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LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

1. LAS BASES DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA

Se entiende por Revolución Industrial al conjunto de cambios en la producción y


en el consumo de bienes debido a la incorporación de máquinas en la fabricación
industrial.

Estas transformaciones fueron lentas pero continuadas y afectaron a los demás


sectores, originando un cambio en la economía y en la sociedad. El inicio de estos
cambios tuvo lugar en Gran Bretaña, hacia el 1780.

En la revolución agraria, donde también fue pionera Gran Bretaña, hubo


progresos técnicos y cambios en el sistema de propiedad de las tierras.

Entre los progresos técnicos podemos destacar:

- Paso del sistema de cultivo basado en la rotación trienal al sistema


Norfolk, de rotación continua. Con este sistema se incrementó la
ganadería, y con ello, más estiércol para fertilizar la tierra, y más carne y
leche para la alimentación humana.
- Difusión de cultivos como el de maíz y patata
- El empleo de máquinas sembradoras y cosechadoras movidas por caballos
- El inicio de la selección de semillas y de razas ganaderas
- El comienzo del uso de fertilizantes químicos.

Los cambios en el sistema de propiedad de la tierra se debieron a que, hasta ese


momento se estaba utilizando el sistema de campos abiertos (openfield),
explotados en comunidad, y era poco productivo, y se pasó a las propiedades
privadas que había que cercar.

Con ello, muchos campesinos que no tenían dinero para cercar sus tierras, se
vieron obligados a venderlas a la aristocracia, a los burgueses o a campesinos
ricos, y se convirtieron en asalariados o tuvieron que emigrar a la ciudad en
busca de trabajo en la industria.
Todos estos cambios originaron:

- El incremento en la producción agrícola


- Mejora de la alimentación
- La concentración de la propiedad de la tierra y reducción del número de
campesinos
- El ascenso de las rentas agrícolas

La revolución demográfica se produjo debido al descenso de la mortalidad. Este


descenso estuvo motivado debido a la mejora en la alimentación, gracias a los
progresos agrarios, y por menos epidemias. También debido a un aumento en la
higiene y al progreso de la medicina. La natalidad continuó siendo alta.

Todo ello originó un aumento de la mano de obra, un crecimiento de la demanda


de productos y aumentó la emigración a otros continentes.

Otros factores que influyeron en la Revolución Industrial fueron:

- La modernización de los transportes y de las vías de comunicación.


El comercio interior se intensificó debido a la mejora del firme de los
caminos y la construcción de canales. El comercio exterior, impulsado por
el predomino colonial británico, alcanzó el ámbito mundial; y con ello más
capitales (dinero) para invertir, materias primas como el algodón, y
mercados para vender los productos.
- El crecimiento de los medios financieros. Los beneficios mercantiles y de
la tierra se destinaron a financiar sectores industriales como el minero, el
textil y el siderúrgico. También aumentó el número de bancos
- La disponibilidad de fuentes de energía y materias primas. La revolución
industrial contó en Gran Bretaña con recursos energéticos como la hulla o
carbón mineral; y de materias primas como el algodón y el hierro. Hubo
grandes inventos como la máquina de vapor, patentada por James Watt en
1769.
3. LA MECANIZACIÓN DE LA INDÚSTRIA. LA FÁBRICA

Durante el antiguo Régimen la producción industrial se realizaba en pequeños


talleres, donde los artesanos especializados realizaban su trabajo con
herramientas manuales, que después vendían en su propio establecimiento.

Con la revolución industrial, estos talleres artesanales casi desaparecen, y en su


lugar aparecieron las fábricas, que eran grandes edificaciones donde se
concentraban obreros y las máquinas, movidas por una misma instalación
energética.

Las nuevas tecnologías sustituyeron el trabajo a mano por el trabajo con


máquinas. Éstas se movían utilizando fuentes de energía, primero el agua y
después el vapor, obtenido quemando hulla.

Se dividió el trabajo separando el proceso de trabajo en diferentes fases o


tareas simples, asignando cada tarea a un trabajador. Así, las labores podían
realizarlas personas sin cualificación con ayuda de las máquinas.

Estas transformaciones permitieron una producción más rápida, abundante y


barata, y una substitución del trabajo cualificado y creativo por el trabajo no
cualificado y rutinario.

Las primeras industrias que aplicaron maquinaria para fabricar productos en


serie fueron la textil y la siderúrgica.

En la industria textil, las innovaciones técnicas fueron impulsadas por el


aumento de demanda de los tejidos de algodón, debido al aumento demográfico.

Al principio las máquinas eran hidráulicas, para ello las fábricas se localizaban
cerca de ríos. Con estas máquinas hidráulicas los tejedores aumentaron la
velocidad y la anchura de las piezas.

Finalmente, las máquinas eran movidas por vapor, como el telar mecánico y la
primera máquina de hilar automática, conocida como selfactina.

la industria siderúrgica hasta entonces fundía en hornos, utilizando madera


como combustible, y fuelles manuales o hidráulicos, por eso tenía limitada su
producción. Para mejorar, la madera se sustituyó por carbón mineral, y se
emplearon máquinas para mover los fuelles que inyectaban aire al horno.
Después, Henry Cort, mejoró el trabajo del hierro gracias a la invención de
técnicas para hacerlo más resistente (pudelación) y para modelarlo mejor
(laminación).

Con estas innovaciones, el hierro y la hulla pasaron a ser elementos


imprescindibles en la era industrial.

