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ESTUDIO BIBLICO

Buscad Primeramente el Reino de Dios y su Justicia…

Texto Base: Mateo 6: 33

“Buscar el reino de Dios y su justicia” es procurar una mayor revelación de la obra de


Jesucristo en la cruz y la conquista alcanzada en su resurrección.

REINO DE DIOS:
El término reino aquí hace referencia a gobierno, ámbito, área, soberanía, dominio. El
reino de Dios es el ámbito o perímetro, donde el Señor gobierna; es el espacio que se
rige por las leyes, principios y naturaleza de Dios. En su reino hay verdadera luz, sanidad,
libertad, vida, amor, paz, gozo, etc, véase Apocalipsis 21:23 al 22:5 para acercarse al
concepto de la naturaleza del reino de Dios.

Jesús mismo lo dijo: “si yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el
reino de Dios” (Mt. 12:28) y Pablo dijo: “el reino de Dios no es comida y bebida sino en
justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Rom. 14:17).

LA JUSTICIA DEL REINO DE DIOS


Generalmente el uso del término está en relación con la justicia que se alcanza por la fe
en la obra de Jesucristo.

La palabra “justicia” es la traducción del término griego: “dikaiosune” que significa


además: equidad, rectitud, integridad. Término que denota un atributo de Dios.

Hay diferencia entre la justicia de Dios y la justicia de sus hijos o aquellos que
pertenecen a su reino.

La justicia tiene su origen en Dios, pero para que pueda ejercerla requiere la
participación de los humanos, quienes a su vez la practican en respuesta recíproca
hacia Dios y hacia los semejantes. La justicia de Dios te lleva a confiar
plenamente en él, pues sabes que el Señor es el Juez del universo y dará a cada
uno conforme a sus obras.

No aparece referencia directa al "Reino de Dios" en el Antiguo Testamento y este


término es mencionado por primera vez en los 4 evangelios del Nuevo
Testamento. Al comparar el evangelio según San Mateo con los otros 3 evangelios
podemos ver que Reino de Dios y Reino de los Cielos son sólo sinónimo de lo
mismo. Es claro que el Reino de los Cielos es lo mismo que el Reino de Dios ya que
cielos implica divinidad y sólo Dios es divino. El hecho de que el término Reino de
Dios sea introducido en los evangelios nos indica que el mismo viene a nosotros
por causa del evangelio de Jesucristo y por eso no se había mencionado en el
Antiguo Testamento ya que el Mesías aún no había venido a morar entre los
hombres…

Ese carácter relacional explica por qué la justicia conlleva el respeto de los derechos de
los otros y también por qué la justicia de Dios es ejercida en el gobierno del pueblo
vinculado a él por la alianza. Este gobierno implica, por un lado, un poder punitivo, pero
también el auxilio en favor de los gobernados. Por tanto, el ejercicio de la justicia abarca
el aspecto forense, pero también va emergiendo a la par el carácter salvífico de la misma.

Hay que notar, desde el inicio, que la relación no se efectúa primariamente con una
norma ética o jurídica, sino entre Dios y las personas y entre los miembros de la
comunidad misma: indica una actitud de lealtad y una especia de condición óptima de la
comunidad, por la que cada individuo se encuentra viviendo en una red de relaciones
armoniosas y saludables.

Por “justicia” Juan no entiende la rectitud moral sino, en conformidad con el


contexto de proceso, lo que se reconoce en beneficio de un litigante: el que tiene razón
sale vencedor del proceso y se reviste del manto de justicia (cf. Is 61,10). El sentido
podría ser el de reconocimiento a los derechos del que gana el juicio. Dios, totalmente
justo, por su Paráclito, se pronuncia a favor de su Enviado, que ha sido fiel hasta el fin

Hechos 10: 35: La argumentación de Pedro se basa en la fidelidad y rectitud que Dios espera de todos
ycada uno cuando se presenta como juez. Exige a todos el cumplimiento de su voluntad; por eso ante él,
tan justo es el pagano que vive en la rectitud, como el judío fiel

Mt 3,15 define la misión del Mesías, que inaugura la definitiva etapa, como plhrw/sai
pa/san dikaiosu,nhn (plêrosai pâsan dikaiosýnên: “cumplir toda justicia”). Con
estos términos programáticos el evangelista sintetiza el objeto principal que viene a
realizar Jesús: llevar a plena realización todo lo previsto por el Padre celestial. Si bien su
misión se ubica en la cumbre del plan salvífico divino, no cancela los pasos anteriores,
sino que los recoge, los asume y los lleva a su plenitud.
En definitiva, para Mateo, la “justicia” que identifica a los creyentes consiste en la
adhesión auténtica a Cristo y a su misión, con todas las consecuencias que esto implica.
Así, las dos épocas de la historia, son también asumidas por los discípulos del Mesías.
Conclusión
Como se puede constatar, la “justicia” en la Biblia es un concepto muy amplio y rico, por
ello con muchas facetas y expresiones no siempre fáciles de sistematizar. Sin embargo
existe un denominador común, el carácter relacional que está en la base: relación entre
Dios y los seres humanos y relación de las personas entre sí. Dios no sólo es el “Justo”
por excelencia, sino que es quien tiene origen la “Justicia” misma. Se manifiesta así
cuando da su merecido a cada uno en retribución de las obras, pero también cuando actúa
desde su misericordia para salvar al pecador. Los humanos practican la justicia al entablar
la comunión con Dios y con sus prójimos, en una actitud de respuesta al proyecto
salvífico divino. De lo contrario incurren en la “injusticia”, la “iniquidad”, el “pecado”...

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Pablo, y Mateo reservan un lugar especial a la justicia, cuyo contenido es amplio y
profuso, con consecuencias muy serias para la vida de los creyente

Cómo hemos visto, en Pablo la “justicia” en el creyente es ante todo un don divino: Dios
el “Justo” por excelencia, “justifica” a los humanos por medio de su Hijo, no sólo al no
tomar en cuenta sus pecados y evitar el castigo merecido por ellos, sino haciéndoles pasar
a una condición totalmente nueva. Quien se adhiere a Dios en Jesucristo por la fe, vive en
la justicia, es decir recibe con gratuidad la existencia conseguida por Cristo.
Pero el bautismo que abre paso a la nueva condición de la persona justificada, al mismo
tiempo que incorpora a Cristo, también lo hace con una comunidad, para formar una
familia, en cuyo fundamento se encuentra una relación nueva, basada en la justicia y en la
caridad. De este modo, el creyente que es hecho realmente justo recibe una nueva
condición y la posibilidad de vivir en comunión con Dios y con los hermanos, mediante
el vínculo más excelente, el del amo

Frente a las injusticias, corresponde al cristianismo, no sólo exhortar, sino enseñar y


participar plenamente y como ejemplo en la promoción y la práctica de este importante
aspecto que es la justicia social. De este modo, el mal que atenta y destruye la justicia
social debe ser tratado no sólo en el nivel de la sociedad secular por el Estado, sino que el
Cristianismo, inspirado en la Palabra misma de Dios necesita comprometerse de manera
directa.
El creyente no es un sujeto pasivo que vive muy en solitario la experiencia de la justificación, ni
una persona sin raíces, fuera de la realidad histórica que le circunda y pertenece
1. Hacer justicia. La Biblia revela a Dios como el juez justo de toda la tierra. Siendo esto así, Él
demanda de los suyos justicia en todas sus obras. ¿Qué hacía Israel y Judá? Tenían balanzas
falsas y bolsas de pesas engañosas. Codiciaban heredades y casas y las robaban. Oprimían al
pobre y lo despojaban de sus bienes. A las mujeres echaban de sus casas y a los niños les fue
quitada la alabanza. Aborrecían lo bueno y amaban lo malo. Los jueces tomaban cohecho y
pervertían el derecho. Los sacerdotes enseñaban por dinero y los profetas hacían errar al
pueblo. Por la perversidad de las obras de Israel y Judá, Dios les demanda hacer justicia.
Estimado lector: ¿Tus obras son justas? Hoy Dios te pide hacer justicia.

. Perseguir la justicia
«Sigan la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con los que de todo corazón invitan al Señor.» 2
Corintios 13:11

Dios nos pide que perseguimos la justicia. Debemos hacer lo correcto, y buscar la justicia para
todos. Debemos ser justos en nuestras decisiones, y luchar contra la injusticia.

Juan 6:28
Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?

Zacarías 8:16
``Estas son las cosas que debéis hacer: decid la verdad unos a otros, juzgad con verdad y con
juicio de paz en vuestras puertas

Mateo 5: 16.
Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a
vuestro Padre que está en los cielos.
¿QUÉ SIGNIFICA BUSCAR EL REINO DE DIOS Y SU
JUSTICIA? (Mt. 6:33)

1) “Buscad primeramente”

Nota: La palabra “buscar” es una traducción del término griego “zeteo” que
significa también: ir en pos de, procurar, desear: y “primeramente” se traduce del
griego “proton” que significa además: en primer lugar, antes que nada, más
temprano. Con estos significados podemos ver varias aplicaciones:

a) Vamos en pos de Dios antes que cualquier otra cosa.


b) Procuremos el primer lugar para Dios.
c) Busquemos a Dios a primera hora.

Todo esto nos recuerda la importancia de darle a Dios el primer lugar en nuestro
corazón y en nuestro día a día. Es vital procurar ese temprano tiempo con Dios.
Si buscáramos a Dios y su reino como un minero busca esmeraldas en la
montaña, sin duda alguna nuestra vida sería otra.

