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Desde una perspectiva médico social, desagregada por sus dos objetos de estudio y en base a una revi-
sión bibliográfica de la investigación científica producida en los últimos años, se analizan los
principa-les problemas de salud que enfrentan las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero,
travestis y transexuales (LGBT) de la tercera edad. Los hallazgos se muestran, por un lado, en términos
de la distribución diferenciada del proceso salud-enfermedad y por otro, de la respuesta social. Los
resultados se interpretan relacionándolos con los principales elementos de estructuración de la
sociedad de mercado y las concepciones del cuerpo que se observan en el capitalismo. Las
desigualdades en salud entre la población general y las personas LGBT parecen intensificarse en la
vejez, tanto en materia de riesgos y daños, como en las formas de enfrentar las enfermedades que se
presentan. Es posible plantear un efecto sinérgico entre la vejez y la orientación sexual como
determinantes que profundizan estas brechas. Es necesario profundizar en las condiciones de salud
de este grupo social con un enfoque que contemple el entrecruzamiento con otras categorías de
investigación y análisis, como la clase social, la etnicidad y el género.
aBstract
From a social medical perspective, disaggregated by its two objects of study and based on a bibliogra-
phic review of scientific research produced in recent years, the main health problems faced by lesbian,
gay, bisexual, transgender, transvestite and transsexuals (LGBT) people of the third age, are analyzed.
The findings are shown, on the one hand, in terms of the differentiated distribution of the health-disea-
se process and, on the other, of the social response. The results are interpreted by relating them to the
main structuring elements of the market society and the conceptions of the body that are observed in
capitalism. Inequalities in health between the general population and LGBT people seem to intensify in
old age, both in terms of risks and damages, and in the ways of dealing with the diseases that occur, it is
possible to propose a synergistic effect between old age and sexual orientation as determinants that dee-
pen these gaps. It is necessary to delve into the health conditions of this social group with an approach
that contemplates the intersection with other categories of research and analysis, such as social class,
ethnicity and gender.
Introducción
sición que ocupa en relación a la totalidad social. así como, de qué manera enfrentan sus problemá-
El sitio de la población LGBT ha estado históri- ticas de salud.
camente delimitado por el rechazo social que se
materializa en procesos de exclusión social y es- Desde una perspectiva crítica, no hay que dar por
tigmatización que la colocan en la marginalidad. sentada la existencia de un orden social como
Es en este espacio donde LGBT reproducen su resultado de una evolución “natural”, sino cues-
vida cotidiana enfrentando prácticas discrimina- tionar en qué principios estructurantes se basa y
torias y violencia que determinan su perfil pato- qué mecanismos despliega para que los indivi-
lógico. En ese sentido, resulta relevante analizar duos sean asimilados. La noción de totalidad de
las condiciones de salud que muestra este grupo. una sociedad es resultado de la confrontación de
los grupos a su interior, sean éstos pensados como
El abordaje clases, etnias o géneros, y en términos subjeti-
vos, estas condiciones se convierten en referen-
La Medicina Social es un campo del conocimien- tes identitarios o de adscripción social que otor-
to científico que profundiza en los procesos socia- gan el sentido de pertenencia a ese todo social.
les que determinan las condiciones de salud de los Entre ellos, la sexualidad constituye uno de los
grupos humanos. Entre sus planteamientos teó- más relevantes por asumirse a la sociedad como
ricos fundamentales, se encuentra que tanto los “naturalmente” heterosexual. Los sujetos de una
perfiles de morbimortalidad como la atención en sociedad se consideran parte de un todo porque
salud que muestra la sociedad están determinados comparten un conjunto de significados y prácticas
socialmente, es decir, dependen del momento his- sobre el sexo y el deseo. Pero esta adscripción y
tórico y de la composición que caracteriza a una sentido de pertenencia, son producto de una nor-
sociedad en particular. En ese sentido, las causas matividad histórica respecto del sexo que implica
de enfermedad y muerte, así como sus riesgos procesos de inclusión y exclusión que redefinen
asociados, se distribuyen de forma particular en así la posición que los individuos ocupamos en la
los distintos sectores de la población de acuerdo sociedad. Dicha normatividad y su observación,
a sus condiciones de vida, de igual manera, son configuran una noción de “orden social” que se
éstas las que determinan los saberes y prácticas impone como “natural”. Esto explicaría la loca-
que cada grupo social desarrolla para atender sus lización marginal que la sociedad designa a las
enfermedades. denominadas minorías sexuales.
