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Fecha: 19/04/2022
El viaje de la abuela
Un par de abuelitos estaban muy tristes porque sus nietos Timi y Daniel habían retornado a
Europa en compañía de sus padres. Los días pasaban y ambos se observaban a cual cara más
triste, la abuela lloraba. El abuelo se compadeció de ella y le contó que tenía unos ahorros;
pero que no eran suficientes para que ambos viajaran y que en todo caso ella iría sola. La
abuela saltó de alegría y rápidamente el abuelo se arrepintió de lo que dijo, afirmando que
era peligroso que ella viajara porque nunca había hecho las cosas sola. Después de tanta
discusión llegaron a la conclusión de que el viaje sí se realizaba.
Gufi, el perro; Carolina, la tortuga; Lucía, la gallina y Claudio, el gallo habían estado oyendo
muy atentos la conversación de los abuelos, y enterados de que la abuela viajaba a ver a sus
nietos, se lamentaban. Ellos también querían ver a sus amiguitos; pero eso era algo imposible.
Desde aquél día empezaron a seguir a la abuela por toda la casa en fila india y a ésta se le
partía el corazón, sabía lo que querían.
La abuela preparaba su equipaje muy feliz y el abuelo salía a realizar todos los trámites que
se necesitan para viajar. Hasta que llegó el día de partir. La abuela observaba a los animalitos
y viendo los ojos de Gufi con mucha tristeza y le dijo: _ ¡No me pongas esa cara!
Llegó la tía Carmelina para recoger a la abuela y llevarla al aeropuerto. En el camino iba
dándole todas las recomendaciones necesarias para su viaje, ya que la tía tenía mucha
experiencia en viajes, porque su mayor ocupación era conocer diferentes países. El abuelo se
quedó en casa porque así lo habían acordado ya que las despedidas son muy tristes.
La abuela llevaba: su maleta, un bolso y una canasta. En el aeropuerto nadie le dijo nada
porque respetaban mucho su edad y ya se sabe que las abuelitas son muy curiosas en sus
equipajes. ¿Pero qué llevaba en la canasta?, nada menos que a Gufi, Carolina y Lucía.
Claudio se quedó porque era muy miedoso y además peleaba mucho con Lucía. Si estos
discutían en el avión, harían un alboroto y de hecho que la abuela sería descubierta con los
animales en la canasta.
Cuando Gufi llegó a la canasta muy asustado, Carolina muy molesta le recriminó lo sucedido
y le contó que Lucía había salido tras él y no había regresado. ¿Dónde estaría Lucía? Había
salido a poner su huevo, se sentía muy angustiada porque en la canasta no podía hacerlo por
la incomodidad. No encontró mejor lugar que dentro de la gorra del capitán de la nave que
estaba durmiendo.
Al bajar los pasajeros del avión, se pusieron en fila para pasar por las aduanas. La azafata
que no le quitaba la mirada de encima… En ese instante la abuela se sintió descubierta ya
que observó que la azafata hablaba con un guardia y le señalaba con el dedo.
El guardia la cogió del brazo, la sacó de la fila, le quitó el comprobante del equipaje e hizo
que revisaran su pasaporte y le pusieran todos los sellos. Cuando todo estuvo en orden sin
quitarle la mano del brazo, abrió la puerta y le dijo: _ ¡salga!
_ ¿A dónde? –preguntó la abuela. Estaba a punto de llorar y pensaba: todo por culpa de esa
azafata.
Cuando cruzó la puerta, observó una multitud ansiosa, esperando a los viajeros y escuchó las
voces de sus nietos que decían: _ ¡Abuela, abuelita! Lo que sucedió es que la azafata la
observó muy cansada y le pidió al guardia que a ella la atendieran primero ya que era una
persona de edad mayor.
Y fue así como la abuelita, llegó a Europa, donde estaban sus nietos y logró llevar a los
animales para la alegría de sus nietos.
Personajes:
Timi: Daniel:
Escenarios:
Jardín:
Aeropuerto:
Referencias bibliográficas: