

116
Figura 10. Plano de una Unidad Doméstica rural tradicional. Basada en las descripciones de
Carrasco

117
118
Figura 12. Plano de una Unidad doméstica urbana de la Piedad Michoacán para principios del s.
XX (basado en descripciones de informantes y observaciones propias)

119
4.3.2 Materiales para la construcción

Además del adobe y de todos los elementos de los cuales se compone, se


utilizaron otros materiales para la construcción de las viviendas como roca y otros
materiales como la madera. Sin embargo, con el paso del tiempo y el desarrollo de
nuevas tecnologías y materiales industriales, ha ido mermando la construcción con
tierra o adobe bajo los supuestos de que este material es indigno, simbolo de pobreza
y atraso, a tal grado que las tasadoras de inmuebles las despojan de todo valor
económico al momento de valuar las propiedades, las tasan como si se tratara
unicamente de un terreno, y en ocasiones son consideradas insalubres y hasta
peligrosas (Ettinger 2010 y Guerreo Baca 2006).

Considerar que la construcción con adobe es sinónimo de pobreza apunta a otro


fenómeno, la simulación. Esta lleva a las familias a utilizar materiales no compatibles
con la construcción en adobe, lo que aunado a la pérdida de los conocimientos
tradicionales sobre el mantenimiento de este material, lleva a la degradación de las
viviendas y con el tiempo a la completa sustitución del material (Ettinger 2010 y
Guerreo Baca 2006).

Sin embargo la sustitución de los materiales no influye en la organización de


cada edificio, por lo cual la forma, organización y distribución de los espacios dentro de
las unidades domésticas sigue siendo la misma, es decir, se conserva como una
pervivencia cultural no solo en la región bajo estudio sino en muchas sociedades de
México (Ettinger 2010).

Durante una visita a la comunidad de Zaragoza y hablando con algunos de los


habitantes, se comentó, un poco sobre el proceso de fabricación de los adobes. Para su
elaboración, en esta comunidad se utilizaba un banco de tierra cercano a las márgenes
del río (Lerma); para aprovechar el agua que estaba cercana se hacía la mezcla en el
mismo lugar para después llevarla al sitio de la construcción. El suelo se limpiaba y
luego se mojaba, para después colocar el molde, el cual estaba hecho de madera de
mezquite, y ahí se vaciaba la mezcla, se le agregaban trigo de la segada o pasto y en
ocasiones (no se especificó cuales) se le agregaba excremento de burro o de caballo.
La mezcla se movía y aplanaba para eliminar el aire y para que tuviera una mejor
compactación. Ya compacto se quitaba el molde, no se podía esperar a que el bloque
secara completamente por que esto quitaba mucho tiempo, pero se dejaban reposar

120
un día y luego se les daba la vuelta y se dejaban reposar otro día, para que se secara
completamente. Por otro lado, en la zona urbana de La Piedad, de acuerdo con el
cronista de La Piedad, Mtro. Javier Ortíz (comunicación personal 2016), a orillas del río
habia un banco de arcilla cerca del puente Cavadas en donde hacían los adobes de la
zona y de ahí los transportaban a la obra. De manera similar nos comentó don Alfonso
Valadéz para Degollado, en donde había dos de estos bancos de arcilla, de los cuales
comenta que una vez fabricados los adobes se les cargaban en burros y los llevaban a
donde construirían la casa.

En Numarán Don José Arroyo nos comentó sobre las especies que se le
agregaban a la mezcla para la elaboración de adobes. Mencionó que cuando era joven
había muchos hombres (ahora fallecidos), que hacían los adobes y que los hacían en
cuadritos hechos de tablitas, refiriéndose a los moldes en los que los hacían. Al
preguntarle sobre las hierbas que se le agragaban a la mezcla del adobe, nos
mencionó acerca de una especie de zacate que el llamó "tacare" del cual nos dijo "Se
daba en charcos de agua, salía ese zacatito [...] muy fino, muy calientito [...] todo el
tiempo habíael zacate ese, se secaba y volvía a retoñar mucho, mucho [...] lo picaban
y remolían y se lo hechaban pa' que pegara la tierra".

121
Figura 14. Ilustración hipotética de una Unidad doméstica urbana en La Piedad Michoacán de
principios de siglo XX. Vista desde el patio interior (arriba), vista lateral (abajo). (Basada en
descripciones de informantes y observaciones propias)

122
La planta mencionada por Don José, el dichoso "tacare", se refiere nada menos
que al zacate de cualquier especie; el término viene de la palabra "takari" en lengua
purhépecha que quiere decir "Hierba silvestre o pasto" pero es utilizada para referirse
a la plántula del zacate4. El mismo Don José Arroyo menciona que se traía del lado del
río ya que este crecía cerca de donde había agua.

Figura 15. Vista de las casas por la calle Juárez . Principios del s. XX

Al respecto el Dr. Carrillo mencionó que el no recuerda que se le agreagra un


tipo de pasto en específico o que se buscara un pasto especial en cierto lugar, sino que
al momento de hacer la mezcla se tomaba lo que se encontraba a la mano en los
lugares cercanos. En el caso de tener que agregar excremento, sí específico que se
utilizaba más comunmente el de burro y el de caballo. Por otra parte tanto Joaquín
Mares como Roberto Delgado, se refirieron a un tipo de pasto específico: la grama
(Cynodon dactylon) y el popotillo respectivamente.

4 Diccionario Español-Purhépecha en línea [http://aulex.org/es-trs/]

123
En el Municipio de Degollado se comentaron varias peculiaridades. Como aún es
posible observar en la localidad, las casas más antíguas estan construídas con adobe,
al que de la misma forma se le agregaron pastos locales (no se específicó ninguna
especie), pero a diferencia de las otras localidades registradas, para hacer el
recubrimiento se solía cubrir con láminas de cantera, lo que hace parecer las
construcciones como si fueran completamente construidas en este material. Este
mismo material era usado en algunas ocasiones para los marcos de las ventanas y de
las puertas en lugar de la madera. Otra particularidad es que por las condiciones del
suelo y debido a la presencia de dos bancos de arcillas distintos, fue posible encontrar
dos tipos de adobe, uno más parecido al encontrado en las otras zonas estudiadas
(municipios de Pénjamo, La Piedad, Yurécuaro y Numarán) y uno más compacto y rico
en hierro, características que lo hacían bastante similar a un ladrillo actual. En 1860
sería el Ingeniero Jesús Navarro quien gestionaría la traza del pueblo como hoy lo
conocemos (gobierno del Estado de Jalisco 2013); De acuerdo con los informantes
Alfonso Valadéz y Juan González no fue sino hasta el año de 1953 que se comienzó a
utilizar el ladrillo, tras el el inicio del Programa Bracero, un programa desarrollado para
importar fuerza de trabajo de México a los Estados Unidos tras la segunda guerra
mundial, dicho programa se extendió hasta 1964 (Mitchell 2007); sería tras este
mismo fenómeno que el pueblo pasaría a aumentar en tamaño y población además
que se comenzaron a establecer los caminos carreteros que unen esta comunidad con
La Piedad.

Acerca de las especies maderables utilizadas para la construcción, se mencionan


el tepáme (Acacia pennatula), el camichin, el mezquite (Prosopis laevigata), el
casahuate, el sauce, el encino, el pino, el palo de rosa, la parota, el cedro, la caoba, el
pirul y el sabino. De todos estos, algunos como el mezquite y el tepáme, eran traídos
del lado del cerro. Esta localización para principios del siglo XX resulta poco precisa ya
que se referían al lado poniente de La Piedad, comenzando el monte o cerro por una
de las últimas calles que era la que desembocaba en el Panteón de San Vicente
(actualmente Homobono Melgoza desembocando en el Parque Morelos). Más allá de
este lugar se ubicaban unas cuantas casas entre el lomerío, conformado por vastos
campos de sembradío, maíz principalmente, y más alla de los campos de cultivo la
pequeña cañada que actualmente se encuentra tras el actual Colegio Juana de Asbaje.
Ya al mirar hacia el horizonte se topa con el Cerro Grande de La Piedad.

124
En el caso del pino y del encino, ambas especies crecen en altitudes mayores a
los 1500 msnm. Por otro lado, el camichin, de acuerdo con el Mtro. Javier Ortíz, sería
más frecuente sobre la meseta sur de la ciudad, en el mismo lugar se encontraba un
camichín de gigantescas dimensiones, razón por la cual parte de la meseta recibe el
nombre de "Camichin o Camuchin". En el caso del sauce, especie que crece con más
facilidad cerca del agua, se encontraría a las orillas del río.

Algo curioso que nos fue mencionado por Alvaro Fernández (informante de La
Piedad) es que cuando se necesitaba una madera muy resistente, buscaban el árbol de
mezquite en el monte. Para cortarlos esperaban hasta la luna llena, lo que según la
creencia popular ayudaba para que mantuviera su dureza y evitar el apolillamiento;
por otro lado se dice que durante los eclipses lunares se les colgaba un liston rojo a los
árboles de la casa para evitar plagas; esta misma creencia se extiende a las mujeres
encintas, quienes usaban el mismo listón rojo durante los eclipses.

De acuerdo con los resultados obtenidos en el laboratorio y retomando el tema


de las especies que fueron agregadas de manera intencional a la mezcla para hacer el
adobe, es posible discernir que fueron solamente los especímenes de la familia de las
Poaceas con el propósito de servir de desgrasante para la mezcla.

Esta familia se encuentra representada en abundancia en ambos análisis con


una frecuencia relativa de 16.61% en macrorestos y más de 1700 individuos
registrados en microrestos. Cabe mencionar que aunque es la tercera familia con más
representatividad en el análisis de macrorestos después de Amaranthaceae (20.07%)
y Asteraceae (19.53%), este análisis toma en cuenta solo los individuos identificados y
en cuyos restos orgánicos recuperados predominaban los restos de pastos (hojas,
tallos y raices), sobre cualquier otro resto orgánico.

Tabla 8. Frecuencia absoluta y relativa por familia en análisis de macrorestos

Familia Frecuencia Absoluta/ Familia Frecuencia Relativa/Familia


Amaranthaceae 522 20.07
Asteraceae 508 19.53
Bromeliaceae 3 0.1
Cactaceae 6 0.2
Chenopodiaceae 248 9.5
Covolvulaceae 3 0.1
Crassulaceae 3 0.1
Cyperaceae 104 4
Euphorbiaceae 25 0.96

125
Fabaceae 22 0.84
Geraniaceae 1 0.03
Labiatae 18 0.69
Malvaceae 14 0.53
Molluqinaceae 28 1.07
Onaqraceae 2 0.07
Oxalidaceae 21 0.8
Papaveraceae 103 3.9
Piperaceae 9 0.34
Poaceae 432 16.61
Polyqonaceae 6 0.23
Portulacaceae 293 11.26
Rubiaceae 7 0.26
Solanaceae 68 2.61
Umbeliferae 1 0.03
Urticaceae 7 0.26
Verbenaceae 30 1.15

De la familia Poaceae fue posible identificar un mínimo de 10 géneros que


pueden corresponder a un número mayor de especies. Entre los restos recuperados
destacan los géneros Eragrostis (presentes en 28 de 34 muestras) y Panicum
(presentes en 23 de 34 muestras), como los más frecuentes entre las muestras de
todas las localidades y las que posiblemente eran las especies más adecuadas y
utilizadas para este proposito en la región bajo estudio.

Tabla 9. Presencia de los géneros de Poaceae por municipio

Familia La Piedad La Piedad La Piedad Pénjamo Numarán Degollado Yurécuaro


Poaceae 1 2 3
Avena x
Bouteloa x
Cynodon x
Diqitaria x
Eraqrostis x x x x x x x
Panicum x x x x x x
Paspalum x x x
Triticum x
Zea Mays x x

Llama la atención encontrar los géneros Avena, Bouteloua y Cynodon los que
únicamente pudieron identificarse entre la muesta Zaragoza - 3 (2), la cual
corresponde a una etapa constructiva de los primeras décadas del siglo XX, en la que
fue una escuela de la comunidad de Zaragoza, en el Municipio de La Piedad. El género
Digitaria el cual solo se encontró en la muestra de Los Ayala 2. Triticum
(probablemente rastrojo de la cosecha de trigo) solo fue encontrado en la muestra

126
Numarán 3, así como la Eragrostis mexicana asociadas. Por su parte, el maíz (Zea
Mays) aunque solo fue identificada a partir del hallazgo de olotes en las muestras de
Los Melgoza 1, 2 y La Estrella 1, se encontró en varios sitios en el análisis palinológico,
además de observarse restos de cañas de esta especie en algunas muestras. Y por
último el Paspalum que se encontró con mucho más frecuencia particularmente en
Degollado 1 y en Ticuitaco 2 que en los otros sitios registrados.

Además de estas especies de Poaceas, tenemos el caso especial de las


Cyperceas que como se mencionó son un caso muy especial, ya que dependiendo de la
localidad pudo haber sido agregado de manera intencional o no intencional a la mezcla.
De acuerdo con este razonamiento, las especies y los lugares en los que posiblemente
fueron agregados intencionalmente serían Banquetes 3, en la que se registra la familia
pero no un género partícular; en La Purísima 2 con el género Scirpus, y en Yurécuaro 2
y 3 (se registró la familia).

Por otro lado, un dato importante registrado fue el caso de la familia de las
Fabaceas o leguminosas, que aunque se encontraron registradas con una frecuencia
relativa de 0.84% correspondientes a 22 individuos de esta familia en macrorestos, en
el caso de microrestos fueron la segunda especie mayormente representada con 236
individuos registrados, entre los que pudieron identificarse los géneros Mimosa,
Prosopis y Acacia, que aunque no se compara con la representatividad de las Poaceas
(con más de 1700 individuos) nos proporciona un dato importante.

La representatividad de esta familia puede deberse a múltiples razónes. Su


presencia intencional como parte de la mezcla para hacer adobes queda descartada,
puesto que en los tres casos (Prosopis, Acacia, Mimosa) se trata de especies arbustivas
a arboreas, maderables en el caso de Prosopis y con espinas en Mimosa y algunas
especies de Acacia, por ello no sería conveniente su uso de esta manera. Entre las
razones más probables por las que se encuentren en la mezcla podemos decir las
siguientes: que se encuentren presentes de manera casual (no intencional) debido a la
cercanía al lugar en donde se hizo la mezcla para el adobe; y caso especial el del
género Prosopis posiblemente la especie P. laevigata (la única del género Prosopis para
la región bajo estudio) pues al ser una especie de uso maderable (González 2004) su
frecuente presencia en el análisis palinológico podría indicar el uso de su madera para
la fabricación de los moldes que se utilizaban para el adobe.

127
Es de destacar que las cubiertas o enjarres que se pudieron analizar para
algunas muestras de adobes estaban completamente llenas de restos orgánicos, los
cuales parecían estar molidos o procesados, lo que indica que para hacer el enjarre de
los muros de adobe era utilizada una mezcla de tierra pero en lugar de agregarle los
restos de pastos directamente, se le agregaba estiercol (de vaca o de caballo) para
lograr la consistencia y adhesividad requerida para el enjarre, el que finalmente era
cubierto con una capa de cal.

Aunado a esto, en la mayoría de los casos, a excepción de las muestras de Los


Ayala 2, Degollado 2, Zaragoza 1, 3 y Laguna larga, entre los restos orgánicos
recuperados, se encontraron restos de carbón, esto podría sugerir que en los casos en
los que el adobe se fabricaba en el mismo lugar en donde se iba a construir, primero
se preparaba el lugar, haciendo quema de maleza, tal y como se hace hoy en día con
los terrenos baldíos antes de construir; desde luego no es posible asegurar esta
circunstancia, sin embargo es una posibilidad que vale la pena mencionar.

Por último, en relación con el análisis de los restos de las puertas, los dinteles y
las ventanas de las casas, de las cuales se tomaron algunas muestras en La Purísima
1, Ticuitaco 1, Numarán 3, y Zaragoza 1, las cuales eran madera de Pino (Pinus), salvo
la de Ticuitaco 1 que resultó ser de mezquite, fue posible a partir del analisis de la
estructura de la madera observada a través de un microscópio óptico. Acerca de esto,
durante la entrevista a Don José Arroyo (en el municipio de Numarán) nos habló de
que las puertas y ventanas se hacían de mezquite del que se encuentra
abundantemente en la zona y que si querían otra madera tenían que traerla de fuera,
menciona por ejemplo la madera de encino era traida de Purepero.

128
Figura 16. Ilustración hipotética de la construcción en adobe. Se muestran algunas de las especies encontradas
durante los análisis (1. Maíz 2. Eragrostis mexicana 3. Panicum)

4.4 Los Recursos Vegetales Alimenticios

Los recursos naturales y las actividades de subsistencia son parte fundamental


para entender las sociedades pretéritas. Ya se mencionan desde la prehistoria a las
sociedades de cazadores-recolectores, quienes aprovecharon los recursos de su
entorno, ya fuera recogiendo raíces o frutos para utilizarlos como alimento; más tarde
su uso fue en aumento mediante la domesticación de muchas especies. En México se
han identificado sobre todo las especies de calabaza, frijol, agave, chía, camote, maíz
y chile, entre muchos otros (Zizumbo-Villareal et al. 2012).

129
Tras el desarrollo de la agricultura, se ampliaron también muchos formas de
cultivo para maximizar el aprovechamiento de los recursos agrícolas. En México, por
mucho el método de cultivo más importante fue la milpa (con la asociación de cultivos
principalmente maíz, calabaza y frijol), la cual como quedó dicho, forma parte de un
agroecosistema que fue adapatado por el ser humano a partir de una asociación que
se da de manera natural, lo que permitió la optimización de la producción, el
aprovechamiento de los nutrientes y el uso del espacio.

De acuerdo con la región eran cultivadas milpas diferentes, variando los cultivos
secundarios (fuera del maíz, el frijol y la calabaza), entre ellas se menciona el
amaranto que era utilizado en tiempos de sequía (Weigand 2011:331), el camote, la
yuca, el guaje, la jícama (Terán y Rasmussen 2009:92 y West 2013:103), el chile, la
chía y el tomate, así como plantas que ayudaban al soporte de la tierra o como
protección contra depredadores, como pudo ser el caso de los agaves, las nopaleras o
las plantas arbustivas con espinas (Zizumbo-Villarreal et al. 2012:331).

Con la conquista europea, fueron sumadas nuevas especies traídas del viejo
mundo, las cuales en algunos casos desplazaron a las nativas, como en el caso de
amarantos y chías que redujeron casi completamente su producción y otros casos
como las hortalizas complementaron el cultivo. La llegada de nuevas especies estas
fueron adaptándose para cultivarse junto a las nativas de forma parecida, entre estás
nuevas especies se encontraban leguminosas como el chícharo y el garbanzo, cereales
como trigo, avena y cebada, árboles frutales como los cítricos, el durazno y la
manzana, hortalizas como la cebolla, el ajo, la col, la espinaca, la sandía, el melón, la
zanahoria entre muchas otras (Rojas 2010).

De la misma forma los espacios para cultivo se fueron transformando, de


manera que aún ahora en las comunidades rurales podemos encontrar espacios (como
los solares) dentro de la unidad doméstica donde aun se cultiva la milpa, solo para la
subsistencia familiar.

En la región bajo estudio, ubicada en la región del Bajío, el suelo está


conformado principalmente por suelos aluviales, lo que lo hace ideal para el cultivo,
sobre todo el de cereales, razón por la cual se le ha llamado a la región bajío el
"Granero de México" (Sánchez 2005). Aunado a esto en la región de La Piedad un

130
aspecto escencial para el cultivo y la producción de especies vegetales para el alimento
ha sido la presencia del río Lerma.

Esto se ve reflejado por ejemplo en el lado noreste de La Piedad


específicamente en la localidad de Río Grande, que recibe su nombre al estar
enmarcada por el cauce del Río Lerma, y al mismo tiempo ser bañada por sus aguas
durante la época de lluvias. Desde principios del siglo pasado, dicha localidad era la
productora principal de vegetales para consumo local. De acuerdo con uno de los
cronistas de La Piedad, Mtro. Javier Ortíz, "toda la verdura era traída de Río Grande", y
era transportada por burros que cargaban grandes canastos, y de la misma forma eran
traídas algunas flores para ornato.

131
Entre las verduras que eran cultivadas en esa localidad estaban la lechuga, el
chilacayote, el tomate milpero, el repollo, el camote de cerro, el tomatillo, el garbanzo,
el camote, desde luego el maíz, los chicharos, el chile, la calabaza, el jitomate, el frijol,
la coliflor, el brócoli, las acelgas, las espinacas, las cebollas, los pepinos, los pimientos,
los rábanos, las zanahorias, el ejote, el espárrago, las calabacitas y las papas.

Algunos de los vegetales que se mencionaron son conocidos por cultivarse en


conjunto en forma de milpa, la ya conocida tríada desde tiempos antiguos: maíz, frijol
y calabaza, y algunos como el tomate, el chile o el camote. En el caso del maíz por
ejemplo no era cultivado únicamente en esta localidad; además de sembrarse en el
traspatio en forma de milpa en las unidades domésticas que tenían el espacio para
hacerlo, este para principios del siglo XX y hasta la mitad del mismo fue el principal
cultivo en los alrededores de la zona urbana de la cabecera municipal, incluso podía
observarse la ciudad rodeada por campos de cultivo de maíz.

132
Figura 18. Vista de La Piedad Michoacán en lo que sería la actual calle Madero (década de 1920). Se
observa los campos de cultivo de maíz en primer plano.

Esta información fue dicha y corroborada por varios de los informantes, quienes
mencionaron que estos campos de cultivo de maíz se encontraban en la parte norte de
la ciudad hasta llegar al Cerro del muerto; por la parte sur, más allá de la actual calle
Lerdo de Tejada y más abundantemente hacia el lado occidente, comenzando en
donde se halla el panteón de San Vicente (actual parque Morelos). Los cultivos
llegaban hasta la cañada de don Reyes unos cientos de metros antes de la ubicación
actual del FOVISSSTE, este último dato de acuerdo con don Roberto Delgado y don
Arturo Ramírez.

También de acuerdo con Don Roberto Delgado, en algunas ocasiones era


posible encontrar estos campos de maíz asociados a otras leguminosas como el
garbanzo. Otros informantes señalaron también que éstos serían los principales
cultivos en toda la región. Por otro lado y de acuerdo con el cronista Javier Ortíz era
posible encontrar cultivos de otros cereales pero en menor medida, como el trigo, el
arroz, la avena, la cebada, el centeno y el sorgo, el mismo Mtro. Javier Ortíz nos

133
menciona que este último cobraría una mayor importancia con el alza del recurso
porcino entre la década de 1940 y 1950 hasta la fecha.

Figura 19. Vista de La Piedad hacía 1918, desde el occidente de la ciudad. En primer plano algunos
sembradíos de maíz, al fondo se observa el Santuario del Señor de La Piedad.

Durante la primera mitad del siglo XX, la producción de este cereal se


convertiría en un aspecto característico para esta región ya que con el aumento de la
porcicultura se dio paso a un nuevo fenómeno. Para la alimentación de los animales, el
sorgo fue utilizado además del maíz, por lo que el sorgo ganó terreno frente a los
demás cereales y mayor presencia en los campos. Así, ,este cereal fue, convirtiéndose
en uno de los principales cultivos dentro de la región, lo cual modificó el paisaje en sí.

134
Mapa 1. Distribución de campos de cultivo de cereales y leguminosas (maíz, garbanzo) en La Piedad
para 1950. Elaborado con base en descripciones de informantes y fotografías de la época.

135
Mapa 2. Presencia de cultivos de sorgo en la región actualmente de acuerdo
conINEGI (2015)

En la actualidad, en el caso de los otros cereales como el maíz, se pueden


encontrar con menos frecuencia en las afueras de la ciudad, y mucho más presentes
en el municipio de Pénjamo, muy visibles en las orillas de la carretera Penjamo-La
Piedad. En Yurécuaro además hay cultivo de gran cantidad de hortalizas, cabe resaltar
el cultivo de jitomate. En el caso de la comunidad de La Estrella en el Municipio de
Pénjamo, algunos de los vecinos nos comentaron que cuando funcionaba la hacienda
de Cortés a la que pertenecía dicha localidad, el lugar estaba lleno de campos de
cultivo de maíz.

Otro caso es el de las frutas; si bien no todas eran cultivos locales, era posible
encontrarlas dentro de los jardínes de traspatio, jardínes públicos e incluso sobre los
camellones de las calles municipales, y no se diga fuera de la zona urbana. En el caso
de la frutas, sobre todo en el mercado era posible encontrar mandarina y granada
(traídas de San Juan del Fuerte), manzana, fresa, melón, papaya, piña, tamarindo,
toronja, guanabana, mango, pera, sandía, durazno, membrillo, aguacate, jicama,
chayote, tejocote, coco, caña de azúcar y jamaica, dependiendo de la temporada. En
los jardínes públicos y privados podía encontrarse, limón, naranja, lima (estos aún

136
pueden encontrase en los parques municipales), uvas, guayaba, platano, tuna, y
nopal; En ambos casos, también sembraban una gran variedad de chiles y hierbas de
olor.

Figura 20. El jardín de La Purísima a principios del s. XX. Nótese la presencia de árboles
frutales.

En el municipio de Numarán, hacia la década de 1930 había grandes huertos y


plantaciones de cítricos, como lima y naranja y también de granada; de la misma
menera por la calle y hasta el jardín de la placilla principal podían encontrarse los
mismos árboles frutales, sin embargo de estos últimos solo eran para consumo de las
familias adineradas, así lo expreso don José Arroyo:

"Aquí mire todo esto era una huerta de naranjos y limas [...] sí
también había granada y todos comían. [...] la plaza que era, era nomás
unos árboles, era la presidencia, 'taba de a tiro, tirada la calle, alrededor
de la plaza, había matas de lima de chichita, naranjos y no, puras frutas,
arboles alrededor frutales, pero allí no eramos dignos de comerlos [...] si
estaba una lima y uno de chico andando de callejero, pues no iban y daban
la queja de que nos comiamos sus limas, no querían que nadie se las
tocara"

137
(aprox. 1950)

Mapa 3. Localización de cultivos de hortalizas, frutas y arboles maderables en La Piedad aproximadamente


para 1950. Basado en descripciones de los informantes.

138
Mientras que en Degollado a principios de siglo XX había huertas de cítricos,
como mandarina y naranja, pertenecientes a los hacendados de Huáscato al occidente;
además de guayaba y durazno al norte de lo que hoy es la plaza principal. Se
mencionó la venta de sandía (no producida localmente) y tuna la cual en un principio
sería de recolección local, y más tarde importada desde otros estados de acuerdo con
los informantes Alfonso Valadéz y Juan González.

Fue posible registrar otras especies para consumo; tal es el caso de algunas
leguminosas como el guamuchil, frutos y tubérculos silvestres, y quelites. Sobre este
tipo de plantas hay que mencionar que por ser recolectadas (no compradas o
cultivadas) en su momento e incluso en épocas más actuales son consideradas por
algunos como el alimento de la gente pobre. Sin embargo, la recolección siempre ha
sido parte fundamental de la subsistencia de las sociedades. Los quelites nos remiten a
la época del México prehispánico en donde estos se comían comúnmente. La palabra
quelite viene del idioma Nahuatl "quilitl" y es definida simplemente como planta

Figura 21. Vista del Santuario de la Virgen de Guadalupe, desde el traspatio de una casa local.
Nótese en primer plano los nopales y el guamuchil. (Primeros años del siglo XX)

139
comestible (Peñafiel 1895:217). Plantas de este tipo son mencionadas en la obra de de
Sahagún (2009 [1569]), haciendo referencia a plantas herbáceas de pequeña estatura,
generalmente tratándose de las familias de las amarantaceas, cruciferas entre otras.

«r- -

Cultivo de cereales
Cultivo de frutas
Comunidad de Degollado
(Ap rox 1940)

Mapa 4. Cultivo de cereales y frutas en la comunidad de Degollado para 1940. De acuerdo a descripciones
de los informantes.

Don Joaquín Mares menciona que antes solía ir por las mañanas al cerro a
recoger tanto acelgas como quelites, "íbamos por los quelites allá hasta el cerro, a mí
me gustaba más que las acelgas, estaban más buenos". Una vez más al hablar del
cerro (a no ser que se refirieran explicitamente al Cerro Grande) se hacía referencia a
las tierras más allá de los cultivos de maíz del lado sur y occidente de la ciudad. Don
Joaquín Mares menciona que sus hortalizas para el consumo en su familia provenían de
un pequeño huerto en su casa, cercana al Santuario de Guadalupe, en el que
cultivaban, entre otros vegetales, chayotes y papas, y frutas como la cereza y el limón.

140
En Degollado Don Alfonso Valadéz nos menciona la recolección de salates (una
frutilla), guamúchil, cereza, zapote y vaina de mezquite.

Don Roberto Delgado me llevó a dar un recorrido por el cerro, y me mostró


algunas plantas tanto medicinales como comestibles, entre otras. Comentó que cuando
eran niños se iban caminando hasta el Cerro grande y en el camino ellos mismos
buscaban plantas que pudieran comerse cuando tenían hambre, en lo que regresaban
a casa. Entre éstas mostró los quelites que eran los que se recogían para comer
(alguna especie de amaratacea) y las verdolagas (portulacas), y otras muy particulares
como el chayote de cerro, el huevo de gato (solo una vez maduro), la chichi de burra,
la cerehuesca, la hierba mora (Solanum nigrescens) y las calabacillas silvestres
(Cucurbitaceas), a las cuales se les sacaban las semillas para tostarlas y comérselas,
como las pepitas que venden actualmente como botana.

Figura 22. Quelites (izq). Verdolagas (der).

Don Roberto Delgado habló de una flor la cual llamo xocoyol; ésta o una
variante de la especie es mencionada en el Códice De La Cruz - Badiano
correspondiendo al género Oxalis. Dicha planta da un camotito para comer;

141
personalmente yo conocía la planta como jicamilla ya que de pequeño solía escuchar
a mi hermano hablar de ella y cómo al encontrar la flor con la punta del pie se sacaba
para obtener el tubérculo comestible. Igualmente don Roberto mencionó que se
mascaban las flores del casahuate (Ipomoea murucoides) para sacarles la miel (pero
muy poco pues en grandes cantidades comenzaba a dar asco), así como el uso de la
flor de San Nicolas para dar sabor al chocolate. También tuve la oportunidad de probar
las semillas del chayotillo de cerro.

Figura 23. Huevo de gato (izq). Flor de San Nicolás (der).

Y no se puede dejar de lado a las especies que sirven como condimiento, algo
que para México en general es muy importante, dada la vasta y deliciosa tradición
culinaria. Para ello hay una gran cantidad de chiles frescos y secos, así como hierbas
de olor. Entre éstas se puede mencionar el orégano, el cilantro, el ajo, el clavo, el
comino, la pimienta, el pimentón, el hinojo, la hierbabuena y albahaca5, el epazote, la
canela, el jengibre, el laurel, la vainilla, la nuez moscada y el perejil. Si bien algunos
no eran cultivados en la región (al igual que algunos chiles como el chipotle o el

5 Estas dos últim as especies con propiedades m edicinales.

142
jalapeño), podían encontrase tanto en el mercado como los sábados de tianguis,
traídos de distintas parte de la república.

De todas las plantas aquí referidas, en el análisis de las muestras en el


laboratorio fue posible encontrar varias familias botánicas. Uno de notable prescencia
fue el maíz, cuya prescencia dio cuenta no solo de la alimentación en México, también
pudimos encontrarlo como parte de la mezcla para la preparación de adobes, en la
construcción de las viviendas. A continuación se mencionan las especies con un uso
registrado como comestible, halladas en el análisis de macrorestos, así como la
estructura de la planta que se usa con este propósito

Tabla 10. Especies con uso comestible en el análisis de macrorestos

Familia Gen/Esp Identificada Nombre común Estructura comestible


Amaranthaceae Amaranthus Hybridus Bledo, Quelite Hojas
Asteraceae Bidens pilosa Aceitilla Plántula
Tagetes lucida/Tagetes lunulata Pericón/Cempasuchil Tallos y Hojas (condimento)
Taraxacum officinale Diente de León Plántula
Chenopodiaceae Chenopodium album Quelite cenizo Entera
Cyperaceae Cyperus Esculentus Coquillo, cebollín, Raíz
Tule
Fabaceae Crotalaria pumila Zonajilla, Tronadora No especifíca
Phaseolus Frijol Semilla
Malvaceae Sida rhombifolia Quesitos, Huinare, Hojas (para Té)
escobilla
Poaceae Avena Avena Semilla
Panicum obtusum Zacate Guía Semilla
Triticum Trigo Semilla
Zea Mays Maiz Semilla
Polygonaceae Rumex obtusifolius Lengua de vaca No especifíca
Portulacaceae Portulaca oleracea Verdolaga Hojas y Tallo
Solanaceae Jaltomata Quelite cojudo, Fruto y Hojas
tomatillo
Physalis philadelphica Tomatillo, tomate Fruto
verde, tomate de
cáscara
Solanum nigrecens Hierba mora, Hojas y fruto
tomatillo

En esta tabla es posible observar que hay presencia de al menos 18 especies de


10 familias, lo que corresponde a cerca de un 20% de la muestra total. Varias de las
especies que se mencionan tienen más de un uso, entre éstos el terapéutico (punto
que se tocará más adelante).

143
Destaca la presencia de varias de las familias que se marcaron con una mayor
frecuencia en el análisis de macrorestos, como las Amaranthaceae Y Chenopodiaceae,
ambas son consideradas principalmente maleza ruderal, pero al ser comestibles
algunas de sus especies, específicamente aquellas conocidas como quelites, son
aprovechadas de esta manera. Al respecto Francisco Cervantes de Salazar (2008:36)
menciona "Unos se comen cocidos, como riponces y otros verde como berros. Debajo
de este nombre de quilites se entiende y comprende muchas maneras de hierbas".

De la casi veintena de especies identificadas, la familia Asteraceae solo se


registró la presencia de tres Bidens pilosa, Taraxacum officinale y Tagetes
(cempasúchil); las dos primeras son comestibles solo en estado de plántulas (Vibrans,
2009 y Rojas, 2009), mientras que el cempasúchil, se menciona como condimento
(Vibrans 2009), tal vez por ser una hierba de olor.

Entre la familia de las Poaceas o pastos se hallan tres cereales muy conocidos,
la avena, el trigo y el maíz. El maíz fue encontrado tanto en macrorestos en un par de
casos, sus olotes y las cañas u hojas, y en microrestos en varias muestras. La avena
solo fue encontrada en Zaragoza 3, en la muestra de la primera etapa constructiva y el
trigo en la muestra de Numarán 3.