turan oposiciones binarias valorizadas tales como buyó alguna causalidad orgánica. LGBT fueron
lo normal y lo patológico, la salud y la enferme- sometidos a prácticas clínicas con las que bus-
dad, lo sano y lo insano, la heterosexualidad y la caron corregir su conducta “desviada”, cuando
homosexualidad, estas dicotomías se disponen en el fondo, significaba más bien, la imposición,
(o se imponen) a los individuos en socialización por medio de tales intervenciones, de la heterose-
como categorías de adscripción identitaria, al xualidad como norma sanitaria, proliferando así
apropiarse de un referente categorizado, el indi- terapias de conversión, tratamientos hormonales,
viduo, adquiere también el valor que la sociedad terapias psicológicas y otras prácticas que además
le atribuye. Se trata pues, de la personificación de mostrar su inutilidad, violentaron la dignidad
del significado, el heterosexual se asume como de las personas.
“sano” y el homosexual como “enfermo”.
Como modalidad de imposición de la norma hete-
Por su asociación con la posibilidad de la repro- rosexual, la patologización de la homosexualidad
ducción biológica y en una modalidad biopolíti- no transcurrió sin tensiones ni resistencias. Desde
ca de ejercicio del poder e implementación de la finales de la década de los sesentas del siglo pa-
normatividad para “producir” la vida (Foucault, sado surgieron en Occidente, movimientos de rei-
2000), la heterosexualidad ha sido impuesta como vindicación de la diferencia (Martinello, 1998),
equivalente a la normalidad sexual y en ese sen- entre ellos los de la diferencia sexual (Bourdieu,
tido, asociada también a la salud, a “lo sano”; al 2000) que denunciaron la imposición de una mo-
mismo tiempo, las otras orientaciones del deseo ral sexual conservadora y represiva que estigma-
fueron reconstruidas como anormales, como pa- tizaba a diversos sectores de la sociedad. Pese a
tológicas y por tanto punibles o pertenecientes al la sistemática intención de erradicar la diversidad
ámbito de la “necesaria” intervención social para sexual, LGBT resisten, sobreviven y hoy en día,
su “corrección” (Granados, 2006). Sobre este buscan incidir en la transformación social. Entre
principio se estructuró el esquema heterosexual, sus estrategias de lucha, los grupos organizados
por cuya hegemonía se instauró como modo de postularon la visibilidad como herramienta políti-
percepción de todo lo existente, como principio ca lo cual implicaba reconocerse no heterosexual,
clasificador de todos los elementos de la reali- reivindicarse desde la marginalidad y declarar
dad (Wittig, 2005), desarrollándose ulteriormente abiertamente la identidad sexual, proceso que
teorizaciones, conceptualizaciones y dispositivos desde su vertiente anglosajona se denominó “salir
de intervención clínica con que se patologizaron del clóset”. En México, los activistas de los años
las identidades sexogenéricas no heterosexuales. setentas y principios de los ochentas ahora ya cur-
En este proceso, la salud pública y la medicina san la tercera edad e implica un sector doblemen-
científica jugaron un papel histórico fundamental te vulnerable (Lizárraga, 2011). De esta manera,
(Granados, 2014). aunque la diversidad sexual ha acompañado a la
humanidad en su historia, es hasta el último tercio
Durante muchos años la homosexualidad, la bi- del siglo pasado que podían reconocerse más cla-
sexualidad y la transexualidad, el transgenerismo ramente a sujetos y grupos que no se adscribían
y el travestismo fueron considerados trastornos a la heterosexualidad ni a la dicotomía del géne-
mentales e incluso en algún momento se les atri- ro. Se conformó entonces ya, una generación de
LGBT que comenzó a vivir fuera del clóset y que vistas y pueden ser calificadas como holgazane-
ahora es mayor de 60 años. ría, apatía o conformismo. De esta forma, el cuer-
po en la juventud y la adultez temprana y media,
es bien valorado por las sociedades de consumo,
Perfil de salud-enfermedad-atención2 mientras que el cuerpo de los viejos, afectado por
el desgaste, que ha visto disminuidas sus capaci-
La forma en que un grupo social reproduce su dades físicas y en muchos casos, psíquicas, para
vida en el contexto de reproducción de la socie- la producción, pierde valor y en ese sentido, el
dad en que está inserto, incluye en su dimensión cuerpo del adulto mayor es incluso, valorado ne-
de salud, el conjunto de riesgos y principales cau- gativamente. En otros contextos, se valoraba la
sas de morbimortalidad, así como los recursos sabiduría de la vejez, pero a partir del desarrollo
con que cuenta para restablecerse de las enfer- de la revolución industrial cobra mayor importan-
medades. Todo esto depende de la generación de cia la productividad (Luis y Aguilera, 2019).
