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INSTITUTO DE CIENCIAS Y ESTUDIOS SUPERIORES

DE TAMAULIPAS A.C.

GUÍA

PAIDOLOGÍA

Compilador: Héctor Arturo Degollado Whitaker

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INDICE

OBJETIVO GENERAL DE LA GUÍA 5

UNIDAD I - HISTORIA DEL MOVIMIENTO PAIDOLÓGICO Y DESARROLLO


EMBRIOFETAL
Objetivo de la Unidad 6
1.1 Conocimiento básico 6
1.1.1 Concepto de paidología 6
1.1.2 Historia del movimiento paidológico 7
1.1.3 Definición de las etapas biológicas de la niñez. 9
1.1.4 Métodos de estudio 11
1.2 Desarrollo embrio-fetal 13
1.2.1 Factores que perturban el desarrollo embrio-fetal 16
1.2.2 Principales enfermedades en el periodo postnatal (RN, lactante menor 20
y lactante mayor)
1.3 Parto 20
1.3.1 Parto psico-profiláctico 22
1.3.2 Complicaciones más frecuentes en el trabajo de parto 24
1.4 Desarrollo psicológico 29
1.4.1 Recién nacido 29
1.4.2 Binomio madre – hijo 30
1.4.3 Papel satisfactor de la madre 31
Síntesis Unidad I 33
Actividad de Aprendizaje I 34
Cuestionario de la Unidad I 35

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UNIDAD II - DESARROLLO Y APRENDIZAJE
Objetivo de la Unidad 36
2.1 Desarrollo corporal 36
2.2 Desarrollo psicomotor 37
2.2.1 Manipulación 39
2.2.2 Locomoción 40
2.3 Desarrollo del lenguaje 41
2.3.1 Primeros movimientos expresivos 42
Síntesis Unidad II 44
Actividad de Aprendizaje II 45
Cuestionario de la Unidad II 46

UNIDAD III – INFANCIA


Objetivo de la Unidad 48
3.1 La infancia 48
3.1.1. Concepto de la infancia 48
3.1.2. Función biológica de la infancia. 49
3.1.3. Etapas de la infancia 50
3.1.4. 1ª infancia 50
3.1.5. 2ª infancia 52
3.1.6. 3ª infancia 53
3.2. Características generales de la infancia 53
3.2.1. Anatómicas 53
3.2.2. Fisiológicas 54
3.2.3. Psicológicas 55
3.3 .Desarrollo de la personalidad. 56
3.3.1. Integración del yo 56
3.3.2. La desobediencia 57
3.3.3. Autoridad paterna 58
3.3.4. Papel de la escuela 58

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3.3.5. Actividad competitiva 60
3.3.6. Juego y dibujo 61
3.4 . La sexualidad infantil. 62
3.4.1. Trastornos de la infancia 65
3.4.2. Terrores nocturnos. 66
3.4.3. Fobias 67
Síntesis Unidad III 69
Actividad de Aprendizaje III 70
Cuestionario de la Unidad III 71

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS 73

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OBJETIVO GENERAL DE LA GUÍA

La presente guía se ha compilado como una guía de consulta, ya que en ella se han compilado
de manera sintética los contenidos necesarios para comprender la ciencia de la paidología, y
su relación con el desarrollo de la salud desde el momento de la concepción del ser humano y
las primeras etapas de la infancia, su desarrollo y su evolución hacia la madurez.

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UNIDAD I

HISTORIA DEL MOVIMIENTO PAIDOLÓGICO Y DESARROLLO EMBRIOFETAL

Objetivo de la Unidad: Promover el conocimiento básico de la paidología y su relación con la


licenciatura en enfermería, así como identificar las etapas embrio-fetales. Fomentar la
importancia del binomio madre-hijo, identificar los mecanismos del trabajo de parto, así como el
desarrollo postnatal para anticipar factores que ponen en riesgo la integridad de la madre y del
feto.

1.1 Conocimiento Básico


1.1.1 Concepto de Paidología

La palabra paidologías proviene de dos voces griegas: país, que significa niños y logos,
tratado. Es, pues, la paidología el tratado o la ciencia del niño. El estudio de niño no ha sido
emprendido de una manera sistemática y científica hasta hace pocos años aunque es cierto
que los educadores de todos los tiempos han basado su labor cobre una concepción
determinada del espíritu humano. El concepto de que le niño es un ser con características
propias, el intento científico de estudiar a la infancia como etapa sustantiva, es reciente.
(Peinado Altable, 1979)

El objeto de esta ciencia es el estudio de la evolución y comportamiento infantiles; ambos


tienen durante esta etapa características propias que el paidólogo se propone conocer No
podremos conocer la infancia si desconocemos las etapas que la preceden y la siguen; si
aisláramos la infancia de la trayectoria total, no la comprenderíamos. La infancia solo puede
entenderse integrada en la totalidad del mismo, y éste no podrá ser conocido a su vez si
prescindimos de conectarlo con el resto de la evolución filogénica, específica. (Peinado Altable,
1979)

La paidología considera al niño tanto en el aspecto somático como en el psíquico. El niño como
individuo es un todo, una unidad somatopsíquica indivisible, y si necesidades de orden
didáctico nos obligan a separar el estudio corporal del estudio psíquico, tal separación es
necesariamente artificiosa y no puede ser completa. (Peinado Altable, 1979)

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1.1.2 Historia del movimiento Paidológico

Los educadores de todos los tiempos han basado su labor sobre una concepción determinada
del espíritu del educando, pero es el filósofo Juan Luis Vives el que aparece como el precursor
de la paidología. Él presiente la existencia de fases en el curso de la evolución filogenética; y
es precisamente en esta noción que descansa la paidología, ya que su intención es definir el
curso de la vida humana, órdenes y formas de vida correspondientes a los diferentes grados
de evolución, e los cuales uno es el objeto de la paidología: la infancia. En su obra Tratado de
la Enseñanza, al fijar las condiciones que deben reunir los niños para entrar a la escuela,
afirma que hay que presentar al niño las cosas de modo que se manifieste su inteligencia.
(Peinado Altable, 1979)

Lugar preferente entre los precursores de la ciencia del niño ocupa Juan Amos Comenio, quien
subraya que la educación ha de comenzar por la infancia y seguir el curso de la naturaleza, y
para sentar las bases de esta educación natural bosqueja un esquema ideal de la evolución
humana que abarca desde el nacimiento hasta los veinticuatro años. (Peinado Altable, 1979)

En 1693, John Locke escribe sus famosos Pensamientos sobre educación, que contienen finas
observaciones de valor paidológico. Pero es con Juan Jacobo Rousseau con quien el estudio
del niño cobra un carácter autónomo, y encuentra la finalidad en sí mismo. Es a este gran
filósofo a quien corresponde el honor de ser el verdadero iniciador de la ciencia del niño. Él,
antes que alguno otro, ha considerado a niño no solamente como una ocasión de preceptos
educativos, sino como una fuente de problemas, como objeto científico. En Rousseau
encontramos ya planteados problemas que aún preocupan al paidólogo: función de la infancia,
especialidad de la etapa infantil dentro del curso de la vida humana, etc. (Peinado Altable,
1979)

El primero que se propuso seguir de modo sistemático el camino señalado por Rousseau fue
Pestalozzi. Desde 1770 anotó en forma de diario las observaciones que hacía sobre su hijo, y
con ello inició una etapa y un método, al que hoy se concede la mayor importancia. A mediados
del siglo XIX se consagraron al estudio de la evolución infantil tres importantes publicaciones:
las de Loebsich, Freud y Kusmal. Pero fue la obra de Preyer, El Alma del Niño, de 1881
cuando se generalizó entre los padres la costumbre de anotar día por día en un diario los

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progresos manifestados por sus hijos, y cuando se comprendió la importancia de tales
observaciones. (Peinado Altable, 1979)

Cattell idea en 1981 los tests, que permiten la exploración de las funciones mentales y, poco
después, publica en Francia Alfredo Binet su primera colección de Test Mentales que permitió
fijar el concepto de nivel o edad mental, dando así el primer paso firme por un camino que ya
no habría de abandonarse. (Peinado Altable, 1979)

Separar de los niños con rendimiento escolar normal aquellos cuyo rendimiento era insuficiente
o anormal fue la finalidad perseguida por Binet, al crear su escala de medida de la inteligencia,
que tan fecunda habría de ser como método de investigación paidológica. (Peinado Altable,
1979)

Con el advenimiento de la guerra y la urgencia de hacer el diagnóstico de las capacidades de


grandes masas de combatientes surgieron los test colectivos, que Otis llevó a la psicología
pedagógica y por tanto a la ciencia del niño. (Peinado Altable, 1979)

En Moscú, Rossolimo inicia una nueva dirección. Su punto de vista supera al de Binet, con el
concepto de perfil psíquico, que intenta desde un punto de vista analítico establecer tipos
psicológicos de los distintos niños anormales. Por su parte, Vermeylen en Bélgica perfecciona
el método de Rossolimo, ofreciendo una escala analítica que permite el trazado del perfil
mental basado en la valoración de quince aspectos o funciones, y al mismo tiempo, establecer
el perfil mental correspondiente a los tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho nueve, diez y once
años de edad cronológica de los niños normales, así como de las diversas categorías de niños
débiles mentales. (Peinado Altable, 1979)

Las deficiencias de los análisis anteriores de Rossolimo y Vemeylen fueron superadas por el
análisis factorial de Spearman al área de las funciones cognoscitivas, identificando dos
factores: g o general que interviene en todo tipo de actividad intelectual y s, específico,
necesario y definidor de cada tipo de actividad.

Jung, Adler, Ana Freud, Charles Baudouin, Magdalena Klein, aplicaron el psicoanálisis al
conocimiento del niño, conocimiento que importaba ya no solo al paidólogo, sino al psicólogo

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consagrado al estudio del psiquismo adulto normal, al psiquiatra y al psicoterapeuta. (Peinado
Altable, 1979)

Con la preocupación, no por el instinto y la afectividad como las escuela psicoanalíticas, sino
por el pensamiento y el mundo del niño, Jean Piaget introduce en la paidología los métodos y
problemas que en la sociología desarrollan Durkheim y Levi Bruhl, con lo que enriquece el
conocimiento de la mentalidad infantil con temas tan importantes como la representación del
mundo del niño, la formación del símbolo, la causalidad física, la construcción de lo real,
génesis de las estructuras lógicas elementales, entre otras. (Peinado Altable, 1979)

Desde que William Stern llamó la atención sobre la necesidad de ver al niño, no solo como
organismo por un lado y como psiquismo por el otro, sino de acuerdo con la dirección que él
llamo la personalística, como síntesis funcional de lo somático y lo psíquico, la observación, un
poco relegada por el auge de los tests, volvió por sus fueros y tendiendo a sistematizarlas y
estandarizarlas. Carlota Bûler, Arnold Gesell, Amatrunda, entre otros, ampliaron el concepto de
tests creado por Catell, con los de respuesta global. (Peinado Altable, 1979)

A Claparede corresponde el mérito de haber trasladado al campo de la pedagogía y al de la


paidología el punto de vista funcional que William James y Dewey habían desarrollado en
América al mismo tiempo que Flournoy lo hacía en Ginebra. Como resultado, hoy la paidología
es un cuerpo de doctrina organizado. Es una disciplina científica cuyo objeto de estudio es el
niño, desde antes de su nacimiento hasta la adolescencia, cuyos métodos son la observación y
la experimentación con puntos de vista bien definidos. (Peinado Altable, 1979)

1.1.3 Definición de las Etapas Biológicas de la Niñez

El concepto de niñez es amplio y muy abarcativo; en forma resumida, se prefiere definirla como
el período de la vida de los seres humanos que se inicia con el nacimiento y concluye en la
adolescencia, durante el cual se describe la mayor parte del desarrollo fisiológico, psicológico y
social. (www.importancia.org, 2015)

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Otros autores prefieren distinguir entre el período neonatal (hasta la cuarta semana de vida), la
etapa de lactancia (entre la cuarta semana y los veinticuatro meses) y la niñez propiamente
dicha. Esta distinción es independiente del amamantamiento real, pero se fundamenta en las
diferencias funcionales entre estas primeras etapas de la vida y los sucesos posteriores.
Incluso, algunos especialistas consideran a la adolescencia como una fase más de la infancia,
mientras que otros expertos la proponen como una etapa exclusivamente social y relacionada
con factores culturales. (www.importancia.org, 2015)

La importancia de la niñez radica en numerosos aspectos, de los cuales merecen destacarse el


biológico y el psicosocial. Por un lado, en este período ocurre la mayor parte del crecimiento
físico de la vida extrauterina, sustentado en la rápida progresión del esqueleto y la musculatura
en los niños con adecuada nutrición. Por otra parte, la vida de relación con los demás seres
humanos (núcleo familiar en un principio, padres y otras personas en fases posteriores) tiene
su origen en la niñez misma, con la posibilidad de definir vínculos que pueden prolongarse por
toda la vida. (www.importancia.org, 2015)

En distintos modelos que permiten explicar la construcción de la personalidad, se hace énfasis


en la importancia que tiene en la niñez la complementación del potencial genético, las
experiencias físicas y afectivas de los primeros meses de vida y las relaciones sociales en los
años posteriores. Tal es la relevancia de estos procesos en la infancia que las alteraciones en
estas fases dan lugar a perturbaciones que pueden ser el punto de partida de enfermedades
mentales de diversas magnitud en el futuro. (www.importancia.org, 2015)

A pesar de estos datos contundentes, una importante proporción de los niños del mundo no
llega a satisfacer sus necesidades elementales para dar lugar a una vida adulta adecuada,
como consecuencia de deficiencias afectivas, nutricionales, sanitarias y de otra índole. El
conocimiento de la importancia de la infancia como etapa fundacional de los seres humanos
puede ser un punto de partida para comprender la necesidad de destinar esfuerzos para
brindar a los niños el mejor entorno para su desarrollo. (www.importancia.org, 2015)

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1.1.4 Métodos de Estudio

Las ciencias se caracterizan por su objeto y por el método que emplean en su formación. La
paidología, rama de las ciencias biológicas emplea en su construcción los métodos generales
de la biología: la observación y experimentación, aunque tales técnicas hayan de tomar
modalidades específicas al adaptarse al estudio de los fenómenos de la vida infantil. (Peinado
Altable, 1979)

El paidólogo necesita el conocimiento de la realidad objetiva, y tal conocimiento se lo dará la


observación, ya sea de los fenómenos tal cual éstos se presentan o de la reproducción de tales
fenómenos en circunstancias especiales controladas por el observador. (Peinado Altable, 1979)

El punto de partida para la construcción de la ciencia paidológica está en hacer un inventario


tan completo como sea posible d los fenómenos de la vida infantil. Sobre tal inventario con los
materiales obtenidos con la observación, se construye la ciencia del niño. (Peinado Altable,
1979)

Observación y experimentación son dos modalidades complementarias de una misma técnica.


