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Rev.

Ciencias Sociales 149: 11-22 / 2015 (III)


ISSN: 0482-5276

LAS ACTITUDES ANTE LA MUERTE: TESTIMONIOS EN LA


LITERATURA TESTIMONIAL DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

THE ATTITUDES IN FRONT OF THE DEAD: TESTIMONIES IN THE


NOMINAL LITERATURE OF THE FIRST WORLD WAR

José Rodrigo Rodríguez López*

Esto es un ataúd, un ataúd móvil.


Nos quieren muertos o viviendo en sus mentiras.

James Jones. La delgada línea roja.

RESUMEN

Este texto analiza las actitudes ante la muerte en la literatura testimonial de la Primera
Guerra Mundial. La finalidad de esto es mostrar de qué manera la muerte como paso a la
eternidad, significó dar la vida en aras de una buena causa, por lo que se consideraba una
voluntad nacional, con la cual se alcanzaba el recuerdo indeleble de sus compatriotas y el
bien morir.

PALABRAS CLAVE: MUERTE * GUERRA * ACTITUDES * LITERATURA * TESTIMONIO

ABSTRACT

This text analyzes the attitudes before in front of the death in the nominal literature of the
First World War. The purpose of this work is to show in which way the death like step to the
eternity, meant to give the life in altars of a good reason, in the same way it was considered
to be a national cause that will to reach the indelible memory of his compatriots and died
by love of his owns convictions.

KEYWORDS: DEATH * WAR * ATTITUDES * LITERATURE * TESTIMONY

* Coordinación de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, México.
chino_bass_1@hotmail.com
12 José Rodrigo Rodríguez López

INTRODUCCIÓN desmoronamiento de la monarquía dual austro-


húngara, el del vasto imperio Otomano y el del
El objetivo de este texto es analizar las inmenso imperio ruso de los Romanoff. Las
actitudes ante la muerte en la literatura testi- fuerzas del nacionalismo y del liberalismo que
monial de la Primera Guerra Mundial1, para lo se habían extendido por todo el mundo desde la
cual se ha dividido en dos apartados principa- segunda mitad del siglo xix, apenas empezaban
les. En el primero se realiza un breve estado de a mostrar su influencia en estos conglomera-
la cuestión con el objetivo de delimitar teórica dos, pues la legitimidad fundamental de dichos
y metodológicamente esta contribución. El Estados dinásticos carecía de nacionalidad y de
segundo apartado justifica el corpus literario integración multinacional y multiétnica.
elegido, examina las actitudes, los discursos y A pesar de que guerras como la ruso-ja-
los ritos antes de la muerte concebidos desde ponesa en 1905 o la guerra ítalo-turca en 1912,
la perspectiva de este texto, como una creencia habían captado la atención del mundo, no ha-
generalizada entre los miembros de los ejércitos bían pasado de ser conflictos focalizados; solo
enfrentados, lo cual se basó en el inevitable el levantamiento bóxer en China a principios
sacrificio que tuvieron que aportar para cubrir del siglo xx había suscitado cierta parte de la
el inmenso costo de la paz, que constituyó la atención de las grandes naciones imperialistas,
victoria para unos y la derrota para otros. ya que este conflicto unificó una fuerza única
Algunas de las raíces que dieron forma conocida como la alianza de las ocho nacio-
a la Primera Guerra Mundial de acuerdo con nes imperialistas: Japón, Rusia, Gran Bretaña,
Benedict Anderson (1993), pueden encontrar- Francia, Italia, Estados Unidos, Alemania y
se en las luchas y las políticas expansionistas Austria-Hungría, las cuales en su deseo de res-
llevadas a cabo por las grandes potencias im- tablecer por medio de la fuerza el comercio y su
perialistas de Francia, Gran Bretaña, Alema- dominio colonial se unieron y derrotaron a las
nia, Rusia, Estados Unidos y Japón, los cuales fuerzas chinas. Estas alianzas y amistades sir-
habían iniciado, desde finales del siglo xix, su vieron, en parte, para mantener la paz y el equi-
expansión colonial y su influencia económica, librio europeo. Pero las rivalidades económicas,
en particular en el continente africano y el el deseo de asegurarse los mercados mundiales
sudeste asiático, pues al mismo tiempo que se a cualquier precio, la aspiración del predomi-
erguían los imperios marítimos y coloniales de nio político nacido de una idea nacionalista, el
las potencias occidentales, otros más antiguos crecimiento inmoderado de armamentos mo-
imperios continentales dinásticos se abatían dernos, ejércitos y armadas, los conflictos colo-
en el este de Europa. El fondo de los problemas niales, todo esto precipitó el advenimiento de la
de expansionismo e imperialismo provocó el conflagración mundial.
La idea de nacionalismo que reinaba en
1 Hay muchos motivos por los cuales la guerra de esos tiempos contribuyó a un sentimiento co-
1914-1918 no tuvo precedentes y por los cuales, en lectivo de guerra y deseos de anexión por parte
la historia humana, fue un suceso completamen-
te novedoso. Guerras anteriores, tales como las
de las principales potencias involucradas: el
revoluciones francesas y napoleónicas, habían sido resentimiento nacional y el deseo de Francia
de mayor duración e implicado igual número de de recuperar los territorios de Alsacia y Lorena,
pueblos. Fue el primer conflicto general entre los perdidos durante la guerra franco-prusiana; la
Estados nacionales altamente organizados del siglo
enemistad entre el opulento imperio austro-
xx, capaces de aprovechar las energías de todos sus
ciudadanos o súbditos, de movilizar la capacidad húngaro y el creciente nacionalismo de Serbia,
productiva de las industrias pesadas y de utilizar esta última protegida de Rusia pretendía ane-
todos los recursos de la tecnología moderna. Desde xionarse Bosnia-Herzegovina; la unificación
su inicio pareció probable que semejante guerra y expansión del imperio alemán y su deseo de
resultaría no solo más destructiva de vidas y bienes
que cualquier conflagración pasada, sino de mayor
ampliar sus dominios y colonias a lo cual se
alcance, más incalculable y más incontrolable en oponían Gran Bretaña y Francia; la aspira-
sus consecuencias. Véase: Thomson, 1970. ción de Italia de anexar a su territorio Trento y