2) El reino de Dios.

Nota 1: El término reino aquí hace referencia a gobierno, ámbito, área,


soberanía, dominio. El reino de Dios es el ámbito o perímetro, donde el Señor
gobierna; es el espacio que se rige por las leyes, principios y naturaleza de Dios.
En su reino hay verdadera luz, sanidad, libertad, vida, amor, paz, gozo, etc,
véase Apocalipsis 21:23 al 22:5 para acercarse al concepto de la naturaleza del
reino de Dios.

Nota 2: Jesús mismo lo dijo: “si yo echo fuera los demonios, ciertamente ha
llegado a vosotros el reino de Dios” (Mt. 12:28) y Pablo dijo: “el reino de Dios no
es comida y bebida sino en justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Rom. 14:17).

3) La justicia del reino de Dios.


Nota: La palabra “justicia” es la traducción del término griego: “dikaiosune” que
significa además: equidad, rectitud, integridad. Término que denota un atributo
de Dios.

Generalmente el uso del término está en relación con la justicia que se alcanza
por la fe en la obra de Jesucristo. Entonces podemos decir que “buscar el reino
de Dios y su justicia” es procurar una mayor revelación de la obra de Jesucristo
en la cruz y la conquista alcanzada en su resurrección.

4) “Todas estas cosas serán añadidas”.

Nota 1: Jesús dice que al buscar el reino de Dios y su justicia todas estas
cosas vendrán. La pregunta es ¿cuáles son esas cosas? El contexto nos lo
explica, veamos el versículo 32 donde aparece dos veces la expresión “estas
cosas” y nos dice también que nuestro Padre celestial sabe que tenemos
necesidad de ellas.

Nota 2: Es el versículo 31 el que nos dice específicamente cuáles son esas


cosas. Comida, bebida y vestido, esto representa la provisión básica del ser
humano. Es motivo de mucha preocupación, afán y angustia en las personas.
Más que un saber, es necesario confiar en la provisión y cuidado de Dios

Los discípulos están escuchando una gran enseñanza del Maestro acerca de la
fe: Mateo 6:25-30. Cuando no ponemos nuestra vida en el orden del reino, el
afán y la ansiedad toman el gobierno del corazón, y la fe queda relegada a un
vano e inconstante sentimiento.

Nota 3: La fe va más allá de las palabras o de un sentir, la fe determina el estilo


de vida, es esa confianza en el completo gobierno de Dios sobre nuestras vidas,
es esa confianza total en Su cuidado y provisión; es creer y no solo pensar.

Sí Dios cuida las aves del cielo y los árboles del campo, como no cuidará mucho
más de sus hijos, como no cuidara a aquellos que ganó con su propia sangre y a
través del más profundo dolor. Es la fe que sabe que Dios gobierna todo su
entorno, y confía que nada pasará sin que primero pase por las manos del
Señor.
(Te invitamos a leer: Cómo Dios anima y restaura a su pueblo.).

Nota 4: La justicia del reino de Dios te lleva a confiar plenamente en él, pues
sabes que el Señor es el Juez del universo y dará a cada uno conforme a sus
obras. Que si hay injusticias contra ti, el Juez del universo te restituirá, te
levantará y poderoso es para “aderezar mesa delante de tus angustiadores” y
darte la victoria.

Nota 5: Una de las cosas con las que el enemigo procura afligir los corazones es
con el miedo hacia el futuro; así el afán llena el corazón y la fe es desplazada. En
Mateo 6:33 Jesús nos aconseja y dice: “No os afanéis por el día de mañana” (no
dice que no hagamos nada, sino que confiemos en él). La frase “no os afanéis”
quiere decir también: no te preocupes, no te llenes de ansiedad, no te aflijas por
el futuro.

Cada tiempo traerá diversas exigencias y desafíos, lo más importante es que


camines con Dios y él te dará la sabiduría y fuerza para vencer. Tu futuro no es
del enemigo, está en las manos de Dios, y él tiene los mejores planes para ti.

Conclusión: Dios ha planeado para cada uno de sus hijos lo mejor y en ese
anhelo revela las verdades de Su reino a través de Su palabra y por el Espíritu
Santo

 El Reino de Dios
No aparece referencia directa al "Reino de Dios" en el
Antiguo Testamento y este término es mencionado por
primera vez en los 4 evangelios del Nuevo Testamento. Al comparar
el evangelio según San Mateo con los otros 3 evangelios
podemos ver que Reino de Dios y Reino de los Cielos son
sólo sinómino de lo mismo. Es claro que el Reino de
los Cielos es lo mismo que el Reino de Dios ya que cielos implica
divinidad y sólo Dios es divino. El hecho de que el
término Reino de Dios sea introducido en los evangelios
nos indica que el mismo viene a nosotros por causa del evangelio
de Jesucristo y por eso no se había mencionado en el
Antiguo Testamento ya que el Mesías aún no
había venido a morar entre los hombres. Al tratar de
buscar una definición a lo que es el Reino de Dios
descubrí que es tan abarcador que me ha sido muy
difícil de definir y que muchas partes de este van
más allá de nuestra comprensión humana. No
se puede esperar menos de algo tan grande y maravilloso como el
Reino de Dios. Aún así la Palabra de Dios nos ha
dado suficiente información para poder saber las
implicaciones del Reino de Dios en nuestras vidas y cómo
podemos sacar provecho de él y participar en los asuntos
del reino.

Primero sabemos que todo reino tiene un rey. Jesucristo


el Rey de reyes (Apocalipsis 17:14) y nosotros seremos sus
príncipes ya que el dice que reinaremos juntamente con El.
Vemos esto cuando en Lucas 17 los fariseos le preguntan a
Jesús cuándo llegaría el Reino de Dios y
Jesús les dice que no será un lugar aquí o
allá sino que el Reino de Dios está entre ellos.
(Jesús estaba entre ellos) dando a entender que es un
reino espiritual y no uno terrenal y que sólo El lo trae a
ellos. También podemos ver un vínculo fuerte entre
el Reino de Dios y su Justicia en el Salmo 97:2 cuando nos habla
de cómo la justicia es cimiento de su trono indicando que
su reino está basado en la justicia. En Romanos 14:17 nos
da una definición del Reino de Dios "Porque el Reino de
Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el
Espíritu Santo". Aquí menciona que la justicia es
parte de su reino y nos dice que el Espíritu Santo juega
una parte esencial en alcanzar el Reino de Dios. En Hechos 1:8
nos menciona que el Espíritu Santo nos dará el
poder para testificar a otros de Cristo. Este es el consolador
que Jesús promete en Juan 15:26 el que dará
testimonio de El para evangelización de los inconversos.
Nosotros predicamos pero es el Espíritu Santo el que hace
la obra. Esto nos da a entender que el Reino de Dios es Cristo en
el corazón y estar lleno de su Espíritu Santo. Esto
lo podemos ver en Mateo 21:43 "Por tanto os digo, que el reino de
Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente
que produzca los frutos de él". Esto ocurre cuando el
evangelio de Jesús es rechazado por su propio pueblo y lo
ofrece a los gentiles (los gentiles son todo aquel que no es
Judío). En múltiples oraciones vemos cómo el
evangelio de Jesús y el Reino de Dios es mencionado de tal
forma que nos indica que son lo mismo. Otro ejemplo de esto
está en Lucas 9:2 "Y los envió a predicar el Reino
de Dios, y a sanar a los enfermos". Jesús usó mucho
las parábolas para explicar los misterios el Reino de
Dios.

 ¿Cómo alcanzar el Reino de Dios?


Respondió
Jesús:

"De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de


agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios".
Juan 3:5

Nacer de nuevo es aceptar a Jesús como nuestro


salvador personal, entregar tu vida a El. Para empezar, esto es
lo primero y más importante y es la única forma de
llegar al Reino de Dios.

Jesús es el único camino al Reino de


Dios.

 Esto nos hará herederos de su Reino. (1


Corintios 15:50)
 Debe ser bautizado en las aguas. (Juan
3:5)
 Estando dispuesto a sufrir por causa del Evangelio
del Reino de Dios y a dejar atrás todo aquello que sea
de estorbo o desagrade a Dios. (Mateo 5:10 y Lucas
9:61)
 Haciendo tu máximo esfuerzo para lograr estar
lleno del Espíritu Santo. (Romanos 14:17)
 Amar a Dios con todas tus fuerzas y a tu
prójimo como a ti mismo (Marcos 12:33-34)

Cumplir con los Mandamientos

Otro aspecto que no he mencionado es el reino como en un


lugar definido. Aunque no sabemos exactamente dónde
está, Dios tiene un lugar en los cielos donde El
está y donde están las almas de los redimidos que
han muerto, los ángeles y el trono de Dios. Algunos llaman
este lugar el tercer cielo donde la atmósfera de la tierra
es el primer cielo y el espacio exterior donde están los
planetas y estrellas es el segundo cielo. También la
Biblia en Apocalipsis y otros libros escatológicos como
Daniel nos habla del Reino de Dios que será establecido
como un lugar físico que será establecido en el
planeta Tierra en el futuro donde Cristo reinará sobre
toda la Tierra y su reino no tendrá fin y como recompensa
a los que buscamos el Reino de Dios reinaremos juntamente con El.
Lea Romanos 8:17 y Apocalipsis 5:10. Aquel que entre al reino de
los cielos participará de todas estas cosas.