Ambas constituyen la primera etapa en el camino que conduce al establecimiento de las leyes
generales, son la base del conocimiento individual. (Peinado Altable, 1979)
Una característica de los fenómenos psicológicos es la de no ser directamente observables, al
menos por persona extraña al sujeto que las experimenta. Lo que de los fenómenos
psicológicos observamos es su concomitante o concomitantes físicos; no observamos el
acontecimiento psíquico, sino la conducta que de tal acontecer se deriva. Por otra parte, es lo
esencial de la experimentación la posibilidad de reproducción del fenómeno objeto de ésta.
Gracias a tal posibilidad, el fenómeno está presente ante el experimentador cuantas veces éste
lo considere necesario, y en las circunstancias más apropiadas para su estudio; modificándose
a voluntad éstas para que las variaciones resultantes en el fenómeno denuncien el papel que
en la producción del mismo juegan dichas circunstancias o factores. (Peinado Altable, 1979)

Otra de las características de los fenómenos psíquicos es la de no poder ser reproducidos con
tanta fidelidad como los físicos, ya que en su producción interviene un número de factores muy

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superior al que determina la producción de los segundos, y a veces de difícil determinación.
(Peinado Altable, 1979)

El fenómeno psíquico ha de ser estudiado de modo indirecto, por sus manifestaciones


objetivas; es decir observables o experimentables por cualquiera y no solamente por el sujeto
en quien tienen lugar. La introspección no es un método científico para la escuela conductista,
pues no hay más introspección que la auto introspección, y por lo tanto el material que
suministra carece de la condición de objetividad indispensable a todo material científico.
(Peinado Altable, 1979)

En cuanto a la utilización de los datos del auto introspección infantil es asunto sumamente
delicado. Las deficiencias del lenguaje del niño, la falta de habilidad para la auto introspección
y su extrema sugestabilidad hacen peligroso interrogante sobre sus vivencias. Sin embargo, las
investigaciones de Piaget demuestran que tal procedimiento, aunque es delicado, es válido.
Desde cuándo y hasta qué punto el niño es capaz de hacer su propia introspección es asunto
del mayor interés que la paidología debe investigar. (Peinado Altable, 1979)

Pero las técnicas que con mayor eficacia han salvado la distancia existente entre los métodos
objetivos y los subjetivos son los llamados métodos proyectivos. Son estos modos de
investigación que reúnen las características de los métodos objetivos y los subjetivos y que a la
vez son experimentales y de observación. (Peinado Altable, 1979)

Dos caminos generales se le ofrecen al paidólogo para la recolección de datos: el biográfico y


el estadístico. El primero consiste en el estudio de la evolución o el comportamiento de un niño
particular, y es claro que en este momento pueden emplearse como método la observación, la
experimentación o una combinación de ambas técnicas; ni si la observación y experimentación
se limitan al campo de la conducta, las vivencias o abarcan a ambos. (Peinado Altable, 1979)
El método estadístico permite reconstruir la evolución infantil, o estudiar las formas de conducta
con datos recogidos en niños diferentes. El método estadístico presenta sobre el biográfico la
ventaja de ser más rápido, ya que recoge datos de niños que se encuentran en distinta etapa
evolutiva, superando así la velocidad del proceso evolutivo infantil, a la que ha de ajustarse el
primero. (Peinado Altable, 1979)

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1.2 Desarrollo Embrio-Fetal

El desarrollo prenatal se divide en cuatro fases: la concepción, el cigoto, el embrión y el feto. La


concepción se produce cuando un espermatozoide consigue perforar la capa que rodea al
óvulo y lo fecunda dando lugar a una nueva célula llamada cigoto. El cigoto es la primera etapa
del período prenatal y se extiende desde la concepción hasta la segunda semana de edad. A
través de la división celular el cigoto se convierte en mórula y con la diferenciación, unas
células darán lugar a la placenta y otras al embrión. La fase del embrión se extiende desde la
tercera hasta la novena semana. En este período se forman los órganos vitales del bebé y los
soportes necesarios para su desarrollo durante el embarazo. (García Madruga, Delval, &
Sánchez Queija, 2010)

La fase del feto dura desde la novena semana hasta el nacimiento (semana 38). Durante este
período el feto debe principalmente aumentar de peso y tamaño y afianzar las estructuras que
ya posee. El feto tiene un elevado nivel de actividad, movimientos, reflejos, funcionamiento de
sistemas sensoriales y de mecanismos cognitivos básicos- y muchas de las acciones que
realiza comienzan en períodos tempranos de la gestación. Los teratógenos (agente o sustancia
que es capaz de provocar malformaciones en el embrión) son factores externos, no genéticos,
que pueden afectar negativamente el desarrollo del embrión y el feto y son estudiados por la
teratología. (García Madruga, Delval, & Sánchez Queija, 2010)

La concepción tiene lugar cuando uno de los millones de espermatozoides que produce
normalmente una eyaculación es capaz de penetrar un óvulo. En este momento el cigoto inicia
el proceso de la división celular mediante mitosis que acabará produciendo un cuerpo humano.
El cigoto tarda alrededor de tres días en ir desde las trompas de Falopio al útero y unos cuatro
o cinco días más en instalarse en las ricas paredes nutrientes del útero. (García Madruga,
Delval, & Sánchez Queija, 2010)

¿Cómo es posible que siendo todas las células del cigoto idénticas unas vayan destinadas a
formar el hígado, otras a constituir los pulmones, etc.? Se supone que la diferenciación de las
células se produce gracias a una sustancia llamada activina. Las células que reciban mayor
cantidad de activina crean el endodermo que formarán el aparato digestivo y el respiratorio.
Aquéllas que reciben una concentración media de activina crean el mesodermo que dará lugar

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a los huesos, músculos, sangre, riñones y corazón. Por último, las células con menos cantidad
de activina crearán el ectodermo que dará lugar al sistema nervioso, la piel, el pelo y los
órganos sensoriales. Al cabo de estas dos semanas el futuro ser está perfectamente anclado
en el útero en el que las hormonas maternas han preparado la cavidad para el desarrollo del
cigoto (García Madruga, Delval, & Sánchez Queija, 2010).

Durante las horas que siguen a la penetración del espermatozoide, el material genético de
ambas células se combina. Recordemos que el óvulo y el espermatozoide son las dos células
del cuerpo humano que constan cada una de 23 pares de cromosomas. Al unirse forman una
nueva célula de 46 pares de cromosomas que contiene toda la información necesaria para dar
lugar a un nuevo ser. Esta nueva célula que forman el óvulo y el espermatozoide se denomina
cigoto. El cigoto es la primera etapa del período prenatal y se extiende desde la concepción
hasta la segunda semana de edad. Muy pronto empieza un proceso a través del cual el cigoto
se divide, aproximadamente cada 20 horas, primero en dos células, luego en cuatro, después
en ocho, etc. (Giménez-Dasí & Mariscal Altares, 2008)

Alrededor de 4 días después de la concepción, cuando la división alcanza más o menos las 16
células, el cigoto se convierte en una mórula, es decir, en una masa compacta de forma
parecida a una mora. La mórula debe ir pasando por la trompa de Falopio hasta llegar al útero
donde se implantará. Una vez que la masa de células ha alcanzado el útero comienza la
diferenciación, un proceso por el cual las células de la mórula que eran todas idénticas,
comienzan a diferenciarse. Esto significa que empiezan a adquirir rasgos propios que las hacen
distintas de las demás y con una función específica. El centro de la mórula se hunde dando
lugar a una esfera hueca llamada blástula y las células que la componen se separan en dos
grupos distintos: las exteriores formarán la placenta y las interiores darán lugar al embrión.
(Giménez-Dasí & Mariscal Altares, 2008)

El embrión constituye la segunda etapa del período prenatal y se extiende desde la tercera
hasta la novena semana. Esta fase comienza cuando se ha logrado la implantación en el útero,
es decir, el enganche en la parte interna del útero y la consecución de un entorno que permita
el alimento y crecimiento durante los meses siguientes. La implantación produce una serie de
cambios hormonales en la mujer como la retirada de la menstruación, el aumento de riego

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sanguíneo en los pechos o el aumento de la temperatura corporal. (Giménez-Dasí & Mariscal
Altares, 2008)

A partir de la tercera semana, las células interiores de la blástula se diferencian en tres capas
de células que darán lugar a los órganos y estructuras vitales. En un primer momento se
forman el ectodermo y el endodermo. Las células del ectodermo, que forman la capa exterior,
darán lugar al cerebro, la médula espinal, el sistema nervioso, la piel y los órganos sensoriales.
Las células del endodermo se encargarán de la formación de glándulas y órganos internos
como el estómago y los intestinos. Entre ambas capas surge una tercera denominada
mesodermo que dará lugar a las vísceras, el corazón, los músculos, los huesos y cartílagos. Al
final de esta tercera semana aparecerá ya un pequeño corazón que se conecta a las venas.
(Giménez-Dasí & Mariscal Altares, 2008)

Hacia la cuarta semana empezará a latir formando el primer sistema orgánico funcional.
También en la cuarta semana se empiezan a desarrollar la cabeza, los órganos sensoriales y
unos bultos que luego formarán los brazos y las piernas. Hacia la octava semana se han
terminado de desarrollar los brazos, las piernas y los dedos mientras que todos los rasgos de la
cara están ya formados. Aquí el embrión pesa aproximadamente un gramo y mide 2,5
centímetros y exceptuando los órganos sexuales, ya cuenta con todos los órganos y
características propias de un ser humano. (Giménez-Dasí & Mariscal Altares, 2008)

Toda esta secuencia de crecimiento tan bien orquestada está bajo control genético y depende
de unos genes, denominados homeóticos, que a través de la formación de proteínas
comunican la parte del cuerpo que se ha de fabricar. Durante este tiempo también las células
exteriores de la blástula han creado los soportes necesarios para el crecimiento y alimentación
del embrión. Estas células dan lugar a estructuras vitales como el saco amniótico, la placenta y
el cordón umbilical. El saco amniótico es donde el futuro bebé se va a alojar durante los nueve
meses del embarazo. Se trata de una membrana llena de un líquido -llamado líquido amniótico-
que recubre al embrión protegiéndolo y manteniendo una temperatura adecuada. La placenta
es el tejido a través del cual se produce el intercambio de nutrientes, oxígeno y desechos.
Además sirve de filtro y algunas sustancias perjudiciales para el embrión quedan retenidas. Por
último, el cordón umbilical es el conducto que une el embrión a la placenta y por donde pasan
todos los elementos que se intercambian. (Giménez-Dasí & Mariscal Altares, 2008)

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El período del feto dura desde la novena semana hasta el nacimiento (semana 38). Durante
este período el feto debe principalmente aumentar de peso y tamaño y afianzar las estructuras
que ya posee. Durante el tercer mes se terminan de formar órganos como el estómago, los
riñones, el corazón y los pulmones. También a los tres meses los fetos tragan, digieren y orinan
el líquido amniótico. Uno de los avances que más llama la atención es, quizá, que al final de
este mes el feto ya puede moverse y empieza a dar patadas, puede cerrar los ojos, fruncir el
ceño y chuparse el pulgar. (Giménez-Dasí & Mariscal Altares, 2008)

Durante el cuarto, quinto y sexto mes se forman el pelo, las uñas y los dientes. El latido del
corazón de hace mucho más fuerte y los sistemas digestivo y excretor empiezan a funcionar
normalmente. El peso del feto aumenta mucho en estos meses y el cerebro multiplica por seis
su tamaño, de forma que ya se empieza a observar una actividad eléctrica parecida a la del
recién nacido. En el último trimestre del embarazo el feto ya tiene todos los órganos necesarios
para sobrevivir. En estos tres últimos meses se produce una maduración de las estructuras que
ya están creadas y han empezado a funcionar. Así, aumenta la actividad cerebral y se
distinguen momentos de sueño y de vigilia. También se ejercitan los pulmones y el sistema
cardiovascular, se aumenta considerablemente de peso y se forma una capa de grasa que
protegerá ante los cambios de temperatura. Se produce un almacenamiento de alimentos y
vitaminas que ayudarán al bebé durante los primeros días fuera del cuerpo de la madre hasta
que las tomas de leche se establezcan de forma regular. Estas últimas semanas son, sobre
todo, una acumulación de seguros para la supervivencia y la salud durante la primera infancia.
(Giménez-Dasí & Mariscal Altares, 2008)

1.2.1 Factores que Perturban el Desarrollo Embrio-Fetal

A pesar de la protección que órganos como la placenta proporcionan al embrión y al feto, el


crecimiento de un ser humano está afectado desde el inicio por factores externos. Algunos,
como la alimentación de la madre, son importantísimos para el desarrollo. Otros son elementos
tóxicos o virus que la placenta no es capaz de detener y pueden condicionar la salud del bebé.

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Los factores no genéticos que pueden alterar el desarrollo del embrión y el feto se denominan
teratógenos y son estudiados por la teratología. (Giménez-Dasí & Mariscal Altares, 2008)

Los teratógenos son los factores o agentes que son capaces de producir anomalías congénitas
en el embrión. El tiempo de exposición, la dosis y la duración e interacción con otros factores
teratogénicos marcan una diferencia. (Giménez-Dasí & Mariscal Altares, 2008) Algunos
teratógenos que pueden afectar el desarrollo prenatal son los siguientes:

 Influencias ambientales: El ambiente prenatal de un bebe es el cuerpo de la madre, todo


lo que afecta su bienestar, desde la dieta a los estados de ánimo, pueden alterar el
ambiente de su hijo y esto a su vez afectar su crecimiento. Existen algunos factores que
son teratogénicos (que producen defectos congénitos) en otros tienen poco o ningún
efecto. Esto depende del momento de la exposición a un teratógeno, su intensidad y su
interacción con otros factores pueden ser importantes. (Giménez-Dasí & Mariscal
Altares, 2008)

 Nutrición: Las mujeres embarazadas necesitan de 300 a 500 calorías más por día. Las
que aumentan 13 kilos o más tienen menor probabilidad de dar a luz bebes con un peso
de nacimiento que sea peligrosamente bajo. La desnutrición durante el crecimiento fetal
puede tener efectos de largo plazo. Las mujeres desnutridas que toman complementos
dietéticos mientras están embarazadas tienen bebes más grandes, saludables, más
activos y visualmente más alertas y las mujeres con bajos niveles de zinc que toman
complementos diarios de zinc tienen menor probabilidad de parir bebes con bajo peso al
nacer y circunferencia pequeña de la cabeza. Sin embargo ciertas vitaminas pueden ser
dañinas en cantidades excesivas. Se recomienda a las mujeres en edad reproductiva
que consuman complementos de folato y que incluyan vitamina B en su dieta comiendo
una gran cantidad de frutas y vegetales frescos incluso antes del embarazo, ya que el
daño por la deficiencia de ácido fólico puede ocurrir en las primeras semanas de
gestación. (Giménez-Dasí & Mariscal Altares, 2008)

 Medicamentos: Se ha encontrado que casi treinta medicamentos son teratogénicos en


dosis clínicamente recomendadas. el antibiótico tetraciclina; ciertos barbitúricos,
opiáceos y otros depresores del sistema nervioso central; hormona, incluyendo el

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dietilestilbestrol (DES) y andrógenos; medicamentos contra el cáncer, como el
metotrexato; el accutane, un medicamento recetado a menudo para el acné severo y la
aspirina y otros antiinflamatoria no asteroideos, los cuales deben evitarse durante el
tercer trimestre. Los efectos de consumir una droga durante el embarazo no siempre se
manifiestan de inmediato. Las mujeres embarazadas no deberían tomar medicamentos
de venta libre sin consultar con un médico. Ciertos medicamentos anti psicóticos usados
para controlar trastornos psiquiátricos graves pueden tener serios efectos potenciales
en el feto y luego del nacimiento presentar síntomas de abstinencia. (Giménez-Dasí &
Mariscal Altares, 2008)
 Alcohol: Casi uno de cada 750 niños sufre el síndrome de alcoholismo fetal (SAF),
combinación de crecimiento prenatal y posnatal lento, malformaciones faciales y
corporales, y trastornos del sistema nervioso central. Algunos problemas relacionados
con el sistema nervioso central pueden incluir, en la infancia, una respuesta de succión
deficiente, anormalidades en las ondas cerebrales y perturbaciones del sueño. La
exposición al alcohol antes del nacimiento parece afectar una porción del cuerpo
calloso, la cual coordina las señales entre los dos hemisferios del cerebro. El consumo
moderado o excesivo de alcohol durante el embarazo parece perturbar el
funcionamiento neurológico y conductual del producto, y esto afecta la interacción social
temprana con la madre, lo que será vital para el desarrollo emocional. (Giménez-Dasí &
Mariscal Altares, 2008)

 Nicotina: Pueden contribuir al nacimiento de 53 000 bebes de bajo peso al nacer (que
pesan menos de 2 500 gramos al nacimiento) y de 22 000 bebes que necesitan cuidado
intensivo. Aumenta el riesgo de retraso en el crecimiento prenatal, aborto espontaneo,
muerte infantil y problemas cognoscitivos y conductuales a largo plazo. (Giménez-Dasí
& Mariscal Altares, 2008)

 Tabaquismo: El tabaquismo ejercido durante el embarazo tiene algunos efectos


similares que el beber en el embarazo y se presentan cuando los niños alcanzan la
edad escolar: periodos breves de atención, hiperactividad, ansiedad, problemas de
aprendizaje y de conducta, problemas perceptuales, motores y lingüísticos, ubicación en

18
grados escolares inferiores y problemas neurológicos. (Giménez-Dasí & Mariscal
Altares, 2008)

 Edad de la madre: En la actualidad las mujeres empiezan a tener hijos más tarde de lo
que sucedía hace quince o veinte años, a menudo porque dedican sus primeros años
adultos a recibir educación avanzada y a establecer sus carreras. ¿Cómo afecta la
postergación de la maternidad los riesgos para la madre y él bebe? Las mujeres
embarazadas de esta edad tienen mayor probabilidad de sufrir complicaciones debido a
la diabetes, alta presión sanguínea o sangrado severo. Después de los 35 años hay
más posibilidad de un aborto espontáneo y más probabilidad de un parto prematuro, un
retardo en el crecimiento fetal, otras complicaciones relacionadas con el nacimiento o
defectos congénitos como el síndrome de Down. Aunque los nacimientos múltiples
implican más riesgo que los nacimientos únicos, los gemelos y trillizos nacidos de
madres mayores se desarrollan tan bien o mejor que los nacidos de madres más
jóvenes. Las adolescentes suelen tener bebes prematuros o de bajo peso, debido a que
el cuerpo en crecimiento de una chica joven consume nutrimentos vitales para las
necesidades del feto. Esos recién nacidos tienen mayor riesgo de muerte en el primer
mes, discapacidades o problemas de salud. (Giménez-Dasí & Mariscal Altares, 2008)

 Riesgos ambientales externos: Los químicos, radiación, calor y humedad extremos y


otros riesgos de la vida moderna afectan el desarrollo del bebe. Los principales
problemas son abortos espontáneos, nacimientos prematuros, y en la niñez esos bebes
pueden tener calificación más baja en pruebas de habilidades cognoscitivas, menor
inteligencia. La radiación puede ocasionar mutaciones genéticas, retraso mental,
tamaño pequeño de la cabeza, malformación cromosómica, síndrome de Down,
convulsiones, etc. (Giménez-Dasí & Mariscal Altares, 2008)

19
1.2.2 Principales Enfermedades en el Periodo Postnatal (RN, Lactante Menor y
Lactante Mayor)

