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Resumen
Propósito e importancia
Las entidades del estado ya sea el gobierno nacional, regional o local se ven en la
necesidad de adquirir bienes, servicios y/o ejecutar obras para el logro de sus objetivos
institucionales y metas, esto es posible con el presupuesto que el Ministerio de Economía y
Finanzas (MEF) asigna a los pliegos presupuestales de los tres niveles de gobierno. A través
del Plan Anual de Contrataciones (PAC, se permite asignar presupuesto, debido que, en el
PAC se registran las necesidades de bienes, servicios y obras que las entidades demandan para
su funcionamiento (Torres, 2012, citado en Calixto 2020).
Según Calixto (2020) “Dentro de un contexto normal, las Contrataciones del Estado
siguen la línea desarrollada en la normativa; sin embargo, la Ley ha previsto el desarrollo de
las contrataciones estatales dentro de una situación de emergencia” (p. 139). Paz comenta que
“debemos tener en consideración que, dada la excepcionalidad de esta causal, las
contrataciones que se realicen bajo un estado de emergencia deberán ser las estrictamente
necesarias para salvar la emergencia de forma inmediata” (2019, citado en Calixto 2020).
La Ley N° 30225 del 2019, en su Art. 27 señala que “excepcionalmente, las entidades
pueden contratar directamente con un determinado proveedor ante una situación de
emergencia derivada de acontecimientos catastróficos, situaciones que afecten la defensa o
seguridad nacional, situaciones que supongan el grave peligro de que ocurra alguno de los
supuestos anteriores, o de una emergencia sanitaria declarada por el ente rector del sistema
nacional de salud” (p. 10).
Es esta particularidad la que se constituye como el motivo del problema identificado, debiendo
de evaluar el cumplimiento de las condiciones que supone la contratación directa en estado de
emergencia para la adquisición y distribución de la canasta básica familiar y verificar si la
adquisición de Canasta Básica Familiar satisface el supuesto de desabastecimiento.
Objetivos
Controversia
Así también, el numeral 2.1 del artículo 2° del Decreto de Urgencia N° 033-2020, determinó
que se autoriza a los Gobiernos Locales, de manera excepcional, durante el año fiscal 2020, a
efectuar la adquisición y distribución de bienes de primera necesidad de la Canasta Básica
Familiar, a favor de la población en situación de vulnerabilidad, en el marco de la Emergencia
Sanitaria declarada por el COVD-19; asimismo, en el numeral 2.2 se estableció que, la
distribución de los bienes referidos en el numeral precedente, debe salvaguardar las
disposiciones sanitarias en el marco de la Emergencia Sanitaria, debiéndose priorizar su
entrega en cada domicilio, empleando, para facilitar las acciones de entrega, los padrones de
asistencia social con los que cuente cada Gobierno Local.
El artículo 100 del TUO de la Ley N°30225, precisa que en situaciones de emergencia
sanitaria la Entidad contrata de manera inmediata los bienes, servicios en general, consultorías
u obras estrictamente necesarios, tanto para prevenir los efectos del evento próximo a
producirse, como para atender los requerimientos generados como consecuencia directa del
evento producido. Es ahí donde radica la discusión del presente trabajo, pues si bien es cierto
la norma señala el ejercicio de una facultad discrecional, (elegir o no), se condiciona la entrega
de la Canasta Básica Familiar a la emergencia sanitaria, asumiendo que es una consecuencia
directa de la declaratoria de emergencia, a pesar que las condiciones de salubridad fueron
muchos más prioritarios.
Antecedentes
Según Ushiñahua (2020) en su investigación tuvo como objetivo “conocer la relación del
proceso de transparencia de adquisición con la distribución de canastas familiares en el
marco de la emergencia nacional por el brote del Covid – 19 en la Municipalidad Provincial
de Lamas, 2020”. Empleó un estudio básico, diseño descriptivo correlacional, que aplicó
como instrumento el cuestionario a una muestra de 16 funcionarios. El principal resultado fue
la relación alta positiva entre el proceso de transparencia de adquisición con la distribución de
canastas familiares basado en un coeficiente de Pearson de 0.868. Asimismo, el coeficiente de
determinación indicó que el 75,3% de la distribución de canastas influye en el proceso de
transparencia de la adquisición de canastas.