Su Justicia
¿Cómo podemos definir la Justicia? La
justicia en general puede definir como una posición recta
o comportamiento recto y de acuerdo con una norma ética.
Generalmente pensamos en el aspecto judicial y de las leyes
cuando hablamos de justicia y desde este aspecto se debe aplicar
a todos por igual y no quitar su derecho a quien causa justa
tiene. En particular nos interesa conocer cuál es la
Justicia de Dios y cómo alcanzarla. El ser justo y hacer
justicia es señal de que estamos sirviendo a Dios como
dice en 1 Juan 2:29 "Si sabéis que él es justo,
sabed también que todo el que hace justicia es nacido de
él". También la Palabra nos dice que si buscas
justicia la encontrarás Mateo 5:6 "Bienaventurados los que
tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán
saciados". Justicia es hacer el bien, lo justo y es cumplir con
los mandamientos de Dios. Salmos 11:7. "Porque Jehová es
justo, y ama la justicia; El hombre recto mirará su
rostro". Proverbi 21:3. Hacer justicia y juicio es a
Jehová Más agradable que sacrificio.

 ¿Y cómo buscamos la justicia de Dios?


 De acuerdo a Rom. 3:22 se alcanza a través de
la fe en Jesucristo. Primero debemos ser hombres y mujeres de
fe. Esto es lo más esencial para encontrar su
justicia. Rom. 4:3 "Porque ¿qué dice la
Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por
justicia". También en Romanos 4:5 nos confirma que "la
fe en Dios es la forma de alcanzar su justicia". "Dios
recompensa al que hace justicia" (Proverbios
11:18)
 Ahora que somos libres del pecado debemos servir a
la justicia (Rom. 6:18).
 Debemos ser instrumentos de justicia en cuerpo,
mente y alma. Aquí se refiere a no usar el cuerpo como
instrumento de pecado y a hacer con nuestras manos y cuerpo
lo que es bueno y agrada a Dios. (Rom. 6:13)
 Debemos andar conforme al espíritu (Romanos
8:4)
 Debemos tener amor (1 Corintios 13:6)
 Debemos usar la coraza de justicia que es parte de
la armadura espiritual (Efesios 6:14)
 Debemos estudiar y conocer la Palabra de Dios para
que nos corrija y guie a la justicia (2 Timoteo
3:16)
 Amar a tu prójimo es contado como justicia (1
Juan 3:10)
 La oración te mantendrá en el camino
de justicia. Sé una persona de oración (1 Reyes
8:49)
 Seguir los mandamientos de Dios nos lleva a la
justicia (Salmos 119:172)
 Sé humilde. Evitando la vanagloria y no
haciendo justicia o el bien solo para que te vean (Mateo
6:1)
 Ayudar al pobre y al necesitado es un acto de
justicia que agrada a Dios ( Job 29:12-14 )
 Otras formas de hacer justicia que agradan a Dios se
mencionan en Jeremías 22:3. "Así ha dicho
Jehová: Haced juicio y justicia, y librad al oprimido
de mano del opresor, y no engañéis ni
robéis al extranjero, ni al huérfano ni a la
viuda, ni derraméis sangre inocente en este
lugar".

Obstáculos a la Justicia de
Dios

 Hacer justicia delante de los hombres, para ser


vistos de ellos solo por las apariencias (Mateo 6:1y Mateo
23:25 )
 El pecado no confesado (Juan 16:9 y 1 Juan
5:17)
 La ira y el enojo (Santiago 1:20 y Romanos
2:8)
 La mentira (Romanos 3:4)
 La justicia propia (Filipenses 3:9)
 Hacer el mal después de hacer el bien
(Ezequiel 18:24)

 Conclusión
Teniendo ahora una mejor idea de lo que es el Reino de
Dios y su Justicia y cómo buscarlos pongámoslo en
práctica y descansemos en la sencillez de la fe que Dios
te añadirá todo lo que necesites y más.
Sólo recuerda presentar a Dios en oración todas las
cosas en fe y el enviará respuesta. En mis propias
palabras resumiría a Mateo 6:33 en: "Dedícate a
mí con todo tu esfuerzo y yo te recompensaré en
abundancia de tal forma que no tendrás necesidad de
nada".

. (Mateo 6:33) Resumen: Pon primero el reino de Dios – ¡Él tendrá cuidado de estas cosas!
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas.

a. Mas buscad primeramente el reino de Dios: Esta debe de ser la regla de nuestra vida cuando
ordenamos nuestras prioridades. Sin embargo, no es correcto pensar que solamente es otra de
nuestras prioridades para poner en nuestra lista de prioridades – y ponerla primero. En todo lo
que hagamos, nosotros buscamos primeramente el reino de Dios.

i. Por ejemplo, raramente tenemos que escoger entre honrar a Dios y amar a nuestras esposas o
ser buenos trabajadores. Honramos a Dios y buscamos primeramente el reino de Dios al ser
Buenos esposos y trabajadores.

ii. También debemos recordar esta declaración en su contexto inmediato. Jesús nos recuerda que
nuestro bienestar físico no es digno dedicarle nuestras vidas. Si piensas que es digno que tu dios
es Mamón, entonces tu vida está condenada con afán, y vives tu vida muy parecida a la de un
animal, afanado mayormente por necesidades físicas.

iii. Jesús no solamente les dijo que no se afanaran; les dijo que remplazaran el afán por buscar el
reino de Dios. Un hábito o una pasión solamente se pueden rendir por un hábito o pasión más
grande.

iv. “Lo que demanda este versículo es, por lo tanto, un compromiso para encontrar y hacer la
voluntad de Dios, el aliarse uno mismo completamente con su propósito. Y este compromiso
debe de ser primero.” (France)

b. Y todas estas cosas os serán añadidas: Si poner primero el reino de Dios, y no piensas que tu
bienestar físico es digno por el cual dar tu vida, entonces puedes gozar de todas estas cosas. El
promete Tesoro celestial, descansa en provisión divina, y cumplimiento de la promesa más
grande que Dios ha hecho al hombre – comunión con Él, y ser parte de su reino.

i. Esta elección – el buscar primeramente el reino de Dios – es la elección fundamental que


todos hacen cuando se arrepienten y son convertidos. Sin embargo, cada día después de eso,
nuestra vida Cristiana va a reforzar eso o lo negará.

“…Y su justicia”

Después de instruir a sus seguidores a priorizar el Reino de Dios, Jesús añadió que ellos también
debían priorizar no cualquier tipo de justicia, sino “su justicia”.

¿Cuál es la definición bíblica de la justicia de Dios? Salmo 119:172 dice: “Todos tus
mandamientos son justicia”.
Notemos que no dice que debemos guardar “algunos” o “nueve de los 10” (excluyendo el
mandamiento de guardar el día sábado como santo), sino que al contrario dice “todos” los
mandamientos de Dios.

La Biblia está repleta de escrituras que prueban, más allá de cualquier sombra de duda, que la
obediencia a la ley de Dios es absolutamente necesaria para ser un verdadero
cristiano.Comprendiendo la definición bíblica de justicia, este versículo podría leerse: “Buscad
primeramente el Reino de Dios y obedeced todos sus mandamientos”.

Desafortunadamente, la obediencia es un mensaje muy impopular en una sociedad donde la gente


está obsesionada con la idea de libertad para hacer lo que les plazca, sin importar cuánto daño
esta libertad pueda causar en ellos u otros. El resultado de esta libertad es gente carente de
respeto por la autoridad y que rehúsa obedecer a esa autoridad.

Muchas de las leyes de la tierra, por no hablar de las leyes de Dios, se han convertido más en una
sugerencia que en algo obligatorio. Son vistas como algo que es opcional para aquellos que
“sienten” que obedecen. La gente hoy en día se irrita ante la idea de que alguien más les diga qué
hacer.

Sin embargo, la Biblia está repleta de escrituras que prueban, más allá de cualquier sombra de
duda, que la obediencia a la ley de Dios es absolutamente necesaria para ser un verdadero
cristiano. Aquí está una de las escrituras más claras: “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus
mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 John 2:4).

Jesús hizo una distinción entre su reino y su justicia quizás para enfatizar que una característica
del reino de Dios es la justicia

Y el cristiano busca la justicia, busca ser como Cristo, busca la santidad positiva y ser más y más
santo, y busca crecer en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

¿QUÉ SIGNIFICA BUSCAR SU JUSTICIA?

¿Qué significa su justicia? significa que no sólo hay que buscar el reino de Dios en el sentido de
poner el corazón en las cosas de arriba; sino que también hay que buscar de todo corazón la
santidad y la justicia.

Jesús hizo una distinción entre su reino y su justicia quizás para enfatizar que una característica
del reino de Dios es la justicia

Y el cristiano busca la justicia, busca ser como Cristo, busca la santidad positiva y ser más y más
santo, y busca crecer en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

Y Jesús en el Sermón del Monte nos enseñó tres cosas respecto a la justicia:
1. En la cuarta bienaventuranza El dijo «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia, porque ellos serán saciados” es decir nos enseñó a tener hambre y sed de
justicia,
2. En la octava Bienaventuranza el dijo 10 Bienaventurados los que padecen persecución
por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Es decir nos enseñó a
desear ser perseguidos por causa de la justicia y
3. También dijo en Mateo 5:20 Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que
la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos

Entonces, este versículo además de buscar primero el reino de Dios nos invita también a buscar
con la misma prioridad la justicia de Dios,

El reconocido escritor contemporáneo John Stott resumió estos dos conceptos de la siguiente
manera: estar en su reino es sinónimo de disfrutar su salvación. Sólo el nacido de nuevo ha visto
el reino y entrado en él. Y buscarlo primero es proclamar las buenas nuevas de salvación en
Cristo.