 Trastornos respiratorios: Para establecer con éxito la respiración normal al nacimiento, no


debe haber obstrucciones en el árbol respiratorio y debe haber una buena madurez
neurológica que controle la inspiración-espiración.
 Trastornos digestivos: Vómitos, diarreas, infecciones... son trastornos que pueden afectar
a nuestro bebé en esta primera etapa de su vida, que aunque puedan ser episodios
autolimitados se debe consultar al pediatra.
 Anomalías de los testículos: Hidrocele, criptorquidia, testículos retractiles, testículos
eptópicos, en ascensor. Conoce las patologías y aprende a reconocerlas.
 Trastornos de la sangre y el metabolismo: Anemia, poliglobulia, hemólisis, hipoglucemia,
hipocalcemia. Son algunas de las patologías que pueden afectar a nuestro bebé
 Alteraciones benignas de la piel: Hiperplasia sebácea, milios, vesículas de succión, cutis
marmota, mancha salmón...
 Infecciones congénitas: La infección puede producirse en cualquier momento del
embarazo o durante el periodo neonatal (por contacto íntimo con personas que están
infectadas, por la lactancia materna si la madre tiene la enfermedad o por transfusión
sanguínea contaminada por CMV)
 Otras infecciones: Sepsis, meningitis, osteoartritis, impétigo, onfalitis, conjuntivitis....
 Luxación congénita de la cadera: La luxación congénita de cadera es una malformación
que afecta a la articulación de la cadera. Afecta a un 1% de los bebés.
 Espina Bífida: La espina bífida en es una deformación congénita (el niño nace con esta
enfermedad) del tubo neural. Se produce cuando la parte del tubo neural que formará la
médula espinal no se cierra completamente. (Giménez-Dasí & Mariscal Altares, 2008)

1.3 Parto

El organismo infantil se halla, a lo largo de su gestación, materialmente acoplado al organismo


materno. A partir de él crea su propia organización (paralela y semejante a la de la madre). Ese
acoplamiento material va a romperse con el parto y va a ser sustituido por otro tipo de
acoplamiento: el psicológico. (Perinat, 2003)

20
El mecanismo de trabajo de parto es como un juego mecánico que consistente en movimientos
y desplazamientos que realiza la presentación y el resto del cuerpo fetal a través de la pelvis
materna. (Espinosa Torres Torija, 2009) Se debe restar atención a los siguientes aspectos:

 Revisión rápida de la pelvis materna. Tiene un estrecho superior cuyos diámetros


oblicuos y transversos son mayores que el anteroposterior; la excavación pélvica tiene
más o menos los mismos diámetros, excepto a nivel de las espinas ciáticas que, junto
con sus ligamentos estrechan la pelvis haciendo el diámetro más reducido; en la salida
pélvica, el diámetro mayor es el anteroposterior. (Espinosa Torres Torija, 2009)

 Valoración del cráneo fetal (presentación cefálica). Los huesos de la bóveda craneal
son: el frontal, situado en la parte anterior del cráneo, en medio del cual transcurre la
sutura frontal; el hueso occipital situado en la parte posterior; lateralmente, los dos
parietales. Todos estos huesos, y gracias a las suturas que los separan, sufren cierto
cabalgamiento y, por lo tanto, amoldamiento de la bóveda craneal durante el trabajo de
parto, reduciéndose de esta manera los diámetros cefálicos. La sutura que separa los
parietales se denomina sutura sagital; la que separa a los parietales del frontal se llama
coronal; la que separa a los parietales del occipital se denomina lambdoidea; la
convergencia de las suturas sagital, coronal y frontal dan origen a la fontanela anterior,
que tiene forma de rombo; la convergencia de la sutura lambdoidea con la sagital da
origen a una pequeña zona puntiforme que se llama fontanela posterior. La parte
anterior del cráneo recibe el nombre de sincipucio y la posterior occipucio. (Espinosa
Torres Torija, 2009)

 Diámetros de la cabeza fetal: los diámetros menores son el suboccipitobregmático que


mide alrededor de 9 .5 cm y el biparietal, 9 cm; el diámetro occipitofrontal mide 12 cm y
el occipitomentoniano, 135 cm. (Espinosa Torres Torija, 2009)

21
Básicamente, se han considerado tres etapas que se denominan periodos del trabajo de parto:
1. La primera etapa, primer periodo, va desde el inicio de la actividad uterina regular que
genera modificaciones cervicales, hasta el borramiento y la dilatación completa. En la práctica,
es difícil definir el momento exacto del inicio de dicha contractilidad efectiva; esta etapa
consume alrededor de 10 horas en la primigesta y 6 a 8 h en la multípara. (Espinosa Torres
Torija, 2009)

2. La siguiente etapa, que es el periodo expulsivo o segundo periodo, va desde el borramiento


y la dilatación completa hasta la expulsión del producto, dura máximo 2 horas en la primigesta,
y de unos cuantos minutos a una hora en la multípara. (Espinosa Torres Torija, 2009)

3. La tercera etapa o periodo de alumbramiento va desde que se ha completado el nacimiento


del producto hasta la expulsión de la placenta, tiene una duración máxima de 30 min. (Espinosa
Torres Torija, 2009)

Debe quedar muy claro que al evento del nacimiento por vía vaginal se le llama parto, y que al
evento de la expulsión de la placenta y las membranas corioamnióticas se le llama
alumbramiento. Cabe mencionar que en el primer periodo no se debe incluir a la etapa
prodrómica; esta última representa el pretrabajo de parto. También hay que aclarar que el
término expulsivo se refiere a la etapa en sí y no al hecho inminente del nacimiento. (Espinosa
Torres Torija, 2009)

1.3.1 Parto psico-profiláctico

Es el nacimiento que se presenta de manera espontánea, después de que la mujer y su pareja


han recibido una preparación física y emocional para tener un parto sin anestesia, ni
medicamentos, y sin intervenciones quirúrgicas, es decir, de manera natural pero con una
preparación de por medio. La madre debe estar informada de lo que ocurre durante el curso de
su embarazo, del desarrollo de su bebé durante el proceso del parto y después del nacimiento,
y la lactancia. Todo esto se complementa con información en materia de salud reproductiva que
ayudarán a la mujer y a su pareja. En suma, es indispensable una preparación física y mental
de los futuros padres, que se obtiene mediante el curso de parto psicoprofiláctico. (Espinosa
Torres Torija, 2009)

22
El nacimiento ocurre sin medicamentos, anestesia, aplicación de sueros, estimulantes de la
contractilidad uterina, sin tricotomía (rasurado del pubis), ni enema y de preferencia sin
episiotomía, sin intervencionismos; esto se logra después de que la mujer y su pareja han
tenido la preparación física y mental para poder llevarlos a cabo, en suma es un parto
espontáneo con evolución natural. (Espinosa Torres Torija, 2009)

Se debe apoyar a la mujer para que tenga un parto psicoprofiláctico con seguridad, con la
preparación física necesaria para saber qué hacer, cómo relajarse, cómo respirar, cómo
adoptar diferentes posturas como cuclillas, en cuatro puntos, cómo manejar el deseo de pujo,
dirigir el esfuerzo de pujo, etc. La labor del esposo será muy importante y de gran ayuda para la
mujer, ya que el curso le permitirá saber de qué manera emplear medidas como algunos
masajes o presión en ciertos puntos para controlar el dolor de su pareja, favoreciendo la
comodidad. (Espinosa Torres Torija, 2009)

La forma tradicional sería recostada en una cama, sin embargo, en mi opinión, el parto sea
psicoprofiláctico o no, debe estimularse para que se lleve a cabo en una silla, ya que la
posición de estar acostada boca arriba, en decúbito dorsal, es una posición negativa para el
desarrollo del trabajo de parto porque tiene alteraciones neurodinámicas que favorecen la baja
de presión arterial, y si a esto se le suman los efectos del bloqueo epidural (o bloqueo), que es
la anestesia más empleada durante el trabajo de parto y que también provoca baja de presión
arterial, los efectos se suman y pueden incrementarse originando que haya una disminución de
la circulación útero-placentaria con la consecuente disminución de la oxigenación del bebé lo
cual puede poner en riesgo su salud. (Espinosa Torres Torija, 2009)

En el primer plano suele aparecer el médico-obstétrico que se preocupa de todo aquello que
contribuye a un parto feliz. En segundo plano está el nivel de atención psicológica necesario a
la madre y al recién nacido. Hay que reconocer, antes que nada, que los progresos de la
obstetricia han sido fulgurantes: la mortalidad infantil que hasta principios de siglo se exacerbó
implacablemente en los recién nacidos ha disminuido en todo el mundo (ésta es una de las
causas de crecimiento demográfico que actualmente se constata). Hoy día la neonatología está
bien pertrechada para asegurar la vida a los niños prematuros, de bajo peso o con diferentes
disfunciones al nacer. En contrapartida, las prácticas de la obstetricia y cuidados médicos

23
neonatales tienden a acaparar todo el ámbito ecológico de las unidades de maternidad
hospitalarias; se corre el peligro de deshumanizar el parto. (Perinat, 2003)

Un recorrido por el parto en la historia muestra justamente que en otras sociedades más
primitivas (la nuestra de antaño) la extremada ritualización que acompaña a todo lo que rodea
al embarazo, al parto y al período que le sigue inmediatamente amortigua los riesgos
materiales que acechan a la madre y al hijo al par que hace disminuir los sentimientos de
ambivalencia e inseguridad que hoy día sufre aquélla. Finalmente, en el parto se da casi todo el
protagonismo a la madre pero también la criatura contribuye decisivamente a ese paso. Es ella
(dado su nivel de organización) la que decide ponerse en camino; ella también pugna al
deslizarse por el canal de parto; ya fuera, debe reaccionar dando entrada de aire en sus
pulmones; y, como vamos a ver seguidamente, ella debe emitir sus señales primerizas de que
es un ser humano para ser mejor acogido por aquéllos de quienes depende totalmente en esta
primera fase de su existencia. (Perinat, 2003)

1.3.2 Complicaciones más Frecuentes en el Trabajo de Parto

La palabra distocia significa difícil y se refiere en obstetricia al parto anómalo. La Norma Oficial
Mexicana (NOM) la define como: la anormalidad en el mecanismo del parto que interfiere con la
evolución fisiológica del mismo. Para que el parto llegue a buen término se requiere que estén
implicadas correctamente las 4 P:
• Potencia.
• Pelvis.
• Pasajero.
• Psique. (Espinosa Torres Torija, 2009)

Presentación de cara La presentación de cara se genera cuando la cabeza fetal se deflexiona


por completo. Se presenta en menos de 1 % de los partos. Puede ser:

a) Primaria: la cabeza fetal está deflexionada desde antes del encajamiento, lo que se
debe a la existencia de alguna alteración que la obliga a adoptar tal presentación como
en el caso del bocio congénito.

24
b) Secundaria: La causa más frecuente de la presentación de cara de tipo secundario
resulta por la presencia de la pelvis platipeloide, esto en razón de un diámetro
anteroposterior algo reducido, lo que obliga a la presentación a extenderse. Otros
factores son la multiparidad con úteros de tonicidad flexible; la presencia de tumores
pélvicos que modifiquen la entrada pélvica; las malformaciones de la cabeza como la
dolicocefalia; algunos otros factores son el polihidramnios, el oligohidraminios y la
placenta previa. (Espinosa Torres Torija, 2009)

Esta distocia puede valorarse en forma clínica a través del abdomen materno: entre la cabeza y
el dorso fetal se forma una depresión muy marcada que se conoce como signo del hachazo. Al
tacto es más fácil el diagnóstico puesto que no se toca lo redondo, regular y resistente de la
presentación de vértice, sino la presencia de pequeñas salientes, y entrantes, encontrando una
convexidad más o menos uniforme y en medio una sutura interfrontal, y es posible hasta
alcanzar el rombo de la fontanela anterior. Por debajo del frontal se encontrar á una estructura
piramidal que resulta la raíz de la nariz y más abajo las fosas nasales; una depresión llamar la
atención, resultando ser la boca y dentro de ella las arcadas dentarias; fuera de la boca el
mentón; también es posible tocar los malares e inclusive las órbitas. (Espinosa Torres Torija,
2009)

El punto toconómico de la presentación es el mentón, y de éstas la mento-derecha posterior es


la más frecuente y luego la mento-izquierda posterior. Por otra parte cabe mencionar que la
cara del producto con frecuencia sufre traumatismo durante el trabajo de parto y a la hora del
tacto esa cara hinchada puede confundirse con una presentación pélvica. (Espinosa Torres
Torija, 2009)

La presentación de frente es poco frecuente y ofrece el mayor diámetro posible que es el


occípitomentoniano que mide alrededor de 1 3 cm; por eso sólo en los casos en los que la
cabeza fetal es pequeña, la pelvis muy grande o ambos es posible el parto; la regla es que se
produzca desproporción de tipo adquirido. Las causas de este tipo de presentación son
semejantes a las de cara. El diagnóstico se realiza al tocar (tacto vaginal) de manera franca el
bregma (vértice de la cabeza), la frente e inclusive orbitas y raíz de la nariz, este último es el
punto toconómico de la presentación y basándose en este punto se realizan todos los

25
movimientos que ya se han descrito en la presentación de cara. Algo que se produce con
frecuencia en estos casos es la presencia del caput succedaneum (Es una inflamación del
cuero cabelludo de un recién nacido, ocasionada con mayor frecuencia por la presión del útero
o la pared vaginal), lo que provoca deformación tal que por exploración vaginal resulta difícil
identificar estructuras. (Espinosa Torres Torija, 2009)

Se le llama posición occípito-posterior cuando la cabeza fetal se encaja con el occipucio


dirigido hacia alguno de los cuadrantes posteriores: occípito izquierda posterior (OIP), occípito
derecha posterior (ODP), occípito sacra (OS). Por lo regular en 8 0% de las variedades
posteriores y en el transcurso del trabajo de parto el feto rota dentro de la excavación pélvica
hasta hacer coincidir el occipucio con el subpubis. Este tipo de encajamiento se observa con
mayor frecuencia en la pelvis de tipo antropoide, en donde el diámetro mayor es el
anteroposterior; los di á metros oblicuos y el transversose observa con mayor frecuencia en la
pelvis de tipo antropoide, en donde el diámetro mayor es el anteroposterior; los di á metros
oblicuos y el transverso resultan los más cortos. (Espinosa Torres Torija, 2009)

A nivel clínico se puede sospechar de una occípito-posterior al valorar el abdomen materno con
las maniobras de Leopold y encontrar menos convexidad y más partes fetales; este contorno
abdominal no es invariable y mucho menos resulta un signo patognomónico. (Espinosa Torres
Torija, 2009)

La distocia de origen uterino significa que no existe una adecuada función del componente
motor del útero y cabe decir que se puede considerar esta anormalidad siempre y cuando no
exista alguna alteración en cualquiera de los otros componentes. (Espinosa Torres Torija,
2009)Para fines de este tema es conveniente hacer énfasis en lo siguiente:

1. La hidratación y la ingesta de alimentos. Es común que en cuanto la mujer comienza


a tener las primeras molestias dolorosas, ya no se diga de trabajo de parto sino de la
etapa prodrómica, ella misma, o m á s grave aún, el médico indique ayuno total y
que al final se le interne y le administren una solución para vena permeable.

26
2. Mucho se ha mencionado que la deshidratación, la falta de aporte calórico y el
trabajo de parto de más de 12 horas generan cansancio uterino, hecho que si bien
se dice no está demostrado, en realidad cualquier obstetra ha sido testigo del mismo
durante el trabajo de parto, el parto y posparto.

3. El estrés de la parturienta tiene una influencia importante en la presencia de la


contractilidad uterina anómala. La infección uterina de igual manera.

4. Hay disfunción uterina cuando existe infiltración sanguínea entre las fibras
musculares como sucede en el DPPNI (Desprendimiento Prematuro de Placenta
Normoiserta).

