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103
sus zonas oscuras y ha proporcionado luz
Sus a
104
individuos se formulanrelación con su mundo, y
en
lo hace sirviéndose basicamente de una «lógica bina-
ria» de corte metafísico. En otras
palabras, la lógica
de los sistemas tiene la función de reduciro
com-
pensar la ambigüedad del mundo y la inseguridad de
pensar
la existencia a través de una «simbólica»-de una
gramática (en ocasiones inconsciente o imperceptible
nara los miembros de la comunidad) que clasifica el
mundo y que la mayor parte de las veces es específi-
camente moral-que, como tal, acaba convirtiéndose
en un «modelo de vida» que se impone como el único
posible, como el «natural». Lo simbólico es el meca-
nismo de «poder»s más importante que tienen los sis-
temas sociales para ejercer su función porque opera
con la noción de «naturalidad». «Natural» significa
es definitivo e
que «no puede ser de otro modo», que
incuestionable. Por ser «simbólico», el poder no está
estructurado en términos de represión o de castigo,
tiene
sino de organización y clasificación. Tampoco
un sentido «Poder» significa «relación de in-
negativo.
una intluencia ejercida a
fluencia», pero se trata de
A través de las
partir de un orden, de u n a taxonomía.
estrategias para
relaciones de poder se construyen
bien,
conducta de los individuos. Ahora
dirigir la confundir
Foucault, no hay que
como señala Michel
se trataría es
poder» «dominación». De lo que
con
dominación míni-
con u n a
deque existiera el poder diferencia del poder,
la
duda, A
ma, algo difícil, sin «cuerpos
dóci-
convierte los cuerpos en
dominación simbólica im
una
danzan segú
CS9, en títeres que sus formas
de
coloniza el mundo y
perceptible que
vida.
105
Lo más grave de
los sistemas es que asimism
asimismo te
jen redes imaginarias que configuran mecanisn smos
de dominación, Esas redes crear
inmunológicos
reducen la contingenei.
anti
no solamente
cuerpos que
(o el azar, o el miedo), sino que legan incluso a dar la
sensación de que la han conseguido eliminar. De e.
ese
su dimensión amenazante
modo, el mundo pierde
Para muchos es el mayor progreso. Por fin se pueda
vivir tranquilo. Pero hay que tener en cuenta que al
también se elimina la diso
suprimir la contingencia
Para sentir el latido
nancia, y, con ella, la existencia.
la pérdida y vi-
del mundo es necesario arriesgarse a
No se está recla-
vir en el vértigo de la fragmentación.
mando aquí ningún tipo de «actitud heroica» ni nada
106
responder a un mismo dibujo:
ellas
de corte físico.
son lógicas bina-
rias
La segunda caracteristica es
que la
lógica los de
sistemasSno soporta el misterio. Todo tiene
ción dentro de esa lógica que avanza al modoexplica-
án dentro de una
eisonadora, sin dejar sobrevivir nada ni a nadie en
aenumbra de
l apenumbra una duda o de un
enigma. Engulle
do lo que hay a su alrededor. Reduce lo extraño
lo propio, lo diferente a lo mismo. No soporta lo
a
AtrO. V no lo soporta porque es lo que no puede ser
fagocitado, lo que escapa al orden. Eso conlleva la
eliminación de todo misterio. De hecho, la lógica
convierte el misterio en enigma; la pregunta que no
exige que
ra. Y nbién la lógica
107
cualquierindividuo dd
cuestionado, est0 es, que
descontado que es real y que debe ser erradicado.por
En cuarto lugar, la lógica formula «parámetroede
normalidad» que los individuos incorporan de for
inconsciente y que funcionan orientando la existene
existencia
de manera aproblemática. Siempre que alguien sosti
ne que algo es nomnal esta diciendo, en el fondo, que
se da por supuesto, que no puede ser cuestionado, Ta
normalidad es tranquilizadora. Resulta reconfortante
saber que no hay que dar importancia a lo sucedido
porque es nomal.
Por último, la lógica de todos los sistemas es una
simbólica en la que la violencia siempre está presen-
te, de forma explícita o implícita. Lo que ocurre es
que es una violencia legal, institucionalmente legiti
mada. A veces, es verdad, esa violencia no es detecta-
ble porque aparece bajo el paraguas de una «lógica de
la crueldad». Otras veces sucede lo contrario, y los
sistemas no tienen ningún reparo en mostrarla explí-
citamente. Es necesario reflexionar algo más sobre
este último aspecto porque es uno de los más importan-
tes para comprender la colonización sistémica del
mundo.
