Está en la página 1de 12

EL CEREBRO, ESTRUCTURA Y FUNCIONES

El cerebro humano se comprende de varias diversas regiones. Cada uno de estas


regiones es vital importante con funciones sumamente especializadas. El cerebro
se divide áspero en tres porciones que incluyan el siguiente:

 Forebrain
 Midbrain
 Tronco del encéfalo o cerebro trasero

La parte central del cerebro incluye el tronco del encéfalo y el midbrain. La función
del midbrain y se ha preservado en gran parte durante años de evolución. Las
funciones del forebrain, sin embargo, han cambiado algo. La corteza es altamente
desarrollada con una alta capacidad para el pensamiento y la solución de
problemas complejos.
El tronco del encéfalo
Esta parte del cerebro humano es similar a los animales de más de orden inferior y
no ha cambiado mucho con la evolución. El tronco del encéfalo contiene las
estructuras vitales incluyendo el oblongata de la médula que controla la
respiración, ritmo cardíaco, y digestión y el cerebelo que la entrada sensorial de
los coordenadas y mantiene el movimiento y el balance del músculo.

El mediados de-cerebro
Esta región del cerebro es responsable de la visión, de la audiencia, del control de
la temperatura, del mando de motor y de la vigilancia. El midbrain también conecta
el tronco del encéfalo con el tálamo, teniendo en cuenta para que la información
sea retransmitida de los sentidos al cerebro y de nuevo a los músculos. El
midbrain también incluye un sistema límbico que mienta encima del tronco del
encéfalo y bajo la corteza. Consiste en varias estructuras correlacionadas que
regulen control de la temperatura, las hormonas, y las emociones. El sistema
límbico también se ocupa de memoria a largo plazo.

El sistema límbico incluye:

El hipotálamo - el hipotálamo regula respuestas de emergencia tales como la


reacción de la “lucha o huida”, así como procesos vitales de la no-emergencia
tales como introducir y reproducción. El hipotálamo también controla la baja de
hormonas. Las neuronas que afectan a ritmo cardíaco y a la respiración se
concentran en el hipotálamo.

El amygdala - esta parte del sistema límbico regula comportamiento.

El hipocampo - esta área es responsable de la formación, de salvar y de la


ordenar de memorias.

El midbrain y el sistema límbico también forman la parte del sistema que activa
reticular (RAS). Es esta área que regula vela y sueño.
El delantera-cerebro
Esta región contiene la corteza cerebral y rodea el tronco del encéfalo y el
midbrain. En seres humanos, es altamente desarrollada y tiene una estructura
muy complicada. El forebrain está implicado en la solución del pensamiento y de
problemas.

La corteza cerebral tiene dos hemisferios cerebrales y una superficie doblada,


arrugada. Los dobleces en la capa se llaman los surcos. La capa superior de la
corteza es cerca de dos milímetros de grueso y tiene una superficie total de cerca
de 1,5 metros cuadrados. Los dos hemisferios trabajan en la coordinación, aunque
un lado sea dominante. Por ejemplo, la gente derecha tiene un hemisferio cerebral
izquierdo dominante.

La corteza se compone de cuatro lóbulos que incluyan:

El lóbulo frontal - esta región del cerebro ocupa la parte delantera del cráneo y
miente detrás de la frente. El lóbulo frontal se asocia a la formulación de planes, a
la toma de decisión, al movimiento del músculo voluntario, a tramitar discurso, al
olor, y a emociones.

El lóbulo parietal - esta área del cerebro tramita la información sensorial y es


responsable de determinar la percatación, la navegación y la colocación
espaciales. También está implicada en el tramitación relacionado con la
información para probar, la temperatura y el tacto.

El lóbulo temporal - el lóbulo temporal está implicado en el tramitación de la


información visual y auditiva y controla algunos aspectos de la opinión, de la
memoria y de la emoción del lenguaje.

