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GOBERNANZA PARA LA PAZ: AUMENTO DE CAPACIDADES PARA

FORMULACIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN ACACÍAS - META.

PROYECTO DE INTERVENCIÓN

MAESTRÍA EN ESTUDIOS DE PAZ Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

PAULA TRILLERAS TRIANA

NANCY RUMIE GUEVARA

DIRECTOR:

MANUEL ERNESTO SALAMANCA

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

MARZO DE 2019
TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN......................................................................................................................... 1
1. PROBLEMA ............................................................................................................................ 3
1.1. Preguntas de Investigación ............................................................................................... 7
1.2. Justificación ...................................................................................................................... 8
1.3. Objetivos ......................................................................................................................... 10
2. MARCO CONCEPTUAL ........................................................................................................ 10
2.1. Contenidos mínimos exigibles de paz y para la paz ........................................................ 13
2.2. Obligaciones de las autoridades en materia de paz y derechos humanos ...................... 16
2.3. La gobernanza para la paz como materialización del posconflicto en Colombia ............. 16
2.4 Derechos Humanos. ........................................................................................................ 18
2.5. Derechos humanos en el marco del posconflicto ............................................................ 22
2.6. Política Pública ............................................................................................................... 24
2.7. Los planes municipales de desarrollo como instrumentos de paz y realización de los
Derechos Humanos ............................................................................................................... 25
2.8. Mecanismos de protección de los Derechos Humanos: .................................................. 27
2.9. Educación para la paz y Agendas para la paz................................................................. 31
2.10. Contexto del Municipio Acacías .................................................................................... 33
3. METODOLOGÍA: ................................................................................................................... 37
3.1. Participantes: .................................................................................................................. 38
3.2. Facilitadores:................................................................................................................... 38
3.3. Duración ......................................................................................................................... 39
3.4. Lugar de realización: ...................................................................................................... 39
3.5. Procedimiento: ................................................................................................................ 39
3.6. Ejes Temáticos ............................................................................................................... 40
3.6. Técnicas de Recolección de Información ........................................................................ 41
4. PROYECTO GOBERNANZA PARA LA PAZ: AUMENTO DE CAPACIDADES PARA
FORMULACIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN ACACIAS – META. ....................................... 42
5. RESULTADOS ...................................................................................................................... 55
6. CONCLUSIONES .................................................................................................................. 57
7. RECOMENDACIONES.......................................................................................................... 58
8. IMPACTO .............................................................................................................................. 59
BIBLIOGRAFÍA ......................................................................................................................... 60
ANEXOS ................................................................................................................................... 63
1

INTRODUCCIÓN

En un momento en el cual Colombia está involucrada activamente en el proceso


de postconflicto, se generan nuevos retos que conllevan a la materialización efectiva de
la paz, especialmente en aquellas regiones que han sido fuertemente sacudidas por la
violencia. Este es el caso del municipio de Acacías-Meta, en el cual tradicionalmente se
han desarrollado diferentes espacios conflictivos que se reflejan en las dinámicas y en
el tejido social del sector.
En efecto, Acacías ha estado impactada por la presencia de grupos armados hoy
desmovilizados, grupos de autodefensas y bandas delincuenciales que aprovechan el
estado de indefensión y victimización generado por los grupos armados. Como
consecuencia de dicha situación, existe también un importante grupo de familias
afectadas por los desplazamientos.
Además de la violencia endógena, Acacías constituye un polo de migración
debido a la presencia del sector hidrocarburos, lo cual implica la existencia de
situaciones conflictivas derivadas de la convivencia de personas de distintas
procedencias.
En el municipio de Acacias – Meta, se vienen adelantando acciones en el marco
de los derechos humanos. El plan de desarrollo de 2012 al 2015, se inició incluyendo
algunas líneas de trabajo en derechos humanos establecidas en el periodo de 2016 a
2019. En este periodo, se incluyó una meta especifica en el marco de los derechos
humanos, así mismo se le asigno recursos económicos, que, comparado con los otros
28 municipios del departamento del Meta, es el más alto.
En este sentido la autoridad municipal, ha creado instancias de interlocución,
entre ellas, la creación del comité de derechos humanos donde participa el alcalde
quien lo preside, la secretaria de gobierno quien tiene la secretaria técnica, los
secretarios de despacho, instituciones municipales, departamentales y del orden
nacional, lideres representantes de cada uno de las poblaciones con enfoque diferencial
( Afros, Indígenas, Jóvenes, Discapacidad, Adulto Mayor, Mujeres, Lideres de Derechos
Humanos) y fuerza pública, en este comité se identifican los escenarios de riesgo y se
elabora un plan de trabajo anual.
2

Acacías es el único municipio de Departamento del Meta que tiene La mesa


municipal de garantías de defensores de derechos humanos, además de la gobernación
y esta creada mediante resolución, en esta mesa participan los representantes de cada
una de las poblaciones con enfoque diferencial, la Procuraduría, La Fiscalía, La
Defensoría, Policía Nacional, Unidad Nacional de Protección. Esta mesa la presiden el
señor alcalde y la secretaria de gobierno y tiene como objetivo, prevenir, investigar y
generar acciones para no repetición.
Así mismo en el municipio se desarrollan otras actividades para empoderar el
municipio en derechos humanos, entre ellas, se capacita a los funcionarios de todas las
instituciones en temas de derechos humanos y paz, se trabaja con líderes de derechos
humanos, desarrollando diplomados que tiene contenidos de derechos humanos,
resolución de conflictos, concesos, entre otros, se realizan campañas de prevención de
la estigmatización y campañas acerca de los mecanismo de participación, se hacen
cuñas y programas radiales en temas de derechos humanos, se trabaja en los colegios
con pedagogía en derechos humanos y paz.
Igualmente se ha instalado un espació de agendas de paz, donde participan
diferentes sectores sociales del municipio, líderes de derechos humanos, campesinos,
población con enfoque diferencial. La metodología que se utiliza es participativa, donde
se identifican las diferentes problemáticas que más afectan el municipio, se identifican
actores principales, y se acuerdan líneas de acción.
Sin embargo, a pesar de las diferentes actividades que se desarrollan en el
municipio de Acacias, existen sectores que no participan por diferentes motivos, el
principal es por ideología política, lo que hace que se polarice el municipio y no se
pueda reflejar el impacto de los procesos. Otro factor que dificulta las actividades es el
tiempo que se manejan en los entes territoriales para contratación de profesionales.
Esto conduce a la necesidad de instaurar mecanismos de intervención que
permitan generar espacios de sana interrelación, así como la resolución de conflictos
siguiendo los lineamientos establecidos por el Estado en el proceso de posconflicto.
Para ello, es fundamental un enfoque desde la perspectiva de los derechos humanos
que garantice el sustrato necesario para el respeto a los principios que garantizan la
dignidad y la vida.
3

De acuerdo a lo anterior, en la presente investigación se establece una


propuesta de intervención en gobernanza para la paz dirigida a líderes y lideresas
comunitarios, en el cual se pone en relevancia el protagonismo de los distintos actores
sociales en la identificación de problemas y generación de soluciones orientadas a
atenuar los conflictos y desarrollar el clima de convivencia, atendiendo además su
eventual implementación en las políticas públicas de acuerdo al deber de las
autoridades a establecer los mecanismos necesarios para garantizar los derechos
humanos y la paz.

1. PROBLEMA

El conflicto armado en Colombia ha tenido una larga evolución, plagada de


matices, obstáculos y en especial, de incontables víctimas. En el proceso de
postconflicto, se plantean retos que exigen afrontar los cambios sociales y políticos para
los nuevos escenarios de convivencia. Uno de estos retos lo constituye el desarrollo de
agendas de gobernanza en la gestión de la paz en las regiones más afectadas por la
violencia armada y desde allí, atender las principales problemáticas que tienen
incidencias de mayor alcance.

En el municipio de Acacias – Meta, se vienen desarrollando acciones en materia


de Derechos Humanos y Paz. Sin embargo, actualmente no se cuenta con una política
pública de paz y derechos humanos que oriente y apoye a la población en aras de
reclamar sus derechos, lo cual posibilita que persistan las falencias en una perspectiva
más amplia de Derechos Humanos.

En temas de seguridad y convivencia ciudadana, el municipio de Acacías registró


hasta hace 2 años la presencia del Frente 53 de las FARC y algunas disidencias del
Ejército Revolucionario Popular Anticomunista de Colombia – ERPAC y las BACRIM en
el corredor de las Veredas Manzanares, Vista Hermosa, San Cristóbal y Fresco Valle

Actualmente, el escenario de riesgo está determinado por la presencia de


presuntos integrantes de Grupos Armados posdesmovilización de las AUC,
autodenominados Bloque Meta (o Puntilleros), y presuntos integrantes de las
Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC o Clan del Golfo), quienes ejecutan una
serie de acciones selectivas e indiscriminadas en contra de la población civil.
4

El Sistema de Alertas Tempranas mediante informes de riesgo y notas emitidas


para el departamento del Meta, ha manifestado su preocupación por el proceso de
expansión territorial en el que se encuentran las AGC o Clan del Golfo. Dentro de las
pretensiones de esta agrupación armada ilegal se encontrarían el posicionamiento en
zonas rurales y urbanas con proyecciones económicas asociadas a megaproyectos
extractivos y energéticos, la construcción/mejoramiento de corredores viales, o la
destinación de predios rurales para fines de recreo.

Es importante mencionar que estas agrupaciones con el propósito de lograr el


control territorial, se presentan ante las comunidades como una alternativa de
protección frente a la inseguridad, que según argumentan, es generada en contextos
urbanos por jóvenes consumidores de drogas y delincuentes. De este modo, como lo
han hecho en otros lugares del país, se han anunciado como los restauradores de la
seguridad ciudadana y para esto presionan a la población para obtener financiamiento
mediante el cobro de cuotas extorsivas denominadas “pagos por protección”.

Si bien en el municipio de Acacías no se tiene constancia de la presencia de


cultivos ilícitos, se ha evidenciado la existencia de organizaciones dedicadas al micro
tráfico que utilizan al municipio como corredor de movilidad para el transporte de
insumos y estupefacientes.

Por sus características económicas, al constituir un gran foco de desarrollo del


sector de hidrocarburos del departamento del Meta, el municipio de Acacías está
sometido a grandes cambios en sus dinámicas sociales y culturales, lo cual lleva a un
contexto donde se crean espacios de la criminalidad y de los fenómenos de violencia.

Según un informe del Centro de Estudios de la Orinoquía (2015), en 2010,


Acacías alcanzó una tasa de homicidios de 49 por 100.000 habitantes que se mantuvo
en 2011 y fue la más alta en el periodo comprendido entre 2010 y 2014. En esta línea,
se observó un descenso en la tasa de homicidios en el municipio en el periodo 2013-
2014 al pasar de 20 casos en 2013 a 14 en 2014, lo que implica una reducción del 30%.
Si bien es cierto que las tasas de homicidios no son las más altas del departamento,
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algunas de estas han sido relacionadas con sicariato y ajustes de cuentas entre grupos
armados y con el tráfico de drogas.

La situación de violencia en la región también se vincula con el riesgo al que


están expuestos los líderes comunitarios y defensores de los derechos humanos.
Desde que el 26 de agosto de 2016, cuando se dio a conocer en La Habana el Acuerdo
final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera,
en distintas regiones del territorio nacional arreciaron las amenazas y atentados en
contra de líderes sociales y comunitarios, especialmente aquellos que desarrollan
actividades asociadas a la defensa de sus territorios, de oposición a proyectos
extractivos y particularmente, en relación con aquellos dedicados a hacer pedagogía
para la paz y a apostar por la construcción de la paz territorial en el marco del
Posacuerdo con las FARC EP. (Informe de Riesgo N° 010 de 2017, Defensoría del
Pueblo).

Dicha situación ha sido reconocida por el Gobierno Nacional, por la Oficina del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y por diferentes
organizaciones defensoras de derechos humanos. En este contexto, el Defensor del
Pueblo, Carlos Alfonso Negret Mosquera, reconoció que los líderes y defensores de
DD.HH. se encuentran expuestos a un alto riesgo debido a su trabajo en pro de la paz
(Defensoría del Pueblo, 2017)

En un primer recuento, la Defensoría del Pueblo, a través del Sistema de Alertas


Tempranas, señaló que en el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2016 y el 20
de febrero de 2017, se registró al menos 120 homicidios, 33 atentados y 27 agresiones,
siendo las víctimas líderes sociales y defensores de derechos humanos quienes
desarrollaban sus actividades en los departamentos de Antioquia, Arauca, Atlántico,
Bolívar, Caquetá, Casanare, Cauca, Cesar, Córdoba, Cundinamarca, La Guajira,
Magdalena, Meta, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Risaralda, Santander, Tolima
y Valle del Cauca. (Informe de Riesgo N° 010 de 2017, Defensoría del Pueblo).

