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TEMA 8.- Jueces y Órganos Jurisdiccionales.

Contextualización

El juez es el rector del proceso, aunque todas las personas que intervienen en el
proceso son esenciales para que exista el mismo, la labor del juez revista una
especial importancia debido a las atribuciones que le confiere el Estado por un lado
en materia de jurisdicción y por otro el Poder Judicial (como parte del Estado) en
materia de competencia.
La naturaleza administrativa de los jueces, magistrados y personas que tienen a su
cargo la impartición de justicia es sui generis, se trata en realidad de los únicos
integrantes de un poder de la Unión que no son electos de forma directa por los
gobernados, pero esto no significa que sean irresponsables ante ellos o ante los
órganos de fiscalización del estado, tampoco significa que éstos no tengan ninguna
representatividad hacia la población general.
Debido a las reformas que ha habido al Poder Judicial desde su concepción a la
fecha es necesario comprender el funcionamiento de esas personas que tienen a
su cargo la impartición de justicia.

Introducción al Tema.
Es preciso señalar que las generalidades de los impartidores de justicia tienen el
mismo sistema de elección, ratificación y responsabilidad, sean jueces locales o
federales toda vez que dependen invariablemente del Poder Judicial, ya sea Federal
o Local, incluso, en lo que hemos llamado la jurisdicción especial (en materia
electoral). Es muy claro que no se trata de un poder autónomo o de un poder
independiente de los establecidos en el pacto federal, se trata de una extensión del
Poder Judicial, ya sea en materia federal o en materia local.
Asimismo, el juzgador, en este entendido de que se trata de un servidor público con
responsabilidades de autoridad, es responsable ante el Estado, tanto de sus actos
como autoridad como incluso de sus sentencias, las cuales están sujetas a reglas
no solo de certeza jurídica o de legalidad en el proceso, sino a los razonamientos
lógico – jurídicos que llevaron al juzgador a emitir la sentencia que se trate.

A) Jueces y órganos jurisdiccionales.

El juzgador como rector del proceso y la autoridad que el Estado designa para
conocer de la litis, tiene su clasificación dividida en dos maneras, en órganos
unipersonales y colegiados y por la jerarquía de su actuación. En todos los casos
existe primero la división por el número de personas que integra el órgano
jurisdiccional y en segunda instancia se divide por jerarquía de la instancia procesal.
La primera clasificación se refiere a la cantidad de personas que integran un
juzgado, los juzgados de primera instancia siempre estarán compuestos por una
sola persona, es decir el Juzgado de Distrito se compondrá de un Juez y el grupo
de Secretarios que integren el Juzgado, los órganos jurisdiccionales de segunda
instancia están divididos en Tribunales Unitarios de Circuito y los Tribunales
Colegiados de Circuito, que como su nombre lo indica, estarán integradas de forma
unitaria cuando se trate de un sólo magistrado o colegiada cuando se trate de tres
magistrados, en el caso de los Tribunales Colegiados de Circuito, un magistrado
conocerá del asunto y propondrá la sentencia a los otros, decidiendo por mayoría,
en el caso de la llamada “tercera instancia” es decir la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, funcionará en salas, cinco ministros en la primera y cinco ministros en
la segunda; el Ministro Presidente no participará del trabajo de salas sino
únicamente del pleno. La clasificación por la jerarquía se establece únicamente si
se trata de la primera o la segunda instancia en que se conoce de un asunto.

La elección de Ministros, magistrados y jueces tiene naturaleza indirecta, los


primeros, los Ministros son electos por el Senado de la República de una terna
previamente enviada por el Presidente de la República, el Senado puede rechazar
una sola vez la terna, teniendo que elegir de la segunda forzosamente a uno de sus
integrantes, la elección es procedente del dictamen que haga la Comisión de
Justicia del Senado y con dos terceras partes del total de los Senadores presentes,
se procederá a su elección, el Ministro electo durará en su encargo 15 años sin
posibilidad de servir por un periodo más. La elección de Magistrados (6 años con
posibilidad de ratificación) y los Jueces, el Estado cuenta con el Consejo de la
Judicatura Federal, que es el órgano encargado de seleccionar a los jueces y
magistrados debido a los exámenes de selección y valorando la carrera judicial.

