Está en la página 1de 4

El texto escogido se sitúa en el inicio del octavo fragmento del Poema de Parménides de Elea, filósofo de

la escuela eleática. Su obra, escrita en versos hexamétricos, se ha conservado mediante las citas de otros
autores como es el caso de este fragmento, que nos ha llegado por la obra de Simplicio. El Poema se divide
en tres partes; en primer lugar encontramos el proemio, dónde se narra el viaje que emprende
Parménides para ser acogido por una diosa que le revelará dos tipos de informaciones que formaran las
dos partes restantes del poema, el objetivo de esta parte es reclamar el conocimiento de una verdad no
alcanzada por la clase normal de los mortales1. Seguidamente encontramos lo que Parménides denomina
“el imperturbable corazón de la Verdad bien redonda”, donde se describe la verdad sobre la realidad y,
por último, “las opiniones de los mortales, en las que no hay verdadera creencia”2, donde se describe las
opiniones falsas de los mortales.

Nos centraremos en la segunda parte, donde se incluye el fragmento tratado. La idea principal del
pensamiento de Parménides y de este fragmento es su ontología, sobre el ser o ente, además, habla
también de epistemología afirmando, como dice en el texto, que la única vía de investigación legítima es
la del ser3. Para entender su ontología, debemos aclarar qué entiende Parménides por τό έόν, que sería
el núcleo central de su ontología, pero hay polémica entre los investigadores sobre su contenido
semántico y, por tanto, por su traducción; a primera instancia, algunos estudiosos han creído oportuno
usar la traducción de τό έόν por “el ser” y, otros, por “el ente”. Estás dos traducciones, si bien son
correctas, no son satisfactorias en su contenido semántico. La expresión “el ser” no es correcta porque es
eminentemente verbal y Parménides no habla del ser que los entes ejercen, sino de lo que está ejerciendo
el ser. A su vez, la expresión “el ente”, aun que significa lo que está ejerciendo el ser, deja marginado el
ser que los entes ejercen.4

Si nos fijamos en el verbo «es» que usa Parménides en el texto, traducido por έστι, el sujeto no parece
expreso, y algunos autores han apuntado que sería un verbo impersonal, por eso parecería correcto su
traducción como “el ser”. Pero hemos creído oportuno optar por la terminología que usa Owen, dónde la
descripción correcta es «lo que es», «what is being», porque presenta la dualidad semántica del ser que
los entes ejercen y lo que está ejerciendo el ser, es decir, no sería una forma impersonal. Asimismo,
siguiendo la descripción de Owen, τό έόν se puede entender como “aquello sobre lo que se puede hablar
y pensar”. Por último, y siguiendo en la misma línea, también usaremos ούκ έστιν para referirnos al «no-
ser».5 Por tanto, el Poema trata las vías de investigación posibles que hay; la del τό έόν y la del ούκ έστιν,
y finalmente afirma que los mortales usan ambas vías, por eso no tienen verdadera creencia. En el
fragmento escogido Parménides habla de la vía que es y las características intrínsecas que tiene τό έόν.
Pero antes debemos empezar por las vías de investigación y por qué dice que “sólo la mención de una vía
queda”:

Fr. 2 Pues bien, yo te diré (y tú, tras oír mi relato, llévatelo contigo) las únicas vías de
investigación pensables. La una, que es y que le es imposible no ser, es el camino de la persuasión
(porque acompaña a la Verdad); la otra, que no es y que les es necesario no ser, ésta, te lo
aseguro, es una vía totalmente indiscernible; pues no podrías conocer lo no ente (es imposible)
ni expresarlo.

Fr. 6 Lo que puede decirse y pensarse debe ser, pero la nada no es. Esto es lo que te ordeno que
consideres, pues ésta es la primera vía de investigación de la que intento apartarte y después
aquélla por la que los hombres ignorantes vagan, dicéfalos […]. 6

