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Jack Miller [Teólogo Practico WSS] habla acerca de la diferencia entre las reuniones de
“oración de mantenimiento” y “oración de la línea de frente”. Los encuentros de oración de
mantenimiento son cortos, mecánicos y totalmente enfocados en las necesidades físicas de
la iglesia. Pero los encuentros de oración de primera línea tienen tres cosas básicas:
Ahora, estos no son solamente algunas declaraciones. Es muy claro cuando escuchamos
las oraciones en un encuentro si estos conceptos están presentes. Es más interesante aún
cuando estudiamos la oración bíblica para avivamientos como ser Hechos 4, Éxodo 33 o
Nehemías 1. Estos tres elementos son fáciles de ver.
En el incidente del becerro de oro se abrió una brecha entre Dios, el pueblo y Moisés.
Comenzó una “oración extraordinaria” por una renovación espiritual y un avivamiento. A
continuación está el intercambio de oración de Moisés en Éxodo 33:12-16.
Personal y experimental. Él ha sido llamado como líder espiritual, pero él quiere algo que lo
capacite como tal líder. ¿Qué es? En el vs. 12 él dice: “Tú me dices que tú me conoces por
mi nombre (personalmente)”. Entonces en el vs. 13 él declara: “Si eso es verdad, enséñame
que te conozco personalmente”.
¿Suena contradictorio? ¿Qué quiere decir con esto Moisés?. El no estaba totalmente
conforme con el simple conocimiento del hecho de que Dios lo aceptaba (hallar favor), de
que lo conocía personalmente y que lo amaba. Él deseaba un personal y directo
conocimiento de Dios. El deseaba una sensación profunda en su corazón acerca de lo que
él creía con su mente. El quería una profunda y completa seguridad de ese amor.
Algo similar en Efesios 3:14-19. Pablo dice a los lectores cristianos que él está orando por
ellos. ¿Qué es lo que está pidiendo?. Él está orando por el Espíritu Santo para ellos. El pide
que:
a) El Espíritu les de poder internamente, b) Que Cristo habite en sus corazones, c) Que ellos
puedan conocer el amor de Cristo, d) Que puedan ser completamente llenos de Dios. El
dice:
“Por esta causa, pues, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra, que os conceda,
conforme a las riquezas de su gloria, ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el
hombre interior; de manera que Cristo more por la fe en vuestros corazones; y que
arraigados y cimentados en amor, seáis capaces de comprender con todos los santos
cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor de
Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que seáis llenos hasta la medida de toda
la plenitud de Dios”.
Esta es una oración perpleja desde una perspectiva. Él está orando por cristianos. Un
cristiano es alguien quien por definición tiene a Cristo morando en él. Y sin lugar a dudas
todos los cristianos conocen el amor de Cristo por ellos, de otra manera no tendrían fe para
ser salvos. No solamente eso, todos los cristianos tienen la plenitud de Dios dentro de ellos
( “Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en El, y habéis sido hechos
completos en El, que es la cabeza sobre todo poder y autoridad; Colosenses 2:9-10).
Entonces ¿qué es lo que Pablo está pidiendo?.
Una cosa es tener una cuenta bancaria y otra es retirar dinero de esa cuenta. Del mismo
modo, una cosa es tener a Dios como Padre y a Jesús como el que nos ama y otra cosa es
experimentar esa verdad dentro de nosotros, ser moldeados en la profundidad de nuestra
vida emocional y en la misma amplitud de nuestra vida actual y practica en el mundo.
Pablo no sólo quiere que nosotros creamos que la completa gloria y la grandeza de Dios
están con nosotros, sino que desea que sintamos esa gloria, para ser embargados y
llenados con ella, para que seamos moldeados por ella. Él está orando para que nosotros
podamos agarrar, comprender la verdad de quién es Jesús hasta que él llegue a ser algo
más que una proposición racional, hasta que podamos estar bajo su poder y nos afecte
desde adentro hacia afuera. Por ejemplo,
¿Crees que Dios te ama? Si eso es verdad, entonces ¿Por qué te desconsuelas tanto
cuando otros te critican?. Pero cuando la verdad del amor de Dios por ti realmente te
“incendia”, cuando la verdad acerca del amor de Dios crece, te disturba y conforta y
emociona, entonces descubrirás que la crítica ya no te lastima como antes. La verdad ha
descendido dentro de tu corazón. Esto es por lo cual Pablo está orando.
