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CURSO

PSICOLOGÍA INTEGRAL Y PRÁCTICA CLÍNICA

Una propuesta científica para el abordaje clínico

Clase introductoria y presentación general: Psicología Integral de la persona

LIC. MARCOS RANDLE

Introducción

El texto que tienen en sus manos corresponde a la primera clase del curso anual de
la Fundación CEyTEC. El presente curso tiene dos grandes bloques, en el primero se
estudian los fundamentos filosóficos y antropológicos que están de base en nuestra
propuesta en Psicología, y en la segunda parte se estudia la aplicación práctica.
La presente clase es de carácter introductorio y general. La idea aquí es presentarles
en pocas líneas en qué consiste la Psicología Integral de la Persona.
Es probable que se encuentren con conceptos nuevos y alguno de ellos presenten
alguna dificultad, pero no deben preocuparse, porque todos los conceptos serán tratados por
los distintos profesores y a lo largo de todo el curso, de manera que con el tiempo se van a
ir aclarando.
Para empezar a hablar de Psicología integral, conviene comenzar con la definición
que hemos acuñado desde hace algún tiempo en nuestra Fundación. Decimos que la
Psicología Integral o Realista es: “el estudio científico de los procesos mentales, volitivos y
afectivos del ser humano, considerado como totalidad unificada de alma y cuerpo a la luz
de los aportes de la tradición antropológica clásica greco – latina: representada por los
grandes clásicos, y enriquecida por los humanistas y científicos de todos los tiempos. De

1
esta visión integral del ser humano se proyectan luego las líneas pragmáticas para una
psicoterapia respetuosa de la naturaleza humana”1.
Esta amplia y nutrida definición se irá desglosando y explicando a lo largo de esta
clase y del curso en general.
La presente clase presentaremos cuatro puntos generales sobre nuestra propuesta en
Psicología. Diremos que nuestra Psicología es Integral, es de la Persona, es Realista y,
finalmente que es Aplicable.

A. Integral
Decimos que nuestra Psicología es integral en un doble aspecto: Es integral desde el
punto de vista de su objeto de estudio (también objeto de atención clínica), es decir, la
persona humana; y también es integral desde el punto de vista del abordaje. Se trata de una
técnica psicoterapéutica que trasciende su tarea desde la integralidad.
La integralidad parte de una necesidad ante la inmensidad del hombre. Las
operaciones de la naturaleza humana son tan numerosas y complejas que ofrecen una fuente
inagotable a la investigación, y que no es posible de explicarlos únicamente desde una
disciplina. Quizás si no hubiera tantas profundidades ocultas en el ser del hombre, no
habría tanta diversidad de escuelas psicológicas. La complejidad cósmica de la persona
explica de algún modo la existencia de tantos sistemas y diferencias académicas en el
campo psicológico. Por eso es natural y explicable que el investigador que concentra su
atención en una de esas múltiples facetas, llegue a olvidar las demás o pretenda explicar el
todo en función de alguna parte2.
Aspirar a ver al hombre en su totalidad, es el objetivo fundamental de nuestra
propuesta. No podemos ver el hermoso paisaje que se refleja sobre un puzzle si nos faltan
piezas. Así como se hace necesario contar con cada fracción para que se refleje
correctamente la belleza de una obra de arte, sin dejar ninguna parte librada al azar.
Debemos conocer y asumir de manera integrada cada porción que configura al ser humano.
Apreciar su belleza y riqueza será posible si tomamos en consideración cada “pieza” que lo
conforma.

1
Cf. Randle, Marcos y González Celina. Abordaje Integral de la Persona. Una propuesta del Proyecto
terapéutico de la Fundación CEyTEC. EDIVE, 2018.
2
Cf. Brennan,R.E. Historia de la Psicología. Madrid 1957.