1
Kirk, G.S., Raven, J. y Schofield M. (2014), p. 324.
2
Ibídem.
3
Capelle, W. (1992), p. 64.
4
Moré, R. E. (1973), p. 100.
5
Guthrie, W. (1993), p. 29.
6
Kirk, G.S. et al. (2014), p. 326 y 328.
En el fr. 2 define la vía de la verdad, ἀλήθεια, y la vía del no-ente, y en fr. 6 introduce la vía de la opinión,
δόξα, que hemos comentado antes. Ésta última es representada por los hombres dicéfalos, esta
simbología nos remite a que recorren las dos vías de investigación a la vez, creen que ser y no ser son lo
mismo y no lo mismo7, y, entonces, no pueden llegar a la verdad. Algunos intérpretes señalan que
Parménides podría haber formulado por primera vez el principio de no contradicción, que indica la
imposibilidad que dos contrarios o excluyentes coexistan en un mismo tiempo. Entonces, τό έόν y ούκ
έστιν son excluyentes y contrarios; deben ser concebidos de manera íntegra y unívoca, el ser es la pura
positividad y el no ser, la pura negatividad 8. Por tanto, la vía emprada por los mortales dicéfalos, es la
δόξα y, en ningún caso, puede ser la ἀλήθεια, por eso queda excluida.

Luego, como vemos en los fr. 6 y fr. 2, excluye a su vez la vía que no es y es necesario no ser. Su
argumentación se basa en que el objeto del lenguaje y del pensamiento debe existir, por ello, no puede
ser “nada”, puesto que la “nada” no puede existir. Como no se puede pensar ni hablar del no-ser, tampoco
se puede conocer. Por tanto, también queda rechazada ésta vía de investigación.9

Por consiguiente, en el texto escogido Parménides afirma y ya sólo la mención de una vía queda; la de que
es. Como hemos visto, las otras dos vías posibles deben quedar excluidas. Por fuerza, tiene que haber un
Ente, porque no es posible pensar que pudiera no existir. El pensamiento recto, o sea el científico o
verdadero, puede referir solamente a τό έόν, el conocimiento verdadero es idéntico a la realidad. Fuera
del ser no puede darse nada.10 Parece una doctrina trivial, pero es un pensamiento muy novedoso, rompe
con las preguntas de los filósofos anteriores e inaugura la metafísica, la pregunta sobre ¿Qué es el ser?.11

Antes de proseguir, haré un apunte que ayudará más adelante a entender algunos rasgos o signos del τό
έόν. Teniendo en cuenta los contrarios, «ser» y «no-ser», expondré el pensamiento de Parménides en
referencia al cambio. Si aceptamos las premisas que nos presenta; lo que es es y le es imposible no ser y
lo que no es no es y le es necesario no ser. Entonces, la generación sería un tránsito del no-ser al ser y la
corrupción un tránsito del ser al no-ser. Por tanto, el cambio para Parménides no es posible, porque el ser
no tiene opuesto en tanto que el no-ser no existe. Es una empresa interesante comparar la doctrina del
devenir de Parménides con la de Heráclito, ya que parecen contrapuestas. Esta contraposición intrigó a
los filósofos posteriores hasta que pareció resolverlo Aristóteles con su propuesta sobre la potencia y el
acto.12

De todo esto, se pueden deducir los «rasgos» o «señales» que señala Parménides en el texto, seguiremos
su hilo argumental del Poema ; en primer lugar τό έόν es «ingénito» e «imperecedero», estos rasgos se
relacionan con lo anteriormente comentado sobre la imposibilidad del cambio; debe ser ingénito porque
si fuese engendrado, procedería del no-ser, y como hemos comentado, es imposible transitar del no-ser
al ser, si proviniese del ser sería absurdo, porque, entonces, ya sería. A su vez, debe ser imperecedero o
incorruptible por las mismas razones, no puede pasar del ser al no-ser, y no sería corruptible si transitara
del ser hacia el ser, permanecería.

Por ende, no tiene movimiento, como expresa Parménides en fr. 8, 26-28, no es posible que lo que es sea
generado o corrupto, por tanto, existe sin cambio, dentro de las ataduras de un límite. Posteriormente,

7
Ibídem. Es una cita extraída del fr. 6, que, por extensión, no ha entrado en la cita anterior.
8
Reale, G. y Antiseri, D. (1988), p. 56.
9
Guthrie, W. (1993), p. 36.
10
Capelle, W. (1992), p. 64.
11
Como ampliación, Guthrie, W. (1993), p. 34, dice Todos los pensadores anteriores habían tomado el
mundo físico como algo dado y se habían mostrado interesados por las cuestiones de su origen, por el tipo
de materia básica que debía subyacer a su variada apariencia, y por el proceso mecánico mediante el cual
se había originado. Parménides rehusó aceptar éste o cualquier otro dato.
12
El profesor Enric Fernández expone más ampliamente las idea de este párrafo en Adictos a la Filosofía
(2018).
en fr. 8, 29-31, afirma que lo que es está contenido dentro de las ataduras de un límite. Por tanto,
permanece el mismo y en el mismo lugar y sigue estando por sí mismo. La noción del límite la podemos
entender como que lo que es no tiene potencialidad de ser diferente de lo que es en el presente, el límite
como una determinación.13 Por tanto, lo que es, es «imperturbable», permanece siempre el mismo y en
el mismo lugar.