Martin Lloyd-Jones y muchos otros autores entienden y enseñan que a veces en nuestra
experiencia recibimos una infusión (un torrente) del amor de Dios y de una realidad que va
más allá de la confianza normal que nuestro corazón tiene. Lloyd-Jones llama a esto la
primera “intuición” y la tardía “deducción”. Ordinariamente nosotros inferimos que Dios es
nuestro Padre consultando nuestra razón, recordando promesas de las Escrituras, y así
sucesivamente. Pero a veces hay una inmediata e intuitiva alegría de esa relación con Dios.
Es la diferencia entre conocer que un hombre es tu padre, y el estar en sus brazos. Cuando
uno de nosotros recibe este “testimonio del Espíritu” entonces tenemos una renovación
espiritual. Cuando esta verdad es derramada sobre varias personas, entonces tenemos un
avivamiento.
“Yo estaba clamando todo el tiempo para que Dios me llenara con su Espíritu. Bien,
un día, en la ciudad de Nueva York, oh, ¡qué día ese!, no lo puedo describir, sólo puedo
referirme a él, es demasiado sagrado para nombrarlo. Pablo tuvo una experiencia de
la cual nunca habló por 14 años. Sólo puedo decir que Dios se reveló a sí mismo en
mi corazón, y he tenido tal experiencia de su amor que tuve que pedirle que retire su
mano. Fui a predicar nuevamente. Los sermones no eran diferentes, no presenté
ninguna nueva verdad; pero cientos de personas se convirtieron. Yo no quisiera
regresar jamás a lo que era antes de esta bendita experiencia aún si quisieran darme
todo el mundo, este sería como un poco de polvo de la balanza”.
El evangelista Jonathan Edwards explica estos textos bíblicos (Éxodo 33, Romanos 8,
Efesios 1 y 3) en el siguiente párrafo clásico de uno de sus sermones titulado “Una divina y
sobrenatural luz”. El dice:
Si continuamos con el estudio sobre la oración de Moisés por una renovación, debemos
quizás pensar que la oración de renovación es una cuestión de búsqueda personal, una
experiencia interna con Dios. Pero el punto de la oración corporativa es que nosotros vamos
a Dios como un cuerpo, buscando la presencia de Dios en la comunidad. Veamos
nuevamente Éxodo 33: “Entonces le dijo Moisés: Si tu presencia no va con nosotros, no nos
hagas partir de aquí. ¿Pues en qué se conocerá que he hallado gracia ante tus ojos, yo y tu
pueblo? ¿No es acaso en que tú vayas con nosotros, para que nosotros, yo y tu pueblo, nos
distingamos de todos los demás pueblos que están sobre la faz de la tierra?.... Entonces
Moisés dijo: ´Muéstrame tu gloria´. Y el Señor le dijo: Tú no puedes ver mi rostro, porque
ninguno que me ve puede seguir con vida”. Aquí vemos a Moisés seguir una oración por
una seguridad y experiencia personal con Dios. El hace un tremendo clamor. El desea
conocer la gloriosa presencia de Dios, pero no solamente para sí mismo. El desea que a la
comunidad del pueblo de Dios le sea evidente la belleza y la visible realidad de Dios.
Esta es una oración que el mundo estaría asombrado y maravillado por la evidencia del
poder de Dios y en el resplandor por creer, de tal manera que este llegara a ser la nueva
humanidad que es una señal del reino futuro. En el NT, la iglesia es llamada “Templo del
Espíritu Santo” (1 Corintios 3, Efesios 2, 1 Pedro 2). Este es un tremendo clamor. La
presencia del Espíritu en nuestra vida por medio de Jesús es el cumplimiento de la promesa
del AT donde dice que Dios llenaría a su pueblo y mostraría al mundo la nueva humanidad,
un nuevo hombre en la sociedad, en donde las prácticas de negocio, las relaciones raciales,
vida familiar, trabajo y descanso, sexo, dinero y poder son usados para servir y para
promover el florecimiento de otros.
Como un ejemplo en 1 Corintios 3:16-17 Pablo dice: “Ustedes saben que….. ustedes son el
templo de Dios?. El prosigue en argumentar con aquellos que están destruyendo la unidad
y la comunidad de la iglesia por medio de un espíritu divisor, por medio de contenciones
entre sectores leales a un grupo particular de líderes cristianos. Pablo dice que presionar al
Espíritu y destruir la comunidad es igual que tirar abajo el templo de Dios.
Pablo entendió que la presencia del Espíritu no es solamente para dar a los individuos
una gran experiencia sino para hacer de la comunidad cristiana una sociedad que sea
absolutamente única, además de ser una comunidad de amor y verdad y belleza.
