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Semana 11

Tema: La Revolución Industrial


1.- En la parte de materia responda las siguientes preguntas:
o ¿A qué se considera la acumulación originaria?
o ¿En qué consistió la Reforma Protestante y quién fue su propulsor?
o ¿Qué situaciones históricas aceleraron la Revolución Industrial? Nombre tres.
o Anote la importancia del desarrollo del capitalismo.
o Escriba los tres tipos de cambios que trajo la Revolución Industrial y explique el
que consiste cada uno.
o Explique cuáles fueron los tres pilares de la Revolución Industrial.

2.- En la parte de tareas realice las siguientes actividades:

La Revolución Industrial

Vimos que el feudalismo dio paso al mercantilismo, al que llamábamos antesala del
capitalismo. En el mercantilismo, el objetivo principal era acumular ganancias por el comercio.
En cambio, en el capitalismo la producción de bienes va a ser un elemento fundamental.

En efecto, el capitalismo es el sistema económico por el que los medios de producción (tierra,
maquinaria y tecnología) están en manos privadas, es decir, de quienes tienen capital y
contratan mano de obra asalariada para producir. Los capitalistas buscan, principalmente, el
beneficio económico y, por lo tanto, intentan rebajar sus costos, competir en un ámbito de libre
mercado y maximizar sus ganancias.

La acumulación originaria- La entrada en Europa de ingentes cantidades de metales


preciosos provenientes de América y las ganancias del tráfico de esclavos y del comercio en el
sistema mundial, produjeron en los países del norte lo que se “la acumulación originaria”, es
decir, el crecimiento del capital disponible para el desarrollo del capitalismo. Entre ese grupo de
comerciantes y banqueros regados por Europa occidental, surgieron los empresarios que, son
los individuos que asumen riesgos económicos no personales. Un elemento clave del
capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro. Y
puesto que este es desconocido, hay la posibilidad de obtener ganancias o sufrir pérdidas. Por
ello, el papel del empresario consiste en asumir ese riesgo. Pero, además, la acumulación
originaria va a consistir en otro proceso: la expulsión de campesinos de las zonas rurales, que
se inició cuando los señores feudales empezaron a vender sus tierras. El proceso se aceleró a
lo largo del Renacimiento. En Inglaterra, las tierras compradas fueron cercadas para criar en
ellas grandes manadas de ovejas, lo que requería pocos peones. Sin trabajo ni tierra, el
campesinado se vio forzado a ir a las ciudades.

Reforma Protestante- Además de los cambios sociales, científicos y tecnológicos traídos por
el Renacimiento y la Revolución científica, que vimos en la unidad anterior, fue muy importante
el cambio producido por la Reforma Protestante –la separación de la Iglesia católica de
centenares de miles de cristianos, sobre todo en el centro y norte de Europa occidental, que
establecieron iglesias particulares sin obediencia al Papa. En este proceso tuvo papel
protagónico el alemán Martín Lutero (1483-1546). Él cuestionó al papado y la corrupción en
Roma por la práctica de vender indulgencias, mientras que, según afirmaba, la salvación
depende solo de la gracia de Dios y no de ningún perdón de los hombres. El movimiento se
extendió rápidamente. El rey Enrique VIII (14911547) decidió separar a toda la Iglesia de
Inglaterra de la obediencia del papa. Este fenómeno religioso cambió de forma drástica la
sociedad y profundizó del ahorro, junto con la convicción de que el éxito económico era bueno
e incluso signo de bendición divina.
La Revolución Industrial- La Revolución Industrial es el cambio experimentado en las
condiciones de producción debido a la introducción de maquinarias, movidas inicialmente a
vapor, que reemplazaron al trabajo manual. La Revolución Industrial es la profundidad de los
cambios sociales, económicos y culturales de la humanidad. De ella surgirán la sociedad de
masas, el crecimiento inusitado de las ciudades, la lucha del proletariado por mejorar sus
condiciones laborales, la competencia internacional y muchos otros cambios. Este proceso
histórico ocurrió entre mediados del siglo XVIII y principios del XIX. De Inglaterra, se extendió a
la Europa occidental y a EE. UU. Otros países se incorporaron mucho más tarde a la
Revolución Industrial, pues, a causa de la división internacional del trabajo, impuesta por los
países más ricos, quedaron relegados a ser proveedores de materias primas y no a producir
bienes industrializados.

