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LA CASA DE BERNARDA ALBA

Federico García Lorca


Daniela Karen Valencia Martínez

Marco histórico

El comienzo de siglo XX está enclavado ya en la contemporaneidad, es decir, un


momento donde ya ha caído el Antiguo Régimen; el mundo conocido hasta el
momento se ha derrumbado y para colmo la base que lo sustentaba, Dios, ha
muerto (Nietzsche).

Motivo por el cual el ser humano se sume en una constante angustia e


incertidumbre por el futuro. Algo parecido caso pasa con el fin de la España
Imperial y el Desastre del 98 con las pérdidas de las últimas colonias. Comienza el
problema de España para los intelectuales

Los poetas del 27 tuvieron cierta suerte o desgracia de vivir y formarse en


dos décadas cruciales en la historia: los “felices años 20” y, después, los
“sombríos años 30”. Maduró en lo que se llama el período de entreguerras, en el
paréntesis de 1918 y 1939.

La producción literaria de García Lorca se sitúa en un momento breve pero


de mucha importancia en la historia de la literatura universal: la época de las
vanguardias. La Generación del 27 será la cristalización en España de esas
vanguardias.

Viznar y Granada estaban bajo el dominio franquista. Por ende, los cuatro
muertos que aparecieron en sus calles el 20 de agosto eran sospechosos de
apoyar a la república, es decir, al gobierno legal de España. Eran dos
banderilleros, un maestro de escuela y un escritor: Federico García Lorca.

García Lorca nació en Fuentevaqueros, Granada, España, el 5 de junio de 1898. Gozó de


una posición social muy acomodada y tuvo una infancia marcada por el paisaje rural
andaluz, el cual se refleja en la ambientación de sus obras.
Estudió Filosofía, Letras y Derecho en la Universidad de Granada, aunque, sólo llegó a
licenciarse en la segunda de éstas carreras.
Se desarrolló como escritor durante la aparición delas vanguardias europeas. Al
introducirse éstas a España, surge la Generación del 27, grupo al cual perteneció.
(SÁNCHEZ, 2014)
Lorca es, ante todo, poeta y dramaturgo. Escribió también prosa descriptiva y
lírica, conferencias, estudios, cartas, pero lo más importante y significativo de su
obra se concentra en la poesía y el teatro. En ambos géneros renovó de forma
radical, lo que provoco la creación nuevos rumbos a la literatura española.

“La casa de Bernarda Alba es producto de su poderosa personalidad, de su profunda


originalidad y de su constante afán de renovación. Para muchos críticos, en todo el teatro
de Lorca se re- pite un tema o situación dramática, bien sea en clave de comedia o de
tragedia: el conflicto entre la libertad individual y el poder. Si bien esa opinión puede ser
discutible (y es discutida) en otras obras del teatro lorquiano, no cabe duda de que es el
tema básico de La casa de Bernarda Alba.” (STOCKCERO, 2008)

Aunque la trayectoria inicial de Lorca es evidentemente de un poeta lírico y una


gran parte de su fama se debe a su poesía, no obstante, paralela al desarrollo de
la lírica.

Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba son discursos


literarios que definen a la perfección a un poeta dramático plenamente formado,
como es su autor.

La casa de Bernarda Alba fue la última obra dramática escrita por Federico
García Lorca. El autor acabó de escribirla en junio de 1936, tan sólo dos meses
antes de morir fusilado cerca de Granada.
Marco teórico

El universo poético de Lorca, presidido por la muerte, es trágico y violento. Las


pasiones se desencadenan con intensidad y le presentan al individuo un destino
fatal.

El universo lorquiano se define por un palpable sistematismo: la poesía, el drama, la prosa


se alimentan de obsesiones y claves estilísticas constantes. La variedad de forma nunca
atenta contra esa unidad de fondo. Un clasicismo de fondo, barroco, gongorino, nutre la
imaginería lorquina. En el centro de ese sistema expresivo alienta un poderoso código
simbólico, cuyos elementos dorsales son la luna, el agua, la sangre, el caballo, la hierba y
los metales, unidos al tema de la muerte y el destino trágico. (CIFO, 2012)

Y por otro lado García Lorca tenía un profundo conocimiento del teatro clásico,
desde la tragedia greco-latina, al teatro de Shakespeare, pero muy especialmente
del teatro clásico español del siglo de oro, sobre todo el de Lope de Vega y
Calderón.

