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Robles S., L. (2007). La invisibilidad del cuidado de los enfermos crónicos.

Un estudio cualitativo en el barrio de Oblatos. Guadalajara: Universidad de conocer cómo éste se transforma a lo largo del tiempo; la idea central
es que el cuidado a un enfermo crónico tiene un inicio y un final y entre
Guadalajara. Cap. 7: “Las trayectorias del cuidado: cambios temporales” (pp. 262-305). ambos existen varias fases, las que dan cuenta del flujo temporal de una
experiencia de cuidado. La otra, la "trayectoria de vida como cuidador",
especifica que para algunos sujetos el rol de cuidador se convierte en un
rol repetitivo a lo largo de su vida. Estas sucesivas experiencias de cuidado
de un individuo en su vida son el objeto de análisis de esta trayectoria.
7. Las trayectorias del cuidado:
cambios temporales 1 a trayectoria del cuidado: dos tiempos
y dos trayectorias
Recordando el pasado a partir de hoy, todo parece irreal y
también demasiado viejo. Pero una mujer con un pasado El tiempo del padecimiento es el tiempo vivido por un individuo en calidad
era diferente en aquellos días, así como el pasado en sí de enfermo; son las vivencias de los cambios sufridos en su padecimiento
mismo siempre es diferente y siempre un país descono- a lo largo del tiempo. Se acepta, teóricamente, que el cuidado es diferente
cido. Hoy, aún, preocuparse por el pasado pareciera una en cada una de las fases del padecimiento; puesto que las necesidades del
emoción o indulgencia que perteneciera al mismo pasa- enfermo cambian en cada una de ellas, por lo tanto las demandas del tipo
do, no al presente ni al futuro, ni al lugar donde vivimos. de cuidado son diferentes en cada fase (Biegel, Sales y Schulz, 1991). Un
La conversación que tuvimos —la forma como Iris me lo análisis de este tiempo privilegia las necesidades del enfermo, ya que éstas
dio y la forma como lo recibí en lo más profundo de mi determinan la dinámica del cuidado (Schumacher, 1996). ¿Qué acciones
ser— ahora me parece casi medieval. de cuidado y cuándo realizarlas? Esto depende de la fase de la trayectoria
del padecimiento en que se encuentra el enfermo.
Bayley, 1999: 72 En el tiempo del cuidador se debe considerar la experiencia interior
de quien desempeña el rol, sin relación alguna con los tiempos del en-
La reflexión sobre el tiempo que nos ofrece Bayley es una constante a lo fermo. El tiempo subjetivo es la reflexión acerca del pasado con respecto
largo de la Elegía a Iris, escrita para mostrar al mundo la historia de su al futuro, siendo las vivencias las que delimitan el paso de uno a otro.
matrimonio y cómo éste se transformó al enfermar de Alzheimer su esposa, Las unidades de tiempo interior no son homogéneas en extensión ni en
Iris. El tiempo, al igual que Iris, son los protagonistas de la obra. En ella, contenido, son unidades de articulación temporal o marcos temporales
el pasado y el presente son constantemente recuperados y experimenta- de referencia, por lo que una experiencia presente se relaciona con un
dos con tal sufrimiento que el tiempo se constituye en el instrumento de contexto de experiencias pasadas, lo que presupone un flujo de fases
comunicación, de cómo la enfermedad avanza y cómo quien vive al lado entre ellas. Las experiencias se ordenan una después de otra y constitu-
del enfermo ve transformada su vida lenta pero inexorablemente. yen la base para las observaciones reflexivas sobre experiencias pasadas
El tiempo es protagonista central para comprender cómo el cuidado y la captación de su sentido (Schutz y Luckmann, 1973). El orden que el
no es un fenómeno estático, sino en permanente transformación. Esta cuidador le da a sus experiencias pasadas es lo que origina la creación de
cualidad dinámica del cuidado se objetiviza en dos categorías temporales: fases del cuidado. 221
una, el "cuidado como un proceso", que refiere a los cambios en el cuida-
do per se a lo largo del tiempo; otra, el "cuidado como una carrera", que 221
En la literatura, diversos referentes se emplean para establecer los cambios en el cuidado: el cambio
implica el número de veces que un individuo asume el rol de cuidador a de significados y sentimientos sobre el cuidado a lo largo del tiempo (Orona, 1990; King, 1993), las fases
lo largo de su vida (Hooyman y Gonyea, 1995). en el aprendizaje del rol de cuidador (Howard, 1994; Jeon y Madjar, 1998), las fases de ajustes a dicho rol
En este capítulo recupero ambos acercamientos para construir dos (Lindgren, 1993; Macintyre, 1996), el cambio de estrategias en el manejo de la incertidumbre (Brown y
trayectorias de cuidado: la "trayectoria del cuidado" y la "trayectoria de Powell-Cope, 1991), las fases que se atraviesan para convertirse en un experto (Taraborrelli, 1994). Pero no
vida como cuidador". El análisis de la "trayectoria del cuidado" permite existen estudios que construyan las fases a partir del tiempo subjetivo del cuidador.

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Mi análisis del tiempo de las trayectorias recupera tanto el tiempo La percepción que tienen los cuidadores y el propio enfermo de
del padecimiento como el del cuidador, reconociendo que ambos se tras- que él está "sano" a pesar de la diabetes, constituye una señal para saber
lapan. Por eso, más que un análisis que conjugue ambas temporalidades, si hay que cuidarlo o no. Silvia expuso este argumento para responder a
presento dos trayectorias del cuidado: una construida a partir del tiempo mi pregunta sobre si su esposo estaba al pendiente de ella por causa de
del padecimiento, en donde las fases del padecimiento son los referentes su diabetes:
temporales para registrar los cambios en el cuidado, y otra que identifica
las fases que el propio cuidador construye, así como sus marcos temporales ...nunca me dijo, nunca está al pendiente, que ni lo piensa, nomás sí cuando
para registrar cambios en el cuidado. le dije "me dijeron que fuera", "pos anda", o sea, luego luego "pos anda, a
ver qué te dicen". Y pos ya, hasta la fecha. O sea, yo creo que también como
uno lo tome, o sea, también ellos lo toman como a uno lo ven, que se vaya
La trayectoria objetiva del cuidado: decayendo uno, pues. En sí, no, nunca le he dado lata. Ya se va a preocupar
cuando ya me traigan así, ya que ande bien mala; pero sabe...
el tiempo del padecimiento
Esta percepción de que el enfermo está "sano" equivale a que no
A partir del tiempo del padecimiento se identificaron cinco fases en la necesita ser cuidado;223 es decir, si el cuerpo biológico y social del enfer-
trayectoria del cuidado en Oblatos. En términos generales, dichas fases se mo no ha sufrido cambios importantes y continúa con sus actividades
delimitaron a partir de su relación con las fases de la trayectoria del pade- cotidianas, entonces no necesita ni se justifica el cuidado. A esto hizo
cimiento presentada en el capítulo cuatro. Las cinco fases de la trayectoria referencia Josefina cuando le pregunté si tenía que cuidar a David su
del cuidado son: inicio, semicuidado, cuidado, agonía y terminación. esposo, entonces me respondió de inmediato: "¡No!, yo no lo veo malo, a
veces ni creo que esté enfermo".
A pesar de sus afirmaciones, el cuidado se había iniciado. Una serie
El inicio de la trayectoria del cuidado de acciones que anteriormente no se daban evidenciaba su presencia. La
característica central es que se trata de ayudas específicas y por breves
Todo cuidado comienza en algún punto en el tiempo de la trayectoria del periodos de tiempo, es decir, sólo bajo ciertas circunstancias emergía este
padecimiento, casi siempre a partir del diagnóstico de la enfermedad; así tipo de acciones, que por su baja intensidad pasan casi inadvertidas. Tres
sucede en enfermedades como cáncer, Alzheimer o accidente vascular condiciones explican la invisibilidad del cuidado en esta fase. La primera,
cerebra1.222 Pero en Oblatos el cuidado no se inició con el diagnóstico, fue el no-reconocimiento de que el enfermo necesita de cuidado porque él
un proceso paulatino e invisible en el que no queda claro cuándo inició mismo se percibe como "sano". La segunda, las acciones se ejecutan en
propiamente el cuidado. El diagnóstico fue un evento que el enfermo vivió el nivel más bajo de sustitución de las funciones corporales o sociales del
a solas. La ayuda de la familia continuó igual y varios de los cuidadores enfermo, al ubicarse en el extremo de menor involucramiento en el con-
incluso no recordaban cómo había sido el principio. tinuum de la acción?"' Esto da una apariencia más de ayuda o apoyo que
de cuidado. Tercera, las acciones se estructuran siguiendo un patrón de
repetición discontinuo que depende del padecimiento; estos recordatorios
La fase de semicuidado son las situaciones a las cuales aludió Vicente, el esposo de Silvia, cuando
expresó la necesidad de cuidarla:
La fase estable del padecimiento es una época de pocos cambios, el en-
fermo logra un relativo equilibrio en su vida orgánica y social y los demás
lo perciben como sano. 223 Durante las entrevistas con los enfermos apareció reiteradamente la noción de que solamente los
"enfermos malos", los que no pueden valerse por sí mismos ni para levantarse de la cama, deben ser cui-
dados. Esta noción servía a los enfermos como argumento para dar cuenta de que ellos aún eran capaces
222 Orona (1990) exploró lo que sucedía antes del diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer. De acuerdo de cuidar de sí mismos.
con su estudio, hay dos fases previas al diagnóstico: la fase de señales "irritantes" debidas a conductas 224 En el capítulo anterior expuse cómo las acciones poseen una gradación que va de la casi ausencia
inusuales en el enfermo, y la fase de dar una "respuesta provisional" a ese comportamiento. de sustitución a la sustitución total de funciones.

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—Quiere decir que ¿no hay que cuidarla mucho, o sí?, o ¿de vez en cuando? obligadamente a su madre, Teresa. Todos los lunes sin falta, durante más
—De vez en cuando, de vez en cuando sí; parece que no, [pero] a veces sí, de siete años, acudió puntualmente a su compromiso, o cuando ella no
el peligro de ella misma, cuando ya está muy dulce... podía, su madre era la que iba de visita a su casa.
Esta fase se caracteriza por la existencia de un cuidado que aparenta
Esta metáfora de lo dulce significa que Silvia era una enferma de ser más bien una ayuda o apoyo puesto que el respeto a la autonomía del
diabetes y eso siempre constituía una amenaza. Él sabía que en esos mo- enfermo es fundamental, ya que durante la fase estable del padecimiento
mentos el cuidado era necesario, por eso lo llevaba a cabo. el enfermo es quien controla el cuidado. Sin embargo, la aparente ayuda es
Estas tres condiciones durante la fase de semicuidado se objetivan realmente cuidado de baja intensidad y restringido en tiempo.225 Pocas son
a su vez en tres patrones de cuidado, que no se dan simultáneamente ni las acciones llevadas a cabo durante esta fase y casi siempre consisten en
todos están presentes en el mismo enfermo: de acuerdo con las circuns- recordar, sugerir, acompañar, solidarizarse.
tancias, aparece uno u otro, o se combinan.
El primer patrón de semicuidado consiste en otorgar el cuidado
durante el tiempo necesario, después desaparece. Un ejemplo es la ingesta La fase de cuidado
de alimentos prohibidos. Josefina, esposa de David, no desaprovechó la
oportunidad para comentar el asunto de la comida aquella primera vez Durante esta fase, la ayuda específica y delimitada de la fase anterior sufre
que platicamos con ambos: un proceso de conversión a cuidado. El cuidado deja de ser una acción
con apariencia de apoyo social para convertirse en una práctica social de
...es lo que yo le peleo a él [David] con la miel de abeja, le gusta mucho, cuidado.226 Este cambio se da durante las fases oscilatoria y de deterioro
compra pencas y está [comiendo]. "¡Pero es dulce!" [y me contesta] "¡ah!, del padecimiento. Durante estas fases, el enfermo empeora orgánica
es natural, es natural"; no sé, pero si le haiga daño... y socialmente, presenta crisis recurrentes y no controla totalmente el
padecimiento ni su manejo, aceptando que otros participen en su vida
Lo mismo sucede con otras conductas, como el olvido o la sus- y padecimiento.
pensión de medicamentos. Al olvidarse de realizarlas, se le recuerda. Es Seis características distinguen a esta fase. La primera, el estableci-
necesaria la manifestación de una conducta por parte del enfermo, para miento de "rutinas de cuidado" como acciones permanentes, no esporá-
que el cuidado emerja; si ésta no se da, tampoco el cuidado. dicas o cuando se necesitan, como en la fase anterior. Durante esta fase,
El segundo patrón de semicuidado es que algunas acciones de cada una de las acciones adquiere un ritmo temporal propio227 de acuerdo
cuidado se realizan continuamente pero de manera delimitada, con el con las necesidades del enfermo. Un ejemplo de ello es acompañar al en-
fin de preservar la autonomía del enfermo sobre su padecimiento. La fermo a sus citas con los terapeutas. Eso fue parte de la vida cotidiana de
recomendación de cuidarse a sí mismo era expresada reiteradamente por Pascual, el esposo de Eloísa: ir con ella a sus citas con el médico del Centro
los cuidadores, la misma no dependía de lo que hiciera el enfermo. Ésta de Salud o al Hospital Civil viejo, así como ir todos los días al Centro de
era una amonestación que Cornelio escuchaba con cierta frecuencia de Salud para que le "administraran" sus medicamentos para la tuberculosis.
su esposa Esther cuando vivió esa fase:
"'Esta fase concuerda con lo que Schumacher (1996) denomina un "patrón de autocuidado" por parte
...pues yo le digo mucho "cuídate", le digo, "porque con esta enfermedad del enfermo y un cuidador que siempre está dispuesto a apoyar cuando se le necesita.
que tenemos pos tan mala"; es la de la presión como de la azúcar, las dos 226 Ésta coincide con lo que varios autores consideran como propiamente la fase de cuidado, cuando el
son muy malas. Si él no se ha cuidado o no quiere, más bien, cuidarse, pos enfermo está muy enfermo y hay que "hacerle todo". Es una fase progresiva de aprendizaje de cómo cuidar
estamos atrasados... o de adaptarse al rol de cuidador (Howard, 1994), de "ensayo y error" en las estrategias para manejar la
situación (Brown y Powell-Cope, 1991) o de convertirse en un "experto" como cuidador (Taraborrelli, 1994).
El tercer patrón de semicuidado es la intensificación de la ayuda Los autores señalan que es el momento del establecimiento de rutinas de cuidado, ya que se abandonan
mutua que existía entre cuidador y enfermo desde antes de la enferme- las acciones provisionales anteriores.
dad. Entre las hijas-cuidadoras, las visitas a sus madres eran una actividad 227 Me refiero a los "ritmos cotidianos" del cuidado analizados en el capítulo anterior, que son los cuatro
regular, pero a partir de la presencia de la enfermedad se hicieron cada intervalos de tiempo para su ejecución periódica: diario, periodo largo con tiempo fijo, periodo largo sin
vez más frecuentes. Yolanda estableció un día de la semana para visitar tiempo fijo y atención plena.

