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República Bolivariana De Venezuela

Instituto Universitario Politécnico


‘’Santiago Mariño’’

Unidad I
Actividad II
TRABAJO
5%

Tutor:
Roger Hau5
Autor:
Luzmeli Ñambre
V- 27.612.445
Materia: Protecciones de sistemas eléctricos
Carrera: Ing. Eléctrica

Barcelona, octubre 2022


La NASA puso en órbita el telescopio espacial James Webb el 25 de
diciembre de 2021. Este progresista telescopio espacial está destinado a
ser el heredero del Hubble, que fue lanzado en 1990, y que ha prestado
servicio durante más de 30 años. Ahora el James Webb se convirtió en el
principal observatorio del espacio profundo y en las próximas
décadas explorará todas las fases de la historia cósmica. Seis meses
después de su lanzamiento el Webb ha revelado la imagen más profunda del
universo jamás captada. En la instantánea se observan las primeras galaxias
formadas poco después del Big Bang, hace más de 13.000 millones de años.
Curiosidades del telescopio espacial James Webb:
Nunca se ha lanzado al espacio un telescopio tan caro, sofisticado y
complejo.
El telescopio anastigmat de tres espejos. En esta configuración el
espejo primario es cóncavo, el secundario es convexo y funciona ligeramente
fuera del eje. Esto también permite un campo de visión más amplio, llegando
a ser 100 veces más potente que el Hubble.
Esta obra de ingeniería faraónica es fruto de un proyecto internacional
dirigido por la NASA con sus socios de la Agencia Espacial Europea (ESA) y
la Agencia Espacial Canadiense (CSA). Se empezó a pensar en crear un
nuevo tipo de telescopio muy grande que pudiera rastrear la luz infrarroja en
1994, cuatro años después del lanzamiento del telescopio espacial Hubble.

Un espejo de 18 segmentos hexagonales y un parasol del tamaño de una


cancha de tenis.

El telescopio tiene una masa de aproximadamente 6.500 kg en la Tierra,


un poco más de la mitad de la masa del Hubble. La estructura más grande
de Webb será su parasol, que debe poder proteger el espejo primario
desplegado y la torre que sostiene el espejo secundario. La sombrilla es
aproximadamente del tamaño de una cancha de tenis. Su verdadera joya es
su espejo, que es el encargado de reflejar la luz infrarroja y dirigirla hacia los
instrumentos científicos.

Se trata del espejo más grande que jamás se haya lanzado al


espacio: 18 segmentos hexagonales, cada uno de 1.3 metros de ancho, que
juntos equivalen a un único espejo de 6.5 metros.
Esta animación de la NASA muestra cómo la luz viaja a través del telescopio:

La sensibilidad de un telescopio, o la cantidad de detalles que puede


ver, está directamente relacionada con el tamaño del área del espejo que
recoge la luz de los objetos que se observan. Un área más grande, recolecta
más luz y el TEJW lleva el espejo más grande que jamás se haya lanzado al
espacio.
Orbitará alrededor del Sol a una distancia que equivale a casi cuatro veces
la distancia entre la Tierra y la Luna.

El Webb orbita el Sol cerca del segundo punto de Lagrange Sol-Tierra,


frecuentemente llamado L2. Este punto está a aproximadamente 1.5
millones de kilómetros (930,000 millas) de la Tierra, "detrás" de la Tierra
según se ve desde el Sol.

L2 se mueve a la par de la Tierra mientras rota alrededor del Sol y


completa una órbita en un año.

El Webb no puede orbitar la Tierra como el Hubble, porque la luz


visible e infrarroja desde el Sol, la Tierra y la Luna calentarían el espejo y
los instrumentos científicos del telescopio y esto haría que el mismo
telescopio brillara en luz infrarroja opacando a los objetos tenues en el
espacio que observa el Webb.

El escudo solar del Webb siempre está de cara al Sol. Esto asegura
que sus espejos e instrumentos, que siempre están de espaldas al Sol,
estén siempre fríos.

En L2, el Webb puede mantener una distancia segura de la luz


brillante del Sol, la Tierra y la Luna, y al mismo tiempo mantenerse en
contacto con nosotros en la Tierra.

Nota: Los puntos de Lagrange, descubiertos por el matemático Joseph


Louis Lagrange, son puntos de equilibrio especiales para pequeños objetos
que orbitan dos objetos mucho más grandes (como la Tierra y el Sol). En
estos puntos en el espacio, la gravedad de los dos objetos de mayor tamaño
equilibra el movimiento orbital del tercer objeto. Los puntos de Lagrange
pueden ser usados por las naves espaciales para reducir el consumo de
propelente necesario para permanecer en posición.
Existen cinco puntos de Lagrange para cualquier sistema, denominados
L1 a L5. De los cinco puntos, tres son inestables y dos son estables. Los
puntos de Lagrange inestables —L1, L2, y L3— están a lo largo de la línea
que conecta las dos masas de mayor tamaño. Las naves espaciales que
orbitan en estos puntos necesitan realizar mantenimientos de estación para
permanecer en sus órbitas, gastando periódicamente pequeñas cantidades
de propelente. Los puntos de Lagrange estables —L4 y L5— ocurren en el
ápice de dos triángulos equiláteros que tienen a las masas de mayor tamaño
en sus vértices. L4 lleva la órbita de la Tierra y L5 sigue.