En su libro Homo Necans, el helenista Walter Bur
kert sostuvo que todo sistema social ejerce prácticas
de violencia. Los regímenes y gobiernos de las so-
ciedades humanas están basados en la violencia ins
titucionalizada. La cultura gira alrededor de mitos
y de ritos, y en estos el sacrificio es una práctica
habitual, No hay sacrificios sin algún tipo de violen
cia, física o simbólica, En definitiva, los sistemas no
pueden operar sin esa lógica. Lo que ocurre es que
108
tiempo, todo sistema
almismo pone en marcha una
prOcedimientos educativos para enseñar a
serie de prOcedin
as generaciones las
l a s n u e v a s
que n o
profand Son dos
mundos
109
mún, y no existe ningún otro ejemplo de dos cattego-
diferenciadas s das. No
rías de entes tan protundamente
no pueda haber 1
obstante, eso no significa que una
transición entre ambos mundos, pero hace que la
dualidad de mundos sea real. El paso de uno a otre
verdadera metamortosis, unos ritos do
implica una
iniciación, una larga serie de ceremonias para que el
110
mOral
dadmoral
aa todos
todos los
que se
adhieren a ellas (ibíd.,
pág. 98).
Mircea Eliade se
ocupó de este asunto en Lo sa-
lo y lo profano (1957). Según el
grad
112
huellas de la religiosidad
nersiste, y no se puede primitiva.
las
La mirada sa-
g r a d a
113
vúsculas, enfática, en nombre de Dios, se niega al otro,
al distinto o al diferente. Y además, puesto que es tin
Verdad que nace «en las alturas», no produce mal
una
conciencia. Occidente ha heredado esa lógica pocdo
ero
sísima que, por desgracia, en algunos casos ha legiti.
mado una violencia atroz. Dios se ha transformad.
en Patria, Nación, Partido o Revolución,10 No es ttun
mero cambio histórico sino espiritual y mental. Lo
que se transforma es la mirada sobre el mundo, una
mirada que, a partir de ese momento, va a instalarse
en la vida cotidiana y que todavía hoy sigue vigente,
aunque aparentemente bajo un manto no religioso.
Vamos a detenernos un momento a pensar esa lógica
114
ll
ción en e mundo porque nunca antes había tenido
ada parecido. Su alcance
el Exodo no solamente esinconmensurable
es
lugar
uesto queeel
luga
la la historia de
ida de Egipto por arte del pueblo de Israel, sino
la inauguració) de un nuevo tipo de
ambién
religión
tada en la Ley, en la Alianza, en la exclusividad
centrada
de
e n elexterminio de los infieles.
Diosy
Aquí el personaje clave es Moisés. La figura (sim-
ea) de
bólica) de M
Moisés signitica un punto de inflexión en
toria de
la historia de la humanidad porque instaura un «mo-
teísmo exclusivo» (que está en la base de la lógica
dei sistema teológico).
Ese monoteísmo funciona se-
ain la oposición
metafísica entre la verdad y la fal-
entre el fiel y el infiel. Solo hay un único dios
seda
el resto son ídolos En eso consiste la
verdadero,
verdade
da en la ntre amigo y
posición
115
tido religioso, o, Si se prefiere, fiel infiel
infiel. Es
entre fiel ee
una violencia que se basa, en últimainstancia en una
distinción entre lo verdadero y lo falso," y que se di
ge contra «los enemigos de Dios». Aunque dente-
mente no se está diciendo aquí en ningún caso que el
monoteísmo introdujera la violencia en el mundo mundo, sí
tener en cuenta que es un tipo de religiónn
que hay que
conceden un lugar sorpren.
«cuyos textos canónicos
a los temas de la
violencia, del odio y del De.
dente
la que toman otro significado, específica.
cado, y en
relación a las religiones paganas
mente religioso, con
tradicionales» (ibíd., pág. 42). En pocas palabras: la
lógica monoteísta legitima una violencia ejercida en
nombre de Dios, nombre de una Verdad con ma-
en
116
hermanos
ac K
Karamázov, de Dostoievski, en el
capítule titulado «El Gran conocido
zOvCuentaa su hermano Aliosha Inquisidor».