Además de la concentración geográfica y temporal de los homicidios, se


observan algunos elementos que permiten evidenciar un patrón generalizado en los
ataques contra los líderes sociales, comunitarios y defensores de derechos humanos:
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Por lo menos el 69% de las víctimas desarrollaban su labor de organización comunitaria


e impulso de acciones de reivindicación de derechos en zonas rurales; por lo menos el
25% de las víctimas eran líderes de pueblos y comunidades indígenas y la mayor
afectación sobre este sector de la población se registró en el departamento del Cauca
con un total de 19 víctimas pertenecientes a grupos étnicos.

En Acacias, como en otros centros urbanos, los grupos armados ilegales


posdesmovilización de las AUC suelen actuar por medio de terceros, a partir de la
configuración de redes locales que involucran bandas delincuenciales, pandillas y
combos, con capacidad de control, vigilancia y conocimiento del territorio. Estas
estructuras cuentan con un fuerte arraigo territorial en los barrios, adoptan prácticas
violentas y buscan identidad y respeto colectivo. Una inadecuada aproximación social e
institucional a estas colectividades, les ha hecho durante un poco más de una década,
especialmente susceptibles de ser instrumentalizadas por los órdenes de violencia
ilegales.

La utilización de estas pandillas, combos y parches, permite a los grupos


provenientes del paramilitarismo contar con una fuente permanente de nuevos
“reclutas” para el expendio de alucinógenos, vigilancia, sicariato y cobro, a la par de
convertirse, paradójicamente, en víctimas de las llamadas “limpiezas sociales”, cuando
los grupos armados consideran a bien replantear sus acuerdos bajo una lógica de
costo-beneficio; todo ello ocurre en una bajo una visibilidad reducida por parte de las
autoridades del Estado. De esta forma, y bajo el principio de la “Superposición de
violencias” las diversas formas de violencia se nutren entre sí y se reproducen. Dichas
violencias incluyen las que se derivan de la delincuencia común organizada, aquellas
de la esfera privada y las relacionadas con la actividad de grupos armados ilegales que
participan en el conflicto armado, cuya interacción “genera un ambiente de anomia,
impunidad e incentivo al delito, lo que incrementa las diferentes formas de violencia e
inseguridad” en el territorio. (Nota de Seguimiento 019-15).

Dicha superposición de violencias, lejos de representar una proliferación


‘anárquica’ de la violencia, ha generado órdenes especializados de la misma y
conveniencias entre manifestaciones violentas. Se trata de conflictividades diversas en
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las cuales se expresan por un lado la violencia social y cultural, y por la otra, la violencia
política. Asimismo, según propone Bush (2003) es necesario entender que la violencia
se desarrolla en el nivel micro de los individuos, el nivel meso de las comunidades y el
nivel macro de los países o regiones y por tanto, su intervención debe considerar dichos
espacios.

Si bien por las características de los procesos organizativos en los territorios,


algunas de las víctimas pertenecen simultáneamente a varias organizaciones (de
víctimas, campesinas, indígenas, comunales, entre otras, que a su vez están adscritas
a procesos de nivel regional o nacional), se observa un alto nivel de afectación sobre
líderes de Juntas de Acción Comunal, tanto en zonas rurales como en sectores
periféricos de las cabeceras municipales. (Informe de Riesgo N° 010 de 2017,
Defensoría del Pueblo).

Frente a la situación anteriormente descrita, el escenario en Acacías muestra dos


problemas fundamentales:

1. Si bien los Derechos Humanos son un componente importante dentro del


plan de Desarrollo municipal “Para Vivir Bien, Acuerdo N° 394 de 2016”, de Acacías-
Meta, establecido específicamente en el Capítulo 1, del eje estratégico “Sostenibilidad
para Vivir bien y en paz”, en la práctica no se evidencia una ruta efectiva para el
cumplimiento de dichos preceptos.

2. No existe un procedimiento idóneo para denunciar las problemáticas de


derechos humanos ni se evidencia la manera de articulación con las distintas instancias
rectoras de las políticas públicas en la región.

1.1. Preguntas de Investigación


Teniendo en cuenta lo anterior, el presente documento pretende dar respuestas a
las siguientes preguntas ¿La capacitación en gobernanza para la paz contribuye a la
formulación e implementación de políticas públicas? ¿Qué componentes de formación
debe tener la capacitación en gobernanza para la paz que permita crear habilidades en
los líderes sociales del Municipio de Acacias - Meta? ¿La capacitación en gobernanza
para la paz puede incidir en el empoderamiento de habilidades de líderes sociales para
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participar en la formulación consensuada de una política pública de paz y derechos


humanos para el Municipio de Acacías?

1.2. Justificación
En el contexto actual de Acacías para la generación de gobernanza para la paz
es necesario considerar la posibilidad de cambio y transformación a partir de la
inclusión de estrategias de intervención que permitan minimizar el impacto del conflicto.
Debe señalarse que cualquier intervención que se realiza en una región propensa al
conflicto y la violencia, genera inevitablemente efectos en la paz, ya que la acción en sí
misma implica una modificación de las situaciones que generan el conflicto.

Un conflicto puede describirse como una discordancia de acciones, diferencias


con respecto a sentimientos o a los efectos que tiene una acción, así como el
antagonismo entre ideas, principios e intereses que pudieran ser expresados a través
de acciones hostiles como discusiones, agresiones o la propia guerra. El conflicto
también considera la incompatibilidad de ideas y escogencias con otros y la
interferencia en los deseos y objetivos o en la percepción de los efectos de un evento
dado.

Un conflicto puede ser una situación momentánea o transitoria que puede ser
resuelta a través de acciones sencillas que impliquen el diálogo, a esto se le conoce
como construcción de la paz. En tal sentido, la vía de resolución de los conflictos no es
lineal ya que un proyecto puede fracasar en sus procesos de desarrollo y evaluación,
pero puede tener éxito según criterios más amplios de construcción de paz. Por otro
lado, puede suceder que un proyecto sea exitoso en cuanto a los procesos de
desarrollo, pero fracasar en cuanto a su impacto en la paz. (Bush, 2003)

Para apoyar la conceptualización de la construcción de paz, es necesario


considerar el aporte fundamental de Lederach (2008), quien propone que la estrategia
de construcción de la paz conlleva la transformación de conflictos desde su base, lo
cual supone un enfoque a largo plazo que considera tanto la dimensión estructural
como la relacional y cultural. Por ello pone énfasis en los cambios que se producen en
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los individuos, en el sistema de relaciones, en las culturas y finalmente, en los países de


acuerdo a su propia experiencia de superación de los conflictos violentos.

Desde esta perspectiva, la construcción de paz debe plantearse como un


instrumento que suscita nuevas relaciones y actuaciones, requiriendo de la participación
activa de las personas afectadas y la contextualización de categorías a situaciones
determinadas. Por ello, este enfoque tiene tres elementos: primero trasladar el marco
conceptual a categorías prácticas y específicas de la investigación que facilita un diseño
estratégico. Segundo, categorías que deben integrarse en todo lo global y tercero, las
categorías que deben conducir a forma de acciones concretas. (Lederach, 2008).

En este proceso es fundamental la creación de capacidades en las personas,


reconociendo la posibilidad de un nivel cada vez mayor de aprendizajes y conciencia.
Desde este enfoque, la palabra capacidad está vinculada al concepto de habilitación,
que a su vez está relacionada con un desafío en un proceso que conlleva a la
transformación de los individuos y las comunidades. Así, la capacitación o construcción
de capacidades se refiere al proceso de reforzar las actitudes y conocimientos
inherentes a las personas con relación al desafío del conflicto en su contexto y
desarrollar la filosofía orientada a la adopción de nuevas medidas proactivas para
conseguir el cambio deseado. (Lederach, 2007).

Al plantear la estructura para la resolución del conflicto, Lederach considera una


tríada que integra a las personas (emociones, necesidades, percepciones); el proceso
(desarrollo del conflicto, canales de comunicación, discurso, requerimientos para el
diálogo) y el problema (intereses de los actores, diferencias y valores que les separan).
Desde allí, para la construcción de paz, se requiere un diseño que permita considerar
varios contextos y situaciones a partir de tres aspectos: realidad, transformación y
futuro deseado.

La construcción de paz requiere de capacidades que apunten a una comprensión


más dinámica de la preparación que requiere un pensamiento universal y una base
firme en el contexto específico. En este tipo de formación los participantes se
convierten en recursos que generan ideas y estrategias más que en receptores de
modelos e información rutinarios, ya que las distintas capacidades representan la
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organización de categorías para facilitar y construir, basándose en la comprensión y el


conocimiento que las personas tienen del lugar y las dinámicas de sus conflictos.

Es por ello que la formación en gobernanza para la paz señala la necesidad de


que la población receptora desarrolle un grupo de capacidades que fundamenten el
diseño de la estructura para la construcción de la paz, desde las capacidades que
permiten identificar los siguientes elementos: 1. el desafío de articular un futuro
deseado; 2. la comprensión de la situación o crisis inmediata y 3. el trazado en líneas
generales de un enfoque estratégico que permita el movimiento o transformación de la
crisis al cambio deseado. (Lederach, 2008).

1.3. Objetivos
Objetivo General:
Generar un programa de capacitación en gobernanza para la paz a líderes sociales
orientado a la formulación de políticas públicas del Municipio de Acacias – Meta

Objetivos específicos:
Generar una revisión del tema sobre Construcción de paz, Derechos Humanos y su
relación con las políticas públicas.
Definir los mecanismos de protección de los Derechos Humanos y su pertinencia en la
construcción de paz.
Precisar los componentes de formación en gobernanza para la paz a incluir en el plan
de capacitación.
Implementar el programa en el grupo de líderes comunitarios.

2. MARCO CONCEPTUAL
Durante mucho tiempo se aceptó que la prevención de la guerra –y, por lo tanto,
la ausencia de conflicto armado– creaba un estado de paz, esto es, una situación y
relación mutua de grupos y sociedades que no están en guerra. Sin embargo, esta
acepción simplifica los distintos factores que intervienen en la situación, por tanto, las
discusiones centradas en los estudios sobre la paz aceptan tres ejes fundamentales en
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franca interrelación: la paz, la violencia y los conflictos, y las relaciones existentes entre
ellos (Checa, 2012).

La estrecha relación que existe entre la prevención de la guerra y la protección


de los derechos humanos, especialmente del derecho a la vida y a la integridad
personal, resulta más que evidente. El proceso de ampliación de los derechos humanos
reconocidos y protegidos en los ámbitos nacionales e internacional y la aceptación de
que tales derechos encuentran fundamento en la dignidad inherente del ser humano,
llevó a hacer comprender que la paz es un valor y un bien eminente de la humanidad
configurado por múltiples dimensiones que trascienden la simple ausencia de guerra.
En esta perspectiva se ha aceptado que la paz resulta ser condición ineludible para la
vigencia efectiva de los derechos humanos, pero que también es producto o
consecuencia del respeto de los derechos humanos. Lo anterior indica la estrecha
relación entre la paz y la violencia, lo cual permite considerar que la ausencia de uno de
los componentes no necesariamente conlleva a la presencia del otro; por el contrario,
entre ambos eventos media el cumplimiento de los principios elementales de garantía a
la vida y a la dignidad.

“La primera tarea para abordar el conflicto de raíz es trazar un mapa de la


formación del conflicto, las partes implicadas, los objetivos, los
enfrentamientos/temas de fondo. La tarea correspondiente tras la violencia es trazar
un mapa de la formación de la violencia, para comprender mejor cómo ha seguido
su diabólico curso el metaconflicto, sembrando el caos en y entre los seres
humanos, grupos, sociedades; dejando personas destrozadas por la guerra,
sociedades destrozadas por la guerra y un mundo destrozado por la guerra. La
guerra es un desastre creado por la acción humana (Galtung, 1990, p. 15).”

En tal sentido, la construcción de paz demanda conocer la naturaleza y la


dinámica de sus causas, de tal forma que exista alguna claridad mínima en torno a sus
causas.

La evolución del concepto de paz y su relación con el respeto por los derechos
humanos quedó plasmada en el Manifiesto de la Conferencia Internacional para la Paz
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y los Derechos Humanos que se reunió en Varsovia durante 1980. En él se advirtió que
“no puede haber paz verdadera en una sociedad en la cual se violan los derechos
humanos y las libertades fundamentales”. También se expresa en la Declaración y
Programa de Acción sobre una Cultura de Paz que aprobó la Asamblea General de la
ONU en 1999.

