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ISEC – INSTITUTO DE SOCIOLOGÍA Y ESTUDIOS CAMPESINOS

UNIVERSIDADE INTERNACIONAL DE ANDALUZIA


CURSO DE POS GRADUACIÓN EN
AGROECOLOGIA: LAS BASES SOSTENIBLES DE LA AGRICULTUA
ECOLÓGICA

ACS AMAZONIA:

Los caminos de la agroecología en la Amazonía Brasileña

Marcus Vinicius Gonzalez Franco

2009

1
ISEC – INSTITUTO DE SOCIOLOGÍA Y ESTUDIOS CAMPESINOS
UNIVERSIDADE INTERNACIONAL DE ANDALUZIA
CURSO DE POS GRADUACIÓN EN
AGROECOLOGIA: LAS BASES SOSTENIBLES DE LA AGRICULTUA
ECOLÓGICA

ACS AMAZONIA

Los caminos de la agroecología en la Amazonía Brasileña

Marcus Vinicius Gonzalez Franco

Orientador
Eduardo Sevilla Guzmán

Tesina entregada como parte de los


requerimientos para la obtención del
título de Maestro Programa
Agroecología, Campesinado y
Historia

Febrero de 2009

2
A las personas que buscan
insistentemente en su vida diaria
desarrollar experiencias de vida que
consoliden las bases reales y utópicas
para la construcción de un nuevo
mundo, pautados en la solidariedad y
en la cooperación. A los filósofos
pedreros y pedreros filósofos…

3
AGRADECIMIENTOS

Agradezco a todas las personas que de alguna forma me ayudaron en esa


maestría. Especialmente a Irene y a su familia sin la cual mi permanencia en España
habría sido mucho más difícil, además de la imprescindible ayuda en la revisión y
traducción del texto final. También a João Maciel por su apoyo en los momentos
difíciles y de desánimo, estimulándome para continuar.

A todas las personas entrevistadas y a todos los agricultores y agricultoras de la


ACS que en estos años vienen construyendo una bonita historia, con mucha fuerza y
perseverancia. Un saludo especial a Valdir, Lucióla, Hidelbrando, Jô, Bebé, Nego,
Luzia, Pequena, Nivanilson, Dona Antonia, la matriarca Chica Mendes y Gobira,
Novinha, Francisco, Darcy, Laudino, Alverina, Marcos, Cícero, Edy, Ary, Nivando,
Neide, Eurico y todos los demás no citados pero recordados en el corazón.

Al Instituto de Sociología y Estudios Campesinos - ISEC, por la oportunidad que


me brindó al acogerme como alumno en esta maestría y en especial a Eduardo Sevilla
Guzmán.

A Juan y Edu y su compañera Olga por la acogida en su agradable casa y la


agradable compañía durante la maestría, a Valdemar Arl por las charlas fuera de las
clases y por la fuerza de su militancia, a todos los compañeros y compañeras que
durante la fría estancia en el “monasterio” de Baeza se reunían en la cocina para
calentar las almas con mucha música y alegría.

4
En los moldes de la

Existencia

Somos los colores

del
Sueño…

5
Índice

Introducción…. ................................................................................................................... 07

CAPÍTULO I
1.1 Caracterización General de Acre…………………..……….................................... 09
1.2 Evolución Histórica ………………………………………………………………… 11
1.2.1 El seringal: la empresa capitalista y los ciclos del caucho ……………….. 15
1.2.2 La creación de la identidad seringueira y surgimiento
del campesinato forestal…………………………………………………… 17
1.2.3 La violencia del proyecto modernizante y la resistencia seringueira …… 24
1.2.4 El gobierno de la floresta y la “florestania” ……………………………… 27

CAPÍTULO II
2.1 Movimientos Agroecológicos y la emergencia de los Sistemas
Participativos de Garantía ………………………………………………………… 27
2.2 Ley Brasileña de Orgánicos: una síntesis………………………………………… 34
2.3 Los Sistemas Participativos de Garantía y la Agroecología ……………………... 43

CAPÍTULO III
3.1 La Red ACS Amazonía …………………………………………………………….. 48
3.1.2 Estructura y Funcionamiento.……………………………………………….49
3.1.3 Los grupos comunitarios y la practica agrícola.....…………………………52

CAPÍTULO IV
4.1 Historia de la Red…………………………………………………………………… 55
4.2 La motivación inicial de los distintos actores en la ACS ………………………… 64
4.3 La construcción de la identidad de la ACS ……………………………………….. 68
4.4 La participación en la ACS …………………………………………….………….. 73
4.4.1 Las instituciones colaboradoras ………………………………………….. 74
4.4.2 Las comunidades …………………………………………………………… 80
4.5 Las instancias de trabajo y el control social ……………………………………..... 86

Consideraciones Finales………………………………………………………………….. 90

Bibliografía ………………………………………………………………………………... 95

6
INTRODUCCIÓN

En 2001, en una región de la Amazonía brasileña, específicamente en el Estado de


Acre, surge la Red de Articulación de Certificación Participativa que en 2003 origina la
Asociación de Certificación Socio participativa de la Amazonía – ACS Amazonía. La
ACS, surge bajo la influencia de la discusión nacional de Certificación Participativa,
que venía desarrollándose alrededor del marco legal de la Agricultura Orgánica de
Brasil, no sin falta de conflictos. El proceso de institucionalización de la Ley reflejaba
una importación de las normas internacionales en su estructura, priorizando en el
proceso de control de la calidad orgánica las certificadoras por auditoria de 3° parte, en
detrimento de estrategias endógenas de generación de credibilidad que no estaban
pautadas en un organismo certificador independiente y si en una red de confianza
establecida entre diversos actores implicados en el proceso. Esa estrategia pasó a ser
conocida como Certificación Participativa y, posteriormente, en los reglamentos de la
Ley va a ser llamada Sistema Participativo de Garantía (SPG).

La estrategia de los SPG, al basar la generación de credibilidad ecológica en el


establecimiento de control social dentro del tejido social en el que se desarrolla el
trabajo, potencializa la participación de los actores locales y las formas de acción social
colectiva, desarrollando distintas estrategias de producción y circulación de productos
basados en la lógica de la cooperación y de la confianza mutua. Las redes de
credibilidad promovidas por los SPG se vuelven así una alternativa a la ‘alienación
agroecológica’ (SEVILLA GUZMÁN et al, 2008) que suele ser promovida por los
marcos de legalidad de la Agricultura Orgánica en el mundo, constituyéndose una
importante herramienta en el marco de la Agroecología.

La ACS ha realizado durante estos años un trabajo orientado a promover el


desarrollo rural de las comunidades campesinas a través de estrategias como la
articulación en red de grupos de campesinos e instituciones, técnicos y consumidores en
el marco de la Certificación Participativa, siendo considerada en Brasil una de las
experiencias piloto en SPG.

7
Así, el objetivo de este trabajo es hacer un análisis de la historia de la Red ACS
Amazonía, contribuyendo en el debate institucional de la ACS y en la construcción y
consolidación de los SPG y de la Agroecología en Brasil. Para eso, las fuentes de
informaciones utilizadas en este trabajo incluyen el análisis bibliográfico y documental
sobre el tema, las entrevistas abiertas a los actores de la Red ACS y la observación
participante que vengo desarrollando en mis siete años de trabajo en la Red.

En las entrevistas realizadas fueron priorizados los líderes comunitarios que han
participado de forma más efectiva y prolongada en el proceso y personas de la
Institución con mayor experiencia que hacen parte del cuerpo técnico de la ACS y la
coordinación. Sin embargo, además de las personas entrevistadas otras personas de la
red han participado en este trabajo a través de conversaciones informales y a través de la
elaboración de informes que han sido tenidos en cuenta en el análisis documental
realizado. Además, en algunas entrevistas con los agricultores(as) también estaban
presentes otros miembros de la familia contribuyendo con comentarios y aportaciones
esporádicas. El guión, con preguntas generales, caracteriza las entrevistas como no
estructuradas. El análisis de las entrevistas fue realizado a través del análisis de los
discursos buscado las ideas e impresiones colocadas y los principales temas apuntados
por los entrevistados. La información obtenida en las entrevistas fue comparada y
relacionada con los documentos y registros realizados durante los años de actuación por
los componentes de la red. El hecho del autor de este trabajo ser un miembro activo y un
socio fundador de la Red ACS facilitó la conducción de las entrevistas y un clima de
confianza y proximidad con agricultores y técnicos. Además aportó una observación
participante de siete años. Sin embargo, esto puede también haber favorecido una cierta
parcialidad del análisis.

Así, este trabajo pretende ser un primer paso para un análisis más profundo que
puede ser realizado en una futura tesis doctoral. Además, este trabajo puede contribuir
en la evaluación del trabajo de la red ACS pudiendo ser ampliada y profundizada por
los técnicos y agricultores que forman parte de ella.

8
CAPITULO I
“...Os banidos levaram a missão dolorosíssima
de desaparecerem... E não desapareceram. Ao
contrário, em menos de trinta anos, o estado que
era uma vaga expressão geográfica... definiu-se
de chofre, avantajando-se aos primeiros pontos
do nosso desenvolvimento econômico”.
Euclides da Cunha, 1909.

1.1 CARACTERIZACIÓN GENERAL DE ACRE


Acre está ubicado en la parte Sur-occidental de la Amazonía brasileña, en el
extremo sudoeste. Tiene una superficie territorial de 153.149,9 km 2 y una población de
aproximadamente 483.593 habitantes (IBGE1, 1996 apud ZEE, 2000). El estado hace
frontera internacionalmente con los países de Bolivia (sur y este) y Perú (sur y oeste) y
nacionalmente con el estado de Amazonas (norte) y Rondônia (este). Su territorio se
extiende entre las latitudes 07°06’56’’ a 11°08’41’’ Sur y entre las longitudes
66°37’11’’ a 73°59’32’’ Oeste de Greewich (SILVA, 2006), correspondiendo a un 3,9%
de la superficie total de Amazonía brasileña y un 1.8% del territorio nacional (IBGE,
1995 apud ZEE, 2000).

Situada en la zona tropical y a más de 2000 Km. del litoral brasileño, tiene como
vegetación original el bosque amazónico, con suelos de origen sedimentario, con un
clima ecuatorial caliente y húmedo, con temperaturas medias entre 30 a 36° centígrados

1
Instituto Brasileño de Geografía y Estadística

9
y dos estaciones climáticas bien definidas: el período de las lluvias tiene lugar entre
octubre y mayo y el período seco entre los meses de junio y septiembre. En este período
seco (entre los meses de junio y agosto) ocurre la “friagem”, un fenómeno climático en
el cual masas de aire polar atlántica, originadas en la región Glacial Antártica, avanzan a
través de la depresión del Mar del Plata situado en el centro de Sudamérica, afectando el
Sur de la Amazonía y bajando las temperaturas hasta aproximadamente 10° centígrados.

Tiene un relieve levemente ondulado, con altitudes que varían de 130 a 600m.
Las mayores elevaciones se encuentran en la frontera oeste con Perú, en la que existen
formaciones geológicas andinas que forman la Sierra del Divisor, una ramificación de la
Sierra de Comienza en Perú. El territorio acreano se distribuye en sentido este/oeste,
mientras que sus ríos circulan perpendicularmente en sentido norte/sur. Esto dificulta la
integración interna del territorio y la construcción de carreteras. Acre tiene dos grandes
carreteras, la BR 364 y la BR 317, que comunican la capital del estado Rio Branco. La
BR 364, que comunica con Rondônia, atraviesa por el norte del estado en la dirección
este-oeste hasta la ciudad de Cruzeiro do Sul, en el otro extremo del Estado. Esta
carretera todavía no está totalmente asfaltada y durante el período lluvioso solamente se
puede llegar a la otra mitad del estado en avión, pues la carretera se vuelve intransitable.
La BR 317, ubicada en el extremo este del estado, en dirección norte-sur, llega hasta
Assis Brasil, ciudad fronteriza con Bolivia y Perú. Esta carretera es conocida como
‘carretera del Pacifico’, pues pasa por Peru hasta Chile donde encuentra el mar pacífico.
Forma parte del plan IIRSA (Plan de Integración de Sudamérica) que tiene como
principal objetivo desarrollar infraestructuras en la región para facilitar la entrada de
grandes capitales privados (exportación de maderas y minería para los países asiáticos)
(CARVALHO, 2004).

Su red hidrográfica está formada por dos cuencas hidrográficas principales: la


cuenca del río Juruá y la del río Purus, afluentes del río Solimões, que al juntarse con el
río Negro, se transforma en el río Amazonas. Los ríos en Acre históricamente
desempeñaron una importante función como vía de transporte fluvial, siendo los
“caminos” de entrada de los primeros brasileños y de salida de las riquezas amazónicas.

El estado está divido políticamente en regiones de desarrollo, que corresponden


a micro regiones establecidas por el IBGE y siguen la distribución de las cuencas

10
hidrográficas de los principales ríos. Estos son Alto Acre, Baixo Acre, Purus, Tarauacá/
Envira y Juruá.

1.2 EVOLUCIÓN HISTÓRICA


Para permitir la explotación del látex en la cantidad demandada por los centros
capitalistas (EUA y Europa), fue necesario establecer un sistema propio para la
Amazonia, que conjugaba lucro, productividad y control de la mano de obra dispersa en
medio de los árboles de ‘seringa’ en la selva. Este sistema estaba basado en la
existencia de unidades llamadas ‘seringal’ que constituían enormes áreas de bosque
bajo el dominio de un patrón (seringalista), que coordinaba la producción de la goma
mediante arrendamiento de ‘estradas de seringa’2 a sus trabajadores (seringueiros) y
mediante el monopolio del comercio de la goma y otras mercancías a estos trabajadores
(WOLFF, 1999).

Así, el ‘seringal’ correspondía a la propiedad en toda su extensión territorial,


eran las unidades productivas reales en las cuales el ‘seringalista’ (patrón) era el dueño
y representaba el capital mercantil e industrial en la región. En cada ‘seringal’ habían
varias ‘colocações3’, que representaban el locus de la producción, territorio donde
vivían los ‘seringueiros’ (conocidos equivocadamente como caucheros como ya fue
explicado en la nota anterior) y la verdadera unidad productiva del proceso de
producción en el ‘seringal’ (SILVA, 2003). En el ‘seringal’ importaba menos la
extensión del área que la cantidad de ‘seringueiras’ (REIS, 1953 apud SILVA, 2003),
sin embargo, en cada ‘colocação’ había una media de 300 hectáreas y unos 100 árboles
de ‘seringa’. La tierra no importaba como objeto de trabajo, no se trabajaba sobre ella
sino sobre la Hevea. La tierra (valor de uso) era la base para la producción del valor de
cambio (GONÇALVES, 2003). El ‘seringal’, la instancia de producción, el locus del
trabajo, se conectaba con las instancias de circulación de mercancías, locus del lucro del
capital, a través de lo que era conocido como ‘sistema de aviamento’ (SILVA, 2003).

2
Las ‘estradas de seringa’ eran senderos que unían todos los árboles de seringa que existían en el área
ocupada por cada familia de seringueiros. Son senderos circulares en los cuales el principio y el final
están unidos en un mismo punto.
3
Cada seringal está dividido en varias Colocações. Son los territorios ocupados por cada familia de
seringueiros y que suelen incluir tres o cuatro estradas de seringa.

11
La extracción del látex en Brasil estaba organizado en base al ‘sistema de
aviamiento’ en el cual la organización productiva estaba basada en múltiples
dependencias, y en una relación de intermediación mercantil que se apoyaba en el
trueque de la goma producida por los ‘seringueiros’ en el bosque por productos de
subsistencia ofrecidos por una estratificada cadena intermedia de los ‘aviadores’
(MOREIRA, 1990). Esto supone una jerarquía social en la cual el ‘seringueiro’ se sitúa
debajo en la base de la pirámide. Encima de éste el ‘seringalista’, después las ‘casas
aviadoras’ y las ‘casas exportadoras’ y por encima de todos ellos, del otro lado, estaba
el capital internacional, que sustentaba toda la cadena. Las ‘casas aviadoras’ y
‘exportadoras’ estaban ubicadas en las ciudades de Manaus (Estado del Amazonas) y
Belém (Estado del Pará), situadas en la región norte de la Amazonia desde donde la
goma era exportada. Por allá, por un lado, salía la goma y, por otro, entraban los
productos para el ‘seringal’, en un sistema en el cual el capital mercantil internacional a
través de las ‘casas exportadoras’ financiaba las ‘casas aviadoras’ que ‘aviavam’
(abastecían) los ‘seringalistas’ y éstos a los ‘seringueiros’ (SILVA, 2003).

En el régimen del ‘seringal’ la reproducción del ‘sistema de aviamento’, estaba


centrada en el ‘barracão’, que era la institución creada por el patrón ‘seringalista’ para
controlar la reproducción del ‘seringueiro’, pues era responsable por la venta al
‘seringueiro’ de mercancías manufacturadas a precios altos. El ‘barracão’ también era el
lugar donde los ‘seringueiros’ entregaban la goma al patrón, que tenía el monopolio
sobre la goma producida. El “seringueiro” no recibía un salario regular, su ganancia
dependía de la producción de goma que este conseguía y casi siempre al final de la
negociación (después de la entrega de la goma y del recibimiento de las mercancías) el
‘seringueiro’ generaba una deuda con su patrón, debido a los precios cobrados en el
‘barracão’, constituyéndose como un “esclavo de sus deudas”. Así, en el ‘seringal’
nunca se veía el dinero. La reproducción del trabajo del ‘seringueiro’ era controlada por
el capital mercantil, que extraía el excedente y realizaba la acumulación primitiva
(MOREIRA, 1990).

El régimen del seringal, muy distinto de la situación anterior a él basada en la


extracción múltiple de las ‘drogas del Sertão’ que predominaba en la Amazonia desde el
siglo XVI, cambia la forma de organización del espacio, imponiendo un control sobre la

12
tierra y sobre los medios de producción: la extracción de látex se da como una
producción exclusiva en un monocultivo extractivo. Para viabilizar el emprendimiento
capitalista en el ‘seringal’ era necesario “limpiar el área”, lo que suponía sacar a la
población nativa de allí. Así, empezó una caza a los indígenas llamada localmente
‘correría’. De la misma forma que en el siglo XVI, con el surgimiento del capitalismo
mercantil, los pueblos indígenas fueron aniquilados en muchos lugares de América
latina, el Capitalismo Industrial con la llamada segunda Revolución Industrial, en su
búsqueda de materia prima para la industria neumática (situada principalmente en los
EUA e Inglaterra), fue responsable por la matanza de gran parte de los indígenas
amazónicos de Brasil (GONÇALVES, 2003). El establecimiento de los ‘seringais’ fue
acompañado de sangrientos conflictos con indígenas. Alrededor de 1870, periodo en
que empieza la ocupación de las tierras acreanas por los brasileños, existían
aproximadamente 250.000 indígenas en la región. Al final del siglo pasado quedaban
solamente 12.000 indígenas (CALIXTO et al., 1985 apud SILVA, 2003).

La ‘correría’ era organizada por profesionales contratados por los patrones


‘seringalistas’ y muchas veces los ‘seringueiros’ participaban en ella 4, sufriendo las
consecuencias inmediatas de los contraataques indígenas, pues aunque las armas de
fuego conferían superioridad a los blancos en esta guerra por el territorio, los indígenas
resistían con emboscadas. El relato del cura Tastevin en 1925 (WOLFF, 1999)
evidencia el conflicto entre seringueiros e indígenas:

“El rio Muru era dominado por los seringueiros: ellos lo conquistaron con
mucho trabajo y con armas. A través del trabajo transformaron la selva virgen, que
para los indios no era más que un amplio territorio de caza, en una verdadera fábrica
de producir goma. Los indios los obligaron a hacer uso de las armas por sus repetidos
robos y asesinatos, cometidos normalmente en circunstancias de cobardía, de
violencia, de traición y de un insultante abuso de confianza” (La negrita es mía).

Una cosa es importante destacar: el término fábrica es utilizado comúnmente en


esa época. Se llama ‘fabrico’ al período de coleta del látex y no “safra” 5, término más

4
Muchas veces las ‘correrías’ eran realizadas con auxilio de tribus rivales de aquellas a quien se quería
exterminar. Para eso bastaba con que los ‘seringalistas’ entregaran a la tribu “amiga” las armas de fuego
que la convertían en superior en el combate (WOLFF, 1999).
5
Periodo de producción y colecta de un determinado cultivo.

13
común en los procesos agrícolas, mientras que los ‘seringais’ eran llamados empresas. 6
Así, el propio lenguaje pone en evidencia una nueva forma de dominación del espacio,
la dominación capitalista.

Sin embargo, la relación entre los seringueiros y los indígenas no se basó


solamente en el conflicto. No se puede olvidar que la materia prima esencial al
complejo tecnológico de la Revolución Industrial, se encontraba en el bosque, habitat
de los indígenas, y que además de la extracción del látex ser un conocimiento indígena,
el ‘seringueiro’ venia de otros lugares muy distantes, donde predominaba una
vegetación seca y árida: el “Sertão Nordestino”. De esta forma, se estableció también
una forma de intercambio de conocimientos entre ambos grupos.

El ‘Sertão Nordestino’ es una región en Nordeste de Brasil, que abarca 6 Estados


del Nordeste (Bahia, Pernambuco, Ceará, Paraíba, Rio Grande do Norte, Piauí), con
características climáticas semiáridas que, desde la gran sequía de 1877 a 1879, actúa
como polo de liberación de mano de obra campesina para las actividades económicas en
otras partes de Brasil. Históricamente los nordestinos han constituido el ejército de
reserva de mano de obra para todo el país. De allá salen los brazos y piernas que van a
permitir la “modernización”. Durante el período de 1870 a 1920 el destino es la
Amazonia, sin embargo, con la crisis de la goma en 1912 7 y la gran expansión del
cultivo de café en São Paulo, además del inicio de la expansión industrial en el eje Rio
de Janeiro - São Paulo, el foco de la migración ‘nordestina’ se orienta para el Sur,
volviendo a la Amazonia en el “II ciclo de la Goma” durante la II Guerra Mundial8.

6
Como coloca Gonçalves (2003) es muy significativo que la capital del Estado, la ciudad de Rio Branco,
se originó del Seringal que se llamaba Seringal Empresa.
7
Hasta 1912 el mercado de la goma permanece en alza, obteniendo los mejores precios para la
goma entre 1901 y 1910 y los mayores niveles de exportaciones en Brasil, según GONÇALVES, (2003).
Los precios que la goma alcanzó en el mercado internacional pasan de un promedio de 209 libras entre
1891 y 1900 para 283 libras en 1900 y 420 libras en 1906-1907. Sin embargo, con el traslado de las
semillas de la Hevea para Londres en 1876 por Henry Wickham y posteriormente para sus colonias en
Ceilán, Singapur y Malasia, se establecen monocultivos de Hevea que producen la disminución del precio
de la goma en el mercado internacional produciendo la primera crisis de la goma (conocida como el 1°
ciclo de la goma).
8
En 1940 cuando en la II Guerra Mundial Japón conquista Malasia, que era colonia inglesa, e
interrumpe el envío de la goma a los Aliados, el presidente de Brasil, Getúlio Vargas, con apoyo y
financiamiento del Gobierno de EUA, restablece los “seringais” y la producción del caucho en la
Amazonia. Los ‘nordestinos’, después de una gran campaña publicitaria del gobierno vuelven a la
Amazonia, esta vez como soldados de la guerra, los ‘soldados da borracha’. Sin embargo, las
condiciones de explotación siguen siendo las mismas. De los 80 mil nordestinos que salieron para la
Amazonia en este periodo más de 30.000 mueren durante el viaje (que tenia una duración promedio de 6
meses) o por las pésimas condiciones de vida en el bosque.

14
Así que los nuevos habitantes venidos de la otra parte de Brasil y entregados a su
propia suerte en los bosques amazónicos tienen que desarrollar su capacidad de
supervivencia, aprendiendo con los indígenas no solamente la extracción del látex como
también los signos y significados del bosque, sus sonidos, sus olores, sus hojas, las
pequeñas pistas dejadas por los animales… Pasan así, de una población lejana, de un
lugar distinto, a conocedores de la naturaleza amazónica y de sus ciclos, naturalizándose
en el nuevo ambiente que ahora conformará su habitus, la floresta.

1.2.2 La creación de la identidad seringueira y el surgimiento del campesinato


forestal
La caída del precio de la goma en el período entre las dos grandes Guerras
Mundiales generó una transformación en los espacios de los ‘seringais’. Con los
monocultivos implantados en las colonias inglesas, principalmente en Malasia, el precio
de la goma en el mercado internacional disminuye y toda la cadena comercial de la
goma es afectada. Así, muchos ‘seringais’ son abandonados por el patrón sin trabajo.

En este contexto, los ‘seringueiros’ descapitalizados, permanecen en el bosque,


originando lo que viene a constituirse como un ‘campesinato del bosque’, que asocia la
actividad de extracción de la goma con la agricultura 9, caza, pesca, la cría de pequeños
animales y la extracción de productos forestales. Así, los ‘seringueiros’ y ‘seringueiras’,
fueron convirtiéndose en una ‘población tradicional’10, cada vez mas dependiente de un
territorio que reconoce como suyo, la selva amazónica (WOLFF, 1999).