5. La administración de fármacos como los antihipertensivos que impiden la salida de


calcio del sistema retículo sarcoplásmico; el bloqueo peridural, más bien cuando el
anestesiólogo en lugar de utilizar dosis analgésica utiliza anestésicas. (Espinosa
Torres Torija, 2009)

A nivel clínico se debe sospechar de disfunción uterina cuando:

1. La contractilidad uterina es poco intensa.


2. La frecuencia de las contracciones se van haciendo cada vez más prolongadas.
3. Es evidente que hay incoordinación en la frecuencia e intensidad de las contracciones.
4. La dilatación cervical no se va dando como lo esperado.
5. Se observa anormalidad en la evaluación del partograma. (Espinosa Torres Torija, 2009)
Cuando la parturienta lleva 15 horas de trabajo de parto efectivo, se trata de un trabajo de parto
prolongado, pero el foco rojo se evidencia hacia las 12 horas de evolución. Se supone que es
improbable llegar hasta este punto puesto que se ha estado pendiente de la vigilancia de la
actividad uterina documentándola en el partograma. Este tipo de distocia es más frecuente en
las comunidades rurales. Las causas del trabajo de parto prolongado son múltiples y van desde
la ineficacia de la actividad uterina, vicios de presentación, alteraciones del cérvix hasta la
desproporción feto-pélvica. (Espinosa Torres Torija, 2009)

27
Los riesgos de llegar hasta este punto son múltiples: las lesiones fetales como el caput, el
cefalohematoma, mayor incremento de la distocia de hombros y el sufrimiento fetal. En cuanto
a la posibilidad de lesiones maternas: ruptura uterina, infección, hipotonía uterina posparto. La
presencia de este tipo de complicación por lo habitual se resuelve a través de la cesárea, la
cual también presenta muchos riesgos, entre los más frecuentes son : encontrar un segmento
edematizado, friable, de fácil sangrado, que incrementa las posibilidades de desgarros; es
frecuente la hipotonía, que no siempre se resuelve con el uso de oxitócicos; la sombra de
cesárea-histerectomía, o en el caso del parto de la histerectomía obstétrica siempre está
presente, por ello cuando se decide realizar operación cesárea se deberá contar con estudios
de laboratorio como la BH, TP, TPT, plaquetas, grupo y Rh, así como el cruce urgente de dos
unidades de concentrado eritrocitario. Estas mujeres tienen alto riesgo de infección ya que por
lo general, han sido multitactadas por lo que se consideran como en potencia contaminada y
por lo tanto se utilizar antibióticos. (Espinosa Torres Torija, 2009)

Los accidentes de cordón son alteraciones que se pueden presentar durante el trabajo de parto
dentro de los cuales se encuentran los siguientes:

1. Nudos verdaderos
2. Circular de cordón a cuello y a cuerpo
3. Procúbito, procidencia y prolapso de cordón
4. Brevedad de cordón. Existen los falsos nudos, que son normales, pero de vez en vez se
encuentran nudos verdaderos, muchas veces asociados con cordones largos. Es mucho más
frecuente encontrar el cordón alrededor del cuello fetal, cuando la circular de cordón está floja
ni siquiera se sospecha. (Espinosa Torres Torija, 2009) Algunos datos clínicos pueden sugerir
esta entidad:

a) Durante la contracción uterina hay presencia de deceleraciones de la


FCF(Frecuencia Cardiaca Fetal)
b) Durante el periodo expulsivo la cabeza fetal desciende normalmente pero posterior a
la contracción la presentación asciende más de lo esperado.
c) La posición anómala persistente de la cabeza fetal. En el momento actual el
diagnóstico es de manera relativa sencillo, inclusive antes de que se inicie el trabajo de parto a

28
través del estudio ultrasonográfico, máxime si se cuenta con doppler de color. (Espinosa Torres
Torija, 2009)

La circular de cordón no es indicación absoluta de cesárea, después de una buena evaluación


obstétrica lo que sigue es vigilar de forma estrecha el trabajo de parto; la siguiente conducta
dependerá de la evolución clínica. Cuando la cabeza es expulsada se debe aflojar el cordón
con el dedo índice unos 6 a 10 cm, y si esto no es posible por lo apretado, entonces sobre el
cuello y con mucho cuidado se pinza y corta el cordón para de inmediato después extraer el
resto del cuerpo del producto. (Espinosa Torres Torija, 2009)

1.4 Desarrollo Psicológico


1.4.1 Recién Nacido

El recién nacido es un ser organizado con ritmos y estados determinados y que posee sistemas
para actuar, recibir y transmitir información. A través de estos sistemas y de la interacción con
el medio irá desarrollando estructuras cada vez más complejas. (Giménez-Dasí & Mariscal
Altares, 2008)

Los niños nacen equipados con una serie de reflejos, unas conductas no aprendidas o formas
espontáneas de responder a ciertos estímulos. Los recién nacidos exhiben una amplísima
variedad de reflejos durante sus primeros meses de vida, algunos de los cuales tiene carácter
supervivencial para el bebé –como ocurre con el reflejo de succión–, otros carecen de valor
para la supervivencia actual, pero pueden haber sido tan importantes en la evolución de la
especie que en su momento pasaron a formar parte de la dotación genética humana. (Cantero
Vicente, 2012)

Todos estos reflejos están presentes en el momento del nacimiento pero, a partir de ahí,
algunos desaparecerán en el curso de los cuatro o cinco primeros meses, mientras que otros
se convertirán en acciones voluntarias (agarrar, por ejemplo) y otros seguirán siendo reflejos
toda la vida (cerrar los ojos si alguna estimulación visual les molesta). La presencia de estos
reflejos en el neonato, así como su progresiva desaparición posterior, son signos de normalidad
evolutiva que indican sencillamente que la corteza cerebral controla voluntariamente acciones y
movimientos que antes estaban automatizados. (Cantero Vicente, 2012)

29
1.4.2 Binomio Madre – Hijo

Entre el recién nacido y la madre debe tejerse un estrecho lazo de relaciones que expandan y
complementen las que han ido constituyendo la fase prenatal. Estas relaciones, como ya se
dijo, ni son sólo biológicas ni sólo psicológicas; son típicamente psicobiológicas. Pongamos por
caso el amamantamiento y la termorregulación. A través del primero la madre realiza una
función que podría considerarse exclusivamente biológica: nutrir a su niño o niña. (Perinat,
2003)

Pero la situación de amamantamiento (la posición de la criatura sostenida por la madre, las
miradas mutuas que se dedican, lo que la madre dice al bebé, el contacto corporal, etc.) va
mucho más allá del análisis que un biólogo (o un especialista en dietética) podría hacer de este
acto. Se ha mostrado que el hecho de que las criaturas humanas interrumpan su chupeteo al
mamar da pie a que las madres les dirijan palabritas cariñosas o les hagan bailotear para que
acabe de pasar la leche. A partir de aquí el acto biológico de la nutrición se acompaña de un
pequeño ritual social. (Perinat, 2003)

El segundo aspecto a que hemos aludido es la termorregulación. Las crías de mamífero


necesitan calor que la madre les proporciona con su contacto piel a piel. También la cría
humana, aunque a ésta se la cubra de ropas (lo cual seguramente no sucedía en los
comienzos de la humanidad. Pero la psicología ha demostrado que el contacto piel a piel tiene
otros efectos sedantes y de equilibrio psicológico. Éste es otro caso de expansión de una
función primitivamente biológica hacia el campo psíquico. En los años 70, en algunas clínicas
maternales de Estados Unidos y de Suecia también se ha hecho la experiencia de colocar a los
recién nacidos desnudos, sobre el cuerpo de la madre en estrecho contacto, piel a piel, poco
después del parto. No es evidentemente el aspecto termorregulatorio el que instigaba esta
práctica sino evaluar sus posibles beneficios psicológicos. (Perinat, 2003)

30
1.4.3 Papel Satisfactor de la Madre

Desde la perspectiva psicosocial, esta etapa representa un período difícil por las demandas de
cuidado del recién nacido, el deseo de cumplir con las funciones maternales de la mejor
manera posible (situación que compite con los otros roles que desarrolla la mujer dentro y fuera
del hogar) y las inseguridades acerca del cómo deben cumplir el rol materno, sobre todo se
trata de un primer hijo. A partir del nacimiento de un hijo la vida de la mujer cambia
profundamente. Su relación con la pareja ya no vuelve a ser la misma a antes de la
incorporación de un niño/a a la vida de ambos y la pareja en este sentido deberá asumir
nuevas responsabilidades. (Grande, 2014)

Los importantes cambios que se producen a nivel emocional tienden a hacer que la
mujer/madre centre su atención en el recién nacido. Es una etapa de gran vulnerabilidad
emocional y psíquica, motivo por el cual deben prestarle particular atención tanto la familia
como los equipos de salud. Un problema no menos común es la depresión postparto (DPP) que
debe tratarse de manera precoz y oportuna. Actualmente no es posible distinguir una causa
única que explique la ocurrencia de la DPP, lo que sostiene su etiología multifactorial. Entre los
factores de riesgo de mayor asociación se destacan los antecedentes personales de la
mujer/madre relacionados a baja autoestima, depresión y depresión postparto previa,
relaciones maritales dificultosas, redes de apoyo insuficientes y en particular, cuadros ansiosos,
depresivos y de estrés durante el embarazo. (Grande, 2014)

Los factores sociales también se incluyen en esta mirada multifactorial de la DPP. La


construcción social (enfoque de género) del ser madre influye en las expectativas que la propia
mujer tiene de este rol. Una buena madre debe ser abnegada, sacrificada, etc. y, a su vez,
deberá seguir cumpliendo el rol de buena pareja o esposa. La transición de ser madre que
ocurre en período postparto es de importancia vital para ella, para su autoestima, su
satisfacción personal y la construcción de una identidad positiva de sí misma. Esto favorecerá
el modo de cuidar al niño, interpretar el llanto, el cómo amamantar, cómo cuidarlo cuando
enferma etc. (Grande, 2014)

31
La lactancia materna puede en estos casos ser un factor protector para la mujer/madre si esta
interpreta la lactancia exitosa como un logro. Provoca en la mujer sentimientos de satisfacción
personal, incrementa su autoestima y autoaprobación. Desde el punto de vista el entorno social
también tendrá un reconocimiento basado en el logro de una lactancia materna eficaz, sobre
todo entre las clases sociales de menor acceso económico, provocando un reconocimiento de
su rol. Sin embargo no siempre es vivido por la mujer con sentimientos gratificantes y la
lactancia materna puede en estos casos profundizar la DPP por lo que se aconseja
suspenderla. (Grande, 2014)

La relación de pareja puede cambiar especialmente después del primer parto, en ocasiones
aparecen celos por parte del padre quien reclama a la mujer atención. En esta circunstancia es
importante que la mujer/madre pueda involucrar a la pareja en el cuidado del niño, en el juego,
en la alimentación por ejemplo: la mamá trabaja y se extrae la leche que el papá esté a cargo
de dar el biberón. Retomar la relación sexual con la pareja puede ser difícil y es parte del
reencuentro en esta nueva situación. En esta etapa cambian las relaciones del grupo familiar, si
hay otros hijos suelen reaccionar con celos, agresión, conductas regresivas o comportamientos
anormales. El apoyo y el afecto serán herramientas indispensables en esta etapa de la mujer
para recorrerla sin inconvenientes. (Grande, 2014)

32
Síntesis de la Unidad I

Abarcar el fenómeno de la niñez en un esbozo esquemático es una tarea compleja y


demasiado ardua como para pretender sintetizarla en unas cuantas líneas; sin embargo, con
los conocimientos plasmados en esta unidad se espera despertar en el estudiante el interés por
los individuos en la etapa más vulnerable de su existencia. Abarcando desde el momento de la
concepción hasta el alumbramiento, somos testigos de la fuerza y a la vez la fragilidad que
encierra el comienzo de la vida humana, razones más que poderosas para querer cuidarla y
protegerla.

La vida infantil encierra más que el homúnculo de lo que se convierte en el hombre adulto;
encierra no solo el destino de una persona, sino de la humanidad misma en cada ser
irrepetible. Es importante que aprendamos a darle el justo valor a la experiencia infantil y a los
sucesos que marcan su desarrollo, no solo desde el punto de vista moral y bioético, sino
inclusive social, cultural y hasta espiritual, pues en esta etapa de la vida se cierne el futuro de lo
que hace humano al hombre.

33
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE

UNIDAD I

Cronograma “El Desarrollo Embro-fetal”

INSTRUCCIONES:

El alumno elabora un cronograma donde se refleje el desarrollo del embrión humano desde el
momento de la concepción, hasta que se convierta en feto listo para el parto.
Deberá contener:
 Explicaciones claras y concisas de los cambios que se presentan en el embrión humano
desde el momento de la concepción
 Distinguir los cambios físicos en relación al tiempo transcurrido desde la fecundación
hasta la maduración necesaria previa al momento del parto.
 Podrá utilizar escalas temporales de horas, días o semanas, dependiendo lo cambios
más representativos, y utilizar el esquema visual que considere más claro para ello
(calendario, línea del tiempo, tabla, etc.).
 Deben ser visibles las secuencias del desarrollo, y existir una linealidad de la evolución.
 Citar de acuerdo a la regla APA 5ª o 6ª edición, las bibliografías o fuentes de consulta
utilizadas para el desarrollo de esta actividad.

FORMATO DE ENTREGA:

 Hoja de presentación con los datos generales del alumno y del trabajo que presenta.
 Se deberá utilizar la tipografía Arial 11 como mínimo en el texto y en los títulos y
subtítulos, negritas hasta el tamaño 14.
 Se podrán utilizar los recursos del sistema, como Wordart, figuras, formas e imágenes
predeterminadas, o bien utilizar imágenes.
 Cuidar la Ortografía.
 Enviarlo en el tiempo establecido.

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CUESTIONARIO

UNIDAD I

1. Es el tratado o la ciencia del niño.

2. El objeto de esta ciencia es el estudio de la evolución y comportamiento infantiles.

3. Es un periodo de rápido desarrollo en el que, partir de los cambios neurológicos, se


generan avances cognitivos, lingüísticos, sociales, emocionales y motores

4. Uno de los logros fundamentales en la niñez es…

5. Las neurociencias entienden los procesos mentales como…

6. Este vínculo es fundamental para construir una base sólida en la formación del niño,
quien requiere de una presencia física, emocional y mental de los principales
cuidadores de manera continua y estable

7. Es a través del cuidado parental que el bebé aprenderá a regular sus ____________
para posteriormente poder interiorizarlas.

8. Un entorno de este tipo le facilitará las condiciones de salud que son prerrequisito para
el desarrollo psicológico.

9. Para desarrollarlos es necesario que el niño tenga muy claro qué es lo que puede hacer
y qué no, así como las consecuencias de infringir las normas.

10. Proveen contención y deben estar acompañados de la posibilidad de acompañar a los


niños a comprender y regular sus emociones, impulsos ansiedades, y angustias.

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UNIDAD II

DESARROLLO Y APRENDIZAJE

Objetivo de la Unidad: Distinguir al niño desde su origen, el desarrollo embrio-fetal y las


relaciones psico-afectivas con su madre y determinar el desarrollo psicomotor y los factores
que intervienen en el aprendizaje especialmente la motivación.

2.1 Desarrollo Corporal

El crecimiento y desarrollo de un individuo son fenómenos continuos que involucran cambios


somáticos y funcionales. Dichos fenómenos se inician en el momento de la concepción y
culminan al final de la pubertad, período durante el cual se alcanza la madurez en sus aspectos
físico, psicosocial y reproductivo. Esta transformación involucra cambios en el tamaño,
organización espacial y diferenciación funcional de tejidos y órganos. (Grande, 2014)

El término crecimiento es un proceso biológico determinado por el incremento de la masa


corporal debido al aumento del número y tamaño de las células, así como también a la
incorporación de nuevas moléculas al espacio extracelular. En cambio, desarrollo es un término
que implica el progreso en el grado de organización y complejidad de las estructuras somáticas
junto con la adquisición de nuevas funciones que pueden involucrar la esfera estructural,
emocional o social. De este modo, el crecimiento hace referencia a un fenómeno cuantitativo
que se mide en función del incremento de la masa a largo del tiempo, mientras que el
desarrollo es un fenómeno cualitativo que acompaña al crecimiento. (Grande, 2014)

Los procesos de crecimiento y desarrollo son procesos simultáneos e interdependientes.


Ambos procesos presentan características comunes a todos los individuos de la misma
especie, lo que los hace predecibles, sin embargo presentan amplias diferencias entre los
sujetos, dadas por el carácter individual del patrón de crecimiento y desarrollo. Este patrón
emerge de la interacción de factores genéticos y ambientales, que establecen por una parte, el
potencial del crecimiento y por otra la magnitud en que este potencial se expresa. Si las

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condiciones de vida de un individuo (físicas, biológicas, nutricionales, psicosociales, etc.) son
favorables, el potencial genético de crecimiento y desarrollo podrá expresarse en forma
completa. En caso contrario, bajo condiciones ambientales desfavorables, el potencial genético
se verá limitado dependiendo de la intensidad y la persistencia del agente agresor. (Grande,
2014)

2.2 Desarrollo Psicomotor

El desarrollo psicomotriz en el niño pasa por diversas fases o etapas íntimamente relacionadas
con los mecanismos ontogenéticos de desarrollo y maduración neurobiológicos, que
inicialmente ligadas, directa y fundamentalmente, a lo somático, van adquiriendo una mayor
expresividad y funcionalidad en el plano de lo psicológico. Y así encontramos que en las
primeras fases del desarrollo postnatal infantil, los aspectos dominantes de la evolución
psicomotriz se hallan en la motilidad que tiene carácter fundamentalmente reflejo, el tono
muscular, marcadamente hipertónico, y una inmadurez sensorial con claro predominio de los
sentidos de proximidad sobre los de distancia. (Jiménez Díaz, 2005)

La maduración neuropsicológica paulatina, en base a procesos biológicos ontogenéticos y


experienciales, medioambientales, va a permitir una progresiva complejificación de las
conductas psicomotrices que con carácter sistemático permitirán el desarrollo de una
motricidad voluntaria, no refleja, un desarrollo de la postura (sustentación de la cabeza,
sedestación, bipedestación y marcha) en base a una evolución del tono muscular, de la
maduración sensorial, de la maduración del sistema nervioso central, lo que, unido a la
capacidad de manipulación del objeto a través del desarrollo de la prensión, permitirá al niño
ampliar el marco de sus referencias experienciales, reconocer ambientes y sistemas que la
inmadurez psicomotriz precedente no permitían, y madurar, al fin, en aspecto afectivos y
sociales, para los que el estado precedente no se hallaba preparado. (Jiménez Díaz, 2005)

El desarrollo de la marcha, la manipulación objetual en el plano psicomotriz, y la progresiva


maduración del sistema nervioso central y de los órganos sensoriales son elementos básicos
para la adquisición de una serie de funciones psicomotrices, tales como la lateralidad (cerebral
y corporal), esquema corporal, imagen corporal, conceptos de temporalidad y espacialidad,

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sentido del ritmo, maduración de coordinaciones, etc., elementos esenciales en el proceso de
normalización psicomotriz infantil. (Jiménez Díaz, 2005)

En la integración y maduración psicomotriz progresiva influyen no solamente elementos


maduracionales neurosensoriales, sino que de una manera muy clara y determinante influyen
los factores sociológicos, afectivos, motivacionales, hasta tal punto que pueden llegar a ser
desencadenantes de alteraciones y perturbaciones psicomotrices de tanta significación como la
de los propios mecanismos biológicos. (Jiménez Díaz, 2005)