Conforme a esta declaración una cultura de paz es un conjunto de valores,


actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en:

a) el respeto a la vida, el fin de la violencia y la promoción y la práctica de la no


violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación;

b) el respeto pleno de los principios de soberanía, integridad territorial e independencia


política de los Estados y de no injerencia en los asuntos que son esencialmente
jurisdicción interna de los Estados, de conformidad con la carta de las Naciones Unidas
y el Derecho Internacional;

c) el respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las libertades


fundamentales;

d) el compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos;

e) los esfuerzos para satisfacer las necesidades de desarrollo y protección del medio
ambiente de las generaciones presentes y futuras;

f) el respeto y la promoción del derecho al desarrollo;

g) el respeto y el fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de mujeres y


hombres;

h) el respeto y el fomento del derecho de todas las personas a la libertad de expresión,


opinión e información;

i) la adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad,


cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles
de la sociedad y entre las naciones (…) (Organización de las Naciones Unidas.
Declaración sobre una cultura de Paz, 1999)
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2.1. Contenidos mínimos exigibles de paz y para la paz


La paz y el derecho a la paz no son conceptos unívocos. En torno a ellos se han
adelantado y se adelantan numerosos debates de carácter político, filosófico, ético e,
inclusive, ideológico. Todos esos debates proporcionan, sin lugar a duda, valiosos
elementos para la construcción de proyectos democráticos que ayuden a la creación de
entornos favorables a la convivencia y al ejercicio de la tolerancia activa y del pluralismo
en todas sus dimensiones. (Lozano, 2016).

Cuando se trata de diseñar políticas públicas en materia de paz y del derecho a


la paz, resulta indispensable trascender los acuerdos y los desacuerdos conceptuales
que se producen a su alrededor. En este caso se impone la necesidad de lograr
acuerdos básicos sobre el alcance y contenido del concepto de paz y del derecho a la
paz, de tal forma que resulte posible fijar de manera razonable las obligaciones
mínimas que corresponde cumplir a las autoridades nacionales con el propósito de
ejecutar esas políticas y que pueden ser reclamadas por las personas. (Lozano, 2016).

La determinación del alcance y contenido de la paz y del derecho a la paz, en el


contexto mencionado, debe llevarse a cabo dentro del marco de referencia conceptual y
doctrinario que proporcionan los postulados y las disposiciones de dos conjuntos
normativos que, con distintos alcances, comparten una misión común: proteger los
bienes jurídicos y las libertades fundamentales inherentes a la persona. Esos conjuntos
normativos son la Constitución propiamente dicha, el derecho internacional de los
derechos humanos (DIDH) y el Derecho Internacional Humanitario (DIH), que se
articulan en el llamado “bloque de constitucionalidad”.

Este es un concepto que tiene dos alcances en la jurisprudencia nacional:

a. La Constitución es un conjunto armónico y sistémico de preceptos.

b. La Constitución se encuentra compuesta por las disposiciones que ella consagra de


manera expresa, y por un grupo más amplio de reglas y normas de derecho que
comparten con rango de mayor jerarquía normativa en el orden jurídico interno.
(Lozano, 2016).

Del concepto de bloque de constitucionalidad derivan las siguientes


consecuencias:
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a. La Constitución Política debe interpretarse de manera global y sistemática. Conforme


a esta regla, toda la Constitución tiene vigencia y no solamente preceptos de la misma
individualmente considerados. Así, la interpretación de las disposiciones estrictamente
normativas debe hacerse de manera concordante con los valores y principios
enunciados en la Constitución (Corte Constitucional, 1994).

b. Los tratados internacionales que reconozcan derechos humanos cuya limitación se


encuentre prohibida durante los estados de excepción y los tratados de Derecho
Internacional Humanitario, hacen parte de la Constitución. Por la vía del bloque de
constitucionalidad en sentido estricto, se encuentran incorporados a la Constitución:

• La Convención Americana sobre Derechos Humanos

• El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos

• La Declaración Universal de Derechos Humanos (Corte Constitucional, 2007)

• Los Convenios de Ginebra de 1948 y sus protocolos adicionales (Corte


Constitucional, 1995)

• Algunos convenios de la OIT (Corte Constitucional, 2015)

c. Las siguientes disposiciones internacionales se encuentran integradas a la


Constitución por la vía de bloque de constitucionalidad en sentido amplio (Corte
Constitucional, 2002):

• Los tratados internacionales en los cuales se reconocen derechos humanos que


pueden ser afectados con mayores limitaciones durante la vigencia de estados
de excepción.

• La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

• La doctrina de otras instancias internacionales.

• Las recomendaciones y observaciones formuladas por organismos


internacionales que no tienen atribuciones judiciales.

• Las leyes estatutarias que regulan el ejercicio de derechos fundamentales.


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• Las leyes estatutarias que regulan los estados de excepción (Corte


Constitucional,2006)

• La Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas (Corte


Constitucional, 2002a)

La paz tiene, en el marco constitucional, un carácter multiforme. En efecto, se


trata de un valor (Preámbulo), de un fin misional del Estado social de derecho
colombiano (artículo 2), de un derecho fundamental (artículo 22), de un propósito que
debe perseguir la educación (artículo 67) y de un deber de la persona y del ciudadano
(artículo 95.6).

“Dentro del espíritu de que la carta política tuviera la vocación de ser un tratado de
paz, la asamblea constituyente protegió el valor de la paz de diferentes maneras en
varias disposiciones. Por ejemplo, en el preámbulo la paz figura como un fin que
orientó al constituyente en la elaboración de toda la constitución. En el artículo 2
dicho propósito nacional cardinal se concreta en un fin esencial del estado
consistente en “asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo”.
Además, el artículo 22 va más lejos al establecer que “la paz es un derecho y un
deber de obligatorio cumplimiento” (Corte Constitucional, 2006).”

El derecho a la paz es de aquellos que, dentro de una clásica visión de su


desarrollo histórico, hacen parte de los llamados derechos de tercera generación o
derechos de solidaridad. Estos se caracterizan, de un lado, porque se encuentran en
proceso de consolidación jurídica y doctrinaria, a diferencia de los derechos llamado de
primera y segunda generación, que disponen de un corpus iuris claramente
identificable. De otro, porque trascienden la apreciación de la persona como ser social y
aspiran a lograr la protección del género humano. Esto hace que resulte complejo
apreciarlos como derechos subjetivos en estricto sentido y que, consecuentemente, se
haya “sostenido que este tipo de derechos tiene un carácter proclamatorio debido a las
dificultades para que de ellos se predique la eficacia jurídica” (Corte Constitucional,
1992, en Lozano, 2016).
16

2.2. Obligaciones de las autoridades en materia de paz y derechos humanos


Los obstáculos que se encuentran para lograr la exigibilidad del derecho a la paz
no implican que resulte imposible identificar algunos de sus contenidos básicos. Así,
como queda visto, existe acuerdo en aceptar que la paz no solamente se realiza
cuando hay ausencia de violencia y de conflicto armado sino también, y de manera muy
especial, cuando la persona está protegida de manera eficaz contra la violación de los
derechos humanos y cuando puede gozar efectivamente de tales derechos en un
contexto de igualdad y no discriminación. En tal sentido, se puede afirmar que el
concepto de paz y de derecho a la paz es un concepto síntesis: se trata de un estado
de cosas que implica el pleno goce de los derechos humanos.

“La paz es, además, presupuesto del proceso democrático, libre y abierto, y
condición necesaria para el goce efectivo de los derechos fundamentales. el lugar
central que ocupa en el ordenamiento constitucional llevó a su consagración como
derecho y deber de obligatorio cumplimiento (Corte Constitucional, 1992).”

Ese goce únicamente se logra cuando las autoridades cumplen de manera


idónea las obligaciones que derivan de los principios éticos y disposiciones normativas
que prescriben, de una parte, los tratados de derecho internacional de los derechos
humanos y, de otra, la Constitución. De los primeros derivan las obligaciones de
respetar, garantizar y realizar. De la segunda, el deber de cumplir y defender la Carta
Política (artículo 122 C.P.) y de ejercer sus funciones en la forma prevista por la misma
y por la ley (artículo 123 C.P.). (Lozano, 2016).

2.3. La gobernanza para la paz como materialización del posconflicto en Colombia


Construir la paz significa evitar o reducir todas las expresiones de violencia, lo
cual exige desarrollar en las personas la idea de un mundo nuevo deconstruyendo los
discursos de violencia que se encuentran arraigados en la misma cultura. Esto implica
incorporar acciones individuales y colectivas que promuevan de manera coordinada en
la sociedad una nueva identidad (Duarte, 2018).
17

En la línea del planteamiento anterior, Mejía (1999) indica que pensar la paz no
es posible si no se alcanzan transformaciones profundas en los imaginarios aplicados
en lo cotidiano a partir de los cuales nos relacionamos con nosotros mismos y con los
demás, y desde los cuales se gesta la violencia en nuestros espacios de influencia.

Por ello, en la necesidad de elaborar nuevos discursos e imaginarios sobre la


paz, el modelo de concertación que se propone en el posconflicto considera la
necesidad de construir los procesos de desarrollo desde abajo, es decir desde los
planteamientos y acciones generados y consensuados localmente para promover
territorios de paz.

Esta nueva perspectiva se contrapone a modelos centralistas que han


caracterizado tradicionalmente el ejercicio político en Colombia, el cual ha otorgado un
rol protagónico a los actores nacionales o supranacionales, y un rol pasivo y receptivo a
los territorios y a sus poblaciones locales. (Madridejos y Salinas, 2018)

Desde esta propuesta se pone el acento en la construcción de una agenda de


paz con la acción de todos los actores que participan en los procesos socioculturales de
las comunidades, e implica una concepción del desarrollo desde las necesidades de las
personas, otorgando un papel fundamental a las instituciones locales como espacios
para atender las demandas. Por tanto, los territorios deben estructurarse a través de
una base social organizada y una agenda consensuada de desarrollo, que permita la
identificación de las posibilidades, potencialidades y las capacidades competitivas. En
consecuencia, este modelo de desarrollo se propone como modelo y herramienta para
las políticas públicas que posibiliten y viabilicen las condiciones de paz territorial, lo cual
resulta preponderante en las comunidades más afectadas por el conflicto y la violencia.

Desde este planteamiento, la nueva consideración de gobernanza en el


posconflicto debe posibilitar el ejercicio de un rol protagónico por parte de los actores
locales, estableciendo un diálogo que permita integrar las distintas miradas y generar
capacidades locales para la inclusión socioeconómica y el ejercicio democrático.

“Así queda expresado en el punto 1 en el que se establece que los planes


y programas acordados como parte de la RRI (Reforma Rural Integral)
deben tener un enfoque territorial, diferencial y de género que implica
18

reconocer y tener en cuenta las necesidades, características y


particularidades económicas, culturales y sociales de los territorios, de las
mujeres en todo su ciclo vital, de las comunidades rurales y de grupos en
condiciones de vulnerabilidad, garantizando la sostenibilidad
socioambiental” (Madridejos y Salinas, 2018.p. 9)

Uno de los problemas más evidentes en los territorios afectados por el conflicto
armado es que históricamente se establecieron modelos de interrelación que oponían
las comunidades frente a la institucionalidad, generando diferencias profundas entre los
actores territoriales, económicos y sociales, estableciendo un modelo de desarrollo
territorial que los enfrenta y antagoniza.

El proceso de posconflicto debe concentrar esfuerzos en la conformación y el


funcionamiento de estas estructuras territoriales a través de modelos que promuevan
iniciativas de participación ciudadana con incidencia política. Para ello debe propiciarse
una articulación en las políticas locales que serán sostenibles en la medida en que
puedan incidir en la toma de decisiones y vincularse a los procesos de planificación,
ejecución, seguimiento y evaluación, lo cual conlleva a nuevas visiones de gobernanza
regional.

Es así como la construcción de la paz territorial, más allá de la necesidad de


territorializar los acuerdos de paz y las políticas públicas según las particularidades
regionales, exige nuevos modelos de diálogo social, participación política y expansión
de los principios democráticos. De este modo, la construcción de paz se sustenta en la
posibilidad de transformar los conflictos sobre la base de redes de relaciones entre
personas y grupos, en la generación de plataformas para la interacción, en la capacidad
de dar forma a un entorno de confianza, y en la posibilidad de contar con instituciones
que favorezcan la acción colectiva. (Madridejos y Salinas, 2018.p. 9)

2.4 Derechos Humanos.


Todas las personas por el hecho de existir tienen derechos, los cuales deben ser
respetados por el Estado, sus autoridades y todos y cada uno de los individuos que
integran un grupo social. Por tanto, la atención de los Derechos Humanos se presenta
19

como base para el desarrollo de cualquier sociedad democrática, debido a que su


observancia determina políticas de prevención y atención para la integración social y
para la preservación de la vida, sin mencionar que implica también el trato digno a
todas las personas sin importar su condición y en especial, a los grupos en condición de
vulnerabilidad y desigualdad social (Hikal, 2010).