En este período, aunque la población del Estado disminuye el porcentaje de


mujeres aumenta y la familia pasó a ser una necesidad básica para que se garantizase la
supervivencia. Hasta 1912, el seringueiro soñaba en ganar dinero con la esperanza de
volver a su tierra de origen, el “Sertão Nordestino”, no solía buscar establecer una
familia duradera. Pero, con la crisis y la nueva conformación del espacio, el núcleo
familiar permanente se torna importante (WOLFF, 1999).
9
En los ‘seringais’ era prohibido que los seringueiros practicasen la agricultura de subsistencia. Esto
hacia parte de la estrategia de control de la reproducción del seringueiro.
10
Termino utilizado por Diegues (1996) para designar poblaciones de campesinos, pescadores,
recolectores, extractores y artesanos que mantienen gran dependencia del territorio en el que viven,
estableciendo un modo de vida propio.

15
Gonçalves (2003), coloca que entre los 2 ciclos de la goma, entre 1920 a 1940,
Acre crea un patrón de organización de la sociedad, con características propias, dándose
un cambio del locus de determinación de la organización social del espacio, del
‘barracão’ para la ‘colocação’. O sea, la familia del ‘seringueiro’ y ya no el
‘seringalista’ orienta la nueva conformación del espacio, pero con una lógica de
reproducción especifica que no se corresponde con una lógica económica estrictamente
mercantil, pues el paso de una geografía con base en el ‘extrativismo’ de la goma para
el uso múltiple de los recursos naturales, no tenía el mercado como elemento de
motivación, aunque mantenga una lógica económica propia.

Además de apoderarse de las condiciones de producción, al no pagar renta por la


tierra, estaban volviéndose trabajadores libres, seringueiros autónomos, lo que el
Instituto Brasileño de Geografía y Estadística – IBGE en 1940 va a calificar como
Ocupantes11, o sea, aquellos que ocupan un establecimiento de producción sin que sean
propietarios de la tierra y sin estar subordinados a nadie, sin Estado y sin Patrón. Al
final de la década de los 60 el 44% de los establecimiento rurales de Acre estaba bajo la
responsabilidad de este tipo de “Ocupantes” (GONÇALVES, 2003).

Es en este contexto en el que el ‘seringueiro’ se estabiliza bajo la condición de


‘posseiro’. Sobreviviendo durante varias décadas y pasando después a constituirse,
durante la caída de los precios de la goma y la salida del capital extranjero, en la
principal fuerza productiva que permanece en la frontera económica acreana (SILVA,
2003).

1.2.3 La violencia del proyecto modernizante y la resistencia seringueira


Mientras que Acre vive el proceso de recesión durante las décadas de 20 y 30, el
resto de Brasil encabezado por el eje Rio de Janeiro – São Paulo viene sufriendo
grandes transformaciones resultantes del avance del capitalismo en lo que se conoce
como la “modernización” brasileña. En los años 50 y 60 Brasil vive su Revolución
11
El término “Ocupante” se corresponde con el de “Posseiro” y es aquel que habita una tierra desocupada
pero no tiene la propiedad de la misma a pesar de tener derechos legales sobre el inmueble.

16
Industrial, con el surgimiento del sector de equipamientos, que proporciona mayor
tecnificación a la agricultura produciéndose una reorientación de rumbos. Es en este
periodo cuando grandes áreas son ocupadas por cultivos inadecuados a las condiciones
edáficas, como la soja, (que se extiende en sentido sur-norte desde la pampa del sur de
Brasil al estado de Mato Grosso en el centro-oeste y en sentido oeste-este desde
Pantanal de Mato Grosso hasta el “Sertão” en Bahia), o la ganadería mejorada de corte,
que penetrará en todo Brasil, extrapolando la tradicional ocupación de áreas campestres
(MOREIRA, 1990).12

Este proyecto “modernizante” empieza a tener efectos reales en Acre cuando el


gobierno militar se instala en Brasil en 1964, época conocida como el “milagro
económico”. Con la justificación de ocupar todos los espacios de lo que era considerado
un “vacío demográfico”, para resguardar las fronteras nacionales con el lema “ocupar
para no entregar”13 , el Estado impone un proyecto de “modernización” que, como en
otros lugares de Brasil, privilegiaba a los grandes grupos empresariales, a través de
incentivos fiscales y financieros, principalmente, en la busca de atraer inversiones para
esa nueva frontera (PAULA, 2005).14

Sin embargo, en Acre la política de atracción de capitales provoca un cambio en


la economía local de base recolectora. El ‘seringal’, como espacio de la gran propiedad
latifundista, es repasado y redimensionado para la actividad agropecuaria (SILVA,
2006). El ganado de carne pasa a ser el foco de las inversiones y se produce una fuerte
emigración de ganaderos del Sur de Brasil, los llamados “paulistas”15, que vienen a Acre

12
Este período marca un aumento de los conflictos agrarios en Brasil y es cuando surgen las primeras
organizaciones campesinas como las Ligas Camponesas, que aparecen en 1954 en el Sertão de
Pernambuco, y que en 1962 se unifican en las Ligas Camponesas de Brasil. Surgen también los sindicatos
que empiezan a ser creados en 1948 y en 1963 se crea la Confederación Nacional de los Trabajadores en
la Agricultura – CONTAG; el primer Movimiento de los Agricultores sin Tierra – MASTER en Rio
Grande do Sul etc. (MOREIRA, 1990; GONÇALO, 2001, GONÇALVES, 2003).
13
La ocupación tenía una razón política que era impedir la entrada del comunismo de Latinoamérica en la
Amazonia, como ocurrió en Pará en la famosa Guerrilla de Araguaia de 1969 a 1972, año en que 59 de
los 69 guerrilleros fueron asesinados. Para mayores detalles ver Portela, F. Guerra de Guerrilhas no
Brasil: a saga do Araguaia. São Paulo: Terceiro nome, 2002 y Moura, C (org.). Diário da Guerrilha do
Araguaia. São Paulo: Alfa-omega, 1985.
14
Otra de las razones de la expansión de la frontera amazónica es la necesidad de alojar a los “desalojados
del progreso del campo”, principalmente del Sur de Brasil, para la Amazonia. Así que, además de
disminuir la tensión agraria en otras regiones del país donde la “modernización” capitalista estaba
ocurriendo, este flujo de emigrantes descapitalizados serian además la mano de obra necesaria para el
proceso modernizante en la Amazonia (Rego, 2002).
15
Todos los emigrantes venidos del Sur eran conocidos localmente como “paulistas”, debido a la grande
emigración que tuvo lugar de personas procedentes de São Paulo.

17
y empiezan a comprar las tierras de los ‘seringueiros’ en crisis. La cría de ganado
implicaba la sustitución del bosque por el pasto, transformando un desarrollo con el
bosque en un proceso de desarrollo contra el bosque. Esto va a afectar directamente a
las personas que venían ocupando de forma autónoma los antiguos ‘seringais’, o sea los
‘seringueiros’, cuya existencia va a verse amenazada.

En ese contexto empieza la organización de la lucha, el ‘despertar de la


resistencia’ (SILVA, 2006). Surgen los Sindicatos de los Trabajadores Rurales (STRs) y
es importante la figura de la Iglesia Católica, con la participación activa de la Comisión
Pastoral de la Tierra (CPT)16 y su Teología de la Liberación. Es en este conflicto entre
ganaderos venidos del Sur y los habitantes de la selva cuando la identidad ‘seringueira’
empieza a formarse. A partir de la noción del ‘distinto/del otro’ se empieza a formar la
idea de ‘igual/nosotros’, iniciándose el movimiento popular más importante de
Amazonia y quizás de Brasil el ‘Movimiento de los Seringueiros’. En 1978 un tercio
de las tierras de Acre catastradas en el Instituto Nacional de Colonización y Reforma
Agraria - INCRA, aproximadamente 4 millones de hectáreas, se encontraban bajo el
dominio de los inversionistas del Centro-Sur, oriundos en su mayoría de São Paulo
(PAULA, 2006).17

De acuerdo con datos del INCRA, en 1966, Acre se presenta como el Estado con
mayor concentración de tierras de Brasil. Frente a la concentración media de Brasil,
según el Coeficiente de Gini18, que en el periodo de 1966 a 1984, fue de 0,844 la de
Acre fue de 0,948, la mayor del país. En 1978 su índice de concentración llegó a 0,961,
lo que supone una concentración de la propiedad de la tierra casi absoluta. Ninguna otra
unidad de la Federación presentó índices tan elevados. En 1984, este pasó a 0,919, lo

16
La CPT fue creada nacionalmente en 1975 y su primer presidente fue el obispo de la Prelacía del Acre e
Purus, Don Moacyr Grecchi, que comenzó la lucha dentro de la Iglesia a favor de los seringueiros en
Acre. Dom Moacyr nació en la misma región donde nació mas tarde el Movimiento de los Trabajadores
Sin Tierra – MST, en el Paraná.
17
La CPT registró la ocurrencia de 332 conflictos de tierra en la Amazonía (incluyendo Goiás y Mato
Grosso) entre 1977 y 1981, 36% de todos los conflictos en Brasil, al paso que datos del MST apuntan que
en Brasil, en los últimos veinte años, 50% de los asesinatos en el campo ocurrió en la región Norte
(RÊGO, 2002).
18
Los valores del Coeficiente de Gini varían entre 1 y 0. Cuanto más próximo de 1 (uno) es el Coeficiente
mayor será la concentración en la distribución de cualquier variable (en este caso la concentración de
tierra), siendo al contrario, a medida que ese coeficiente se aproxima a cero.

18
que probablemente sea debido a los procesos de desapropiación e implantación de
proyectos de asentamiento de INCRA (ZEE, 2000).

Como forma de resistencia frente a los “paulistas” los seringueiros formaron los
sindicatos rurales y como herramienta de lucha crearon el ‘empate’. El ‘empate’ fue la
forma creada para impedir la tala del bosque. Es una acción contra la tala del bosque en
la cual los seringueiros, las seringueiras y sus hijos o hijas se presentan juntos en el
local en el que esta ocurriendo la tala, colocando como barrera sus propios cuerpos
impidiendo continuar la tala a los trabajadores del patrón “paulista” y a sus maquinas.
El primer empate tiene lugar en 1976 en el ‘seringal’ Carmen en el municipio de
Brasiléia (GONÇALVES, 2003).

El relato en seguida de Chico Mendes es muy esclarecedor y muestra la forma


en que eran realizados los empates y también de que lado estaba el apoyo del estado en
el conflicto:

“Los empates son realizados a través de grupos de ‘seringueiros’. A medida que los
‘seringueiros’ se enteran de que hay compañeros que están amenazados por la deforestación
realizada por los latifundistas, reúnen varias comunidades, principalmente de la comunidad
que es afectada directamente, se organizan en asambleas en el bosque y se eligen lideres y
grupos de resistencia que van a colocarse delante de las máquinas y las motosierras de forma
pacífica pero bien organizada. Una vez allí intentan convencer a los trabajadores a servicio del
latifundista (fazendeiro). Después los seringueiros desmontan los campamentos de los
trabajadores y los obligan a retirarse. Muchas veces son atacados por las fuerzas de
seguridad, porque los fazendeiros siempre recurren judicialmente, piden apoyo oficial. Ellos
siempre contaron con ese apoyo y eso dio lugar a que hubiera muchas personas presas. Lo
interesante es que el empate es protagonizado por hombres, mujeres y niños. Las mujeres
siempre suelen salir en la línea de frente, para evitar que la policía dispare. Cuando la policía
piensa en disparar va a tener que disparar primero en los niños o en alguna compañera de
‘seringueiro’”
(CHICO MENDES, 1989 apud GONÇALVES, 2003).

A través de los ‘empates’ los ‘seringueiros’ lograron la conquista legal de sus


territorios, lo que se solidificó más tarde, a través de la lucha del Consejo Nacional del

19
Seringueiro – CNS, en las Reservas Extrativistas – RESEX19. Aquí cabe un aporte que
considero muy importante para poder caracterizar este movimiento como uno de los
más ricos de Brasil, incluso dentro del contexto de la agroecología.

Si los ‘empates’ lograban éxito, la cuestión era llevada a la justicia. Sin


embargo, el documento de referencia en que se basaba la discusión era el Estatuto de la
Tierra creado en 1964. A través de este documento legal los seringueiros conseguían
encuadrarse en la categoría de ‘posseiros’, pero eso no les garantizaba las ‘estradas de
seringa’ y los castañales que eran su fuente de supervivencia, solamente les garantizaba
los bienes materiales, los cultivos y los animales domésticos, mientras el resto del
bosque no era contabilizado. Así, el área conquistada legalmente, no era el área de uso
real de los seringueiros. Veamos esto en las palabras de Chico Mendes (Chico Mendes
apud Costa Sobrinho, 1992, p. 184):

“Al principio de la lucha intentamos mantener el derecho de uso de la tierra con base en el
‘Estatuto da Terra’, que aseguraba el derecho a la tierra siempre que el ‘posseiro’ trabajase la
tierra durante más de un año y un día. Encuadrar al seringueiro en la condición de ‘posseiro’
fue bastante sencillo… La justicia consideraba como propiedad la tierra de cultivo, la casa y
otros bienes. Las estradas de seringa nunca fueron aceptadas dentro del área de propiedad
efectiva. Por eso las cosas eran difíciles. Nosotros podíamos garantizar la permanencia en la
‘colocação’, por lo menos en unas cien hectáreas, pero eso no era una solución viable. El
seringueiro se veía obligado a ceder las ‘estradas de seringa’ y eso lo volvía inútil. La tala de
las ‘seringueiras’ y de las ‘castanheiras’20 era así inevitable y sin ellas el trabajador no
sobreviviría. La garantía sobre el lote no impedía la deforestación. La reforma agraria del
INCRA basada en el estatuto de la tierra no servía para el seringueiro. Pasamos entonces a
luchar por la permanencia en la ‘colocação’ con las ‘estradas’. Eso suponía hasta 300 ha.
Movilizamos a la gente para la lucha para impedir la deforestación”.

De esta forma el movimiento se hace consciente de que es necesario cambiar las


leyes (el Estatuto de la Tierra) para permitir que los seringueiros continúen viviendo en
el bosque y del bosque. Surge la propuesta de las Reservas Extrativistas, la Reforma
Agraria del Seringueiro. El Consejo Nacional de los Seringueiros – CNS creado en

19
Más tarde, en 1988, tiene lugar la unión de los seringueiros con los indígenas formando la Alianza de
los Pueblos de la Floresta.
20
Árbol de la selva Amazónica que produce castaña que complementaba la renta de los seringueiros.

20
198521 tiene como principal estrategia difundir, a partir del municipio de Xapuri, esa
lucha de los seringueiros. Había una idea generalizada de que aisladamente no seria
posible llevar a cabo esta propuesta, así el CNS, además de representar una tentativa de
ir mas allá de la acción sindical, indicaba las pretensiones de construir un arco mas
amplio de alianzas políticas (regional, nacional e internacional), a fin de cualificar y
cuantificar la lucha (PAULA, 2006).

La propuesta de la RESEX, la ‘territorialidad seringueira’ (GONÇALVES,


2003), supone una salida al modelo “modernizador” de la pequeña propiedad agraria del
Estatuto de la Tierra22 y a la política agropecuaria de Acre, presentándose como una
alternativa de reglamentación jurídica de las áreas ocupadas tradicionalmente por los
seringueiros y de reforma agraria para la Amazonia. En las RESEXs las tierras deberían
pertenecer al Gobierno Federal, no habiendo por lo tanto títulos individuales de
propiedad privada existiendo un ‘Contrato de Concesión Real del Uso’ firmado entre los
habitantes de la Reserva y el Gobierno Federal (PAULA, 2006).

“Existe una enorme y urgente necesidad de evitar la deforestación de la Amazonía. Esta


deforestación amenaza a los pueblos que viven en el bosque y a la vida de todos los pueblos del
planeta. Pensamos en crear una alternativa de preservación sin convertir a la Amazonía en un
santuario intocable pero garantizando la supervivencia con dignidad de las personas que viven
en el bosque. Las reservas extrativistas serían tierras de la Unión (Gobierno Federal) con
derecho de uso para los que viven en ellas y las trabajan. Los diversos tipos de trabajadores
del bosque, del ‘babaçú’, de la goma, de la castaña y otros productos. En estas reservas el
trabajador va a continuar explotando los recursos que antes explotaba. Otros productos de la
infinidad de riquezas naturales que se encuentran en el bosque, pasarían a ser utilizados de
forma no predatoria, volviendo económicamente viables a las reservas. Para ello es necesario
desarrollar investigaciones y estudios y una mayor preocupación del gobierno para que el
potencial del bosque sea utilizado sin destruirlo” (CHICO MENDES apud SOBRINHO,
2006).

El discurso de Chico Mendes deja ver muy claramente la inversión en la lógica


de apropiación de los recursos naturales, en la cual la naturaleza no estaría más

21
Vale recordar que el CNS surgió en el mismo año que el MST y el Movimiento de los Afectados por las
Represas – MAB en Brasil.
22
El Estatuto de la Tierra tenía como estrategia la transformación de las propiedades agrícolas en
empresas rurales capitalistas (MOREIRA, 1990).

21
subordinada a los intereses inmediatos del capital privado y pasaría a ser un bien
publico, cuya utilización debería estar de acuerdo tanto con las demandas sociales de las
poblaciones de la región como con las preocupaciones ecológicas de la Amazonia para
el planeta (PAULA, 2006). Es importante destacar la responsabilidad que Chico da a la
ciencia, apoyada por el Estado, para el desarrollo no predatorio y económicamente
viable en las RESEXs. Una concepción de que las investigaciones estarían orientadas al
desarrollo de la población local favoreciendo el uso múltiple del bosque. Esta
concepción coincide con las discusiones de la agroecología de desarrollo endógeno y
pluralismo epistemológico, donde los actores sociales locales participen en las
estrategias de desarrollo y en la construcción y en el producto de la ciencia.

Fue su faceta ecológica, expresada en las preocupaciones con la conservación


del bosque, la que abrió las fronteras nacionales e internacionales para la divulgación de
la lucha de los ‘seringueiros’ (PAULA, 2006) uniendo la lucha social con la lucha
ambiental23. Así en 1990, dos años después del asesinato de Chico Mendes 24 por la
oligarquía agraria capitalista que intentaba impedir la consolidación de las propuestas
del movimiento seringueiro, las RESEXs son instituidas por el Decreto Presidencial n°
98.987/90.

Es importante señalar que la Reserva Extrativista supone la ‘territorialidad


seringueira’, es decir su posibilidad de existir/resistir en el espacio, manteniendo su
habitat y su habitus (GONÇALVES, 2003). Sin embargo, la propuesta de los
‘seringueiros’ fue mucho más amplia, haciendo presente la dimensión de autonomía y
aproximándose con la definición de Agrecología de Sevilla Guzmán (2006a):

“La agroecología como el manejo ecológico de los recursos naturales a través de formas de
acción colectiva para el establecimiento de sistemas de control participativo y democrático, en
los ámbitos de la producción y circulación. La estrategia teórica y metodológica así elaborada
tendrá, además: por un lado, una naturaleza sistémica y un enfoque holístico, ya que tales
formas de manejo habrán de frenar selectivamente el desarrollo actual de las fuerzas

23
En 1987 Chico Mendes recibió la medalla de la “Sociedad para un Mundo Mejor’ en New York y el
premio ‘Global 500’ de la ONU, concedido a líderes que luchan por la preservación ambiental. En los
viajes que hizo al EEUU Chico hizo discursos en Miami, Florida y en Washington en el Congreso
Americano, donde denunció los impactos de las obras financiadas por el BID en la Amazonia (Costa
Sobrinho apud Paula, 2006).
24
Es importante recordar que fueron muchos los sindicalistas asesinados en Acre, como Wilson Pinheiro,
el presidente del 1° sindicato que existió en Acre, el Sindicato de Brasiléia, asesinado en 1980.

22
productivas para contener las formas degradantes de producción y consumo que han generado
la crisis ecológica. Y, por otro lado, tendrá igualmente, una fuerte dimensión local como
portadora de un potencial endógeno, que, a través del conocimiento campesino (local o
indígena, allá donde pueda aún existir), permita la potenciación de la biodiversidad ecológica
y sociocultural y el diseño de sistemas de agricultura sostenible”.

En las ‘Resoluciones del I Encuentro Nacional de los Seringueiros’, en 1985,


donde fue fundado el CNS, podemos observar una gran preocupación con la autonomía
de los ‘seringueiros’ (dimensión política de la Agroecología) reflejada en la demanda
por sistemas de control participativos tanto en la definición de políticas generales para
la Amazonia como en las cuestiones relacionadas con la demarcación de sus tierras,
producción y circulación de mercancías producidas en el bosque, salud, educación y
cultura, además de evidenciar la fuerte dimensión local y el potencial endógeno del
proceso en contraposición al modelo ‘modernizante’ de sustitución del bosque por el
pasto para ganado.

CUADRO I: Extractos de las ‘Resoluciones del I Encuentro Nacional de los Seringueiros’


I – DESARROLLO DE LA AMAZONIA
Exigimos la participación en todos los proyectos y planes de desarrollo (PLANACRE,
POLONOROESTE, en el asfaltado de la BR 363 y otros) para la región a través de nuestros órganos de
clase, durante su formulación y ejecución.
II – REFORMA AGRÁRIA
2. Que las ‘colocações’ ocupadas por los ‘seringueiros’ sean marcadas por los propios
‘seringueiros’ conforme las ‘estradas de seringa’;
4. Definición de áreas ocupadas por los ‘seringueiros’ como ‘Reservas Extrativistas’
aseguradas al uso por parte de los ‘seringueiros’.
III – POLITICA PARA LA GOMA
2. Debe ser asegurada la representación de los seringueiros en el Consejo Nacional de la
Goma y en el SUDHEVEA;
3. Divulgación inmediata de la tabla de reajustes con distribución para los órganos de clase y
anuncio en la Radiobrás;
4. Creación del Consejo Nacional de los Seringueiros a partir de sus órganos de clase;
5. Que la mini-fábrica sea administrada por el ‘seringueiros’, siendo la asistencia técnica
fornecida por el SUDHEVEA.
9. Que sea extinta la Renta en toda la región productora de la Goma;
10. Que sea asegurada la libertad de comercialización de todos los tipos de goma
directamente por los ‘seringueiros’.
V – SALUD

23
1. Que sean creadas unidades de salud en todos los ‘seringais’ en locales escogidos por las
comunidades de seringueiros;
2. Que los agentes de salud sean escogidos por la propia comunidad y entrenados por las secretarias
de salud de los Estados y sean reciclados periódicamente;
3. Que los entrenamientos a los agentes de salud no desconsideren el saber popular;
6. Que todas las decisiones sobre la unidad de salud sean tomadas por la comunidad, incluso los
casos de dimisión de los agentes de salud.
12. Que los recursos financieros destinados a la construcción de unidades de salud sean repasados
para que la propia comunidad las construya y no para empresas.
VI – EDUCACION Y CULTURA
1. Profesores seringueiros, escogidos por la comunidad que tengan la oportunidad de
participar de encuentros para intercambio de experiencias entre si y con otras personas;
7. El Ministerio de Educación debe asumir el compromiso con la educación en la región
amazónica, principalmente en los ‘seringais’ coordinando las Secretarias Estaduales en la ejecución de esta
tarea con participación de los trabajadores y del Ministerio de la Cultura 25;
8. Que la comida escolar incluya productos ofrecidos por la región, como castaña y otros
géneros alimenticios locales;
9. Preservar la cultura de la región, debiendo la escuela informar a los seringueiros sobre la
realidad del país;
10. Apoyo a proyectos de educación como el Proyecto Seringueiro do Acre, así como otros que
tengan participación directa de ‘seringueiros’ y correspondan a sus necesidades.
Fuente: Extraído de Gonçalves (2003) (Negrita es mío).

1.2.4 El gobierno de la floresta y la ‘florestania’


Actores como Wilson Pinheiro y Chico Mendes estuvieron estrechamente
relacionados con todos los movimientos políticos de izquierda en Acre, fundaron
sindicatos, el CNS (Sólo Chico, Wilson fue asesinado en 1980), fueron miembros de la
Central Única de los Trabajadores (CUT). Tambiém fueron fundadores del Partido de
los Trabajadores (PT) en este Estado (Vale recordar que Chico Mendes fue comunista
declarado y durante toda su vida fue un crítico de todas las corrientes de izquierda). Así,
tanto el movimiento de izquierda como el movimiento ecologista ha venido formándose
alrededor de la lucha del movimiento ‘seringueiro’ y de los sindicatos de trabajadores
rurales.

25
El Ministerio de Educación y el Ministerio de la Cultura en ese período apoyaban el ‘Proyecto
Seringueiro’ desarrollado por Chico Mendes para implantar escuelas en los ‘seringuais’.

24
Así, la cuestión ecológica que surge como consecuencia de las luchas sociales
populares de los ‘Povos da Floresta’ en el Estado, se convierte en un proyecto político
del Gobierno de Acre, en 1998, cuando el Partido de los Trabajadores (PT) articulado en
el ‘Frente Popular de Acre’ (FPA), una composición de distintos partidos políticos
liderada por el PT, asume el Gobierno Estadual.

A partir de entonces todo pasa a ser visto bajo la ótica del ‘desarrollo
sustentable’. Según Silva (2006) hubo un intento de legitimar las reivindicaciones de los
movimientos sociales que generó el proyecto de ‘Desarrollo Sustentable para Acre’, sin
embargo al mismo tiempo este estaba pautado en las demandas de las Agencias
Internacionales y en las tesis preconizadas por el Informe Bruntland (Our Future
Common). En eso contexto, Acre inicia una serie de experiencias alternativas en el
espacio agrario, con la ambigua intención de a través de un discurso social y ecológico
proporcionar las bases para la acción privada frente a una consolidación real de mejores
condiciones de vida para la población local (SILVA, 2003).