Otra familia muy común en el registro fue Solanaceae, la familia del tomate y el
jitomate, que también se presenta con tres especies de las cuales Solanum nigrescens
fue encontrada solo en Yurécuaro (en las tres muestras), jaltomata en La Piedad en el
sitio de Banquetes 3 en las que Physalis philadelphica fue la más común pues se halló
en la mayoría de los sitios registrados.

Destacan en el análisis la familia Portulacaceae, de la cual la única especie


identificada fue Portulaca olereacea comúnmente conocida como verdolaga y que fue
abundante en las muestras. De la familia Fabaceae el único hallazgo de una semilla de
Phaseolus (frijol) en La Purísima 1 y único también el de Crotalaria en Los Melgoza 1.

Por otro lado también el análisis de microrestos, muestra resultados más


generales al indicar principalmente la familia, y complementa este estudio en casos
como los del maíz, los amarantos y chenopodios (quelites) así como unos cuantos
especímenes correspondientes a la familia de las cucurbitáceas o calabazas (Ticuitaco
3 y Los Melgoza 1). Además en las identificaciones logradas a nivel de género, está el

144
caso del Prosopis (mezquite) que no solo es utilizado por sus propiedades maderables,
si no que sus frutos también son comestibles, pues con ellos se hace harina. De la
misma manera son comestibles muchas otras especies de la familia de las fabáceas,
bastante representadas en este análisis.

Sobre el mezquite, en su obra Sahagún (2009 [1569]:317) hace referencia a


su madera y a sus frutos

"Hay unos árboles que se llaman mizquilitl o mizquicuahuitl [...] este


árbol tiene la madera muy recia. Tiene las hojas como el aueuetl, y sus
hojas y grumos son medicinales para los ojos echando el zumo de ellas en
los ojos [...] algunos de ellos llámense quetzalmizquitl porque tienen mejor
madera y mejor fruto".

145
Figura 24. Ilustración hipotética de una cocina de principios de s. XX

146
4.5 Los recursos vegetales como medicina tradicional

Parte escencial de la subsistencia del ser humano es el tratamiento de su salud.


En la prehistoria esto debió haber sido primero tal vez por casualidad y con el tiempo
logrado a partir del ensayo y el error, mediante la prueba de los diferentes recursos
con los que contaban en su entorno, lo que permitió alcanzar un conocimiento empírico
de las propiedades de los mismos recursos.

En Mesoamérica se ha enfatizado el conocimiento y aprovechamiento tradicional


de los recursos vegetales especialmente a partir de la obra de Sahagún. La tradición
etnobotánica en nuestro país ha sido transmitida de generación en generación desde la
época de nuestros antepasados prehispánicos, de los cuales se sabe que tenían sobre
los atributos biológicos y morfológicos así como el sabor, el color y el carácter
simbólico de dichos recursos, con un sistema y clasificación similar a la taxonómica
propuesta por Linneo (Caballero y Cortés 2001; Rojas y Sanders 1989).

Muchos de esos conocimientos, o por lo menos algunos de sus registros fueron


destruidos tras la conquista, con el prejuicio de los conquistadores, pero otros cuantos
fueron recuperados y registrados por los muchos historiadores y cronistas que del siglo
XVI. Así, personajes como Fray Bernardino de Sahagún en el Códice Florentino o la
Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, o la obra de Juan Badiano que
tradujo los conocimiento de Martín de la Cruz en el códice De La Cruz - Badiano,
ayudaron a conservar dichos conocimientos. Este último, fue motivo de un estudio
pictográfico, del cual nos ocuparemos más adelante (Véase Anexo 2).

Hay que mencionar la diferencia entre la medicina tradicional practicada por los
cuaranderos y la practicada en una unidad doméstica. El primero es un especialista en
dichos conocimientos, mientras que en el segundo caso solo se cuentan con los
conocimientos de los recursos locales, los que se utilizan para el beneficio de las
familias. Sin embargo en ambos casos los conocimientos fueron transmitidos de
generación en generación. En la unidad doméstica, es importante mantener la salud de
los integrantes de la familia, lo que de alguna forma mantiene las relaciones entre sus
miembros y entre otras unidades domésticas.

Esto también se ve reflejado en el uso del espacio dentro de la unidad


doméstica, en donde en algunos casos además de contar con el espacio del solar,

147
donde se cultivan especies para consumo doméstico, se cuenta con un espacio
destinado tanto para plantas medicinales como de ornato (a veces una espcie puede
tener estos dos usos). Durante la recolección de muestras para el análisis esto
pudimos observarlo en la casa de Gabriel Ayala en la localidad de los Ayala; si bien la
mayor parte de la propiedad está remodelada y reconstruida con materiales
industriales, aún conserva la distribución tradicional de una unidad doméstica en la que
fue posibel apreciar los espacios para plantas medicinales y de ornato. De la misma
manera es costumbre poner algunas de las plantas con usos medicinales colgadas en
distintos puntos de la casa para tenerlas a la mano.

Actualmente se estima que al menos un 80% de la población mundial, aun


utiliza y depende en gran medida de los remedios fabricados a partir de los recursos
vegetales, ya de forma tradicional o procesados con nuevas tecnologías. Además es
conocido en todo el planeta un número cercano a las 35000 especies las cuales
presentan propiedades terapéuticas o con potencial para dicho propósito (García de
Alba et al. 2012).

En la unidad doméstica y de acuerdo con los informantes, se contaba con una


gran cantidad de especies vegetales con este propósito; sin embargo, siempre se
repiten algunas que parecían ser las que se encontraban en todas las casas, o que
eran las más fáciles de conseguir, ya fuera comparándolas con los "yerberos" o
consiguiéndolas en el monte.

148
Figura 25. Espacio para plantas de ornato y medicinales en la casa de Gabriel en Los Ayala

Figura 26. Plantas medicinales en la pared en casa de Gabriel en Los Ayala

149
Figura 27. La costumbre de colgar las plantas medicinales en la pared se mantiene en muchas regiones, esta
es en la casa de la familia Cayetano en Huáncito, Michoacán

150
El Dr. Alberto Carrilo, cronista titular de La Piedad, comentó por ejemplo el uso
del gordolobo (Gnaphalium inornatum) que era utilizado para malestares de la
garganta; esta especie crece naturalmente en la región y efectivamente entre sus
propiedades se cuentan las referentes hacia el sistema respiratorio. Asimismo
mencionó sobre algunas otras especies que se compraban con los "yerberos" o en el
mercado, como la albahaca y la yerbabuena para el dolor estomacal (y para dar sabor
a la comida), la manzanilla para los ojos y la ruda para el dolor de cabeza y oídos.

Otro de los cronistas de esta ciudad, Mtro. Javier Ortíz, refirió sobre la tradición
herbolaría en la ciudad que para la década de 1940 vivían varias familias que se
dedicaban a la herbolaria, entre ellas la familia Castillo. Dicha familia estaba
conformada por Nicolás Castillo Hernández y su hija Ofelia Castillo Ortíz, quienes vivían
en la calle de Belisario Domínguez cerca del Santuario de la Virgen de Guadalupe. Ellos
generaban sus propios productos en una pequeña huerta dentro de su casa, además
de aprovechar algunos de los recursos locales que crecían naturalmente, y no se
limitaban con el uso de las plantas sino que incluso recetaban remedios a partir de
insectos. Dijo así el cronista "una vez la señora Ofelia me recetó que juntara
puerquitos [una especie de arthropodo] y que los apretará para sacarles un juguito y
eso servía para las alergias". Por otro lado, nos habla de otras familias que se
dedicaban a la herbolaria tal es el caso de la familia de Francisco Mercado, la de
Carmelita Martín del Campo y el padre de Socorrito Juárez.

La misma tradición herbolaria se llevó a cabo en el municipio de Degollado.


Hacia la década de 1940, había una familia de farmacéuticos, la de Eliseo Martín del
Campo y su hijo Alfonso; cosa curiosa la que nos mencionó don Alfonso Valadéz, pues
esta familia tendría parentesco con los Martín del Campo de la vecina ciudad de La
Piedad, quienes se dedicaban al mismo negocio.

Entre las especies medicinales que señaló el cronista, encontramos la higuerilla


(Ricinus comunis), las hojas de guayabo, gordolobo (Gnaphalium inornatum),
valeriana, hierbabuena, albahaca, ruda, epazote, cola de caballo (Equisetum), grama,
diente de león (taraxacum officinale), boldo, borraja, ortiga, hierba de arlomo,
estafiate, árnica, aceitilla, anís, chía, zarzaparrilla, manzanilla, hinojo, y canela; de las
mencionadas algunas eran compradas con los yerberos en el mercado, tal es el caso
de aquellas que no crecen de forma natural en la región o que se vendían de forma
empaquetada y seca.

151
De igual forma Alvaro Fernández y Roberto Delgado e incluso el cronista Javier
Ortíz mencionaron algunas de las hierbas que se utilizaban en la casa como medicina;
todos se refirieron a las mismas plantas las cuales parecen ser las primeras a las que
se acudía en caso de los malestares más comunes, como el dolor de cabeza o de
estómago. Para ello se mantenían en macetas en el jardín o entre las plantas de
ornato. Las plantas mencionadas fueron la ruda para el dolor de cabeza, la pasiflora y
la hierbabuena para el dolor de estómago.

De estas plantas que se podrían considerar como "las de emergencia", al


parecer algunas se daban de forma silvestre, tal es el caso de huinare, el cual sirve
como desinflamatorio y se tenía que salir a buscar cuando se necesitaba pues de
tenerlo en maceta "no se daba", nos dijo Álvaro Fernández.

En el registro de especies vegetales presentes en la región bajo estudio, nos


encontramos que de la totalidad de especies (poco más de 300) al menos un 30%
tiene registrado algún uso terapéutico para uno o más síntomas o enfermedades.

Como se ha anotado antes, en el laboratorio, encontramos una gran cantidad


de especies que están en el adobe de manera no intencional, de las cuales una notable
mayoría es reconocida por sus propiedades medicinales; es el caso de muchas especies
de Asteraceas y Verbenaceas, algunas de la cuales fueron encontradas durante los
análisis de macrorestos. En la siguiente tabla se presentan las especies presentes en el
análisis de macrorestos que tienen por lo menos un registro como medicinal,
especificándose algunos de sus usos como tal y su nombre común.

Tabla 11. Especies con uso medicinal en el análisis de macrorestos.

Familia Gen/Esp Nombre Común Uso medicinal


Identificada
Amaranthaceae Amaranthus Bledo, Quintonil, Dolores digestivos, Diarrea
hybridus Quelite
Gomphrena Amor Seco, Afecciones renales, e intestinales.
decumbens Gobernadora Curar Granos
Iresine difussa Corazón de Jesús, Antipirético, antibiótico
Plumilla
Asteraceae Aster moranensis Flor de María Colicos y Diarrea
Bidens pilosa Aceitilla Antidiabética, Diurético, Diarrea,
Alteraciones Nerviosas y Alergias
Dyssodia Cempasuchil sencillo, Uso no específico*
porophylum Corona de rey
Eupatorium Flor de mosquito, Antipirético. Susto.
pycnocephalum Mejorana

152
Parthenium Hierba de pájaro, Granos, Sarna, Empacho, Bilis,
hysterophorus escobilla, Hierba de la Antipiretico, Caída de pelo
hormiqa
Pinaropappus Clavelillo, Pincelillo Analqésico y Enfermedades de la
roseus piel, estreñimiento, nervios
Schkuria pinnata Escobilla, Hierba del Antipirético y Antiséptico
var. virqata venado
Senecio saliqinus Jara amarilla Colicos, Fiebre, Reumatismo
Tagetes Pericón/Cempasuchil Enfermedades intestinales y
lucida/Tagetes respiratorias
lunulata
Taraxacum Diente de León Antiinflamatorio, Diurético,
officinale Antireumático
Bromeliaceae Tillandsia Heno pequeño, Pastle, Antiabortiva, Antipirética y Diurética
recurvata Gallitos
Chenopodiaceae Chenopodium Quelite cenizo Enfermedades intestinales,
album Antipirético
Chenopodium Epazote de perro Antihelmintico
foetidum
Covolvulaceae Ipomoea purpurea Quiebraplatos Antihistamínico, Diurético,
Antiespasmódico, Ayuda en el parto.
Cyperaceae Cyperus Coquillo Carminativo, Diurético
Esculentus
Euphorbiaceae Acalypha indica Hierba del qolpe Antiinflamatorio, Analqésico,
Antipirético
Euphorbia postrata Hierba de la Lavado de heridas y llaqas,
qolondrina cataratas, lavados vaqinales,
picaduras de animales ponzoñosos,
Enfermedades intestinales
Fabaceae Crotalaria pumila Zonaiilla, Tronadora Empacho, problemas de la piel
Phaseolus Frijol Ginqivitis
Labiatae Salvia polystachia Chia de campo, Malestares estomacales, crecimiento
Ulcema del cabello, Cicatrización
Malvaceae Malva Hierba del cancer Heridas y qranos, qripa, sarampión,
coromandeliana lavados vaqinales
Sida rhombifolia Quesitos, huinare Antipirético, Problemas intestinales,
desinflamatorio,
Molluginaceae Molluqo verticillata Viuxito, Anisillo, Enfermedades diqestivas
Hierba de arena
Onagraceae Oenothera rosea Amapola de campo, Analqésico, cicatrizante
Árnica, yerba del
qolpe
Oxalidaceae Oxalis latifolia Xocoyolitle, trebol Hipo y Aqruras
Papaveraceae Arqemone Chicalote Purqante, somnífero,
mexicana antiespasmódico, etc.
Poaceae Cynodon dactylon Grama, zacate Diurético, ulceras bucales,
bermuda enfermedades diqestivas
Paspalum notatum Horqueta, remolino, Enfermedades de la piel, renales,
trencilla heridas y qolpes
Polygonaceae Rumex obtusifolius Lenqua de vaca Antipirético
Portulacaceae Portulaca Mañanitas, Diarrea, antiinflamatorio,
pilosa/Oleracea Sanquinaria/Verdolaqa analqésico/Para mordeduras de
víbora, antihelmíntico y purqante
Solanaceae Physalis Tomate de cascara, Caída del cabello, tos y anqinas,
philadelphica tomatillo males de los ojos
Solanum niqrecens Hierba mora Granos y Abscesos, Lavados
estomacales y vaqinales, heridas y
úlceras
Umbeliferae Erynqium Hierba del Sapo Tos, antipirético
beecheyanum
Verbenaceae Verbena Alfombrilla, moradilla Tos, alerqias, diarrea
bipinnatifida

153
Al comparar esta tabla con el total de las especies registradas durante el
análisis, es posible observar que de las 80 especies (mínimo) que fueron identificadas,
37 tienen usos medicinales, casi un 50% del total; de estas solo 10 no son utilizadas
con otro propósito. Mientras que la gran mayoría no solo es recomendado para una,
sino varias enfermedades.

Entre los usos que se registran para las especies encontradas en el análisis, los
más señalados son las afecciones digestivas e intestinales, así como antipiréticos y
diuréticos. Esto concuerda con el razonamiento de Caballero y Cortés (2001), de que la
amplia gama de usos para una especie, corresponde tanto al conocimiento que se
tiene de los recursos como a la cantidad de enfermedades o su frecuencia entre la
población.

Hay que recalcar que el hecho de que estas especies se encontraran en el


medio ambiente no es garantía de que fueron utilizadas de la misma manera, es decir,
la manera en que se utilizan dependía tanto de los conocimientos que se tuvieran
sobre la misma, me refiero a que en algunos lugares pudieron haber sido utilizadas
para un síntoma y en otros para otro dependiendo de quién les transmitió el
conocimiento. Por su parte parte don Roberto Delgado, Álvaro Fernández y Joaquín
Mares, mencionaron que era más frecuente que las encargadas y conocedoras de las
especies vegetales de utilidad fueran las mujeres de la casa, sobre todo en caso de las
plantas medicinales y de ornato.

Se observa que las especies más recurrentes registradas para uso terapéutico
fueron Amaranthus hibrydus, Chenompodium album, Portulaca olerácea, Phisalis
philadelphyca, Panicum obtusum, Argemone mexicana, Acalypha indica, Verbena
bipinnatifida. De las cuales A. hibrydus, C. album, y P. obtusum, las dos primeras en
ocasiones son consideradas maleza, y la tercera es más probable este ahí
intencionalmente agregada a la mezcla de adobe. Mientras, de las otras especies
solamente A. mexicana tiene registrado un uso puramente medicinal.

Por el lado contrario, encontramos que fueron encontradas únicamente un sitio


en particular. Ejemplos son la familia Umbeliferae en el sitio de Zaragoza 2, S.
nigrecens en todos los sitios de Yurécuaro, C. dactylon en Zaragoza 3, O. Rosea en
Numarén 1, C. pumila en Los Melgóza 1, M. coromandeliana en Numarán 3, I.
purpurea en La Estrella 2, T. recurvata en Los Ayala 1 y 2, el género Tagetes en

154
Degollado 2, E. pycnocephalum en Banquetes 2, D. porophylum en Banquetes 3, A.
moranensis en Degollado 2 y el genero Iresine en Los Melgóza 2.
Hay que resaltar las muchas especies que comparten los usos tanto medicinal
como de ornato, de las cuales en el análisis se encontraron Verbena bipinnatifida,
Portulaca Olerácea, Oenothera rosea, Salvia polystachia, Ipomoea purpurea,
Pinaropappus roseus y el género Tagetes. Estas especies pudieron haber sido
encontradas en la unidad doméstica en ciertos espacios normalmente cumpliendo con
su función de ornato debido a su vistosidad, pero al momento de necesitarse para
remedio, pudieron ser las primeras en estar a la mano en de la misma casa. Cabe
destacar el gran número de especies de la familia Asteraceae que se enumera en la
tabla (prácticamente la mitad de las encontradas en el análisis), ya que por su
morfología son muy vistosas y aunque no se tiene el registro de su uso como ornato
no es difícil pensar que bien pudieron usarse de tal forma.

En la región de La Piedad aún es posible encontrar familias que han dedicado su


vida a la tradición etnobotánica y quienes cuentan con negocios en donde venden
plantas medicinales, cuyo uso ha pasado de generación en generación junto con los
conocimientos de la materia. Entre estas familias está la de Pablo Cruz (provenientes
del interior de Michoacán), Marta Hernández y David Rodríguez. Ellos platican que
seguirán transmitiendo los conocimientos a sus hijos, pues es un negocio familiar. En
el caso de don Pablo, menciona que sus hijos prefirieron ir a la escuela y que fue mejor
para él pues dice que es un trabajo que no deja y quiso que sus hijos prosperaran de
otra manera. Además, en las tres familias hay consenso en que los recursos vegetales
son traídos de distintas partes de la República; David Rodríguez comentnó que ya hace
mucho tiempo que él surte su negocio del mercado de Sonora, en la Ciudad de México.

En la siguiente tabla se registra cuales son las plantas más pedidas por los
compradores y sus usos de acuerdo con cada comerciante.

Tabla 12. Especies medicinales con mayor demanda de acuerdo a los comerciantes

Nombre Común Nombre científico Usos


Pablo Cruz
Pasiflorina Passiflora foetida* Antipirético
Gordolobo Gnaphalium inorhatum Expectorante y Antiséptico
Hierbabuena Mentha spicata Malestares digestivos
Manzanilla Chamamelum nobile Analgésico y antimicrobiano
Cola de caballo Equisetum laevigatum Males renales y digestivos
Pingüica Arctostaphylos pungens Malestares renales, digestivos y
antipirético

155
Hígado de Z orrillo Chenopodium o Solanaceae* Asma
Marta Hernández
Hierba de Santa María__________Tanacetum parthenium__________ Enfermedades de la mujer
Hierba del sapo____________ Eryngium beecheyanum_________ Tos, antipirético, y diarrea
Arnica am arilla Aster moranensis/Oenethora Colicos y Diarrea/ Analgésico,
_____________________________________ rosea*______________________ cicatrizante_________
Diente de León Taraxacum officinale Antiinflamatorio, Diurético,
________________________________________________________________ Antireumático________
Cola de caballo Equisetum laevigatum Males renales y digestivos
David Rodriguez
Cuachalalate Amphitheygium adstringens Úlceras, gastritis, y afecciones en
______________________________________________________________ la piel___________
Árnica blanca Aster moranensis/Oenethora Colicos y Diarrea/ Analgésico,
_____________________________________ rosea*______________________ cicatrizante_________
______ Moringa_________________________ -___________________________ -_____________
_____ Cancerina_________________ Hippocratea excelsa___________________ Úlceras__________
_____ Palo brasil_______________ Haematoxylum brasiletto______________ Para el susto________
______ Variton__________________________-_____________________________ -_____________
________ Tila___________________ Ternstroemia pringlei______________ Nervios y reumas______
_____ Valeriana___________________ Valeriana edulis___________________ Analgésico_________

Como es posible ver en esta tabla, algunas de las principales especies vegetales
que se compran actualmente son las mismas anotadas arriba que en el pasado se
encontraban en los jardines de las casas. El cambio en el uso y aprovechamiento de los
espacios domésticos, en que muchas veces eliminan los patios o jardines, o se
sustituyen especies con usos prácticos por otras meramente de ornato en los jardines
actuales, aumentan la demanda.

Con base en lo aquí expuesto surge la siguiente incógnita, actualmente ¿cuál es


la razón de importar el recurso vegetal de los estados vecinos, si en la región es
posible encontrarlos?. En el pasado ya habían sido utilizados. Muchas de las especies
vegetales que son importadas desde la Ciudad de México o de Jalisco se encuentran
presentes y en caso de no encontrarse, hay otras especies que tienen las misma
función de acuerdo con el conocimiento etnobotánico . Esta situación da cuenta de la
pérdida de conocimientos y de tradiciones en la terapéutica regional, lo cual por
desgracia no es algo reciente.

Considero que fue en parte la pérdida del conocimiento etnobotánico, en parte


el cambio de los espacios domésticos y en parte el cambio del paisaje general en la
ciudad. Por otro lado este hecho nos conduce a las relaciones comerciales que se
generaron en la distribución de dichos recursos, en primer lugar por el
desconocimiento de los recursos locales y en segundo por ese ahorro del esfuerzo, ya
que es más sencillo abastecerse del producto a través de terceros, que ir directamente
al campo a buscar su propio producto.

156
Figura 28. Ilustración hipotética del patio de una Unidad Domestica de principios de s. XX

157
4.6 Los recursos vegetales y sus "otros" usos

Hasta aquí hemos podido apreciar tres de los usos culturales dados a los
recursos vegetales, si bien hay de otras maneras de aprovecharlos. Entre las múltiples
posibilidades que hay para estos recursos se pueden mencionar, el uso como vestido,
ya sea para la elaboración de telas o sombreros de tule, la fabricación de herramientas
y utensilios, la fabricación de los muebles para el hogar, adornos y juguetes, y no se
puede dejar atrás aquellas especies vegetales que tienen una importancia ceremonial o
con una importancia en el imaginario simbólico de la sociedad.

En el mismo sentido, el Dr. Alberto Carrillo platicó acerca de los animales que
se criaban en las casas así como de los alimentos destinados para estos. Dijo así: "en
muchas de las casas donde tenían animalitos, tenían también una troje y allí
guardaban la comida que les daban a los animales", mencionó que se les daba
cereales, entre ellos el más importante fue el garbanzo. Por otra parte el maíz se
destinaría únicamente para consumo humano. El sorgo llegó más tarde cerca de la
década de los cuarenta o cincuenta. Por su parte Juan González de Degollado
mencionó que era el garbanzo el principal alimento para los animales, pero se dejó de
usar en la porcicultura, porque este produce demasiada manteca en los animales.

Como es posible ver en algunas de las fotografías, era posible encontrar


también árboles frutales en los jardines públicos municipales; ejemplo de ello eran los
ubicados en la plaza central o en el jardín de La Purísima Concepción (en donde aún
permanecen algunos árboles de naranja agria). Estos servían tanto como ornato como
para dar sombra. La gran mayoría de estos árboles fueron reemplazados y hacia
finales de la década de 1960, era familiar ver los Ficus que aún se observan en la plaza
principal. A partir de esas fechas esta especie de árboles ya cobraban fuerza como
árbol de sombra por los gobiernos en turno, de manera que se encuentran hasta en
banquetas y vías públicas.

158
Figura 29. Vista de la plaza central de la ciudad. Nótese la presencia de árboles frutales para
ornato (Década de 1920 aprox.).

Figura 30. Vista de la plaza principal para finales de la década de 1960. Nótese la presencia de
Ficus.

159
Por su parte, entre las especies que podían encontrase en los jardines que
adornaban las casas había sobre todo las malvas, los helechos y las camelinas, y
árboles como el laurel6; aún es frecuente encontrarlas en las casas de la ciudad. En mi
propia casa siempre ha habido malvas y recuerdo los pequeños jardines de mis
abuelas ambas tenían un árbol de laurel (y aún permanecen).

Al parecer para la localidad de Degollado plantas como las camelinas eran


consideradas como de lujo, mientras que las malvas se mencionaron como "las de
siempre", tal vez por ser un pueblo pequeño. Por otro lado menos comunes pero
presentes eran los rosales, piñanones, huele de noche, nardos, granduques, geranios,
jacintos, jacarandas, begonias, hoja elegante, crisantemo, azálea, margaritas,
pensamientos, claveles, lirios, y hasta algunas especies de orquídeas. Y luego también
entre los árboles de ornato, además del laurel se mencionan las palmas, guayabos,
cítricos (lima o naranjo), nochebuenas, los eucaliptos e incluso algunas casas contaban
con hules como es el caso de la casa de Ernesto Aceves en la esquina de 16 de
septiembre y Mariano Silva y Aceves.

Un dato importante es que muchas de las plantas y flores de ornato que se


hallaban en los jardines de las casas, no eran compradas o no se recolectaban, sino
que se iban propagando de manera artificial entre las casas de la comunidad por medio
de los "hijitos" que se compartían entre familiares, amigos y vecinos. Así era como al
encontrase con una planta muy vistosa en la cuadra, la vecina interesada llegaba con
la dueña y se escuchaba la frase "regálame un codito", y así las plantas se iban
esparciendo a los jardines vecinos y por toda la ciudad.

Los recursos vegetales pueden encontrase también como parte de la tradiciones


y rituales de cada pueblo o sociedad. En el caso de la región bajo estudio tenemos por
ejemplo el caso del uso del copal, que se encuentra extendido para distintas partes de
México desde la época prehispánica. Este recurso llama la atención por la abundancia
del género Bursera (de donde se extrae este recurso) en el área de estudio. Por otro
lado este recurso, ha sido parte importante de las ceremonias religiosas, tanto en los
templos como en las casas. Al respecto el Dr. Alberto Carrillo comentó:

6 El Laurel ad em ás de ser un elem ento de ornato es utilizado com o condim ento en la cocina y
tam bién posee propiedades m edicinales.

160
"La presencia del copal era muy común. En el templo lo
utilizábamos de la misma forma que se utiliza ahora durante las
ceremonias [misas], pero antes también lo tenían en las casas y con
distintos motivos, ya fuera para aromatizar la casa, o quemaban tantito
cuando rezaban el rosario [...] nosotros no comprábamos el copal, de
forma especial, no lo encargábamos, sino que cada que ocupábamos se le
encargaba a alguien que trajera del mercado o de las tiendas que vendían
cosas para la iglesia [la más conocida en la ciudad era 'El Pollito' de
la familia Guízar], pero nada más no se de donde lo traerían"

En La Piedad existe una tradición para conmemorar la fiesta patronal de San


Francisco de Asís en el barrio de Perros Bravos, la quema de hachones. Dicha tradición
la cual se celebra cada año con un novenario de rosarios desde el 25 de Septiembre
hasta el 4 de Octubre, y consiste en quemar piras de ocote (hachones) en la puertas
de las casas del barrio, extendiéndose con el tiempo a toda la ciudad. Esta costumbre
data del tiempo de San Francisco de Asís, para que las familias convivieran y rezaran
el rosario y que tuvieran presente que Jesucristo es la luz del mundo, quemando las
piras de madera durante las celebraciones de adviento y navidad (Camarena Luviano
2001:177).

Para indagar sobre el uso del ocote para la tradición de San Francisco, visité la
colonia de Perros Bravos, en donde actualmente se vende año con año para proveer a
los ciudadanos que continúan con la tradición. Fue posible platicar con uno de los
vendedores de ocote con más años proveyendo a los clientes de este producto, el
señor Enrique Cázares Ayala, dueño de una carnicería en el mismo barrio. Él hace la
venta de ocote desde inicios de septiembre desde hace casi 50 años siguiendo con la
tradición que le fue inculcada por su padre.

"El ocote lo traen de la sierra de Uruapan y solo en contadas


ocasiones de más cerca [menciona Huáscato en el colindante estado de
Jalisco], yo conozco a la gente que se dedica a tumbar los árboles y se los
compro a ellos en maderos grandes, ya aquí me pongo yo o mis hijos y
nietos a despedazarlos así para la venta [...] Aquí vienen todos los vecinos
a comprar [aunque hay por lo menos tres tiendas donde venden ocote en
el mismo barrio] y a mis amigos los que tengo mucho tiempo de conocer
pues se los regalo [...] Desde niño yo me acuerdo que vendían el ocote
pero, no había en tiendas o casas como conmigo, sino que venían los
indios igual de la sierra de Uruapan a vender, al principio yo les compraba
el ocote, me lo traían por montones, pero ya después yo decidí, ir y ver
de donde los traían, así no tengo que tener cierta ganancia en específico,
yo le pongo el precio y puedo regalar si quiero, así sin intermediarios"

161
Sobre el mismo tema, don Arturo Ramírez, comentó que los mismos indios
venían y ponían sus puestos para vender el ocote en la calle de Jesús Romero Flores,
por donde se encuentra la escuela del mismo nombre en La Piedad.

El uso de los materiales de origen vegetal es tan vasto como las especies que
podemos encontrar, y tan diverso como la creatividad del ser humano que los
aprovecha en su beneficio. Hemos señalado usos como la fabricación de escobas a
partir de la "escoba amargosa" una planta silvestre. Algunas flores de la familia de las
compuestas, como es el caso del cempasuchitl (género Tagetes) que muchas veces se
por su intenso aroma se colocan dentro de la casa para evitar que se acerquen los
bichos. La higuerilla o ricino de la cual, a partir de sus semillas se fabrica un aceite con
una cantidad de propósitos, desde abrillantador para la madera hasta purgante. El
llamado estropajo de guía que se utiliza exactamente como eso, estropajo y que aún
hoy podemos encontrarlo en los puestos del mercado.

También hay usos que tal vez ahora podrían parecernos peculiares, pero que a
principios del siglo pasado aún eran considerados comunes. En la entrevista con don
José Arroyo en Numarán nos platicaba sobre zapatos de madera y camas de paja:

"Nos hacían la camita de zacate [...] el zacate ese era muy finito y
allí nos acostábamos y tapábamos, muy calientito el zacatito ese [...]
dormíamos como los animalitos en el suelo tapaos con eso [...] Un tiempo
las mujeres que existían, pues muchachas y mujeres usaron zapatos de
palo, mire dos tablitas una acá y otra acá y luego le ponían un cuerito
aquí [entre las tablitas] para poder doblar el pie. Esta calle era puro
empedrao, parecía que iban puras chivas con los ruidos de los zapatos"

O el uso de diversos tipos de plantas para diversión y entretenimiento de los niños, ya


nos mencionaba don Roberto Delgado, que agarraban los "timbuques" para
aventárselos entre ellos cuando eran niños, ya que se pegaban a la ropa y jugaban a
modo de guerritas. O la anécdota que nos contaba don Arturo Ramírez sobre las
"varitas".

"Me acuerdo que de chiquillo íbamos a donde está ahorita la


Homobono Melgóza, ahí donde empezaban los sembradíos de maíz, ahí
íbamos por las varitas [refirriéndose a una parte de las cañas del maíz],

162
esas las agarrábamos y con una ficha, se la aplastábamos en la punta y
hacíamos flechas y para los arcos, agarrábamos ramas de casahuate y las
puntas les amarrábamos un resorte y hacíamos competencias para ver
quién hacía el mejor arco [...] Me acuerdo que una vez llegué a casa y me
preguntó mi mamá que si dónde andaba, y le decía pues allá en el cerro
en las varitas, en ese tiempo se hacía bien lejos [el lugar que mencionaba
queda actualmente a dos cuadras de donde vivía en ese tiempo]"

En la siguiente tabla presentamos algunas de las especies vegetales


encontradas en el análisis que tienen otros usos además de los tres ya mencionados
anteriormente (construcción, comestible y medicinal).

Tabla 13. Otros usos registrados para las especies con presencia en análisis de macrorestos

Familia G en/Esp Identificada Nom bre Común Uso


Am aranthaceae Amaranthus hybridus Bledo, Quintonil, Quelite Forraje
Gomphrena decumbens Amor Seco, Gobernadora Forraje
Iresine hartmanii/Iresine Corazón de Jesús, Forraje
cssiniformis/Iresine Plumilla
diffusa
Asteraceae Bidens pilosa Aceitilla Estimulante
Galinsoga Estrellita Forraje
Jaegaria Estrellita amarilla Forraje
Pinaropappus roseus Clavelillo, Pincelillo Ornato
Schkuria pinnata var. Escobilla, Hierba del Fabricación de escobas
virgata venado
Senecio saliginus Jara amarilla Forraje, Insecticida,
Ceremonial
Simsia Acahuale Forraje
Tagetes lucida/Tagetes Pericón/Cempasuchil Insecticida, Ornato,
lunulata Ceremonial / Ornato
Taraxacum officinale Diente de León Forraje
Brom eliaceae Tillandsia recurvata Heno pequeño, Pastle, Forraje
Gallitos
Covolvulaceae Ipomoea purpurea Quiebraplatos Ornamental, Melífera
Crassulaceae Echeveria
Cyperaceae Cyperus Coquillo Fabricación de cuerdas,
Esculentus/Cyperus Forraje / Forraje
odoratus
Fimbristylis - Techumbres de casas
Euphorbiaceae Acalypha indica Hierba del golpe Fabricación de escobas
Fabaceae Mimosa aculeaticarpa Cacirpe Cerca viva
Geraniaceae Geranium Alfilerillo Forraje
Labiatae Salvia polystachia Chia de campo, Ulcema Ornato
Stachys - Ornato
Malvaceae Sida rhombifolia Quesitos, huinare Forraje, Fabricación de
escobas, Estimulante
Onagraceae Oenothera rosea Amapola de campo, Ornato, Forraje,
Árnica, yerba del golpe Ceremonial
Piperaceae Piper Cardoncillo, Santa María Ornato, Insecticida
Poaceae Bouteloa Repens Forraje
Cynodon dactylon Grama, zacate bermuda Cesped, Contención de
suelo

163
Diqitaria ciliaris Forraje
Eraqrostis mexicana Forraje
Panicum obtusum Forraje
Paspalum Horqueta, remolino, Forraje
notatum/Paspalum trencilla
crinitum/Paspalum
convexum
Zea Mays Maiz Artesanias, Cocina,
Juguetes, Ornato,
Ceremonial
Polyqonaceae Rumex obtusifolius Lengua de vaca Forraje
Portulacaceae Portulaca Mañanitas, Ornato / Forraje
pilosa/Portulaca oleracea Sanguinaria/Verdolaga
Rubiaceae Galium Amor de Hortelano, Pesticida
pegarropa
Solanaceae Physalis philadelphica Tomate de cascara, Forraje
tomatillo
Solanum nigrecens Hierba mora Forraje
Verbenaceae Verbena bipinnatifida Alfombrilla, moradilla Onamental, Ceremonial

164
CONSIDERACIONES FINALES

Como quedó dicho, la República Mexicana se conoce como una región


megadiversa en cuanto a especies biológicas y en cuanto a cultura, lo que se ve
reflejado cuando ambos aspectos se unen en la tradición etnobotánica. Como ha
podido notarse a lo largo de la investigación, los saberes tradicionales que la sociedad
ha tenido acerca de las especies botánicas es considerable, lo que es posible constatar
por la gran variedad de propósitos que se le dan a estos recursos

Estos conocimientos fueron registrados desde el siglo XVI por personajes como
Fray Bernardino de Sahagún (Sahagún 1975 [1569]) y por Martín de la Cruz (De la
Cruz 1996 [1552]) en el Códice De La Cruz - Badiano, específicamente en los
altiplanos centrales mexicanos. En el siglo XXI, estudios sobre las relaciones planta-
sociedad cobran relevancia no solo por ser tan variables como complejas y ricas a
través del territorio nacional, sino también debido a programas de conservación como
patrimonio (Caballero 2001).