La Generación del 27 fusionaba elementos innovadores con la tradición


literaria española; lo cual se conoce como ultraísmo. Admiraban a clásicos
españoles como Garcilaso, Lope de Vega y Luis de Góngora, amaron la tradición
popular y las composiciones musicales y poéticas folklóricas, como los romances.

Las influencias que reciben las tragedias lorquianas provienen en parte del
movimiento vanguardista y de la tradición griega. García Lorca se inspiró en
motivos, mitos y vivencias culturales, para después transcribirlos con originalidad
en sus creaciones. Muestra de ello, es su temática que enfoca en la mujer las
principales contradicciones y conflictos humanos.

Los críticos han rastreado la influencia de clásicos como El médico de su honra de


Calderón y por supuesto de la tragedia griega, junto a los dramas rurales de Jacinto
Benavente, coetáneo de Lorca. Pero es la originalidad creativa de Lorca la que le hace
superar y subsumir todas estas influencias para crear su propia personalidad como
dramaturgo. Por eso a pesar de todas las influencias clásicas y vanguardistas que se han
mencionado, el teatro de Lorca es un teatro original, ya que el autor granadino fue de los
pocos dramaturgos españoles conscientes de “la gran lucha renovadora”. (SÁNCHEZ,
2014)

García Lorca recibió influencias de su generación pero demostró originalidad,


porque combinaba elementos surrealistas en su obra, dando importancia a lo
onírico. La influencia surrealista se manifiesta en la creación de un teatro
simbólico.

Sus tragedias representan la fatalidad del destino de la mujer, sin embargo


no podemos calificarla como una experiencia totalmente negativa, porque revela
como las protagonistas asumen su destino. Su agonía y pesar culminan en un final
marcado por la muerte, que aparece como solución.

“En conclusión, al innovar la tradición literaria, García Lorca introdujo cambios


fundamentales, adaptando su conocimiento teatral de lo clásico griego y del teatro de Lope
al ambiente rural español en el que fue criado. Por ejemplo las protagonistas mujeres no
son dioses ni héroes, pero ocupan una posición social elevada en el ambiente que las
rodea. Sin embargo, conservó cuestiones relevantes como respetar la estructura, tener
cuatro personajes principales, coros, y conformar una trilogía.” (SÁNCHEZ, )

Así el triángulo amoroso tratado por Lope será recogido por Lorca, que le aportará
sus singulares características dramáticas, y otro tanto puede decirse de las
canciones populares tomadas como excusa para narrar un incidente cualquiera de
la obra.

Pero estábamos buscando las raíces del drama rural lorquiano, y antes hemos mencionado
a Benavente como posible fuente influenciadora del autor de Fuente Vaqueros, y
efectivamente Don Jacinto, verdadero "pater conscripti" de nuestro teatro pudo
proporcionar a Federico abundante material en lo que se refiere a dramas rurales.
(MEGÍAS, 1985)
Crítica general

La obra narra la situación de una familia, formada por una madre controladora y un
padre que acaba de morir. La situación de las hijas es incierta, porque debido al
control ejercido por su madre, no son libres de elegir estar con un hombre aún y
con la edad que tenían.

Educadas con las mismas ideas que a lo largo de su vida Bernarda ha


adquirido, transformando sus pensamientos hasta ejercer cierto poder sobre ellas,
obteniendo como consecuencia la muerte de Adela, la hija menor de veinte años.

En que en esta obra el autor abandona casi totalmente el verso, la música y la estructura
en cuadros de diferente textura literaria e imaginativa, para adoptar una prosa, aunque
estilizada, directa y concisa, y una forma que muchos consideraran como "clásica." Hay
aquí un cierto equívoco, pues, al parecer, Lorca se supera a sí mismo volviendo
simplemente a los modelos tradicionales del drama burgués. (RUBIO, 1980)

El drama de estas mujeres encerradas se concreta en la ausencia de amor en sus


vidas y en el temor a permanecer solteras.