La política de des-reglamentación y privatización que pasan a orientar las


‘reformas del Estado’ a partir de la década de los 90, en vez de resguardar la naturaleza
como patrimonio público estatal, pasa a ofrecérsela a los capitales privados, en forma de
concesión de uso para la explotación de materia-prima de alto valor, como las maderas
nobles, previstas en la Ley de Florestas Publicas. Así, el manejo “sustentable” de
madera para exportación a los mercados internacionales se convierte en motor de la
economía acreana. En el Plan Regional de Reforma Agraria de Acre (2004-2007) serian
establecidas aproximadamente 400 mil hectáreas de bosques para la implantación de
esos proyectos (PAULA, 2006).

Se puede ver que, entre los cambios mencionados, resalta el papel de la notable
expansión de los mercados verdes y, dentro de ellos, los nichos de mercado
especializados, característicos del ‘capitalismo verde’ (WALDMAN, 1998). Por lo
tanto, la movilización de las fuerzas económicas dominantes, en el sentido de aplicar
‘procesos ecologizantes’, no tiene un contenido social o ecologista, sino que es puesto
en marcha únicamente por la necesidad del propio sistema (CANUTTO, 1998).

25
Este enfoque se aleja del propuesto por la vertiente crítica del sindicalismo rural
en Acre, liderada por el STR de Xapuri en la década de los 80 y se aproxima de la
política de los organismos multilaterales como el Banco Mundial – BIRD, en la cual las
prioridades ambientales y las estrategias de gestión del coste beneficio son definidas por
un abordaje económico (VIANA Jr, 1998 apud PAULA, 2006), adoptando la lógica de
la globalización del mercado, como proyecto civilizador de la modernidad (Leff, 2000).

Esa concepción se generalizó de tal forma que la incorporación de una gran parcela del
territorio acreano al patrimonio publico, en la forma de ‘Unidades de Conservación de
Uso Sustentable’26 , no significa necesariamente un avance en la inversión del estilo de
‘modernización’ desencadenada en la década de los 70 (PAULA, 2006).

26
Actualmente el estado de Acre presenta un 55,47% de sus tierras destinadas a Proyectos de
Asentamientos y Áreas Naturales Protegidas - Tierras Indígenas y Unidades de Conservación de
Protección Integral y de Uso Sostenible (ZEE, 2006).

26
CAPITULO II
“A construção de uma identidade coletiva é
possível não só devido às condições de vida
semelhantes, mas também por serem percebidas
como interessantes e, por isso, é uma construção
e não uma inevitabilidade histórica ou natural”
(Gonçalves, 2003, p. 379).

2.1 MOVIMIENTO AGROECOLÓGICO EN BRASIL Y LA EMERGENCIA DE


LOS SISTEMAS PARTICIPATIVOS DE GARANTÍA

Mientras en Acre se desarrolla la lucha por la tierra a través de los seringueiros e


indígenas, al otro lado de Brasil, principalmente en el Sur y Sudeste, donde la
modernización agrícola con la Revolución Verde había dejado marcas en la tierra y en
el espacio agrario, el movimiento agroecológico surge enfocado en la crítica a ese
modelo. Al inicio de la década de los 70 las críticas al modelo de la agricultura moderna
son realizadas principalmente por intelectuales brasileños 27 y por la Federación de los
Ingenieros Agrónomos del Brasil (FAEAB), precursora en la elaboración de puntos de
vistas críticos sobre la modernización de la agricultura28 y responsable por articular los
primeros encuentros nacionales para debatir la Agricultura Ecológica (Petersen y
Almeida apud LUZZI, 2007).

Ese período de las décadas de los 70-80 es caracterizado por Valdemar Arl como
el período de movilización “constestadora” y de sensibilización, con una campaña
amplia de movilización contra el aparato técnico de la Revolución Verde, primeramente
contra los agrotóxicos después contra la ingeniaría genética y las variedades de semillas
híbridas. Eso generó algunos resultados importantes como la 1° Ley Estadual de
27
Entre ellos estan José Lutzenberger, Adilson Paschoal en la década de 70 y en la década de 80: Luis
Carlos Pinheiro Machado, Sebastião Pinheiro, Ana Primavesi, Francisco Graziano Neto etc.
28
En el I congreso Paulista de Agronomía realizado en 1977 se manifestó la necesidad de repensar el
modelo tecnológico, como consecuencia del agravamiento de la exclusión social y de la preocupación con
los impactos ambientales. En 1979 en el XI Congreso Brasileño de Agronomía, promovido por la
FAEAB, se asume definitivamente la postura de “critica firme a la modernización de la agricultura
brasileña y a la propuesta de un nuevo modelo, mas justo socialmente y basado en procesos de
producción ecológicamente mas equilibrados” (Grasiano Neto, 1982 apud LUZZI, 2007).

27
Agrotóxicos en el estado de Paraná y los Encuentros Regionales de Agricultura
Alternativa (ERAA) y los Encuentros Brasileños de Agricultura Alternativa (EBAA).
Fueran 4 EBAA’s durante la década de los 80, en las respectivas ciudades Curitiba/PR
(1981), Rio de Janeiro/RJ (1984), Cuiabá/MT (1987) y Porto Alegre/RS (1989) con un
número de participantes creciente, de 400 en el primero encuentro para 4000 en el
último en Porto Alegre (LUZZI, 2007).

Ese período es también el momento de difusión de los proyectos de Tecnologías


Alternativas (TA) de la FASE (Federación de los Organismos para la Asistencia Social
y Educacional – PTA/FASE) que se ha dedicado principalmente a “recuperar o
catalogar las innovaciones generadas en la práctica de los pequeños agricultores,
organizar sistemas de difusión a través de las organizaciones de movimientos
populares en el campo; sistematizar las experiencias más avanzadas; luchar
permanentemente con los organismos de investigación tecnológica del Estado para
sensibilizarlos y que incorporen este cúmulo empírico de conocimientos […] El
proyecto TA abre de forma pionera […] las posibilidades de una nueva relación entre
teoría y práctica, con sus proyectos de identificación, sistematización y difusión de
tecnologías alternativas para los agricultores” (FASE apud CANUTTO, 1998). El
proyecto TA, aunque a primera vista tenga un enfoque tecnológico, explora las
posibilidades de las tecnologías apropiadas o intermediarias para impulsar otros
cambios sociales.

Sin embargo, la racionalidad del modelo de Revolución Verde se traducía por el


aumento de producción y de la productividad, encubriendo cuestiones sociales y
ambientales, como el reparto desigual de la riqueza y la degradación del medio natural.
Este último es un efecto secundario del desarrollo, de cierta forma indeseable, pero
altamente justificado por los resultados obtenidos por la economía nacional. En
paralelo, los impactos ecológicos se estaban acumulando y, a la vez, volviéndose más
visibles (CANUTTO, 1998).

Así en 1987, a partir del III EBAA en Cuiabá, que marca además la
participación de los movimientos sociales (MST, CUT y CONTAG) y de sociólogos y

28
de economistas en el encuentro, hay un cambio de una propuesta más ‘tecnicista’ de
substitución de insumos a una propuesta más política, de mudanzas estructurales en la
sociedad. Los problemas ambientales existentes en la agricultura convencional pasan a
ser vistos como decurrentes del desarrollo del capitalismo en el campo. Este período,
marcado por el fin de la dictadura militar, de abertura democrática (es importante
destacar que estamos en el año anterior al decreto de la Constituyente Brasileña que esta
en vigor hasta hoy), es también cuando los latifundistas rurales se organizan y fundan su
partido político, la Unión Democrática Ruralista – UDR. En contraposición el EBAA
define el pequeño agricultor como publico prioritario de la agricultura alternativa,
definiendo el movimiento en el campo político e ideológico (LUZZI, 2007). Hay un
cambio en las discusiones del enfoque técnico hacia cuestiones sociales de la
producción.

“La agricultura alternativa debe ser entendida no solamente como una forma de ver la
producción en la agricultura, sino como una forma de entender la producción en
general. Es incoherente defender el suelo y dejar que el hombre sea explotado. Yo no
quiero que nadie sufra explotación, ni siquiera una bacteria. Quiero que se respete la
vida, toda ella, y, por lo tanto, no puedo aceptar la presencia de una multinacional, de
las grandes corporaciones económicas y de una burguesía que es una clase que explota
la vida y ha generado el caos que existe hoy en día” (Horácio Martins de Carvalho in:
FAEAB, 1987 apud LUZZI, 2007).

Los años 90 surge y se constituye como la etapa de las proposiciones concretas,


superando la actuación centrada en la crítica del modelo agrícola que se hizo en los años
70-80. Como pasó con el movimiento ecologista en general, en esa época se produjo
una especialización y profesionalización de los agentes. La discusión conceptual sobre
agroecología surge con más fuerza corroborada con la traducción de materiales como el
libro ‘Agroecología: las bases científicas de la agricultura alternativa’ de Miguel
Altiere, traducido por la FASE en 1989 (LUZZI, 2007).

El enfoque sistémico de la agroecología utilizando el agroecosistema como


unidad de análisis, en lugar de trabajar la tecnología de forma aislada, posibilitó una
intervención más compleja, trabajando la unidad productiva como un todo, permitiendo
que la noción de transferencia de tecnología fuese sustituida por la noción de ‘procesos
sociales de innovación agroecológica’. Los agricultores ahora eran considerados agentes

29
de innovación y sus conocimientos y racionalidad pasan a ser respetados e incorporados
en la construcción de estrategias de desarrollo rural. Las metodologías participativas,
como el Diagnóstico Rápido Participativo - DRPs, los “agricultores experimentadores”,
se multiplican en el país, muy influenciadas por las publicaciones de la escuela inglesa
de desarrollo rural, el ‘Farming Systhems Research’ y del enfoque ‘Recherche
Development’ de la escuela francesa (op. cit, 2007).

Muchos encuentros regionales son realizados, como las Jornadas Paranaenses de


Agroecología que inician en 2002. En 2003, esa jornada fue terminada con la protesta y
destrucción de 4 mil hectáreas de maíz trangénico en un área de investigación de la
transnacional Monsanto. Esa área fue ocupada permanentemente por un grupo de
familias de campesinos y dio origen al Centro Chico Mendes (mostrando el
reconocimiento del movimiento hacia el líder seringueiro), un centro de conservación de
la biodiversidad, mejoramiento genético de las especies criollas y formación en
agroecología. En la III jornada en 2004 el encuentro empezó con la distribución de 10
toneladas de semillas criollas producidas en el Centro y proyectó las bases para un
amplio programa de conservación de variedades criollas en el Paraná. Como estos,
surgen en todo o Brasil, una serie de articulaciones en torno a la agroecología,
articulaciones regionales, estatales y la Articulación Nacional de Agroecología (ANA),
creada en el I Encuentro Nacional de Agroecología –ENA, en 2002 en Rio de Janeiro.
El ENA exprimió la riqueza y diversidad de las experiencias en agroecología de
diferentes partes de Brasil. De l200 participantes cerca de 600 eran agricultores(as) y
estaban representando 432 experiencias (op. cit., 2007).

Sin embargo, es en los años 90 que se multiplican las iniciativas prácticas de


organización de la producción y del movimiento agroecológico, pero también es el
período del surgimiento de un “nuevo mercado”, el mercado orgánico. Varios países del
centro inician su reglamentación y hay un crecimiento en todo el mundo de la
producción orgánica. Los mercados de productos ecológicos certificados mostraron
tasas de crecimiento elevadas en Europa, Estados Unidos y Japón durante esta década,
con una tasa media de crecimiento anual de 25% para Unión Europea. Los marcos
legales internacionales son modificados, el Codex Alimentarius, standard de referencia
de la FAO y OMC, pone la certificación orgánica en sus reglamentaciones y la IFOAM

30
en 1992 crea un programa de garantía basado en la certificación de productos, a pesar de
no haber consenso entre sus miembros, utilizando el estándar ISO 65 con algunas
modificaciones, en especial, en relación a la producción paralela y la certificación de
grupo de pequeños productores29 (FONSECA, 2006; MEDAETS et al., 2005).

Esa configuración internacional amplió la demanda mundial por productos


orgánicos y permitió un aumento de las oportunidades de mercado, contribuyendo para
el crecimiento de la producción orgánica también en Brasil. Basados en los datos del la
SÖEL – Foundation Ecology and Agriculture, de 2000 hasta 2002, los 10 países con
mayores áreas con manejo orgánico en el mundo son países grandes exportadores e
importadores de “commodities” convencionales en el Sistema Agroalimentario, con el
Brasil ocupando el quinto lugar con 841 mil hectáreas (FONSECA, 2005). Sin embargo,
parte de ese aumento está relacionado con grandes áreas de pastizales de ganadería
orgánicas. Como afirma Meirelles (2002) el acentuado crecimiento del mercado de
productos limpios ha traído para el sector una parcela de empresarios, rurales y urbanos,
en la mayor parte no identificados con lo que se denomina “ideal agroecológico”.

Así, en los 90 varios son los factores que hacen que muchos productores
agroecológicos utilicen "técnicas alternativas" optando por un "mercado convencional".
La necesidad de reproducción económica de la agricultura familiar también obligó a
este sector y sus aliados a buscar formas de inserción en el mercado, muchas veces no
acompañadas por una reflexión sobre el papel de este mercado en la construcción de un
desarrollo rural sostenible (MEIRELES, 2002).

En este contexto de mercado, el lobby de los organismos certificadores hace que


las normativas internacionales reconozcan la certificación de productos, como
herramienta de garantía de conformidad ecológica y la normativa ISO 65 para la
acreditación de los organismos de certificación de productos, que consideran aspectos
de imparcialidad, independencia, transparencia y competencia para evaluar los sistemas
29
El Programa de la IFOAM fue aprobado después de su 9° Conferencia Científica Internacional ocurrida
en São Paulo en 1992. La obligatoriedad de la certificación fue muy cuestionada por los participantes de
Brasil. Este año marca el surgimiento del MAELA (Movimiento Agroecológico de Latino América y
Caribe) que se firmó como la articulación regional para el desarrollo de la agroecología y AO en el
continente.

31
de certificación. Así, los criterios adoptados para garantizar la conformidad ecológica
adoptados por muchos grupos en Brasil (asociaciones de productores y técnicos,
cooperativas de consumidores), que consistía en declaraciones de los productores y de
técnicos, en una generación de credibilidad basada en el que Meadets (2003) llamó de
‘conformidad social’ fue, con la normalización internacional y los reglamentos en la
agricultura ecológica en los países Centros, amenazada por los criterios de inspección y
de certificación por auditoria.

Raynaud, Sauvée y Valceschini (2002) apud Fonseca (2005) analizando los


sistemas de inspección y auditoria mencionan que las principales funciones de un
Organismo Certificador (OC) son: 1) especificar las características utilizadas en el
patrón; 2) monitorear la conformidad de estas características; 3) emitir un certificado de
conformidad. Si los patrones de calidad no son alcanzados, el producto no puede ser
vendido o, en última análisis, el productor pierde el derecho al uso del sello. La
credibilidad de un sello se encuentra en el seguimiento formal de la conformidad en
relación a un referencial, en el seguimiento anterior (selección y acreditación de los
productores y OCs) y en el seguimiento posterior (verificación de los productos). Los
mismos autores consideran que la cuestión del cumplimiento de la calidad puede ser
estudiada considerando-se el sello como un “contrato” entre productores y
consumidores. El cumplimento de calidad en el caso de la ‘marca’ se circunscribe a un
“auto-cumplimiento” al paso que, en la ‘certificación’, ella es asegurada por la
intervención de una tercera parte. La reputación es la base del “auto-cumplimiento”,
en cuanto que en la certificación, este papel es desempeñado por la existencia de
una tercera parte.

La sustitución de la marca por el sello produce un cambio sutil en el proceso


pues, mientras la marca evoca una relación de complicidad, de red, de identidad
colectiva, construida por el grupo y a partir del grupo, con sus principios y practicas, el
sello pone en evidencia las relaciones cliente-prestador de servicios, con normas
internacionales ya dadas de antemano y con un organismo, que a un precio determinado,
lo fiscaliza y le da un sello de garantía de lo OC. Así, hay una transmisión de la garantía
de los productores y consumidores para los OC. La certificación deja de ser apenas un
hilo de relación entre producción y consumo y se convierte en una mercancía en sí

32
misma, cuyas motivaciones no son la sostenibilidad del medio rural o de los
territorios, la salud de las personas o del medio ambiente, sino ampliar nichos de
mercado para ampliar ventas y, por lo tanto, beneficios (SEVILLA GUZMÁN et al,
2008). Los intereses de los productores y de los consumidores quedan en el segundo
plano, controlados por los intereses de los organismos certificadores. Los productores,
que son los responsables últimos por la calidad orgánica de los productos que ofrecen a
los consumidores, pierden el control del proceso de garantía, de la misma forma que los
consumidores, los principales interesados de esa garantía, son alejados del proceso
(ACS, 2007).

Según Sevilla Guzmán et al (2008) estos mecanismos, actualmente, son un fiel


reflejo de la concepción corporativa moderna de los sistemas agroalimentarios, de los
procesos cientifistas y tecnicistas que imperan sobre las personas y su capacidad para
construir propuestas de autonomía y de soberanía. Los productos certificados no
precisan ya de redes sociales para existir, sino que pueden provenir de producciones
independientes, aisladas. Con ello, se neutraliza la acción transformadora de la
Agroecología, quedando reducida a una mera agricultura ecológica neoliberal.

Por lo tanto, los Sistemas Participativos de Garantía surgen en Brasil como una
forma de resistencia a la presión homogeneizadora y unificadora de la racionalidad
‘corporativa moderna’, como un movimiento que tiene su base en la esfera local y en la
participación de distintos autores de la sociedad civil, como agricultores(as),
técnicos(as) de ongs y consumidores(as). Una característica principal es el control social
del proceso, garantizando la calidad a través de la participación activa de distintos
actores de la sociedad. El centro del proceso es la descentralización, o mejor, la
organización a partir de diversos niveles, que componen un sistema complejo, con
diversas organizaciones involucradas, como asociaciones y cooperativas de agricultores
y consumidores y ongs ambientalistas, donde la co-responsabilidad es compartida entre
todos.

El movimiento que se desarrolló en Brasil alrededor de los SPGs tuve el merito


de abarcar, gracias a un tejido de Red, la diversidad de las experiencias y formas de
organización presentes en al campo de la agroecología y transformarla en una fuerza

33
generadora de identidad, construida sobre los principios de la autogestión, cooperación,
solidaridad, transparencia, autonomía y autodeterminación de los pueblos, principios
indispensables para repensar los pilares que sustentan la sociedad ‘moderna’.

Por lo tanto, en el espacio de la producción y en el de mercado la ‘dimensión de


la providencia social del Estado’ (SANTOS, 2007), reflejada por la Ley de Orgánicos,
garante a partir de ahora, la coexistencia de dos modos de producción y
comercialización distintos y con equivalencia legal: el sector privado lucrativo a través
de la certificación por auditoria y el sector privado no lucrativo a través de los SPG. El
fomento de este último constituye una de las primeras formas de ‘promoción de la
experimentación social’ en el ‘espacio estructural de mercado’ (op. cit., 2007)
emprendida por el Estado, fomentando un paradigma pautado en una ética de la
solidariedad y de la participación.

Mientras tanto, la reglamentación de la Ley hace que el movimiento salga de la


“informalidad” y pase a “formalizarse”, teniendo el Estado ahora como un interlocutor
importante. Antes el Estado estaba ausente o asumía un papel secundario, a través de la
liberación de espacios de comercialización y a nivel federal garantizando créditos para
la financiación a través de convenios y/o proyectos en colaboración con ongs,
posibilitando recursos para alimentar el proceso. Ahora, se convierte en el instrumento
de acreditación y fiscalización de los SPG. Para eso, entra en juego una burocracia antes
no necesaria y la inclusión de un actor más que pasa a marcar las reglas de ‘el juego’: el
Estado. Si esta retroalimentación será positiva, multiplicando experiencias, incitando a
nuevas creatividades, sólo el camino de la historia lo revelará.

2.2 LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE LA AGRICULTURA ORGÁNICA EN


BRASIL: UNA SÍNTESIS.
En Brasil, así como en la mayor parte de los países periféricos, la normalización
por parte de gobierno, de la ley de agricultura orgánica surge por presiones de países
importadores del centro dando lugar a copias de los reglamentos de estos países, que la
mayoría de las veces no son adecuadas a la realidad del país. Según Cuellar y Sevilla
Guzmán (2008), las relaciones actuales entre la producción y el consumo de alimentos
ecológicos están siendo manejadas, en las llamadas sociedades avanzadas, a través de marcos
de legalidad que no hacen sino reproducir los manejos de naturaleza industrial de los recursos

34
naturales. En este sentido, la certificación europea, como creemos haber demostrado, lejos de
actuar simplemente como una forma intermediaria en la generación de confianza entre
productores y consumidores, actúa como un sistema coactivo sobre la agricultura ecológica
obstaculizando su agroecologización.

Así, en Brasil, las presiones de países europeos con la reglamentación CE


2092/9130 y de Estados Unidos y Japón, además de certificadoras nacionales e
internacionales, hizo que en 1994, el Ministerio de Agricultura de Brasil (MAPA) 31 en
conjunto con organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil involucradas en la
producción y el consumo de alimentos orgánicos, iniciasen las primeras discusiones
acerca de la construcción del marco legal brasileño.

En el proceso histórico, las instancias privadas y públicas internacionales y


gobiernos nacionales, al establecer las reglamentaciones para la Agricultura Orgánica
(AO), reconocieran jurídicamente la certificación por auditoria de 3ª parte 32 como la
única garantía de conformidad y del control de la calidad orgánica (FONSECA, 2005).
Así, en Brasil hubo un grande enfrentamiento del movimiento agroecológico para que
esta certificación no fuese la única herramienta posible para validar la garantía de la
calidad orgánica.

Esto puede ser constatado ya en el primero año después de la creación del


Comité Nacional de Productos Orgánicos en abril del año de 1995. Ese comité con
representantes de la sociedad civil (Ongs), instituciones de investigación (EMBRAPA y
Universidades) y del gobierno trabajó durante dos años y tenía entre los principales
puntos de debate:
(i) El mérito de la certificación – si era necesaria o conveniente tener una
reglamentación para la certificación de productos orgánicos;

30
El RE 2092/91 establece que el único modo de reconocer un producto como ecológico es a través de un
examen, que una figura técnica debe hacerle al productor/a en la finca, en el cual se revisa si su modo de
manejo y de producción está respetando los criterios establecidos a nivel legal (CUELLAR y GÚSMAN,
2008).
31
El nombre del Ministerio de la Agricultura (MA) fue cambiando en la década de los 90: Ministerio de
la Agricultura y Abastecimiento; Ministerio de la Agricultura, Abastecimiento y Reforma Agraria
(MAARA) y hoy es Ministerio de la Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento (MAPA) – medida
provisoria nº 2.216-37 de 31 de agosto de 2001.
32
Las normativas internacionales reconocen la certificación de productos, caso de la garantía de
conformidad ecológica y la normativa ISO 65 para la acreditación de los organismos de certificación
de productos, que consideran aspectos de imparcialidad, independencia, transparencia y competencia
para evaluar los sistemas de certificación (FONSECA, 2005).

35
(ii) El “modelo” de la certificación – que incluía la definición de quien deberían
ser los OCs y cual seria el “proceso” de certificación a ser adoptado
(SOUZA y BULHÕES apud FONSECA, 2005).

Estas diferencias de entendimiento empezaban a evidenciar el conflicto entre el


movimiento agroecológico que dio origen a la Certificación Participativa, término
surgido en 1996 y que dará origen a lo termino legal Sistemas Participativos de Garantía
(SPGs) en 2005, frente a la certificación por auditoria de 3ª parte. Maria Fernanda, en su
tesis, distingue estas dos corrientes llamando doméstico-cívica a la corriente de los SPG
en contraposición a la mercantil-industrial compuesto por las certificadoras por
auditoria (FONSECA, 2005).

La falta de acuerdos hizo que el proceso estancase hasta el año de 1997. En este
tiempo las exportaciones de orgánicos crecieron, los países importadores estaban
definiendo sus legislaciones y las certificadoras internacionales pasaran a trabajar en
territorio brasileño (SANTOS, 2005). Fonseca y Ribeiro (2003) observaran que desde el
año 2001 al 2003 aumentara en Brasil el número de los Organismos de Certificación
(OC) en 14% y que 60% de los OCs internacionales que trabajaban en Brasil en 2003
eran europeos (FONSECA, 2005).

Así, el movimiento orgánico de Brasil percibe la importancia de elaborar


estrategias comunes para que sean respetadas y valorizadas la diversidad nacional. En
1997 fue criado el Forum Orgánico (FORG) en la cual diversas organizaciones retoman
sus encuentros y se proponen a construir una propuesta común que seria entregada al
gobierno brasileño como siendo la demanda de la sociedad civil organizada (SANTOS,
2005; FONSECA, 2000).

En 1999 después de muchas reuniones, el MAPA aprueba la Instrucción


Normativa n° 007 (IN 007/99), que definía normas y procedimientos para la producción
y certificación de productos orgánicos en Brasil. Aunque en esta instrucción se instaló la
obligatoriedad de la certificación, todavía fue considerando las realidades regionales y
metodologías locales para la realización de la certificación, como muestra su apartado
9.2:

36
“Las entidades certificadoras adoptarán un proceso de certificación más adecuado a
las características de la región en la que actúan, siempre que sean observadas las
exigencias legales de la producción orgánica.”