El reino de Dios existe hoy en día sólo donde Jesucristo es reconocido como Señor y Salvador.

Pero la «justicia» de Dios es un concepto más amplio que el «reino» de Dios ya que Dios ama la
justicia y aborrece la injusticia.

Y porque Dios es justo, desea que haya justicia en cada comunidad humana, distrito, país y en el
mundo entero no sólo en las comunidades y grupos cristianos. Dios ama la justicia y por ello Los
profetas en el Antiguo Testamento denunciaron la injusticia no sólo en Israel y Judá, sino
también en las naciones paganas circundantes.

El profeta Amós, por ejemplo, advirtió que el juicio de Dios caería sobre Siria, Filistea, Tiro,
Edom, Amón y Moab por su crueldad en la guerra y por otras atrocidades, así como sobre el
pueblo de Israel. Y hoy en día el juicio de Dios ha caído sobre toda la humanidad con la plaga del
COVID a causa de la depravación moral, la violencia y el pecado que sobreabunda

33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas

Este versículo al final incluye una hermosa promesa que va junto con el mandamiento

Y esta promesa dice: todas estas cosas os serán añadidas, es decir, las que nos son necesarias
para el bienestar en esta vida y en este mundo nos serán dadas por añadidura

CONCLUYO

¿Cómo podemos buscar primero el reino de Dios y su justicia?

1. Para buscar primero el reino de Dios debemos evangelizar, puesto que el reino se extiende sólo
cuando el evangelio de Cristo es predicado, oído, creído y obedecido.

2. Para buscar primero la justicia de Dios debemos también evangelizar (porque la justicia interna
del corazón es imposible de otra manera
3. los creyentes como luz y sal de la tierra también debemos comprometernos a la acción y
conducta sociales para extender en toda la comunidad las normas más elevadas de justicia que
son agradables a Dios y que esto incluya nuestras responsabilidades cristianas, sociales y
evangelísticas,

Todos los que tenemos claro que Dios es Rey, debemos anhelar y desear verlo ya coronado de
gloria y honor como corresponde a su verdadero lugar como Rey de reyes y Señor de señores,

Y por ello que nuestra sincera oración diaria debe ser “vénganos tu reino” para que su reino y su
justicia se extiendan por doquier. Amén

La palabra Justicia es: equidad, integridad, rectitud, santidad, todo esto y la palabra Reino: dominio e
imperio. Aceptar el reino de Dios, es aceptar su soberanía y ajustar nuestras vidas a su voluntad. En este
punto recuerda que para agradar a tu padre celestial antes debes saber lo que él, tu Señor quiere de

LA JUSTICIA DEL REINO DE DIOS

1. Pablo lo sabe por experiencia: quien se ha encontrado con Cristo


es como si hubiera vuelto a nacer, una criatura nueva, un hombre
nuevo (2 Co 5,17), lleva una vida nueva (Rm 6,14). En cierto sentido,
en el encuentro con Cristo ha sido creado de nuevo. La profundidad
de esa relación es expresada así: ¡Vivo yo, pero no soy yo, es
Cristo quien vive en mi! (Ga 2,20).

2. El descubrimiento de ese acontecimiento saca a Pablo fuera de


sí, derriba sus viejos centros de interés, invierte su jerarquía de
valores, cambia los cimientos de su mundo: Todo eso que para mí
era ganancia, lo consideré pérdida comparado con la excelencia
del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo,
y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él,
no con una justicia mía – la de la ley – sino con la que viene de la
fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe (Flp
3,7-9).

3. La justicia del hombre nuevo, la justicia del reino de Dios, es


proclamada por Jesús en el mensaje de la montaña. Las
bienaventuranzas no son máximas de sabiduría, sino una llamada de
conversión al Evangelio: Viendo Jesús a la muchedumbre, subió al
monte, se sentó y sus discípulos se le acercaron (Mt 5,1-2). Lo
primero que llama la atención es que el Evangelio de Jesús, proclamado
en la montaña, no es para unos pocos, sino para la muchedumbre
muchos que podrían transformarlo. De una forma especial, es para la
comunidad cristiana, que en esa carta magna encuentra su propia
identidad. Y es para el mundo, que -con esa sal- necesita ser
preservado de la corrupción y -con esa luz- necesita ser liberado de la
oscuridad (5,13-16).

4. Bienaventurados, dichosos, felices...Así, hasta nueve veces.


La verdadera felicidad no se encuentra por los caminos del poder, del
dinero y de la fuerza, sino por los del servicio, la generosidad, la
renuncia al poder, la mansedumbre, el perdón, la paz, la lucha por la
justicia, la causa de Jesús (Mt 5,3-12). La felicidad es promesa formal
del Evangelio. La expresión bienaventurados, dichosos, no sólo
contiene una promesa, sino también una felicitación. Jesús anuncia la
llegada del reino de Dios en medio de felicitaciones, de dicha, de
bienaventuranza. Sería una contradicción anunciar la Buena Noticia
en medio de la tristeza: El reino de los cielos se parece a un tesoro
escondido en el campo; el que lo encuentra, lo vuelve a esconder
y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el
campo aquél (Mt 13,44).

5. El ir, el vender, el comprar se debe a la alegría de haber


descubierto en la propia vida la acción de Dios. Esa alegría subyace a
todas las decisiones y también a todas las renuncias. Brota en medio
de los insultos y de las persecuciones y se hace incontenible cuando
el discípulo experimenta el poder de la Buena Nueva que anuncia. Por
encima de todo el verdadero motivo de la alegría es éste: Vuestros
nombres están escritos en los cielos (Lc 10,20).

6. La palabra de Jesús, prometiendo la bienaventuranza, no es sólo


el anuncio de un consuelo para la otra vida: significa también que el
Reino de Dios viene a nosotros. Todas las Bienaventuranzas se
orientan al Reino inminente de Dios. Dios está con los que tienen
necesidad de El. Los consolará, los saciará, tendrá misericordia de
ellos, los llamará hijos suyos, les dará la tierra como herencia, les
manifestará su rostro. Las Bienaventuranzas no son sólo la
proclamación de una exigencia, sino ante todo el anuncio de un don.

7. En este contexto se sitúa la moral de las bienaventuranzas, la


moral del hombre nuevo, que nace de la Palabra de Dios y vive
conforme a ella. El Decálogo no es abolido, sino llevado a su plenitud
(Mt 5,17): No penséis que he venido a abolir la ley y los profetas. No
he venido a abolir, sino a dar cumplimiento (5,17). El Evangelio es
percibido como peligroso, subversivo. Se sospecha que Jesús viene a
destruir la Ley y los Profetas, el fundamento mismo de la identidad
social y religiosa de Israel. Jesús ha de defenderse de ello. Su
Evangelio no supone la destrucción de la Ley y los Profetas, sino su
superación y su más profundo cumplimiento. Así sucede cuando
proclama la superioridad del hombre sobre el sábado (Mc 2,23-27), la
fidelidad del corazón (Mt 5,27-28), la sinceridad fraterna (Mt 5,33-37), el
amor al enemigo (Mt 5,38-48).

8. El Evangelio de Jesús presenta un ideal mayor que el del Antiguo


Testamento. Va más allá de la ley y los profetas. Es la prolongación de
la ley de Dios llevada hasta sus últimas consecuencias. Es la perfección
y el cumplimiento de la Ley. El estilo del Evangelio es éste: Habéis oído
que se dijo... pues yo os digo... Al escuchar el programa de Jesús, la
muchedumbre queda asombrada (Mt 7,28). Hoy el asombro continúa.
Ciertamente, no hay ideal más alto. Responde a las aspiraciones más
profundas del hombre y a su insaciable sed de dignidad, de paz y de
justicia. El Evangelio es Buena Noticia. Además, su cumplimiento se
anuncia como gracia a quienes, por sí mismos, ni siquiera pueden
cumplir la ley. Con su cumplimiento, brota en el corazón humano la
alegría, la paz, la bienaventuranza.

9. Con relación al Decálogo, el ideal moral del Evangelio,


proclamado en el sermón de la montaña, se presenta como un no
sólo...sino que... El ideal moral del Decálogo no sólo es cumplido
hasta la última i (Mt 5,18), sino que también es superado. En el
mensaje de la montaña, Jesús proclama de forma global, la
orientación de la existencia cristiana, configurada por el don de
Dios y la conversión del hombre a la justicia del Evangelio, una
justicia que supera la de escribas y fariseos (5,20), de publicanos y
gentiles (5,46-47), una justicia semejante a la del Padre celestial (5,45-
48), la justicia del reino de Dios:

10. Es importante. El proceso de evangelización se desarrolla en un


campo de lucha y, por tanto, de tentación. El combate espiritual es
tan brutal como la guerra humana, decía Paul Claudel a propósito de
su conversión. La conversión marca el paso de un mundo a otro, de un
modo de vivir a otro, de una escala de valores a otra, de un dios falso al
Dios vivo de Jesucristo. La conversión pide, por tanto, una fuerte
renuncia (en el fondo, a todo) y ofrece una total liberación. Todo lo
cual no se hace sin luchas y resistencias. Como dice Jesús, la cruz
marca la frontera de una situación a otra: Si alguno quiere venir en
pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame (Mc 8,34).
Evangelizar supone un proceso de superación de resistencias. O lo que
es lo mismo, supone echar demonios (Mc 1,39).
11. La conversión al Evangelio se realiza dentro de un proceso. Es
un seguimiento (Mt 4,18-32; Mc 1,16-20; Lc 5,1-11). La conversión
inicial es la respuesta dada a la evangelización primera. La
conversión fundamental es fruto del proceso catecumenal. Dice el
Concilio Vaticano II: Este paso, que lleva consigo un cambio
progresivo de sentimientos y costumbres, debe manifestarse con
sus consecuencias sociales y desarrollarse poco a poco durante
el catecumenado (AG 13). La conversión permanente es propia del
creyente, que -a pesar de todo- ha de pedir perdón cada día (Mt 6,12).

