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COMUNICACIÓN

Profesora: Marlene Herrera Ramos. 4° Azul – Rojo – Verde


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• Interactúa estratégicamente con distintos interlocutores.
• Reflexiona y evalúa la forma, el contenido y contexto del texto oral

AL PIE DE LA LETRA
(Ricardo Palma)

El capitán Paiva era un indio cuzqueño de casi gigantesca estatura


que se distinguía por su fuerza, por su bravura en el campo de
batalla, por su disciplina en el cuartel y, sobre todo, por su pobreza
cultural.
Para él el lenguaje metafórico estuvo siempre demás, y todo lo
entendía al pie de la letra. Varios de sus compañeros de armas
referían que el capitán Paiva, era un verdadero centauro.
En Junín ascendió a capitán; pero por más que concurrió a muchas
batallas, el ascenso no llegaba. Cadetes de su regimiento llegaron a
coroneles, mientras que Paiva se convirtió en el eterno capitán.
No ascendía por bruto y por esto se había conquistado una reputación piramidal. En 1835, el general
Salaverry, jefe supremo de la nación peruana, era un gran admirador de la bizarría de Paiva.
Cuando Salaverry ascendió a teniente, Paiva ya era capitán, de ahí que llevado aquel al mando de la
República no consintió que el lancero le diese ceremonioso tratamiento. Era su hombre de confianza.
Una tarde llamó Salaverry a Paiva y le encargó que encontrara a don Fulano y lo trajera preso, pero
que, si por casualidad no lo encontraba en su casa, que allanara esta. Tres horas después regresó el
capitán diciéndole que la orden había sido cumplida.
Que, no habiendo encontrado al sujeto, había procedido a dejar tan llana su casa con la mismísima
palma de su mano. No había dejado pared en pie.
Al capitán se le había ordenado “Allanar la casa”, y como él no entendía el lenguaje figurativo ni
floreos lingüísticos, cumplió al pie de la letra:
Salaverry no pudo ocultar una sonrisa, mientras se decía para sí mismo:
- ¡Pedazo de bruto”-
Don Felipe Santiago tenía por asistente un soldado conocido por el apodo de Cuculí.
Era un mozo limeño, nacido en el mismo barrio y en el mismo año que el general, así que demás está
decir que habían mataperreado juntos.
Abusando del afecto de Salaverry cometería barrabasada y media. Fueron tantas las quejas que le
llegaron al presidente que muchas veces tuvo que castigarlo. Cuando el comportamiento de su
coterráneo colmó su paciencia, Salaverry decidió atemorizar a su asistente, para ver si así cambiaba
su conducta.
Llamó a Paiva y le dijo que se llevara al bribonzuelo al cuartel de granaderos y que lo fusilara entre
dos luces. Media hora después regresó el eficiente capitán diciendo muy orgulloso que la orden
estaba cumplida: “- ¡Pobre muchacho! Lo fusilé entre dos faroles”.
Para Salaverry, como para todo el mundo, “entre dos luces” significaba al rayar el alba. Metáfora
usual y común. ¿Pero… venirle con metaforitas a Paiva? Salaverry había pensado enviar la orden
del indulto una hora antes de que rayase la aurora.
Volviendo la espalda para disimular una lágrima, se volvió a decir para sí mismo: “- ¡Pedazo de
bruto! -“.
Las dos “hazañas¨” de Paiva, sirvieron de escarmiento al general, que desde ese día se propuso no dar
encargo ni comisión alguna al capitán. El hombre no entendía de acepción figurada y había que
ponerle los puntos sobre las íes.
Días antes de la batalla de Socabaya, se hallaba el ejército del general Salaverry acantonado en
Chacllapampa. Una compañía boliviana provocó a los salaverrinos.
Cuando Salaverry se percató de que la escuadra enemiga se encontraba fuera del alcance, dio la orden
de no hacer disparo alguno, y que en el caso de que el enemigo acortara distancia se podría recién
formalizar el combate.
Pero Paiva insistía que con uno cuantos lanceros podía hacer papilla a los bolivianos. Y sobre este
tema siguió el contumaz capitán majadereando, que, fastidiado Salaverry, le dijo: “-Déjame en
paz. Haz lo que quieras.
Anda y hazte matar- “. Paiva escogió diez lanceros y arremetió contra el enemigo. Luego de varios
minutos regresó el capitán gritando ¡Viva el Perú! Tres lanceros habían muerto y varios de los
restantes volvían heridos.
En la grupa del caballo de Paiva había un boliviano muerto. El capitán cayó del caballo para no
levantarse jamás. Salaverry le había dicho: “Anda, hazte matar”.
Y esta orden, a quien todo lo entendía al pie de la letra, era una condena de muerte.

- Para comprender mejor el texto, busca en el diccionario el significado de las siguientes


palabras.
- Meollo
- Rapista
- Zamacueca
- Allanar
- Barrabasada
- Retozar

SOCIALIZAMOS.
1. ¿Cuáles son las características del capitán Paiva?
2. Si Paiva había asistido a muchas guerras, entonces ¿por qué no ascendía?
3. ¿Qué hizo Paiva cuando Salaverry lo envió a la casa de D. Fulano?
4. Según el narrador, ¿qué significa “entre dos luces”?
5. Después de lo leído, ¿qué significa para ti la expresión “Al pie de la letra”?
6. ¿Qué características de una tradición encontramos en el texto?

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