Por otro lado, los derechos humanos constituyen facultades que tienen todas las
personas para acceder y disfrutar de determinados bienes que proporcionan un buen
vivir y que resultan indispensables para desarrollarnos en condiciones de dignidad.
Estos bienes que constituyen el objeto de protección de los derechos humanos pueden
ser materiales como la alimentación o la vivienda, o inmateriales, como la libertad, la
seguridad o la honra. Todos ellos tienen en común el ser indispensables para vivir
dignamente y por ello deben ser protegidos y garantizados a todos los seres humanos.
(Ministerio del Interior, 2013).

Elevar un determinado bien material o inmaterial a la categoría de derecho,


implica reconocer que es esencial para gozar de una vida humana digna; asimismo, su
reconocimiento instituye la prohibición de que se atente contra él y asigna a sus
titulares la facultad para exigir su protección y garantía.

Características de los derechos humanos:

a. Son inherentes al ser humano y se fundamentan en la dignidad humana: Esto


implica que los derechos no son una concesión generosa del Estado ni dependen de su
reconocimiento; por el contrario, los derechos “son anteriores y superiores al poder del
Estado”. Esto se hace manifiesto en diversas normas de protección de los derechos
humanos, en las cuales se consagra que la enunciación de derechos contenida en ellas
no debe entenderse como negación de otros derechos que, siendo inherentes a la
persona humana, no figuren expresamente en ellas. (Ministerio del Interior, 2013).

Lo anterior significa que los derechos humanos no surgen del acto de


reconocimiento que hacen los Estados a través de las normas jurídicas, sino que nacen
y se fundamentan en la dignidad del ser humano.
20

b. Son inalienables: Al ser intrínsecos al ser humano, los derechos acompañan al


individuo desde su nacimiento hasta el final de su existencia, por lo cual son
inalienables. Esto significa que son intransferibles, irrevocables e irrenunciables.

c. Son transnacionales: El ser sujeto de derechos no depende de la nacionalidad ni del


territorio; por tanto, deben ser respetados en cualquier país del mundo. En esta
medida, los derechos humanos constituyen un límite al ejercicio de la soberanía de los
Estados, en tanto no puede invocarse una actuación soberana para violarlos o negarse
a protegerlos.

d. Son universales: Por ser inherentes a la condición humana, todas las personas sin
distinción de grupo étnico, sexo, nacionalidad y religión, son titulares de los derechos
humanos.

La universalidad de los derechos está relacionada con la igualdad y,


particularmente, con la igualdad jurídica, la cual implica, precisamente, la idéntica
titularidad de derechos, pese a las diferencias de hecho que pueden existir entre los
seres humanos. A su vez, esta universalidad implica que nadie puede ser excluido del
ámbito de protección del Estado. Por esta razón, la universalidad exige visibilizar todas
aquellas situaciones que impiden a determinadas poblaciones el goce efectivo de sus
derechos y ampliar los ámbitos de protección del Estado en estos casos para que los
mismos puedan ser realmente accesibles a todos y todas, es decir, realmente
universales. (Ministerio del Interior, 2013).

En virtud de este proceso de especificación de la universalidad de los derechos


humanos, hoy en día existen marcos normativos especiales que protegen a
determinadas poblaciones como las mujeres, los niños y niñas, las personas con
discapacidad, los pueblos indígenas, los migrantes, etc.

e. Son exigibles: Los derechos humanos no solo son ideales o aspiraciones de la


humanidad, sino facultades que nos otorgan la potestad de exigir aquellos bienes
considerados esenciales para la vida humana (Ministerio del Interior, 2013).
21

La exigibilidad de los derechos implica que los mismos tienen una contrapartida
de obligaciones que deben ser acatadas para asegurar la satisfacción de los mismos;
por tanto, protegen aquellos bienes sin los cuales no podría hablarse de buen vivir ni de
vida digna. Estos bienes están relacionados con la individualidad, la libertad, la
igualdad, la autonomía y con determinadas condiciones materiales, que en conjunto
garantizan el bienestar físico, mental y moral de los seres humanos. (Ministerio del
Interior, 2013).

A través de la historia, las diversas sociedades han establecido cuáles son los
bienes que deben ser protegidos y esto ha dado lugar al surgimiento de diversas
categorías de derechos:

✓ Los derechos de libertad, que buscan proteger la autonomía de las personas


para organizar y determinar su vida atendiendo a sus propias convicciones. Este
núcleo de derechos se basa en la idea de libertad como no interferencia en la
esfera privada de las personas por parte de las autoridades del Estado y de los
demás miembros de la sociedad.

✓ Los derechos de participación política, que protegen el interés de las personas


como ciudadanos y ciudadanas de tomar parte en las decisiones públicas, es
decir, aquellas que determinan el destino de la sociedad y del cuerpo político.

✓ Los derechos económicos y sociales, que pretenden la satisfacción de


necesidades materiales y espirituales vitales, como la alimentación, la vivienda o
la educación, cuya satisfacción posibilitan el desarrollo humano integral.

✓ Los derechos que buscan proteger intereses colectivos de toda la humanidad o


de determinadas comunidades, como la paz, el medio ambiente sano y la
autodeterminación de los pueblos.

f. Son indivisibles e interdependientes: Esto implica reconocer que todos los derechos
son igualmente necesarios para los seres humanos y que no existen jerarquías ni
prevalencias entre ellos. En esta medida, no es posible la realización plena de las
personas si no se garantizan a la par los derechos civiles y políticos y los derechos
22

económicos, sociales y culturales (Ministerio del Interior, 2013). Por tanto, la


interdependencia de los derechos humanos implica una mutua dependencia para la
realización de los mismos, ya que el disfrute de un determinado derecho depende de la
realización de otros.

2.5. Derechos humanos en el marco del posconflicto


El informe del PNUD de Desarrollo Humano sobre Colombia del año 2003,
planteaba una fuerte interdependencia entre el índice de desarrollo humano en el país y
la existencia del conflicto armado, que afectaba las distintas áreas de la vida y el
bienestar de los ciudadanos. En dicho informe se establecía la necesidad de una salida
integral del conflicto a través de la sinergia de nuevas opciones tanto a víctimas,
comunidades como a actores armadas, en el proceso definido como posconflicto.

De acuerdo a lo anterior, Cortés (2016) expresa que en el proceso de


posconflicto se considere que la construcción de la paz se establezca en un marco de
derechos humanos orientado al bienestar humano, económico y social desde la
consideración de los siguientes procesos:

a. Generación de mecanismos efectivos de resolución de conflictos en pro de la


convivencia pacífica en el marco de protección a los derechos.

b. Planteamiento de un marco normativo que observe, sea garante de los derechos


humanos y permita abrir paso a la construcción de la paz

c. Consolidación del sector privado, reactivación comercial y asistencia técnica para la


apertura de mercados, que garanticen el intercambio de bienes y servicios.

d. Garantía plena de los servicios básico de educación y de salud

Para avanzar en el cumplimiento de los derechos humanos en el marco de la


construcción de la paz, es necesario atender a su incorporación en el contexto de las
políticas públicas a nivel regional y nacional, ya que es necesario que los derechos
fundamentales se hagan factibles en las directrices de la actividad pública a través de
acciones concretas, que en el caso colombiano deben estar orientadas a la dignidad
humana y la convivencia pacífica.
23

En tal sentido, en la comprensión del ámbito normativo nacional cabe señalar las
consideraciones establecidas en el Sistema Nacional de Derechos Humanos y Derecho
Internacional Humanitario (Decreto 1081 de 2015) como un conjunto de principios,
normas, políticas, programas, instancias e instituciones públicas del orden nacional y
territorial, con competencia en el diseño, implementación, seguimiento y evaluación de
la política integral de derechos humanos y DIH, en la promoción de un enfoque
diferencial en las políticas públicas. Dicho sistema establece como objetivos:

a. Fortalecer la capacidad institucional.


b. Garantizar la institucionalidad pública para responder los derechos humanos y DIH.
c. Estructurar la política integral de derechos humanos y DIH, en materia de respeto y
garantía de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales, colectivos y
del ambiente.
d. Promover la incorporación del enfoque de derechos y enfoque diferencial en las
políticas públicas sectoriales.
e. Impulsar el cumplimiento y seguimiento de los compromisos y obligaciones
internacionales en materia de derechos humanos.
f. Contar con un sistema de información que permita monitorear, hacer seguimiento y
evaluar las situaciones de DDHH.
Para la materialización de políticas públicas en el ámbito de derechos humanos
con ocasión del posconflicto, el Gobierno nacional creó el Ministerio del Postconflicto,
como una entidad del nivel central que lidera el desarrollo de políticas públicas en
materia de paz, en el marco de un Estado Social y Democrático de Derecho. El
Ministerio se dedica a formular, adoptar, dirigir, coordinar y ejecutar la política pública
en materia de paz y posconflicto en el marco de los acuerdos derivados de la mesa de
conversaciones de La Habana, en Cuba, y de lo dispuesto por la Constitución y la ley.
El Ministerio se encarga de coordinar las relaciones entre la Rama Ejecutiva, la Rama
Judicial, el Ministerio Público y los organismos de control, para el desarrollo y
consolidación de la política pública en materia de paz y posconflicto a través de la
formulación, adopción, promoción y coordinación de las políticas y estrategias en
racionalización, reforma y defensa de la paz y los procesos propios del posconflicto
(Cortés, 2016).
24

2.6. Política Pública


Existe una diversidad de definiciones sobre el término Políticas Públicas. Al
respecto, se parte de la conceptualización de Velásquez (2009), quien define un
proceso integrador de toma de decisiones, acciones, acuerdos herramientas,
adelantadas por autoridades públicas con la participación eventual de los individuos, el
cual se encamina a solucionar o prevenir una situación definida como problemática que
se desea modificar. Como puede evidenciarse, la anterior conceptualización es de tipo
descriptiva y no de carácter normativa y entiende a las políticas públicas como
fenómenos sumamente complejos y cuyos elementos se encuentran muy
interrelacionados entre sí.

Para los fines de este trabajo se entenderá como política pública a cualquier
Programa o Proyecto que cuente con los elementos de la siguiente definición.

“Las políticas públicas son las respuestas, en términos de decisiones y acciones,


que los gobiernos dan a los problemas sociales relevantes, buscando la solución
o una disminución sustancial de los mismos en un período prudencial de tiempo
(…) de esta manera, es posible transformar los conflictos, en una oportunidad
para rectificar errores históricos y comenzar a transitar por el camino de la paz,
la gobernabilidad y la democracia” (Federación Colombiana de Municipios,2014,
p. 101).”

A esta definición se puede agregar que las políticas públicas son intervenciones
concretas propuestas por las autoridades políticas, cuyo objetivo es distribuir recursos
de carácter político, económico y simbólico, y están orientadas a crear, mantener o
modificar dicha distribución. En una sociedad democrática y pluralista, las actividades
gubernamentales de política pública siempre se realizan entre tensiones, ya que las
políticas públicas no son intervenciones independientes y aisladas de los contextos,
sino que conllevan acciones que, a través de estrategias, programas y proyectos,
concretan decisiones sobre cómo distribuir o redistribuir los recursos.

Es así como el diseño de políticas públicas debe generarse desde un proceso de


concertación entre el Estado y la sociedad civil, y debe considerarse el enfoque en
derechos humanos como fundamento ético-moral y el objeto mismo de la acción del
Estado y requisito para el bienestar de la sociedad. (Bernales, 2004).
25

Las políticas deben estar orientadas a la materia de posconflicto, y en general


deben considerar:

“… políticas de promoción y cultura de derechos, políticas de prevención frente a


vulneraciones, políticas de defensa y protección y políticas de concreción y
materialización. Consisten en acciones tendientes a generar las condiciones que
posibilitan el ejercicio pleno de los derechos humanos. Hablamos sobre todo de
políticas sociales en perspectiva de derechos humanos y son programas dirigidos
a la búsqueda de la complementariedad y a la satisfacción integral de las
personas: política educativa, política agraria, política en salud, política de empleo
e ingresos, políticas redistributivas, política laboral, políticas de salarios, políticas
de desarrollo humano, políticas de seguridad social, políticas de subsidios a
grupos vulnerables, política alimentaria, etc.” (Cortés, 206. p. 134)

2.7. Los planes municipales de desarrollo como instrumentos de paz y realización


de los Derechos Humanos

Los municipios están llamados, por vocación constitucional, a asumir un papel


protagónico en la construcción territorial de paz. Así, mientras que los departamentos
son esencialmente entidades de coordinación, de complementariedad de la acción
municipal y de intermediación entre la Nación y los municipios (artículo 298 C.P.), estos
se erigen como la “entidad fundamental de la división político-administrativa del Estado”
(artículo 311 C.P.). El alcalde o alcaldesa, como representante legal del municipio,
tiene el deber de hacer cumplir la constitución y la ley. Para ello debe garantizar la
construcción y el mantenimiento de la paz desde los municipios como garantía del
cumplimiento y protección de los derechos humanos (Lozano, 2016).