Otro importante apartado fue el 9.1 que colocaba que los OCs no podrían tener
fines lucrativos, evitando la posición monopolista de empresas de certificación que
deseasen únicamente el lucro, principalmente las instituciones internacionales:

“Los Organismos Certificadores encargados de atestar la calidad de los alimentos


orgánicos, deben ser personas jurídicas sin fines lucrativos, acreditadas en la
Comisión Nacional Para la Agricultura Orgánica (CNPOrg)”

En esta IN 007/99 también fueran instituidos el Colegiado Nacional de


Producción Orgánica (CNPOrg) y los Colegiados Estatales de Producción Orgánica
(CEPOrgs), órganos paritarios (publico/privado), con la función de asesorar y
acompañar la implantación de las normas y patrones nacionales para la producción
orgánica de alimentos o materia prima de origen vegetal y/o animal y acreditar los OCs
responsables por la certificación y control de la calidad orgánica (FONSECA, 2005).

El Colegiado Nacional y algunos Colegiados Estatales fueron formados e


iniciaron sus trabajos. En 2001 había 13 CEPOrgs en funcionamiento, en un total de 25
estados brasileños. En el Norte, en esta fecha, solamente en el estado de Acre fue creado
el Colegiado (DIAS apud FONSECA, 2005). Una de las demandas más evidentes en los
CEPOrgs era la acreditación de los OCs, a fin de que les fuesen permitido trabajar en el
territorio nacional respaldados por el gobierno (SANTOS, 2005), pero la IN 007/99 no
definía los procedimientos para la acreditación de las certificadoras.

De esta forma, en 10 de enero de 2002 fue publicada la Instrucción Normativa n°


006 (IN 006/02) que trata sobre la acreditación de OCs. Pero, esta IN 006 tuvo como
base los procedimientos de acreditación de OCs de la IFOAM, ofrecidos por la
Asociación Instituto Biodinámico de Certificación (IBD) al CEPOrg del estado de São
Paulo y fue a consulta pública sin la participación de los otros CEPOrgs del país, siendo
aprobada sin consenso (FONSECA, 2005).

37
Esta IN 006 excluye otros procesos históricos de evaluación y garantía de la
conformidad orgánica como la Certificación Participativa en Red (CPR), previstos en el
apartado 9.2 de la IN007/99. Como apunta Ribeiro:

“La IN 006/02 excluía la posibilidad de reconocimiento de la Certificación


Participativa, construida, practicada y legitimada por la Red Ecovida e por la ACS
Amazonía…” (ACS, 2007).

La exclusión ocurría porque la IN006/02 estaba basada en los criterios de la


Guía ISO 65, donde las cuestiones de la imparcialidad e independencia del OC impedía
el desarrollo de las actividades comunes características de los SPGs que son la
parcialidad en el campo - en el cual la fiscalización, el seguimiento y la asistencia
técnica no están separados, y la interdependencia entre todos - agricultoras, técnicos y
consumidores es la garantía de la conformidad orgánica, es el principal punto de
generación de confianza y credibilidad.

“Todos los implicados en los procesos de inspección y certificación deben


firmar compromisos de rechazo a formar parte de cualquier decisión o actividad de
inspección que implique relaciones familiares o relaciones comerciales de cualquier
tipo (comercio, consultoría y otros) con las unidades certificadas” (Anexo II, IN
006/02).

Sin embargo, fue en este escenario donde ocurrió, en agosto de 2002, el


Encuentro Nacional de Agroecología (ENA) en Rio de Janeiro. Ese evento reunió las
principales organizaciones de técnicos y campesinos brasileños involucrados con
agroecología con un promedio de 1200 participantes de las cinco regiones de Brasil
(Norte, Nordeste, Centro-Oeste, Sudeste y Sur). En este encuentro el Grupo de Trabajo
(GT) de comercialización propuso retomar un proceso colectivo y amplio para dar
continuidad a la construcción de la reglamentación da Agricultura Orgánica. Aprobase
en el Encuentro una moción de repudio a la IN006/02 y la paralización del proceso de
implantación y acreditación dos OCs en el CNPOrg para retomar las discusiones. Como
señala Fonseca (2005) y también las conversaciones informales que realicé con

38
Valdemar Arl33, la percepción del GT no era acogida por la coordinación del ENA, por
creer que el tema de la certificación no tenía relación con la agroecología, no
entendiendo como la no participación en el proceso podría significar la exclusión de los
campesinos de este mercado. Así, la participación de Valdemar Arl y Rogério Rosa,
miembros del CNPOrg por la región Sur, fueron fundamentales en el sentido de
convencer la coordinación del ENA y dar continuidad al proceso de resistencia a través
de los documentos aprobados en el Encuentro.

Durante el ENA también fue creado un Grupo de Trabajo para evaluación y


posibles reelaboraciones de la IN006/02. Este se reunió en octubre de 2002, en Curitiba,
Sur de Brasil, con la participación de representantes de organizaciones
gubernamentales, OCs, asociaciones de campesinos. En esta reunión surge el Grupo de
Agricultura Orgánica (GAO) que tiene como objetivo general debatir el marco legal da
AO en el Brasil por medio de un grupo electrónico y ocasionalmente también
presencialmente. Para este encuentro en Curitiba surge, entre otros, el apoyo del
Ministerio del Desarrollo Agrario de Brasil (MDA/SAF), que a partir de ahora pasa a
tener una participación importante en el proceso, apoyando los trabajos del GAO,
principalmente del grupo que van a discutir los Sistemas Participativos de Garantía en
especial con la liberación de recursos para desplazamiento de los miembro del GAO a
Brasilia para la aprobación de la Ley n° 10.83134 (FONSECA, 2005).

Inicialmente, para dinamizar las discusiones electrónicas en el GAO, fueran


criados subgrupos de discusión específicos que tenían el objetivo de elaborar textos que
apoyasen el futuro proceso de reglamentación, poniendo después un texto base en el
grupo electrónico del GAO, para que fuese apreciado por la opinión de todos. Desde su
creación en 17 de octubre de 2002 hasta 17 de noviembre de 2003 el GAO tenia un
promedio de 87 mensajes por mes y circuló un promedio de 90 documentos sobre
distintos temas referentes a la normalización de la AO (FONSECA, 2005).

Según Santos (2005) el GAO realizó una serie de actividades entre ellas las
principales fueron: (i) impedir que la IN006/02 entrase en vigor; (ii) proponer el texto
33
Conversaciones realizadas durante la etapa presencial de esta misma maestría en Baeza, España, en las
que afirmaba que fue necesario quedarse durante horas en la sala de la coordinación del ENA para que
entonces pudiesen ser escuchados.
34
La Ley nº 10.831 que dispone sobre la AO fue aprobada por el Congreso Nacional y publicada en 23 de
diciembre de 2003.

39
que basó la Ley nº 10.831 de diciembre de 2003 que trata de la AO; (iii) promover un
proceso de debate y formación a través de talleres locales y regionales por todo el Brasil
intitulado: “Certificación participativa en rede: una propuesta para el Brasil”, con la
expectativa de que en estos talleres micro regionales surgirían los subsidios para la
construcción del texto de la certificación participativa en la reglamentación de la Ley nº
10.831. (FOSECA, 2005). Hoy se puede acrecentar también la importante participación
del GAO principalmente en la reglamentación35 con la elaboración del texto de los
SPGs, incluida en el anexo IV de la Ley.

Sin embargo, los debates en el GAO y el texto de la Ley n° 10.831, fueron


marcados al inicio por una comprensión equivocada del concepto de certificación. La
certificación era entendida como un término genérico, equivalente a “formas de dar
garantía de que un producto, proceso o servicio atiende a normas especificadas”. La
certificación podría, por tanto, hacerse de distintas formas. Pero, la certificación era
solamente una de las herramientas de evaluación de la conformidad y su definición
remetía a conceptos como imparcialidad, independencia… Por tanto, utilizar el término
certificación participativa era una incongruencia. El relato de Luis Rebellato 36 nos
muestra esta percepción:

“La certificación, llamada de forma redundante, certificación por auditoria, consiste, por
definición, en un procedimiento de evaluación de la conformidad en el cual el organismo de tercera
parte (independiente de los procesos de producción y consumo) garantiza por escrito que un
determinado producto, proceso o servicio está de acuerdo con las normas o reglamentos preestablecidos.
Por otro lado la generación de credibilidad es un procedimiento de generación de garantía que se da a
través de relaciones preestablecidas, formalmente o informalmente, entre productores y consumidores y/
o a través de la organización de base y de relaciones en red que consisten en lo que llamamos evaluación
de la conformidad bajo control social o certificación participativa (de forma incorrecta en función de la

propia definición de lo que es la certificación)” (SANTOS, 2005).

Solamente en 2004 después de la Ley decretada, con la llegada de un consultor


contratado por el proyecto “Certificación participativa en red: una propuesta para el
Brasil”, que será abordado más a delante, se resolvió este equivoco.

35
La reglamentación fue aprobada en febrero de 2008
36
El Instituto FACES es quien coordina el forum de la sociedad civil para la reglamentación del sistema
brasileño de comercio ético y solidario.

40
En el segundo semestre de 2002, durante el primero encuentro presencial del
GAO - ENGAO, delante de la tramitación en el Congreso Nacional de un Proyecto de
Ley (PL)37, que discurría sobre la AO, mucho alterado de las versiones en discusión
hasta ahora, el GAO abandonó las discusiones sobre la IN006/02 y se concentró en la
tarea de trabajar la legislación de la AO (FONSECA, 2002 apud FONSECA 2005).

Así en el II ENGAO, realizado entre 14 a 16 de abril de 2003 en Campinas – SP,


una minuta de propuesta de proyecto de Ley, reelaborada y discutida en la Internet, fue
sometida en este Encuentro, siendo aprobada una nueva propuesta que fue entregada al
relator del PL, Senador Ailton de Freitas en este encuentro. En este encuentro también
se reorganiza y se crean nuevos grupos de trabajo en el GAO para la perspectiva futura
de trabajar la reglamentación de la Ley (FONSECA, 2005).

A finales de noviembre, el substitutivo del PL 659/99 es aprobado y en


diciembre de 2003 el Brasil pasó a disponer de una legislación para AO, la Ley nº
10.831 de diciembre de 2003, que en su artigo 3º párrafo 2º, da como posible la venta
directa (productores – consumidores) de productos orgánicos sin certificación, siempre
que sean sometidos a alguna forma de control social:

“En caso de comercialización directa a los consumidores por parte de los agricultores
familiares, que participan de procesos propios de organización y control social, previamente
cadastrados en el órgano fiscalizador, la certificación será opcional, siempre que sea asegurada a los
consumidores y al órgano fiscalizador la rastreabilidad de los productos y el libre acceso a los locales

de producción y procesamiento de los productos” (art. 3, parágrafo 2, Lei 10.831)

Dos puntos importantes en la Ley fueron: i) la no obligatoriedad de la


certificación en casos de comercialización directa a los consumidores realizada por
agricultores familiares organizados, bajo controle social, y ii) permitir que diferentes
sistemas de certificación pudiesen ser desarrollados para garantizar la calidad orgánica
de los productos.

37
Proyecto de Ley Complementar PLC n° 14 de 2002, que rescataba el PL 659/99 (substitutivo PL n.
1957/96) y que disponía sobre los procedimientos relativos a la producción, procesamiento, certificación,
comercialización y diversos otros aspectos necesarios para la reglamentación y para el desarrollo de la
AO en Brasil (FONSECA, 2005).

41
En noviembre de 2003 es creada la Cámara Sectorial de AO (CSAO), órgano
consultivo del MAPA para tratar incluso de las cuestiones del marco regulador. El GAO
como espacio de articulación nacional fue invitado a hacer parte da CSAO. Durante los
momentos finales de tramitación del texto que sustituiría al PL 659/99 en el Congreso
Nacional el GAO participó de las articulaciones junto al MAPA para la composición
futura de la CSAO. Fue sugerido que para las representaciones de las ongs se buscase
redes regionales que representaran articulaciones alrededor de la agroecología. En ese
momento la ACS Amazonía, que ya participaba desde el inicio de las discusiones en el
GAO, pasa a representar la región Norte en la CSAO38 (FONSECA, 2005).
.
Después de la Ley decretada se empezó su reglamentación. Se estableció un
cronograma de trabajo para que fuese posible elaborar una propuesta para la
reglamentación, discutida con la sociedad y en el ámbito gubernamental, antes que fuese
a consulta pública. Para eso, fueran creados subgrupos de trabajo temáticos tanto en la
sociedad civil como en el gobierno. El GAO representando la sociedad civil crió varios
GT39, uno de ellos sobre Certificación Participativa en Red (CPR). En el MAPA,
discusiones sobre la reglamentación de la Ley 10.831 también fueran promovidas con la
creación de grupos temáticos semejantes al del GAO (op. cit.).

Para viabilizar las discusiones de la CPR por todo Brasil el GAO en


colaboración con el MDA, elaboró el proyecto “Certificación participativa en red: una
propuesta para Brasil”. La idea era que las contribuciones de los participantes en las
oficinas para Capacitación de Capacitadotes en CPR, permitiesen la construcción de una
propuesta de reglamentación de la CPR para ser formalizada en el Encuentro presencial
del Grupo Temático de CPR y presentado en el 4° ENGAO en septiembre de 2004 (op.
cit.).

Para subsidiar las discusiones sobre los conceptos y principios que basan los
mecanismos de evaluación de conformidad de la CPR fueron producidos dos
documentos, el Manual de los Capacitadotes – Harmonización y Democratización de
Conocimiento sobre Reglamentación en AO, basado en las tesis de doctorado de Jean
38
El nombre que aparece en la CSAO es de la ong PESACRE, una de las socias fundadoras de la ACS
Amazonía. Actualmente la representación es de la ACS Amazonía.
39
Normas Vegetales, Productos Animales, Procesamiento, Justicia Social, Agroextractivismo,
Certificación por Auditoria, Certificación Participativa, Organización Gubernamental.

42
Pierre Medaets y Maria Fernanda Fonseca y la cartilla Construyendo la Certificación
Participativa en Brasil, basada en las experiencias empíricas de la Red Ecovida y de la
ACS Amazonía presentadas en el 3° ENGAO en septiembre de 2003, en Jaguariúna -
SP (op. cit.).

En este momento, al darse cuenta de la incongruencia del término Certificación


Participativa como mencionado anteriormente, se cambia el término para Sistemas
Participativos de Garantía. Durante 3 años los grupos temáticos del gobierno y de la
sociedad civil trabajaran la construcción de los documentos de los distintos temas. El
Decreto n° 6.323 que trata de la reglamentación de la Ley 10.831 fue aprobada en 27 de
diciembre de 2007. En 2008 fueran aprobadas en la reunión de la CSAO y llevadas a
consulta pública entre otras la IN sobre Mecanismos de Garantía, donde consta el
Anexo IV que trata de las Directrices para Procedimientos de Evaluación de la
Conformidad en SPG. Sin embargo, hasta hoy pocas IN fueran publicadas por el MAPA
como por ejemplo la IN n° 64 de 18 de diciembre de 2008 que trata del Reglamento
Técnico para Sistemas Orgánicos de Producción Animal y Vegetal. Mientras tanto,
continuase en la espera de la publicación de la IN que trata de los Mecanismos de
Garantía.

2.3 LOS SISTEMAS PARTICIPATIVOS DE GARANTÍA Y AGROECOLOGÍA

En el Anexo IV de la IN Mecanismos de Garantía los SPG consisten en un


conjunto de actividades desarrolladas en determinada estructura organizativa regida por
principios, normas de organización y de funcionamiento, visando asegurar la garantía de que
un producto (termo que incluí producto, proceso o servicio) atiende a reglamentos técnicos de
la agricultura orgánica y que fue sometido a una evaluación participativa de la conformidad.

Esa evaluación participativa de la conformidad abriga diferentes métodos de


generación de credibilidad, adecuados a las diferentes realidades sociales, culturales,
políticas, territoriales, institucionales, organizacionales y económicas... siendo características
de lo SPGs el Control Social, la Participación y la Responsabilidad Solidaria.

El control social es establecido por la participación directa de los miembros de


los SPG, que establecen y dinamizan acciones colectivas de evaluación de conformidad
con el reglamento técnico de la producción orgánica. La participación se refiere a la

43
efectiva actuación de los miembros en las acciones del SPG, al compartimento del poder
decisorio y a la responsabilidad solidaria por la garantía resultante del proceso (Anexo
IV, IN Mecanismos de Garantía, todavía no publicado).

Como apunta Cuellar y Sevilla Guzmán (2008) los Sistemas Participativos de


Garantía se basan en la idea de que quienes mejor pueden avalar si un productor/a tiene
un sistema de manejo ecológico es su propio entorno social. Meadets (2003) define esa
generación de credibilidad proporcionada por su entorno social como ‘conformidad
social’. Así, ese autor citando Trujillo Ferrari (1983) apunta que el ‘control social’ es un
proceso activo que se manifiesta en el sentido de orientar el comportamiento de las
personas dentro de una sociedad, de acuerdo con sus normas sociales, valores y patrones
culturales, y las expectativas de sus semejantes, envolviendo cierta conformidad y
limitando el desvío social.

Por lo tanto, el control social es establecido a través de la conformidad


establecida en las relaciones sociales entre productores/as vecinos, los consumidores/as
que le compran directamente y los técnicos de administraciones u ONGs locales de
asesoría que trabajan con él/ella habitualmente. Estos son los principias responsables
por la producción de la confianza, generada en una Red que ultrapasa las cuestiones del
sello e imponen una interacción social que ocasiona una serie de modificaciones en el
comportamiento de las personas y de los grupos.

Así, en estos sistemas, las redes sociales que articulan agricultores entre sí y
agricultores con consumidores y técnicos cobran más sentido ya que éstas forman la
base del mecanismo de credibilidad propuesto. Este control social, generado en la base
de la confianza y de la participación de los diversos actores, se establece en primera
instancia en la propia familia agricultora que garantiza la idoneidad de sus productos,
pero también se establece a partir del grupo de agricultores, que ejerce una presión
social para comportamientos éticamente correctos y, en tercera instancia a través de
visitas realizadas por los propios agricultores o por técnicos y consumidores de la red
(ROCES, 2009).

Partiendo de la lógica de que son ‘las estructuras sociales y económicas quienes


definen la naturaleza de la artificialización de los agroecosistemas’ (SEVILLA

44
GUZMÁN et al, 2008), los SPG al estimular y potenciar otras formas de relaciones de
producción, circulación y consumo, pautadas en la solidariedad y en la cooperación a
través de redes sociales, surge una importante herramienta en el campo de la
agroecología y en la crítica al modelo de sociedad capitalista.

Podemos decir que los SPGs actúan en los seis espacios estructurales del mapa
de estructura-acción de las sociedades capitalistas, propuestos por Boaventura de Souza
Santos (2007), que son los conjuntos mas elementales y mas consolidados de las
relaciones sociales capitalistas contemporáneas: i) el espacio doméstico, ii) el espacio de
la producción, iii) el espacio del mercado, iv) el espacio de la comunidad, v) el espacio
de la ciudadanía y vi) el espacio mundial. En ese sentido abarcan las dimensiones de la
Agroecología40 (política, ambiental, económica, cultural y social).

Aunque los SPG se encuentran directamente dentro de los espacios estructurales


de la producción y del mercado (ya que surgen como una forma de garantía de calidad
en el mercado orgánico/ecológico), su dinámica de funcionamiento, sin embargo,
provoca profundas alteraciones en los otros espacios estructurales, siendo un importante
‘laboratorio de acciones’ hacia el ‘comunitarismo global’ y la ‘radicalidad democrática’
(CALLE, 2005).

En el espacio de la producción se propone el cambio tecnológico proporcionado


por los conocimientos agroecológicos para lograr la sostenibilidad del agroecosistema,
maximizando las fuentes renovables de energía y el reciclaje de los nutrientes, el control
de plagas y el equilibrio dinámico (la resiliencia del ecosistema) (ALTIERE, 1998;
GLIESSMAN, 2000). El agroecosistema es considerado en su totalidad, teniendo en
cuenta la estrecha co-evolución de los sistemas naturales y sociales (Toledo, 2008; Left,
2000) y, por lo tanto, son valorizados los procesos sociales que se desarrollan en él,

40
La Agroecología definida como “el manejo ecológico de los recursos
naturales a través de formas de acción social colectiva que presentan alternativas al
actual modelo de manejo industrial de los recursos naturales mediante propuestas,
surgidas de su potencial endógeno, que pretenden un desarrollo alternativo desde los
ámbitos de la producción y la circulación alternativa de sus productos, intentando
establecer formas de producción y consumo que contribuyan a encarar la crisis
ecológica y social, y con ello a enfrentarse al neoliberalismo y a la globalización
económica” (Sevilla Guzmán et al, 2008).

45
priorizando el componente familiar en el proceso (espacio doméstico) y de esa forma
con fuerte potencial a la valorización y desarrollo de formas alternativas de sociabilidad,
en una autoridad compartida en la familia, en unas relaciones de género, que no
desconsideran la interdependencia de los trabajos entre hombres y mujeres del campo,
pero pone en evidencia los actores más oprimidos (SANTOS, 2007).

El espacio de la ciudadanía es fomentado por la autoridad compartida, por el


derecho democrático, por la co-responsabilidad sobre los procesos. Así, tanto los
agricultores(as) como las entidades de asesoría y los consumidores(as) son responsables
colectivamente de la validación del proceso, por la garantía de la conformidad orgánica,
cada uno con su propia forma de participar y sus obligaciones dentro del proceso, que
funciona en una interdependencia horizontal, conformando un proceso pedagógico
donde diversos actores se integran en la busca de una expresión pública de la cualidad
del trabajo que desarrollan. Así, sus virtudes democráticas y participativas fomentan la
proliferación de espacios públicos no-estatales, emergentes de una nueva sociabilidad.
De acuerdo con Sampeu apud Sevilla Guzmán et al (2008), introduciendo
revitalizadores democráticos que actúen como fuentes de salud individual, colectiva y
ambiental; constituyéndose en agentes de recuperación de una economía al servicio de
la humanidad, y no al revés; regeneradores del tejido social como fuentes de
sustentabilidad en lo social, lo económico y lo ambiental para que actúen como
elementos cruciales de una imprescindible pedagogía colectiva.

La comercialización (espacio de mercado) tiene como meta humanizar la


economía, fomentando mercados agroecológicos solidarios que busquen viabilizar al
agricultor(a) sin explotar al consumidor (precio justo), o sea, no se busca la ‘elitización’
del consumo a través del sobreprecio de los productos y si la democratización del
alimento de calidad a todos(as), creando una ‘economía de la abundancia y no de la
escasez’ (GONÇALVES, 2005), en la cual el principio fundamental es la solidaridad y
el ‘apoyo mutuo’ (Kropotin, 2003). En este sentido los canales de comercialización que
se establezcan entre los lugares de producción y los de consumo y las relaciones que se
promuevan a través de estos canales, son fundamentales en la configuración de uno o
otro medio rural (SEVILLA GUZMÁN et al, 2008). Por lo tanto, se prioriza el
desarrollo endógeno, la organización para la autogestión, los mercados locales (la
regionalización de los mercados), la aproximación entre agricultor y consumidor (ferias

46
libres, entrega de cestas a domicilio, cooperativas de agricultores, cooperativas de
consumidores, mercados institucionales41).

En relación al espacio mundial propone un patrón alternativo de sociabilidad, en


el cual las redes asumen un papel importante, para la articulación local-global. La
creación de redes solidarias de producción y circulación de productos ecológicos genera
espacios donde las relaciones de mercado se someten a un conjunto de principios y
valores más amplios, de inclusión social y cooperación (MEIRELES, 2002). Las redes
conectan las experiencias locales con las regionales y también con las globales (la red
de las redes), formando las redes de credibilidad, generando una articulación múltiple,
horizontal, no subordinada a lo global (al contrario que las redes verticales de los
sistemas agroalimetarios, en las cuales la agregación y la cooperación entre los actores
resultan de un proceso de organización en el que predominan los factores externos a las
áreas de influencia de cada actor, generando subordinación a los intereses de los actores
hegemónicos que conforman los oligopolios - SEVILLA GUZMÁN et al, 2008). Así,
con la tentativa de subvertir el merado, considerado aquí como un conjunto de
relaciones históricamente construidas, incorporan en su práctica la crítica a conceptos
claves del ideario capitalista liberal como el libre mercado y construyen caminos
posibles de re-significación del mundo (otro mundo es posible); más allá del
‘desarrollismo ecológico’ propuesto por el ‘discurso ecotecnocrático de la
sostenibilidad’ (SEVILLA GUZMÁN et al., 2008).

CAPITULO III
3.1 SPG EN LA AMAZONÍA: ACS AMAZONIA

41
Como mercados institucionales podemos citar el Programa de Adquisición de Alimentos (PAA) del
Gobierno Federal, que conecta la producción de la agricultura familiar con las escuelas publicas y centros
de beneficencia.

47
Fuente: ACS Amazonía.

La Asociación de Certificación Socioparticipativa – ACS Amazonía es una


institución sin fines lucrativos que viene desarrollando una experiencia de SPG en el
Sur de la Amazonía Brasileña. Incluye grupos de agricultores, técnicos/consumidores de
la región amazónica occidental. Su sede está ubicada en la ciudad de Rio Branco/Acre,
pero la red implica también agricultores(as) de Rondônia.