Hierro, vapor y máquinas- La mecanización de las industrias textiles, el desarrollo del


procesamiento del hierro y la introducción de la máquina con motor de vapor fueron tres pilares
de la Revolución Industrial. Desde 1733 se había empezado a mecanizar el telar. El primer
paso fue la lanzadera volante, patentada ese año por el inventor británico John Kay, que
aumentó considerablemente la velocidad de tejido. La Spinning Jenny, una máquina de hilar
con ocho bobinas, inventada alrededor de 1764 por el inglés James Hargreaves, redujo
drásticamente la cantidad de trabajo requerida, ya que daba a un solo trabajador la capacidad
para producir hilo en ocho carretes a la vez. Otro inventor británico, Edmund Cartwright,
patentó el primer telar mecánico en 1786. En los años que siguieron, se hicieron constantes
mejoras. Cuando estas mecanizaciones se unieron con la fuerza motriz producida por la
máquina de vapor (inventada por James Watt y construida en 1774 y que consistía en un motor
de combustión externa que transformaba la energía térmica del vapor de agua en energía
mecánica), ocurrió un crecimiento exponencial de la producción textil. El desarrollo de
maquinarias para otras industrias en las dos primeras décadas del siglo XIX facilitó los
procesos y el aumento de su producción en otras ramas. Con ello, se incrementó la cantidad de
productos y se disminuyó el tiempo en el que se fabricaban, lo que dio paso a la producción en
serie. Los avances en la fundición de hierro provocaron el nacimiento de la locomotora y el
ferrocarril. El motor de vapor, utilizado para mover la máquina, transformó por completo el
transporte de personas y mercancías. También a los buques se les puso máquinas de vapor. El
crecimiento de la capacidad de producción pudo, así, combinarse con el crecimiento de la
capacidad de transporte. Esto dio como resultado la expansión del comercio.

El desarrollo del capitalismo- Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación originaria
de capital y a la reinversión de las ganancias de los empresarios privados, con lo cual
ampliaban sus instalaciones para generar mayor crecimiento. La industrialización fue así
generalizándose. La mano de obra que requerían las industrias estaba disponible en las
grandes barriadas de las principales ciudades. A los obreros se les impuso jornadas de trabajo
larguísimas, de 14 o 16 horas, con salarios bajos. Se empleaba a niños y mujeres para
pagarles aún menos. Las condiciones de trabajo y la falta de higiene y de descanso causaron
estragos.

Información tomada del texto del Ministerio de Educación, 9no grado.


Semana 12
Tema: Independencia de Estados Unidos
1.- En la parte de materia responda las siguientes preguntas:
o Enumere las causas de la independencia de Estados Unidos.
o ¿En qué consistió el Motín del té de Boston?
o Anote el contenido de la Declaración de independencia.

2.- En la parte de tareas realice la siguiente actividad:

La independencia de Estados Unidos


Las “Trece Colonias” de América del Norte tenían, para la segunda mitad del siglo XVIII, una
población de cerca de dos millones de personas (millón y medio de blancos y medio millón de
esclavos africanos). Los indios no eran parte de la sociedad; al contrario, eran considerados
enemigos.

Causas de la independencia de EE. UU.- La llevadera relación de las colonias con Gran
Bretaña se resquebrajó a causa del intento de la Corona británica de extraer más impuestos.
Esto generó descontento, pues los colonos no tenían representantes en el Parlamento de
Londres que hicieran oír su posición. Entonces, un grupo de intelectuales empezó a reclamar
que “sin representación no hay imposición”, es decir, sin trato igual no pagarían impuestos.
Esta inconformidad se agravó tras la Guerra de Inglaterra contra Francia (1748-1756), en la
que los habitantes de las colonias colaboraron con tropas y vituallas para que los ingleses
pudieran apoderarse de todas las tierras francesas en América del Norte. Pero las colonias no
habían merecido una mejora en el trato, al contrario, Inglaterra respondió subiendo los
impuestos al azúcar, al té y a los trámites. Desde mediados de 1760, grupos de colonos
coincidían en que o se cambiaba la relación o se separaban del dominio de Gran Bretaña.

El Motín del té de Boston- Una serie de manifestaciones pacíficas, sobre todo en Boston, la
capital colonial, no tuvieron eco. Eso llevó a un grupo de descontentos a formar una sociedad
secreta, los Hijos de la Libertad (Sons of Liberty), que asaltaron, disfrazados de indios, a tres
naves de la East India Company que habían llegado de Gran Bretaña con un gran cargamento
de té. Era el 16 de diciembre de 1773, y tras capturar a los tripulantes, tiraron por la borda más
de 342 barriles con un total de 45 toneladas de té, que se hundieron irremisiblemente. Esto es
lo que se conoce como el Motín del té de Boston.