Lo anterior indica que la realización de la paz, entendida como ausencia de


conflictos violentos y como convivencia que materializa la plena vigencia de los
derechos humanos, no se alcanza en el plano abstracto de la nación sino en el plano
concreto del territorio, ya que en éste habitan las personas.

En consecuencia, por ser el territorio el escenario donde se desarrollan las


relaciones comunitarias, también es el espacio donde se crean y resuelven los
26

conflictos. Además, es el espacio concreto donde las personas ejercen sus derechos
fundamentales y acceden al conjunto de bienes y prestaciones, materiales e
inmateriales, necesarias para realizar tales derechos. El territorio, entonces, es el lugar
para crear, mantener y fortalecer las condiciones que favorezcan la resolución pacífica
de los conflictos. También es el escenario geográfico, social y cultural donde se debe
aclimatar la convivencia como resultado de la igualdad y la inclusión de todos en el
goce de los derechos. En ambas consideraciones se entiende la materialización de las
condiciones para la paz.

El territorio se organiza a partir del municipio que se convierte así en la unidad


básica de la organización política, social y administrativa colombiana. Allí, las personas
deben encontrar las primeras respuestas a las exigencias que derivan de su dignidad
inherente y, correlativamente, de la vida en condiciones dignas. El municipio, primera
expresión del Estado con la cual se relacionan los habitantes del territorio, se convierte
en protagonista de los procesos de construcción y mantenimiento de paz, consolidando
la gobernabilidad democrática desde la construcción de una paz duradera en el
territorio (Lozano, 2016).

Los múltiples retos que enfrentan los municipios para responder a las exigencias
del derecho a la paz exigen una respuesta articulada que optimice el empleo de los
recursos disponibles. Esta respuesta se concreta en la formulación de políticas
públicas, garantizando los planes de desarrollo necesarios para promover la
participación comunitaria y el mejoramiento social y cultural de sus habitantes. Estos
planes tienen que servir para asegurar el cumplimiento adecuado de las funciones que
la Constitución y la ley hayan asignado a las entidades territoriales.

El artículo 342 de la Constitución dispone que una ley orgánica reglamente los
procedimientos de elaboración, aprobación y ejecución de los planes de desarrollo y
determine los mecanismos a través de los cuales se haría efectiva la participación
ciudadana en la discusión y eventual modificación de tales planes. En cumplimiento de
lo dispuesto por este artículo se adoptó la Ley 152 de 1994 o Ley Orgánica del Plan de
Desarrollo. (Lozano, 2016).
27

Dicha Ley dispone que las entidades territoriales deben elaborar y adoptar sus
respectivos planes de desarrollo, entre las cuales debe mencionarse la Estrategia
Nacional para la Garantía de los Derechos Humanos 2014 – 2034, así como otras
herramientas de gestión pública municipal que sirven como vehículo para el
cumplimiento de los derechos humanos.

En materia de construcción de paz desde los territorios, se hace evidente la


necesidad de trabajar en diferentes aspectos. Por un lado, es importante fortalecer
a las instituciones tanto en el ámbito nacional como territorial para avanzar en la
planeación, gestión e implementación integral y participativa de apuestas de paz.
De otro lado, se hace necesario fortalecer iniciativas que permitan vincular a la
población alrededor de la identificación y discusión de las problemáticas en sus
territorios, pero también para la búsqueda, contribución y apropiación de las rutas
de solución. Así mismo, la construcción de paz desde los territorios debe partir de
las iniciativas, experiencias, características y necesidades de cada una de las
regiones que se han visto afectadas históricamente por las dinámicas del conflicto
armado (DNP, 2013, p. 413).

Las políticas públicas de paz que se enfoquen desde el territorio y para el


territorio resultarán eficaces, sostenibles y articuladas de forma coherente a los
mandatos constitucionales, si en su diseño e implementación se tienen presentes, de
una parte, los aportes metodológicos derivados de los conocimientos de actores
sociales que han reflexionado y producido recomendaciones sobre el tema y, de otra,
un conjunto de reglas que permite hacer operativos en el devenir territorial los
estándares de respeto, garantía y realización de los derechos humanos propósito y
contenido últimos de la paz afirmativa. (Lozano, 2016).

2.8. Mecanismos de protección de los Derechos Humanos:


El sistema colombiano de protección de los Derechos Humanos está instituido a
partir de la Constitución Política de 1991. En ella se consagra como uno de los fines del
Estado la protección y garantía de los derechos humanos. (Ministerio del Interior, 2013).
28

La Constitución instituye algunas instancias que tienen como objetivo central la


defensa de los derechos humanos; entre ellas, la Defensoría del Pueblo y la
Procuraduría General de la Nación. Asimismo, asigna a la Corte Constitucional un papel
fundamental en la salvaguarda del núcleo de derechos consagrado en la Constitución.
No obstante, todas las autoridades públicas tienen el mandato constitucional de
contribuir a la efectiva realización de los derechos humanos, como su razón de ser
fundamental.

La Constitución de 1991 creó también algunos mecanismos judiciales que


permiten salvaguardar los derechos humanos. Entre ellos se encuentran: la acción de
tutela; la acción de cumplimiento; las acciones populares y de grupo, la acción de
inconstitucionalidad y el recurso de habeas corpus, los cuales deben ser considerados
en los planes de acción o intervención en comunidades desde la perspectiva de los
derechos. A continuación, se definen de manera sucinta:

a. Acción de Tutela: Es un mecanismo sencillo y rápido que le permite a


cualquier persona buscar protección inmediata para sus derechos fundamentales
cuando ellos sean amenazados o vulnerados. Procede cuando un derecho
fundamental ha sido vulnerado o amenazado y no existe otro medio judicial de defensa
que permita hacer cesar la vulneración o evitar el perjuicio irremediable.

Esta vulneración o amenaza puede originarse en la acción u omisión de una


autoridad pública; en la acción u omisión de un particular cuando quiera que este preste
un servicio público, o cumpla funciones públicas; o cuando el actor se encuentre en
situación de indefensión o subordinación respecto del particular contra quien se
interpone la acción de tutela.

Protege los derechos fundamentales, como la vida, la integridad, la honra, los


derechos de libertad o las garantías judiciales. La Corte Constitucional ha determinado
los criterios que pueden considerarse para establecer cuáles son estos derechos

A este mecanismo puede acudir cualquier persona, para proteger sus derechos
fundamentales o los de otra persona que se encuentre en incapacidad de hacerlo por sí
29

misma. También puede presentarla el Procurador General de la Nación, el Defensor del


Pueblo (o sus delegados) o los personeros municipales, en nombre de los afectados.

b. Acción de cumplimiento: Es un mecanismo en virtud del cual se puede acudir


ante un juez para exigir que las autoridades cumplan los deberes que les han sido
asignados por ley o por acto administrativo. Procede cuando una autoridad pública, o
un particular que ejercer funciones públicas, están incumpliendo –por acción o por
omisión- las disposiciones normativas relativas a sus deberes, y no existe otro medio de
defensa judicial para exigir el cumplimiento de las mismas.

Este mecanismo protege aquellos derechos frente a los cuales las leyes o actos
administrativos contemplan acciones concretas de garantía por parte de las autoridades
públicas. No obstante, esta acción no procede para la protección de derechos que
pueden ser garantizados mediante la acción de tutela. Cuando se interpone una acción
de cumplimiento por derechos tutelables, el juez le dará el trámite correspondiente a la
acción de tutela.

A este mecanismo puede acudir cualquier persona natural o jurídica. También


puede ser interpuesta por los servidores públicos, y en especial, por el Procurador
General de la Nación, los procuradores delegados regionales y provinciales; el
Defensor del Pueblo y sus delegados; los personeros municipales; el Contralor General
de la República, los contralores departamentales, distritales y municipales, así como las
organizaciones sociales y no gubernamentales.

c. Habeas Corpus: Es un mecanismo de protección del derecho a la libertad


personal. Procede cuando se considera que una persona es víctima de una privación
ilegal de su libertad o de una prolongación ilegal de dicha privación. Protege el derecho
a la libertad personal y el debido proceso

d. Acciones populares: Este es el mecanismo judicial idóneo para proteger los


derechos e intereses colectivos. Procede cuando se requiera evitar un daño, hacer
cesar el peligro o restituir las cosas a su estado anterior, si ello fuere posible. También,
cuando el daño o peligro sean ocasionados por acciones u omisiones de autoridades
30

públicas o de particulares que hayan violado o amenazado los derechos o intereses


colectivos.

El mecanismo se tramitará con preferencia a las demás acciones que conozca el


juez, salvo acciones de tutela y de cumplimiento y el recurso de hábeas corpus. Podrán
ejercerse durante el tiempo que subsista la amenaza al derecho o interés colectivo.

e. Acciones de Grupo: Es un mecanismo judicial que permite reclamar la


reparación de daños causados a un grupo de personas. Procede cuando un grupo de
personas requiere reclamar la indemnización de daños causados a un derecho o interés
colectivo, o daños causados a derechos individuales de cada uno de los miembros de
un grupo social, siempre que todos hayan sufrido el daño y éste haya ido ocasionado
por una misma causa.

Esta acción, más que proteger derechos, se dirige a obtener el reconocimiento y


pago de la indemnización de perjuicios causados cuando tales derechos han sido
vulnerados.

f. Acción de Inconstitucionalidad: Esta acción permite solicitar la declaratoria de


inexequibilidad de los actos legislativos, las leyes o decretos con fuerza de ley, cuando
se considere que éstos violan la Constitución Política. Procede cuando un acto
legislativo, una ley o un decreto con fuerza de ley es considerado violatorio de la
Constitución Política. Protege todos los derechos consagrados en la Constitución.

g. Derecho de petición: Es la facultad de elevar peticiones respetuosas ante las


autoridades y obtener una respuesta oportuna y eficaz, es decir, que resuelva de fondo
y de manera clara y precisa la situación planteada. Procede cuando se requiera
solicitar el reconocimiento de un derecho.

Protege el derecho a recibir oportuna y eficaz respuesta de parte de las


autoridades ante las peticiones que se le formulan.

h. Habeas data: Es el derecho de todas las personas a conocer, actualizar y


rectificar la información que existe sobre ellas en bancos de datos y en archivos de
entidades públicas y privadas. Asimismo, comprende el derecho a ser informados/as
respecto del uso que se le ha dado a los datos personales, y a revocar la autorización
31

y/o solicitar la supresión de los datos cuando en el tratamiento de los mismos no se


respeten los principios, derechos y garantías constitucionales y legales.

Este mecanismo procede cuando el titular de la información o sus


causahabientes consideren que la información contenida en una base de datos o
archivo debe ser objeto de corrección, actualización o supresión y protege el derecho a
la intimidad personal y familiar y ell buen nombre.

2.9. Educación para la paz y Agendas para la paz


En palabras de Paulo Freire (1986), la paz se crea y se construye con la
superación de las realidades sociales perversas y con la edificación incesante de la
justicia social, desde el enfoque socio-crítico centrado en la concientización y orientado
hacia la equidad, a través de la acción social y política. Es a ello a lo que conocemos
como paz positiva. En tal sentido, la educación para la paz promueve procesos
reflexivos para que las personas comprendan cómo pueden generar bienestar en sí
mismas y en los demás seres humanos con quienes conviven. En otras palabras, la
educación para la paz crea y alimenta una conciencia crítica al abordar la relación entre
el ser y el entorno con una mirada reflexiva que forja posturas transformadoras
(Centeno, 2014).
Para Lederach (2007) la educación para la paz debe considerar, más allá de
habilidades técnicas, las disciplinas necesarias para la formación de la imaginación
moral, que permite romper el ciclo de violencia y perseguir respuestas que la
trasciendan, generando el cambio social constructivo. Con esto, una educación para la
paz debe permitir desarrollar la capacidad de imaginarnos a nosotros mismos en
relación, la disposición a aceptar la complejidad sin depender de una polaridad dualista,
la creencia en el poder del acto creativo y la aceptación del riesgo inherente a las
iniciativas para romper la violencia. Para el autor, una educación para la paz invita a
aventurar por los caminos desconocidos que conducen al cambio social constructivo,
que facilite la habilidad para unir la realidad presente con lo trascendente y que genere
conciencia de que el poder para la transformación deseada no se concentra en los
actores estatales, y que perfectamente puede gestarse en los actores inmersos en un
conflicto.
32

Evidentemente, no es tarea fácil construir la educación para la paz,


especialmente en las regiones en las cuales prevalece el conflicto cuyas causas son
multidimensionales y complejas. Sin embargo, siguiendo lo planteado por Bush (2003),
es posible minimizar el conflicto a partir de la toma de conciencia y considerando las
particularidades de cada contexto, ya que las causas y consecuencias no siempre son
las mismas. Por ello, en la propuesta de generar talleres para gobernanza para la paz,
se pretende considerar las necesidades y aportaciones de los participantes para
generar las pautas necesarias para un diálogo y la superación del conflicto.

En el contexto adverso que ha caracterizado el conflicto colombiano, las agendas


de paz vienen a activar los procesos de gobernanza para la paz al convertirse en
espacios para la formulación de preguntas y respuestas acerca de los territorios,
posibilidades y limitaciones, teniendo la paz como un horizonte, y la reivindicación de
los derechos humanos como ámbito de actuación (Corporación Región, 2015). En
estas agendas se consideran las diferencias entre los distintos interlocutores, debido a
la violencia política y la destrucción del tejido social, aunado a una falta de credibilidad
en las instituciones,

Desde este marco, se propone la necesidad de construir la institucionalidad


democrática que sirva de soporte para la paz, con unas entidades públicas fortalecidas,
reconocedoras y garantes de los derechos humanos, que actúen en pro del bien
común, ampliando las posibilidades para que la ciudadanía participe y se sienta
implicada en la construcción del desarrollo local.
Por tanto, aunque las rutas de trabajo son diversas debido a la complejidad del
proceso, los ejes concentran los siguientes principios: el enfoque de derechos
humanos, la mediación comunitaria como estrategia para resolución de conflictos y la
consideración y valorización de la realidad territorial.
33

2.10. Contexto del Municipio Acacías

Figura 1: Ubicación del Municipio de Acacias, Meta.

Fuente: Informe de Riesgo, Defensoría del Pueblo. 2017

La población del municipio Acacías es de 72 .048 habitantes, de los cuales


60.918 residen en la cabecera municipal y 11.130 están asentadas en el resto del
territorio (Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, 2017). Cabe
destacar que en estas cifras se contabilizan 120.000 ciudadanos que constituyen
población flotante que quiere acceder a la oferta laboral, ya que la región de Acacías es
un área de influencia de los proyectos de exploración y explotación petrolera y minera.

La zona urbana está compuesta por noventa y seis (96) barrios y urbanizaciones.
De igual manera la zona rural se compone de cuarenta y ocho (48) veredas en las que
se incluyen Chichimene, Dinamarca y Manzanares, antiguas inspecciones de policía.

Existen dos factores fundamentales que inciden en el crecimiento poblacional de


los cascos urbanos del departamento de Meta y del municipio Acacías en particular, los
cuales a su vez repercuten en el desarrollo de conflictos sociales. El primer factor, se
relaciona a los proyectos de exploración y explotación petrolera desarrollados a partir
del año 2008, en los cuales tiene especial presencia la empresa Ecopetrol.
Conjuntamente a las actividades de exploración petrolera, se inició un debate social y
34

legal promovido por las comunidades en relación a las afectaciones al medio ambiente
y al tejido social del municipio, lo cual implicó una serie de acciones que han sido
adelantadas por líderes comunitarios (Martínez Libreros, 2016). En este proceso de
desarrollo del área de hidrocarburos, también se agudizaron una serie de conflictos
sociales en el territorio debido a la llegada de mano de obra de otras regiones, como al
auge paralelo de otros modos de subsistencia informales propios del crecimiento
urbano descontrolado.

El segundo factor lo constituye el desplazamiento de personas debido al conflicto


armado. En efecto, según reportes del Centro de Estudios de la Orinoquía (2015), la
región ha sido fuertemente golpeada por la presencia de grupos como las FARC,
grupos de autodefensa ahora desmovilizados, entre los que se encontraban las
Autodefensas del Meta y Vichada, las autodefensas campesinas del Casanare y el
bloque Centauros dela AUC. Además de ello, en los últimos años han emergido bandas
delincuenciales como Los Macacos y Los Cuchillos. Sin embargo, en el área del Meta,
el conflicto se ha convertido en un problema sistémico que tiene distintas vertientes, tal
y como se expresa a continuación:

“El crecimiento de los grupos irregulares y el incremento del conflicto


tiene sus raíces en el proceso de configuración territorial de estas
regiones, y de los variados métodos de apropiación de los recursos,
empezando por la tierra, el minero energético, el control del narcotráfico,
el sistema de contratación pública y privada, y demás fuentes de
financiación local y regional, en un continuo de apropiaciones que les ha
garantizado a estos grupos ilegales la intervención en los sistemas de
representación políticos, locales y regionales, y el consiguiente control
institucional (…) De hecho, la sujeción y subordinación de las estructuras
sociales, económicas y políticas, y aun culturales y simbólicas, en estas
regiones por parte de los paramilitares son una demostración fehaciente
de que lograron llevar al Estado local y regional a una franca condición
de parálisis y colapso”. (González, 2007. pp. 240-241)
35

En dicha situación, que compromete severamente el tejido social del municipio,


las estadísticas muestran los efectos de la situación de conflicto y violencia. Según se
observa en la Tabla 1, el tipo de hecho victimizante mas cometido en el período 1986-
2014 en la región fue el desplazamiento, seguido por el homicidio y en tercer lugar la
desaparición forzada.

Tabla 1: Hecho victimizante período 1986-2014

Fuente: https://www.unidadvictimas.gov.co/es/registro-unico-de-victimas-ruv/37394

Con la finalidad de atender estas situaciones de conflicto, en el municipio se han


desarrollado distintas organizaciones sociales orientadas a la construcción del tejido
social y al establecimiento de agendas de paz, entre las cuales están las Juntas de
36

Acción Comunal, de orden territorial, las cuales están regidas por la Ley 743 de 2002.
Actualmente existen 96 JAC con su respectiva personería jurídica, siendo las
asociaciones más activas en la defensa de los intereses de la comunidad. Existen
también otras organizaciones de orden sectorial y poblacional. En la Tabla 2 se
presentan las organizaciones sociales existentes en el año 2014.

Tabla 2: Organizaciones sociales municipio Acacías

Fuente: Alcaldía de Acacías


37

Además de ello, existen veedurías ciudadanas, ONG’s, así como redes bajo
iniciativas de instituciones internacionales como el Banco Mundial y la Unión Europea,
entre otras, abocadas a la construcción del tejido social y atención a las comunidades.

3. METODOLOGÍA:
Con la finalidad de atender la problemática detectada en el municipio Acacías, se
propuso la implementación de un programa de formación de Gobernanza para la paz
dirigido a líderes y lideresas comunitarios que hacen vida en distintas organizaciones.

De acuerdo a las características del proyecto, se implementó el método de


investigación-acción participativa, el cual tiene las siguientes características:

• En tanto investigación, se trata de un procedimiento reflexivo, sistemático,


controlado y crítico que tiene por finalidad estudiar algún aspecto de la
realidad, con una expresa finalidad práctica;

• En cuanto acción, significa o indica que la forma de realizar el estudio es


ya un modo de intervención y que el propósito de la investigación está
orientado a la acción, siendo ella a su vez fuente de conocimiento;

• Y, por ser participación, es una actividad en cuyo proceso están


involucrados tanto los investigadores (equipo técnico o agentes externos),
como la misma gente destinatarias del programa, que ya no son
consideradas como simples objetos de investigación, sino como sujetos
activos que contribuyen a conocer y transformar la realidad en la que están
implicados. (Ander-Egg, 2003. p. 35)

En consecuencia, la Investigación-Acción-Participativa es una metodología


idónea cuando se trata de atender problemáticas sociales que a su vez exigen la
aplicación de estrategias que permitan solucionar dichas dificultades, ya que supone la
simultaneidad del proceso de conocer y de intervenir e implica la participación tanto de
investigadores como de los participantes a los cuales va destinado el programa
38

3.1. Participantes:
La selección de los participantes en los talleres se realizó a través de la
Secretaria de Planeación del municipio, en el cual se identifican mediante actas los
nombres y datos de los líderes con enfoque diferencial de las diferentes poblaciones,
así como aquellos que participan en cada una de los comités desarrollados por la
Alcaldía de Acacias. En total se contó con 20 participantes, discriminados de la
siguiente forma:

3 líderes afros

2 líderes indígenas

2 líderes de juventud

2 líderes de la población desmovilizada

2 líderes de la comunidad LGTBI

3 líderes de organizaciones de mujeres

3 líderes de los presidentes de Juntas de acción comunal

3 líderes defensores de Derechos Humanos.

Se realizó una sesión de inducción con todo el grupo de participantes para


explicar de que se trataba el proyecto de intervención, cual sería metodología de trabajo
y obtener la aprobación y participación de cada uno de ellos.

Adicionalmente se llevó a cabo una actividad con70 reclusos de la Colonia en


Acacías

3.2. Facilitadores:
Los facilitadores de los talleres cuentan con más de 5 años de experiencia en derechos
humanos y trabajo con población de enfoque diferencial. La formación de los
facilitadores es la siguiente:

Abogado, con Especialización en Derechos Humanos

Psicóloga, Especialización en Psicología Jurídica


39

Comunicadora social, con especialización en gestión de proyectos

3.3. Duración
Se realizaron 12 talleres de una sesión por día, en horas de la mañana. Cada
taller tuvo una duración de 3 horas por cada sesión.

3.4. Lugar de realización:


Los talleres se realizaron en la carrera 15 N° 22-43, Junta de Acción Comunal,
Barrio Cooperativa, Municipio de Acacias- Meta.

3.5. Procedimiento:
Para diseñar los talleres se consideró la estructura para la resolución del conflicto
planteada por Lederach (2007) quien propone una tríada que integra a las personas
(emociones, necesidades, percepciones); el proceso (desarrollo del conflicto, canales
de comunicación, discurso, requerimientos para el diálogo) y el problema (intereses de
los actores, diferencias y valores que les separan).

Se diseñaron 12 talleres enfocados en ejercicios participativos, en los cuales se


da prioridad a los siguientes aspectos: -interacción en la cual se canalizaron las
emociones y percepciones de los participantes; -los elementos del conflicto y desarrollo
de canales de comunicación; -énfasis en los problemas. La propuesta fundamental,
siguiendo la perspectiva de Lederach, fue desarrollar la imaginación creadora como
línea que debe atravesar el proceso de solución de conflictos, así, más que establecer
preceptos de acción, se propone la participación y la construcción colectiva de los
lineamientos para su solución.

Los talleres estuvieron compuestos por distintas actividades lúdicas que permitió
crear una asociatividad entre las reglas del juego o actividad y escenarios de la
cotidianidad.
40

3.6. Ejes Temáticos

Una vez establecida la tríada propuesta por Lederach (2007) se definieron los
ejes temáticos, se establecieron los ejes temáticos de los talleres, siendo la
construcción de las Agendas de Paz el fin último del proceso, en el cual debe estar
considerado el enfoque de derechos humanos, la mediación comunitaria como
estrategia para resolución de conflictos y la valorización de la realidad territorial
(Corporación Región, 2015).
. En tal sentido, según el proceso de investigación previo a la producción de los
talleres se consideraron los siguientes ejes:

3.6.1. Sistema Internacional de los Derechos Humanos:


Esta área temática se orientó a brindar conocimientos sobre la concepción de
derechos, Declaración Universal de los Derechos Humanos, Derechos Individuales y
Colectivos, Derecho Internacional Humanitario y la aplicación de estas definiciones a la
cotidianidad.

3.6.2. Construcción conceptual de Diálogo:


Basados en la premisa que los derechos humanos son la base de los procesos
de diálogo, se desarrolló una dinámica sobre los métodos empleados por la comunidad
en sus estrategias de interacción. De esta forma, la población entiende la vinculación
41

con el territorio, redes de comunicación, aliados y adversarios en la consecución de


proyectos o iniciativas que ayuden al desarrollo del municipio.

3.6.3. Identificación de conflictividades (Partes, procesos y problemas):


Los conflictos son inherentes al ser humano y los métodos de resolución
constituyen el grado de desarrollo de la sociedad. En este eje temático se hizo partícipe
a la colectividad de las distintas necesidades que son percibidas como escasas para
crear estrategias pacificas que promuevan la resolución de las conflictividades
fortaleciendo la base del tejido social.

3.6.4. Mecanismos de participación y construcción de confianza


Este eje centró su naturaleza en la confianza que tienen los individuos con su
entorno y los medios que son utilizados para dar a conocer sus opiniones, quejas y
reclamos.

