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Derecho a la integridad física y

psíquica
Contreras: Derecho a la Integridad Personal
Reconocimiento a nivel nacional e internacional
Art. 19 N°1: “La Constitución asegura a todas las personas: 1° El derecho a la
vida y a la integridad física y psíquica (...)”.
Derecho a la integridad personal, reconocido en catálogo del art. 19 es uno de los
derechos que menos ha sido tratado por la dogmática nacional, soliendo tratarse como
apéndice del derecho a la vida.
Fue reconocido en la CP de 1980, las CP de 1833 y 1925 establecían la prohibición de
tormento (no derecho a la integridad), pero relacionada al enjuiciamiento criminal.
La CP de 1980 además de consagrar el derecho a la integridad física y psíquica
prohíbe apremios ilegítimos en sentido amplio y no reducido al enjuiciamiento penal.
A nivel internacional ha sido reconocido en diversos tratados y recomendaciones. Se
considera la prohibición de la tortura como norma ius cogens.
En plano nacional e internacional, el derecho a la integridad personal no puede
suspenderse ni restringirse (art. 43 CP, 27.2 CADH, 4.2 PIDCP).
Concepto de integridad personal
En términos amplios se refiere a la preservación del cuerpo y la psique de una
persona frente a intervenciones ilegales o arbitrarias perpetradas por terceros.
Contiene dos elementos: i) esfera de inmunidad ante terceros y ii) ámbito de
autodeterminación individual (facultad para decidir sobre el propio cuerpo y la
mente).
Se discute si se incluye la integridad “moral”. Si bien la CPR sólo se refiere a
integridad física y psíquica, puede derivarse del art. 1° que hace referencia a la
realización espiritual de la persona. En el art. 5.1 de la CADH aparece expresamente y
la Corte IDH la ha interpretado como parte de la protección de la dignidad humana en
sentido amplio, aunque no queda clara la diferencia con la integridad psíquica.

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Concepto de integridad personal: integridad física
Sinónimo de integridad corporal, corresponde a la esfera de protección del cuerpo de
un individuo. Algunos agregan la indemnidad genética y para ciertos autores, la
prohibición de la tortura en conjunto con el derecho a la vida constituyen el núcleo de la
integridad de la persona.

La integridad personal, si bien se relaciona con el derecho a la vida o la prohibición


de la tortura, es un derecho autónomo.

El derecho a la integridad personal se superpone con el ámbito de protección de


otros derechos, como el derecho a la vida o a la protección de la salud.

La dimensión original del derecho responde a las limitaciones del poder del Estado
respecto de los cuerpos y de los individuos, con el objetivo de racionalizar el ius
puniendi estatal.

Concepto de integridad personal: integridad psíquica


La integridad síquica cubre las facultades mentales del individuo y se comprende una
serie de afectaciones al agente moral.
La protección es frente a afectaciones que ocasionen “sufrimiento moral”, “humillación
o envilecimiento”, “rebaja de la dignidad del sujeto lesionado en su integridad moral”,
“violación a la dignidad”.

Se consideran también hipótesis de violencia sexual como causantes de grave


sufrimiento psicológico y moral, y que ha llegado a ser considerada como tortura
(en función del art. 5 de la CADH).

Para que se vea comprometida la integridad síquica, la afectación debe pasar un


umbral mínimo de trato degradante, entendida como la conducta más leve entre los
tratos crueles, inhumanos y degradantes.

Regulación constitucional del derecho a la integridad personal

Titularidad del derecho


La titularidad de este derecho se asigna a personas naturales (no jurídicas o morales).
Se discutió sobre la titularidad del nasciturus y en un principio se consideró como titular
(con la intención de prohibir causales de aborto y la noción de que el nasciturus era
persona) pero con la sentencia del TC sobre la interrupción voluntaria del embarazo en
tres causales eso se revirtió.

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Objeto del derecho

Obligaciones negativas: consistente en el deber de abstención de intervenir


arbitrariamente en el cuerpo y la psique del titular del derecho. Es decir, consistiría
en el derecho a no sufrir atentados en contra del cuerpo y la psiquis. Titulares del
derecho tienen autonomía para tomar las decisiones sobre su cuerpo y su mente
sin la interferencia del Estado o de terceros.

Se prohíben las intervenciones ilegales o arbitrarias, las intervenciones que


autoriza el ordenamiento jurídico pueden ser por la ley o por el consentimiento
del titular.

Obligaciones positivas: el derecho conlleva un deber de protección (obligación del


Estado de prevenir y sancionar atentados contra la integridad física y síquica), de
investigar, acusar y sancionar a responsables y reparar a las víctimas. La Corte
IDH ha detallado los elementos que debe cumplir la investigación para que cumpla
el estándar internacional (investigación ex oficio, sin dilación, seria, imparcial y
efectiva)

Destinatarios

“El problema de la eficacia horizontal”.

El destinatario del derecho a la integridad personal es el Estado.

En Chile, también se señala que el derecho se aplica también a las relaciones entre
privados. En la jurisprudencia, el caso de eficacia horizontal más recurrente es
respecto del derecho a la integridad personal en relación con las ISAPRES (sujetos
privados que efectúan prestaciones de salud), en que se señala son las ISAPRES
quienes vulneran el derecho.

Apremios ilegítimos

CP contiene regla de prohibición de todo apremio ilegítimo. No establece una


prohibición de la tortura y tratos crueles, inhumanos y/o degradantes.

Por apremio ilegítimo la doctrina ha entendido que se comprende cualquier


conducta constitutiva de tortura, tratos o penas crueles, inhumanos y/o
degradantes.