4. LA DIFUSIÓN DE LA INDUSTRIALIZACIÓN

La revolución Industrial de difundió a otros países. Cada país tenía un ritmo


diferente de industrialización, dependiendo de:

- Existencia de recursos (carbón, hierro, algodón)


- Disponibilidad de capital
- Crecimiento demográfico
- Situación política, etc.

Los países que primero adoptaron la industrialización, hacia 1830, fueron los más
próximo a Inglaterra, como Francia, Bélgica, Suiza y Alemania, o con fuertes
lazos como Estados Unidos.

Los países que tuvieron una industrialización más tardía, hacia 1850, fueron:
Portugal, España, Italia, Grecia, Austria, Hungría y Rusia. Japón alcanzó la
industrialización hacia 1870.
5. LAS CONSECUENCIAS ECONÓMICAS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

La Revolución Industrial impulsó la economía, gracias a revolucionar el


transporte, estimular el comercio y favorecer el crecimiento del capitalismo.

La revolución de los transportes gracias a la máquina de vapor permitió la


aparición de la máquina de vapor y del ferrocarril. Así el transporte de personas
y mercancías era más rápido y barato, y aumento la capacidad de carga.

El barco de vapor nació en 1807, por Robert Fulton que aplicó la máquina de
vapor a la navegación.

Los primeros barcos se desplazaban por ríos, utilizando grandes ruedas de palas.
Al transporte marítimo llegó con la invención del casco de hierro y de la hélice
(1830-1860). Desde entonces, los países acondicionaron sus puertos y realizaron
canales entre los océanos para acortar distancias de navegación, un ejemplo es
el Canal de Suez.

El ferrocarril surgió con la invención de la locomotora, una máquina de vapor


móvil capaz de arrastrar vagones por railes de hierro.

Los primeros ferrocarriles se utilizaban para transportar mercancías entre


minas y por terrenos llanos y cortos. George Stephenson diseñó la Rocket
(1829), una locomotora capaz de circular por terrenos en pendiente, que
funcionó por primera vez en 1830 en la línea Manchester-Liverpool.

El auge del comercio, tanto interior como exterior, se produjo por el aumento de
la demanda, de la producción y por los nuevos medios de transporte.

Gracias al transporte, se garantizó el abastecimiento de alimentos para la


población, el aprovisionamiento de materias primas y la venta de productos.
Además, cada región se especializó en la producción de aquellos bienes para los
que contaba con mayores ventajas.

La industrialización impulsó el capitalismo industrial. Las primeras industrias


fueron pequeñas y financiadas con capital familiar. Al crecer la industria, fue
necesario mayores inversiones, para obtenerlas, se impulsaron las sociedades en
comandita, en la que unos socios aportaban el capital, otros lo administraban.
También surgió las sociedades anónimas, cuyo capital se dividía en pequeñas
particiones, llamadas acciones. Con ello, los beneficios y los riesgos se repartían
entre muchos accionistas.

Con el aumento de las compañías de sociedades anónimas, se creó la bolsa o


mercados de valores, también se multiplicó la creación de bancos para conceder
créditos a las empresas. Todo esto originó el llamado capitalismo financiero,
basado en la obtención de ganancias a través de la compraventa de acciones y
productos financieros.

Con la Revolución Industrial, los países se medían según su importancia


industrial, en vez de por su extensión o por su capacidad militar.

La industrialización provocó la división del mundo en países desarrollados o


industrializados y países no industrializados o atrasados.

6. LAS CONSECUENCIAS SOCIALES DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Las revoluciones políticas y La revolución Industrial impusieron una nueva


sociedad de clases, donde la diferencia se media por la riqueza. La clase
dominante era la burguesía y la antigua nobleza, que mantuvo sus propiedades; y
la clase dominada era el proletariado (obreros y obreras industriales) y los
campesinos.

El auge de la burguesía se debió al acceso al poder político, al enriquecimiento


de sus actividades económicas y al formar parte de la élite cultural, gracias a
los estudios medios y universitarios. Además, impulsó su ideología basada en la
valoración del trabajo, el éxito personal, la familia y las formas refinadas.

La gran burguesía su riqueza procedía de las manufacturas (empresas


industriales y minas), de los negocios (bancos, compañías aseguradoras,
financiación de los ferrocarriles, especulación del suelo urbano, etc.) y de las
explotaciones agrarias

La pequeña burguesía o clase media estaba formada por pequeños comerciantes


e industriales, funcionarios y miembros de profesiones liberales, como médicos y
abogados.

En la ciudad, la burguesía ocupó el centro de la ciudad o los barrios residenciales


alejados de las fábricas.
El proletariado era las obreras y los obreros de la industria, compuesto por el
campesino emigrado a las ciudades o antiguos artesanos arruinados por la
mecanización industrial.

Eran mano de obra barata y fácil de despedir, que tuvo que soportar condiciones
de trabaja muy duras, con jornadas laborales de 14 o 16 horas y salarios muy
bajos. Además de soportar el ruido de las máquinas, el calor del verano y el frio
en invierno. Entre el 30 y el 75 % de la mano de obra eran mujeres y niños.
Tampoco tenían seguro de accidentes o jubilación. Además, no podían abandonar
su puesto ni conversar durante el trabajo.

En las ciudades, el proletariado vivía en barrios junto a fábricas o puertos, con


mínimas condiciones higiénicas.

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