Según Rojas y Lagos (2021), en su estudio de postgrado tuvo como objetivo “evaluar las
medidas económicas y financieras de otorgamiento del “Bono yo me quedo en casa” y la
entrega de canastas básicas familiares, desde una óptica legal”. Empleó la metodología
cualitativa y realizó un análisis normativo y documental de los dispositivos legales y
constitucionales, mediante la técnica de entrevistas semiestructuradas y abiertas. El estudio
concluyó que los gobiernos locales presentaron un bajo desempeño en la identificación y
priorización de las canastas, asimismo, evidenció aprovechamiento y mal uso de las
modalidades de contratación en tiempos de emergencia.
Según Mamani, Lima y Llanqui (2020), en su tesis tuvo como objetivo “identificar,
interpretar y discutir el efecto que ha causado el Estado de Emergencia en el proceso de
adquisición de la canasta básica familiar destinado a hogares vulnerables de la
municipalidad distrital de Macarí”. Se empleó una metodología de enfoque cualitativo, nivel
exploratorio y se recolectó datos mediante entrevistas no estructuradas a funcionarios
públicos. Concluyó que el Estado de Emergencia ha originado limitaciones en el proceso de
abastecimiento de canasta básica familiar en las municipalidades. Recalcando que los precios
en una economía de libre mercado no favorecen al consumir en situaciones de crisis, lo que
impacta negativamente en la economía familiar.
Según Suca (2022), en su tesis tuvo como objetivo “analizar las contrataciones directas y su
incidencia en la relación entre Estado y ciudadano en la población urbana del distrito y
provincia de Huancané, periodo 2020”. La metodología que empleó es de enfoque
cuantitativo, diseño no experimental y aplicó un cuestionario a los 359 pobladores de
Huancané. En su investigación se evidenció que el 80.5% considera que no se consideró a
proveedores de las canastas básicas familiares con las mejores condiciones de precio y
calidad. Su estudio concluyó que la inadecuada gestión de las contrataciones directas influye
negativamente en la relación entre Estado y población de la provincia de Huancané.
Según Soto (2020), su trabajo de investigación tuvo como objetivo “determinar la relación
que existe entre el servicio de control simultáneo con gasto 869 – canasta básica familiar
COVID-19 a gobiernos locales en Ucayali, 2020”. La metodología que aplicó fue diseño
descriptivo y correlacional. Se investigó 43 informes de servicio de control simultáneo de 17
municipalidades. El estudio concluyó que el servicio de control simultáneo se relaciona
directamente en la ejecución del gasto 869 – canasta básica familiar COVID-19.
Según Ucañan y Yépez (2021), en su trabajo de investigación tuvo como objetivo “determinar
cómo se ha vulnerado la eficacia de las contrataciones del estado en los procesos de
contratación directa en emergencia sanitaria en el tercer trimestre del año 2020 en la Región
de Cajamarca”. Este estudio concluyó que sí existió vulneración en la eficacia de las
contrataciones del Estado en los procesos de compra directa durante la emergencia sanitaria,
2020. Recomendó realizar la contratación directa para atender recursos priorizados y
generados como consecuencia de una situación de emergencia, sin sacar ventaja o favorecer a
determinados postores.
Marco Normativo
a) Contrataciones directas
Texto Único Ordenado de la Ley N° 30225, Ley de Contrataciones del Estado, en su artículo
27 se detallan los supuestos que tienen que evaluar las entidades para que puedan contratar
directamente con un determinado proveedor: Ante una situación de emergencia derivada de
acontecimientos catastróficos, situaciones que afecten la defensa o seguridad nacional,
situaciones que supongan el grave peligro de que ocurra alguno de los supuestos anteriores,
o de una emergencia sanitaria declarada por el ente rector del sistema nacional de salud.