Prosiguiendo explicando los «signos», lo que es, es «entero» y «homogéneo», como explica en el fr. 8, 22-
5, Ni está dividido, pues todo es igual; ni hay más aquí, esto impediría que fuese continuo, ni menos allí,
sino que está todo lleno de ente. Por tanto es todo continuo, pues lo ente toca a lo ente. Como fuera del
ente no hay nada, no es divisible y todo está lleno de ente y es continuo (isótropo), podemos decir que lo
que es, es un todo entero, homogéneo y conexo. 14

Por último, queda aclarar qué quiere decir Parménides con es «sin fin», hay discusión en su interpretación
porqué, mientras que «sin fin» se traduce como ἀτελής, algunos intérpretes han usado τέλειος como
perfectísimo o acabadísimo porqué comparten la misma raíz, pero tienen concepciones semánticas
diferentes. Continuaremos con la traducción de Alberto Bernabé, que usa ἀτελής.15 El argumento que usa
Parménides en el Fr. 8, 32-36, es que lo que es no puede ser incompleto, porque en el caso de estarlo
[falto], todo le faltaría. Es decir, retomando que solamente se puede pensar en lo que es, puesto que no
es posible pensar lo que no es, en consecuencia, si no hubiera ser porque no fuese completo, no se podría
pensar; que no hay ni habrá otra cosa fuera de lo que es. Por tanto, es «sin fin» e «imperturbable».16

Como breve resumen, el pensamiento de Parménides y, conjuntamente, con la fundación de escuela de


eleática, tuvieron una gran importancia en la historia de la filosofía; en primer lugar, por su estudio de las
vías de investigación y sobre la unicidad e inmutabilidad del ser. Pero además, con los signos de lo que es,
negaba el pensamiento de los milesios, ya que se negaba el monismo y el materialismo, base del arkhé
jonio. Si el principio originario era una única sustancia, la imperturbabilidad de lo que es impediría explicar
la pluralidad de los seres. Así, el monismo materialista era una metodología inservible para explicar la
pluralidad, y con esto inauguró una nueva veda de investigación para la generación posterior de filósofos.

13
Kirk, G.S. et al. (2014), p. 334.
14
Capelle, W. (1992), p. 65.
15
Si se quiere indagar más en este tema, y porqué hemos usado “sin fin”, en Guthrie, W. (1993), p. 41,
hay una explicación más extendida y bibliografía.
16
La explicación ha sido basada en Kirk, G.S. et al. (2014), p 335, pero presenta el problema que usan el
vocablo “perfecto” para referirse a “sin fin” y podemos caer en error si no se tiene en cuenta lo
anteriormente aclarado. Por eso se ha contrastado con Bernabé, Alberto (2016), p. 159 y se ha extraído
de ahí la cita.
Referencias
Bernabé, Alberto (2016). Fragmentos presocráticos: de Tales a Demócrito. Madrid: Alianza Editorial.

Kirk, G.S., Raven, J. y Schofield M. (2014). Los filósofos presocráticos. Versión española de Jesús García
Fernández. Madrid: Gredos.

Guthrie, W. (1993). Historia de la filosofía griega, Tomo II. Versión española de Alberto Medina González.
Madrid: Gredos.

Capelle, W. (1992). Historia de la filosofía griega. Trad. Emilio Lledó. Madrid: Gredos.

Reale, G. y Antiseri, D. (1988). Historia del pensamiento filosófico y científico, Tomo I: Antigüedad y Edad
Media. Trad. Juan Andrés Iglesias. Barcelona: Herder.

Moré, R. E. (1973). Parménides y el ser. Anuario Filosófico, 6, 99-115.

Fernández E. [Adictos a la Filosofía] (26 de julio de 2018). Parménides de Elea, el filósofo más obvio/
Presocráticos #10. Youtube. https://youtu.be/2uh6LHoptzo.

También podría gustarte