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Versión 2020

Unidad 3: Dios nos invita a vivir de verdad: los mandamientos y la oración.


Objetivos de la unidad: Comprender los mandamientos como la forma de vivir
plenamente a la que Dios nos invita en el amor y la oración como una relación de
encuentro con el Padre.

Semana 12: Los mandamientos orientados hacia Dios.


"Amemos a Dios y adorémosle con corazón sencillo y espíritu
puro, que eso busca El por encima de todo".
(San Francisco de Asís.)

Objetivo de aprendizaje: Identificar en los tres primeros mandamientos la


necesidad que tiene el ser humano de vivir para Dios y alcanzar así su plena libertad.
Conceptos clave: mandamientos, libertad, amor, Nombre de Dios, día del Señor.

La Promesa divina en el Sinaí (Ex 19, 3 – 9)


Moisés subió hacia Dios y el Señor lo llamó desde la montaña y le dijo: Esto has de decir a la
casa de Jacob y esto has de anunciar a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto lo que he hecho
con los egipcios y cómo os he llevado en alas de águila y os he atraído hacia mí. Ahora, pues, si
de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, seréis mi propiedad exclusiva entre todos los
pueblos, porque mía es toda la tierra; vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una
nación santa. Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel (…) He aquí que Yo
voy a presentarme a ti en una densa nube para que el pueblo oiga cuándo me comunico contigo
y así te crean a ti siempre. Y Moisés refirió al Señor la respuesta de su pueblo

1. Los Mandamientos: camino hacia la felicidad y verdadera libertad


En la unidad anterior estudiamos cómo Dios se hace presente y nos acompaña por
medio de los sacramentos. En esta última unidad estudiaremos cómo Dios continúa saliendo
al encuentro del ser humano por medio de la invitación a vivir la vida a partir del amor y el
profundo anhelo de plenitud y eternidad que existe en el corazón de cada ser humano.
Puede que alguna vez hayas oído hablar de los “mandamientos”. Todos, creyentes o
no, tenemos ideas preconcebidas asociadas a los mandamientos. Pero ¿qué son realmente

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los Mandamientos? ¿Por qué aparecen y bajo qué contexto Dios los entrega? ¿Sirven para
algo? En esta nueva unidad, intentaremos ir dando respuestas a estas interrogantes, para
que siendo creyente o no, tengas una noción correcta y precisa a qué se refiere la Iglesia
cuando habla de los mandamientos y cuál es su sentido.

1.a. ¿Qué son los Mandamientos?


Los mandamientos resumen y proclaman la Ley de Dios, son un regalo que Dios
entrega al ser humano por medio de Moisés en el Monte Sinaí, recibiendo su plena
significación en la Antigua Alianza que Dios había establecido con el Pueblo de Israel.1 Por lo
tanto, los mandamientos resultan ser una invitación a vivir un camino de amor y fidelidad,
con el cual Dios regala a los seres humanos la vivencia de paz y felicidad verdadera. Quizás
te hayas dado cuenta de que los mandamientos se presentan en primera persona, (“Yo Soy
el Señor tu Dios”) y están dirigidas hacia un tú, o sea, un sujeto. Esta realidad permite,
además, comprender y afirmar aquello que ya estudiaste en las unidades anteriores: el Dios
judeo-cristiano es un Dios personal, que desea establecer un vínculo amoroso con cada
persona, expresado en el Antiguo Testamento por medio de esa Antigua Alianza, que con
Jesucristo, será renovada en y con Él2: “Ésta es mi sangre del nuevo pacto, que será
derramada por muchos para la remisión de los pecados” (Mt 26, 28). Fiel a la Escritura y
siguiendo el ejemplo de Jesús, la Tradición de la Iglesia ha reconocido en los mandamientos
una importancia y una significación primordiales en el camino de la fe3.