El lóbulo occipital - éste es el centro de tramitación visual del cerebro y contiene


la proporción más grande de la región de la corteza visual.
Encéfalo
Gire este modelo 3D para ver las cuatro regiones principales del encéfalo: el cerebro, el
diencéfalo, el cerebelo y el tronco encefálico.

El cerebro dirige las funciones internas de nuestro cuerpo. También integra


los impulsos sensoriales y la información para dar lugar a las percepciones,
pensamientos y recuerdos. El encéfalo nos permite tener conciencia de uno
mismo y la capacidad de hablar y movernos en el mundo. Sus cuatro
regiones principales lo hacen posible: El cerebro, con su corteza cerebral,
nos permite controlar conscientemente nuestras acciones.
El diencéfalo interviene en las sensaciones, controla las emociones y dirige
todos los sistemas internos. El cerebelo regula los movimientos del cuerpo,
coordina el habla y el equilibrio, al tiempo que el tronco del
encéfalo transmite señales de la médula espinal y dirige las funciones y
reflejos internos básicos.

1. El lugar de asiento de la conciencia: Las funciones


intelectuales superiores se producen en el cerebro

El cerebro es la estructura encefálica más grande y parte del cerebro


anterior (o prosencéfalo). Su porción externa prominente, la corteza
cerebral, no solo procesa la información sensitiva y motora, sino que
también permite mantener la conciencia, nuestra capacidad de percibirnos a
nosotros mismos y al mundo exterior. Es en lo que la mayor parte de la
gente piensa cuando escuchan el término “materia gris”. El tejido de la
corteza consiste principalmente en cuerpos celulares de las neuronas, y sus
pliegues y cisuras (conocidos como circunvoluciones y surcos) le dan al
cerebro una superficie rugosa característica. La corteza cerebral tiene un
hemisferio izquierdo y uno derecho. Cada hemisferio puede dividirse en
cuatro lóbulos: el lóbulo frontal, el lóbulo temporal, el lóbulo occipital y el
lóbulo parietal. Los lóbulos son segmentos funcionales. Se especializan en
diferentes áreas del pensamiento y la memoria, la planificación y la toma de
decisiones, y el habla y la percepción de los sentidos.

2. El cerebelo ajusta los movimientos del cuerpo y mantiene


el equilibrio

El cerebelo es la segunda parte más grande del encéfalo. Se ubica por


debajo de los lóbulos posteriores (occipitales) del cerebro y por detrás del
tronco del encéfalo, como parte del cerebro posterior. Al igual que el
cerebro, el cerebelo tiene hemisferios izquierdo y derecho. Una región
media, el vermis, los conecta. Dentro del tejido interior nace un tronco
blanco central, denominado arbor vitae debido a que emite ramas y
subramas por los hemisferios. La principal función del cerebelo es mantener
la postura y el equilibrio. Cuando saltamos a un lado, nos estiramos hacia
adelante o giramos súbitamente, el cerebelo evalúa cada movimiento de
manera subconsciente. El cerebelo envía entonces señales al cerebro,
indicándole los movimientos musculares que ajustarán nuestra posición
para mantenernos firmes.

3. El tronco del encéfalo transmite señales entre el encéfalo y


la médula espinal y maneja las funciones involuntarias
básicas

El tronco del encéfalo conecta la médula espinal con los centros de


pensamiento superior del encéfalo. Consta de tres estructuras: el bulbo
raquídeo, la protuberancia y el cerebro medio. El bulbo raquídeo se
continúa con la médula espinal y se conecta hacia arriba con la
protuberancia. Tanto el bulbo como la protuberancia se consideran parte del
cerebro posterior. El cerebro medio, o mesencéfalo, conecta la
protuberancia con el diencéfalo y el cerebro anterior. Además de transmitir
señales sensitivas y motoras, las estructuras del tronco del encéfalo dirigen
las funciones involuntarias. La protuberancia ayuda a controlar el ritmo
respiratorio. El bulbo maneja la respiración, la digestión y la circulación, y
reflejos como el de la deglución, la tos y el estornudo. El cerebro medio
contribuye al control motor, la visión y la audición, además de los reflejos
relacionados con la visión y la audición.