El hecho fue sensacional y despertaron la indignación general, por lo que se convocó al Primer
Congreso Continental en Filadelfia, Pensilvania, el 5 de septiembre de 1774. En la reunión se
habló claramente de que debía terminar la servidumbre a los británicos y de que había que
crear una nación independiente, para lo cual incluso se discutieron algunas leyes.

La guerra de independencia de EE. UU.- La situación se enconó de parte y parte y estalló la


guerra. Los primeros tiros se cruzaron en el poblado de Lexington el 19 de abril de 1775. En
mayo se reunió en la misma Filadelfia el Segundo Congreso Continental. Dictó disposiciones
para organizar un ejército, nombró a 14 generales y los puso bajo el mando de George
Washington, quien era un rico hacendado de Virginia, de 43 años. Washington tenía cierta
experiencia militar, pues había luchado a favor de los ingleses contra los franceses y había
comandado varias expediciones contra los indígenas. Cuando Gran Bretaña se dio cuenta de
que se trataba de una guerra y no solo de una revuelta, envió un ejército de 30.000 hombres, al
mando de sir William Howe, a Nueva York, ciudad que se creía más favorable a la Corona,
abandonando Boston donde eran muy impopulares.
La Declaración de Independencia- El 4 de julio de 1776, el Congreso aprobó por unanimidad
la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. John Adams, Thomas Jefferson y
George Washington, que luego serían presidentes de la nación, estaban entre los 56 miembros
del Congreso, además del científico Benjamín Franklin. Durante la guerra murieron 14 de los
firmantes. La declaración justificaba la guerra. Además, presentaba una larga lista de quejas
contra el rey Jorge III de Inglaterra. Pero lo más trascendente era la argumentación por la
independencia, al proclamar que todos los hombres nacen iguales y poseen derechos
inalienables, como la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que los gobiernos pueden
gobernar solo con el consentimiento de los gobernados (self-government) y que cualquier
gobierno puede ser disuelto cuando deja de proteger los derechos del pueblo. Dicha
declaración influyó notablemente en el mundo. El Congreso decidió tener su propia moneda e
iniciar relaciones diplomáticas con los demás países. Justamente Benjamín Franklin fue
nombrado primer embajador ante Francia, para obtener su apoyo y el de otras potencias
europeas.

La derrota británica- Gran Bretaña llegó a tener, en 1778, en América del Norte, cerca de
50.000 soldados bien entrenados, alrededor de 18.000 mercenarios alemanes a los que
contrató para la contienda; empleó la mitad de su poderosa flota; infligió una serie de derrotas
iniciales de los colonos, y enfrentó a un ejército inexperto, pero la guerra no fue un “paseo
triunfal” para los británicos, como ellos lo predijeron. A los estadounidenses les dio resultado
rehuir batallas abiertas y atacar con escaramuzas; eso los hizo más peligrosos que “si tuvieran
un gran ejército regular”. Fue clave, para los revolucionarios, el desarrollo del fusil modelo
Pennsylvania, de gran precisión desde más de 80 metros. Era un arma más eficaz que los
antiguos e imprecisos mosquetes. La derrota de los británicos en Saratoga, al norte de Nueva
York, en octubre de 1777, fue importante. A partir de allí, Francia entró abiertamente en la
guerra: apoyó con dinero, armas y ejércitos de mar y tierra. España, que apoyaba a los
rebeldes con dinero, armas y municiones, aún se mostró reacia a la intervención directa. Pero
un año después, declaró la guerra a Inglaterra, tras un acuerdo secreto con Francia. Más tarde,
Holanda también se unió a la coalición formada por España y Francia. En 1781 se rindió el
último reducto inglés en Yorktown, frente a una flota francesa y un ejército combinado franco-
estadounidense de 16.000 hombres, al mando de George Washington. El 3 de septiembre de
1783 se firmó el tratado por el que Gran Bretaña reconoció la independencia de Estados
Unidos y devolvió a España, Francia y Holanda varias posesiones, aunque mantuvo Canadá.
George Washington fue elegido primer presidente de EE. UU. en 1789, bajo los términos de la
Constitución de 1787, y la más antigua del mundo, pues se mantiene hasta ahora con solo
algunas enmiendas.

Información tomada del texto del Ministerio de Educación, 9no grado.

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