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INSTITUTO GNOSTICO

DE MEXICO

ALUMNA: Alejandra González Quijano

DOCENTE: Lucero Tapia

ACTIVIDAD: Resumen de Reanimación Neonatal

LICENCIATURA: Enfermería General


REANIMACION NEONATAL
El proceso del nacimiento se acompaña de grandes cambios
fisiológicos, que en ocasiones revelan alteraciones que no planteaban
ningún problema durante la vida intrauterina. Por ese motivo, en
todo parto debe haber una persona experta en reanimación
neonatal. La edad gestacional y los parámetros de
crecimiento ayudan a identificar el riesgo de patología neonatal.

El ABC de la reanimación neonatal es el mismo que el de los adultos:


A = vía aérea (airway); B = respiración (breathing) y C = circulación.
A esto se agrega una medida muy importante en el recién nacido, que
es mantener la temperatura corporal. La acción más importante y
efectiva en reanimación es aportar oxígeno a los pulmones del RN;
para lograr esto se debe tener conocimiento de los cambios
fisiológicos que ocurren al nacer, los diagramas de flujo de la
reanimación, los factores de riesgo para la reanimación y el equipo y
personal necesarios.

Los cambios fisiológicos que ocurren durante el nacimiento hacen de


este proceso un estado único y especial, en que la vida y la muerte
están muy cercanas. Los principales protagonistas de estos cambios
son el pulmón y la circulación. El feto en el útero no necesita los
pulmones para oxigenar la sangre, sino que utiliza la placenta como
órgano de intercambio gaseoso y los alvéolos están llenos con líquido
pulmonar fetal; las arteriolas están vasocontraídas, el flujo pulmonar
está disminuido y el flujo sanguíneo es desviado a través del ductus
arterioso, de modo que la sangre fluye desde la arteria pulmonar a la
aorta.
Pulmón y circulación en el feto

Después del parto se produce la expansión del pulmón con aire y el


líquido pulmonar fetal sale desde el alvéolo, para ser reabsorbido; se
produce dilatación de las arteriolas pulmonares y aumento del flujo
sanguíneo; como consecuencia de todo esto, aumenta el nivel de
oxígeno sanguíneo, se contrae el ductus arterioso y la sangre fluye a
través de los pulmones para captar oxígeno.

Si cualquiera de los fenómenos propios de la transición se altera, el


recién nacido tendrá dificultades. Esto puede ocurrir por:
respiración insuficiente, bloqueo de vía aérea o ambos; pérdida
excesiva de sangre o pobre contractilidad cardiaca o bradicardia; o
por vasoconstricción sostenida de las arteriolas pulmonares. Los
signos de un recién nacido con problemas de transición son: cianosis,
bradicardia, hipotensión sistémica, esfuerzo respiratorio deprimido
e hipotonía.
Los diagramas de flujo tienen como objetivo lograr que el
equipamiento y el personal de reanimación estén preparados: es
fundamental contar con un equipo de reanimación adecuado para
estos casos; debe haber una persona entrenada en reanimación en
cada parto; si es necesario se debe reclutar personal adicional para
un parto complicado; el equipo necesario debe estar listo, incluyendo
calor radiante encendido y equipamiento de reanimación revisado;
finalmente, debe estar claro el concepto de equipo.

La interrupción de la transición normal da lugar a la apnea. Cuando


hay sufrimiento fetal se produce, en primer lugar, una apnea
primaria, de la que el feto se puede recuperar; posteriormente
ocurre la apnea secundaria, que requiere de una reanimación vigorosa.
La apnea primaria se caracteriza por intentos respiratorios rápidos
seguidos de cese de la respiración, con disminución de la frecuencia
cardíaca; la presión sanguínea se mantiene y el niño responde a la
estimulación. En la apnea secundaria cesan las respiraciones,
disminuye la frecuencia cardiaca y la presión arterial y el niño no
responde a la estimulación

Acciones primarias en reanimación neonatal

Es importante recordar que las acciones primarias en reanimación


neonatal están dirigidas a aportar oxígeno a los pulmones del RN y
que todos los recién nacidos requieren de evaluación inicial al nacer.
Para ello, las cinco preguntas más importantes que se deben formular
sobre el recién nacido son las siguientes:

 ¿Tiene meconio en la piel y/o vía aérea?