4. Estación de ordenamiento: El tálamo interviene en los


datos sensitivos y transmite señales al encéfalo consciente

El diencéfalo es una región del cerebro anterior, conectada con el cerebro


medio (parte del tronco del encéfalo) y el cerebro. El tálamo forma la mayor
parte del diencéfalo. Consta de dos masas simétricas con forma ovoidea,
con neuronas que irradian a través de la corteza cerebral. Los datos
sensitivos fluyen desde el tronco del encéfalo hacia el tálamo, junto con
información emocional, visceral y de otro tipo, proveniente de diferentes
áreas del encéfalo. El tálamo transmite estos mensajes a las áreas
adecuadas de la corteza cerebral. Determina qué señales requieren ser
concientizadas, y cuáles deben estar disponibles para el aprendizaje y la
memoria.

5. El hipotálamo maneja impulsos sensoriales, controla


emociones y regula funciones internas
El hipotálamo es parte del diencéfalo, una región del cerebro anterior que se
conecta con el cerebro medio y el cerebro. El hipotálamo ayuda a procesar
impulsos sensoriales del olfato, el gusto y la visión. Maneja emociones
como el dolor y el placer, la agresión y la diversión. El hipotálamo también
es nuestro centro de control visceral, regula el sistema endocrino y las
funciones internas que mantienen el cuerpo día a día. Traduce las señales
del sistema nervioso en hormonas con efecto activador o inhibidor que
envía a la glándula pituitaria. Estas hormonas pueden activar o inhibir la
liberación de hormonas hipofisarias que actúan en glándulas y tejidos
específicos del cuerpo. Mientras tanto, el hipotálamo maneja el sistema
nervioso autónomo, encargado de las funciones internas involuntarias.
Envía señales que mantienen los ciclos del sueño y otros ritmos
circadianos, regula el consumo de alimentos, y controla y regula la química
y temperatura corporales.