una
Ivan Karamá-
ratada o absurda». El relato «historia dispa
Sevilla, acontece en el
en
en plena
Inquisición. Jesús siglo xvi,
La
Ta. La gente
gente lo
lo
reconoce, se emociona, vuelve a latie
ra, pero el cardenal Gran
ro el grita y lo ado-
noventa años, manda Inquisidor,
casi noventa
un anciano de
apresarlo y encerrarlo en
una mazmorra. Los soldados obedecen lo
y arrestan,
ntras la muchedumbre tiembla
de miedo. A lo lar
go de toda la noche ambos dialogan sobre la verdad,
Ialibertady la vida. Lo
que el Inquisidor sostiene es
que los seres humanos buscan algo o a alguien ante
los cuales inclinarse, algo o a alguien que sean indis-
cutibles, incontestables, unos principios sagrados. Lo
que el Inquisidor echa en cara a Jesús es que ha veni-
do a traer la duda y la incertidumbre, «Nosotros he
mos rectificado tu obra», le dice.14 Pero la única res-
puesta que el Gran Inquisidor obtiene del Prisionero
es un beso en los labios.
Otro ejemplo de la «simbólica de la crueldad» se
halla en el libro Castellio contra Calvino. Conciencia
Contra violencia, de Stefan Zweig. Su autor explica
con
de la ley en la
precisión cómo funciona la sacralidad
a
se ha vuelto ley, y
nente de Calvino: «Su doctrina
la más mínima objeción, la
yulen se atreva a hacerle
la hoguera le enseñan rápida-
uaZmorra, el destierro o
tolera una verdad y que
mente que
que en Ginebra solo se
te resulta obvio,
el poder
Calvino
O ess s es su profeta»,
15Como
sino también
político;
de Calvino no e s solo
religioso,
Dios. Su palabra
nombre de
habla y manda torturar en
nunca se
desdice,
nun-
es
infalible. Nunca se equivoca,
117
cacambia. Es eterna e incuestionable porque es la
Voz
del absoluto. En ese sentido, como señala Zweig, la
respuesta que da Calvino al gran humanista Sebastian
an
Castellio (que propuso, entre otras cosas, una nueva
traducción de la Biblia) es, como la de tantos otros
representantes de la crueldad religiosa, la destrucción
de sus obras y la quema de sus libros. Le prohíbe ha.
blar y escribir. Así opera la «simbólica de la crueldad
fue revisado en
-El concepto de lo político (1927), que
tesis que
su tercera edición
de 1932- defiende una
es una de las
formularse como sigue: lo político
podría huma-
formas que tiene la capacidad de unir a un grupo
no y de oponerlo a
otros. Por eso, para él, el antagonis
«el más intenso y
de todos»,
extremo
mo político es
el pensamiento de Schmitt es
Pero para comprender
en el mar-
importante ubicarlo en su entorno cultural,
a
«revolución conservadora», junto
co de la llamada
o Ernst Jünger, i
escritores como Oswald Spengler
como
lósofos como Martin Heidegger!° y antropólogos
118
Mircea Eliade
Eliade-con el que, según parece, tuvo
t a d 2 0 El papel otorgado a la amis-
guerra» 0 al «terror demuerte,
ta0 a la
de la la historia»«estetiza
en una situación coloca a
Schmitt
cercana a esos
los que comparte cierto «aire de familia», autores, con
de forma clara
pretende estable-
y distinta el
cer
funcionamiento de la
lógica política. Su «tenomenología» sostiene que lo po-
Ktico tiene sus
propios criterios y estos obran de una
forma peculiar. A diferencia del dominio de lo moral,
que funciona según la distinción «bien / mal», o de lo
estético, que hace lo propio a partir de «bello/feo», o
delo económico, cuya lógica es la de «rentable/ no
rentable», la lógica política actúa a partir del par «ami
go/enemigo». Pero lo decisivo del pensamiento de
Schmitt no es únicamente el descubrimiento de esa
lógica sino algo más importante, a saber, el hecho de
que «el enemigo político no necesita ser moralmente
malo, ni estéticamente feo; no hace falta que se erija
particularmente intensivo»,21
Schmitt señala que para
que se trate al
ene-
es necesario
Csa lógica de
opere
lo contrario, no es
g o como malo o feo, porque,
funcionando de modo efectivo.
d lácil que acabe de recordar que
En Cualquier
cualqu caso, Schmitt no deja cuestión
con una
Su análisis no tiene nada que ver estrictamente
es
normativa aLiva o valorativa, sino que
podrán
compartir, o
119
no, esas esperanzas y esos objetivos pedagógicos,
lo que no se puede negar razonablemente es pero
que
pueblos se agrupan como amigos y enemigos, y alos
e
esta oposición sigue estando en vigor, y está dada
como posibilidad real, para todo
pueblo queie exista
exista
políticamente» (ibíd., pág. 61).