La obra no refleja las desgracias de la vida de un pueblo, sino que ahonda en las
obsesiones y en la personalidad conflictiva de un grupo de mujeres, obligadas a vivir un
encierro sofocante. Se trata de un drama que versa sobre la realidad humana, pero vista
desde la poética lorquiana. (GALÁN, 1986)

La casa de Bernarda Alba plantea el enfrentamiento constante entre un modelo de


conducta autoritario y rígido, y otro abierto y progresista; manifestado en la actitud
de las hijas.

La oposición se plantea desde el comienzo de la obra: Bernarda intenta imponer sus


normas opresivas basándose en la autoridad que le concede su posición de «cabeza de
familia» -tras la muerte del marido-, mientras que tanto Mª Josefa como Adela intentan
rebelarse y hacer frente a su dominio. Magdalena, Amelia y Martirio- aceptan con
resignación la suerte que les ha correspondido, aunque es cierto que, Martirio parece
enfrentarse a su madre en alguna ocasión. (GALÁN, 1986)

Las criadas viven bajo el dominio y la autoridad de Bernarda, le temen, no se


atreven a enfrentarse con ella y se limitan a murmurar a sus espaldas.

El autoritarismo de Bernarda se manifiesta ya en su primera intervención,


está presente en las últimas palabras que pronuncia, y constituye una parte de su
actitud y de su carácter.

En síntesis, la opresión y el autoritarismo de Bernarda provoca dos


respuestas o consecuencias negativas en búsqueda de la libertad: la locura de
María Josefa y el suicidio de Adela.

Desde esta perspectiva, el conflicto más aparente de La casa de Bernarda Alba - la penuria
sexual de las hijas de Bernarda, el monstruoso carácter de esta, la rebeldía y el suicidio de
Adela - sería el síntoma de un conflicto más radical: el generado por fuerzas sociales y
económicas que crean sus propias formas de existencia, determinan sus específicos tipos
de alienación e imponen limitaciones a las conciencias. (RUBIO, 1980)

Análisis de los personajes

En La Casa de Bernarda Alba, destacan nueve personajes: Bernarda y sus cinco


hijas mujeres: Angustias, Magdalena, Martirio, Amelia y Adela, la abuela María
Josefa, la Poncia y Pepe el Romano.

En este drama participan dos clases de personajes, los visibles son los que
ocupan los espacios interiores, manifestándose verbal y los invisibles, que son
habitantes de los espacios exteriores.

Todos los personajes visibles son mujeres, entre ellas el personaje de


Bernarda adquiere las características de protagonista, pues ella con sus
actuaciones marca cambios dentro de la obra con mayor extensión que los otros
personajes.

Los diferentes personajes que se presentan en la obra, tienen


características propias que al unirse se complementan y forman la esencia de la
obra. Cada uno de los personajes representa una parte de la realidad que cada
una de las mujeres vivían en esa época.

Para Lorca el hombre es necesidad y a la vez libertad; mezcla explosiva de


esclavitud y señorío, es un esfuerzo continuo de liberación de sus esclavitudes y
violencias.

Los personajes lorquianos de estas tres obras dramáticas viene a plasmar esta trágica
realidad humana: necesidad y libertad. Históricamente estas dos palabras han estado en el
fondo de todas las filosofías, así el Idealismo ha definido al hombre como libertad absoluta,
autodominio, independencia. (Megias, 1985)

Los personajes lorquianos surgen en medio de un todo, el todo de la vida, de los


instintos, del ser. Como dice M. Levinás con "toda la experiencia patética de la
humanidad". Es decir, estos personajes se encuentran jugando un papel, pero en
un medio establecido: herencia, salud, familia, momento histórico, espacio
geográfico, ideas, creencias, condicionamiento económico, político, social.

Ante estas circunstancias los personajes adoptan dos actitudes: pasiva o


activa. Unos tienen características relacionadas con la pasividad, el conformismo,
la resignación ante algunas condiciones físicas y sociales que les impiden ser
felices lograr una meta. Pero otros adoptan actitudes activas, asumiendo los
valores de la libertad y de la rebeldía.