condiciones de vida que son producto de procesos
económicos, políticos y culturales o ideológicos. Por otro lado, el de las personas LGBT, es un cuer-
Como colectivo, las personas mayores LGBT son po depositario de la estigmatización por no obser-
un sector de la población que se encuentra deli- var la normatividad heterosexual, por no partici-
mitado por múltiples significados y prácticas que par de la reproducción biológica, por no producir
la sociedad les destina y en los que predomina el otros cuerpos3 y con ello, dejar de participar en la
rechazo social a su sexualidad. En este trabajo producción de mercancías cuando se llega a la ve-
nos interesa destacar dos rasgos que determinan jez, puede incrementar los daños a la salud o por
el modo de enfermar y morir en este grupo: uno lo menos definir cierta especificidad.
se relaciona con la noción que el modo de produc-
ción capitalista ha construido e impuesto sobre Aunque el envejecimiento es una etapa de la vida
los atributos del cuerpo, concibiéndolo como un en que las personas se preocupan por cursarlo en
instrumento de producción para consumo indivi- las mejores condiciones y contar con los recursos
dual y en ese sentido, se valoran positivamente necesarios para enfrentar los problemas de salud
de él, sus capacidades para generar mercancías y que se presenten a causa del curso natural del ci-
consumirlas. En sociedades occidentales, el ocio, clo de la vida, pero sobre todo, a causa del des-
el descanso, el desinterés por acumular bienes o gaste, en el caso de los adultos mayores LGBT,
dinero que pueden mostrar otras culturas, son mal la preocupación y el miedo pueden ser mayores,
ante la expectativa de que el rechazo social a su
2 Desde el último tercio del siglo pasado, la noción dicotómica de salud
por un lado y la enfermedad como su opuesto, han quedado en desuso de-
orientación sexual incremente sus problemáticas
bido al reconocimiento del carácter dialéctico y procesual que asumen los en salud. A continuación analizamos la situación
procesos vitales en los organismos vivos que se encuentran en permanente
adaptación a su medio social, hablamos entonces de proceso salud-enfer- en salud que según la investigación científica ac-
medad como una entidad unitaria y compleja (Laurell, 1982). Aportes ul-
teriores agregaron a esta denominación el término “atención” (Menéndez,
1994), para dar cuenta de la dinámica entre las acciones (saberes y prácti- 3 Con sus prácticas sexuales, LGBT no producen nuevos cuerpos por la
cas) que los sujetos y los grupos ejecutan para evitar o resolver los daños vía de la reproducción biológica, pero al asumir el cuidado de otros con la
al bienestar, considerando a esta tríada un todo indisoluble. En esa pers- adopción homoparental por ejemplo (que ha sido una de las concesiones
pectiva es que hablamos de perfil de salud-enfermedad-atención, aunque que poco a poco han ido otorgando los Estados modernos al denominado
con fines didácticos, para su mejor comprensión y en correspondencia con movimiento LGBT), participan en la generación de las capacidades pro-
los objetos de estudio de la Medicina Social, separamos salud-enfermedad ductivas y de consumo de otros individuos no producidos en el arreglo
de la respuesta social. familiar.
tual documenta sobre esta población, los resulta- debido a que aumenta el aislamiento y esto se
dos se muestran en función de los dos objetos de combina con el rechazo a la sexualidad, este fenó-
estudio del campo médico social. meno se ha documentado más entre hombres ho-
mosexuales y bisexuales (de Vries et. al., 2019).
