Está en la página 1de 13

Modelos productivos

¿A qué se denomina modelo productivo? ¿Por qué se habla de antiguos y nuevos


paradigmas en ellos? ¿Por qué estudiamos eso en psicología laboral? Intentaremos
responder estas preguntas, con la intención de aprehender los conceptos principales
de la temática, reconocer y comprender cualquier actividad productiva presentada y,
además, pensar posibles acciones para una organización actual.

Modelos productivos

Referencias
Lección 1 de 2

Modelos productivos

¿Qué son los modelos productivos? 

No existe un consenso definitivo sobre qué es un modelo productivo. 

Las variables más ponderadas en la bibliografía respecto a la


construcción (…) se refieren a las características del producto
(único o diverso) y el proceso de producción (repetitivo,
estandarizado o variable), la relación mercado-producto-cliente
(estable o variable, stock o a pedido) y las técnicas mayormente
utilizadas (mecanización, sustitutivas o no de mano de obra).

(…) [Podría entonces definirse los mismos] como compromisos


de manejo de empresas que permiten implementar
duraderamente y con beneficio, una de las estrategias de
ganancia viables en el marco de los modos de crecimiento de
los países en los que las empresas organizan sus actividades,
gracias a medios (política-producto, organización productiva y
relación salarial) coherentes y aceptables para los actores
involucrados. (Frassa, 2008, pp. 2-3)

¿Por qué se habla de modelos o paradigmas? 

El concepto de paradigmas científicos fue establecido por Kuhn. Los


paradigmas sirven, en cierto momento histórico, como “marco de reflexión,
una cierta concepción del mundo, que incluye una definición de los
problemas considerados más relevantes y los conocimientos necesarios
para resolverlos” (Neffa, 1999, p. 40). Puede aplicarse a los modelos
productivos que rigen en determinado lugar y determinada época. Las
mismas etapas de evolución que mencionaba Kuhn para los paradigmas
científicos pueden trasladarse a los paradigmas productivos que fueron
dándose a lo largo de la historia de la humanidad.

El vínculo se establece porque los avances científicos tecnológicos siempre


tuvieron influencia sobre los modelos productivos implementados y sus
crisis. Algunos ejemplos de ellos fueron el invento de la máquina de vapor (lo
cual permitió la Revolución Industrial) y los ferrocarriles, que tuvieron impacto
trascendental en la forma de vida, la organización del trabajo, la migración
desde zonas rurales hacia las ciudades, etcétera. Como puede observarse,
los modelos productivos impactan en el trabajo y, por ello, en gran parte de la
vida (y la calidad de la misma) de las personas, por lo que no solo tienen que
ser entendidos como paradigmas económicos, sino también sociales. Este
tipo de cambios son innovaciones que destruyen estructuras previas y crean
otras nuevas. 

(…) un nuevo paradigma emerge luego de que se produce un


proceso de transformación estructural y comienza a
desarrollarse cuando el anterior “ciclo largo” se encuentra
todavía en su fase depresiva; pero sólo se establecería un nuevo
régimen tecnológico dominante luego de una crisis de ajuste
estructural, incluyendo grandes cambios sociales e
institucionales, con impacto sobre el conjunto de ramas de la
economía. 

(…)

El nuevo paradigma o modelo productivo emerge primero de


manera gradual como un nuevo tipo ideal de organizar la
producción, para desarrollarse luego más rápidamente, cuando
el impacto del nuevo factor comienza a ser cada vez más visible
en la estructura de costos. Históricamente los mayores cambios
de paradigma han sido el resultado de una activa y prolongada
búsqueda emprendida cuando se percibe que se han
encontrado ciertos límites en la situación anterior. (Neffa, 1999,
p.41)
¿Por qué interesan a la psicología laboral?

Interesan porque los modelos productivos dominantes son los que


determinan cómo se organiza la fuerza laboral y los contextos
organizacionales donde las personas trabajan en un determinado lugar, en
un momento histórico. 

Desde el rol del psicólogo laboral velamos por el bienestar de las personas en
los ámbitos productivos. A su vez, como parte de una organización,
pretendemos idear y propiciar mejoras en el quehacer y desempeño
(producción y organización del trabajo, con tendencia a generar
organizaciones saludables). Es por todo ello que debemos estar
familiarizados con las lógicas y condiciones que se sucedieron a lo largo de la
historia y las que suceden en la actualidad, desde los modelos productivos
dominantes y las novedades que se presentan en cada realidad.