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Trieste y asegurarse el dominio de las islas de abismo de dolor. Veo cómo se pone a las
Asia Menor; el temor de Rusia ante el poderío personas unas contra otras, y en silencio,
siempre creciente de Alemania. Viejos rencores, sin saberlo, tontamente, obedientemente
odios y ambiciones entraron en juego. Las po- e inocentemente se matan unas a otras
tencias mundiales no se atrevieron a declarar (Remarque, 2009: 263).
la guerra por cuestiones económicas, aunque
de hecho la guerra comercial existía: esperaron De igual forma, a los muertos se les re-
un conflicto de fronteras, un incidente político cordaba siempre vivos en el imaginario colec-
para iniciar la primera conflagración mundial. tivo, tal como lo describe Siegfried Sassoon
El pretexto se encontró en los Balcanes “la es- (2003), en la consigna que se hacían los solda-
poleta de la guerra”. dos británicos en el frente occidental:
Se puede afirmar que durante la Primera
Guerra Mundial, quienes decidieron enlistarse Los muertos en los combates de otoño
o fueron enlistados para portar el uniforme han sido enterrados someramente en
y el fusil fueron arengados por la idea según el parapeto, lejos de nuestra Inglaterra,
cual, era preferible morir defendiendo su país pero su presencia nos inspira a luchar y
que aceptar las condiciones de la derrota y vengar la sangre derramada (Sassoon,
el sometimiento a las voluntades de poten- 2003: 123)2.
cias extranjeras en una guerra de la cual, muy
Mientras que Gabriel Chevallier (2009),
poco entendían. Esta idea del sacrificio, dio
señala las expresiones evocadoras a la muerte
lugar al uso de la violencia como la interlocu-
empleadas durante el asalto a las trincheras
tora entre los largos años de guerra y la paz,
enemigas:
lo que dio como resultado la consagración de
la muerte como una actitud cotidiana. Esto se Los chicos parecen tan impresionados
explica porque la movilización para el esfuerzo como yo, y todos pegamos un brinco
bélico exigía el compromiso de los ciudadanos cuando la megafonía lanza una imperio-
para con su nación y tanto la disidencia como sa arenga “¡preparados para salir, calar
la aceptación con dicho patriotismo, en gran bayonetas; vamos!” seguida por el estri-
medida fueron recompensadas con la muerte dente sonido de silbatos, y al final se
debido a que el aspecto militar de la Primera escucha una voz: “Malditos cobardes”,
Guerra Mundial pasó a ser un gran gigante dis- dice el oficial, y el sargento le responde:
funcional como cualquier otra gran burocracia, Nada de cobardes, están endemoniada-
ya que cuando un oficial trató de dar fe a ese mente muertos (Chevallier, 2009: 120).
nacionalismo, causó la muerte de un pelotón
o de un batallón completo el cual fue visto Por otra parte, se aceptaba que para al-
como solo una cifra o números que debieron canzar esa otra vida que ofrecía la victoria,
ser sacrificados en aras de las llamadas “causas había que pagar un alto costo en vidas huma-
nacionales”. nas como finalmente ocurrió al terminar las
Son ilustrativas de la afirmación prece- hostilidades bélicas. El martirio, el sacrificio y
dente, las expresiones y los pensamientos de el dar o quitar la vida llegaron a formar parte
los diferentes soldados que vivieron los rigores
de la guerra, la muerte y la desesperación. Por 2 Este testimonio se presenta como un detalla-
ejemplo, en la novela Sin Novedad en el Frente do relato de la vida durante la Primera Guerra
(2009), el personaje principal suscribe: Mundial, especialmente en el frente francés.
Su protagonista, George Sherston (álter ego de
Soy joven, tengo veinte años, pero aún Sassoon), pasa de ser el soldado patriota y exaltado
del principio del libro al furioso antibelicista que
no sé nada de la vida, solamente de la arroja su condecoración al río y realiza una pro-
desesperación, la muerte, el miedo, y la testa pública contra la continuación de enviar más
vana superficialidad impregnada en un soldados a la muerte.