La lucha constitutiva del par «amigo/ enemigo»
es
Aquí hay que tomar ese término (lucha) en su senti.
do esencial y originario. No significa
competencia, ni
pugna intelectual, sino la «posibilidad real de matar
fisicamente» (ibíd., pág. 65). La guerra procede de la
enemistad, es su extrema culminación. Como pue
de observarse, la «fenomenología» schmittiana no se
anda por las ramas. La guerra es una posibilidad real
de la política, porque, siempre que contamos con la
lógica amigo/ enemigo, la lucha hace su aparición.
Eso no significa que se esté dando una definición de
lo político en clave belicista, sino simple y lanamen-
te que la guerra, aunque no es el objetivo de la polí-
tica, es su presupuesto. No hay que ser sagaz para
darse cuenta de que, en su análisis de lo político,
Schmitt trabaja con una antropología de corte pesi-
mista que afirma la radical perversidad de la natura-
leza humana.22
Quizá podría pensarse que la lógica amigo/ enemi-
go está ausente en los actuales sistemas democráti-
COs, pero, en cierto modo, no es así. Si acudimos a los
análisis de Chantal Mouffe, por ejemplo, veremos que,
aunque la politóloga belga se separa del jurista ale
mán, el par amigo / enemigo se convierte-sospecho-
samente-en el par no adversario/ adversario.23 En un
sistema democrático, la lógica de lo político gira alre
120
ledor de lo que Mouffe
ded
denomina agonismo.
libro La
su libr
en su
paradoja Según
democrática,
señala
se la
ción
amigo enemigo no es la
CIadoptarr el única forma que oposi
el antagonismo; hay otro
modo
puede
de relación
polftica
que no mplica una lucha
entre enemigos sino
tre advers
entre
adversarios, término que, como dice, define de
nodoparadójico
paradójie a «enemigos
amistosos», a «personas
que son amigas porque comparten un espacio simbó-
li Común, pero que también son enemigas porque
uieren organizar este
espacio simbólico común de
n modo diferente» (ibíd., pág. 30). Para Mouffe, lo
que caracteriza a la democracia liberal moderna es la
creación de un «espacio agonístico» que permanece
abierto. La controntación no puede cerrarse porque
las relaciones de poder «están siempre cuestionándo-
se y ninguna de ellas puede obtener la victoria final»
(ibíd., pág. 31).
En cualqier caso, es importante subrayar que, en
lo esencial, el programa político de Schmitt sigue vi-
gente en la medida en que muestra su deriva teológi-
ca. Ese es un aspecto fundamental. Hay que tomarse
todos los conceptos de la
muy en serio la idea de que
moderna teoría del Estado son conceptos teológicos
secularizados. El proyecto schmittiano puede definir
se diciendo que lo político nace
del espíritu de la teo-
ha podido, ni podrá nunca, libe
ogia.4 Lo político no
pocas palabras,
de lo teológico. Eso significa,
en
rarse
lo político, sino
que lo social en general (no solamente
etcétera)
lo jurídico,
lambién lo moral, lo estético, legitima-
«fundamento
buscando un
anda siempre h u m a n o s no les basta con lo
O,porque a los seres
poder tran
legal, además necesitan lo legítimo para
121
quilizar sus conciencias; y
lo habita «en las
legítimo habita.
alturas.
El tercer gran sistema simbólico es el económic
122
Para comprender el don hay
e n las
qu economias arcaicas,que tener en cuentaa
OS, sino los clanes, las tribus y lasno son los indivi-
familias, los
iercen el intercambio, y lo que intercambian que
no son
olo bienes y riquezas o útiles, sino ante
todo cor-
tesías, festines, ritos, colaboración
niños, danzas, fiestas, etcétera. Esas
militar, mujeres,
prestaciones y
contraprestaciones se hacen a través de regalos, aun-
aue en el fondo, como ya se ha
dicho, sean rigurosa-
mente obligatorias, so pena de desatarse una guerra
privada o pública. A todo eso Mauss lo llama «siste-
ma de prestaciones totales» (ibíd., pág. 75). En algu-
nas tribus de América del Norte aparece una for-
ma de prestación más rara y menos evolucionada: el
potlatch, término que significa «alimentar», «consu-
mir. El potlatch es un «círculo»;2" es una prestación
total de tipo «agonístico», porque la rivalidad puede
llegar hasta la violencia y la guerra. Lo interesante
en la actualidad, en
es comprobar que, según Mauss,
cotidianas y en nues-
algunas de nuestras prácticas
tras relaciones con el mundo,
seguimos mantenien-
circulares de intercambio que recuer-
do relaciones
Nosotros también rivalizamos con
dan a las arcaicas.
nuestras bodas y
con
nuestros regalos de Navidad, tenemos la obli-
fiestas, y sentimos que
Con nuestras las invita-
o a
corresponder a
los regalos
gación de
ciones. obligación.