Las interrelaciones entre los aspectos fisiológicos de la psicomotricidad (tono muscular,


motricidad, etc.) y los más específicamente psicológicos (afectividad, personalidad, etc.) de la
misma, han tentado a diversos autores a intentar una tipológica del niño en función de
elementos morfológicos, clínicos y afectivos. Así, se habla de tipos atlético-hipertónico (lento,
inhábil, musculoso, baja sensibilidad), hipotónico-asténico (abatido, desmañanado, apático),
dilatado (hábil, ágil, con reacciones limitadas) y longilíneo (también ágil y hábil, con
normoextensibilidad). (Jiménez Díaz, 2005)

Las dos formas primeras pueden estimarse como patológicas. Pero, independientemente de la
aceptación o no de los criterios constitucionalistas que radican en la base de las múltiples
interpretaciones tipológicas que se han dado en relación con la infancia, de difícil determinación
concreta, lo cierto es que parece existir una relación entre las características afectivas y
personales, e incluso sus posibilidades de respuesta. Si tenemos además en cuenta, como ya
hemos comentado en otro capítulo, que las condiciones somáticas —morfológicas— del niño y
sus posibilidades expresivas —psicomotrices— generan expectativas comportamentales por
las personas que le rodean, familia, profesores, etc., de las mismas podrán derivarse
situaciones patológicas diversas. (Jiménez Díaz, 2005)

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2.2.1 Manipulación

El uso correcto de las manos se puede considerar como un tipo de inteligencia manual; de
hecho, algunos investigadores piensan que revela gran parte de la naturaleza del pensamiento
y de la resolución de problemas. Inicialmente, el movimiento de las manos del bebé se produce
como un acto reflejo; es decir, son movimientos que no tienen una voluntariedad ni están
organizados. Hacia los dos meses, podemos observar que los bebés tratan de coger los
objetos con el puño en vez de con la mano abierta. Mientras que el brazo y el hombro están
controlados por el cerebro, la coordinación de las manos y los dedos están guiados por la
corteza cerebral. A los dos meses, el sistema cortical todavía no está coordinado con el
sistema que controla los movimientos motores más gruesos. (García Madruga, Delval, &
Sánchez Queija, 2010)

En torno a los cuatro o cinco meses, el bebé ya es capaz de coger los objetos con las manos
abiertas; la precisión en conseguir la meta y el tiempo que emplea indican un funcionamiento
muy armonizado del sistema sensoriomotor que facilita al bebé controlar el movimiento.
Posteriormente, hacia los nueve meses de edad, el bebé muestra un gesto rápido, ágil y
preciso a la hora de alcanzar un objeto. Es el momento en el que el niño lo coge todo para
llevárselo a la boca. Por último, en torno a los doce meses, los bebés exploran todo lo que
tienen a su alcance a través de la manipulación con sus manos. Todo este proceso se rige por
el principio proximodistal que hemos descrito en el apartado del desarrollo físico. (García
Madruga, Delval, & Sánchez Queija, 2010)

A partir del segundo año se empieza a observar el desarrollo motor en su conjunto: es decir, las
habilidades motoras finas y gruesas. A los dos años el niño y la niña empiezan a superar su
batalla con la gravedad y el equilibrio por lo que son capaces de moverse sin problemas y
manejar los objetos de manera muy eficaz. No obstante, hay que esperar hasta los siete años
para observar que los niños ya son capaces de realizar con cierta destreza diversos
movimientos de locomoción más compleja, como saltar, correr, escalar, saltar a la comba, etc.
En relación al uso de las manos, vemos cómo los niños pueden tirar y/o coger distintos objetos
con bastante precisión. Todas estas habilidades aparecen en la infancia, pero no será hasta la
adolescencia cuando podamos observar una combinación creativa y refinada de los

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movimientos de locomoción y equilibrio con la manipulación de las manos. (García Madruga,
Delval, & Sánchez Queija, 2010)

2.2.2 Locomoción

Durante los dos primeros meses de existencia del bebé, se puede observar que el volumen de
sus piernas aumenta en gran medida en grasa, pero no en musculatura. Esto provoca que el
bebé tenga una serie de movimientos estereotipados (dar patadas sin objetivo alguno) que irán
desapareciendo progresivamente en torno a los dos-cinco meses. A partir del quinto mes, el
infante va ganando estabilidad en su cuerpo y las proporciones del organismo empiezan a
cambiar: el centro de gravedad se dirige hacia abajo, las piernas se estiran y los hombros se
ensanchan. Estos cambios suponen la antesala del gateo que ejerce una influencia muy
importante en la vida de los bebés. (García Madruga, Delval, & Sánchez Queija, 2010)

Hacia los ocho o nueve meses la mayoría de los niños pueden gatear (ocasionalmente algunos
bebés se saltan esta etapa) lo que les facilita el alcance de los objetos y una mayor proximidad
a las personas con las que afectivamente están vinculados. En el momento en el que los bebés
pueden controlar su postura, ya están capacitados para ponerse de pie y caminar. Las
consecuencias de andar son muy numerosas, no sólo para los niños, sino también para los
padres. En relación a los niños podemos observar que éstos exploran mucho más su entorno y
muestran conductas de acercamiento hacia las personas —fomentando la interacción social—
o de alejamiento —fomentando su autonomía—. Los padres por su parte, empiezan a tratar al
hijo como un ser más independiente y esperan que éste empiece a adaptarse a las rutinas y
normas familiares. (García Madruga, Delval, & Sánchez Queija, 2010)

Al mismo tiempo, el hecho de caminar aumenta la probabilidad de que el niño sufra algún
accidente lo que hace que los padres intervengan más en las actividades de los hijos. Todo
este proceso se rige con una secuencia clara y predecible y obedece al principio cefalocaudal
que se ha descrito al hablar del desarrollo físico del niño. Se produce gracias, por una parte, al
crecimiento del esqueleto, aumento de la musculatura, maduración de los órganos internos y el
desarrollo cerebral y, por otra, a la práctica de los diferentes movimientos. (García Madruga,
Delval, & Sánchez Queija, 2010)

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2.3 Desarrollo del Lenguaje

La naturaleza social del ser humano hace que ya desde su nacimiento los bebés traten de
comunicarse con los otros seres humanos que les rodean, alimentan y cuidan. De esta manera,
desde el momento del nacimiento y a lo largo de todo el primer año de vida, los niños y las
niñas no son seres inermes y silenciosos, sino que emiten gestos y sonidos que aunque no
sean estrictamente lingüísticos, sí les sirven para interaccionar con su entorno, para establecer
canales de comunicación con quienes les rodean. (García Madruga, Delval, & Sánchez Queija,
2010)

Estos primeros gestos y sonidos de los bebés, además de mostrar sus deseos y emociones,
sirven ya como exploración y ejercitación del tracto articulatorio, y son inequívocos precursores
del habla. Al finalizar el primer año los bebés suelen ya emitir las primeras palabras cuya
frecuencia y número aumenta progresivamente durante el segundo año de vida. Hacia los 18
meses los niños empiezan a realizar emisiones de dos palabras con lo que comienza a
emerger la gramática. A partir de los 20-24 meses, el vocabulario de los niños y niñas
experimenta un crecimiento muy notable y poco después, a partir de los 24meses, las
emisiones orales poseen ya con frecuencia 3 y 4 palabras e incluyen nexos e inflexiones.
(García Madruga, Delval, & Sánchez Queija, 2010)

La adquisición del lenguaje no está libre de errores de diversos tipos, pero es tal su rapidez y
su eficacia que a partir de los tres años muchos niños y niñas son capaces de hablar con
increíble fluidez, soltura y precisión. A medida que se incrementan las capacidades lingüísticas
de los niños, éstos empiezan a utilizar el lenguaje como una herramienta de control de su
conducta durante la realización de tareas cognitivas. Así, el desarrollo de las capacidades
simbólicas y comunicativas del lenguaje permite su utilización como ayuda en el desarrollo del
pensamiento, en la línea apuntada por Vygotski y la psicología soviética. (García Madruga,
Delval, & Sánchez Queija, 2010)

Como vemos, en un período de tiempo relativamente corto, los niños y las niñas han alcanzado
uno de los logros intelectuales más importantes de los seres humanos, el dominio de las
habilidades de comprensión y producción lingüística, en las que se ven profundamente
implicados componentes básicos de la cognición humana como son el significado, el

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pensamiento y la gramática. La explicación de cómo se produce la adquisición del lenguaje no
es un asunto fácil, ni sencillo; en realidad la adquisición del lenguaje no es un campo uniforme
y coherente, sino más bien un conjunto de procesos y habilidades (fonológicas, léxicas y
gramaticales) relacionadas, pero diferentes y con patrones de adquisición diversos. Dada la
relevancia y dificultad del asunto que nos ocupa, no es de extrañar, por tanto, que en el estudio
de la adquisición del lenguaje se hayan puesto de manifiesto tradicionalmente algunos de los
debates teóricos más relevantes en la psicología; en particular, el que se refiere a las bases
innatas y las posibilidades del aprendizaje. (García Madruga, Delval, & Sánchez Queija, 2010)

2.3.1 Primeros Movimientos Expresivos

Los bebés empiezan a emitir sus primeros sonidos desde el nacimiento, sonidos que en un
principio serían reflejos, para, paulatinamente, ir adquiriendo una función comunicativa y de
exploración del tracto vocal. Al principio —desde el nacimiento hasta las ocho semanas de
vida— los bebés emiten sonidos reflejos, gritos, gruñidos y sonidos vegetativos. A los tres
meses emiten e intercambian arrullos con los adultos. Sin embargo, no se considera que estos
sonidos sean indicativos de madurez del habla hasta que no se producen en forma de sílaba,
es decir hasta que no muestran combinaciones de vocales y consonantes, y tienen una
duración más prolongada. La emisión de sonidos silábicos –que requieren la maduración del
tracto articulatorio y de las conexiones sensoriomotoras subcorticales entre el sistema auditivo
y el de producción del lenguaje-no alcanza su madurez hasta los 6-7 meses, con la aparición
del balbuceo. (García Madruga, Delval, & Sánchez Queija, 2010)

Alrededor de los 6-7 meses, los niños comienzan a balbucear, primero de forma reduplicativa
—repetición de secuencias de sílabas en las que se combina una consonante y una vocal (p.
ej. mamamama)—, para posteriormente hacerlo de forma abigarrada —combinación de vocal-
consonante-vocal (p. ej. ama amaama )—; si bien, estudios recientes indican que ambos tipos
de balbuceo no son secuenciales, sino simultáneos: comenzarían a la vez y coexistirían en el
tiempo. (García Madruga, Delval, & Sánchez Queija, 2010)

El balbuceo inicial se produce de forma idéntica en todos los niños y niñas de todas las
culturas: se combinan los sonidos consonánticos p, b, m con el sonido vocálico a. Los bebés
sordos —hijos de padres sordos que utilizan el lenguaje de signos— también balbucean con
sus manos, es decir, realizan movimientos que reflejan los mismos patrones de combinaciones

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consonánticas y vocálicas que los niños oyentes. Esto indica que el balbuceo inicial está
innatamente determinado. Sin embargo, rápidamente los patrones de balbuceo dejan de ser
universales para ir ajustándose paulatinamente a los patrones lingüísticos del entorno en el que
vive el niño; lo cual a su vez, es una evidencia de la influencia del entorno lingüístico en el
balbuceo, influencia que es constatada, además, por estudios que muestran que los niños
sordos, pese a que balbucean, producen distintos patrones que los oyentes, o que los niños de
distintas comunidades lingüísticas producen también distintos patrones de balbuceo. (García
Madruga, Delval, & Sánchez Queija, 2010)

El balbuceo es la forma que tienen los niños de imitar los sonidos adultos, de relacionar los
movimientos de las articulaciones implicadas en la producción del habla —labios, lengua, boca
y mandíbula— con los sonidos que emite, e ir construyendo una especie de mapa de
emparejamientos entre ellos, lo cual es crucial en el desarrollo fonológico inicial. Finalmente,
alrededor de los 12 meses, los niños producen sus primeras verbalizaciones con significado.
Estas pueden ser, bien versiones de las palabras adultas, o lo que se ha denominado
protopalabras, es decir, formas idiosincrásicas con significado para el niño. (García Madruga,
Delval, & Sánchez Queija, 2010)

La tarea de adquirir el significado para el niño consiste en asociar una palabra (forma léxica) y
el concepto semántico al que se refiere en el mismo campo semántico .Ya hemos dicho que el
niño empieza a emitir sus primeras palabras alrededor de los 12 meses, aunque es capaz de
comprender el significado meses antes. En la producción de las primeras palabras con
significado por parte del niño, como en el resto de habilidades lingüísticas, se ha detectado una
gran variabilidad interindividual; así mismo, se ha comprobado que las formas emitidas no se
corresponden con las formas adultas. (García Madruga, Delval, & Sánchez Queija, 2010)

Donde aparecen regularidades en el proceso de adquisición de las primeras palabras, es sobre


lo que los niños hablan en primer lugar: hablan sobre las personas (mamá, papá) y los objetos
que les rodean tales como animales (perro), comida (pan) y juguetes (pelota). Los niños utilizan
estas verbalizaciones de una sola palabra no sólo para designar a objetos sino también los
roles de los objetos. La frecuencia con la que algunos objetos son nombrados sugiere que
algunos roles pueden ser más salientes que otros. Los roles que parecen llamar más la
atención del niño son los de los objetos móviles (personas, vehículos y animales) y movibles
(comida, ropa), y raramente lugares y localizaciones.

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Por otra parte, durante el período de desarrollo léxico temprano, el uso de las palabras por
parte de los niños muestra varias características o fenómenos ligados a los patrones de cambio
evolutivo, como la dependencia del contexto, las subextensiones y sobreextensiones, los
desajustes y el solapamiento. (García Madruga, Delval, & Sánchez Queija, 2010)

En cuanto a la cantidad de vocabulario que el niño va adquiriendo, el ritmo de crecimiento del


número de palabras que conoce y utiliza es muy lento durante el primer año. Tras un período
de crecimiento muy lento, a partir de los 12 meses se produce un incremento abrupto en el
número de palabras que comprenden los niños. La pauta del desarrollo del vocabulario infantil
en cuanto a la producción de palabras es algo más tardía, produciéndose un incremento
semejante a partir de los 18-24 meses. Alrededor de los 2 años y medio el niño cesa de hacer
sobreextensiones y pregunta frecuentemente por el nombre de las cosas (¿Qué es esto?), lo
cual hace que vaya aumentando y acotando el significado de las palabras. A esta edad, el niño
ya utilizaría una palabra distinta para cada animal: perro, gato, caballo, etc. (García Madruga,
Delval, & Sánchez Queija, 2010)

Síntesis de la Unidad II

Los fenómenos del desarrollo infantil, que discurren en sus primeros años de vida son de
importancia tal que deben ser comprendidos en su dimensión corporal, psíquica y social. Es en
este breve periodo que se dota al hombre de sus más características habilidades, mismas que
lo distancian del resto de las criaturas terrestres y le otorgan una preponderancia sobre su
propio curso de vida.

Aun cuando discurren en un mismo sujeto, el crecimiento y el desarrollo son fenómenos


complementarios, más no equitativos: el simple hecho de especializar un conjunto de
habilidades no constituye en la mayoría de las ocasiones un crecimiento palpable o tangible
para los demás; y sin embargo, en una escala mucho más personalista, para el sujeto
comprende un abismo que se ha salvado, y representa el principio de una vida consciente y
más rica que la de la dependencia inicial del seno materno.

El hombre se despega de sus orígenes, solo para remontar a lo alto y contemplar, con una
comprensión más profunda de su vida, la importancia de esos primeros eventos.

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ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
UNIDAD II

Cuadro Comparativo sobre “El Desarrollo Corporal, Psicomotor y del Lenguaje del Niño”

INSTRUCCIÓN:

 Utilizando un cuadro creado en un documento de Word, el alumno realiza una comparación


del desarrollo corporal, psicomotor y del lenguaje de los niños, desde el momento de su
nacimiento hasta el término de la segunda infancia, alrededor de los 7 años.

EDAD Desarrollo Desarrollo Desarrollo del


Corporal Psicomotor Lenguaje

 Deberá explicitar cuales son los signos y rasgos que se adquieren, de forma secuencial, y
mostrar la evolución de las habilidades más características de cada etapa.
 Se podrá elaborar la tabla en forma horizontal o vertical, como sea más conveniente para
la presentación de la información.
 La extensión es variable, aunque se evaluará el contenido de la información, la relación
entre los elementos descritos, la organización de la información y la integración de las
partes expuestas.

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FORMATO DE ENTREGA:

 Hoja de presentación con los datos generales del alumno y del trabajo que presenta.
 Se debe presentar en formato Word utilizando la tipografía Arial 11 como mínimo en el
texto y en los títulos y subtítulos, negritas hasta el tamaño 14.
 Cuidar la Ortografía.
 Enviarlo a por medio de la plataforma y en el tiempo establecido.

