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“En ese contexto, el equilibrio contractual puede alterarse (i) por situaciones imprevisibles
e irresistibles ajenas a las partes, eventos en los cuales conforme lo prevé el artículo 5 de
la Ley 80 de 1993 el contratista tiene derecho a ser llevado a un punto de no pérdida
porque como colaborador de la administración no está legalmente llamado a soportar solo
los efectos económicos imposibles de prever y precaver; (ii) cuando la ecuación se altera
por decisión de la administración en ejercicio del poder soberano o del ius variandi el
derecho del contratista va más allá y le permite mantener inalterado el equilibrio entre
deberes y obligaciones surgidas al momento de contratar.
(…)
Para que resulte válido el ejercicio del ius variandi, las causas que lo justifiquen deben ser
posteriores a la celebración del contrato, imprevistas e imprevisibles, puesto que no se
trata de un medio tendiente a subsanar deficiencias en su planeación y elaboración.
Es claro entonces, que esta facultad no es ilimitada ni omnímoda, ni implica que la
administración pueda introducir unilateralmente variaciones al contrato que no estén
orientadas a adecuarlo a las situaciones nuevas e imprevistas que lo hagan necesario, de
cara al cumplimiento de su finalidad como herramienta de administración, mediante la
obtención de un objeto contractual que resulte útil para la satisfacción del interés general.
“La doctrina es unánime al señalar que la mutabilidad del contrato es limitada y debe
estar sujeta a los principios de razonabilidad que la constriñan a extremos que sean
aceptables, dentro de las motivaciones que justifican su existencia”.
Finalmente, es preciso advertir que cuando el contratista no está conforme con las
cláusulas excepcionales que se han expedido al interior del contrato estatal, o con la
compensación y/o indemnización reconocidas a su favor, con ocasión de tales decisiones,
aquél podrá impugnarlas a través del recurso de reposición, de conformidad con el
artículo 77 de la Ley 80 de 1993, sin perjuicio de acudir a la jurisdicción de lo contencioso
administrativo a través del medio de control de controversias contractuales”.