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de la violencia desatada en los diferentes cam- aquellos que se manifiestan en los ritos fune-
pos de batalla en Europa, África y Asia a partir rarios, en los momentos de sensibilidad hacia
del año 1914, puesto que como señala Norman la muerte, sus repeticiones han evolucionado a
Stone (2008), el primer gran genocidio ocurre través del tiempo (Vovelle, 1985).
en las trincheras, pues los soldados estaban Sin embargo, las evidencias documen-
predestinados a perder la vida y se arrogaban tadas consideran que en las áreas donde es-
el derecho a la violencia, imponían dogmas y tuvieron los principales frentes de guerra: el
combatían a quienes eran sus enemigos, pero occidental y el oriental se experimentaron tres
ambos bandos compartían un factor común: formas de muerte: la primera, la de aquellos
ser hombres europeos (y de las colonias euro- que murieron por defender lo que según ellos
peas en África y Asia) aparecían fragmentados era el honor y la defensa de su Nación; otra, la
en diversas naciones, las mismas cuyos estados autoestima, pues los victimarios —los propios
precipitaron su muerte. soldados de infantería— aunque cumplieron
Explorar por qué la muerte, como paso con su deber patriótico, siempre consideraron
a la perennidad, significó dar la vida por su a sus enemigos como sus iguales y esto llevó a
nación, que a su vez tendría bajo su respon- algunos de ellos a vivir con arrepentimiento el
sabilidad recordar para siempre a sus héroes, resto de sus vidas y finalmente, la de estima so-
fueron creencias que configuraron una actitud cial, la que llevó a los perdedores a quedar para
de inmolación en la cual era bien visto matar siempre señalados por las potencias vencedoras
o morir, puesto que el ideal —la defensa de la como asesinos y criminales de guerra.
patria y la inmortalidad— iban más allá del de- Se presenta esta distinción fecunda para
recho de la vida y al bien morir. pensar los modos en que se produce la asimila-
ción de la muerte, como la culminación de un
ACERCA DE LA MUERTE ciclo de violencia en el que cualquier persona
podía ser víctima o victimario, ante lo cual era
En el siguiente apartado se realiza una
síntesis bibliográfica cuyas contribuciones teó- preferible morir o vivir el martirio de la agonía
ricas esclarecen las creencias ante la muerte, en las trincheras. Esta precisión, que media
los tipos de discursos y las definiciones para entre la definición teórica y la evidencia docu-
comprender, en el ámbito específico del tema mental, es más delimitada y menos hipotética.
propuesto, por qué las personas lucharon por Asimismo, es importante el acercamien-
una idea de lealtad en una guerra que no en- to de Vincent Thomas (1993), quien afirma que
tendían y durante ese proceso aceptaron la la muerte puede ser social cuando una persona
idea de morir. deja de pertenecer a un grupo específico, sea
Estas precisiones conceptuales com- por el límite de edad, por la pérdida de funcio-
prenden las nociones de muerte vivida, muerte nes mentales y/o físicas, por un acto de destie-
sufrida y los discursos sobre la muerte desarro- rro o bien, por el proceso de abolición de un
lladas por Michel Vovelle (1985) para referirse a recuerdo. Una muerte social sucede cuando no
prácticas rituales y discursivas, las cuales serán trasciende, no deja huella, cuando alguien re-
empleadas en el capítulo segundo. Michelle sulta que no es muy importante en la sociedad
Vovelle propuso hace ya algunos años que para y pronto se olvida porque no ha sido reconocida
abordar las actitudes ante la muerte se deben por su presencia en el mundo terrenal, en caso
encadenar tres niveles, la muerte sufrida, la contrario, el reconocimiento y el prestigio de
muerte vivida y el discurso sobre la muerte. La alguien trascendental, tiene como premio la
muerte sufrida es el hecho en bruto de la mor- remembranza posterior para él y su familia
talidad individual y colectiva, cifras y hechos (Thomas, 1993).
del peso que tiene la mortandad. La muerte vi- De acuerdo con este autor, es en la escala
vida, es la red de gestos y ritos que acompañan de los valores, donde recibe el origen de los dis-
el recorrido desde la agonía, hacia la tumba y cursos y prácticas culturales asociadas a la irre-
al más allá. Los discursos sobre la muerte son mediable pérdida provocada por el fallecimiento