La importancia del contexto

La producción está ligada a la economía, a las características de cada


sociedad y a cómo las personas se organizan para generar los recursos
necesarios para cubrir ciertas necesidades en dichas condiciones. Todo esto
hace necesario pensar que, cuando hablamos de un modelo productivo
también referenciamos un momento socioeconómico particular, en el cual el
mismo tuvo lugar.

Es primordial analizar los contextos históricos, sociales, económicos y


culturales que se dan como condiciones facilitadoras para el auge o la crisis
de determinados modelos productivos. Habrá un contexto global compartido,
pero también un contexto local con condiciones particulares. Históricamente
se evidencia la multiplicidad de modelos productivos que no constituyen
recetas rígidas, sino que su implementación siempre dependerá del contexto
socioeconómico específico en el que se aplique. En la bibliografía obligatoria
de la materia se presentan textos que abordan los distintos modelos
productivos, tanto desde una perspectiva mundial como a nivel local. Resulta
importante la lectura de las condiciones particulares del lugar que habitamos,
desde lo macro a lo micro.

Principales modelos productivos 

Viejo modelo productivo

Desde comienzos del siglo XX, década de 1910, hasta mediados de la


década de 1970 puede hablarse del “viejo modelo productivo”. Caracterizado
por dos modelos principales, el taylorismo y el fordismo. “El primero de esos
procesos estaba estructurado (…) sobre la racionalización y organización
científica del trabajo. El segundo le incorporó la mecanización de las tareas y
la banda transportadora” (Neffa, 1999, p. 42). 

[De manera general, el viejo modelo productivo] se


caracterizaba por la dominación de grandes empresas
organizadas jerárquicamente y la producción masiva de
productos homogéneos, utilizando máquinas herramientas de
propósitos únicos. Eran productos eran de baja complejidad,
poco sensibles al progreso tecnológico. La división del trabajo
estaba condicionada por la dimensión del mercado; los procesos
de trabajo tayloristas y fordistas implicaron una simplificación
del trabajo, pocos requerimientos en materia de calificaciones y
competencias profesionales, menor autonomía de los
trabajadores. (Neffa, 1999, p. 42)

El contexto social en el que prosperó este paradigma era uno de intensa


urbanización e inicio de un régimen de acumulación de bienes durables
como, por ejemplo, viviendas, automóviles y electrodomésticos. La
educación pública masiva proporcionaba, a las empresas, empleados que
sabían leer y escribir y que habían sido disciplinados para el trabajo.

Crisis del viejo modelo productivo


A partir de mediados de la década de 1970, el viejo modelo comenzó a
mostrar dificultades para incrementar su productividad, al presentar límites
económicos, sociales y técnicos. Las causas principales de una profunda
crisis del paradigma socio-productivo vigente fueron “la mundialización y la
crisis del proceso de trabajo” (Neffa, 1999, p. 45).

Por un lado, “los Estados de todos los países, incluso los de mayor potencial
económico, pierden su capacidad de llevar a cabo un desarrollo totalmente
autocentrado e independiente, basados en sus propios mercados” (Neffa,
1999, p. 45). Así, surgieron prácticas alternativas de producción en un
contexto de globalización y comercio internacional.

Por otro lado, “la producción masiva de largas series de productos


homogéneos, característica de dicho paradigma productivo, ya no se adecua
a la nueva conformación de la demanda” (Neffa, 1999, p. 48), debido a que el
auge del proceso de urbanización había entrado en una meseta y el viejo
modelo presentaba una rigidez que le impedía adaptarse rápidamente a los
cambios de la demanda. A su vez, hubo mayor acceso a la educación y esas
personas fueron más exigentes en cuanto a las condiciones laborales
requeridas. Las organizaciones necesitaban adaptarse a un contexto
cambiante y cada vez más competitivo. Apareció un modelo más flexible,
orientado a escuchar la demanda del cliente para hacer productos
heterogéneos. Las empresas japonesas fueron el modelo de la época y los
nuevos modelos productivos.
Nuevo modelo productivo

Desde el decaimiento del viejo modelo productivo, y bajo las características


que suscitaron su crisis, el escenario de salida estuvo marcado, a nivel global,
por el neoliberalismo con austeridad salarial, flexibilidad laboral y el libre
funcionamiento de los mercados. El nuevo modelo proponía, a saber.