Ubicación actual del Telescopio Espacial James Webb

Un poder de resolución enorme para viajar en el tiempo al pasado.

Según la NASA, podríamos ver detalles del tamaño de una moneda de 50


centavos a 40 kilómetros de distancia. Las cámaras del Webb están
diseñadas mirar hacia atrás en el tiempo, hasta la época en que el Universo
era un recién nacido, hace unos 13.500 millones de años. La luz de los
objetos lejanos tarda más en llegar a la Tierra que la de los cercanos, lo que
quiere decir que los objetos más lejanos los vemos con retraso.

El TEJW observará el crecimiento de las primeras galaxias, cuya


evolución presenta todavía muchos interrogantes. Gracias a la capacidad de
penetración de la luz infrarroja, este telescopio también podrá adentrarse en
turbulentas regiones de gas y polvo cósmico en las que nacen las estrellas.
También estudiará la atmósfera de exoplanetas en busca de sustancias
fundamentales para la vida, como agua y moléculas orgánicas. Mucho más
cerca, en nuestro Sistema Solar, el TEJW ayudará a identificar y estudiar
cometas y otros cuerpos helados situados más allá de la órbita de Neptuno,
en el llamado cinturón de Kuiper.

Con oro y berilio han conseguido un telescopio espacial fuerte y muy


liviano.

El equipo del Webb necesitó encontrar nuevas formas de construir el


espejo para que fuera lo suficientemente liviano, solo una décima parte de la
masa del espejo del Hubble por unidad de área. A la vez también debería ser
muy fuerte. Por eso, hicieron los segmentos de los espejos a partir de berilio,
un metal fuerte y ligero que a bajas temperaturas no se deforma. Cada
segmento pesa aproximadamente 20g. Como el berilio no refleja demasiado
bien la luz infrarroja, cada segmento ha sido recubierto por una finísima capa
de tres gramos de oro. Esta cantidad repartida por toda su superficie apenas
supone un grosor de 120 nanómetros, unas 200 veces más fino que un
cabello humano. Aunque parezca insignificante, gracias a este baño dorado
el espejo refleja el 98 % de la luz infrarroja que recibe, cuando los espejos
habituales de aluminio se quedan en un 85 %.

Un gran parasol consigue mantener a unos -220ºC los espejos evitando


las radiaciones del Sol, de la Tierra y de la la Luna

Para mantener a Webb frío, los parasoles deben proteger a los espejos y
los instrumentos del calor del sol. Su parasol de cinco capas protege al
telescopio de la radiación del Sol, de la Tierra y de la la Luna. Es como si
tuviera una protección solar SPF 1 millón.

Si el espejo de Webb tuviera la misma temperatura que el del telescopio


espacial Hubble, la tenue luz infrarroja de galaxias distantes se perdería en
el brillo infrarrojo del espejo. Por lo tanto, Webb debe estar muy frío y
mantener su forma con sus espejos a unos -220 grados C.

Para poder viajar en un cohete de lanzamiento el TEJW se pliega y


despliega como un 'transformer'.

El Webb tiene que viajar en el limitado espacio del cohete de lanzamiento,


un Ariane 5 de la Agencia Espacial Europea. ¿Cómo lo harán? Para poder
mandar al espacio un telescopio con un espejo y un escudo térmico tan
grandes se ha pensado en una solución muy creativa: el James Webb tendrá
que encogerse en un ejercicio de papiroflexia.
Los segmentos del espejo son plegables, al igual que el escudo térmico, la
antena y el panel solar. Cuando el aparato alcance su órbita el telescopio
empezará a desplegarse.
El lanzamiento del Webb ha sufrido varios aplazamientos por problemas
técnicos

Primero estaba pensado que se pusiera en órbita en la primavera de 2018,


pero luego se pospuso hasta octubre de 2019 y, posteriormente, a mayo de
2020. Varios incidentes en unas pruebas retrasaron de nuevo el lanzamiento
del telescopio, durante casi un año. La pandemia de COVID-19 volvió a
alterar los planes de Webb. Programaron un nuevo lanzamiento a mediados
de diciembre del 2021, y lo han tenido que posponer hasta en tres ocasiones
más por problemas de comunicación entre el telescopio y su cohete.
Finalmente parece que la ventana de lanzamiento más apropiada por las
condiciones meteorológicas será el 25 de diciembre.

El proyecto es faraónico y ha alcanzado un presupuesto desorbitado.

Cuando se concibió a principios de la década de 2000, el presupuesto


estimado del James Webb era de 1.000 millones de dólares. En pocos años,
aumentó a hasta los 6.500 millones de dólares. La presión de la comunidad
científica consiguió evitar que el proyecto se cancelara. La factura superará
los 8.000 millones de dólares. Su vida útil será de unos 10 años ya que
viajará demasiado lejos de nuestro planeta como para poder repararlo en el
espacio.
CEREBROS SIN FRONTERAS

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