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CRÍTICA DE LA RAZÓN PUTA

- Prólogo (AXV)

El primer párrafo resume toda la crítica de la razón pura. La propia razón plantea una serie de
problemas (ej: existencia de dios, si el alma es inmortal), que no puede eludir. Y que, además,
no puede responder porque no está capacitada para ello.

La razón comienza por categorías/ppios que son inevitables al uso (ej: ppio causalidad). Y con
ellos asciende cada vez más, hasta el punto en el que las preguntas nunca se acaban. La
metafísica reside en la necesidad de buscar una primera causa que sobrepasa la experiencia.

La razón anteriormente estaba sumida en el racionalismo, escepticismo e indiferentismo: Kant,


entonces, examina la razón, juzga a la razón misma con sus pretensiones; se le lleva a una
“disciplina” (contrariamente a Hegel, que la “libera”).

- Introducción

Diferenciación del conocimiento puro y empírico.

Kant entiende la experiencia en dos sentidos: sensibilidad (se ve en la primera frase), significa
conocimiento sensitivo, entendimiento, percepción; y como la ordenación de lo que nos dan
los sentidos. Este último es el sentido más puro y usado por Kant de la experiencia.

El entendimiento unifica las imágenes sensibles. Ningún conocimiento entonces precede de la


experiencia. La sensación o percepción es el momento previo a la experiencia sensible, que se
refiere a unificar lo recibido. Entonces, todo conocimiento comienza en la sensación, pero no
en la experiencia. Ordena la realidad sensible.

Entender el objeto como sustancia es una función del entendimiento.

Todo enunciado expresa un juicio, que es universal y necesario a priori. Lo que vemos del
objeto no es la causa, es el efecto. La experiencia es lo que nos confirma el suceso, así, en cada
experiencia particular el juicio se acredita.

Todo conocimiento sobre el mundo se da por una condición de posibilidad que hace posible la
experiencia, ya que esta sintetiza las formas sensibles, construyéndose un concepto
(referencial/propiedad). Cuando el objeto se vuelve sustancia, se unen lo referencial y la
propiedad del objeto. Cuando se dice que S es P, se predica sobre sustancia y accidente.

La experiencia es a la primera instrucción: es el primer producto de nuestro entendimiento.


Nos dice lo que existe, pero no que deba ser necesariamente así. Por ello nos proporciona
universalidad, y con ello un conocimiento a posteriori o empírico. Esos conocimientos
universales deben ser claros y ciertos por sí mismos, por lo que no pueden versar sobre la
experiencia.

Las leyes (condiciones de posibilidad) que hacen posible la experiencia son subjetivas, pero
todos las compartimos. Toda experiencia obedece a esas reglas.

Estamos en posesión de ciertos conocimientos a priori, y hacemos uso de ellos. Por ejemplo, la
proposición: toda mudanza tiene su causa, es una proposición a priori, pero no pura, porque
mudanza es un concepto que solo puede ser extraído de la experiencia.

La necesidad y universalidad estricta son, pues, señales seguras de un conocimiento a priori


puro. La universalidad empírica no es valida a priori; mientras que la universalidad estricta es a
priori absolutamente. Por ello una ley no puede ser válida por sí misma (sería una ley
empírica), sino que tiene que valer universalmente. Por ejemplo, las matemáticas; o la
proposición de que toda mudanza debe tener una causa. El concepto de causa tiene la
NECESIDAD de la conexión con un efecto y por lo tanto de una universalidad. Kant nos dice,
que eliminemos poco a poco nuestro concepto empírico de un cuerpo (el color, la dureza,
blandura…), quedando así el espacio que el cuerpo ocupaba: a este no se le puede eliminar.
Esto quiere decir que podemos quitarles a los objetos (corpóreos o no), las propiedades que
nos da la experiencia, pero no podemos arrebatarle, sin embargo, aquellas propiedades por las
cuales pensamos como substancia o como inherente a una substancia. (p. 52)

Los conceptos que son usados legítimamente (si no fueran usados legítimamente, serían
discursos sin significado) en la experiencia se usan más allá de esta misma: de esto se trata la
metafísica; son conceptos que usamos a ocasión de lo dado, y reglas de síntesis de los objetos.

El entendimiento tiene una base en la unidad del yo (hemos dicho que el entendimiento une y
sintetiza), es decir, no hay representaciones fuera del yo. El entendimiento propio une el
material dado en la sensibilidad; une conceptos, y en el uso de estos conceptos, donde se
piensa lo que nos es dado, se da el juicio.

En el entendimiento con conceptos sensibles unidos, se dan las categorías. Estos son
conceptos que se repiten constantemente y que se acreditan en la realidad. Estas categorías
descubren las condiciones necesarias para la experiencia. El usar un juicio damos con un
objeto; la unidad a la que se refiere un juicio.

B7: la metafísica como un discurso objetivo.

Kant busca cuales de nuestros juicios tienen validez fuera de le exp.

Un juicio analítico es el principio de identidad, predicado y sujeto están unidos por este
principio, p.ej., si a un triángulo le quitas los tres lados, deja de haber un triángulo; el cuerpo es
divisible, no sé nada más. Esto es un juicio a priori y universal.

Un juicio sintético, añade al predicado una extensidad, este es un juicio que, por lo tanto,
necesita de la experiencia para que se dé. Así, p. ej., la experiencia es lo que hace posible que
se pueda añadir “pesantez” al concepto de cuerpo.

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