Una vez electos los jueces deben contar con garantías que supongan la
independencia y autonomía de sus actos, a fin de que puedan tener sin reservas su
libre albedrío. Estas garantías son las económicas, sociales y, autonómicas.
Las garantías económicas se refieren, desde luego, a la percepción de un salario
decoroso que impida que agentes externos puedan sobornarlos con alguna argucia
económica, en el entendido que un juez bien remunerado desempeñará el cargo
con mayor dignidad e ingreso suficiente para vivir bien. En México está prohibido
que los jueces tengan otros ingresos salvo los devengados por la academia.
La garantía social se refiere a que deben tener acceso a los servicios médicos,
préstamos habitacionales y pensiones de retiro y prestaciones, todo esto se
garantiza con el ISSSTE.
La garantía de autonomía se refiere a que no estará expuesto a presiones,
influencias y recomendaciones o consignas por parte de un superior o de otro
agente del Estado.
Para que los órganos jurisdiccionales puedan impartir justicia, el Estado a través de
la legislación les ha dotado de poderes legales para hacer efectivos sus mandatos
y consideraciones a la ley. Los poderes de los que gozan los jueces son el conducir
el juicio con las medidas necesarias para que los actos procesales se desahoguen
en tiempo y forma, llamar a las partes a declarar por la vía de los autos, acuerdos y
notificaciones, pedir las pruebas a fin de mejor proveer en la sentencia, tienen la
facultad de sancionar, ya sea la vía pecuniaria o la vía administrativa o incluso
corporal a las partes que no acaten sus proveídas actuaciones; el juez de la causa
puede en cualquier momento suspender el procedimiento por violaciones graves al
mismo, tiene la facultad de admitir y desechar pruebas, alegatos y cualquier otro
instrumento en el proceso si no se cumple con los requisitos legales para tal efecto,
tiene el poder de valorar las pruebas que le han sido legalmente provistas y
finalmente, tiene la facultad de dictar sentencia y hacer que se cumpla.
Pero, así como los jueces están dotados de una serie de derechos, atribuciones y
facultades también son responsables ante el Estado por faltas en el ejercicio de su
cargo, estas responsabilidades del juzgador pueden ser civiles y penales. Son de
carácter civil las que afectan a su patrimonio con la finalidad de resarcir a las partes
en un proceso o terceros afectados, por daños y perjuicios que se hubiesen
presentado debido a la deficiente actuación del juez de la causa cuando haya habido
mala fe, negligencia o impedimento del ejercicio legítimo de la acción; en estos
casos el Estado es deudor solidario del juez, por lo que además de la sanción que
enfrente el juez, el Estado también será responsable de estas fallas de acuerdo a la
Ley Federal de Responsabilidades del Estado, recientemente la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha determinado que el Estado siempre debe
responder por causas que se atañan a sus empleados públicos, incluso cuando
éstos sean acreedores a una sanción. La responsabilidad penal deriva de los delitos
que los jueces cometan en el ejercicio de sus funciones, no obstante lo anterior es
muy compleja la responsabilidad penal, porque en parte los jueces tienen inmunidad
parcial a través del fuero constitucional otorgado en el 108 de la Constitución
Federal referido a los Ministros de la Suprema Corte de Justicia, si algún juez
cometiera un delito durante la substanciación de un juicio éste será resuelto por los
juzgados encargados para tal efecto, pero si el delito estuviere relacionado con el
proceso, conocerá el Consejo de la Judicatura el cual además podrá aplicar una
sanción administrativa. Existe, no obstante, en la Suprema Corte de Justicia un
procedimiento de controversia constitucional, toda vez que se presenta como una
violación expresa a la Constitución cuando se intenta juzgar dos veces por el mismo
delito.

b) Organización del Poder Judicial del Fuero Común.


El poder judicial en las entidades federativas, son parte del Poder Judicial Local; las
legislativas no recaen sobre un Congreso Estatal sino sobre una Asamblea
Legislativa; y las funciones judiciales, sí recaen en un Tribunal Superior de Justicia
pero no en un “poder judicial local”) el Poder Judicial Local se integra por un Tribunal
Superior de Justicia del Estado, El Consejo de la Judicatura Estatal, los Juzgados y
Tribunales de Primera Instancia y los Juzgados de Cuantía menor.
El Consejo de la Judicatura Estatal es el órgano encargado de vigilar el
funcionamiento administrativo y de escalafón y nombramientos de jueces y
magistrados locales, los Magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Estado
son propuestos en una terna por el Gobernador del Estado (o Jefe de Gobierno) y
aprobados por el Congreso del Estado (o Asamblea Legislativa).

c) Organización del Poder Judicial Federal.


El Poder Judicial Federal, se integra por la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
el Tribunal Electoral, los Tribunales Colegiados de Circuito, los Tribunales Unitarios
de Circuito, los Juzgados de Distrito y el Consejo de la Judicatura Federal.
Hemos visto ya la designación y funciones del Consejo de la Judicatura Federal, el
cual estará integrado por siete consejeros, el Presidente de la Corte, lo será del
Consejo de la Judicatura, tres integrantes designados por el Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, dos Consejeros designados por el Senado y uno por
el Presidente de la República.

Conclusión
El Poder Judicial en México siempre ha sido un Poder de la Unión de naturaleza
jurídica diferente, es un claro ejemplo del principio de división de poderes aplicada
a su estructura orgánica. La forma administrativa del Poder Judicial es quizá, la más
compleja de dentro de los tres órdenes de gobierno, sin embargo, está diseñada así
para dar plena autonomía, independencia y libertad a los juzgadores para que
ningún agente externo tenga la posibilidad de acceder a la impartición de justicia en
México.

Referencias bibliográficas: Ovalle Favela José. Teoría General del proceso. 7ª. edición.
Edit.Oxford.2016
(UNID)

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