Su uso a nivel doméstico, es fundamental. Si observamos a nuestro alrededor,


incluso en la actualidad podemos encontrar que utilizamos plantas para todo tipo de
propósitos.

En la investigación arqueológica, el estudio de los recursos naturales ofrece


información acerca de la relación de una sociedad con el medio ambiente que la rodea,
y el aprovechamiento que ésta da a los recursos, entre los que destaca la subsistencia.
A partir de dicho aprovechamiento podemos reconstruir una parte de la vida de la
sociedad que de otra manera sería más difícil conocer.

Así pues, esta investigación ha intentado dar cuenta del uso de recursos
vegetales en el mismo nivel de importancia, o más, que cualquier evidencia de cultura
material, de manera que esperamos que los resultados presentados sean una guía
para la disciplina arqueológica. En el mismo sentido, como este trabajo ha tenido un
apoyo fundamental en la consulta de fuentes escritas y etnográficas, se espera que
dichos resultados constituyan un registro de los saberes que la sociedad ha conservado
en estos tiempos modernos.

165
Los objetivos logrados

El objetivo principal de esta investigación fue identificar el uso de los recursos


vegetales así como los saberes asociados con éstos desde el amplio espectro que
implica el marco de la vida cotidiana, en la región de La Piedad. Esto tomando como
premisa inductiva de que el espacio doméstico es una versión a escala de lo que es
posible encontrar en una sociedad. Para lograr dicho propósito fue necesaria una
investigación a partir de tres diferentes enfoques metodológicos, los que permitieron
acceder a una visión de lo que pudo haber sido la utilización de dichos recursos en la
unidad doméstica de finales del siglo XIX.

El período de estudio elegido se ubicó entre los años 1860 y 1950. Las razones
para ubicar ese período es que marca, tanto para la región bajo estudio como para la
mayor parte de México, un periodo en el que comienza una serie de fenómenos
sociales, entre los que destaca el hecho de que el gobierno declara su función desde
una separación total de la iglesia, periodo conocido como La Reforma.

De esta manera, durante ese período es posible registrar la llegada de la


modernidad, con cambios y resignificaciones en el uso de los espacios, cambios en el
medio ambiente y en el paisaje; asimismo, cambios que tienen qué ver con el aumento
exponencial de la mancha urbana y cambios sociales en las localidades bajo estudio.
Cabe recordar que en ese lapso fue cambiando su papel de rurales o semirurales a
localidades urbanas. Más precisamente, el cierre del período de estudio (1950) incluyó
también la transición de pequeños productores de la industria porcina de traspatio a
grandes empresas porcícolas industrializadas a nivel regional.

Como se mencionó fue necesario obtener información a partir de tres diferentes


enfoques metodológicos. En primer lugar, se obtuvo información histórica a partir de
trabajos previos, sobre todo a partir de información de distintas fuentes actuales, en
parte fuera del área de estudio, para entender los usos culturales de los recursos
vegetales en general, pero siempre con los recursos locales de los que ya se tenían
conocimiento en mente.

Se llevó a cabo un registro etnográfico entre los habitantes de la región bajo


estudio; este enfoque nos permitió observar un abanico de posibilidades en cuanto a la
utilidad y el significado que las personas le dan a los recursos vegetales, ello permitió

166
identificar la relación que las personas tienen tanto con dichos recursos como con el
espacio que habitan. Por otro lado, fue posible caer en cuenta cabalmente sobre cómo
esos recursos son parte de la vida cotidiana de todos, por ello damos completamente
por hecho su existencia en la actualidad, también porque son algo más que alimento.
Las mesas en donde comemos o escribimos son parte de nuestra vida diaria y
provienen de recursos madereros; están en todas partes y los utilizamos para muchas
cosas aunque a primera vista no nos demos cuenta.

Por su parte, el análisis en laboratorio dio cuenta de la evidencia arqueológica


vegetal. Ésta fue una parte fundamental para la investigación pues los restos vegetales
son mayormente perecederos, por ello es difícil encontrarlos en un contexto
arqueológico, aun cuando nuestro período de estudio abarca apenas poco más de 150
años de distancia. Para que el material orgánico sobreviva necesita ciertas condiciones
especiales, ya sea una baja temperatura, un pH muy específico, la concentración de
ciertos químicos, o un medio anaeróbico (ausente de oxígeno).

Los restos vegetales que fueron analizados fueron obtenidos de verdaderas


capsulas del tiempo, bloques de adobe de construcciones de finales del siglo XIX, los
cuales nos permitieron observar de manera "directa" los recursos vegetales con los
que se contaban en el preciso momento que se llevo a cabo la construcción de los
adobes analizados, y con ello comparar con nuestras otras fuentes de información.

A partir de toda la información (incluidos los saberes) recabada durante la


investigación, fue posible elaborar una base de datos, planteada como un objetivo
secundario de este trabajo, que conjuntara en un mismo lugar a las plantas
culturalmente útiles desde una perspectiva histórica y contemporánea. Se pensó
inicialmente que se podría hacer uso de los registros históricos locales, sin embargo
eso no fue posible debido a que la mayor parte del archivo histórico local (de La
Piedad) se encuentra perdido; tampoco fueron muy útiles el archivo del Señor de La
Piedad ni los de Catastro. A pesar de todo, la base de datos derivada de la
investigación (Anexo 1), constituye el primer esfuerzo que se lleva a cabo en esta
región por registrar, identificar y disponer de todos los saberes y usos que tienen los
recursos vegetales aún hoy día.

Por otro lado, se planteó asimismo la posibilidad de identificar los saberes


asociados con la extracción del copal, así como el proceso, las herramientas y demás

167
instrumental relacionado con tal actividad. Lamentablemente se encontró muy poca
información acerca del tema como para cumplir para dicho propósito, así que el copal
quedó como uno de los ejemplos en donde este saber no se conservó a través del
tiempo.

En el mismo sentido, el códice De La Cruz - Badiano, presenta unas 300


especies vegetales diferentes, de ellas se tomaron poco más de 100 para el estudio
pictográfico que se llevó a cabo al mencionado Códice. Las especies fueron elegidas
pues se identificaron con especies presentes en la región bajo estudio. Así, a pesar de
que este estudio no se tenía considerado en un principio, se integró a la investigación
como una perspectiva histórica del uso de las plantas, lo que permitió establecer un
vínculo con el pasado de los saberes tradicionales identificados en la región.

Al concluir esta investigación, la información recuperada en conjunto forma


parte de la historia y del conocimiento regional del uso de los recursos vegetales, por
lo que se espera que pueda constituir un registro que sirva como un acervo del
patrimonio cultural intangible de la población de La Piedad y de los municipios y
comunidades cercanas, un tema que se aborda un poco más adelante.

Los cambios y las pervivencias

La construcción del puente que une los municipios de La Piedad y de Pénjamo


en el año de 1834 significó un gran cambio social y económico. El hecho de "superar"
al río Lerma como frontera natural facilitó las relaciones comerciales que ya existían
entre esta parte de Michoacán y el resto del Bajío. En las Actas de Cabildo de La
Piedad (Michoacán) recopiladas por Aceves (2002), correspondientes a la década de
1820, se mencionan estas relaciones, con referencia a las canoas que se utilizaban
para el transporte de diversos productos como leña, cereales y vegetales comestibles,
lo mismo que representaba un problema pues había que pagar por el transporte y la
renta de las canoas.

Por otro lado la ubicación de La Piedad, entre las fronteras de Michoacán, Jalisco
y Guanajuato, la convirtieron en un punto de confluencia, lo que aumentó la
comunicación entre las regiones de Occidente, el Bajío y el centro de México. Para
finales del siglo XIX dicha comunicación se acentuó con la llegada del ferrocarril, lo

168
cual convirtió a esta pequeña región en un punto de referencia económico. En el
mismo sentido, La Piedad y Santa Ana Pacueco se convirtieron prácticamente en una
misma ciudad.

El crecimiento de ambas localidades hizo un cambio en el paisaje; actualmente


la mancha urbana ha continuado su invasión al entorno, de por sí ya modificado, para
extenderse en todas direcciones e incluso abarcando comunidades que en épocas
pasadas parecían lejanas y ahora son parte de la misma mancha urbana.

En cuanto a la región bajo estudio, se extiende a cinco municipios: Numarán,


Degollado, Yurécuaro, Pénjamo y La Piedad. Hoy en día, en el primero, aún cuando se
trata de la cabecera municipal y que ha crecido en gran medida desde el período que
nos ocupa en la investigación, aun se concibe como un pequeño pueblo. En las afueras
se encuentran los campos de cultivo de maíz y sorgo, pero los grandes campos de
cítricos de los que hiciera referencia Don José Arroyo, han sido consumidos por la
pequeña ciudad. De la misma manera, en Degollado y Yurécuaro se conservan los
campos de cultivo en su periferia se (destaca el jitomate en el caso de Yurécuaro),
mientras que las cabeceras municipales también se encuentran en vías de crecimiento.

La cabecera municipal de Pénjamo se encuentra fuera de nuestra área de


estudio, por ello algunas de las localidades que trabajamos en la investigación se
encuentran más identificadas con La Piedad que con Pénjamo. En cuanto al paisaje, el
río Lerma es un elemento importante ya que a su paso hidrata los suelos haciéndolos
idóneos para la agricultura, lo que siempre ha sido parte importante de la región ,
como lo muestran la presencia de las grandes haciendas hasta los cultivos
industrializados de sorgo presentes hoy en día.

Y justo ha sido posible ver esos cultivos en los resultados de los análisis de
laboratorio, en donde además del maíz se encontró avena y trigo; el garbanzo que
únicamente se mencionó durante el trabajo etnográfico, al parecer era de importancia
para toda la región debido a que se utilizaba como alimento principal para los cerdos.

Hay que mencionar la importancia de las presas, mismas que han sido llevadas
a cabo con el pasar de los años dentro de la microcuenca que se forma con el paso del
río por esta región, para redireccionar el flujo del agua (tanto para cultivos como para

169
producción energética en las hidroeléctricas locales), el flujo era tal que aún hasta
principios de la década de 1970 había severas inundaciones.

La expansión del municipio de La Piedad comenzó con un pequeño


asentamiento que fue en aumento tras el hallazgo del Cristo ahora conocido como el
Señor de La Piedad; se extendió a partir de su primer templo construido que ocupó
más o menos un kilometro cuadrado de superficie desde la construcción de nuevos
templos y sus barrios asociados, todo ello a inicios del siglo XX.

Para ese momento y hasta finales de la década de 1950, La Piedad se extendió


hacia el sur en lo que hoy se conoce como el Barrio de Las Colonias, el que se extendía
hacia el occidente hasta la última vereda que se encontraba con el panteón de San
Vicente, hoy parque Morelos. Salvo por eso y unas cuantas rancherías en la periferia,
para entonces La Piedad se encontraba rodeada por cultivos de maíz y garbanzo, sobre
todo en la parte sur y por el occidente hasta poco antes de llegar a la pequeña cañada
(cerca del actual FOVISSSTE); más allá de ese lugar la naturaleza mantenía su
terreno. A finales de la década de 1960, comenzaron los preparativos para lo que sería
la construcción del Fraccionamiento Peña, un conjunto de casas que al día de hoy
podemos encontrar cerca del Barrio del Carmen. A partir de entonces la ciudad se ha
visto en un constante crecimiento, varias comunidades y rancherías han sido
absorbidas por la mancha urbana y de los grandes terrenos de cultivo ya no queda
nada, lo que aún se cultiva se va recorriendo cada vez más hacia la periferia.

Aquellos cambios en el paisaje rural o urbano que acontecen a partir de


movimientos o fenómenos sociales, son visibles sobre todo en la localidad de
Degollado. Ahí, hacia 1940 la alcaldía se encontraba en constante disputa. De acuerdo
con don Alfonso Valadez, mataron a varias personas entre las familias que se peleaban
los puestos políticos; en esos años, familias como la de Manuel Arellano invirtieron
grandes sumas de dinero para construir el centro de la ciudad, para lo cual llamaron a
maestros canteros de La Piedad. Entre ellos se encontraba el maestro Francisco
Aguayo, quien a partir de entonces fue quien estableció la tradición del trabajo de
cantera en esa localidad. Es curioso que en la actualidad dicha tradición está más
afianzada en Degollado que en La Piedad.

170
Figura 31. Mapa de la ciudad para 1901. Se muestran los cuatro cuadrantes en los que se
dividía la ciudad.

Mapa 5. Crecimiento de la ciudad de La Piedad entre 1901 y 1973

171
En el lugar en el que ahora es una hermosa plaza central en cantera rosa, en
esa época era un campo en el que destacaban arboledas de laurel, fresno y ocal. Otro
fenómeno que causó gran impacto fue la migración acentuada a principios de la
década de 1950; el mismo Don Alfonso Valadéz mencionó que muchas familias
emigraron "al norte" y con las remesas fue que muchas familias del lugar se hicieran
de dinero, compraran terrenos y el "pueblito" comenzó a crecer.

A través del tiempo es posible observar un cambio en el uso del espacio,


incluido el de la unidad doméstica. Desde la estructura propuesta por Carrasco hasta la
propuesta en esta investigación para principios del siglo XX, se observa un cambio
significativo en cuanto al aprovechamiento del espacio y las actividades a su interior.
Las descripciones de las unidades domésticas propuestas por Carrasco y Ettinger,
fueron más comúnmente observadas en las comunidades rurales.

Por otro lado mientras que en las periferias y comunidades cercanas a la


ciudad, se contaba con espacios mayores que permitían un campo para el cultivo de
distintos tipos de vegetales y cereales, en la ciudad el espacio se aprovechó para la
crianza de animales de corral.

Esa distribución del espacio en la unidad doméstica urbana guarda ciertas


similitudes con las que se encuentran en las comunidades rurales. Esto puede
observarse en la estructura en forma de "L", la presencia de un portal principal, un
patio central y un espacio (en el caso para la crianza de animales en lugar de una
milpa) en la parte de atrás. Lo que es evidente es que cada espacio guarda una
composición distintiva en cuanto al uso de los recursos vegetales.

Los tipos de estructura mencionados sobre todo en las comunidades rurales se


siguen reproduciendo de maneras similares, tal como fue posible observar en las casas
de las familias Bravo Sepúlveda y Ayala, de las comunidad de Zaragoza y Los Ayala
respectivamente. En ambas fue posible observar una similitud con la estructura
propuesta por Carrasco en la que una familia forma una unidad doméstica que consta
de las casas de los familiares alrededor de un patio central común. La diferencia
principal con las del pasado es la sustitución de los materiales de construcción. Sin
embargo, el uso de algunos materiales sigue presente, por ejemplo los troncos de
árboles cortados de los alrededores para utilizarlos como postes en cercas, o el uso de

172
los mismos árboles, o magueyes o arbustos como cercas vivas, todos ejemplos
presentes en la casa de Gabriel Ayala.

La mayor es la observada en las unidades domésticas urbanas, de las cuales


quedan muy pocas que conservan las mismas características pues la mayoría se halla
en los barrios cercanos al centro de la ciudad. Las casas urbanas han cambiado no solo
en los materiales, obviamente reemplazados por los más "modernos", también en la
estructura que cambió para aprovechar el espacio disponible para una población que
va en aumento. Esta circunstancia llevó a la transformación de los espacios que para la
sociedad actual resultaban innecesarios; obviamente los ecuaros fueron totalmente
eliminados de la ciudad por razones de salubridad, como menciona Macías (2009). En
algunas ocasiones el patio o el pequeño jardín o huerto, se conservaron solo cuando se
contaba con espacio suficiente.

En los espacios urbanos, de la misma manera que en las unidades doméstica


rurales, se puede apreciar la sustitución de materiales; la madera de las puertas de las
casas y sus marcos fueron remplazados por metales como lámina o de herrería, incluso
por aluminio en épocas más actuales. Las puertas interiores de las casas se
conservaron en madera en algunos casos, pero éstas fueron elaboradas con recursos
traídos de otras partes de México, lo que llevó a dejar de ocupar el recurso local para
tal cometido; no se diga en el caso de las vigas que en construcciones modernas ya
fueron completamente desplazadas.

Si nos remitimos a la evidencia arqueológica es posible encontrar distintos tipos


de restos vegetales dependiendo del lugar en el que se tome la muestra para el
análisis; así, se hallan especies vegetales distintas en las comunidades rurales y en las
zonas urbanas. En ambos casos, desde luego los productos vegetales se ven afectados
por las condiciones del medio ambiente. También es común encontrar otras especies
en relación con el desarrollo de ciertas actividades humanas. En el espacio urbano por
ejemplo, es posible encontrar plantas de ornato de la familia Malvaceae cuyo polen y
semillas fueron más comúnmente encontradas en ese contexto; en cambio, las
especies utilizadas como desgrasante en el adobe eran más variadas en comunidades
rurales, como el rastrojo maíz. Tanto en los espacios rurales como en los urbanos, hay
la presencia de especies que se relacionan directamente con el impacto humano en el
ambiente, como las Amarantaceas.

173
En la evidencia etnográfica es más fácil ver las diferencias en la distribución y
uso de los espacios para las especies vegetales; en las unidades domésticas
observadas, cada planta tenía un lugar específico en la casa. Para ejemplificar esto, se
hará a continuación un ejercicio en el que nos desplazaremos de manera figurativa por
una unidad doméstica.

Al llegar a la casa se abre una puerta de madera y se avanza por el umbral o


portal que recibe; al frente está un patio normalmente lleno de macetas con distintas
especies de plantas, algunas de ornato como los helechos o las malvas, algunas
medicinales, para las emergencias. Por lo menos habrá un árbol frutal, lo más común
era encontrar un cítrico o un guayabo. El ama de casa se ocupa de cuidar el pequeño
jardín, regar y deshojar las plantas, y hasta de ir a pedir un codito de una nueva y
vistosa planta para lucirla en su jardín, o buscar una que otra medicinal en el mercado
para el cuidado de la familia. En las habitaciones hay algunas flores para adornar, pero
que también sirven para espantar a los mosquitos; se ven también adornos en la pared
hechos de madera y hasta uno de los Cristos del Domingo de Ramos que aun se
conservan, hasta que se marchita y se degrada por completo.

Las especies maderables son una constante en las unidades domésticas, tanto
la rural como la urbana, ya que para este propósito se utilizan las mismas especies; la
más común en la región bajo estudio son las maderas de pino (Pinus) y mezquite
(Prosopis laevigata), la primera identificada en laboratorio y la segunda en la
etnografía. Estas maderas se utilizaron para la fabricación de utensilios, las puertas de
la casa y en las vigas que sostienen el tejado; también se mencionó la madera de
sabino para las puertas y las ventanas en la zona urbana.

En la evidencia arqueológica fue posible encontrar algunas especies de


Asteraceas como Pericón (Tagetes lucida) y una variedad de Cempasúchil (Tagetes
lunulata), el que servía para adornar y su aroma para alejar a los insectos. El chicalote
(Argemone Ochloreuca) sirve como antiespasmódico y purgante. Había también
algunas especies del género Salvia. Otras especies están en desuso o las personas
desconocen si tienen alguna utilidad medicinal, como la hierba de la golondrina
(Euphorbia postrata) que fácilmente puede encontrarse creciendo en las grietas de las
banquetas, que sirve para enfermedades intestinales. La hierba del sapo (género
Erysimum), es antipirética y el tomate verde (Physalis philadelphica) sirve como
remedio para tos, las anginas y hasta para la caída del cabello.

174
Cabe recalcar que las especies nombradas en el párrafo anterior se mencionan
en el Códice de La Cruz - Badiano (véase Anexo 2). En éste se registraron como
Copaliyac xiuhtontli y Chiyahuaxihuitl (Cempasúchil), Cochizxihuitl (Chicalote),
Xoxouhcapahtli (Salvia), Memeyaxihuitl (Hierba de la Golondrina), Hierba del sapo
(Teoyztaquilitl) y Vuitzcolohtli (tomate verde). La utilidad de muchas de las especies
presentes en dicho códice se ha perdido a través de los años entre los pobladores de la
región bajo estudio, por ello se espera que el estudio a dicho códice ayude a recuperar
esos saberes.

Las plantas decorativas pueden ser consideradas como una pervivencia cultural
pues su uso en la región es idéntico hoy en día y casi con las mismas especies. Es
común encontrar malvas, helechos, camelinas o el mencionado clavelillo en algunas de
las casas de la ciudad, sobre todo en aquellas que cuentan con el espacio para lucirlas
y el tiempo para mantenerlas. Aquellas que no, se conforman con tener flores frescas
en la mesa. Otros adornaban la casa con plantas artificiales, las cuales se pueden
encontrar en tiendas de novedades o de departamentales.

Y qué decir de las plantas medicinales, que ya es raro encontrar en las casas
sobre todo frescas, las hay casi siempre secas y se utilizan sobre todo en la
preparación de tés; se consiguen empaquetadas en los comercios de hierbas (ya sea
en el mercado o en el tianguis) en el mejor de los casos, aunque al parecer casi
siempre son adquiridas de "marca" en las tiendas de autoservicio. No sobra señalar
que eso ha llevado a un completo desuso de los recursos locales, ya que dichos
productos "de marca" son ajenos a la región. En la ciudad quedan pocos árboles
frutales, algunos son casi de adorno en los parques municipales; ya casi ninguna casa
tiene el espacio para un árbol, mucho menos sus habitantes el tiempo necesario para
darle cuidado, aunque siempre hay excepciones.

Algo que es importante discutir en este punto es que como se pudo notar
durante el trabajo etnográfico, los conocimientos sobre plantas de ornato y
medicinales, eran transmitidos y conservados sobre todo por las mujeres. En particular
con las plantas de ornato, tal vez porque siempre son ellas quienes tienen la
"sensibilidad", para apreciar su uso, o como diría mi madre, "si no fuera por uno la
casa se vería toda fea". Y lo mismo pasa con las especies medicinales, ya que con ese
"instinto maternal" son las primeras en preocuparse por los malestares de los hijos o la

175
familia en general. En la actualidad, estos conocimientos se transmiten vagamente
entre los miembros de la familia, ya por desatención o por falta de interés de los
padres y de los hijos por igual.

La flores de olor como el cempasúchil, que se utilizaban para ahuyentar a los


insectos, fueron sustituidas por el "Raidolito". Éste es un ejemplo de un saber que casi
ha desaparecido ya que nosotros los jóvenes (y lo digo por experiencia propia), nunca
tuvimos la curiosidad de preguntarles a nuestros abuelos por qué tenían esas plantitas
o flores en todos los cuartos, yo me vine a enterar durante el transcurso de esta
investigación.

De regreso a nuestro ejercicio, avanzamos a la cocina en donde llaman la


atención los muebles fabricados en madera: la mesa, la vitrina donde se guardan los
platos y los utensilios, de distintos tipos de madera pino, caoba o encino, algunas de
maderas de la región, hechos por encargo por los carpinteros locales y otros
comprados a los indios que vienen de otras partes de Michoacán a vender los muebles,
los utensilios y hasta juguetes de madera. Y por supuesto a la hora de la comida,
vemos cómo el ama de casa prepara el maíz que le acaban de traer del molino más
cercano, para preparar las tortillas en la estufa de leña. Sobre la mesa algunas de las
especias, hierbas de olor, las calabacitas y las verdolagas, se compraron en el mercado
o se recolectaron temprano en el cerro; se cocinaran igualmente para acompañar la
carne con chile de tomate. De igual manera durante la comida, son necesarios más
chiles para condimentar; el hombre de la casa sale a ese pequeño patio en donde tiene
una macetita con una mata de chile verde.

Las tortillas que obviamente aún son comidas por toda la población mexicana,
se hacen a mano por algunos negocios y puestos de comida, pero la mayor parte de la
población, no solo en la región bajo estudio sino en todo México, adquiere sus tortillas
en una tortilladora o en la tienda de autoservicio. La estufa de leña ha sido
reemplazada por la de gas... los recursos de la región han sido erradicados con la
llegada de la "modernidad".

Entre las especies comestibles que fueron encontradas entre la evidencia


arqueológica fue posible encontrar de manera común los quelites del género
Amaranthus (Bledos), Chenopodiaceae (Quelite cenizo), la verdolaga (Portulaca
Olerácea) y varias especies Solanaceas familia a la que pertenecen los tomates, entre

176
ellas Jaltomata (tomatillo), Solanum nigrecens (Hierba mora) y el ya mencionado
Physalis philadelphica (tomate verde). Esto sin mencionar los cereales comestibles la
avena, el maíz y el trigo.

Aquí cabe mencionar dos especies que son utilizadas generalmente como
maderables pero que poseen propiedades alimentarias, me refiero a mezquite
(Prosopis laevigata) y el guamúchil (Phytecellobium dulce), ambos de la familia
Fabaceeae. Los frutos de ambos son leguminosas comestibles; en el primer caso ya se
mencionó su uso comestible de importancia para los grupos chichimecas preparando
harina, bebidas y hasta tamales (Rodriguez-Loubet 2016:154-156). En el caso del
segundo, el guamúchil, aunque no se halló evidencia en laboratorio fue mencionado
por los informantes como un alimento de recolección. Antes era común encontrarlos
por la ciudad; cuando se daban los frutos se utilizaba un palo largo para golpear las
ramas y tirarlos para comerlos. Árboles como los guamúchiles o los árboles frutales
fueron sustituidos por árboles "de ornato" como los ficus que en poco tiempo se han
plantado por todas las banquetas.

La recolección es otra costumbre que se va olvidando. Las plantas comestibles


como los quelites o las verdolagas, pueden encontrarse en la verdulería o en las
tiendas de autoservicio por lo que ya no es necesario salir al monte a recolectarlas y
menos saber cuáles son. Nos enfrentamos a la comodidad de ir a la tienda y tomar lo
que se quiera o necesite. Más aún, a los niños actuales les parecería extraño que
alguien les invitara a comer frutos o flores tomadas del cerro, y solo los más
aventureros se animarían a probarlos. Vale la pena señalar que lo aquí anotado es
válido sobre todo para los sectores sociales de la clase alta y la media; las clases bajas
de las zonas rurales tienen otras dinámicas.

Sobre los muebles fabricados en madera así como los anotados para la
construcción, generalmente se utilizan maderas no locales, ni siquiera los muebles
para cocina mandados a hacer con el carpintero local de acuerdo con lo que nos
comentaba el cronista Javier Ortíz,; los muebles de uso común ya son comprados en
mueblerías que a su vez traen el producto de diferentes partes del país. Aún si
recorremos la calle principal de La Piedad por el Boulevard Lázaro Cárdenas, en el
tianguis o en el mercado municipal, podremos encontrarnos con comerciantes de
mueblecillos, utensilios y juguetes de madera del interior de Michoacán. Aunque la
gente sigue comprando, lo más común es que se adquieran por ser algo económico y

177
peculiar para tenerlo en la casa; lo mismo en el caso de los utensilios de cocina. Los
juguetes de madera se compran por nostalgia o como adornos, pues fuera de algunos
cucharones o el molinillo para el chocolate es raro ver que estos utensilios se utilicen
con el propósito para el que fueron pensados. En cuanto a los juguetes, a la mayoría
de los niños ya no les llama la atención por mucho tiempo el tener un carrito de
madera.

De las especies utilizadas para la fabricación de utensilios, en el laboratorio solo


fue posible identificar algunas relacionadas con la elaboración de escobas, tales como
la escobilla (Schkuria pinnata), la hierba del golpe (Acalypha indica) y el huinare (Sida
rhombifolia), las dos últimas también tienen propiedades medicinales.

Por último, avanzando figurativamente hacia la parte de atrás de la casa, es


posible hallar el ecuaro con los animales: los cerdos, las gallinas y en ocasiones hasta
guajolotes. A la hora de darles alimento, se buscan los granos de maíz o garbanzo en
el pequeño almacén o troje, que los niños denominan "el cuartito". Más tarde es el
sorgo para llevar y llenar los comederos de los animales, encerrados en un corral
hecho también con madera de mezquite. Y la escena no sería demasiado diferente de
una unidad doméstica rural, con la diferencia que todos los días por la mañana el
hombre de la casa inicia sus actividades en el campo, cultivando el maíz, el garbanzo o
las verduras.

Además de los cereales ya mencionados como alimento para animales, en el


laboratorio fue posible encontrar algunas especies utilizadas como forrajes, entre las
que destacan varias especies de las familias Amaranthaceae, Asteraceae y Poaceae.

Hay que mencionar también aquellos recursos vegetales que son utilizados en
las festividades y tradiciones, que solo pueden encontrase en la casa durante ciertas
épocas del año. Entre éstas podemos nombrar el Domingo de Ramos, en cuya
celebración vienen indígenas a vender los vistosos "ramos" de distintas especies
vegetales, muchos de cuales aún en la actualidad se conservan en las casas hasta
secarse. Por otro lado tenemos la tradición de los hachones del Barrio de San
Francisco, en donde se encienden piras de ocote, para convivir con la familia; si bien
se sigue celebrando, la mayor parte de los adultos jóvenes no sabe con certeza el
porqué de estas celebraciones (fuera de que son por el festejo de San Francisco) y solo
mantienen la costumbre por la convivencia entre familiares y amigos.

178
Lo que fue posible encontrar en cuanto a estos usos fue gracias a las
entrevistas con los informantes; de ellos pudimos registrar que la madera para los
hachones es traída desde la sierra de Uruapan. De la poca información que pudimos
encontrar sobre el copal, también por medio de ellos, se mencionó en dónde se
compraba o que lo traían ciertas personas a vender, pero ninguna información
específica de que se elaborara en la región bajo estudio. Como quedó dicho, éste es un
saber que se ha perdido.

Los conocimientos etnobotánicos como Patrimonio Cultural

La convención de la UNESCO (UNESCO 1972), consideró el término "patrimonio


cultural" desde el factor material; sin embargo, es posible observar en cada uno de los
parámetros de esa definición la subjetividad del "valor" al cual se encuentran sujetos
los "objetos" y a través del cual se consideran patrimonio. Por otra parte, a través de
la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial celebrada en el
2003 (UNESCO 2003), la UNESCO, con los objetivos de salvaguardar, sensibilizar y dar
la importancia (nacional o internacional) a este tipo de patrimonio, en su artículo 2 le
da reconocimiento como:

"[...] los usos, representaciones, conocimientos, y técnicas - junto


con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son
inherentes - que las comunidades, los grupos y en algunos casos los
individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural.
Este patrimonio cultural inmaterial que se transmite de generación en
generación es recreado constantemente por las comunidades y grupos en
función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia,
infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo
así a promover el respeto de la diversidad cultural y creatividad humana.
[■ ■ ■ ]"

De acuerdo con estos parámetros se consideran tanto tradiciones y expresiones


sociales, usos sociales, rituales y conocimientos, así como usos relacionados con la
naturaleza y el universo; estos tres factores conforman parte de la etnobotánica como
conocimiento tradicional, por lo cual los saberes asociados con su práctica pueden ser
considerados como patrimonio cultural inmaterial.

Para Herrejón (2007) el patrimonio cultural debe ser estudiado con una
perspectiva más holística no solo como ese "objeto", sino como una dicotomía entre el

179
objeto y la sociedad que le da sentido a su existencia; se puede distinguir esa
dicotomía también como la parte material e inmaterial de un elemento, ya que de
acuerdo con el mismo autor, cuando se habla de patrimonio cultural, se parte del
concepto de cultura. Este concepto nos remite por una parte a la producción material
que incluye los procesos de producción y sistemas de significación, de esta forma se
pueden incluir objetos e ideas, costumbres o creencias, de manera que se puede
catalogar un patrimonio tangible y otro intangible.

La Etnobotánica que ha ocupado un lugar esencial en esta investigación, trata


de la interrelación de una tradición cultural a partir de elementos que vienen de la
naturaleza, y de su apropiación mediante saberes que se crean y se regeneran a lo
largo del tiempo; en otras palabras, de elementos culturales y naturales.

En el mismo documento, la misma institución (UNESCO 1972) considera


también el patrimonio natural. La propuesta de conservación no solo debe estar
dirigida a la conservación del conocimiento como parte del patrimonio cultural sino
también hacia el recurso natural, de importancia tanto para la comunidad como para el
mundo. El razonamiento es que sin la conservación del recurso de nada sirve la de
esos saberes asociados (patrimonio intangible), pues como menciona Herrejón
(Herrejón 2007) existe una dicotomía entre el material (en este caso el recurso
vegetal) y el proceso de significado. Sin embargo, los documentos de la UNESCO se
encuentra dirigido principalmente a conjuntos de bienes naturales o geológicos y no así
a un grupo específico de especies.

Una de las razones principales por las que se protege una determinada especie
(ya sea animal o vegetal) es la de garantizar su conservación; en el caso de las
especies en peligro de extinción sin embargo, existen otros parámetros que no siempre
son tomados en cuenta.

El Instituto Internacional para el Medio Ambiente y Desarrollo (IIED), ha


realizado acciones en el ámbito político nacional e internacional para la protección de
los saberes tradicionales de los pueblos indígenas y de las comunidades en
Sudamérica. El mismo instituto desarrolló el concepto de "patrimonio biocultural
colectivo", el cual define de la siguiente manera:

180
"Conocimiento, innovaciones, prácticas y expresiones culturales
de pueblos indígenas y comunidades locales que a menudo comparten
colectivamente y están vinculados de manera inextricable a recursos y
territorios tradicionales; incluso la diversidad de genes, variedades,
ecosistemas y especies; valores culturales y espirituales; y leyes
consuetudinarias formadas dentro del contexto socio-ecológico de
comunidades".