1. b.- Contexto en el cual nacen los Mandamientos


Para poder comprender de manera profunda los mandamientos, es necesario
comprender el contexto en el cual Dios decide irrumpir en la historia de la humanidad y
entregar los mandamientos. Moisés nació en una época en la que el Pueblo de Israel se
encontraba cautivo bajo los egipcios. Es por esta razón, que los mandamientos son
trasmitidos en el Antiguo Testamento en los libros de Éxodo y del Deuteronomio. Así, la
Sagrada Escritura nos explica que Moisés tendrá la misión de liberar al pueblo cautivo y

1
Cfr., Catecismo de la Iglesia Católica, N°2056-2063.
2
Cfr., Catecismo de la Iglesia Católica, N°2056.
3
Catecismo de la Iglesia Católica, N°2064.

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llevarlo hacia la tierra prometida. Luego de que Moisés los libera, la Sagrada Escritura nos
narra que el Pueblo comenzó a vivir un período de alejamiento y de relajamiento de la vida
moral. En estas circunstancias, el Pueblo Judío caerá en la idolatría, situación que los irá
alejando de la Alianza que el Pueblo había realizado con Dios por medio de Abraham. Es en
este contexto histórico en el cual Dios va a irrumpir y entregará a Moisés en el Monte Sinaí
los Mandamientos, los cuales expresan una iniciativa amorosa de Dios para salir nuevamente
al encuentro del ser humano y reorientarlo hacia la plenitud.

1. c. El sentido de los Mandamientos: ¿prohibición o libertad?


Puede que alguna vez hayas escuchado hablar sobre los Mandamientos y quizás, los
tengas asociados a un sinnúmero de “prohibiciones” que, aparentemente, coartan nuestra
libertad. Pero ¿es esa la verdadera comprensión que la teología cristiana tiene de los
mandamientos? Quizás, te sorprenderás de la respuesta que la fe entrega frente a esa
interrogante: para la fe cristiana, el corazón y sentido de los mandamientos es la felicidad
verdadera del ser humano. Los límites que Dios establece responden a que la propia libertad
del ser humano es en sí misma limitada. De esta manera, Dios invita al ser humano a
desarrollar y perfeccionar su libertad orientándola hacia el bien, siendo los mandamientos
esa invitación que Dios realiza hacia la plenitud, y a la cual el ser humano puede responder
libremente.

En esta unidad te invitamos a estudiar los mandamientos desde una nueva


perspectiva, en donde iremos profundizando en la vida del ser humano y cómo todos sus
vínculos aparecen protegidos por un Dios amoroso que busca que cada persona viva en paz
y plenamente feliz consigo mismo, con lo demás y con Él, quien es para la fe cristiana, fuente
y culmen de la plenitud y verdadera felicidad.
Tal como hemos señalado, los mandamientos fueron entregados por Dios a Moisés,
por lo que pertenecen a la llamada Revelación de Dios. Al mismo tiempo, Dios revela en ellos
la verdadera humanidad del ser humano, exponiendo los deberes y derechos fundamentales
inherentes a la naturaleza del ser humano. Esta afirmación nos permite comprender en los
Mandamientos una manifestación verbal o externa de la llamada Ley Natural: “Desde el

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comienzo, Dios había puesto en el corazón de los hombres los preceptos de la ley natural”4.
¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que Dios ha colocado en el ser humano desde siempre
el anhelo de buscar y amar la verdad, el respeto, la vida, la libertad, la justicia, la dignidad, la
felicidad, entre muchos otros. Tal como iremos estudiando, todos los mandamientos buscan
proteger cada uno de los aspectos fundamentales de la vida del ser humano, invitándolo a
humanizar cada vez más su vida y la vida de los demás.