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A lo largo de un año la acompañó sin falta a su cita diaria para que ella están agravando. También se agregan los conocimientos del uso de técni-
ingiriera dichos medicamentos. cas médicas:228 aprender a inyectar insulina, manejar el glucómetro para la
La segunda característica es la expansión de las acciones a todas las medición del azúcar, hacer la diálisis; sin contar los innumerables saberes
áreas de las tres líneas de cuidado. Esta expansión da paso a la creación de para la manipulación de un cuerpo o para animar a un enfermo.
"unidades de cuidado" y a la apropiación de acciones de otras esferas de La sexta característica: la forma del cuidado depende de si el pa-
la vida cotidiana preexistentes, para convertirlas en acciones de cuidado. decimiento está en fase de deterioro o en fase oscilatoria. En ese sentido,
Por ejemplo, la preparación de los alimentos. Mientras en la fase de semi- el cuidado puede transitar hacia un cuidado intermitente para el caso de
cuidado lo común es evitar "alimentos dañinos" en el menú, durante la la fase oscilatoria, o a un cuidado creciente para la fase de deterioro de la
fase de cuidado la preparación de los alimentos se apega a la prescripción trayectoria del padecimiento. Cada una sigue un camino diferente, como
dietética. Además, las acciones van recorriendo el continuum y sustitu- a continuación se verá.
yendo paulatinamente las funciones corporales o sociales del enfermo.
De ahí que si en algún momento de la fase de cuidado lo acompañan al El cuidado intermitente
médico, después literalmente lo llevan al servicio de urgencias.
La tercera característica: el cuidado se convierte en una situación La fase oscilatoria del padecimiento se caracteriza por alternar periodos
ineludible, originada por el empeoramiento de la condición del enfermo. de relativa calma con otros de crisis, provocando un deterioro acumulativo
En general, hay un evento en la trayectoria del padecimiento que marca en el enfermo; es decir, después de una crisis no existe una recuperación
este cambio: una embolia en Manuel, Emiliano, Teresa y Hermila; en los al nivel anterior, sino un nuevo equilibrio al asimilar las pérdidas expe-
otros enfermos, la aparición de las complicaciones de la diabetes. Como rimentadas durante la crisis. Por este motivo, el cuidado también oscila
consecuencia de este empeoramiento, ya es insoslayable cuidarlos. entre épocas de cuidado intenso y de cuidado de baja intensidad.229
La cuarta característica: los cambios no son únicamente de tipo Cuando el enfermo cae en una crisis, el cuidador despliega toda
acumulativo, sino también de sustitución y eliminación de acciones a lo una gama de acciones de las tres líneas de cuidado, que abarcan casi todas
largo del tiempo. En algunas áreas de cuidado se van acumulando acciones las funciones corporales y sociales del enfermo. Durante ese tiempo, el
con el tiempo. Si en la fase de semicuidado se aporta dinero para pagar enfermo se encuentra en un estado de dependencia casi total, por lo que
medicamentos o remedios tradicionales y la consulta con los terapeutas, se opera una sustitución casi completa del enfermo.
en la fase de cuidado las aportaciones se extienden a tecnología médica, El caso de Moisés ejemplifica esta situación. En una de las oca-
material de curación, hospitalizaciones urgentes, alimentos especiales, siones en que tuvo que guardar cama durante varias semanas debido a
transporte en taxi a los servicios médicos, renta de silla de ruedas o cama una úlcera en una pierna, Refugio su esposa y su hijo Ismael, cuidadora
de hospital, manutención del enfermo. primaria y cuidador secundario, cubrieron entre ambos sus funciones
En otras áreas se sustituyen o desaparecen acciones; si al principio corporales y sociales. El cuadro 7.1 evidencia la variedad, extensión y
se apoyaban las decisiones del enfermo, después el cuidador es quien las cantidad de acciones que ambos cubrieron en poco más de tres meses
toma. Si antes se aconsejaba al enfermo cuidarse a sí mismo, después ya que duró la crisis de Moisés.
no se hace porque es una afrenta, en términos de recordarle la pérdida Refugio sustituyó completamente a Moisés en su función de provee-
de su autonomía e independencia. dor económico. Ambos trabajaban en el tianguis vendiendo ropa nueva,
La quinta característica: la adquisición creciente de conocimientos pero durante esos tres meses Refugio atendió sola el puesto. Su hijo Ismael
y habilidades por parte del cuidador. Durante la fase de semicuidado, el
cuidador utiliza conocimientos y habilidades de sus otros roles para cui- 228 Éste es un asunto importante en este grupo del sector popular, por la carencia de conocimientos.
dar al enfermo; en cambio, durante esta fase se aplican conocimientos y En una ocasión le obsequié a una de las cuidadoras un termómetro y mi sorpresa fue que a sus 42 años
habilidades específicos porque las acciones de cuidado así lo requieren. y con tres hijos no sabía usarlo; no únicamente ignoraba en qué parte del cuerpo se coloca sino también
Establecer un diagnóstico de crisis requiere de un conocimiento especiali- cómo se lee y su preparación previa a colocarlo. Un curso rápido de "cómo usar el termómetro" acompañó
zado de la conducta y la imagen corporal del enfermo, que da cuenta de un al obsequio. En este contexto los cuidadores deben aprender bastante.
empeoramiento que pone en riesgo su vida. Este tipo de conocimientos se 229 Howard (1994) reporta un fenómeno oscilatorio similar con madres-cuidadoras, pero con respecto
adquieren durante esta fase y con las recurrentes crisis de la enfermedad, a las fases de aprendizaje para vivir con un hijo adulto con esquizofrenia. Hay momentos de "espera" que
así los cuidadores saben, con sólo oír, tocar o ver a los enfermos, que se son periodos de tiempo en que el cuidado es menos activo.

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la llevaba por las mañanas, le instalaba el puesto y la dejaba, porque él Después de la crisis y durante las épocas de estabilidad relativa del
tenía su propio puesto en otro tianguis. Por la tarde iba a recogerla, des- padecimiento, el cuidado se asemejaba a la fase de semicuidado, aunque
mantelaba el puesto y la llevaba a su casa. En el hogar se hicieron arreglos no completamente. Esta ayuda era permanente y de baja intensidad.
para la alimentación y el aseo de Moisés: se le daba de comer en la cama Así, cuando él se encontraba "bien" aunque cada vez más "malo" de su
y su esposa lo bañaba. La atención a la enfermedad fue asunto de Ismael; pierna, el cuidado sustituía parcialmente algunas de sus funciones; por
el manejo de los regímenes y el establecimiento del diagnóstico, de Re- ejemplo, su rol de proveedor económico. Moisés regresó al tianguis pero
fugio ayudada por su nuera, que era enfermera y hacía las curaciones de bajo una modalidad diferente. Él y su esposa Refugio iban de nuevo a tra-
la úlcera. La línea de cuidado en torno al trabajo biográfico fue cubierta bajar juntos, pero Ismael continuó con la responsabilidad de llevarlos al
por Ismael y Refugio. tianguis dado que su padre no podía manejar. Además, Refugio buscaba
la manera de que él descansara más, ya que el problema en sus piernas
estaba latente:
Cuadro 7.1. Acciones de cuidado para Moisés durante una crisis. Oblatos, 2000
...y luego este... tratamos lo más posible de que se nos haga la vida menos
Cuidado de la enfermedad Cuidado en el trabajo biográfico Cuidado del hogar pesada para los dos, o sea que él [Moisés], yo le digo, yo también le digo a él
"ya vete pa' la casa, pues aquí qué estamos haciendo los dos". Él tiene chanza
Establecimiento de un Dar apoyo económico Conservar o reconstruir la de venirse a descansar, pues se viene y descansa, ¿verdá?... —¿Trabajan por
diagnóstico • Pagar terapeuta identidad del enfermo aquí cerca? —Sí, tenemos puros tianguis cerquitas...
• Monitorear • Pagar medicamentos • Dar ánimos
• Diagnosticar • Comprar insumos • Proteger Es evidente que por trabajar en tianguis próximos a su casa la
• Buscar opciones de costos • Dar atención especial posibilidad de descansar a media jornada era para ambos; sin embargo,
Manejo de las molestias más baratos • Consolar sólo Moisés la aprovechaba. Refugio prefería que fuera su esposo, por
• Decidir el manejo • Conseguir aparatos estar enfermo, y no ella quien descansara. En otras áreas del cuidado se
• Aplicar medidas terapéuticas Evitar el aislamiento social daba algo similar.
Realizar trabajo doméstico • Visitar Ismael tomó la decisión de buscar otras opciones de atención
Manejo de los regímenes • Preparar la dieta • Hablar por teléfono cuando un médico particular le prescribió a su padre la amputación del
terapéuticos • Realizar arreglos de • Acompañar pie debido a la úlcera. Cuando Moisés salió de la crisis, sin haberle am-
• Modificar las indicaciones mobiliario • Conversar putado el pie y bien curado de la úlcera, Ismael dejó que su padre fuera
• Administrar prescripciones quien decidiera con cuál médico acudir y cuándo, pero estando siempre
terapéuticas Proporcionar cuidados Dar continuidad al curso al pendiente y sugiriendo qué hacer.
personales de vida del enfermo Otras acciones desaparecen. La alimentación es diferente durante
Atención a la enfermedad • Transportar • Sustituir funciones una crisis y una fase de estabilidad. Refugio misma hizo la distinción entre
• Buscar opciones • Mover • Tomar decisiones ambas. "Solamente cuando estaba bien enfermo pues entonces sí, porque
• Acompañar en la atención • Bañar estaba a dieta, como luego dicen, comía puras verduras."
• Construir carrera • Servir de comer Crear una relación de cuidado Este cuidado intermitente oscila entre un cuidado pleno e intenso
• ManeiáMciones con el enfermo y un cuidado de baja intensidad pero sin perder la calidad de cuidado, es
• Llevad a"alkec¡On Organización del ambiente • ComlafkiÉ decir, nunca llega a ser un semicuidado. En ambos periodos se establecen
• Convencerádá necesidad de de cuidado • Ser flenti de información rutinas de cuidado, y aunque cada época tiene las propias, son perma-
la intervención terapéutica • Organizar los tiempos • Coparticipar de la nentemente reajustadas de acuerdo con las circunstancias. De ahí que
• Interaccionar con las • Organizar el cuidado experiencia la sustitución o la eliminación de ciertas acciones sea lo que identifique
instituciones de salud • Crear un ambiente físico • Ser confidente a este tipo de cuidado; de acuerdo con el comportamiento del padeci-
• Ser intérprete y social adecuado miento aparecen unas y desaparecen otras acciones de cuidado.
• Evaluar atención