2
El hombre es un todo sustantivo, íntegro en su naturaleza. El hombre tiene la
experiencia de ser uno. La unidad humana es atestiguada por la experiencia íntima. Al
mismo tiempo sabemos y lo experimentamos que no somos simples, sino complejos. No
obstante, el hombre es uno. Como respuesta a la necesidad de explicar dicha unidad en la
complejidad es que el Dr. Pithod recurre a la noción de todo sustantivo. La multiplicidad de
partes es reducida a la unidad por un único sujeto-sub-jectum- que somos nosotros mismos,
los mismos e identificables más allá de los constantes cambios a los que estamos
sometidos. Esta unidad última en la variedad de aspectos y partes, que subyace a la
perpetua mutalidad, es debida a que somos uno y el mismo, somos sustantivos.3

La persistencia de mi yo como sujeto, su identidad y mismidad, se me revelan en mi


materia viviente: Mi cuerpo sigue siendo mi cuerpo, el mismo pese a su constante
mutalidad; mi psiquismo es altamente dinámico; sufre profundas transformaciones y sin
embargo me reconozco en él.4

Nuestra observación pretende plantear la mirada del “todo psíquico”, como bien lo
llama la Dra. Anna Terrewe5, la totalidad de la persona nos proporciona un abordaje
integral, sin dejar de lado ninguna dimensión propia de la naturaleza humana6.

B. De la persona

Nuestra Psicología es de la PERSONA humana. Cuando nos referimos a nuestro


objeto de estudio no lo miramos de manera parcial o sesgada; no decimos sujeto, no lo
llamamos individuo, etc., es decir tratamos con personas humanas, con una persona, quien
por naturaleza tiene cuerpo y alma espiritual.

Además nuestro concepto de persona supera a la visión del hombre como una mera
máquina, como un cúmulo de instintos pujando por manifestarse y privados de la libertad
3
Pithod, A., El alma y su cuerpo, Buenos Aires (1994), 49.
4
Ibidem
5
Terrewe Anna A. and Baars, Conrad. Healing the Unaffirmed. Ed. St. Paul. 2002. Pp 18-19.
6
El concepto de Naturaleza humana lo centramos fundamentalmente en las enseñanzas de Santo Tomás de
Aquino (Summa Theologica I, 75-102); y en Juan Pablo II (Ver Karol Wojtyla. Max Scheler y la Ética Cristiana.
Wojtyla, Persona y acción. )

3
como potencia sublime de la naturaleza humana. Tampoco miramos al hombre como una
simple construcción según el criterio y la ocurrencia de cada individuo.

Consideramos a la persona como un misterio, la persona humana es una realidad de


múltiples dimensiones unidas en una única esencia. Es una realidad compuesta por un
cuerpo y un alma, por capacidades y potencias específicas, con movimientos afectivos y
pasionales, etc.

En primer lugar, en Psicología y en psicoterapia es necesario retomar la


consideración de la dimensión espiritual de la persona, tal como lo propone el Dr. Viktor
Frankl: “Yo quisiera ser médico de almas no para un mecanismo psíquico corrompido, ni
un aparato psíquico en ruinas, ni para una máquina deshecha, sino sólo para lo humano en
el enfermo que se halla detrás de todo ello y para lo espiritual en el hombre que está por
encima de todo ello”. (Frankl 1964).

Sin embargo, no debemos cerrar la observación de nuestro campo de acción a mera


espiritualidad. Las operaciones de la naturaleza humana son tan numerosas y complejas que
ofrecen una fuente inagotable a la investigación.

El alma inteligente es inmortal. En su búsqueda de la verdad tiende hacia la


eternidad de Dios y hacia lo eterno de los seres creados.

El alma es una y se distingue por una jerarquía de potencias o facultades-


intelectuales, sensitivas y vegetativas. No está totalmente sumergida en el cuerpo y emerge
sobre el mismo por sus actos de pensar y de querer.

Esto no significa desprecio por el cuerpo, cuyo lugar y función iremos destacando a
lo largo de la materia.

La Psicología debe ser abordada con la consideración del espíritu. Es el espíritu el


que da sentido a la vida. No son ni el bienestar físico, ni siquiera el equilibrio emocional. El
sentido de la existencia supone comprensión del significado de la vida y la captación y
aceptación de valores supra-emocionales. Este sentido que trasciende lo biopsíquico puede

4
subsistir más allá, incluso, de la enfermedad mental y de la desdicha, al menos en la
opinión de Frankl, Sacks, entre otros7.