3.6.5. Creación de Agendas de Paz:


A partir de la recolección de la información obtenida en los cuatro (4) ejes
anteriores se consolidó una hoja de ruta para las autoridades locales, donde se
evidencien los conocimientos que tiene la población sobre sus derechos y los
mecanismos que son utilizados para la defensa y promoción de los mismos. También,
el documento fue la base para construir consenso sobre los problemas generales de la
comunidad y permitir a la institucionalidad abordar de manera integral mecanismos que
respondan a dichas solicitudes.

3.6. Técnicas de Recolección de Información


Cada actividad fue reseñada mediante registro fotográfico. Se llevó también un
registro observacional sobre el desarrollo de las actividades y una relatoría de las
distintas sesiones de trabajo. La información recolectada fue el reflejo del trabajo
realizado por la colectividad en los distintos talleres, y constituyó punto de partida para
diseñar el último eje temático (Construcción de Agendas de Paz). Además, constituyen
insumos para generar procesos de co-construcción colectivos que integren las
verdaderas necesidades de la población y el plan de desarrollo Municipal de la Alcaldía
de Acacías.
42

4. PROYECTO GOBERNANZA PARA LA PAZ: AUMENTO DE CAPACIDADES PARA


FORMULACIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN ACACIAS – META.
La creación de los talleres de capacitación “Derechos Humanos y Construcción
de Paz: Proceso formativo para la realización de Agendas de Paz” responde a la
necesidad imperante de construir colectivamente un proceso que refleje los
conocimientos y experiencias que tiene la población de Acacías sobre la construcción
de la paz y fortalecimiento de los derechos individuales. La finalidad es desarrollar una
conciencia crítica al abordar la relación entre el ser y el entorno con una mirada
reflexiva a fin de proponer posturas transformadoras (Centeno, 2014). Esto permite
generar en los participantes, desde la acción problematizadora de la propia realidad, el
punto de partida para los cambios necesarios a corto, mediano y largo plazo en el
establecimiento de la paz.

En tal sentido, se asume la perspectiva de la pedagogía liberadora propuesta por


Freire (1986), quien señala la acción conjunta y dialógica entre los distintos actores
frente a una realidad conflictiva, siempre partiendo de la actitud crítica de las
condiciones reales que generan dichos conflictos y de los cuales generalmente son
receptoras las poblaciones más vulnerables; por tanto, la conciencia de la paz se crea y
se construye con la superación de las realidades sociales perversas y con la edificación
incesante de la justicia social.

Desde este planteamiento, el principio que justifica la realización de los talleres


es un enfoque socio-crítico centrado en la concientización y orientado hacia la equidad
social y la convivencia a través de la acción social y política.

A partir de la implementación de los talleres de gobernanza para la paz se


propone minimizar el conflicto a partir de la toma de conciencia desde las
particularidades de cada contexto, ya que las causas y consecuencias no siempre son
las mismas y no son percibidas por todos los participantes de igual forma (Bush, 2003),
Por ello, en la propuesta, se pretende considerar las necesidades y aportaciones de los
participantes desde sus propias experiencias, para generar las pautas necesarias para
un diálogo y la superación del conflicto.

La elaboración de los talleres tuvo dos métodos de aplicación:


43

(i) secuencial: los participantes asisten seguido a las convocatorias realizadas por la
Alcaldía. Con esta forma de trabajo se garantiza trabajar sobre una línea conceptual
que retome lo aprendido en clase y pueda darse una retroalimentación para las
sesiones próximas.

(ii) grupo objetivo: teniendo en cuenta la extensión del municipio, necesidades del
círculo social que asiste a los talleres y temas relacionados con tiempo, se realiza una
actividad específica que recolecte el mayor número de información y así ser sintetizada
y plasmada en el informe.

Tomando en cuenta que la metodología de investigación se fundamenta en la


investigación-acción participativa, el proceso de implementación de los talleres
transcurrió de forma integral con la recolección de información de las experiencias
generadas por los participantes. Por tal razón en este apartado se procede a relatar el
proceso, así como los resultados evidenciados.

4.1. Registro de entrada


El registro de entrada es un mecanismo utilizado al inicio de cada taller, y tiene
como objetivo lo siguiente:

(i) Crear un ambiente de familiaridad entre el facilitador y la población


usuaria.
(ii) Introducir la temática que será desarrollada en el taller.
(iii) Crear una asociatividad entre la naturaleza de la actividad lúdica y
situaciones de contexto.
(iv) Generar un espacio de reflexión, donde cada participante manifieste
expectativas e inquietudes respecto a la actividad, el tema del taller
o situaciones que sean consideradas relevantes.
Durante los doce talleres se realizaron tres (3) actividades de registro de entrada:

4.1.1. Juego de roles: En esta actividad se utilizaron 10 papeles, los cuales contenían
una función o condición social que puede ser encontrada en una colectividad. La idea
44

es que cada participante tomara al azar un papel y conforme a su rol realizara dos
actividades: 1. Explicar que podría brindar a su municipio para el desarrollo colectivo, 2.
Crear alianzas o lazos que fortalezcan las metas que se han propuesto cada
participante para generar bienestar en la comunidad.

Los roles fueron los siguientes: Alcalde, personero, sacerdote, comandante de la


policía víctima de conflicto armado, desplazado, organización social, agencia de
cooperación internacional, Unidad de víctimas, Defensoría del pueblo, representante del
gobierno.

La intención con esta actividad fue conocer los valores propios de los usuarios
respecto a la naturaleza de los cargos que han sido asignados y deben defender.

En la realización de los talleres, los líderes y lideresas del municipio resaltaron


valores como respeto por el trabajo de otro, tolerancia por las decisiones tomadas por la
institucionalidad y la necesidad de cooperación para el bienestar colectivo.

No obstante, en el momento de la realización de las alianzas se presentaron


hechos repetitivos, donde las personas que asumían el rol de víctima percibían que no
eran protegidas por los órganos de seguridad, haciendo un símil en situaciones
cotidianas, en las cuales las víctimas del conflicto armado y la violencia generalizada
desconocen las normas que las protegen y mecanismos de defensa de sus derechos.
45

Figura 2: Taller desarrollado el día 06 de noviembre con líderes y lideresas del


municipio de Acacías- Meta.

4.1.2. Lucha a ciegas: La siguiente actividad fue la simulación de una lucha entre dos
participantes, quienes debían luchar con una espada elaborada con papel, y con los
ojos vendados. Sin embargo, el juego cambia de sentido al crear un ambiente de
distracción, donde uno de los participantes no es vendado y asume una posición de
superioridad. Importante mencionar que previo al “combate” el facilitador ha pedido al
público espectador que se abstengan de mencionar que uno de los participantes no
está vendado, y por el contrario, si la persona vendada pregunta por igualdad de
condiciones, los espectadores digan que sí.

La intención de esta actividad fue abordar temas como injusticia, poder,


dependencia, complicidad y sometimiento.
46

En la realización de la actividad, el facilitador cuestiona la complicidad de los


espectadores, creando un símil entre el silencio usado en el juego y situaciones de
vulneración de los derechos de otras personas. Así mismo, el facilitador cuestiona el rol
de la persona que no está vendada al señalar situaciones donde se evidencia malas
prácticas que son realizadas por la comunidad vulnerando la integridad del otro.
Finalmente, el facilitador cuestiona a la persona vendada y su necesidad de quitar la
venda de los ojos como ejercicio de liberación.

Figura 3: Taller realizado el 14 de noviembre con la población carcelaria de la Colonia.

4.1.3. Vasos de agua: La siguiente actividad fue desarrollada en grupos, donde uno de
los participantes está vendado y debe a través de comandos orales dictados por sus
compañeros llegar al lugar donde se encuentra un vaso con agua, tomarlo en sus
manos y movilizarse a través del salón y los obstáculos presentes para depositar el
agua en otro vaso que está ubicado en extremos del salón.

Con esta actividad se buscó potencializar valores como el compañerismo, la


confianza, el liderazgo, respeto por las condiciones de discapacidad.
47

Figura 4: Taller realizado el día 13 de noviembre con funcionarias del ICBF del
municipio de Acacías.

4.2. Experiencia con la población carcelaria. La actividad denominada “El pan de la


unidad” fue desarrollada únicamente en la población carcelaria de la Colonia en
Acacías. Teniendo alrededor de 70 reclusos se utilizó un pan de medidas pequeñas. El
objetivo era que cada recluso se dirigiera hacia el pan y tomara una porción, pero con la
condición que debía ser de proporciones tales que cada recluso pudiese comer algo de
este alimento.

Con esta actividad se buscaba crear conciencia sobre el principio de igualdad,


respeto por los demás y trabajo en equipo.

La actividad tuvo una carga emotiva, ya que las percepciones de identidad que
fueron formuladas por la población daban muestras de fracturas internas y externas,
donde los reclusos se percibían como elementos no deseados y excluidos de la
48

comunidad. Si bien el ejercicio no fue logrado con éxito, se realizaron reflexiones


guiadas a destacar la necesidad de crear conciencia colectiva, aun en circunstancias
adversas.

Figura 5: Actividad con los reclusos de la Colonia en Acacías

4.3. Mapeo del territorio


En ejercicios de construcción de paz, mapear el territorio significa ver el rol como
individuo y la forma en que concibe la colectividad. A través de la diagramación de los
lugares más importantes para el participante se pueden señalar focos de conflictividad,
relaciones de poder y dinámicas que pueden potencializar procesos de resolución de
conflictos o generar situaciones marcadas por violencia.

Este ejercicio fue aplicado a todos los grupos sociales, de la población definida, a
excepción de la población carcelaria.
49

En el ejercicio se destacaron lugares icónicos del municipio como la Plaza de


Mercado, el Parque Central y el Malecón como sitios de encuentro y esparcimiento de
la población. Zonas como la plaza de mercado tienen una incidencia fuerte en el
pueblo, ya que es asimilada como el lugar de despensa de alimento al pueblo. Así
mismo, esta zona de la ciudad congrega a muchos de los ciudadanos, quienes ven un
lugar de diálogo.

Al realizar el ejercicio con estudiantes de un colegio, el mapa mantenía ciertas


características similares a las planteadas por la población adulta, sin embrago, en este
caso, los menores relacionaban sitios de comida y diversión como elementos claves
dentro del municipio.

Este ejercicio permitió reflejar gran parte de las preocupaciones que adolecen los
ciudadanos en Acacías, ya que, en algunas de las muestras, los mapas reflejaban
zonas de prostitución, delincuencia y relacionadas con el petróleo y explotación de
hidrocarburos. Si bien se especificará en el informe los problemas que fueron señalados
por la población, en el ejercicio de mapear las zonas, se observaba el desconocimiento
de ciertos grupos de la comunidad respecto a la Institucionalidad, o la emocionalidad
que despiertan sitios como la Alcaldía o Estación de Policía, lugares que son percibidos
como focos de conflictividad.

Otro punto desarrollado en el ejercicio de mapear el territorio correspondía a


designar sustantivos o adjetivos a la pregunta:

4.4. ¿Qué significa, nacer, crecer y vivir en el municipio de Acacías?

Esta pregunta surgió en la experiencia de los talleres. La gran mayoría de las


respuestas eran asociadas a consideraciones positivas. En los talleres, un número
significativo de los usuarios asociaban la palabra Acacías con paz, turismo, tranquilidad,
inclusive en los talleres brindados al colectivo LGBTI se mencionó términos como
liberación o un nuevo nacer, ya que algunos de los miembros de la colectividad habían
llegado al municipio en búsqueda de oportunidades y desarrollo personal.
50

Figura 6: Nacer, crecer y vivir en Acacías

4.5. Construcción conceptual de la palabra Diálogo.


Otro de los ejes temáticos desarrollados en los talleres fue construir
colectivamente una definición sobre la palabra diálogo y encontrar las diferencias con
conceptos como Conversación y Debate.

En primer lugar, se indicaba en cada grupo que definieran la palabra diálogo. En


el ejercicio realizado, gran parte de los participantes asumían que dialogar tenía
relación estrecha con solucionar un tema; hablar con mayor profundidad sobre
problemáticas que acontecen y dar argumentos sobre una situación específica.

Al mencionar la palabra conversar, la gran mayoría explicaba que, si bien eran


sinónimos, el conversar era de forma más informal. Finalmente se pedía una definición
de Debatir. La gran mayoría de los usuarios asimilaban la palabra debatir con conflicto,
problemas o situaciones de poder.
51

En el ejercicio se estableció la diferencia de cada concepto y se hizo un énfasis


en la importancia de la palabra diálogo como un reconocimiento del otro. Al dialogar se
realiza un ejercicio de introspección, donde se acepta a la parta interlocutora y se le
otorga un rol de construcción en el desarrollo de una idea.