Funciones[
El cerebro procesa la información sensorial, tanto la visual como la táctil,
auditiva y olfatoria. Las áreas motoras controlan y coordinan el movimiento,
mientras que las áreas de asociación son las responsables de funciones
complejas como la memoria y el razonamiento. Los ganglios basales actúan
en la coordinación del movimiento, mientras que el sistema límbico es
responsable de las respuestas emocionales. Aunque ciertas zonas del
cerebro se encargan de determinadas funciones, se trata de un sistema con
alto grado de integración que se relaciona además con otras partes del
encéfalo como el cerebelo encargado de coordinar secuencias complejas de
movimientos iniciados por las áreas motoras y el tronco del encéfalo.
La función motora del cerebro se lleva a cabo principalmente a través de
la vía piramidal o corticoespinal, un grupo de fibras nerviosas que parten de
neuronas situadas en la corteza motora primaria situada en la parte
posterior del lóbulo frontal y terminan en el asta anterior de la médula
espinal, donde enlazan con una segunda neurona de la que parten axones
que confluyen en los diferentes nervios motores que hacen posible el control
voluntario de la musculatura de todo el cuerpo. La vía piramidal se cruza en
la base del tronco del cerebro, en la llamada decusación de las pirámides,
de tal forma que las fibras provenientes del hemisferio cerebral derecho
controlan los músculos de la mitad izquierda y las del hemisferio cerebral
izquierdo la mitad derecha. Esta vía es de gran importancia pues es la que
permite realizar los movimientos necesarios para la mayor parte de las
funciones vitales, entre ellas desplazarse, hablar, masticar, etc. Si se
lesiona la vía piramidal se produce parálisis de los músculos
correspondientes.
Percepción del dolor
El dolor se define como una experiencia sensorial y emocional
desagradable relacionada con un daño tisular real o potencial. Tiene la
función de aviso o advertencia para informar de un peligro que se debe
evitar, previniendo de está forma lesiones más graves.
La sensación de dolor se inicia en determinados receptores situados en los
tejidos que reciben el nombre de nociceptores y son sensibles al daño
tisular. Los impulsos nerviosos generados por estos receptores llegan a
través de los nervios sensitivos hasta el asta posterior de la médula espinal,
desde donde suben a través de un haz de fibras nerviosas llamado espino
talámico hasta alcanzar el encéfalo. Llegan primero a la región del tálamo,
desde donde alcanzan la corteza sensitiva del lóbulo temporal que es donde
la señal se procesa y la sensación de dolor se hace consciente.25
Existen diferentes enfermedades de origen congénito en las que las
personas afectadas son incapaces de percibir el dolor. Este grupo de
trastornos se conoce genéricamente como insensibilidad congénita al dolor,
suele acompañarse de falta de sensibilidad a la temperatura y provoca
importantes problemas de salud, entre ellos lesiones ósea o en la piel que
pasan desapercibidas pues la persona no siente dolor alguno tras
traumatismos graves y continua su actividad habitual sin percatarse de que
ha sufrido una fractura ósea o una herida.2627
Capacidades cognitivas[editar]
En los lóbulos parietales se desarrolla el sistema emocional y el sistema
valorativo. El sistema emocional —aunque compromete a todo el cerebro, y
en retroalimentación, a todo el cuerpo del individuo— se ubica
principalmente en el área bastante arcaica llamada sistema límbico, dentro
del sistema límbico las dos amígdalas cerebrales, se focalizan las
emociones básicas (temor, agresión, placer) que tenemos y que damos
cuando algo o alguien interfiere en la actividad que esté haciendo en el
exterior. Por otra parte está el sistema valorativo, este es la relación que
existe entre los lóbulos prefrontales (que como su nombre lo indica está
atrás de la frente) y las amígdalas cerebrales, esa relación «física» se
llama hipocampo.
Cerebro y lenguaje
La gran mayoría de los procesos que permiten el lenguaje se llevan a cabo
en diferentes áreas de asociación. Existen dos áreas bien identificadas, las
cuales son consideradas vitales para la comunicación humana: el área de
Wernicke y el área de Broca. Estas áreas están localizadas en
el hemisferio dominante (que es el izquierdo en el 97 % de las personas) y
son consideradas las más importantes en cuanto a procesamiento de
lenguaje. Esta es la razón por la cual el lenguaje es considerado como una
función lateralizada.28 Sin embargo, el hemisferio no dominante también
participa en el lenguaje, aunque existen cuestionamientos acerca del nivel
de participación de las áreas localizadas en dicho hemisferio.29
El área de Wernicke, se conoce así en honor al neurólogo que la describió
por primera vez. Está especialmente desarrollada en el hemisferio
dominante para el lenguaje, que, generalmente suele ser el lado izquierdo.
El desarrollo de esta área permite alcanzar niveles altos de comprensión y
procesar la mayor parte de las funciones intelectuales del cerebro. Se
encarga de la decodificación de lo oído y de la preparación de posibles
respuestas. Es importante para la comprensión de palabras y en los
discursos significativos.
Da paso después al área de Broca, también conocida como el área motora
de las palabras, que se conecta con el área de Wernicke mediante el
fascículo longitudinal superior. Se ubica en la corteza prefrontal, en la parte
anterior de la porción inferior de la corteza motora primaria, cercana a la
fisura lateral (FL). En la mayoría de los casos, es dominante en el lado
izquierdo del cerebro. Su función es permitir la realización de los patrones
motores para la expresión de las palabras, articulando el lenguaje hablado y
también el escrito. Es la responsable de la formación de las palabras en la
que se activa el accionamiento de los músculos fonadores, es decir
laríngeos, respiratorios y de la boca, para asegurar la producción de sonidos
articulados, lo que tiene lugar en el área motora primaria, de donde parten
las órdenes a los músculos fonadores. Además se conecta con el área
motora suplementaria, que tiene relación con la iniciación del habla.

También podría gustarte