Desde nuestra visión antropológica y por el compromiso con la Verdad, no podemos


negar ni pasar por alto la apertura a lo trascendente y la necesidad de elevarse por sobre la
razón hacia lo sobrenatural, que hay en lo superior del hombre. Este ser que camina
erguido8 , puede mirar hacia lo alto, está llamado y ordenado a la búsqueda de Dios, y así a
la perfección última de su ser. Aquí vemos como el pecado desordena la afectividad y la
inclina al mal. Desde lo psicofísico debemos contar con este dato, puesto que el pecado
desordena la naturaleza y la inclina a su propia disgregación. La fe nos da un fundamento
más que crucial, y es que el hombre posee una naturaleza caída. Es así como la estructura
perfecta del castillo que compone al hombre tiende a desacomodarse. Son testigos de esta
desestructura tanto el médico, como el psicólogo, el psicopedagogo, el orientador familiar,
etc.9

Un psicólogo formado en antropología cristiana, reconoce la acción de la gracia. En


cuanto a la consideración sobre la gracia de parte del profesional de la Psicología, creo,
según mi humilde opinión, que habría que destacar los siguientes puntos:

7
Cf. Pithod A., Psicología y ética de la conducta. Buenos Aires, 2006.
8
Notamos en Aristóteles la claridad con la que expresa la perfección del cuerpo humano en cuanto que es
cuerpo racional , y se expresa del siguiente modo: “A continuación del cuello y la cabeza se encuentran en
los animales los miembros anteriores y el tronco. El hombre, en lugar de patas y
pies delanteros, tiene brazos y las llamadas manos, pues es el único de los animales que camina erguido
porque su naturaleza y su esencia son divinas, y la función del ser mas divino es pensar y tener
entendimiento”, En ARISTOTELES, De part. an. II, 10, 656a 5ss. Traducción tomada de I. DURING,
Aristóteles, 837.
9
Es muy posible que la nueva apologética del alma moderna comience con las contribuciones de la
psicología moderna sobre el sujeto del conflicto, y que sea una suerte de prefacio al tratado De peccato
originali, que es, relativamente, el tratado de teología más importante para la mente moderna.
Aquí estamos interesados, no en el conflicto en el nivel inconsciente, sino en la causa subyacente de todo
conflicto, social o individual, en el cuerpo o en el alma, en la voluntad o el corazón, de las cuales la psicología
es una manifestación superficial.
Una psicología que asume que todos los conflictos se deben a las aberraciones personales del individuo, no
puede dar cuenta de la universalidad del conflicto (…)
Si el verdadero origen del conflicto se encuentra no en el individuo, exclusivamente, sino en la naturaleza
humana, es correcto analizar la naturaleza humana común a todos nosotros. En Sheen Fulton J. Paz en el
Alma. Lumen. Bs As. 2007

5
 El psicólogo no trabaja directamente sobre la vida o el estado sobrenatural del
paciente; eso es tarea del sacerdote.

 Pero tiene en cuenta ese aspecto, por tanto orienta su trabajo de tal modo que deja el
camino expedito para que el paciente solicite ayuda al sacerdote en este aspecto.

 Además, tiene que ejercer un claro aspecto de discernimiento para poder ver si el
problema que trata no tiene raíces en problemas espirituales (sentimiento de culpa
real, por ejemplo) y en tal caso debe ser claro con el paciente diciéndole que a su
parecer la psicoterapia no solucionará un problema que es de otro orden,
remitiéndolo a quien corresponda. La mayoría de los problemas que consulta el
hombre de hoy al psicólogo contienen mezcla de problemas espirituales (el sentido
de la vida, el vacío existencial, etc.).

 El psicólogo es también un hombre que tiene o no tiene fe. Y si la tiene nada quita
que, según la apertura en este campo que le dé el paciente, pueda dar consejos
espirituales, pero aclarando que esto lo hace no en cuanto psicólogo, sino en cuanto
creyente, aunque esto pueda tener incidencia sobre la fe.

 Una buena relación con Dios ayuda notablemente al equilibro de toda la persona,
incluido el psicológico. Esto el psicólogo debe saberlo, y por tanto, no es ajeno a su
profesión el decirle al paciente que vea bien su relación con Dios. Un médico que
cura una úlcera no es consejero conyugal, pero si ve que su paciente anda mal en su
matrimonio, puede y debe decirle que si no soluciona sus problemas matrimoniales,
no se curará de la úlcera. Esto es análogo.