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de una persona, son las reacciones subjetivas Desde el punto de vista de la bibliografía
ante un hecho biológico, lo que explica los ritos revisada, conviene detenerse en las precisiones
y los discursos ante la ausencia permanente de conceptuales empleadas por los autores citados.
un miembro de la sociedad cuando este es re- Es importante apuntar que ninguno de ellos
conocido por el prestigio y tiende a bien morir. define qué es la muerte, sus apreciaciones se
Pero, ¿qué sucede cuando los miembros tuvie- dirigen a explorar el significado que esta ad-
ron una muerte deshonrosa? ¿Acaso en el más quiere entre los vivos a partir del conjunto de
allá se expresan también los valores y perjuicios emociones, actitudes y rituales que acompañan
de la sociedad de los vivos? al difunto en su última morada. Esto se explica
Thomas (1993) explica que la muerte porque es indudable que la muerte física es re-
social, no significa necesariamente, la pérdi- conocida como un suceso inexorable mientras
da de la vida para verificar su exclusión en la que los eventos culturales que se organizan
sociedad. El olvido, la jubilación o la reclusión alrededor de ella son por su naturaleza, eternos,
son formas de morir en vida, cuando ya no se puesto que se supone que serán realizados para
es necesario. La muerte socialmente reconocida siempre por los supervivientes. Esto último
es el certificado jurídico que refrenda el falleci- explica, por qué la muerte adquiere un signifi-
miento de una persona. El autor agrega que no cado cultural entre los vivos, debido a que las
solo mueren individuos o familias completas, prácticas culturales asociadas a ella, dan origen
también mueren culturas y sociedades, y esto a un conjunto de significados que hacen impe-
recedera en la memoria, a aquél o aquélla que
se debe a un proceso necesario de cambio que
ofrendó su vida, para el caso que se ocupa, en
regenera y produce nuevas culturas, perdién-
aras de un futuro promisorio repleto de bienes-
dose la autenticidad debido a la modernización,
tar común (Urrego y Carrillo, 2012).
a la ciencia y a la tecnología, es por ello que los
La Primera Guerra Mundial fue el pri-
hábitos culturales nativos desaparecen y no
mer conflicto general entre los Estados nacio-
existe preocupación alguna por conservarlos
nales altamente organizados del siglo xx . Se
por ser considerados obsoletos.
trata también, como señala Eric Hobsbawm
Para Philippe Ariés (1999), la muerte esta
(2007), del primer conflicto bélico que en escala
revestida de solemnidad, independientemente
suficiente dislocó la economía mundial que
del itinerario de la persona, su último encuen- durante el siglo anterior, se había entretejido
tro con la vida debe ser decoroso: “la dignidad tan reaciamente. Es la primera de las grandes
de la muerte exige ante todo que sea reconocida guerras en la historia del siglo xx en que hubo
no solo como un estado real, sino como un tanta disparidad entre sus efectos y logros, así
acontecimiento esencial, un acontecimiento como en las intenciones y propósitos confe-
que no está permitido escamotear” (1999: 489). sados de los que primero se lanzaron a esta.
Philippe Ariés, reconoce la importancia Pues, a pesar de que años antes se habían li-
que representa el culto a los seres queridos ya brado algunas guerras tanto en el continente
fallecidos, que no solo se limita a mantener su europeo como en el asiático, ninguna había
recuerdo vivo en nuestra memoria, se inicia recibido el calificativo de “mundial”. La “Gran
con la construcción de una morada digna para Guerra” (como posteriormente se le llamó), fue
sus cuerpos o cenizas, un lugar parecido al el primer conflicto armado que marcó a toda la
mundo terrenal, porque representa el lugar de población mundial de ese entonces: en sus cam-
encuentro entre los vivos y los muertos (1999). pos de batalla miles de seres humanos perdie-
No obstante, la afirmación del autor, cuando ron la vida en aras de poner fin a la “guerra que
además de perseguir el aniquilamiento físico, se acabaría con todas las guerras”. Se lucho desde
persigue borrar de la memoria cualquier vesti- los campos de batalla de Europa hasta lo largo
gio de recuerdo en el imaginario de los vivos, la del Atlántico, las costas de África y Asia. Fue
tumba colectiva anónima, son los lugares en los una guerra que cambió el sentido y la visión de
cuales priva el secreto de muertes mal vividas. la guerra misma.