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El cuidado creciente los dedos. Siempre la lastimaba. Y ella gritando que hiciera algo pero que
le sacara eso. Era horrible y a cada rato...
Este tipo de cuidado se da durante la fase de deterioro de la trayectoria del
padecimiento, momento en que el enfermo entra a un proceso de deterioro El ejemplo anterior da cuenta de cómo el cuidado sustituye la
biológico y social creciente. De la misma manera, pero en sentido inverso, función orgánica que el cuerpo del enfermo pierde, lo cual demanda la
el cuidado se constituye en un proceso acumulativo, caracterizado por la permanencia constante del cuidador.
ausencia de "respiros" o descansos en el cuidado, o de épocas de cuidado Además de lo anterior, durante las crisis del padecimiento se dan
de baja intensidad. Se da una gradual intensificación de las acciones en épocas de máxima intensidad en el cuidado. Dado que el estado del
las tres líneas de cuidado. enfermo se deteriora paulatinamente, las condiciones críticas ponen en
Durante esta fase, el cuidado alcanza su máxima expresión: todas mayor riesgo su vida y la hospitalización es el único recurso de sobrevi-
las acciones de todas las áreas de las tres líneas son ejecutadas por los vencia. No sólo el cuidado se traslada al hospital frecuentemente, sino
cuidadores; al inicio, con un ritmo pausado, pero conforme avanza el que aun ahí, y con el paso del tiempo, demanda una mayor intensidad
padecimiento el cuidado adquiere mayor intensidad. en las acciones. Lupe misma distinguía la situación entre las hospitali-
Lo que sucede con la alimentación ilustra el asunto. A Hermila, zaciones iniciales de la fase de deterioro de su madre y las dos últimas
después de la embolia que sufrió, su hija Lupe le preparaba la dieta pres- antes de morir:
crita y le servía de comer en la mesa donde todos comían. Con paso lento,
la misma Hermila iba hasta la cocina; después, Lupe le servía de comer ...otras veces que me quedaba en la noche, mi mamá me decía que ya me
donde estuviera sentada en su silla de ruedas, por ejemplo, frente al tele- durmiera. Y es que siempre me llevo mi sábana y, cuando se puede, la tiendo
visor. Más adelante lo hizo en la cama. Pero al mismo tiempo fue preciso en el suelo y me acuesto a dormir. Ya le decía "bueno, buenas noches" y
comenzar a ayudarle más, haciéndole papilla los alimentos y dándole de me dormía. Pero ahora no. Anoche se la pasó toda la noche quejándose
comer en la boca; después hubo que licuar los alimentos para pasarlos y hablándole a su papá... y es que la pobre tiene mucha sed. Ya no habla,
a través de una sonda que iba de la nariz al estómago y, finalmente, por pero en la noche le estuve mojando los labios con la gasa. Me decía con
una sonda conectada directamente al estómago a través del abdomen. En señas que le diera agua, pero no, la lengua como si se le estuvieran cayendo
todos esos años, Lupe nunca dejó de hacer la misma acción: prepararle la los pellejos. Y toda la noche, cuando cerraba sus ojos, estaba llorando, se
comida y darle de comer a su madre, pero la acción cambió de intensidad le salían sus lágrimas. La dejé muy mal, no creo que salga... así que traigo
en forma gradual. un chingo de sueño...
El cuidador asume paulatinamente las funciones corporales del
enfermo. Una función tan mundana como la defecación se convierte, La dependencia creciente del enfermo también lo es respecto del
con el paso del tiempo, en una acción que compete al cuidador resolver cuerpo social. Se supone que el enfermo estructura la trayectoria de su
y mantener en niveles fisiológicos óptimos. La historia de Lupe ayuda a padecimiento al decidir qué hacer, cuándo y cómo; pero durante la fase
comprender el asunto. Una vez que su madre, Hermila, no pudo controlar de deterioro el cuidador asume paulatinamente las principales decisiones
sus esfínteres para ir al baño, comenzó a ponerle pañal. Ello implicaba sobre el padecimiento y la vida del enfermo. Armando lo hizo lentamen-
cambiárselo y asearla cada vez que se ensuciaba. Y con el paso del tiem- te. Al inicio, acudían a los servicios de urgencias a solicitud de su madre,
po, el cuerpo de Hermila fue incapaz, también, de expulsar sus propias Hermila; después Armando decidía cuándo ir, a pesar de las protestas y
secreciones, por lo que Lupe debió sustituirla. súplicas de su madre de esperar un poco más. Al final, Armando la llevaba
a atención médica hospitalaria y Hermila no se percataba de quién lo había
...cuando le dio la embolia fue cuando se vino abajo, y es que lo que más decidido ni cuándo la habían llevado. En una ocasión que la visité en el
le molestaba —y nos lo decía—, es que tuviéramos que hacerle todo y no hospital, estando su hijo Armando a mi lado, ella me dijo "tú me trajistes
valerse por sí misma, "hasta la cola me tienen que limpiar". Eso la acabó. aquí y me dejastes, pero ya me siento bien y mañana me iré, ya me dijo
Y vieras cómo se estreñía, me gritaba que no la fuera a dejar morir de eso, el doctor". Armando fue quien la había llevado al hospital porque ella se
que le hiciera algo. Le preguntaba qué le hacía... nada le servía; le ponía- hinchó tanto que no podía respirar y se estaba ahogando. Hermila salió
mos supositorios, enemas, y nada, a veces hasta la sangraba tratando de 22 días después de mi visita. Aunada a esta dependencia está la económi-
sacarle esas bolas; intenté con todo: con palillos, con gancho de ropa, con ca. Ninguno de los enfermos que pasaron por la fase de deterioro pudo

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desempeñar sus funciones económicas, y dependían completamente de La segunda característica es el control total de la situación por parte
los aportes económicos de los demás. del cuidador. Durante esta fase, la decisión sobre la vida del enfermo es
El cuidado creciente va en un continuo ascenso en una espiral que responsabilidad del cuidador, no del enfermo. Éste, al no ser capaz de
cada vez demanda mayor tiempo y energía. controlar su padecimiento porque está agonizando, pasa a ser respon-
La sustitución de funciones biológicas y sociales del enfermo es lo sabilidad del cuidador. Cualquier asunto relacionado con el enfermo lo
que se califica como "hacerle todo" al enfermo; es decir, no se trata de un involucra directamente.
cuidado para compensar cierto nivel de incapacidad, sino de sustituir a La tercera característica es un cierto "abandono" del enfermo de
alguien que es ya totalmente dependiente. La sustitución paulatina del parte del cuidador al pasar la responsabilidad de la línea de cuidado de la
enfermo es la característica que identifica al cuidado creciente: un mayor enfermedad a las instituciones de salud. Debido a que la agonía presagia
dominio del cuidador sobre la vida del enfermo. la muerte inminente del enfermo, los cuidadores dejan muchas decisio-
Por otra parte, es un cuidado que se experimenta con sufrimiento, nes a los profesionales de la salud, ya que éstos poseen escasos recursos
no por la acción per se, sino por constatar la incapacidad total del enfer- cognitivos, pragmáticos y materiales para enfrentar la situación.
mo, que otrora era un sujeto capaz y autónomo. La expresión de Lupe Cuarta característica: existe un proceso de separación simbólica
"era horrible" no se refería a lo repugnante de extraer excremento de un entre el cuidador y el enfermo.232 En general, esta separación simbólica se
cuerpo adulto, sino a que a pesar de todos sus esfuerzos no podía ofrecer evidencia en una acción de cuidado que denomino "de espera", es decir,
alivio al sufrimiento de su madre. estar ahí físicamente sin hacer nada en especial. Las primeras ocasiones
que visité a Hermila en el hospital, Lupe su hija estaba haciendo algo
siempre: hablándole, acariciándola, mojándole los labios, moviéndola,
La fase de "agonía" del cuidado dándole de comer, preguntándole a la enfermera a qué horas haría la
curación. En la última hospitalización, Lupe actuaba como si Hermila
Cuando el enfermo agoniza, el cuidado entra a una fase de retiro pau- estuviera ausente y la cama vacía; platicaba conmigo y había largas pausas
latino.230 Es una especie de retorno a la fase de semicuidado, pero cua- de silencio, pero no hacía nada, sólo estaba sentada junto a la cama de
litativamente diferente, ya que se trata de un cuidado especializado y Hermila y, a pesar de escucharla que se quejaba, ni la veía ni le prestaba
delimitado. atención, se quedaba callada y dirigía la mirada a otro sitio, casi siempre
La primera característica de esta fase es que el cuidado se reduce con los ojos húmedos.
a unas cuantas áreas. Una razón de esto es que la fase de agonía del en- La quinta característica es el deseo expreso de la muerte del en-
fermo se vive en el hospita1,23' por lo que la línea de cuidado del hogar fermo.233 Este deseo de que el otro muera es lo que llamo "la petición
desaparece, con excepción del área de cuidados personales; de la línea de la eutanasia". En una cultura como la mexicana, donde la muerte
de la enfermedad continúan unas cuantas acciones: monitorear, evaluar provocada por razones humanitarias no es admisible ni en lo jurídico ni
la atención médica, ser enfermera; y de la línea del trabajo biográfico en lo moral, la única alternativa para los cuidadores es que una fuerza
hay un retiro casi total, las dos únicas acciones son la ayuda espiritual y externa e incuestionable moralmente para la sociedad, la familia y el
la compañía. propio cuidador, le arrebate la vida al enfermo. Así, la petición expresada
y deseada de la muerte del enfermo sólo puede ser externada dirigién-
dola a Dios. Un argumento justifica tal petición: el sufrimiento extremo
2" Ésta es una fase del cuidado que ha recibido poca atención en los reportes. En vez de eso, e irremediable del enfermo. Cuando el enfermo estaba agonizando, los
aparecen las historias personales de los autores. En general, se la emplea para ilustrar el sufrimiento de cuidadores primarios y secundarios expresaban abiertamente a propios y
acompañar al enfermo durante su proceso de agonía, y sus implicaciones para la investigación (Hasse- extraños su deseo de que el enfermo muriera. La solicitud de Lupe evoca
lkus, 1993; Maclntyre, 1996). También hay obras literarias que tratan el tema, Simone de Beauvoir lo la de los demás:
hizo con relación a la muerte de su madre (Beauvoir, 1991). Ésta es, hasta ahora, una fase invisible en
la literatura sobre cuidadores. 232 Este proceso de separación simbólica es reportado también por Jones y Martinson (1992) entre
231 Todas las muertes acaecidas entre los enfermos del estudio después de la fase de agonía esposas e hijas-cuidadoras de enfermos con Alzheimer; también es conocido como "duelo anticipado".
fueron en el hospital. Un punto interesante sería indagar si el cuidado es diferente si la agonía ocurre 2" Para Jones y Martinson (1992), los cuidadores desean la muerte del enfermo como algo necesario
en el hogar. debido al sufrimiento que ellos experimentan.

274 275
...yo le pido a Dios que si ya la va a recoger, ya la recoja, [y] si nos la va a una unidad de experiencia. En Oblatos hubo una sola salida del cuidado:
dejar, que nos la deje como estaba antes, ya no bien, pero como antes de la muerte del enfermo.235
entrar al hospital. La muerte del enfermo es el desenlace aceptado socialmente como
el suceso que define la terminación del cuidado.236 La muerte del enfermo
Lupe sabía que era imposible la petición de "dejarla como antes", determinó la salida del rol para cinco de los cuidadores de este estudio,
por eso la otra salida para terminar con el sufrimiento era la muerte. concluyendo con ello la trayectoria del cuidado.
A pesar del deseo de la muerte, el mismo no se concretizó en arre- Una salida que en Oblatos no apareció fue la institucionalización
glos para el funeral. De las cinco muertes de enfermos acaecidas durante del enfermo, que en países como Estados Unidos, Canadá, Inglaterra
el trabajo de campo, sólo Armando sostuvo una conversación abierta y y Australia es ampliamente reconocida como una forma de concluir
directa con su madre acerca de qué deseaba para su funeral. Dos años con el cuidado. En general se acepta como un cese del cuidado, pero
antes de su muerte, Hermila le pidió que la enterraran junto a su esposo, diversos estudios muestran que se trata de un cese parcial. Aun con
por lo que compró un servicio funerario previsorio. Un mes antes de morir la institucionalización del enfermo, el cuidador continúa proporcio-
cambió de opinión y pidió que la incineraran, porque no quería quedarse nando algunos cuidados (Bear, 1990; Hockey, 1990; Ross, Rosenthal
en el pozo encerrada. Armando cumplió su deseo. No obstante tener una y Dawson, 1997). Ésta no fue una opción en Oblatos. Ninguno de los
propiedad en el panteón municipal Guadalajara, se vio obligado a comprar enfermos fue institucionalizado, ni se pensó en esta posibilidad. En
una cripta en un templo del oriente de la ciudad. síntesis, en Oblatos la trayectoria del cuidado culminó con la muerte
Nicolasa, en cambio, nunca platicó del asunto con Juan su esposo, del enfermo.
pero compró una propiedad en el panteón municipal Guadalajara. Sin
que nadie se enterara, destinaba una parte de lo que ahorraba de las Fin del rol de cuidador, mas no del cuidado
remesas que le enviaban sus hijos migrantes en Estados Unidos, para los
gastos del funeral. La muerte del enfermo es para los cuidadores el final del rol, pero hay
Cuando murieron los enfermos que cuidaban Margarita yYolanda,234 otra salida: la muerte del cuidador. Este evento sólo se presentó con una
fueron enterrados en una propiedad familiar que habían adquirido con cuidadora: Emilia. Ella murió antes de enterrar a sus enfermos: Gregorio
anterioridad para otro integrante de la familia de origen. Ninguna de ellas su esposo y Juanita su hija. Emilia tenía 86 años cuando murió, en sep-
platicó sobre el asunto con los enfermos, de tal manera que el gasto del tiembre de 2000; un día por la tarde sufrió un fuerte dolor en el pecho, que
funeral no se había previsto con antelación. El asunto fue resuelto por ya había presentado en dos ocasiones previas. Después de ser atendida
otros integrantes de la familia: su madre y su esposo, respectivamente, por un médico general y una sobadora, su hijo Vicente, al no ver mejoría,
pagaron los gastos del funeral. la llevó por la noche al Hospital Civil viejo. A la mañana siguiente murió
La fase de "agonía" del cuidado representa una retirada paulatina a causa del corazón, según les dijeron los médicos. La muerte se llevó así
del cuidado, pero manteniendo su cualidad de cuidado; nunca llega a a la cuidadora de Gregorio y Juanita.
convertirse en una ayuda, a pesar de la escasez de acciones de cuidado. La muerte de Emilia hizo visible dos fenómenos: el desplazamiento
de las necesidades de la cuidadora y que el rol de cuidador no siempre
termina cuando el cuidado concluye.
El final de la trayectoria del cuidado

Como cualquier experiencia, la del cuidado también tiene su final. El


inicio y la terminación del cuidado definen las fronteras de éste como 235 Existe otra salida: la resolución de la enfermedad en términos de curación. Ello acontece sólo en
caso de enfermedades no crónicas, por ese motivo no la incluyo como salida de la experiencia del cuidado
234 El otro enfermo que murió fue el esposo de María de Jesús, Emiliano, que no agonizó sino murió a enfermos crónicos.

súbitamente de un infarto al miocardio después de una fase de deterioro de más de cinco años. Esta cir- 236 La muerte constituye uno de los referentes empíricos de la terminación del cuidado al anciano o al
cunstancia excluyó a María de Jesús de experimentar la fase de "agonía" del cuidado. Ella fue la única que enfermo en estudios anglosajones (Lindgren, 1993; Skaff, Pearlin y Mullan, 1996); sin embargo, el interés
no pasó por la experiencia de desear la muerte de su esposo, ni tampoco estuvo preparada para el funeral, de estos estudios es analizar los efectos del cuidado posteriores a la muerte del enfermo, sobre la vida del
tuvo que pedir un préstamo a la caja popular donde era socia para cubrir los gastos del sepelio. cuidador (Ferrell y Boyle, 1992; Pratt, Walker y Wood, 1992; Stein y cols., 1997).