12. Tenéis que nacer de nuevo, dice Jesús a Nicodemo (Jn 3,7). Este
cambio radical es expresado también de otras formas, como un paso
de la sed al agua de la vida (Jn 4), de la ceguera a la luz (Jn 9), de
la muerte a la vida (Jn 11

EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA

“La justicia de Dios es el antídoto para la sanidad de las naciones”. Miler Montoya

¿Porqué poca gente conoce la justicia de Dios?

“Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de
inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como
viento”. Isaías 64:6
La justicia del hombre está corrompida, dañada, inmoral, resquebrajada, pervertida, viciosa,
podrida, degenerada, maliciosa, descompuesta. Si hay algo en lo que nunca debemos poner
nuestra confianza es en la justicia del hombre. Más sin embargo, pareciera que las naciones
pusieran toda su confianza en ella. El problema no está en la justicia en sí, sino en la justicia del
hombre.

Todos los años las naciones democráticas celebran elecciones presidenciales. Los candidatos
mientras están de campaña son una lluvia de promesas que llenan de esperanza a los pueblos. Al
ganar el presidente electo, se derrumban las fuentes de esperanza creadas en campaña, al ver la
imposibilidad de los candidatos de ofrecerle un futuro mejor, una mejor vida o aunque sea
cumplir 1/3 de sus promesas. Esto es un ciclo interminable. Esto sin mencionar los escándalos de
corrupción, robos, mala administración, inmoralidades, favoritismo y parcialidades. Las naciones
están cansadas de la injusticia.

Detrás de todo esto hay un “corazón de hombre” sumergido en la iniquidad. La raíz de la


injusticia se llama: iniquidad. Mientras el corazón del hombre no resuelva el problema de la
iniquidad, la “justicia del hombre” será un atropello.
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“Así ha dicho el SEÑOR: “Maldito el hombre que confía en el hombre, que se apoya en lo
humano y cuyo corazón se aparta del SEÑOR”. Jeremías 17:5

Las ciudades en Estados Unidos están agitas. El dolor y el enojo por la muerte injusta de George
Floyd, parece que les ha echo olvidar el peligro de la pandemia. Esto fue la gota que derramó el
vaso, por muchas cosas acumuladas. La pandemia en cierto modo a tomado toda la atención y se
han perdido el enfoque a otros problemas y situaciones. Más todo esto ha sacado cinco problemas
que tenemos que resolver:

1. Un problema espiritual

2. Un problema del corazón

3. Un batalla de ignorancia

4. Un problema de cultural

5. Un problema de Odio

¿QUE ES LA JUSTICIA DE DIOS?

“Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; Misericordia y verdad van delante de tu rostro”.
Salmos 89:14

Se define justicia como la virtud que inclina a dar a cada uno lo que le pertenece o lo que le
corresponde. También se puede definir Lo que debe hacerse según el derecho. Algunas palabras
que podrían funcionar como paralelas a la justicia serían: ecuanimidad, equidad, honradez,
imparcialidad, neutralidad, rectitud, honestidad, jurisprudencia, ley.
La justicia de Dios es el atributo de Dios que recompensa al hombre según su obra y designios
del corazón; sin añadir o quitar. En la balanza de Dios no solo se pesan las obras, también se
pesan los corazones (pensamientos, sentimiento y voluntad).

“El que establece el reino (gobierno) de Dios inmediatamente tiene que establecer su justicia. El
reino de Dios y su justicia son inseparables”. Miler Montoya

Bíblicamente la justicia de Dios es el cimiento de su trono. Es el fundamento del reino y el


sistema de gobierno del cielo. La justicia de Dios es limpia, recta, incorruptible, eterna, imparcial,
misericordiosa, integra y perfecta.

Si hay algo que debemos de estar claro es que Dios juzgará a los pueblos con su justicia. Muchos
escaparan de la justicia del hombre pero nadie se escapara de la justicia de Dios. Dios no solo es
Justo, Dios es Juez.

LA JUSTICIA TIENE QUE SER BUSCADA

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
Mateo 6:33

La palabra buscas que aparece en este verso viene del griego “zeteo” que quiere decir intentar
localizar, conseguir en orden de encontrar. Cuando hablamos de buscar no nada nos referimos a
buscar algo que no tenemos, sino a desarrollar o intensificar una relación con algo que ya
tenemos. En cuanto al reino de Dios y su justicia es necesario buscarlo intencionalmente en orden
de encontrar y desarrollar.

Si los pueblos entendieran la voluntad de Dios para el mundo, se volvieran a Él. La justicia de
Dios tuvo que castigar al hombre, porque “castigo” era lo que el hombre merecía. Más entró en
vigor la gracia, el amor y la misericordia de Dios. Dios mismo condenó al hombre en si mismo,
haciéndose hombre y llevando su castigo. Se hizo hombre y cargó el pecado de todos los
hombres. El Justo, tomó el lugar de los injustos para hacerlos justos. Por este acto ningún hombre
debería perderse. Más aún con todo esto, muchos le dan la espalda a Dios. Por eso, el que no cree
ya ha sido condenado. Si alguien te ofrece la liberta y tu decides no recibirla, automáticamente te
condenas con tu propia condena. No hay peor preso, sino el que no quiere salir de la prisión.

La justicia de Dios tiene que ser buscada. Dios nos manda a buscar el reino y su justicia. Ojalá
este mensaje lo leyeran los gobernantes, los presidentes y legisladores de las naciones. Porque
mientras puedan buscar miles de remedios, la nación que adopte o se acerque al reino de Dios y
su justicia prosperará. Hay cinco pasos para buscar la justicia de Dios:

Arrepentimiento: se trata de tirar conceptos y abrazar el de Dios. Con nuestras fuerzas nadie se
declara Justo delante de Dios. Por gracia aceptamos el regalo de su justicia y nos hace Justo a los
que creen. Es una cuestión de cambio de mentalidad que te lleva a vivir una vida y alcanzar una
nueva (eterna).

Conocerla: hay que estudiarla, entenderla y descodificarla. Si conoces la justicia de Dios, se


establecerá un nuevo orden de valores en tu vida. Ya no caminarás con los parámetros corruptos
del mundo sino con los del reino de Dios.
Vivirla: la experiencia con la justicia de Dios a nivel personal te da autoridad moral a nivel
público y autoridad espiritual. Los hijos de Esceva fueron humillados porque querían imitar a
Pablo, más en el reino no vale la imitación. Lo que vale es conocer a Cristo (el reino) y su justicia
íntimamente. Vivir en justicia es mejor que solo hablarla.

Verbalizarla: debe de ser expresada, enseñada, hablada, proclamada y manifestada. Una vez se
vive se debe de hablar y enseñar a nuestras generaciones. La justicia de Dios debe de ser
proclamadas en las casas, en las ciudades, en las calles, en las plazas, en las naciones.

Implantarla con una mentalidad de reino: esto quiere decir establecerla en nuestro círculo de
influencia o puesto de gobierno. Muchos confunde la justicia de Dios con parámetros y
reglamentos religiosos. A la hora de establecer la justicia de Dios tiene que ser establecida para
los parámetros de la gracia de Dios y con una mentalidad de reino.

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar


gracia para el oportuno socorro”. Hebreos 4:16

Por Cristo nos acercamos con confianza al trono de la gracia. El trono representa toda la
autoridad de Dios como Juez Soberano del Universo. Por Cristo, justicia nuestra, encontramos
misericordia, gracia y perdón proveniente del trono de la gracia.

Los pueblos y las naciones están cansados de la corrupción de los gobiernos y claman por justicia
social. Una equidad, igualdad de derecho y oportunidades sin importar el estatus, la raza, el color
y las edades. La justicia no tiene color de piel, es la misma regla para todo el mundo. Pero esto
solo lo vamos a poder encontrar en el reino de Dios.

EL JUICIO DE JESÚS / LA JUSTICIA DE DIOS SACIADA

El proceso del calvario tuvo cuatro etapas:

1. El juicio de Jesús

2. La humillación de Jesús

3. La crucifixión de Jesús

4. La muerte y sepultura de Jesús


Mateo 6:25
Por tanto, os digo no os afanéis por vuestra vida qué habéis de comer o
vestir.

Habla acerca del afán y Jesús enseña acerca de confiar en El, de confiar en
sus promesas y su Palabra.

33 Mas buscad primeramente l reino de Dios y su justicia y todas estas cosas


os serán añadidas.

Quiere decir que Dios tiene un reino, pero dentro de ese reino, opera un
principio muy valioso llamado justicia. Una cosa es que usted diga: “Voy a
hacer que el reino me bendiga”, y otra es poner a funcionar la justicia del
reino de Dios. El es justo, ¿usted confía en la justicia de Dios? ¿Cómo es la
justicia de Dios? ¿La conoce? ¿Cómo opera? Dios es bueno, pero ¿cómo es
El? Le da a cada quien de acuerdo a lo que le toca, pero eso es muy general.
Tarde o temprano usted va a necesitar que Dios haga justicia en su vida a
favor suyo. Dios me comenzó a revelar la segunda parte, que es la justicia
que Dios hace, la justicia en las manos de Dios y hay una justicia que está en
sus manos.