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Fue en este contexto de lucha impulsa- los países beligerantes. La muerte y la violen-
da por los países de la llamada Triple Entente: cia llegaron a ser parte de la vida cotidiana, a
Francia, Gran Bretaña y Rusia, así como de su servir de marco para las relaciones interperso-
contraparte, los Imperios Centrales: Alemania, nales, particularmente en aquellas regiones del
Austria-Hungría y Turquía, que se dio el entor- mundo en las cuales el enfrentamiento armado
no en el cual surgió la violencia generalizada y como se menciona en las líneas anteriores,
derivado de ella, un conjunto de actitudes y ri- alcanzó sus más altos índices de exacerbación.
tuales alrededor de la muerte que aseguraban la Finalmente, quisiera responder a la inte-
vida eterna, en tanto aquella fuese entregada al rrogante ¿por qué reflexionar sobre la muerte?
esfuerzo de la guerra (Hobsbawm, 1998), de lo Tal y como afirma Vélez Zapata (2006), quien ha
contrario, el olvido y la indiferencia, fueron la muerto no se hará más preguntas mientras que
característica de los discursos mortuorios entre las interpelaciones de los supervivientes no se
los actores armados. harán esperar. Pensar en la muerte, conduce a
En un principio, la guerra de posiciones, reflexionar sobre la vida, a pensarse y a pensar
la cual los alemanes consideraban la estrategia sobre el otro, particularmente cuando se provie-
más efectiva para vencer a Francia y así mar- ne de sociedades en las que la vida perdió valor
char sobre Rusia, llegó a un estancamiento como un derecho inherente al ser humano.
a finales de 1915. A medida que la Primera Describir los discursos ante la muerte podría
Guerra Mundial se convirtió en una guerra de sugerir indicios sobre cómo la cultura forjada en
trincheras a finales de 1914, se hizo eviden- condiciones de guerra, contribuyó a moldear un
te que la victoria solo podría alcanzarse con ideal según el cual, era mejor morir bajo la irra-
agotar al bando contrario o de hacer tan ele- cionalidad de la violencia que vivir en paz.
vado el coste de continuar la guerra que la paz
se volvería esencial. Los soldados alemanes y MORIR EN LOS TESTIMONIOS
franco-británicos se vieron estancados en un
Después de analizar estas precisiones
frente de trincheras que se extendía por todo el conceptuales, es necesario exponer cuál es el
frente occidental en Francia y Bélgica. A partir corpus literario en el cual se basará el presente
de 1915, ambos bandos se enfrentaron en una trabajo. El testimonio de acuerdo a José Domin-
masacre que duró hasta el final de la guerra. go Carillo “es un género literario que cumple
En esos años se vio el nacimiento de una de las una función ideológica más que estética, que
más aterradoras y mortales armas de la guerra: busca denunciar las condiciones de injusticia,
el gas letal y las minas explosivas, así como de opresión y violencia que experimentan las cla-
una nueva enfermedad: el trauma de guerra, ses bajas” (2013:88).
producido por la “experiencia de las trinche- Sin embargo, no todos los testimonios
ras”, donde los soldados de infantería se veían consignados y revisados para este trabajo pro-
expuestos a saltar de la trinchera y a bayoneta vienen de individuos de las clases bajas, sino de
calada, presentar combate frontal en una tierra aquellos que en su momento de retiro o en la
de nadie expuestos al fuego de las ametralla- vida civil, abrieron y decidieron plasmar sus ex-
doras, así como, al fuego de la artillería ene- periencias vividas en combate como una forma
miga. Cientos de miles de soldados murieron de estimular su memoria y así luchar contra el
inútilmente en este tipo de combates como olvido. En esta geografía del testimonio, los tex-
más tarde lo demostrarían las duras batallas de tos que fueron elegidos para la realización de este
Verdún o la batalla del Somme, las cuales recla- trabajo, fueron seleccionados por los diferentes
maron un gran derramamiento de sangre por significados de las experiencias vividas por sus
ambos bandos. autores y el papel que jugaron en el desarrollo de
El estudio de las actitudes ante la los conflictos armados (Rodríguez, 2014).
muerte, en la Primera Guerra Mundial, debe Este trabajo se basó en testimonios pu-
considerar que la violencia fue la verdadera blicados o inéditos de ex soldados de algunos de
característica de la relación que existió entre los ejércitos enfrentados durante la contienda,

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tales como, Tempestades de Acero del alemán La obra de Jünger tiene una estructu-
Ernst Jünger, quien fue soldado y oficial ale- ra de naturaleza nacionalista debido a que el
mán, luchó en el frente occidental donde fue hecho narrado —su experiencia en la guerra,
herido catorce veces y fue uno de los pocos en así como, su alabanza hacia esta— fueron con-
ser condecorado con la medalla Pour le Mérite3. siderados un referente para la dignidad nacional
Es de utilidad el texto El fuego, diario de una alemana. White (1992), señala que el pasado se
escuadra de Henri Barbusse, quien fuera alférez ficcionaliza de acuerdo al lugar que ocupa el
del ejército francés. Se utiliza también, el texto evento descrito, es decir, al inicio, en medio o al
de Peter Englund, La belleza y el dolor de bata- final de una narrativa histórica. Jünger ordena
lla, en donde el autor recopila los testimonios, los hechos de acuerdo a una visión patriótica
diarios y cartas de veinte personas que vivieron de la historia, parte del supuesto de un conoci-
miento, debido a que la emergencia de la movi-
a su manera, los rigores de la guerra, la muerte
lización nacional por la guerra son los orígenes
y la desesperación. Por último, el libro Com-
de un espíritu y valor que solo el yunque de la
pany K de William March, quien sirvió con el 5º
guerra puede forjar. La forma en la que asume
regimiento de la 1ª División de Marines.
la trama es romántica, en tanto simboliza la
trascendencia del individuo y la acción de este
MORIR EN LA GUERRA en la batalla, es un drama de la guerra más pre-
ocupado por las acciones lúcidas que por las re-
El libro Tempestades de Acero publicado
acciones que esta generó: muerte, destrucción y
por primera vez de modo privado por su autor
violencia4.
Ernst Jünger en 1920, es uno de los primeros
No obstante, las cualidades que posee el
testimonios de la guerra de trincheras, pos- discurso histórico-testimonial, según Hayden
teriormente fue modificado varias ocasiones White es que la ficción ocupa un lugar impor-
(Jünger, 1998). El libro es, siguiendo a Ha- tante en la interpretación del pasado, no porque
yden White (1992), una estructura verbal en se nieguen los hechos sucedidos sino porque
forma de discurso de prosa narrativa que com- cada autor los narra desde su propia experiencia
bina datos etnográficos de las zonas francesas matizada con el pensamiento que caracterizó
donde estuvo movilizado, las cuales fueron el a los bandos enfrentados. La importancia de
marco geográfico del frente occidental, hábitos reconstruir algunas de las expresiones cultu-
y costumbres de los soldados de primera línea, rales que ofrece la literatura testimonial es que
conceptos del arte de la guerra que describen la admite establecer un diálogo entre las distintas
organización militar, así como, la vida cotidiana narrativas sobre la guerra y plantearle a esa
de los soldados alemanes y de sus enemigos polémica, una agenda de nuevas preguntas que
franco-británicos, las marchas, los campamen- acerque a ponderar el peso del testimonio y el
tos y las formas de acción directa emprendidas papel desempeñado en los años del conflicto5.
en las trincheras para confrontar a los ejércitos Por contraste, el libro El fuego, diario de
enemigos e incluye, un conjunto de aconte- una escuadra (Barbusse, 2009), describe a un
cimientos ordenados cronológicamente que socialista enemigo acérrimo del militarismo
supuestamente ocurrieron puesto que están na- que se alistó como soldado raso. A pesar de su
rrados desde su experiencia y como los recuerda aversión al conflicto, él pensaba que luchaba
para contarlos. en “una guerra que pondría fin a todas las