El trabajo llevado a cabo por este instituto se fundamenta en algo parecido a lo


ya dicho: los recursos biológicos no pueden ser apartados de los saberes; están ligados
a las generaciones pasadas o presentes, a una cosmología y porque ambos se
desarrollan, evolucionan y son transmitidos y utilizados de manera siempre conjunta;
asimismo, porque una comunidad depende directamente de la biodiversidad de sus
recursos.

A este respecto, en La Piedad (Michoacán), en el caso específico de las especies


con utilidad medicinal, podemos encontrarnos con varias familias que cuentan con la
tradición etnobotánica y que se han hecho de negocios (algunos grandes y reconocidos
y otros más pequeños) , sobre todo en el centro de la ciudad. A continuación presento
el caso de tres de estas familias.

1) La familia de Pablo Cruz. El caso de Don Pablo es muy peculiar. Los


conocimientos sobre plantas medicinales fueron adquiridos a través de personas fuera
de su círculo familiar y de acuerdo con él, decidió no seguir transmitiendo el
conocimiento que había adquirido, porque para él no vale la pena que sus hijos y
nietos "se maten" haciendo un trabajo que no considera de importancia y no es muy
remunerado. Argumenta además que "los niños no tienen tiempo y es mejor que
vayan a la escuela". Por otro lado acerca de los remedios preparados con las plantas,
señala que son más eficaces que los recetados por los doctores; para él "las plantas y
un poco de ayuda del Señor" es lo que ayuda con las enfermedades.

2) La Familia de Marta Hernández. La familia de Marta no pertenece a esta región;


en cuanto a los saberes etnobotánicos mencionó que solo sabe que ha venido de
generación en generación dentro de su familia y que ella aún lo transmite a sus hijos
con la esperanza de que se siga haciendo con las generaciones futuras.

3) La familia de David Rodríguez. La familia de don David, es conocida en La


Piedad como uno de los negocios más antiguos de plantas medicinales que aún se

181
conservan en del mercado de la ciudad. Don David mencionó que su bisabuela vendía
plantas medicinales en un puesto ambulante, sin embargo no sabe si fue ella quién
comenzó la tradición en su familia. La transmisión del conocimiento la ha llevado a
cabo con sus hijos, quienes se encontraban junto a él en la tienda. El mayor, Luis
David Rodríguez dijo que actualmente se encuentra estudiando homeopatía, la que
piensa combinar con los conocimientos etnobotánicos para un mayor eficacia.

En los tres casos, las plantas más requeridas son las utilizadas para afecciones
como: mal de los nervios, inflamación, gastritis, dolor de cabeza y malestares
relacionados con la gripa. Las plantas más solicitadas (registradas en las tres familias)
son: pasiflorina (Passiflora foetida var. Gossypiifolia), gordolobo (Gnaphalium
inornatum), cola de caballo (Equisetum), azhares, pingüica, cuachalalate
(Amphipterygium adstringens), y árnica (Oenothera rosea), entre otras. Llama la
atención que las tres familias dijeron que las plantas son traídas de otros lugares fuera
de esta región (cerca de Guadalajara, Jalisco o del Estado de México), aunque la
mayoría de éstas pueden encontrarse en esta región, e incluso a las afueras de la
ciudad.

Para Herrejón (1994:135-136) la tradición está constituida por 5 elementos: 1)


el sujeto que transmite o entrega un conocimiento o actividad, 2) la acción de
transmitir, 3) el contenido de la transmisión, en este caso los saberes asociados con el
uso de los recursos vegetales, 4) e sujeto que recibe la información y 5) la acción de
recibir. Para este autor una tradición debe tener una correspondencia, el simple hecho
de comunicar la información de un individuo a otro no es suficiente sino que está
información debe ser transmitida recurrentemente y asimilada por los receptores,
quienes la modificarán ya sea enriqueciéndola o reduciéndola de acuerdo con sus
condiciones históricas.

Los conocimientos etnobotánicos se enfrentan a un proceso de cambio social en


el que cada generación es formada con valores y saberes de la generación anterior,
pero con el desarrollo tan adelantado de la tecnología en tiempos modernos, las
diferencias en la educación y la falta de interés funcionan como inhibidores de la
transmisión no solo de la tradición etnobotánica sino de cualquier otra tradición. Tal
vez en ocasiones se transmite la tradición pero esta no es asimilada del todo o no se
transmite siquiera, particularmente en ciertos contextos sociales. En el mejor de los
casos pasa de la misma forma que la tradición de herbolaria en La Piedad (Michoacán)

182
en donde en algún momento participaron varias familias, las cuales por una razón u
otra dejaron el negocio, mientras que surgieron otras que continúan y que siguen en el
negocio por la necesidad económica.

Actualmente, la perdida de los saberes relacionados con el uso de recursos


vegetales es evidente, no solo en la región bajo estudio, sino en todo México. La
"generación Z" se encuentra enajenada con la tecnología, mientras que nuestra
generación milenial, no tuvo la curiosidad por preguntar a los mayores sobre este tipo
de conocimientos; al mismo tiempo, nuestros padres y abuelos no transmitieron la
mayoría de esos saberes por no creerlo necesario en un mundo cada vez más diferente
de lo que fue cuando ellos fueron jóvenes. Lo poco que conocemos en mi generación
fue transmitido a través de anécdotas y no como algo que deberíamos saber.

De esta manera, a partir de la presente investigación se espera que los


resultados queden como un registro que ayude a conservar los saberes etnobotánicos
de la región; así, este trabajo sirve como un registro de dichos conocimientos listos
para ser comunicados a las nuevas generaciones. Espero que los receptores asimilen y
enriquezcan esta pequeña parte de una tradición milenaria, antes de que se pierda por
completo.

La Piedad, Michoacán, a 28 de Febrero de 2017.

183
ANEXO 1

USOS CULTURALES DE LAS ESPECIES REGISTRADAS PARA LA REGIÓN

184
ANEXO 2

ESTUDIO PICTOGRÁFICO DEL CÓDICE DE LA CRUZ - BADIANO. UNA MIRADA


A LAS FUENTES HISTÓRICAS

Históricamente se reconoce a la tradición etnobotánica mesoamericana por su


gran conocimiento sobre la clasificación, utilización y manejo de este tipo de recursos
(vegetales), por parte de nuestros antepasados prehispánicos. Se sabe que estos,
contaban con un sistema de nomenclatura y clasificación que cuenta con gran similitud
a la clasificación taxonómica propuesta por Linneo, basada en la percepción que estos
(los indígenas) tenían sobre los atributos (biológicos y morfológicos) (Caballero y
Cortés 2001).

Es de mencionar las primeras representaciones (o por lo menos las más


antiguas) de plantas en restos arqueológicos en México, vienen de murales los
llamados murales de Tepantitla, mismos que datan de principios del período clásico, de
la fase Teotihuacán III, aproximadamente del año 300, mismos (los murales) que
representan el Tlalocan (paraíso terrenal) (Lozoya 1990:25).

Otro caso importante es el de las relaciones geográficas, las cuales fueron


llevadas a cabo como un tipo de censo, por encargo del rey Felipe II, en el cual se
recolectaban de manera sistemática los datos colectados a través de un cuestionario
conformado de 50 preguntas, acerca de la información geográfica, histórica,
económica, social, así como los recursos naturales y datos relevantes de la región
censada.

Por último, damos el ejemplo de los cronistas los cuales se encargaron de la


recopilación de datos, a manera de lo que hoy se conoce como etnografía, de estos
cronistas, y para el caso de las especies botánicas que es el que nos compete, destaca
Fray Bernardino de Sahagún, y su colección de conocimientos que recabo dentro del
manuscrito de "La historia general de las cosas de la Nueva España" (1975 [1569]),
dentro del cual, podemos mencionar el libro 11, en el que hace la descripción de las
especies vegetales y sus usos entre los indígenas de las nuevas tierras.

185
Análisis Pictográfico: El Códice De La Cruz-Badiano

Para este apartado procedo a hacer el análisis de identificación botánica a partir


de las figuras e información que me proporciona el "Libellus de Medicinalibus Indorum
Herbis"; el análisis se hace a través del crucé de fuentes con el trabajo de Sahagún en
"La historia general de las cosas de la nueva españa" (en algunos casos), así como
información obtenida sobre los nombres (comunes en español y nahuatl), usos y
procedencias y otros rasgos y características botánicas, de conocimiento previo; por
otro lado se discuten o comparan sobre las investigaciones previas llevadas a cabo por
Emmart (1940), Reko (1947) y los anteriores estudios de Miranda y Valdés (1964) en
sus edición con comentarios del manuscrito Badiano del mismo año y Valdés et al
(1992).

Se presentan la imagen de cada especie botánica tal como aparece en el


Badiano, para lo cual se eligieron algo más de 100 especies representativas, las cuales
tienen presencia o pueden ser de importancia para la región bajo estudio, con su
correspondiente discusión y en algunas ocasiones se contrasta con su contraparte real
a través del uso de fotografías actuales.

186
Tlavaoaloni

Las características botánicas que pueden


observarse a simple vista en la imagen del manuscrito,
es que se trata de una planta herbácea, con tallo rojizo
a verde, hojas palmeadas con venación palmeada, en
el mismo se observa lo que puede ser una floración o
frutos en forma de espiga. En el mismo manuscrito se
lee que su uso es para los forúnculos (inflamación de la
piel o del folículo piloso). La misma Reko (1947) la
identifica como Cyssus sicyoides L.; mientras que esta
identficación se mantiene de forma oficial en la
identificación hecha por Bye y Linares (2013).
Por otro lado el tallo verde-rojizo me hace
pensar de inmediato en una característica propia de la familia Euphorbiaceae, sobre
todo con la especie Ricinus comunis, al igual que las hojas y los frutos rojizos en
forma de racimo, sin embargo esta (Ricinus comunis) no concuerda en cuanto al
nombre nahuatl. En cuanto al uso ambas especies tanto Ricinus comunis como Cissus
sicvoides, coinciden (uso para sanación del cuero cabelludo); de la misma forma
ambas especies coinciden en una amplia distribución en la región centro de México.

Figura 33 Ricinus comunis (izq) Cyssus sicyoides (der).

187
Tezonpahtli

En cuanto a las características botánicas


observables en el grabado, vemos una planta herbácea
de hojas paripinadas, sin floración o fruto, y lo que
parece ser la presencia de un tuberculo. El uso que
registra es para el tratamiento de la sarna. En su estudio
Miranda y Valdés (1996) lo identifican como Asclepias
Linaria Cav.
En mi opinión, en apariencia es muy parecido al
genero Asclepias, sin embargo el grabado solo muestra
las hojas (sin la presencia de la floración o el fruto es
muy dificil la correcta identificación). Asclepias Linaria
concuerda en distribución (amplia distribución en todo
México); sin embargo en cuanto a los usos que tengo
registrados para la especie ninguno concuerda con el del
manuscrito.

Xiuhamolli

Se observan como caracerísticas, planta


herbácea, hojas enteras y elíptico- ovadas,
asñicomo una floración blanca y campanulada. Se
menciona en el manuscrito su uso para la caída
del cabello. Emmart (1940) identifica esta como
Ipomoea murucoides Roem., mientras que Reko
la identifica solamente como miembro del mismo
género (Ipomoea).
Efectivamente debe (sobre todo por las
floraciones) de tratarse de una especie del
género antes citado, en cuanto a lo dicho por
Figura 35. Xiuhamolli (9r) Emmart (1940), la única incongroencia sería que
el grabado muestra una planta herbácea,
mientras que Ipomoea murucoides se trata de una arborescente. Por otro lado tanto la
distribución como el uso concuerdan con la especie.

188
Figura 36. I p o m o e a m u r u c o id e s (izq); detalle de la floración (der.)

Xihuitl Tonalco Mochiua huahuachcho

Se observa una planta herbácea, con hojas


enteras elípticas, y la presencia de flraciones
blancas-rosadas. El uso se menciona para fracturas
de la cabeza. Reko (1947) la identifica como
miembro del género Miriabilis. La identificación
oficial por Bye y Linares (2013), permanece sin
cambios.
Cabe mencionar que, aunque tampoco se
puede descartar que se trate de un miembro del
Figura 37. Xihuitl Tonalco Mochiua género Miriabilis, las flores de la figura no
huahuachcho (9v)
concuerdan con las descritas para dicho género. De
entre este género la especie más probable sería Miriabilis jalapa, la cual concuerda
tanto en distribución como en el uso descrito en el códice (esta especie se registra
como tratamiento para la inflamación). Por otra parte en la obra de Sahagún (1975
[1569]) se menciona una hierba llamada Tonalxihuitl (hierba del sol o del calor solar),
la cual han identificado como Stevia salicifolia, misma que se refiere su uso para el
dolor en general.

189
Figura 38. M iria b ilis jalapa (izq) Stevia salicifolia (der).

Matlalxochitl

Se observa una planta de características


herbáceas, de hojas lanceoladas opuestas y conadas
y de una floración trifoliar de color azul. Se refiere a
ella en su uso para el calor (fiebre).
Todos los autores concuerdan en su
identificación como Commelina pallida (que en
nahuatl se conoce como matlali), lo cual me parece
bastante acertado, aunque en comparación existen
otras dos especies del mismo género lo cuales
podrían considerarse (Commelina standleyi y
Commelina erecta), todas coincidiendo tanto en las
características morfológicas, como en distribución.
Por otro lado ninguna especie de este género,
concuerda en cuanto al uso como antifebril.

190
Azcapan yxhua tlahzolpahtli

Se observa una herbácea, de tallo leñoso, hojas


palmeadas, pecioladas y floración campanulada de colo
blanco. En cuanto a su uso, en el códice menciona para la
perdida o interrupción del sueño, lo que sugiere
propiedades narcóticas.
Emmart (1940) sugiere Datura arbórea, mientras
que Reko opta por Datura stramonium. Me parecen
acertados en cuanto al género Datura, basandose en la
información del uso y distribución lo más probable es que
sea Datura stramonium como lo indica Reko (1947),
aunque por otro lado esa especie generalmente se le
conoce como Toloache el cual es mencionado más tarde
en el mismo códice con el nombre de tolohuaxihuitl, lo
Figura 40. Azcapan yxhua que podría sugerir talvez una variedad del mismo.
tlahzolpahtli (13v)

Huihuitzyocochizxihuitl

Se observa una planta herbácea, con el tallo


cubierto por espinas, hojas ovadas enteras y
pecioladas, flores blancas y frutos en forma de vaina,
lo que directamente sugiere un miembro de la familia
leguminosae. Se menciona para la perdida o
interrupción del sueño (narcótico).
Todos los autores la interpretan como
miembro del género Mimosa, lo cual parece muy
probable debido a sus características (aún con la
simplicidad del trazado). Reko (1947) la manciona
como Mimosa albida Humb.; otra posible opción
basándose en la distribución (amplia dentro de toda
la república mexicana) y el color de su floración sería
Mimosa acualeticarpa. En cuanto a su uso específico no cuento con información, sin
embargo muchas otras especies del género Mimosa (Mimosa púdica y Mimosa albida
entre ellas) son utilizadas como somníferos.

191
Ezpahtli
Se muestra una herbácea, con hojas lanceolado-
elípticas, opuestas; las flores de color rojizo y un tallo de
color rojizo lo que sugiere una Euphorbiacea. Se menciona
su uso dentro del códice para el tratamiento de esputo
sanguino-purulento proveniente de la boca.
De acuerdo con Reko (1947) se trata de una especie
del género Bouvardia. De ser el caso lo más probable sería
la especie Bouvardia terniflora, de acuerdo a las
características mostradas en la ilustración así como los usos
que se le atribuyen a esta última, ya que originalmente la
refieren para el mismo uso (esputo sanguinolento). Hay que
mencionar que podría tratarse tambiñen de una especie del
género Jatropha, siendo la especie más probable J. dioica, la
cual muestra hojas y flores con la misma forma (o similar),
Figura 42. Ezpahtli
(20r) así como tallo rojizo. Además de que esta última especie es
generalmente referida para la curación de úlceras y aftas
bucales, lo cual podría responder al uso mencionado en el presente códice.

Figura 43. Jatropha dioica (izq) Bouvardia te rn iflo ra (der)

192
Vuitzcolohtli

Se observa en la figura una planta herbácea, de tallo


espinoso, con hojas dentadas y floración de color rojo. De
acuerdo al manuscrito su uso se prescribe para el tratamiento
de esputo sanguino-purulento proveniente de la boca.
De esta, Reko (1947) la interpretó como una especie
del género Solanum. Por otro lado me parece que las
características mostradas por el grabado concordarían más
para la especie Physalis philadelphica, con excepción del color
de las flores (en P. philadelphica son amarillas), pero el
grabado muestra una característica distintiva de las flores de
Figura 44. Vuitcolohtli
(20r) dicha especie, la cual es la pequeña mancha en los petalos.
Esta especie es de amplia distribución en México y en cuanto a
su uso esta registrado por Argueta (1994) para alivio de las anginas, lo que podría
hacer referencia al uso que aparece en el Badiano.

Figura 45. Detalle de la flor de P. p h ila d elp h ica , p u e d e a p recia rse ta n to la d eco ra ción en s u s p e ta lo s com o el
b ord e d en ta d o de s u s fo lio s

193
Papaloauilitl

Se observa una planta herbácea, con hojas


obocordadas; flores terminales en grupos de tres, las
misma de un color blanco. Dentro del manuscrito se
menciona la misma para curar el hipo.
Reko (1947) la identifica como Porophylum
coloratum dc. El cuanto a la identificación con este
gñenero me parece acertado, sin embargo cabe la
posibilidad de que se trate de Porophylum punctatum, la
principal diferencia sería el color de las flores, las que en
P. coloratum son de color morado o violaceo, mientras
que en P. punctatum son blanquecinas. Por otro lado los
usos medicinales atribuidos a estas no concuerda con el
decrito en el Badiano, y en cuanto a su distribución el
género es común desde el centro de México hasta
Sudamérica. En la obra de Sahagún (1975 [1569]), este
menciona la hierba de la mariposa, como comestible y la
Figura 46. Papaloquilitl (20v)
identifica con P. seemanii.

Figura 47. Porophyllum punctatum

194
Tlalaueuetl

En la figura se muestra una planta herbácea,


de tallo rojizo a marrón, con hojas de borde entero,
ovadas y claramente opuestas; así como floración en
forma de espiga (vellosa) de un color rosa a rojo. A la
misma se le atribuyen propiedades para la curación
de la inflamación de la piel, y el folículo piloso, así
como abscesos.
Emmart (1940) la reconoce como una especie
del género Acalypha, siendo este para Valdés et al
(1992), lo cual es lo más probable. Las especies del
género Acalypha, pertenecen a la familia
Euphorbiaceae, ya que las características
morfológicas y su uso en general concuerdan con
dicha familia (cuidado de la piel en general y
antiinflamatorio).
Para la región bajo estudio se tienen
registradas dos especies de este genero A. hypogaea
y A. indica; ambas corresponden en uso y
distribución en México (occidente, bajío y centro); sin embargo no es posible asegurar
una especie en particular. A.mexicana es otra posibilidad, pero esta última no esta
registrada para la región.

195
Figura 49. Acalypha indica

Quauhtiaxoxocoyolin

Se observa una planta herbácea;


tallo rojizo, las hojas pueden considerarse
como hastadas o palmadas y aserradas;
floración de color rosa a rojo, mientras que
la raíz muestra con formación de
tuberculos. Sus usos se especifican para
caspa y alopecia.
Miranda y Valdés (1996) lo
identifican con el género Oxalis; sin
embargo de forma oficial Linares y Bye
(2013) lo identifican como Begonia gracilis.
Ambos géneros, Oxalis y Begonia en
Figura 50.Quauhtiaxoxocoyolin (8r) náhuatl llevan por nombre las termnaciones
xocoyol (agrio). Por otro lado en el folio
12v. del manuscrito se muestra una especie de similares características pero con un
nombre diferente (Ouaxocoyolin), mientras que el folio 19v. muestra una especie del

196
mismo nombre (Quauhtlaxoxocoyolin), con características completamente distintas. La
especie identificada oficialmente no tiene representaciones en la región bajo estudio.

Figura 51. Oxalis latifolia

Tetzmitl

Las características observables corresponden a una


herbácea; hojas de apariencia de suculentas, espatuladas;
con inflorescencias parecidas a racimos. Su uso se
encuentra especificado "para ojos hinchados".
Sahagun (2009:338) menciona el Tetzmitic para la
curación de la irritación de los ojos (usando el latex de la
planta), uso parecido mencionado en el Badiano, y que se
ha identificado como Sedum dendroideum.
"Hay otra hierba medicinal que se llama tetzmitic.
Es semejante a la mata que se le llama Tetzmetl. También
se le llama Cuauholli. Tiene hojas muy verdes y correosas
y redondillas. También mana leche [...] esta leche echada

Figura 52. Tetzmitl (13r)

197
en los ojos templa el calor y quita la bermejura [...] y purifícalos.".
Emmart (1940) lo identifican como S. dendroideum, con lo que Reko (1947)
concuerda y agrega que con ese nombre se le conoce a los generas Sedum y Portulaca
(ambos géneros de suculentas). Por mi parte me parece una identificación acertada,
aunque esta especie en particular no se encuentra presente en la región bajo estudio,
si se cuenta con la presencia del genero.

Cochizxihuitl

Se muestra la figura de una planta herbácea de


hojas elípticas, aserradas y sentadas; igualmente se
aprecian floraciones rosadas en forma de racimo o tirso.
Su uso se menciona para la perdida o interrupción de
sueño.
Sahagún (2009 [1569]) menciona las plantas
Tlacoxihuitl o Cocoxihuitl las cuales son identificadas
como la especie Bocconia arbórea dela familia
Papaveraceae. De acuerdo con Valdes et al. (1992) con
este nombre se conocen especies del género mimosa al
cual no corresponde el grabado. Reko (1947) la
identifica como Bocconia integrifolia, solo en base a su
aspecto.
Dentro de la región bajo estudio, aunque no se
puede saegurar la especie en particular, existe una
planta de la misma familia (Papaveraceae), Argemone
ochloreuca la cual corresponde en parte a la morfología
mostrada en el grabado y también en cuanto a su uso,
por lo que puede ser otra opción a tomar en cuenta.

198
Figura 54. Argemone ochloreuca

Tlaauilin

La figura muestra una planta herbácea, con hojas


ovadas opuestas, sentadas; las flores muestran una
morfología campanulada, de color que va de blanco a
rosado y una raíz que parece tuberculada. Se le atribuye el
uso para el prurito proveniente de las orejas.
Miranda y Valdés (1996) la consideran como
Miriabilis jalapa y mencionan que otros autores la
consideran de esa especie. Por mi parte parece no tratarse
de este género; las características morfológicas,
específicamente la flor campanulada así como la raíz
(tuberculada), podrían indicar una Ipomoea. Rojas (2014)
refiere el Tlaquilin como ipomoea stans, aunque el uso que
registra es para epilepsia, nervios y hepatitis.

Figura 55. Tlaquilin (14v)

199
Yztacpahtli

Se muestra una planta herbácea a


arbustiva (aunque es difícil decirlo); las hojas
pueden verse aserradas y otras paripinadas; las
inflorescencias redondeadas y de color blanco y
frutos en vaina, los cuales son típicos de las
fabáceas. El uso registrado en el códice es para el
tratamiento del dolor de cabeza.
Sahagun (2009 [1569]:202) nombra un
"iztacpatli" pero no concuerda con su uso. De
acuerdo con Valdés et al. (1992) se trata del
genero Mimosa y Rojas (2014) la clasifica como
Mimosa púdica. Claramente se trata de un
miembro de la familia Fabaceae, por su apariencia
y características podría tratarse de una especie
Figura56.Yztacpahtli(I6r) del gener0 Desmanthus o Lysiloma. Aunque

concuerdan en distribución, no lo hacen en cuanto a los usos pero debería considerarse


la posibilidad.

Figura 57. Mimosa púdica

200
Figura 58. Lysiloma acapulcencis

Tolpatlactli

Se aprecian hojas largas y carnosas en forma


de pencas. Sin embargo por lo que se puede observar
podría ser incluso un pasto idealizado, por lo que es
difícil dar una morfología correcta. La figura recuerda
a algunas especies de Agavaceas del género Aloe,
como Aloe vera y A. striatula. El uso que indica el
documento es para el calor de garganta (podría
tratarse de inflamación de garganta o tal vez agrura o
reflujo).
Las especies del genero Aloe encajarían en
cuanto al uso. Por otro lado Sahagún (2009
[1569]:361) menciona, "A las espadañas llaman
Figura 59. Tolpatlactli (18r) tolpatlactli. Son ni más ni menos que las de España".

201
Las cuales pueden referir a especies de Typha augustifolia o Typha latifolia. Aunque no
se cuenta con el registro de dichas especies para la región.

Figura 60. Typha latifolia

202
Teovztaauilitl

En la figura se observa una herbácea de


tamaño reducido con flores de color rojo-rosado. La
representación se hace con las plantas creciendo
sobre una roca. Los usos atribuidos son el mitigar
el dolor de gargantas.
Valdés et al (1992) hace notar que la figura
aparece con el mismo nombre en el folio 30r. Del
mismo documento, en el que se menciona el uso
como antídoto contra el veneno (sin especificar).
Aunque es muy complicada la identificación
Figura 61. Teoyztaquilit (19r) a partir simplemente de la ilustración, esta
recuerda a dos especies Bidens odorata
(Arteraceae) la cual concuerda en el uso, pues tiene propiedades desinflamatorias. Una
segunda posibilidad es la especie Erysimum capitatum (Cruciferae), la cual
morfológicamente es muy similar al grabado concordando en distribución, sin embargo
no se encuentran con registros de usos para esta especie.

Figura 62. Bidens odorata (izq) Erysium capitatum (der)

203
Quauhtla xoxocovolin

La imagen muestra una planta herbácea, con


hojas de cuatro folios; flores campanuladas de color
rosado a rojo y una raíz con forma de bulbo. Los
usos que se le atribuyen son para "desechar la saliva
y mitigar la sed excesiva". Como se mencionó
anteriormente el nombre que se le da a la planta es
el mismo que aparece para la figura del folio 8r. del
documento sin embargo, muestra figuras con
características completamente distintas por lo que se
trata de especies diferentes.
La única mención que hace Sahagún (2009
[1569]:327) la menciona como comestible. De
acuerdo con las identificaciones de varios autores se
trata del genero Oxalis, lo cual me parece muy
acertado. Miranda y Valdés (1996) sugieren Oxalis
tetraphylla, misma que se encuentra mencionada
como la clasificación oficial por Linares y Bye (2013),

mientras que Valdés et al (1992), sugieren Oxalis


(19v)
hernandesii. Por mi parte me parece una posibilidad
a considerar, Oxalis latifolia, la cual concuerda en distribución y es conocida como
Xocoyolitle y se registra el uso para hipo y agruras.

204
Tlatlanauave

Se muestra una figura con


características de herbácea, hojas
elípticas, enteras, opuestas y sentadas.
Con inflorescencias en forma de espiga
de color rosa. El uso atribuido es el de
eliminar el mal aliento.
Sahagún (2009 [1569]:347) hace
mención a la misma como Tlatlancuaye y
menciona varios usos para la misma:
"Hacen semilla blanca semejante a
los bledos [...] contra el flujo en el vientre
y contra el vómito [...] bebiéndola en
agua cocida con ella [...] deshecha el

Figura 64. Tlatlannquaye (21v) humor dañoso y purifica lo anterior.".


A los bledos se les identifica con la
familia Amaranthaceae (Amarantos). De esta familia hay varias especies que podrían
corresponder a la figura. La identificación oficial por Linares y Bye (2013) permanece
como Iresine calea especie que se conoce con este nombre (tlatlancuaye) en el estado
de Morelos.

205
Figura 65. Iresine Calea

Tolouaxihuitl

Se muestra una herbácea de hojas ovado-


dentadas, alternas y flores blancas de forma
campanulada. Los usos atribuidos son para "estruma y
escrófula" (bocio y una infección linfática asociada a la
tuberculosos respectivamente).
Coincidiendo con otros grabados del mismo
manuscrito se trata de una especie de la familia de la s
Solanaceas. El genero datura, el cual es identificado con
el nombre de Toloaches con lo cual concuerdan los
autores consultados (Reko 1947; Emmart 1940;
Miranda y Valdés 1996; Valdés et al. 1992). Esta familia
es muy común, sin embargo los registros que se tienen
no concuerdan en cuanto al uso descrito en el

manuscrito. En cuanto a la especie generalmente el


Toloache es considerado como Datura stramonium
mismo que se conoce como toloaxihuitl en el estado de Morelos de acuerdo al Atlas de
medicina tradicional mexicana; sin embargo Reko (1947) sugiere Datura meteloides
como alternativa.

206
Figura 67. Datura stramonium

Tonatiuh Yxiuh Ahhuachcho

m» En la figura se observa una planta


herbácea, se aprecian floraciones de color rosa-
rojizo y frutos en forma similar a espigas. En
cuanto a las hojas se encuentran en formas
pequeñas y ovaladas y otras de mayor tamaño
ovado-agudas lo cual hace un poco confusa
la morfología en el grabado. Los usos
atribuidos son para vejiga y tumorcillos.
Reko (1947) la interpreta como un
integrante de la familia Malvaceae. Por un
lado de pertenecer a esta familia, podría
tratarse de los géneros Sida o Wissandula,
sin embargo en cuanto a la morfología
ambos géneros no dan floraciones del color
Figura 68. Tonatiuh Yxiuh ahhuachcho
que se encuentra representado en el
grabado. Por otro lado en el folio 30r. se
hace referencia a Tonatiuh yxiuh pepetlaca
pero la figura tiene una morfología

207
Figura 69. Sida rhombifolia
completamente distinta; aunque no debería dejar de lado la comparación entre los
géneros que se le atribuyen a este último (Oxalis y Marsilea).

Quetzalxoxoucapahtli

La figura muestra una hierba de hojas enteras


y elípticas, alternadas; inflorescencias amarillentas
en forma de racimos. Y se le atribuye "para el
tratamiento de la vejiga y tumorcillos".
Reko (1947) hace comparación con Rivea
corimbosa. Mientras que Valdés et al (1992), con la
familia Polygalaceae (no presente en el área de
estudio). Sahagún (2009 [1569]:345) la refiere
como: "Coaxixouhaqui o oxoxouhcapahtli [...] tiene
hojas, redondillas y puntiagudas. Echa flores como

]
blanquitas" y la refiere como tratamiento de la gota
y para calmar dolores. En el mismo manuscrito
Badiano el folio 36r. muestra el "xocouhcapahtli" el
cual se a identificado con el genero Hyptis por lo
cual podría considerarse una posibilidad.

Tlatlacotic

208
Se observa una herbácea de hojas enteras elípticas y alternadas; floración
multipétala amarilla (de apariencia de compuestas) Se refiere a su uso para "la
opresión de pecho".
Reko (1947) la identifica como Bacharis Saliginus. Miranda y Valdés (1996) la
identifican con Bidens, mientras que Valdés et al. (1992), propone además el genero
Zinnia. Sin duda se trata de la familia Asteraceae, B. saliginus es una especie no
encontrada México por lo que es descartada. Bidens y Zinnia ambas son de amplia
distribución en México lo más probable es que se trata de Bidens odorata (o B. pilosa),
la cual es utilizada como diurético, antigripal, antidiarreico entre otros. Rojas Alba
(2014) concuerda con esta especie.

Figura 71. Tlatlacotic (27r) Tlatlaolton

Se muestra una herbácea de hojas lanceoladas,


enteras, opuestas; flores capitulares color violeta oscuro.
Se refiere su uso para el dolor de pecho.
Reko (1947) y Emmart (1940) sugieren el género
Porophylum, podría tratarse de Porophylum gracile o P.
Tagetoides. Rojas Alba (2016) la identifica con P.
Semanii, con estas últimas tiene un mayor parecido
morfológico, sin embargo ninguna de estas se
encuentra registrada para la región. Por otro lado
propongo la especie P. Viridiflorum, como una alternativa.

Figura 72. Tlatlaolton (27v)

209
Figura 73. Porophylum viridiflorum

Tzitzicton

Se muestra una herbácea de hojas lanceoladas,


enteras y opuestas; flores de color amarillo, multipétalas
(lo que remite inmediatamente a una Asteraceae). Se le
atribuye el uso como "medicamento contra el dolor de
pecho". El grabado es muy parecido al de Tlatlacotic (del
folio 27r), remitiendo a los generos Bidens, Zinnia, ambos
de amplia distribución en México.
Claramente es una especie de la familia Asteraceae,
la identificación más aceptada es la de Reko (1947) como
//

Gimnosperma glutinosum, identificación con la que


concuerda Rojas (2014). Por otro lado por los colores, el
numero de petalos y la forma de las hojas, propongo el la
especie Dyssodia porophylum con la cual guarda esta
semejanza morfólogica y por otro lado coincide en

Figura 74. Tzitzicton (27v) distribución y tiene el uso registrado para la curación de la
tos.

210
Nonochton Azcaoanvxua

Se muestra una herbácea de hojas


pecioladas, ovadas, enteras; con floraciones
compuestas de color rosa. Se menciona su
uso para dolor de corazón.
Francisco Hernandez describe el
Nonochton como:

"De una sola raíz larga y fibrosa,


echa el nonochton tallos delgados,
cilíndricos y que arrastran por la tierra y de
ellos hojas descoloridas, carnosas, oblongas
pequeñas cubiertas de pelusa y flores
blancas con rojo de forma de capsulas
Figura 75. Nonochton Azcapayxua (28r) oblongas [...] para disipar inflamaciones y
mitigar el calor excesivo".

Reko (1947) la interpreta como un miembro del genero Pereskiopsis o


Napolxochia de acuerdo a la etimología del nombre náhuatl. Miranda y Valdés (1996)
lo mencionan como una especie del género Portulaca, posiblemente P. pilosa. Por la
descripción de Hernández podría ser otra posibilidad Gomphrena decumbens la cual de
acuerdo con Vibrans (2009) también recibe el
nombre de tunilla y muestra las flores en forma de
capsula. Concordando en distribución y uso
(inflamación intestinal, antipirético entre otros).

Tlacacamohtli

La figura muestra en apariencia una


herbácea de hojas pecioladas, ovadas enteras;
floración campanulada color rosa y raíces

211
Figura 76. Tlacacamohtli (28v)
tuberculosas. Se menciona su uso para el dolor del corazón.
Sahagún (2009 [1569]), hace referencia al "Cuauhcamotli" y "camotli" y la
menciona como "la batata de esta tierra". Reko (1947) la identifica con Operculina
Alatipes, mientras que Emmart (1940), Miranda y Valdés (1996), Valdés et al (1992) y
Rojas Alba (2014) la identifican con el genero Ipomoea. Aunque la especie más
probable es Ipomoea batatas, no dejaría de lado I. purga, sobre todo por el color de
las floraciones.