CUESTIONARIO

UNIDAD II

1. Es un proceso biológico determinado por el incremento de la masa corporal debido al


aumento del número y tamaño de las células, así como también a la incorporación de
nuevas moléculas al espacio extracelular

2. Implica el progreso en el grado de organización y complejidad de las estructuras


somáticas junto con la adquisición de nuevas funciones que pueden involucrar la esfera
estructural, emocional o social

3. Hace referencia a un fenómeno cuantitativo que se mide en función del incremento de la


masa a largo del tiempo

4. Período durante el cual se alcanza la madurez en sus aspectos físico, psicosocial y


reproductivo

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5. La maduración_________________ paulatina, en base a procesos biológicos
ontogenéticos y experienciales, medioambientales, va a permitir una progresiva
complejificación de las conductas psicomotrices, ampliar el marco de sus referencias
experienciales, reconocer ambientes y madurar, al fin, en aspectos afectivos y sociales,
para los que el estado precedente no se hallaba preparado

6. En la integración y maduración psicomotriz progresiva influyen no solamente elementos


maduracionales neurosensoriales, sino que de una manera muy clara y determinante
influyen los factores…

7. Inicialmente, el movimiento de las manos del bebé se produce como un acto reflejo; es
decir, son movimientos que…

8. Hacia los dos meses, podemos observar que los bebés tratan de coger los objetos con
el puño en vez de con la mano abierta. Mientras que el brazo y el hombro están
controlados por el cerebro, la coordinación de las manos y los dedos están guiados
por…

9. En torno a los cuatro o cinco meses, el bebé ya es capaz de coger los objetos con las
manos abiertas; la precisión en conseguir la meta y el tiempo que emplea indican un
funcionamiento muy armonizado del __________________ que facilita al bebé controlar
el movimiento.

10. Hacia los nueve meses de edad, el bebé muestra un gesto rápido, ágil y preciso a la
hora de alcanzar un objeto. Es el momento en el que el niño…

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UNIDAD III

INFANCIA

Objetivo de la Unidad: Obtener los conocimientos básicos de las características anatómicas,


fisiológicas y psicológicas de la infancia, así como de la sexualidad infantil y algunos trastornos
típicos de la infancia para utilizarlos brindando asesoría profesional a la comunidad en general.

3.1 La Infancia
3.1.1. Concepto de la Infancia

La noción de infancia tiene un carácter histórico y cultural y es por ello que ha tenido diferentes
apreciaciones en la historia; su concepción depende del contexto cultural de la época. Un
rápido recorrido sobre el concepto de infancia a través de la historia nos muestra los cambios
que ha tenido esta categoría. En los años 354 - 430 hasta el siglo IV se concibe al niño como
dependiente e indefenso (―los niños son un estorbo‖, ―los niños son un yugo‖). Durante el siglo
XV en la concepción de infancia se observa cómo ―los niños son malos de nacimiento‖. Luego,
en el siglo XV, el niño se concibe como algo indefenso y es por ello que se debe tener al
cuidado de alguien y se define el niño ―como propiedad‖. (Perinat, 2003)

Para el siglo XVI ya la concepción de niño es de un ser humano pero inacabado: ―el niño como
adulto pequeño‖. En los siglos XVI y XVII se le reconoce con una condición innata de bondad e
inocencia y se le reconoce infante ―como un ángel‖, el niño como ―bondad innata‖. Y en el siglo
XVIII se le da la categoría de infante pero con la condición de que aún le falta para ser alguien;
es el infante ―como ser primitivo‖. A partir del siglo XX hasta la fecha, gracias a todos los
movimientos a favor de la infancia y las investigaciones realizadas, se reconoce una nueva
categoría: ―el niño como sujeto social de derecho‖. (Perinat, 2003)

La ―reinvención‖ moderna de la infancia se inicia desde el siglo XVIII en las sociedades


democráticas y muy especialmente a través de Rousseau, quien advertía las características
especiales de la infancia. Son muy numerosos los autores que a partir de este siglo

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comprendieron que la infancia tiene formas particulares de ver, de entender y de sentir y que
por ello debían existir formas específicas de educación y de instrucción. (Perinat, 2003)

En ese mismo orden, una de las necesidades de los seres humanos y muy especialmente de
los niños y niñas pequeños es tener las condiciones donde puedan relacionarse con otros de
su misma edad y mayores, donde además se les dé oportunidad para experimentar situaciones
y sentimientos que le den sentido a su vida y de esta manera reencontrar y reconstruir el
sentido como experiencia vivida y percibida, condiciones necesarias en una comunidad.
(Perinat, 2003)

A la concepción de infancia es necesario darle la importancia y reconocer su carácter de


conciencia social, porque ella transita entre agentes socializadores; la familia, como primer
agente socializador y la escuela, como segundo agente que en estos tiempos, cuando la mujer
ha entrado a participar en el mercado laboral, asume un rol fundamental. (Perinat, 2003)

3.1.2. Función Biológica de la Infancia

La infancia no debe ser vista como un estado imperfecto en sí, aunque hay de terminar en una
fase distinta. El niño está perfectamente adaptado para vivir su vida infantil. La infancia tiene
su función biológica particular. Antes de Rousseau, y aún después de él, se tenía el concepto
de que los individuos para llegar a un estado perfecto, tienen que recorrer cierto trayecto, y
que el trayecto no tenía ningún valor. (Peinado Altable, 1979)

La infancia es útil para el individuo porque es un periodo de plasticidad eminentemente propicio


al desarrollo somático y psíquico. Por eso es hoy un concepto comúnmente aceptado que
cuanto más plenamente haya vivido el niño todas las etapas de su vida infantil, más
posibilidades de alcanzar una vida plena de adulto tendrá. (Peinado Altable, 1979)

Resumiendo, podríamos decir que la infancia es una etapa necesaria en la vida humana, cuya
función biológica es, por su característica plasticidad, permitir una plena evolución de todo lo
que el niño encierra como posibilidad. (Peinado Altable, 1979)

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La infancia es el periodo que va desde el nacimiento hasta la aparición de la función
reproductora. Es por tanto la infancia la fase de predominio de una función expansiva del
organismo. Los distintos periodos de la vida han tomado como final de la infancia la aparición
de la función reproductora (pubertad), pues tal aparición entraña no solo profundos cambios
somáticos, sino alteraciones considerables del modo de ser personal. (Peinado Altable, 1979)

3.1.3. Etapas de la Infancia

En relación con la evolución de los intereses, y tomando como base la evolución de los
intereses infantiles, y también fijándose en fenómenos de índole fisiológica, la vida humana
infantil ha sido tradicionalmente en los siguientes periodos:

 Primera infancia: Periodo de los perceptivos, motores y glósicos (del nacimiento a los tres
años).

 Segunda infancia: Periodo de los intereses concretos (de los tres a los siete años)

 Tercera infancia: Periodo de los intereses abstractos (desde los siete a los doce años)
(Peinado Altable, 1979)

A continuación se profundizará en cada uno de ellos.

3.1.4. 1ª Infancia

La primera infancia se distingue por el predominio sucesivo de los intereses perceptivos,


motores y glósicos. Este primer periodo de vida, prescindiendo de los fenómenos de la vida
vegetativa, se caracteriza por el predominio de las funciones sensoriales y motoras, y por ello el
interés del niño se dirige principalmente durante este tiempo, hacia la actividad sensoperceptiva
y al ejercicio de sus posibilidades de movimiento. (Peinado Altable, 1979).

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A este respecto, la primera infancia puede ser dividida un poco esquemáticamente en tres
periodos:
1.-El periodo de los intereses perceptivos (desde el nacimiento hasta el sexto u octavo mes).
Son los primeros que aparecen. Durante éste, el niño se interesa casi exclusivamente en el
perfeccionamiento de la función sensorial. Algunos paidólogos han llamado a estos intereses
sensoriales y quizá fuese preferible este término por cuanto la percepción, más que un fin en sí
misma y una conquista de las cosas, es todavía un ejercicio de los sentidos y un adiestramiento
para ella. (Peinado Altable, 1979)

En el momento del nacimiento solamente existen las necesidades orgánicas; y bien pronto el
recién nacido que ve, oye y huele, experimenta la necesidad de mirar, de escuchar, de
reconocer. A los pocos días de nacer, los órganos de los sentidos y las vías nerviosas
sensoriales han alcanzado un desenvolvimiento suficiente para entrar en funciones. Por eso lo
que se perfecciona en este periodo no es el aparato sensorial, sino la función, pues esta etapa
es un ejercicio con el fin de llegar a establecer el debido contacto con el mundo circundante.
(Peinado Altable, 1979)

2.- El periodo de los intereses motores (del sexto u octavo mes al segundo año).Las
necesidades de movimiento, que hasta entonces habían sido reducidas a descargas motoras
incoordinadas, se armonizan cada vez más, y tienden hacia finalidades útiles: aprehensión,
marcha y lenguaje. Desde entonces, sobre ellos se fija con preferencia el interés del niño y las
percepciones pasan a segundo lugar convirtiéndose en móviles de acción. Durante este
periodo, las adquisiciones de los sentidos no son apreciables exclusivamente por si mismas
sino solamente en la medida en que pueden suscitar su actividad. Los objetos no le interesan
al niño más que en tato que puedan ser cogidos con la mano, palpados y arrojados al suelo.
(Peinado Altable, 1979)

Para llegar a realizar actos voluntarios es preciso que previamente haya alcanzado cierta
independencia de sus mecanismos motores, y a la vez la coordinación suficiente de sus
elementos, para que los movimientos se adapten a su fin. Una vez conseguidos los
movimientos voluntarios, la repetición de los mismos determina la organización de centros
especiales de coordinación, de los cuales dependerán después los movimientos habituales.
(Peinado Altable, 1979)

51
3.-El periodo de los intereses glósicos (del segundo al tercer año). Durante éste periodo el niño
concentra gran parte de su esfuerzo sobre la adquisición del lenguaje. La palabra se convierte
para él en un hecho tan interesante como lo era anteriormente el objeto. Pregunta los nombres
señalando con el dedo, almacena palabras, las ensaya, las repite sin cesar y las considera
como la clave de todas las explicaciones. En esta etapa de la adquisición del lenguaje el niño
siente el amor de la palabra misma. Aprender un nuevo término le encanta, y durante todo este
periodo, esto constituye para él un verdadero furor. (Peinado Altable, 1979)

3.1.5. 2ª Infancia

La segunda infancia se extiende entre los tres y los siete años, caracterizándose por el
predominio de los intereses concretos. A los tres años el niño está en posesión de todos los
mecanismos perceptivos y motores necesarios para su actividad, y puede llevar su atención y
su interés a las nociones concretas sobre los seres y las cosas. Es la fase objetiva del
desenvolvimiento psíquico del niño, de los intereses concretos. (Peinado Altable, 1979)

En este periodo el niño vive en plena naturaleza. Dueño de sus percepciones y de sus
movimientos, le falta experimentar directamente y por eso toma pleno contacto con el mundo
que le rodea. Es la edad del coleccionista, del clasificador, del interrogador. Ahora el niño se
halla preocupado por las cosas, por su origen, por su constitución. En este periodo el mundo
exterior que apenas había interesado al niño como un estímulo para su actividad, comienza
ahora a interesarle objetivamente; y para conocerlo, necesita hacer un uso mayor de sus
funciones mentales de adquisición: atención, memoria, asociación, y de sus tendencias
educativas: curiosidad, observación e imitación. (Peinado Altable, 1979)

Algunos paidólogos consideran que éste periodo es el de los intereses intelectuales generales
y otros, como de los intereses diseminados y más especialmente como el periodo del juego. Y
efectivamente, el juego es la actividad espontánea más característica de la segunda infancia.
(Peinado Altable, 1979)

52
3.1.6. 3ª Infancia

Comprende desde los siete a los doce años, y se distingue por el predominio de los intereses
abstractos y la actividad simbólica. Con la tercera infancia el niño entra en una fase nueva y
decisiva de su evolución mental. A la actividad el juego va a acompañar la actividad del
trabajo, que tiene ya por objeto fines más remotos, ajenos a la actividad misma, que no es ya
para el niño, sino un medio para la consecución de estos fines. Empieza el periodo de los
intereses abstractos, y al final del mismo habrá adquirido la mentalidad del niño su completo
desenvolvimiento. (Peinado Altable, 1979)

Las imágenes sensibles van a ser sustituidas por símbolos y por abstracciones. De los hechos
adquiridos, el niño va a comenzar a inducir, gracias a asociaciones cada vez más complejas,
ideas cada vez más generales, y de estas ideas va a descender a los hechos y a deducir de
ellos consecuencias particulares. Va a elaborar con los elementos que posee nuevos
elementos más complejos y de una utilidad menos inmediata. Porque en el periodo escolar que
comienza, tiene que ejercitar preferentemente sus funciones mentales de elaboración. (Peinado
Altable, 1979)

3.2. Características Generales de la Infancia


3.2.1. Anatómicas

En lo somático salta a la vista, en primer término, el tamaño reducido del niño en relación con el
adolescente. El paso de la infancia a la adolescencia se marca por una serie de importantes
cambios, entre los que destaca el aumento en todos los diámetros (talla, perímetro torácico,
etc.) y en el peso. Pero si es importante señalar que el niño, en relación con el adolescente
tiene una marcada inferioridad en tamaño y peso, es más interesante aún comparar las
proporciones corpóreas de ambos. (Peinado Altable, 1979)

En esqueleto del niño no es una reducción pura y simple del adulto, sino que tiene en relación
con éste, la cabeza más gruesa el tronco más grande y las piernas más cortas. La
proporcionalidad de los distintos segmentos que constituyen la talla, varía a través de las
distintas edades de la vida. Es después de los doce años cuando dicha proporcionalidad toma

53
su forma definitiva. Por lo que se refiere a la relación entre cabeza y la talla total, se observa
que a nacer ésta equivale a cuatro veces aquella; a los dos años, a cinco, a los seis años , a
seis; a los doce, a siete y a los veinticinco, a ocho. (Peinado Altable, 1979)

El busto se alarga poco desde el nacimiento hasta los siete años, muy poco de los siete a los
quince y en cambio, desde esta fecha, mucho. Es decir, que la contribución del tronco a la talla
es muy superior a la de los miembros inferiores, durante dos periodos: antes del nacimiento y
después de la pubertad. Por el contario, los miembros inferiores contribuyen al crecimiento en
grado sumo entre el nacimiento y la pubertad, es decir, en la infancia. (Peinado Altable, 1979)

Proporcionalmente, el tamaño de la cara del niño es más grande que la del adolescente o la del
adulto. Durante el periodo infantil hay un notable aumento del peso del cerebro, que debe estar
en correlación con un progreso funcional. (Peinado Altable, 1979)

3.2.2. Fisiológicas

Las diferencias en el campo fisiológico son notables. En primer lugar, destaca con fuerza
suficiente el hecho de que el niño no es apto para la procreación. La pubertad marca el
momento de la madurez sexual. (Peinado Altable, 1979)

El número de calorías por metro cuadrado de superficie corporal es tanto más elevado cuanto
menor es la edad cronológica, siendo la cifra media para la infancia (hasta los trece años) de
cincuenta y dos; mientras que a partir de la adolescencia esta cifra no es superior a cuarenta y
tres o cuarenta y seis. Esto quiere decir que durante la infancia el intercambio de materia y de
energía que se realiza entre el organismo y el mundo exterior es más activo que en etapas
posteriores. (Peinado Altable, 1979)

La actividad metabólica puede ser representada como un conjunto de fenómenos químicos del
tipo oxidación. La velocidad de tales procesos depende de la acción de diversas hormonas,
principalmente la tiroxina que actúa como catalizador. De modo que la cifra referente al
metabolismo basal mide indirectamente la actividad de la glándula tiroides que es la productora
de la tiroxina. (Peinado Altable, 1979)

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Comparado con el adulto, en el niño se comprueba un hiperfuncionalismo tiroideo, sin que esto
tenga el significado patológico que tiene cuando tal afirmación es el resultado de la
comparación de un sujeto particular con los valores correspondientes a su edad
(hipertiroidismo). Finalmente, el encefalograma infantil no es como el del adulto; la corteza
cerebral del niño no está madura. Su función inhibidora, como otras muchas, no ha llegado a su
máximo desarrollo. (Peinado Altable, 1979)

3.2.3. Psicológicas

Siempre se ha señalado la irreflexión como una característica infantil. La irreflexión es un modo


de conducta en el que el sujeto se comporta dejándose influir solamente por algunos factores
de la situación y no por todos. Este modo de comportarse traduce, de un lado, deficiente
capacidad de análisis y de otro impulso demasiado apremiantes, bien porque en sí lo sean o
porque carezcan del adecuado contrapeso inhibidor. (Peinado Altable, 1979)

Al niño lo que lo caracteriza no es la falta de estimulaciones, sino la falta de inhibiciones. La


característica psicológica infantil la inestabilidad. Es decir, la tendencia a los rápidos cambios
en el equilibro afectivo-emocional (labilidad afectiva, bruscos, cambios de humor, etc.) Tal
inestabilidad se debe principalmente a la falta de control de la esfera intelectual sobre la esfera
afectivo-emocional, por incapacidad relativa de aquella; pero puede sospecharse que al
desequilibrio colabore una actividad, mayor que en adulto, de ciertas hormonas impulsoras,
especialmente la tiroxina. (Peinado Altable, 1979)

La evolución infantil tendrá como faceta importante el logro del equilibrio afectivo-emocional, es
decir, el sometimiento de los impulsos originados en el interior, y de las reacciones provocadas
por el exterior, al control de las fuerzas inhibidoras de la conciencia, y su encausamiento como
resultado de la actuación de una capacidad analizadora cada vez más desarrollada. (Peinado
Altable, 1979)