276 277
La muerte de Emilia fue consecuencia de un "desplazamiento María de Jesús estuvo al borde de la muerte. Después del falleci-
motivacional". 237 Esta pérdida de la identidad como individuo con miento de Emiliano su esposo, durante seis meses pasó de una crisis a otra
necesidades propias se evidencia, entre otros asuntos, con el despla- y de una infección a otra a causa de la diabetes. Tuvo tal grado de anemia
zamiento del propio estado de salud. Varias de las cuidadoras eran que requirió transfusión de sangre:
también enfermas crónicas y en ese sentido tenían necesidades de
cuidado; sin embargo, desplazaron completamente sus necesidades en Nunca había estado tan mala como después de que murió mi esposo...
aras de cumplir con el rol de cuidadoras. Ello implicó que el manejo y fueron seis meses en que estuve todo el tiempo mala, enferma, con un
la atención de su propio padecimiento fueran relegados para centrarse médico y con otro: sangre, sueros, vitaminas. Si no hubiera sido por eso,
en el cuidado al enfermo. quién sabe si lo estuviera platicando ahorita...
Convertirse en enfermas invisibles tiene sus consecuencias, al-
gunas de éstas dramáticas. La literatura había reportado durante varios Esta negación de las cuidadoras a reconocerse como enfermas ¿tuvo
años que los cuidadores sufren de un pobre estado de salud o expresan relación con su muerte? No tengo respuestas. Pero es un hecho que ellas
quejas múltiples por síntomas difusos o presentan un mayor riesgo de subordinaron su propia condición de enfermas a la de cuidadoras.
enfermarse. Nadie se había atrevido a señalar que el cuidado es peligroso Por otra parte, para Emilia implicó dar por concluido su rol de
para la salud, calificativo que en el área de la salud es aceptado cuando cuidadora, pero no fue el final del cuidado. Es que no siempre los finales
la muerte del cuidador es un desenlace. A fines de 1999 una de las más de ambos eventos coinciden?" ¿Qué sucede con el enfermo cuando el
prestigiadas revistas médicas internacionales, Journal of the American cuidador muere antes que él?
Medical Association, publicó en su sección de contribuciones originales Blanca, hija de Emilia y que vivía en Estados Unidos, "contrató" a
un artículo que aporta pruebas de que el cuidado es un factor de riesgo Delfina,239 una prima de 60 años, soltera, que había cuidado a sus propios
de mortalidad. Es decir, la muerte del cuidador es un desenlace del padres y residía en un pueblo de Los Altos de Jalisco, para que cuidara a su
cuidado. Los cuidadores poseen un riesgo de 63% mayor de morir, en padre y hermana. Además de la alimentación, le pagaba mensualmente
comparación con quienes nunca han sido cuidadores (Schultz y Beach, un sueldo, dinero que enviaba desde Estados Unidos. Delfina permaneció
1999). Yo no puedo asegurar lo mismo, pero la muerte sí fue una reali- un año y luego se regresó a su pueblo 248 Antes, Catalina había llegado
dad para Emilia, Nicolasa y Eva, y para María de Jesús, una experiencia al hogar de Gregorio y Juanita; era una parienta de 30 años, divorciada,
muy cercana. hija de la hermana de Juanita que vivía en Santa Cecilia, que "andaba
Nicolasa murió cuatro meses después que Juan su esposo; sufrió en malos pasos y rodando por la calle". Ella sustituyó a Delfina. Esta
tres infartos al miocardio. Los dos años previos a la muerte de su esposo no vez, el arreglo fue dejarla vivir ahí junto con su compañero a cambio de
había acudido con el médico a pesar de padecer diabetes e hipertensión.
Las últimas semanas antes de morir, se quejaba de un dolor en el pecho, 2"
En los reportes anglosajones, la muerte del enfermo es en general la razón menos frecuente de
probablemente una angina de pecho no diagnosticada. Sus hijas no se terminación del rol de cuidador. La institucionalización o la sustitución por otro cuidador constituyen salidas
explicaban por qué había muerto tan repentinamente. para los sujetos del rol de cuidador (Howe, Schofield y Herrman, 1997).
Eva cuidaba a su hija Sofía, que estaba más enferma de diabetes que 2"
La contratación respondió a que no había más mujeres que asumieran el cuidado. Juanita tenía otras
ella. Tres meses después de morir Sofía, murió Eva por una complicación tres hermanas: una era Blanca, que vivía en Estados Unidos; la otra, una religiosa. Ésta última logró que
de diabetes que no se atendió. la cambiaran del convento en Tamaulipas a Guadalajara, pero no más. La tercera hermana vivía en Santa
Cecilia, un barrio contiguo a Oblatos, pero ella padecía artritis y tenía frecuentes y severas recaídas. En la
familia había dos hermanos varones: uno también era migrante en Estados Unidos; el otro, Vicente, vivía en
237
El cuidado implica una disputa de cuáles son las necesidades prioritarias y las de quién se deben resolver. una colonia popular cercana a Oblatos, pero también estaba enfermo de diabetes, era casado y dueño de
Disputa que se soluciona a través de lo que Wood (1994) denomina un "desplazamiento motivacional": cuando los una tienda de abarrotes. Cuando había crisis de los padecimientos en la casa de sus padres, apoyaba en la
motivos y los intereses del cuidador están centrados en alguien diferente de sí mismo y las necesidades del otro son atención a la enfermedad como si fuera un cuidador secundario, después desaparecía.
preeminentes. Si el cuidador organiza sus acciones, pensamientos y sentimientos en torno a esas necesidades, es 240 Al parecer, el "contrato" terminó por problemas familiares ala llegada de Catalina. Juanita platicó
momento de hablar de "desplazamiento motivacional". Kittay (1999) denomina a este mismo fenómeno como la que "puros chismes" andaba contando Delfina de Catalina, ocasionando pleitos entre los hermanos por
creación de un "yo transparente", porque la percepción y las respuestas a las necesidades del otro nunca reflejan la presencia de Catalina en la casa de Gregorio y Juanita. Además, Juanita se quejó de que Delfina no
las del cuidador. Las necesidades de éste se convierten en transparentes.
mantenía la casa limpia.

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cuidar a ambos enfermos.24' A pesar de que Emilia murió, se necesitaba ...con su diabetes, trataba de hacer una vida muy normal, porque la vida
que alguien cuidara a Gregorio y a Juanita, de ahí que la salida de Emilia de ella era levantarse temprano —que digamos a las cinco de la mañana,
como cuidadora no implicó el fin del cuidado, fue sustituida por otra cinco y media—, salía a barrer la calle, preparar el desayuno, irse a misa
cuidadora. diario, irse a misa de siete de la mañana, regresaba, daba de desayunar, se
Éste es un evento raro. En la literatura se reporta que el riesgo de salía al mercado o iba a visitar a fulano, mangano o perengano; [pero] ya
quedarse sin cuidador se da entre adultos jóvenes con enfermedad men- cambió por completo todo...
tal, ya que son cuidados por padres ancianos (Guarnaccia y cols., 1992;
Wood, 1993). En estas situaciones, los enfermos son quienes sobreviven a En el "después", Hermila abandonó mucho de su anterior vida co-
la muerte de sus cuidadores y no viceversa. Ambos estudios reportan que tidiana: "Le digo que cambió muchísimo, porque ya ella entonces dejó de
los padres hacen arreglos previos a su muerte para que algún familiar cuide fumar, dejó de tomar... ya cambió por completo la situación".
a los hijos enfermos; éste es generalmente un hermano del enfermo. Otro cambio que registraron los cuidadores son las transformacio-
nes en el comportamiento habitual del enfermo. Estela comentó cómo su
padre Rafael ya no era el mismo de "antes":
I a trayectoria subjetiva del cuidado:
...pues él tenía un carácter muy bonito, o sea que con las hijas no es un
hombre muy platicador así mucho, pero a nadie le negaba el habla, ni
este, o sea, un buen padre para todos nosotros, muy buen esposo y para
A diferencia de lo que sucede con la trayectoria objetiva del cuidado, en todo, pero después que le afectó, después de su parálisis, o sea, duró un
la trayectoria subjetiva son eventos con un significado especial para el tiempo casi normal, pero ya después, este por lo mismo de que cuando se
cuidador los que determinan su construcción. desespera, o no sé, ¿verdad?, siente mucho, como mucho coraje, o cuando
Desde la perspectiva de los cuidadores, existían únicamente dos quiere no platica con nadie...
fases en el cuidado: un "antes" y un "después", sin fragmentaciones. Para
ellos, cada fase era una unidad indisoluble, pero claramente diferencia- Este cambio en las costumbres y la forma habitual de ser es poco
ble. En general, para separar una de la otra los cuidadores emplearon perceptible para los familiares o los extraños, pero muy evidente para los
como referentes los cambios observados en el enfermo y los cambios en cuidadores. En la fase del "después" viven con una persona que ya no es
el cuidado per se. igual a la de "antes".
El primer tipo de cambios alude a que "antes" el enfermo era También notan que los enfermos no realizan con la misma inten-
una persona que se valía por sí misma y sólo había que apoyarlo, pero sidad sus actividades cotidianas, a pesar de la continuidad que procuran
"después" el enfermo estaba muy enfermo, siendo necesario cuidarlo. mantener. Esther comentó cómo Cornelio su esposo continuaba yendo a
María de Jesús comentó que en ese "antes" su esposo Emiliano, aunque su taller de fundición, aunque ya no trabajaba como antes: "Ahora, si va,
enfermo, estaba bien, pero en el "después", "ya como ahorita él está más es para decirles cómo hacer el trabajo, porque aunque su hijo sabe hacer
enfermo". Esta expresión y otras similares como "muy enfermo" o "más algunas cosas, otras no las sabe, así que él les dice cómo".
malo" fueron utilizadas con frecuencia por los cuidadores para diferenciar La otra diferencia entre el "antes" y el "después" estriba en el cuida-
ambas fases. Si bien en el tiempo de "antes" se reconocía que el otro era do. "Antes" se percibía al cuidado como una ayuda al enfermo; "después"
un enfermo y tenía algunas limitaciones, éstas no eran tan importantes son cuidados de mayor intensidad y no una simple ayuda.
como lo fueron "después". Armando se refirió a la época de "antes" en los María de Jesús comparó el "antes" y el "después" a partir de una
siguientes términos: actividad rutinaria: la comida. "Antes", cuando llegaba de trabajar por las
mañanas, su esposo Emiliano siempre la esperaba con alguna bebida:
241
Según Juanita, su sobrina "andaba rodando por la calle". Después de dos matrimonios disueltos
porque los hombres eran delincuentes, y de que su madre no la quería en su casa, Juanita la aceptó en ...si él caminaba —aunque sea con trabajos y todo, caminaba—, me ayu-
la suya para "sacarla" de ese ambiente. "La muchacha es buena", afirmaba Juanita, "nos atiende bien y daba que a la comida, me ayudaba en cuanto yo llegaba [del trabajo]; sabía
tiene la casa muy limpia. El señor que se consiguió es policía y es respetuoso; solamente dos veces se ha que yo llegaba, [entonces] él ya me tenía ya adentro en la mesa un vaso con
emborrachado, pero es tranquilo. Así, la ayudo yo y ella nos ayuda a nosotros." agua de limón o con agua de piña o con agua de sandía, con lo que fuera,