La consideración de la persona humana siempre debe ser considerada desde su esencia,


que nos vuelca necesariamente al asombro en la observación de esta creatura tan particular.
“Todo en el hombre corresponde a la hominidad (esencia humana), y es esencialmente
diferente de lo que se da en los entes de otra especie, a pesar de las similitudes aparentes”.10
Esto se muestra:

10
Pithod, A., El alma y su cuerpo, Buenos Aires (1994), 44.

6
1º Por su singularidad biológica: la biología humana es propia suya, con elementos
inconfundibles, pero especialmente por sus potencialidades admirables. Hay indudables
semejanzas morfológicas, psicomotrices y sensoriales con los animales superiores
(homínidos); pero el ser humano tiene peculiaridades específicas. Por ejemplo, es un ser
erecto desde su aparición cósmica (los griegos acuñaron el término “aná-tra-ops” —
ánthropos”—, el que mira hacia lo alto). Además, sus órganos reflejan maravillosamente la
presencia de la inteligencia. Aristóteles decía que la inteligencia humana está presente en
las manos (órgano de perfección con las que puede realizar todo lo que se propone). Se ve
en la destreza psicomotriz de la bailarina o del deportista: no sólo tenemos la ductilidad de
sus miembros (un felino puede ser superior) sino que trasparentan el genio de su cerebro:
no es sólo habilidad, sino simbolismo, lenguaje, poder mental.
2º Se manifiesta en el rostro humano; los animales no tiene rostro sino cara. El rostro =
órgano expresivo superior de nuestros estados espirituales y afectivos (alegría,
preocupación, tristeza, condolencia, satisfacción, malicia, etc.). El animal, en cambio, no
tiene esta capacidad de expresión.
3º El cerebro humano manifiesta una diferencia esencial con el animal en su capacidad de
vida emocional que es infinitamente superior a la del animal. La emoción humana se
conecta con las facultades espirituales tendiendo a espiritualizarse (asunción eminente). La
afectividad humana es, por eso, más rica y esencialmente diferente de la del animal.
4º La percepción sensible también es diferente de la percepción animal: el hombre ve
inteligentemente, es decir, siguiendo un proceso de organización significativa de los datos
sensibles. El mundo animal (que capta el animal) es distinto del mundo que percibe el ser
humano. Esto se ve más que nada en aquellas cosas que no se relacionan de modo directo
con las emociones (o sea, lo que no representa un carácter nocivo o benéfico, sino que es
indiferente); tal vez el animal tiene una reacción “significativa” ante la huella de un animal
enemigo, o ante el olor del alimento, etc., pero no capta nada en un atardecer, en un paisaje,
etc.; el hombre sí.
5º El lenguaje: los animales tienen un sistema de comunicaciones que alcanza para que
exprese sus emociones (gritos y otros sonidos). También puede servirse de esta capacidad
como función de señal, en la que un animal actúa como emisor de un “mensaje” de alerta o
peligro para el resto de su bandada o manada. Pero hay dos niveles de lenguaje que los

7
animales no alcanzan: la función descriptiva (“esto es verdadero o es falso”) y la función
argumentativa. Y una prueba acabada es el fracaso del intento de enseñar a hablar a los
simios. El simio desarrolla sus habilidades psicomotrices con mayor rapidez que el infante
humano. Un mono de dos años es superior en habilidades psicomotrices a un niño de la
misma edad. Pero esto no se ve en el lenguaje: el niño desde los primeros meses se prepara
activamente en su aparato fonatorio, imita los sonidos que oye, goza con esta actividad y
salta al plano del lenguaje en muy poco tiempo.

No se puede, por tanto, pensar que se actúa solo sobre el cuerpo humano sin que al
mismo tiempo esta acción sea a favor o en contra de la persona toda.
Con esto queremos decir, ante todo, que la animalidad está en la humanidad
perfeccionadamente, es decir, la forma humana (el alma) contiene las perfecciones propias
del animal (el ser sensitivo) pero sobre elevando esas perfecciones a un nivel más alto.
La animalidad, por hallarse en la humanidad, recibe un perfeccionamiento
intrínseco. Da mucho más de sí que cuando se da en el solo animal. El ojo humano ve más
perfectamente que el del animal, aunque llegue menos lejos, porque ve entendiendo y
captando significados.
Además, todo en el hombre es humano, también su animalidad. Nada hay de animal como
tal en el hombre. Su sensibilidad se racionaliza y su afectividad se hace espiritual.
La maravillosa unidad del cuerpo y el alma no es una unidad cualquiera sino que
proviene de la posesión del cuerpo por parte del alma, de la asunción eminente,
perfeccionante, que las potencias de la forma espiritual realizan de las potencias corpóreas.
La animalidad está en nosotros transmutada, es una animalidad que se espiritualiza sin dejar
de ser animal. Sin esta visión la antropología se pierde en un espiritualismo descarnado,
dualista, o se hunde en el materialismo biologista.
Pero esta asunción eminente no se da tan perfectamente que no queden tensiones.
En toda personalidad hay sectores que no están plenamente integrados que explica que haya
desequilibrios al menos esporádicos incluso en personas que parecen muy armónicas y
maduras. De todos modos, incluso en quienes tienen problemas lo que más resalta es la
unidad fundamental y trascendente de la persona que no pueden borrar estos desequilibrios.