Buscad primeramente el reino… Sea un buscador del reino. En lugar de estar


buscando cosas raras en Internet, busque el reino. En lugar de estar
buscando novia, busque el reino. Haga que el reino lo siga, que se
establezca. Jesús les enseñó: “pidan”. Venga a nosotros tu reino. Esto se
pide. ¿Cuántas veces ha pedido: “Señor, establece tu reino en mi vida?”.

Busque la justicia. Le voy a hablar ahora de justicia, y cómo opera. ¿Sabe


que tiene que ver con usted y con sus hijos? ¿Sabe que tiene el poder de
pagarle de acuerdo a sus actos? ¿Que tiene su propia luz, que resplandece
de tal manera que la verdad se evidencie?

Salmo 103:6
Jehová es el que hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia.

¿Qué tal esto para cuando las cosas están duras? Dios dice que Él hace
justicia y derecho para todos los que padecen violencia. ¿Cuántos han sido
víctima de la violencia? Debemos decirle al Señor que haga justicia, que
creemos en su justicia.

Lucas 18:1
También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y
no desmayar.

Debemos ser insistentes. En el reino de Dios, el insistente es el que logra


mucho, pero el débil, el que se rinde, el derrotado ese no va a lograr nada.
El que dice: “Ahorita me respondes”, no puede llegar con Dios así. El
principio es el siguiente: no desfallecer. El problema es cuando lo hacemos,
cuando dejamos de creer insistentemente acerca de algo. La justicia de Dios
tiene que ver con nuestra fe, con ver realizado lo que esperamos.

2 Diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a


hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él,
diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo;
pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo
respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré
justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el
Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus
escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os
digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre,
¿hallará fe en la tierra?

Aparecen en esta parábola varias cosas: orar insistentemente, perseverar en


la oración. Uno deja de hacerlo cuando se da por vencido y la fe no le da
para seguir esperando lo que Dios quería hacer con usted. Será bien pensado
que venga una viuda a pedir justicia si esta viuda sabiendo que sí hace
justicia, le va a caer a ella. Hay personas que piden justicia, y cuando se
hace, se vuelve en contra de ellos. Va de pedir, y qué si al final los culpables
son los que tanto pedían. Pero esta mujer decidió pedir justicia porque sabía
que su causa era justa. Orar insistentemente. “El que persevera, alcanza, al
que cree todo le es posible”. Vamos a pedir justicia porque creemos que El es
justo, así como lo es nuestra causa, pero no pretendamos pedirla cuando el
corazón que tenemos no es el correcto. Si pide justicia por venganza, o por
demostrar algo, no la va a conseguir. Hay personas que dicen: “Lo que me
hicieron no es justo”, eso déjeselo a Dios. ¿A cuántos de ustedes los han
despedido injustamente? ¿A cuántos los han acusado de algo que no han
hecho? ¿A cuántos de ustedes les han robado?

Si usted logra que ese verso se haga realidad en su vida, ya estuvo el


mensaje de Dios. ¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos que claman a
El día y noche? ¿Se tardará en responderles? Les digo que pronto les hará
justicia. El hace justicia pronto, pero no en el tiempo que uno quisiera.

Le voy a contar mi historia: Sucede que yo trabajaba en X lugar, y me


esforcé, trabajé duro, hallé gracia frente al jefe del departamento y me
comenzó a dar tareas de asistente. Por mis manos, pasaban varios millones
de quetzales en efectivo. Ya era una responsabilidad grande, me daban las
llaves de donde estaban todas las cosas de valor. Se fue el asistente y
pensé: “Me van a hacer un examen”. Y ¿adivinen qué? Lo perdí. Pero con
buen punteo, todos los demás sacaron menos que yo; sin embargo, pusieron
a uno que había sacado menos que yo. Entonces, humanamente, se me
retorció todo. Sentí cosas feas, pero dije: “Voy a seguir”. Pasé mi proceso
difícil. Segunda oportunidad, esta vez no hubo examen, así que dije “está
mejor”, pero igual pusieron a otro. Llegó la tercera oportunidad y se lo
dieron a otro nuevamente. Y hasta ahí llegué, presenté mi carta de renuncia.
Me dijeron: “seguí, ya estás cerca, habrá otras oportunidades”, pero yo ya
estaba mal. Y me puse así porque empecé a ver mal a la persona que puso a
tres personas antes que a mí. Pasé un proceso muy difícil. Primero uno dice:
“Señor, ¿qué pasó?”. Uno pide justicia. Para no hacérsela larga, me fui y a la
semana o quince días, ya tenía otro trabajo. Dije: “Hoy sí les voy a
demostrar quién soy, y se van a dar cuenta que perdieron a una joya. Les
voy a demostrar que yo puedo, que Dios está conmigo”, y ¿sabe qué paso?
No me dieron a mí la oportunidad. Seis meses tardé en mi nuevo trabajo. Me
puse mal.

Entré en un proceso donde tenía que cambiar mi corazón, porque los motivos
que tenía para pedir justicia eran los incorrectos. Pedía, pero mal; creía, pero
mal; esperaba, pero lo hacía mal, de acuerdo a mis motivos incorrectos.
Pasaron los años, Dios me bendijo, me prosperó como nunca. El siguiente
trabajo ganaba tres veces más que lo que ganaba en el anterior lugar y me
fue mejor, después de ese proceso. Cuál fue mi sorpresa que llegó el día en
que me llaman y dicen: “Pastor, aquí hay un señor que se llama tal y tal,
representa a la iglesia xx y viene a pedir asesoría sobre el Modelo de Jesús”.
La vida da muchas vueltas. Ahí estaba sentado el mismo señor que había
escogido a tres antes que a mí. Me lo encontré, lo saludé, nunca le mencioné
eso. Ni siquiera le pregunté nada. Porque sabía que desde ese momento, era
el momento preciso donde se iba a evidenciar el corazón que tenía: si era
vengativo o resentido, era el momento preciso para evidenciarlo.

Efesios 5:1-13
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como
también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y
sacrificio a Dios en olor fragante. Pero fornicación y toda inmundicia, o
avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni
palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino
antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o
inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de
Dios.

Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de
Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos.
Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad
como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y
verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las
obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque
vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. Mas todas las
cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas;
porque la luz es lo que manifiesta todo.

Dios es justo, El hace justicia. Yo debo ser justo para cuando llegue el
momento de hacer justicia. Leímos ahora la parte donde dice que todas las
cosas cuando son puestas en evidencia, por la luz son hechas manifiestas.
Hay momentos en la vida donde nos toca confiar que la misma verdad salga
a la luz. Esta va a evidenciar lo que realmente se dijo, se hizo. A veces se
dice que hemos cometido algo malo, pero la verdad es la única que va a
evidenciar lo que hicimos, ya que simplemente es una acusación. Pero dentro
del reino de Dios, hacer justicia, significa que la verdad salga a luz. Por eso,
esta mujer se atrevió a pedir justicia porque sabía que su causa era justa. La
justicia tiene su peso y la verdad también. Al final del proceso, la verdad
siempre prevalece. Al que anda en tinieblas, eso le perjudica, pero si usted lo
que hace es en la luz, lo que le toca es esperar que la verdad salga a luz y
que se haga justicia. Le tomaron la herencia, espere que le hagan justicia.
Sea justo usted, crea en la justicia divina; tiene que haber fe para creer en
ella.

Malaquías 3:4
Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días
pasados, y como en los años antiguos. Y vendré a vosotros para juicio; y
seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran
mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al
huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí,
dice Jehová de los ejércitos.
Hay personas con las que uno no se debe meter. Asegúrese de ser justo con
sus trabajadores. Porque cuando haga negocios, va a cosechar lo que con
sus trabajadores ha hecho. No se meta ni con la viuda ni con el huérfano. Me
gusta cuando dice: “Yo vendré a ustedes para juicio y seré testigo contra los
hechiceros y adúlteros”. ¿Cree que hay gente que hace hechicería contra
nosotros? Pero Dios dice que hará juicio contra ellos, para que no te hagan
daño, yo te protegeré y haré que mi justicia sea sobre tu vida y sobre la de
tus hijos.

En el reino hay justicia y opera sobre los hijos de justicia. Cuando la ha


tenido en sus manos, ¿ha ejercido justicia o venganza? ¿Sabe qué ha
pasado? Que si hoy estuviera la viuda aquí, diría: “Insistan, no desfallezcan,
hay que orar de día y de noche”. De que Dios hace justicia, hace justicia.
Estamos en un país donde necesitamos justicia divina y de hombres que
sean justos para con los demás. Comienza con usted, con su trabajo y sus
hijos.

Voy a pedirles a todas las personas a quienes les robaron, les quitaron o
injustamente perdieron un trabajo, los señalaron de algo que no hicieron.
Sabe que antes que yo me saliera del trabajo que le conté, me involucraron
en un robo. ¿Sabe qué pasó? Salió a luz la verdad. Eran más de quince
personas las involucradas, antes de que yo renunciara. Y no me fui hasta que
salió a luz la verdad, porque a la verdad no hay que tenerle miedo, se
necesita que salga y que se ponga del lado de quienes la tienen. La verdad
paga y paga bien.