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pero diario me recibía con un vaso, aunque sea con un vaso de leche; me Hermila, después de la embolia, presentó una secuela motora que le
decía "ándale, 'ira, tómatelo, tómatelo, no has tomado nada"... inmovilizó un lado del cuerpo, por eso usaba la silla de ruedas. Un día, varios
meses después de estar usando la silla de ruedas, Armando se dio cuenta de
"Después" ella era quien debía prepararle algo de comer a Emiliano que todo había cambiado, cuando ella se negó a salir a la calle en ella:
al llegar,
...sí, allí ya cambió por completo la situación, porque ya en ese momento
...porque siempre llegaba y llegaba muy atareada, llegaba a hacerle a él. ya no podía ir yo tranquilamente, como anteriormente, ya no podía llevarla
Primeramente a hacerle a él, hacerle yo; no iba a comprarle jugo ni nada, yo yo a las fiestas, porque ella se deprimía por su silla de ruedas; ya empezó
aquí le tenía para hacerle su jugo o su licuado, lo que él quisiera... le hacía a retraerse: ya no quería ir al mercado, ya no quería ir a misa. A veces, que
jugo, entonces, o chocomil, o le digo "ora no quieres esto, te voy hacer un ya no quería salir porque "me van a ver, me da vergüenza". "No, mira, no,
chocomil; ¿no quieres un chocomil, o te hago una avena?", [y] ya le decía ¿por qué te va a dar vergüenza? No."
"tu avena rápida".
Historias semejantes escuché por parte de los otros cuidadores de
A los cambios cualitativos en el cuidado se agregan los cuantitativos: enfermos que vivieron la fase del "después", una negativa del enfermo fue
se requiere de un mayor número de acciones en las tres líneas de cuidado, lo que les hizo notar que ya no era lo mismo que "antes". Estela en rela-
particularmente las vinculadas con los cuidados personales. Armando ción con Rafael, él ya no quiso salir porque no viera la gente que no podía
respondió ami pregunta acerca de los cambios después de la embolia de caminar; Nicolasa con Juan, por lo mal que se veía; Yolanda con Teresa su
Hermila su madre: madre, porque no podía moverse. Entre los cuidadores de enfermos con
fases oscilatorias, el evento no fue tan nítido como con los anteriores, más
...pues más bien no poco, cambió mucho, cambió mucho, porque entonces ya bien fue una colección de sucesos de deterioro en la condición mórbida
los cuidados eran mayores, por lo mismo... entonces ya tenía que [cuidarla] , ya del enfermo lo que marcó el paso de una fase a otra.
alguien tenía que estar en su cuarto de ella pa' lo que se le ofreciera... Una cuestión importante aquí es que los cambios que deben reali-
zarse en el cuidado para responder a las necesidades del enfermo no son
Lo mismo sucede con acciones muy particulares. Pascual argumentó coincidentes cuando se comparan el tiempo del cuidador y el del enfermo.
que comenzó a acompañar a Eloísa al Centro de Salud a recoger sus medica- El caso de la embolia es un ejemplo de ello. De acuerdo con el tiempo del
mentos para la tuberculosis cuando se dio cuenta de que ella ya no podía ir enfermo, cuando sufre el accidente vascular cerebral es el momento de
sola porque se mareaba al caminar. "Antes" ella iba sola al Centro de Salud, cambiar el tipo de cuidado; sin embargo, el cuidador, una vez que se per-
al hospital, a donde tuviera que ir. "Después" él se convirtió en su fiel acom- cata de que la situación no es la misma, cambia el cuidado. Esto provoca
pañante. Comparaciones como ésta sustentan la diferencia entre ambas que entre uno y otro transcurran varios meses, incluso llegaron a ser dos
etapas.242 La fase del "después" se vive como un evento acumulativo. años. Este desplazamiento temporal del tránsito de una fase a otra por
Los cuidadores marcaron la separación de ambas fases mediante un parte del cuidador en relación al tiempo del padecimiento, da cuenta de
evento en particular.243 Percatarse de que el enfermo ya no era el mismo que el tiempo subjetivo entre los actores implicados en la relación de cui-
ni hacía lo mismo que antes fue lo que separó las dos fases. dado es diferente: mientras para el enfermo el tránsito es más temprana,
para el cuidador es más tardío.
242 El incremento en el cuidado entre "antes" y "después" sólo lo reportan Periard y Ames (1993), y de Al desplazarse más lentamente el tiempo de los cuidadores que el
manera muy tangencial, en su estudio sobre cuidadores cónyuges de enfermos con un accidente vascular de los enfermos, los ajustes en las rutinas de cuidado de algunas áreas
cerebral en Estados Unidos. De ahí en más no es un tema que aparezca en la literatura. no responden al unísono a cambios en las necesidades del enfermo.
243 En el caso de este estudio, dicho evento variaba según como se preguntaba al cuidador. En las Armando y Lupe continuaron igual que antes de la embolia, llevando a
conversaciones, los cuidadores reconocían cambios en el cuidado posteriores a una embolia, a las cirugías Hermila a fiestas aunque fuera en silla de ruedas; ellos actuaban como
o al empeoramiento de la diabetes, pero los aceptaban sólo en el contexto de las preguntas que se les si nada hubiera pasado, sin percatarse de que para Hermila esas salidas
formulaban; es decir, si la pregunta hacía referencia a la embolia, ellos aceptaban ésta como el evento que eran un sufrimiento. Fue hasta que ella se negó, cuando comprendieron
distinguía el "antes" y el "después", pero cuando el tema emergía espontáneamente, el marcador era otro. que era necesario abandonar esas salidas por el daño que le producían
En general, referían un evento con un significado especial para el cuidador. a su madre.

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Quizás la carencia de referentes sociales generales les impida a los Así, la muerte no siempre significa la terminación total del cuidado al
cuidadores darse cuenta más pronto. Como no existen representaciones enfermo. Las acciones continúan aunque sea sólo en los planos espiritual
colectivas que distingan grados de estar enfermo y sus cambios en el y simbólico.
tiempo, sino únicamente representaciones entre sanos y enfermos, éstas A pesar de que ambas trayectorias —la objetiva y la subjetiva— se
no son guías confiables de cuándo es necesario hacer cambios.244 De ahí refieren a cambios en el cuidado a lo largo del tiempo, éstas no pasan por
la incapacidad del cuidador para responder rápidamente a los cambios las mismas fases ni tienen contenidos idénticos. Si privilegiamos el tiempo
que se operan en el enfermo. Precisamente a esta visión de lego sobre el del padecimiento, la trayectoria tiene un inicio, varias fases y un final. En
cuidado es ala que hace referencia Taraborrelli (1994) cuando discute que cambio, a partir del tiempo del cuidador sólo existen dos etapas: un "antes"
el paso necesario para convertirse en un cuidador experto es abandonar y un "después". El final no coincide con la muerte, ya que para el cuidador
esta visión; el problema es no saber cuándo hacerlo. se prolonga más allá. El gráfico 7.1 ilustra estas diferencias entre ambas
El inicio de la trayectoria subjetiva del cuidado no coincide con el trayectorias y su relación con la trayectoria del padecimiento.
inicio de la anterior trayectoria objetiva del cuidado, sino parece estar más
relacionado con el momento en que se hace visible el rol de cuidador. La
fase de "antes" del cuidado parece no tener un inicio porque entonces Gráfico 7.1. La trayectoria del padecimiento y las trayectorias del cuidado.
los cuidadores no percibían lo que hacían como cuidado. Esta "oscuridad Oblatos, 2000
temporal" es parte de los rasgos que adquiere el cuidado en la parte inicial,
cuando se aprecia más como apoyo que como cuidado. No es sino hasta Trayectoria Fases
el momento en que los enfermos entran a la fase de deterioro o a la osci-
latoria cuando su papel social como cuidadores se hace "visible". Esto no
significa que sea en ese momento cuando se convierten en cuidadores, lo Del padecimiento
eran desde antes, pero ese momento es el que reconocen como el inicio Diagnóstico i Aguda 1 Estable Oscilatoria o de deterioro i Agonía Muerte
de la fase del "después" del cuidado.
La muerte del enfermo no es el momento de terminación de la Objetiva d& cuidado
trayectoria subjetiva del cuidado, que parece prolongase por más tiempo, -I tvitc-it) Semicuicialo C u i dna d o :"A-gonl- l Terminación
aunque no sé hasta dónde. Existe una especie de permanencia simbóli-
ca de los cuidadores en la fase post mortem porque persisten acciones Subjetiva del cuidado
espirituales para el enfermo difunto. Un cuidado a corto plazo es el rezo Antes Después ¿Fin?
del novenario, posterior al funeral del difunto, de acuerdo con los ritos
católicos tradicionales. Los arreglos para realizarlo son responsabilidad
del cuidador.245 Otra acción a mediano plazo es la misa de aniversario
para el difunto. Cada mes el cuidador se responsabiliza de tramitar una
misa de difunto durante el primer año posterior a la muerte del enfermo. FI cuidado como una forma .de vida:
244 Situación que contrasta con la del cuidado a los niños. Hoy día toda madre "sabe" cuándo debe la trayectoria de vida como cuidador
cambiar el tipo de cuidado de acuerdo con el crecimiento y los progresos del niño. Representaciones
sociales y culturales construidas desde múltiples ámbitos sociales señalan cuándo y cómo realizar dichos En el apartado anterior expuse cómo la experiencia de cuidar a un enfermo
cambios, así las madres cuentan con un recurso que las guía en cómo cuidar el niño. A la madre se le crónico se modifica a lo largo del tiempo y las fases por las que se transita.
señala cuándo cambiar del pañal al uso del calzón, o enseñar la diferencia entre acciones buenas versus En esta parte daré cuenta de otro fenómeno vinculado con la temporali-
malas, lo cual no pasa con los cuidadores de enfermos adultos y ancianos. No hay construcciones sociales dad, pero de más largo plazo: la repetición en el rol de cuidador.
que los orienten en ese sentido. Si son pocos los estudios interesados en el análisis de las trans-
"5 En el caso de Armando, incluso él decidió realizar una ceremonia especial el último día del novenario, formaciones del cuidado a lo largo del tiempo, menos aún es el interés
con música y predicación especial, con el fin de que a Hermila su madre se le recordara por los rasgos por analizar cómo el rol de cuidador se repite varias veces a lo largo de la
más positivos de su vida. vida del individuo. Escasos estudios empíricos tocan el tema, a pesar de

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que varios autores aluden al asunto como parte de la reflexión generada experiencia previa, otro 10.2% había cuidado en dos ocasiones anteriores
sobre el cuidado y los cuidadores en las últimas décadas. Taraborrelli y únicamente dos de las cuidadoras habían desempeñado este rol tres y
(1994) lo menciona de manera tangencial en su estudio de cuidadores cuatro veces (5.2% respectivamente).
de enfermos con Alzheimer en Inglaterra. Ella reporta que los cuidadores En el cuadro 7.2 se reporta el número de veces que los cuidadores
expresaron que la experiencia previa de cuidar a otro familiar enfermo primarios y secundarios estuvieron involucrados en el cuidado a otros in-
influyó en la manera de acercarse al cuidado en la experiencia actual. tegrantes enfermos de la familia anteriormente a la experiencia actual.
Otros estudios son los de Robinson y Moen sobre la probabilidad de que Los hijos varones-cuidadores tuvieron una experiencia única; en
las mujeres sean cuidadoras en un momento de su vida, a partir del aná- cambio, entre las mujeres el cuidado apareció como un evento repetitivo.
lisis de cohortes generacionales en Estados Unidos. Ellos concluyen que Algunas esposas cuidaron a sus padres antes que a sus esposos enfermos,
el rol de cuidador es, por una parte, un rol intermitente, ya que se repite y otras, como Ángeles y Nicolasa, participaron en el cuidado de una her-
en varias etapas de la vida, pero también que un mínimo porcentaje de mana mayor; las hijas-cuidadoras habían desempeñado antes el rol con
mujeres (8.9%) son cuidadoras en más de dos ocasiones (Moen, Robison el padre o la suegra. Otro hecho que sobresale es que las experiencias
y Fields, 1994; Robison, Moen y Dempster-McClain, 1995). anteriores de cuidado no se restringieron a los familiares consanguíneos,
Teóricamente se ha argumentado que algunos cuidadores viven sino que se extendieron a los parientes políticos; el más reiterado fue a
el cuidado no como un evento único, sino sucesivo a lo largo de su vida. la suegra.247
Esta repetición en el rol de cuidador en varias fases de la vida es particu- Sin embargo, María de Jesús yÁngeles son claros ejemplos de cómo
larmente posible para las mujeres. el cuidado puede convertirse en una forma de vida, al estar permanen-
El feminismo y otras tendencias afines han mostrado interés por temente involucradas en el cuidado de alguno de los integrantes de su
el asunto. Se argumenta que la "naturalidad social" de adjudicación del familia. En el caso de María de Jesús eran cinco enfermos a los que había
cuidado como responsabilidad femenina en la sociedad occidental, abre cuidado hasta el momento del trabajo de campo: su madre, su suegra, su
la posibilidad de que el rol de cuidador se repita varias veces en la vida padre, su hermano y su esposo; en cambio, Ángeles había cuidado a su
de las mujeres (Kittay, 1999; Orbell, 1996). Por lo tanto, es de esperar que madre, a su hijo Alejandro, a su hermana mayor y estaba cuidando a su
las mujeres cuiden a varios integrantes de su familia: niños, enfermos y esposo.
ancianos, pero en etapas diferentes de su ciclo de vida. Iniciarían con el ¿Cuál es el patrón de repetición que convierte al cuidado en una
rol de madre, posteriormente con el de hija-cuidadora de uno o ambos forma de vida? Para responder a esta pregunta recuperaré dos ejemplos que
padres, para concluir con el cuidado al cónyuge enfermo. Estos tres epi- ilustran cómo la vida de un individuo llega a estar dominada por el rol de
sodios corresponden, en lo general, a tres momentos demográficos en cuidador hasta transformarla en una trayectoria permanente de cuidado
la vida de las mujeres: la juventud, la adultez y la ancianidad (Kahana y hacia los demás o, más propiamente, en una "carrera de cuidador". Ambos
cols., 1994). ejemplos son de esposas-cuidadoras: María de Jesús yÁngeles.
La posibilidad de repetir el rol lleva a que las mujeres experimenten Ambas mujeres eran adultas maduras que estaban en la quinta
el cuidado como una "carrera"246 que está presente a lo largo de su vida, década de la vida, pisando los umbrales de la ancianidad, y pertenecían a
independientemente de a quién cuiden. La viabilidad de dicha "carrera" la misma cohorte generacional. Ángeles era originaria de Cocula, María de
es producto del estado de dependencia que se presenta en diferentes mo- Jesús de Guadalajara. Ambas habían trabajado durante toda su vida con-
mentos de la vida de un individuo; ser dependiente es un evento repetitivo yugal, Ángeles en forma intermitente vendiendo comida o dulces y fruta
en cualquier individuo, esto produce una trayectoria de vida de cuidado a la puerta de su casa; María de Jesús como enfermera. Las dos formaron
a los otros (Hooyman y Gonyea, 1995; Kahana y cols., 1994). familias numerosas, como corresponde a su cohorte generacional; cada
Entre los cuidadores de Oblatos fue una experiencia poco usual
repetir como cuidador varias veces en la vida. Para 74.4% de ellos, el rol 247 Un hecho paradójico es el de la suegra, porque, si se recuerda, en la selección de cuidadoras las
actual de cuidador era su única experiencia. Del resto, 10.2% tenían una nueras no eran una opción. Estos dos casos de nueras-cuidadoras fueron excepcionales: María de Jesús
cuidó a su suegra por unos cuantos meses hasta que una cuñada se la llevó argumentando que no tenía
246 El término en inglés es carear, cuyo uso en la literatura hace referencia a que el cuidado al enfermo por qué estarla cuidando si no era su madre. Lupe cuidó a la mujer que crió a su esposo, él la reconocía
o a "otros" es conceptualizado en términos de trabajo (labor) y, por lo tanto, podría ser considerado como como su madre. Lupe se la llevó a su casa porque las sobrinas que la cuidaban la tenían abandonada y sin
una "carrera laboral" al realizarse a lo largo del tiempo aunque sea de manera discontinua. atenciones; la señora vivió unos cuantos meses con Lupe antes de morir.