La frustración se hace presente cuando Bernarda es incapaz de ejercer


autoridad sobre sus hijas. El amor que Adela, Angustias y Martirio sienten por
Pepe el Romano llega a ser más fuerte que el respeto a su madre y a ellas
mismas.

García Lorca también liga las obras a través de dos aspectos conflictivos
que son parte de la vida de las protagonistas, como la rebeldía y la represión. Las
protagonistas son seres reprimidos por sus allegados y por la sociedad. Sin
embargo, siempre hay un hecho o sentimientos que las impulsan a liberarse.

El comportamiento femenino basado en la honra y en la decencia aparente, implica una


sumisión a las normas sociales y convencionales, que discriminan a la mujer en beneficio
del hombre. Desde el principio, Bernarda impone a sus hijas, un determinado
comportamiento que corresponde, de una parte, a su condición de mujeres, y, de otra, a su
nivel económico acomodado. (RUBIO, 1980)

García Lorca intentaba expresar que las mujeres eran conscientes de su destino,
ya que éste estaba marcado por su género. Las consecuencias no importaban
pues nunca las favorecían así hubiesen actuado bien. Esos eran los rígidos
principios establecidos por la sociedad.

En La casa de Bernarda Alba, el machismo era tan fuerte, que la idea de no


tener un hombre dirigiendo su hogar aterraba a Bernarda, ya que el hombre era la
figura dominante. Por este motivo, la protagonista encarna en la obra la figura
paterna y es más cruel cuando ejerce su autoridad.

La protagonista de la obra La Casa de Bernarda Alba, que se presenta en el


drama, encarna el personaje de una mujer de sesenta años, viuda, madre de cinco
mujeres, y que manifiesta ser una mujer con una recia personalidad, razón por la
cual se le atribuyen las características de ser símbolo de la tiranía, frialdad,
crueldad y autoritarismo, conforme la van describiendo la Poncia y la Criada desde
las primeras escenas.

Bernarda vivía encerrada en una sala oscura que simboliza su falta de


libertad. Una sala oscura es un espacio limitado, como el mundo en el que la
mujer vivía. Los espacios cerrados hacen referencia a la posición de la mujer,
pues nunca sobresalían, vivían a la sombra de los varones.

Esta actitud se comprueba cuando, al terminar la obra, Bernarda descubre el cadáver de


su hija menor, Adela, que se ha suicidado. En ésta última escena del drama, podemos
comprobar lo determinada y comprometida que se encuentra Bernarda Alba con las
tradiciones de su universo español, por la forma en que es capaz de llevar hasta sus
últimas consecuencias la defensa de esa moral opresiva, imponiendo el silencio y la
muerte que eran las enmiendas del honor, a la manera como lo entendían en el siglo XVIII
los pueblos españoles fanáticos de la tradición (ROSALES, 2004)

Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela son las cinco hijas mujeres de
Bernarda Alba, quienes influenciadas por las ideas de su madre y de acuerdo a lo
establecido por la sociedad española en ésa época, siguen vírgenes pero también
angustiadas por no tener un hombre, anhelando un amor que se les niega y que
desconocen pero que desean con todas sus fuerzas.
Adela, la menor de las cinco hermanas, ignoraba la boda entre su hermana
Angustias y Pepe el Romano. Al enterarse de dicho acontecimiento, la alegría en
ella se desvanece poco a poco y la confusión perturba su mente al no
comprender cómo fue capaz Pepe de comprometerse con Angustias, siendo ella
su novia. Y así es como ella se muestra dispuesta a todo antes de perder el amor
de su amado, el único hombre que ha tenido y quien la ha hecho feliz.

Por otra parte Martirio también está enamorada de Pepe el Romano, pero
ella roba un retrato de él a Angustias, ya que ésa es la única forma en la que ella
lo puede tener por lo menos una vez. Cuando la descubren les hace creer que
todo fue parte de una broma.

Al inicio de la obra aparece la escena de la servidumbre, donde la Criada


limpia la casa con motivo del funeral del marido de Bernarda. A su lado se
encuentra Poncia el ama de llaves o criada principal, encargada de que todo se
realice conforme a las órdenes de Bernarda.