Paralelamente a la evolución cronológica se observa un crecimiento de la capacidad intelectual,


o de eficiencia en la función cognoscitiva desde el punto de vista cuantitativo. El niño de cinco
años es capaz de dar soluciones acertadas a una serie de problemas que no resolvía a los

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cuatro años. Sin embargo, al menos en el campo experimental, el desarrollo de la inteligencia,
desde el punto de vista cuantitativo, concluye al concluir la infancia, para la mayor parte de los
individuos. Pero a partir de la adolescencia, si la inteligencia no crece, o crece poco, en cambio
se especializa, en particular gracias a la experiencia. La inteligencia del niño es, en relación con
la del adulto, menos especializada. (Peinado Altable, 1979)

3.3. Desarrollo de la Personalidad

Las personas se diferencian unas de otras por la herencia particular, el contexto y las
influencias ambientales, que las hace singulares. Todo ello ayuda a conformar la personalidad
pues es fruto de la acumulación de experiencias comunes a otros (desarrollo normalizado), de
experiencias únicas (las singulares vividas) y la herencia (genética, carácter, temperamento).
La personalidad será, pues, un conjunto de rasgos psicológicos fruto del desarrollo personal y
la vida afectivo-social. Los aspectos que definen la personalidad son el autoconcepto y la
autoestima, la autonomía personal, el desarrollo social y el apego. (Cantero Vicente, 2012)

3.3.1 Integración del Yo

La identidad se refiere a un núcleo de la personalidad, presente en la conciencia del propio


sujeto, que adopta la forma de representaciones sobre sí mismo en varios aspectos -físico,
sexual, académica, profesional, ideológica, etc., expectativas orientadas al futuro y
presentaciones de sí ante los demás. La identidad está asimismo relacionada con otra
característica importante como es la diferenciación de los otros, la independencia o autonomía
personal. (Cantero Vicente, 2012)

Identidad es, pues, el conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los
caracterizan frente a los demás. Si este concepto lo aplicamos a la persona, llegamos a la
definición de identidad personal como conciencia que una persona tiene de ser ella misma y
distinta a las demás. Implica una conciencia de la permanencia del yo. La identidad personal
evalúa, coordina e integra las percepciones del mundo, que son análisis interpretativos de un
conjunto de datos, a partir de los cuales obtenemos información. Así, la identidad personal se
conforma con lo que uno cree y con lo que los demás le muestran, y bajo esta con figuración
interactúa con el mundo que le rodea. (Cantero Vicente, 2012)

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En esta etapa, el niño, tiende a describirse basándose en aspectos concretos y observables,
especialmente mediante características referidas a su aspecto físico (―tengo los ojos azules‖),
de corte global (―soy bueno‖), en base a sucesos externos y arbitrarios (―soy mala porque
pegué a Juan‖), o de índole psicológico-concreto (―me gusta jugar con mi amigo‖). Se trata de
un autoconcepto poco coherente, arbitrario y cambiante, que depende en gran medida de los
educadores cercanos (familia y escuela). Desde la psicología cognitiva actual, el autoconcepto
se entiende también como un proceso en constante construcción, fruto de la interacción entre
el sujeto y el medio, que no dicta mecánicamente la conducta, pero que influye en esta a través
de dos procesos mediacionales: el afecto y la motivación. (Cantero Vicente, 2012)

El autoconcepto es una estructura cognitivo-afectiva que contiene información personal


(creencias, emociones, evaluaciones), pero a la vez juega un papel activo en el procesamiento
de la misma (atención, memoria y utilización de la información). Así pues, está en la base de
los juicios y acciones de los individuos, tanto de uno mismo como de los demás. (Cantero
Vicente, 2012)

3.3.2. La Desobediencia

Según la teoría de Wallon, entre los 2 a 6 años se da lo que él llama estadio de personalismo,
que incluye 3 periodos diferenciados:
a. De oposición o cabezonería (2-3 años): intentan reafirmar su yo oponiéndose a los
otros.
b. Periodo de la gracia (alrededor de los 4 años): intentan llamar la atención y
reconocimiento de los otros utilizando todas sus habilidades y destrezas. Les gusta exhibir ante
los demás sus capacidades.
c. Imitación (4-5 años): cuando las gracias dejan de funcionar empiezan a imitar a los
adultos buscando el reconocimiento y aprobación. A partir de los 6 años se inicia el proceso de
identificación con los adultos más cercanos, una etapa posterior que indica cierto dominio de
las características personales, discriminación, selección y preferencia, etc. (Cantero Vicente,
2012)

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3.3.3. Autoridad Paterna

La agresividad es parte de la conducta del niño y la niña, por lo que no se puede obviar su
existencia. La agresividad accede por la vía de la acción y es particularmente impactante para
los menores. Es así porque el movimiento y la acción son preeminentes en un sistema
motivacional, todavía primitivo, como el suyo. La manera de resolver un conflicto mediante la
acción agresiva y violenta es fácilmente aprehensible por la mente infantil. Los niños suelen
expresar esa agresividad ante tareas, situaciones y personas diferentes, en función también del
propósito de la conducta agresiva. (Cantero Vicente, 2012)

Puede que el niño pretenda apropiarse de un objeto, manifestar un sentimiento, mostrar un


desacuerdo o revelarse ante la autoridad. Los adultos (padres y maestros) deben proclamar
que los seres humanos tenemos la alternativa de negociar con el diálogo. Por la vía del
lenguaje, las personas enfrentadas en un conflicto pueden llegar a acuerdos, a concesiones
mutuas y a resolverlo sin agresividad y violencia. El comportamiento agresivo complica
generalmente el desarrollo del niño en tanto rendimiento escolar, relaciones sociales, etc.
dificulta su integración en diferentes ambientes. (Cantero Vicente, 2012)

Esta conducta agresiva, en niños de 2 a 6 años, puede ser tanto intencionada como fortuita,
pero preferentemente de manera directa y física, aunque en ocasiones se suceden
comportamientos agresivos de orden psicológico (insultos, avergonzamientos, etc.). (Cantero
Vicente, 2012)

3.3.4. Papel de la Escuela

Conocida la importancia del desarrollo social en los niños, no solo en la capacidad para
interaccionar eficazmente con otras personas, sino también de vivir socialmente integrado y de
asumir los aspectos culturales de la sociedad en la que vive, veamos a continuación desde el
punto de vista didáctico escolar qué aspectos deben tenerse en cuenta en la escuela. (Cantero
Vicente, 2012)

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En primer lugar, tenemos que destacar, sin duda, la importancia del juego como eje
socializador del niño en la escuela. Es a través de los diferentes juegos que los niños
interactúan y se conocen unos a otros, aprenden a respetar normas y reglas, turnos, aprenden
a inferir en los demás sentimientos y pensamientos, etc. Las actividades lúdicas en la escuela
no se encuentran al margen del aprendizaje, más bien al contrario, conforman una parte
importante de éste y trabaja en muchos casos valores morales que en clase no siempre
pueden trabajarse. El ayudar al compañero o compañera que va perdiendo, el sentir compasión
por el que se cae mientras corre o por el que rompe algo sin querer, el valorar que lo
importante es participar y no siempre ganar, son cuestiones sociomorales que los niños
aprenden de manera más o menos espontánea a través de los juegos. (Cantero Vicente, 2012)

Por todo esto, la actividad de juego se debe tomar en serio, planteándola como otra situación
de enseñanza/aprendizaje, casi siempre placentera, que puede informarnos de hasta qué
punto el niño está desarrollado cognitiva, motriz, moral, social y emocionalmente. (Cantero
Vicente, 2012)

Otro aspecto que tendrán en cuenta los docentes será la cuestión de las relaciones sociales
entre compañeros de clase. Será especialmente relevante intervenir ante situaciones de
marginalidad, victimización o abuso de poder o de aislamiento. Estos son situaciones sobre las
que el maestro o la maestra deben estar muy atentos de cara a facilitar una socialización
adaptativa de todos los niños. Es obvio que dentro del aula siempre habrá algunos estudiantes
más resueltos, más hábiles socialmente, y otros menos competentes en este aspecto. Por eso,
dentro del aula el o la docente deberá sugerir actividades o talleres y proporcionar apoyo o
ayuda a los estudiantes que carecen la capacidad social suficiente para estar integrados en el
grupo de clase. (Cantero Vicente, 2012)

Si bien la familia constituye en un primer momento el entorno de desarrollo más inmediato para
el niño, la escuela se convierte pronto en un importante contexto de socialización. La
incorporación a la escuela va a suponer para él o ella una ampliación importante de su esfera
de relaciones. Con los adultos y los iguales de la escuela, establece relaciones que son de
naturaleza distinta a las que mantiene con su familia y, además, el tipo de actividades que
comparte con ellos varía sustantivamente. La escuela no sólo transmite saberes científicos,
sino que influye en todos los aspectos relativos a los procesos de socialización como relaciones

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afectivas, habilidad para participar en situaciones sociales, adquisición de destrezas
relacionadas con la competencia comunicativa, desarrollo del rol sexual, desarrollo de
conductas prosociales, de la propia identidad. (Cantero Vicente, 2012)

3.3.5. Actividad Competitiva

La experiencia social de los niños y su trayectoria vital de riesgo que se inicie a edades muy
tempranas. Existen una serie de factores (personales, familiares, escolares, sociales,
relacionales, etc.) denominados de protección y de riesgo que, como su palabra indica,
inclinarán la balanza hacia una situación u otra. (Cantero Vicente, 2012)

En la etapa escolar los niños manifiestan roles diferenciados con los iguales que van a variar
muy poco a lo largo de toda la escolaridad. En la etapa anterior, la amistad era entendida como
la relación interactiva física que ocurría en un momento preciso. A los 6 o 7 años esta relación
se traduce en una relación de ayuda y apoyo unidireccional, pues son los amigos quienes
hacen las cosas que les gustan. Sin embargo, no es hasta aproximadamente los 8 años,
cuando la concepción de amistad se transforma en un proceso bidireccional y/o recíproco,
tomando el niño conciencia de que la amistad es una realidad perecedera. (Cantero Vicente,
2012)

Aspectos como el desarrollo cognitivo y la posibilidad de interacción con otros favorece este
cambio de perspectiva, disminuyendo la percepción de los demás niños como entidades físicas
y tomando así una perspectiva más psicológica, a través de la adquisición consciente de que
cada sujeto dispone de ideas propias y puntos de vista diferentes. La estructura organizativa de
las experiencias sociales durante esta etapa educativa, se basa en unas metas y objetivos que
otorgan coherencia. A menudo el propio grupo establece sus propias normas, por ejemplo, de
hablar, vestir, juegos, preferencias, etc., diferenciándose así de otros grupos y reforzando a su
vez la cohesión grupal interna. Es en estos momentos en los que aparece la figura del líder,
quien suele poseer buenas habilidades intelectuales y competencias sociales que le ayudarán
a satisfacer las necesidades del grupo, reforzando así su liderazgo. (Cantero Vicente, 2012)

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3.3.6. Juego y Dibujo

La función simbólica es la capacidad para utilizar símbolos y con ellos poder representan
objetos, personas o sucesos ausentes, es la representación mental a la que una persona le
asigna un significado. Conlleva, además, un gran avance en la capacidad de conocimiento y
actuación con la realidad que rodea a la persona durante su desarrollo. La meta final es la
acción interiorizada reversible y descentrada, organizada en sistemas de conjuntos y que ya
constituye una verdadera operación mental. El niño se ve inmerso en el mundo de los signos: el
dibujo, la imitación, el juego, las palabras, los números, las letras escritas, las analogías, las
comparaciones, las clasificaciones y ordenaciones, entre otros, son modos de expresión
simbólica. (Cantero Vicente, 2012)

El símbolo más común es la palabra hablada o escrita. Saber los símbolos de las cosas ayuda
a pensar en ellas y en sus cualidades, a recordarlas y a hablar sobre ellas sin necesidad de
tenerlas frente a nosotros, por lo tanto, los niños de esta edad pueden ahora aprender
mediante el pensamiento simbólico (no solo mediante los sentidos). (Cantero Vicente, 2012)

La primera expresión de registro gráfico de los niños toma forma de ocurre alrededor de los 18
meses de edad. Este primer trazo marcará el comienzo de la expresión que progresivamente lo
llevará al dibujo, a la pintura y, también, más adelante, a la palabra escrita. Por medio de los
dibujos el niño logra expresar su estado psicológico y bienestar emocional, es, además, un
medio de socialización con los demás y sirve también por cuanto permite desarrollar la
motricidad fina. (Cantero Vicente, 2012)

A través del dibujo, los niños podrán expresar lo que sienten, ayudando así a lograr una
relación entre su mundo interno y su mundo externo. Casi siempre los niños tienen la
percepción de que han hecho algo importante y por eso obsequian sus garabatos con orgullo a
quienes son parte de su vida afectiva (padres, abuelos, hermanos, maestros, etc.). La forma en
que esos primeros trazos sean recibidos influirá notablemente en su desarrollo posterior.
(Cantero Vicente, 2012)

Los juegos en la niñez reúnen todas las características de una herramienta tanto de
socialización como de motor del desarrollo en general. Los juegos son actividades de

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intercambio, donde los niños y niñas aprenden a organizarse, a acatar unas normas por igual,
donde ellos mismos son los que controlan su ejecución y, en muchos casos, incluso son
quienes los inventan y desarrollan. (Cantero Vicente, 2012)

Las relaciones lúdicas en las que interactúan los niños de la etapa escolar acontecen durante
el juego y evolucionan a través del esquema siguiente:

1. Aproximadamente hasta los 5 años niños y niñas no son conscientes de la existencia de


reglas en el juego. Se implican en ellos, pero sólo por el disfrute de estar participando con
otros, pensando incluso que todos pueden ganar. (Cantero Vicente, 2012)

2. A partir de los 6 años, poco a poco niños y niñas irán tomando conciencia de las normas, es
el momento en el que ya juegan a ganar, entendiendo que las reglas son verdades absolutas,
fijas, produciéndose en reiteradas ocasiones disputas en las que cada uno tratará de defender
su verdad e interpretación como absoluta. En torno a los 8 años, las reglas pueden ser
modificadas, pero siempre previo consenso, y si se produce un desacuerdo los implicados
deberán tratar de ponerse de acuerdo. (Cantero Vicente, 2012)

3.4. La Sexualidad Infantil

El término psicosexual es fundamental para la perfecta comprensión de los planteamientos


freudianos sobre la sexualidad, pues nunca se trata sólo de la vertiente biológica y/o fisiológica
de la misma, sino, sobre todo, de su vertiente psíquica o psicológica. A pesar de apoyarse a
menudo en palabras preñadas de contenido biológico, e incluso en zonas corporales
precisamente delimitadas, lo que resulta más importante son los significados psíquicos que
cada desarrollo sexual va aportando a la constitución global de la personalidad del sujeto (Ávila
Espada, Rojí Menchaca, & Saúl Gutiérrez, 2014).