Tiene como misión “Garantizar un proceso de certificación diferenciado que


implique instituciones, comunidades y consumidores, proporcionando mejoría de la calidad de
vida, auto-suficiencia, soberanía alimentar y equidad social, a través de la valorización
cultural y de las relaciones socioambientales de los pueblos de la Amazonía”.

Actualmente la ACS es una de las pocas experiencias en curso de Sistemas


Participativos de Garantía. Puede caracterizarse como una experiencia piloto, que
contribuyó como una fuente importante de informaciones y referencia para los Sistemas
Participativos de Garantía en el Decreto de reglamentación de la Ley 10.831, publicado
en 27 de diciembre de 2007.

En estos años, la ACS viene participando de foruns de discusión nacionales


sobre Agricultura Orgánica en Brasil y de fóruns nacionales de Comercio Justo y
Economía Solidaria. Está vinculada a la Articulación Nacional de Agroecología (ANA)
y al Forum de Articulación de Comercio Ético y Solidario (FACES de Brasil). A nivel
estatal participa en las discusiones sobre agricultura orgánica, estando representada en la
Comisión Estatal de Producción Orgánica de Acre - CEPOrg-AC.

En 2007 ganó el 1º lugar en el “Premio Chico Mendes de Medio Ambiente”, en


la categoría de Organización No Gubernamental. El “Prêmio Chico Mendes de Medio

48
Ambiente” busca incentivar en las organizaciones sociales y en los ciudadanos
involucrados con la cuestión socioambiental en Brasil, el interés por la adopción de
prácticas ambientales compatibles con la preservación y el uso sustentable de los
recursos naturales.

3.1.1 Estructura y Funcionamiento de la ACS


De acuerdo con su estatuto la ACS Amazonía acuerdo está estructurada en las
siguientes instancias:
 Asamblea General: órgano máximo de deliberación de la Asociación que incluye
a todos los socios de la red. Es la instancia que toma las decisiones, además de
elegir los miembros y aprobar el plan de trabajo de la Asociación que deberá ser
sistematizado por la Coordinación General. Tanto las modificaciones de los
parámetros, como la definición de la coordinación y del cuerpo técnico son
realizadas a través de la Asamblea. Los planes estratégicos de la red también son
definidos en esta instancia.
 Coordinación General: compuesta por el Coordinador Ejecutivo, Coordinador
Administrativo y Coordinador de Finanzas, responsables de forma general por
orientar y acompañar el proceso, las deliberaciones de la Asamblea General,
además de escribir proyectos, efectuar convenios, controlar los recursos
financieros, etc.
 Coordinación Ampliada: compuesta por representantes de los Grupos de
Trabajos Regionales - GTR. Instancia a ser articulada en nivel local, entre
comunidades, visando fortalecer la integración, el intercambio de experiencias,
la formación y la capacitación en el proceso de Certificación Socioparticipativa.
Tienen como función representar las comunidades en las actividades internas y
reuniones de la ACS.
 Cuerpo de Verificación: compuesto por técnicos, nombrados por la
Coordinación General y aprobados en Asamblea General, responsables por el
acompañamiento en las fincas y el seguimiento de los PSB y PSE en las
comunidades.
 Cámara Técnica: compuesta preferentemente por técnicos de instituciones de
Investigación como UFAC, EMBRAPA, además de representantes de entidades
y organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, que prestan asesoría y
asistencia técnica. Responsables por analizar los laudos de campo del Cuerpo de

49
Verificación, y cuando es necesario, de presentar sugestiones de mejoría en las
unidades productivas, con tecnologías adaptadas.
 Cámara de Ética y de Recursos: es una instancia responsable por analizar y
aplicar penalizaciones a aquellos que no cumplan con las normas del PPC, de
decidir sobre las apelaciones de las familias certificadas, así como de indicar
conflictos entre los procesos de certificación participativa y la legislación
vigente.
 Consejo de Certificación: instancia responsable por el análisis y aprobación de
los procesos relacionados a la certificación emitidos por las Cámaras Técnica y
de Ética y Recursos, aprobando la certificación y organizando la entrega de los
sellos y certificados. No tienen vínculo directo con los beneficiarios de la
certificación (es la instancia que garantiza la visión “neutra”).
 Consejo Fiscal: instancia que tiene la responsabilidad de fiscalizar las
actividades financieras de la Asociación, aprobar el balance de los ejercicios
financieros y emitir el informe anual.

Además del Estatuto la ACS elaboró los Parámetros Socioambientales Básicos


(PSB) y los Parámetros Socioambietales Específicos (PSE). Estos documentos están
divididos en ejes ambientales, sociales y económicos. En cada eje hay una lista de
principios que orientan la calidad esperada del proceso de producción agroecológica en
las propiedades y en las comunidades. El PSB es el documento general de la ACS,
donde son tratadas cuestiones como la efectiva participación de toda la comunidad, el
rescate y valorización del conocimiento tradicional, la producción planificada y las
prácticas de manejo, el no uso de agrotóxicos y conservando los recursos naturales, la
no explotación en las relaciones de trabajo y la denuncia del trabajo esclavo, el bien
estar social de las familias y la seguridad alimentar etc. Cada principio tiene criterios e
indicadores para su seguimiento, mientras los PSE son los acuerdos comunitarios
elaborados en las comunidades, las reglas definidas y acordadas por las personas del
grupo. Así, cada comunidad elabora sus PSE, que van a pasar a ser el documento
orientador de la comunidad.

De forma general se puede describir la metodología de trabajo de la ACS de la


siguiente forma: para participar en la Red el agricultor (a) tiene que hacer parte de un
grupo formal o informal que va a elaborar sus PSE. Éstos no pueden contradecir los

50
principios generales del PSB. El grupo también debe elegir una Comisión de Ética,
responsable por el seguimiento de estos acuerdos en la comunidad. Esta comisión debe
realizar visitas periódicas a las familias de su grupo y cuando sea solicitado, también irá
a visitar a las familias de otros grupos (visita de pares), además de estar en contacto con
el Cuerpo de Verificación, que es la segunda instancia de seguimiento, compuesta por
técnicos de la Red.

Todas las familias elaboran un plan de uso de la propiedad. En caso de que sean
observadas no conformidades en alguna de las fincas, las familias deben elaborar un
Plan de Eliminación Progresiva (PEM), en el cual consta el tiempo previsto para la
eliminación o corrección de la no conformidad. Este proceso será acompañado, tanto
por la Comisión de Ética del grupo como por el Cuerpo de Verificación, que además
deben, conjuntamente con la Cámara Técnica, buscar medios para que la familia
consiga hacer la conversión, promoviendo la asistencia técnica, los intercambios con
otras fincas, los cursos de formación, etc. De esta forma, el desafío se vuelve colectivo,
así como la responsabilidad. Toda la Red debe empeñarse para que la familia consiga
superar su no conformidad.

La inclusión de nuevos miembros en el grupo, tiene que ser primeramente


aprobada por la instancia local (la comunidad), que hace visitas de seguimiento a la
familia, presenta las normas aprobadas por el grupo, etc. Solamente después de que la
comunidad haya decidido si acepta o no a la nueva familia, el Cuerpo de Verificación
realiza la visita a la propiedad. Si no existe desacuerdo entre ambas instancias el nuevo
miembro es incluido.

En las visitas de seguimiento del Cuerpo de Verificación son elaborados


informes de cada finca visitada que son encaminados a la Cámara Técnica. Esta Cámara
analiza las no conformidades y propone sugestiones de mejorías en las fincas. Esta
Cámara es responsable también por enviar el informe al Consejo de Certificación, que
deberá analizar y decidir sobre la certificación y liberación del sello para la familia, caso
no encuentre ninguna no conformidad.

3.1.2 Los Grupos Comunitarios y la práctica agrícola

51
La ACS actualmente trabaja con grupos en su gran mayoría de agricultores
oriundos de proyectos de asentamiento del INCRA. El perfil de las personas varía,
existiendo personas que migraron de los ‘seringais’ en los años 70-80 y también
agricultores descapitalizados del Sur del país que vinieron para el Estado en esta misma
época, huyendo de los conflictos agrarios en otras regiones y atraídos por la propaganda
de abundancia de tierras del gobierno militar. Estos últimos se establecieron y crearon
sus raíces en la región.

Actualmente todos los grupos que componen la Red de forma activa están
ubicados en Asentamientos de Reforma Agraria del INCRA, con excepción de algunas
familias, que todavía son ‘posseiros’ en antiguos ‘seringais’, que hoy se transformaron
en grandes fincas de ganado. Estas familias suelen estar situadas en las orillas del río,
limitando por el lado opuesto con las fincas de ganado y son las responsables por la
manutención del bosque en esas áreas y de la conservación de gran parte de la mata
ciliar.

La práctica agrícola refleja en buena medida el origen del agricultor. Los


agricultores de origen ‘seringueira’, más ‘cabocla’ suelen mantener buena parte de su
área de bosque y no suelen usar agrotóxicos, en contraposición a los agricultores
venidos de otras regiones, donde la ‘modernización’ agrícola se instaló con más fuerza.
Otro punto importante que condiciona las prácticas agrícolas es el contacto con los
programas de subsidio agrícola del Estado, que siempre incentivaron el monocultivo y
el uso de insumos químicos y agrotóxicos en las áreas y con el propio INCRA que
incentivaba la tala del bosque en las propiedades, incluso como condición para
conseguir el titulo definitivo del área. La deforestación de las propiedades era sinónimo
de “progreso” y el agricultor que no deforestase era (y todavía es) considerado un
perezoso.42 La fuerte presencia e incentivo a la ganadería en el Estado también hace que
el bosque sea sustituido por pastizales.

El bioma amazónico por su alta diversidad de especies y por la gran biomasa


vegetal que presenta por hectárea unido a la inexistencia de tecnologías apropiadas,

42
Es común en el relato de los agricultores de la Red la afirmación de que había un apoyo del INCRA y
de los Bancos al desmate de las propiedades y al uso de pesticidas y abonos químicos. Según el relato de
los agricultores, en el caso de que no se deforestase la finca, el INCRA amenazaba sustituir al asentado
del lote o entonces no se recibía el titulo definitivo del área.

52
supone dificultades de manejo, siendo necesario mucho trabajo para la preparación de
las áreas. Así, todos los grupos tradicionalmente realizan la preparación de las áreas
para plantío a través de la tumba y posterior quema, que tiene su origen en el manejo
indígena. Sin embargo, la demarcación de las áreas en proyectos de asentamiento y la
consecuente reducción de su tamaño, hizo que el tiempo de descanso, que en las áreas
indígenas llega hasta 20-30 años o más, pasase a ser mucho más corto (2-3 años), no
permitiendo una recuperación de la vegetación y el restablecimiento del equilibrio
estructural y funcional del bosque.

Otra gran diferencia con respecto al manejo indígena es que éste supone un
enriquecimiento de las áreas de barbecho, ya que conjuntamente con la yuca eran
sembradas otras plantas del bosque, con distintas funciones para la comunidad
(construcción, fabricación de cestos, atraer animales de caza, alimentación, etc.)
Además, la regeneración natural era seleccionada durante los manejos de la yuca. Como
consecuencia de éste manejo la plantación tenía gran diversidad y los prolongados
descansos permitían que allí se estableciese una área, que durante los años siguientes
continuaría siendo utilizada de forma múltiple por los indígenas.

Sin embargo este enriquecimiento y selección de la regeneración natural exige


un conocimiento profundo del hábitat, que no suele estar presente en los agricultores, o
muchas veces no es valorado por ellos. En general, en las áreas productivas de los
agricultores, principalmente los que han venido de fuera, pero no exclusivamente, los
cultivos presentan muy baja diversidad, y hay un frecuente uso de agrotóxicos,
principalmente herbicidas, para controlar las malezas. Un sistema muy común es la
tumba y quema para después realizar el plantío durante 2 a 3 años de especies anuales
como el arroz, maíz y yuca y posteriormente la formación de pastizales para ganado, no
habiendo recuperación y restablecimiento del bosque, en un ciclo que continúa hasta
que las fincas se encuentren totalmente desmatadas.

En ese contexto, la ACS busca eliminar prácticas culturalmente determinadas y


agresivas al medio ambiente, ‘problematizando’ esas practicas y intentando construir
‘nuevas estrategias en la relación sociedad-naturaleza’ (CAPORAL, 2007). Tiene como
base orientadora la estructura y función de los bosques amazónicos. Así, en la
implantación de los sistemas agrícolas se busca principios comunes a la dinámica

53
forestal de los trópicos como la alta biodiversidad. Los SAFs (Sistemas Agroforestales)
son el sistema agrícola que más se aproxima al ecosistema natural y el que más se
acerca a la dimensión ecológica de la sostenibilidad en ese bioma. Además de permitir
un mayor aprovechamiento del espacio, disminuyendo el tamaño total de las áreas
implantadas, permite una mayor seguridad alimentar, y una mejor recuperación del
ambiente, ya que el sistema tiende, de la misma forma que el sistema indígena
tradicional de tumba y quema, a volverse más complejo con el tiempo. Para intentar
disminuir el uso del fuego, se trabaja con el uso de leguminosas trepaderas (pueraria,
mucura, etc.) para la preparación de las áreas. Eso requiere una planificación previa de
por lo menos de 1 a 2 anos, dependiendo de la zona. En lugar del fuego se siembran las
leguminosas. En seguida el barbecho o la mata primaria son taladas, pero no es
quemada. Las leguminosas al crecer van sofocando toda la vegetación que se queda
debajo, creando una cama de materia orgánica muy rica, donde posteriormente se
realiza el plantío.

54
CAPÍTULO IV
4.1 HISTÓRICO – ACS AMAZONIA

Con el Frente Popular de Acre (FPA) en el gobierno y su intención de dinamizar


la propuesta del ‘Desarrollo Sostenible’ surgen en 2001 las primeras discusiones sobre
Certificación de Productos Agroforestales, buscando agregar valor a los productos
agrícolas para un determinado nicho de mercado. La idea era crear una certificación
local para los productos agroforestales.

Así, en 2001, el Gobierno de Acre, a través de la Secretaria de Agroextrativismo


y Producción Familiar – SEPROF, en colaboración con la Ong PESACRE 43 y la
Universidad Federal de Acre – UFAC44 (estos dos últimos ejecutores del proyecto),
aprobaron un proyecto con el Fondo Brasileño para la Biodiversidad – FUNBIO del
Ministerio del Medio Ambiente, denominado “Nueva Propuesta de Desarrollo
Sustentable para el Valle de Acre”, que establecía la implantación de sistemas
agroforestales y la agregación de valor a los productos a través de la certificación, como
estrategia para viabilizar la comercialización. Para eso, el proyecto tenía como una de
las metas la creación de una certificadora local, con la intención de cerrar la cadena
productiva, mejorando los flujos comerciales.

Sin embargo, el proyecto no especificaba de forma precisa cómo seria realizada


esa certificación. Esto estaba relacionado con que hasta entonces no había llegado a
Acre la discusión de la certificación para la agricultura ni tampoco la discusión de la
certificación participativa. Sin embargo, si estaba siendo discutido un sistema de
certificación para la extracción “sustentable” de la madera del bosque, a través del FSC,
como apuntan los entrevistados:

43
PESACRE – Investigaciones en Sistemas Agroforestales de Acre
44
En la UFAC el sector responsable era el Parque Zoobotánico de la UFAC con el proyecto Arboreto, que
como la ONG PESACRE, también desarrollaba trabajos con investigacion en Sistemas Agroforestales.
En el proyecto, el PESACRE fue responsable por la parte de la comercialización y certificación y el
Arboreto por la parte de implantación de los Sistemas Agroforestales.

55
“En aquel momento eso fue súper positivo porque nosotros no discutíamos la
cuestión de la certificación para la Agricultura Familiar (...) la discusión que se venia
realizando en el estado hasta entonces era la discusión forestal”.

“La certificación participativa llegó, desde mi punto de vista, como


consecuencia de la experiencia de la red Ecovida en la que Marcelo había
participado... aquí, es importante decir, que nadie tenia esa idea, ni yo ni las personas
de la secretaría... Las personas antes de empezar a conocer mejor hablaban de FSC
que era la certificación forestal, pero para la parte de agricultura aquí en Acre no
existía nada de certificación y mucho menos participativa (...)”.

Como apunta la cita la discusión sobre Certificación Participativa empezó con la


contratación por el PESACRE de un consultor para desarrollar y dinamizar el proceso.
El consultor, al venir de Sur de Brasil, donde había trabajado un tiempo para la Red
Ecovida, trajo consigo las discusiones nacionales sobre la legislación brasileña y sobre
la ‘Certificación Participativa’, como era conocida hasta entonces el Sistema
Participativo de Garantía, en contraposición a la certificación por auditoria de tercera
parte, o la certificación “convencional” como se dice en lenguaje coloquial en Brasil.

La introducción del tema y las primeras discusiones sobre Certificación


Participativa fueran realizadas en las reuniones de la Red Agroforestal Acreana. Esta
red que tuvo una vida muy corta, surgió en 2001 a través de un esfuerzo del Proyecto
Arboreto para aglutinar instituciones gubernamentales y no gubernamentales, STR,
asociaciones de agricultores e indígenas alrededor de la discusión de una agricultura
sostenible, con el objetivo de valorizar la agricultura ecológica familiar en el estado. La
red fue creada durante un taller en diciembre de 2001, en el cual fue elaborada la ‘Carta
Agroforestal: buscando una agricultura sostenible en el estado de Acre’. En esta carta
se identificaron los principales problemas relacionados a los SAFs (Sistemas
Agroforestales) y se hacían recomendaciones. En este taller se realizó un esfuerzo
colectivo para debatir sobre temas relacionados a la comercialización, crédito agrícola,
sistemas productivos, asistencia técnica, educación así como la creación de grupos de
discusión y orientación. La Red Agroforestal tenía el objetivo de consolidar estas
propuestas elaboradas durante este encuentro.

Así, la certificación participativa encuentra en este espacio su locus de actuación


inicial. El consultor fue contratado para participar de estas reuniones de la Red

56
Agroforestal a partir de 2002 y es en ella en la que empiezan las primeras discusiones
sobre certificación participativa.

“En julio de 2002 (...) fui a una reunión en la UFAC de la Red Acreana de
Agroflorestal que era organizada por la gente de Arboreto y en ella estaban todas las
personas que después pasaron a formar la ACS. Fue mi primer contacto. Estaba
Marcelo Nunes y allí lanzó la idea de la certificación participativa convocando a las
instituciones presentes. El proceso iba a dar inicio en esos días”

La propia forma de organización de la Red Agroforestal es propuesta por el


consultor y se asemeja mucho a la red Ecovida, con los Núcleos Regionales, que
representarían las distintas organizaciones de base por regiones. Cada Núcleo sería
representado en los Fóruns de la Red en los cuales se realizan informes y se planean
acciones integradas. La certificación, en esta estructura, sería una más de las diversas
redes temáticas dentro de la Red Agroforestal (PENEIREIRO et al, 2002).

En ese contexto, en junio de 2002, en la I reunión sobre certificación con


distintas instituciones actuantes en el estado, se presentó el proyecto “Nueva Propuesta
de Desarrollo Sustentable para el Valle de Acre” ampliándose la propuesta del proyecto
para el desarrollo de un proceso de certificación diferenciado, que valorizase el trabajo y
el servicio ambiental desarrollado por los “pueblos del bosque”. Para eso, se formó en
esta reunión el Grupo de Trabajo de Certificación - GTC, cuyo objetivo era desarrollar
las discusiones y construir un nuevo proceso denominado Certificación Participativa en
Red. Este grupo realizó su primera reunión el 25 de julio de 2002. A través de este GTC
se creó el Programa Participativo para Certificación – PPC, que tenía el objetivo de
crear el “programa de seguimiento (de la certificación), con vistas a la generación de
políticas publicas” (NUNES, 2003).

El PPC estaba dividido en tres niveles de organización: i) la familia, donde


serian observadas cuestiones relacionadas a su bien estar como la seguridad alimentaria,
la educación, la salud, higiene, ii) los grupos de afinidad e interés formados por las
familias, en los cuales serían realizadas actividades de capacitación, de formación,
elaboración de planes de manejo y ‘buenas prácticas’, etc. y iii) la comunidad, en la que
serían realizadas actividades más amplias como la capacitación para la gestión y
resolución de conflictos internos y externos. La comunidad forma el Grupo de Trabajo

57
Regional – GTR, que está unido a la ACS Amazonía, ya que uno de sus miembros debe
hacer parte de la coordinación ampliada de la certificadora, exteriorizando las demandas
de la comunidad para la elaboración de políticas públicas (GAO, 2004; NUNES, 2003).
A pesar de que no estaba muy claro lo que iba a ser observado y analizado en los
diversos niveles de organización, había una intención clara de generar con este
programa de seguimiento indicadores de sostenibilidad para la agricultura familiar y
extractiva que pudiesen servir como referencia para subsidiar las políticas públicas del
estado para este sector. Así, el fin último del seguimiento es subsidiar la formulación de
políticas públicas, a partir de los indicadores en las comunidades y de sus demandas.
“Los indicadores de seguimiento servirán para auxiliar y promover la generación de
políticas públicas para el sector” (NUNES, 2003). El consultor refleja en sus palabras
la intención de que los indicadores creados se universalizasen a través de las políticas
públicas, volviéndose herramientas de trabajo que podrían ser incorporadas en las
secretarias de estado involucradas con la parte productiva rural/forestal.

En agosto de 2002 integrantes del GTC participan en el Encuentro Nacional de


Agroecología (ENA) en Rio de Janeiro. A partir de este ENA, que es uno de los marcos
nacionales de discusión sobre Certificación Participativa (como es analizado en el
apartado anterior), el proceso de Acre empieza a ser conocido nacionalmente, y se
integra en la discusión nacional sobre la reglamentación de la Ley de Orgánicos (Ley n°
10.831) con la Red de Certificación Participativa de Acre, haciendo parte del GAO, que
iba a ser formado poco después del ENA.

“La cuestión pasó a tener una importancia a nivel nacional a partir de julio de 2002
cuando tuvo lugar el Encuentro Nacional de Agroecología que fue en Río de Janeiro y
todo Brasil estaba allí. En aquel momento había varios grupos temáticos que discutían
mercado, comercialización, certificación (...) Por aquel entonces no existía la ACS.
Éramos algo así como una red de articulación para certificación que aportaba un poco
sobre los temas específicos de la Amazonía, sobre agroextrativismo… la gente no sabía
ni lo que eso (agroextrativismo) quería decir.”

Según la cita parece que el diferencial amazónico, la inclusión de ese nuevo


bioma, con sus especificidades, con una agricultura que combinaba productos típicos de
la agricultura familiar con productos forestales (agroextrativismo) interesó a los
participantes del ENA. La Amazonía era una región importante en la cual fortalecer el
movimiento de Certificación Participativa que venía formándose en Brasil como una

58
alternativa a la certificación por auditoria. La importancia de la Amazonía desde el
punto de vista estratégico hizo que su experiencia en la construcción de la Certificación
Participativa fuese presentada en el Manual y en la Cartilla sobre Certificación
Participativa en 2003, conjuntamente con el ejemplo de la Red Ecovida así como en el
3° ENGAO y, en 2006, orientase la elaboración de las Instrucciones Normativas sobre
SPG.

El 30 de octubre de 2002, en la tercera reunión del GTC es definida una


comisión compuesta por la ONG PESACRE, la SEATER-GP (Secretaria de Asistencia
Técnica del Gobierno estatal), la CPT (Comisión Pastoral de la Tierra de las Pastorales
sociales de la iglesia católica), el DFA (Delegaría Federal de Agricultura del Gobierno
Federal) y el proyecto RECA (grupo comunitario caracterizado por una sólida
organización social y productiva situado en el estado de Rondonia), con el objetivo de
pensar la construcción de los Parámetros Socioambientales Básicos (PSB) para la
certificación, así como de sensibilizar a las demás entidades, comunidades y al gobierno
del estado de Acre sobre el tema.

En el I Taller de Certificación Participativa en Red en mayo de 2003 la primera


versión de los PSB fue presentada para evaluación y sugestiones por parte de los
participantes, que incluían técnicos de diversas instituciones del estado y agricultores de
varios grupos, además de asociación indígena. Estos parámetros fueron aprobados en
una Asamblea General que fue realizada durante el II Taller de Certificación
Participativa en Red, el 08 de agosto de 2003 convirtiéndose en el documento base de la
ACS. En este II Taller también se creó la Asociación de Certificación Socio-
Participativa de la Amazonía – ACS Amazonía, entidad civil, sin fines lucrativos, el
09 de agosto de 2003, con la participación de 45 personas, entre comunitarios y técnicos
de 12 instituciones.

Entre junio y noviembre de 2003, paralelamente a elaboración de los


documentos, como el PSB, el estatuto de la ACS, documentos de divulgación como el ‘I
jornalzinho de la comunidad’ (que explicaba de forma sencilla el paso a paso para la
certificación y las principales características del proceso de certificación participativa),
hubo un período de intensa sensibilización sobre el tema en las distintas comunidades, a
través de oficinas comunitarias sobre el PPC (Programa Participativo para

59
Certificación), implicando aproximadamente 25 comunidades, en los municipios de Rio
Branco, Plácido de Castro, Porto Acre, Acrelândia, Sena Madureira, Nova Califórnia
(estado de Rondônia) y Boca do Acre (Estado de Amazonas). A partir de ahí fueron
priorizadas algunas comunidades para iniciar el proceso de certificación. La selección
de las comunidades utilizó como criterios, la organización, la participación en las
oficinas, la utilización de prácticas agrícolas compatibles con la agroecología, la
presencia de alguna de las instituciones colaboradoras de la ACS en la comunidad, entre
otros.