Se representa claramente la clase doméstica comisionada para realizar todo el trabajo


extenuante, hacer silencio y a inclinar la cabeza cuantas veces sea necesario ante la
tiranía de Bernarda. Todo, a cambio de un sueldo miserable y, por si esto fuera poco,
tratadas con discriminación. Otro motivo más que llena sus almas de resentimiento, odio y
rencores hacia sus patrones. La Poncia con sus advertencias quiere prevenir a Bernarda
del peligro de una desgracia en la familia, debido a su extrema disciplina que tiene sobre
sus hijas, pero Bernarda, orgullosa de su autoridad, es incapaz de escuchar algún consejo
que provenga de una criada. (ROSALES, 2004)

A pesar de que el problema planteado en la obra gira en torno a Pepe el Romano,


él nunca se manifiesta físicamente y tampoco verbalmente. El reúne todas las
características del hombre que las mujeres buscan, sin en cambio, él sólo se iba a
casar con Angustias por su dinero.

Angustias es odiada y envidiada por el resto de sus hermanas. Y, por su


parte, ella también las odia. El odio, la envidia, los celos, llevan a Martirio a acusar,
finalmente, a su hermana Adela.

Las mujeres viven encerradas en un mundo donde los deseos de amar y de


ser libres, y la imposibilidad de alcanzarlos, impulsan a las hijas de Bernarda a
alimentar fuertes sentimientos de odio y de envidia. También la desigualdad y la
injusticia social provocan el odio de las criadas hacia Bernarda. Y su rigidez y
orgullo clasista e hipócrita le atraen el odio de las mujeres del pueblo.

Entre las cinco hijas de Bernarda, solo Adela es la única que decide no
aceptar la ley impuesta por su madre, enfrentándose a ella, es una lucha entre la
fuerza de la vida y la fuerza de los prejuicios. Adela quebranta ese autoritarismo
cuando libera esa pasión, entregándose al amor del hombre que quiere y que la
llena de fuerzas para defenderlo y enfrentarse a cualquiera con tal de no perder a
Pepe. Pero Martirio, que sabe y ha observado todo, no duda en descubrirla ante
Bernarda, para que Adela no logre sus propósitos.

Las actitud de Martirio reflejan a una mujer que no tiene corazón, que es
cruel y que carece de todo sentimiento, todo su odio y su ira lo manifiesta a todo
aquel que lo consideren su enemigo, hasta el punto de ver a Adela como rival y no
como hermana, lo cual lo demuestra hasta en el último momento al no sentir
ningún dolor en presencia de la muerte de su hermana Adela.

Prudencia es un personaje que aparece solamente una vez, en el tercer


acto, representando a una amiga que se encuentra de visita en la casa de
Bernarda. A pesar de que su participación en la obra es muy rápida, destaca las
funciones que la sociedad le impone a toda mujer dentro del hogar, siendo la
esposa abnegada, sacrificada, obedeciendo siempre, aunque esto le provoque
sufrimiento y tristeza, encontrando alivio únicamente en la iglesia.

Enrique Humanes era el pretendiente de Martirio, pero al enterarse


Bernarda de la cita de su hija con él la impide, por motivo de que Humanes es
descendiente de un peón, sin importarle que esta acción destruyera la felicidad de
su hija.

Paca la Roseta es una mujer que sin importarle que es casada se entrega a
los hombres sin manifestar alguna resistencia, porque disfruta de los hechos
dejándose llevar por los instintos.

La mujer vestida de lentejuelas representa a prostituta ambulante que,


aprovechando la época en que los segadores llegan a cortar la cosecha al pueblo,
llega a ofrecer sus servicios a todos los mozos.

La hija de la Librada encarna es una mujer soltera que oculta su embarazo


y que al darla luz, decide darle muerte a su hijo por el temor de afrontar una
deshonra ante su familia. Esta acción genera en el pueblo un revuelo, que como
consecuencia provoca violencia entre los pobladores hasta el punto de darle
muerte a la madre asesina.