El TC ha entendido por apremio el “mandamiento de autoridad judicial para


compeler al pago de una cantidad o al cumplimiento de otro acto obligatorio” y por

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ilegítimo, carente de legitimidad, ligándolo con el ejercicio de las sanciones
penales, las que deben obedecer a fines constitucionalmente lícitos y que no
vulneren los límites de esta. El concepto de apremios ilegítimos no es utilizado en
el DIDH, que se refiere a la prohibición de tortura y tratos crueles, inhumanos o
degradantes.

Tortura

No se encuentra en la Constitución. Sí se encuentra tipificado como delito en el art.


150ª del Código Penal (Ley 20.968 de 2016), siendo recogida dicha definición en la Ley
N° 21.154 que designa al INDH como el mecanismo nacional de prevención contra la
tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.

La Corte IDH ha identificado tres elementos constitutivos de tortura:


(i) Intencionalidad: tortura debe ser un acto intencional, deliberadamente infligida.

(ii) Daño: debe provocar severos sufrimientos físicos o mentales, un menoscabo en la


integridad física o síquica. El art. 1 de la Convención de UN (United Nations) señala
que debe ser grave. La Corte IDH utiliza criterios objetivos (método, duración, modo) y
subjetivos (edad, sexo, estado de salud y otras circunstancias personales) para evaluar
el daño.

(iii) Finalidad: la tortura debe tener una finalidad (cualquier finalidad, obtener
información o castigar por ejemplo).
Penas o tratos crueles, inhumanos o denigrantes

La doctrina constitucional ha incluido todo tipo de conductas antijurídicas que afecten la


integridad personal dentro del concepto de apremios ilegítimos:

El Comité de DDHH ha señalado que PIDCP no contiene definición. En el ámbito


europeo y la Corte IDH se ha utilizado el criterio de grado, siendo estos de menor
intensidad que la tortura. Por lo que se distingue caso a caso.

Las penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes incluyen apremios que


afectan la integridad física o síquica pero cuya intensidad no alcanza el grado de
tortura. Por ejemplo, la Corte IDH ha considerado parte de estas conductas el
encerrar a un detenido en condiciones insalubres y sin posibilidad de cambiarse la
ropa, etc.

En Chile, se define como “todo acto que, sin constituir tortura, vulnere el derecho a
la integridad o dignidad de las personas privadas de libertad” (art. 2º, letra b), Ley

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N° 21.154).

Se ha considerado como caso especial de tortura o trato cruel, inhumano o


degradante (dependiendo de la intensidad) la violencia sexual. Esta incluye
“acciones de naturaleza sexual que se cometen en una persona sin su
consentimiento, que además de comprender la invasión física del cuerpo humano,
pueden incluir actos que no involucren penetración o incluso contacto físico alguno”
(Corte IDH) y comprende tocaciones, amenazas de violación, golpes en los
genitales, desnudos forzados y violación sexual, entre otros.

Límites al derecho

Según Contreras, este derecho puede ser objeto de limitación a través de 2 formas:

1. Autorización legal de intervención: Esta puede tener distintos fines (administración


de justicia – la toma de muestras de material biológico-, interés general – por
ejemplo, en materia sanitaria se puede decretar la vacunación obligatoria de la
población, art. 32 Código Sanitario-). En relación al uso de la fuerza por parte de
las Fuerzas de Orden y Seguridad, la utilizan para controlar el orden público pero
no existe norma legal que lo autorice, sólo está en circulares y protocolos el cómo
esta fuerza debe ser aplicada.

La Corte IDH ha establecido criterios para el uso de la fuerza: a) es excepcional y


debe ser proporcional, b) uso de la fuerza letal está prohibido por regla general, c)
uso de la fuerza debe respetar principios de proporcionalidad, necesidad y
humanidad, d) el mandato legal debe someterse al principio de taxatividad penal.
El INDH ha documentado diversos casos de infracciones al uso legítimo de la
fuerza pública que afecta la integridad física y síquica.

2. Renuncia y consentimiento del titular: La mayoría de la doctrina no tematiza


respecto a este tema. Quienes se han pronunciado señalan que es parte del
contenido mismo del derecho en el caso de las libertades. Esto puede llevar a
conductas que atenten contra la propia integridad.

Implica la autorización o consentimiento del titular del derecho a ser sometido a una
intervención corporal o psíquica. La Ley N° 20.584 de 2012 que establece derechos
y deberes de los pacientes, reguló el consentimiento en materia sanitaria y
establece sus límites (aceleración artificial de la muerte, salud pública).

Garantías del derecho a la integridad personal

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Garantías jurisdiccionales

A nivel constitucional: recurso de protección (incluye afectación a obligaciones


negativas y positivas) y recurso de amparo o habeas corpus (indirectamente,
garantiza el ejercicio legítimo de la libertad personal y la seguridad individual, esto
último jurisprudencia lo ha ampliado a la integridad).

A nivel legal: cautela de garantías (10° CPP), exclusión de prueba ilícita en el


procedimiento penal (art. 276 CPP) o la exigencia de autorización legal para ciertas
diligencias probatorias, la acción de tutela de DDFF en el ámbito laboral
(incluyendo acoso laboral), entre otras.

Otras garantías

Mecanismo Nacional de Prevención contra la Tortura (INDH, Ley N°21.154):


órganos de visitas para la prevención de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos
o degradantes. Puede visitar periódicamente la situación y condiciones de las
personas privadas de libertad, efectuar visitas y monitorear los recintos de privación
de libertad, entre otras. Cumple además, un objetivo de prevención directa e
indirecta. El INDH a su vez, puede ejercer las acciones constitucionales de
protección y amparo en favor de las personas privadas de libertad.

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