Asimismo, en el citado capítulo del reglamento se resalta que: la Entidad debe contratar de
manera inmediata los bienes, servicios en general, consultorías u obras estrictamente
necesarios, tanto para prevenir los efectos del evento próximo a producirse, como para
atender los requerimientos generados como consecuencia directa del evento producido, sin
sujetarse a los requisitos formales de la presente norma.
La contratación directa por situación de emergencia faculta a las entidades a realizar una
adquisición con un solo proveedor y regularizar la documentación con posterioridad dentro de
los 10 días hábiles de iniciada la entrega del bien. Conforme a lo establecido con el artículo
100 literal b.4 del Reglamento de la LCE, los actos preparatorios, informe de sustento técnico
legal, el Plan Anual de Adquisiciones, el contratos forman parte de la documentación que
deben ser regularizados dentro de un plazo de 10 días. Y de acuerdo al artículo 102 del
reglamento estipula que la entidad realiza las acciones inmediatas una vez aprobada la
contratación directa, invitando a un solo proveedor, siempre y cuando cumpla con las
características y condiciones de bien a adquirir.
Resolución Directoral N°001-2020-EF/54.01, la Dirección General de Abastecimiento del
Ministerio de Economía y Finanzas dispuso la suspensión del cómputo de los siguientes
plazos: procedimientos de selección, perfeccionamiento de los contratos y trámites de los
procedimientos administrativos sancionadores.
El Órgano Supervisor de las Contrataciones del Estado expidió el Protocolo para los gobiernos
locales para la adquisición de productos de primera necesidad de la Canasta Básica Familiar
en el marco del Estado de Emergencia Nacional. El OSCE recalca que las entidades deben
verificar si se requiere una contratación directa bajo el supuesto de situación de emergencia.
Por otro lado, la Contraloría General de la República emitió las Recomendaciones y buenas
prácticas para las contrataciones y distribución de productos de primera necesidad de la
canasta básica familiar en el marco de la Emergencia Nacional por el COVID-19.
II. MÉTODO
Método: Inductivo, Según Abreu (2014), el método inductivo observa, analiza, estudia las
características generales que reflejan un conjunto de realidades y con ello, elaborar una
propuesta. Plantea un razonamiento que va de lo particular hasta lo general.
Tipo: Aplicada. También conocida como investigación práctica o empírica, porque se enfocó
en utilizar los conocimientos de las Ciencias Administrativas para aplicarlos, implementarlos
en el proceso de la Gestión Pública o en beneficio de grupos o sociedad en general, es decir, el
propósito de la investigación aplicada es hacer uso inmediato del conocimiento existente
(Vargas, 2009).
Enfoque: Cualitativo, porque consiste en la construcción o generación de una teoría a partir
de una serie de proposiciones extraídas de un cuerpo teórico que servirá de punto de partida
del investigador.
Corte Transversal. Para Bernal (2006), los tipos de investigación están relacionados con el
tiempo o el número de veces que se obtiene la información y la investigación que se
caracteriza porque por única vez en un momento dado se obtiene información del objeto de
estudio, se denomina investigación seccional o transversal. Es por ello, que se recopiló
información de la población y/o muestra para el siguiente periodo de estudio: 2020.
Esta condición es el principal objetivo de análisis, debido a que muchas de las entidades
analizadas, a través de los informes de sus órganos de control institucional, han incumplido
con el plazo establecido en el artículo 100 del TUO de la Ley N°30225. Tenemos que 386
entidades públicas de la región Lima sometidas a un control por parte de la Contraloría
General de la República en relación a la adquisición y distribución de Canastas Básicas
Familiares en el marco del D.U. N°033-2020, 221 han incumplido con identificar
correctamente a los beneficiarios, es decir se identificaron a personas fallecidas como
beneficiarias; 05 entidades adquirieron productos de persona jurídicas que se encontraban
impedidas para contratar con el Estado; 94 no cumplieron con registrar la información en la
Plataforma de la Contraloría, y; 66 entidades no cumplieron con registrar la información
necesaria del proceso de contratación directa en el SEACE 1; es decir, no se ha cumplido con la
inclusión en el Plan Anual de Contrataciones (PAC), requerimiento, certificación de crédito
presupuestario, informe, acuerdo que aprueba la contratación directa, contrato y sus requisitos
de corresponder, que a la fecha de la contratación no se haya elaborado, aprobada o suscrito.