Tolohuaxihuitl

Se muestra una especie herbácea de hojas


triangulo-dentadas; flores campanuladas color blanco;
frutos globosos con espinas y vellosidades y semillas
rojas. El uso que se menciona es el de "tratamiento para
el calor de costado".
Emmart (1940) interpreta como Datura innoxia o
D. Meteloides, esta última es la que Reko (1947)
interpreta, con lo que concuerdan Miranda y Valdés
(1996) en base a la coloración de la semilla. Linares y
Bye (2013) la consideran D. inoxia para la identificación
oficial, todos se refieren a la misma especie. Yo
agregaría el D. stramonium, mismo que se conoce como
Tolohuaxihuitl en el estado de Morelos. Igualmente Rojas
Figura 77. Tolohuaxihuitl (29r)
(2014) la interpreta como D. stramonium.

212
Ayecohtli

La figura muestra una hierba de hojas


ovadas, trifoliadas, opuestas; floración pequeña
color rosa y frutos en forma de vaina, lo que
hace identificarla con la familia de las fabáceas.
El uso registrad en el manuscrito es "para
animalejos que descienden por el vientre del
hombre", por lo que muy probablemente se
trate de un desparasitario.
Sahagún (2009 [1569]:167), menciona
algunas variedades de frijoles y al ayecotli y la
refiere como "los que son muy gordos, que son
como habas".
Emmart (1940) lo identifica como
Phaseolus coccineus, mientras que Reko (1947) menciona P. multiñorus. Estas dos
últimas son la misma especie.

Tonatiuh Yxiuh Pepetlaca

Se muestra la figura de una herbácea de


hojas hastadas, trifoliadas; flores amarillas de
cuatro pétalos. El uso atribuido es para
lombrices, al igual que la anterior, debe
tratarse de un desparasitario.
Reko (1947) la identifica como un
miembro de la familia Malvaceae, pero da como
la posibilidad una especie de crucífera. Por la
morfología Valdes et al. (1992) da la

m
Figura 79. Tonatiuh Yxiuh pepetlaca (30r)
identificación de Oxalis tetraphylla.
que Rojas (2014) la identifica como Marsilea
fournieri.
En mi opinión no se podría descartar la
Mientras

familia Malvaceae con especies como Sida rhombifolia y Wissandula amplísima, las
cuales corresponden en distribución; mientras que S. Rhombifolia se registra con el

213
uso para dolor estomacal y lavados intestinales (González, 2004 y Grijalva, 2006)
concordando con el uso atribuido en el Badiano.

Cooalivac Xiuhtontli

En las figuras se muestra en apariencia


una herbácea, brazos largos recubiertos de hojas
paripinadas y floraciones amarillas en el ápice. El
uso es para la "inflamación del estómago".
Tanto Emmart (1940), Reko (1947),
Miranda y Valdés (1996) y Valdes et al. (1992),
coinciden en que la figura representa a una
especie del género Tagetes.
La raíz copalli refiere a que es muy

tyrjcT aromática lo cual concuerda con el genero


(Tagetes) el cual tiene un aroma muy fuerte. La
especie Tagetes lunulata corresponde a las

Figura 80. Copaliyac xiuhtontli (30v) características de la imagen así como sus uso
siendo la misma utilizada para el dolor de
estómago. La distribución también concuerda. Por otro lado Tagetes erecta es referida
en el estado de Puebla con el nombre de "copaIxiuitl" (Biblioteca Digital de la Medicina
Tradicional Mexicana), de la misma manera sus usos coinciden con los especificados en
el Badiano.

214
Figura 81. Tagetes erecta

Velicpahtli

Se muestra en la figura una herbácea de


hojas pecioladas, ovadas, enteras; flores
campanuláceas color rosa y raíces
tuberculadas. Los usos atribuidos en el

215
Figura 82. Velicpahtli (32r)
manuscrito son para frialdad abdominal y como prurgante.
Emmart (1940) lo reconoce como una especie del género Ipomoea; Reko
(1947) agrega el género Operculina. Miranda y Valdés (1996) lo identifican con
Ipomoea purga, de acuerdo a las propiedades purgantes de la raíz de esta última.
El grabado de esta figura en el folio 32r. posee gran semejanza con el
Tlacamohtli de la figura del folio 28v. La especie más probable por las características
morfológicas sería la mencionada I. purga, sin embargo esta especie no esta presente
en la región bajo estudio, pero por supuesto se pueden encontrar otras especies de
dicho género.

Tlalhuaxin

Se muestra una herbácea; hojas


paripinadas; floración rosada y frutos en
forma de vaina rojiza. El uso para el cual se
específica en el manuscrito es para "la
curación de la región púbica".
A simple vista se trata de un miembro
de la familia Fabaceae, por las floraciones
debe tratarse muy probablemente del género
Mimosa, lo cual corresponde con los estudios
previos de Emmart (1940), Reko (1947) y
Miranda y Valdés (1996).
Por lo poco que se observa de la figura

Figura 83.Tlalhuaxin (33r) podría tratarse de cualquier especie del


mencionado género. Rojas (2014) lo identifica
con Mimosa aculeaticarpa var. biuncifera. De acuerdo a sus usos encajaría también con
Mimosa albida para la cual se tiene el registro de uso en casos de esterilidad,
menorragia y dolores de menstruación y anticonceptivo (Argueta 1994), y concordando
en distribución.

216
Figura 84. Mimosa aculeaticarpa

TlanenpoDoloua Xiuhtontli

Se observa en la figura una planta


herbácea; hojas ovadas, enteras, y opuestas,
sin peciolos; y floración que va de amarillo a
naranja. El uso que se registra el Badiano es
para calmar dolores (anestésico) y para
tumorcillos en la región de la ingle.
Reko (1947) identifica el grabado con
Argemone mexicana. Martínez (1964) la
identifica con Asclepias longicornu, en lo que
están de acuerdo Valdés et al (1992).
Asclepias linaria la cual es conocida como
plumilla o plumerillo coincide también en
cuanto al uso como analgésico por lo que
Figura 85. Tlanenpopoloua Xiuhtontli (33v)
podría considerarse como otra posible opción.

217
Figura 86. Asclepias linaria

Huihuitzmallotic

Se trata de una herbácea; hojas elípticas,


enteras y floración amarillo a naranja y se receta
para la "obstrucción de vejiga".
Reko (1947) la identifica como Mentzellia
hispida; Miranda y Valdés (1996) hacen la
observación de que la mencionada especie (M.
hispida) posee hojas claramente dentadas a
diferencia de las mostradas en la figura, pero no
la descartan. Por otro lado M. hispida concuerda
en cuanto a la distribución, siendo esta de amplia
distribución en México y Guatemala (Vibrans
2009), además se cuenta con el registro que la
identifica como tratamiento para problemas y
enfermedades renales (Argueta 1994).

Figura 87. Huihuitzmallotic (34r)

218
Figura 88. Mentzellia hispida

Couaneneoilli

Se muestra en el grabado una


herbácea de hojas ovado, enteras,
agrupadas en tres (trifoliadas); y flores
compuestas de color rosa. Recomendada
para la obstrucción de la vejiga.
Sahagún (2009 [1569]:329),
menciona el "couanenepiNi" y hace referencia
a su uso "desecha los malos humores de la
boca [...] bébase también para purgar",
Sahagún menciona que lo que se utiliza de
dicha planta es la raíz.
Emmart (1940) la identifica con dos
posibles especies Dorstenia contrayerba y el
género Passiflora. Reko (1947) con Passiflora
jorullensis. Miranda y Valdés (1996) aclaran

Figura 89. Couanenepilli (34r) que para este tiempo el nombre

219
"couanenepiNi" se le atrebuía a Boerhavia caribea y Potentilla cardicans. Y Valdés et al
(1992), concuerda finalmente en que se trata de Dahlia coccinea (especie que no se
encuentra presente en la región bajo estudio). En el documento de Francisco
Hernández, se identifica D. coccinea con la planta llamada "acococxochitl" y menciona
que esta es diurética, lo cual no corresponde con las anteriores identificaciones.

Mamaxtla

Se observa una planta herbácea; hojas


ovadas, enteras, opuestas, y pecioladas;
inflorescencias en forma de espiga de color rosa-
amarillento. Se recomienda cuando hay dificultad
para orinar. En apariencia el grabado es muy
parecido al Tlatlanquaye (folio 21v.) por lo que de
entrada se pondría considerar la especie Iresine
difussa aunque no concuerda en uso.
Sahagún (2009 [1569]) Hace referencia a las
hierbas mamaxtla (p. 341):

Figura 90. Mamaxtla Í34v) ,,,, , , . , . , ..


Hay otra hierba medicinal que se llama
mamaxtla. Es de comer cruda y cocida la hierba. La raíz es medicinal para
los trompezones de los pies. Hácese en las ciénegas"

Y el mamaxtle o mamaxtlaquilitl (p. 324).

"Hay otra hierba que se le llama mamaxtle o mamaxtlaquilitl. Es


semejante a la hierba que se llama cuitlacpatli. Hacese a la orilla del
agua".

Emmart (1940) Igualmente lo identifica como un miembro del genero Iresine.


Reko (1947) lo identifica como I. calea. Miranda y Valdés (1946) hacen referencia al
Amamaxtla descrito por Hernández, mismo que esta identificado como Rumex
mexicanus. Valdés et al (1992) justifica esta identificación en base a un aspecto
morfológico, los entrenudos en las ramas y bases de los peciolos de las hojas.

220
En la Biblioteca Digital de la medicina tradicional mexicana, se menciona el
nombre Mamaxcla, dado en Puebla a la especie Rumex crispus, la cual también
concuerda en cuanto al uso, para esta se menciona para afecciones de hígado y para
sanar riñones entre otros. Para la región actualmente solo se encuentra registrada la
especie R. obtusifolius.

221
Tlaco vzauixochitl

Se muestra en la figura una planta


herbácea, con hojas elípticas, lanceoladas,
enteras, alternas y pecioladas; las flores
van de una coloración amarilla a naranja. El
uso que se le atribuye en el manuscrito es
para tratar la dificultad al orinar.
Sahagún (2009 [1569]:363) hace
referencia a las flores de Tlalizquilxochitl, de
las cuales menciona "son muy olorosas y
hacense en unas hierbas" además menciona
que son medicinales, más no específica su
uso.
La primera identificación la da Reko
(1947) como Cordial alba. De acuerdo con
Figura 92.Tiacoyzquixochiti (34v) Valdés et al (1992) el nombre esquixochitl
es utilizado en referencia a Bourreria
huanita (de la familia Boraginaceae al igual que C. alba), aunque concuerdan en que
las características se acercan un poco más a la apariencia de C. alba.
El grabado es prácticamente igual al del Huihuitzmallotic (folio 34r.) por lo que
podría considerarse que se trata de la misma plata, la cual posiblemente es M. hispida.
En la Bilblioteca digital de la medicina tradicional mexicana (UNAM 2009), se encuentra
con el nombreTlacoxochitl a B. ternoflora, Tlacoxiloxochitl a Callianda anómala y como
Tlalocoxochitl a Anagallis arvensis. De estas solo B. terniflora coincide en cuanto a su
uso.
La M. hispida se registra para sus uso como medicina para el empacho, como
purgante y padecimientos renales, además concuerda en distribución. En cuanto a
morfología, difiere en las características de las hojas pero no podría descartar la
posibilidad.

222
Coyoxihuitl Tlaztalevaltic

En la figura se aprecia una herbácea; con


hojas ovadas, dentadas, pecioladas; flores rosadas
de forma campanulada, tubular. El uso esta marcado
como tratamiento para el "mal de las asentaderas",
lo cual podría referirse a las hemorroides.
En los estudios de Emmart (1940) la identifica
como una especie del genero Salvia; Reko (1947)
por su parte dice que se trata de Loeselia mexicana
(o L. Coccinea). Para Miranda y Valdés (1996) es
más probable que se trate de una Salvia, dadas las
características de las floraciones.
Por las caracterñisticas morfológicas, me
parece más probable que se trate de Loeselia
mexicana. La distribución de la especie concuerda
mientras que el uso que se le adjudica a L. mexicana

Figura 93. Coyoxihuitl Tlaztaleyatic es el de desinflamatorio y antidiarreico (Bello 2007),


Í35rl
por lo que podría equiparase al uso que se le da en el
Badiano.

Figura 94. Loeselia mexicana

223
X o x o u h ca p a h tli

La figura muestra una herbácea; de hojas


ovado-cordadas, enteras, opuestas; floración en
forma de espiga de una coloración oscura. El uso
que se le atribuye es para el "dolor poplíteo".
Hernández menciona con este nombre a
una planta que en Michoacán llaman huitsiquia y la
misma se identifica con la familia Labiatae,
posiblemente del género Hyptis. Valdés et al.
(1992) consideran que podría tratarse de una
crucífera del genero Lepidium de acuerdo a su
morfología, entre lo que se cuenta la forma de los
frutos (circulares y pequeños).
Sahagún (2009 [1569]:197), menciona un
brebaje llamado "xoxouhcapatli" para el dolor de
Figura 95. Xoxouhcapahtli
los ojos. Y luego (p. 375) menciona la planta
"oxoxochcapatli" de la cual menciona "Es una
hierba como la yedra [...] tiene las ramas verdes
y las hojas redondillas y puntiagudas. Echa flores
blanquitas. Hacen semillas y esta semilla es
redonda [...] es contra la gota.".
Antes se menciona como una labiada en
tal caso podría tratarse de Salvia polystachia,
especie que muestra hojas semitriangulares y sin
un margen aserrado tan evidente como en la
mayoría de las especies de esta familia
(Labiatae), mientras que su inflorescencia es en
forma de espiga y de color violáceo. Esta misma
concuerda en distribución. El uso registrado sin
embargo no menciona dolores musculares ni
antiinflamatorio. Aunque se debería considerar
como una posibilidad.

224
X iu e h C aoah tli

La figura por las pocas características mostradas


en el grabado presente en el manuscrito es de muy
difícil identificación. Pues la misma, únicamente la
muestran como una planta herbácea de hojas elípticas,
enteras y pecioladas. De la misma se menciona su uso
para "pies lastimados".
El mismo nombre que se menciona en el
manuscrito se le da a la planta en el folio 7r., la cual se
encuentra identificada como Cassia occidentalis. Sin
embargo no muestra semejanza con la figura.

Figura 97. Xiueh capahtli (37r)

Figura 98. Cassia occidentalis

225
Huitzihtzilxochitl

La figura muestra una planta herbácea;


hojas ovado, dentadas, pecioladas y opuestas; y
flores rosadas que se observan de forma
campanulada. El uso atribuido en el manuscrito
es para el alivio del cansancio.
Emmart (1940) y Miranda y Valdés
(1996) lo identifican como Salvia sp., por otro
lado Reko (1947) la interpreta como Loeselia
coccinea. La figura muestra un gran parecido al
"Coyoxihuitl tlaztaleuatic"en el folio 35r., mismo
que se identifica como L. coccinea y a la cual se
le conoce como huitziquilitl (Aguilar 1994). La
identificación oficial de acuerdo con Linares y
Bye (2013) permanece como Salvia sp.

Piltzintecouhxochitl

Las características mostradas por la figura (aunque esta


parece algo idealizada por el artista), representan una herbácea
de hojas ovado, dentadas; frutos en forma de racimo rosado,
rojizo y una floración de varios colores un tanto extraña. Aunque
esta figura aparece sin una descripción en concreto aparece en el
apartado que menciona las plantas utilizadas para "el cansancio".
Reko (1947) hace la sugerencia de que podría tratarse de
Jacquinia aurantiaca. Mientras que para Miranda y Valdés (1996)
se trata de Lantana camara. En lo que parece ser lo más
probable por sus características tales como las flores de colores y
la forma de las hojas y frutos. La especie L. camara es de amplia
distribución en la republica mexicana, mientras que el uso
registrado para la misma refiere a tratamientos contra el
reumatismo y calambres (Vibrans 2009).
Figura 100.
Piltzintecouhxochitl (38r)

226
Figura 101. Lantana camara

Totonquixochitl

En la figura se muestra una herbácea; hojas


elípticas, pecioladas, opuestas; flores en forma
campanulada, con las anteras expuestas y de un color
rosado a rojizo. El uso atribuido es como tratamiento para
"el cansancio".
Sahagún (2009 [1569]:330), menciona una hierba
llamada Totoncaxihuit, la cual con el nombre de
Totonquixihuitl en mencionada por Rojas (2009) como
Buddleia sessiflora, con propiedades somníferas y
desinfalmatorias. Sin embargo no guarda parecido con la
presentada el Badiano.
En Miranda y Valdés (1996), así como Emmart
Figura 102. Totonquixochitl
(1940) la consideran como Ipomoea (de la familia
(38r)
Convolvulaceae), sin embargo Valdés et al (1992),

227
advierten que no es posible que se trate de esta familia por lo que se sugiere el genero
Cordia, los miembros de esta familia tienen propiedades febrífugas y morfológicamente
son más parecidas a la figura que presenta el Badiano.

Yztacauauitl

Se muestra un planta leñosa, de tallo amarillento;


hojas paripinadas; frutos en forma de vaina color violáceo.
Pr sus características rápidamente recuerdan a un
Fabacea. Aún así parece difícil dar una identificación en
concreto.
En el manuscrito de Hernández, se hace referencia
a los iztacpatli o iztacqualitl nombrados como medicina
blanca y árbol blanco respectivamente. Sahagún (2009
[1569]: 329), por su parte nombra la llamada iztaccuauitl,
sobre la cual menciona "la raíz de esta hierba [...] es tan
gruesa como ella y muy blanca. Es contra el calor". En
cuanto a la descripción coincide con el grabado el cual
muestra con importancia la raíz.
Figura 103.Yztacquauiti (38v) por otro |acj0 Argueta (1994) y Rojas (2009) hacen

referencia a Acacia pennatula con el nombre de Espino


blanco, al cual se le atribuyen los usos como analgésico y desinflamatorio muscular,
entre otros (Argueta 1994). Por lo que no lo descartaría como un posible candidato.
Este mismo es el conocido como Huizache.

228
Tomazquitl

Se muestra una planta herbácea posiblemente


leñosa; hojas rosadas, elípticas, enteras y frutos en forma
de racimo color rojo. Sahagún (2009 [1569]:310) hace
referencia al Tomazquiltl como "madroños o madroñeras [...]
para teñir y cordir los cueros".
Emmart (1940), hizo la primera interpretación como
Arbutus y Reko (1947) como Arctostaphylos. Miranda y
Valdés (1996) mencionan el Arctostaphylos pungens, el cual
lleva el nombre de Tepeizquilitl actualmente. Esta especie no
se encuentra en la región bajo estudio. Tal véz para tomar a
consideración en futuras propuestas, algunas especies de
solanáceas tales como Solanum Americanum y S. Nigrum
con los nombres nahuas de Tomaquilitl (hierba mora).

Figura 104. Tomazquitl


(39r)

Quauhhuitzihtzilxochitl

La figura representa a una planta herbácea de hojas


con forma elíptica, enteras y alternas; grupos de flores en
forma de racimo y campanuladas de color rosa y con anteras
visibles. Su uso no se encuentra especificado, sin embargo se
encuentra en el capitulo 8 el cual se concentra en especies
con usos para la curación de la parte baja del cuerpo
(abdomen y genitales), así como las extremidades inferiores y
cuerpo cansado.
En el mismo documento en el folio 37v. Se hace
referencia al Huitzhzilxochitl, la cual se ha identificado como
Loeselia coccinea, esta última se conoce como "huitzquilitl"

Figura 105.
Quauhhuitzihtzilxochitl
(39r)

229
(Aguilar 1994) y de manera oficia como Salvia sp. (Linares y Bye 2013).
Morfológicamente la figura muestra diferencias en cuanto a las hojas, misma
que son enteras y no aserradas (características del género Salvia), así como el color de
la flor. De acuerdo con Miranda y Valdés (1996) podría ser una especie del genero
Cestrum. Y más tarde Valdés et al. (1992), regresa a la apreciación de L. mexicana
(también llamada L. coccinea y misma que pertenece a la familia Polemonyaceae).
En el diccionario d aztequismos de Robelio se menciona el Huitzitzilxochitl como
"espinosiNa" nombre con el que se conoce comúnmente al género Loeselia.
De acuerdo a los usos registrados así como la comparación de la morfología de
los géneros mencionados, a mi apreciación me parece más probable que se trate del
genero Loeselia. Morfológicamente las hojas de la figura no son aserradas como en el
caso del género en cuestión, lo cual podría ser debido a la apreciación idealista del
autor del grabado. Por otro lado en el caso de L. mexicana, esta registra usos como
diurético (Calderón 2010 y Bello 2007) y desordenes digestivos (Argueta 1994), lo que
concuerda con el uso registrado en el capitulo 8 del manuscrito Badiano.

Colomecatl

En la figura se representa una herbácea,


de hojas ovadas, aserradas y alternas al tallo,
pecioladas. Flores en forma de campaña de color
blanco; raíz claramente tuberculada. Claramente
con estas características se trata de una
convolvulácea, muy probablemente del genero
Ipomoea. El uso indicado en el manuscrito es
para la curación de hemorroides.
En el diccionario de Aztequizmos de
Robelio, este hace referencias a varias especies
con el sufijo náhuatl "-mecatl" (cuerda) siendo
las más cercanas cocolmeca "yerba de soga
retorcida" y de la cual se mencionan con
propiedades medicinales, pero sin especificarlos.
Y el cozolmeca "mecate de cunas" con el cual se
Figura 106. Colomecatl (43r)
menciona se hacen cunas, y el mismo como
medicinal "se usa como diaforética y depurativa y contra la hidropesía".

230
Emmart (1940) sugiere el género Ipomoea , mientras que la identificación
oficial permanece como Ipomoea sp. (Linares y Bye 2013). Por otro lado apegándonos
a la morfología que se muestra en la figura, esta muestra lo que parece una herbácea
y hojas aserradas que no concuerdan con Ipomoea. Con el nombre cocolmeca se
concoce a una Asteracea, la especie Milleria quinqueflora, misma que tiene
propiedades antiinflamatorias. A una especie del genero Smilax (Smilacaceae). Sin
embargo morfológicamente ninguna de estas guardan un parecido con la
representación presente en el Badiano.

Acacapacquilitl

En el manuscrito se encuentra
representada una planta herbácea; las hojas
parecen tener una forma cunado acuminadas,
mismas que parecen surgir de los entrenudos
del tallo; Las flores son del tipo compuestas
de color amarillo, están nos sugieren que
puede tratarse de una especie de la familia
Asteraceae. Sus representación parece estar
en el agua, lo que sugiere (idealmente) una
planta acuática. El uso correspondiente que
presenta el manuscrito es "para el calor
excesivo" (antipirética).
Sahagún (2009 [1569]:362) menciona
"hay unas cañuelas que se hacen en el agua
que se llaman acacapacquilitl" pero el mismo
dice que "no son comestibles, ni medicinales,
ni ponzoñosas".
Miranda y Valdés (1996) identifican esta imagen con Bidens chrysantemoides.
Valdes et al (1992) lo clasifica como perteneciente al genero Jaegaria, específicamente
J. peduncuiata, esta misma identificación es la que permanece como oficial (Linares y
Bye 2013). Aunque el genero Jaegaria no se encuentra presente en la región de
acuerdo a los estudios florísticos que se han llevado a cabo en la misma, el genero
apareció entre los resultados de los análisis de laboratorio, por lo que es importante
mencionarlo.

231
Figura 108. Jaegeria hirta

232
Tlalhaueuetl

En la figura se muestra una especie que


al parecer se trata de una herbácea; hojas
ovado, dentadas, muy parecidas a las
presentadas por la familia Labiatae, las flores
parecen encontrarse en forma deracimo o
espiga, de color rosado. Los usos especificados
en el Badiano la refieren para "curación de
heridas". Reko (1947) identifica esta figura con
la Cedronella mexicana (actualmente Agastache
mexicana).
En mi opinión es posible que se trate de
dicha especie (A. mexicana), por otro lado de
acuerdo con los usos que se le dan hay otra
Figura 109. Tlalhaueuetl (46v)
especie que podría considerarse. Salvia riparia
muestra semejanza morfológica con la figura presentada en el manuscrito y concuerda
con el usos específicado, de acuerdo con Argueta (1994) para granos, heridas y
afecciones de la piel; por lo que cabe considerarse la posibilidad.

233
Zacamatlalin

En el grabado se representa una herbácea; con


hojas sentadas, lanceoladas,; flores tripetalas de color azul
celeste. El uso mencionado es para la dispepsia.
Miranda y Valdés (1964) mencionan sin lugar a
dudas esta figura se trata de una especie del genero
Commelina, haciendo referencia a que en el valle de
México aun se les conoce a las flores de este genero con el
nombre de Matlalitzic. De acuerdo con Anderson (1963) a
la especie Commelina pallida se le extraía un colorante
que los habitantes prehispánicos conocían como
"matlalin", esta misma especie tiene usos registrados
como astringente, antiséptico, para hemorragias, diarrea y
como desinflamatorio (Rojas 2009).

Figura 110. Zacamatlalin (48r)

Figura 111. Commelina pallida

234
Tzihuac copalli

El grabado muestra una especie leñosa o


arbórea (es muy difícil de identificar de que se trata
debido a la representación idealista); cuenta con hojas
bipinadas; flores (o frutos) en forma de racimo; el uso
que se especifica en el códice para esta especie refiere
a la "hinchazón de una vena pinchada".
Emmart (1940) hizo la identificación a nivel de
genero atibuyendo el mismo al genero Bursera. A este
genero pertenecen muchas de las especies conocidas
con el nombre de copal. La morfología del grabado es
de hecho muy parecida al "cuitlacopaNi" presente en el
manuscrito de Hernández el cual menciona "la goma
aplicada cura las picaduras de insectos [...] usada en
medicina vulgar como expectorante y purgante".
De las especies del género bursera, la especie
Figura 112. Tzihuac copalli (48v) B. bippinata se registra con el uso para extraer pus de
heridas infectadas.

Figura 113. Bursera

235
Quetzalmizquitl

En la figura se aprecia lo que podría ser o


una planta arbustiva o una arbórea; hojas
paripinadas; flores blanco a rosadas y frutos en
forma de vaina. El uso se especifica para "evitar la
purulencia". Claramente la representación del
grabado refiere a una especie del género Mimosa.
Sahagún (2009 [1569]:317) hace referencia
a esta especie:

"Hay unos árboles que se llaman mizquilitl o


mizquicuahuitl [...] este árbol tiene la madera muy
recia. Tiene las hojas como el aueuetl, y sus hojas y
grumos son medicinales para los ojos echando el
zumo de ellas en los ojos [...] algunos de ellos
llámense quetzalmizquitl porque tienen mejor
madera y mejor fruto".
Figura 114. Quetzalmizquitl (49r)

Reko (1947) la identifico como Prosopis juliflora, conocida con el nombre común
de "mezquite". De acuerdo con Valdés et al. (1992) identifican la especie con Prosopis
lavigata (sinónima de P. juliflora). Actualmente P. laevigata es utilizado como una
especie maderable, ya que esta especie es muy durable, utilizándose en construcción y
en artesanías (González 2004), el cocimiento de las flores se utiliza para aliviar el
sarpullido (González 2004 y Argueta 1994), Infecciones en los ojos, tos, disentería,
analgésico y para faringitis, entre otros (Argueta 1994).

236
Tlatcnochtli

La imagen del códice muestra


evidentemente una cactácea, con frutos
globosos de color rojo y flores amarillas
probablemente. Probablemente se trata de
una Opuntia. El uso especificado en el códice
es para el tratamiento de quemaduras.
Sahagún (2009 [1569]:318) hace
referencia al tlatocnochpalli del cual
menciona "las tunas que en ellos se hacen
son por fuera coloradillas y por dentro
rosadas. Son de muy buen comer" pero no
mencióna algún uso terapéutico.
Reko (1947) lo identifica como
Opuntia mycrodasys, con lo que no
concuerdan Miranda y Valdés (1992)
basándose en la forma de las espinas. La
identificación oficial se registra como Opuntia tomentosa por Olalde, Linares y Bye
(2013). En mi opinión es de considerar también la especie Opuntia Streptacanta en
base a su morfología.

Ayauhtonan

El grabado es muy sencillo, mostrando una figura


de la que no se puede decir mucho a partir de su
morfología, lo más evidente es que se trata de una
herbácea; con flores campanuladas de color blanquecino.
El uso que se indica en el códice es "contra la fetidez de
los enfermos".
Sahagún (2009 [1569]:327) hace referencia a la
"ayauhtona", sobre la cual menciona:

Figura 116. Ayauhtonan (54r)

237
"Hacese por los campos y por los
montes. Es semejante a la de arriba dicha
[papaloquilitl]. Es silvestre y acopadilla y
baja. Florece y las flores de ella son
olorosas"

Sahagún menciona que la


ayauhtona es parecida al papaloquilitl el
cual es identificado con el género
Porophylum; más tarde hace una segunda
referencia (p. 360):

'"Hay otra yerba olorosa que


se llama ayauhtona. Es verde
clara. Tiene hojas anchuelas y
redondillas. Tiene muchas ramas y
en todas hace flores. También es
de comer"

Sobre la misma Francisco Hernández en su obra menciona:

"Se come como hortaliza cruda o cocida y suministra un alimento


calido y con cierto sabor a culantro. Dicen que untada cura la fiebre y
sus manchas, lo cual no puede efectuarse sino atrayendo hacia la piel y
evacuando por ella los humores morbosos y expeliéndolos también con
la brina . Nace en regiones templadas [...] o en otras más cálidas"

De acuerdo con Valdés et al. (1992) la figura es muy similar a Ipomopsis


pinnata, de acuerdo con su morfología. Urbina la identifica con Cuphea jorullensis. A mi
parecer además de las antes mencionadas tomaría en cuenta la especie Cuphea
aequipetala, debido a la coloración purpurea de las flores. Además de que esta especie
registra los usos, para el dolor de tumores cancerosos (Argueta 1994) y el tratamiento
de llagas (Argueta 1994 y Rojas 2009).

238
Chiyahuaxihuitl

El grabado muestra una figura de lo que


parece ser una planta herbácea; hojas ovado-
elípticas, pecioladas; flores de apariencia
compuesta color amarillo a naranja. El uso
especificado es "para el olor de las axilas". De
acuerdo a esta sencilla descripción y tomando en
cuenta el uso que se le atribuye, rápidamente se
recuerda el genero Tagetes, mismo genero al que
pertenece el cempasúchil.
Ya Reko (1947) la interpreta como el genero
Tagetes. De acuerdo con Valdés et al. (1992) las
características morfológicas de las flores recuerdan
más a algunas especies del genero Miriabilis, las
cuales tienen hojas pecioladas como las de la
Figura 118. Chiyahuaxihutl (54v)
figura.
En mi opinión es de considerar la
especie Tagetes lunulata, la cual
morfológicamente es muy similar a la del
grabado, en cuanto a su uso se tiene un
registro específico como flor de olor, sin
embargo el aroma es una característica del
genero.

Figura 119. Tagetes lunulata

239
TeoeDapaloauelitl

En la figura se muestra una planta herbácea;


de hojas bilobuladas; grupos de flores en forma de
campana color blanco. El uso que se le atribuye es el
manuscrito es más bien una especie de superstición
ya que menciona "funciona para pasar con seguridad
un cuerpo de agua".
Como se mencionó anteriormente el
papaloquilitl (flor de la mariposa) se encuentra
asociada al genero Porophylum, lo mismo es
mencionado por Reko (1947), de la misma manera
Miranda y Valdés (1996) concuerdan con esta
Figura 120. Tepepapaloquilitl (56r)
identificación. La identificación oficial por Linares y
Bye (2013) se encuentra como Porophylum punctatum, la cual me parece correcta, es
de mencionar que a esta especie se le conoce como pápalo quelite en Morelos (Argueta
1994).

Cihuaoahtli

La figura muestra una herbácea; hojas elípticas y


lanceoladas; flores de apariencia campanulada o tal vez
ubeladas de color amarillo. El uso especificado en el
manuscrito es para "facilitar el parto cuando este se
complica".
En la literatura Sahagún (2009 [1569]:351) hace
referencia a esta:
"Es mata. Tiene muchos virgulitos tan altos como
un estado. Tiene las hojas algo cenicientas, anchuelas y
puntiagudas [...] Tiene las flores amarillas y otras
blancas [...] Las hojas de esta mata son provechosas
cocidas con agua, bien hervidas. La mujer preñada, ya

Figura 121. Cihuapahtli (57v)

240
que esta por parir, bebe esta agua para parir bien sin pena.

De la misma forma en el diccionario de Etimologías Peñafiel menciona sobre el


Icihuapatli:

"Cihua-patli significa medicina de la mujer en idioma mexicano [...] es usada


como medicina de los partos desde tiempo inmemorial"

Miranda y Valdés
(1996) la identifican como
Montanoa tomentosa en base
al nombre zoapatli, que es
como se conoce a dicha
especie en el centro de México.
Valdés et al. (1992) conserva
dicha interpretación, sin
embargo recalca la importancia
en algunas diferencias
morfológicas entre dicha
especie y las características
observadas en el grabado.
La especie Montanoa
tomentosa tiene registrados los
nombres de Zoapaxtle de
acuerdo a Conabio (Vibrans
2009), donde se menciona
igualmente su uso en la labor
de parto. Y con los nombres de
Zoapatle, zoapatli, zihuapatli,
en la Biblioteca Digital de
Medicina Tradicional Mexicana
Figura 122. Montanoa tomentosa (UNAM), con el mismo uso
antes mencionado.

241
Ayohnelhuatl

El grabado muestra
las características de una
enredadera; hojas
cordadas, enteras,
pecioladas; flores
campanuladas, amarillas y
un evidente fruto
peponoide color verde.
Claramente se trata de una
especie de la familia
Cucurbitaceae. El uso al
que se asocia en el
manuscrito es para los
dolores de parto.
Reko (1947) la
interpreta de la misma
forma, en lo que concuerdan Miranda y Valdés (1996). En cuanto a los usos,
solamente la especie cucúrbita máxima se registra con propiedades medicinales para
tratar problemas reproductivos tanto en hombres como en mujeres (Rojas 2016), de la
misma forma todas las especies del genero Cucurbita poseen propiedades
antiparasitarias.