La oración corporativa es una oración para el cuerpo. Por supuesto, la experiencia individual
del Espíritu y la experiencia comunitaria del Espíritu están integralmente relacionadas. Los
cristianos que comienzan a experimentar la belleza de Dios, su poder y amor, colocan su
relación personal con Jesús y la iglesia en primer lugar en sus vidas, y llegan a ser testigos
radiantes y atractivos, más deseosos y seguros de hablar a otros acerca de su fe, más
sabios (menos juzgadores) cuando lo hacen, y más seguros en su propia iglesia y por lo
tanto más deseosos de invitar a otros a visitar la iglesia. Ellos también tienen una nueva
libertad para darse el uno al otro y no están tan ansiosos u orgullosos de adquirir dinero o
estatus. Todo esto sirve para embellecer la comunidad cristiana. A fin de cuentas, los
tiempos de gran avivamiento espiritual son tiempos en donde los seguidores o visitantes
pueden ser parte de un grupo de cristianos para adorar e inmediatamente sentir una
sensación de amor que es tan fuerte y espeso que se podría casi cortar con un cuchillo.
“Lo que se necesita es algo tan profundo que no se pueda explicar en términos
humanos. Podemos predicar la verdad, podemos defenderla, podemos inducir a otros
con nuestra apologética, podemos intentar presentar un gran frente para el mundo,
pero, sabemos, esto no impresiona al mundo. Eso deja al mundo en donde está. Lo
que se necesita es algo tan sublime, tan divino, tan inusual que atraerá la atención del
mundo y probará que nosotros somos, al final de cuentas, el pueblo de Dios. Lo que
está mal en nuestros días es la desaparición de la singularidad de la iglesia. Qué difícil
es ver alguna diferencia entre la iglesia y una buena organización, la sociedad política
o la sociedad cultural. Observemos sus encuentros y preguntémonos, ¿podemos ver
alguna diferencia entre ellos? Nosotros somos personas agradables, somos personas
respetables. Pidámosle a Dios, ¡Sacúdenos!, no que sacuda el edificio, pero
sacúdenos a nosotros. Pidámosle que haga con nosotros que sea tan maravilloso que
el mundo esté motivado a mirar y a decir: ¿Qué es esto?, así como lo dijeron en el día
de Pentecostés, o cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre Whitefield y los
Wesleys.” [Gordon Fee, Pablo, el Espíritu y el pueblo de Dios]
En Génesis 18 Abraham oró ferviente y repetidamente a Dios para que salve las ciudades
de Sodoma y Gomorra. En Jeremías 29 Dios llama a su pueblo a orar por la paz (shalom)
de Babilonia. Esta era una sociedad violenta y pagana. Todavía estamos llamados para
orar para que la gloria de Dios les sea revelada a ellos. Finalmente la oración de renovación
corporativa en la ciudad en que estamos debe ser una oración por nuestra ciudad. Debemos
orar para que la gloria de Dios sea vista. Este es un tema mayor en los Salmos. La gloria de
Dios es Su peso, Su importancia, Su realidad. Muchas personas en nuestra ciudad creen
en un Dios, pero no en un Dios de gloria. Uno de los mejores caminos para hacer esto es
caminar por nuestro barrio y orar por él. Pero también puede significar orar por un grupo de
personas.
Nos llama a un arrepentimiento corporativo y a una añoranza por Dios. En adición, la oración
centrada en el Reino está caracterizada por el arrepentimiento por nuestra debilidad en el
amor, gozo, celo por los perdidos, hambre de Dios, y así sucesivamente. Todas las iglesias
tienen pecados corporativos. Esto debe ser hecho con sabiduría. Debe ser acompañado (y
basado en) por una cuota enorme de esperanza. Nosotros tenemos esperanza en el
evangelio que Dios puede hacer tremendas cosas en medio nuestro.
“Suplícale a Él por ello, suplícale”. No lo dejes solo. Importúnale, como sea, con su
propia promesa. Cítale las Escrituras. Y tú sabes, Dios se deleita en escucharnos
hacer esto, de la misma manera que a un padre le gusta ver esto en su propio hijo que
obviamente ha estado escuchando lo que su padre ha estado diciendo” (Avivamiento,
pg.197).