4 Esta apreciación y crítica historiográfica de las


3 Esta fue la máxima condecoración alemana duran-
obras reseñadas se basa en el texto de White
te la Primera Guerra Mundial. Entre los hom-
(1992). Véase la introducción.
bres que la recibieron se encuentran Manfred
Von Richthofen (el Barón Rojo), Erwin Rommel y 5 Una crítica a la postura de Hayden White que
Hermann Göring estos dos últimos mariscales del establece las diferencias entre la narrativa histó-
Tercer Reich Alemán durante la Segunda Guerra rica y la narrativa literaria se encuentra en Molina
Mundial. Jiménez (2006).

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guerras”. Publicado en plena guerra, el libro La redención de los soldados se obtiene


contiene una prosa muy angustiante, en sus después del fusilamiento del disidente, cuando
páginas desfila ante nosotros la vida de un se ha cumplido con la condena de muerte re-
pelotón de infantería, la lucha feroz de las gulada por los mandos superiores del ejército
trincheras, los bombardeos que pulverizan los en cuestión. La evaluación que hace el autor
cuerpos y devastan  las almas: de quienes abandonaron sus respectivos ejér-
citos por heridas o por muerte a diferencia de
Los compañeros van cayendo, uno a uno, quienes la traicionaron es benevolente. Ofrecer
o varios a la vez, heridos, muertos, des- el testimonio cumple la función del olvido a
aparecidos, tragados por el barro de las
quienes el autor considera que por su grado de
trincheras, convertidos muchas veces en
compromiso con la guerra, su historia de vida
un espantoso elemento del paisaje. Las
debe pasar a la posteridad, aún y cuando para
condiciones son infrahumanas, pero los
las nuevas generaciones de ciudadanos, los epi-
soldados luchan valientemente, a pesar
sodios de la Primera Guerra Mundial y los que
de todo, con un heroísmo grave, silen-
cioso, humilde, pero no menos grande tomaron parte en ella sean desconocidos. La
(Barbusse, 2009). nostalgia que despierta en los que conocieron
de cerca los acontecimientos narrados, pretende
En las páginas del libro se subraya la ser una lección moral para quienes conocen por
perseverancia e importancia de la moral fran- referencias los años de la guerra.
cesa ante la imponente ofensiva alemana como Es como señala Serena Nanda (1987), la
un factor que estimuló el sentimiento de la muerte es la etapa en la cual se intenta sustraer
esperanza y resistencia de aquellos hombres al finado del aislamiento producido por la de-
encargados de defender su país, en contra de un función y pretende de manera simbólica incor-
enemigo que estaba decidido a acabarlos moral porarlo a un nuevo status, el de encontrarse en
y físicamente. Después de 18 meses de acción, el más allá con sus camaradas de lucha quienes
Henri Barbusse dejó el frente. según la autora, reinan en el imaginario colec-
Por otra parte, en la narración del libro tivo, residencia última de aquellos que dieron
de Peter Englund, se describe también cuando su vida por su nación. Morir o matar no fue una
la muerte se asoma dentro de los propios ejér- práctica ajena para los contendientes que se en-
citos, donde el ajusticiamiento de los desertores frentaron a lo largo de cuatro años.
era la forma a través de la cual se castigó a los Los Estados Unidos habían entrado a
que pretendieron abandonar su conscripción. la guerra el 4 de abril de 1917, a principios del
Tal y como lo narra Englund: siguiente año, las tropas americanas en Europa
llegaban a los 750 000 hombres movilizados
He ahí el primer condenado. Un llanto
(Thomson, 1970). La batalla de Belleau Wood
sin lágrimas, un estertor de la garganta
a principios de 1918, fue uno de los momentos
oprimida. Ni una palabra. Ojos que ya
no expresan nada. En el rostro sólo se más cruciales para las tropas norteamericanas
percibe el vago terror de la bestia que (Merrow, Starace y Von Hassell, 2014). Esta
va al matadero. Llevado hasta un abeto batalla fue el bautismo de fuego de los marines.
no se tiene en pie, se desploma. Hay que William March estuvo entre los marines que
atarlo al tronco con un cable telefónico. tomaron parte en ella. En su libro Company K
El capellán, lívido, le abraza. Mientras (1989), los muertos que pueblan sus páginas no
tanto el pelotón forma dos filas. Son los lo son como consecuencia de nobles sacrificios;
de la primera fila los que van a disparar. sus muertes forman parte de un brutal escena-
El edecán del regimiento ya ha dado las rio, marcado por la crueldad y la degradación.
explicaciones: “Yo hago una señal con En este sentido, se está ante un libro duro en el
la mano. A continuación fuego” (2008: que no se encubre ni se disfraza el horror de la
370-478). guerra.