242
Memevaxihuitl

Se muestra en la figura una planta


herbácea, de tallo claramente rojo, hojas rojizas;
en los ápices de cada tallo se observa algo que
podría interpretarse como una flor amarillenta,
aunque no es muy clara. Su uso se refiere como
"medicina lactogena".
Las características del tallo y hojas
recuerdan rápidamente a una especie del género
Euphorbia. Y de esta manera es interpretado por
Emmart (1940). Reko (1947) propone la especie
Euphorbia maculata con lo que Miranda y Valdés
(1996) están de acuerdo.
Sahagún (2009 [1569]:338) hace
referencia a la Memeya, de la cual menciona:

"hay otra hierba medicinal


que se llama memeya, que
quiere decir que 'mana leche'.
Tiene una rama sola y las hojas
largas y anchuelas y puntiagudas
y flor blanca [...] la raíz de esta
hiena es de color castaño [...]
aprovechan su bebida para los
que tienen mal de barriga y le
rugen las tripas y tienen la
barriga hinchada [...] también
provoca la cámara y echa fuera
las lombrices."

Figura 125. Euphorbia postrata

243
Rojas Alba (2016) hace la identificación igualmente con E. maculata que en el
centro de México se conoce como hierba de l golondrina; con el mismo nombre se
conoce a E. postrata que me parece otra especie a tomar en cuenta con las mismas
propiedades que la anterior y muy similar al grabado, morfológicamente hablando.

244
ANEXO 3

FICHAS TÉCNICAS DE LAS CASAS MUESTREADAS

Michoacán

Municipio de La Piedad

Sitio Banquetes 1

Fecha de Muestreo: Febrero 22, 2016


Fecha de Flotación: Abril 4, 2016
Peso antes de la Flotación: 590g
Peso después de la flotación 29.57g

La propiedad abarca unos 200m2 de superficie, actualmente abandoanda y en


ruinas, de acuerdo con un vecino de la propiedad, esta tiene mínimo 80 años de
antigüedad y las modificaciones más tardías fueron hechas cerca de la década de
1970; aun se alcanzan a distinguir varias áreas de actividad dentro de la propiedad, lo
que parecía ser la cocina y el comedor, se distinguen al menos tres etapas
constructivas. En la muestra de esta unidad doméstica se encontró bastante más
carbón que en cualquier otra muestra.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Amaranthaceae Amaranthus 72 Pinus 9
Poaceae Eagrostis maxicana 19
Asteraceae Rudbeckia 1 Polen no arbóreo
Asteraceae - 9 Asteraceae 6
Chenopodium Chenopodium 13 Gramineae 100
Cyperaceae Fimbristilis 1 Malvaceae 23
Euphorbiaceae Acalypha 3 Leguminosae 23
Fabaceae Mimosa aculeaticarpa Verbenaceae 1
N.I. - 4 N.I. 2
Oxalidaceae Oxalis 2
Poaceae Panicum 6
Poaceae - 6
Polygonaceae - 1
Portulacaceae Portulaca 1
Solanaceae Solanum 3
Solanaceae Physalis 6

245
Sitio Banquetes 2

Fecha de Muestreo: Febrero 22, 2016


Fecha de Flotación: Marzo 31, 2016
Peso antes de la Flotación: 775g
Peso después de la flotación 7.36g

El sitio se trata de una casa bastante tardía, tal vez de la década de los 50, aún
se observa que tenía la configuración espacial de las casas de la época, aunque solo se
conserva lafachada y la pared trasera donde aun permanecen los espacios de las
corraletas para los cerdos. El terreno que ocupa la casa esta limpio y tal vez próximo a
una reconstrucción o venta del mismo.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Aizoaceae Mollugo verticillata 3 Pinus 12
Amaranthaceae Amaranthus 18 Alnus 2
Poaceae Eragrostis mexicana 18
Asteraceae - 5 Polen no arbóreo
Asteraceae Rudbeckia 1 Cheno-am 5
Asteraceae - 1 Asteraceae 10
Chenopodiaceae Chenopodium 8 Gramineae 51
Cyperaceae - 3 Malvaceae 12
Oxalidaceae Oxalis 2 Leguminosae 3
Papaveraceae Argemone mexicana 1 Cyperaceae 1
Piperaceae Piper 1
Poaceae Panicum 2
Portulacaceae Portulaca 27
Solanaceae Solanum 4
Solanaceae Physalis 1
Verbenaceae Verbena 2

246
Sitio Banquetes 3

Fecha de Muestreo: Febrero 22, 2016


Fecha de Flotación: Abril 11, 2016
Peso antes de la Flotación: 411g
Peso después de la flotación 11.22g

La muestra pertenece a una casa en ruinas y por lo que parecía próxima a ser
derribada, pues lo único que permanecía era una parte de la pared frontal, ya
inhestable. La calle se encontraba en reparación (Pedro Aceves).

Figura 124. Unidad doméstica en Banquetes. Foto de Google Maps (enero 2010)

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Aizoaceae Mollugo verticillata 1 Pinus 9
Amaranthaceae Amaranthus 54
Poaceae Eragrostis mexicana 4 Polen no arbóreo
Asteraceae Dyssodia 1 Cheno-am 2
Asteraceae Jaegaria 2 Asteraceae 3
Asteraceae Pinaropappus 1 Gramineae 53
Asteraceae Simsia 1 Leguminosae 4
Asteraceae - 6
Chenopodiaceae Chenopodium 6
Cyperaceae - 1
Cyperaceae - 7
Cyperaceae Cyperus 1
Labiatae Salvia 1
Malvaceae - 1
N.I. - 2
N.I. - 4
N.I. - 1
Oxalidaceae Oxalis 6
Papaveraceae Argemone mexicana 8
Poaceae Panicum 1
Poaceae -
Portulacaceae Portulaca 36
Solanaceae Solanum 6
Solanaceae Physalis 1
Solanaceae Jaltomata 2
Verbenaceae Verbena 2

247
Sitio La Purísima 1

Fecha de Muestreo: Febrero 22, 2016


Fecha de Flotación: Abril 4, 2016
Peso antes de la Flotación: 690g
Peso después de la flotación 33.48g

La casa de la cual proviene esta muestra se encuentra ubicada en el barrio


antíguo de La Purísima en la calle 5 de mayo, la casa se encuentra cerrada con
cadenas, por lo que la muestra se tomo de la pared frontal. La casa se encuentra
abandonada y en ruinas ya con a hierba crecida en la parte de adentro, donde aún se
consservan algunas paredes, de acuerdo a un vecino la casa no debe pasar los 70 u 80
años de antigüedad.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Aizoaceae Mollugo verticillata 11 Pinus 2
Amaranthaceae Amaranthus 21
Poaceae Eragrostis mexicana 4 Polen no arbóreo
Asteraceae - 4 Cheno-am 1
Asteraceae - 1 Asteraceae 8
Chenopodiaceae Chenopodium 6 Gramineae 76
Cyperaceae - 1 Leguminosae 12
Fabaceae Phaseolus 1
N.I. - 1
N.I. - 1
Papaveraceae Argemone mexicana 5
Poaceae - 3
Poaceae -
Portulacaceae Portulaca 17
Solanaceae Physalis 3
Solanaceae Solanum 1

248
Sitio La Purísima 2

Fecha de Muestreo: Febrero 22, 2016


Fecha de Flotación: Abril 4, 2016
Peso antes de la Flotación: 679g
Peso después de la flotación 19.98g

La casa de la cual solo quedaban restos dealgunas paredes pertenecía


actualmente a don Leopoldo Jimenez. Localizada en 5 de Mayo esquina con Leona
Vicario. De acuerdo al testimonio de un vecino, quién menciona vivió en la propiedad
cuando niñó, esa casa esta ahí desde que se acuerda y ya se veía que era vieja,
probablemente sea una de las casas más antiguas de la muestra siendo
contemporánea a otras de las casas del barrio (minimo de la década de 1860).
Actualmente lo que restaba de la casa fue demolida y se encuentra en una nueva
construcción.

Figura 125. Unidad doméstica en La Purísima. Foto de Google Maps (Enero 2010)

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Aizoaceae Mollugo verticillata 2 Pinus 6
Amaranthaceae Amaranthus 16
Poaceae Eragrostis mexicana 9 Polen no arbóreo
Asteraceae Madia 1 Asteraceae 2
Asteraceae - 3 Gramineae 27
Asteraceae Jaegaria 2 Leguminosae 2
Asteraceae Grindelia 1
Chenopodiaceae Chenopodium 3
Cyperaceae - 3
Cyperaceae Scirpus 10
Malvaceae - 1
N.I. - 1
N.I. - 1
Oxalidaceae Oxalis 1
Poaceae - 4
Poaceae Panicum 3
Portulacaceae Portulaca 19
Solanaceae Physalis 3
Solanaceae Solanum 1

249
Sitio los Avala 1, 2 y 3

Fecha de Muestreo: Febrero 30, 2016


Fecha de Flotación: Abril 8, 2016
Peso antes de la Flotación: (1) 95g (2) 150g (3)165g
Peso después de la flotación (1) 2.97g (2) 5.26g (3) 3.75g

Las muestra fueron tomadas en la parte antígua de la casa familiar de Gabriel,


en la comunidad de los Ayala, mpo. de La Piedad. La propiedad actualmente esta
reconstruida con la única excecpción en un par de cuartos y un lo que
presumiblemente era un molino de maíz. La confromación espacial de la casa sigue
siendo la misma, solo que se derribaron las casas antiguas para remplazarlas con las
nuevas construcciones. La antigua unidad doméstica fue construida de acuerdo con la
tía abuela de Gabriel por su padre, a principios del s. XX. Y ahí a vivido su familia
desde entonces siendo Gabriel la cuarta generación en el lugar. También se menciona
que cada parte de la unidad doméstica pertenece a uno de los hermanos.

Figura 126. Entrada de Unidad doméstica en Los Ayala.

250
Figura 127. Parte trasera de unidad doméstica en los Ayala.

Figura 128. Fachada de unidad doméstica en los Ayala.

251
Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad 1_______ _ ____l____
Los Ayala - 1
Amaranthaceae Amaranthus 2 Polen arbóreo
Asteraceae Eragrostis mexicana 1 Pinus 8
Asteraceae - 1
Asteraceae Madia 1 Polen no arbóreo
Asteraceae - 2 Asteraceae 21
Bromeliaceae Tilandsia 1 Gramineae 113
Chenpodiaceae Chenopodium 1 Malvaceae 1
N.I. - 2 Leguminosae 2
N.I. - 2 Zea Mays 2
Papaveraceae Argemone mexicana 1
Piperaceae Piper 1
Poaceae Panicum 1
Los Ayala -2
Amaranthaceae Amaranthus 7 Polen arbóreo
Asteraceae Eragrostis mexicana 5 Pinus 6
Asteraceae Pinaropappus 2
Asteraceae - 3 Polen no arbóreo
Asteraceae Taraxacum 1 Cheno-am 2
Asteraceae - 1 Asteraceae 9
Bromeliaceae Tilandsia 2 Gramineae 34
Cyperaceae - 2
Poaceae Digitaria 5
Poaceae - 7
Portulacaceae Portulaca 2
Verbenaceae Verbena 2
Los Ayala - 3 (molino)
Amaranthaceae Amaranthus 2 Polen arbóreo
Asteraceae Eragrostis mexicana 13 Pinus 4
Asteraceae - 2 Alnus 1
Asteraceae - 1
Cyperaceae - 5 Polen no arbóreo
Papaveraceae Argemone mexicana 1 Cheno-am 3
Poaceae - 3 Asteraceae 20
Poaceae Panicum 2 Gramineae 74
Portulacaceae Portulaca 1 Malvaceae 1
Solanaceae Solanum 1 Leguminosae 2
Cucurbitaceae
Lamiaceae
Euphobiaceae
Cyperaceae
Zea Mays 2
N.I. 1

252
Sitio los Melgoza 1

Fecha de Muestreo: Febrero 2, 2016


Fecha de Flotación: Abril 6, 2016
Peso antes de la Flotación: 180g
Peso después de la flotación 8.77g

El sitio se trata del edificio más antiguó de la escuela local, dicho edificio
actualmente se encuentra en ruinas. En el edificio se logran notar varias etapas
constructivas, y de la misma manera varios tipos de materiales constructivos.
Probablemente la parte más antigua será cercana a las décadas de 1930 o 1940,
mientras que las más tardías serían de la década de 1970. La muestra fue tomada de
una de las etapas constructivas más antiguas.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Amaranthaceae Amaranthus 6 Pinus 9
Asteraceae Brickelia 1
Asteraceae Bidens 1 Polen no arbóreo
Asteraceae Madia 1 Cheno-am 3
Asteraceae Montanoa 2 Asteraceae 9
Asteraceae - 5 Gramineae 64
Asteraceae - 1 Leguminosae 10
Chenopodiaceae Chenopodium 2 Cucurbitaceae 2
Euphorbiaceae Acalypha 1 Euphorbiaceae 5
Fabaceae Crotalaria 1 Lamiaceae 1
Malvaceae - 2
N.I. - 8
Papaveraceae Argemone mexicana 8
Poaceae Panicum 7
Poaceae - 2
Poaceae - 7
Poaceae Zea Mais 1
Portulacaceae Portulaca 2
Solanaceae Solanum 1
Solanaceae Physalis 1
Verbenaceae Verbena 2

253
Sitio los Melgoza 2

Fecha de Muestreo: Febrero 2, 2016


Fecha de Flotación: Abril 6, 2016
Peso antes de la Flotación: 125g
Peso después de la flotación 7.45g

Casa familiar de Rafael García, actualmente en ruinas, de acuerdo a información


dada por los vecinos la casa fue construida primeramente por el padre del dueño,
aproximadamente entre 1900 y 1940. De la casa permanecen 3 paredes exteriores y
una interna, sin techo. Se observan etapas constructivas posteriores de entre 1950 y
1970 lo cual no lo indican los chiqueros para cerdo hechos con tabique y cemento.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Amaranthaceae Amaranthus 1 Pinus 8
Amaranthaceae Gomphrena 10
Amaranthaceae Iresine 2 Polen no arbóreo
Asteraceae - 7 Asteraceae 7
Asteraceae - 7 Gramineae 62
Asteraceae Schkuria 2 Leguminosae 19
Asteraceae - 2 Euphorbiaceae 3
Asteraceae Montanoa 1 N.I. 3
Asteraceae Bidens 2
Asteraceae 1
Asteraceae 3
Chenopodiaceae Chenopodium 1
Fabaceae 2
Papaveraceae Argemone mexicana 1
Poaceae Zea Mays 1
Poaceae Panicum 6
Poaceae - 1
Poaceae - 5
Poaceae - 2
Poaceae - 1
Portulacaceae Portulaca 5
Solanaceae Solanum 1
Verbenaceae Verbena 4

254
Sitio Los Melgoza 3

Fecha de Muestreo: Febrero 2, 2016


Fecha de Flotación: Abril 8, 2016
Peso antes de la Flotación: 312g
Peso después de la flotación 5.75g

Adyacente a un campo de cultivo, se trata de una casa abandonada, lo que


podría ser reciente ya que la capa superior muestra una capa de pintura que no se
nota demasiado vieja. Con dos etapas constructivas, la más reciente tal vez de la
década de 1960. Se conserva la mayor parte de la casa en pie, aunque se nota muy
deteriorada. Por la distribución formaba parte de una casa de mayor tamaño.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen no arbóreo
Amaranthaceae Amaranthus 22 Asteraceae 9
Poaceae Eragrostris Mexicana 19 Gramineae 63
Asteraceae - 19 Malvaceae 1
Asteraceae Schkuria 1 Leguminosae 11
Asteraceae - 3 N.I. 1
Asteraceae Jaegeria 2
Chenopodiaceae Chenopodium 7
Euphorbiaceae Acalypha 1
Euphorbiaceae Euphorbia 1
Labiatae - 1
N.I. 1 - 8
N.I. 2 - 1
Oxalidaceae Oxalis 2
Papaveraceae Argemone mexicana 3
Poaceae Panicum 2
Poaceae - 1
Portulacaceae Portulaca 17
Solanaceae Solanum 2
Solanaceae - 1
Urticaceae - 1
Verbenaceae Verbena 4

255
Sitio Ticuitaco 1

Fecha de Muestreo: Febrero 2, 2016


Fecha de Flotación: Abril 7, 2016
Peso antes de la Flotación: 220g
Peso después de la flotación 15.24g

Se trata de una casa en ruinas, de acuerdo a información dada por un vecino de


la localidad probablemente unos 100 años de antigüedad. Es solo parte de una casa
que sería de un mucho mayor tamaño. A espaldas se encuentra una casa más
moderna, misma que probablemente formo una unidad doméstica mayor.

M a cro re s to s Microrestos
F a m ilia G en /E sp C a n t id a d Polen arbóreo
A m a ra n th a c e a e A m a ra n th u s 9 P in u s 3

A m a ra n th a c e a e G o m p h re n a 10

A s te ra c e a e S c h u k u r ia 1 Polen no arbóreo
A s te ra c e a e - 1 C h e n o-am 4

A s te ra c e a e - 7 A s te ra c e a e 7

A s te ra c e a e - 1 G r a m in e a e 64

A s te ra c e a e - 7 L e g u m in o s a e 14

Poaceae E ra g r o s tis m e x ic a n a 3 C u c u r b it a c e a e 1

A s te ra c e a e - 12 E u p h o r b ia c e a e 3

A s te ra c e a e - 1 Typha 2

C h e n o p o d ia c e a e C h e n o p o d iu m 3 Zea M a y s 1

C y p e ru s E le o c h a r is 1 N.I. 1

E u p h o r b ia c e a e A c a ly p h a 2

L a b ia ta e S a lv ia 4

N.I. 2

O x a lid a c e a e O x a lis 2

Poaceae - 14

Poaceae P a n ic u m 4

Poaceae - 1

P o r t u la c a c e a e P o r tu la c a 6

S o la n a c e a e S o la n u m 3

V e rb e n a ce a e V e rb e n a 2

256
Sitio Ticuitaco 2

Fecha de Muestreo: Febrero 2, 2016


Fecha de Flotación: Abril 7, 2016
Peso antes de la Flotación: 202g
Peso después de la flotación 8.93g

La casa forma parte de una granja a unos 500m. de la presa de Ticuitaco, por la
información dada por trabajadores de la misma la casa tiene al menos 70 años, por lo
que sería cercana al límite del período de estudio.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Amaranthaceae Amaranthus 10 Pinus 6
Amaranthaceae Gomphrena 3
Amaranthaceae Gomphrena 8 Polen no arbóreo
Poaceae Eragrostis mexicana 53 Cheno-am 2
Asteraceae Schkuria 1 Asteraceae 7
Asteraceae - 1 Gramineae 31
Asteraceae - 13 Leguminosae 16
Asteraceae - 2 Euphorbiaceae 1
Asteraceae Bidens 5 N.I. 1
Asteraceae Jaegaria 2
Chenopodiaceae Chenopodium 1
Crassulaceae Echeveria 3
Cyperaceae Eleocharis 1
Euphorbiaceae Euphorbia 1
Euphorbiaceae - 1
Fabaceae - 1
Geraniaceae Geranium 1
Malvaceae - 1
N.I. 1 3
N.I. 2 - 1
N.I. 3 5
Papaveraceae Argemone mexicana 4
Poaceae Paspalum 109
Poaceae Panicum 41
Poaceae - 3
Poaceae - 3
Portulacaceae Portulaca 9
Rubiaceae - 4
Solanaceae Solanum 1
Urticaceae - 1
Urticaceae - 1
Verbenaceae Verbena 1

257
Sitio Ticuitaco 3

Fecha de Muestreo: Febrero 2, 2016


Fecha de Flotación: Abril 8, 2016
Peso antes de la Flotación: 270g
Peso después de la flotación 13.76g

La muestra se tomo de la parte exterior de la casa, ya que esta estaba


habitada, pero no se encontró al dueño. La estructura parecía ser parte del portal de la
casa, actualmente un deposito o bodega. No se cuenta con una edad aproximada de la
construcción pero parece una construcción tardía, tal vez de la década de 1950.

Macrorestos
Familia Gen/Esp Cantidad
Amaranthaceae Amaranthus 28
Asteraceae - 1
Poaceae Eragrostis mexicana 5
Chenompodiaceae Chenopodium 5
Fabaceae - 5
Labiatae - 3
Malvaceae Sida 1
Oxalidaceae Oxalis 2
Poaceae Panicum 14
Poaceae - 5
Poaceae - 2
Poaceae - 4
Polygonaceae - 1
Portulacaceae Portulaca 2
Solanaceae Solanum 3

258
Sitio Zaragoza 1

Fecha de Muestreo: Abril 28, 2016


Fecha de Flotación: Junio, 2016
Peso antes de la Flotación: 310g
Peso después de la flotación 22.93g

Fue tomada en una casa abandonada, en la calle del Río, que de acuerdo a un
vecino de la comunidad tiene al menos unos 100 años de antigüedad, lo que se nota
en el tipo de construcción, se observan varias etapas constructivas, algunas no tan
antíguas y arreglos más recientes tal vez de unos 40 años atrás, ya que se nos
comento tiene unos 30 años abandonada.

Figura 129. Restos de unidad doméstica en Zaragoza.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Amaranthaceae Amaranthus 5 Pinus 9
Asteraceae Schkuria 1
Poaceae Eragrostis mexicana 3 Polen no arbóreo
Chenopodiaceae Chenopodium 101 Cheno-am 2
Chenopodiaceae Chenopodium 2 Asteraceae 7
Cyperaceae - 4 Gramineae 69
N.I. - 2 Malvaceae 1
Papaveraceae Argemone mexicana 1 Leguminosae 4
Portulacaceae Portulaca 4 Cyperaceae 1
Verbenaceae Verbena 1 Zea Mays 1

259
Sitio Zaragoza 2

Fecha de Muestreo: Abril 28, 2016


Fecha de Flotación: Junio, 2016
Peso antes de la Flotación: 160g
Peso después de la flotación 14.04g

Se tomo de la unidad habitacional de la familia Bravo Sepúlveda, la cual tiene


una distribución tradicional, de tres casas unidas por un patio central, aunque ya están
remodeladas dos de estas, aun se mantiene dicha distribución, asi mismo el solar con
aves de corral y árboles frutales. De acuerdo al dueño de la propiedad tendría uns 100
años y fue originalmente habitada por sus bisabuelos y sus hijos. La parte de la casa
de la cual se tomó la muestra es actualmente utilizado como almacén.

Macrorestos
Familia Gen/Esp Cantidad
Amaranthaceae Amaranthus 2
Poaceae Eragrostis mexicana 4
Asteraceae - 8
Chenopodiaceae Chenopodium 6
Chenopodiaceae Chenopodium 2
N.I. - 4
Poaceae - 2
Poligonaceae Rumex 2
Portulacaceae Portulaca 2
Umbeliferae - 1

260
Sitio Zaragoza 3 y 3-1

Fecha de Muestreo: Abril 28, 2016


Fecha de Flotación: Junio, 2016
Peso antes de la Flotación: (1) 400g (2) 270g
Peso después de la flotación (1) 8.77g (2) 9.66

El lugar es referido por los vecinos de la comunidad como la escuela vieja, y


actualmente se encuentra e ruinas, solamente permanece una de las paredes
perimetrales y una lateral. Se observan en la misma varias etapas constructivas, la
más antígua de unos 60 o 70 años de antíguedad, la cual comenta uno de los vecinos
fue mdificada cuando el era niño. Las muestras fueron tomadas de cada una de las
etapas constructivas.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad
Zaragoza - 3
1_________ ____ ______1
____
Amaranthaceae Amaranthus 4 Polen arbóreo
Poaceae Eragrostis mexicana 1 Pinus 4
Asteraceae - 1
Chenopodiaceae Chenopodium 1 Polen no arbóreo
Cyperaceae - 2 Cheno-am 4
Malvaceae - 1 Asteraceae 1
Papaveraceae Argemone mexicana 6 Gramineae 33
Poaceae Panicum 3 Cyperaceae 1
Poaceae - 4 Zea Mays 2
Poaceae - 1
Portulacaceae Portulaca 52
Solanaceae Physalis 1
Zaragoza - 3-1
Poaceae Panicum 2 1
Poaceae Cynodon 2 1
Poaceae - 2 1
Poaceae Avena 2 1
Poaceae Bouteloa 1 1____________________

261
Municipio de Numarán

Sitio Numarán 1

Fecha de Muestreo: Febrero 9, 2016


Fecha de Flotación: Abril 11, 2016
Peso antes de la Flotación: 302g
Peso después de la flotación 5.20g

Se trata de una casa abandonada en la calle 5 de mayo de la localidad de


NUmarán, se conserva muy bien por la parte de enfrente, la casa se encuentra cerrada
pero por la ventana se alcanza a observar que está en ruinas en la parte de adentro.
En algunas partes se observa un recubrimiento de cemento, tal vez puesto para evitar
que se desmorone la construcción. Por la distribución parecía haber formado parte de
una casa mayor, tal vez parte de la casa de al lado.

Figura 130. Fachada de unidad doméstica en Numarán.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Amaranthaceae Amaranthus 24 Pinus 1
Poaceae Eragrostis mexicana 6
Asteraceae Jaegeria 1 Polen no arbóreo
Chenopodiaceae Chenopodium 9 Asteraceae 16
Labiatae Stachys 1 Gramineae 50
N.I. - 11 Malvaceae 1
Onagraceae Oenethora 2 Leguminosae 21
Papaveraceae Argemone mexicana 1 Lamiaceae 1
Portulacaceae Portulaca 4 Euphobiaceae 1
N.I. 1

262
Sitio Numarán 2

Fecha de Muestreo: Febrero 9, 2016


Fecha de Flotación: Abril 8, 2016
Peso antes de la Flotación: 330g
Peso después de la flotación 10.05g

De acuerdo con el hijo de dueño la casa familia, de la que solo permanece la


pared frontal y una posterior fue construida por su bisabuelo a principios del s. XX. La
casa en su tiempo era de dimesiones mucho mayores abarcando tres de las casa que
se encuentran actualmente en el sitio y que pertenecen a distintos dueños.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Aizoaceae Mollugo verticillata 1 Pinus 6
Amaranthaceae Amaranthus 5 Alnus 1
Asteraceae - 2
Asteraceae Schkuria 1 Polen no arbóreo
Asteraceae Taraxacum 2 Asteraceae 18
Poaceae Eragrostis mexicana 2 Gramineae 90
Chenompodiaceae Chenopodium 1 Leguminosae 17
Cyperaceae Cyperus 2 Thypaceae 1
Fabaceae - 2 Onagraceae 1
N.I. - 1 Zea Mays 1
Oxalidaceae Oxalis 1 N.I. 2
Poaceae - 3
Poaceae - 1
Portulacaceae Portulaca 3
Polygonaceae Rumex 1

263
Sitio Numarán 3

Fecha de Muestreo: Febrero 9, 2016


Fecha de Flotación: Marzo 30, 2016
Peso antes de la Flotación: 900g
Peso después de la flotación 32.78g

La casa de acuerdo con el informante fue construida por su abuelo por lo que se
estima la casa tendrá entre 70 y 90 años de antigüedad, la casa esta actualmente
modificada en la fachada, para parecer nueva y aún esta habitada, la configuración de
la casa en cuanto a distribución parece ser la tradicional, de igual forma el tejado que
se nota viejo es de teja tradicional. Este muestra fue la que arrojo mayor cantidad de
materia orgánico, en el que sobresale la presecencia de trigo.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Amaranthaceae Amaranthus 14 Pinus 9
Asteraceae Simsia 1
Asteraceae Jaegeria 2 Polen no arbóreo
Poaceae Eragrostis mexicana 22 Cheno-am 2
Asteraceae - 6 Asteraceae 2
Asteraceae - 3 Gramineae 44
Cactaceae Echinocactus 4 Malvaceae 2
Chenopdiaceae Chenopodium 3 Leguminosae 3
Cyperaceae Cyperus 1 Zea Mays 1
Fabaceae - 6
Malvaceae Malva 3
Oxalidaceae Oxalis 2
Papaveraceae Argemone mexicana 1
Poaceae - 2
Poaceae Triticum
Poligonaceae Poligomun 1
Portulacaceae Portulaca 26
Rubiaceae Galium 3
Solanaceae Physalis 1
Solanaceae Solanum 1
Urticaceae - 3
Verbenaceae Verbena 4

264
Sitio Numarán 5

Fecha de Muestreo: Febrero 9, 2016


Fecha de Flotación: Abril 11, 2016
Peso antes de la Flotación: 290g
Peso después de la flotación 6.21g

Se trata de una casa abandonada en la calle Matamoros del mismo municipio,


actualmente en ruinas se conserva solamente sin la pared posterior, por lo que el
interior de la casa se encuentra a la interperie, dentro se notan las modificaciones
normales para una casa antigua, como el piso de mosaico (de acuerdo al tipo de piso
las modificaciones más recientes corresponden a la década de 1970). De acuerdo al
testimonio de don José Arroyo la casa estaba ahí ya cuando el era niño, por lo que se
estima la antigüedad de la casa a los primeros años del s. XX.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Amaranthaceae Amaranthus 4 Pinus 15
Poaceae Eragrostis mexicana 3
Asteraceae - 1 Polen no arbóreo
Asteraceae - 1 Cheno-am 4
Cyperaceae Eleocharis 5 Asteraceae 8
N.I. - 2 Gramineae 52
Oxalidaceae Oxalis 1 Malvaceae 4
Papaveraceae Argemone 4 Leguminosae 6
Poaceae Panicum 2
Poaceae - 4
Portulacaceae Portulaca 3

265
Municipio de Yurécuaro

Sitio Yurécuaro 1

Fecha de Muestreo: Febrero 24, 2016


Fecha de Flotación: Marzo 30, 2016
Peso antes de la Flotación: 980g
Peso después de la flotación 2.37g

La muestra fue tomada en la casa familiar de Ricardo Villanueva, ubicada en la


calle Francisco J. Mujica. El mismo Ricardo nos platicó que aunque no contaba con
mucha información acerca de la casa, nos mencionó que su familia ha vivido ahí desde
sus abuelos, lo que nos da una idea de la antigüedad de la casa (un mínimo de 90
años). Actualmente de la casa quedan pocos muros en pie, y el terreno esta siendo
utilizado como cochera, y según información dada por el informante esta será limpiada
y remodelada próximamente.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad
Aizoaceae Mollugo Verticillata 5 Polen arbóreo
Amaranthaceae Amaranthus 1 Pinus 5
Poaceae Eragrostis mexicana 6
Cyperaceae - 5 Polen no arbóreo
Euphorbiaceae Acalypha 5 Cheno-am 1
Fabaceae - 2 Gramineae 68
Malvacaceae - 1 Leguminosae 5
Poaceae Panicum 1 Euphobiaceae 2
Portulacaceae Portulaca 4 Zea Mays 1
Solanaceae Solanum nigrecens 1

266
Sitio Yurécuaro 2

Fecha de Muestreo: Febrero 10, 2016


Fecha de Flotación: Marzo 30, 2016
Peso antes de la Flotación: 580g
Peso después de la flotación 4.05g

Esta muestra fue tomada del taller de Martín Barajas Rodriguez, sobre la misma
calle que la última (Yurecuaro 1), y que probablemente pertenecía a una casa
contemporánea (mínimo 90 años), de esta solo se conservan las paredes perimetrales
y el lugar es usado como pensión y en parte como taller de soldadura y herrería.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad
Amaranthaceae Amaranthus 3 Polen arbóreo
Amaranthaceae Amaranthus 4 Pinus 2
Asteraceae - 4 Alnus 1
Poaceae Eragrostis mexicana 8
Asteraceae Schkuria 4 Polen no arbóreo
Chenopodium Chenopodium 1 Cheno-am 2
Cyperaceae - 15 Asteraceae 5
N.I. - 1 Gramineae 29
N.I. - 1 Leguminosae 3
Poaceae - 1 Zea Mays 5
Portulacaceae Portulaca 1
Solanaceae Solanum nigrecens 1

267
Sitio Yurécuaro 3

Fecha de Muestreo: Febrero 10, 2016


Fecha de Flotación: Abril 1, 2016
Peso antes de la Flotación: 720g
Peso después de la flotación 6.07g

Esta casa esta siendo demolida al momento de tomar la muestra, ya solo


quedaban un par de habitaciones en pie y próximas a demoler también. Se trataba de
una unidad habitacional muy grande de al menos 500m2 de superficie, se alcanzaban
a distinguir algunos de los espacios de la casa, algunos parecían haber sido
habitaciones, mientras que otros en la parte de atrás parecían haber sido utilizados
para la crianza de animales, esta propiedad parecía ser un poco más reciente tal vez
de la década de 1950.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad
Amaranthaceae Amaranthus 64 Polen arbóreo
Poaceae Eragrostis mexicana 6 Pinus 1
Asteraceae - 2
Asteraceae Galinsoga 1 Polen no arbóreo
Cactaceae - 2 Cheno-am 5
Chenopodiaceae Chenopodium 7 Asteraceae 3
Cyperaceae - 8 Gramineae 69
Euphorbiaceae Acalypha 5 Leguminosae 22
Labiatae - 7 Equisetaceae 2
N.I. - 5 Cyperaceae 2
Papaveraceae Argemone mexicana 44 N.I. 5
Portulacaceae Portulaca 5
Solanaceae Solanum 2
Solanaceae Physalis 2
Solanaceae Solanum nigrecens 1

268
Guanajuato

Municipio de Pénjamo

Sitio Santa Ana

Fecha de Muestreo: Febrero 10, 2016


Fecha de Flotación: Abril 8, 2016
Peso antes de la Flotación: 295g
Peso después de la flotación 14.48g

La muestra se tomo de una pared lateral del edificio principal de la hacienda.


Los detalle sobre la hacienda se especifican un poco más en el capítulo 3, donde se
trata el contexto histórico de la región bajo estudio.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Amaranthaceae Amaranthus 9 Pinus 2
Poaceae Eragrostis mexicana 7
Asteraceae - 4 Polen no arbóreo
Asteraceae - 5 Cheno-am 2
Chenopodiaceae Chenopodium 4 Asteraceae 9
Labiatae - 2 Gramineae 63
Piperaceae - 7 Malvaceae 1
Poaceae Paspalum 2 Leguminosae 1
Poaceae - 7
Poaceae - 4
Portulacaceae Portulaca 2
Solanaceae - 1
Urticaceae - 1
Verbenaceae Verbena 1
Verbenaceae - 1

269
Sitio La Estrella 1

Fecha de Muestreo: Abril 30, 2016


Fecha de Flotación: Junio, 2016
Peso antes de la Flotación: 330g
Peso después de la flotación 29.77g

La muestra se tomo de la finca conocida como la hacienda, ubicada en la calle


Profesor Juvenal Medel, de acuerdo con los vecinos locales, es la propiedad más
antígua de la comunidad y perteneció a Don José Cortés quién sería el dueño de la
hacienda, según lo mismos vecinos, actualmente la propiedad, de la que solo
permanece una parte muy pequeña, es administrada por Pascual Morales.