Es extraordinario. Éxodo 33:7 Ahora Moisés suele tomar su tienda y armarla afuera del
campamento a cierta distancia, llamándola “la tienda del encuentro con el Señor”. Y
aconteció que cualquiera que buscaba al Señor iba a la tienda del encuentro fuera del
campamento. El incidente del becerro de oro hacía poco había ocurrido. La relación entre
Dios y el pueblo había sido herida. Moisés ahora colocó un tabernáculo afuera del
campamento. Es importante recordar que este no era el tabernáculo que fue eventualmente
construido para ser un templo móvil para Israel en medio del campamento. Más bien, esta
era una simple tienda donde cualquiera podía ir a orar y encontrarse con Dios. Pero estaba
colocada fuera del campamento, probablemente como un símbolo de que tenían mucho
arrepentimiento por hacer con el fin de tenerlo a Dios nuevamente en medio de ellos.
Aquellos que buscarían el rostro de Dios deberían salirse del camino, salirse de sus patrones
de vida normal para buscarlo a él. Moisés había sido movido por Dios para crear este
espacio para promover la oración para la presencia de Dios, y pronto otros sintieron el mismo
deseo o fuego de buscar a Dios también. Todo indica que al principio muy pocos hicieron
esto. Por un buen tiempo parece ser que sólo Moisés lo hizo.
¿Qué podemos aprender? Es interesante ver que usualmente los avivamientos comienzan
con un grupo pequeño de personas, o solamente una persona, quien comienza a orar por
la gloria de Dios en la comunidad. Pero usualmente es justamente sólo un puñado y casi
siempre es un tipo de oración extraordinaria, fuera de los servicios normales y de los
tradicionales patrones de oración.
En 1906, en el despertar de ese avivamiento, un estudiante coreano de nombre Sun Joo Kil
organizó el primer encuentro matutino de oración que se juntaba a las 4:30 de la mañana.
Esta costumbre, como la vigilia de toda una noche, llegó a ser vital en la vida espiritual de
la iglesia coreana. Pero para ese entonces eso era excepcional y extraordinario. Esto era
“salir fuera del campamento”. Finalmente en una conferencia bíblica, en enero 17 de 1907,
en la ciudad de Pyongyang, 1.500 personas (una multitud para ese entonces) se reunieron.
El predicador concluyó su sermón e hizo un llamado a la oración, animándoles a orar en voz
alta si querían. Lo que se registró fue lo siguiente:
Así como Lloyd-Jones tan vívidamente dice: “No le den descanso. Ustedes no descansen.
Manténganse firmes. Bombardeen a Dios. Bombardeen el cielo hasta que la respuesta
venga” (Lloyd- Jones, Avivamiento, p. 261). Estas palabras son extraordinarias cuando nos
damos cuenta que Lloyd- Jones era un hombre tradicional, conservador y un calvinista
acérrimo. Pero él conocía la Biblia, él conocía su lenguaje y su espíritu, y él nos llama a orar
así como la Biblia nos llama a orar.
Jonathan Edwards tiene un sermón remarcable sobre Génesis 32:26-29, titulado: “El
camino para obtener la bendición de Dios es no dejarlo ir a menos que nos bendiga”. Aquí
hay un resumen de su
argumento:
1) Primero, él desea que hagamos esto de esta manera para que nuestro corazón
pierda la autosuficiencia. Sólo si oramos de una manera sustancial llegamos a un profundo
reconocimiento de nuestra dependencia absoluta de Dios. Si la bendición de Dios llegara a
nosotros, sin mucha oración, seríamos de corazón duro y orgullosos, asumiendo que una
vida buena y confortable es simplemente el “derecho de toda persona sensible”. Nos
enceguecería ante nuestra verdadera condición de debilidad. Esta es la razón por el cual
Romanos 1 dice que la peor cosa que Dios puede hacer a un corazón rebelde es “entregarlo
a sus deseos”, Ej. Darles lo que ellos quieren sin oración. Esto es lo que conduce a las
personas estar ciegos de su necesidad de Dios.
2) Segundo, él desea que lo hagamos para que nuestro corazón esté preparado en
regocijarse en Dios como el autor de toda bendición. Si la bendición vendría fácil sobre
nosotros sin mucha oración, no lo percibiríamos a él como la fuente de todo lo que
necesitamos. Cuando nosotros no oramos nos estamos robando a nosotros mismos nuestro
gozo. Nos estamos cerrando a nosotros mismos a la gracia y la bondad de Dios. Si la
bendición viniera fácil, no estaríamos llenos de gratitud, la cual es la única manera apropiada
del corazón humano hacia Dios y hacia sí mismo. Una vida saturada de oración encuentra
deleite en las cosas más mundanas, salud normal, ingresos, vida familiar, relaciones. Todas
estas cosas aparentan al corazón lo que realmente son, asombrosos regalos de la gracia.
Sin una vida saturada de oración, sin embargo, nuestros ojos están enceguecidos ante el
asombro de las cosas simples que tenemos de Dios.