En esta sección del Taller fue importante conducir a la reflexión, donde los
participantes deducían como llevaban sus relaciones personales y la importancia de
dialogar y respetar la integridad del otro.

4.6. Identificación de conflictividades:


La siguiente parte del taller era considerada la de mayor interés por la
comunidad, ya que cada círculo social dio a conocer los principales problemas que
afectan al municipio. A continuación, se detalla los problemas que fueron identificados:

▪ Reclusos: la población carcelaria del municipio de Acacías señala que hay


problemas con la alimentación que es entregada en el lugar de reclusión. Hay
una queja general al manifestar que los alimentos no cumplen con la calidad, y
que, por el contrario, ante una queja de ellos ante la guardia, no son escuchados
y temen por represalias. También, los reclusos manifiestan que no han sido
entregados sus documentos de identidad, pese a que se han realizado las
campañas de identificación. Conforme a sus declaraciones, no hay respuesta de
la trabajadora o funcionaria social cuando se preguntan por le fecha de entrega
de las cédulas. Finalmente, este círculo social manifiesta que hay problemas
con la entrega de los kits de aseo y los problemas relacionados con la salud de
los reclusos. Importante señalar que esta población indica problemas
estructurales relacionados al sistema de justicia.
▪ Presidentes de Juntas de acción comunal: los problemas que reseñan este
círculo social tienen que ver con corrupción, delincuencia, migración y
prostitución. En el ejercicio realizado, se hizo énfasis en los problemas que trae
la extracción de hidrocarburos en los ríos del municipio.
▪ Trabajadoras ICBF: este grupo de usuarias señalaron problemas con
delincuencia, zonas de prostitución y contaminación, sin embargo, en los focos
52

de conflictividad para este grupo eran de tipo estructural, ya que señalaban que
no había una debida articulación en los procesos de atención de las necesidades
de la población, especialmente los temas que tienen relación con los menores.
Consideran que hay un desconocimiento de los funcionarios de otras
instituciones en el desarrollo de funciones; generando que las funcionarias del
ICBF deban asumir roles ajenos a su cargo o duplicando actividades que
obstaculizan la debida atención integral a las necesidades de los menores. Al ser
cuestionadas por la regularidad en las mesas de trabajo de las instituciones del
municipio, las trabajadoras manifiestan que no hay aliados potenciales, salvo el
centro de Salud.
▪ Comunidad LGBTI: para el colectivo, el principal problema es la atención a sus
necesidades. Uno de los líderes del grupo manifiesta que en el plan de atención
a esta población se realizó una vinculación a la secretaria de la mujer, donde no
son tenidas en cuenta las verdaderas necesidades. Así mismo, se manifestó que
se hizo la creación de una organización LGBTI en el municipio, pero no se siente
una representatividad. Hay desconocimiento de los derechos de protección que
cobijan a esta minoría y señalan que para poder realizar ejercicios de
capacitación deben dirigirse a la ciudad de Villavicencio, porque en el municipio
no hay medios de información y capacitación.
53

Figura 7: Diagnóstico de conflictividades por parte de los líderes comunales del


municipio.

▪ Población desmovilizada: esta población fue más pasiva en dictaminar los


problemas que son percibidos en el territorio, sin embargo, en los ejercicios de
mapeo del territorio se realizaba una asociación negativa entre los organismos
de autoridad y los usuarios. Al preguntar a los participantes la razón por la que
no fue dibujada la Estación de policía se indicaba que el trato que ellos recibían
era agresivo. Así mismo, se indicaba que en temas relacionados con educación
no había el suficiente apoyo, especialmente cuando se quería matricular a los
menores.
▪ Líderes y lideresas locales: este grupo social percibe varios problemas en su
comunidad relacionados con migración de personas provenientes de Venezuela,
contaminación de los ríos por la extracción de hidrocarburos, desempleo,
54

corrupción, inseguridad y delincuencia. Así mismo, se ha mencionado el


machismo y violencia doméstica en el municipio.
▪ Líderes indígenas: plantean que el derecho colectivo de territorio está siendo
vulnerado, ya que no ha sido designado una zona adecuada, donde los
indígenas del municipio puedan desarrollar sus prácticas ancestrales y
convivencia conforme a su cosmogonía.

4.7. Sistema de Derechos Humanos:


Cuando se iniciaron los talleres, se realizaron preguntas relacionadas al
conocimiento que se tiene sobre derechos humanos y la normatividad de la aplicación.
La población usuaria manifestó que si bien es un tema que se oye en distintas esferas
sociales, no existe una idea concreta sobre el tema. Al solicitar a la población que
indicara qué conciben por derecho, varias han sido las interpretaciones; sin embargo,
los derechos humanos son vistos por la población como un privilegio, y destacan que la
cotidianidad refleja que son pocas las personas que pueden tener acceso a derechos
que satisfagan las necesidades básicas.

Cuando se mencionó a la población derechos relacionados a la vida y una vida


digna, usuarios del taller consideraron que debe haber una mejor interpretación sobre la
palabra dignidad, ya que temen porque los menores desvirtúen el nacimiento de nuevos
seres llevando a prácticas relacionadas con el aborto.
55

Figura 8: Descripción de conceptos relacionados con derechos humanos y derechos


colectivos e individuales.

5. RESULTADOS
Los talleres de gobernanza para la paz en el municipio de Acacías, permitieron a
los participantes identificar y desarrollar los elementos que generan conflicto desde la
perspectiva de sus experiencias y en un entorno de diálogo. Además, se profundizó en
el conocimiento de los derechos humanos como una base fundamental para la
institucionalización y la construcción de la paz

Desde la metodología de investigación-acción participativa se estableció un


movimiento articulado entre la investigación y la intervención que permitió obtener
información sobre distintos puntos problemáticos expresados por los participantes
durante el proceso de los distintos ejes temáticos de los talleres. En lugar de
pretenderse una solución de los problemas y un accionar concluyente para la
implementación de políticas públicas, el resultado de la experiencia de los talleres
56

muestra que el conflicto en Acacías es sistémico y por tanto el trabajo de consolidación


de políticas públicas para la gobernanza de paz debe ser un proceso permanente,
desde las voces y experiencias de los participantes.

Los diferentes líderes participantes, mostraron interés en explorar en cada una


de las temáticas para empoderar a sus poblaciones y la participación fue activa en
todos los talleres. Ninguno de los líderes tenía conocimiento acerca de la gobernanza
para la paz, a pesar de que trabajan en derechos humanos y desconocían los
mecanismos para defender y reclamar sus derechos.

Uno de los principales obstáculos para la concreción de la gobernanza para la


paz a través de las políticas municipales se evidenció durante el desarrollo de las
actividades, en las cuales se percibieron las fracturas entre la comunidad y la
institución. De hecho, en gran parte del desarrollo de los talleres se menciona un
abandono de los entes de control y la Alcaldía frente a los problemas relacionados con
la contaminación, delincuencia y migración.

Además de los problemas de larga data generados por los grupos armados y los
desplazamientos, según expresaban los líderes, en la actualidad se suma el problema
de inmigración, que ha adquirido una fuerte incidencia en el municipio en la formación
de nuevos espacios de violencia, específicamente relacionados a la prostitución.

Así mismo, hay una preocupación generalizada por la petrolera que funciona en
la zona, ya que hay asociación de la extracción del petróleo con la contaminación de las
fuentes hídricas. También se realiza una asociación de la extracción de hidrocarburos
con el flujo de personas, ya que manifiestan que esta es una de las causas de la fuerte
migración al municipio. El problema ambiental es preocupación específica de los
grupos indígenas en relación a la preservación de los espacios ancestrales y los
recursos medioambientales. Por ello, se propuso que las agendas de paz desde la
perspectiva de derechos humanos, deben considerar la sostenibilidad como uno de los
ejes fundamentales del bienestar de la población del municipio.

Existe una expectativa de la población por los procesos de elección de


gobernador y alcalde del próximo año ya que la población manifiesta que no se sienten
representados y esto forma parte de la fractura con la institucionalidad que se señalaba
57

anteriormente. Se planteó la necesidad de crear agendas de trabajo con las


instituciones que laboran en el municipio e invitar a sectores de la sociedad para que
puedan comprender las funciones, además de ser multiplicadoras de la información con
su comunidad.

6. CONCLUSIONES
Construir gobernanza para la paz implica evitar o reducir todas las expresiones
de conflictividad y violencia, lo cual exige desarrollar en las personas la idea de un
mundo nuevo, y erradicar los discursos de violencia que se encuentran arraigados en la
misma cultura. Esto implica incorporar acciones individuales y colectivas que
promuevan de manera coordinada en la sociedad una nueva identidad orientada a la
convivencia.

Los municipios están llamados, por vocación constitucional, a asumir un papel


protagónico en la construcción territorial de paz y en este sentido, la implementación de
dichas agendas debe ser considerada en las políticas públicas municipales. Es así
como el diseño de políticas públicas debe generarse desde un proceso de concertación
entre el Estado y la sociedad civil, asumiendo el enfoque en derechos humanos como
fundamento ético-moral desde la acción del Estado como requisito para el bienestar de
la sociedad. (Bernales, 2004).

Esto cobra especial relevancia en el actual momento de posconflicto, en el cual


se pretende articular esfuerzos de concertación entre distintos actores políticos y
sociales que hacen vida en el municipio Acacías, tomando en cuenta los distintos
factores de violencia y conflictividad endógena y exógena que han impactado
fuertemente dicha región.

El desarrollo de los talleres de gobernanza para la paz implementados con la


participación de un conjunto de líderes y lideresas comunitarios de Acacías, estableció
un espacio adecuado de interacción de distintos círculos sociales del municipio, dando
el protagonismo y permitiendo a los participantes determinar los puntos neurálgicos de
Acacías, con la intención de fortalecer la idea de comunidad, además de desarrollar el
58

diálogo y el conocimiento en el marco de los derechos humanos como una base


fundamental para la construcción de paz.

La educación para la paz debe considerar, más allá de habilidades técnicas, los
recursos necesarios para la formación de la imaginación cívica que permita
desestructurar el ciclo de violencia y proponer respuestas que generen el cambio social
constructivo. Además, una educación para la paz debe estimular la capacidad de crítica
desde la relación del individuo con los otros, la disposición a aceptar la complejidad sin
depender de una polaridad dualista, asumir el cambio como un acto creativo y la
aceptación del riesgo inherente a las iniciativas para romper la violencia.

Evidentemente, el trabajo realizado es solo un punto de partida. En efecto, la


experiencia de los talleres más que un plan de intervención que evidencia resultados
concretos, permitió la identificación de distintos nudos conflictivos que deben continuar
desarrollándose para la generación de una agenda de paz.

7. RECOMENDACIONES

A continuación, se presentan las recomendaciones derivadas del trabajo de


investigación:

• Fortalecer el trabajo social desde la creación de espacios que vinculen a las


instituciones y la comunidad, a fin de que la población sienta representación y
considere que sus necesidades son incluidas en el plan de desarrollo.

• Posibilitar a la administración municipal que se apropie de los informes y trabajos


realizados con los diferentes líderes en temas de derechos humanos.

• Iniciar los procesos de derechos humanos para dar mayor cobertura y mayor
profundización al desarrollo de las agendas de paz.

• Estimular el dialogo permanente entre la administración municipal y los líderes


para trabajar algunas problemáticas que se presentan en el municipio,
propiciando el empoderamiento de los líderes para la solucionar conflictos.
59

8. IMPACTO
El impacto derivado de los talleres de gobernanza para la paz, puede
establecerse a corto y a mediano plazo. En función de estos logros y con la
consecución de las agendas, será posible desarrollar un impacto a largo plazo que de
momento, no puede ser cuantificado.

Impacto a corto plazo:

• Incidencia en el conocimiento por parte de los líderes comunitarios sobre los


Derechos Humanos

• El trabajo se convierte en un referente para nuevos talleres y la acción para la


construcción de agendas de paz

• Inicio de un proceso de diálogo y esfuerzos articulados entre las instituciones y la


comunidad

• Establecimiento de una conciencia crítica en los líderes que propicia el


empoderamiento y su multiplicación en las comunidades.

Impacto a mediano plazo

• En el ámbito geográfico la implementación de una agenda de paz como parte de


las políticas públicas, tendrá un impacto territorial en la identificación de los
problemas de convivencia en el municipio.

• El acercamiento de las instituciones y la comunidad fomentará una mayor


confianza mutua.
60

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ANEXOS

Anexo 1. Listas de asistencia de los participantes a los Talleres Derechos Humanos y


Construcción de Paz: Proceso formativo para la realización de Agendas de Paz
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