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En este texto, dividido en estampas in- culpable, compañero— me consoló. —


dividuales, las cuales son narradas por cada Cualquiera hubiese creído que iba a lan-
uno de los soldados de la compañía a la que el zar una granada (March, 1989: 141).
autor del libro perteneció durante los cruentos
días de guerra donde se pueden observar los La narración también describe cuando
horrores de esta: asesinatos, fusilamientos, eje- la muerte pone en duda las acciones de la gue-
cuciones sumarias, bombardeos, así como, el rra, donde el recurso de la violencia adquiere
regreso a casa y la posterior vida y reinserción aires de castigo. Los fusilamientos fueron la
a la sociedad civil. Cada estampa ocupa poco forma a través de la cual se castigó a los que
más de una página y se pasa de un escenario a pretendieron traicionar a su patria, pero en este
otro, de una batalla a otra, de un paisaje a otro. caso, March relata la manera inconsciente de
No existe un argumento único, el recuerdo de la ejecución a sangre fría de nueve prisioneros
la experiencia en la guerra queda grabado en la de guerra alemanes. En ese sentido, el libro de
memoria por el esfuerzo que el autor dedicó a la March (1989) describe como los personajes no
construcción de las vivencias de toda su com- tratan de demostrar nada. Son las víctimas de
pañía. Muchos de los testimonios son narrados las “causas nacionales”, ellos no tienen ninguna
por personajes que se encuentran en situacio- opción. Ellos se encuentran en una lucha por
nes extremas, cerca de la muerte o después de la supervivencia constantemente embrutecida
alguna escaramuza con el enemigo, o en los y brutalizada por la maldición de guerra. Las
asaltos a las trincheras enemigas: referencias a los paisajes y el escenario del fra-
gor de la batalla describen un bosque repleto de
El sargento Tietjen estaba conmigo el día muerte, que fue el marco para la ejecución de
que ocupamos el nido de ametralladoras los individuos juzgados por sus propios enemi-
en el bosque de Veuilly. Descubrimos que gos quienes contaban —según ellos— con un
había muerto toda la banda, salvo un decálogo de conducta que estipulaba la pena de
hombre corpulento y barbudo que estaba muerte para aquellos que cayeran en sus manos
malherido. Justo cuando nos aproximá- como prisioneros de guerra y que por sus accio-
bamos, el hombre metió la mano en el nes pasadas, debían morir.
interior de su abrigo y hurgó en el bol- El texto no señala con precisión dónde
sillo. Creyendo que iba a lanzarnos una fueron enterrados los cadáveres de los prisio-
granada, descargué la pistola contra él. neros puesto que una muerte deshonrosa no
Su brazo se deslizó del interior del abrigo ameritaba el recuerdo de su entierro. Es signi-
con un movimiento brusco e irregular y ficativo que la muerte derivada de este acto es,
la palma de su mano se posó durante un bajo la mirada de March, una forma de morir
instante en sus labios. La sangre que le que se aleja del paradigma del deber del soldado
llenó la garganta empezaba a asfixiarlo y que debe en todo caso, respetar las vidas de los
soltó un suspiro ahogado. Los ojos se le que se consideran “prisioneros de guerra”. En
pusieron en blanco y se le abrió la boca. este caso, precisa que los huesos enterrados
Me acerqué y le abrí la mano para ver bajo la sombra de grandes robles característicos
qué sostenía. Era una foto de una niña de la región encarnan, bajo la mirada del autor,
alemana. Tenía la cara redonda y peco- el renacimiento de aquellos que no contaban
sa y sus cabellos ensortijados especial- con armas para defenderse y que cayeron por
mente para la ocasión le caían sobre los las balas de su fusil y los de sus compañeros.
hombros. —Debe de ser su hija— dijo March considera que los fusilados y los caídos
el sargento Tietjen. Pasé aquella noche en esta batalla poseen al igual que los vivos,
en vela pensando en ese soldado alemán. la característica de expresar emociones como
Me revolví en la cama hasta que, hacia la felicidad y la muerte significa, a manera de
el amanecer, Tietjen vino a tenderse a ejemplo para los vivos, que existe la posibilidad
mi lado. —No sirve de nada sentirse de experimentar el goce en el más allá, que