Los segadores son personajes que se manifiestan musicalmente en el


segundo acto, es un grupo de hombres que, cuando pasan por las calles van
cantando. Las voces y cantos de los segadores incitan a estas cinco mujeres a
que corran a las ventanas para poderlos ver. Ellos son símbolo de lo que no
poseen y más quieren.
Consideraciones finales

Parece ser que La casa de Bernarda Alba estaría inspirada en algunos hechos
reales. Así lo confesó el propio García Lorca a Carlos Morla Lynch, con las
siguientes palabras:

“Hay, no muy distante de Granada, una aldehuela en la que mis padres eran dueños de
una propiedad pequeña: Valderrubio. En la casa vecina y colindante a la nuestra vivía
“doña Bernarda”, una viuda de muchos años que ejercía una inexorable y tiránica vigilancia
sobre sus hijas solteras. Prisioneras privadas de todo albedrío, jamás hablé con ellas; pero
las veía pasar como sombras, siempre silenciosas y siempre de negro vestidas. Ahora bien
-prosigue-: había en el confín del patio un pozo medianero, sin agua, y a él descendía para
espiar a esa familia extraña cuyas actividades enigmáticas me intrigaban. Y puede
observarla. Era un infierno mudo y frío en ese sol africano, sepultura de gente viva bajo la
férula inflexible de cancerbero oscuro. Y así nació -termina diciendo- La casa de Bernarda
Alba, en que las secuestradas son andaluzas, pero que, como tú dices, tienen quizá un
colorido de tierras ocres más de acuerdo con las mujeres de Castilla .”

Además, el personaje de Pepe el Romano parece estar inspirado en la persona de


Pepe de la Romilla, novio de una de las hijas de esa vecina de la familia García
Lorca.

Conclusión

La obra de La casa de Bernarda Alba es una obra dramática que representa la


vida rural andaluza, escrita en la época cuando García Lorca era un poeta y
dramaturgo maduro, pero desgraciadamente cuando le arrebatan la vida
defendiendo sus ideales en la Guerra Civil Española.

La realidad y la poesía se mezclan en ésta obra, porque tomando como


base las experiencias que García Lorca vivió durante toda su vida, y la más
significativa la de Granada que fue probablemente la que desencadeno todo, para
escribir la obra.
Se muestra el enfrentamiento entre la moral autoritaria y rígida
representada por Bernarda y el deseo de libertad que anhelaban Adela y María
Josefa, madre de Bernarda. En la búsqueda de un hombre lleva a que entre las
hermanas exista el sentimiento de odio y envidia hacia Angustias quien se casará
con Pepe el Romano.
De igual forma se manifiesta la marginación de la mujer impuesta por las
costumbres de la sociedad, impidiendo la desigualdad social y la sumisión
resignada de las hijas. La hipocresía es otro tema recurrente en la obra, el temor a
la murmuración, la ausencia de amor y a siempre estar sin un hombre a su lado.

Considera que Lorca quiso mostrar una realidad determinada a través de


unas vidas frustradas, llenas de odio, de envidia, de miedo y sumidas en la
represión y como consecuencias consumidas por la muerte. Tal vez García Lorca
pretendió profundizar en los problemas individuales y sociales de las personas de
la época.

Anexos

Final de La casa de Bernarda Alba en el manuscrito autógrafo de García Lorca


Acto primero de La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
Primera parte de La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca en
manuscrito.
Bibliografía

Sánchez A. B., (2014). Las tragedias lorquianas y sus denuncias simbólicas a


través de los personajes femeninos. Perú: Colegio Hiram Bingham.

Cifo G. M. (2012). Realidad y poesía en La Casa de Bernarda Alba. España:


Universidad de Murcia.

Stockcero. (2008). La Casa de Bernarda Alba. Estados Unidos de América:


Stockcero, Inc.

Rubio I. (1980). Notas sobre el realismo de La casa de Bernarda Alba, de García


Lorca. : Revista Canadiense de Estudios Hispánicos.

Rosales V. R. M. (2006). El triunfo trágico del poder irracional, tema central de la


obra La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca. Guatemala

Megías A. J. (1985). Una lectura de la trilogía rural de Federico García Lorca.


Granada: Copisteria La Gioconda.

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