Dicho ello, debemos de señalar que la Contraloría General de la República, a fin de cautelar el
uso adecuado de los recursos públicos, dispuso, a través de la Resolución de Contraloría N°
102-2020-CG, el uso obligatorio de la “Plataforma para la Transparencia de la Gestión Pública
en la Emergencia Sanitaria COVID-19”, por parte de los Gobiernos Locales, plataforma que
solo registra las acciones desarrolladas por las entidades públicas, verificando el cumplimiento
del registro de la información dentro del plazo. Así, tenemos que la naturaleza de la
contratación directa, conlleva que dentro del plazo de diez (10) días hábiles siguientes de
efectuada la entrega del bien, la Entidad regularice aquella documentación referida a las
actuaciones preparatorias, el informe o los informes que contienen el sustento técnico legal de
la Contratación Directa, la resolución o acuerdo que la aprueba, así como el contrato y sus
requisitos, que a la fecha de la contratación no haya sido elaborada, aprobada o suscrita, según
1
10 días hábiles para regularizar la documentación.
corresponda; debiendo en el mismo plazo registrar y publicar en el SEACE los informes y la
resolución o acuerdos antes mencionados, información que, como ya se ha sostenido, también
debe ser registrada en la Plataforma de la Contraloría.
En ese estado de cosas hemos podido advertir que el hecho que provocó la contratación directa
y las acciones desarrolladas para la adquisición de la Canasta Básica Familiar es una conducta
que incumple el marco legal dado que se ha podido evidenciar que 05 entidades adquirieron
productos de persona jurídicas que se encontraban impedidas para contratar con el Estado;
asimismo, se ha podido advertir que 66 no registraron oportunamente la información necesaria
del proceso de contratación directa en el SEACE, situación que a nuestro criterio no resulta
constitutivo de imputación de falta administrativa, máxime si la misma norma considera que
se realiza a través de una regularización documentaria; sin embargo, como lo sostuvo Rojas y
Lagos (2021) los gobiernos locales presentaron un bajo desempeño en la identificación y
priorización de las canastas, coincidiendo en que se pudo evidenciar el aprovechamiento y mal
uso de las modalidades de contratación en tiempos de emergencia.
De otro lado tenemos que la entrega de la Canasta Básica Familiar no satisface el supuesto de
situación de desabastecimiento de la contratación directa, dado que el inciso c) del artículo
100 del TUO de la Ley N° 30225 señala, expresamente, que la situación de desabastecimiento
se configura ante la ausencia inminente de determinado bien, servicio en general o consultoría,
debido a la ocurrencia de una situación extraordinaria e imprevisible, que compromete la
continuidad de las funciones, servicios, actividades u operaciones que la Entidad tiene a su
cargo. En ese sentido, coincidimos con lo expuesto por Santamaria (2022) al señalar que las
contrataciones del estado propiciaron que las entidades contraten sin considerar la calidad y el
precio razonable en la modalidad de contratación directa durante la emergencia sanitaria.