286 287
Cuadro 7.2. Trayectorias de vida como cuidador. Oblatos, 2000

Enfermo actual Experiencias pasadas Cuidador Enfermo actual Experiencias pasadas


Cuidador

Esposas-cuidadoras Varones cuidadores secundarios


Esther Esposo
Esposo Alfredo Padre
Lourdes
Esposo Madre [500
Refugio
Esposo Ramón Padre
María
Otros pa rientes_ 4:;t
Emilia Esposo
Hija Lorenzo Curada
Nicolasa Esposo Madre
Hermana
Ángeles Esposo Madre una tuvo más de cinco hijos. Ángeles era una mujer "sana", había sido
Hijo operada de la matriz en 1996 y eventualmente sufría la agudización de
Hermana una gastritis crónica. María de Jesús, en cambio, padecía diabetes desde
María de Jesús Esposo Madre 1983; había tenido una trayectoria relativamente estable, pero desde 1997
Padre le aparecieron una serie de molestias vinculadas con una neuropatía
Hermano diabética. Ambas siempre habían estado cuidando a niños:primero a sus
Suegra hijos, después a los nietos.
Sus esposos, los receptores del cuidado, eran hombres de más
Hijas-cuidadoras primarias
de 60 años, ambos con diabetes, pero también con otras enfermedades
Yolanda Madre crónicas: hipertensión, artritis y accidente vascular cerebral. Ambos
Concepción Madre eran migrantes de otros estados de la república, pero tenían más de 40
Margarita Madre Padre años viviendo en Guadalajara; uno era mesero de oficio y el otro primero
Estela ,Padre' manejó un negocio de estacionamiento y después fue taxista. Jesús, el
Julieta Madre esposo de Ángeles, se ubicaba en la fase oscilatoria de su trayectoria del
padecimiento; Emiliano, esposo de María de Jesús, estuvo en una fase
Hijas-cuidadoras secundarias
de deterioro muy avanzada durante el trabajo de campo y murió en 1998
Lupe fV114011,:yt,. Suegra de un infarto al miocardio.
Angélica Padre/madre Los gráficos 7.2 y 7.3 representan los diversos eventos de cuidado
Patricia Tía que habían vivido María de Jesús y Ángeles; incluyen sólo el cuidado a
enfermos de cualquier edad, eliminando el cuidado a niños sanos, es decir,
Varones cuidadores primarios
el rol de madre. Esta eliminación responde a que me interesa el cuidado a
Hijos
enfermos como un evento repetitivo en la vida de las cuidadoras.248
Armando Madre Este patrón de cuidadora permanente de enfermos tuvo un ciclo de
Mario Padre tres fases: inició con los padres, en ambos casos con la madre; luego se dio
una etapa intermedia de corta duración de cuidados a otros integrantes de
Esposo
la familia y culminó con el cuidado al esposo. Es decir, el ciclo de cuidado
Pascual Esposa a enfermos inició con la madre, o sea con la generación ascendente, conti-

Continúa... 248 El cuidado a niños fue analizado como parte de la competencia entre roles y del fenómeno de la
"cuidadora sándwich" en el capítulo seis.

289
288
nuó con las cohortes de la misma generación y terminaría con el esposo.249 Gráfico 7.3. Trayectoria de vida de Ángeles como cuidadora. Oblatos, 2000
Varios rasgos identifican este patrón de repetición del rol.
Primero, el ciclo de cuidado transcurre en forma paralela a los Madre;,
cambios demográficos del ciclo de vida personal de la cuidadora. El inicio
de la trayectoria de vida como cuidadora fue con los padres, quienes eran
casi ancianos; las familias de origen de las cuidadoras habían concluido Esposo
su ciclo de dispersión, y las de procreación estaban en la de expansión.
Artritis Alcohólicos Anónimos Diabetes Cirugía
1 1
Gráfico 7.2. Trayectoria de vida de María de Jesús como cuidadora.
Oblatos, 2000 Hijo

Madre
Diabetes Hermana

Padre Ángeles Cirugía de útero


9 iwk

Esposo Edad
Diabetes Embolia Muerte 25 años 35 años 45 años 54 años

1970 1980 1990 2000


Hermano
Fase de semicuidado.
Suegra Fase de cuidado.

María de Jesús Diabetes Fase estable Fase oscilatoria

Edad Las cuidadoras eran en aquel entonces mujeres adultas jóvenes, menores
15 años 25 años 35 años 45 años 54 años de 40 años. En la etapa intermedia de la trayectoria, las familias de pro-
creación de las cuidadoras también estaban en una etapa de transición,
1960 1970 1980 1990 1998 terminando la fase de expansión e iniciando la de dispersión. Finalmente,
cuando llegó el momento de cuidar al esposo, sus familias estaban en la
Fase de semicuidado. etapa de dispersión tardía porque aún permanecían hijos solteros en el
Fase de cuidado. hogar paterno; pero ellas ya tenían 55 años, eran adultas cercanas a la
ancianidad y con nietos.
Segundo, la duración de cada experiencia de cuidado varía de
249 Aunque se puede dar también el cuidado a hijos enfermos antes de cuidar a los padres; es decir, acuerdo con el tipo de dependiente. En el caso de las madres y los esposos,
el cuidado a enfermos de la generación descendente precede al cuidado a otras generaciones. Ésta fue la son eventos de larga duración, es decir, de varios años porque se trata de
única etapa en que aparecía la posibilidad de cuidado a esta generación entre los cuidadores de Oblatos. una dependencia a causa de la enfermedad crónica. Esto, a diferencia de
Esta experiencia la vivieron Ángeles y una hija de Nicolasa. Emilia también inició como cuidadora de su hija, lo que sucede con el cuidado a otros integrantes de la familia en la fase
20 años antes que con Gregorio su esposo, pero el cuidado a la hija se prolongó y permaneció junto con el intermedia, cuyo cuidado es de corta duración —algunos meses— porque
cuidado al esposo. Esto acontece cuando los hijos padecen enfermedades crónicas y se les cuida desde son dependientes a causa de eventos mórbidos transitorios. Ángeles cui-
niños, es entonces cuando se sobrepone el cuidado de dos generaciones. dó a su hermana mayor durante un año a causa de una cirugía vascular

290 291
por várices en ambas piernas. María de Jesús cuidó a su padre durante babilidades de enfermar y morir antes que sus esposas, como en el caso
su convalecencia de varios meses después de sobrevivir a un balazo en el de Mario. Es más seguro que él sea cuidado por su esposa que ella por él.
cuello que no dejó secuelas. Por lo regular es un ciclo que inicia con un Armando, aún soltero, no tendría esposa a quién cuidar. La probabilidad
cuidado de larga duración, pasa a una fase intermedia de cuidado de corta de cuidar a algunos de sus hermanos era casi nula en función de que
duración y culmina, de nuevo, con un cuidado de larga duración. todos ellos estaban casados y, de acuerdo con la jerarquía de sustitución,
Tercero, las fases se dan en forma casi ininterrumpida, es decir, serán sus esposas las que los cuidarán. Es decir, después del cuidado a
prácticamente no existen periodos de descanso entre una y otra experien- la madre viuda no habrá nadie más a quién cuidar.25° El caso de Pascual,
cia. Pareciera que los integrantes de la familia estuvieran esperando turno esposo de Eloísa, seguiría un esquema similar: ambos padres estaban
para ser cuidados. La continuidad del cuidado entre varios dependientes muertos y sus hijos, aunque solteros, iniciaban ya la fase de dispersión
se explica en función de los patrones individuales de cuidado. de la familia. Con ello se disipa, casi por completo, la probabilidad de la
Esta aparente continuidad se debe a que se sobrepone la fase de repetición del rol de cuidador.
semicuidado de un enfermo con la fase de cuidado de otro. Por otra parte, Los cuidadores secundarios varones presentan una situación dife-
los dependientes de este estudio que coincidieron eran uno de cuidado de rente. Todos apoyaban a su madre en el cuidado a su padre enfermo. Con
larga duración y otro de corta duración. Así, la trayectoria de vida como ellos no se sabe qué podría acontecer en el futuro, después de la muerte
cuidadora se organizó de tal manera que mientras se daban los periodos de del padre y cuando llegue el momento de cuidar a la madre. De acuerdo
semicuidado a la madre, la cuidadora asumía el cuidado de otro integrante con la jerarquía de sustitución en Oblatos, procedería que una hermana
de la familia por periodos cortos, lo que daba una cierta continuidad a la asumiera ese papel y ellos permanecieran como cuidadores secundarios;
trayectoria entre las fases. aunque excepcionalmente podrían convertirse en cuidadores primarios
Ésta es la historia de Ángeles. A su hermana mayor, que era viuda, de sus madres. Ésta es una hipótesis por comprobar más adelante.
decidió llevársela a su casa y cuidarla durante el año que duró la con- El futuro de las mujeres es más heterogéneo. De acuerdo con la
valecencia de la cirugía por várices. Esa época coincidió con la fase de trayectoria de esposas-cuidadoras seguida por María de Jesús y Ángeles,
semicuidado a Jesús su esposo. Unos meses después, a consecuencia de el cuidado al esposo constituye la etapa final de la trayectoria como ta-
una cirugía de rodilla en Jesús, Ángeles pasó a la fase de cuidado. Apenas les. Es decir, no cuidarán a nadie más, independientemente de si antes
había concluido el cuidado de corta duración a su hermana, cuando se cuidaron o no a alguien. Las razones son dos. Una, para Nicolasa y Emilia
intensificó el cuidado a su esposo. ya no habrá más cuidado porque ya murieron. La otra, que no sobrevive
La continuidad, entonces, comenzó con una fase de cuidado a ninguno de los padres de Esther, Lourdes, Refugio y María y sus hijos es-
la madre y la sobreposición de un semicuidado al esposo. Al terminar tán ya casados. Además, ellas eran enfermas crónicas, estaban cerca de la
el cuidado a la madre, se hizo necesario el cuidado de corta duración a ancianidad o eran ancianas, por lo tanto a corto plazo pasarán a ocupar
otro dependiente, pero aún con el semicuidado del esposo. Al terminar el la posición de dependiente necesitado de cuidados, no la de cuidadora.
cuidado de corta duración, pasó a la fase de cuidado al esposo. Aunque nada es seguro, ya que pudiera repetirse la experiencia de Eva,
Estos tres rasgos hacen de la trayectoria de vida como cuidadora quien siendo anciana, viuda y enferma de diabetes, se convirtió en cui-
una experiencia heterogénea y casi permanente a lo largo del tiempo. En dadora de su hija Sofía porque su yerno la abandonó un año antes de su
la situación de estas dos cuidadoras significa que la mitad de sus vidas muerte. Nunca se sabe.
han cuidado a algún enfermo. Para María de Jesús habían sido 28 años Para las hijas-cuidadoras, primarias o secundarias, existía un ciclo
de su vida y para Ángeles 25 años, un número nada envidiable de años de cuidado aún no concluido y a mitad del camino. Habían iniciado, al
consumidos en el cuidado. igual que María de Jesús y Ángeles, cuidando a su madre o padre. A ex-
La probabilidad de tener una trayectoria de vida como cuidador fue cepción del esposo de Yolanda, los demás cónyuges padecían una enfer-
más alta para las mujeres que para los hombres cuidadores de Oblatos. Los medad crónica, generalmente diabetes. Ello sugiere que en ese momento
hombres cuidadores primarios, Armando y Mario, cuidaban a sus madres
viudas como su primera experiencia. Ninguno de ellos tendrá posibilida- 250 Esta probabilidad es, desde luego, hipotética dado que no podemos predecir el futuro. Por ejemplo,

des demográficas, familiares y sociales de continuar como cuidadores. Armando, después de la muerte de Hermila su madre, externó la posibilidad de que si algún enfermo hospi-

No habrá progenitores a quiénes cuidar porque ambos están muertos. talizado y sin familiares necesitara de cuidado, él iría a cuidarlo; pero era un asunto que no estaba decidido

En términos demográficos y médicos, los varones tienen mayores pro- y que lo pensaría en caso de darse la coyuntura.