Además
potlatch hay u n a
triple de
En el
existe la obligación
corresponder a
los regalos a dar,
ue recibirlos. Negarse
de
acerlos y la obligación
una
motivo de
ser
recibir, puede
a dónde nace
123
esa obligación? A qué se debe su extrema ime
rema impor.
tancia? La causa, el origen y la importancia de
tancia de esa
1al. Todo
obligación residen en su valor espiritual. Todo
va y
viene, dice Mauss, como si entre los clanes
un constante intercambio de una materia
hubiera
espiritual
que incluye cosas y hombres. Hay, pues, una moral en
el don que va mucho más allá del mero intercambi
io
de bienes.
El don favorece al que da y crea en el receptor la
obligación de corresponder a lo recibido, peroen
sentido estricto-intercambiar no es dar; de hecho, es
lo contrario a dar, El que da no espera que su don sea
correspondido. Si se da, se da a cambio de nada. En
el intercambio se da y se espera que el receptor co-
rresponda a lo dado; pero eso no es dar, eso es «eco-
nomía». El filósofo Jacques Derrida se ocupó de esa
cuestión en su libro Dar (el) tiempo (1991). Qué es
la economía? En qué consiste? La economía com-
porta los valores de ley (nomos) y de casa (oikos), pero
además implica la idea de intercambio y de retorno.
La economía tiene una estructura circular, «odisei-
ca», siempre tonma «el camino de Ulises».28
Dar (el) tiempo puede leerse como una respuesta al
Ensayo sobre el don. Derrida, que califica esa obra de
«monumental», sostiene, en pocas palabras, que el tex
del
to de Mauss habla de todo menos del don. Trata
no
intercambio, de la economía, del contrato, pero
el
del don y de lo que significa dar. Según Derrida,
don se refiere a la economía, de eso no hay duda, pero
al mismo tiempo es lo que interrumpe la lógica econo
mica, lo que suprime el círculo del do ut des, lo que
124
Seda no puede ser
Qu
lar. no debe
lar, correspondido,
deb ser sometido
a la
no puede
cir
La El don es «aneconómicO». Porlógica del intercam-
Jan también es necesario que la eso, para que haya
deuda sea desde el
nrincipio
principio cancelada. «Si el otro me
devuelve o me
debe, o ha de devolverme lo que le doy, no habrá ha-
bido don» (ibíd., pág. 21).
Derrida se sitúa en una óptica radicalmente distin-
ta ala habitual en lo que se refiere a la relación entre
el don y la deuda. Su postura es enérgica. No hay
don, y si lo hay solo puede haberlo allí donde hay una
interrupción del sistema, allí donde no hay retorno ni
contrato, allí donde no hay crédito. Pero para ello es
necesario que el don se oculte como don, que perma-
nezca en secreto, que el que da n0 muestre que da y
us prO
propi0s
términos.
Si atendemos, pues, a ese planteamiento Vere
que en el sistema económico el don es imposible Si
veremos
lo económico deja de ser una relación entre deter
rmi
nados seres con una finalidad determinada, sea laque
sea, y se convierte en
la simbólica dominante, ent
ces la relación con el mundo se «desertiza». Es0 es lo
126
quier
sistema tecnológico (o tecnoeconómico)
olo nstante delilizarse sobre la base del crecimien-
solopued estabiliz es
que
to
y cambio infinito; cuando
no
es1un cambio de elementos del sistemael cambio
un cambio
desempalabramiento y una
del mundo. La tecnología
érdida delI es una forma
1un nuevo sistema aliado del
de
vida, un económico, una red
poderosa que nos somete. Por eso es decisivo no
equi-
ar técnica con tecnología. La primera es un instru-
parar
mento y, como tal, su modo de ser es ambiguo. Un
objeto o instrumento tecnico puede utilizarse de infi-
nitas formas, y su uso puede ser también calificado de
moral en función de los parámetros de la cultura en la
que acaece. La tecnología, en cambio, nada tiene que
ver con eso. Como veremos en el siguiente capítulo,
es
127