8
Pero hay una unidad fundamental y trascendente en la persona que no pueden borrar
los fenómenos precedentes. Es la mismidad del yo por debajo del cambio, su unidad e
identidad, la interconexión de los estratos biológico, psíquico y espiritual son innegables.
Con la exposición del principio de asunción formal eminente logramos un marco teórico
que mejora nuestra comprensión del fenómeno humano.

C. Realista:

Nuestro modesto trabajo consiste en el estudio y aplicaciones terapéuticas de la


Psicología con una visión integral del ser humano, respetando la naturaleza humana de cada
persona sufriente. Proponemos un proyecto de abordaje desde una perspectiva Realista.
Esto significa que estamos abiertos a la realidad que nos trasciende y confiamos que la
razón es capaz de sucesiva y gradualmente irse adecuando a la verdad de las cosas.
Estas consideraciones nos han llevado a una profundización en el estudio de la filosofía y la
antropología generando una cosmovisión desde la cual partimos a la aplicación clínica.
Aunar teoría y práctica, que son atravesadas por una misma visión antropológica clásica. El
poseer parámetros filosóficos claros otorga a la práctica clínica solidez, coherencia y por
sobre todo integridad racional.
Nuestro apoyo en los clásicos y principalmente en Santo Tomás de Aquino es
fundamental. Tomás de Aquino se convierte hoy en una luz de especial interés para la
Psicología. La extensión y profundidad con que es tratado el tema del hombre en sus
escritos brindan una visión que no deja menos de sorprender por su riqueza y actualidad. En
palabras del filósofo catalán Francisco Canals: "Quien quisiese investigar bien todas las
veces que Santo Tomás habla de la vida personal del hombre y las cosas que dice de ella,
encontrará un tesoro antropológico y psicológico"11. Nos referimos aquí no sólo a
principios genéricos o abstractos acerca del ser humano, sino a temas muy concretos y
propios de la Psicología. El mismo Erich Fromm llegó a afirmar al respecto: "En Tomás de
Aquino se encuentra un sistema psicológico del cual se puede probablemente aprender más

11
Dr. FRANCISCO CANALS, La persona, sujeto y término de amor y amistad, Conferencia dictada en el
Campus Oriente de la pontificia Universidad Católica de Chile, 1989.

9
que de gran parte de los actuales manuales de tal disciplina; se encuentran en él
interesantísimos y muy profundos tratados de temas como narcisismo, soberbia, humildad,
modestia, sentimientos de inferioridad, y muchos otros"12 .
Nuestra propuesta consiste en una visión que oportunamente combina la mirada
antropológica clásica, respetuosa de la naturaleza humana, que concibe al hombre como
una totalidad con el uso de las técnicas y métodos descubiertos en la ciencia psicológica
moderna, siempre y cuando sean afines a la concepción integral del hombre.
Si tuviésemos que esquematizar la síntesis realista de nuestra cosmovisión, la
podríamos representar del siguiente modo:

ARISTÓTELES

VISIÓN
ANTROPOLÓGICA
CLÁSICA

TOMÁS DE AQUINO
CONSONANCIA

Psicología Integral
de la Persona

USO DE TÉCNICAS
MODERNAS

La concepción realista del hombre proporciona, a nuestro juicio, bases amplias,


sólidas y susceptibles de indefinida profundización, para una psicoterapia que quiera
fundamentar su trabajo sobre criterios que sean respetuosos a un tiempo del rigor científico
y de las exigencias de la persona humana.
La psicoterapia tiende a operar una rectificación tanto de la vida cognoscitiva como
de la vida afectiva, en el sentido de un acatamiento cada vez más perfecto al orden objetivo