Con algunos grupos seleccionados, fueron realizadas oficinas para la elaboración


de los Parámetros Socioambientales Especificos (PSE). Este documento crea la
identidad del grupo y en ello constan sus principios, sus deberes, sus prohibiciones, sus
penalidades. Con los PSE hechos cada familia, en conjunto con técnicos de la ACS
hacía el plan de uso de la propiedad.

Como resultado de las discusiones en las comunidades surge el 6 de diciembre


de 2003 la “Feria de Productos Orgánicos, Agroforestales y Artesanales”. La Feria tiene
lugar en Rio Branco/Acre, todos los sábados y domingos, desde las 05:00 hasta las
17:00h. Actualmente, participan 36 familias que pertenecen al ‘Grupo de los
Agricultores Ecológicos de Humaitá’ (PAD-Humaitá, municipio de Porto Acre), a la
Asociación Nuestra Señora de Fátima (PA Moreno Maia, municipio de Rio Branco), al
Pólo Agroforestal Benfica (municipio de Rio Branco) y al Pólo Agroforestal Wilson
Pinheiro (municipio de Rio Branco).

60
Fuente: ACS Amazonía

Sin embargo, a pesar de que estábamos construyendo la certificación


participativa en Acre, en aquel momento, con las discusiones legales aún imprecisas, la
ACS todavía, era entendida por el consultor como una certificadora comunitaria, una
mezcla entre la certificación por auditoria (certificación de grupos) y lo que iba a
convertirse después en los Sistemas Participativos de Garantía. En el borrador de un
proyecto escrito por el consultor contratado por aquel entonces y coordinador de la ACS
en 2003, puede percibirse la ausencia de un concepto claro de SPGs. Al contrario del
principio de parcialidad presente en los SPG, en este borrador se apela a la
imparcialidad buscando la separación entre el seguimiento de las familias y la asistencia
técnica:

“como Certificadora Comunitaria, no cabe a la ACS promover asistencia técnica y


extensión rural, debido a eso, es necesario el establecimiento de colaboradores...”

Este trecho del proyecto escrito en 2003 probablemente es reflejo de las


incertidumbres en las discusiones nacionales y de la IN 006/92 que ponía la
imparcialidad y independencia como postulados de la evaluación de la conformidad,
basándose en los criterios de la Guía ISO 65. Por tanto, la extensión rural seria realizada
por las entidades colaboradoras del gobierno o a través de las ong’s participantes en el
proceso. En este período también se intentó un reconocimiento internacional de la ACS
con acreditadotas internacionales como el FSC, o que resultó infructífero.

En 2004 tiene lugar la ‘Oficina de Capacitación de Capacitadotes en


Certificación Socioparticipativa’ para el equipo funcional de la ACS. Esta oficina hacía
parte del proyecto ‘Certificación Participativa en Red: Una propuesta para Brasil’
ejecutado por el GAO, que era coordinada por Valdemar Arl, de la red Ecovida, y por
Cristina Ribeiro, de la ABIO45. Fue la primera vez, desde 2002, cuando tuvieron inicio
las discusiones en Acre, que la ACS hace una discusión más amplia en el Estado sobre

45
ABIO es la Asociación de Agricultores Biológicos del Estado de Rio de Janeiro.

61
certificación participativa y sobre la Ley de Orgánicos para todos los involucrados en la
Red.46.
En noviembre 2005 es aprobado por el PESACRE, el proyecto “Fortalecimiento
de la Red de Certificación Socioparticipativa de la Amazonía”, apoyado por el
MDA/SAF. Este proyecto preveía recursos para las siguientes actividades: i) continuar
las oficinas en los grupos y el seguimiento de las fincas, ii) mejorar el aspecto visual de
la Feria, iii) desarrollar el sello de la ACS, iv) adecuar los rótulos de los productos del
GAEH (Grupo de Agricultores Ecológicos de Humaitá) y de Moreno Maia y v)
cualificar a la ACS en los padrones ISO para atender las exigencias de la Ley 10.831.
En este período el consultor deja Acre y la ACS pasando a acompañar las discusiones
por la lista electrónica de la ACS.

Así, como parte de este proyecto en 2006, es contratada una consultora para
analizar los documentos de la ACS Amazonía y proponer las adecuaciones necesarias en
acuerdo con la ISO 65, normas internacionales utilizadas por las certificadoras por
auditoria. Sin embargo, en este momento las discusiones nacionales sobre certificación
ya habían avanzado mucho y la discusión sobre los SPG estaba más consolidada dentro
de la red.

La visita de la consultora a finales de noviembre de 2006 genera muchas dudas


entre los socios de la red, pues a pesar de que la ACS tenía una práctica característica de
los SPG, la visita de la consultora pretendía adecuarla a las normas de la ISO 65. Eso,
divide la opinión de las personas de la ACS, entre aquellas que creían que la adecuación
a la ISO65 no comprometería el funcionamiento de la misma y seria importante para
agilizar la regulación legal de la ACS y permitir la exportación de productos por parte
de algunos de los grupos de la Red, y aquellas personas que consideraban que adecuar la
ACS a la ISO65 iba a suponer un alejamiento de los principios de la agroecología y de
la labor que la ACS venía realizando en los grupos, restringiendo las acciones. Además
estos últimos planteaban la duda de si la ACS conseguiría efectivamente adecuarse a la
ISO ya que esto suponía mucha burocracia y costes elevados.

46
Algunas personas de la Red ya tenían algún contacto más profundo con el tema por haber participado
en encuentros en Brasil que discutían el tema como el ENA en 2002, el Forum Social Mundial en 2003, la
Jornada de Agroecología no Paraná en 2003, los encuentros presénciales del GAO, entre otros.

62
La ACS no llega entonces a un consenso sobre el asunto. Mientras tanto, la red
participa en la construcción del anexo IV de la IN que reglamenta los SPGs. En marzo
de 2007 es realizada una visita a Acre por parte de tres consultores que participaban de
un proyecto desarrollado por el GAO, para analizar varias experiencias piloto de
certificación participativa en Brasil, con el objetivo de reunir elementos para la
redacción de una propuesta de cuaderno de campo para la evaluación de la conformidad
en los SPGs. La intención era plantear una estructura mínima legal para los SPG que no
fuese excluyente para las distintas experiencias existentes en Brasil. Esta visita supone,
por un lado, una muestra de la valorización nacional de la ACS como SPG para la
producción ecológica y por otro, contribuye para acercar a los grupos de agricultores y a
los técnicos al debate sobre SPG.

Como resultado del trabajo de la red, actualmente hay tres grupos de agricultores
certificados. El grupo de Agricultores(as) del proyecto RECA, del municipio de Nova
California/Rondonia, certificados en diciembre de 2006, el GAEH, del municipio de
Porto Acre/Acre y el Grupo de Agricultores Orgánicos del Moreno Maia, del municipio
de Rio Branco/Acre, certificados en junio de 2007. La “certificación” supone la
culminación de un proceso dentro de la red y el reconocimiento público de que las
familias de agricultores han asumido la agroecología como desafío colectivo.

En la Asamblea realizada en 2007 la ACS colocó como los principales objetivos:


i) ser un espacio de debate e intercambio entre agricultores técnicos y consumidores
sobre agroecología, ii) establecer mecanismos de control social para las fincas
ecológicas a través de los Sistemas Participativos de garantía, iii) sensibilizar, capacitar
a los agricultores de la región, a técnicos y al público en general sobre agroecología y
iv) fomentar espacios de comercialización a través de redes solidarias de
comercialización que aproximen productores y consumidores.

Después de decretados los reglamentos de la Ley en febrero de 2008, la ACS


encaminó en su última asamblea, en septiembre de 2008, la reformulación de su
Estatuto, pues algunas instancias como el Consejo de Certificación ya no tienen sentido
en la nueva configuración legal, reconfigurando también el funcionamiento y las

63
diversas etapas para obtener el sello. Actualmente viene siendo discutida la necesidad
de evaluar esta estructura a luz de la reglamentación brasileña para desburocratizar al
máximo los procedimientos, posibilitando así un entendimiento y una mayor
participación de todos. Operacionalmente, en la práctica diaria, las instancias que
funcionan son la Coordinación General, las Comisiones de Ética de los grupos
comunitarios, el Cuerpo de verificación y la Cámara Técnica.

4.2 LA MOTIVACIÓN INICIAL DE LOS DISTINTOS ACTORES EN LA ACS

Podemos decir que la motivación inicial para la creación de la red parte del
gobierno de Acre que intenta establecer mecanismos de agregación y diferenciación de
productos de origen Amazónica. Eso se inscribía dentro de las propuestas que estaban
siendo planteadas por la Frente Popular de Acre, liderada por el PT, bajo la política del
“desarrollo sustentable”. Así, el proyecto originario fue escrito en 2001, en un contexto
de coligación de distintas secretarias involucradas con el área rural/forestal (SEPRO,
SEATER, SEFE, SEAP)47. Esta coligación buscaba una acción integrada y la
agroforestería era un tema presente entre algunas secretarias como la Secretaria de
Producción – SEPRO y la secretaria de extensión – SEATER, que se llamó Secretaria de
Extensión Agroforestal en este período.

El convenio del Estado con la ong PESACRE, que fue la gestora financiera y
administrativa del proyecto, buscaba según muestran las palabras de uno de los
entrevistados, entre otras cosas, facilitar la ejecución del proyecto, utilizando una
entidad jurídica menos burocrática que el Estado48:

“el Pesacre era el que realizaba la gestión financiera y administrativa del proyecto,
esto era una forma de agilizar, de viabilizar. Porque imagínate, en el gobierno para
comprar un clavo necesitas pagarlo con cheque… si dependiese del estado iba a ser
una burocracia que no iba a permitir que se hiciese nada… Así que pensando en eso…
El Pesacre por ser una ONG tiene todas las normas de la legislación específica para
eso, nosotros (el PESACRE) tenemos como hacerlo con más agilidad, porque
imagínate, todo tiene que licitarse (…) Así se favorecía la ejecución del proyecto”

47
SEPRO: Secretaria de Producción; SEATER- Secretaria de Extensión Agrícola; SEFE: Secretaria de
Extrativismo y Floresta y SEAP: Secretaria de Agropecuária.
48
Esa es una práctica común del Gobierno de Acre. Como ejemplo, tenemos la reunión que tuvo lugar, de
4 a 5 de febrero de 2009, entre el gobierno y algunas ongs, donde fueron presentadas una gama de
acciones de su programa de gobierno, con el objetivo de ser desarrolladas por las referidas ongs.

64
Así, a través de la entrada del PESACRE y de la contratación del consultor para
desarrollar la parte de la certificación en el proyecto, surgen las primeras discusiones
sobre certificación participativa. Analizando los documentos de la ACS, parece evidente
que los encuentros de la Red Agroforestal iniciados por el Proyecto Arboreto fueron
fundamentales para la agregación de las entidades alrededor de la ACS Amazonía. En
ella, se estaba buscando una articulación alrededor de la agricultura familiar,
discutiendo sus problemas y la comercialización surge como un punto importante en la
discusión. Así, la propuesta de la certificación participativa se encajaba perfectamente
como una alternativa muy interesante dentro de la propia propuesta de la Red. Los
grupos comunitarios que entraron en el proceso de la Certificación Participativa eran
grupos asistidos por estas instituciones. Un punto interesante es que el propio consultor
fue indicado por la entonces coordinadora de Arboreto, ya que el PESACRE en esa
época no tenía ninguna referencia. El consultor, que en este momento estaba en la red
Ecovida, había realizado un periodo de prácticas en el proyecto Arboreto49.

Por lo tanto, el contexto de la época, marcado por el intento de creación de la


Red agroforestal Acreana, conjuntamente con la propuesta de las Secretarias de Estado
de desarrollar una producción familiar agroforestal apoyados por ongs, posibilitó y
facilitó el surgimiento de la propuesta de la ACS Amazonia, teniendo como foco el
diálogo y la articulación interinstitucional.

“ El contexto macro ayudó al surgimiento de la ACS, facilitó. La ACS surge con la


participación de varias instituciones y eso es fruto del contexto político (…) el proyecto
solo se dio en Acre como consecuencia de ese contexto, de esa relación institucional
que había en Acre desde hacía algún tiempo (…) El gobierno lideraba los procesos de
producción y el gobierno no lideraba estos procesos de casualidad, muchas
instituciones identificaron en el gobierno cosas interesantes para ellas: por ejemplo la
propuesta de agroflorestería, nunca habíamos tenido algo así y mucho menos con el
gobierno ayudando!”

El trabajo se inició teniendo como locus de actuación la Red Agroforestal


Acreana, aglutinando las distintas instituciones gubernamentales y no gubernamentales
que tenían relación con esta Red. De ahí surgieron las primeras reuniones que
originaron el GTC. Estas instituciones fueron las que introdujeron la discusión de la
49
Información obtenida a través de conversaciones informales con Fabiana Peneireiro, coordinadora del
Arboreto en ese período.

65
certificación en las comunidades organizando y trayendo agricultores para los
encuentros ampliados de la ACS, comos vemos en las citas:

“Nosotros íbamos allá (a las comunidades), movilizábamos a los líderes, yo trabajaba


mucho con los Apurinã (comunidad indígena), en aquel momento nosotros los traíamos
para las discusiones, intentábamos aprovechar las visitas para trocar una idea a
respecto de eso para poder animar también esa discusión dentro de la comunidad”

“En septiembre organizaron un encuentro en el CTA (Centro de los Trabajadores de la


Amazonia), un taller al que vinieron varios grupos con los que la CPT trabajaba, São
Bento en Sena Madureira, Santa Ana (Plácido de Castro), que trabajaban con cría de
pequeños animales. El grupo São Bento trabajaba con un proyecto, financiado por el
Fundo Nacional del Ministerio de Medio Ambiente, para implantar Sistemas
Agroforestales… Vino el personal del Antimari, de ese proyecto piloto de artesanía....”

Sin embargo, la participación en el proceso de los técnicos de las instituciones se


daba de diferentes formas y estos técnicos tenían diversidad de ideas sobre el proceso de
certificación pudiendo distinguirse las siguientes: i) personas que participaban por
voluntad propia y por tener cierto interés en el tema de la certificación por un lado o de
la componente participativa. La mayoría no conocía mucho sobre certificación, pero les
había llamado la atención el tema de la ‘certificación’, o el tema ‘participativo’. Las
personas motivadas por el tema de la certificación lo relacionaban generalmente con la
importancia del sobreprecio, del acceso a nuevos nichos de mercado, de la agregación
de valor, mientras que aquellas personas interesadas en la participación lo relacionaban
con la idea de trabajar la diferenciación del producto, pero dando importancia al
componente participativo, a través de una certificación distinta, participativa,
involucrando a las comunidades lo que en general conectaba la certificación con los
trabajos que estos técnicos venían desarrollando; y ii) las personas que tampoco
conocían mucho sobre certificación, pero que tenían que estar presentes por indicación
de sus jefes, pues como era un proyecto de gobierno en convenio con algunas ONGs,
muchos funcionarios públicos y trabajadores de ONGs tenían compromisos formales
con la ACS, por estar encargados de la representación en ella de las instituciones de las
que formaban parte.

Así, podríamos hablar de una participación formal, caracterizada por aquellos


que eran obligados a participar debido a demandas de sus propias instituciones. Como
es el caso de uno de los entrevistados que afirma que su participación en la red “Fue por

66
una demanda interna de trabajo y también porque el trabajo en la comunidad me obligaba a
hacer esa conexión…”. Y, por otra parte, de una participación que surgía de una voluntad
individual de aquellos que se identificaban de alguna forma con aquel proceso y que
contribuyeron para que las instituciones de las que hacían parte permitieran su
participación y se comprometieran con el trabajo de la red.

“yo vi el trabajo de la ACS como una especie de hilo conductor de mi trabajo, del
trabajo que yo hacía en los grupos que acompañaba…A partir de ahí empecé a
dedicarme bastante a esa historia de la certificación participativa, como era, qué
significaba... y siempre tomando como ejemplo a la red Ecovida. Participe en el Forum
Social Mundial en enero de 2003, las actividades que yo participé en el Forum, todas
ellas estaban orientadas para esa historia de la certificación”

Para los grupos comunitarios la certificación llega a través de las instituciones


que los acompañaban, que la incluyen en las actividades realizadas en la comunidad.
Mientras tanto, algunos grupos comunitarios se incorporan al proceso a través de
agricultores que, actuando como multiplicadores, salen de sus grupos de origen y van a
vivir a otros lugares en los que crean nuevos grupos, difundiendo la idea a otros grupos
que pasan también a formar parte de la Red. Un ejemplo de esto es una agricultora que
hacia parte del Grupo de Agricultores Ecológicos del Humaitá - GAEH (que era
acompañado por el proyecto Arboreto) que tras su contacto con las primeras discusiones
de la Certificación Participativa incorpora la propuesta y la lleva a otra comunidad en la
que forma un grupo para participar en la red y en la Feria Orgánica en Rio Branco.

“La formación del grupo de los orgánicos (de Moreno Maia) fue casi una necesidad de
los otros.....Hubo una reunión con la SEAPROF (Secretaria de Agroextrativismo y
Produçao Familiar), en la que Marcelo estaba involucrado.... era sobre alguna
cuestión de la ACS, creo que era para hacer los parámetros, el reglamento... en uno de
esos momentos, no sé si fue una necesidad del gobierno o de la propia ACS fue
decidido organizar una feria, con productos buenos, naturales, y estaba todo el mundo
perdido, porque en esa época la única referencia era Humaitá (comunidad) y Humaitá
no tenía toda esa diversificación de productos”.

Por lo tanto, tanto en la cita arriba como en la que sigue, parece que para los
agricultores de forma general, la motivación inicial para participar en la ACS surgió, por
lo menos inicialmente, mucho más como una demanda externa que interna, como una
necesidad de la ACS.

“El origen de la historia fue así: la idea era certificar nuestra área para que

67
nosotros pudiésemos vender nuestros productos con garantía...como es un producto
orgánico, porque nosotros trabajamos en sistemas de agroforestas, entonces de la ACS
surge esa necesidad de certificar”.

Pero para los agricultores la certificación también supone la posibilidad de una


mayor valorización de los productos de la agricultura familiar así como la posibilidad de
dar salida a la producción, como apunta uno de los entrevistados al recordar la
participación en el proceso de la representante de la FETACRE - Federación de los
Trabajadores en Agricultura de Acre - en el proceso.

“Regina en aquella época era líder de la FETACRE, fue una de las personas que iba a
las reuniones, que hablaba por ahí de la certificación, entendía el propósito de la
certificación y ella lo defendía con insistencia. Allí donde iba hablaba sobre la
certificación socioparticipativa. Nosotros le enseñábamos los datos y ella veía que era
importante para la Agricultura Familiar que es la que pone la comida en la mesa. Ella
(la certificación participativa) puede aumentar el valor que el agricultor recibe y eso
puede incentivar una producción con calidad que incorpore la preocupación
ambiental”.

4.3 LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD DE LA ACS


La ACS Amazonia, en su proceso histórico, fue gestando su identidad,
constituyendo lo que ella es hoy. Se podría decir, que la propuesta fue sufriendo una
metamorfosis viéndose afectada, por un lado, por el contexto interno de la coyuntura
estatal y de las diversas organizaciones y personas que hacían parte de ella que con sus
aportes fueron moldeándola y, por otro, con el contexto externo, a través del contacto
con otras experiencias de SPGs en Brasil y de la participación en las discusiones
nacionales alrededor de la Ley de Orgánicos brasileña.

La ACS tiene un origen ambiguo por su intención inicial de constituirse como


certificadora, sin ningún adjetivo que la cualificase como algo distinto (excepto el hecho
de ser más participativa), buscando, como la certificación por tercera parte, la
diferenciación del producto en el mercado y su respectiva agregación de valor. Al
principio la ACS va constituyéndose como una certificadora participativa que todavía
no está claramente definida y diferenciada de la certificación convencional (ya que
coincide casi totalmente con la certificación de grupos de la IFOAM por ejemplo) para
posteriormente llegar a identificarse como un Sistema Participativo de Garantía

68
diferenciándose así de la certificación convencional. Es importante destacar que la
construcción de una identidad se hace reconociendo lo distinto, lo extraño. A partir de
esta negación del “otro”, el “yo” o el “nosotros” se define. Así, la identidad fue
surgiendo a partir de la participación de las personas en el proceso, del conocimiento
construido, de los conflictos generados y de la identificación o negación de la propuesta
en base a los principios e ideologías y trabajos de cada uno.

En un primero momento, en su gestación, la ACS era un proyecto que pretendía


viabilizar la comercialización de los productos agroforestales y, para ello, la
certificación sería el instrumento a ser utilizado. Sin embargo era una certificación
pensada en la forma convencional:

“En un primer momento, antes de su fundación (de la ACS), en la época de


aquel proyecto de Funbio. Uno de los productos exigidos por el proyecto tenía que ver
con la implantación de Sistemas Agroforestales. Uno de los resultados finales que más
les preocupaba no era solamente implantar sino como se iban a colocar después esos
productos en el mercado. Esa era la mayor preocupación y además estaba en las metas
del proyecto… justamente en la parte que hablaba de la certificación. Además era una
certificación de esas convencional, de esas que se hace normalmente por ahí…”

El segundo momento, con la llegada del consultor, es el período de surgimiento,


de irrupción en el escenario y de difusión de una certificación ya adjetivada con el
término ‘participativa’, buscando la diferenciación y la valorización de los pueblos del
bosque y de su servicio ambiental al planeta. Así, surge el término Certificación de
Origen (pueblos del bosque), Socioambiental (que preservan los recursos naturales y la
cultura) y Orgánica (no usan agrotóxicos). Esta tríplice garantía evidencia una
intencionalidad más allá de la propia agricultura orgánica, aproximándose de la
agroecología, por poner en pauta además de las cuestiones productivas cuestiones
económicas, sociales, culturales, ambientales y éticas.

Este es el período marcado por una gran participación de las instituciones


gubernamentales y no gubernamentales y también de representantes de entidades de
agricultores (Asociaciones, STR, FETACRE). Es el período de expansión de la Red
ACS, que empieza como una sub red dentro de la Red Agroforestal Acreana para
después, con el desaparecimiento de esta Red, ganar autonomía a través de su Grupo de

69
Trabajo para Certificación (GTC). Esa articulación de los distintos colaboradores,
promovida por el consultor es resaltada por uno de los(as) entrevistados(as):

“Inicialmente hubo una cosa muy positiva, que él proporciono (el consultor), que
fueron los espacios de diálogo. Éstos se forman cuando él llamó y reunió a las personas
para construir. Eso era una novedad, porque hasta entonces no se había conseguido
tener aquella variedad de actores juntos para discutir algo en común (...) el llamó
desde instituciones federales, instituciones estatales de investigación, personas de la
Embrapa (...) Había también representantes de agricultores… Y después, en un
segundo momento, también había agricultores discutiendo eso. Así, en aquel momento,
él promovió un espacio de dialogo para todo el mundo. Fue a través de lo que se llamó
Grupo de trabajo de Certificación - GTC”.

La ausencia de conocimiento sobre certificación en un principio, los conectaba a


todos con el discurso común hegemónico, asociado a la agregación de valor al producto,
a la diferenciación a través del sello que, como consecuencia, genera un “sobreprecio”
el aumento del precio del producto y el acceso a un determinado nicho de mercado, que
permite la venta a un publico especifico.

Sin embargo, no solamente el como fue cambiando durante el proceso, con la


incorporación de las herramientas participativas, sino también el fin ultimo de la
certificación. En esa discusión se fue madurando y muchos fueron distanciándose de
esta concepción hegemónica del discurso común:

“ACS, como certificadora que surge para diferenciar productos en el mercado


(productos de esos grupos que estaban siendo acompañados por varias de esas
instituciones que componían la ACS en un principio) va poco a poco perdiendo la idea
de ser únicamente para certificar, para diferenciar productos en el mercado… creo que
esa idea fue perdiéndose con el tiempo”

Sin embargo, durante ese período todavía predominó la indecisión y la


indefinición de la ACS, corroborada por la incertidumbre de la Ley brasileña. Eso
parece claro en las respuestas del consultor del PESACRE, al informe de Ribeiro (ACS,
2007) sobre la adecuación de la ACS a la ISO 65. Se puede ver en su respuesta al
apartado del informe sobre los riesgos de la acreditación en la ISO 65 comprometer los
principios básicos de la certificación participativa:

70
“La ACS Amazonia fue pensada para ser acreditada como la primera certificadora
comunitaria (...) acreditarse no significa abandonar el proceso de la ACS y si
profesionalizarla (…) nosotros creamos una certificadora que no es convencional y no
por eso necesita estar al margen de cualquier proceso de normalización”.

Había la clara convicción, por parte del consultor, de que seria posible ajustarse
a la ISO 65 sin comprometer la concepción y los principios de la Certificación
Participativa. Incluso él coloca la posibilidad de estar acreditado en la ISO 65 y al
mismo tiempo ser también un SPG.