Voy a orar por cada persona que ha sido víctima de la injusticia. “Padre, ya
di tu Palabra, tu mensaje, aquí están tus hijos que claman por justicia y esto
es aprender a vivir en el reino, conocer que el reino está a nuestro favor y
que nos estás oyendo. Hoy pongo delante de ti la causa de todos ellos,
quizás tomaron lo que era de ellos, quizás alguien se aventajó y los engañó,
pero hoy como portador de tu Palabra y como creyente, te pido que se haga
justicia, que tomes en cuenta la causa de cada uno de ellos, que haya un
juicio del cielo y que la justicia opere sobre la vida de cada uno de ellos. Creo
que eres un Dios justo y que hoy estableces tu reino, que vienes a establecer
tu reino y tu justicia. Que hoy el peso de la verdad sea sobre sus vidas para
evidenciar lo que es justo”.

Es justa su causa, póngala ahora delante de Dios. Diga: “Señor, haz justicia
con esto que me han hecho, no busco venganza, no lo hago con rencor, ni
por injusticia, pero creo que hay una justicia y saldrá a luz la verdad,
sácala”.

“Hoy los bendigo, creo en el poder de tu Palabra y en el peso de la verdad.


Una vez más, no buscamos venganza, sólo busco que me bendigas como lo
has hecho siempre, saca a luz la verdad. Padre, muchas gracias. Amén”.
La Justicia del Reino consiste en la convicción que una persona desarrolla acerca de la
trascendencia de sus actos en observancia a lo que él conoce de Dios, sea esto escrito o lo haya
recibido como instrucción espiritual.

La Justicia del Reino se fundamenta sobre la convicción de la Voluntad de Dios, a partir del
compromiso personal que cada quien desarrolla en su comunión íntima con Dios.

El secreto de Jehová es para los que le temen; Y a ellos hará conocer su alianza.

Esto hace que la Justicia del Reino se fundamente sobre la vida de fe de cada quien, tal y como se
descubre de la convicción de Abraham en su sujeción a la revelación que había recibido de
Jehová Dios.

Y creyó a Jehová, y contóselo por justicia.

Génesis 15:6

Esta Palabra pertenece a una Palabra profética en torno a la deportación de Judá a Babilonia, la
encontramos en el libro del profeta Ezequiel. En ella se destaca que aunque la Palabra es dirigida
a un pueblo entero, la activación de la misma depende del valor individual que cada quien le
otorgue a la vida de fe,

Y darles he un corazón, y espíritu nuevo daré en sus entrañas; y quitaré el corazón de piedra de
su carne, y daréles corazón de carne; ….

Y os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne
el corazón de piedra, y os daré corazón de carne.

Ezequiel 11.19; 36.26

La fe es por medida, según lo revela el siguiente texto,

Digo pues por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más
alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con templanza, conforme a la
medida de la fe que Dios repartió a cada uno…. De manera que, teniendo diferentes dones según
la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;

Romanos 12:3,6

No todos tienen la misma medida de fe, y por ende, no en todos existe el mismo nivel de Justicia,
y es en primer lugar, porque no todos tienen el mismo compromiso ante Su Voluntad; y en
segundo lugar, porque no todos abominan en la misma intensidad las cosas que para Dios son
abominables, y esto porque desconocen qué es lo que Dios abomina.

¿En qué consiste la Justicia del Reino de Dios?


La Justicia del Reino no es, ni se reduce a, una colección de doctrinas por las cuales se establece
Justicia.

Aunque el pueblo de Israel recibió la Ley de Moisés, y se les estableció que aquel que las
cumpliera viviría por ellas,

Porque Moisés describe la justicia que es por la ley: Que el hombre que hiciere estas cosas,
vivirá por ellas.

Romanos 10:5

Sin embargo, en la enseñanza de Moisés también se estipuló que no solo se trataba de “cumplir”
los mandamientos de la Ley, sino de hacerlos por amor de Dios,

Que ames a Jehová tu Dios, que oigas su voz, y te allegues a él; porque él es tu vida, y la
longitud de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres Abraham,
Isaac, y Jacob, que les había de dar.

Deuteronomio 30:20

En el testimonio de los profetas también está estipulado que es el amor y temor de Dios lo que
determina la Justicia de la Ley,

Mas si el justo se apartare de su justicia, y cometiere maldad, e hiciere conforme a todas las
abominaciones que el impío hizo; ¿vivirá él? Todas las justicias que hizo no vendrán en
memoria; por su rebelión con que prevaricó, y por su pecado que cometió, por ello morirá.

Ezequiel 18:24

Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere juicio y justicia, vivirá por ello.

Ezequiel 33:19

Puede darse el caso de alguien que cumpla, pero si en su corazón hay maldad, su cumplimiento
de la Ley se convierte en injusticia,

Guárdate que no haya en tu corazón perverso pensamiento, diciendo: Cerca está el año
séptimo, el de la remisión; y tu ojo sea maligno sobre tu hermano menesteroso para no darle:
que él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te imputará a pecado.

Deuteronomio 15:9

La Justicia del Reino depende de la justicia y juicio de la actitud con la cual la persona hace todas
las cosas. Por eso, en la enseñanza del Evangelio establecida por el apóstol Pablo se destaca que
la Justicia del Reino comienza a partir de la decisión de la persona de construir una vida de fe,

Mas ¿qué dice? Cercana está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe, la
cual predicamos: Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que
Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Romanos 10:8,9

Esta enseñanza no es propia de Pablo, él la tomó de la Ley. Moisés la estableció en su tiempo


para explicar cómo opera la Justicia del Reino,

Porque este mandamiento que yo te intimo hoy, no te es encubierto, ni está lejos: 12No está en el
cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo representará,
para que lo cumplamos? 13Ni está de la otra parte de la mar, para que digas: ¿Quién pasará por
nosotros la mar, para que nos lo traiga y nos lo represente, a fin de que lo cumplamos? 14Porque
muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas… Porque yo te
mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus
mandamientos y sus estatutos y sus derechos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu
Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para poseerla.

Deuteronomio 30:11-16

La Justicia del Reino consiste en la convicción que una persona desarrolla acerca de la
trascendencia de sus actos en observancia a lo que él conoce de Dios, sea esto escrito o lo haya
recibido como instrucción espiritual.

La Justicia del Reino se fundamenta sobre la convicción de la Voluntad de Dios, a partir del
compromiso personal que cada quien desarrolla en su comunión íntima con Dios.

El secreto de Jehová es para los que le temen; Y a ellos hará conocer su alianza.

Salmo 25:14

La Justicia del Reino se construye sobre la vida de fe, a través del establecimiento del juicio
correcto según la Voluntad y los Propósitos de Dios.

Mas al que no obra, pero cree en aquél que justifica al impío, la fe le es contada por justicia. …
9
¿Es pues esta bienaventuranza solamente en la circuncisión o también en la incircuncisión?
porque decimos que a Abraham fue contada la fe por justicia… 11Y recibió la circuncisión por
señal, por sello de la justicia de la fe que tuvo en la incircuncisión: para que fuese padre de
todos los creyentes no circuncidados, para que también a ellos les sea contado por justicia;

Romanos 4:5-11

Esto hace que la Justicia del Reino se fundamente sobre la vida de fe de cada quien, tal y como se
descubre de la convicción de Abraham en su sujeción a la revelación que había recibido de
Jehová Dios.

Y creyó a Jehová, y contóselo por justicia.

Génesis 15:6

La vida de fe surge a partir del depósito de Revelación que cada quien recibe en su interior, por el
Espíritu de Dios, en la interacción y sometimiento a Su Voluntad.
Mas éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré
mi ley en sus entrañas, y escribiréla en sus corazones; y seré yo a ellos por Dios, y ellos me
serán por pueblo.

Jeremías 31:33

Nótese cómo el profeta establece el valor de la relación personal haciendo uso de dos términos
que atañen a la individualidad de la existencia personal. El uso de las palabras, entrañas, y,
corazones, son para indicar no la vida producto de la colectividad, sino la vida en sí mismo
nacida de la convicción y pacto con Dios.

Esta concepción no pertenece solo al Antiguo Pacto según la Ley, es presentado formando parte
del Nuevo Pacto, citada en dos ocasiones consecutivas en la epístola más emblemática de la
iglesia.

Por lo cual, este es el pacto que ordenaré a la casa de Israel Después de aquellos días, dice el
Señor: Daré mis leyes en el alma de ellos, Y sobre el corazón de ellos las escribiré; Y seré a
ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo: ….

Y este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Daré mis leyes en
sus corazones, Y en sus almas las escribiré:

Hebreos 8:10; 10:16

Esta Palabra pertenece a una Palabra profética en torno a la deportación de Judá a Babilonia, la
encontramos en el libro del profeta Ezequiel. En ella se destaca que aunque la Palabra es dirigida
a un pueblo entero, la activación de la misma depende del valor individual que cada quien le
otorgue a la vida de fe,

Y darles he un corazón, y espíritu nuevo daré en sus entrañas; y quitaré el corazón de piedra de
su carne, y daréles corazón de carne; ….

Y os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne
el corazón de piedra, y os daré corazón de carne.

Ezequiel 11.19; 36.26

La fe es por medida, según lo revela el siguiente texto,

Digo pues por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más
alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con templanza, conforme a la
medida de la fe que Dios repartió a cada uno…. De manera que, teniendo diferentes dones según
la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;

Romanos 12:3,6

No todos tienen la misma medida de fe, y por ende, no en todos existe el mismo nivel de Justicia,
y es en primer lugar, porque no todos tienen el mismo compromiso ante Su Voluntad; y en
segundo lugar, porque no todos abominan en la misma intensidad las cosas que para Dios son
abominables, y esto porque desconocen qué es lo que Dios abomina.