1 Reducción de los costos laborales por vía de los salarios.

2 Flexibilización, tanto externa (en cuanto al uso de la fuerza de


trabajo y para abaratar y facilitar los despidos) como interna (para
aumentar la movilidad de la mano de obra y adaptar sus horarios a
los requerimientos de la empresa).

3 Descentralización del sistema de relaciones de trabajo para situarlo


a nivel empresarial (con un marcado retiro del Estado como agente
regulador).

“Para volver a crecer sería necesario desarrollar los sectores


vinculados con las tecnologías de la información y las
comunicaciones, e incorporar masivamente nuevas innovaciones en
materia de productos, que estimulen las inversiones, la productividad,
los ingresos y la demanda” (Neffa, 1999, p. 55).
Algunos autores proponen la especialización flexible como alternativa al viejo
modelo. 

El camino hacia la prosperidad estaría constituido por la


automatización integrada y flexible implementada junto con
innovaciones en materia de organización industrial. Para esos
autores habría concluido definitivamente la época de la
producción masiva de series largas de productos homogéneos
fabricados por grandes empresas, con inversiones indivisibles,
que integraban verticalmente su producción. (Neffa, 1999, p. 57)

Sin embargo, fue el modelo de producción magra (lean production) el


principal de los nuevos modelos productivos. “La formulación de este modelo
es el resultado de los cada vez más frecuentes estudios comparativos sobre
la competitividad empresarial entre unidades productivas japonesas y del
resto del mundo” (Neffa, 1999, p. 59). Algunas variantes de esta producción
son: toyotista (ejemplo típico de la producción magra), slaonista y hondismo.

Más adelante trataremos en profundidad las características de todos los


modelos nombrados, para facilitar su comprensión y estudio.
Tabla 1: Comparativo viejos y nuevos modelos productivos

Descripción: a continuación, se intenta mostrar, de manera comparativa y


con fines didácticos, las principales diferencias existentes entre los viejos y
nuevos modelos productivos.

Variable Viejo paradigma Nuevo paradigma


Mano de obra Poco calificada. Calificada.
Trabajadores Desvalorizados. Más valorados.
Productos Homogéneos. Heterogéneos.
Producción Rígida. Flexible.
Organización Verticalista/ centralizada. Horizontal/
jerárquica descentralizada.
Fuente: elaboración propia.

Dicho cuadro muestra las principales diferencias entre los modelos


productivos, aunque es necesario comprender que “los procesos no son
lineales ni simétricos, ningún modelo se reproduce de manera similar en
diversos contextos y escenarios” (Frassa, 2008, p. 4). Lo que deriva en que
tampoco “puede plantearse una transición generalizada desde el modelo
taylorista-fordista al paradigma del ‘postfordismo’” (Frassa, 2008, p. 3). 
La salida del modelo precedente y la implementación de uno
nuevo (…) puede seguir diferentes caminos: (…) la copia del
modelo considerado más exitoso; la hibridación de modelos
para hacerlos compatibles con las realidades nacionales; o la
construcción de un nuevo modelo productivo nacional que se
apoye en las instituciones y regularidades (…) de cada país.
(Frassa, 2008, p. 3) 

C O NT I NU A R
Lección 2 de 2

Referencias

Frassa, J. (2008). Tendencias globales y locales en los nuevos modelos de


producción y organización del trabajo. Apuntes para la discusión. Trabajo y
sociedad. Indagaciones sobre el trabajo, la cultura y las prácticas políticas en
sociedades segmentadas, X (11), pp. 1-14. Recuperado de
https://www.unse.edu.ar/trabajoysociedad/FRASSA.pdf.

Neffa, J. C. (1999). Crisis y emergencia de nuevos modelos productivos. En


de La Garza Toledo, E. (comp.), Los retos teóricos de los estudios del trabajo
hacia el siglo XXI, pp. 39-70. Buenos Aires: CLACSO, Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales. Recuperado de
http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20101102030206/5neffa.pdf.

También podría gustarte