“La ACS trabajando para su acreditación no abandona la oportunidad de ser un


Sistema Participativo de Garantía, al revés, puede probar que hacer las dos cosas es
posible”

Esa incoherencia reflejaba también la incertidumbre de los SPG, pendientes de


reglamentación en la Ley de Orgánicos y de la angustia por convertir a la ACS
adatándola a la ISO 65 para, de esa forma, ser reconocida en el mercado internacional,
posibilitando la exportación de los productos:

“No caigan en la tontería de hacer como lo que le pasó a la Red Ecovida, que
cuando los productores necesitan exportar algo para São Paulo o para el exterior,
utilizan el IBD o otra certificadora (…) Nosotros tenemos la cuestión de origen y
socioambiental y eso tiene que estar amparado en leyes, que pueden, en este momento,
no ser las mejores, pero que serán adecuadas, creadme, en un futuro próximo”.

Según la cita, parece que el consultor creía en la posibilidad, de que la cuestión


de origen y socioambiental - que dan un carácter más eco-social a la agricultura
orgánica y de cierta forma la orientan a una agricultura/‘extrativismo’ de base
campesina/indígena/cabocla, a pesar de todavía no existir una Ley que las reconozca -
pudiese ser importantes como diferencial en el mercado competitivo frente a las
certificadoras convencionales, que restringían la observación a las prácticas productivas
de la AO. La reglamentación era importante para poder disputar ese mercado en
igualdad de condiciones (equivalencia legal). Así, la discusión sobre ese proceso de
reglamentación y sus impactos en la propia dinámica de funcionamiento de la ACS pasó
a situarse en un segundo plano, predominando la lógica del mercado. Ocupar espacios
era necesario pues, de no ser así, las certificadoras convencionales dominarían el
proceso.

71
El hecho de la ACS no adecuarse a las normas ISO 65 e identificarse hoy como
un SPG, en cierta medida supuso pérdidas. Uno de los grupos de la Red ACS está
siendo certificado por el IBD, pues el mercado internacional importador de los EUA no
reconoce la garantía desarrollada por la ACS Amazonía. A pesar de eso, es importante
subrayar que el grupo comunitario continúa identificándose como ACS Amazonía.

Sin embargo, a pesar de la preocupación por la adecuación de la ACS a las


normas internacionales y por su reconocimiento nacional e internacional, históricamente
la ACS tuvo una práctica que la aproximaba más de los SPG, teniendo su foco más allá
de la etapas, del ‘paso a paso’ de la certificación para la obtención de un sello, en los
trabajos de organización de los grupos, en la búsqueda de nuevos sistemas de
comercialización (como en el caso de la Feria Orgánica), en los intercambios de
experiencias entre los agricultores, en la implantación de áreas productivas
experimentales, en los talleres y cursos sobre diversos temas como agricultura ecológica
y SAFs, alimentación alternativa, asociativismo. Pero, burocráticamente su estructura se
asimilaba mucho a una certificación de grupos convencional. Veamos lo que dice el
informe de Ribeiro:

“Si tomamos exclusivamente el paso a paso de la certificación, descrito en la página de


la ACS Amazonía en Internet, podríamos afirmar que el proceso está perfectamente
adecuado a los padrones ISO 65, como certificación de grupos de pequeños
productores, conforme es definida en la reglamentación de la Ley n° 10.831” (ACS,
2007).

Mientras tanto:

“El proceso de certificación socioparticipativa de la ACS Amazonía incluye una etapa


que no es apuntada explícitamente en el Paso a Paso: la asesoría a los productores y a
las comunidades en el perfeccionamiento de los sistemas de producción. La misma ACS
Amazonía que evalúa la conformidad y decide la certificación asesora a los grupos en
la corrección de las no conformidades… eso no debe ser realizado por la
certificadora” (ACS, 2007).

“Los componentes socioparticipativos del sistema de certificación de la ACS Amazonia


proporcionan un diferencial en términos de garantía del que no disponen los
organismos certificadores convencionales” (ACS, 2007).

En ese contexto, había una preocupación de las personas que se acercaban más
de la propuesta de los SPG, pues la acreditación orientada por la ISO 65 podría, en el
futuro, suponer la pérdida de muchos elementos importantes presentes en la ACS, ya

72
que tendrían que ser hechas algunas modificaciones, como la separación entre las
instancias de inspección y asesoría, por ejemplo, que no podrían estar sobre la misma
estructura. Eso implicaba una fragmentación de la estructura en dos, a través de
políticas y procedimientos que distinguiesen entre la certificación de productos y
cualquier otra actividad en la cual el organismo de certificación estuviese involucrado.
Los costos de este proceso, así como la implantación de la Gestión de la Calidad y de
otras exigencias burocráticas legales también eran puntos que preocupaban, ya que
muchos suponen procedimientos complejos y que exigen la participación y dedicación
de un cuadro de personas considerable, del que la ACS no disponía desde hacía algún
tiempo lo que será discutido en el apartado siguiente.

El tercero momento, se caracteriza por un predominio en la gestión de la red de


aquellas personas que formaban una “línea” más cercana de las discusiones nacionales
de SPG. Esto se da por el hecho de que la nueva composición de la coordinación
general de la ACS, que ocupaba el cargo desde septiembre de 2007 (la tercera
coordinación), presenta una gran afinidad con la propuesta de los SPG. El informe
realizado por la consultora sobre las orientaciones para la adecuación de la ACS a la
ISO 65, desde su primera versión en diciembre de 2006, conjuntamente con las
discusiones y reuniones realizadas con ella, pueden ser considerados marcos de este
período actual, ya que presentan con claridad las dos concepciones posibles para la
ACS: una como una certificadora comunitaria participativa orientada por lo establecido
en la ISO 65 y otra como un SPG, que en ese período todavía no estaba definido
legalmente.

En ese contexto, construyendo en la práctica diaria la ACS, participando de


forums de debates nacionales relacionados con la Ley de Orgánicos (ENA, ERA, GAO,
Forum Social Mundial, Seminario Latino Americano de SPG), las personas fueron
informándose y posicionándose, configurándose así un grupo que veía en los SPG un
instrumento importante de educación popular y organización campesina.

4.4 LA PARTICIPACIÓN EN LA ACS


El funcionamiento de la ACS estaba basado en una estructura que establecía dos
unidades de participación, por un lado la participación institucional y, por otro, la
participación de las comunidades.

73
La idea de la ACS como una articulación interinstitucional, preveía que los
colaboradores estarían elaborando proyectos y captando recursos financieros para
alimentar el proceso y al mismo tiempo, colocando a disposición de las demandas de la
red su cuerpo técnico para componer las instancias de la ACS, descritas en el capítulo
anterior. Estas instancias son la Cámara Técnica, la Cámara de Ética y Recursos, el
Cuerpo de Verificación, el Consejo de Certificación, el Consejo Fiscal y la
Coordinación General.

Por otro lado, la participación de la comunidad en las instancias creadas por la


red, era indispensable en la organización local del grupo, ya que la Comisión de Ética
(grupo encargado del acompañamiento de las familias en la comunidad para la
generación de control social) y la Coordinación Ampliada, son instancias de
representación de los agricultores en la ACS.

4.4.1 Las Instituciones Colaboradoras

La participación a nivel institucional fue inicialmente bastante alta. En ese


sentido, la articulación inicial es reconocida como fundamental por los entrevistados,
aglutinando personas de distintas instituciones e intereses. Como afirma uno de los
técnicos entrevistados:“Una cosa muy positiva que él proporcionó fue un espacio de diálogo
amplio, hasta entonces era difícil tener tanta variedad de actores juntos discutiendo un tema” .
Sin embargo, esta participación va disminuyendo con el desarrollo del proceso,
principalmente entre los actores del sector gubernamental. Así, en muchas comunidades,
que inicialmente participaron en algunas discusiones y que tenían interés en la
propuesta, no se pudieron mantener las actividades por falta de personas disponibles
para realizar el acompañamiento. Algunas veces las propias instituciones paraban de
trabajar con determinados grupos, estacándose el proceso.

“Las instituciones eran invitadas (a participar) y ellas indicaban aquellas comunidades


en las que ya trabajaban, pero en muchos casos el proceso paró, porque algunas
instituciones pararon de atender a esas comunidades, y porque la ACS tampoco tenía
un cuerpo técnico específico para eso, entonces aquella idea inicial, de que nosotros no
necesitábamos tener a técnicos contratados para hacer el trabajo, se perdió aguas

74
abajo, porque después vino la crisis de las ONGs, que estamos viviendo hasta hoy”.

Uno de los entrevistados(as) apunta la falta de clareza que existía al principio


para definir el funcionamiento de la ACS alrededor de esa articulación y sin una
preocupación de expansión, sin clareza de la participación de los colaboradores en el
proceso:

“(...) nosotros no pensamos mucho cuales eran las estrategias claras, para quien
íbamos a trabajar, con quien, de que forma, con que recursos, con quien, por aquel
entonces había una idea de difundir, de ampliar”

Esta ausencia de los actores institucionales, principalmente del gobierno,


prácticamente ausente de las discusiones y sin ofrecer apoyo, así como de muchas
instituciones como la CPT, STR y algunas ONGs, afectó fuertemente la estructura de
funcionamiento de la ACS a lo largo de su historia, que dependía de esta articulación.
Sin embargo, es importante apuntar que en la ACS pasó a predominar más la
participación de las personas (vinculadas o no a las instituciones) que la de las propias
instituciones, basando su funcionamiento en mucho trabajo voluntario. En la entrevista,
el agricultor reconoce ese trabajo voluntario realizado por determinados técnicos:

“En el fondo, las personas que más se implicaron fueron voluntarios. Viene gente desde
Sao Paulo, de Bahía, personas que realmente se entregan... muy buena gente…”

Hoy, la participación efectiva en la ACS se restringe a personas individuales y


sin vínculo institucional y a algunas instituciones como la Universidad Federal de Acre,
(donde pretende ubicarse su nueva sede), y la Superintendencia Federal de Agricultura,
instancia estatal del MAPA. Sin embargo, es importante registrar que también en estas
instituciones predomina la participación de personas frente al comprometimiento
institucional.

Esa condición de trabajo más personal y en muchos casos voluntario, al mismo


tiempo que facilita el trabajo de grupo y los consensos, pues de cierta forma, aproxima
personas que comparten ideas, principios y metodologías de trabajo, también complica
la materialización de los procesos, pues hay una escasez de recursos y de apoyo mínimo

75
de las instituciones, como en el transporte y combustible por ejemplo. Es importante
recordar que estamos en la Amazonía y el acceso a las comunidades es difícil. Hay
comunidades que durante parte del año, están incomunicadas, debido a las condiciones
de las carreteras de barro, por el exceso de lluvias. Otras comunidades se comunican por
el río, encontrándose a muchas horas de viaje en embarcaciones, en otras hay que
caminar varias horas por los senderos (‘varadouros’) en el bosque y así sigue.

Esta dificultad de acceso y la necesidad de embarcaciones y de vehículos con


tracción, encarecen y dificultan las comunicaciones y los trabajos con los grupos. Otro
punto es la incertidumbre de permanencia de las personas voluntarias en la ACS, que en
algunos momentos tienen que ‘buscar la vida’ y conseguir recursos para sobrevivir,
alejándose del proceso y a veces del propio estado. Eso también es objeto de
preocupación de uno de los (as) agricultores(as) entrevistado(a):

“Otra cosa es la ACS medio fuera del esquema político, medio pobre… y quien es
realmente la ACS? Somos nosotros, los productores, vosotros los técnicos... son
personas que se interesan por ello. Ustedes trabajan sin un sueldo, me explico: es algo
muy complicado, para mí es muy complicado... como van a trabajar las personas, la
gente necesita tener medios para mantenerse, tanto el productor como los técnicos’’.

La necesidad de subsidios para la realización de los trabajos y el trabajo


voluntario son colocados como una de las desventajas de los SPGs por muchos autores
como Fonseca (2007), Sevilla Guzmán et al (2008). Estos últimos autores también
colocan la necesidad de un mayor grado de dedicación por parte de las personas
implicadas, pues se trata de procesos de largo plazo que requieren tiempo y capacidad
de construcción para alcanzar resultados.

Sin embargo, en este contexto de disminución de colaboradores institucionales y


de recursos, aunque son conscientes de la falta de recursos, la mayor parte de los
agricultores(as) entrevistados afirmaron que, a pesar de todo, la ACS hoy está más
próxima de la comunidad, conociendo mejor su realidad y, que además, la comunidad
participa más, evidenciando un grado mayor de implicación de las personas
involucradas:

76
“La ACS en el comienzo era solo allí en el papel, la dirección de la ACS no conocía el
trabajo que hoy la dirección de la ACS esta haciendo(…)Ustedes articulan aquí las
cosas en la ciudad y además mantienen gente activa en el campo. La ACS hoy se ocupa,
por un lado, de la articulación aquí en la ciudad y también de las actividades en las
comunidades. Antes la ACS no hacía eso, la ACS se dedicaba más a organizar
reuniones… Pero, nunca fueron al campo así, como la ACS está yendo hoy, entonces,
yo veo mucha diferencia, no tiene ni comparación (...) él (la antigua coordinación) sólo
formalizó, dio ideas.... él no vio la dificultad que fue aplicar esas ideas en las
comunidades...”

“Con esa nueva directoria, que son personas con otra visión, nosotros estamos
participando más, y creo que es así mismo, tenemos que participar más. Todo el mundo
en peso, porque a final de cuentas, ACS para mi somos nosotros mismos los
productores, quiero decir, nosotros hacemos parte de la ACS, sin nosotros no existe la
ACS y sin la ACS nosotros estamos también jodidos...”

Las citas evidencian un cambio en el proceso, a nivel de una mayor


aproximación de la ACS a los agricultores(as) y de un sentimiento mayor de pertenencia
de éstos a la Red. Eso puede ser explicado por la directoria (coordinación general) que
hoy está compuesta por personas con perfil de campo que ya acompañaban esos grupos
anteriormente, incluso haciendo parte de cámaras como el Cuerpo de Verificación, la
mayoría identificados con la extensión agroecológica y la educación popular.

Eso corrobora también con la cita de uno de los(as) técnicos(as)


entrevistados(as) donde coloca que esas personas que asumieron ahora los trabajos en la
ACS, en realidad fueron los que siempre ejecutaron las actividades, tanto en la época en
que había bastantes recursos como en la época de escasez de dinero y siempre fueron
los que incentivaron discusiones más amplías que la diferenciación en el mercado,
incluso desgastándose junto a las instituciones más conservadoras en el proceso:

“Es el grupo que siempre ejecuto las actividades de la ACS, incluso cuando había
dinero era el mismo grupo, ese grupo fue consolidándose en el proceso, dibujándose,
definiendo más o menos lo que quería que era una discusión más educativa, algo más
contestador...”

Sin embargo, esa situación de proximidad de la coordinación general con la


comunidad también apunta la necesidad de que pocas personas asuman múltiples

77
funciones, evidenciando la crisis de participación institucional de la ACS. Según uno de
los entrevistados, esa crisis de participación es reflejo de los diferentes conceptos entre
los distintos actores, que viene siendo estimulado con la metodología dialójica que debe
ser desarrollada en la ACS, por ser una Certificadora Participativa:

“(...) Cuando se abre la discusión para ser participativa, ahí es natural que se tengan
varias ideas, varias opiniones, varios grupos de personas (...) y así la idea que había de
la ACS como una certificadora que va diferenciar productos en el mercado va
perdiéndose (…) esa idea de ser simplemente una forma de certificar, solamente para
diferenciar los productos en el mercado creo que fue perdiéndose con el tiempo”

Así, el fin último, que inicialmente era la certificación, fue fragmentándose en


diversos comos, que a través de sus distintas interacciones pasaron a producir fines, que
ya no eran tan convergentes entre si. Hay comos que no se preocupan demasiado con el
fin, que buscan el diálogo y reflexionan sobre ellos mismos, de la misma forma que hay
comos que solamente buscan el fin y consecuentemente se imponen en la realidad.

Sin embargo, el conflicto en la praxis (como), revela un conflicto en las ideas,


conformando distintas formas de entender y de actuar en el mundo. La praxis,
construida sobre su tejido social, conformada en su vida diaria, sobre sus ambiciones,
sus necesidades, sus retos. La historia de la ACS materializa las distintas ideas,
revelando el conflicto a través de la propia praxis de sus actores.

Uno de los (as) entrevistados (as) explica ese conflicto ideológico, que se
establece, afirmando que fue la ruptura con el discurso hegemónico del gobierno, el
elemento que dio lugar a la fragmentación. En su discurso se percibe, entre otras cosas,
la identificación del gobierno con el control de poder, sustentado a través del control del
discurso.

“(...) Yo atribuyo esa ruptura de la hegemonía del gobierno a la participación de


mucha gente... hoy existen personas críticas dentro del proceso y eso es algo que antes
no existía, nadie imaginaba eso. El gobierno lanzó la idea, pero las personas que
estaban participando del proceso de discusión terminaron apropiándose del proceso y
de las discusiones... y de esa forma, dejó de ser solamente un soporte para la
propaganda del gobierno (…) se dio una ruptura ideológica (…) Pero todavía para
algunos, según mi opinión, es una estructura para diferenciar productos en el mercado
(…) En el fondo yo creo que se trata de un conflicto de ideas: uno cree que la idea es
diferenciar productos en el mercado, otro cree que es un enfrentamiento contra el
agronegocio...”

78
Otro(a) entrevistado(a), desde otro punto de vista, nos habla también sobre la
forma corporativa de acción del gobierno, que sólo apoya a quien él controla,
estrictamente.

“Porque el gobierno es así, lo que no es creado por él, o no ha sido


desarrollado por él… Es así como yo veo la cuestión de las políticas federales: el
estado no abraza aquello en lo que no se ve reflejado… “

Ambos discursos no son excluyentes y en cierta medida, se complementan,


corroborando con las críticas realizadas en el primer capítulo al gobierno de Acre, sobre
el consenso fabricado en torno del gobierno del PT y su proyecto de “desarrollo
sostenible”50. Hay mucho disenso alrededor del discurso verde del Estado, pero el
diálogo no es estimulado y en muchos momentos es, incluso, reprimido. Así, el
principio de una participación efectiva puede constituirse como un enfrentamiento hacia
la “fabricación” de consensos y hacia quien pretende ser el único portavoz de la palabra
y la primera estrella. Como dice un(a) agricultor(a) entrevistado(a):

“El gobierno no apoya nuestro trabajo, nosotros trabajando en un sistema de


este, deberíamos de estar siendo apoyados por el gobierno, además bien apoyados...
Sobre lo que más se habla aquí en el estado de Acre es sobre el medio ambiente, pero
en realidad es sólo en la radio y en la televisión, en la práctica es difícil que coloquen
el medio ambiente en su pauta (de actuación)”.

Existía la percepción, por parte de algunas personas, de que la ACS, por suponer
la participación de mucha gente, podría ser un Forum en el que se elaborase una crítica
más cualificada a los procesos que se desarrollan en el estado, dando lugar a la
consolidación de un espacio más critico, más educativo. Eso causó un desgaste de
aquellas personas que buscaban esa línea junto a otras instituciones, poniendo en
evidencia una fragmentación ideológica.

Así, parece evidente que hay dos cosas que parecen haber contribuido para esta
caída en la participación institucional: primero la finalización de los proyectos y la
salida del gobierno y de algunas ONGs, debido a una posible discordancia ideológica
del avance de la propuesta y del papel secundario que juega en el proceso y, en segundo
50
Sobre este tema ver entre otros PAULA (2006), PAULA (2005), SOUZA (2005).

79
lugar, debido a la salida de algunas personas de instituciones que hacían parte y que
animaban la discusión de la ACS, como ocurrió en la CPT y en la FETACRE por
ejemplo. Su ausencia representaba la ausencia de la propia institución en los trabajos de
la ACS, lo que no significa, necesariamente, la ausencia de la persona, como ya hemos
comentado.

4.4.2 Las comunidades

Como ya vimos en citas anteriores, las demandas de la ACS en las comunidades


fueron, de forma general, necesidades creadas desde afuera, a partir de instituciones que
desarrollaban proyectos en ellas. Eso no conlleva a afirmar que los agricultores no
hayan tenido interés por el tema, ya que en Acre las comunicaciones son muy malas, lo
que hace que la comercialización sea uno de los principales problemas para los
agricultores(as).

Podemos decir que para la gran mayoría de los agricultores, con pocas
excepciones, más que la diferenciación del producto como “orgánico”, la posibilidad de
ampliar las posibilidades de comercialización de su producción era uno de los atractivos
del proceso. La venta de sus productos a los intermediarios, suponía la explotación de su
trabajo y de su condición de campesino, no solamente por los precios bajos resultantes
de la negociación, sino también por las condiciones de la negociación que producían en
los agricultores un sentimiento de inferioridad e impotencia frente a los intermediarios.
Además, esa situación producía una incertidumbre sobre la venta y muchas veces la
necesidad de quedarse muchos días lejos de su casa. En ese sentido, la Feira iniciada en
diciembre de 2003, fue una posibilidad real muy importante en el proceso,
convirtiéndose en uno de los principales puntos de referencia para los técnicos y
especialmente para los agricultores.

“Mi mayor sueño era tener una feria.”

“Nosotros vendíamos nuestro producto aquí en la orilla del río, no tenía el valor que
nosotros queríamos, no llegaba el precio, se vendía por poca cosa y además todavía
nos humillaban, querían comprar por 30 centavos un “caxo” de banana y así no puede
ser... entonces nosotros vinimos a la feria por primera vez con doña Antonia y cuando
llegamos aquí empezamos a vender la “palma” por un real, con una “palma” de

80
banana conseguíamos el dinero del “caxo”, fue entonces cuando empezamos a
participar de las reuniones… todavía no formábamos parte del grupo pero a partir de
ahí entramos.

“antes no era así, llegábamos y no sabíamos si íbamos a vender, cambió un 80% la


diferencia de valor de nuestro trabajo para lo que es hoy”

Todos (as) los(as) agricultores(as) entrevistados(as) citaron la importancia de la


Feria en sus vidas, por el cambio que ella provoca en la vida de sus familias. La
eliminación del intermediario y la consecuente mejora financiera fue un punto colocado
por todos los entrevistados.

“Yo pienso en mi caso... después que empezamos financieramente mejoramos mucho,


yo estoy mucho más cómodo ahora... yo no traigo producto para entregárselo
directamente al intermediario. Además, es algo que hacemos con gusto: Porque
producimos un producto que tenemos conciencia de que estamos vendiendo un
producto limpio y además la venta directa al consumidor supone salir de las garras de
los intermediarios y la renta mejora 80 por ciento.”

Las diferencias entre la Feria Orgánica y la Feria convencional de la ciudad son


descritas por uno de los agricultores(as) entrevistados(as), revelando la preferencia del
consumidor por la primera:

“Nuestra feria es diferente, los otros feriantes se incomodan cuando estamos en nuestra
feria los sábados… yo tengo algunos conocidos que trabajan allí (en la feria
convencional que está al lado, en el mercado municipal) que me dicen que hasta que
nosotros no nos vamos ellos no venden nada allí… entonces eso es bueno, vender
directamente para el consumidor. Se puede hacer un precio mejor sin perder porque
así ya estás ganando. Yo diría que mejoró entre 60 y 70 por ciento, mejoró
financieramente, mejoró la alimentación…”

Además de en lo económico, la Feria supone un cambio en la propia forma de


organización de las familias, implicando una mayor participación de las mujeres en la
negociación de los productos y una mayor autonomía económica para ellas (a través de
la venta de los excedentes de productos ligados al autoconsumo familiar que van a
cobrar valor económico) y un mayor poder de decisión en la gestión económica de la
familia, habiendo mayor participación de las mujeres en las cuestiones económicas y
también de organización productiva (ROCES, 2009).

Además las mujeres son fundamentales en la diversificación productiva (debido

81
a su preocupación mayor con las cuestiones de alimentación de la familia) como
podemos observar en la cita el agricultor reconoce la sabiduría de su mujer, cuando lo
aconsejaba a no solamente plantar en monocultivos sino también a sembrar frutales:

“Solamente monocultura, yuca, maíz y arroz... era solamente eso. Después mi mujer
debatía conmigo, ella me decía que tenía que plantar fruta, que no podía plantar
solamente arroz y frijoles… me lo decía… me decía eso y hoy yo reconozco como ella
tenía razón...”

Las condiciones de explotación de la negociación con los intermediarios, hacían


que el actor principal de la negociación fuese el hombre, así como suele ser hombre
también el intermediario. La dificultad de venta de todos los productos de la finca, hacía
que la producción se concentrase más en pocos productos de fácil manejo y con menos
riesgos de pérdidas que eran producidos en grandes cantidades, a gran escala, generando
un saldo mínimo que les permitiese sobrevivir. Así, la Feria dio espacio a las pequeñas
cantidades y a la diversidad, pues al contrario que en la venta al intermediario, en la
venta directa la diversidad es un elemento esencial. La diversidad de productos en los
puestos de venta, con sus diversos colores y formas, supone un estimulo a los ojos del
consumidor. En ese sentido, nuevos productos y otros espacios de la finca son
revalorizados. La diversidad “de” y “en” los espacios productivos se amplía.

“Al principio plantábamos sólo yuca, era solamente yuca, no pensábamos en plantar
otras cosas. Ahora no, ahora plantamos maiz, yuca, aguacate, plantamos todo y todo
junto. Y al principio no, si limpiabas una tierra plantabas solamente una cosa en ella,
no se buscaba plantar más cosas para diversificar. Hoy no, preparamos una tierra y
plantamos mucho pepino, maxixe, de todo, calabaza… todo lo que se pueda plantar. Ya
intentamos plantar hasta remolacha ya intentamos plantar también...”

