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Rivera Ávila Ana Luisa

Universidad Autónoma de Querétaro.

1er semestre. Licenciatura en Estudios Literarios.

Materia: Teoría del conocimiento.

Ensayo: Parménides y Platón. La problemática del ser, el no-ser y el Uno.

Para abrirnos paso en este tema es menester mencionar que se vincula a Parménides con Platón, la razón
no reside en que estos dos filósofos hiciesen una epistemología idéntica, sino porque ambos abarcan un
tema importante que es el Ser del cual salen varias vertientes para analizarlas a detalle. Parménides es el
primero en darse cuenta de que hay un Ser y lo trata de definir; anterior a él los filósofos antiguos tenían
por objeto de estudio a la physis y el cosmos más no había relevancia por fijar la vista en el Ser. Platón
es el filósofo que le sigue a su vez haciendo un dialogo sobre este mismo objeto de pensamiento. Voy a
centrarme más en las opiniones de Parménides para explicar y estructurar las premisas que darán
explicación al tópico inicial además de dar descripción al mismo sobre el Ser, el no-ser y el Uno. Para
reforzar mis argumentos me apoyaré en lo que dicta Platón acerco de esto, y se entiende que es del
eleáta en el que voy a centrar mi discurso.

Considero que Parménides es un filósofo imprescindible y no puede pasarse por alto ya que su obra y su
preocupación por el Ser es la base para el desarrollo de la filosofía acerca de este mismo, es decir, son
los cimientos de las corrientes filosóficas posteriores a Parménides, consiguiente de esto que otros
filósofos importantes se han adentrado en el tema como Platón, Aristóteles y Martín Heidegger tomando
el objeto de Ser para las bases de su filosofía.

E lo que respecta de Parménides se tiene escaza información, por ejemplo, de su nacimiento, que según
Platón tuvo su floriut en el 500 a.C. aprox., pero Laercio afirma que por esos años apenas estaba
naciendo, al igual que poco sabemos de sus obras completas, sin embargo, se tiene fragmentos de un
poema hexamétrico que se titula “Sobre la naturaleza” en donde aborda el tema de las vías de
investigación para conocer la verdad o también podría decirse que explica el camino para el saber.

Parménides considera que solo existen dos vías de investigación para llegar al saber y que ambas se
contraponen, es decir, que si se escoge una automáticamente se renuncia a la otra; en este punto, el
filósofo expresa que conocer a través de los sentidos es una vía sumamente equivocada, por tanto, no-es
por el hecho de que el conocer es. Luego de esto surge la premisa que no se puede saber sobre la nada
porque la nada es el no-ser, entonces para el eleáta, éste último sería el camino equívoco, dado que de la
nada no se puede saber o conocer. Desde mi perspectiva concibo el ejemplo de que si se intentara
conocer por el camino del no-ser entonces se estaría buscando en algo que no-es y no hay nada, como
producto no se sabría nada, además sostengo que si yo intentara imaginar un nuevo concepto que se
fundamente en “la nada” y quisiera saber más sobre él, yo no podría saber más de él pues no existe y no
es, quiero decir, ¿Cómo podríamos hablar desde la nada si de la nada no se puede saber puesto que es
solo nada?

En el poema la diosa que está hablando, le explica cuál sería el camino correcto, el cual para escoger
tiene que usar su buen juicio y no una noción de azar. Con las premisas anteriores, se deduce que la
regla es elegir uno u otro, por consiguiente, Parménides argumenta que no existen intermedios, es decir,
no podemos decir que aquello que no se sabe es puesto que el saber es el Ser y no puede ser aquello que
no-es, así mismo con estas premisas refuerza sus argumentos concluyendo que es equivoco pensar en
intermedios. En los Diálogos de Platón en El Parménides, expone lo que pasa si el Uno puede llegar a
ser si se encontrara en la nada, para esto planteé el supuesto de que una cosa que no-es puede llegar a ser
(que es el Uno), pero esto es bastante ineludible por el hecho de que Parménides propone estrictamente
que aquello es o no es, y pensar que algo puede llegar a ser cuando no-es, es el intermedio del cual se ha
planteado, en consecuencia de lo mismo suponemos que el Uno de la nada no puede llegar a ser porque
efectivamente no-es, es decir, que el Uno es todo entonces no puede ser nada o de la misma nada llegar
al todo puesto que no tiene comienzo ni fin, y además es continuo que es algo en que Parménides y
Platón concuerdan.