12
E. FROMM, Psicología per 11 011 psicologi. En: L'amore per la vira. Mondadori, Milano 1992, p. 82.

10
de las cosas. El psicoterapeuta, guardián de la cordura, debe velar porque el paciente
afiance de manera cada vez más profunda la racionalidad de su corazón y la cordialidad de
su razón13.
Es fundamental conocer la ubicación de nuestra ciencia en relación con las demás.
Conocer su origen y su participación en la filosofía, para luego tener una sana concepción
de la psicoterapia, etc.
La propuesta de basar nuestra Psicología en los clásicos de la Filosofía no es un
mero capricho o el empuje innecesario de forzar la realidad. Es, volver al origen de la
ciencia que hoy nosotros abordamos.
Al repasar la Filosofía encontramos a Aristóteles como fundador de la ciencia del
alma. En efecto, el De Anima, así como los otros libros que escribió a cerca de los
vivientes, contiene la primera exposición sistemática de lo que hoy podríamos llamar una
psicología. Aristóteles, pues, no solo representa una síntesis de las diversas doctrinas de sus
predecesores sino que, además y por sobre todo, es quien pone los cimientos de la
Psicología estableciendo su objeto, método, su carácter científico, sus relaciones con otras
disciplinas y, finalmente, desarrollando su contenido temático.14
El Filósofo inicia su De Anima con un elogio de la ciencia de la que se propone
tratar. Ella, dice, merece ocupar los primeros puestos entre las ciencias más bellas y
honorables; y esto por una doble razón, a saber, en virtud de la nobleza de su objeto-pues el
alma es el principio de los vivientes-y a causa del rigor de su método. El conocimiento del
alma, concluye Aristóteles, contribuye gradualmente al conocimiento de la verdad en todos
los campos del saber y especialmente en el terreno de la naturaleza15.
El pensamiento de Aristóteles, completo, no ingresa en la Europa cristiana hasta el
siglo XXIII si bien algunas de sus obras ya eran conocidas desde tiempo atrás. Es sin duda
la inigualable tarea de asimilación y síntesis llevada a cabo por Tomás de Aquino la que
acabará por darle a Aristóteles el lugar que finalmente va a ocupar en la constitución de la

13
Cf. Randle, Marcos y González Celina. Abordaje Integral de la Persona. Una propuesta del Proyecto
terapéutico de la Fundación CEyTEC. EDIVE, 2018.
14
Cf. Mario Caponnetto, Jordán Abud, Ernesto Alonso. ¿Qué es la Psicología?, a cerca del estatuto
epistemológico de la Psicología. Buenos Aires, 2016.
15
Ibidem.

11
psicología. Sin embargo la obra del Aquinate no hubiera sido posible sin la intermediación
de los filósofos árabes (Avicena y Averroes).16
La psicología es la ciencia del alma, el hombre interior, como dice Santo Tomás. Su
objeto propio es estudiar la naturaleza, las potencias y las operaciones del alma-actos,
pasiones, estados y hábitos-; esto es, todo el caudal de la riquísima experiencia psíquica,
desde los fenómenos de la inteligencia y de la voluntad cuyo sujeto es el alma sola, hasta
los fenómenos de la sensibilidad y del instinto cuyo sujeto es el alma junto con el cuerpo.
Para este trabajo nos nutrimos constantemente de los aportes de los humanistas de
todos los tiempos tales como, Santo Tomás de Aquino, el P. Cornelio Fabro 17, el Dr.
Aquilino Polaino Lorente18, el Dr. Abelardo Pithod19, la Dra. Anna Terrwe,20 Víktor
Frankl,21 a los fines de formarnos y formar profesionales con una misma cosmovisión
antropológica. Pero, además y principalmente, nuestra preocupación reside en la práctica
psicoterapéutica y en la asistencia integral de los pacientes. Para lo cual nos enriquecemos
con el más variado y rico aporte de los clásicos de la Psiquiatría y la Psicoterapia22.