a) Distribución diferenciada de la salud y la El síntoma clave de los trastornos de la ansiedad
enfermedad es el miedo, en el caso de los adultos mayores
LGBT, éste se ha asociado al temor al aislamiento
Existen desigualdades en salud en el grupo LGBT social, a perder la independencia y autosuficien-
en comparación con la población general de adul- cia, a perder la capacidad de tomar decisiones, a
tos mayores (Emlet, 2016), se ha documentado que el estigma por su orientación sexual se re-
que la calidad de vida asociada con la salud es fuerce y a encontrarse en situaciones sociales o
menor si se ha experimentado discriminación entornos físicos inseguros (Kortes-Miller, Boulé,
(Fredriksen-Goldsen et. al., 2015). Por otra parte, Wilson y Stinchombe, 2018). La afirmación de
las personas LGBT que muestran libremente su la identidad LGBT en la vejez estuvo asociada a
identidad sexual tuvieron mejores indicadores de mayor salud mental; a su vez, mejores niveles de
salud mental y física, así como de calidad de vida salud mental se asociaron con prácticas más salu-
que quienes no asumen o muestran su identidad dables y en consecuencia mejor salud física (Fre-
(Fredriksen et. al., 2017), estos hallazgos deben driksen et. al., 2017), con estos últimos hallazgos
considerar además que los contextos hostiles a insistimos en la importancia de las posibilidades
la diversidad sexual impiden que las personas no de expresar abiertamente la identidad sexogené-
heterosexuales asuman su identidad por percibir- rica, lo cual depende obviamente, del contexto
se amenazados. social.
en los servicios médicos, así como la incompren- ingresos), determina la calidad de vida relaciona-
sión de las necesidades específicas, son algunos da con salud, tanto física como mental (Fredri-
de los principales problemas que enfrentan los ksen-Goldsen et. al., 2015). Se ha encontrado un
viejos LGBT (Westwood et. al., 2019). vínculo importante entre la extensión y calidad de
las redes sociales con la salud mental, las perso-
La discriminación determina el tipo de servicios nas LGBT con redes restringidas han mostrado
y apoyos que las personas LGBT tendrán dispo- peores indicadores en este rubro (Stinchcombe,
nibles en su vejez. Se ha documentado que los Smallbone, Wilson y Kortes-Miller, 2017). El
servicios médicos y sociales carecen de conoci- mayor tamaño de la red social de apoyo se rela-
miento y capacitación sobre la situación en que ciona con menores impactos de la discriminación
viven las personas LGBT ya que muestran actitu- y el estrés al operar como amortiguadores de sus
des negativas respecto de las relaciones entre per- efectos deletéreos; sin embargo el mejor efecto
sonas del mismo sexo. Esta situación provoca que resulta cuando las redes están integradas también
el temor a la discriminación de los prestadores de por personas LGBT (Leahy y Chopik, 2020), lo
los servicios obstaculice su acceso y que las per- cual supone una mayor comprensión de sus nece-
sonas LGBT desarrollen estrategias para solven- sidades en esta etapa de la vida.
tar posibles deficiencias (Cáceres, Travers, Pri-
miano, Luscombe y Dorsen, 2020), como podrían La visibilidad de las personas LGBT también jue-
ser: postergar la atención médica, no asistir, pagar ga, como en el caso de los daños a la salud, un
servicios privados teniendo derecho a los públi- papel importante en los recursos sociales con que
cos, ocultar sus padecimientos a sus familiares o cuentan para enfrentar sus problemas de salud. Se
no brindar a médicos y enfermeras toda la infor- ha observado que los que expresan libremente su
mación necesaria acerca de su historial clínico. identidad, cuentan con mayores recursos con ven-
tajas sociales y económicas (Fredriksen-Goldsen
Algunos estudios han enfatizado el papel de los et. al., 2017). Estar fuera del clóset se asoció con
trabajadores de la salud, ya que observan una re- mayor soporte social y por el contrario, la mar-
lación entre el conocimiento de las necesidades ginación con menos recursos sociales (Fredri-
específicas de la población LGBT con experien- ksen-Goldsen et. al., 2017), fenómeno que reafir-
cias positivas de estas personas cuando solicita- ma el papel fundamental del contexto social para
ron un servicio, donde la aceptación fue la actitud la posibilidad de expresar abiertamente la orien-
más relacionada (Kim, Jen, Fredriksen-Goldsen, tación sexual.