Cuando explica que el saber es menciona al Uno definiéndolo como un todo, único, eterno e indivisible,
y que el Uno es Ser, en otras palabras, al Uno ser se asume que “el uno es uno” pues en sí mismo recae
su propia infinidad; cabe mencionar que el Uno se sustenta a sí mismo puesto que si se mueve, se mueve
en sí mismo y está en reposo en sí mismo, advirtiendo igualmente que es indivisible y no tiene partes
porque es infinito, tampoco tiene principio ni fin, sin embargo, Platón argumenta que el Uno tiene partes
que participan dentro de él, estás partes son denominadas como “Formas” concepto que en la edición de
Gredos, la traductora Isabel Santa Cruz nos explica por qué denominarle como “Forma” y dice que se
puede entender como “Idea” pero si se le llamara como tal sería demasiado explícito y esa no es toda su
esencia de su significado. Por otro lado, esta conjunción de Formas es en sí una multiplicidad (Como
Parménides lo llama una mezcla homogénea), y que de ello se condensa en una sola unidad, con esto
puede referirse la composición del Uno que a primera instancia es susceptible a que no tiene partes por
su infinidad. Platón resuelve que al tener partes se vuelve imperfecto por hacerlo definido con esas
partes y tendría una multiplicidad, además de que dejaría de ser una unidad, sin embargo, estas partes
son semejantes a sí mismas (con todas las características del Uno) para que puedan formar parte del
mismo, por su semejanza se vuelven al él.

El eleáta afirma que el Uno permanece en reposo y está en un continuo movimiento sobre sí mismo, es
decir, que es continuidad de sí mismo, agregando que por esa razón está en todas partes pero es
indivisible, mientras que Platón objeta que sí, efectivamente está en reposo y en un constante
movimiento, pero supone que hay un obstáculo en este pensar sobre aquellas partes que podría ser o
poseer el Uno: Si esas partes participaran dentro de él y no le fuera semejantes a él supondría que dejaría
de ser Uno y perdería en consecuencia sus características, entonces se habría que pensar que debe haber
más de Uno para suponer que exista el Uno, pero con la condición de que sean iguales al Uno, porque en
los Diálogos, Parménides (como personaje) plantea que puede “ser” aquello que es imperfecto como la
basura o el barro, entonces Sócrates responde negativamente pues ¿Cómo algo tan perfecto e infinito
pueda residir en algo despreciable e imperfecto? Es imposible pues son desiguales.

Lo siguiente en lo que Platón piensa es sobre si el Uno no-es, si eso fuese entonces pensaríamos que en
efecto el Uno es completamente imperfecto, sin embargo, llevaría consigo al Ser porque es el Uno,
añadiendo a su vez la proposición inicial de que no-es tendríamos como resultado un “no-uno” o
ninguno como señala la traducción de Isabel Santa Cruz, pero es imposible que el Ser no sea puesto que
es. Siguiendo este hilo de pensamiento podríamos pensar que si el no-ser es el Uno que “Es” entonces
¿Cómo podría no ser algo que es? Solo podríamos pensar que para no-ser tiene que ser o debió haber
sido, por tanto, estaría participando dentro del ser.

Por otra parte, con la concepción del Uno como el no-ser es pertinente que se defina como todo lo
contrario al Uno como Ser, que es divisible y que todas sus partes son finitas y desiguales en sí mismo,
que no está en todas las cosas, y tiene principio y fin, no está en movimiento y no está en reposo en sí
mismo por tanto tiene que depender de otros para existir.

En resumen, el Uno es Ser y está en todas partes participando en las Forma. Su movimiento y su reposo
reside en sí mismo, es indivisible por sus partes infinitas que lo conforman semejantes a él. El Ser, por
otra parte, es la existencia de sí mismo y que también participa en las demás Formas. En cuanto al no-
ser, no se puede decir que es, sino que reside en la nada y de la nada no se puede saber puesto que el
saber es. Parménides platea dos únicas vías para conocer: la del ser y la del no-ser, una rechaza los
sentidos como vía de investigación pues estos no son exactos ni firmes y son susceptibles al cambio,
podemos notar como es que da los cimientos a la epistemología de Platón, sin embargo, expone un saber
más desarrollado. Para entender o complementar las ideas de Platón es concebible revisar las ideas que
daba Parménides acerca del Ser y quizás de una confortable apertura sobre el tema.
Bibliografía:

1. SANTA, Cruz María Isabel, VALLEJO, Campos Álvaro, CORDERO, Néstor Luis. “Platón.
Diálogos V.” Editorial Gredos. Madrid. Año, 1998.
2. C. S. Kirk, J. E. Raven, M. Schifield. “Los Presocráticos, II”. Editorial Gredos. Versión en PDF:
http://juango.es/files/Kirk---Raven---Los-Filosofos-Presocraticos-2.pdf

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