16
Ibídem.
17
Sobre todo en sus obras claves para la Psicología: Percepción y Pensamiento y Fenomenología de la
Percepción.
18
El Dr. Aquilino desde siempre ha sido una referencia para nosotros. Desde el año 2017 es miembro
honorífico de la Fundación CEyTEC y ha participado en los Congresos que regularmente realiza la
Fundación.
El Dr. Aquilino Polaino Lorente es escritor español, nacido en Cazorla en 1945, Aquilino Polaino-Lorente
estudió Medicina en la Universidad de Granada en 1968 y Psicología clínica en la Universidad
Complutense de Madrid en 1971. Durante 1971 consiguió el doctorado de Medicina en la Universidad de
Sevilla, y después se licenció en Filosofía en la Universidad de Navarra. Es miembro de la Academia
Pontificia para la Vida desde 1996.
“Una vida robada a la muerte” o “En busca de la autoestima”, son algunas de las obras en las que Aquilino
Polaino-Lorente trata problemas psicológicos infantiles y familiares.
Especialista en temas como la familia y el matrimonio.
19
El Dr. Abelardo Pithod es miembro honorífico de la Fundación CEyTEC y ha participado en los Congresos
que regularmente realiza la Fundación. Es Doctor en Sociología por la Universidad de París- Sorbona,
Master en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y Licenciado en Filosofía por la
Universidad nacional de Cuyo. Ha escrito numerosos libros entre los cuales se destacan: El alma y su
cuerpo; Psicología y ética de la Conducta; Breviario de Psicología.
20
Terrewe Anna A. and Baars, Conrad. Healing the Unaffirmed. Ed. St. Paul. 2002. Pp 18-19.
21
A nuestro juicio, uno de los psiquiatras más lúcidos del siglo XX. Nos nutrimos de la totalidad de sus obras,
por la riqueza de contenido que manifiestan.
22
Mencionamos sólo algunos de la enorme cantidad de autores que son nuestra guía: Akiskal y Cols.
Trastornos Bipolares. Editorial Panamericana.2006. Chinchilla Moreno, A. Las esquizofrenias: Sus hechos
y valores clínicos terapéuticos. Editorial Masson. 2007. Chinchilla Moreno. Las Depresiones. Editorial
Panamericana. 2008. Chinchilla Moreno. Las Esquizofrenias. Editorial Masson. España. 1996. DSM V.
American Psychiatric Association. Editorial Médica Panamericana. 2014. Ey Henry. Tratado de
Psiquiatría. Editorial Elsevier 1978. Jaspers K. Psicopatología General. Editorial Fondo de cultura
económica. 2010. Cabanyes, Javier y Monge, Miguel Ángel. La salud mental y sus cuidados. EUNSA.
Pamplona, 2010. Aaron Beck, Arthur Freeman y otros. Terapia Cognitiva de los Trastornos de la

12
D. Aplicable

La Psicología es una ciencia práctica o moral; el hombre no se propone conocer el


alma propia y ajena para alcanzar la verdad simplemente, sino para servir al mejor ser, a la
perfección de sí y de los demás. Todas nuestras consideraciones deben dirigirse a una
aplicabilidad concreta en la clínica.

Nuestro principal trabajo es la clínica. Lo que nos mueve en el día a día es el interés
por nuestros pacientes y la preocupación por lograr constantemente su mejor ser.

La psicoterapia que planteamos siempre será integral en la medida en que los fines
de la misma se pongan a la par de los fines del hombre. Podemos concebir la psicoterapia
(analogando la educación) como un auxilio prestado al hombre para alcanzar cierto grado
de plenitud que le permita autoconducirse hacia sus fines, o mejor hacia los fines que
perfeccionan la naturaleza.

La psicoterapia apunta pues a lograr que el paciente sea autónomo y pueda


encontrar cierta plenitud en esta vida. Esa plenitud o perfección a la que debemos llevar a
nuestros pacientes en general, desde ningún punto de vista será absoluta y quieta, se trata de
lo que Francisco Ruiz Sánchez ha venido en llamar, plenitud dinámica23.

Además de generarnos un marco conceptual sólido, sobre el cual nos asentamos para
libremente escoger técnicas psicoterapéuticas de las distintas corrientes, también nos ha
abierto un gran campo de investigación en orden a la aplicación de una Psicoterapia en
clave tomista. A través de esta psicología, se trabaja en una suerte de epigénesis, en un
camino ascendente, de abajo hacia arriba24, desde los fenómenos de la sensibilidad,
pasando por las percepciones sensibles y la afectividad, para luego llegar a los procesos

Personalidad. Ed. Paidós Ibérica. 2ºEdición. 1995. Wenceslao Vial. Madurez psicológica y espiritual.
3ºEdición, 2016.
23
Cf. Ruiz Sánchez, Francisco. Fundamentos y fines de la Educación. EDIVE, 2003.
24 Ver Una aproximación realista a la Psicoterapia, en Estudios en Psicología Integral de la Persona. Colección de la
Asociación de Psicología Integral de la Persona. Año I, Vol.I. Santiago de Chile-2017.

13
espirituales superiores. Este proceso de epigénesis es atravesado por la noción tomista de
hábito25.