Freud realizó su planteamiento sobre la sexualidad infantil, algo que probablemente todo el
mundo conocía, pero sobre lo que en esa época nadie describía en forma seria. Como
resultado de una evolución lenta y progresiva de sus ideas, el desarrollo libidinal (psicosexual)
del sujeto parte en Freud desde la primera infancia, y alcanza su punto culminante cuando las

62
tendencias sexuales (parciales o pregenitales hasta entonces), se organizan en torno a una
zona concreta, la genital. Este hecho acontece también en la primera infancia, con lo que la
primacía hegemónica de la supuesta capacidad de procreación o reproducción propia de la
pubertad, que era cuando se reconocía la aparición de la sexualidad antes de las teorías de
Freud queda relegada a un segundo plano. Hoy en día es un hecho totalmente consolidado.
(Ávila Espada, Rojí Menchaca, & Saúl Gutiérrez, 2014)

Las fases del desarrollo libidinal son ampliamente conocidas y populares, y sin duda, su éxito
ha tenido que ver por asentarse en un lenguaje metafórico fuertemente biologizado, que luego
se ha ido preñando de connotaciones psíquicas con el transcurso de los tiempos. La línea
argumental básica es que en el desarrollo hay una zona rectora (zona erógena), por la que
discurre de forma predominante la organización libidinal, zona que se va abandonando
progresivamente, pero que va dejando restos más o menos imperceptibles para las sucesivas
utilizaciones y transformaciones de la libido. Además de la primacía de la zona, se produce un
predominio de un tipo de relación con el entorno. (Ávila Espada, Rojí Menchaca, & Saúl
Gutiérrez, 2014)

De esta forma el máximo grado de desarrollo consistiría en alcanzar el nivel genital de


intercambio sexual recíproco, que en ocasiones, en Freud, va unido a la capacidad de
reproducción del ser humano. (Ávila Espada, Rojí Menchaca, & Saúl Gutiérrez, 2014)

A) La fase oral; es la primera en la evolución libidinal, y abarca los primeros seis o diez
meses, por lo que el placer sexual estaría ligado a la actividad buco-labial, que
acompaña la alimentación. Esta actividad nutricia marcaría el tono de la relación de
objeto propia de esta fase: comer o ser comido, incorporar o ser incorporado. Para su
concepción, Freud se apoyó en las observaciones de un pediatra húngaro de su tiempo,
Lindner, y en lo que éste caracterizó en 1879 como el placer del chupeteo. Freud
mostró cómo la pulsión sexual se satisface por apoyo en una función vital, y que poco a
poco adquiere autonomía respecto a ella. Es decir, sobre la experiencia de satisfacción
biológica se crea la libidinosa. Cuando se emplea la expresión ―pulsión oral‖ o ―placer
oral‖, hay que descartar la relación exclusiva con la comida. Abraham (1924) propuso la
subdivisión de esta fase en orden a dos actividades fisiológicas distintas: succión (fase
oral primaria) y mordisco (fase oral sádica). Esta última correspondería a la aparición de

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los primeros dientes. La mordedura implicaría fantasmáticamente la destrucción del
objeto. Por contra, también estaría el fantasma de ser comido por la madre. (Ávila
Espada, Rojí Menchaca, & Saúl Gutiérrez, 2014)

B) La fase anal: Esta organización se halla bajo la primacía de la zona erógena anal y la
relación con el entorno se asienta sobre las funciones de expulsión y retención de las
heces y su valor simbólico para el niño. Sin duda, el éxito del nombre ―anal‖ ha tenido
que ver por referirse a una actividad que en nuestra cultura es fuente de conflictos: Al
niño hay que educarle para que vaya haciendo la emisión de heces en los lugares,
momentos y modos oportunos. Se trata de la fase que más connotaciones psíquicas y
de carácter ha suscitado, a través de la metaforización de las heces. En ello tuvo mucho
que ver Freud (1908), al relacionar ciertos rasgos de carácter del adulto con el erotismo
anal derivado de esta fase infantil: orden, terquedad y tacañería. Puede ser éste un
grave problema epistemológico y que provoca relaciones demasiado simplistas, así
como malentendidos peligrosos. (Ávila Espada, Rojí Menchaca, & Saúl Gutiérrez, 2014)

C) La fase fálico-genital: Se trataba de la última fase de desarrollo libidinal infantil que ya


era propiamente genital (para Freud, sólo el desconocimiento del contenido seminal y la
función de la vagina impedían al sujeto infantil la total comprensión de las funciones
sexuales adultas), puesto que los genitales eran ya la zona de placer sexual (aunque
sólo el masculino, el pene). Las anteriores organizaciones eran denominadas por Freud
pregenitales. En cambio, ésta ya es genital, y representa el máximo grado de
acercamiento de la sexualidad infantil a la futura organización adulta que se alcanzará
con la pubertad. Es el momento máximo del desarrollo psicosexual, y coincide con la
etapa edípica, lo que proporciona a ese momento un carácter crucial en muchos
sentidos: o identidad sexual básica masculina o femenina, consolidación de los primeros
valores morales del sujeto, importancia esencial para la manifestación de futuros
trastornos mentales, etc. Hay que subrayar que esa coincidencia de la fase fálico-genital
(que da pie a lo que se conoce como complejo de castración) con el momento más
álgido del periodo edípico, ha de entenderse como la confluencia entre un tipo de
satisfacción sexual —que finaliza un ciclo de desarrollo psicosexual infantil con todo lo
que ello conlleva ( complejo de castración )—, y un modo básico de relaciones

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interpersonales y vinculares ( complejo de Edipo ),que ahora es necesario integrar para
la correcta configuración de la identidad (masculina o femenina), y para la instalación en
una posición como ser-moral frente al medio familiar y/o social. Ello es decisivo para el
ser humano en su especificidad como ser vivo. Se extiende a través de los tres a cinco
años, aunque en sentido cronológico estricto nada se pueda decir situado fuera de toda
duda. (Ávila Espada, Rojí Menchaca, & Saúl Gutiérrez, 2014)

1.4.1. Trastornos de la Infancia

Muchos hechos traumáticos infantiles, tales como separaciones tempranas de los padres o
duelos por pérdida de figuras importantes, enfermedad grave de un ser querido, intervenciones
quirúrgicas, exigencias o malestar escolar, si bien no están referidos a una amenaza directa de
los genitales, pueden ser interpretados por el niño como muy amenazantes para su integridad y
continuidad afectiva. Psíquicamente, producen un efecto equivalente al de una amenaza de
castración, sobre todo si el niño está cursando su período edípico, entre los 3 y los 5 años de
edad. (Rinaldi, 2009)

Hay niños que han llegado a superar el temor a los cambios, que han comenzado a ir a casa de
un amigo nuevo, a un cumpleaños, que han logrado una aceptable adaptación al jardín de
infantes o han controlado sus esfínteres, etcétera. Si estos niños son sometidos a situaciones
traumáticas o de tensión emocional por hechos que a veces no son fáciles de reconocer,
pueden perder los niveles de logros madurativos alcanzados y regresar a una etapa anterior, o
sea volver a tener miedo e imposibilidad de ir a casa de un amigo, a un cumpleaños,
bruscamente no querer ir al jardín de infantes o volver a hacerse pis de noche, etcétera. Si bien
estas conductas regresivas son transitorias, pueden mantenerse hasta que la situación
conflictiva que les dio origen se atenúe o bien mejore la capacidad defensiva del niño. (Rinaldi,
2009)

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1.4.2. Terrores Nocturnos

Estos trastornos del sueño se observan especialmente en niños entre los 18 meses y los 6
años de edad. Durante ese período de intensa actividad psíquica, es inevitable que los
conflictos internos del niño se expresen muchas veces como angustias nocturnas. Muchos
problemas del sueño son producto del malestar, de la inquietud y de la angustia intrapsíquica,
consecuentes en gran parte con la elaboración de la situación edípica, que en ese momento
está en plena efervescencia. (Rinaldi, 2009)

El acto de soñar cumple la función de desplazar, deformar y enmascarar las fantasías y las
pulsiones de amor y de odio, para no sentir culpa por el deseo incestuoso y evitar de este modo
el consecuente castigo. Cuando el objetivo del sueño fracasa –o sea, que no logra disfrazar su
contenido profundo–, sucede que el niño sufre distintos trastornos del sueño. A partir de los 6
años, disminuye notablemente la frecuencia de estos trastornos, porque en ese momento los
conflictos se manifiestan en otras áreas, como problemas de conducta, conflictos de
aprendizaje, trastornos somáticos, etc. (Rinaldi, 2009)

Otros trastornos del sueño reciben el nombre conjunto de angustias nocturnas, aunque existen
dos tipos principales:

a) Las pesadillas o sueños de angustia, de los que el niño despierta asustado, aunque no
está confuso y casi siempre puede recordar y relatar el contenido del sueño. Teme
volver a dormirse, porque estos sueños suelen repetirse. (Rinaldi, 2009) y

b) El terror nocturno, un cuadro más dramático que el anterior, acompañado de gritos,


llanto, gesticulaciones; el niño suele estar confuso, puede presentar alucinaciones y
fenómenos neurovegetativos como taquicardia, agitación y sudoración intensa. Al cabo
de unos minutos, el niño se tranquiliza y se vuelve a dormir en un sueño profundo y no
recuerda nada de lo que pasó (amnesia completa). Los padres viven este episodio
como muy traumático, con mucha angustia y desazón. Puede tratarse de un episodio
único, o repetirse; en cualquier caso conviene consultar con un especialista. (Rinaldi,
2009)

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En general, los trastornos del sueño son facilitados por la relativa inmadurez del desarrollo
neurológico y de la organización psíquica, por eso son más habituales durante la primera
infancia; cuando se producen en el período de latencia, en cambio, adquieren más importancia
psicopatológica, lo que en ocasiones hace recomendable la consulta a un especialista. Los
criterios para definir el valor diagnóstico y pronóstico, así como la necesidad o no de una
consulta psicológica, deben ser evaluados por el pediatra o por un psicoterapeuta
especializado. (Rinaldi, 2009)

1.4.3. Fobias

Se denomina ―fobia‖ al miedo persistente, exagerado y poco explicable producido por la sola
presencia o evocación de un determinado objeto, persona, animal o lugar. Algunos fobígenos
(productores de fobia) habituales son ciertos rasgos (barba, bigotes), los payasos, el
consultorio del pediatra o del odontólogo, algunos animales, así como zonas oscuras o alejadas
de la casa, el jardín de infantes o el colegio, etcétera. No obstante, la mayor parte de estas
personas, lugares o cosas que determinan la aparición de una fobia no se relacionan de forma
directa con situaciones que justifiquen plenamente su elección. (Rinaldi, 2009)

Cuando hablamos de una fobia, entendemos que se ha puesto en marcha dentro del aparato
psíquico un mecanismo de defensa, que busca aliviar al niño de una angustia desbordante,
producto de un conflicto insoportable, difícil de resolver. Se trata de un conflicto intrapsíquico
entre dos instancias internas que la mente del niño no puede solucionar, lo que lo convierte en
una situación sin salida. (Rinaldi, 2009)

En estos casos el psiquismo pone en marcha un mecanismo fóbico de defensa, que consiste
en desplazar de la mente una de las partes del conflicto, de modo de volverla extrapsíquica. El
aspecto perseguidor se proyecta afuera y es depositado en un objeto, que pasa a ser fobígeno.
De esta manera se produce cierto alivio, ya que es más fácil defenderse de un perseguidor
externo, del cual uno se puede alejar, evitar o de algún modo controlar, que defenderse de un
perseguidor que provenga del mundo interno. (Rinaldi, 2009)

De acuerdo con todo lo expuesto, dado el carácter inconsciente e irracional de este


mecanismo, pretender explicar al niño que no hay nadie dentro del armario o debajo de la

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cama, que el perro no muerde, o que todos lo quieren mucho, es inútil. El niño es incapaz de
hacer consciente el mecanismo de desplazamiento del perseguidor. (Rinaldi, 2009)

Es muy importante ser respetuosos y tolerantes al tratar con un niño que siente miedo o
padece una fobia. Nunca hay que minimizar la situación, menos aún ridiculizarla o burlarse de
sus temores. Debemos mostrar que confiamos en una recuperación pronta y que no va a traer
consecuencias en su desarrollo futuro. La evolución de una fobia por lo general es benigna,
suele durar un tiempo corto y tiende a extinguirse espontáneamente. En un porcentaje reducido
de casos se agrava y generaliza, extendiéndose a otros espacios u objetos. En estos casos se
agrega por lo general una disminución del rendimiento general del niño y un aumento de sus
miedos. (Rinaldi, 2009)

Digamos, como conclusión, que la zona de frontera entre el miedo y la fobia en los niños es
poco clara. Durante los primeros años de vida, la mayor parte de los niños presentan miedos
ante diversas situaciones que provienen del entorno y que son generadoras de angustia. Estos
acontecimientos se caracterizan por ser desconocidos (disfraces, máscaras); porque su
irrupción es brusca o produce un ruido intenso (aparatos electrodomésticos, truenos, cohetes);
porque evocan alguna experiencia traumática (el ataque de un perro, una cirugía, un accidente,
castigos corporales), etc. (Rinaldi, 2009)

Si bien son naturales, los miedos infantiles muy pronunciados o permanentes son capaces de
conferir rasgos fóbicos a la personalidad de algunos niños, con angustia intensa, de efectos
paralizantes, que puede llegar a bajar el desempeño social y el rendimiento académico. En
estos casos es necesario hacer una consulta y un psicodiagnóstico para evaluar la necesidad
de un tratamiento. (Rinaldi, 2009)

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Síntesis de la Unidad III

El desarrollo infantil encierra un sinfín de peculiaridades que, al dividirse en grupos o campos


de estudio específicos, permiten que el investigador revalore las experiencias que ha tenido a
lo largo de su propio proceso de crecimiento.

Mucho se enfatiza sobre el papel de la adecuada crianza y los factores más benignos o
favorables que se deben procurar al infante para que pueda desarrollar todas sus
potencialidades. Sin embargo, no debemos caer en el error tan socorrido por los primeros
investigadores de buscar una teoría general que pretenda explicar o normar los fenómenos de
la vida de cada sujeto infantil. La riqueza de variantes de la vida humana hace virtualmente
imposible e incompleto dicho esquema.

Por mucho que, como portadores del conocimiento humano y de la salud, pretendamos a
generar líneas de acción aplicables a los demás sujetos, no debemos perder la perspectiva y
demos a cada infante, en su justa medida, lo que más requiera en su propia experiencia vital, y
esperemos que, con el tiempo, la dedicación y el cuidado afectuoso y cálido, se convierta en un
individuo que pueda trascender nuestros defectos y limitaciones a la vez que mejore
paulatinamente la experiencia humana en el mundo.

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ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE

UNIDAD III

Ensayo sobre “El Desarrollo de la Personalidad Adulta a través de la Infancia Plena”

INSTRUCCIONES:

 A través de un ensayo redactado en no menos de una cuartilla y un máximo de tres, el


alumno deberá explicar con sus palabras la importancia de que el individuo atraviese
exitosamente las etapas de su infancia para que en la adultez su personalidad se
encuentre sanamente integrada.
 Debe explicar algunos de los procesos del desarrollo de la personalidad ejemplificados
en la antología, así como algunos otros sucesos que puedan explicar cómo se cimenta
la personalidad sana desde los hitos del desarrollo del niño.
 Citar de acuerdo a la regla APA 5ª o 6ª edición, las bibliografías o fuentes de consulta
utilizadas para el desarrollo de esta actividad.

FORMATO DE ENTREGA:

 Hoja de presentación con los datos generales del alumno y del trabajo que presenta.
 Se deberá utilizar la tipografía Arial 11 como mínimo en el texto y en los títulos y
subtítulos, negritas hasta el tamaño 14.
 Cuidar la Ortografía.
 Enviarlo en el tiempo establecido.

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CUESTIONARIO

UNIDAD III

1. La infancia es útil para el individuo porque es un periodo de plasticidad eminentemente


propicio al desarrollo somático y psíquico. Por eso es hoy un concepto comúnmente
aceptado que cuanto más plenamente haya vivido el niño todas las etapas de su vida
infantil, más posibilidades tendrá de

2. Es, por su característica plasticidad, permitir una plena evolución de todo lo que el niño
encierra como posibilidad

3. Se distingue por el predominio sucesivo de los intereses perceptivos, motores y


glósicos. Este primer periodo de vida, prescindiendo de los fenómenos de la vida
vegetativa, se caracteriza por el predominio de las funciones sensoriales y motoras, y
por ello el interés del niño se dirige principalmente durante este tiempo, hacia la
actividad sensoperceptiva y al ejercicio de sus posibilidades de movimiento.

4. Durante este periodo (desde el nacimiento hasta el sexto u octavo mes), el niño se
interesa casi exclusivamente en el perfeccionamiento de la función sensorial. Son los
primeros que aparecen.

5. Del sexto u octavo mes al segundo año, las necesidades de movimiento, que hasta
entonces habían sido reducidas a descargas motoras incoordinadas, se armonizan cada
vez más, y tienden hacia finalidades útiles: aprehensión, marcha y lenguaje.
Predominan los intereses…

6. Durante éste periodo (del segundo al tercer año) el niño concentra gran parte de su
esfuerzo sobre la adquisición del lenguaje. La palabra se convierte para él en un hecho
tan interesante como lo era anteriormente el objeto

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7. Se extiende entre los tres y los siete años, caracterizándose por el predominio de los
intereses concretos. A los tres años el niño está en posesión de todos los mecanismos
perceptivos y motores necesarios para su actividad, y puede llevar su atención y su
interés a las nociones concretas sobre los seres y las cosas. Es la fase objetiva del
desenvolvimiento psíquico del niño, de los intereses concretos

8. Comprende desde los siete a los doce años, y se distingue por el predominio de los
intereses abstractos y la actividad simbólica. En ella el niño entra en una fase nueva y
decisiva de su evolución mental. A la actividad el juego va a acompañar la actividad del
trabajo, que tiene ya por objeto fines más remotos, ajenos a la actividad misma, que no
es ya para el niño, sino un medio para la consecución de estos fines.

9. Una marcada inferioridad en tamaño y peso así como las marcadas diferencias en las
proporciones corpóreas de adultos y niños son parte de las características
___________ de la infancia

10. La actividad reproductiva nula, una actividad metabólica oxidativa y el marcado


hiperfuncionalismo tiroideo son características _____________ de la infancia.

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BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS

www.importancia.org. (2015). Recuperado el 1 de Junio de 2015, de Importancia de la Niñez:


http://www.importancia.org/ninez.php

Ávila Espada, A., Rojí Menchaca, B., & Saúl Gutiérrez, L. Á. (2014). Introducción a los tratamientos
psicodinámicos. . España: UNED - Universidad Nacional de Educación a Distancia,.

Cantero Vicente, M. P. (2012). Psicología del desarrollo humano: del nacimiento a la vejez. España: ECU.

Espinosa Torres Torija, L. (2009). Parto: mecanismo, clínica y atención. . México: Editorial El Manual
Moderno.

García Madruga, J. A., Delval, J., & Sánchez Queija, I. (2010). Psicología del desarrollo I. . España: UNED -
Universidad Nacional de Educación a Distancia.

Giménez-Dasí, M., & Mariscal Altares, S. (2008). Psicología del desarrollo: desde el nacimiento a la
primera infancia. Volumen 1. España: McGraw-Hill España.

Grande, M. d. (2014). Nutrición y salud materno infantil. Argentina: Editorial Brujas.

Jiménez Díaz, L. (2005). Introducción a la psicología clínica infantil. . España: Universidad Pontificia de
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Peinado Altable, J. (1979). Paidología: Psicología Infantil. México: Editorial Porrúa S.A.

Perinat, A. (2003). Psicología del desarrollo: un enfoque sistémico. . España: Editorial UOC.

Rinaldi, G. (2009). Escuchemos al niño: cómo comprender y responder los mensajes infantiles. Argentina:
Ediciones Granica.

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