Figura 131. Restos de unidad domestica en La Estrella (municipio de Pémjamo)

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad
Amaranthaceae Amaranthus 12 Polen arbóreo
Poaceae Eragrostis mexicana 10 Pinus 5
Asteraceae - 1 Alnus 1
Chenopodiaceae Chenopodium 7
Chenopodiaceae Chenopodium 8 Polen no arbóreo
Cyperaceae Cyperus 2 Gramineae 62
Euphorbiaceae Acalypha 4 Leguminosae 4
Papaveraceae Argemone mexicana 5 Verbenaceae 1
Poaceae Zea Mays 1
Poaceae - 12
Poaceae Panicum 3
Portulacaceae Portulaca 22
Solanaceae Physalis 1
Solanaceae Solanum 2
Verbenaceae Verbena 1
Amaranthaceae Amaranthus 12

270
Sitio La Estrella 2

Fecha de Muestreo: Abril 30, 2016


Fecha de Flotación: Junio, 2016
Peso antes de la Flotación: 340g
Peso después de la flotación 23.97g

La casa ubicada en la calle Emiliano Zapata, de la cual solamente permanecen


un par de paredes, pertence a una persona de la comunidad que no quiso darnos su
identidad, pero nos menciono fue construida por su padre, por lo que tal vez su
antigüedad sea de mínimo 70 años.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad
Amaranthaceae Amaranthus 44 Polen arbóreo
Asteraceae - 3 Pinus 4
Poaceae Eragrostis mexicana 4
Asteraceae Aster 2 Polen no arbóreo
Chenopodiaceae Chenopodium 10 Cheno-am 4
Chenopodiaceae Chenopodium 21 Asteraceae 3
Convolvulaceae Ipomoea 3 Gramineae 50
Cyperaceae Eleocharis 1 Leguminosae 6
Labiatae - 1
Poaceae Paspalum 8
Poaceae Panicum 3
Portulacaceae Portulaca 7
Solanaceae Solanum 2
Verbenaceae Verbena 1

271
Sitio Laguna Larga

Fecha de Muestreo: Abril 30, 2016


Fecha de Flotación: Junio, 2016
Peso antes de la Flotación: 410g
Peso después de la flotación 8.09g

La propiedad pertence a doña Josefina Barbosa, de la parte vieja de la misma,


solo permanecen un par de paredes. La casa de doña Josefina tiene una distribución
espacial tradicional, aunque su casa y la de su hermana están construidas con
materiales modernos. La casa pertenecía a sus padres, por lo que mínimo tiene entre
70 y 80 años de antigüedad.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad Polen arbóreo
Amaranthaceae Amaranthus 4 Pinus 2
Asteraceae - 1
Poaceae Eragrostis mexicana 2 Polen no arbóreo
Asteraceae Florestina 1 Cheno-am
Asteraceae - 1 Asteraceae 31
Chenopodiaceae Chenopodium 1 Malvaceae 8
Euphorbiaceae 2
Zea Mays 1

272
Sitio Guavabito

Fecha de Muestreo: Abril 30, 2016


Fecha de Flotación: Junio, 2016
Peso antes de la Flotación: 360g
Peso después de la flotación 15.81g

La ruinas de la casa que se encuentra en el callejón de la Herradura, de esta


comunidad, pertenecían a una propiedad de aun mayor tamaño la cual aún esta en pie
y en uso según parece (aunque no pudimos encontrar a los dueños de la propiedad);
los vecinos de la comunidad comentan que es la casa más vieja del "rancho".

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad
Aizoaceae Mollugo verticillata 5 Polen arbóreo
Amaranthaceae Amaranthus 8 Pinus 5
Asteraceae Jaegaria 1 Alnus 3
Poaceae Eragrostis mexicana 6
Chenompodiaceae Chenopodium 6 Polen no arbóreo
Fabaceae - 1 Asteraceae 4
Papaveraceae Argemone mexicana 11 Gramineae 37
Poaceae - 6 Leguminosae 3
Poaceae - 6 Zea Mays 1
Portulacaceae Portulaca 10
Solanaceae Physalis 1
Solanaceae Solanus 2

273
Jalisco

Municipio de Degollado

Sitio Degollado 1

Fecha de Muestreo: Marzo 23, 2016


Fecha de Flotación: Junio, 2016
Peso antes de la Flotación: 1970g
Peso después de la flotación 26g

La casa de la que se tomo esta muestra ubicada en la esquina formada por las
calles 16 de Septiembre y Jiménez, forma parte de una construcción que ocupo una
superficie mayor, y esta parte que es utilizada como almacén es lo único que
sobrevive, mientras que lo demás ha sido reconstruido y renovado, donde vive la
familia (la cual nos permitió tomar la muestra más prefirió no darnos su identidad). Se
menciono también la antigüedad como ceracna a principios del s. XX. Es una de las
pocas casas completamente fabricadas en adobe de la localidad, ya que la mayor parte
de las casas de la época están construidas en piedra y cantera.

Figura 132. Unidad doméstica en Degollado. Foto de Google Maps (Agosto 2014)

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad
Amaranthaceae Amaranthus 8 Polen arbóreo
Poaceae Eragrostis mexicana 8 Pinus 3
Asteraceae - 2 Alnus 1
Asteraceae Bidens 3
Chenopodiaceae Chenopodium 1 Polen no arbóreo
Cyperaceae Fimbristilis 5 Cheno-am 2
Cyperaceae Eleocharis 4 Asteraceae 1
Cyperaceae - 2 Gramineae 35
Malvaceae Sida 1 Leguminosae 2
Malvaceae - 1 Zea Mays 2
N.I. - 4
N.I. - 3

274
Poaceae Paspalum 49
Poaceae Panicum 8
Poaceae - -
Portulacaceae Portulaca 5
Solanaceae Solanum 1

275
Sitio Degollado 2 y 2-1

Fecha de Muestreo: Marzo 23, 2016


Fecha de Flotación: Junio, 2016
Peso antes de la Flotación: (1) 750g (2) 1780g
Peso después de la flotación (1) 6.59g (2) 29.08

Corresponde a distintas etapas constructivas de la misma propiedad, ubicada en


la calle Ramón Corona #42, se trata de una casa que de acuerdo a los usuarios de la
propiedad (la cual es un taller de carpintería) es de principios del s. XX y de la cual se
conservan un par de cuartos y las paredes perimetrales, una de las cuales es un poc
más tardía. Se tomo una doble muestra de esta locación ya que la conformación de los
adobes era diferente en las distintas etapas constructivas, tanto en la composición de
la tierra, como en la composición orgánica (como pudimos notar después). El adobe de
la etapa constructiva más tardía tenía una tierra arcillosa rica en hierro (de acuerdo
con el color rojizo de la muestra) y era bastante más duro que un adobe normal
pudiéndose confundir con ladrillo.

Macrorestos Microrestos
Familia Gen/Esp Cantidad
Degollado - 2
1________ ____ l___

Asteraceae Senecio 1 Polen arbóreo


Asteraceae - 1 Pinus 1
Asteraceae Aster 2 Alnus 1
Euphorbiaceae Acalypha 1
Papaveraceae - 2 Polen no arbóreo
Poaceae - 3 Gramineae 20
___ ____ 1
Degollado - 2 (1)
Leguminosae 1

Amaranthaceae Amaranthus 3
Asteraceae - 3
Asteraceae - 3
Asteraceae Tagetes 2
Cyperaceae Cyperus 1
Cyperaceae - 5
Malvaceae Sida 2
N.I. - 1
N.I. - 1
Papaveraceae - 1
Solanaceae Solanum 2

276
Sitio Degollado 3

Fecha de Muestreo: Marzo 23, 2016


Fecha de Flotación: Junio, 2016
Peso antes de la Flotación: 570g
Peso después de la flotación 5.62g

Se trata de una casa abandonada, ubicada en la calle Juarez #193, esta en


ruinas y es utilizada como corral para guajolotes, los vecinos no pudieron darnos razón
de la propiedad. La casa se encontraba en bastantes malas condiciones, mientras que
la tierra del adobe muestreado, mostraba una coloración rojiza.

Figura 133. Unidad doméstica en Degollado. Foto de Google Maps (Agosto 2014)

Macrorestos
Familia Gen/Esp Cantidad
Amaranthaceae Amaranthus 3
Poaceae Eragrostis mexicana 10
Chenopodiaceae Chenopodium 1
Cyperaceae - 6
N.I. - 1
Poaceae Paspalum 8
Portulacaceae Portulaca 1
Solanaceae Solanum 1

277
ANEXO 4

FOTOGRAFÍAS DE LABORATORIO. ANÁLISIS DE MACRORESTOS Y


MICRORESTOS

Macrorestos

Figura 134. Acalypha indica

Figura 135. Amaranthus

278
Figura 136. Argemone mexicana

Figura 137. Bidens pilosa

279
*

Figura 138. Eleocharis

Figura 139. Eragrostis mexicana

280
Figura 140. Fimbristillis

Figura141. Florestina pedata

281
Figura 142. Ipomoea

282
Figura 144. Madia

Figura 145. Malvaceae

283
Figura 146. Mollugo verticilata

Figura 147. Montanoa leucantha

284
Figura 148. Oxalis latifolia

Figura 149. Panicum

285
Figura 150. Paspalum

Figura 151. Pinaropappus roseus

286
*

Figura 152. Cynodon

Figura 153. Portulaca olerácea

287
Figura 154. Avena

Figura 155. Verbena

288
Figura 156. Olote de maíz (Zea Mays) La Estrella 1
289
rNe
O
tt¡
’á j
£

re
£
rOe)
N

're
£
— s mPaleoResearch Institute -re
O
)
■M
O
«C
O
a t^
M LO

70
n a

www.paleoresearch.com
303.277.9848
lililí I I I I I I I 1I
Figura 158. Olote de maíz (Zea Mays) Los Melgoza 2.

290
Microrestos

Figura 159. Acalypha (40x)

Figura 160. Alnus (40x)

291
Figura 161. Asteraceae (10x)

Figura 162. Asteraceae (10x)

292
Figura 163. Cheno Am (40x)

Figura 164. Labiatae (40x)

293
Figura 165. Leguminosae (40x)

Figura 166. Leguminosae (40x)

294
Figura 167. Malvaceae (40x)

Figura 168. Malvaceae (40x)

295
Figura 169. Pinus (10x)

Figura 170. Zea Mays (10x)

296
Figura 171. Zea Mays (lOx)

Figura 172. Zea Mays (10x)

297
ÍNDICE DE MAPAS

Mapa 1. Localidades muestreadas en los municipios de La Piedad y Numarán. 41


Mapa 2. Localidades muestreadas en los municipios de Yurécuaro y Degollado. 42
Mapa 3. Localidades muestreadas en el municipio de Pénjamo. 42
Mapa 4 División de la red Hidrológica Nacional (CONAGUA), se destaca la cuenca
Lerma-Chapala. 49
Mapa 5 Detalle de la Cuenca de Lerma-Chapala y los distritos de riego
correspondientes a dicha cuenca. 51
Mapa 6 Distrito de riego numero 87 (Rosario-Mezquite) se observa la división
municipal. 52
Mapa 7 Los municipios muestreados, contrastados con la red hidrológica nacional. 53
Mapa 8 Área de estudio final, se encuentra delimitada por la fisiografía (representada
por las curvas de nivel). Se observa la densidad de poblaciones rurales. 58
Mapa 9. Distribución de campos de cultivo de cereales y leguminosas (maíz, garbanzo)
en La Piedad para 1950. Basado en descripciones de informantes y fotografías
de la época. 135
Mapa 10. Presencia de cultivos de sorgo en la región actualmente de acuerdo con
INEGI. 136
Mapa 11. Localización de cultivos de hortalizas, frutas y arboles maderables en La
Piedad aproximadamente para 1950. Basado en descripciones de los
informantes. 138
Mapa 12. Cultivo de cereales y frutas en la comunidad de Degollado para 1940. De
acuerdo a descripciones de los informantes. 140
Mapa 13. Crecimiento de la ciudad de La Piedad entre 1901 y 1973. 171

ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1. Informantes Entrevistados. 33


Tabla 2. Toma de Muestras para análisis arqueobotánicos. 40
Tabla 3. Especies botánicas presentes en la región bajo estudio. Elaborado en base a
los informes del CIDIIR. 90-95
Tabla 4. Especies identificadas durante el análisis de macrorestos. 98-100
Tabla 5. Presencia de las familias en los diferentes sitios muestreados. 101
Tabla 6. Frecuencia absoluta de familias en análisis palinológico. 106
Tabla 7. Frecuencia absoluta de polen por municipio. 108
Tabla 8. Frecuencia absoluta y relativa por familia en análisis de macrorestos. 125-126
Tabla 9. Presencia de los géneros de Poaceae por municipio. 126
Tabla 10. Especies con uso comestible en el análisis de macrorestos 143
Tabla 11. Especies con uso medicinal en el análisis de macrorestos. 152-153
Tabla 12. Especies medicinales con mayor demanda de acuerdo a los comerciantes.
155-156
Tabla 13. Otros usos registrados para las especies con presencia en análisis de
macrorestos. 163-164

298
ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1. Mapa del municipio de Pénjamo para el s. XVI. 77

Figura 2. Flotación de la muestra. 97


Figura 3. Recuperación de restos orgánicos. 97
Figura 4. Observación e Identificación. 98
Figura 5. Extracción de polen. 104
Figura 6. Montaje de la muestra. 105
Figura 7. Muestra montada y preparada para identificación. 105
Figura 8. Partícula de polen de la familia Pinus (muestra actual) 107
Figura 9. Grafico comparativo de familias por municipio en análisis palinológico. 110
Figura 10. Plano de una Unidad Doméstica rural tradicional. Basada en las
descripciones de Carrasco. 117
Figura 11. Plano de una Unidad doméstica rural (estructura de zagüán). Basado en la
descripción de Ettinger. 118
Figura 12. Plano de una Unidad doméstica urbana de la Piedad Michoacán para
principios del s. XX (basado en descripciones de informantes y observaciones
propias). 119
Figura 13. Ilustración hipotética de una unidad doméstica rural. 121
Figura 14. Ilustración hipotética de una Unidad doméstica urbana en La Piedad
Michoacán de principios de siglo XX. Vista desde el patio interior (arriba), vista
lateral (abajo). (Basada en descripciones de informantes y observaciones
propias). 122
Figura 15. Vista de las casas por la calle Juárez . Principios del s. XX. 123
Figura 16. Ilustración hipotética de la construcción en adobe. Se muestran algunas de
las especies encontradas durante los análisis (1. Maíz 2. Eragrostis mexicana 3.
Panicum). 129
Figura 17. Panorámica del Río Lerma para principios de s. XX. 131
Figura 18. Vista de La Piedad Michoacán en lo que sería la actual calle Madero (década
de 1920). Se observa los campos de cultivo de maíz en primer plano. 133
Figura 19. Vista de La Piedad para 1918, desde el occidente de la ciudad. En primer
plano algunos sembradíos de maíz, al fondo se observa el Santuario del Señor
de La Piedad. 134
Figura 20. El jardín de La Purísima a principios del s. XX. Nótese la presencia de
árboles frutales. 137
Figura 21. Vista del Santuario de la Virgen de Guadalupe, desde el traspatio de una
casa local. Nótese en primer plano los nopales y el guamuchil. (Primeros años
del s. XX). 139
Figura 22. Quelites (izq). Verdolagas (der). 141
Figura 23. Huevo de gato (izq). Flor de San Nicolás (der). 142
Figura 24. Ilustración hipotética de una cocina de principios de s. XX 146
Figura 25. Espacio para plantas de ornato y medicinales en la casa de Gabriel en Los
Ayala. 149
Figura 26. Plantas medicinales en la pared en casa de Gabriel en Los Ayala. 149
Figura 27. La costumbre de colgar las plantas medicinales en la pared se mantiene en
muchas regiones, esta es en la casa de la familia Cayetano en Huáncito,
Michoacán. 150
Figura 28. Ilustración hipotética del patio de una Unidad Domestica de principios de s.
XX. 157
Figura 29. Vista de la plaza central de la ciudad. Nótese la presencia de árboles
frutales para ornato (Década de 1920 aprox.). 159

299
Figura 30. Vista de la plaza principal para finales de la década de 1960. Nótese la
presencia de Ficus. 159
Figura 31. Mapa de la ciudad para 1901. 171

Anexo 2

Figura 32. Tlayapaloni (7v). 187


Figura 33 Ricinus comunis (izq) Cyssus sicyoides (der). 187
Figura 34. Tezonpahtli (8v). 188
Figura 35. Xiuhamolli (9r). 188
Figura 36. Ipomoea murucoides (izq); detalle de la floración (der.). 189
Figura 37. Xihuitl Tonalco Mochiua huahuachcho (9v). 189
Figura 38. Miriabilis jalapa (izq) Stevia salicifolia (der). 190
Figura 39. Matlalxochitl (10v). 190
Figura 40. Azcapan yxhua tlahzolpahtli (13v). 191
Figura 41. Huihuitzycochizxiuitl (13v). 191
Figura 42. Ezpahtli (20r). 192
Figura 43. Jatropha dioica (izq) Bouvardia terniflora (der). 192
Figura 44. Vuitcolohtli (20r). 193
Figura 45. Detalle de la flor de P. philadelphica, puede apreciarse tanto la decoración
en sus petalos como el borde dentado de sus folios. 193
Figura 46. Papaloquilitl (20v). 194
Figura 47. Porophyllum punctatum. 194
Figura 48. Tlalaueuetl (7v). 195
Figura 49. Acalypha indica. 196
Figura 50.Quauhtlaxoxocoyolin (8r). 196
Figura 51. Oxalis latifolia. 197
Figura 52. Tetzmitl (13r). 197
Figura 53. Cochizxihuitl (13v). 198
Figura 54. Argemone ochloreuca. 199
Figura 55. Tlaquilin (14v). 199
Figura 56. Yztacpahtli (16r). 200
Figura 57. Mimosa púdica. 200
Figura 58. Lysiloma acapulcencis. 201
Figura 59. Tolpatlactli (18r). 201
Figura 60. Typha latifolia. 202
Figura 61. Teoyztaquilit (19r). 203
Figura 62. Bidens odorata (izq) Erysium capitatum (der). 203
Figura 63. Quauhtla xoxocoyolin (19v). 204
Figura 64. Tlatlannquaye (21v). 205
Figura 65. Iresine Calea. 205
Figura 66. Tolohuaxihuitl (25r). 206
Figura 67. Datura stramonium. 206
Figura 68. Tonatiuh Yxiuh ahhuachcho. 207
Figura 69. Sida rhombifolia. 207
Figura 70 Quetzalxoxoucapahtli (26r). 208
Figura 71. Tlatlacotic (27r). 208
Figura 72. Tlatlaolton (27v). 209
Figura 73. Porophylum viridiflorum. 209
Figura 74. Tzitzicton (27v). 210
Figura 75. Nonochton Azcapayxua (28r). 210
Figura 76. Tlacacamohtli (28v). 211
Figura 77. Tolohuaxihuitl (29r). 212

300
Figura 78. Ayecohtli (29v). 212
Figura 79. Tonatiuh Yxiuh pepetlaca (30r). 213
Figura 80. Copaliyac xiuhtontli (30v). 213
Figura 81. Tagetes erecta. 214
Figura 82. Velicpahtli (32r). 215
Figura 83. Tlalhuaxin (33r). 215
Figura 84. Mimosa aculeaticarpa 216
Figura 85. Tlanenpopoloua Xiuhtontli (33v). 216
Figura 86. Asclepias linaria. 217
Figura 87. Huihuitzmallotic (34r). 217
Figura 88. Mentzellia hispida. 218
Figura 89. Couanenepilli (34r). 218
Figura 90. Mamaxtla (34v). 229
Figura 91. Rumex obtusifolius. 220
Figura 92. Tlacoyzquixochitl (34v). 221
Figura 93. Coyoxihuitl Tlaztaleyatic (35r). 222
Figura 94. Loeselia mexicana. 222
Figura 95. Xoxouhcapahtli. 223
Figura 96.Salvia polystachia. 223
Figura 97. Xiueh capahtli (37r). 224
Figura 98. Cassia occidentalis. 224
Figura 99. Huitzihtzilxochitl (36v). 225
Figura 100. Piltzintecouhxochitl (38r). 225
Figura 101. Lantana cámara. 226
Figura 102. Totonquixochitl (38r). 226
Figura 103. Yztacquauitl (38v). 227
Figura 104. Tomazquitl (39r). 228
Figura 105. Quauhhuitzihtzilxochitl (39r). 228
Figura 106. Colomecatl (43r). 229
Figura 107. Acacapacquilitl (44r). 230
Figura 108. Jaegeria hirta. 231
Figura 109. Tlalhaueuetl (46v). 232
Figura 110. Zacamatlalin (48r). 233
Figura 111. Commelina pallida. 233
Figura 112. Tzihuac copalli (48v). 234
Figura 113. Bursera. 234
Figura 114. Quetzalmizquitl (49r). 235
Figura 115. Tlatcnochtli (49v). 236
Figura 116. Ayauhtonan (54r). 236
Figura 117. Cuphea aequipetala. 237
Figura 118. Chiyahuaxihutl (54v). 238
Figura 119. Tagetes lunulata. 238
Figura 120. Tepepapaloquilitl (56r). 239
Figura 121. Cihuapahtli (57v). 239
Figura 122. Montanoa tomentosa. 240
Figura 123. Ayohnelhuatl (izq 59r). 241
Figura 124. Memeyaxihuitl (60r). 242
Figura 125. Euphorbia postrata. 242

Anexo 3

Figura 124. Unidad doméstica en Banquetes. Foto de Google Maps (enero 2010). 246
Figura 125. Unidad doméstica en La Purísima. Foto de Google Maps (Enero 2010). 247

301
Figura 126. Entrada de Unidad doméstica en Los Ayala. 249
Figura 127. Parte trasera de unidad doméstica en los Ayala. 250
Figura 128. Fachada de unidad doméstica en los Ayala. 250
Figura 129. Restos de unidad doméstica en Zaragoza. 258
Figura 130. Fachada de unidad doméstica en Numarán. 261
Figura 131. Restos de unidad domestica en La Estrella (municipio de Pémjamo). 269
Figura 132. Unidad doméstica en Degollado. Foto de Google Maps (Agosto 2014). 273
Figura 133. Unidad doméstica en Degollado. Foto de Google Maps (Agosto 2014). 276

Anexo 4

Figura 134. Acalypha indica. 277


Figura 135. Amaranthus. 277
Figura 136. Argemone mexicana. 278
Figura 137. Bidens pilosa. 278
Figura 138. Eleocharis. 279
Figura 139. Eragrostis mexicana. 279
Figura 140. Fimbristillis. 280
Figura141. Florestina pedata. 280
Figura 142. Ipomoea. 281
Figura 143. Jaegeria. 281
Figura 144. Madia. 282
Figura 145. Malvaceae. 282
Figura 146. Mollugo verticilata. 283
Figura 147. Montanoa leucantha. 283
Figura 148. Oxalis latifolia. 284
Figura 149. Panicum. 284
Figura 150. Paspalum. 285
Figura 151. Pinaropappus roseus. 285
Figura 152. Cynodon. 286
Figura 153. Portulaca oleracea. 286
Figura 154. Avena. 287
Figura 155. Verbena. 287
Figura 156. Olote de maíz (Zea Mays) La Estrella 1. 288
Figura 157- Olote de maíz (Zea Mays) Los Melgoza 1. 288
Figura 158. Olote de maíz (Zea Mays) Los Melgoza 2. 289
Figura 159. Acalypha (40x). 290
Figura 160. Alnus (40x). 290
Figura 161. Asteraceae (10x). 291
Figura 162. Asteraceae (10x). 291
Figura 163. Cheno Am (40x). 292
Figura 164. Labiatae (40x). 292
Figura 165. Leguminosae (40x). 293
Figura 166. Leguminosae (40x). 293
Figura 167. Malvaceae (40x). 294
Figura 168. Malvaceae (40x). 294
Figura 169. Pinus (10x). 295
Figura 170. Zea Mays (10x). 295
Figura 171. Zea Mays (10x). 296
Figura 172. Zea Mays (10x). 296

302
BIBLIOGRAFÍA

Aceves Torres, Bertha


2002 Memorias y Relatos. Las Actas de Cabildo de La Piedad Michoacán. 1a ed.
Morelia.

Aguilar, A., Argueta, A., & Cano, L.


1994 Flora Medicinal Indígena de México. México: Instituto Nacional Indigenista.

Aguilar Santelises, Remedios; Rufina García


2004 Catálogo de Plantas reportadas como parte de la dieta de la guacamaya verde
(Ara militaris) en la región de la cañada oaxaqueña. CIIDIR-IPN, Oaxaca.
México.

Aguirre Anaya, Alberto


2014a Energía eléctrica en el umbral La Piedad-Pénjamo hacia el siglo XX, En Carlos
Herrejón Y Octavio Montes (inédito).

2014b El agua y sus usos. Una propuesta para la comunicación del patrimonio, para el
libro Interpretación del patrimonio cultural: pasos hacia una divulgación
significativa en México (inedito), Manuel Gándara y A. Jiménez

Aguirre Beltrán, Gónzalo


1970 El Proceso de Aculturación y el cambio sociocultural en México. Editorial
Comunidad. 2a ed. México D.F.

Alcalá, Jerónimo de
2008 Relación de Michoacán [1517]. El Colégio de Michoacán. México.

Anderson, Arthur J. O.
1963 Materiales Colorantes Prehispánicos. Estudios de Cultura Nahuatl. 4:44

Antaramian, Harutunian, Eduardo


2005 En La Biodiversidad del Estado de Michoacán: Estudio de estado. L. E. Villaseñor
G. Conabio. UMSNH. México.

Arias, Patricia
2005 El mundo rural, diverso y cambiante. En Gente de Campo: Patrimonios y
Dinámicas Rurales en México. Vol I. Esteban Barragán (Ed.). El Colegio de
Michoacán. México.

Arnason, J. T.
1993 Phytochemistry of Medicinal Plants. Plenum Press New York. USA.

Arnold, Dean
1978 Ethnography of pottery-making in the Valley of Guatemala. En The Ceramics of
Kaminajuyú. Editado por R. Wetherington. pp. 327-400. University Park: Penn
State University Press.

Banning, E. B.

303
2000 The Archaeologist's Laboratory: The Analysis of Archaeological data. 1a ed.
Springer US. USA.

Barfield, Thomas
2000 Diccionario de Antropología. Siglo XXI. México

Barquero, Andrea A.
2007 Plantas Sanadoras: Pasado, Presente y Futuro. Química Viva. 2(6)

Barragán López, Esteban


1997 Con un pie en el estribo. Formacigon y deslizamiento de las sociedades rancheras
en la construcción del México moderno. Colmich. Red Neruda. México.

Barragán, Estevan y Martha Chávez


1993 Tiempo y espacio entre los rancheros jalmichianos. Relaciones. 54:117-136

Barragán, Esteban, Thierry Linck y David Skerrit


1994 Presentación. En Rancheros y Sociedades Rancheras. Esteban Barragán, Thierry
Linck y David Skerrit (coords.). CEMCA. El Colegio de Michoacán. ORSTOM.
México.

Barragán, Esteban y Thierry Linck


1994 Los rincones rancheros de México. Cartografía de Sociedades relegadas. En
Rancheros y Sociedades Rancheras. Esteban Barragán, Thierry Linck y David
Skerrit (coords.). CEMCA. El Colegio de Michoacán. ORSTOM. México.

Bate, Luís Felipe


1998 El proceso de investigación en arqueología. Ediciones Grijalva. Barcelona.

Bañuelos G., P. H.; García R., I.; Nava V., J.; González G. G.
1997 Propuesta para el establecimiento de un parque en el cerro de Taquiscuareo,
municipio de La Piedad. Informe Técnico. CIIDIR-IPN.

Blanton, Richard
1994 Houses and households: a comparative study. Plenum Press, New York.

Bello González, Miguel Ángel y Rafael Salgado Garciglia


2007 Plantas medicinales de la comunidad Indígena Nuevo San Juan Parangaricutiro,
Michoacán. México. Sagarpa. UMNSH. Biológicas 9:126-138, México

Berlín, B.
1992 Ethnobotanical classification. Principles of categorization of plants and animals in
traditional societies. New Jersey.

Boehm de Lameiras, Brigitte


1991 El Estado en Mesoamérica. Estudio sobre su origen y Evolución. Revista Española
de Antropología Americana. 21:11-51.

Boehm de Lameiras; Gerardo Sánchez Díaz; Heriberto Moreno García


1995 Michoacán desde Afuera. Visto por algunos de sus ilustres visitantes extranjeros.
Siglos XVI-XX. Colmich. Instituto de Investigaciones Históricas UMSNH.
Gobierno del Estado de Michoacán. México.

304
Boehm Schoendube, Brigette
2005 Buscando hacer Ciencia social. La Antropología y la Ecología Cultural. Relaciones
102(26):62-128.

Brading, David
1972 La estructura de la Producción Agrícola en el Bajío de 1700 a 1850. En Simposio
Haciendas, Plantaciones y Latifundios. Comisión de Historia Económica de
CLACSO. Roma.

Bryant, Vaughn M., Jr.; Richard G. Holloway


1983 The role of palinology in archaeology. In advances in Archaeological Method and
Theory, edited by M. S. Schiffer, Vol. 6, pp. 191-223. Academic Press, New
York.

Buxó, Ramón
1997 Arqueología de las plantas: La explotación económica de las semillas y los frutos
en el marco mediterráneo de la Península Ibérica. Crítica. Barcelona.

Bye B., Robert A.; Linares M., Edelmira


2013 Códice de la Cruz-Badiano: Medicina prehispánica. Primera parte. Arqueología
Mexicana. 50 (Edición Especial).

Caballero, J. y L. Cortés
2001 Percepción, uso y manejo tradicional de los recursos vegetales en México. En
Rendón, B.; et al; Plantas, cultura y sociedad: Estudio sobre la relación entre
seres humanos y plantas en los albores del siglo XXI. Universidad Autónoma
Metropolitana. 1a ed. México. pp. 79-100.

Cabrera González, Arcelia; Juan Carlos González y Juan Manuel Ayala Gomez
2005 En La Biodiversidad del Estado de Michoacán: Estudio de estado. L. E. Villaseñor
G. Conabio. UMSNH. México.

Camarena Luviano, Francisco Javier


2001 Los Hachones de San Francisco. En La Piedad: Ayer y Hoy. Desde la época
prehispánica hasta nuestros días. Tomo II. Editado por el Ayuntamiento de La
Piedad 1999 - 2001.

Carranza González, Eleazar


2005 En La Biodiversidad del Estado de Michoacán: Estudio de estado. L. E. Villaseñor
G. Conabio. UMSNH. México.

Carrasco, Pedro
1982 Estratificación Social indígena en Morelos durante el siglo XVI. En Estratificación
social en la Mesoamérica prehispánica. INAH. SEP. México.

1993 La familia conjunta en el México antiguo: el caso de Molotla. En Historia de la


familia. Compilado por P. Gonzalbo. Universidad Autónoma Metropolitana.
Instituto Mora. México.

Carrillo Cázares, Alberto


2010 La Primera Historia de La Piedad: El Fénix del Amor. El Colegio de Michoacán.
Foro Cultural Piedadense. 3a ed. México.

305
Carsten, Janet y Stephen Hugh-Jones
1995 Introduction: About the House - Levi-Strauss and Beyond. En About the Houses:
Lévi-Strauss and Beyond. Editado por Janet Carsten y Stephen Hugh-Jones. pp.
1-46 Cambridge University Press, Cambridge.

Cervántes de Salazar, Francisco


2008 Crónica de la Nueva España I. Linkagua. Barcelona

Cisneros Guerrero, Gabriela


1998 Cambios en la frontera Chichimeca en la región centro norte de la nueva España
durante el siglo XVI. Investigaciones Geográficas Boletín. 36:57-70.

Chávez Ortíz, César Rafael


2009 Las ciudades en la historia ambiental. Investigación Ambiental. 1(2):197-201

Chávez, Martha
1994 "Uno es la de todo". En Rancheros y Sociedades Rancheras. Esteban Barragán,
Thierry Linck y David Skerrit (coords.). CEMCA. El Colegio de Michoacán.
ORSt O m . México.

2010 De la unidad doméstica a la organización familiar para la producción. De las


engordas de ganado en el Bajío Guanajuatense. Revista Pueblos y Fronteras
Digital. 6(9):247-277.

Chevalier, Francois
1976 La Formación de los Latifundios en México. Tierra y sociedad en los siglos XVI y
XVII. (Antonio Alatorre trad.). 2a ed. Fondo de Cultura Económica. México D.F.

1982 Acerca de los orígenes de la pequeña propiedad en el occidente de México.


Historia Comparada. En Después de los Latifundios (La desintegración de la
gran propiedad agraria en México). III Coloquio de Antropología e Historia
Regionales. Heriberto Moreno García (coord.). El Colegio de Michoacán. México.

CONAGUA
2014 Atlas del Agua en México. Luz del Carmen Velázquez Simental y Eduardo Antonio
Acosta Lara (coord.). México.

Cruz, Martín de la.


1996 [1552] Libellus de medicinalibus indorum herbis: manuscrito azteca de 1552 /
Martín de la Cruz; Según trad. latina de Juan Badiano. México : Fondo de
Cultura Económica : Instituto Mexicano del Seguro Social

D' Antoni, Héctor L.


1979 Arqueoecología. El Hombre en los ecosistemas del pasado a través de la
Palinología. SEP/INAH. México.

De Bourbourg, Charles Etienne Brasseur


1988 Viaje por el itsmo de Tehuantepec, 1859-1860. En José Iturriaga de la Fuente.
Anecdotario de Viajeros Extranjeros en México: siglos XVI-XX. Vol I. Fondo de
Cultura Económica. México. pp. 183-187.

De la Peña Estrada, Diego

306
1997 Adobe, Características y sus principales usos en la construcción. Instituto
Tecnológico de la construcción. México D. F.

Emmart, Emily Walcott


1940 The Badianus Manuscript (Codex Barberini Latin 241): An Aztec Herbal of 1552.
Baltimore, John Hopkins University Press.

Espejel Carbajal, Claudia


2008 La justicia y el fuego. Dos claves para leer la relción de Michoacán. Tomo II. El
Colegio de Michoacán. México.

Ettinger, Catherine R.
2010 La Transformación de la vivienda vernácula en Michoacán: materialidad, espacio
y representación. Conacyt. México.

EUROPARC-España.
2008 Planificar para gestionar los espacios naturales protegidos. Madrid: Fundación
Interuniversitaria Fernándo González Bernáldez para espacios naturales .

Fernández N., Rafael.