Cuando hablamos de epigénesis y camino ascendente es siempre desde la óptica


tomista de la estructura de la persona humana. En este proceso es fundamental la
consideración de la doctrina de los sentidos internos: Esto se refiere al conjunto de
facultades post-sensoriales del alma a las cuales alude Aristóteles y distinguirlas de los
cinco sentidos (llamados entonces sentidos externos). Los sentidos internos quedan
reducidos a cuatro órdenes de funciones fundamentales, agrupadas a su vez en dos parejas
complementarias, integradas cada una por un sentido receptor y sintetizador y uno
retentivo, conservador o mnésico. La operación de la primera pareja (sentido común y
fantasía) da lugar a la síntesis formal, la de la segunda (cogitativa y memoria), a la síntesis
intencional o valorativa (porque captan “intenciones”, “relaciones”). Esta última síntesis
está regida por la acción de la cogitativa, que es la suprema facultad sensitiva, el punto en
que la actividad imaginativa entra en contacto con el intelecto racional consumando la
síntesis entre lo sensible y lo espiritual.

En el orden de la sensibilidad, por ejemplo, cabe mencionar que venimos trabajando


con el clásico, y muy efectivo método desarrollado por el Dr. Roger Vittoz26 y con las
aplicaciones más variadas y sencillas que nos llegan por los trabajos del P. Narciso Irala27.
Siguiendo en el camino ascendente hemos de trabajar también con la simbolización,
corrigiendo, muchas de las veces, la raíz de muchas problemáticas. Para esto último
contamos con un trabajo correctivo de la cogitativa a través, por ejemplo, de una terapia
como la Psicoterapia Simbólica28 o también el método de Desoille29, que hemos utilizado

25 Cf. S.Th. I-II, 49.


26 El doctor Roger Vittoz nació en 1863 en Morgues (Suiza), en la ribera del lago de Ginebra. Estudió la
medicina ortodoxa y ejerció como internista en Suiza. Murió en 1925. Observaciones muy precisas lo
condujeron a construir su método terapéutico. Se dio cuenta de que muchos enfermos presentaban sólo
trastornos funcionales, sin lesiones orgánicas. Esto lo llevó a interesarse cada vez más en los enfermos
nerviosos y a buscar las causas de sus alteraciones.
Contemporáneo de Freud e interesado por sus trabajos y los de su amigo Breuer sobre la histeria y el
tratamiento hipnótico, Vittoz practicó él mismo por un tiempo la hipnosis. Pero terminó por abandonarla,
decepcionado por la inestabilidad de los resultados obtenidos e impresionado, sobre todo, por el estado de
pasividad de los enfermos.
27
Irala, Narciso. Control Cerebral y emocional y Eficiencia sin fatiga. (1994)
28
Ennis, María Ana. Psicoterapia Simbólica. Fundamentación y metodología, López Libreros Editores. Bs.
As. 1981.
29
Desoille, Robert. Lecciones sobre ensueño dirigido en Psicoterapia, Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 1975.

14
en consultorio con cierta libertad respecto del modo en que lo plantean dichas terapias,
obteniendo buenos resultados. En este mismo orden trabajamos, muchas de las veces, con
las ideas irracionales de Ellis y la Terapia Racional Emotiva, teniendo por cierto que el
esquema del A-B-C establece la importancia de las valoraciones cognitivas de la persona,
las cuales pivotean el movimiento emocional.

Esto sumado, además, a la intervención medicamentosa que, muchas de las veces es


bien oportuna a los fines de restablecer o fortalecer funciones orgánicas a los fines de lograr
una mejor disposición fisiológica en el paciente, lo cual, es pivote necesario para el trabajo
propiamente psicológico.

Finalmente en el trabajo sobre las potencias superiores contamos con los valiosos
aportes de la Logoterapia y la búsqueda del sentido. Hay un principio que afirma que el
hombre se mueve naturalmente por fines y es un principio que se constata en la experiencia
clínica. Cuando el paciente logra establecer finalidad, ideales y sentido en su vida, el
tratamiento se ordena naturalmente y toma una fuerza notable.

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Conclusión

En estas pocas líneas hemos presentado la generalidad de nuestra propuesta en


Psicología. Como ya mencioné más arriba estos conceptos serán ampliados y profundizados
a lo largo del curso.

Hoy debe quedarnos en claro que nuestra Psicología es integral, de la persona,


realista y aplicable en el campo de la clínica.

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