De acuerdo al artículo 27 del TUO de la Ley de Contrataciones del Estado, se señala que las
entidades pueden contratar directamente ante una situación de emergencia derivada de
acontecimientos catastróficos o de una emergencia sanitaria declarada por el ente rector del
sistema nacional de salud. Por lo que, la declaratoria de la Emergencia Sanitaria nacional
frente al grave peligro causado por el coronavirus – COVID-19 realizado por el Ministerio de
Salud, se convirtió en una de las causales para proceder con el procedimiento de Contratación
Directa (por ejemplo, Equipos de Protección Personal, medicamentos y otros insumos
médicos). Sin embargo, este tipo de procedimiento representa una de las posibilidades para la
contratación de bienes y servicios, en consecuencia, también es posible llevar a cabo otros
procedimientos como: compras iguales o menores a ocho UIT o compras a través de Catálogo
Electrónico de Acuerdo Marco.
Siguiendo esta línea, el Decreto de Urgencia N°033-2020 autorizó a los gobiernos locales a
efectuar la adquisición y distribución de bienes de primera necesidad de la Canasta Básica
Familiar, asimismo, la OSCE recomendó realizar contratación directa bajo el supuesto de
situación de emergencia que permite contratar directa y de manera inmediata con un
determinado proveedor, debido que el mercado no cuenta con la capacidad de respuesta para
abastecer la cantidad de bienes requeridos. En otras palabras, las entidades justificaron
correctamente el empleo de la contratación directa en situación de pandemia por COVID-19,
la cual omite la fase de selección, sin embargo, faculta a las entidades a regularizar con
posterioridad todos los aspectos vinculados a la compra dentro de los 10 días hábiles
siguientes de efectuada la entrega del bien, o la primera entrega en el caso de suministros o del
inicio de la prestación del servicio. Es por ello que, todos los estudios de casos analizados
emplearon como tipo de procedimiento la contratación directa.
Ahora bien, es importante mencionar que en el numeral 2) del Reglamento de la LCE señala
que la entidad debe contratar inmediatamente los bienes y servicios “estrictamente necesarios”
para atender los requerimientos generados como consecuencia directa del evento producido.
Es decir, se prevé que la entidad realice la contratación directa, por ejemplo, de insumos y/o
dispositivos médicos que contrarresten la propagación del riesgo por COVID-19 porque son
estrictamente necesarios. Luego, la entidad debe contratar lo demás que requiera para la
realización de las actividades de prevención y atención derivadas ante el contexto de la
pandemia por COVID-19. De lo anterior, la entidad es responsable de sustentar si el bien
constituye lo estrictamente necesario y si agota o no la necesidad mediante un informe técnico
legal que sustenta la contratación. A pesar que la canasta básica familiar hace referencia a un
conjunto de bienes que permiten la satisfacción de necesidades primordiales de una familiar,
es fundamental reconocer que ante el estado de Emergencia Sanitaria Nacional, se estableció
la relación de bienes o servicios requeridos, de conformidad con el Decreto Supremo N°010-
2020-SA.
De los casos estudiados, coincidimos con Leonarte (2020) que evidencia las siguientes
situaciones adversas en el proceso de adquisición de bienes de la canasta básica familiar: por
ejemplo, el incumplimiento del registro en el SEACE de la documentación que regula la
contratación directa de dichos bienes, por consiguiente, incumplimiento del plazo máximo de
10 días hábiles siguientes de efectuada la entrega, además no se registró el monto
comprometido en la ejecución presupuestaria del gasto. Aunado a ello, también existieron los
sobreprecios, productos de calidad defectuosa y colusión de compras entre funcionarios y
proveedores, dejando de atender a miles de familias pobres y más vulnerables del país.
IV. CONCLUSIONES
2. La naturaleza de la contratación directa, conlleva que dentro del plazo de diez (10) días hábiles
siguientes de efectuada la entrega del bien, la Entidad regularice aquella documentación
referida a las actuaciones preparatorias, el informe o los informes que contienen el sustento
técnico legal de la Contratación Directa, la resolución o acuerdo que la aprueba, así como el
contrato y sus requisitos, que a la fecha de la contratación no haya sido elaborada, aprobada o
suscrita.
Calixto Gabriel, D. (2020). Las contrataciones del estado en los tiempos del Covid19. Lumen,
16(1), 137-144.https://doi.org/10.33539/lumen.2020.v16n1.2290