1992 Nombres Comunes, usos y distribución Geográfica del Género Karwinskia
(Rhamnaceae) en México. Anales Inst. Biol. UNAM, Ser. Bot. 63(1):1-23.

2010 Nombres comunes, etnobotánica y distribución geográfica del género Colubrina


(Rhamnaceae) en México. Revista Científica UDO Agrícola 10(1):7-22.

Fernández Nava, Rafael; D. Ramos Zamora; E. Carranza González


2001 Notas sobre plantas medicinales del estado de Querétaro. Polibotánica. 12:1-40.

Flannery, Kent
1973 The Origins of Agriculture. Annual Review of Anthropology. 2:271-310

Florescano, Enrique
2003 El patrimonio nacional: valores, usos, estudios y difusión. México D.F: Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes, n.3, p. 42-54.

Fournier, Patricia
1998 El complejo nixtamal/comal/tortilla en Mesoamérica. Boletín de Antropología
Americana 32:13-40.

Gamma Castro, Jorge E.; Cruz y Cruz, Tamara; Pi Puig, Teresa; Álcala-Martínez, René;
Cabadas-Báez, Héctor; Jasso-Castañeda, Carolina; Díaz Ortéga, Jaime; Sánchez
Pérez, Serafín; López-Aguilar, Fernando; Villanova de Allende Rodrigo.
2012 Arquitectura de tierra: el adobe como material de construcción de la época
prehispánica. Boletín de la Sociedad Geológica Mexicana. 64(2):177-188

García de Alba García, Javier E.; Blanca C. Ramírez Hernández; Gilberto Robles
Arellano; Julia Zañudo Hernández; Ana L. Salcedo Rocha.
2012 Conocimiento y uso de la plantas medicinales en la zona metropolitana de
Guadalajara. Desacatos 39:29-44

García García, Nahúm.

307
2001 Propiedades físicas y mecánicas de la madera de Conzattia muitifiora (Rob.)
Standl. Universidad Autónoma de Chapingo. División de ciencias forestales.

García Ruiz, Ignacio


2000 Establecimiento de un paruqe arqueológico-botánico del cerro de los chichimecas,
municipio de La Piedad, Michoacán. Informe técnico final de proyecto de
investigación. CIIDIR-IPN

García Sánchez, Magdalena A.


2008 Petates, peces y patos: pervivencia cultural y comercio entre México y Toluca. El
Colegio de Michoacán: CIESAS.

2011 El proceso de formación de la unidad doméstica y su manifestación material. Una


mirada Etnohistórica. En Patrones de asentamiento y actividades de
subsistencia en el occidente de México. Reconocimiento a la doctora Hellen P.
Pollard. Editado por Eduardo Williams y Phil C. Weigand. pp. 171-187. El
Colegio de Michoacán, A.C. México.

Garduño Monroy, Victor Hugo


2005 En La Biodiversidad del Estado de Michoacán: Estudio de estado. L. E. Villaseñor
G. Conabio. UMSNH. México.

Gatti, Fabio
2012 Arquitectura y Construcción en Tierra. Estudio Comparativo de las técnicas
contemporáneas en Tierra. Universidad Politécnica de Catalunya.

Glantz, Margo
1982 Viajes en México. Crónicas extranjeras. Margo Glantz, Tomo I. SEP. México.

González Elizondo, M; et al;


2004 Plantas Medicinales del Estado de Durango y zonas aledañas. CIIDIR-IPN
Durango. México.

González Santana, Octavio Martin


2009 Analisis de los aspectos agropecuarios para la región de la Piedad. En Martha
Chávez Torres y Martín Checa Artasu (coord.). Propuesta de Modelo de
Desarrollo Territorial Integrado para la región de La Piedad: Diagnosticos y
Estrategias. Vol. 1. El Colegio de Michoacán.

Grijalva Pineda, A.
2006 Flora Útil Etnobotánica de Nicaragua. 1a ed. Gobierno de Nicaragua, Ministerio
del Ambiente y los Recursos Naturales. Nicaragua.

Guerrero Baca, Luis Fernando


2006 La Perdida de la arquitectura de adobe en México. Heritage at Risk
2006/2007:112-114

Herrejón, C.
1994 Tradición. Esbozo de algunos conceptos. Relaciones 59:135-159. El Colegio de
Michoacán. □ México

308
2007 Patrionio Cultural . En A. C. Ramírez Barreto, Prácticas, Legislación y Políticas
Culturales; Enfoques académicos desde Michoacán. Morelia, Michoacán, México:
UMSNH.

Hill, J.
1966 A prehistoric community in Eastern Arizona. Southwestern Journal of
Anthropology. 22(1):9-30.

Hirth, Kenneth
2009a Housework and Domestic Craft Production: An Introduction. Archaeological
Papers of the American Anthropological Association 19(1): 1-12.

2009b Craft Production, Household Diversification, and Domestic Economy in


Prehispanic Mesoamerica. Archaeological Papers of the American
Anthropological Association 19(1): 13-32.

Hugh-Jones, Stephen
1995 Inside-Out and Back-to-Front: The androgynous House in Northwest Amazonia.
En About the Houses: Lévi-Strauss and Beyond. Editado por Janet Carsten y
Stephen Hugh-Jones. pp. 226-252. Cambridge University Press, Cambridge.

Hughes, Jonathan R. T.
2000 Ecology and Historical Materialism. Cambridge University Press.

Hyde, H. A y D. Williams
1945 Pollen of lime (Tilia sp.). Nature 155:457

IIED.
Protección de conocimiento tradicional y patrimonio cultural - El concepto de
patrimonio cultural colectivo. IIED, Grupo de trabajo de Poblaciones Indígenas.

Israde Alcántara, Isabel


2005 En La Biodiversidad del Estado de Michoacán: Estudio de estado. L. E. Villaseñor
G. Conabio. UMSNH. México.

Johnston, Kevin y Nancy Gonlin


1998 What do house mean? Aproaches to the analysis of Classic Maya commoner
residences. En Function and Meaning in Classic Maya Architecture. Editado por
Stephen D. Houston. pp. 142-186. Dumbarton Oaks, Washington D.C.

Katz, Friedrich
1982 Los Hacendados y la Revolución Mexicana. En Después de los Latifundios (La
desintegración de la gran propiedad agraria en México). III Coloquio de
Antropología e Historia Regionales. Heriberto Moreno García (coord.). El Colegio
de Michoacán. México.

Kennedy, Brendan M.
2008 Remesas y desarrollo urbano: el caso de Degollado, Jalisco. Stanford University.

Kolonitz, Paula
1984 Un viaje a México en 1864, Lecturas Mexicanas 41. SEP. México.

Kunstadter, Peter

309
1984 Cultural Ideals, Socioeconómic Change, and Household Composition: Karen, Lua',
Hmong, and Thai in Northwestern Thailand. En Households: Comparativa and
Historical Studies of the Domestic Group. Editado por Robert McC. Neeting,
Richard R. Wilk y Eric J. Arnould. pp. 299-329. University of California Press.
U.S.A.

Lea, Vanessa
1995 The houses of the Mebengokre (Kayapó) of Central Brazil - a new door to their
social organization. En About the Houses: Lévi-Strauss and Beyond. Editado por
Janet Carsten y Stephen Hugh-Jones. pp. 206-225. Cambridge University Press,
Cambridge.

Linares, E. y R. Bye
2008 El copal de México. Conabio. Biodiversitas 78:8-11.

Lona, Naoli Victoria


2012 Objects made of copal resin: A radiological analysis. Boletín de la Sociedad
Geológica Méxicana 64(2):207-213

López Austin, Alfredo


2011 Estudio Acerca del Método de Investigación de Fray Bernardino de Sahagún.
Estudios de la Cultura Nahuatl. 42:353-400.

Lozoya, Xavier
1990 Los Señores de las Plantas: Medicina Herbolaria en Mesoamérica. CONACULTA.
Pangea Editores. México.

Lozoya, Xavier y Mariana Lozoya


1982 Flora Medicinal de México. Instituto Mexicano del Seguro Social. México.

Macías Madero, Adriana


2009 De cómo los cerdos hicieron importante a La Piedad. Cambio socia, econñomico y
espacial en una ciudad michoacana. Tesis de Maestría. El Colegio de Michoacán.
La Piedad.

MaC Neish, R. S.
1961 First annual repon of tire Tehuacan archacological botanicalproject Project
Reporst No 1, R. 5. Peabody Foundation, Andover, Massaehusets.

Manzanilla, Linda
1986 Introducción. En Unidades Habitacionales Mesoamericanas y sus Áreas de
Actividad. Editado por Linda Manzanilla. pp. 9-20. Universidad Nacional
Autónoma de México. México.

Martin, Gary J.
1995 Ethnobotany. A methods manual. Royal Botanic Gardens, Kew. UK. Springer
Science+Business Media Dordretch. 1a ed. UK.

Martínez Álvarez, José A. y Téllez Valencia, Carlos,


2003 Monografía de La Piedad, Michoacán. La ventana de nuestros días, la herencia
para el nuevo siglo. Editado por el Ayuntamiento Constitucional de La Piedad.

Martínez Marín, Carlos

310
1987 La etnohistoria: un intento de explicación. En La etnohistoria en Mesoamérica y
los Andes. Compilado por J.M. Pérez Zevallos y J.A. Pérez Gollán. Instituto
Nacional de Antropología e Historia. México. pp 39-63.

Martínez, Mahinda.
2007 Domesticación. [Presentación de Power Point]. Botánica Económica. Universidad
Autónoma de Querétaro

Martínez, Maximino.
1928 Las plantas más útiles que existen en la república mexicana. México.

Marx, Karl
1996 Introducción general a la crítica de la Economía Política. Siglo XXI. México.

Mejía González, Marcial.


2011 Manual de Medicina Tradicional. México, Centro Cultural Mazorca-Calpulli /
Editorial Herbal.

McAnany, Patricia
1995 Ancestors and the Classic Maya Built Environment. En Function and Meaning in
Classic Maya Architecture. Editado por Stephen D. Houston. pp. 271-298.
Dumbarton Oaks, Washington D.C.

McClung de Tapia, Emily


1977 Recientes estudios Paleoetnobotánicos en Teotihuacán México. Anales de
Antropología. 14(1):49-61

McNeil, John R.
2005 Naturaleza y Cultura de la Historia ambiental. Nomadas. 22:12-25

Miranda, Faustino y Valdés Javier


1996 [1964] Comentarios Botánicos. En Libellus de medicinalibus indorum herbis:
manuscrito azteca de 1552. Martín de la Cruz; trad. latina de Juan Badiano.
México : Fondo de Cultura Económica : Instituto Mexicano del Seguro Social.

Mitchell, Don
2007 Muerte entre la abundancia: los paisajes como sistemas de reproducción social.
En La construcción social del paisaje. Joan Nogué (ed.). pp.85-110. Biblioteca
Nueva. España

Morelos G., Noel


1986 El concepto de Unidad Habitacional en el Altiplano (200 aC - 750 dC). En
Unidades Habitacionales Mesoamericanas y sus Áreas de Actividad. Linda
Manzanilla (ed). pp. 193-220. Universidad Nacional Autónoma de México.
México.

Móntes Vega, Octavio Augusto


2009 Análisis de la trama de la Economía Social y Familiar (microeconomía) que opera
en la región de estudio como forma productiva de incidencia en el desarrollo
territorial. En Martha Chávez Torres y Martín Checa Artasu (coord.). Propuesta
de Modelo de Desarrollo Territorial Integrado para la región de La Piedad:
Diagnosticos y Estrategias. Vol. 1. El Colegio de Michoacán.

311
Monroy Ortíz, Columba; Rafael Monroy
2004 Análisis preliminar de la dominancia de las plantas útiles en el estado de Morelos.
Boletín de la Sociedad Botánica de México 74:77-95.

Montufar López, A.
2012 El copal: producción, circulación y usos. En L. López Luján, Humo para los
dioses: Una ofrenda de sahumadores al pie del Templo mayor de tenochtitlan.
México, D.F.: INAH. Museo del templo mayor.

Motolinia, Toribio de Benavente


1971 Memoriales o libro de las cosas de la Nueva España y de los naturales de ella.
Universidad Nacional Autónoma de México. México.

Navarro Pérez, Luz; Sergio Avedaño Reyes


2002 Flora Útil del Municipio de Astacinga, Veracruz, México. Polibotánica 14:67-84.

Neeting, Robert McC.; Wilk, Richard R.; Arnould, Eric J.


1984 Introduction. En Households: Comparative and Historical Studies of the Domestic
Group. Editado por Robert McC. Neeting, Richard R. Wilk y Eric J. Arnould. pp.
xiii-xviii. University of California Press. U.S.A.

Orozco y Berra, Manuel


1978 Historia Antigua y de la Conquista de México. Tomo I. Porrua. México

Pagán Jiménez, J. R.
2009 Nuevas perspectivas sobre las culturas botánicas precolombinas de Puerto Rico:
implicaciones del estudio de almidones e herramienta líticas, cerámicas y de
concha. Cuba Arqueológica. 2(2).

Pardo Santoyana, M., & Gómez Pellón, E.


2003 Etnobotánica: Aprovechamiento tradicional de las plantas y patrimonio cultural .
Anales Jardín botánico de Madrid. 60 (1), 171-182.

Paredes Martínez, Carlos


2005 Descripciones Geográficas del Obispado de Michoacán en el siglo XVIII. Centro
de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social. Univesidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. 1a. ed. México.

Parsons, Jeffrey R.
2006 The last pescadores of Chimalhuacán, Mexico: an archaeological ethnography.
Ann Arbor, Michigan: University of Michigan Press, Museum of Anthropology.

Pearsall, Deborah M.
2010 Paleoetnobothany: A Handbook of procedures. 2a ed. Left Coast Press. California.
USA.

Peñafiel, Antonio
1895 Nomenclatura Geográfica de México. Etimologías de los nombres de lugar. Oficina
Tipográfica de la Secretaria de Fomento. México.

Pérez Martínez, Herón

312
1994 El vocablo rancho y sus derivados: génesis evolución y usos. En Rancheros y
Sociedades Rancheras. Esteban Barragán, Thierry Linck y David Skerrit
(coords.). CEMCA. El Colegio de Michoacán. ORSTOM. México.

Pérez Ramírez
2013 Medicina Domestica en la Tierra caliente Michoacana. El Colegio de Michoacán.
México.

Purata, Silvia E. y Maricarmen León Martínez


2008 La Colecta de resina en Uso y manejo de los copales aromáticos: Resinas y
aceites. Silvia E. Purata Velarde (coord.). Conabio. México.

Ramírez Saiz, Juan Manuel.


1993 La Vivienda Popular y sus actores. Editorial de la red nacional de Investigación
Urbana. México.

Reko, Blas P.
1947 Nombres Botánicos del Manuscrito Badiano. Sociedad Botánica de México.

Robelo, Cecilio A.
1904 Diccionario de Aztequismos ó sea Catalogo de las palabras del idioma náhuatl,
azteca o mexicano, introducidas al castellano bajo diversas formas. Imprenta
del autor. Cuernavaca.

Robichaux, David
2005 ¿Dónde está el hogar? Retos metodológicos para el estudio del grupo doméstico
en la Mesoamérica contemporánea. En Familia y Parentesco en México y
Mesoamérica. Unas Miradas Antropológicas. Recopilado por David Robichaux.
pp. 295-330 Universidad Iberoamericana, A.C.; 1a Ed. México.

Rodale Research Center


1980 Proceedings of the second Amaranth Conference 1980. Rodale Press. Kutztown.

Rodríguez Cuenca, José Vicente


2006 Las enfermedades en las Condiciones de Vida Prehispánicas de Colombia.
Universidad Nacional de Colombia. 1a ed. Bogotá.

Rodríguez-Loubet, Francois
2016 Gran Tunál en el Chichimecatlán antíguo. Arqueología e Etnohistoria. El Colegio
de San Luis. Fomento Cultural del Norte Potosino. México.

Rojas Alba, Mario.


2009 Tratado de medicina tradicional mexicana, Tomo II. Tlahui, 3a Ed. digital.
México.

Rojas Rabiela, Teresa


1983 La Agricultura Chinampera Compilación Histórica. 1a Ed. Chapingo México.
Universidad Autónoma de Chapingo. Colección Cuadernos Universitarios.

1985 La Cosecha del Agua. 1a ed. Ciesas. México.

1988 Las Siembras del Ayer. La Agricultura del siglo XVI. SEP. CIESAS. México.

313
1991 La Agricultura en Tierras Méxicanas: Desde sus orígenes hasta nuestros días. 1a
ed. CONACULTA. México.

2001 La tecnología Agricola. En: Historia Antigua de México vol. IVAspectos


fundamentales de la tradición cultural mesoamericana. Linda Manzanilla y
Leonardo López Luján (coords.). 1a ed. CONACULTA. INAH. México.

2010 Antiguas y nuevas plantas en tierras indígenas en el nuevo contexto mercantil


novohispano. En Caras y máscaras del México étnico. La participación indígena
en las formaciones del Estado Méxicano. Volumen I. Andrew Roth Seneff (ed.).
El Colegio de Michoacán. México.

Rojas Rabiela, Teresa e Ignacio Gutierrez Ruvalcaba


2013 Cien ventanas a los paisajes de antaño: fotografías del campo mexicano de hace
un siglo. 1a ed. CONACYT. Red de Etnoecología y Patrimonio Biocultural. El
Colegio de México. Mexico D.F.

Rojas Rabiela, Teresa y William T Sanders


1985 Historia de la Agricultura. Época prehispánica del Siglo XVI. 2v. INAH.

Roskamp, Hans
2003 Los códices de Cutzio y Huetamo: Encomienda y tributo en la Tierra Caliente de
Michoacán, siglo XVI. México: El Colegio de Michoacán, El Colegio Mexiquense.

2009 Las matrículas de tributos de Cuitzio y Huetamo, Michoacán, siglo XVI. En


Caminos y Mercados de México. Janet Long Towell y Malia Attolini Lecón
(coord.). México.

Royo Márquez, Mario H; Alicia Melgoza Castillo


2001 Listado del campo Experimental La Campana y uso de su flora. Tec. Pecu. Mex,
39(2):105-125

Ruíz de Alarcón, Hernando


1988 Tratado de las supersticiones y costumbres gentílicas que hoy viven entre los
indios naturales de la Nueva España. Cien de México. SEP. México.

Rzedowski, Jerzi
1983 Vegetación de México. Limusa. 1a ed. México

Rzedowski, Jerzy; Guevara-Féfer, Fernando.


1992 Flora del Bajio y Regiones adyacentes; Fasciculo 3, Burseraceae; pag. 5-9

Saénz Campos, D.
2003 Medicamentos, plantas medicinales y productos naturales. Fármacos, 16(1, 2)

Santamaría, Francisco I.
2000 Diccionario de Mejicanismos. Porrua. 6a ed. México.

Sahagún, Bernardino de
1975 [1569] Historia General de las cosas de la Nueva España. 3a ed. México. Editorial
Porrúa.

314
2009 [1569] Historia General de las cosas de la Nueva España II. Linkgua S. L.
Barcelona.

Sanders, William
1981 "Ecological adaptation in the Basin of México: 23,000 B.C.
to the present. En Supplement to the handbook of Middle American Indians. Vol I.
Archaeology. J.A. Sabloff (ed.). University of Texas Press, Austin. pp. 147-197.

Sánchez González, José


1981 El marco jurídico de la Reforma Agraria en el período 1940-1981. En Después de
los Latifundios (La desintegración de la gran propiedad agraria en México). III
Coloquio de Antropología e Historia Regionales. Heriberto Moreno García
(coord.). El Colegio de Michoacán. México.

Sánchez Rodríguez, Martín


2005 "El mejor de los títulos" en Riego, organización social y administración de
recursos hidráulicos en el Bajío mexicano. Editado por El Colegio de Michoacán,
el Gobierno del Estado de Guanajuato y la Comisión Estatal del Agua.

Schiffer, Michael B.
1991 Los procesos de Formación del Registro Arqueológico. Boletín de Antropología
Americana 23:39-45

Shultes, Richard Evans.


1976 Hallucinogenic Plants. Golden Press.

SINAP.
s.f. Obtenido de www.conanp.gob.mx/que_hacemos/sinap.php

Steward, Julian H.
1958 Problems of Cultural Evolution. Evolution 12(2):206-210.

1979 Theory of Cultural Change: The Methodology of Multilinear Evolution. University


of illinois Press. Illinois.

Sutton, Mark Q. y E. N. Anderson


2010 Introduction to Cultural Ecology. 2a. Ed. Altamira Press. U.S.A.

Trigger, Bruce
1992 La Historia del Pensamiento Arqueológico. Crítica Editorial. Barcelona. pp. 475

Tavarez, D. E.; K. Smith


2001. La etnohistoria en América: Crónica de una disciplina bastarda. Desacatos 7:11-
20

Terán, Silvia y Christian Rasmussen


2009 La Milpa de los Mayas. UNAM-UNO. Mérida

Tortolero Villaseñor, Alejandro


2006 Presentación: La historia ambiental en América Latina. Por un intento de
historizar la ecología. Signos Históricos. 16(2):8-14.

315
Tuiran, Rodolfo
1993 Vivir en Familia: Hogares y estructura familiar en México, 1976-1987. Comercio
Exterior 43(7)

UNESCO.
1972 Convención sobre la protección de Patrimonio Mundial Cultural y Natural .

UNESCO.
2003 Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial.

Uzeta, Jorge,
1997 El diablo y la Santa. Imaginario religioso y cambio social en Santa Ana Pacueco,
Guanajuato. El Colegio de Michoacán.

Varguez Pasos, Luis A.


1981 La Milpa y los Milperos del "Oriente" de Yucatán. En La Milpa entre los Mayas de
Yucatán. Recopilado por: Luis A. Varguez Pasos. pp. 74-114. Universidad de
Yucatán. México.

Valdés Gutiérrez, Javier; Hilda Flores Olvera, Helga Ochoterena-Booth


1992 La Botánica en el Códice de la Cruz. En Estudio Actuales sobre el Libellus de
Medicinalibus Indorum Herbis. Secretaría de Salud. México.

Vega Sosa, Constanza


1994 Códices y Documentos sobre México. INAH. México D.F.

Villena Fiengo, Sergio


1996 ¿Todo en Familia? Notas teóricas sobre la organización de la reproducción
cotidiana. Sociológica 32

Waterson, Roxana
1995 Houses and Hierarchies in island Southeast Asia. En About the Houses: Lévi-
Strauss and Beyond. Editado por Janet Carsten y Stephen Hugh-Jones. pp. 47­
68 Cambridge University Press, Cambridge.

Weigand, Phil C.
2011 Estrategias de subsistencia durante la sequía entre los Tepecanos de la
comunidad indígena de San Lorenzo Azqueltán, Jalisco. En Patrones de
Asentamiento y actividades de subsistencia en el occidente de México:
Reconocimento a la doctora Helen P. Pollard. Editado por Eduardo Williams y
Phil C. Weigand. pp. 329-349. El Colegío de Michoacán A.C. México.

Wilk, Richard R. y Robert McC Neeting


1984 Households: Changing forms and functions. En Households: Comparative and
Historical Studies of the Domestic Group. Editado por Robert McC. Neeting,
Richard R. Wilk y Eric J. Arnould. pp. 1-28. University of California Press. U.S.A

West, Robert C.
2013 Geografía Cultural de la Moderna área Tarasca. Traducido por Luis Lorenzo
Esparza Serra. El Colegio de Michoacán A. C. México.

Yáñez, Agustín

316
1962 Las tierras flacas. Editorial Joaquín Mortiz. 6a. ed. México

Yesid Bernal, H., H. García Martínez y G. F. Quevedo Sánchez


2011. Pautas para el conocimiento, conservación y uso sostenible de las plantas
medicinales nativas en Colombia. Instituto Humboltd. Ministerio de Ambiente,
Vivienda y Desarrollo Territorial. 1a Ed. Colombia.

Zamora Crescendo, Pedro; José Salvador Flores Guido; Rocío Ruenes Morales
2009. Flora Útil y su manejo en el cono sur del estado de Yucatán, México.
Polibotánica. 28:227-250.

Zizumbo-Villareal, Daniel y Patricia Colunga-García Marín


2008. El origen de la Agricultura, la domesticación de plantas y el establecimiento de
corredores biológico-cultuales en Mesoaméric. Evista de Geografía Agricola 41
pp. 85-113

2010 Origin of Agriculture and Plant Domestiction in West Mesoamerica. Genetic


Resources and Crop Evoltion 57:813-825

Zizumbo-Villareal, Daniel; Flores-Silva, Alondra; Colunga-García Marín, Patricia


2012 The Archaic Diet in Mesoamerica: Incentive for Milpa Development and Species
Domestication. Economic Botany 66(4):328-343.

En la WEB

Degollado. Gobierno del Estado de Jalisco


URL: [https://www.jalisco.gob.mx/en/jalisco/municipios/degollado]

Diccionario de Autoridades 1726-1739


URL: [http://web.frl.es/DA.html]

Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE)


URL: [http://dle.rae.es/?id =LEL14EV]

Diccionario español purhépecha en línea


URL: [http://aulex.org/es-trs/]

"El Labrado de Cantera: donde las piedras hablan". Documental. Univa La Piedad.
Conaculta. Gobierno del Estado de Jalisco.
URL: [https://www.youtube.com/watch?v=3WDbyqU0tnk]

Gran diccionario Náhutl


URL: [http://www.gdn.unam.mx/diccionario]

Google Maps
URL: [https://www.google.com.mx/maps]

Hernádez, Francisco

317
Las Plantas de la Nueva España. Historia Natural de la Nueva España. Obras completas
de Francisco Hernández (1571-1576) Instituto de Biología de la UNAM. URL:
[http://www.ibiologia.unam.mx/plantasnuevaespana]

Rojas Alba, Mario


2014 Galería Herbolaria. BD - Tlahui URL:
[http://tlahui.com/hernolaria/xihuitl_completo.php]

SINAP.
s.f. Obtenido de www.conanp.gob.mx/que_hacemos/sinap.php

Vibrans, Heike; Perdomo Roldán, Francisco.


2009 Taraxacum officinale. Malezas de México (Acceso Abril 24, 2013) URL:
[http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/asteraceae/taraxacum-
officinale/fichas/ficha.htm]

Información Geoestadística

http://www.conagua.gob.mx

http://www.inegi.org.mx

Imágenes

Fotografías propias.
(Figs. 2 ,3, 4, 5, 6, 7, 8, 22, 23, 25, 26, 27; en Anexo 3. 126-131; en Anexo 4. 134­
172).

Ilustraciones y planos por Daniel Godínez (basadas en descripciones de informantes y


observaciones).
(Figs. 10, 11, 12, 13, 14, 16, 24, 28).

Fotografías históricas de La Piedad. Estudios fotográficos varios.


(Figs. 15, 17, 18, 19, 20, 21, 29, 30).

Figura 1
Archivos Estatales. http://www.mecd.gob.es

Figura 10
Basada en Carrasco, Pedro. 1982. Estratificación Social indígena en Morelos durante el
siglo XVI. En Estratificación social en la Mesoamérica prehispánica. INAH. SEP.
México.

Figura 11
Basada en Ettinger, Catherine R. 2010. La Transformación de la vivienda vernácula en
Michoacán: materialidad, espacio y representación. Conacyt. México.

Figura 31
Mapa de La Piedad Michoacán para 1901.
http://www.espejel.com/nueva/carto_mich/La%20Piedad%201901.jpg

318
ANEXO 2

Códice Badiano en linea


http://www.inah.gob.mx/paseos/biblioteca/

Todas las figuras del códice Badiano (Figs. 32, 34, 35, 37, 39, 40, 41, 42, 44, 46, 48,
50, 52, 53, 55, 56, 59, 61, 63, 64, 66, 68, 70, 71, 72, 74, 75, 76, 77, 78, 79,
80, 82, 83, 85, 86, 87, 89, 90, 92, 93, 95, 97, 99, 100, 102, 103, 104, 105,
106, 107, 109, 110, 112, 114, 115, 116, 118, 120, 121, 123 y 124)

Figura 33 (izq).
Ricinus comunis. Ralf Rebrnau. 1999.
https://hodja.wordpress.com/2006/06/01/nemt-at-skaffe-terrorgift-i-danmark/

Figura 33 (der).
Cyssus sicyoides. Pedro Tenorio Lezama. 2009.
http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/vitaceae/cissus-
verticillata/fichas/ficha.htm

Figura 36 (ambas)
Ipomoea murucoides. Heike Vibrans. 2011.
http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/convolvulaceae/ipomoea -
murucoides/fichas/pagina1.htm

Figura 38 (Izq).
Miriabilis Jalapa. Jack Scheper. 2004
http://www.africamuseum.be/collections/external/prelude/view_plant?pi=0867
5

Figura 38 (der).
Stevia salicifolia. Stephen Sharnoff
http://www.sharnoffphotos.com/nature/wild_plants/wild_plantsS/stevia_salicifolia.html

Figura 43 (izq).
Jathropha dioica. 2010.
http://davesgarden.com/guides/pf/showimage/290351/#b

Figura 43 (der).
Bouvardia terniflora. Pedro Tenorio Lezama. 2001.
http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/rubiaceae/bouvardia-
ternifolia/fichas/pagina1.htm

Figura 45
Phisalis philadelohica. Pedro Tenorio Lezama. 2009.
http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/solanaceae/physalis-
philadelphica/fichas/ficha.htm

Figura 47
Porophylum punctatum. Hayden, W. J.
http://chalk.richmond.edu/flora-kaxil-kiuic/p/porophyllum_punctatum.html

319
Figura 49
Acalypha indica. J.Delince.
https://en.wikipedia.org/wiki/Acalypha_indica#/media/File:Acalypha_indica(Kuppaime
ni).JPG

Figura 51
Oxalis latifolia. Pedro Tenorio Lezama.
http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/oxalidaceae/oxalis-
latifolia/fichas/ficha.htm#9.%20Referencias

Figura 54
Argemone ochloreuca. Mark handley. 2004.
http://wetlandinfo.ehp.qld.gov.au/wetlands/species/photo/argemone-ochroleuca-
subsp-ochroleuca.mexican-poppy.argeoch1-mh.jpg

Figura 57
Mimosa púdica. Bui Thuy Dao Nguyen.
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=29674263

Figura 58
Lysiloma acapulcencis. M. Costea with I. Garcia Ruiz and G. Costea. 2013.
http://www.phytoimages.siu.edu/imgs/Cusman1/r/Fabaceae_Lysiloma_acapulcensis_6
3652.html

Figura 60
Typha latifolia. Bogdan.
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=209833

Figura 62 (izq)
Bidens odorata. Pedro Tenorio Lezama.
http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/asteraceae/bidens-
odorata/imagenes/habito-parcial.jpg

Figura 62 (der)
Erysium capitatum. Smith, R.W.
http://www.wildflower.org/plants/result.php?id_plant=ERCA14

Figura 65
Iresine calea. Wynn Anderson. 2015.
http://calphotos.berkeley.edu/cgi/img_query?enlarge=0000+0000+1015+2762

Figura 67
Datura stramonium.
http://www.eljardinensupuerta.es/ekmps/shops/amusarro/images/chamico-datura-
datura-stramonium-20-semillas-spg-[4]-19825-p.png

Figura 69
Sida Rhombifolia. Heike Vibrans.
http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/malvaceae/sida-
rhombifolia/fichas/ficha.htm#9.%20Referencias

320
Figura 73
Porophylum viridiflorum. Abisaí Garcia Mendoza.
http://unibio.unam.mx/irekani/handle/123456789/5419?proyecto=Irekani

Figura 81
Tagetes Erecta. André Karwath.
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tagetes_erecta_(aka).jpg#/media/File:Taget
es_erecta_(aka) .jpg

Figura 84
Mimosa aculeaticarpa.
http://www.catnapin.com/WildFlowers/TreeShrub/tsLegumeMimosa.htm

Figura 86
Asclepias linaria. M. Costea with I. Garcia Ruiz and G. Costea. 2013.
http://www.phytoimages.siu.edu/imgs/Cusman1/r/Apocynaceae_Asclepias_linaria_629
08.html

Figura 88
Mentzellia hispida. Pedro Tenorio Lezama.
http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/loasaceae/mentzelia-
hispida/fichas/ficha.htm#9.%20Referencias

Figura 91
Rumex obtusifolius.
http://www.tipdisease.com/2015/06/bitter-dock-rumex-obtusifolius-overview.html

Figura 94
Loeselia mexicana. Pedro Tenorio Lezama.
http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/polemoniaceae/loeselia-
mexicana/fichas/ficha.htm#9.%20Referencias

Figura 96
Salvia polystachia. Pedro Tenorio Lezama.
http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/lamiaceae/salvia-
polystachya/fichas/ficha.htm#9.%20Referencias

Figura 98
Cassia Occidentalis.
http://www.horsedvm.com/poisonous/senna-occidentalis/

Figura 101
Lantana cámara.
http://www.plantsrescue.com/lantana-camara/

Figura 108
Jaegeria hirta. Andres González.
https://sv.wikipedia.org/wiki/Fil:Jaegeria_hirta-
_Rivera,_Bajo_monte_de_pinos_al_margen_de_la_Cañada_del_Sauce_en_la_base_del
_Cerro_Buena_Vista_3.jpg

Figura 111
Commelina pallida. J.M.Garg.

321
https://commons.wikimedia.Org/wiki/File:Commelina_diffusa_W_IMG_2148.jpg

Figura 113
Bursera bippinata. Mark E. Olson.
http://unibio.unam.mx/irekani/handle/123456789/25707?proyecto=Irekani

Figura 117
Cuphea aequipetala. Pedro Tenorio Lezama.
http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/lythraceae/cuphea-
aequipetala/fichas/ficha.htm#9.%20Referencias

Figura 119
Tagetes lunulata. Pedro Tenorio Lezama.
http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/asteraceae/tagetes-
lunulata/fichas/ficha.htm#9.%20Referencias

Figura 122
Montanoa tomentosa. Pedro Tenorio Lezama.
http://www.conabio.gob.mx/malezasdemexico/asteraceae/montanoa-
tomentosa/fichas/ficha.htm#9.%20Referencias

Figura 125
Euphorbia postrata. Harry Rose.
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Euphorbia_prostrata_plant.jpg

Informantes

Dr. Alberto Carrillo Cázares


Don José Arroyo
Don Beto Bravo Sepúlveda y vecinos.
Gabriel Ayala y familia.
Don Pablo Cruz
Sra. Marta Elva Hernández Galván
Sr. David Rodríguez y su hijo Luis David Rodríguez
Daniel
Ricardo Villanueva
Martín Barajas Rodríguez
Sra. Josefina Barbosa
Prof. Javier Ortíz
Don Joaquín Mares
Don Alvaro Fernandez
Don Arturo Ramírez y familia
Don Enrique Cazares Ayala
Don Alfónso Valadéz Torres
Don Juan González
Don Roberto Delgado

322

También podría gustarte