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20 José Rodrigo Rodríguez López

es posible deleitarse a pesar de haber muerto heroísmo y el deber, de la locura de la guerra o


en las más horribles circunstancias. Habría la muerte y donde estos no se identifican con la
que añadir que esas formas de morir fueron idea de “heroísmo”, sino que son las víctimas de
ironías de la vida y por esa razón, los frutos de las grandes causas nacionales en las cuales no
los árboles constituyen la metáfora de la nueva hay opción alguna.
existencia que se espera sembrar a partir de la
resurrección de los muertos. CONCLUSIÓN
March concluye su relato cuando, días
antes del armisticio, el personaje principal se Morir en la guerra desliga a la muerte
encuentra con un soldado alemán que descansa de todo significado oficial y cultural, puesto
bajo un árbol, ambos enemigos se encuentran que el contexto bélico no admite la expresión
frente a frente y el soldado americano clava su y realización de ritos funerarios, a su vez, el
bayoneta en el cuello del soldado alemán, una soldado fallece en soledad, alejado de sus afec-
vez muerto este, el soldado norteamericano tos familiares, su cuerpo es reconocido a la
toma un anillo de la mano muerta de su enemi- distancia por aquellos quienes se encuentran en
go y a su vez piensa en la vida que ha quitado: el mismo contexto bélico como amigos, compa-
ñeros y comandantes militares.
La figura del alemán se mueve. Me estre- La muerte en esas circunstancias impi-
mezco y la miro. Mis ojos se quedan incrus- dió cualquier ritualidad conocida tales como los
tados en ella. Era un hombre con bigote velorios ornamentados con coronas de flores,
y ahora está tendido allí con la garganta la preservación del luto entre los deudos, el
sangrándole. “Ha muerto me digo”. Lo miro paseo del cortejo fúnebre para hacer partícipe
y veo su juventud, tan similar a la mía. No a la comunidad de la pena que embargaba a los
quería matarte —le digo— pero sé que tú dolientes y las visitas a los cementerios, puesto
lo hubieras hecho, por eso tuve que apu- que la guerra no permitía esas consideraciones,
ñalarte. Ahora sé que no eras más que un por eso la exigencia de preservar en la memoria
joven como yo y que tal vez pudimos haber a los caídos en combate. A casi cien años del
sido amigos, pero estamos haciendo lo que inicio de las hostilidades, hoy es usual ver en
Francia los distintos cementerios con sus miles
nos dijeron que teníamos que hacer: matar
de lápidas en las que el recuerdo, los nombres y
o morir y por eso yo he tenido que matarte
la fecha en que murieron sus ocupantes refren-
(March, 1989: 220).
da el compromiso de no olvidar.
Momentos después, la angustia lo hace Los ritos como expresiones simbóli-
presa y termina por arrojar el anillo sustraído cas no son recurrentes en las páginas de
al suelo, pues de esta manera busca borrar toda los testimonios consultados. Esto se explica
conexión que lo relacione con la muerte que porque en medio de los riesgos y peligros
acaba de dar a su enemigo. Sin embargo, no que corrían los soldados, les era imposible
realizar cualquier expresión de pérdida ante
podría olvidar jamás el rostro de aquel alemán,
uno de los caídos en combate. Generalmente,
seguiría siempre en su mente. De esta manera,
se dejaba el cuerpo de los fallecidos ante la
March aunque siendo un veterano condecorado,
imposibilidad de llevarlos consigo. A pesar
condena la moralidad al patriotismo y muestra
de esas irrefutables condiciones de vida es
un escenario dantesco donde solo existe una
indiscutible también que fueron establecidas
delgada línea roja6 que separa a los soldados del
algunas creencias en torno a cómo debería
morir aquél que había decidido pelear por su
6 Esta referencia puede ser analizada en el texto de país en una guerra como esta.
James Jones sobre una compañía del ejército nor- Fue imprescindible entregar la vida por
teamericano durante la batalla de Guadalcanal en
la Segunda Guerra Mundial y los efectos morales
las causas nacionales, solamente de esa forma
que sufren los soldados americanos. Véase: Jones, el recuerdo imperecedero estuvo garantizado,
2000: 29. cualquier otra forma de morir fue desdeñada

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y enviada al olvido. La vida entonces ocupó Sassoon, Siegfried. Memorias de un oficial


un segundo lugar puesto que fue la muerte la de infantería. Madrid: Editorial Turner.
etapa que garantizaba el recuerdo permanente 2003.
entre los vivos. El duro camino hacia la paz Stone, Norman. Breve historia de la Primera
significó destinar muchas vidas para alcanzar Guerra Mundial. Barcelona: Editorial
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22 José Rodrigo Rodríguez López

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Fecha de ingreso: 27/05/2014


Fecha de aprobación: 28/08/2014

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