 ¿Respira o llora?
 ¿Tiene buen tono?
 ¿Está cianótico o rosado?
 ¿Es de término

El reanimador tiene sólo algunos segundos para responder a estas


preguntas. Si la respuesta es no a las últimas cuatro, se debe iniciar
la reanimación. Ésta se realiza por un corto periodo de tiempo y luego
se deben tomar 30 segundos para evaluar la respuesta al paso
anterior y decidir si necesita ir al próximo paso. La evaluación y
decisión se basan primariamente en la respiración, frecuencia
cardiaca y color.

Vía aérea: Es necesario aportar oxígeno a flujo libre en los pasos


iniciales: si el RN respira y está cianótico, o si el RN está en apnea e
inicia respiración con pasos iniciales, antes del secado y estimulación.
NO se necesita aportar oxígeno a flujo libre si el RN está en apnea
y sigue apneico durante los pasos iniciales; en este caso necesita
ventilación a presión positiva después de despejar la vía aérea,
secarlo y posicionarlo apropiadamente. La evaluación de estos pasos,
como ya se dijo, se basan en la respiración, frecuencia cardiaca y
color
Respiración: Si hay apnea o la frecuencia cardiaca es menor de 100,
se debe asistir la respiración del recién nacido proporcionando
ventilación con bolsa y máscara por 30 segundos; luego, evaluar
nuevamente. Si la frecuencia cardiaca es menor de 60 a pesar de
adecuada ventilación, se debe apoyar la circulación iniciando masaje
cardíaco mientras se continúa ventilando y luego, volver a evaluar. Si
la frecuencia cardiaca persiste menor de 60 lpm a pesar de una
adecuada ventilación y masaje cardíaco (30” ventilación + 30”
ventilación y masaje), se debe administrar adrenalina mientras se
continúa con ventilación a presión positiva y masaje cardíaco.

Diagrama de flujo de la reanimación

Desde 2005 hay algunos cambios en relación con las dosis de


adrenalina y se prefiere administrarla por vía endovenosa, no por el
tubo endotraqueal. Lo que más interesa en la actualidad es evaluar la
frecuencia cardiaca: si es menor de 60, mayor de 60 o si está sobre
100 latidos/minuto. Si la frecuencia cardiaca es mayor de 100
significa que el paciente está mejorando.
Los prematuros tienen mayor riesgo de presentar asfixia, por varios
motivos: tienen déficit de surfactante, mayor pérdida de calor,
mayor probabilidad de infección y son más susceptibles a
hemorragias intracraneales. La piel de los prematuros es más delgada
y permeable, tiene menor cantidad de grasa subcutánea y la relación
superficie/masa corporal es mayor, debido a lo cual las pérdidas
pueden llegar a ser hasta de 5 cc/kg/h; por eso, estos niños deben
estar en lugares con temperatura ambiente elevada y cubiertos con
cobertores plásticos transparentes. Es muy importante prevenir las
pérdidas de calor, ya que la hipotermia puede desencadenar
vasoconstricción pulmonar, cianosis y síndrome de circulación
pulmonar persistente; para esto se debe colocar al RN bajo calor
radiante, secarlo completamente y retirar los paños mojados.

Cuna radiante para resucitación del recién nacido

Luego se debe despejar la vía aérea, colocando al niño en posición


correcta.
Despejar la vía aérea: posición de la cabeza correcta e incorrecta
para la resucitación

En caso de presencia de meconio, si el RN está vigoroso, con buen


tono muscular, buen esfuerzo respiratorio y frecuencia cardíaca
sobre 100 latidos/minuto, se debe utilizar una pera de goma o una
sonda de aspiración gruesa para aspirar secreciones de boca y nariz.
Si hay presencia de meconio y el recién nacido no está vigoroso, se
debe efectuar aspiración traqueal, aunque nunca se debe retrasar la
reanimación por continuar con la aspiración, ya que es más fácil tratar
la aspiración de meconio que la asfixia neonatal. Cuando se efectúa la
aspiración traqueal, se debe administrar oxígeno a flujo libre
durante el procedimiento; introducir laringoscopio, usar sonda de
aspiración 12F o 14F para aspirar boca y faringe; introducir tubo en
la tráquea; conectar una fuente de aspiración al TET; aspirar a
medida que se retira el TET lentamente; y repetir las veces que sea
necesario .
Para despejar la vía aérea si no hay meconio, se debe aspirar primero
la boca y luego la nariz y luego se debe secar, estimular y reposicionar
al recién nacido. La estimulación táctil de la respiración se debe
hacer mediante métodos aceptados, evitando formas de estimulación
potencialmente peligrosas, como palmadas en la espalda, comprimir la
caja torácica, forzar los muslos sobre el abdomen, dilatar el esfínter
anal, compresas o baños de agua fría o caliente y sacudir al RN .