1. d.- El corazón de los Mandamientos: el Amor


El texto del Antiguo Testamento que inicia esta clase es parte del libro del Éxodo,
en donde Dios le da a conocer a Moisés y a su pueblo el anhelo de establecer la Alianza en
el Sinaí. Dios revela su preocupación y su amor paternal por los seres humanos e invitará
a cada ser humano a iniciar un verdadero camino de conversión. Cuando el ser humano
descubre el amor de Dios y lo ama, encuentra el verdadero amor a sí mismo y hacia los
demás. Jesús mismo perfeccionará la interpretación de la Ley Divina por medio del nuevo
mandamiento del amor: “(…)Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es; y
amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con
toda tu fuerza." el segundo es éste: "amarás a tu prójimo como a ti mismo." no hay otro
mandamiento mayor que éstos” (…)(Mc 12, 28). Este es el punto principal de la fe cristiana
y la síntesis de los diez mandamientos: para Jesús no hay separación entre el amor a Dios
y el amor al prójimo: “Si alguno dice “amo a Dios” y odia a su hermano, es un mentiroso;
pues quien no ama a su hermano a quien ve no puede amar a Dios a quien no ve. Y hemos
recibido de Él este mandamiento: que quien ama a Dios, ame también a su hermano” (1 Jn
4, 20-21).

Es importante comprender que Jesucristo no cambió los mandamientos, sino que,


por el contrario, los reafirmó y resignificó por medio del mandamiento del amor. Jesús
anhela que sea el amor lo que mueva el corazón del ser humano a hacer y buscar el bien,
no la ley por la ley; sino que el amor que nace del ser humano que se sabe amado y que,
desde ese amor, puede amarse y amar a los demás del modo en que nos ama Dios. Por

4
San Ireneo de Lyon, en Catecismo de la Iglesia Católica. N°2070.

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este motivo, es que Jesús, Hijo de Dios encarnado, es para la fe cristiana modelo a seguir
en el cumplimiento de los mandamientos: “Ámense los unos con los otros, como Yo los he
amado”. (Jn 13, 34-36) De esta manera, Jesús establece que el amor a Dios y al prójimo son
los ejes centrales de la fe cristiana, manifestándose por medio de la tercera virtud teologal,
la llamada reina de todas las virtudes: la Caridad. ¿Qué es la Caridad? Es la virtud por
excelencia porque su objeto es el mismo Dios y el motivo del amor al prójimo es Él mismo.
Es amar de modo sobrenatural, ya que la Caridad implica un amor sublime, que excede
incluso nuestra propia naturaleza: “(…) Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa
tendréis? ¿No hacen esto también los publicanos? Y si saludáis solamente a vuestros
hermanos, ¿qué hacéis demás? (…) Sed, pues, perfectos, como perfecto es vuestro Padre
celestial” (Mt 5, 46-48). Desde la fe, la caridad nos enseña a amar a Dios sobre todas las
cosas y al prójimo como a nosotros mismos, incluso a nuestros enemigos por amor a Dios.
Por eso, nadie puede presumir amar a Dios por sus propias fuerzas5, ya que ese amor es
fruto de la gracia de Dios. A continuación, explicaremos los tres primeros
mandamientos, los cuales expresan la relación del ser humano con Dios. Los otros siete
que se relacionan con el prójimo, los explicaremos la próxima semana.

2. Los Mandamientos dirigidos hacia Dios:

2. a. Primer Mandamiento: “Yo Soy el Señor tu Dios: Amarás a Dios sobre todas
las cosas”. (Ex 20-2-5)
Quizás, alguna vez hayas escuchado este primer mandamiento y te hayas
preguntado: ¿por qué quiere Dios que el ser humano lo ame si es un Dios que es todo Amor,
es Todopoderoso, Omnisciente y Omnipresente? Pues bien, este mandamiento Dios lo
ofrece al ser humano porque es el ser humano quien necesita del amor de Dios para ser
plenamente feliz. Recuerda que el Dios judeocristiano es un Dios personal, que busca salir
al encuentro del ser humano, invitándolo y llamándolo por el nombre. Por medio de este
primer mandamiento, Dios invita al ser humano a tener fe y vivir conforme a la virtud de
la esperanza y caridad. Por esta razón es que este mandamiento es inseparable al

5
Cfr. Monseñor Felipe Bacarreza, La palabra era Dios, UCSC, 2000, p.33.

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mandamiento nuevo del amor que establece Jesucristo, llamando al creyente a amar a
Dios por medio de su prójimo. De esta manera, Dios quien es origen del Amor, invita a cada
ser humano a vivir cotidianamente en su amor y así ser plenamente feliz6.