292 293
su trayectoria de vida como cuidadoras estaba en la fase de semicuidado Para ejemplificar, regresaré a la historia de María de Jesús. Ella
del esposo y de cuidado de su madre. De repetirse la historia de Ángeles y provenía de una familia compuesta de tres hermanos varones y dos
María de Jesús, cuando mueran sus madres, pasarán a la fase de cuidado a hermanas, y era la menor de las mujeres. Se casó a los 15 años y procreó
su esposo, ya que desconozco si otros integrantes de la familia requerirán siete hijos: cinco hombres y dos mujeres. Los primeros años de su vida
de cuidado a mediano plazo. matrimonial fueron de pobreza, época en la cual su madre le ayudaba
También la situación de las hijas solteras es una hipótesis abierta. permanentemente.
Concepción estaba casi al final de la edad adulta y, como ella misma lo re- María de Jesús se refirió a esa etapa de su vida como de una ayuda
conoció, se había quedado soltera. En su calidad de única hija soltera de la recíproca entre ambas:
familia tenía altas probabilidades de convertirse con los arios en cuidadora
secundaria de alguna de las hermanas o hermanos —aunque éstos ya es- ...después de que me casé, continué yendo a la casa [de sus padres], a
taban casados— u otro pariente. Habría que estar ahí para corroborarlo. El ayudarle a mi mamá; como ella me ayudaba mucho... En ese tiempo ya
caso de Tere era diferente: como joven de 18 años, tenía la vida por delante trabajaba [yo] y [ella] me ayudaba mucho, entonces pues una cosa u otra,
y con ello el futuro no definido. Pero, probablemente, cuidará a su padre y ahí nos ayudábamos las dos...
a su esposo; a hermanos no, porque es hija única.
Si las predicciones resultan ciertas, estas cuidadoras experimenta- Entre otras ayudas, la madre le regaló el terreno donde ella y su
rán varios episodios de cuidado en su vida; no así sus hermanas. Es decir, esposo construyeron su casa. Ella trabaja como enfermera en sanatorios
la trayectoria de vida como cuidadora es todavía una experiencia para particulares desde 1973. Antes, le ayudaba a su esposo en el negocio
una sola hija de la familia, no para todas. Precisamente por ser familias del estacionamiento. Su entrada al mercado laboral se debió a la insufi-
numerosas es que una sola hija asume el rol de cuidadora de los padres, ciencia de ingresos familiares, motivo por el que continuaba laborando
eximiendo a las demás hermanas. Quien cuidó a los padres será quien en 2001.
tendrá una trayectoria de vida como cuidadora; las otras hermanas úni- Como mencionamos antes, de todas las cuidadoras, María de Jesús
camente cuidarán a su esposo. En este sentido, en familias pequeñas, esta era quien había cuidado a más enfermos durante su vida, tres de ellos
trayectoria de vida como cuidadora será una experiencia de todas las hijas. con diabetes. Su madre padeció diabetes durante 23 años y a los 50 años
Al haber una o dos hijas, no habrá más alternativa que pasar por todas de edad entró a la fase de deterioro. En ese momento, María de Jesús se
las fases de la trayectoria de vida como cuidadora. Las correspondientes convirtió visiblemente en su cuidadora, ya que antes de eso estaba en la
a padres y esposo serán casi seguras; en cambio, en la fase intermedia, en fase de semicuidado, oscurecida por la historia previa de intercambios
vez de ser un pariente consanguíneo, serán probablemente los suegros. intergeneracionales intensos entre ambas. Su esposo, en cambio, padeció
La perspectiva futura para las mujeres de cohortes posteriores a diabetes e hipertensión durante 20 años, y cinco años antes de su muerte
1970 puede ser que sea la de familias pequeñas: al ser pocas, a todas les sufrió una embolia que le dejó serias secuelas. María de Jesús se dedicó
"tocará" vivir una trayectoria de vida como cuidadoras. Una ventaja de las a cuidarlo durante todos esos años. A su suegra, quien también padecía
cohortes anteriores a 1970 es que muchas mujeres experimentarán una diabetes, la cuidó durante varios meses. También a su padre, que a la edad
sola vez en su vida el cuidado a un enfermo: su esposo. de 50 años recibió un balazo en el cuello, del que sobrevivió "milagrosa-
mente", ella lo cuidó durante su convalecencia. Finalmente cuidó a su
hermano, que padeció una enfermedad severa pero breve.
FI contexto permea la experiencia de ser Para María de Jesús, ninguna de estas experiencias fue igual, cada
una la vivió de manera diferente debido a las circunstancias particulares
un cuidador: no todas_ las exper1Pncia, en que se desarrollaron. Para ilustrar cómo el contexto estructura la ex-
periencia del cuidado comparo dos de sus experiencias: las relacionadas
aculguales con su madre y su esposo.
La fase de cuidado a su madre comenzó después de 13 años de una
La trayectoria de vida como cuidador no es homogénea en cada fase y no fase de semicuidado encubierta por los intercambios y la ayuda mutua.
todas las experiencias se viven de igual manera. Las circunstancias y el Al inicio de la fase de semicuidado la ayuda no se vinculaba directamente
contexto particular de cada fase explican las diferentes vivencias. al cuidado, aunque su madre ya tenía 16 años con diabetes. En 1972, su

294 295
madre comenzó a empeorar y a necesitar cuidados en torno al manejo Cuando cuidó a su madre, María de Jesús vivió en un hogar sepa-
del padecimiento y otras esferas de la vida, característicos de una fase de rado y nunca se estableció la corresidencia entre ambas para efectos del
deterioro. En ese momento María de Jesús era una mujer joven de 32 años cuidado.25' Ambas vivían a una distancia de cuatro cuadras en el barrio de
con hijos menores de cinco años; es decir, su familia había terminado la Oblatos. Tampoco abandonó su trabajo, permaneció activa laboralmente
fase de expansión, pero faltaban más de diez años para que comenzara todo el tiempo que su madre necesitó de sus cuidados.
la de dispersión. Durante aproximadamente cinco años la fase de cuidado La valoración positiva que hacía María de Jesús del cuidado a su
de su madre avanzó lentamente, pero a partir de 1977 su madre sufrió madre provenía de dos circunstancias: una, la ayuda económica que había
comas diabéticos y hospitalizaciones frecuentes. Durante diez arios, María recibido; la otra, la sustitución parcial de sus roles domésticos.
de Jesús vivió la fase de cuidado. La madre murió en 1982. La ayuda económica le fue otorgada por uno de sus hermanos, el
En 1968, siendo cuidadora de su madre, a Emiliano su esposo le "hermano rico", como ella misma lo mencionaba.252 Este aporte econó-
diagnosticaron diabetes. Los primeros diez años no tuvo problemas, mico que otro hacía, con el que se sufragaban los gastos económicos de
incluso parecía que no era un enfermo de diabetes. María de Jesús co- la atención a la enfermedad, incluyendo el pago de hospital privado y la
mentó: manutención de la enferma, liberó a María de Jesús de esta responsabi-
lidad.253 Ella misma reconoció lo importante de esta ayuda:
...pos no [se le subía el azúcar], decía el doctor que porque se controlaba
con las pastillas. Pero si no tomaba pastilla... Por ejemplo, un mes que no ...ya la teníamos [a su madre] en la clínica, días bien, días mal, y más bien
tomó pastilla, que se nos extraviaron las pastillas, dijo "¡ay! ni compres, se la pasaba internada en los sanatorios, ¿verdad?, pero pos para eso mi
ni me compres, así déjame este mes, a ver qué". Y a ver, ese mes estuvo hermano, aunque sea, lo que sea, pero tiene mi hermano con qué, ¿verdad?,
sin pastillas, casi todo el mes, yen todo ese mes su azúcar no subió, así es de ahí. Bendito sea Dios que le dio, aunque a mí no me ayude...
que sabe. Y yo por eso a veces pienso que no tenía azúcar. Porque tenía la
presión, lo que tenía era la presión alta, porque más de alguna vez ha de María de Jesús contó que su hermano sólo le decía "no, aunque
haber sacado más de 160, 180, ¿verdá?, más de una vez... se gaste tanto, tú no te preocupes por lo que se gaste". Este apoyo se ex-
tendió para contratar a alguien como cuidador formal,254 a una señora
Cuando María de Jesús se convirtió en una cuidadora visible de que la cuidaba durante el día, ya que María de Jesús trabajaba. Así, ella
su esposo, sus hijos se habían casado y abandonado el hogar paterno. la cuidaba sólo durante las noches.
Ella era una adulta madura de 42 años y continuaba trabajando como
enfermera en el turno diurno. A partir de 1990, ocho años antes de la
muerte de Emiliano, la salud de éste empezó a deteriorarse a tal punto 2" Ésta es una característica que sólo se presentó en el caso de María de Jesús respecto de su madre.
que en 1993 dejó de trabajar como taxista debido ala ceguera y problemas Esta excepción se dio precisamente por las condiciones idóneas en que desempeñó su rol, que no estuvieron
para caminar. Al año siguiente sufrió un accidente vascular cerebral que presentes en ninguna de las experiencias de las otras hijas-cuidadoras.
le dejó serias secuelas motoras. Al principio podía moverse sin ayuda, 2" Esta valoración de que era el "rico" de la familia fue porque poseía una serie de propiedades:
pero con el paso de los años quedó casi totalmente recluido en su cama varios coches y permisos para trabajarlos como taxis, y una casa campestre de varias hectáreas, con
y cada vez peor de la diabetes. Fue hospitalizado varias veces, sobre todo servidumbre.
durante el año previo a su muerte, y sufrió varias caídas. Una noche, 253 Asunto importante porque en Oblatos casi siempre los cuidadores primarios se responsabilizaban
mientras María de Jesús estaba trabajando, Emiliano sufrió un infarto de los gastos del enfermo. El resto de la familia podía aportar económicamente, pero los cuidadores debían
al miocardio y murió. enfrentar épocas en que nadie ayudaba.
Las trayectorias de su madre y de su esposo fueron similares. 2" Fue el único caso de contratación de un cuidador formal en este estudio en Oblatos. En el resto de
Ambos entraron a una fase de deterioro y murieron, no sin antes sufrir las familias el asunto ni siquiera fue considerado. La razón pudo ser la falta de recursos económicos para
hospitalizaciones y crisis. María de Jesús calificaba que el cuidado a su pagar a un cuidador formal por largos periodos de tiempo. Una persona dedicada a trabajar como cuidadora
madre no había sido pesado; en cambio, el de su esposo sí. La diferencia formal, no enfermera, cobraba 182 pesos (18.45 dólares) por una jornada de 12 horas (dato proporcionado
en cuanto a la vivencia del cuidado no fue a causa del padecimiento, por Arias, médico de ancianos privado, en una conversación informal en 1997). En un mes representaba
sino por las condiciones en las cuales María de Jesús tuvo que cuidar a 4.5 veces más de lo que percibían de pensión por jubilación varios de los enfermos y una cuidadora de
cada uno. Oblatos por parte del imss.

296 297
La sustitución de roles domésticos fue una ayuda que recibió de medicina privada y ni aun trabajando hubiera podido pagar cualquiera
parte de su esposo. Él se hizo cargo de las funciones vinculadas con la de las dos.
asistencia de los hijos a la escuela y con la preparación de alimentos: De ahí que su percepción de que las condiciones del cuidado de su
madre y las del de su esposo habían sido muy diferentes. La comparación
...pos con mi mamá, él [su esposo] me ayudaba mucho, él me decía "tú no con respecto a lo económico entre ambas situaciones se ilustra en esta
te preocupes por comida, por nada; tú nomás arrímame lo que hay que reflexión que hizo un año después de la muerte de su esposo:
hacer de comer y yo lo hago. Por los niños no te preocupes, tú vete, yo los
mando a la escuela, yo todo". ...porque nunca yo batallé con ella económicamente, él [su hermano] me
decía "no, aunque se gaste tanto, tú no te preocupes por lo que se gaste";
Estas condiciones dadas durante el cuidado a su madre no se re- él, "no le hace lo que se gaste". Pos económicamente con mi mamá no ba-
pitieron cuando cuidó a su esposo. En primera instancia, las dificultades tallé, y con mi esposo sí batallé económicamente, pos quién me daba, ¡edá!
económicas fueron una constante durante todo el tiempo que lo cuidó. ¡Nadie!, nadie me daba, entonces sí batallé con él económicamente, porque
Ella mencionaba no haber recibido ayuda económica de sus hijos a pesar a veces en el Seguro no tenían las pastillas y luego a veces en el Seguro no
de haberla pedido. Tampoco su hermano "el rico" le ayudó. En su casa, ella lo recetan bien a uno y lo llevaba allá con particular y pos a comprar los
era la que aportaba el ingreso principal, ya que su esposo no trabajaba; medicamentos, y ya estaban caros los medicamentos. —¿Cómo le hacía
su hija Olivia, aunque era vendedora en el tianguis, rara vez contribuía para hacer todo eso? —Pues de lo que ganaba, o de lo que les pedía a mis
a los gastos de la unidad doméstica y su hijo Rodolfo le daba cien pesos hijos, ¿verdad? Y con mi mamá no pedía, nadie más que mi hermano era
(10.10 dólares) a la semana, aunque no siempre. Bajo estas circunstancias, el que me decía "toma, tú no te preocupes por eso".
ella dependía completamente de su ingreso como trabajadora para hacer
frente a las demandas económicas del cuidado, de su hogar y de sí misma. Otro hecho derivado del abandono económico era el no poder ofre-
Este abandono económico era reiterado en sus conversaciones: "Pos quién cer una atención médica de mejor calidad a causa de sus escasos ingresos.
me da dinero, o sea, yo no tengo ayuda más que de mi trabajo; dinero pos Para María de Jesús, la atención médica del imss era de tan mala calidad
quién me da, los muchachos, no crea". que no ayudaba realmente a los enfermos. La privada era mejor. Ésa había
Esta circunstancia era particularmente angustiante para ella. En sido la experiencia con su madre. Aunque María de Jesús en ocasiones
alguna ocasión le pregunté si no pensaba dejar de trabajar a causa de las hizo esfuerzos por buscar alternativas privadas, los costos la obligaron
molestias por la diabetes. La respuesta fue "no". La misma respuesta le a regresar y aceptar la "mala atención" del imss. Esto se dio sobre todo
dio a un médico del sanatorio donde trabajaba: al final de la trayectoria de su esposo, ya que las hospitalizaciones eran
recurrentes y en las condiciones económicas en las que se encontraba
...un doctor que está ahí me dijo "oiga, chinita, usté está diabética, ¿ver- no tenía opciones:
dad?" "Sí." "Y ¿por qué no deja de trabajar." "¡Ay doctor!, hasta la pregunta
es necia, cómo quiere que deje de trabajar pues si no tengo yo de qué vivir; ...porque pues yo estoy viviendo en mi esposo, de que pues ya no ve y
[si] tuviera pues sí dejaba de trabajar, pero no". entonces, por más que pos necesitaría ir usted con un doctor de paga,
pues, y para un doctor de paga se me hace mucha consulta, mucho pagar
Para ella, su situación era clara: si renunciaba, como no tenía consulta, aparte medicamentos, ¿edá? Entonces pues se me hace una cosa
ahorros para vivir, ¿cómo haría frente a los gastos de la atención al exagerada y así es de que no halla usted a dónde, si irse para un lado o para
padecimiento de su esposo y a los suyos propios? Al renunciar perdería otro, porque acá en el Seguro no le revisan nada...
no sólo su ingreso, sino también la atención médica de la seguridad
social y, en consecuencia, no tendría ni para vivir ni para hacer frente Frente a la imposibilidad de modificar las circunstancias de las op-
a los gastos de la atención.255 Y es que su esposo recibía atención mé- ciones institucionales, María de Jesús buscó otras estrategias para ofrecerle
dica en el imss porque estaba registrado como beneficiario de ella. De a su esposo un cuidado de mejor calidad. Por ello, siempre priorizó los
otra manera, se vería obligada a acudir a la asistencia pública o a la gastos de atención médica de su esposo a expensas de los suyos:

255 Además, perdería el derecho a la pensión como trabajadora asalariada.

298 299
...pues sí gasto, pero... —¿Para comprar la medicina de su esposo? — ¡Ah [Roberto]. Ese muchacho ya me ayudó, dice "no, cada vez que se te ofrezca,
eso sí! Eso sí porque pos eso sí.Yo como sea, aveces digo "ah pos no tengo", háblame y, si estoy, pos yo te ayudo", dice, "¿estás sola?", le digo "sí, no hay
pero si tengo sí las compro... —¿Usted siempre piensa primero en él, que nadie". Ya le digo, pero no, ni aun a veces estando [acompañada] ...
tenga las suyas [las medicinas]. —¡Sí!, porque él está más malito que yo...
También era cotidiana la falta de ayuda de su hija, sobre todo cuan-
En muchas ocasiones, María de Jesús prefirió no comprar sus pro- do estaba trabajando. Y la preocupación por la situación de su esposo
pias pastillas y dejar de tomarlas por varios días hasta que llegara el día era apremiante, así que cualquier retraso por alguna circunstancia en el
de su cita con el médico del imss. trabajo, se convertía en desesperación:
La segunda condición que se dio durante el cuidado a su madre
y que estuvo ausente durante el cuidado a su esposo fue la sustitución ...pos era más triste, digo, teniéndolo a él. A veces no llegaba la compañera
parcial del desempeño de otros roles, que la liberara de la sobrecarga. [la enfermera del siguiente turno], ya me agarraba yo temblando de miedo
Esta situación fue percibida como un abandono social y moral de parte que no llegaba, y le hablaba por teléfono: "Ándale, no me has llegado a
de sus hijas, lo cual no sucedió con su madre porque su esposo la ayudó recibir, yo ya me quiero ir", "espérame un ratito", "es que mi marido está
incondicionalmente: solo", "¡ah! si ahí está tu hija", "ya lo sé, pero si no le da ella nada pos se tiene
que esperar hasta que yo vaya". A diario andaba con eso. Ya me recibía y
...entonces pos es una ayuda que le dan a uno, ¿verdad?, es una ayuda que le me venía en friega...
dan a uno, ya que le digan a uno [su esposo] "no, tú vete, tú no te preocupes
por nada, yo aquí hago lo que sea; tú por eso vete, tú no te me quedes"... Para Emiliano, la llegada de María de Jesús del trabajo era una segu-
Entonces, y con él [su esposo] quién me decía, yo tenía que hacer todo... ridad, porque a partir de ese momento contaba con alguien para ayudarlo.
María de Jesús misma lo tenía presente todo el tiempo:
María de Jesús sabía que nadie la ayudaría y que estaba sola para
enfrentar cualquier eventualidad en torno al cuidado a su esposo. Su si- ...yo le decía a él [su esposo] "aquí estoy para todo; si no llego, ahí tienes
tuación era complicada, ya que debía continuar trabajando. Por esa razón, para todo, que al cabo tengo que llegar". Y él últimamente: "No me vayas
cuando su esposo pasó a la fase de deterioro, ella decidió cambiarse al a dejar que te pase nada, después qué hago", "no me va a pasar nada". No
turno nocturno, para poder atenderlo durante el día. Por otra parte, aun creas, por menos que sea, él tenía miedo a quedarse solo, y yo qué más
cuando en su hogar quedaba su hija Olivia soltera, ésta nunca se involucró hacía en la noche, pos me tenía que ir a trabajar... sí, llegaba y me decía
realmente en el cuidado a su padre y su ayuda era más bien conflictiva. "bendito Dios que ya llegaste". A veces, arrastrándose se venía hasta el...
Los problemas no fueron únicamente porque no atendía al padre du- porque no podía, últimamente no podía, se venía arrastrando y ya nomás
rante las noches en que María de Jesús trabajaba, sino también porque me veía yya: "Qué bueno que ya llegaste, ya estás aquí", "pues sí, ya llegué",
los pleitos y reclamos entre padre e hija eran frecuentes. La ausencia de "¡ay! es que me da mucho pendiente"...
ayuda por parte de su familia estaba clara para María de Jesús, por ello en
varias ocasiones recurrió a la ayuda de un vecino para enfrentar alguna A pesar de que ella siempre buscó estrategias para llegar temprano
situación inesperada: a su casa por las mañanas, la noche que murió su esposo ella estaba traba-
jando. Sus hijos no le avisaron de su muerte, sino que prefirieron esperar
...el otro día se me cayó, dos veces que se me cae y ¿quién me ayuda? Es- hasta que regresara de trabajar. La sorpresa fue encontrar el velorio de su
taban nada más ahí, o sea las niñas, yya fui a molestar al vecino del otro esposo en la sala de su casa. Meses después, su vecino Roberto le contó que
lado, ya le toqué: "¡Ay Roberto!, vengo con...", pos ahí le lloré, "mi esposo aquella noche escuchó ruidos en la madrugada, como de alguien que se
está caído, Roberto, ¿qué hago?, no lo puedo levantar"; yya fue y me ayudó quejaba. Fue a asomarse por la ventana, tocó a la puerta y estuvo gritando
a levantarlo. Son cosas muy tristes... como ese día. Dos veces se me ha mucho tiempo, pero nadie le respondió. Emiliano murió solo.
caído y ¿quién lo levanta?... y yo le digo a Roberto "¡ay! ya vengo otra vez La diferencia entre las condiciones del cuidado de su madre y las
a molestarlo", "no, no, no", "si ahorita se paró y se me cayó", le digo, "se me del de su esposo fueron la razón de su respuesta ami pregunta de a quién
resbaló y se me fue y ya yo no pude, o sea, yo no pude pos levantarlo", y él de los dos se le había hecho más difícil cuidar. María de Jesús contestó de
tampoco se podía... no podíamos ninguno y pos ahí, pos yo fui ya con él inmediato: "No pos, o sea, no se dice difícil, [sino] cansado. No pos con

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mi esposo... se me hizo más pesado con mi esposo". Razones tenía para En el cuadro 7.3 se presentan los recursos de las redes sociales de
afirmarlo. los cuidadores para enfrentar el cuidado; como se aprecia, no todas las
Las inmejorables condiciones de cuidado de cuando María de mujeres cuidadoras estaban en las mismas condiciones a pesar de ser
Jesús fue hija-cuidadora no se repitieron cuando fue esposa-cuidadora, esposas o hijas-cuidadoras que vivían en Oblatos.
situación que apareció también entre los otros cuidadores de Oblatos: las Al parecer, las esposas-cuidadoras contaban con mayores recursos
condiciones de algunos eran mejores que las de otros a pesar de pertenecer de su red social para enfrentar el cuidado. Dos hechos llaman la atención de
al mismo grupo social. lo reportado en el cuadro: primero, no es un patrón homogéneo para todas
La posibilidad de experimentar buenas condiciones para el cuidado las esposas e hijas-cuidadoras, la situación estaba polarizada: se contaba
no fue porque la familia contara con algún pariente rico, sino porque su con recursos o no los había. Esto ubicaba a las cuidadoras en inmejorables
red social contaba con recursos suficientes para enfrentar el cuidado al condiciones, como las que vivió María de Jesús cuando cuidó a su madre,
enfermo en condiciones más desahogadas que las de otros. Los hijos de o en una experiencia de carencias permanentes, como cuando ella cuidó
los enfermos eran cruciales para marcar la diferencia, ya fuera como hijos a su esposo. No es a quién se cuida lo que determina si la experiencia es
de la esposa-cuidadora o como hermanos de la hija-cuidadora. Cuatro son mejor o peor, sino los recursos disponibles de la red social.
los factores que hacían la diferencia: migrantes internacionales, hijos con Segundo, en los hombres cuidadores éstos no eran factores que de-
pequeños negocios, cuidadores secundarios y la sustitución de algunas terminaran la experiencia del cuidado en uno u otro sentido; de acuerdo
funciones de los otros roles sociales del cuidador. con el cuadro, ellos carecerían por completo de recursos sociales para
La existencia de hijos migrantes en Estados Unidos constituía enfrentar el cuidado. En cuanto a los recursos económicos, ellos no re-
un medio para enfrentar la pobreza con mejores posibilidades. Los querían de la participación de los demás porque solventaban los gastos
migrantes internacionales no sólo marcaron la diferencia con respecto por sí mismos; sus cargas del cuidado también eran menores en compa-
al nivel de bienestar general de las familias, sino también con respecto ración con las de las mujeres porque ellos se involucraban básicamente
a la experiencia del cuidado. Las esposas e hijas-cuidadoras con mi- en las tareas "masculinas", las cuales eran menos en comparación con
grantes internacionales enfrentaban menos dificultades económicas las "femeninas".
con relación a quienes carecían de este recurso en su red social. El El que las esposas-cuidadoras contaran con mayores recursos de
mismo papel jugaron los dueños de negocios. María no contaba con la red social no significa que estaban en una mejor posición que las hijas.
hijos en Estados Unidos, pero su hijo Alfredo era dueño de un negocio Aunque los migrantes resolvían el aspecto económico y la presencia de un
próspero que permitía reemplazar remesas desde el extranjero con cuidador secundario que realizara las tareas "masculinas", esto colocó a
aportaciones seguras y permanentes. Varios hermanos de Concepción las esposas-cuidadoras en una posición más desventajosa. La ayuda eco-
—hija-cuidadora-- eran dueños de negocios y ella misma poseía un local nómica se generaba porque ellas eran incapaces de resolver este aspecto
en el mercado San Juan de Dios, con cuyas ganancias se sustituían las por ser ancianas. En este sentido se volvieron dependientes económicas
remesas de los migrantes. de sus hijos tanto en lo referente a la manutención de sí mismas y de la
La existencia de un cuidador secundario era también un recurso unidad doméstica, como a los gastos del cuidado. Los hijos resolvían lo
que la red social aportaba para ayudar. La posibilidad de contar con un económico y las tareas "masculinas" del cuidado, sin embargo, ellas debie-
cuidador secundario no sólo implicaba aliviar la tensión generada por ron responsabilizarse del resto del cuidado, sin ayuda y sin descarga de sus
conflictos de género al momento de otorgar el cuidado, como vimos en otras responsabilidades, a pesar de que su calidad de ancianas y enfermas
el capítulo seis; sino que simultáneamente suponía una ayuda para el requería urgentemente de este tipo de ayuda. Recordemos que eran las
cuidador primario. María de Jesús contó con un cuidador secundario, esposas las que tenían el mayor grado de saturación de roles familiares y
aunque pagado, en quien descargó parte del trabajo del cuidado a su ma- sociales; ahí era donde ellas también requerían ayuda y no la obtuvieron,
dre. En el mismo sentido se orientaba la sustitución de algunas funciones con excepción de Esther. Eso implicó que las esposas enfrentaran el cui-
de los otros roles, la ayuda no disminuía las cargas del cuidado, sino la de dado de manera más solitaria que las hijas, porque lo de todos los días,
sus otros roles, dejando más tiempo y energía para el cuidado. María de en todos sus roles, continuó siendo su responsabilidad.
Jesús fue afortunada durante el cuidado a su madre, ya que dispuso de Las hijas-cuidadoras, de entrada, no tenían la preocupación econó-
una cuidadora secundaria y su esposo la descargaba de algunas de sus mica porque la manutención de la unidad doméstica era responsabilidad
responsabilidades como madre y esposa. de sus esposos, es decir, los yernos de las enfermas. Además, en el caso

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Cuadro 7.3. Las experiencias del cuidado de acuerdo a la disponibilidad de las hijas-cuidadoras, a pesar de no contar con el recurso de los herma-
de recursos de la red social. Oblatos, 2000 nos migrantes o dueños de negocios, la manutención de la enferma fue
responsabilidad de otros: la madre de Yolanda administraba la pensión
Cuidador Hijos migrantes o con Cuidador Sustitución que su sobrina Patricia recibía del ISSSTE por ser enferma mental; la ma-
recursos económicos secundario de funciones dre de Margarita era prestamista, y en cuanto a la madre de Julieta, era
el padre de ésta quien se hacía cargo de los gastos. Las hijas-cuidadoras
Esposas secundarias no enfrentaban este problema porque lo resolvían los cuida-
María de Jesús dores primarios. Aunque no contaran con un cuidador secundario ni con
Ángeles quien las sustituyera completamente en sus otros roles, su condición de
Emilia mujeres maduras les permitía soportar las cargas del cuidado, ya que su
Esther cuerpo biológico todavía era capaz de resistir. Ser mujer más joven que
Lourdes una esposa-cuidadora colocaba a la hija-cuidadora en una posición más
Refugio ventajosa aun cuando no tuviera toda la ayuda de su red social. Además,
Nicolasa las hijas-cuidadoras eran ayudadas por sus hijos mayores en el cuidado de
María los hermanos más pequeños cuando ellas aún tenían la responsabilidad
de la crianza de niños.
Madre
Eva

Hijas-cuidadoras primarias
Yolanda
Margarita
Concepción
Julieta
Estela
Yolanda t

CllidáCIOraS.SeC StiaS'
Lupe
Angélica
Patricia

Cuidadores primarios hombres


Pascual
Armando
Mario

Cuidadores secundarios hombres


Ramón
Ismael
Alfredo
Lorenzo

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