Métodos aceptados para estimulación táctil de la respiración en el


recién nacido

Si el recién nacido está respirando, pero presenta cianosis, se debe


administrar oxígeno a flujo libre, que debe estar calefaccionado y
humidificado si se va a aportar por tiempos prolongados; se debe
aportar lo suficiente para que el recién nacido adquiera coloración
rosada, con un flujo aproximado de 5 l/min. Se puede administrar
mediante bolsa inflada por flujo, máscara de oxígeno u oxígeno por
sonda.

Métodos para administrar oxígeno a flujo libre

Las indicaciones de ventilación a presión positiva son: apnea o


respiración entrecortada (gasping), frecuencia cardiaca menor de
100 latidos/minuto, aun si respira, y cianosis central persistente a
pesar de oxígeno 100% a flujo libre. Cuando se realizan maniobras de
ventilación, cualquiera sea el método de administración que se elija:
bolsa inflada por flujo o bolsa autoinflable, se debe conocer la
presión que se está entregando para evitar causar daño pulmonar.
Partes de una bolsa inflada por flujo. B: Partes básicas de una bolsa
autoinflable

Cuando se utiliza la bolsa autoinflable, la cantidad de presión


entregada depende de tres factores: la fuerza con que se comprime
la bolsa, la presencia de cualquier escape entre la máscara y la cara
del recién nacido, y el punto de apertura de la válvula de liberación
de presión. Las bolsas para ventilar deben tener por lo menos una
medida de seguridad para evitar la presión excesiva, ya sea un
manómetro de presión y válvula de control de flujo, o válvula de
liberación de presión.

Está comprobado que sólo unas cuantas ventilaciones manuales no


controladas, en un pulmón sin surfactante, pueden causar daño
pulmonar irreversible y que el grado de daño se relaciona con el
volumen empleado. Hay evidencias que recomiendan la ventilación
suave o poco agresiva en la sala de partos, para lo cual se utiliza un
resucitador manual tipo Neopuff, que proporciona presión
inspiratoria positiva (PIP) y presión positiva de fin de espiración
(PEEP) controladas .
Resucitador tipo Neopuff

Los pasos para una reanimación neonatal óptima con el reanimador


son: configuración del Neopuff; verificación de parámetros, incluso
el ajuste de flujo deseado de gases entre 5 y 15 l/min; fijar el PIP o
PIM, fijar el PEEP y proceder a efectuar la reanimación. El Ministerio
de Salud tiene un proyecto para dotar las unidades de más de 500
partos con un Neopuff más un saturador, para evitar el barotrauma.
El costo del Neopuff no es alto; tiene un manómetro, se constituyen
los parámetros, se puede agregar aire y oxígeno, la mezcla de ambos
u oxígeno solo, se fija la presión máxima y se fija el PEEP. Cuando el
niño mejora, aumenta la frecuencia cardiaca, mejora el color y
comienza a respirar en forma espontánea. Cuando el niño no mejora,
se debe revisar el oxígeno, la bolsa, el sellado y la presión; si la bolsa
es adecuada y está sellada, se debe verificar que el movimiento del
tórax sea adecuado y que se está administrando oxígeno 100%. Si
todo esto está en orden y no hay mejoría, se debe proceder a intubar
al niño y revisar el murmullo vesicular, porque podría haber un
neumotórax.

Si a pesar de la intubación y ventilación el recién nacido no mejora,


se comienza con el masaje cardiaco, que se puede hacer mediante dos
técnicas: la de los dos pulgares y la de los dos dedos. La técnica de
los pulgares es la preferida, ya que es menos agotadora y permite
controlar mejor la profundidad de la compresión. La técnica de los
dos dedos conviene más cuando hay un solo reanimador, es mejor para
manos pequeñas y permite acceder al cordón umbilical con fines de
medicación. Con ambas técnicas se obtiene igual resultado, siempre
que no sean traumáticas.
Indicaciones de masaje cardiaco: Frecuencia cardiaca menor de 60
lpm a pesar de 30 segundos de ventilación a presión positiva efectiva.

Se ilustra el área de compresión y la técnica de los pulgares: se debe


presionar en el tercio inferior del esternón, evitando el apéndice
xifoides para prevenir una laceración hepática y evitando las
fracturas de esternón y de costilla.

Masaje cardiaco: posición de los pulgares o de los dos dedos


(izquierda)

Después de 30 segundos de masaje cardíaco y ventilación, bien


coordinados, se debe suspender y evaluar la frecuencia cardiaca por
6 segundos; si no ha mejorado se debe administrar adrenalina.

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