2017). Otro estudio indicó que el mayor proble-
ma dentro de la atención médica, era un servicio En cuanto a las intersecciones, se ha encontrado
culturalmente insensible (Rowan y Beyer, 2017). que las lesbianas adultas mayores enfrentan el en-
trecruzamiento de tres referentes de discrimina-
Por otra parte, las redes sociales de apoyo pro- ción: el sexismo (por ser mujeres), el heterosexis-
porcionan un vehículo para los recursos sociales mo (por ser lesbianas) y la edad (por ser viejas);
que pueden ser beneficiosos para el bienestar en algunos estudios muestran importantes niveles de
el envejecimiento (Erosheva, Kim, Emlet y Fre- aislamiento de las redes sociales de apoyo en ellas
driksen-Goldsen, 2016). El soporte social (eva- (Butler, 2018).
luado en términos de redes sociales, trabajo e
dimensión macrosocial, desvanece la esencia de Por otra parte, el envejecimiento como proceso en
constructo social de la heterosexualidad y consi- el cual el cuerpo humano pierde las capacidades
gue se le perciba como el arreglo “natural” al pa- y habilidades que exige la obsesión extractivista,
sar, junto con los bienes materiales y simbólicos, productivista y consumista del capitalismo, deter-
de una generación a otra. minan que la vejez sea significada no como una
fase del ciclo vital sino que la enfatiza como la
El modo de vida basado en el patriarcado, con sus pérdida de su propiedad productiva. Mientras que
rasgos androcéntrico y heteronormativo (Ferro, en otras tradiciones culturales los viejos pueden
1996), es la estructura ideológica fundamental en ser considerados entes de sabiduría y autoridad,
que se sostiene la sociedad de mercado y que en en las sociedades de mercado se facilita una no-
su maquinaria, produce necesariamente desigual- ción que los concibe como una carga tanto para la
dades al constituir grupos humanos posicionados familia como para la sociedad por los costos que
de manera diferencial dentro del todo social: las puede implicar su cuidado, de tal manera que con
clases trabajadoras sin más recurso para su sobre- frecuencia son objeto de indiferencia, abandono
vivencia que la venta de su fuerza de trabajo, las o infantilización de sus necesidades y decisiones,
personas que no adoptan el modo de vida funcio- e incluso, de violencia física y patrimonial, y sus
nal o quienes no asumen la identidad sexogené- enfermedades pueden ser consideradas “propias”
rica impuesta, reproducen sus vidas en espacios de la edad y por tanto, desatendidas o minimiza-
simbólicos y materiales de mayor desventaja4. das. Seguramente, estas condiciones adquieren
Estas brechas, también se expresan en la enfer- intensidades distintas si se trata de varones o mu-
medad y la muerte. jeres y por supuesto, dependen de la clase social.
La producción científica analizada, muestra que A la valoración social del cuerpo habría que agre-
la discriminación es una práctica constante re- gar las particularidades que adquiere entre la po-
latada por las personas LGBT, otros análisis la blación LGBT, particularmente entre hombres
derivan como consecuencia del rechazo social a gays, en los que se habla de un “envejecimiento
las identidades sexogenéricas no heterosexuales prematuro” que ocurre después de los cincuenta
y no binarias, pero profundizan en que éste es una años de edad (Alonso y Mayor, 2020), al cuerpo
construcción social derivada del sistema sexogé- se le presta mayor atención en su dimensión física
nero que resulta funcional e idóneo al modo de (García, 2015) y en su etapa de juventud (Luis y
producción capitalista. Aguilera, 2019) por su relación con los estánda-
res de belleza masculina predominantes; adicio-
nalmente, el posmodernismo impone una cultura
de la inmediatez y lo efímero en todos los ámbi-
4 En este planteamiento no hay que dejar de considerar dos posibilidades,
la de la resistencia y la de la asimilación. En su naturaleza contradictoria tos de la vida, encontrando en la sociabilidad gay
con el sistema social, los modos alternos de vivir, se resisten a la domi- un espacio para su difusión y reproducción, ahí
nación y conservan sus tradiciones, reivindican su diferencia y no sin di-
ficultades, contribuyen a la transformación social. Y por otro lado, existe donde los ancianos homosexuales no encuentran
el riesgo permanente de la asimilación, en su maquinaria, el capitalismo lugar (Lizárraga, 2011) o no encajan, por lo que la
tiene la capacidad de fagocitar grupos e individuos y adaptarlos de manera
gradual o radical, a su modo de vida. Con frecuencia, cuando un indivi- vejez puede resultar más complicada, producien-
duo o grupo reclama para sí un derecho reconocido por el sistema a otro
grupo, en el fondo, está adoptando su modo de vida, desnaturalizándose
do discriminación múltiple, interseccional (Luis
a sí mismo.
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