Según uno de los técnicos(as) entrevistados(as), la ACS no consiguió impulsar


otros cambios en el comportamiento de los productores que no fueran los que ya estaban
siendo fomentados por otras políticas publicas, en un contexto de las políticas de
“Desarrollo Sostenible” en el Estado. Según sus palabras la ACS habría ocasionado
cambios únicamente en la adopción, por parte de las familias, de técnicas de manejo
agroecológicos, no habiendo conseguido impulsar un cambio más amplio hacia la
perspectiva agroecológica. Incluso, según él los grupos comunitarios no distinguían la
iniciativa del Estado de la de la ACS.

82
“ella (la ACS) es más una idea que supone comprender la agricultura de otra forma,
mas relacionada con la parte de recuperación de suelos, prácticas de puerária, de
leguminosas... eso es algo que ella hace, hace parte de la discusión de la ACS pero
tambien de la discusión institucional de la Seaprof, que tambien hace eso. Yo no veo
nada inédito en la relación de la ACS. Para mi ella continúa con esa cara de desarrollo
sostenible y de un Desarrollo Sostenible que coincide con la comprensión del gobierno
y de otras organizaciones”.
“...Yo creo que ellos (los agricultores) piensan que la ACS continúa siendo una
iniciativa de gobierno que además no avanzó mucho porque no consiguió certificar a
mucha gente”

Sin embargo, la distinción en la forma de desarrollar el trabajo con las


comunidades puede ser un buen indicador de que, muchas veces el fin puede parecer el
mismo (en la ACS y en el gobierno del estado), pero el como lo subvierte y lo
transforma. Parafraseando Marx (1997), es importante distinguir los discursos (no
solamente de los Partidos) de su formación real y de sus intereses reales, el concepto
que generan del que son en realidad. Así, uno de los (as) agricultores (as)
entrevistados(as) resalta la diferencia entre la forma de trabajo (como) de la ACS y de
las instituciones del gobierno:

“Comparar a la ACS con las entidades del gobierno… no hay ni comparación, primero
porque la entidad del gobierno lleva algo para la comunidad y tiene que ser eso mismo
que ella lleva, el agricultor tiene que aceptar (…) ellos creen que tienen autoridad
sobre el agricultor. La ACS no, la ACS es diferente. La ACS nunca va con nada
acabado… por ejemplo: cuantos talleres de la ACS ya fueron cambiadas sobre la
marcha (la forma de trabajo, etc.). A veces llegabais a la comunidad creyendo que va
a ser de una forma y después es totalmente diferente, y en esos casos cambiabais todo y
hacíais lo que el agricultor pedía… se da prioridad a la palabra del agricultor y en el
caso de la entidad de gobierno es diferente, ella ya lo lleva todo listo y no cambia, es
eso que ya está listo… no se puede ni comparar, sea quien sea: ministerio de
agricultura, secretaria de agricultura, seaprof… me parece una injusticia esa
comparación”.

Así, a pesar de en muchos casos se abordan cuestiones semejantes, la


preocupación de la ACS de no imponer y si de compartir el conocimiento puede ser un
elemento que inconcientemente transforma valores y pone en práctica nuevas relaciones
sociales. Uno de los(as) agricultores(as) entrevistados, comparando su grupo con otro de
la Red considerando que todavía no tiene la misma preparación para cuestionar lo que
les viene impuesto desde arriba. Su conciencia de esta falta de cuestionamiento ya
revela una reflexión sobre este tema.

83
Analizando de forma general, en la ACS la discusión técnica siempre estuvo
presente de forma fuerte. Eso se puede constatar en los temas más presentes en los
talleres como SAFs, huertos orgánicos, aprovechamiento de alimentos, en los
intercambios de experiencias agroecológicas entre agricultores (metodología
campesino-campesino), en la implantación de áreas experimentales, en los ‘mutirões’51
con la presencia conjunta de técnicos y agricultores. ¿Pero, será que estos temas,
aparentemente solo técnicos, no pueden suponer potenciales transformadores, que los
conectan con cuestiones políticas más amplías? La propia cita de ese técnico(a) revela
esas posibilidades de conexiones más macro-políticas, al incluir al tema de la
certificación una discusión sobre transgénicos en la comunidad:

“Inclusive en esa época (2002) debido a ese trabajo de la ACS hicimos una discusión
en la región sobre semillas transgénicas. Esa discusión estaba dándose a nivel nacional
y cogí algunos materiales… No era que fuese un interés específico de la ACS, pero
debido a mi interés sobre el tema acabó entrando en la pauta e hicimos una discusión
sobre el tema… así trajimos esa discusión para dentro de la certificadora”

En las citas que siguen vemos el cambio en la práctica alimentar de los


agricultores involucrados, con la valorización del alimento producido por ellos también
para en el consumo de la propia familia, la preocupación en producir no solamente para
el mercado, pero también para el autoconsumo, principios fundamentales en la
discusión de la soberanía alimentar:

“Nuestra alimentación también cambió mucho, en nuestro trabajo de la ‘roça’ también


nosotros trabajamos un poco menos y cosechamos más, se trabaja en áreas menores...
de aquí (la ciudad) lo que nosotros podemos llevar, lo llevamos, pero también
producimos en el campo. Nosotros cambiamos mucho, diversificamos mucho nuestras
plantaciones, en casa usamos mucho lo que nosotros plantamos para comer, nosotros
llevamos pocas cosas de aquí. Entonces, yo creo que es eso lo que más cambió, antes
no trabajábamos de esa forma, plantábamos solo una cosa, para intentar venderlo
todo, no diversificábamos y hoy tenemos diversificación en nuestras áreas. Entonces,
yo creo que nuestra alimentación cambió, a través de la ACS, fue ella la que nos trajo
ese conocimiento a nosotros, creo que ella es la responsable por esos cambios”

“Mejorar la alimentación: el tipo, la calidad, lo principal es que ahora nosotros no


usamos tóxicos ni usamos nada y además también aprendimos a alimentarnos mejor en
51
‘Mutirão’ una jornada de trabajo colectivo en la finca de una familia que se beneficia de esa jornada. Se
trata de una forma de cooperación entre las familias.

84
casa. A los productores nos gusta mucho vender las cosas y a veces vende la parte que
tendría que comer. Una de las cosas que aprendimos con todos esos debates es que es
importante vender pero también hay que dejar una parte para la casa. Ayer estaba
acordándome de un día que estaba en casa y llegó mi hija y me dijo que iba a coger
unos plátanos… entonces uno de los chicos cogió uno de esos plátanos de la
EMBRAPA, mi hija protestó porque creía que el plátano no era bueno, entonces yo le
dije a mi hijo que cogiera el mejor plátano que encontrase para comerlo… mi hijo me
preguntó si no era para vender y yo le contesté que para nosotros podía coger la mejor
fruta porque nosotros somos los que la hemos plantado.”

La cita siguiente también contribuye para afirmar que el trabajo de la ACS


provocó efectos más allá de la parte productiva. En ella es colocada la participación de
la ACS en el estímulo de la educación para las personas del campo, apuntado el hecho
de en su grupo, muchos adultos volvieron a la escuela de la comunidad después de
participar en la ACS. Incluso afirma como todo este proceso provocó un cambio en la
propia escuela, pues según el entrevistado, a partir de ahí se da un mayor interés de los
profesores que dan clases en esta comunidad y fue aprobado el curso de segundo grado:

“Muchas personas que vivían en la comunidad no tenían incentivo para continuar los
estudios... después de que se formó el grupo de la ACS se les estimuló mucho a estudiar
y Neide que es una persona que trabaja en el grupo, volvió a estudiar de nuevo.
Además con los viajes semanales que se hacen Rio Branco para ir a la feria ya no falta
profesor que quiera ir a trabajar en la comunidad. Antes no era así, nadie quería ni
abrir espacios para el segundo grado en la comunidad y ahora no, ya existe el segundo
grado en la comunidad y muchos profesores quieren ir a trabajar allí… Además el
grupo que está haciendo el segundo grado no piensa dejarlo… siguen firmes. Así que
yo creo que las cosas mejoraron, la comunidad está más enterada, dialoga más,
además es algo necesario…

“Era un grupo de 23 los que volvieron a estudiar, todos adultos... algunos lo dejaron...
cuando terminó eran 18 que van a continuar el próximo año... de ellos solamente 3 no
hacen parte del grupo, el resto todos hacen parte del grupo. Yo creo que no va a
quedarse ahí, van a continuar más todavía… Hombres y mujeres volvieron a estudiar”

En las entrevistas a los agricultores (as) parece evidente el papel esencial de


interlocutor, de mediador que la ACS ha realizado en relación a otros actores externos
como los órganos públicos.

“Es importante decidir las cosas juntos porque la ACS también hace parte de nuestro
trabajo. Yo no me siento bien cuando vamos a lãs reuniones com el gobierno, porque
somos muy solicitados, vamos a tomar alguna decisión con los órganos de gobierno y

85
no sale el nombre de la ACS o no hay un representante técnico con nosotros. Si fuese
por mi cualquier decisión que fuese tomada por la comunidad en estos órganos
vosotros tendríais que estar a nuestro lado, para que vean que nosotros no estamos
solos. Hay una institución que lucha con nosotros, que nos da apoyo, que lucha con
nosotros por nuestro propio bienestar.”

Sin embargo, a pesar de que la ACS en muchos casos no ha conseguido


resultados, o grandes victorias, en la negociación con las instancias públicas, como es
colocado por uno de los técnicos(as) entrevistados(as) se puede apreciar en las palabras
de los agricultores que la ACS es considerada por ellos como una entidad que busca el
fortalecimiento y la autonomía de la comunidad.

“No todos los agricultores son conscientes de lo que valen… de lo importante que es su
trabajo…El agricultor tendría que tener autonomía para llegar a cualquier organo
público exigiendo mejoras, sin embargo, falta autonomía, falta valor por parte de los
propios agricutores… y eso la ACS nos lo está demostrando poco a poco. Entonces yo
creo que los agricultores todavía dependemos de la ACS, no dependemos de las
secretarías de gobierno… pero, no es tanto una cuestión de dependencia, es más una
cuestión de amistad de la ACS con la comunidad, de incentivo, la ACS tiene un
compromiso con nosotros, nos da confianza… y muchas otras cosas”

Sin embargo podemos decir que esa confianza todavía está más relacionada a
algunas personas concretas de la ACS, que siempre estuvieron muy presentes en la vida
de estas comunidades, estableciendo una relación de respecto y cariño entre ambos, más
allá de la cuestión puramente técnica.

“Hay mucha diferencia cuando la ACS va a la comunidad, todo el mundo conoce a la


ACS, conoce a las personas que forman parte, tenemos mucha intimidad con las
personas de la ACS y cuando se van sentimos su falta. El técnico de la SEAPROF
cambia y sin embargo no lo sentimos, no sentimos la diferencia entre unos y otros”

“Somos un colectivo, si alguien tiene una buena idea es importante que se junte con las
nuestras... el nombre de nuestro grupo es la gran familia en defensa de la vida y
nuestra gran familia sois vosotros, las personas que nos gustan, las personas en las que
creemos”

4.5 Las Instancias de Trabajo y El control social

Las limitaciones en los recursos económicos y en el cuadro de personas hizo que


la estructura funcional de la ACS se quedase restricta a aquellas cámaras que de hecho

86
desarrollaban el control social. Así, en la práctica diaria de la ACS las instancias que
funcionan son las ‘Comisiones de Ética’ y el ‘Cuerpo de Verificación’ que son
encargadas del seguimiento del PPC, una a nivel local, de la comunidad, y otra
compuesta por técnicos de la ACS. Estas dos instancias y la Coordinación General de la
ACS fueron el verdadero ‘corazón’ de la ACS, ya que son ellas las que llevan a cabo (en
su práctica diaria) el proceso. O sea, mientras la coordinación general es responsable
por la articulación y mediación de todo el proceso a nivel más macro, las Cámaras de
Ética y el Cuerpo de Verificación realizan la intervención en y con la realidad de las
comunidades. Sin embargo, es muy frecuente como ya fue colocado, que las cosas se
mezclen y, así, los mismos que hacen la articulación macro también participan del
Cuerpo de Verificación en el seguimiento, o como educadores en los talleres y
encuentros, en los experimentos en campo y en la organización de los intercambios de
experiencias.

Es importante destacar que en el Estatuto no están presentes las Comisiones de


Ética compuestas por miembros de los grupos comunitarios. Sin embargo, esta es la
principal instancia en la ACS, pues es en ellas donde se desarrolla la participación activa
de los agricultores(as). Cada uno de los grupos comunitarios tiene su propia Comisión
de Ética, responsable por hacer el seguimiento en su comunidad de las normas
establecidas por su grupo (Parámetros Socioambietales Específicos - PSE). Esto es un
reflejo de las primeras discusiones que tuvieron lugar en la ACS y de la preocupación de
que el proceso no fuese considerado como un auto certificación como era planteado por
aquellas personas que defendían la certificación por auditoria.

Pero, además de esos núcleos, compuestos por estas 3 instancias, podríamos


decir que la ‘Cámara Técnica’, por ser la encargada de analizar los informes del Cuerpo
de Verificación, es una instancia que siempre tuvo una participación importante en el
proceso, a pesar de su actuación haber sido realizada de forma más puntual. Su
participación se dio básicamente en el análisis de las no conformidades en las fincas y
en la sugestión de medidas correctoras. Actualmente esta Cámara está realizando una
cartilla para los agricultores que pretende clarear los conceptos presentes en la ley así
como aquellas prácticas permitidas y las no permitidas presentes en la Ley de Orgánicos
sobre la producción animal y vegetal. Esto es un bueno ejemplo del potencial que esa

87
Cámara puede tener para la red. Si su carácter pedagógico es estimulado, esta cámara
podría ser un espacio para la creación de materiales sobre los diversos temas que
involucran la agroecología y los SPG, transformándose así en una instancia fundamental
en la ACS.

El Consejo de Certificación ha tenido durante el proceso una participación más


puntual todavía que la realizada por las restantes instancias, y ésta se basó en el análisis
de los informes de la Cámara Técnica sobre los grupos que fueron certificados (3
grupos).

La consolidación de la Feria como espacio de comercialización directa también


fue responsable en el hecho de que el trabajo se concentrase más en las instancias más
cercanas a las comunidades. La no obligatoriedad del sello en la comercialización
directa, disminuyó la necesidad de las restantes Cámaras, principalmente del Consejo de
Certificación. Así, los trabajos se concentraron más en las visitas de seguimiento y
asesoría y en los talleres e intercambios de experiencias.

La Cámara de Ética y Recursos no ha sido utilizada de forma contundente hasta


el momento. Esto está relacionado con el hecho de que esta cámara estaba pensada para
indicar conflictos entre los procesos de certificación y la legislación vigente lo que se ha
visto afectado por el hecho de que en todo este tiempo de funcionamiento de la ACS la
Ley se encontraba en construcción. En cuanto a la resolución de los conflictos, la mayor
parte de éstos fueron resueltos en la propia comunidad, y en aquellos casos que era
necesaria una actuación externa a ésta, el Cuerpo de Verificación y la Coordinación
General, por estar más próximos de la comunidad y más involucrados en el proceso,
consiguieron mediar el conflicto sin ser necesaria la activación de la Cámara de ética.

Esa estructura podría ser dividida en dos: la primera, más orientada para el
proceso como un todo, más sistémica, y la segunda más orientada hacia la certificación
y al análisis de las no conformidades. Esta estructura presenta una jerarquía, ya que es el
Consejo de Certificación, compuesto por personas sin contacto con las comunidades

88
(que garantizaba inicialmente la mirada ‘neutra’), quien tiene hasta hoy la autoridad
sobre la decisión de liberar o no el sello a las familias. Toda esa estructura fue creada
entre 2002 y 2003, período en que vigoraba la ISO 65, y refleja claramente aquel
momento. Hoy, con la Ley reglamentada, esta estructura debe ser repensada, como ya
fue, incluso, decidido en la última Asamblea de la Red (el órgano máximo de
deliberación) en septiembre de 2008. Esa modificación puede suponer que la nueva
estructura se acerque más a la praxis que, de hecho, se viene llevando a cabo en la ACS.

89
Consideraciones Finales
Los Sistemas Participativos de Garantía asumidos por la ACS como
herramientas de generación de credibilidad se acercan más a la perspectiva
Agroecológica que en el caso de el sistema de certificación por auditoria, por ser un
sistema que supera la cuestión meramente productiva e involucran actores implicados
en la producción y en el consumo, fortaleciendo las redes sociales, principalmente las
redes locales y favoreciendo el empoderamiento y protagonismo de los agricultores y
consumidores, además de establecer una relación más horizontal entre técnicos y
agricultores y potencializar el desarrollo endógeno.

La articulación inicial de la ACS Amazonía para construir la propuesta de la


certificación participativa posibilitó la aproximación de diversas instituciones en el
estado que trabajaban en el contexto agrario fortaleciendo la discusión agroecológica a
nivel local. Así, la discusión sobre la certificación participativa en el estado y fuera, a
través de las discusiones nacionales, permitió una reflexión sobre los procesos de
producción, distribución y consumo profundizando las discusiones agroecológicas en
esos espacios y transcendiendo las cuestiones técnicas. Además, esta articulación
contribuyó para dar proyección y conectar el movimiento agroecológico de Acre con
otros movimientos fuera del estado como la Red Ecovida en el Sur del país, la red
Xique Xique del Nordeste brasileño o la ABIO en Rio de Janeiro entre otras.

Los SPG exigen un alto grado de organización y participación tanto a nivel


institucional como de los grupos comunitarios. Eso coloca a la organización comunitaria
como un tema clave y exige un gran esfuerzo en las comunidades para que se tenga una
mayor cohesión y diálogo en los grupos. En la mayoría de los agricultores entrevistados
se constató la importancia de su participación en la ACS para la organización de los
grupos y para estimular una identidad colectiva y un sentimiento de unión en la red.
Además, los Sistemas Participativos de Garantía como herramienta para la generación
de credibilidad, por incluir diversos actores con distintos intereses, contribuyen en la
creación y consolidación de redes sociales. Esto está en la línea defendida desde la
agroecología ya que supone un gran potencial transformador congregando para la

90
creación colectiva y puesta en práctica de alternativas a nivel local para nuevos modelos
de desarrollo rural y nuevas relaciones de producción y consumo ecológicamente y
socialmente más justas.

La discusión que la ACS propone en las comunidades ha superado el tema


técnico-productivo, ampliándola a temas como la familia, educación, salud, seguridad y
soberanía alimentar. Esto ha favorecido la participación en el proceso de las mujeres y
jóvenes (a través de las Comisiones de Ética de los grupos, de las Asambleas de la ACS
y en reuniones con órganos públicos y también en la Feria) contribuyendo para que
otros actores tengan más voz en la toma de decisiones en la comunidad, ocupando
espacios que hasta entonces les eran ajenos.

La creación de la feria promovida como una forma de viabilizar la


comercialización de los productos representó para los agricultores(as) algo más que un
aumento económico. Por un lado, supone la posibilitad de salir de una situación de
explotación de su trabajo por parte de los intermediarios dando, además, una estabilidad
en la renta y una garantía en la venta de los productos y por otro supone la creación de
relaciones más próximas entre producción y consumo creando vínculos entre el campo y
ciudad.

Además, en el caso de la ACS, frente a la inexistencia de un sistema jurídico


nacional e internacional que legitimase el SPG y le diese sentido para el acceso a otros
espacios de mercado, la comercialización a través de la Feria supuso un estímulo para
los trabajos de la Red y para la continuidad del proceso de organización local en los
grupos (los contratos comunitario, las reuniones, el seguimiento por la Comisión de
Ética) así como, para la búsqueda de nuevas alternativas ecológicas para los espacios
productivos (los experimentos para una agricultura sin fuego, el aumento de la
diversificación etc.).

En las entrevistas de los agricultores se constata la importancia de la ACS en la


generación de conocimiento. La ACS para ellos está muy relacionada con el aporte de

91
conocimientos, con los talleres, las áreas experimentales, con los intercambios y la
posibilitad de salir del aislamiento de su comunidad, de visitar otras comunidades,
participar de encuentros fuera del estado generando un intercambio de conocimientos no
solo técnico pero también sociocultural. Esta generación de conocimiento se realiza a
través de una relación de respeto y valorización de los propios agricultores y lo que
estos tienen para aportar. Esta valorización estimuló un aumento de la autoestima y
participación de los agricultores durante el proceso. La preocupación en la construcción
conjunta de nuevos valores, nuevas relaciones entre las personas y la naturaleza es un
diferencial de la red ACS que se encuadra en la perspectiva agroecológica.

Uno de los principales problemas que presenta la ACS es el alto coste que la
dinámica de los SPG supone para su viabilidad. Este incluye no solamente las visitas de
seguimiento sino también acciones de carácter educativo y de acompañamiento
permanente de las comunidades implicadas. Esta situación se agrava en la Amazonía
por la precariedad de las comunicaciones que implica una situación de difícil acceso y
aislamiento de las comunidades, lo que supone mayores costes de desplazamiento. Así,
la autonomía financiera se convierte en uno de los principales desafíos para la Red.

El alto coste de las actividades implica la necesidad de captación de recursos


externos que aumenta el riesgo de la falta de continuidad del trabajo. En muchas ONG
en el estado es común la falta de continuidad de los trabajos debido a la dependencia de
recursos externos oriundos de proyectos. Además, los SPG requieren un
acompañamiento permanente y eso a veces supone un conflicto con los intereses de los
organismos financiadores, que están más interesados en la cantidad de grupos
beneficiados que en la calidad de los procesos. Esa preocupación por los números
también se da en las políticas públicas que suelen buscar un resultado a corto plazo y
con grandes dimensiones. Así, es difícil mantener la entrada de recursos siempre
orientada hacia los mismos grupos, creándose una necesidad constante de aumentar el
número de beneficiados. Eso implica también la necesidad de aumentar el cuerpo
técnico de la Red, que no suele ser financiado por los proyectos, que priorizan ayudas
de costos operacionales y exigen como contrapartida la estructura física y los costes con
personal. Otro aspecto, es que muchas veces los recursos institucionales no están
orientados a todos los grupos de la Red y si para aquellos grupos asistidos por la

92
institución que captó el recurso. Eso exige una maniobra financiera si se quiere
beneficiar también a las otras comunidades.

La disminución de colaboradores institucionales perjudica la captación de


recursos y la continuidad de las actividades ya que hasta ahora la ACS viene
financiando sus actividades con recursos de proyectos elaborados por estos
colaboradores. Así, en la ACS Amazonia la ausencia de instituciones realmente
involucradas con el trabajo y/o con la agroecología dificulta la consolidación del
proceso, implicando mucho trabajo voluntario. La falta de técnicos con una visión que
supere las cuestiones meramente productivas en el estado, también es un entrabe para la
consolidación de los SPG. Entre la mayoría de los técnicos del estado existe mucha
resistencia a dejar que los agricultores participen en las decisiones, con poder decisorio
equivalente. El dialogo muchas veces se encuentra sometido a jerarquías históricas
invisibles que para ser superadas requieren abertura y procesos permanentes de
aprendizaje, para valorar y respetar al “otro”.

La disminución en la participación de los colaboradores durante estos años de


funcionamiento de la red comprometió la composición de las Instancias previstas en la
estructura inicial definida en el estatuto de la ACS. En la práctica, las instancias que
tuvieron un funcionamiento efectivo en la Red fueron aquellas más directamente ligadas
al campo, como la Comisión de Ética y el Cuerpo de Verificación. Estos años de puesta
en práctica de la propuesta inicial, que incluía numerosas instancias y alta participación
institucional, permiten por un lado realizar una evaluación de la necesidad y de la
viabilidad de esa estructura, lo que permite repensarla y adaptarla a la realidad actual de
la ACS. Algunas instancias aumentaron durante el proceso su participación y su
importancia como es el caso de las comisiones de ética y del cuerpo de verificación y
otras se presentan hoy como desnecesarias (consejo de certificación) En ese sentido se
dio en la práctica una democratización del proceso, dando mayor énfasis e importancia a
las decisiones tomadas en las comunidades.

La participación no es un estado fijo, es un proceso mediante el cual la gente


puede ganar más o menos grados de participación en el proceso de desarrollo. Así, la

93
reestructuración del estatuto de la ACS, puede mejorar los grados de participación de los
grupos comunitarios, principalmente en la mayor autonomía en la decisión sobre la
garantía de la conformidad orgánica/agroecológica, democratizando más los procesos de
conformidad social de la ACS, y dando mayor énfasis y evidencia al trabajo
desarrollado por los agricultores(as).

En cuanto a la articulación entre diversos actores la ACS todavía tiene el desafío


de construir una identidad de red, estableciendo los vínculos institucionales necesarios
para mantenerse. Esa nueva configuración de la red requiere una rearticulación
institucional, esencial para su propia supervivencia. Sin embargo, el hecho de que el
Estado asuma el discurso ambientalista como eje orientador de las políticas publicas,
reflejado en el Programa de Desarrollo Sostenible, crea un discurso general en Acre, que
en cierta medida camufla los conflictos ideológicos existentes entre las instituciones.
Bajo el discurso ‘universalista’ y ‘neutro’ de la protección ambiental, las entrevistas y el
análisis de los documentos pusieron en evidencia que existen disputas ideológicas. Por
lo tanto, deben ser creadas estrategias para que esa rearticulación, que la continuidad de
la Red exige, no perjudique su autonomía como forum crítico de discusión en el
escenario agrario/forestal y como espacio de producción y construcción de nuevas
colectividades.

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