Al leer los primeros cinco libros de la Biblia, los libros de Moisés, uno descubre el principio de la
vida de fe. Es sencillo. La fe, y por ende, la Justicia del Reino, se fundamenta sobre el
conocimiento de lo que es pecado y de lo que es maldad; de lo que es de agrado a Dios, y de lo
que es abominable ante sus ojos.

¿Cómo puede desarrollarse temor a Dios si se desconoce lo que Él abomina?[1]

Nadie puede decir que tiene fe si en sus acciones es tolerante de actos de injusticia. Nadie puede
crecer en fe si sus actos no establecen justicia. La Justicia del Reino se fundamenta sobre actos
llevados a cabo en la conciencia de que los tales se hacen delante de la presencia del
Todopoderoso.

Conocer lo agradable y lo desagradable ante los ojos de Dios es importante, y vital para crecer en
Justicia. Es la didáctica de la Ley de Moisés. Notemos que antes de morir, Moisés leyó las
bendiciones y las maldiciones a todo el pueblo.

Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal: 16Porque yo te mando
hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos y sus
estatutos y sus derechos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la
tierra a la cual entras para poseerla.

Deuteronomio 30:15,16

Aun para salir a la guerra era necesario tener el conocimiento sobre la vida y el bien, la muerte y
el mal. Es el protocolo del Reino sobre el cual descansa el desarrollo de la vida espiritual.

A los cielos y la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y
la muerte, la bendición y la maldición: escoge pues la vida, porque vivas tú y tu simiente: 20Que
ames a Jehová tu Dios, que oigas su voz, y te allegues a él; porque él es tu vida, y la longitud de
tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres Abraham, Isaac, y
Jacob, que les había de dar.

Deuteronomio 30:19,20

Moisés ordenó que una vez entraran en la tierra, y la poseyeran, leerían al pueblo la bendición y
la maldición contenida en la Ley,

Y será que, cuando Jehová tu Dios te introdujere en la tierra a la cual vas para poseerla,
pondrás la bendición sobre el monte Gerizim, y la maldición sobre el monte Ebal:

Deuteronomio 11:29

Acto que Josué llevo a cabo tal y como fue ordenado por Moisés,

Y todo Israel, y sus ancianos, oficiales, y jueces, estaban de la una y de la otra parte junto al
arca, delante de los sacerdotes Levitas que llevan el arca del pacto de Jehová; así extranjeros
como naturales, la mitad de ellos estaba hacia el monte de Gerizim, y la otra mitad hacia el
monte de Ebal; de la manera que Moisés, siervo de Jehová, lo había mandado antes, para que
bendijesen primeramente al pueblo de Israel.

Josué 8:33

¿Por qué la importancia de este ritual de lectura de la bendición y la maldición? Sencillo. Porque
la Justicia no se construye sobre la ignorancia. La fe es conocimiento y convicción.

Y aquí nos es útil establecer la enseñanza del apóstol Pablo dirigida a la comunidad de Roma,

¿Qué pues diremos? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Empero yo no conocí el pecado
sino por la ley: porque tampoco conociera la concupiscencia, si la ley no dijera: No codiciarás.

Romanos 7:7

El apóstol establece el proceso de la construcción de la Justicia del Reino, y la formación de una


vida de fe:

La Palabra-Ley saca a la luz lo que en mí está escondido, le pone nombre, y lo declara


abominable a Jehová Dios. A partir de allí la vida de fe se encarga de erradicarlo de la sustancia
de la persona. Comienza a surgir actos de Justicia.

La doctrina de Cristo no hace a un lado lo establecido por Moisés, me descubre lo que


espiritualmente sucede para que con conciencia lo trabaje con mayor exactitud. Una vez la Ley
me ha mostrado las acciones que en mí son pecado, me presenta a Cristo para que por la fe en
creer en Él, sea libre de la ley del pecado.

De manera que la ley nuestro ayo fue para llevarnos a Cristo, para que fuésemos justificados
por la fe.

Gálatas 3.24

Cristo Jesús está presente simbólicamente en cada animal sacrificado que el sacerdote presentaba
en propiciación por las acciones pecaminosas que salieron a la luz.

Porque también Cristo padeció una vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos
a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;

1ra. Pedro 3:18

Así que, de nuevo, la Justicia del Reino y la vida de fe no es ignorancia, sino conocimiento de lo
que está dentro mí, que es desagradable a Dios.

La didáctica de la Ley utiliza el conocimiento de lo que es abominable a los ojos de Dios, para
que al identificarlos y nombrarlos, puedan ser llevados en sacrificio ante el altar.

Aquí tenemos que denunciar la deficiencia de la proclamación del Evangelio contemporáneo, que
no considera necesario la lectura de la Ley de Moisés. Su desconocimiento ha provocado que se
establezcan doctrinas humanas, filosóficas, que se fundamentan sobre conocimientos morales y
desechan la Revelación de Dios. Muchos seminarios y centros de estudios teológicos deben
considerar integrar en sus respectivos pensum el estudio exhaustivo de la Ley.

El segundo principio de la Justicia del Reino y de la vida de fe, es: Establecer


verdad.

Y conoceréis la verdad, y la verdad os libertará.

Juan 8.32

No basta con conocer lo que es abominable a los ojos de Jehová Dios, es necesario establecer Su
Verdad. En la conjugación de ambos, conocimiento de lo que es abominable a sus ojos, y el
establecer Verdad, se construye el Evangelio del Reino.

¿Qué es verdad?

Diferente a como lo presentan distintas tendencias modernas, verdad no es la afirmación de los


hechos, como lo define la filosofía; o lo contrario a la mentira, según lo promueve la religión; ni
la antítesis del engaño, como lo propaga el existencialismo ateo.

Verdad es el establecimiento de la Revelación de Dios en cuanto al conocimiento que Él nos


permite tener. Todo lo que no proceda de o para la Revelación de Dios es mentira y engaño.

Lo encontramos en las palabras finales de Moisés,

Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios: mas las reveladas son para nosotros y
para nuestros hijos por siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.

Deuteronomio 29:29

Observe cómo termina el texto: todas las palabras de esta ley. El mandamiento es inclusivo.
Significa enseñar no solo lo que a Él le agrada, sino enseñar también sobre lo desagradable, lo
que es abominable a Él, para que el hombre de Dios desarrolle discernimiento y aprenda a
ejecutar la Justicia del Reino.

Verdad es lo establecido por Dios. Esto es fe y su desarrollo. Por eso la importancia del
mandamiento de Moisés a Josué de leer la bendición y la maldición de la Ley.

La verdad demanda el conocimiento adecuado, el conocimiento establecido por Dios. Un


conocimiento no originado en Dios es mentira, y establece engaño, y se debe desechar. La verdad
de Dios es verdad aunque los hechos indiquen o pretendan establecer lo contrario.

La vida de fe es el resultado de vivir según la Justicia del Reino. La justicia del Reino está basada
en conocimiento de la verdad de Dios.

La verdad demanda que sea anulada la ingenuidad y la ignorancia. Es oportuno señalar las
Palabras del libro de Esdras,
Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová, y para hacer y
enseñar a Israel mandamientos y juicios.

Esdras 7:10

La restauración, incluso, es el resultado de una vida de fe que desecha la ingenuidad y la


ignorancia como estilo de vida,

Y el día siguiente se juntaron los príncipes de las familias de todo el pueblo, sacerdotes, y
Levitas, a Esdras escriba, para entender las palabras de la ley.

Nehemias 8:13

La Verdad es el fundamento del Evangelio del Reino,

Por lo cual, dejada la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos
miembros los unos de los otros.

Efesios 4:25

La revelación de Dios, y la apertura de la congregacion a ella depende del grado de verdad que la
comunidad desarrolle,

¿Qué hay pues, hermanos? Cuando os juntáis, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina,
tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación: hágase todo para edificación.

1ra. Corintios 14:26

Pablo lo enseña en todas sus epístolas, es parte de la proclamación de su Evangelio.

Hablando entre vosotros con salmos, y con himnos, y canciones espirituales, cantando y
alabando al Señor en vuestros corazones;

Efesios 5:19

La palabra de Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y


exhortándoos los unos a los otros con salmos e himnos y canciones espirituales, con gracia
cantando en vuestros corazones al Señor.

Colosenses 3:16

En occidente pronto tendremos un colapso de fe entre muchas comunidades cristianas, y es


debido a una vida de burbuja que se ha construido a partir del falso conocimiento de que Dios
busca nuestro bienestar.

Se ha mezclado un conocimiento secular de corte financiero con la proclamación de que Dios nos
hace prosperar en nuestra tierra. Muchos hoy en día están construyendo sus propias fortunas a
partir de esta base, y se olvidan de construir en fe y en Justicia.
Concluyo citando las Palabras del profeta Miqueas,

Oh hombre, él te ha declarado qué sea lo bueno, y qué pida de ti Jehová: solamente hacer juicio,
y amar misericordia, y humillarte para andar con tu Dios.

Miqueas 6:8

Y las Palabras del profeta Oseas,

Y te desposaré conmigo para siempre; desposarte he conmigo en justicia, y juicio, y


misericordia, y miseraciones. Oseas 2:19… Sembrad para vosotros en justicia, segad para
vosotros en misericordia; arad para vosotros barbecho: porque es el tiempo de buscar a
Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia. Oseas 10:12… Tú pues, conviértete a tu Dios:
guarda misericordia y juicio, y en tu Dios espera siempre.

Oseas 12:7

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