2. b. Segundo Mandamiento: “No tomarás el Nombre de Dios en vano” (Ex 20, 7;


Dt 5, 11)
Este mandamiento se relaciona con la actitud de respeto que nace del amor
verdadero. El amor verdadero siempre va unido al respeto, y cuando esto no sucede,
rápidamente comenzamos a desconfiar y tendemos a alejarnos de quien nos ha ofendido.
Desde el punto de vista de la fe, cuando el creyente descubre el amor de Dios, buscará
amarlo y, por ende, respetarlo. De esta manera, el segundo mandamiento nos invita a que
tengamos deferencia y respeto a Dios7, no utilizando o jurando en falso en su nombre. De
la misma manera, si el creyente busca respetar a Dios, de aquella actitud nacerá también
el respeto a todo lo sagrado.

2. c. Tercer Mandamiento: “Santificar el día del Señor”. (Ex 31, 15)


Este mandamiento se relaciona a la invitación que Dios le hace al ser humano de pasar
tiempo con quien es el amor mismo. Cuando amamos a nuestros seres queridos, necesitamos
pasar tiempo con ellos, compartiendo y dialogando para que nuestros vínculos se fortifiquen
y crezcan. Para los judíos, este mandamiento era un signo de la alianza inquebrantable entre
Dios y el Pueblo8, siendo el sábado el día de descanso y de alabanza a Dios, como signo de
gratitud por haberlos liberado de la esclavitud de los egipcios. Jesucristo con su autoridad
divina, resignificará el día sábado, quien aclarará que el día de descanso y de alabaza a Dios
es inseparable a hacer el bien al prójimo: “es lícito hacer en sábado el bien en vez del mal,
salvar una vida en vez de destruirla” (Mc 3, 4), por lo que el día sábado “es el día del Señor
de las misericordias y del honor de Dios” (Mt 12, 5; Jn 7, 23). En virtud del acontecimiento
de la Resurrección de Jesús, es que el día Domingo se transforma en el día del Señor para el

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La idolatría reflejada en falsos dioses como el dinero, los bienes materiales, el placer, el poder, la superstición, etc.,
alejan el corazón del ser humano de Dios, por lo que son actitudes que, desde el punto de vista de la fe, ofenden a
Dios.
7
Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, N°2144.
8
Cfr, Catecismo de la Iglesia Católica, N°2172.

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mundo cristiano, celebrado por medio de la Misa, (Celebración Eucarística) por la cual, la
Iglesia dispone a sus fieles como ley de amor y adoración a Jesús asistir a Misa los domingos
y a otras solemnidades importantes9. Así, el creyente está invitado a entrar en común – unión
con Dios mismo, y así ir creciendo en su relación personal con Él. Por último, es importante
comprender que esta santificación del día domingo que realiza la fe cristiana se
complementa con el encuentro familiar ya que, al pasar tiempo y amando a nuestro prójimo
más cercano, también amamos a Dios.

Resumamos: los mandamientos son la invitación que Dios hace al ser humano para
que viva conforme al amor y a la Verdad. Su sentido principal es la felicidad del ser humano:
amando a Dios, el ser humano se descubre amado y puede así, amar los demás y ser
plenamente feliz.

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En Chile los días de precepto son: 15 de agosto Asunción de la Santísima Virgen; 1 de noviembre día de Todos los
Santos; 8 de diciembre día de la Inmaculada Concepción; 25 de diciembre Navidad.

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